historia y conflicto institucional aspectos teórico-metodológicos

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abril-junio 2006 • Cinvestav 46 l. El problema El problema de investigación que se desarrolla en este trabajo 1 se centra en el análisis de los movimientos estudiantiles que surgieron en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), durante un periodo de diez años (1956-1966), con la finalidad de explicar las características de esos movimientos y sus repercusiones en la vida estatal y nacional, desde un enfoque sociopolítico e historiográfico. Los estudiantes universitarios han protagonizado luchas sociales decisivas en la historia del país; 2 sin embargo, en comparación con otros movimientos han sido poco estudiados (con excepción del de 1968). Esto se debe, en buena medida, a las características propias de dichos movimientos, entre otras, la discontinuidad entre una y otra movilización, la transitoriedad de los participantes, los fines gremiales de sus demandas, lo que causa la imposibilidad de ser analizado sistemáticamente. Es oportuno señalar, además, el marcado sesgo anecdótico y superficial que suele imponerse sobre una reflexión más sistemática y consistente de las movilizaciones estudiantiles. Los campos en que se inscribe el objeto están en función de la perspectiva y el tratamiento que se eligieron para poder explicarlo. Por esta razón, la investigación identifica en primera instancia a lo político, 3 en tanto que reconoce poder en las relaciones sociales basadas en un carácter asimétrico, desigual y diferenciado. 4 La concurrencia desigual, individual o colectiva, con proposiciones y prácticas dispuestas en relación a tipos de organización de las relaciones sociales, en un campo caracterizado por las relaciones asimétricas, desiguales y diferenciadas convierte a dicho campo en un espacio de disputa. 5 En cuanto a lo sociológico, se buscó una perspectiva metodológica que estableciera un vínculo con lo histórico. Por esta razón, se eligió como referente el aporte de Norbert Elías, que propone un enlace natural entre ambas disciplinas: “La tarea de la sociología es precisamente destacar aquello que en los [...] estudios históricos aparece como un trasfondo inestructurado, y hacerlo accesible a la investigación científica como una relación estructurada de individuos y de sus acciones”. 6 Una concepción de la sociología que intenta hacer más Historia y conflicto institucional Aspectos teórico-metodológicos LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS HAN PROTAGONIZADO LUCHAS SOCIALES DECISIVAS EN LA HISTORIA DEL PAÍS; SIN EMBARGO, EN COMPARACIÓN CON OTROS MOVIMIENTOS HAN SIDO POCO ESTU- DIADOS (CON EXCEPCIÓN DEL DE 1968). ESTO SE DEBE, EN BUENA MEDIDA, A LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LOS MOVIMIENTOS Y AL MARCADO SESGO ANECDÓTICO Y SUPERFICIAL QUE SUELE IMPO- NERSE SOBRE UNA REFLEXIÓN MÁS SISTEMÁTICA Y CONSISTENTE DE LAS MOVILIZACIONES ESTUDIANTILES. Antonio Gómez Nashiki Doctor en Ciencias con especialidad en investiga- ciones educativas, Cinvestav, 2003. Profesor investigador en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Colima. Miembro del Consejo Editorial de la revista Educación 2001 y de Observatorio Ciudadano de la Educación. Los temas de investigación que desarrolla están referidos a la vida cotidiana de las institu- ciones educativas: gestión, conflicto y violencia. Actualmente coordina el Doctorado en Educación de la Universidad de Colima. [email protected] Antonio Gómez Nashiki Pinturas: Saúl Villa

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l. El problemaEl problema de investigación que se desarrolla en estetrabajo1 se centra en el análisis de los movimientosestudiantiles que surgieron en la UniversidadMichoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), duranteun periodo de diez años (1956-1966), con la finalidad deexplicar las características de esos movimientos y susrepercusiones en la vida estatal y nacional, desde unenfoque sociopolítico e historiográfico.

Los estudiantes universitarios han protagonizadoluchas sociales decisivas en la historia del país;2 sinembargo, en comparación con otros movimientos hansido poco estudiados (con excepción del de 1968). Esto sedebe, en buena medida, a las características propias dedichos movimientos, entre otras, la discontinuidadentre una y otra movilización, la transitoriedad de losparticipantes, los fines gremiales de sus demandas, loque causa la imposibilidad de ser analizadosistemáticamente. Es oportuno señalar, además, elmarcado sesgo anecdótico y superficial que sueleimponerse sobre una reflexión más sistemática yconsistente de las movilizaciones estudiantiles.

Los campos en que se inscribe el objeto están enfunción de la perspectiva y el tratamiento que seeligieron para poder explicarlo. Por esta razón, lainvestigación identifica en primera instancia a lopolítico,3 en tanto que reconoce poder en las relacionessociales basadas en un carácter asimétrico, desigual ydiferenciado.4 La concurrencia desigual, individual ocolectiva, con proposiciones y prácticas dispuestas enrelación a tipos de organización de las relacionessociales, en un campo caracterizado por las relacionesasimétricas, desiguales y diferenciadas convierte a dichocampo en un espacio de disputa.5

En cuanto a lo sociológico, se buscó una perspectivametodológica que estableciera un vínculo con lohistórico. Por esta razón, se eligió como referente elaporte de Norbert Elías, que propone un enlace naturalentre ambas disciplinas: “La tarea de la sociología esprecisamente destacar aquello que en los [...] estudioshistóricos aparece como un trasfondo inestructurado, yhacerlo accesible a la investigación científica como unarelación estructurada de individuos y de sus acciones”.6

Una concepción de la sociología que intenta hacer más

Historia y conflictoinstitucionalAspectos teórico-metodológicos

LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS HAN PROTAGONIZADO LUCHASSOCIALES DECISIVAS EN LA HISTORIA DEL PAÍS; SIN EMBARGO, ENCOMPARACIÓN CON OTROS MOVIMIENTOS HAN SIDO POCO ESTU-DIADOS (CON EXCEPCIÓN DEL DE 1968). ESTO SE DEBE, EN BUENAMEDIDA, A LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LOS MOVIMIENTOS YAL MARCADO SESGO ANECDÓTICO Y SUPERFICIAL QUE SUELE IMPO-NERSE SOBRE UNA REFLEXIÓN MÁS SISTEMÁTICA Y CONSISTENTE DELAS MOVILIZACIONES ESTUDIANTILES.

