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REVISTA DEL REAL MONASTERIO DE GUADALUPE FUNDADA EN 1916. Nº 841, AÑO 2014

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Revista Guadalupe número 841

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Revista del Real MonasteRio de Guadalupe fundada en 1916. nº 841, año 2014

¿Por qué Isabel no está aún en los altares? / 10El lienzo de la Virgen de Guadalupe en Lima / 16

Vindicación del pintor José Gordillo / 22

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«Los reyes de Castilla poseen en Guadalupe magníficos palacios de su propiedad, con fuentes delante de ellos y con estancias exquisitamente preparadas… Gusta la reina [Isabel] sobremanera de este monasterio, y cuando está en él dice que se encuentra en su paraíso. Asiste personalmente a

todas las Horas, en el espléndido oratorio privado que tiene sobre el coro».JeRóniMo MünzeR (itineRaRiuM sive peReGRinatio, 1494-1495)

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Noviembre - Diciembre

Núm. 841. 2014

Índice

Nigra Sum*

--

Director:Antonio ArévAlo Sánchez, oFM

Administrador:hipólito áMez prieto, oFMSecretaría y Suscripciones:

Antonio rAMiro chico

--

Redacción y Administración:Real Monasterio de Santa María

10140 GUADALUPE (Cáceres)

Teléf.: 927 36 70 00

Fax: 927 36 71 77

Web:http/www.monasterioguadalupe.com

Correos electrónicos:[email protected]

[email protected]

Edita:Ediciones Guadalupe

Imprime:Gráficas San Antonio, S. Coop.

Almansa, 7 41001 Sevilla

Depósito legal: BA-12-1988.

--

Tarifa suscripción 2015Cinco números y almanaque de pared

Anual ordinaria .......................... 17 E

Anual extraordinaria .................. 20 E

Anual bienhechor ....................... 60 E

Anual extranjero ......................... 25 E

* «Nigra sum» [Soy morena…] es una expresión tomada del Cantar de los Can-tares (1,5) que la Liturgia, desde la Edad Media, aplica a las Vírgenes Negras.

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Su aparición a unos pastorcillos, en nada distingue a la Mare de Déu de Monse-rrat de otras imágenes venerables, pese al formidable lienzo de dientes de sierra. Tampoco que su labra se atribuya a san Lucas y que se ocultase a la morisma en la oquedad serrana. Ni cuando los gañanes la atisbaron, con brillo de electro y canto

angélico, en la cueva y los clérigos dispusieron llevarla a Manresa… Todo estaba escrito u oído, hasta que el conde Wifredo el Velloso decide, en el 888, donar la ermita de Santa Ma-ría al monasterio de Ripoll. El año 1025, el abad Oliba, obispo de Vic, erigió allí un prio-rato benedictino, atrayendo el fervor de romeros y enfermos con el relato de prodigiosos obrados por la Virgen. Siglos después, el añ0 1409, Monserrate alcanzó rango de abadía independiente de Ripoll. Entre 1493 y la Exclaustración de 1835, el cenobio se hizo céle-bre por su poder y su cultura, sobre todo litúrgica y musical, llegando al cénit en los siglos XVII y XVIII. Amainado el vendaval de la Guerra de la Independencia (1808-1811) y las desamortizaciones, el año 1844 se restauró la vida monástica. Durante las fiestas de la Co-ronación de la sagrada imagen, el papa León XIII declaró Patrona de Cataluña a la Virgen Moreneta el 11 de septiembre de 1881.

La talla sedente, de un poco más de tres pies de altura y afilado rostro, es obra románica del siglo XII, aunque muy retocada y añadida en el XIX; dorada toda ella, al igual que el Niño, excepto el rostro y las manos de ambos. Lleva en la diestra una esfera, mientras la izquierda sostiene al Hijo sentado sobre sus rodillas, que porta una piña. Cubre su cabeza hasta los hombros un velo, ceñido por corona tallada. Lleva escabel bajo los pies y se presenta sin atuendo ni artificio desde principios del siglo pasado. Su culto en la Corona de Aragón y la fama que adquirió entre los peregrinos italianos que iban a Compostela, explica la difusión

de su título en Italia. Y también en América, pues el propio Almirante, en su segundo viaje a las Indias (1493), dio el nombre de Monserrate a una isla, después que pusiese el de Guadalupe a la Turuqueira. Nolasco, Ferrer, Borja, Gonzaga, Claret, entre otros santos, visitaron la santa montaña, aunque sería el de Loyola el que diera más fama. Con vuestro nombre —declama mosén Verdaguer en el himno que da título a esta nota, el Virolai— comienza nuestra historia y es Monserrate nuestro Sinaí (Amb vostre nom comença nostra història i és Montserrat el nostre Sinaí). La catalana tierra bruñe allí, al menos desde el siglo XIX, algo más que el origen de la historia sagrada, nuestra historia de Salvación, y, al amor del lar sacro, velan mitos y senyeras.

«Rosa d´abril, Morena de la serra»

I. Nigra sum: Rosa d abril, Morena de la serra ................................. 1II. Aires morenos [Noticias de la Virgen] ............................................ 2III. Aula capitular [Opinión]

- Bitácora del Director ................................................................ 5- A las claras: María J. Flores, OSC ................................................ 6- De lo mundano a lo humano: Emmanuel Ramiro Fernández 7- Barrera del sol: Francisco de A. Oterino Villasante, OFM ........ 8- Pura y limpia: Demetrio Fernández González, Obispo ............. 9

IV. Scriptorium guadalupense [Investigación y divulgación]- Isabel la Católica ¿Por qué la reina no está en los altares? Arturo Álvarez Álvarez ................................................................... 10

- Un lienzo de la Virgen de Guadalupe F. Javier Campos y Fernández de Sevilla, OSA .............................. 16- José Gordillo, un pintor fontanés en la memoria Jesús Lozano Mateos ...................................................................... 22- La Inquisición en el monasterio de Guadalupe (V) Manuel Herrera Vázquez ............................................................... 27

V. Plaza Mayor [Noticias del Monasterio y la Puebla]- Miscelánea de Guadalupe ....................................................... 31- Crónicas de la puebla: Antonio Ramiro Chico ........................ 38

- Normas para la presentación de originales ................................... 40

Portada: Fachada y atrio de la Basílica (Archivo. AAS)Contraportada: Puento romano de Alcántara.

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El año pasa rápidamente y cuando nos queremos dar cuenta la nueva edición del peregrinaje a Guadalupe lle-ga de nuevo. Es el deseo y la ilusión de acudir una vez más hasta los pies de la Santísima Virgen. Mochilas, sacos de dormir, comida y enseres para los seis días que dura la travesía; todo a revisarlo con el fin de que después no echemos nada en falta. Según los pronósticos meteoro-lógicos la semana que durará la marcha parece que va a ser bastante calurosa decidiéndose a última hora an-dar la mayor parte de la ruta diaria por la noche. A unos les agrada la idea, mientras que otros se muestran rea-cios al cambio, el caso es que el “mandamás” o mejor di-cho el encargado de llevar las riendas del grupo hasta el santuario Mariano es el que tiene la última palabra y co-mo la mayoría de los peregrinos se han decantado por la nocturnidad decide que andaremos gran parte de la no-che, evitando así el fuerte calor que principalmente por las tardes hace. Con ello decidido, el día 1 a las tres de la mañana, cuando los gallos todavía duermen, treinta y tres

Desde Malagón y El Robledo (Ciudad Real)

Seis días camino de Guadalupe

malagoneros desde la plaza del Santo tomaban la carre-tera de Porzuna e iniciaban el Camino. Viejos conocidos unos que cada año gustan de volver a visitar el Santuario; nuevos otros, que ilusionados por esta nueva experiencia deciden unirse; pero todos movidos por una gran fe ha-cía la Santísima Virgen de Guadalupe. La oscuridad de la noche pasa y la claridad del día ya se vislumbra en el ho-rizonte, para cuando el sol quiera apretar gran parte de la marcha diaria esté hecha, aunque esto no quiere decir que el camino haya sido precisamente de rosas, pues to-davía hay que andar hasta el mediodía bajo los abrasado-res rayos solares y sus cerca de 40º. Calores que se palian con el agua fresca de un coche de apoyo y, si alguno se las ve y se las desea para llegar a la meta, ahí están esos mis-mos coches de apoyo para cualquier necesidad o contin-gencia, aunque el deseo de los peregrinos es hacer la to-talidad del recorrido andando.

El Robledo, pueblo situado a 43 kilómetros de la sali-da, sirve de primer punto de descanso, de donde se reci-

Peregrinos de Malagón y El Robledo en el año 2014

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Jornadas de Hispanidad dedicadas a

Pedro de ValdiviaLa Real Asociación de Caballeros de Santa Ma-

ría de Guadalupe, con motivo del LXXXVI Aniversa-rio de la Coronación canónica de Nuestra Señora, ha organizado las XLIV Jornadas de Hispanidad, que este año han estado dedicadas a Chile, Pedro de Valdivia y Villanueva de la Serena. Por este mo-tivo, la Junta de Gobierno, acompañada de algunos Caballeros y la Hermandad de Valdivia, viajaron el día 5 de octubre a Villanueva, donde fuimos reci-bidos por su alcalde, Miguel Ángel Gallardo Mi-randa, la Corporación municipal y miembros de las tres hermandades de Nuestra Señora de Gua-dalupe de dicha localidad, en el salón de plenos del Ayuntamiento, donde se presentaron las XLIV Jornadas, comprometiéndose el alcalde a acoger el VII Encuentro Nacional de Santuarios, Parro-quias y Hermandades de Guadalupe para el próxi-mo año 2016. A continuación, todos los asistentes al acto se trasladaron a la plaza Mayor para hacer

VILLANUEVA. Monumento a Pedro de Valdivia (1927),bronce de Gabino Amaya (1896-1979)

be todo tipo el apoyo y ayuda que hace más fácil la marcha a los peregrinos, como es agua para una buena ducha o baño y lugar donde pernoctar. Y a la mañana siguiente, de este mismo lugar se unen a la marcha trece personas más, que haciendo piña con los malagoneros parten de nuevo cuando los gallos siguen sin cantar. Día duro, este segundo, al transcurrir todo él por carre-tera y donde las temperaturas se incrementan con el asfalto. Al-coba nos verá pasar por sus calles y Horcajo de los Montes nos recibirá después de una calorífica jornada. Los coches de apoyo dan agua sin cesar; las ampollas en los pies de algunos empiezan a aparecer, además de los correspondientes problemas muscu-lares, que también comienzan a manifestarse; pero el peregrino sigue adelante ya que las hábiles manos de algunos compañeros han reparado las heridas. Alguno de los jóvenes noveles no pue-de resistir más y solicita la ayuda de un vehículo, pero pasados unos kilómetros —qué digo kilómetros, quizás un par de cente-nares de metros— otra vez está andando. Y así un día tras otro hasta el cuarto, en los que se ha andado distancias diarias entre treinta y cuarenta kilómetros. El quinto y sexto día son algo más relajados o acaso el cuerpo ya se ha hecho y parecen más suaves.

Y por fin el último día, entre vuelta y revueltas; entre cerros y sierras surge el monasterio, donde la emoción embarga a los pe-regrinos. Afloran las primeras lágrimas. Un año más el camino se ha podido hacer. Atrás quedaron las ampollas y distorsiones musculares; atrás quedaron los fuertes madrugones y los calo-res pasados: como igualmente atrás quedaron los constantes pi-cotazos de infinidad de insectos que acompañan e incluso el co-rrespondiente a algún arácnido mayor, llámese arañas e incluso de algún que otro alacrán. Sin duda la Santísima Virgen de Gua-dalupe ha ido extendiendo su manto por el camino protegiendo a todos los que a Ella llegan a postrarse. Lo primero, a la llegada, es pedir clemencia y misericordia por aquello que nos embar-ga, entrando directamente en la Basílica y tratando, por todos los medios, de no molestar a otros anteriores peregrinos que oyen-do la Palabra de Dios están, dándole a la vez las gracias por to-do a lo que el peregrino ha ido. Visita posterior directamente en su camerino, donde uno tras otro muestra de nuevo su fe y reli-giosidad a la vez que acompaña, en silencio, con una oración y aquí finalizaba cada año el peregrinaje de estos seis días pero no el del año actual, que como conmemoración del 500 Aniversa-rio del nacimiento de nuestra Santa Teresa de Jesús, el fraile nos permitió a todo el grupo posar ante la Virgen con la correspon-diente pancarta de dicho acontecimiento, dejando grabado para la memoria el momento con algunas fotos.

Y ahora sí, todos a la puerta de la Basílica a hacernos la otra foto recuerdo, con todos los peregrinos del grupo que un año más han podido llevar a cabo la peregrinación, pasando poco después de nuevo el dirigente del grupo al interior de la Basíli-ca donde el padre Antonio Arévalo le hacía entrega de todas las Credenciales del Peregrino para cada uno de ellos.

FeliciAno DíAz-toleDo cAMArgo

Peregrino de Malagón

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un homenaje a Pedro de Valdivia, al que pusieron una corona laureada delante de su efigie.

A las 12:30, autoridades, hermandades y villanovenses par-ticiparon de solemne Eucaristía de acción de gracias en la igle-sia de la Asunción, que presidió su párroco, Nicomedes Silos Montero y el párroco de Guadalupe, fray Jesús María Tena, vi-llanovense y anfitrión de esta hermosa jornada. Prosiguió visi-tando con nosotros, a lo largo del día, los cinco templos en los que se rinde culto a la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad. En todos fuimos acogido son sumo cariño y en to-dos rezamos y cantamos a la Madre de Dios, bajo este bendi-to nombre de Guadalupe, comprobando la gran devoción que siente este pueblo de la Serena extremeña.

Las Jornadas continuaron el día 10 de octubre en la Ca-sa de Cultura de Guadalupe con la Gala de la Hispanidad con una conferencia sobre el extremeño universal, Pedro de Valdivia, fundador de Santiago de Chile, que impartieron los profesores Dionisio A. Martín Nieto y Bartolomé Díaz Díaz. En este mismo acto, se presentó el folleto Museo de la His-panidad, confeccionado por la Real Asociación con texto de un servidor, como homenaje a Nuestra Señora en su LXXX-VI aniversario de su Coronación canónica como Reina de las Españas, bajo el patrocinio de APRODERVI. Seguidamente, a la palabra acompañó la música y danza de Chile, magnífi-camente presentadas por la Asociación Cultural Chilena Cal y Canto. El día 11 de octubre, también en la Casa de Cultu-ra, tuvo lugar la entrega de los Premios Guadalupe-Hispani-dad 2014, que este año recayeron en la Asociación Cami-no Real de Guadalupe, el Nuncio de Su Santidad en Espa-ña, quien renunció al Premio, y Emilio González Barroso. La nota musical estuvo a cargo de la agrupación Camerata Ber-náldez de Badajoz quien ofreció un interesante programa de música clásica.

El día 12 de octubre, Fiesta de la Hispanidad, aniversa-rio de la Coronación y Fiesta Mayor de los Caballeros, de-clarada de Interés Turístico de Extremadura, comenzó bien temprano con Diana floreada, a cargo de la Banda de Músi-ca de Guadalupe. Hacia las once de la mañana, los Caballe-ros se concentraron en su sede social, desde donde partie-ron en procesión con las banderas hispánicas hasta la basíli-ca, para celebrar a las 12 de la mañana, solemne Eucaristía, que presidió monseñor Ángel Fernández Collado, obispo au-xiliar de Toledo, en cuya celebración se invistieron catorce nuevos Caballeros. A continuación, los Caballeros procesio-naron recordando ese 12 de octubre de 1928, aunque por motivos climáticos hubo de hacerse por el claustro mudéjar. Hacia las dos y media de la tarde, en la Comida de Herman-dad, se entregaron los emblemas de oro a los Caballeros cin-cuentenarios, verdaderos testimonios de fe y entrega a Santa María de Guadalupe.

Antonio rAMiro chico

Vicepresidente

Alabanzas

Ecuchad, Madre de Amor,las voces hechas clamorde un pueblo que os pregonacomo Divina Patrona.

Escuchad, Madre Adorada,nuestro canto de alabanzaque resuena en tu moraday hasta vuestro trono alcanza.

Escuchad, dulce Señora, esta muestra de oración,testimonio que atesoranuestra inmensa devoción.

Bendita seáis, María,Madre del Salvador,lucero en la noche fríarefugio del pecador.

Por vos batirán las palmasde gozo llenas las almas.A vos cantarán cancioneshenchidos los corazones.

Bendita seáis, María,de Dios sierva predilecta, nuestra Luz y nuestra guíahecha por Gracia perfecta.

Bendita seáis, María,que humilde de condiciónalumbrasteis al Mesíascamino de Salvación.

Antonio JoSé reinoSo peinADo

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La jiguera

Bitácora del Director

ARzOBISPO EN LAS VENTANAS

Ese cotilleo letal que ahora llaman redes sociales, donde regurgitan el vago sin escrúpulos, el cobarde con bilis y el necio con ínfulas, tuvo su primer vagido en la calle, el patio de vecinas, la taberna o radio macuto; o sea, los mentideros que siempre frecuentó la alcahuetería. Dicen en la blogos-

fera de Religión Digital que el Papa refirió a un obispo (indiscreto y cotilla, claro está) que la derecha eclesial lo está desollando, con acusaciones de desacralizar el papado. Es uno más de los chismes con que a diario juegan a Jorge Javier Vázquez (Jorgejá, dice el genial Hughes) algunos portales de información religiosa como el mentado. A raíz de la entrevista publicada el 20 de septiembre de 2013 en La Civiltà cattolica y otras diecisiete revistas de la Compañía de Jesús (Diálogos de jesuitas, dije yo, parafraseando la novela de Bernanos, en una Jiguera… abortada), se sabe que el Papa argentino, cuando habla de derecha e izquierda, no dice igual que en España, pues aquí lo guerracivilamos todo, y así, el español de ambas orillas dice muchísimo con iguales términos. Eso es lo que apostillaban los hermeneutas del ABC, a los que sonaba estridente que el obispo de Roma dijese no haber sido jamás de derechas (advierto: entiéndase derecha en hispano-argentino, que es parecido al hispano-español de aquí, sin Franco ni Martín Villa (al que otra argentina desocu-pada quiere empapelar), pero con Uriburu, Lonardi, Aramburu, Onganía, Lanusse, Videla, Massera, Viola, Galtieri…, todos tiranos y argentinos del siglo XX). Bueno, eso decían los hermeneutas o intérpretes abecedarios; su columnista Juan Manuel de Prada, católico aguerrido, lector de Cherteston y del argentino Leonardo Castella-ni, sencillamente se apeó del pontificado.

