ha1 tp4 lacoonte y sus hijos (sosa, casella, arena)

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Grecia Helenística Universidad Nacional de La Plata Facultad de Bellas Artes Historia del Arte I Prehistoria y Antigüedad Cásica Cátedra de Daniel Sánchez Cursada 2010 Alumnos: Arena, Carla Casella, Germán Sosa, Guillermo Trabajo Práctico Nº 4

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Page 1: Ha1  tp4 lacoonte y sus hijos (sosa, casella, arena)

Grecia Helenística

Universidad Nacional de La PlataFacultad de Bellas ArtesHistoria del Arte I Prehistoria y Antigüedad CásicaCátedra de Daniel SánchezCursada 2010

Alumnos:

Arena, CarlaCasella, GermánSosa, Guillermo

Trabajo Práctico Nº 4

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Laocoonte y sus hijos

Nombre de la obra: Laocoonte y sus hijosTécnicas/materiales: esculpido originalmente en mármol rosado y blanco.Datación aproximada: Durante mucho tiempo se dató en el siglo I a. C. En los años cincuenta la datación se fue atrasando hacia el siglo II a. C., pero a finales de esa década nuevos hallazgos epigráficos aportaron nuevos datos sobre el autor, ubicando a Apolodoro en el siglo I d. C. Blanco Freijeiro afirma que se realizaría hacia el 50 d. C. destinada ya a Roma, posiblemente a algún palacio imperial.Autor a quien se adjudica la obra: Hagesandro, Atenodoro y Polidoro de Rodas.Lugar de procedencia: se descbrió en 1506 en Roma, en la zona del Esquilino, entre las ruinas de lo que debió ser el palacio del emperador Tito.Ubicación actual: Museo Pio Clementino, Ciudad del Vaticano.

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Dos grandes serpientes se lanzan al mar desde Ténedos por la quieta llanura con curvas inmensas y buscan la costa a la vez; sus pechos se levantan entre las olas y con crestasde sangre asoman en el agua, el resto se dibujaen el mar y retuerce sus lomos enormes en un torbellino. Suena el silbido en la sal espumante, y ya a tierra llegabane inyectados en sangre y en fuego sus ojos ardientes,sacudían sus bocas silbantes vibrando las lenguas.Escapamos exangües ante la visión. Aquéllas en ruta certera buscan a Laocoonte, y primero rodean con su abrazolos pequeños cuerpos de sus dos hijos y a mordiscos devoransus pobres miembros; se abalanzan después sobre aquelque acudía en su ayuda con las flechas y abrazansu cuerpo en monstruosos anillos, y ya en dos vueltaslo tienen agarrado rodeándole el cuello con sus cuerpos de escamas,y sacan por encima la cabeza y las altas cervices. El trata a la vez con las manos de deshacer los nudos,con las cintas manchadas de sangre seca y negro veneno, ala vez lanza al cielo sus gritos horrendos,como los mugidos cuando el toro escapa herido del altar

Virgilio, Eneida, II

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Laocoonte y sus hijos

El grupo de Laocoonte y sus hijos es sin duda alguna uno de los mejores ejemplos de la escultura helenística, y de las que una mayor influencia han tenido desde su descubrimiento en 1506. El tema pertenece al ciclo troyano, representa la terrible escena que también ha sido descrita por Virgilio en Eneida: el sacerdote troyano Laocoonte exhortó a sus compatriotas a que rechazaran el gigantesco caballo en el que se ocultaban los soldados griegos. Los dioses, al ver frustrados sus planes de destruir Troya, enviaron dos gigantescas serpientes del mar para que se apoderaran del sacerdote y de sus dos infortunados hijos y los estrujaran entre sus anillos. Es ésta una de las más despiadadas acciones perpetradas por los olímpicos contra los pobres mortales, tan frecuentes en las mitologías griega y romana.

Laocoonte, sacerdote de Apolo en Troya, murió junto a sus hijos atacado por dos serpientes enviadas por una divinidad. Según unas fuentes pudo ser Atenea la diosa castigadora, mientras que otras señalan al propio Apolo como causante de las muertes. En el primer caso el castigo se debería a que Laocoonte advirtió de que el Caballo de Troya era una trampa y debía ser destruido. En la segunda de las interpretaciones, que resulta la de aceptación más generalizada, fue Apolo quien lo castigó por haber profanado su templo uniéndose a su esposa a los pies de la estatua del dios.