Antonio Gómez Nashiki Doctor en Ciencias con especialidad en investiga-ciones educativas, Cinvestav, 2003. Profesor investigador en la Facultad dePedagogía de la Universidad de Colima. Miembro del Consejo Editorial de larevista Educación 2001 y de Observatorio Ciudadano de la Educación. Los temas de

investigación que desarrolla están referidos a la vida cotidiana de las institu-ciones educativas: gestión, conflicto y violencia. Actualmente coordina elDoctorado en Educación de la Universidad de [email protected]

Antonio Gómez NashikiPinturas: Saúl Villa

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En la institución coinciden acciones encabezadas por estudiantesque muestran el dinamismo de distintos grupos juveniles, agrupa-dos en varios movimientos, organizaciones y facciones que persi-guen demandas institucionales, utilizando diferentes mecanismosde presión: huelgas, paros, manifestaciones, mitines, etcétera.

universitaria y la política educativa posterior alcardenismo, aspectos que tuvieron repercusionesdirectas en la década analizada, y que sirvieron comoreferentes para delimitar el problema. Entre las másimportantes se consideraron las siguientes:

Movimiento estudiantilCaracterísticas del movimiento estudiantil y de lasorganizaciones juveniles que se mantienen a lo largo de la década.• La universidad michoacana, durante la gestión de

Lázaro Cárdenas como gobernador del estado ydespués como presidente de la República, fomentó yapoyó a varias organizaciones estudiantiles y gruposuniversitarios que se consolidaron como estructuraspermanentes de organización política y que jugaron

transparentes los entramados de las relaciones que seestablecen entre los individuos en una épocadeterminada y que persigue explicar el por qué de esasinterrelaciones para procurarnos un fondo fiable desaber acerca de ellas.

Desde el punto de vista historiográfico se entiende,de acuerdo con De Certeau, que la palabra “historia” enel sentido de una historiografía, es decir, una práctica(una disciplina), su resultado (un discurso) y de larelación entre ellos7 hace posible la interpretación deun hecho histórico.

Características Al iniciar el presente estudio se establecieron algunasvertientes de indagación, producto de los cambios queregistró el movimiento estudiantil, la institución

Recámara (2005), óleo sobre madera, 80 x 125 cm.

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del alza de tarifas en el transporte, mayor participación enlos órganos de gobierno, mejores condiciones laborales ysalariales de los maestros, entre otros aspectos. Estásdinámicas presentan coincidencias muy interesantes en elcaso de la Universidad Autónoma de Zacatecas (véaseEduardo, Remedi, op. cit.).

InstituciónLa institución universitaria, lugar de gestación y desarrollo de losmovimientos estudiantiles.• La Universidad Michoacana de San Nicolás de

Hidalgo, al igual que la mayoría de las universidadesdel país, además de ser una institución educativa esun centro político, de ahí la constante agitación quese vive a lo largo del periodo de estudio, manifestadoen distintos momentos clave o coyunturas específicas,protagonizadas por distintos grupos.

• La historia de la universidad durante la década de estudiose vive en un enfrentamiento permanente entre dosgrupos que en distintos momentos se disputan el poder anivel local y los espacios de la institución: los grupos defiliación o simpatía cardenista y los grupos anticardenistas.

un papel fundamental en todas las decisiones internasde la universidad.

• En la institución coinciden acciones encabezadas porestudiantes que muestran el dinamismo de distintosgrupos juveniles, agrupados en varios movimientos,organizaciones y facciones que persiguen demandasinstitucionales, utilizando diferentes mecanismos depresión: huelgas, paros, manifestaciones, mitines, etcétera.

• Tanto en los docentes como en los alumnos sepresenta una diferencia sustancial determinada por sulugar de procedencia y trayectoria cultural (nuevasidentidades), así como una diferencia significativaentre la universidad tradicional y la nueva instituciónque se resignifica y cambia, vía la participación y lasdemandas de los nuevos sujetos y sus prácticas. Estetipo de situaciones han sido analizadas en el caso de laUniversidad Autónoma de Zacatecas y para el mismoperiodo por Eduardo Remedi.8

A partir de esta nueva “composición” universitaria, lossujetos involucrados en la universidad se vinculan dediferente manera a la dinámica social presentada en lainstitución y el estado: tomas de tierras, protestas en contra

Francotirador III (2005), óleo sobre madera, 60 x 90 cm.

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• Hasta mediados de la década de 1950 uno de lossectores con mayor participación e influencia en launiversidad es el de los docentes militantes del PPS,maestros que tendrían una participación decisiva enla década posterior.

• Las universidades del país en esta década presentanfenómenos de crecimiento y expansión. Al duplicarseel número de carreras se produce un aumento de laplanta docente y de la matrícula con característicasdiferenciadas. No sólo se presenta un mayor númerode individuos, sino que se modifican las antiguascondiciones, así como los contextos en que serelacionan los sujetos, en una situación de transiciónen que las viejas estructuras administrativas yacadémicas no se modifican del todo y las nuevas no seconsolidan plenamente. 9

• Los sectores tradicionales y nuevos de la instituciónpelean espacios y decisiones, producto deconcepciones y estilos diferentes de dirigir launiversidad, situación que se acentúa a raíz de laexpansión de finales de los años cincuenta.

Política educativaLas relaciones que se establecen entre los estudiantes y lainstitución con el poder público, vía los gobernadores, en uncontexto de política educativa que abandona progresivamente elproyecto educativo popular del cardenismo.• El proyecto cardenista se fundamentaba en un sistema

promocional basado en escuelas asistenciales parahijos de trabajadores, que tenía como referente directola formación de la escuela rural.

• Se tomó como modelo de desarrollo de educaciónsuperior a la UNAM, dejando de lado aquellasinstituciones que se definieron en torno al proyectoeducativo popular enarbolado por el cardenismo,como fue el caso de la Universidad de Michoacán.