A la contra de la derecha eclesial presuntamente desolladora del Papa, cierta izquierda eclesial —entiéndase izquierda en el español que les venga a pelo—, atrincherada en las ventanas de Religión Digital donde degüellan a dentelladas al emérito Rouco, está que revienta con la entrada del arzo-

bispo Osoro en Madrid: El hombre del Papa Francisco en España, babea Jesús Bastante (su Carta nocturna de los fieles de Madrid copa la antología del adulador hincado), después que corneó con alevosía todo lo que pudo al cardenal emérito, jimplando que se creía el vicepapa español. ¿En qué quedamos, Bastante? ¿Osoro es Osoroglio y su predecesor, un usurpador? El señorito de J. Bastante no es otro que José Manuel Vidal, al que sufrí en El Mundo de Pedro J., otro periódico de derechas, como Periodista Digital, que sólo ronronea con su izquierda eclesial. Ambos a dos se han repartido libros de ocasión, pues los papeles ya lo hacen, partido a partido, que diría Diego Simeone, otro argentino. Vidal —al que algunos llaman teólogo qui-zás porque llevó sotana y la colgó— se afana en vender su libro contra el cardenal Rouco, de cuya inquina viven aún, Vidal y Bastante, con la repulsa mayoritaria de sus lectores. El de Vidal tiene un reclamo jalogüitiense, para que el cardenal no concilie el sueño: La biografía que Rouco Varela no quiere ver publicada. Mi admirado Umbral, que sacaba mucho a Cañizares, sin ton ni son, en su mundanal columna, habría repetido lo que dijo de otro gallego: Cela, un cadáver exquisito. Claro que Vidal no es Umbral, ni Rouco lee a Cela, ni Osoro es más peregrino que Cañizares. ¿Habrá sumado Bastante los kilómetros que lleva don Antonio desde que salió de Ávila —Granada, Toledo y Roma— hasta su caída en Valencia?

Tanto como la murmuración y los rumores de ángeles me estragan las bande-rías clericalillas y los palmeros con intereses cainitas, porque el elogio de uno esconde el bofetón o el navajazo al otro. A las dos Españas de nuestros abue-los, la rivalidad le antecedían hasta en los ruedos: Lagartijo contra Frascuelo,

Joselito versus Belmonte. Entre ceja y ceja tienen ahora mismo, por causas diversas, a varios más —Ureña, Aracil, Martínez, Cañizares…—; pero Rouco, ese hombre tími-do al que La Almudena hizo algo más simpático que Compostela, es su presa favorita. Pablo de Tarso, víctima de los corifeos de Apolo en Corintio, al menos tuvo redaños de defenderse. ¡Y de qué manera! Menudo era el converso.

Antonio ArévAlo Sánchez

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A las claras

MAríA De JeSúS FloreS, OSCMonasterio de Santa Clara. Llerena

EL BUEN ROLLODE JESúS

¡Un rollo! ¡Qué rollo! Son expresiones que nos salen espontá-neas cuando hemos tenido que padecer a una persona inso-portable, tragarnos una película mala donde las haya, asistir a un concierto aburrido, o soportar, sin dormirte o mosquear-

te, una predicación insufrible. Cuando, además, el rollo es algo más que todo eso, entonces se convierte en un auténtico rollazo. Y, en muchos momentos, incluso el superlativo se queda corto...

En la sinagoga de Nazaret, donde todo el mundo se sabía al dedillo su biografía y donde parece que el pueblo entero lo tenía fichado, Jesús se atrevió a desenrollar el rollo que contenía la palabra profética de Isaías para leerla en público. Un gesto precioso que a mí me encanta recordar y visualizar. Lucas nos informa de que Jesús «se puso de pie para hacer la lectura» y que, el sacristán le puso entre las manos un rollo que Jesús tiene que des-enrollar para dejarlo hablar. Con este gesto, Jesús hace que la Palabra quede liberada, suelta, dinámica, viva… En-rollar y des-enrollar. En este doble movimiento, tan simple, Jesús se encuentra con una Palabra que le revela su misión de anunciador de buenas noticias de parte de Dios para los pobres, para los últimos.

El hoy de Dios del que Jesús habla, pasa por su propia misión; en Jesús ese hoy se convierte en el ya, en el ahora salvífico para quienes creían no tener sitio en el proyecto de Dios. Jesús, a diferencia de los predicadores de turno —muchos de los cuales se adornan y se engolan hasta aburrir, además de cometer el absurdo error de poner el acento más en sus propias palabras que en las de Jesús (¡pobrecitos!)—, no hace un comentario de la Palabra, sino que, acogiéndola como propia, la personaliza, la entraña. Jesús se expone a la Palabra y la Palabra se queda

expuesta en Él definitivamente. Por esa razón, cuando Jesús termina de leer, vuelve a en-rollar el rollo y se sienta tan tranquilo, después de haber puesto un poco nerviosos a los paisanos. La Palabra se ha quedado domiciliada en Jesús. Ha trasmutado del rollo a la trama de la vida.

En ocasiones me pregunto por qué a mucha gente le parece que la Palabra de Dios es un verdadero tostón. Y la respuesta brota casi inmediata: porque llega (nos llega) en-rollada en auténticos rollos de palabras y palabras que no dicen casi nada y, cuando dicen, dicen poco y mal. Es verdad que hay

mujeres y hombres a quienes se les entiende casi todo; mujeres y hombres que da gusto escuchar porque, hablando poco dicen mucho; son gente que, como Jesús, ha tenido la osadía de abrir la Escritura,

des-enro l lar la y dejar que la Palabra les revele su misión, su identidad más p r o f u n d a .

Palabra que estaba como dormida entre los pliegues

del tiempo y del silencio, y que, de pronto, se despierta y provoca respuesta y compromiso. Muchas Biblias tenemos en nuestras casas, o tal vez una sola, pero ¿cuántas veces la des-enrollamos? ¿Cuántas consentimos en que sea ella la que nos lea y nos explique? ¿Cuántas nos hacemos conscientes de que, al des-enrollar la Palabra, podemos percibir al Dios que se dice a sí mismo a través de ella y nos hace decirle y decirnos, dejándonos de rollos?

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casi cuatro décadas de lucha ha re-cuperado 114 abrazos. O lo que es lo mismo, 114 niños desaparecidos y/o arrebatados. Más de un centenar de logros que dieron sentido a otras tantas vidas. La de Estela agarró la luz el pasado mes de agosto. Sin fotos a las que aferrarse, sin una imagen o un recuerdo al que acudir, la búsqueda de esta abuela era, como la de tantas otras, la búsqueda de un fantasma. En su caso la del nieto nacido en cauti-verio, criado en un hogar impuesto, arrancado de sus raíces. Perseguido por el rumor de esa melodía, Ignacio Hurban se presentó voluntariamen-te a realizarse las pruebas genéticas: «Hay como un ruido que tenés en la cabeza. Hay una memoria genética», declaró este músico argentino des-pués de saber que había crecido con una familia que no era la suya.

Estela apenas necesitó un par de fotos para reconocer la mirada fami-liar. Secundario resultó para ella la prueba de ADN, incluso el cambio de nombre. Ignacio fue en su día Gui-do Carlotto y su abuela sólo anhela-ba una cosa: «Abrazarlo pronto. Ya tengo a mis catorce nietos conmi-go». Convertido en un símbolo des-de que su historia salió a la luz, el nieto de Estela explicó que deseaba conservar su nombre actual, en un reconocimiento a la familia que le cuidó y le proyectó un futuro. Her-moso gesto con el que cerrar heri-das de una partitura aún por reescri-bir. En esa empresa ha querido cola-borar su Santidad el Papa Francisco, quien recibió en el Vaticano a Este-la y otras abuelas en abril del 2013 como muestra de respeto a su ince-sable búsqueda. Francisco, que si-gue tendiendo puentes en una única dirección, avanzar, definió el reen-cuentro entre abuela y nieto como «un rayo de luz». Mientras tanto, en Oslo, en la ciudad donde se entrega el Nobel de la Paz, las nubes no de-jan ver la claridad. Síntoma de que hay lugares donde nunca han abra-zado con el alma.

H ay abrazos que se sueñan en el tiempo. Que abrigan la desespera-ción y las largas tardes de domingo, tan propicias al desconsuelo. La lucha es consigo mismo y contra el tiempo, inexorable enemi-go de la memoria, voraz depredador de los recuerdos. Nada somos

sin ellos, sin abrazos y sin recuerdos. Bien lo saben en esa Plaza de Buenos Aires donde se combate la sinrazón y la barbarie rememorando las muchas vidas silenciadas. Con la esperanza como leitmotiv ellas eligieron no olvidar y esa persistencia va dando frutos, como el riego por goteo, que cala hasta el tuétano para alimentar las raíces.

Estela Carlotto nunca olvidó a su hija Laura. Ésta fue detenida en noviembre de 1977, cuando la dictadura militar del general Videla comenzaba a hacer es-tragos en Argentina. Laura no estaba sola, en su ser albergaba a su hijo quien na-ció en cautiverio, en el centro clandestino de detención de La Cacha, en la ciu-dad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires. Ese niño se llamó Gui-do y nunca conoció a su madre. El cuerpo de Laura Carlotto fue hallado sin vi-da y entregado a su madre, Estela, el mismo día del asesinato. Tras la desazón y la pena, tras superar el peaje más costoso de este viaje terrenal, que no es otro que enterrar a tu propio hijo, Estela se dispuso a luchar. Había una vida que en-contrar. Expertas en búsquedas son las abuelas de la Plaza de Mayo, una asocia-ción civil que tiene como finalidad localizar y restituir a todos aquellos niños que desaparecieron o que fueron, directamente, arrebatados a sus familias duran-te la última dictadura militar en Argentina (1976-1983). Una punzada recorre el estómago al recordar el régimen terrorista impuesto por el general Jorge Ra-fael Videla con su asalto al poder. Instaurada la cultura del miedo, el objetivo era paralizar cualquier reclamo de la población. Preguntar por un familiar desapa-recido era un riesgo; denun-ciarlo, una sentencia de muer-te. En la indefensión e impo-tencia de millares de perso-nas fueron cómplices la gran mayoría de las democracias mundiales, las organizaciones internacionales humanitarias, la alineada justicia argentina y una gran parte de la Iglesia Católica, muy influyente en el país sudamericano. La respuesta cívica, quizá la única posible, fue reunirse ca-da jueves en la mencionada plaza portando un pañuelo blanco sobre su cabeza.

Una de esas abuelas es Estela de Carlotto. Una abuela de 83 años y una de las más conocidas, no obstante, es la presidenta de la organización. La cual en

De lo mundano a lo humanoEL ABRAzO DEL ALMA

«Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos». Jorge Luis Borges

eMMAnuel rAMiro FernánDez

Periodista

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Barrera del solEL MILAGRO DE

SAN MARTíN

Al atardecer del día anterior había regresado de mi casa, dejando en ex-trema gravedad a mi hermana mayor, aquejada de una fatídica afección pulmonar. Traía la impresión pegada al cuerpo. La soledad del viaje al volante del utilitario dio para muchas y serias reflexiones. Ciertamente

existía un componente genético; pero el hábito del tabaco y el estrés me habían conducido a límites peligrosos. Muchas veces fracasé en el intento de romper con la adicción, pero siempre volvía a sucumbir en la misma trampa: «Uno nada más…». Esta vez percibí claramente la frontera de las luces rojas y supe que, solo con una determinación radical, podría hacer efectivo mi propósito.

La recuperación de la primitiva Sala Capitular Jerónima resultaba más in-teresante por su significado, que por el valor artístico, aunque lo tiene. La re-cuerdo, desde mi época de estudiante, como habitáculo del Tío Marcos y su hijo Antonio, a todos los efectos, incluidos la preparación de braseros de picón para distintos puntos de la Casa. Aún me tocó recoger carabina y tercerola de guardas jurados para lo que habían sido, en su día, legalmente juramentados. A continuación aún vendría lo peor. Trasladada la venta de recuerdos desde San Juanito, quedó convertida en almacén y tienda. El daño ocasionado por el primero de los usos, tanto en el retablo barroco, como en el lienzo del mismo, resultó lamentable. Lo verdaderamente grave, sin embargo, era la degradación de un espacio emblemático, escenario de hechos históricos, tales como: el des-pacho de las sobrecartas de los Reyes Católicos, por el correo Juan de Peñalosa, para el pueblo de Palos, ordenando la entrega de las naves a Colón para la aven-tura descubridora. Firma, por Fernando de Aragón, de la llamada Paz de los Remenses, suprimiendo en su reino los malos usos, en realidad, la esclavitud. Siete veces acogió la junta del Honrado Concejo de la Mesta, algo que, en su día, equivalía al G-20 de hoy. A mitad del muro de poniente, aún es dado observar parte del paso de comunicación con el palacio, mandado construir a Juan Guas para alojamiento de los monarcas en sus estancias en Guadalupe.

Aunque, importante, la recuperación de la capilla de san Martín formaba parte de un todo, que era el «Proyecto Portería y circuitos de acceso y circula-ción». La arquitectura del Monasterio es el resultado de una serie de circuns-tancias de uso y superposición de tendencias en cada época, incluida la actual, con aporte de Moneo. Guadalupe es, en realidad, un mosaico de estilos, lo que corresponde a un monumento vivo. La consecuencia, un reto hoy para fijar, con coherencia, los distintos circuitos para el desenvolvimiento. Además de mas-todóntico, el Monasterio es laberíntico, precisamente en los lugares clave. Es santuario, convento, monumento artístico, emblema de una región, reclamo tu-rístico y parroquia. Armonizar cada realidad, para que no chirríen los distintos servicios, no resulta fácil. El ánimo del que llega por motivos religiosos, nada tiene que ver con el que acude al reclamo de zurbarán o el mudéjar toledano. Tampoco éstos, con el del que viene a casar hija o investigar en biblioteca y ar-chivos. El cuello de botella se producía en portería, estrangulando la circulación en los días punta. Apremiaba poner remedio al caos, diversificando las distintas líneas del recorrido.

FrAnciSco De ASíS oterino villASAnte, oFM

El tema fue siempre objeto de preocupación. La masificación del turismo lo hacía ya inaplazable. Para empezar, había que trazar corredo-res diferenciados de entradas y sali-das, lo que obligaba a abrir acceso desde el patio de Mayordomía, ras-gando para ello puerta de paso a san Martín. Situar la tienda de recuerdos y despacho de billetes, a la entrada. Llevar los aseos a la zona de portería. Traslado de las oficinas parroquiales a lugar más al alcance la feligresía. Finalmente, urgía concentrar los mu-seos en el mudéjar y trasladar al góti-co los servicios s hoteleros. Y casi to-do se fue acometiendo y hoy son una realidad, aunque no completa. Resta-ría, aún, buscar solución al acceso a de los devotos a la Sagrada imagen de la Virgen, claramente diferenciado de los demás usos.

La guinda del proyecto indudable-mente lo constituyó, en su momento, la capilla de san Martín recuperada. Contemplarla con la decoración ori-ginal del XIV, en sus bóvedas, restau-rado el retablo barroco y los dos lien-zos alusivos al milagro de la capa de su titular; tamizada la luz de sus dos ventanales con sendas planchas de ágata, colgado el viejo farol, regalo de Abreu, reposición del cuadro del padre Santa María, alusivo a las jun-tas del Concejo de la Mesta, simbolo-gía de los Reyes Católicos en las dos jamugas antiguas y aporte decorativo de bordados artísticos, produce hoy la satisfacción de poder empezar el recorrido, situando a los visitantes en el marco histórico recuperado donde un día se hizo universal el Monaste-rio. Algo huele en esta capilla a sole-ra del Descubrimiento de un Nuevo Mundo; algo, a la conquista humana de las libertades. Este es el milagro al que quería referirme, al titular, más que al de la capa repartida del santo obispo de Tours. Personalmente, el referente anecdótico de un cambio a hábitos saludables, que celebro como el milagro personal de san Martín.

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Pura y Limpia

DeMetrio FernánDez gonzález

Obispo de Córdoba

LOS JóVENES NOS SORPRENDEN EN GUADALUPE

U na vez más, los jóvenes nos han sorprendido en la XIX Peregrinación diocesana de jóvenes a Guadalupe 2014. Más de 700, muchos vete-ranos y otros muchos nuevos, se han enganchado a esta movida juve-nil, que tiene a Santa María de Guadalupe como meta y que supone

toda una experiencia de comunidad peregrina, donde prevalece la alegría, la ilusión, el gozo de compartir, las nuevas amistades. Eso es la Iglesia: una co-munidad viva, llena de esperanza y capaz de dar esperanza a los adultos y los jóvenes de hoy, al darles a Jesucristo, nuestro salvador y nuestro redentor, el fruto bendito del seno virginal de María.

La peregrinación se plantea en parámetros de dureza, no de comodidad ni de consumo. Hay que caminar más de 30 Km., brotan las ampollas, hace calor, se pasa sed, hay momentos en que la cuesta arriba se hace pesada, escasez de duchas, dormir en el suelo, acostarse tarde, levantarse pronto. Pero al mismo tiempo, el caminar juntos proporciona la alegría del encuentro, de los amigos, del compartir. Hay lazos de amistad que sólo en la dificultad nacen o se fortalecen. La peregrinación es una parábola de la vida. La vida es así, alegrías y dificultades compartidas, echando una mano al que se muestra más débil para fortalecerle entre todos, y llegar juntos a la meta. En el camino, los sacerdotes, los catequistas, los educadores son una ayuda muy eficaz. Además de ir juntos, necesitamos referentes en la vida, personas que van por delante y otean el horizonte para que no nos perdamos. Parroquias, colegios, grupos de diversa índole. Todos somos la Iglesia del Señor. La peregrinación a Guadalupe es como la puesta en escena de una Iglesia viva, una Iglesia joven, una Iglesia capaz de superar las dificultades, porque se siente alentada por el Espíritu Santo, que brota del Corazón traspasado de Cristo y porque tiene una Madre, María. Una Iglesia llena de esperanza. Los testimonios ofrecidos estimulan a seguir adelante. Unos novios que se han declarado y decidido casarse cuando llegaban ante la imagen bendita de Santa María de Guadalupe, quieren compartir sus vidas según el plan de Dios. Otros se han conocido

en Guadalupe y cada año refuerzan su amor ante la Señora. Unos chicos que han visto más claramente su vocación al sacerdocio, dejándolo todo para seguir a Jesús sirviendo a sus contemporáneos, han constatado que su papel es muy importante en el servicio a sus hermanos, para ofrecerles la Eucaristía, el perdón, la Palabra de Dios. Entre ellos destacaban los seminaristas, jóvenes alegres como los demás y enamorados de Jesucristo y de su Evangelio. Unas chicas que sienten la llamada a la vida consagrada y que en su deseo de ser madres experimentan un horizonte mucho más amplio que el de la carne y la sangre. Guadalupe es realmente un vivero de vocaciones a todos los estados de vida cristiana, y alimenta año tras año la vocación a la que cada uno es llamado por el Señor.

Una vez más he constatado la necesidad en nuestra diócesis de Córdoba de anudar esta red de jóvenes, que viven en sus parroquias, en sus grupos diferentes. Considero una urgencia pastoral ofrecer la Acción Católica General a tantos jóvenes que no están vinculados a nada y necesitan esa articulación diocesana, que los inserta en sus parroquias y los vincula a la diócesis. No partimos de un grupo ya constituido, al que se suman otros jóvenes. Partimos de cada parroquia, de cada grupo y el obispo los convoca para una etapa nueva, constituyente, para formar la nueva Acción Católica General de jóvenes en la diócesis de Córdoba. […]. Guadalupe me ha descubierto una vez más que vivimos en una diócesis bendecida por Dios en la que todos hemos de confluir en un proyecto común para vivir y expresar la comunión eclesial. El mundo actual está esperando esta comunión para lanzarnos eficazmente a la evangelización. A Santa María se lo he pedido con toda mi alma, y espero que Dios bendiga a todos estos jóvenes y esta propuesta de Acción Católica General de jóvenes y niños.