La obra representa el momento en que las serpientes envuelven con sus anillos al sacerdote y sus vástagos mientras se contorsionan de dolor y desesperación intentando deshacerse de las serpientes.

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Laocoonte y sus hijos

Tallado en mármol en tamaño cercano al natural, busca plasmar el momento de mayor tensión, aquel en el que el sacerdote asume la impotencia para luchar contra la serpiente y salvar a sus hijos, uno de los cuales ya cae hacia atrás, intenta soltarse mientras grita desesperado en un gesto de dolor.

La técnica recuerda el estilo del friso del altar de Pérgamo, marcado por las curvas, contracurvas y diagonales que dominan la composición. El perfecto estudio de la musculatura, captada en el momento de máxima tensión, en el violente esfuerzo por liberarse de la serpiente, es otro de los elementos típicos de este período helenístico sumamente teatral y barroco, que contrasta con otros elementos más clasicistas, como la figura del hijo de la derecha. El helenismo no olvida el pasado más clásico y vuelve a él continuamente reinterpretándolo y distorsionándolo. La obra era bastante conocida por aparecer citada por Plinio en su Historia Natural (Lib. XXXVII).

Dice E.H. Gombrich: “La manera en que los músculos del tronco y los brazos acusan el esfuerzo y el sufrimiento de la desesperada lucha, la expresión de dolor en el rostro del sacerdote, el desvalido retorcerse de los dos muchachos y el modo de paralizar este instante de agitación y movimiento en un grupo permanente, han concitado d e s d e e n t o n c e s l a a d m i r a c i ó n ” .

Cuando se descubrió en 1506 en Roma en la zona del Esquilino, entre las ruinas de lo que debió ser el palacio del emperador Tito, provocó una gran conmoción en el mundo del arte del Renacimiento Italiano, y fue rápidamente identificada por Sangallo como la obra citada por Plinio. Además aportaba una nueva visión alejada de la serenidad y equilibrio propios del siglo V a. C, y que habían sido los modelos en los que inspiraron los escultores y pintores en el primer Renacimiento.

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Laocoonte y sus hijos

Durante mucho tiempo se dató en el siglo I a. C., hipótesis avalada por varias inscripciones con la firma del escultor originario de Rodas, Apolodoro, que se identificó como el autor de la obra. En los años cincuenta la datación se fue atrasando hacia el siglo II a. C., pero a finales de esa década nuevos hallazgos epigráficos aportaron nuevos datos sobre el autor, ubicando a Apolodoro en el siglo I d. C. formando parte de un taller que haría su propia versión de un grupo escultórico helenístico de bronce. En este sentido, Blanco Freijeiro afirma que se realizaría hacia el 50 d. C. destinada ya a Roma, posiblemente a algún palacio imperial.

La influencia del grupo del Laocoonte es evidente en Miguel Ángel, que se inspiró en él para varias figuras del Juicio Final de la Capilla Sixtina o en los esclavos de la tumba de Julio II. En España la huella del Laocoonte la encontramos en la versión que hizo el Greco con las vista de Toledo al fondo.

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Laocoonte y sus hijos

En el conjunto de Laocoonte y sus hijos, se hacen patentes muchos de los cambios que acontecieron en el arte griego del período helenístico. En primer lugar se evidencia la ruptura de las estructuras clásicas, al tener el conjunto lo que se podría denominar “vida”, es decir, el avance de los escultores hacia el naturalismo. Esta sensación de vida se transmite tanto en las posiciones de escorzo, como en los rasgos corporales y faciales que dan a la obra un dramatismo impactante.Podríamos relacionar esto con lo mencionado en el texto de De Olaguer-Feliú, donde en el marco de los cambios dados en la representación en el contexto de la propaganda política impuesta por Alejando, se dice que el rompimiento de los métodos de captación clásica, donde imperaba “lo ideal”, produce la aparición de un nuevo tipo de retrato donde impera el gesto y el sentimiento, produciendo el cambio de “lo ideal” por “lo real”, la captación de la personalidad con toda su carga de sentimientos.