El lugar de encuentro, la huelga estudiantilEn el lugar de intersección de los tres espacios antesmencionados se ubica la huelga y movilización estudiantil:el espacio de disputa que implica cuestionar lasdesigualdades, capacidades y recursos, a través de procesosde oposición, resistencia, o bien de integración a lasformas de organización de las relaciones sociales con el finde imponer un criterio ordenador sobre dichas formas.

La huelga detona una forma de organización socialcon principios y prácticas de realización conjunta. Losmovimientos estudiantiles involucrados se constituyenen la práctica, y como tales, no están determinados

apriorísticamente, sino que se conforman a través deprocesos que estructuran un cierto tipo de organizaciónde las relaciones sociales y de poder.10 De esta forma, seconstituyen en una fuerza colectiva que surge por laconcurrencia articulada de las prácticas de losindividuos por encima del ordenamiento político de lasrelaciones sociales en una coyuntura determinada.11

Se parte de un principio básico, el de que es posiblereconstruir momentos en los que las fuerzas políticasestudiantiles se expresan en sentidos determinados y sevinculan entre sí y con las instancias de poderinmediatas y mediatas a ellos, poniendo en juegociertas relaciones y ejercicio de poder, que puedenrevisarse a través de los mecanismos y discursosevidentes en cada paso del análisis.

Se privilegiaron como momentos determinantes lossiguientes puntos que se problematizan a lo largo detodo el trabajo: • La constitución de los movimientos estudiantiles en

la institución.• La relación de fuerzas entre grupos estudiantiles,

docentes y extrainstitucionales en la universidad• La relación de poder entre el movimiento estudiantil y

el gobierno del estado.Se pone especial énfasis en aquellas situaciones en

que se presentan como conflictos propiamentepolíticos,12 por ser en ellos donde se muestran demanera más clara las relaciones que queremosevidenciar con mayor detalle. Diferenciamos aquellosconflictos políticos que se expresan en las huelgasestudiantiles, de aquéllos que se dirimencotidianamente y que son consustanciales a lascorrelaciones de fuerza que se establecen dentro de lainstitución y entre sus miembros.

El campo de disputa elegido por el análisis en nuestrotrabajo adquiere la forma de huelga estudiantil comoreferente y catalizador de las acciones colectivas queencabeza el movimiento. La huelga es un mecanismoprivilegiado por los estudiantes que impulsa una formade organización social con principios y prácticas derealización conjunta, y en la que se ponen en juegodesiguales recursos de poder, procesos de oposición,resistencia y negociación para conseguir las demandas. Esla puesta en práctica de la habilidad en el uso de lasartimañas para vencer al fuerte, como la presenciaanónima del poder, y la sensibilidad para recrear redesintersubjetivas paralelas a los grandes poderes.13 Deacuerdo con el seguimiento histórico establecido, elcontenido de estas prácticas es cambiante y está

En el lugar de intersección de los tres espacios antes mencionados seubica la huelga y movilización estudiantil: el espacio de disputa queimplica cuestionar desigualdades, capacidades y recursos, a través deprocesos de oposición, resistencia, o bien de integración a las formasde organización de las relaciones sociales con el fin de imponer uncriterio ordenador sobre dichas formas.

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determinado por la confluencia e interacción derecursos, discursos y mecanismos que contribuyen adotar de características propias a las formas delejercicio del poder.

Por otra parte, el seguimiento de cuatro huelgasestudiantiles pone de manifiesto las distintas formas delejercicio del poder, puestas en acción por losestudiantes y la parte gubernamental, que seestructuran en torno a la resolución del conflicto defuerzas en el campo político. La solución que adopta elconflicto se da en un continnum que oscila entre elconsenso y la fuerza. Dentro de estas formas delejercicio del poder es posible distinguir aquéllas queimplican en mayor medida el establecimiento de puntosde relación, vínculos o nexos que contribuyen aconstituir pautas de identificación o de reconocimientoentre los diversos sujetos políticos, individuales ycolectivos, de aquéllas que privilegian preferentementeel uso de la fuerza como único recurso.

2. Narrar el pasado cuando era presentePrima condizione per avere storia

è che sia possible construire una narrazione.

B. Croce

Cómo escribir. Desde dónde y con qué estiloaproximarse a lo acontecido de forma que los datos nose presentaran en un tono aburrido, plano, al puroestilo de un informe de investigación. Tratar de darcuenta de lo acontecido en una institución obliga atrabajar con múltiples episodios, escenas y relatos, quevan más allá de sólo describirlos en una forma lineal,pues de lo que se trata es de “darles vida” y poner enjuego los variados elementos que rodean a los sujetosinvolucrados en el relato. Narrar en este sentido esorganizar el caos de información disponible y ofrecerlade una manera legible y razonada.

La descripción densa14 como herramienta deinvestigación hizo posible y dio orientaciones precisaspara encontrar el camino. Algunos historiadoresrecomiendan profundizar en el ambiente de la épocainvestigada para ofrecerlo con mayores elementos.Escribir sobre y con los hechos a cuestas es lorecomendado por autores como Ginzburg, porque de nohacerlo así sólo se muestra una historia ajena, sinpasión y por tanto poco profunda.15 Describir una calle,un salón, un personaje, implica contar cómo eran con elmayor detalle posible, es explicar(nos) como eran los

acontecimientos para después escribir sobre ellos. No esencontrar simplemente el dato que demuestre laexistencia de un personaje, sino buscar las fobias,miedos y actos que pudieron influir de manera centralen su quehacer. Muchos de los referentes bibliográficosencontrados consignaban características de los hechos ypersonajes por separado, una ayuda que establecía suexistencia, pero no su sentido. En esta parte la narrativaayuda mucho, porque posibilita la búsqueda del sentidode los protagonistas. Por otro lado, el estilohistoriográfico permite incorporar varias voces en unrelato, diferencia significativa si se toma en cuenta laproducción historiográfica de la universidad y de losreferentes encontrados, donde se impone una sola voznarrativa que explica mediante aseveraciones tajantes, ymuchas veces aventuradas, lo acontecido en lainstitución.

