h a r marina mayoral agua lf a querida amiga · querida amiga: ha de disculparme por llamarla así,...

22
Marina Mayoral Querida amiga ALFAGUAR A H

Upload: lamdat

Post on 13-Oct-2018

221 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Marina Mayoral

Querida amiga

ALF

AG

UA

RA

H

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 5

Page 2: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

«Cartas, relaciones, cartas, tarjetas postales, sueños, fragmentos de la ternura proyectados en el cielo, lanzados de sangre a sangre y de deseo en deseo.»

MIGUEL HERNÁNDEZ

«Carta» de El hombre acecha

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 7

Page 3: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Querida amiga

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 9

Page 4: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por

ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar conalguien. Perdone el atrevimiento; la vi ayer en latelevisión y pensé: ella me entenderá, se le notaen la cara que me ha de entender. Y por eso leescribo, ¡tengo tanta necesidad de desahogar conalguien esta pena que llevo dentro! Y no tengocon quién. Con mis hijos, que lo comprende-rían, no debo hablar. Y los demás, mis amigas yla gente que conozco, se pondrían a criticarmey a hablar mal de mí, y al final de mi vida ven-dría a encontrarme igual que al comienzo.

Yo nací y me crié en una aldea gallega,en la montaña. No sé si usted sabe lo que esvivir allí, o lo que era, porque ahora un pocomejoraron. No había más luz que la del cielo,ni más agua que la que sacábamos del pozo.Una cocina de piedra, una cama de tablas conun colchón de paja, porque la lana de las ove-jas se vendía para comprar de comer, y las va-cas y los cerdos allí mismo, personas y anima-les revueltos en aquella choza llena de goteras,

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 11

Page 5: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

con el piso de tierra siempre enchopado... ¡Aque-llo no era vida!

Había tres casas un poco mejores, tresexactamente, ni más ni menos. Eran las de losricos. Ellos tenían colchón de lana y la cuadrafuera de la casa; por lo demás vivían tan mal co-mo todos. Veinte casas, cuarenta vecinos, otrostantos bueyes y vacas, más o menos, porqueunos no tenían ninguno y otros tenían hastatres parejas; los rebaños de ovejas, las gallinas,los conejos, la ermita del santo patrón dondevenía el cura a decir misa los domingos, y parede contar; aquél era mi mundo y aquélla era lagente que marcó para siempre el curso de mivida.

Yo era de los pobres. Todos éramos po-bres menos los tres vecinos que le dije, los quetenían casas de piedra con tejados de cuatroaguas. Pero no piense que me sentía desgra-ciada. Mientras fui niña fui feliz, siempre tuvesalud y buen conformar. Mi desgracia fue serguapa y aquella alegría que me andaba por den-tro y me salía por los ojos y por todo el cuer-po. Hay mujeres guapas que parece que vanmetidas en un fanal. Yo no. A mí siempre megustaron los escotes y llevar los brazos al aire.En el verano, cuando iba con el ganado a pas-tar, me tumbaba en el prado, remangaba la fal-da, subía las mangas de la blusa y abría el esco-

12

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 12

Page 6: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

te, porque me gustaba poner el cuerpo al sol.La gente entonces escapaba de él, no era comoahora. Los de la aldea iban siempre tapados dela cabeza a los pies, porque decían que el sol ha-cía mal, que daba calentura. Y las señoritas delpueblo usaban guantes y sombrillas para tenerla piel blanca y se llenaban de polvos de arroz,que parecían bollos crudos.

A mí no me daban envidia las señoritas.Las veía cuando bajaba al valle, por las fiestas oa comprar alguna cosa en las tiendas del pue-blo. Me daba risa de ellas, tan puestas, tan co-locadas, paseando arriba y abajo por la alame-da, echando ojeadas de refilón a los señoritos,disimulando las ganas, porque estaba mal vistoque una chica soltera hablase con un chico enpúblico. ¡Ya ve qué hipocresía! Yo no era así.

A mí los señoritos venían a hablarme.Pensaban que como era montañesa podíanecharme piropos sin ofenderme. Y así era. Yoles dejaba hablar y les contestaba, pero las ma-nos quietas; de eso, nada. Más de uno se llevóuna buena bofetada mía. Yo me reía de ellos, lestomaba el pelo. Sabía que les gustaba y ellos amí no; ésa era mi ventaja. No me gustaba aquelcolor que tenían de leche cuajada, ni los bigotesrecortados, ni el pelo engominado, ni los hom-bros estrechos... Tampoco me gustaban los bru-tos de la aldea, que no sabían ni hablar y que

13

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 13

Page 7: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

apestaban a estiércol. A mí sólo me gustaba él,siempre el mismo, desde niña, que pienso queestábamos hechos el uno para el otro.