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CRONOLOGíA DEL PROCESO DE BEATIFICACIóN (1957-1993)1957: Movido por un sentimiento popular intensifica-

do a raíz de los ecos, peticiones y documentos del V Cen-tenario del nacimiento de la Reina (1951), el entonces ar-zobispo de Valladolid, D. José García Goldáraz, en una vi-sita ad limina, consulta al cardenal prefecto de la Congre-gación de Ritos y ex Nuncio en España, Gaetano Cicognani,

ISABEL LA CATóLICA¿Por qué la reina no está aún en los altares?

Aunque ya habían transcurrido cinco si-glos de la muerte de la Reina Católica (1451-1504) —cuya santidad era po-pular en España y pueblos iberoameri-

canos—, llegó el tan ansiado día en que la Se-de Apostólica comunicara al arzobispo de Va-lladolid, Mons. José García Goldáraz (1893-1973), la viabilidad de incoar la Causa de bea-tificación de esta reina de Castilla, a la que Es-paña debe su unidad política y religiosa, y la Iglesia Católica la evangelización de las Indias y otras tierras por ella descubiertas. Tal vez como preludio de que un día veríamos a esta gran reina en los altares fue el lienzo atribui-do al pintor holandés Antonio Moro (Utrech, 1512-Amberes, 1568) en que la Reina apare-ce aureolada su cabeza con el nimbo de san-ta. Precioso óleo donado en 1973 por su due-ño Vicente Vigue Almer, a la “Causa de Beatifi-cación de la Reina Isabel I de Castilla”. Nom-brado Postulador de la Causa el canónigo ar-chivero de Valladolid don Vicente Rodríguez Valencia, el arzobispo Goldáraz designó a tres reconocidos historiadores y especialistas pa-ra iniciar una extensa investigación, con la ge-nerosa ayuda económica del leonés don Pablo Díez, residente en México y dueño de la famo-sa “Cervecería Modelo”. En 1970 se conclu-yó la investigación histórica para la que fue-ron consultados más de cien mil documentos, de los que, para iniciar el proceso de la Cau-sa, se seleccionaron 3.160, presentados al Tri-bunal Diocesano en 27 gruesos volúmenes el año 1972.

Arturo álvArez álvArezDe la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras

El indudable éxito de crítica y público de Isabel —la serie de la productora barcelonesa Diagonal para RTVE, dirigida por Jordi Frades que lleva tres temporadas en pantalla—, ha devuelto al gran público la personalidad

deslumbrante de Isabel I de Castilla, interpretada por la actriz catalana Michelle Jenner. Y de su mano, trabajos, adversidades y aciertos, un trozo de nuestra historia nacional: el nacimiento del Estado Moderno, la unión

personal (todavía) de los dos principales reinos peninsulares, el de Castilla y los de la Corona de Aragón, que regía Fernando V de Aragón, interpretado por el actor madrileño Rodolfo Sancho.

Al socaire de la lucida serie, ofrecemos aquí algunas noticias del proceso de Beatificación de la reina de Castilla, defensora de los indios, protectora de los judíos, devota de Guadalupe y dechado de virtudes domésticas.

Consúltese, además, www.reinacatolica.org/.

En este retrato, atribuido al pintor flamenco Antonio Moro (1519-1578), Isabel aparece claramente con atributos de santidad

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sobre la viabilidad de esta Causa, y recibe una res-puesta afirmativa.

23/abril/1958: Nombramiento del Postulador Diocesano, el canónigo archivero, D. Vicente Rodrí-guez Valencia.

3/mayo/1958: El arzobispo emite el decreto de apertura de la Causa y designa a tres reconocidos his-toriadores y especialistas en la época para iniciar una extensa investigación histórica.

1970: Tras consultar más de cien mil documentos en los archivos General de la Corona de Castilla (Si-mancas), de la Corona de Aragón, Histórico Nacional, General de Indias y Secreto Vaticano, se concluye la investigación histórica. El resultado son 27 volúmenes (4 de escritos de la Reina, 20 sobre la vida y virtudes y 3 sobre la fama de santidad), más un índice Gene-ral y la Relación de la Comisión Histórica al Tribunal.

3/junio/1970: La Congregación para las Causas de los Santos, creada en 1969, autoriza mediante res-cripto al arzobispo de Valladolid abrir el Proceso Or-dinario Diocesano.

26/noviembre/1971: Constitución del Tribunal Diocesano quedando formalmente abierto el Proce-so Diocesano.

21/enero/1972: La Comisión Histórica presenta ante el Tribunal Diocesano los 27 volúmenes de inves-tigación, junto al índice y la Relación.

15/noviembre/1972: El Proceso se cierra tras haber celebrado el Tribunal 80 sesiones.

18/noviembre/1972: El Postulador y D. Vidal González Sánchez, secretario del Proceso Diocesano, entre otros, entregan el Trasunto del Proceso (copia exacta del original), junto con los volúmenes de do-cumentación histórica, a Mons. Piero Amato Frutaz, relator general de la Sección Histórica de la Congre-gación para las Causas de los Santos durante la ins-trucción del Proceso.

20/noviembre/1972: Apertura canónica del Proceso Apostólico. El Postulador, en nombre del arzobispo de Valladolid, y ante el cardenal prefec-to y el secretario de la Congregación, el Embajador de España, y numerosas personalidades, manifiesta su convencimiento sobre la “seriedad científica” de la investigación.

30/marzo/1974: Aprobación de la Positio super scriptis. La Reina es declarada Sierva de Dios.

17/marzo/1989: Con vistas al comienzo de la etapa romana del Proceso, se renueva la Comisión,

La boda de Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón fue el embrión de nuestra unidad nacional

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(no se señalan cuáles) aconsejan profundizar algu-nos aspectos del problema, tomando un tiempo con-veniente de estudio y reflexión».

20/mayo/1997: Mons. Delicado Baeza envía una carta al Santo Padre en la que «ruega humildemente a V. Santidad que sean reconsideradas las razones por las que se llegó a la suspensión de la Causa (...), sin tener noticia alguna sobre los motivos de dicha sus-pensión (...) a fin de que se lleve a feliz término el Proceso».

7/julio/1997:Mons. Re, sustituto de la Secretaría de Estado, responde a la carta anterior: «Debo comu-nicarle que actualmente subsisten aún los motivos que en su momento aconsejaron posponer por ahora la prosecución de dicha Causa», aunque tampoco en es-ta ocasión se indica cuáles son esos motivos.

27/septiembre/2001: El Presidente de la CEE y ar-zobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Va-rela, ante la próxima celebración del V Centenario de la muerte de la Sierva de Dios (2004), hizo suyos los ar-gumentos expuestos por el cardenal Suquía en 1993, y solicita al Papa que «si lo considera oportuno, ten-ga a bien ordenar la prosecución de la Causa de cano-nización de la Sierva de Dios Isabel I, Reina de Castilla y León».

9/octubre/2001: Mons. Leonardo Sandra, susti-tuto de la Secretaria de Estado, manifiesta que la car-ta, vista por el Papa, se remitió solícitamente a la Con-gregación «para el conveniente examen».

que empieza a preparar nuevos trabajos de investiga-ción y obras sobre la Reina.

23/marzo/1990: Aprobación de los Procesos Diocesano y Rogatoriales de la Curia Vallisoletana.

22/abril/1990: Se presenta la Positio historica super vita, virtutibus et fama sanctitatis ex officio concinnata” en el Officium Historicum de la Con-gregación para las Causas de los Santos.

6/noviembre/1990: La Positio es aprobada por «auténtica, completa y apta para juzgar sobre las virtu-des y fama de santidad», y es elogiada unánimemente por los consultores de la Sección Histórica de la Con-gregación.

4/abril/1991: Mons. José Delicado Baeza (1927-2014), entonces arzobispo de Valladolid, informa por carta a los obispos españoles de la situación de la Cau-sa, interviniendo posteriormente ante la Asamblea Ple-naria.

3/febrero/1993: El cardenal Ángel Suquía Goi-coechea (1916-2006), a la sazón presidente de la CEE, solicita al Papa Juan Pablo II, en nombre del episcopado español, la agilización de los trámites de la Causa. Llegan también más de 22.000 cartas pos-tulatorias de instituciones y particulares, muchas de ellas del ámbito cultural anglosajón (EE. UU., Cana-dá, Filipinas...).

20/mayo/1993: El entonces Postulador de la Cau-sa, P. Anastasio Gutiérrez, recibe una carta de la Se-cretaría de Estado que comunica: «Las circunstancias

Los Reyes Católicos, fundadores del Estado Moderno español

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1 8 / m a y o / 2 0 0 2 : Coincidiendo con el cumpleaños del papa Juan Pablo II, el carde-nal Rouco Varela y otros miembros de la Presi-dencia de la CEE visitan al Santo Padre y le en-tregan un ejemplar, be-llamente editado para él, del facsímil del Tes-tamento y Codicilo de la Reina Isabel.

7/noviembre/2002: Tras una conferencia so-bre Isabel la Católica en Roma, el vicario general del Arzobispado de Va-lladolid, D. Vicente Vara Sanz, el entonces Postu-lador de la Causa, P. Ra-fael Serra Bover, clare-tiano, y el Dr. Vidal Gon-zález Sánchez, visitan la Congregación de las Cau-sas de los Santos; su car-denal prefecto, Mons. José Saraiva Martins, les repite en varias ocasiones que la Causa de la Reina «non é fermata, cammina» [No está parada, camina].

EL RESPONSABLE DE LA SUSPENSIóN DE LA CAUSA Fue el poderoso y célebre cardenal Aarón Jean-Ma-

rie Lustiger (1926-2007), judío converso nacido en Pa-rís el año 1926, de padres comerciantes oriundos de Polonia, bautizado en la Iglesia Católica a la edad de 14 años —dos después que su madre fuera deportada por los nazis al campo de exterminio de Auschwitz— y or-denado sacerdote el año 1954 en París. Lustiger estu-vo quince años de capellán en la Sorbona, pasando en 1969 a París, donde trabajó en varias parroquias. Nom-brado obispo de Orleans –donde recibiera el bautismo católico– el año 1979, 15 meses más tarde era arzobis-po de París, siendo premiado el 2 de febrero de 1983 con el birrete cardenalicio. De talante conservador, tu-vo una gran amistad con el papa Wojtyla al que le ayu-dó a enderezar la Barca de Pedro en Francia, escorada a la izquierda. Murió en París el 5 de agosto de 2007. Sin duda, una eminencia; pero con la mancha de su cerril lucha en oponerse a la beatificación de la Rei-na Isabel de Castilla, alegando la mal llamada expulsión

de los judíos en 14921, no respetando el docu-mentadísimo y ultimado Proceso.

En mayo de 2002, cuando Rouco Vare-la entrega al Papa una edición del Testamen-to y Codicilo de la Rei-na Católica, impresio-nó tanto al Santo Padre saber el trato maternal con que la religiosísima Reina trataba y obliga-ba a tratar a los indios, que vino a decir, más o menos, cómo bastaba el hecho para su virtud. En comparación, tal vez sea bueno recordar el caso del rey Luis IX de Francia, que marchó a luchar contra los mu-sulmanes de Tierra San-ta en las séptima y octa-va Cruzadas; y el rey de

Castilla Fernando III, que por el mismo tiempo (s. XIII) conquistó a los moros Sevilla, Córdoba y otras ciuda-des de Andalucía. ¡Y la Iglesia de Roma sí los ha cano-nizado!

SINGULAR APRECIO DE LA REINA A LOS JUDíOSDesde el principio de su reinado, Isabel y Fernan-

do se preocuparon de proteger a los judíos, ya que eran propiedad de la Corona. Por ejemplo, el 6 de septiembre de 1477, en una carta dirigida a la comu-nidad judía de Sevilla, la reina Isabel I daba garantías sobre su seguridad: «Tomo bajo mi protección a los judíos de las aljamas en general y a cada uno en par-ticular, así como a sus personas y sus bienes; les pro-tejo contra cualquier ataque, sea de la naturaleza que sea…; prohíbo que se les ataque, mate o hiera; pro-híbo, asimismo, que se adopte una actitud pasiva si se les ataca, mata o hiere». De ahí que los Reyes Católi-cos tuvieran fama, hasta 1492, de ser favorables a los judíos. Eso es lo que afirma, por ejemplo, el viajero alemán Nicolás de Popielovo, tras su visita en 1484-1485: «Sus súbditos de Cataluña y Aragón hablan pú-blicamente, y lo mismo he oído decir a muchos en Es-paña, que la Reina es protectora de los judíos». Y en

GRANADA (El Generalife). Isabel la Católica, óleo de Antonio del Rincón (c. 1446-1500).Prueba de su conocida piedad son los retratos de la reina en oración o con el

libro de oraciones en las manos

1.- En la Castilla de Isabel la Católica estaba en vigor el código de las Siete Partidas del rey Alfonso X el Sabio, terminado el año 1263, por el cual el Soberano podía autorizar a los judíos residir en sus dominios y, con el mismo derecho, podía hacerles salir de ellos, sin que eso fuera ilegal. Cf. Joseph pérez, Los judíos en España (Madrid 2005)

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otra del 7 de julio de 1477, dirigida a las autoridades de Trujillo —donde se habían producido graves inci-dentes contra los judíos— la reina Isabel, tras poner bajo su protección la aljama judía y prohibir todo tipo de opresión o de humillación contra sus miembros, afirma: «Todos los judíos de mis reinos son míos y es-tán so mi protección y amparo y a mí pertenece de los defender y amparar y mantener en justicia». En carta enviada por los Reyes Católicos al Concejo de Bilbao, el año 1490, decían que «de Derecho Canónico y se-gún las leyes de nuestros reinos, los judíos son tole-rados y sufridos, y Nos les mandamos tolerar y sufrir que vivan en nuestros reinos, como nuestros súbditos y vasallos». ¿Conocía esto Mons. Lustiger?

PERSONAJES JUDíOSEN LA CORTE DE LOS REYES CATóLICOS

En la Corte de Castilla, además, los judíos ocupa-ron puestos administrativos y financieros importantes, entre ellos Andrés Cabrera (1430-1511): castellano de Cuenca, de ascendencia judeocristiana, mayordo-mo y tesorero de Enrique IV, y cuya esposa, Beatriz de Bobadilla y Ossorio, tuvo una profunda amistad con la reina desde su infancia. Su más destacado colabora-dor, el segoviano Abraham Senneor o Senior (c.1412-1493), fue desde 1488 tesorero mayor de la Santa Hermandad, organismo clave en la financiación de la

guerra de Granada y Portugal y que, además, fue nom-brado juez supremo de la aljama de Segovia (1480) y rabino mayor de Castilla. El teólogo y empresario Yusé (Isaac ben Yehuda) Abravanel (1437-1508), recauda-dor mayor del servicio y montazgo de los rebaños, una de las rentas más saneadas y mayor rendimiento de la Corona de Castilla. Vidal Astor, platero del rey. Los tres secretarios particulares de los Católicos, Lope de Con-chillos y Quintana (¿?-1521, Miguel Pérez de Almazán (¿?-1514) y su cronista oficial, Hernando del Pulgar (c.1430-c.1493), también eran de ascendencia judía. Descansando en Guadalupe —al que, como se sabe, la reina llamaba Mi paraíso pasando aquí largas y fre-cuentes estancias— los Reyes Católicos con todos sus hijos, después de la reconquista de Granada, fueron padrinos del gran rabino Abraham Senior y su yerno el recaudador Meir o Mayr Malamed, bautizados por el cardenal Pedro González de Mendoza (1428-1495) y el Nuncio del Papa en la iglesia de Guadalupe el día 15 de junio de 1492, recibiendo los nombres cristia-nos de Fernando Pérez Coronel y Fernando Núñez Co-ronel.

MÉDICOS JUDíOSAL SERVICIO DE LA REINA CATóLICA

Una de sus primeras preocupaciones, sobre todo de Isabel, fue establecer el primer Protomedicato para examen y selección de los médicos de Castilla, apro-vechando el plantel que ya existía, con destacados ju-díos, entre ellos Juan de Guadalupe, de origen judío, natural de la aljama de Castro Caldelas (Orense) al servicio del rey Fernando, al que salvó de la muer-te cuando, estando con la reina en Barcelona, el 7 de diciembre del año 1492, un loco de nombre Juan Ca-ñamás, le clavó una ancha y afilada espada en la parte posterior del cuello.

Desde su hallazgo milagroso —a finales del siglo XIII— comenzó a ser visitada la milagrosa imagen de Guadalupe y a formarse en torno a su iglesia un poblado, atrayendo muy pronto a los del pueblo ju-dío que ya encontraron establecidos a los Jerónimos (1389), entre los que había algunos médicos, origen de lo que muy pronto sería una afamada escuela de medicina, cirugía y farmacia; primero ejercidas por monjes y en el siglo XV ya practicada por eminentes seglares. Devotísima de la Virgen de Guadalupe y de sus monjes, la Reina Católica —que podía elegir en-tre todos los físicos— los buscó, para ella y sus hi-jos, también entre los judeoconversos. Además del eminente cirujano fray Luis de Madrid, el año 1483 eligió a Juan de Guadalupe para servicio suyo y de su hijo el príncipe don Juan (+1497); a Alfonso Fer-nández de Guadalupe, físico de la reina desde 1490

EL PRADO. Isabel la Católica (c. 1490), óleo sobre tabla, atribuido a Juan de Flandes (1460-1519)

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y cirujano desde 1508; al afamado Nicolás de Soto, médico en Guadalupe y de la Corte desde 1487 1504, ganando al año más de 30. 000 maravedíes; al doc-tor Juan de la Parra, que ejerció en los hospitales de Guadalupe, pasó a la corte de la reina, casó con una hija del doctor Ceballos, médico del emperador Car-los I y más tarde obispo de Almería. Varios de estos y otros eran judeoconversos.

AHORA, ¿YA Sí?Si cuando el Proceso para la Beatificación de la

reina Isabel seguía en suspenso, el cardenal Saraiva afirmó a la delegación vallisoletana que estaba en ca-mino; ahora, bajo los auspicios de don Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y Presidente de la CEE, la beatificación de la Reina Católica pue-de tomar nuevo impulso desde el 30 de noviem-bre de 2013, en la localidad abulense de Madri-gal de las Altas Torres, cuna de la admirable rei-na castellana.

MODESTO HOMENAJE A LA REINA CATóLICA Mi primer trabajo histórico/literario lo dedi-

qué a Isabel la Católica y vio la luz en las páginas de la revista «Ciencia y Santidad», editada por los estudiantes de Teología en el monasterio de Guadalupe, enero-junio de 1951. Hoy le dedico estas páginas, con toda devoción, en otra revista que un día dirigí «GUADALUPE»– y en la que lle-vo muchos años colaborando. Entre los varios y

selectos libros de mi biblioteca sobre la gran reina, para hilvanar este artículo he bebido en dos fuentes: Misterio de Isabel Católica (Madrid 1992) —obse-quio dedicado por su autor, José María Gil—, obra documentadísima e irrebatible demostración de la santidad de Isabel reina de Castilla. El otro —Isa-bel Íntima (Barcelona, 2014)— es un ameno libro de José María zabala. Inspirado en la obra anterior y para el cual su autor ha tenido la suerte de consultar, en los archivos secretos del Vaticano, el original Pro-ceso para la Beatificación de nuestra Reina Católica, suspendido por la presión del cardenal judeocon-verso Lustiger, que en gloria esté.