Explicar lo acontecido durante la década de 1956 a1966 en la Universidad de Michoacán es un esfuerzo queintenta convertir el pasado en un problema delpresente.16 Esto es, mostrar desde un principio a lospersonajes involucrados en este periodo como sujetosportadores de creatividad, imaginación, incertidumbre,convicción, miedo, entre otras actitudes, que fueronconsustanciales a aquel pasado cuando era presente. Laperspectiva en que se inscribe este trabajo reconoce losdos extremos entre los que se aproxima el historiador asu trabajo, enunciados por Croce17 en su concepción dehistoria. Por un lado, en su clasificación de“seudohistorias” señalaba que el primer acercamiento alos documentos lleva al historiador a narrar “lorealmente acontecido”, respetando las fuentes alextremo, bajo la consigna rankiana,18 de que todo seencuentra atrapado en ellas y que el historiador tienecomo tarea suprema y exclusiva, hacer emerger lanarración contenida en las mismas; es un trabajo que secaracteriza por el estricto apego a las fuentes bajo ladirectriz de buscar la “objetividad” de losacontecimientos. Ser “objetivo”19 y tratar de suspenderlos juicios y valoraciones de la historia sinapasionamientos.20 Es la primera fase del trabajohistoriográfico que deriva, por lo regular, en larealización de distintas crónicas, historia que Crocedenomina “filológica”.1El segundo momento deaproximación es el que se refiere a la interpretación delas fuentes, es decir, la denominada historia “poética”.Tránsito crucial en que se requiere de los textos y de losdatos como materia prima, pero ya no sólo paradescribirlos, sino para dotarlos de coherencia y

En la búsqueda de sentido, la investigación sociológica se proponecomo una herramienta más para el análisis que considera como prin-cipio fundamental el respeto a la época, a las valoraciones políticas,religiosas o ideológicas de su propio tiempo, “las específicas escalasaxiológicas de las asociaciones humanas que se estudian”.

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señala White. Por esta razón, la tarea del investigador secentra en darles forma al momento de narrarlos. 23

La primera aproximación a la universidad se centróen saber cuándo y cómo se habían producido las distintashuelgas y manifestaciones. Sin embargo, el ejercicio deordenar los acontecimientos, de manera secuencial ycronológica, no bastaron para “producir historia”,24

porque de lo que se trató fue de descubrir el sentido queguardaban esos acontecimientos aparentementecontradictorios o carentes de sentido, y que debe surgirde los documentos, a manera de explicaciones que severifiquen en ellos. Este “dar forma a los hechos”, oelaborar una explicación, es algo mucho más complejoque simplemente unir los acontecimientos entre sí: “unirlos puntos nodales en una red única y coherente”,25

belleza,21 proponerlos en un mundo figurado,imaginando cómo pudo haber sido ese pasado. Esintentar un ejercicio de imaginación, diría Duby, para:“[...] llenar esas lagunas, estos intersticios, de tenderpuentes y rellenar las fallas, este no dicho, este silencio[...]”22. Es precisamente en este punto en el que se perfilanuestro trabajo: donde la descripción de lo acontecidose complementa con la figuración de lo posible, de lainterpretación propia, momento en el que como señalaCroce se encuentra la verdadera historia.

A primera vista, la historia de la institución aparececomo un campo en el que se dirimen distintas batallas sinton ni son, y esto es así porque los hechos históricos no sepresentan en forma discernible como un relato. Es decir,de manera secuencial, con inicio, medio y fin, como lo

Francotirador II (2005), óleo sobre tela, 130 x 180 cm.

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como diría Collingwood, porque no se pensaba en buscarlos vacíos y llenar los huecos26 de una historia que estállena de omisiones sobre ciertos personajes y sucesos. Laacción misma de narrar27 los sucesos en la universidadestuvo en todo momento guiada por la de dotar designificado a los acontecimientos, utilizar el “efecto de lanarrativa”,28 ya que sólo a través de una presentaciónnarrativa es posible decir que los hechos o fenómenoshistóricos “comiencen y concluyan” en determinadomomento y forma.29

Estructurar una serie disímbola de acontecimientoses poner en tensión una cadena sucesiva deinterpretaciones, de suposiciones, que surgen al momentode interpelar a los sucesos para, por medio de la narraciónhistórica, “extraer”30 de ellos la trama, el elemento quepermite distinguir la forma específica de una narración:

Se llama “explicación” por la trama a la que da el“significado” de un relato mediante la identificacióndel tipo de relato que se ha narrado. Si en el cursode la narración de su relato el historiador le da laestructura de trama a una tragedia, lo ha“explicado” de una manera; si lo ha estructuradocomo una comedia lo ha “explicado” de otra. El

tramado es la manera en que una secuencia desucesos organizada en un relato se revela de maneragradual como un relato de cierto tipo particular.31

El trabajo historiográfico estableció nexos entre losdistintos acontecimientos, a partir de los “restosfragmentarios” disponibles como son las fuentes, con lafinalidad de “reconstruir las relaciones entre losacontecimientos”.32 En otras palabras, losacontecimientos fueron los eslabones de una cadena,como lo señala Kahler en su concepción de historia:

Para volverse historia los acontecimientos debenante todo estar relacionados entre sí, formar unacadena, un continuo flujo. La continuidad, lacoherencia, es el requisito previo elemental de lahistoria –y no sólo de la historia sino hasta del mássencillo relato o “historia” (story).33

Seguir un continnum para otorgar a los hechos yacontecimientos un sentido explicativo, asumiendo quela narración de este tipo debería tener, ante todo, uncarácter significativo, aspecto principal que cumple lanarrativa histórica, en la medida de que dota a larealidad de la coherencia formal que poseen los relatosy le otorga sentido a un episodio o a una época.34

Francotirador VI (2006), óleo sobre madera, 90 x 130 cm.