Él era el hijo del capador y vivía en unade las casas ricas de la aldea. Era sólo dos añosmayor que yo, y era también muy guapo: altoy lanzal, con el pelo castaño claro, que le caíasobre la frente en rizos como los de un niño, lapiel tostada del sol y unos ojos, unos ojos queme volvían loca, cambiaban de color según cam-biaba el tiempo o según lo que le pasaba pordentro. A veces eran azules-azules y otras erangrises y otras parecían negros, igual que el cie-lo. Yo me estaría la vida entera mirándolos yno me cansaría nunca, porque eran unos ojosque hablaban, que decían lo que sentía el cora-zón, lo que le pasaba por el alma.

Él también estaba enamorado de mí. Supadre quería que fuese a vivir al valle, al pue-blo, con el maestro, porque quería que fueseveterinario y no capador como él, y quería quese relacionase con señoritas y con la gente dedinero que vivía en el pueblo. Pero él les dijoque estudiar sí, pero que prefería ir y venir ca-da día a la escuela y vivir en la aldea. Lo hacíapor mí, porque desde niño estuvo enamoradode mí. Y yo de él.

Él iba a la escuela a caballo y tapadocon una capa de aguas. Había que andar cinco

14

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 14

Page 8: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

leguas por la carretera o atajar por el montepara ir al pueblo, y cuando nevaba no se podíabajar. Mi padre le dijo al capador si yo podía irtambién en el caballo y así fuimos durante dosaños, hasta que murió mi padre, cuando yo te-nía doce y aún no era mujer. Se murió al em-pezar el otoño y, nada más enterrarlo, mi tíodijo que yo sabía leer y escribir y las cuatro re-glas y que para qué quería saber más, que ha-bía mucho trabajo en la casa y que era mejorque me quedase allí, echando una mano, y medejase de perder el tiempo en la escuela. Y mimadre dijo que bien. Eran buena gente, peroignorantes, y hacían mal sin darse cuenta deque lo hacían. Así que, desde aquel día, él ibasolo a la escuela y al pasar el caballo por delan-te de mi casa lo hacía relinchar, y yo, que an-daba preparando la comida para el ganado, measomaba a la puerta y le decía adiós con la ma-no. Y así seguimos hasta que yo me hice mujer.

Hasta los catorce años fui una niña,guapa, pero menuda, poquita cosa, aunquesiempre espabilada y alegre y también un pococoqueta. Ya de pequeña, cuando íbamos en elcaballo, yo me abrazaba a él, como si tuvieramiedo a caer. Le echaba los brazos alrededordel cuerpo y sentía cómo él se estremecía y elcorazón le batía con tanta fuerza que parecíaun pájaro asustado. Él siempre fue tímido y más

15

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 15

Page 9: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

vergonzoso que yo. Me llevaba dos años, perolas mujeres crecemos más rápido para esas co-sas de la malicia. Yo le decía, cuando sentía queél temblaba: ¿Qué te pasa?, porque quería que élme dijese que quería ser mi novio, pero él ca-llaba o decía que tenía frío o que le hacía cos-quillas.

Cuando me hice mujer, aún se notó másla diferencia, porque de repente, en dos me-ses, cambié por completo. Primero di un esti-rón y después me redondeé, me crecieron lospechos de una manera que llamaba la atención:grandes, levantados y con unos pezones comocerezas gordas. Me hice una mujer de banderay eso fue mi desgracia, porque la mía no era unabelleza como la de otras, que parecen vírgenesde estampa; no: yo atraía a los hombres, los en-cendía, aunque no hiciese nada.