Los Reyes en Toledo con el cardenal Cisneros, la heredera Juana y su esposo, Gonzalo Chacón y el judeoconverso Andrés Cabrera

Cardenal de París, el judeoconverso J. M. Lustiger con la cruz a cuestas

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El pasado día 6 de mayo se presentó, en el mag-nífico Museo Arzobispal de Lima, el cuadro restaurado de la Virgen de Guadalupe atribui-do al monje jerónimo guadalupense fray Diego

de Ocaña. Aprovechando nuestro ciclo anual de con-ferencias, monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de Li-ma, el año anterior habló del interés del señor arzo-bispo, cardenal Cipriani, y de él mismo por restaurar el lienzo y de que el artista don Ermán Guzmán lleva-se a cabo la obra de restauración por su altas cuali-dades de experto. En una reunión con el director del Museo, don Fernando López, se proyectó preparar un libro donde el señor Guzmán informase del proceso seguido en la obra de restauración y nosotros, como conocedores de la vida y la obra de fray Diego, reco-giésemos su viaje por el virreinato a comienzos del si-glo XVII. Fruto de aquello, ha sido el libro que tam-bién se presentó en el acto que hemos mencionado. Aquí nos limitamos muy sucintamente a resumir el via-je y la obra limeña del monje jerónimo, resumiendo el aparato científico y remitiendo a los trabajos citados1.

Sabemos que desde los primeros viajes colom-binos, conquistadores y misioneros extremeños se entregaron con entusiasmo a la empresa americana, lle vando consigo y difundiendo con éxito el amor y la devoción a su Virgen de Guadalupe. En el reino de Castilla, Alfonso XI autorizó a que se pidiese limos-na para Ntra. Sra. de Guadalupe, el monasterio y las obras de caridad que allí se hacían (25/I/1348, aun-

F. JAvier cAMpoS y FernánDez De SevillA, oSADoctor en Historia

Académico Correspondiente de las Reales Academias de la Historia, de la de Ciencias, y de la Academia Peruana de Historia de la Iglesia.

UN LIENzO DE LA VIRGEN DE GUADALUPEAtribuido a fray Diego de Ocaña y recuperado en Lima

que se había comenzado en 1340); prerrogativa que mantuvieron sus sucesores, y de ahí se amplió al Nue-vo Mundo por decisión de Carlos IV (1551), y demás monarcas de las Casas de Austria y Borbón, cuyas li-mosnas así consignadas en los testamentos se debían entregar a los representantes legítimos del monasterio extremeño y a los monjes que algunas veces viajaron a esas tierras.

FRAY DIEGO DE OCAñA Y SU OBRA2

Fue natural de la villa manchega de Ocaña (Tole-do) y realizó la profesión religiosa en Guadalupe el 8/VI/1588. Desconoce mos su formación y estudios rea-lizados así como la actividad comunitaria desarrollada hasta su marcha al Nuevo Mundo a fines del siglo XVI, aunque alguna pequeña alusión puede entresacarse de la crónica. Tras su viaje por el virreinato del Perú se trasladó al de Nueva España, donde al parecer tenía previsto realizar la misma tarea de recogida de limos-na y difusión de la advocación española, falleciendo en México a fines de 1608, cuando contaría 40 años, aproximadamente. Salió del monasterio de Guadalupe acompañado del padre Martín de Posada, el 3/I/1599, y del puerto de Sanlúcar el 2 de febrero de ese año te-niendo una feliz travesía; después de una detención en Panamá esperando a los barcos que llegasen del Perú con la plata, se embarcaron camino de Lima, falle-ciendo poco después el padre Posada (11/IX/1599). A partir de ese momento el padre Ocaña siguió en solita-

1.- F.J. Campos, y e. Guzmán, Fray Diego de Ocaña y la Virgen de Guadalupe. Historia de su Viaje por el Virreinato del Perú y Restaura-ción del Lienzo de la Santa Iglesia Catedral de Lima, Lima 2014, pp. 9-124, y 127-193, respct.2.- C. G. VillaCampa, La Virgen de la Hispanidad o Santa María de Guadalupe en América, Sevilla 1942, pp. 156-170; Fray Diego de Ocaña, Relación del viaje a Chile, año 1600, contenida en la crónica de viaje intitulada ‘A través de la América del Sur’. Editorial Uni-versitaria, Santiago de Chile 1995; e. altuna, «En esta tierra sin memoria”: el viaje de Fray Diego de Ocaña (1599-1605)», en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (Tufts Universit, Medford, Massachusetss), nº 43-44 (1996) 123-138; S. FanJul, «Fray Diego de Ocaña: el largo brazo de Guadalupe en Indias», en Cuadernos Americanos (México), 91 (2002) 105-119; A. iniesta Cámara, «Camino, Viaje y Escritura Colonial: un caso, Diego de Ocaña», en Actas del Segundo Congreso Internacional de Literatura Argentina – Latinoamericana – Española. Mar del Plata, 25 al 27 de nov. 2004 http://celehis.webs.com/actas2004/DI.htm; B. lópez de marisCal, «La relación de viaje de Fray Diego de Ocaña y su ‘memoria de las cosas’, (1599-1601)», en Close, a. (ed.), Actas del VII Congreso de la Asociación Internacional Del Siglo de Oro, Iberoamericana/Vervuert, Madrid/Frankfurt 2006 pp. 413-418; J. roso díaz, «El fraile Jerónimo Diego de Ocaña. Un apunte sobre devoción mariana, arte y literatura en la América hispana del Barroco», en Anuario de Estudios Filológicos (Universidad de Extremadura), XXXI (2008) 195-208; F.J. Campos, «Ocaña Salcedo, Diego de, OSH», en Diccionario Biográfico Español, RAH, Madrid, t. XXVI, pp. 459-460; B.C. peña, Imágenes contra el olvido. El Perú colonial en las ilustraciones de fray Diego de Ocaña, Pontificia Uni-versidad Católica del Perú, Lima 1911.

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rio, y algunas veces acompañado de un guía y un criado. Tuvo la curiosi-dad de poner por escrito la historia de su periplo —auténtica aventu-ra—, con infinidad de detalles de tipo etnográfico, naturalista, socio-lógico, religioso, colonizador, etc.; el manuscrito se encuentra actual-mente en la Biblioteca Universitaria de Oviedo, manuscrito 215. Ha sido estudiado parcialmente, centrándo-se las primeras investigaciones en la comedia que el monje jerónimo es-cribió sobre la Virgen de Guadalupe para la representación que se hizo en las fiestas de Potosí y Sucre3. La transcripción y edición completa fue obra de Arturo Álvarez4, pero existe una reciente edición crítica, por la que citamos5.

Está escrito con interés, fruto de su preparación, espíritu obser-vador y su deseo de que nada pase desapercibido, lo que le hace tomar nota del día que llega a un lugar, y a veces incluso de la hora, llevar cuenta de algo que se repite, tomar medida de una cosa llamativa; todo ello ratificado con el argumento de que ha sido testigo de lo que narra, que puede ser algo tan dispar como la descripción de un auto de fe, la actividad interna en las minas de Po-tosí, o los terremotos del Valle de Ica de 1604.

RECOLECTOR DE LIMOSNASY FUNDADOR DE COFRADíAS

Una vez llegado a Lima, los pri-meros pasos del monje de Guadalu-pe van dirigidos a presentar sus res-petos a las autoridades civiles, reli-giosas, judiciales e inquisitoriales, a quienes muestra las credenciales del rey y de su convento que le autorizan a la recogida de limosnas y erección

de cofradías en honor de la Virgen. A la cortesía unía fray Diego la peti-ción de que se nombrase mayordomo oficial para que le ayudase en las tareas materiales, cargo que recayó en Blasco Fernández de Toro, rico hidalgo extremeño. Inmediatamente en Lima comenzó a dar los prime-ros pasos con enorme éxito, pues conoció a un matrimonio extremeño que deseaba hacer una fundación, donando una heredad a las afueras de Lima donde se construyó una ermita para la que fray Diego pintó un

3.- C.G. VillaCampa, La Virgen de la Hispanidad, o. c., pp. 187-291. La misma transcripción ha sido utilizada por Teresa Gisbert en la edición realizada en La Paz, Biblioteca Paceña 1957, con un estudio preliminar y notas; a. eiChmann oehrli, «Nuevas notas sobre el teatro en Charcas», en Ciencia y Cultura (La Paz), nº 20 (2008) 9-37.4.- Un viaje fascinante por la América Hispana del siglo XVI, Studium, Madrid 1969, 1ª ed. del códice completo con introducción y notas. A Través de la América del Sur, Historia-16, Madrid 1987, 2ª ed. resumida, con introducción y notas. 5.- Viaje por el Nuevo Mundo: De Guadalupe a Potosí, 1599-1605, Bonilla Artigas Editores, Iberoamericana, Vervuert, Instituto Tecno-lógico de Estudios Superiores de Monterrey, Universidad de Navarra 2010, introducción y notas, de B. López de Mariscal y A. Madroñal.

Virgen de Guadalupe, del arzobispado de Lima (Perú)

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lienzo de la Virgen de Guadalupe, aunque antes había hecho otro en Panamá: «Traía conmigo una imagen muy curiosa que yo había hecho en Panamá. Saque-la para que la viesen algunas personas, y lleváronla a un enfermo y a todos les parecía bien…, rogaba yo a nuestra Señora que se aficionasen a su retrato»6.

Antes de fray Diego, había recorrido el virreinato fray Diego de Losar, quien, en nombre de Guadalu-pe, realizó la misma misión; sólo hacía diez o doce años aproximadamente de ese viaje y ya casi nadie lo recordaba, ni quedaba vestigio de su paso. En vista de esto decidió el monje manchego utilizar el siste-ma de erección de cofradías, junto a la entronización de una imagen de la Virgen, convencido de que los sentidos físicos (imagen), y la organización institu-cional (cofradía), podían fomentar la devoción que tímidamente había comenzado. No pasaba así con el convento agustino de Saña y su Virgen de Guadalu-pe, que entroncada directamente con el monasterio extremeño. Fray Diego de Ocaña quedó sorprendido de la vitalidad de esta devoción y de la cuantía de las limosnas; pensó que algo así podría transferirse para las Villuercas si les quitaba el motivo de la afluencia de devotos y su dinero: aproximar la imagen y cofradía a los fieles, en Lima, con el pretexto de ser jerónimo y representante legítimo del auténtico Guadalupe.

No supo ver que era el sistema el que fallaba: que el monasterio matriz estaba a miles de kilómetros y que la orden sustentadora de esa advocación no tenía casas en América. Cuando llegó al Cuzco encontró dos imágenes de la Virgen del tiempo del P. Losar, pero tuvo que hacer otra para inten sificar la devoción y re-novar la memoria; entonces no sabía que su ímprobo trabajo quedaría pronto también baldío, porque cuan-do pocos años después (1612/1623) pasó por allí el siguiente recolector, fray Pedro del Puerto, apenas quedaba nada en pie de todo esto7. No tuvo en cuen-ta que otro inconveniente era la constancia necesaria para fomentar, día a día, la devoción y el culto, que con su presencia fugaz sólo duraría mientras perdu-rasen los ecos de las fiestas y se recordase su paso; en cambio, los agustinos y los franciscanos estaban allí mante niendo la llama mariana de la advocación

guadalupana. La celeridad del paso de fray Diego, la inconstancia de los nativos y de los criollos, la fre-cuencia de postuladores que pregonan diversidad de cultos milagrosos y taumatúrgicos, hizo que su misión fuese superficial a pesar de la satisfacción que mues-tra en la crónica de dejar las cosas bien atadas.

Ya sabemos que la ocupación del P. Ocaña era hacer cofrades de Ntra. Sra. de Guadalupe; tenemos abundantes referencias en su dedicación a esta acti-vidad y al entusiasmo con que se entregó, logrando hacer cofrades a toda la población, según atestigua en su relato: en Panamá lo consiguió en los tres meses que permaneció allí; lo mismo hizo en Trujillo en los nueve días de estancia; en el reino de Chile lo haría desde que pisó aquel territorio; en Guamanga em-pleó en esta ocupación ocho días, y en el Valle de Ica mientras realizó los trámites de la donación de tierras que le hizo el virrey Velasco; en Cuzco logró idénticos resultados, como en Potosí y en Porco, mientras que conocía a fondo el funcionamiento de las minas de plata (Potosí); en Tomina y La Laguna, en Chuquiavo y en Trujillo y, por supuesto, en Lima.

El monje jerónimo utilizó diversos sistemas de re-clutamiento de cofrades. Unas veces fue el encuentro personal y directo por medio de las visitas domicilia-rias, en las que se acompañaba de algún mayordomo, como hizo en Lima; otras veces empleó el sistema ca-tequético, que implanta en Porco, consistente en hacer plática exhortando a la gente a que se asentase por co-frades de Nuestra Señora después de una catequesis. El relato de los milagros de la Virgen, y el haber presen-ciado uno después de invocar a la Señora de Guada-lupe, fue decisivo en algún caso8. Bien sea por la falta de piedad o por la abundancia de recolec tores, hubo lugares donde el pueblo se mostró remiso y nuestro monje tuvo que idear un nuevo aliciente para fomentar la devoción, la ins cripción en la cofradía y la entrega de limosnas; para ello pintó imágenes de la Virgen que se bendecía e entronizaba solemnemente en las iglesias elegidas, por medio de unas grandiosas y complejas fiestas, donde, junto a lo religioso, se unía lo festivo en el amplio sentido del concepto. Liturgia y teatro, culto y escenografía, luz, palabra y música; todo, puesto al

6.- Viaje por el Nuevo Mundo…, o. c., p. 110.7.- F.J. Campos, «Dos Crónicas Guadalupenses de Indias: los Padres Diego de Ocaña y Pedro del Puerto», en Guadalupe de Extremadura: Dimensión hispánica y proyección en el Nuevo Mundo, Madrid 1993, pp. 405-458.8.- «Milagro de la Virgen en Potosí, en 1601, estando presente el P. Fr. Diego de Ocaña», en Milagros de Ntra. Sra. de Guadalupe. Archivo del Monasterio de Guadalupe, ms. C-8, ff. 85-85v; F. Crémoux, «La reescritura como instrumento de formación religiosa: el caso de las relaciones de milagros de Guadalupe», en Mª C. GarCía de enterría, y a. Cordón mesa (Eds.), Siglo de Oro. Actas del IV Congreso In-ternacional de la Asociación Internacional Siglo de Oro (AISO), Alcalá de Henares 1998, t. 1, pp. 477-484; Mª E. díaz tena, «La leyenda y milagros de la Virgen de Guadalupe en el teatro hispanoamericano de principios del siglo XVII», en Via Spiritus. Revista de História da Espiritualidade e do Sentimento Religioso (Universidade do Porto, Facultade de Letras), 10 (2003) 139-171; C. Vizuete mendoza, «Los relatos de milagros, de la tradición oral al registro escrito en Montserrat, Guadalupe y la Peña de Francia», en F.J. Campos (Coord.), El patrimonio Inmaterial de la Cultura Cristiana, Ediciones Escurialenses, San Lorenzo del Escorial 2013, pp. 261-280.

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servicio del fenómeno religioso, ins-pirado en las fiestas que promovían las órdenes religiosas y tomando de ellas el modelo, hoy conocidas como “fiestas barrocas”. Hubo celebra-ciones en Potosí, en septiembre de 1600 y 1601; en Cuzco, en 1603, y en el Valle de Ica, en 1604. La más importante y la mejor descrita es la que se organizó en La Plata/Chuqui-saca (Sucre), el domingo después de epifanía de 1602. Para ella compuso el P. Ocaña una comedia en honor de la Virgen de Guadalupe9.

Según la relación, hizo seis imá-genes:

La citada de Panamá, vendida en Saña.

La de Lima: «Hízose una imagen muy linda y rica, del mismo tama-ño de la de España, pintada en lien-zo…»10.

La de Potosí: «Comencé a hacer una imagen y retrato de Nuestra Se-ñora de Guadalupe… Viendo esto y que me aconsejaban todos con quien tomaba parecer, que convenía se hiciese la imagen, ansí para lo de presente como para lo de adelante, lo puse luego por obra»11.

La de Chuquisaca: «Comencé, pues, en casa del deán a hacer la imagen como si yo fuera el pintor más extremado de mundo…»12.

La de Cuzco: «Y con ayuda de las cosas que el pueblo dio, hice una imagen muy linda y con muchas jo-yas…»13.

La del Valle de Ica: «Determiné de tomar trabajo y hacer una ima-gen como las demás que dejo en otros pueblos…»14.

Imágenes que intencionadamente pintó sobre lienzo y no de bulto «porque no tuviesen achaque de mandar para mantos ni para sayas»15. Pero de esta forma facilitó y/o fomentó que surgiese un modelo especial e inconfundible de imagen triangular enjoyada que repitió en todos los casos, que nosotros sepamos. Se puede tomar como referencia el lienzo de la catedral de La Plata, que, por haberse conservado, es fácil cono-

9.- F.J. Campos, «La Virgen de Guadalupe de Extremadura en América: Fiestas barrocas en su honor a comienzos del siglo XVII», en Extre-madura y América: Pasado, presente y futuro. Actas de IX Congreso Internacional de Historia de América, Badajoz 2002, t. I, pp. 97-102; ídem, «Fiestas barrocas celebradas en Potosí en honor de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, en 1600 y 1601», en Las Advocaciones Marianas de Gloria. Actas del I Congreso Nacional, Córdoba 2003, t. I, pp. 135-149; ídem, «Guadalupe en la fe de Extremadura y en la evangelización del Nuevo Mundo», en Congreso Mariano Guadalupense, Sevilla 2004, pp. 205-251.10.- D. de OCAÑA, Viaje por el Nuevo Mundo…, o. c., p. 143.11.- Ibíd., p. 229.12.- Ibíd., p. 313.13.- Ibíd., p. 467.14.- Ibíd., p. 497.15.- Ibíd., p. 230.

Virgen de Guadalupe, de la Fundación Pedro de Osma

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cerlo y reconocerlo. Y la pintura de cuadros de la Vir-gen que fray Diego comenzó en Panamá, posiblemente sin proyecto concreto, terminó siendo herramienta de evangelización, motivo de devoción y reclamo impor-tante de limosnas para el monasterio de las Villuercas como hemos visto.

EL LIENzO DE LIMARespeto a este cuadro existe un problema y un mis-

terio. Los benefactores de la ermita vincularon la dona-ción que hacían a la erección de un monasterio que los jerónimos no fundaron16; en 1611 se pasó la obra a los franciscanos que establecieron un colegio que pervivió hasta la independencia de Perú. Se desencadenó la con-siguiente reclamación y pleito que recoge A. Álvarez en su obra17.

El problema. Según Vargas Ugarte, los francisca-nos habían sustituido el cuadro de la Virgen y lo depo-sitaron en la sacristía de la iglesia del colegio de San Buenaventura; en 1867, la congregación de San José de Cluny se hizo cargo del hospital francés anejo a la iglesia de Guadalupe y del templo, y colocaron el lien-zo en un altar lateral, pasando a comienzos del siglo XX a estar regentado por los Canónigos Regulares de la Inmaculada. En 1928 se remodeló urbanísticamen-te aquella zona de Lima, se demolió la iglesia para la construcción del Palacio de Justicia y el cuadro de la Virgen de Guadalupe pasó a las dependencias de la nueva parroquia de Santa Teresita18.