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Narrativa histórica El género narrativo conlleva, necesariamente, un estilo deescritura. Una forma de decir y contar lo que otros dijeronen diversos momentos, a través de una intención quepermita armonizar el cúmulo de voces y deinterpretaciones que se ciernen sobre los hechos. La tareade armonizar discursos adquiere sentido sólo en elmomento en que el discurso de quien los investiga setraduce en texto escrito.35 En otras palabras, da un sentidocoherente para traspasar la frontera de “lo dado y locreado”.36 En la búsqueda de sentido, la investigaciónsociológica se propone como una herramienta más parael análisis que considera como principio fundamental elrespeto a la época, a las valoraciones políticas, religiosas oideológicas de su propio tiempo “las específicas escalasaxiológicas de las asociaciones humanas que seestudian”.37 Pero también la importancia de losacontecimientos se relaciona centralmente con dosvertientes: la primera tiene que ver con que el pasado quese investiga es un espacio que se abre y descubre a losestudiantes que no fueron identificados como líderes,pero que contribuyeron significativamente a consolidar elmovimiento estudiantil, y que han quedado borrados,perdidos, aunque en este trabajo no se les considerainferiores; la segunda vertiente la protagonizan aquéllosque tienen un lugar en el gran escenario, el de los líderesy nombres famosos, puestos y referidos en sucesosrecordados por todos.38

El tratamiento de los diversos acontecimientos queaborda el trabajo historiográfico reconoce que el hilonarrativo se tensa, indistintamente, en dos extremosque se ponen en juego en la construcción del relato: lanarración de tipo descriptiva y la narración densa,39

que aparece en los momentos disruptivos, privilegiadospor el análisis.

Los hilos de la trama La narración adquiere sentido sólo a través de la trama.Una trama que se considera en este trabajo comoherramienta de categorización40 o, mejor dicho, comomodelo de concordancia41 que se construye al contemplarlos distintos acontecimientos que se dan cita en launiversidad para darles un sentido explicativo: “es envirtud de la trama que fines, causas y azares se reúnen enla unidad temporal de una acción total y completa”.42

Por esta razón, la trama que se construye a partir delos testimonios de los sujetos de aquella época:alumnos, maestros, organizaciones juveniles y elmovimiento estudiantil que aparece en este periodo de

la vida institucional, cumple una función mediadora43

en tres sentidos específicos: 1) Interviene entre los acontecimientos y una

historia (con el sentido de story), tomada como un todo.Es decir, la trama es la encargada de extraer “unahistoria sensata de una serie de acontecimientos oincidentes (los pragmata de Aristóteles)”.

2) La trama también es mediadora, porque integraen un relato factores tan heterogéneos como huelgas,marchas, mitines y negociaciones entre los estudiantesy el gobernador, entre otros.

3) La trama cumple una función integradora que serealiza dentro de sus caracteres temporales propios, elrespeto por el tiempo y las valoraciones de la época, queen el caso que investigamos comprendió los cuatroúltimos años de la década de 1950 y poco más de lamitad de la década de 1960, con el propósito de lograrla síntesis de lo heterogéneo que señala Ricoeur.44

Por esta razón, el trabajo se ocupa de identificar ydiferenciar las diversas tramas45 e intrigas que seentrecruzan, “un tejido de tensiones”46 en los cuatromovimientos estudiantiles, con la finalidad deinterpretar las acciones históricas de los sujetosuniversitarios que las produjeron, y presentarlas comouna secuencia de acontecimientos que se despliega a lolargo de diez años. El concepto de intriga,47 inherente ala trama se refiere a una operación metodológica queinvita a la indagación, que busca más allá de losuperficial que muestran los datos en primerainstancia, y que permite el encadenamiento entre losdiversos hechos y acciones.48 Es la idea de irconstruyendo fragmentariamente, a partir de distintasfuentes, no necesariamente en un orden cronológico, la explicación, entendida como una hipótesisde desarrollo.49

Es igualmente posible ver los datos en su relaciónrecíproca y recogerlos en una imagen general que notenga la forma de un desarrollo cronológico. Estarepresentación “perspicua”, observaba Wittgenstein,“mediatiza la comprensión, que consiste cabalmente enver las conexiones”. De aquí la importancia de hallareslabones intermedios.50

La elección por la narrativa histórica descansatambién en que especifica con claridad dos dimensionestemporales que hacen posible la diferenciación: ladimensión episódica, formada por los acontecimientosvistos aisladamente, y la configurante, que permitecrear y concatenar los hechos en historia. Una historiaque se estudia bajo el precepto de mostrar el pasado

Comprender una época es unir un cúmulo de experiencias y accionesen un todo coherente; es un intento por convertir lo caótico y lo inco-nexo en una figura unitaria, capaz de dar cuenta del momento estu-diado en todas sus dimensiones y no agotarse en ninguno.

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desde el punto de vista narrativo como si fuera unaimagen en movimiento.51 Como tal, la historia quecondensa un pasado distante o cercano se puede narrar,con apego a las fuentes, con mucha viveza y mostrarelementos de aquella cotidianidad que de otra manerano aparecerían.52 Es en el oficio del historiador en elque la narración de un suceso histórico debe descansaren una perfecta armonía entre los documentos y laimagen que se recrea en movimiento.53

Golo Mann ha sintetizado esta pretensión de lanarrativa de la siguiente manera: “nadar con lacorriente de los acontecimientos y analizarlos desde laposición de un observador posterior y mejor informado,combinando los dos métodos de forma que produzcauna apariencia de homogeneidad, sin que la narraciónvaya por otro camino.54

El sentido de la épocaLos movimientos estudiantiles que surgen en Moreliadurante la década de los sesenta son expresionesdisímbolas que se dan cita en una institución, y que enprimera instancia sólo tienen en común estarprotagonizadas por estudiantes. Sin embargo, esto no esasí, pues todas las expresiones registradas obedecen alsentir de una época. Comprender una época es unir uncúmulo de experiencias y acciones en un todocoherente; es un intento por convertir lo caótico y loinconexo en una figura unitaria, capaz de dar cuentadel momento estudiado en todas sus dimensiones y noagotarse en ninguno. Por esta razón, la idea clave que sesigue a lo largo de la tesis no se refiere a unacontecimiento: la huelga o las huelgas, como pudierapensarse, ni a un sujeto protagónico, como es el caso delos estudiantes, o a una situación particular: laviolencia sobre los jóvenes, o la toma de la universidadpor el ejército, sino que se trata de un movimientocolectivo que atraviesa todo el periodo y que semanifiesta, por lo tanto, en una “actitud” compartidaen ese entonces; una manera de sentir y valorar laépoca,55 una “mentalidad”56 o “espíritu de la época”.57