Él, por el contrario, fue cambiando pocoa poco. Se hizo hombre más despacio. Aunqueensanchó de cuerpo y las piernas se le hicieronmás fuertes, siguió siendo delgado y conser-vó siempre el pelo brillante de niño y aquellosojos que me llevaban el corazón con ellos. Fuiyo quien se declaró, porque él me miraba y memiraba, y sufría, que yo bien me daba cuenta,pero no arrancaba a hablar. En las fiestas, cuan-do los otros se me arrimaban, yo veía sus ojosclavados en mí como dos carbones encendi-

16

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 16

Page 10: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

dos: oscuros y relucientes, echaban chispas co-mo las hogueras de San Juan; y apretaba tantolos dientes que los tendones le hacían bultosen la cara. Yo rabiaba por acercarme a él y aca-riciarlo y mirarme en aquellos ojos y decirle queno quería a nadie más que a él. Pero él, nada,ni invitarme a bailar. Cuantos más celos le da-ba yo, más se metía él en sí mismo y más su-fría, que yo me daba cuenta y sufría también,pero al mismo tiempo me daba rabia, porquesabía que sus padres no me querían, que ha-cían todo lo posible para apartarlo de mí, y yono quería dar el primer paso. Aunque estaba se-gura de que le gustaba y de que estaba enamo-rado de mí, siempre le queda a una esa duda,si le parecería poca cosa para él, si en el fondono quería comprometerse, yo qué sé.

Yo tenía siempre muchos hombres alre-dedor de mí, tendiéndome trampas, entre ellosel sargento de la Guardia Civil del valle, y,además, la mujer del capador andaba diciendoque su hijo iba a estudiar para veterinario y quese había de casar con una señorita de buena fa-milia, fina y con dinero, como le correspon-día, y que ya le tenían buscada la pensión enBrétema, cerca de la Universidad, y que por sugusto ya antes lo habrían mandado, porque,decía el capador, o se iba a Brétema o se ibaa hacer el servicio militar, que no lo quería más

17

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 17

Page 11: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

tiempo en la aldea. Y a mí me dio tanta rabiaque anduviera hablando así que aquel veranobailé como una peonza en todas las fiestas ycuando estaba cerca de él me reía a carcajadas,para ver si él se arrancaba. Pero no hubo for-ma, así que en la fiesta del San Bartolo, queera la última del verano, me acerqué a él y ledije: Conque te vas a Brétema de soldado y sindespedirte de los amigos. Y él me dijo: Andassiempre tan acompañada que no encontré laocasión. Y yo le repliqué: Cuando se quiere aun amigo siempre se encuentra un momentopara hablar. Y él entonces, con una voz tan se-ria y triste que el corazón se me subió a la gar-ganta y sentí que me ahogaba, me dijo: Tú biensabes lo que yo te quiero desde hace muchotiempo.

Y era cierto, porque nosotros nos en-tendíamos sin necesidad de hablar y yo sabíaque lo que él decía era verdad y también queera vergonzoso y tímido y que aquélla era sumanera de quererme, y por eso, cuando fui-mos a bailar y él me pasó el brazo por la cintu-ra sin intentar apretarme como hacían todos,pero cogiéndome muy fuerte y clavando todoel tiempo en los míos aquellos ojos que erancomo estrellas, fui yo quien me apreté contraél, y junté mi cara con la suya y sobre su boca,sintiendo su aliento en la mía, casi sin darme

18

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 18

Page 12: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

cuenta de lo que decía, le dije: Te quiero, tequiero, te quiero, te quiero...

Aquella noche me acompañó a mi casa.Me pidió que fuera su novia y que lo aguarda-se hasta que él acabase la carrera de veterina-rio. Atravesamos la fiesta por entre la gente,con su brazo en mi hombro, para que todo elmundo supiera que yo era su novia, porque yonunca había andado así con ningún chico, niél con ninguna chica. Y al pasar por una corre-doira, camino de casa, nos besamos.

Antes de marchar a la mili me dio unmontón de papeles llenos de versos, que ha-blaban de mí, que había ido escribiendo desdelos tiempos de la escuela y que nunca se habíaatrevido a darme. Allí decía las cosas más bo-nitas que nunca en mi vida me dijeron.

Esos versos y las cartas que me escribióaquel primer año desde Brétema es todo lo queconservo de él. Los leí tantas veces, están tangastados de besos y de lágrimas que ya casi nose ven. Pero no importa porque los sé de me-moria. Son versos muy bonitos y muy tristes,que parece que él ya presentía lo que iba a pa-sar y por eso decía que no me olvidase de él yque su amor sería más fuerte que la ausenciay que la muerte. Yo no sabía escribir cosas así,pero le decía que él era el único al que yo queríay que lo había de querer siempre. Y no le mentí.

19

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 19

Page 13: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Lo que pasa es que la vida te empuja muchasveces a donde no quieres ir y te obliga a ha-cer cosas que nunca pensaste hacer.