Además de este lienzo, existe en el Museo de la Fundación Pedro de Osma otro cuadro de la Virgen de Guadalupe, adquirido en 1964 según A. Álvarez, aunque a nosotros se nos aseguró que procedía de una herencia, y puede ser que los herederos del pro-pietario lo vendiesen a D. Pedro de Osma. Aunque Álvarez negó la autoría de Ocaña para esta tela, re-cientemente sí la acepta como obra del monje jeró-nimo y reconoce que fue la que pintó para Lima19. Este cuadro mide 108 x 0,74 cm. y en la parte infe-rior tiene una cartela con la siguiente inscripción: «Milagrosa Señora Virgen de Guadalupe». El cuadro tiene colocadas perlas y piedras pudiendo decir que repite el modelo de Virgen adoptado por fray Diego. De la importancia de la imagen del Museo Arzobispal

existe un documento en el que se habla de las «al-hajas de oro, perlas, rubíes, esmeraldas y piedras de fondo de que se halla adornada la soberana imagen de Ntra. Sra. de Guadalupe, la que está colocada en el retablo mayor de este Colegio del Seráfico Dr. S. Buenaventura»20.

El misterio. Recientemente el cuadro de la Virgen de Guadalupe del que hay constancia temporal de ha-ber permanecido en el lugar de origen o en las cerca-nías de la ermita del antiguo camino de Pachacámac, ha sido trasladado al importante Museo Arzobispal de Lima y restaurado. Ese cuadro mide 254 x 170 cm., y el lienzo conserva hilvanes de haber tenido joyas aña-didas, así como de la cartela de plata y de los cuernos de la media luna de plata de la Virgen. En vista a estos datos, en la actualidad tenemos dos lienzos de la Vir-gen de Guadalupe en Lima, atribuidas perfectamente a fray Diego. La del Museo Arzobispal puede ser mayor del tamaño, al parecer de tipo medio, utilizado por el jerónimo, pero también hay que tener en cuenta que fue la primera que realizó, porque la que pintó en Panamá fue pequeña por estar destinada a devoción particular y luego poder servir de modelo. Sabemos que a las Vírgenes pintadas por el P. Ocaña le añadía joyas como una característica que individualizaba sus imágenes creando un modelo iconográfico inconfun-dible; este lienzo tiene huellas de haberlas tenido y por la información el cuadro de Lima las tuvo: «Hízose una imagen muy linda y rica, del mismo tamaño de la de España, pintada en lienzo; y allí puestas muchas perlas y piedras de esmeraldas, y con tanta curiosidad, que toda la ciudad acude a velar»21.

¿Cuál es el lienzo originario de Lima y el primero que pintó, y cuál el que ha llegado después? Si el del Arzobispado es el primitivo, ¿de dónde vino el de Pe-dro de Osma? ¿Es el de esta Fundación original de fray Diego, o es de otro pintor que reprodujo el modelo de Ocaña? Interesa rastrear la procedencia del cuadro de Osma y poder remontarse hasta su lugar de origen pa-ra saber si existe vinculación con el jerónimo o con G. Gamarra y su escuela o taller del que ahora hablamos; por la composición y diseño del lienzo de la Funda-ción Osma el historiador peruano del arte P. Gjurino-vic Canevaro lo atribuye al círculo de Gamarra22.

16.- Copia simple de la documentación relativa de la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, de la Ciudad de los Reyes, fundada por Don Alonso Ramos Cervantes, secretario de la Santa Cruzada en los reinos del Perú y de Doña Elvira de la Serna, su mujer, a favor del Monasterio de Guadalupe de Castilla, año 1600. Traslado hecho en Lima, el 2/V/1612. AMG, leg. 60.17.- Viaje, o. c., p. 86, nota. El informe sobre el pleito, apéndice I, pp. 309-312.18.- Historia del Culto de María en Iberoamérica y de sus imágenes y santuarios, Madrid 1956, t. II, pp. 108-109.19.- Viaje, o. c., p. 315, nota 2; ídem, «La cofradía de Guadalupe en el virreinato de Perú (Siglos XVI-XVII)», en Guadalupe, nº 833 (2013) 25.20.- Archivo del Convento de San Francisco de Lima, ms. 29. Texto publicado por A. álVarez, Historia, o. c., Apéndice II, pp. 313-315.21.- D. de oCaña, Viaje, o. c., p. 143. Y Lizárraga lo ratifica cuando asegura que el lienzo está «con muchas piedras preciosas», Descripción del Perú…, Madrid 1987, p. 116, ed. de I. Ballesteros.

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Del pintor cuzqueño Gregorio Gamarra —amigo y quizás acompañante del P. Ocaña— existen dos lien-zos de la Virgen de Guadalupe firmados: uno fecha-do en La Paz, en 1601, actualmente en la Recoleta de Cuzco, y pintado antes de que fray Diego pintase el de Cuzco, que fue en 1603; el otro en Cuzco, en 1609, del convento de san Francisco de la Paz que hoy se encuentra en el Museo de la Catedral de La Paz. En ambos casos, reproduce fiel-mente la imagen del grabado de Petrus Angelus, de 1597, como observa el experto res-taurador del lienzo de Lima, E. Guzmán, y otros autores23. El P. Ocaña conoció en el mo-nasterio de Guadalupe la obra de Ángelus porque se repro-dujo en la obra del P. Gabriel de Talavera24; el esquema de la estampa, y, sobre todo, en los vivos recuerdos que tenía de la imagen original de las Villuercas.

Hay una pequeña referen-cia del P. Ocaña cuando habla de lo que le había movido a pintar cuadros de la Virgen de Guadalupe donde parece indicar que esa idea no había gustado del todo en su mo-nasterio de Guadalupe. ¿Era suposición o alguna noticia le había llegado? Este es su texto: «Bien entiendo que en España habrá habido pareceres de que no habría sido acertado haber hecho estas imágenes; pero por estas razones [las expuestas] echarán de ver de cuánta importan-cia ha sido pues en todo tiempo, cada año, irán de las Indias muchas limosnas, las cuales antes no iban, porque se quedaban acá»25.

Además de las habilidades e ingenio personal que utilizó fray Diego para propagar la devoción a la Vir-gen de Guadalupe, contaba con el auxilio de unos re-cursos que trajo desde el monasterio de las Villuercas como fueron los 300 ejemplares de la Historia del P.

Talavera. Otro material que echa de menos —junto al olvido y falta de apoyo de su comunidad, que le duele mucho—, es no tener algunas cosas que había pedido, especialmente estampas de la Virgen (lámi-nas grabadas), que hubiese sido una valiosa ayuda. Estando en Potosí, en 1600-1601: «Y en esta ocasión no puedo dejar de quejarme del descuido de la casa de Guadalupe, que estuvieron en enviarme algunas co-

sas que yo envié a pedir, en particular las estampas; que si a esta sazón tuviera yo en Potosí, sobre la mesa donde estaba, veinte mil a treinta mil estampas (sic), todas las gastara, porque cada uno la llevara para tenella en su aposento; y por cada uno lo menos que podían dar era un peso de plata, que son ochenta reales; ya lo envié a pedir muchas veces y no me lo enviaron, y en tres años primeros no recebí una car-ta de mi convento, que me causaba desesperación, por entender que no se acorda-ban de mí o no hacían caso de lo que yo trabajaba y del cuidado que ponía en servi-cio de la casa»26.

Para terminar conviene dejar constancia que por las tempranas fechas en que fray Diego pintó los lienzos de la

Virgen en los que reprodujo fielmente a Nuestra Señora de

Guadalupe con el conocido “manto rico”, y la forma geométrica con que siempre se ha vestido. En él y en los inmediatos seguidores —G. de Gamarra y otros—, hay que poner el origen o en haber sido uno de los pio-neros, de las llamadas “Vírgenes triangulares”, que tan fecundamente arraigó en la famosa Escuela Cuzqueña y de ahí se difundió por todos los talleres del virreinato. Y no olvidemos que durante mucho tiempo el cuadro que pintó en Cuzco (1603) se pudo contemplar en el convento de San Francisco de aquella ciudad imperial.

22.- La Inmaculada Concepción. 150 Años, Lima 2005, p. 145. 23.- Fray Diego de Ocaña y la Virgen de Guadalupe, o. c., p. 136; J. de mesa y t. Gisbert, Historia de la pintura cuzqueña, Fundación Augusto N. Wiese, Lima 1982, 2 vols.; Ídem, Holguín y la pintura virreinal en Bolivia, La Paz 1977, pp. 38-39.24.- Historia de Nuestra Señora de Guadalupe… En Toledo en la casa de Thomas de Guzmán 1597. El diseño de la portada también es obra firmada de Petrus Angelus.25.- D. de oCaña, Viaje, o. c., p. 306.26.- Ibíd., p. 242; lo repite en p. 248.

Virgen de Guadalupe de Extremadura (1597), grabado de Petrus Ángelus. Archivo PESSCA

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Entorno los ojos, araño los recuerdos, y en mi mente brota ní-tida su imagen, fiel evocación de la niñez perdida. Lo recuer-do vestido de negro porque, según me cuentan, perdió joven todavía, con sólo 33 años, a Rosario, la hermosa montilla-

na que fuera el faro que iluminaba su vida, y a tres de los ocho hijos que le dio. A dos de ellos se los llevó la cruel epidemia de 1918, y al mayor, que llevaba su nombre y al que pintó de niño en el lienzo Conquistando a la abuela, se lo arrebató la horrible Guerra Civil.

DE UN TIEMPO PASADOContaba yo pocos años cuando de mañana encaminaba mis pasos al

colegio “de allí abajo”, o si, en ocasiones, me apostaba en una esquina de la Cava para escuchar cómo el viento del otoño entonaba eternas canciones entre las ramas de los pinos de la huerta de las Miranda, en-tonces, apoyaba la frente en la reja de la ventana que daba a la pequeña plaza del Cabecito (que hoy lleva con orgullo el nombre del artista, Plaza del pintor José Gordillo) donde se situaba su casa, y contemplaba las mil cosas que se exponían en el minúsculo y humilde espacio que soñaba con ser ampuloso escaparate: fotos de grupos que posaban en la Pra-dera de la Armeña, donde los fontaneses habían celebrado gozosos la fiesta de san Isidro, y otras personales, de medio cuerpo, que los novios se regalaban como prenda de amor y que desde el blanco y negro de sus ojos me miraban interrogantes; pequeños espejos enmarcados con molduras barrocas cubiertas con pan de oro; un vidriado lebrillo en el que rebosaban limones dorados; pequeños lienzos al óleo que guarda-ban imágenes de entrañables rincones del pueblo, o una vieja fuente de La Cartuja en la que descansaban apetitosos bollos de chicharrón coro-nados por una fina capa de azúcar. Después me asomaba a la puerta, abierta de par en par, y allí estaba, siempre ocupado en algún quehacer, iluminado de ingenio, porque Pepe Gordillo exhalaba arte por todos los poros de su alma. Cinceles, escoplos, buriles y gubias se amontonaban en un gastado banco de carpintero. Al fondo un viejo caballete moteado de mil colores sostenía un lienzo a medio terminar. Las blancas pare-des del amplio y profundo zaguán apenas se distinguían tapizadas por los cuadros al óleo que orgullosos exhibían, entre un crisol de colores, a campesinos bruñidos por el tórrido sol de los campos extremeños, arrieros tocados por ajadas gorras de visera; bodegones con cerámicas de Talavera, frutas y algún pescado; coloridos paisajes curtidos de pri-mavera; viejas encogidas al calor del fuego o bellas muchachas tocadas con pañuelos multicolores; retratos de algunos de sus hijos y autorretra-tos del pintor reflejo de toda una vida de artista.

Por aquel entonces, cuando ejercíamos de jóvenes aprendices de poeta y descubríamos la acusada personalidad de los artistas del XIX, para mí Pepe Gordillo suponía la personificación del modelo de pin-

JeSúS lozAno MAteoS

JOSÉ GORDILLO (1888-1972)UN PINTOR FONTANÉS EN LA MEMORIA

tor romántico. Vestidura negra, boina tam-bién negra, calada y ligeramente inclinada. Y hasta le atribuía, sin aparentes motivos, los desórdenes que atribulaban a los bo-hemios del Romanticismo si alguna vez, en la penumbra del cine Salón Modelo de La Fuente, lo descubría, sentado en una silla de la platea mientras extraía del bolsillo interior de su chaqueta una pequeña botella y bebía. Era el sumun del ideal de artista que yo ha-bía fraguado en mi acalorada mente juvenil: «¡ Además de artista era bebedor!» Después averigüé que el bueno de Pepe Gordillo lo que tomaba, arropado por la oscuridad de la sala del cine, era leche porque estaba aque-jado de úlcera de estómago.

BIOGRAFíA Y TRAYECTORIA Rastreando datos descubrimos que José

Gordillo Sánchez, al que todos en su pue-blo nombraban Pepe Gordillo, nació en la vivienda familiar situada en la calle Bullones, de Fuente del Maestre (Badajoz), un 5 de

Autorretrato

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octubre de 1888, a las tres de la tarde. Era hijo de Juan Gordillo zambrano y Antonia Sánchez Díaz, y ocupaba el octavo lugar en el total de diez hermanos: Antonio, Isabel, Fernando, Francisco, Paula, Matilde, Joaquina, José, María y Lorenzo1. Estos Gordillo zambrano debieron ser personas muy consideradas pues además de encontrar su apellido en documentos ya en el siglo XVII2 y ejerciendo sus portadores cargos públicos3, dos de ellos firman como testigos en la inhumación de los restos mortales, traídos desde Madrid a finales del siglo XIX, de Dª. Eloísa Quiñones Gómez-Jara, XII Marquesa de Lorenzana, y que por disposición real fue enterrada en el panteón familiar de la capilla en la iglesia del convento franciscano de La Fuente, donde los citados Gordillo debieron estar realizando las tareas de restauración y rehabilitación —como así lo hacían en cuantas obras se ejecutaron en viviendas de la familia hasta finales del siglo XX—, lo que prueba la cercanía de los Gordillo a la Casa de Lorenzana, circunstancia que influiría notablemente en la formación de Pepe.

A los doce años, José Gordillo, con los estudios primarios de la época, se convierte en aprendiz de ebanista mientras dibuja incansablemente todo lo que ve. Su hermana María enseñaba algunos de estos dibujos a la entonces marque-sa de Lorenzana, Dª. Amparo Quiñones Gómez-Jara, y ésta habló con el padre del muchacho para convencerle de la necesidad de enviarlo a algún lugar en el que el joven puliera su inquietud artística. Sabemos, por manifestaciones de sus propios hijos, que inicia sus estudios académicos con Adelardo Covarsí en la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, entidad creada en 1890, que tanta impor-tancia tuvo en la promoción de la pintura extremeña, y que sería heredera de la Academia Municipal de Dibujo, promovida en 1874 por el pintor Felipe Checa.

Posteriormente, y bajo el mecenazgo de los Lorenzana marcha a Sevilla a perfeccionar su técnica pictórica con el profesor José García Ramos (1852-1912). Aunque se ha repetido que realizó estudios en la Real Academia de Bellas Artes «Santa Isabel de Hungría» de la capital hispalense, ponemos en duda este dato pues dicha entidad se dedicó a partir de 1892 —cuando Gor-dillo contaba cuatro años— a tareas de consulta, control y difusión del patri-monio, abandonando las tareas docentes que por la reforma de las enseñan-zas del periodo de la Restauración fueron encomendadas a otras instituciones como, en nuestro caso, las realizó —como heredera de la Real Academia—, la Escuela de Artes e Industrias y Bellas Artes, en la que encontramos como alumno sobresaliente, en 1901, a Eugenio Hermoso y donde debió formar-se también Gordillo4. Muchos artistas extremeños consiguieron alguna ayuda económica o beca de entidades, lo que les permitió promocionarse desde la Escuela de Artes y Oficios a otras instituciones académicas nacionales para sal-tar finalmente a Italia, como meta donde perfeccionar su técnica al conocer a los grandes artistas latinos. De nuevo el interés del marqués de Lorenzana, entonces D. José Jaraquemada y Quiñones, se pone de manifiesto al proponer a Pepe Gordillo trasladarse a Roma, pero el pintor desoye el ofrecimiento que le hubiera permitido ampliar sus horizontes artísticos.

Instalado definitivamente en La Fuente repite la estructura laboral ideada por su padre y sus tíos, ahora con sus hermanos. Pasado un tiempo inicia un camino profesional en solitario experimentando en múltiples oficios: consumado pintor, ebanista, decorador, fotógrafo, dorador, operador de cine…, o se embarca en pequeños negocios muchos por satisfacción propia y todos para satisfacer las

más elementales necesidades de su numerosa familia. El día 14 de octu-bre de 1914, José contrae matrimo-nio con Rosario Córdoba Vázquez, hija de José Córdoba Aguilera, quien junto a su mujer Matilde Vázquez, to-dos naturales de Montilla (Córdoba), habían llegado a La Fuente, ciudad en la que el padre fue destinado como Maestro Nacional.

1.- Archivo Parroquial de Fuente del Maestre (=APFM), hoy en el Archivo Diocesano de Badajoz: Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Candelaria2.- AHN. «Expediente de pruebas de Isabel Carrascal C. de P. y Gordillo».ES28079. Consejo de Ordenes. Exp.146.3.- AGS. Catastro de Ensenada. Fuente del Maestre. AGS_CE_RG_L140_409.jpg f.400. Aparece Don Pedro García Gordillo, Alcalde Ordinario por el Estado General.

Botijero de Salvatierra

OBRAS DE PINTOR COSTUMBRISTAContemporáneo de los dos más

significativos pintores extremeños, Adelardo Covarsí (1885-1951) y Eu-genio Hermoso (1883-1963), Gordi-llo participa con ellos y otros artistas extremeños en la corriente que impe-raba en los primeros años de siglo XX, que podemos nombrar como realis-mo costumbrista. Éste intentaba po-

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el palacio de Bellas Artes en los meses de mayo y junio, y en ella participa el pintor fontanés jun-to a los artistas más importantes del momento. Al año siguiente se edita un magnífico álbum en el que se destacan con notoriedad las obras de Eugenio Hermoso, Moreno Márquez, Eduardo Acos-ta, Pérez Comendador y el cuadro «Conquistando a la abuela» de Pepe Gordillo, que fue vendido y en el que aparecía su hijo mayor, el que, como se ha dicho, después sería víctima de la Guerra Civil. En el año 1929 participa, junto a los más significados artistas extreme-ños en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, donde obtiene premio con su óleo «Las aguadoras». Es anecdótico, aunque por supuesto lamentable, que este cuadro hoy no podamos contemplarlo, salvo en la reproducción que aparece en la Enciclopedia Espasa, (Apéndice VIII, Pintura) porque el pintor lo borró para aprovechar el lienzo. Esto no dejaba de ser un tanto fre-cuente en los pintores de la época, que emborronaban algunas de sus obras, en ocasiones por falta de medios, aunque muchas veces, por el desconten-to con la obra plasmada. Conocemos también el caso similar de Eugenio Hermoso con su cuadro «Comiendo la olla». Bastante reacio a salir de su pueblo pero obligado por sus amistades cercanas participó en exposiciones, individuales y colectivas, y muestras de pintura obteniendo algunos recono-cimientos, en Mérida (1926), Badajoz, (Certamen del Regimiento Castilla 16) y los ya mencionados de Sevilla 1927 y 1929.