En cuanto al capítulo del texto de John Onians referente a la alegoría en el arte helenístico, podemos relacionarlos con los niveles del lenguaje que plantea Platón junto a los estoicos según los cuales se encierran dos niveles distintos, uno comprensible para todos y otro sólo comprensible para los sabios. Esto tiene que ver con que la obra no reproduce el mito en su totalidad, sino un momento de él. Quienes no tienen conocimiento del mismo, perciben en el conjunto solo un grupo de personas en lucha contra unas grandes serpientes, percibiendo aún las sensaciones de lucha, desesperación y agonía. Sin embargo, quienes tienen conocimiento del mito, ven en el conjunto no un grupo de personas sufrientes, sino a Laocoonte y sus hijos, en el momento en que los dioses envían su castigo, personificado en este caso en la figura de la serpiente. Es decir, la obra apela a que el espectador descifre y estudie el hecho que aquí se narra en un solo instante, guiándose por los atributos de la misma que hacen alegoría al mito. Se espera que el espectador identifique los personajes e interprete la alegoría de su relación. Léanse como atributos alegóricos las serpientes (representando el castigo de los dioses), la figura de Laocoonte (representado en actitud de desesperada lucha para librar a sus hijos y con la mirada hacia arriba, como implorando piedad a los dioses, expresando dolor en todas sus facciones) y los hijos de Laocoonte (en actitud de impotencia el de la derecha y de vencimiento el de la izquierda).

También se puede relacionar con el proceso perceptivo en dos fases propuesto por Aristóteles: la recepción del estímulo por el órgano sensorial y la asimilación e interpretación. En esta última fase entraría en juego la reacción esperada del espectador de la unión de los atributos y que esto lo remita al mito. Es el cerebro, no los ojos del espectador los que ponen de manifiesto el verdadero significado de la obra.

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Ÿ GOMBRICH, ERNST: “La Historia del Arte”, Capítulo IV “El reino de la belleza, Greciadel siglo IV a.C al I” – 3º edición – Buenos Aires – Ed. Sudamericana 2007.

Ÿ DE OLAGUER-FELIÚ ALONSO, Fernando: (2000) Alejandro Magno y el arte, Aproxima la personalidad de Alejandro Magno y su influencia en el Arte, Madrid, Encuentro Ediciones177.Ÿ ONIANS, John: (1979) Arte y pensamiento en la época helenística, Madrid, Alianza Forma,1996; cap. III.Ÿ http://enelvallearte.blogspot.com/2008_10_01_archive.htmlŸ http://enciclopedia.us.es/index.php/Laocoonte_y_sus_hijos

Imágenes:

Ÿ http://www.flim.com/remlafaq/murmur/laocoon.jpgŸhttp://enciclopedia.us.es/images/a/a3/Laocoonte_y_sus_hijos.jpgŸhttp://artaula.files.wordpress.com/2009/09/eefd65951cc454c991991381d337e841_96a.jpgŸhttp://lh3.ggpht.com/_5ZXVoYYyT7Q/SBMOZL_rRqI/AAAAAAAAGjg/RPkEHw6f9ew/s1600/2BacArtT03Imag-laocoonte02.JPG (Pedro Colmenero Vicente)Ÿhttp://lh3.ggpht.com/_5ZXVoYYyT7Q/SBMOZL_rRqI/AAAAAAAAGjg/RPkEHw6f9ew/s1600/2BacArtT03Imag-laocoonte02.JPG (Pedro Colmenero Vicente)Ÿhttp://www.artwallpapers.net/paintings/el_greco/02/el_greco02.jpgŸhttp://www.arssummum.net/data/media/129/GrecoLaocoonte02.jpgŸhttp://www.arssummum.net/data/media/129/GrecoLaocoonte04.jpgŸhttp://www.flim.com/remlafaq/murmur/laocoon.jpgŸhttp://1.bp.blogspot.com/_THHBoDIn9hU/SPze8Hs-qsI/AAAAAAAAAMA/7H2LonNSQLM/s400/laocoonte2.jpg

y el mundo griego,

ación; pp. 36-

Bibliografía y Fuentes

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Arena, CarlaCasella, GermánSosa, Guillermo

Junio de 2010

Historia del Arte IPrehistoria y Antigüedad Clásica

Cátedra de Daniel Sánchez