Es, en otras palabras, la forma en que los miembros deuna colectividad, los universitarios nicolaítas en estecaso, conciben y valoran en determinado momento supasado y su porvenir; porvenir que para nosotros esfuente directa de nuestra indagación en el presente. “Elpresente es precisamente dimensión histórica y no unmomento de la historia. Los hombres responden, desdeluego, a urgencias actuales, pero se forman, piensan yactúan a partir de y en acuerdo con paradigmas ideales

que resumen y expresan los valores de toda una épocahistórica y no de este a aquel momento en particular”.58

Por esta razón, la época de los sesenta no se explicasólo a través de argumentaciones causales, por ejemplo,la huelga estalló por falta de presupuesto, o launiversidad entró en crisis debido a causas estructuralesde la región, o los estudiantes marcharon por ser unosrebeldes sin causa, o porque las condiciones sociales,políticas o económicas lo provocaron. Estasargumentaciones parciales pueden referirse a causaseconómicas, políticas o sociales, cierto, pero en todo casola idea que se logra desde esta perspectiva es la de revelarel sentido de los hechos al conectarlos causalmente en unaestructura determinada, situación que pone énfasis en la“batalla”, más que en los “combatientes”.59 Explicaciónque no basta para entender la lógica del movimientoestudiantil que se despliega a lo largo de una década. Deesta forma, el trabajo se centró en cuatro grandesescenarios en término de los movimientos mismos.Estudiar a los “combatientes” más que a la “batalla”, enun primer momento, para mostrar la constitución de losmovimientos estudiantiles, describirlos, explicarlos einterpretarlos para dar cuenta de la complejidad de unasociedad que no se agota en dinámicas y lógicasestructurales, pero que no las puede dejar de lado. Porotra parte, varias investigaciones sobre movimientosestudiantiles en nuestro país se han ceñido al estudio delcontexto, de la “batalla”, en la que se sólo se muestra unasociedad sometida a “procesos estructurales”, tensiones yconflictos, pero vacía de gente que se organiza, actúa ylucha más allá de las dinámicas y significaciones externasa las que debe “adaptarse”. Los enfoques historiográfico ysociológico intentan lograr un equilibrio entre las dosposturas. Por una parte, pretenden dar cuenta de lahistoria, pero también de quiénes, por qué y cómo lahicieron. Por otra, identifican al contexto histórico, “losmárgenes en los que se mueven y que dan sentido a lasacciones de los sujetos”,60 y que en esta investigación soncruciales para entender la lógica de la época, peromediando y en continua referencia con la actuación dedeterminados sujetos que, no se puede negar, resultanclaves: “la historia es un proceso abierto, es verdad, a laacción de fuerzas impersonales, azarosa ysuprapersonales, pero esencialmente abierto a la librevoluntad emprendedora de los hombres. La historia noscondena a la perplejidad pero no a la impotencia”.61

De acuerdo con lo anterior, tanto la “batalla” como el“combatiente” a la hora de plasmarse en una narracióndeben configurar62 el sentido de una época, es decir,

Varias investigaciones sobre movimientos estudiantiles en nuestropaís se han ceñido al estudio del contexto, de la “batalla”, en la quesólo se muestra una sociedad sometida a “procesos estructurales”,tensiones y conflictos, pero vacía de gente que se organiza, actúa ylucha más allá de las dinámicas y significaciones externas a las quedebe “adaptarse”.

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historiar, interpretar y consolidar tendencias que nosllevan a comprenderla; elementos necesarios para ilustrarla forma en que la investigación sociológica y la históricaexplican y comprenden una época pasada.63

El periodo comprendido entre 1956 y 1966 esconflictivo y convulso para la institución universitaria:huelgas, manifestaciones, inestabilidad en la rectoría oenfrentamientos con los gobernadores son recurrentes,pero detrás de todo esto se encuentra una idea centralpresente en toda la década: la oposición de los estudiantes ala política educativa implementada por el Estado mexicanoa partir de 1946, y la negativa de los jóvenes a cambiar losprincipios “progresista y al servicio del pueblo” que leatribuyen a la institución. Se parte del principio de que laépoca no se explica por los movimientos estudiantilesuniversitarios, sino que los movimientos estudiantiles seexplican por la época en que aparecieron.

Temporalidad de los acontecimientos Hacer historia implica necesariamente reconocer queexisten temporalidades múltiples que tienen ritmos enrelación con el hecho estudiado. En otras palabras, laconfiguración de una época o de un acontecimiento

sólo es posible a través de mirar al objeto desdedistintas perspectivas e interpretaciones, derivadasdesde diferentes temporalidades, sujetas por unaestructura narrativa que armoniza estos ritmosdisímbolos64 y les da coherencia, es decir, brinda elorden entre unos y otros elementos, la imbricación delacontecer, el tejido de los hechos. Tiempo y espacioconstituyen dimensiones centrales del objeto deinvestigación, que en nuestro caso se pueden identificara través de momentos relevantes, princeps, como son lashuelgas estudiantiles que constituyen coyunturasespecíficas de análisis (tiempo de referencia), y lainstitución (ámbito espacial de las relaciones de poder),que dotan de características propias al análisis.

El tiempo en esta investigación está planteado endos niveles básicamente: el que se estructura como unasucesión de momentos (tiempo largo)65 que conformanla historia, es decir, el continnum de los acontecimientoscotidianos en la institución, el estado y el país; y el queremite a puntos de ruptura (tiempo corto), momentosde variación, es decir, sincrónicos.

Este referente temporal, 1956-1966, nos permiterelacionar lo concreto o particular (Michoacán y la

Francotirador VII (2006), óleo sobre madera, 97 x 130 cm.

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universidad), con lo general (la política educativaposterior al cardenismo); y el tiempo corto, momentosde quiebre (coyunturas representadas por las huelgas),con el tiempo largo, el pasado (la historia institucional).