Su obra pictórica es amplia y variada, aparte de las restauraciones de imágenes y retablos, decoración de multitud de estancias en casas señoriales, haciendas y cortijos en los pueblos de entorno. Sus cuadros se encuentran en colecciones particulares en Extremadura y otros en el resto de España y Portugal, pues muchos se vendieron desde una galería de Madrid. Cono-cemos algunos cuadros, porque se encuentran custodiados por su familia, parte de su importante producción entre los que resaltamos: “Autorretra-tos”, “Rincón de la Capilla de los Marqueses de Lorenzana”, “Rincón de la ermita del Espíritu Santo”, “La capilla de las Guzmanas”, “El milagro de san Diego de Alcalá”, “Lo mejor de la huerta”, “Regreso de la Feria”, “Mendigo”, “Botijero de Salvatierra”, “Idilio amoroso”, “Cerca de Dios”, “El patio del aljibe del convento de los padres Franciscanos”, “Santiago apóstol”, “Viejo extremeño”, “Muchacha en la huerta”, “Retrato de sus hijos”, “Bordadora”, “Contraluz”, “La aparición de la Virgen a la beata Beatriz de Silva”, “Las Áni-mas del Purgatorio” (Llerena), “El maestro Rafael”, “El leñador”, “El pan nuestro de cada día”. Sabemos de algunos que pintó para la colección y el museo de Maizflor, (Aceuchal), los retratos de los provinciales de la Orden Franciscana (Loreto, Sevilla), los que tienen en propiedad la familia Porras, Diego Cuéllar, Francisco Ortiz, Manuel Nevado y muchos más, cuya localiza-ción hoy desconocemos, que llenan de color estancias en toda España.

4.- rodríGuez aGuilar, Inmaculada Concepción, La pintura sevillana: arte y cultura en la prensa (1900-1936). Universidad de Sevilla. Dpto. de Publicaciones. Sevilla 2000.5.- Ibídem.

Viejo extremeño

Las aguadoras

tenciar, no sólo en la pintura sino en todas las bellas artes, el gusto por lo tradicional que ya mandaba desde la segunda mitad del siglo XIX, representando desde el más puro casticismo español, el mundo rural, bucólico y pastoril —no siempre cerca-no a la realidad social del momento—, el retrato, los bodegones, el paisaje y las escenas de temática religiosa. Entabla una profunda amistad con Eugenio Hermoso, cuando éste frecuenta Fuente del Maestre a lo largo de los años 1905 y 1906 para pintar a diversos miembros de la familia Lorenzana. Se conocen catorce cuadros que el frexnense pintó en esta época en La Fuente.

En 1927, un prestigioso extremeño afincado en Sevilla, D. Enrique Real Mag-dalena, que ejercía de catedrático de la Escuela de Comercio, tiene la iniciativa de promover una muestra de la pintura regional extremeña en la que van a to-mar parte artistas de Extremadura «muy relacionados con Sevilla, por formación en nuestra Escuela de Bellas Artes, o bien por estar pensionados aquí por las Dipu-taciones o Ayuntamientos de ciudades de esa región»5. Se realiza la exposición en

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EL MILAGRO DE SAN DIEGO DE ALCALÁEn 1931 pinta y regala a la iglesia del convento francisano de Fuente

del Maestre el hermoso cuadro en el que se refleja un famoso mila-gro del santo franciscano fray Diego de San Nicolás del Puerto (1400-1463): «El milagro de San Diego de Alcalá». En él Gordillo toma como modelos a familiares suyos y personajes del pueblo. Juan Antonio Blan-ca Pecero, joven pintor fontanés, artista, investigador y escritor, al que perdimos hace pocos años, realiza un profundo estudio de este cuadro. Entresacamos sólo unas líneas de su fundamentado trabajo:

«…Este cuadro también es una metáfora de la vida, porque refleja sus etapas representadas en las edades de los personajes de la obra: el niño, la juventud (el fraile con las rosas es el eje del cuadro) la madurez (es el padre de la congregación franciscana) y la vejez (los mendigos). La acción se la reparten los dos frailes, que representan las edades don-de se lleva a cabo el trabajo y la responsabilidad de las decisiones; uno posibilitando el milagro por su caridad, el otro interpelándole por su actitud. Así mismo queda reflejado la dependencia de lo muy nuevo y lo viejo de las otras dos etapas. El niño es el hijo del pintor, Juan, a la edad de diez años; es el único que no mira dentro del cuadro, está al margen de lo que en él ocurre, parece escrutar —en un presente continuo— nuestra posición de espectadores, preguntándose lo que nos interesa de la pintura o quizás —detenido en el pasado— cómo resuelve su padre la obra. Juan es hoy pintor»6.

RESTAURACIóN DE IMÁGENES RELIGIOSASAl término de la Guerra Civil inicia Gordillo la restauración de las

imágenes que en la iglesia del convento Franciscano fontanés habían sido dañadas como consecuencia de la contienda: la Inmaculada que preside el retablo mayor, el San Francisco que se encontraba partido por efectos de un golpe de hacha y la talla de la Virgen de Guadalupe a la que desprendieron el Niño. Talló y ensambló piezas y repuso policro-mía hasta conseguir la perfección en la obra. En la misma población, realizó entre otros el retablo de la iglesia de san Lázaro, dedicado a la fundadora de la Congregación de los Ancianos Desamparados; cinceló y policromó las alas de dos hermosos ángeles lampadarios que hoy se encuentran situados a ambos lados del retablo mayor de la parroquia de la Candelaria y una copia de la monumental lámpara que cuelga en la nave de esta iglesia, obra del maestro tallista zafrense Antonio Martín, para la parroquial de zalamea de la Serena. Hemos de reseñar el dato curioso y encomiable que nos habla del carácter magnánimo y desprendido de Pepe Gordillo: nunca cobró su trabajo si éste suponía la restauración de alguna imagen religiosa.

En el año 1954 realiza su obra más comprometida, por la presión piadosa del entorno, aunque para él de ejecución sencilla. Fue la restau-ración de la imagen del santo Patrón de La Fuente, el Cristo de las Miseri-cordias; un santo Crucifijo venido de Méjico, posiblemente a finales del siglo XVII, y que por su constitución —hecha de pasta de caña de maíz, de las que salieron de los talleres de la región mejicana de Michoacán—, era de una notable fragilidad encontrándose, cuando Pepe Gordillo inicia su restauración, en una situación de peligroso deterioro, por lo que, a instancias del Marqués de Lorenzana, D. Mateo Jaraquemada y Guajardo-Fajardo (1907-1984) —que entonces ejercía el cargo de mayordomo

de la Cofradía del Santísimo Cristo de las Misericordias—, se determina su restauración. Ello provoca toda serie de opiniones encontradas porque, como sucede en ocasiones, la piedad popular atribuía toda una sucesión de calamida-des si se tocaba la venerada imagen, que en aquellas fechas presentaba un estado lamentable por los desperfectos que el tiempo había provocado en ella: falta de la capa última de pasta en muchas de sus partes y pérdida de la policromía, rotu-ras en los brazos y desgarros en las pal-mas de las manos y en los pies, ya que la imagen se sujetaba a la cruz por los clavos. Tenía dedos fracturados y algunas señoras principales expresaban su opo-sición al ensamblaje de los mismos pues opinaban que el Cristo no quería que se los repusiesen y que ello provocaría no-tables males a la población. Pepe, ajeno a estas supersticiones, realizó un primo-roso trabajo que hoy puede admirarse.

Como era habitual en las restauracio-nes de imágenes que realizaba, Pepe Gor-dillo, al que ayudó en su obra Francisco Ortiz Ponce, realizó el trabajo de forma totalmente desinteresada y, sólo aceptó, como curiosa anécdota, el regalo de un jamón por parte del marqués como agra-decimiento a su labor. El propio Francisco Ortiz recibió como obsequio a su ayuda un cuadro del pintor.

Conquistando a la abuela

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MUERTE Y RECONOCIMIENTOSDespués de toda una vida de trabajo desgranando arte en cuanto tocaba y

con el aprecio de todo un pueblo, el día 10 de junio de 1972, Pepe Gordillo abandonaba este mundo para llenar de color las estancias de lo eterno. Un gran amigo suyo, tan fontanés, tan bueno, humano, sensible y desprendido y tan hermano en querencias y sentires como él, el genial ilustrado José Mª Gómez Sara, al que todos conocíamos como “Padín”, publicaba en el Perió-dico HOY, al día siguiente de su partida, una crónica-oración, homenaje a su memoria, que nos permitimos reproducir para finalizar este nuestro particu-lar y respetuoso testimonio, porque sintetiza parte de la vida y la obra de este extraordinario artista fontanés, que llenó con su ejemplo y su arte una página, memorable y hermosa para la historia de La Fuente:

«Fuente del Maestre ha sufrido una pérdida irreparable. Ha muerto en paz con Dios y con los hombres, José Gordillo, Pepe, para nosotros sus pai-sanos; y ha muerto un hombre sencillo, modesto, trabajador, sufrido y hon-rado. Y ha muerto con él, el artista, el pintor, el que dejó en sus cuadros toda su alma de buen fontanés, toda su exquisita sensibilidad, toda su indiscutible maestría y todo el cariño que tuvo a su pueblo, del que siempre se sintió tan orgulloso y del que jamás abandonó el “seseo” tan castizo y ancestral. Este pueblo donde nació, trabajó y amó, y donde, como legado de lealtad, nos ha dejado su cuerpo, quiere que el grito de su dolor llene los ámbitos del mundo artístico y llegue a cuantos le conocieron o tuvieron noticia de su obra, y a quienes por primera vez oigan su nombre, seguros de que nuestro pesar hallará eco, no sólo en los amantes del Arte, sino en todos los espíritus sensibles que sepan valorar cuanto pierde un pueblo al perder un artista.

La obra de Gordillo (el buen vino no necesita ramo), habla por sí sola. Desde los cuadros presentados en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929…, hasta los que quiso dejar como patrimonio a sus hijos, pasando por los muchos que enajenó a la fuerza; su arte no rimó nunca con el interés, y algunos retratos que hoy se guardan como tesoros, toda su producción dice

cuánto de años, cuánto de senci-llez, cuánto de serenidad vibrante había en el alma de Gordillo. Sus paisajes no copian ruinas heroi-cas, contorsiones geológicas; sus temas son el almendro en flor, apacible y dulce, el rastrojo cansado tras alumbrar la glorio-sa espiga, que no pide ni espera recompensa. Sus paisajes son como el alma de hombre bueno.

Sólo quiero añadir: Pepe descansa, descansa en paz, en esa paz que tienes tan merecida como artista y como hombre, en esa paz en la que puedes su-mergirte eternamente reclinado sobre el recuerdo del iris de tu palea, bajo la sonrisa de Dios. Descansa en paz, Pepe, es la oración de todo tu pueblo.»

En 1981 se realizaron exposicio-nes en su honor de parte de su obra. Una en su pueblo natal, en el extraor-dinario marco del claustro barroco del convento de san Francisco y otra en el Museo de Bellas Artes de Bada-joz, entonces en la plaza de Minayo, donde, desde aquella fecha, cuelga el magnífico cuadro «Muchacha en la huerta», regalo de su hijo Antonio, según nos comenta Ascensión, tam-bién hija del pintor.

El milagro de san Diego de Alcalá

La Niña de la Huerta

6.- blanCa peCero, Juan Antonio, Revista Fiestas Patronales del Cristo. Fuente del Maestre, 2000.

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Oración en la sinagoga el día del Yon Kippur, por Murycy Gottlieb (1856-1879)

En esta quinta entrega de do-cumentos legales presen-tamos la carta de excomu-nión que fray Gonzalo de

Toro, prior de Montamarta, envió a fray Diego de Écija y fray Diego de Guadalupe, notarios de la Santa Inquisición, para que los procesos realizados en el monasterio de Gua-dalupe en el verano de 1485 fueran guardados y no pudieran ser leídos sino con licencia especial, bajo sen-tencia de excomunión.

MAnuel herrerA vázquezDoctor en Filología Hispánica

La Inquisición en el monasterio de Guadalupe (V)

LA CARTA DE EXCOMUNIóN SOBRE LOS PROCESOS

JERóNIMOS Y JUDAIzANTESLa Orden de san Jerónimo tenía fama desde muy antiguo de contar entre sus

miembros a muchos conversos. Es conocido que algunos de ellos tomaban el hábito para poder judaizar tranquilamente, lejos de miradas peligrosas. Así lo describe fray José de Sigüenza: «En ninguna cosa pone esta gente [los conver-sos] mayor cuydado, que en ingerirse, mezclarse y entremeterse con vna ambi-ción y astucia rabiosa entre la gente estimada o por santidad o por nobleza para salir de este abatimiento y del estado soez en que se veen derribados. Parecio-les que vna de las religiones que en España eran estimadas de los príncipes ecclesiásticos y seglares, era la de San Gerónymo. Acordaron de retirarse a ella muchos de estos. Y como son tan astutos y les viene tan de atrás la hipocresía y cerimonia esterior, sin respecto a las veras de adentro, pudiéronse dissimular y conseruar aquí mucho tiempo, y aun ganar nombre».1 A tanto llegó la situa-ción, que finalmente se tomó la decisión de poner remedio al problema. El

1.- Tercera parte de la Historia de la Orden de San Gerónimo, Madrid 1605, p. 33b.2.- Véase Albert A. siCroFF, «El caso del judaizante jerónimo fray Diego de Marchena», en Homenaje a Rodríguez-Moñino. Estudios de erudición que le ofrecen sus amigos o discípulos hispanistas norteamericanos, Madrid 1966, t. ii, pp. 227-233; y Diego de éCiJa, Libro de la invención de esta santa imagen de Guadalupe, y de la erección y fundación de este monasterio, Cáceres 1953, pp. 339-340, 346. Puede verse la nómina de frailes juzgados en «La inquisición en el monasterio de Guadalupe (iV): El breve absolutorio de Inocencio Viii», Guadalupe 840 (2014) 25a, n. 1.

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primer monasterio en que se llevó a cabo una inquisición interna fue el de Guada-lupe, en el verano de 1485. Fue realizada con tan gran discreción, que de ella no trascendió al pueblo más que las conde-nas de dos de los treinta y dos monjes juzgados, las de fray Diego de Marchena y fray Diego de Burgos el Viejo, las cuales fueron leídas públicamente en el auto de fe celebrado el martes dos de agosto de 1485.2 Del proceso en sí y de los demás monjes culpados y sentenciados a diver-sas penas, nada se divulgó al exterior. Las tres sentencias más duras fueron para Marchena, Burgos el Viejo y Fernando de úbeda. A los demás monjes les fueron impuestas penas espirituales o corpora-les poco severas. A todos los culpados se les exigía que guardaran silencio acerca del proceso.

LOS PAPELES PERDIDOS DEL PROCESOSobre esta inquisición se corrió un

tupido velo que ha llegado hasta hace poco. La copia del libro original que contenía las declaraciones presentadas por los frailes jerónimos en la causa, se guardó celosamente en el monasterio en una arquilla, en cuya tapa figuraba un escrito de excomunión a quien la abriera, y sin que nadie pudiera estu-diarlo.3 Por su parte, el libro original de las declaraciones junto con doce pro-cesos también originales, que incluían los dos más importantes, los citados de Marchena y Burgos el Viejo, fue envia-do al monasterio de Montamarta.4 Así estuvo y habría seguido estando duran-te mucho tiempo si no hubiera sido por las sucesivas exclaustraciones de 17 de junio de 1822 y de 18 de septiembre de 1835, cuando el patrimonio artístico y cultural de Guadalupe fue enajenado y, en parte, desperdigado por numerosas localidades extremeñas. La primera

noticia sobre el paradero de la copia del libro original fuera ya de Guadalupe la proporciona Vicente Barrantes, quien fue su primer poseedor laico conocido. Hablando de fray Juan de la Puebla, dice: «Aunque profesara en el Monasterio de Guadalupe el año de 1471, no debió de agradarle mucho el estado de la orden geronimiana, ni quizás el de los mismos frailes del convento, donde por aquellos años se instruía una gravísima causa de Inquisición, acaso la prime-ra que se formó en España (1485) y que hemos tenido auténtica en nuestro poder».5 Pocos años después, Fidel Fita refiere este hecho en su clásico estudio sobre la Inquisición en Guadalupe: «Uno de estos procesos, y no el menos interesante, que se guardaba secre-tísimo en Guadalupe, era el que cita nuestro ilustre compañero, el Sr. Barrantes, en el tomo iii de su Aparato bibliográfico. Versaba la causa contra algunos religiosos del monasterio, acusados de judai-zantes, entre los cuales de seguro se contó fray Diego de Marchena. El Sr. Barrantes se desasió de este preciosísimo manuscrito, cuya adquisición no poco le había costado. Cediolo no sin justa razón, y presume que habrá perecido a rigurosas manos de timorata con-ciencia».6 Posteriormente, el mencionado bibliófilo extremeño, con motivo de la publicación del artículo del padre Fita, precisó algunos datos sobre el manuscrito en su obra Virgen y mártir.7 Téngase en cuenta que aquí Barrantes escribe de memoria, pues había pasado casi un cuarto de siglo desde que adquirió el manuscrito. Lo deno-mina «Primer proceso (¿inquisitorial?) de Guadalupe» y lo describe como un «Manuscrito en folio, de unas 90 a 100 fojas, encuadernado a la holandesa y con las firmas y sellos correspondientes».8 A conti-nuación, nos relata algunos pormenores sobre su adquisición y de su pudor por conservarlo: «Adquirí el códice en cuestión hacia 1870 en Alburquerque,9 donde quizás por acrecer en valía se me dijo haberse encontrado en un cajoncito, que decía: «Pena de excomunión al que lo abra». Excuso añadir que yo no vi el cajón ni, por consiguiente, el letrero, si bien consigné estas vagas noticias en la guarda del códice al encuadernarlo o hice encuadernar con él la misma carta en que se me daban pues, tan nimios detalles, ni los recuerdo con exactitud ni importan. Por las mismas razones que me aconsejaron renunciar algún tiempo después a este importante artículo de mi Biblioteca ex-tremeña, no saqué de él papeleta bibliográfica ni apunte alguno, y aún procuré borrar de mi memoria las especies que había leído».10 Por fortuna, los malos augurios de Barrantes no se cumplieron, pues el códice no pereció, aunque anduvo en paradero desconocido du-rante medio siglo. En efecto, en 1925, el padre Luis Fernández de Re-tana halló el manuscrito: se encontraba en la biblioteca del santuario del Perpetuo Socorro en Madrid. Comunicó este hallazgo en su libro Cisneros y su siglo, en donde hace una descripción somera de su contenido: «Consérvase este precioso códice ms., que contiene uno

3.- El códice C-266 del Archivo del Monasterio de Guadalupe (AMG 266) reproduce en fotografías en negativo este manuscrito.4.- El libro original no se ha conservado. En cuanto a los procesos, es posible que alguno de los guardados en el AHN sea original.5.- Aparato bibliográfico para la historia de Extremadura, Madrid 1875-1877, t. iii, p. 57.6.- «La Inquisición en Guadalupe», Boletín de la Real Academia de la Historia 23 (1893), p. 288.7.- Virgen y mártir. Ntra. Sra. de Guadalupe. Recuerdos y añoranzas, Badajoz 1895, 2 vols.8.- Ibídem, t. i, p. 198.9.- Alburquerque dista unos 200 km al oeste de Guadalupe.10.- V. barrantes, Virgen y mártir…, t. i, pp. 199-200. No sé cuánto tiempo tendría Barrantes en su poder el manuscrito. Teniendo en cuenta que lo adquirió en 1870 y que el 24 de junio de 1875, fecha del prólogo de su Aparato bibliográfico, ya se había desasido de él, apenas lo poseyó unos cinco años, como máximo.