Yo era una mujer que gustaba a loshombres, ya le dije; siempre tenía más de unoalrededor buscando su ocasión. Jóvenes y vie-jos, todos se me arrimaban y tenían algo quedecir cuando yo pasaba. Yo les daba conversa-ción, ésa fue siempre mi manera de ser, peronada más. Me gustaba charlar y bromear; yame dirá qué hay de malo en eso. Lo que pasaes que me adelanté en muchas cosas a mi tiem-po. Lo que yo hacía lo hacen hoy todas las chi-cas de quince años, pero entonces no se podíaser guapa y alegre y desenvuelta; no le po-día gustar a una poner las piernas al sol o lle-var escotes y, sobre todo, hablar con los hom-bres y reírse con ellos. Si eras así sólo podías serputa o cómica, que venía a ser lo mismo. Esoera lo que pensaban de mí. Me lo dijo un díauna de mis tías: Tú no eres mujer para casada.Una mujer de bien no anda por ahí enseñandolo que tú enseñas y hablando con todos. Y hasde acabar mal, porque los que se te arrimansólo van a sacar tajada, desde el aparvado delhijo del capador hasta el sargento de la Guar-dia Civil.

El hijo del capador ya sabe quién es, y elotro, el sargento de la Guardia Civil, es mi ma-

20

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 20

Page 14: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

rido. Entonces tenía veintisiete años, venía dela guerra y era todo un personaje. Era buen mo-zo y hasta guapo: moreno, de barba cerrada ydura, muy hombre, y con experiencia. Me bus-có las vueltas. Habló primero con mi tío, queera quien disponía en la casa desde que muriómi padre. Le dejó caer que, teniendo un pa-riente en el monte, un sobrino que andaba hui-do, primo carnal mío, le convenía emparentarcon él. Le dijo que llevaba buenas intencio-nes, que se quería casar conmigo, porque esta-ba convencido de que yo en el fondo era unachica seria, pero que, si seguía dando que ha-blar, él había de hacer como todos y que si pa-saba algo que no le viniesen después con recla-maciones. Así que mi tío fue y me dijo: Comote vea con alguno que no sea el sargento te tun-do a varazos.

Mi madre y mis tías no me quitaban losojos de encima, no podía moverme si no erapara estar con él. Me tenían aburrida. Pasé lasfiestas de San Froilán y las de San Lucas senta-da en un banco sin querer bailar con el sargen-to, y sin que nadie más se me arrimase, porqueél se venía a hablar con mis tías y se estaba allílas horas muertas para hacer ver que entre él yyo había algo. Y por eso, y porque entonces laGuardia Civil imponía mucho respeto, nadiese atrevía a acercárseme.

21

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 21

Page 15: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Yo esperaba la Navidad como el SantoAdvenimiento, porque pensaba que vendría minovio. Pero no vino. Vinieron todos los quin-tos menos él; no le dieron permiso y yo sospe-cho que fue algo que tramaron entre todos, nosé si fue cosa de mi marido, o de mis tíos, o delcapador y su mujer, o qué, pero todo se en-redó de una manera que pienso que lo teníanpreparado.

El caso fue que mi marido, que, comole digo, era entonces una persona importante,me invitó al baile del casino del pueblo la no-che de fin de año. Mi tío me dijo que teníaque ir, que con un pariente en el maquis no sele podía hacer un feo al sargento, que por me-nos tenían breadas a palos en el cuartelillo delvalle a muchas familias y que a nosotros nuncanos habían molestado para nada, que bien seveía que era por la consideración del sargento.Yo no sabía qué hacer, pero entonces me ente-ré de que la mujer del capador andaba diciendoque su hijo tenía novia en Brétema, una chicacomo Dios manda, y que por eso no venía, y mecegó la rabia y fui al baile.

Aquello fue mi perdición, porque mi ma-rido era un hombre con experiencia y supo en-redarme bien. Me hizo beber, champagne fres-quito, que yo nunca lo había probado, y se mesubió a la cabeza sin darme cuenta. Me llevó

22

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 22

Page 16: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

con sus amigos, que me hicieron reír y olvidar-me de todo. Bailamos toda la noche y ya deamanecida cogió el coche, que no era suyo, queera del cuartelillo, para llevarme a la aldea. Semetió por una corredoira fuera de la carreteray paró el motor y empezó a besarme y a desa-brocharme la ropa y también la suya. Yo esta-ba tan borracha que no atiné a defenderme. Nome violó, quiero decir que no perdí la virgi-nidad, pero perdí la honra. Lo que yo hice enaquel coche no lo debe hacer una mujer con unhombre que no sea su marido.