Tiempos socialesPara el estudio de la diversidad social existen diferentestemporalidades.66 No existe un tiempo inicio; haytiempos, tiempos sociales y una realidad simultánea paratodos ellos. Por esta razón, “el pasado no es algo estáticoo fosilizado, sino que se sitúa en el tiempo, másprecisamente en momentos determinados del tiempo”.67

La investigación partió de la elaboración de distintascronologías, entendidas como “escalas temporales: seconstruyen mojones que fijan comienzos y fines relativosen una secuencia con ayuda de otra secuencia”.68 Esdecir, fijar los puntos de referencia alrededor de loscuales situar los temas;69 referencias que orientaron enun primer momento acerca de los acontecimientos quese registraban paralelamente al desarrollo delmovimiento estudiantil, por ejemplo, la historia de launiversidad en sus dependencias, los periodos rectorales,las elecciones y el manejo de las organizacionesestudiantiles, acontecimientos en los ámbitos estatal ynacional, entre otros, para establecer cortes horizontalesy verificar los sincronismos entre los distintos tipos defenómenos que se intentaban relacionar.70

Elegir las coyunturas de indagación se asoció con laaparición disruptiva y violenta de los estudiantesmediante huelgas, en aquellas situaciones en que launiversidad paralizó sus actividades a raíz de unaprotesta estudiantil que ponía en juego una disputa depoder. A través de estos cortes sincrónicos seestablecieron las tendencias explicativas del fenómenohistórico, en el sentido de las continuidades omomentos lentos71 que existen entre huelga y huelga. Loslazos de continuidad se establecieron según la cadenade sus antecedentes y de sus efectos o consecuenciasen el lapso establecido, utilizando un criteriometodológico que considera lo simultáneo como unaposibilidad de conocimiento ante la diversidadexpuesta, con el objetivo de articularlo en un relatohistoriográfico.

La operación historiográfica que explica ladiversidad de los hechos parte de reconocer distintastemporalidades que están en función de los campos queconfluyen en la configuración de un relato, “queaparece simplemente como un flujo continuo deacontecimientos que, como decimos, transcurren en eltiempo”.72 En esta investigación se retoma laconceptualización de tiempo y momento para ilustrarlos procesos sociales y políticos de los ámbitos local ynacional, y de las organizaciones estudiantilesnacionales que enmarcaron la época.

Francotirador IV (2005), óleo sobre madera, 60 x 90 cm.

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1 Este texto forma parte de la tesis doctoral Movimiento estudiantil e institución. LaUniversidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1956-1966, DIE-CINVESTAV, 2003.Premio a la mejor tesis de doctorado en investigación educativa 2005, otorgadopor la Academia Mexicana de Ciencias.

2 R. Wences, Reza, El movimiento estudiantil y los problemas nacionales, México, NuestroTiempo, 1971.

3 Véase Martin Lypset Seymour, El hombre político. Las bases sociales de la política,Madrid, Tecnos, 1987. p.21.

4 Giovanni Sartori, “Qué es la política”, en La política. Lógica y método en las cienciassociales, México, FCE, 1987, pp. 215-216.

5 F. Chatelet, y E. Pisier-Kouchner, ?La ciencia de lo político”, en Las concepciones políti-cas del siglo XX. Historia del pensamiento político, Madrid, Espasa-Calpe, 1990, p. 402y ss.

6 Norbert Elias, Sociología fundamental, Barcelona, Gedisa, 1992. p.121.7 Michel de Certeau, La escritura de la historia, México, UIA, 1993, pp. 33-65.8 Remedi, Eduardo, Detrás del murmullo. Vida político-académica en la Universidad

Autónoma de Zacatecas, 1959-1977. Tesis de doctorado, DIE-CINVESTAV, 1997.9 Un ejemplo ilustrativo es la Universidad Autónoma de Zacatecas.10 D, Donlap, y P. Goldman, “Rethinking Power in Schools”, Educational Administration

Quarterly, vol. 27, núm. 1, 1991, pp. 5-29. 11 Alberto Melucci, “The Symbolic Challenge of Contemporary Movements”, en Social

Research, vol. 52, núm. 4, 1982, p. 792.12 G. Sartori, op.cit., p. 230.13 Véase De Certeau, M. La invención de lo cotidiano, T.I., Artes de hacer, México, UIA,

CEMCA, ITESO, 1996.14 C. Geertz, La interpretación de las culturas, Madrid, Gedisa, 1988.15 Véase C. Ginzburg, El queso y los gusanos. El cosmos, según un molinero del siglo XVI,

Muchnick, Barcelona, 1994.16 Arnaldo Córdova, “La historia, maestra de la política”, en El Estado mexicano y la

revolución mexicana, México, Era, 1989, p.16.17 Benedetto Croce, Teoría e historia de la historiografía, Buenos Aires, Editorial Escuela,

1965.18 Véase Georg Iggers G., The German Conception of History. The National Tradition of

Historical Thought from Herder to the Present, Wesleyan University Press, 1968. 19 Véase Peter. Novick, Ese noble sueño. La objetividad y la historia profesional norteamerica-

na, 2 vols., México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 1997.20 Ibid.21 Georges Duby, La historia continua, Madrid, Debate, 1992 y “El placer del historia-

dor”, en Beatriz Rojas (comp.), Obras selectas de Georges Duby, México, FCE, 1999,p.22.

22 Georges Duby, Diálogo sobre la historia. Conversaciones con Guy Lardreau; Un sueño obliga-do, Madrid, Alianza Editorial, 1988, p.39.

23 El efecto de la narrativa es más importante que la verdad o la falsedad de lo narra-do. Véase Hayden White, Metahistoria: la imaginación histórica en la Europa del sigloXIX, México, FCE, 1992, p.19.