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de los más antiguos procesos inquisito-riales, pues es de 1486, en la Biblioteca del Perpetuo Socorro, de los Padres Re-dentoristas de Madrid, descubierto por el autor de este libro. Consta de CXXXIII folios manuscritos. Es una copia oficial del proceso, otorgada y firmada por los propios notarios que asistieron a él: fray Diego de Écija y fray Diego de Guada-lupe, en 1486. Comienza con un edicto de Torquemada, para que se proceda judicialmente, en el cual va incluido un breve de Sixto IV, de 1481 (equivalente en la notación moderna a 1482), y ter-mina con una sentencia de excomunión del inquisidor fray Diego [sic] de Toro, prior de Montamarta, contra el que ose abrir, leer o prestar dicho proceso, que deberá guardarse en una arquilla con tres llaves, en san Bartolomé de Lupiana. Tiene un sello de cera. Contiene curio-sísimos datos sobre las costumbres de los judaizantes, sobre los tormentos en los juicios, etc. Está en muy buen estado de conservación. No conoció este códi-ce Menéndez Pelayo, ni da muestras de haberlo leído el P. Sigüenza en la Histo-ria de la Orden de san Jerónimo, donde alude confusamente a este suceso, con bastantes equivocaciones, que no perte-necen a nuestro asunto».11 Por desgra-cia, todo apunta a que el manuscrito pe-reció en nuestra Guerra Civil, pues ni se encuentra en el Perpetuo Socorro ni ha vuelto a ser visto.

¿ESTRATAGEMA DE FRAY GONzALO DE TORO?

Unos nueve meses después de aca-bada la inquisición en el monasterio de Guadalupe, fray Gonzalo de Toro, prior de Montamarta, que había participado en ella como juez,12 envió una carta de excomunión, firmada y sellada en Gua-dalajara a 15 de abril de 1486, a los no-tarios fray Diego de Écija y fray Diego de Guadalupe y a quienquiera que tuviese

en su poder los procesos inquisitoriales en ese momento o en el fu-turo, en la que les mandaba, en virtud de santa obediencia, que los mantuvieran cerrados y guardados y que no pudieran ser abiertos, leídos, trasladados, anulados ni destruidos. De no hacerlo así, les ponía sentencia de excomunión. Esta prohibición se extendía tam-bién a las personas que por su autoridad los quisieren abrir, leer, tomar o pedir; de tal manera, que nada de lo antedicho pudiera ser hecho sin licencia suya o sin un mandato especial. Por último, dicho inquisidor exigía a ambos notarios que pusieran su carta en-cima de los procesos, a la vista, para que todos la pudieran leer y nadie osara contravenir lo ordenado. Es de suponer que el inquisi-dor haría colocar otra carta de excomunión en el mencionado libro original de las deposiciones de los monjes de Guadalupe y los doce procesos originales, salvo que él los tuviera a buen recaudo, lejos de miradas indiscretas.

En cuanto al motivo por el que Toro decidió enviar la carta de ex-comunión a los notarios de Guadalupe, estamos de acuerdo con Julie Ann Evans al creer que obedece más a una estrategia “política” que a otras consideraciones,13 ya que el prior de Montamarta, que repre-sentaba la facción dura y anticonversa de la Orden, tenía intención de optar al generalato en la siguiente vacación del oficio, que fue a 22 de agosto de 1486, y la publicación de los procesos de Guadalupe podía estorbar su intento o arruinarlo; en especial, según nuestra opinión, el hecho de haber permitido que fray Juan de San Esteban continuara ejerciendo como juez inquisidor sin haber sido comisionado para ello por Torquemada.14 Fray Gonzalo tomó parte en el xxiii capítulo ge-neral, que se celebró en el monasterio de san Bartolomé de Lupiana (Guadalajara) a partir del 17 de abril de 1486, junta importantísima pues en ella se aprobaron dos asuntos de gran trascendencia para la

11.- Cisneros y su siglo. Estudio histórico de la vida y actuación pública del cardenal D. Fr. Francisco Ximénez de Cisneros, Madrid 1929-1930, t. i, p. 121, n. 1. En la p. 266, n. 2, a propósito de las acusaciones que los conversos hacían a los cristianos viejos de ser peores que los nuevos, vuelve a mencionar el códice y su paradero.12.- Lo fue por la carta de comisión de Torquemada de 5 de julio de 1485. Véase la entrega tercera de esta serie, «La carta de comisión de Torquemada, julio de 1485», Guadalupe 839 (2014) 20b.13.- Heresy as an Agent of Change: Inquisition in the Monastery of Guadalupe, tesis doctoral, Universidad de Stanford 1998, pp.164-168.14.- Véase «La inquisición en el monasterio de Guadalupe (iii)…», pp. 20b-21a.

Los claustros también fueron escenarios de intrigas y secretos

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Orden jerónima: la inquisición en todos sus monasterios y el establecimiento del estatuto de no recibir conversos.15 Como hemos vis-to, fray Gonzalo remitió la carta de excomu-nión el 15 de abril desde Guadalajara, es de-cir, que ya estaba por Lupiana dos días antes. Dentro de esa estrategia “política” hay que poner otra acción anterior: el mencionado envío del libro original de las declaraciones presentadas por los frailes guadalupenses junto con doce procesos a su monasterio a Montamarta y no a Lupiana, donde residía el general de la Orden, fray Rodrigo de Orenes, a quien por lógica debían ser remitidos.16 Y eso lo había hecho el 27 de febrero de 1486, un mes y medio antes del comienzo del capítulo. Al final, el jueves 30 de agosto de 1486, fray Gonzalo de Toro consiguió su objetivo y fue elegido general,17 cargo que mantuvo durante cuatro trienios seguidos, hasta 1498. Ese mismo año, hasta 1501, fue juzgado por abuso de poder y mala gestión tanto del monasterio de Lupiana como de la Orden. Acabó sus días hacia abril de 1504.

APÉNDICE DOCUMENTALFuente: Archivo del Monasterio de Guadalupe,

códice C-266, fotografía 247.

In Dei nomine, amen. Nós, fray Gonçalo de Toro, prior del monesterio de Sancta María de Montemarta, de la Orden de nuestro pa-dre Sant Jerónimo, inquisidor de la herética prauidad por la auctoridad apostólica en toda la dicha Orden, a vos, los escriuanos de la di-cha inquisiçión, e a otra qualquier persona o persona[s]18 a quien los proçesos de la dicha inquisiçión han venido o venieren en qual-quier manera, por la presente mandamos, en virtud de sancta obediençia e so pena de excomunión, la qual trina monicio premis-sa19 en vos e en cada vno de vos ponemos e promulgamos, e queremos que ipso facto inc[u]rráis en ella si lo contrario fiziéredes e los nuestros mandamientos, que más verda-

deramente s[on] dichos apostólicos, non guardáredes e cumplié-redes, que ni vos, los sobredichos escriuanos, ni [las] personas que los dichos proçesos al presente tienen, o de aquí adelante touieren, en depósito, o en otra qualquier manera, que no los dedes a persona alguna, mas, ante, estén çerrados [e] guardados e non sean abier-tos ni leýdos ni traspasados de vna parte a otra, ni en otra manera abolidos o anichilados, mas con toda diligençia guardados. Lo qual susodicho sy asý non fiziéredes, guardáredes e cumpliéredes commo dich’os es, lo que Dios no quiera, nós, por la presente, ponemos en vos e en cada vno de vos sentencia d’excomunión ex nunc prout ex tunc et ex tunc prout ex nunc en estos escritos e por ellos. Y, esto mesmo, querem[os] que se extienda a la persona, o personas, que por su abtoridad los quisiere abrir, leer, o tom[ar], o demandar, de manera que, syn nuestra licençia o espeçial mandado, ninguna cosa de lo sob[re]dicho sea traspasado ni violado. E mandamos qu’esta misma escritura vós, los dichos escriuanos, pongáis ençima de los dichos procesos patente que la puedan todos leer, po[r] que no se atreuan a yr contra lo susodicho. Et por que esto sea firme e no ven-ga en dubda, dimos esta nuestra carta firmada de nuestro nombre e sellada del sello de que al presente vsamos.

Fecha en la çibdad de Guadalajara a quinze días de abril año del naçimiento del nuestro seño[r] Ihesuchristo de mil e qua-troçientos e ochenta e seys años.

Indignus Prior Montis Marthe, inquisitor. (Firma autógrafa. A la izquierda, sello de cera.)

15.- José de siGüenza, Tercera parte de la Historia…, pp. 33a-43a. El propio fray Gonzalo fue elegido juez inquisidor junto a fray Fernando de Córdoba para hacer la inquisición. Y con ellos, de nuevo, como notario, Écija (p. 34b). Recuérdese que tanto fray Gonzalo como fray Fernando habían sido designados visitadores para Castilla en el xxii capítulo general, de abril de 1483. Véase Sophie CoussemaCker, L’Ordre de Saint Jérôme en Espagne, 1373-1516, tesis doctoral, París 1994, t. ii, pp. 98-99.16.- Según Fernández de Retana, el proceso debía «guardarse en una arquilla con tres llaves, en san Bartolomé de Lupiana» (Cisneros y su siglo…, t. i, p. 121, n. 1); pero se confundió en ello, pues, como aparece en la certificación de AMG 266, fot. 246, fue el libro original el que se envió al monasterio de Montamarta, no al de Lupiana, y se hizo en «vn arquilla çerrada con dos llaues», de las que una se envió a dicho monasterio y la otra quedó en el de Guadalupe. Además, como hemos visto, equivoca el nombre del prior, al que llama fray Diego de Toro.17.- José de siGüenza, Tercera parte de la Historia…, p. 36a.18.- Los paréntesis cuadrados indican falta de letras o palabras, debido al guillotinado del margen derecho de la hoja.19.- Sobre la monición canónica, véase lo dicho en la entrega segunda de esta serie, «La carta de edicto de los visitadores inquisidores», Guadalupe 838 (2014) 25 y n. 12.

Litografía del claustro de Lupiana (Guadalajara) h. 1842, sobre un dibujo de Valentín Cadera

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En el bullicio de la fiesta[Oficina de Información del Real Monasterio: http//www.monasterioguadalupe.com]

La peregrinación y fiestas Mayores de santa María de Guadalupe, Patro-na de Extremadura y Reina de la Hispanidad, se han desarrolló como esta-ba previsto. Adornada la basílica, dispuestos los ornamentos más ricos y los vasos sagrados más nobles que posee la sacristía, dio principio el Novena-rio con las voces de la Coral Santa María de Guadalupe, acompañada al ór-gano por don Tomás Sánchez, director de la misma. El hilo conductor de las meditaciones de este año 2014 fue el lema «María, Madre de Dios, ma-dre de familia», en sintonía con el temario de los próximos sínodos sobre la familia convocados por el Papa. Los arciprestazgos invitados a peregri-nar y presidir las misas de la novena de este año fueron: el arciprestazgo de Navalmoral de la Mata (Diócesis de Plasencia), presidido por el arcipres-te D. José Montesinos Manglano, que trajo un autobús de peregrinos; el ar-ciprestazgo Alcántara-Arroyo de la Luz (Diócesis de Coria-Cáceres), presi-dido por el arcipreste D. Juan Manuel García Acedo, que trajo un autobús de peregrinos y la coral La Luzena; el arciprestazgo de Puente del Arzobis-po (Archidiócesis de Toledo), presidido por el arcipreste D. Rubén zamo-ra Nava, al que acompañaban cuatro párrocos y dos autobuses, y el arci-prestazgo de Villafranca de los Barros(Archidiócesis de Mérida-Badajoz), representado por el arcipreste D. Javier Moreno Soltero y unos jóvenes fon-taneses. Le siguieron, por orden de intervención, el P. Joaquín Domínguez Serna, provincial de la Bética; D. Francisco Cerro Chaves, obispo de Co-

ria-Cáceres; D. Santiago García Ara-cil, Arzobispo de Mérida-Badajoz, y D. Amadeo Rodríguez Magro, obis-po de Plasencia. Las tres cofradías de las patronas de Badajoz, Cáceres y Plasencia, invitadas a venir acom-pañando a sus prelados con el pro-pósito de estrechar nuestros lazos, no se presentaron. Lo intentaremos con otras ciudades y diócesis en los próximos años. Quien sí vino, cantó y convenció el día 5 de septiembre fue la coral Arte Vocal, Gran Premio Nacional de Canto coral 2009, que dirige Manuel Guisado Rodrigo

7 RITOS DE LOS PEREGRINOS DE GUADALUPE

El primer documento (documen-to, no piadosa leyenda) que nom-bra un hospital de peregrinos en Guadalupe data de 1327. Clérigos,

La Virgen aclamada por los fieles al inicio de la procesión [Foto: J. Pulpo/Extremadura]

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reyes, santos, cardenales, nobles, li-teratos, obispos, navegantes, cautivos rescatados, frailes y pobres agracia-dos han poblado los 12 caminos de peregrinación de Guadalupe durante más de siete centurias. Los ritos fre-cuentados por estos peregrinos llega-dos al famoso santuario son: 1. Hin-carse de rodilla en los humilladeros que se alzan al término de los cami-nos de peregrinaje: el humilladero de la Santa Cruz, el humilladero de de san Sebastián (hoy de san Blas) y el humilladero de santa Catalina. 2. Santiguarse con agua bendita y tocar las cruces que se hallan encima de las pilas de la nave de santa Ana. 3. To-car las piedras expuestas a la entra-da de la basílica, en el arco llamado Porta Coeli, a ambos lados de la es-calinata que sube a la basílica. Estas piedras, protegidas por doble enreja-do, pertenecieron al sepulcro donde

La Virgen, luciendo el manto restaurado, rodeada por miembros del Costurero de la Virgen, fray Javier, fray Miguel y Paco el carpintero [Foto: AMG]

BENDICIóN DE UN VESTIDO DE LA VIRGEN RESTAURADO

«Entre los bordados y telas ricas del monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe —escribe el P. Sebastián García, Los bordados de Guadalu-pe, Sevilla 2006, p. 163— destacan por su destino los vestidos o mantos, que actualmente constituyen un con-junto armónico de belleza, devoción e historia. Conviene resaltar […] los cuatro principales vestidos de Nues-tra Señora, suntuosos por su arte e insignes por su confección: Vesti-do Rico de la Comunidad [1551-1558, enriquecido con perlas y aljó-fares por fray Cosme de Barcelona y

Las piedras que cubrieron la sagrada imagen [Foto: AMG]

Penitentes en la procesión claustral 2014 [Foto: HOY]

estuvo enterrada la sagrada imagen. 4. Subir al camarín y rezar una Sal-ve ante la imagen de Nuestra Seño-ra. 5. Rezada la Salve, se suele be-sar la reliquia del manto de la Virgen y depositar la manda o promesa. 6. Recorrer de rodillas las crujías del claustro mudéjar, siguiendo el ca-mino que lleva la carroza de nues-tra Morena el día 8 de septiembre, y

7. Pasar la noche en vela de oración ante la sagrada imagen de Santa Ma-ría. Este rito que ahora sólo se hace la noche del 7 de septiembre, antes se hacía durante nueve días en cual-quier época del año, pues el templo siempre permanecía abierto. Fue el caso de Hernán Cortés, que a su re-greso de las Indias vino hacer nove-nas a Guadalupe.

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Vista de la III Peregrinación de la puebla de Guadalupe [Foto: Puri Carpente]

su taller en 1790]; Vestido de la In-fanta Isabel Clara Eugenia, gober-nadora de los Países Bajos [1619]; Vestido Dorado [bordado por fray Cosme de Barcelona, 1766] y Vesti-do de la Cenefa Marrón [bordado por Juan Peña Mora y José Rivas de Valeriano, 1809]».

Tiene la Virgen de Guadalupe otros muchos vestidos, aunque des-iguales en su importancia, belleza y mérito. Como ya hemos informado en otras ocasiones, salvo si se tra-ta de piezas antiguas y preciosas ne-cesitadas de restauración, son éstos vestidos las piezas más propicias a ser enriquecidas por el taller actual de bordadoras.

Al término de la Misa de Pere-grinos del domingo 31 de agosto —a la que habían acudido como de costumbre fieles de diferentes partes de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid—, el rector de la basílica, fray Antonio Arévalo Sánchez, bendijo el nuevo manto restaurado en el Costurero de la Virgen que dirige fray Javier Córdoba de Julián. Las manos pri-morosas de un puñado de muje-res de la Tercera Orden, Damas y cofrades de Soledad, han logrado, con perfecto arte y dedicación, que uno de los vestidos más antiguos de la Virgen pueda ser lucido este año. Se trata de un traje venerable, pues cubrió la sagrada imagen des-de tiempo inmemorial hasta la más reciente restauración de la talla y la confección del candelero de plata donde ahora reposa (Talleres Vi-llareal, 1985). Como dato curioso añadimos que es el único terno por cuyo delantal asomaban las dos manos de la talla de la Virgen. La tela bordada con la que se hizo es, con toda probabilidad, del siglo XV. Rehecho el diseño, se ha enrique-cido ahora con hilos de oro y jo-yas procedentes de las donaciones de los devotos. A las mismas agujas se debe la restauración y embelle-cimiento del estandarte de Nuestra

Señora, pieza de principios del siglo XX, que se utiliza en el culto de estas fiestas Mayores.

III PEREGRINACIóN DE LA PARROQUIA DE GUADALUPEEl domingo 31 de agosto, primer día del Solemne Novenario que

anualmente dedicamos a Nuestra Señora, tuvo lugar la III Peregrinación de la feligresía que más cerca y más tiempo tiene de acudir al trono de la Virgen. Los peregrinos, en compañía del párroco de Guadalupe, fray Je-sús Tena González, y del guardián de Real Monasterio, fray Antonio Aréva-lo Sánchez, partieron del lugar señalado a las 7. 30h., llegando a los um-brales de la basílica a las 9 en punto. Durante el trayecto se hicieron las estaciones propias de esta peregrinación, que son al inicio, a la primera

Cabecera del cortejo de la Ofrenda Foral de las Damas [Foto: GGL]

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vista del santuario, a las puertas de la basílica y ante el trono de nuestra Morena. Este acto fue instituido en 2012 por el entonces párroco de la villa con la intención de inaugurar el Novenario y motivar la devoción de los lugareños, evocando el recorrido que hizo el primer vecino de Gua-dalupe, el vaquero Gil Cordero, cuando se le apareció la Virgen junto al río Guadalupe y a su regreso de Cáceres, en compañía de los clérigos que acudieron a descubrir el sepulcro donde se hallaba la sagrada imagen. La participación de este año fue buena, pero no todo lo nutrida que se es-pera de la villa. Aunque sea muy socorrido oír que no se enteraron, hubo carteles, programas, trípticos por todos lados.