Después de eso, todo el mundo me diopor perdida. Otras chicas de la aldea tuvieronhijos de solteras y después se casaron con otroshombres y nadie las criticó. Pero a mí no meperdonaban ser guapa y alegre. De mí, aunquefuera como santa María Goretti, habían de ha-blar igual. Y yo también estaba avergonzada.Entre todos me hicieron sentir así y ni siquierasupe defenderme cuando mi novio vino a pedir-me cuentas. Me dijo: ¿Es cierto eso que dicen?Yo me puse como la grana, sin saber qué contes-tar, y él, al verme, dijo con una voz que parecíaque se moría: Así que es cierto... Yo hice un es-fuerzo y le pregunté: ¿Qué fue lo que te contaron?Y él: Que bailaste con el sargento toda la nochey que te trajo en el coche y que tardasteis másde una hora en llegar desde el valle a la aldea...

23

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 23

Page 17: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Yo no me atreví a negarlo, ni a decirleque estaba borracha y que entre todos me esta-ban empujando a la cama del sargento y quesu madre también tenía la culpa por andar di-ciendo lo que no debía. No sé si fue por ver-güenza o por orgullo, pero sólo dije: Sí, eso escierto. Y él, tampoco sé si por orgullo o por-que la pena no le dejaba hablar, se quedó ca-llado, mirándome, y después dio media vueltay se fue sin decir ni palabra.

Mi marido, según todos dijeron, se por-tó como un hombre de bien. Le dijo a todo elmundo que yo era su novia y que nos íbamos acasar enseguida. Me lo dieron hecho. En mi ca-sa estaban tan satisfechos que ni pensaron queyo no quisiera. Y a mí me dijo que nos casaría-mos pasados algunos meses, para que la genteno creyese que nos casábamos tres, y que me ca-saría de blanco y con la cabeza bien alta, que noquería que nadie tuviese qué decir de su mujer.Y me hacía regalos y me trataba con todo respe-to en público, ni cogerme una mano, ni gastar-me una broma y ni siquiera hacía por verme asolas, aunque algunas veces sí y entonces se po-nía igual que en el coche, pero como yo no esta-ba borracha lo rechazaba, y él no se enfadaba, sereía y decía: Ya verás cuando nos casemos.

Yo estaba esperando a que mi novio selicenciase para tener una conversación con él.

24

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 24

Page 18: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Pero no pudo ser. Vino un día a recoger suscosas y dijo a quien quiso oírlo que se marcha-ba a estudiar a Barcelona. Y usted dirá ¿por quéa Barcelona? Yo lo sabía, porque a mí me pa-saba lo mismo: quería olvidar, huir de mí. Poreso se fue tan lejos, igual que hice yo. Pero noconsiguió olvidarme, ni yo a él.

Cuando él se marchó, le dije al sargen-to que me casaría, pero con una condición:que nos fuéramos de allí, y a lo más lejos quepudiera. Toda la tierra de España entre mi no-vio y yo, que con menos no bastaba. Y fuisincera con él, no quise engañarlo: le dije quesería su mujer y que, si él era bueno conmigo,no había de tener nunca queja de mí en nin-gún sentido, pero que no estaba enamoradade él, que no lo quería. Creo que le fastidióoírlo, pero me contestó muy seguro: Tú aúnno sabes lo que es querer. Lo que tú necesitases un hombre y no un parvulito que te hagaversos.

Y en eso se equivocaba, porque lo quea mí me enamoraba de mi novio no era sóloaquel cuerpo lanzal y aquellos ojos meigos: erasu manera de ser, cómo me hablaba, o cómo nome hablaba, y su forma de mirarme... y tam-bién los versos, porque nadie me dijo nuncacosas tan bonitas. Eso mi marido no lo enten-día. Por lo demás no es un mal hombre, ni se

25

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 25

Page 19: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

puede decir que sea un mal marido. Pero siem-pre fue un poco bruto, desde que nos casamos,y eso ya no tuvo remedio.

La noche de bodas se me manchó el ca-misón de sangre. Un camisón blanco, de rasoy encajes, que él me había regalado. Estábamosen un hotel, de luna de miel, y a la mañana si-guiente fui a lavarlo en el cuarto de baño, y élme lo arrancó de las manos, diciéndome: Noseas paleta, ¿qué van a pensar los del hotel? Yalo lavarás en casa.