24 Véase Michel De Certeau, op. cit., México, UIA, p.67. 25 Véase R. Collingwood, Idea de la historia, México, FCE, 1996, p. 323.26 G. Duby, op. cit., p. 39.27 H. White, op. cit., p. 19.28 Ibid.29 Ibid.30 Véase Paul Ricoeur, Tiempo y narración, T.I, México, Siglo XXI, 1995, p. 96. 31 H. White, op. cit, p. 18.32 Norbert Elias, La sociedad cortesana, México, FCE, 1982, p. 15.33 Erich Kahler, ¿Qué es historia?, col. Breviarios, núm. 187, México, FCE, 1977, p. 15.34 Véase Davis Zemon, Natali. “Introducción”, Mujeres en los márgenes: tres vidas del siglo

XVII, Madrid, Cátedra/Universidad de Valencia/Instituto de la Mujer, 1999. 35 Véase Michel de Certeau, “La concepción de historia”, op. cit., p. 67.36 Ibid.37 Ibid., p. 44.38 Norbert. Lechner, Los patios interiores de la democracia. Subjetividad y política, Santiago

de Chile, FCE, 1990, p. 52.39 Véase, Cliford Geertz, “Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la

cultura”, en La interpretación de las culturas, Madrid, Gedisa, 1988, pp. 19-40.40 Véase Paul Ricoeur, op. cit., México, Siglo XXI, 1995, p. 31.41 La concordancia se caracteriza por tres rasgos: plenitud, totalidad y extensión

apropiada. Véase P. Ricoeur, op. cit.42 Ibid.43 La mediación que señala Ricoeur se establece entre la mimesis I, que es una pre-

comprensión del mundo de la acción, de sus características simbólicas y tem-porales, común al autor y al lector, y que sirve de base para la comprensiónnarrativa, y mimesis III, que corresponde lo que H.G. Gadamer llama “aplica-ción”, y que marca la intersección del mundo del texto con el mundo del lec-tor. Véase el trabajo de Ricoeur, “Autocomprensión e historia” en CalvoMartínez y R. Ávila Crespo (Eds.), Paul Ricoeur: los caminos de la interpretación.Symposium internacional sobre el pensamiento filosófico de Paul Ricoeur, Barcelona,Anthropos, 1991, pp. 26-42.

44 Paul Ricoeur, op. cit., p. 96.45 Ibid.46 Véase Norbert Elias, “Los universales de la sociedad humana”, en Sociología funda-

mental, Barcelona, Gedisa, 1982, p. 123.47 Paul Ricoeur, op. cit. 48 Véase C. Ginzburg, op. cit., p. 19.49 Carlo. Ginzburg, Historia nocturna, p. 28.50 Ibid.51 Véase Zemon Davis, Natalie. Sociedad y cultura en la Francia Moderna, Madrid,

Cátedra, 1988, p. 5.52 Véase Lawrence Stone, “El regreso de la narrativa”, en El pasado y el presente,

México, FCE, 1986, p. 56.53 N. Davis, op. cit., p. 5.54 Citado por P. Burke, “Historia de los acontecimientos y el renacimiento de la

narración”, en Peter Burke, Robert Darnton, Ivan Gaskel, et al., Formas de hacerhistoria, Madrid, Alianza 1993, p. 296.

55 Véase Marc Bloch, “El análisis histórico, ¿Juzgar o comprender?”, en Introducción ala historia, col. Breviarios, núm. 64, México, FCE, 1996, pp. 108-112.

56 Véase José, L. Beltrán Moya, “La historia de las mentalidades o la mentalidad en lahistoria”, en revista Iber. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, núm.12, abril, 1997, pp. 37-46. Véase P. Burke, La revolución historiográfica francesa. Laescuela de los Annales: 1929-1989, España, Gedisa, pp. 20-38.

57 Ibid.58 A. Córdoba, op. cit., p. 17.59 Véase A. Touraine, Sociología de la acción, México, IIS/Siglo XXI, 1997.60 Véase Davis, Zemon, Natali. Mujeres de los márgenes. Tres vidas en el siglo XVII, Madrid,

Cátedra, 1999.61 Enrique Krauze, Mexicanos eminentes, México, Tusquets, 1999, p. 14.62 Norbert Elias, Sobre el proceso de civilización; investigaciones sociogenéticas y psicogenéti-

cas, México, FCE, 1984, véase en especial la introducción.63 Norbert Elias, op. cit., p. 43.64 Véase Reinhart Koselleck, “Representation, event and structure” in Koselleck,

Futures Past: on the Semantics of Historical Time, Cambridge, Mass., 1985, pp. 105-115.

65 Véase Michel Vovelle, La historia y la larga duración, en J. Le Goff, Roger Chertier yJacques Revel, La nueva historia, Enciclopedia del saber moderno, Bilbao, RETZ,1988, pp. 359-386.

66 Norbert Elias, Sobre el tiempo, México, FCE, 1989, p. 53.67 Miguel León-Portilla, “El tiempo y la historia”, en H. Crespo, Luis González y

González, Carlos Maridial, et al., El historiador frente a la historia, México, UNAM,p. 57.

68 Norbert Elias, op.cit., México, FCE, 1989, p. 83.69 Duby, Georges. Diálogos sobre la historia. Conversaciones con Guy Lardreau,

Madrid, Alianza Universidad, p. 56. 70 Ibid.71 Véase Norbert Elias, op. cit., p. 84.72 Norbert Elias, op.cit., p. 87.

[Referencias]

Saúl Villa, 1958Exposiciones recientes2006 Teoremizado Mono Infinito. El Eco, México D.F

Siqueiros por número. Museo de Arte Carrillo Gil, México DF2005 Ventanas, pintura en la Casa Luis Barragán, México D.F.

Vice Versa con Elisabeth Worndl, Hoeribachhof, Mondseefrom // to imagery, metamorphosis, museum der moderne, Salzburg

2004 Portrait des Atoms als Junge Bombe, Viena, ONU, AIEA. BOMBAS Y BUNKERS:Sala German Gedovius San Luis Potosí, Kunsthaus Sante Fe, San Miguel Allende, Museo de la Ciudadde Querétaro. Prueba de los efectos de la explosión de un mecanismo nuclear en una casa . Galerie in Traklhaus, Salzburg

Colecciones públicasNueva York, The Metropolitan Museum of ArtMéxico DF, Colección Fundación Cultural Televisa, A.C., Centro CulturalArte ContemporáneoMéxico DF, Museo de la EstampaMéxico DF,Colegio NacionalAustria, LandSalzburgMéxico DF, Museo de Arte ModernoOaxaca, IAGO

Saúl Villa es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.