6 DE SEPTIEMBRE, NUESTRA PATRONASi es cierto que, desde el Medievo, la fiesta mayor de esta Virgen More-

na se hace el 8 de septiembre, en el breve apostólico de san Pío X (1903-1914), de 20 de marzo de 1907, por el que se declara Patrona princi-pal de la región extremeña a Santa María de Guadalupe, se asigna el pri-mer domingo de septiembre a la festividad de esta advocación con Misa y Oficio propios; y así se hizo hasta el año 1913. Porque este gran pontífi-

ce, precursor de la reforma litúrgi-ca del Vaticano II, al modificar ese año el Calendario litúrgico median-te el motu proprio “Ab hinc duos annos” (23/X/1913), impidió que las fiestas (salvo las de Cristo) se celebrasen el domingo, día del Se-ñor. Al año siguiente, 1914, ha-ce un siglo —como ya se anunció en la Crónica—, el Calendario de la Archidiócesis señaló el 6 de sep-tiembre día festivo de la Patrona de Extremadura.

El dato, al no ser conocido, puede pasar casi desapercibido pa-ra los fieles, que destacan la Ofren-da floral de las Damas y el Bajada de la sagrada imagen sobre la fes-tividad litúrgica, celebrada en Tole-do y en toda Extremadura. Este año se ha querido resaltar lo litúrgico con la presidencia de SER el car-denal Carlos Amigo Vallejo, francis-cano, arzobispo emérito de Sevilla, acompañado de muchos concele-brantes, entre ellos el ministro pro-vincial, P. Joaquín Domínguez Ser-na, y el rector de la basílica. La vis-tosa Ofrenda foral, conducida por fray Francisco M. González Ferrera, consiliario de la Ilustre Asociación, se hizo con mucho orden desde la plaza del poeta Nicolás Sánchez Prieto. El recorrido fue señalado con las nuevas banderolas confec-cionadas por la Asociación de Da-mas, y llegó al templo encabezado por el estandarte recién restaurado (pues en la costura han cooperado algunas Damas), las insignias basi-licales y la cruz procesional.

7 DE SEPTIEMBRE, MILES DE PEREGRINOS

El presente año, al coincidir los últimos tres días del Novena-rio con el fin e inicio de la semana, los peregrinos han llegado al san-tuario escalonadamente. El sábado llenaron las naves de la iglesia en el solemne Descendimiento de la sagrada imagen, al que cada año acuden más presbíteros; y las aba-Misa del cardenal Amigo Vallejo [Foto: TAIGA]

Torre de flores [Foto: GGL]

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Carroza de la Virgen rodeada del fervor de los peregrinos [Foto: HOY]

Puesto de socorro de las Damas [Foto: HOY]

rrotaron el domingo a las 10 de la mañana, durante la Misa de pere-grinos presidida por el P. Arévalo, rector de la basílica. Como ya es habitual, los romeros que hacen a pie la caminata fueron atendidos, día y noche, en el Puesto de Soco-rro que abren las Damas y en el Área de descanso del monasterio, asistida por scouts del Sant Yago de Cáceres y algunos jóvenes de Guadalupe con su párroco. Aun-que ligera y fresca, la víspera se

pasó de la iglesia a la plaza, de casa al descanso, entre fuegos de artificio, melodías de Ronda y Corona musical y rezo de Vigilia mariana.

8 DE SEPTIEMBRE, MISA Y PROCESIóNDespertó el día festivo con el Rosario de la Aurora entre dos luces. Pe-

se a ser lunes y haber regresado a casa muchos peregrinos, todos los te-mores por asistencia fueron evaporados al contemplar la basílica repleta de gentes para celebrar la Misa pontifical de las fiestas mayores de Nues-tra Señora, que recibía en largas hileras el besamanto de sus favoreci-dos y devotos. El oficio fue presidido por nuestro arzobispo D. Braulio Rodríguez Plaza, primado de España, en compañía de los obispos y vica-rios episcopales de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz, el obis-po de Segovia, hijo de la villa; el ministro provincial de los franciscanos,

P. Domínguez Serna; el párroco de la puebla, P. Tena; arcipres-tes y numerosos presbíteros diocesanos y franciscanos. Fren-te al altar, en lugar reservado, estuvieron las autoridades auto-nómicas, provinciales y locales, civiles, militares y culturales, encabezadas por D. José Antonio Monago Terraza, presidente del Gobierno de Extremadura, y los presidentes de las asocia-ciones de la Virgen.

El buen orden, mantenido con determinación por los miembros de la Comunidad franciscana, se mantuvo en el traslado de la sagrada imagen desde el solio real hasta la ca-rroza, situada a la puerta del relicario (los monjes jeróni-mos solían acompañar la procesión claustral con insignes

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Misa pontifical de peregrinos [Foto: HOY]

Procesión de Nuestra Señora por el nuevo recorrido [Foto: HOY]

reliquias) y en la procesión, cu-yo recorrido ha sido ligeramen-te modificado este año en benefi-cio de los fieles: el desfile proce-sional, en lugar de salir al claus-tro por delante de la gran verja, se alargó por la nave de Santiago hasta la puerta de la iglesia, cru-zando desde allí las naves por la mitad a fin de ser contemplada por todos. Como era tradición an-tigua, las andas de la Señora fue-ron llevadas por frailes y presbí-teros diocesanos, si bien se ase-guró, en caso de ser necesaria, la ayuda de cuatro jóvenes de la vi-lla. Se hizo estación, incensación y rezo en cada uno de los altares del claustro mudéjar, adornados para la ocasión, en un clima de contenida emoción, vítores, ova-ción y plegaria.

Caída la tarde, el oficio vesper-tino, según se acostumbra desde el año 2012, es presidido por el guar-dián del convento y concelebrado

por los frailes presbíteros que atienden el santuario y los huéspedes. A la ma-ñana siguiente, la sagrada imagen fue subida de nuevo a su trono, después de la misa solemne presidida por el párroco de Guadalupe, al que se unen pá-rrocos del arciprestazgo y de otros lugares cercanos, además de los frailes de Guadalupe. Es éste un día anhelado por todos, ya que el sosiego y la calma su-cede al bullicio de la fiesta.

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Breviario

u Celso Morga Iruzubieta, del Vaticano a Badajoz

Con la catedral rebosante de curas, religiosos y laicos, en presencia del Nuncio Apostóli-co, arropado por los arzobispos de Toledo, Sevilla, Valladolid, Madrid y castrense, con el arzo-bispo emérito Antonio Montero Moreno y varios prelados más, el pasado 15 de noviembre to-mó posesión del cargo de arzo-bispo coadjutor de Mérida-Ba-dajoz D. Celso Morga Iruzubieta (Huércanos, La Rioja, 1948), que sustituirá a D. Santiago García Aracil, al cumplir los 75 años el próximo mes de mayo.

Ordenado presbítero el 24 de junio de 1972 (festividad de san Juan Bautista, Titular de la catedral pacense) y miembro del Opus Dei, D. Celso es doc-tor en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra desde 1978; por lo que sus primeros pasos en la diócesis de origen, Calahorra y La Calzada-Logroño, eran de la parroquia al tribunal eclesiástico. Profesor en el semi-nario de Córdoba (Argentina) y juez eclesiástico por espacio de tres años (1980-1984), de re-greso a España tuvo parroquia en Logroño. Desde 1987 servía

a la Congregación para el Clero, primero como jefe de sección, subsecretario desde 2009 y ar-zobispo secretario por designa-ción del Papa Benedicto XVI el 29 de diciembre de 2010. De la Curia Romana, en la que fue perfecto y camarlengo el tam-bién riojano cardenal Eduardo Martínez Somalo, el 8 de octu-bre de 2014, Morga Iruzubieta sale con cargo Mérida-Badajoz. De carácter apacible y natu-ral piadoso, D. Celso reconoce su poca experiencia pastoral y escasos conocimientos de la iglesia particular a la que llega —que ignorase el patronato de la Virgen de Guadalupe es pura anécdota—; pero facultades y ganas no le han de faltar.

Aunque precedido de cier-to ruido mediático a cuenta de unas obras del Arzobispado de-nunciadas al Nuncio, el arzobispo coadjutor ha sido recibido en la archidiócesis con afec-to y serenidad. Nada comparable al caso barcelonés, dimisiona-

rio desde abril de 2012. Meses antes de que se anunciase el des-tino badajocense de D. Celso, la revista Vida Nueva dio su nom-bre como probable sucesor del arzobispo de Barcelona, aunque todavía sonaba con fuerza Cañi-zares para esa plaza. El pasado 23 de junio, Oriol Domingo, influyente comentarista religio-so de catalunyareligió.cat, es-cribía sin rubor: «Un personaje desconocido en Catalunya pue-de ser el sucesor del cardenal Lluís Martínez Sistach […]. Lo escribe, aunque con interrogan-te, el bien informado sacerdote y periodista Juan Rubio, director de Vida Nueva […]. Celso Mor-ga, del Opus Dei, no ha tenido ningún contacto, al menos pú-blico, con la realidad y la gente de Catalunya y su Iglesia. La bio-grafía de Morga está ligada al Se-minario de Logroño, a la Univer-sidad de Navarra, a parroquias de Pamplona y La Rioja […]. De confirmarse su llegada a la dió-cesis de Barcelona, Celso Morga sería un obispo alienígena ve-nido del cielo». El subrayado es del autor.

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Crónica de la PueblaAntonio rAMiro chico

Dejábamos la anterior cróni-ca inaugurando el solsticio de vera-no, ese que los modernos simboliza-ron con una joven vestida de amari-llo coronada de espigas y portando una antorcha encendida, en referen-cia a esos días grandes donde la luz irradia todo el hemisferio norte y la piel de nuestros campos se torna de ese color amarillo como las espigas doradas. En nuestra Puebla y Villa, si nos atenemos a la información ofre-cida por la Oficina Meteorológica de Guadalupe (gentileza José Luis Cár-denas) podemos afirmar que ha si-do un verano algo atípico, con tem-peraturas bastantes suaves con me-dias por debajo de lo normal, espe-cialmente las mínimas (julio, -3’8º; agosto -3’0º), mientras la pluviome-tría registrada ha estado por encima de lo normal, especialmente al prin-cipio del estío y al final (septiembre, 86’8 mm.; octubre, 121,2 mm.) lo que ha originado una buena otoña-da, no así una buena cosecha de cas-tañas, bastante menguada por esas mínimas de agosto.

BodAS dE oro dEFrAy LuIS BLAnCo

También en pleno estío, hace cincuenta años la Provincia Béti-ca se gozaba de esa espiga dora-da que fue la ordenación sacer-dotal de fray Luis Blanco Arias (9/7/1964), natural de Valdecaña-da (León), hombre afable, senci-llo y con grandes dotes de gobier-no, con una extraordinaria mano izquierda que ha sabido proyec-tarla, tanto dentro como fuera, en

sus muchas ocupaciones pastorales como en los cargos que ha ejerci-do: Superior-Rector del Colegio San Antonio de Padua (Cáceres) (1971-1974. 1977-1980); La Laguna (Tenerife) (1980-1983); La Rábida (Huel-va) (1983-1986. 1992-1995); Guadalupe (Cáceres) (1995-1998); Defi-nidor: (1971-1977. 1980-1983); Vicario provincial (1986-1992), ade-más de Comisario de Tierra Santa desde 1986 hasta 2010.

Su huella franciscana ha dejado “llagas” profundas de vida seráfica tanto en los conventos donde ha ejercido su ministerio, en las institucio-nes con las que se ha relacionado, como entre las miles de personas que durante estos cincuenta años se han cruzado en su camino. Por ello, al celebrar el pasado 12 de julio sus Bodas de oro sacerdotales, en el con-vento Nuestra Señora de Loreto (Espartinas, Sevilla) donde reside, qui-so que hubiera una representación de Guadalupe, con su alcalde a la ca-beza, Francisco José Rodríguez Muñiz, para que se gozara, conjuntamen-te con un centenar de personas venidas desde distintos puntos de Espa-ña, ese hermoso día de gracias, que presidió con solemne Eucaristía, fray Joaquín Domínguez Serna, ministro provincial y numerosos sacerdotes y hermanos. ¡Gracias P. Luis por los años que nos regaló!

ESCuELA oFICIAL dE IdIoMAS

Guadalupe ha conseguido, no sin esfuerzo y trabajo, un Aula adscrita a la Escuela Oficial de Idiomas de Extremadura para este curso 2014-2015, en la que se impartirán clases de inglés por un profesor titulado en la Ca-sa de Cultura. El plazo de inscripción comenzó en el mes de julio, consi-guiendo una alta participación de alumnos con 54 matrículas, algunas in-cluso de otros pueblos cercanos. El inicio del curso, programado para el día 24 de septiembre, no ha podido comenzar hasta el 29 de octubre, im-partiendo las clases en los niveles básico e intermedio, durante dos días a la semana: lunes y miércoles, y los viernes alternos del primer cuatri-mestre, en horario de tarde-noche. Esta iniciativa supone para Guadalupe una oferta educativa importante, especialmente para que los jóvenes pue-den ampliar y perfeccionar el conocimiento del inglés, herramienta indis-pensable para la vida laboral del siglo XXI, así como para los trabajado-res del sector servicio, quienes tienen la oportunidad de mejorar la aten-ción a los visitantes extranjeros, cada vez más numerosos, por lo que se-ría bueno que padres y empresarios estimularan a estos dos colectivos.

FEStEjoS tAurInoS

Durante el mes de agosto esta puebla vive por y para sus tradicionales feste-jos taurinos. Este año, los preparativos comenzaron el día 2 de agosto, con la in-auguración en el vestíbulo de la Casa de cultura de la exposición fotográfica de la «Historia de los toros en Guadalupe», con vídeos, fotografías inéditas, el an-

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tiguo cierre de la plaza a base de palos de castaños, donde no faltó ni el típi-co carro de la época. Organizada por la Concejalía de Cultura y la colabora-ción estimable de Alberto Chipi, Cristi-na Monte, Manolo Gallo, Juli Cartagena y Chipi, ha permanecido abierta hasta el 29 de agosto.

Aunque los festejos comenzaron, como todos los años, con el tradicio-nal chupinazo el día 20 de agosto, en la puerta del Ayuntamiento antiguo, donde no faltó ni la sangría ni la bue-na música del cuarteto “Agua Clara”. El día 21, los aficionados disfrutaron a partir de las cinco de la tarde, de la clase práctica de tres novilleros de la Escuela de Tauromaquia de la Excma. Diputación de Badajoz, que lidiaron tres novillos del Marqués Villalba de los Llanos, a los que arrancaron bue-nas faenas en lo general, consiguien-do oreja y rabo. Hacia las nueve de la noche, este coso medieval de Guada-lupe vibró de nuevo con la actuación del espectáculo ecuestre y de danza, a cargo del Picadero Palomino de Cáce-res que fue del gusto del respetable. Durante los días 22, 23 y 24 de agos-to, las tardes taurinas siguieron su ho-rario y costumbres, lidiando cada día, una vaca, novillo, toro y becerra, con su peculiar suelta por la Candelera y calle Nueva. También este año se repi-tió el día 22 la suelta nocturna de un novillo y un toro, que por la afluen-cia de personal será ya un hecho tra-dicional en estas fiestas, que por pri-mera vez grabó canal Extremadura para el programa Tierra de Toros, cu-yas reseñas se emitieron los días 31 de agosto y 7 de septiembre.

Hubo también la fiesta de la espu-ma para los más jóvenes y verbena po-pular para los mayores, así como la de-gustación de la carne del toro para el pueblo, el día 29 de agosto. La buena organización de la Comisión, el des-monte y limpieza rápido de este patri-monio dejaron la plaza lista como una patena para recibir a los peregrinos de Santa María de Guadalupe.

PrEMIo dE LA onCEEl jueves, 21 de agosto, Francisco Carballo Carlos, agente vendedor de la

ONCE, quien lleva 14 años en la plaza de Guadalupe, repartió la friolera de un millón de euros entre sus clientes, sin lugar a dudas, el premio más gran-de que ha dado hasta ahora, con este cupón agraciado de “La Paga” de la ONCE de 3.000 euros al mes durante 25 años, además de otros cuatro cupo-nes premiados con 35.000 euros cada uno, siendo sus agraciados todos ve-cinos de esta Puebla. Por tanto, felicidades.

LIBroS GrAtuItoS PArA todoSEl Ayuntamiento de Guadalupe, en su empeño de apoyar la educación co-

mo base de una sociedad más justa —ya lo hizo con los mejores expedien-tes del curso 2013-2014—, ha dispuesto en los Presupuestos Generales, se-gún la resolución de alcaldía 224/2014 del mes de septiembre, subvencionar en el curso 2014-2015 el material escolar/libros a los alumnos de Educación Infantil y Primaria. En total 131 solicitudes, cuyo importe asciende a 18.643, 48. Dicho material no es privativo del alumno, pues una vez acabado el cur-so tendrá que ser entregado al Colegio Público para uso de otros alumnos.

díA dE LoS MAyorESBajo el lema: «Al final lo que importa no son los años de vida, sino

la vida de los años», el día 1 de octubre, Guadalupe celebró, en el Cen-tro de Día, el Día Internacional de las Personas Mayores, con una Euca-ristía en recuerdo de los mayores fallecidos, que presidió fray Francisco González Ferrera, vicario parroquial. A continuación hubo charlas sobre cuidado e higiene a cargo de Tania Gerrero, podóloga, y de Rocío Rodrí-guez, fisioterapeuta. Por la tarde, en la casa de Cultura, se homenajeó al abuelo y abuela de Guadalupe 2014, que este año recayó en Julián Salas Pérez y Dolores Torrejón Baltasar; hubo, además, algunos talleres litera-rios, bailes y merienda para todos.

CEntro rESIdEnCIAL FrAy SEBAStIán GArCíA

El consejero de Salud y Política Sociosanitaria, Luis Alfonso Hernández Carrón, inauguró el día 2 de octubre el Centro Residencial de Guadalupe “Fray Sebastián García”, descubriendo con el alcalde la placa conmemora-tiva. Posteriormente, el guardián del Monasterio bendijo las instalaciones, que fueron visitadas por todos. Tras las alocuciones de rigor, se entregó el diploma acreditativo a fray Guillermo Cerrato Chamizo, quien le recogió en nombre de fray Sebastián, que no pudo estar presente por su delicado es-tado de salud. Guadalupe se pone así a la cabeza de los servicios socio-sa-nitarios con el Centro de Día y Residencia de Mayores.

EL CoMIté ESPAñoL dE GEoPArquESGuadalupe acogió la I Jornada abierta del Comité Español de Geoparques

(CEG), que se celebró el día 23 de octubre en la Casa de Cultura. Organizada por APRODERVI en coordinación con CEG, con la finalidad de informar sobre el funcionamiento de los geoparques en España, tal como se puso de manifies-to en la ponencia marco que se pronunció: Los Geoparques en el contexto de la Red Global de Geoparques. Perspectivas de futuro, a cargo de Luis Alca-lá, coordinador CEG, estableciendo a continuación varias mesas de debates, en las que participaron varios representantes de otros geoparques de España. Fi-nalizó la jornada con una visita al Real Monasterio, guiada por el P. Guardián, y otra visita interpretada al Risco de las Villuercas y Mina Constanza.

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