Pero cuando volvimos a su casa, que eraen el cuartelillo del valle porque aún no teníael traslado, al deshacer la maleta no encontré elcamisón, y yo pensé que lo había perdido y mecallé y no dije nada. Esa misma noche él sereunió con los amigos en un cuarto que habíapara jugar a las cartas y beber. Estaba al fondodel pasillo en la misma planta donde nosotrosvivíamos. No se preocupó ni de cerrar la puer-ta. Mi camisón andaba de mano en mano y mimarido les decía riéndose: Ya os lo dije, quea esta mujer la estrenaba yo.

Estuvimos allí nueve meses, porque élquiso quedarse hasta que nació el niño. Des-pués nos vinimos para el sur y aquí pasamos to-da nuestra vida desde entonces. Tuve aún doshijos más, dos chicas. Cuando ya todos estabancriados le dije a mi marido que quería trabajar,

26

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 26

Page 20: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

poner un negocio. Conseguimos un poco dedinero y abrí una casa de comidas. Al comien-zo era pequeña y barata, pero, como yo tengobuena mano para la cocina y simpatía para laclientela, me fueron bien las cosas y fui mejo-rando. Hoy tengo tres restaurantes de lujo yun hotel. Y una buena casa en la aldea. Mimarido dejó la Guardia Civil y se ocupa delpersonal. Los hijos estudiaron todos una carre-ra y ya están casados, y a mi gente de la aldea laayudé para que viviera mejor.

A mi novio no volví a verlo ni a hablarcon él cara a cara, pero sabíamos uno del otropor los vecinos. Yo iba a la aldea y él también,y de ese modo los dos sabíamos de nuestrasvidas. Él se hizo veterinario y vivió siempre enBarcelona. Se casó, pero no tuvo hijos.

Hace ahora un año, soñé con él unanoche. Volví a verlo según era en nuestra ju-ventud. Yo estaba sentada en el prado dondepastaban las vacas y él tenía la cabeza en mi re-gazo. Yo le acariciaba la cara y me miraba ensus ojos, que eran azules como el cielo del ve-rano, y él me decía como tantas veces me dijo:Te quiero más que a nada en este mundo...

Me desperté llorando, y ese mismo día,cuando llamé por teléfono a los parientes queaún tengo en la aldea, una de mis tías me dijo:¿Sabes quién murió?

27

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 27

Page 21: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

Desde entonces llevo una pena conmi-go que no me deja vivir. Ahora soy una vieja.Tengo sesenta y cinco años, pero le puedo de-cir que mientras él vivió fui una mujer guapa.Nadie me echaba los años que tenía. Yo mecuidaba, me arreglaba, me vestía bien, porquesabía que le hablaban de mí y, además, teníala ilusión de que volvería a verlo, y quería queél me encontrase guapa como siempre. Quizáfue mejor así, porque, si llegamos a vernos otravez, igual ya no podíamos separarnos. Quizáfue mejor, pero, desde que él murió, a mí se meecharon de golpe los años encima. Los añosy esta pena que me ahoga.

Tenía que decírselo a alguien para noacabar contándoselo a mis hijas, que son lasúnicas que podían entenderme, y al fin su pa-dre es su padre, y es bien triste tener que decir-les que me pasé la vida queriendo a otro hom-bre y que, si me dieran a escoger, lo cambiaríatodo, hasta a los hijos, por él. Me parece maldejarles ese recuerdo de mí. Por eso le escribo austed, para desahogarme, y también por si quie-re contar mi historia, que yo no sé hacerlo, ycuando la vi pensé que me había de entender,por cómo hablaba y lo que decía de que al es-cribir se sacan fuera los demonios y se sienteuna mejor. Así que perdone el atrevimiento yocuparle su tiempo, pero si la escribe, por favor,

28

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 28

Page 22: H A R Marina Mayoral AGUA LF A Querida amiga · Querida amiga: Ha de disculparme por llamarla así, y por ocuparle su tiempo, pero tenía que hablar con ... dejase de perder el tiempo

diga que yo no falté a mi palabra: que no quisea otro hombre y que no lo olvidé nunca.

Y sin más, reciba un abrazo y el agrade-cimiento de su amiga.

V.

29

Querida amiga 22/3/11 12:29 Página 29