galera #57

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#57 01.2014 ESTE MES: MAR DEL PLATA

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Enero 2014, edición Mar del Plata

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#5701.2014

ESTE MES: MAR DEL PLATA

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16 I ATRODEN

GALERA #57MAR DEL PLATA · enero 2014

Tirada: 10.000 ejemplaresFotografía de tapa: Estudio Machado Cicala MorassutAsistente y retoque digital: Estudio Machado Cicala MorassutMaquillaje: Sebastián EstradaPelo: Nacho López Fagalde, para estudio HRopa: Pablo Ramírez

QUIÉNES SOMOS

Director responsableMarco Simeone [email protected]

Director editorialEsteban Feune de [email protected]

Director de arteJuan [email protected]

ProducciónRosario [email protected]

Prensa y relaciones públicasGrupo Mass [email protected]

ImpresiónGalt Printing Ayolas 494 (CABA)

Distribución y logísticaPromailCondarco 4846 / 4572-0505

GALERAINTELECTUAL Y FRÍVOLAes una publicación de Marco Simeone

French 3112 (Ciudad de Buenos Aires).

Las opiniones de los entrevistados y

los artículos no reflejan necesariamente

la opinión de quienes hacen Galera

Intelectual y Frívola.

Se prohíbe la reproducción parcial o

total del contenido publicado en esta

edición. Hecho el depósito que marca

la ley 11.723.

intelectualyfrivola.com

ENCONTRANOS EN

Novecento, Hotel Faena, Dadá, Tienda

Malba, Ruth Benzacar, Aldo’s, Ginebra,

Le Pain Quotidien, Bruni, Florería

Atlántico, Olivetti, Bartola, Foster

Catena, Osaka, Roho, Cucina Paradiso,

Malvón, Sucre, Proa, Le Blé y Farinelli.

COLABORAN

Wally Diamante, Facu Garayalde, Janina

Miculitzki, Matías Garda, Delfina

Campos, Lucrecia Gratas, Ramón

Cairo (foto Quiromancia), Diego Roa

(ilustración Prendé la mecha), Valeria

Feliú (ilustración Visionario) y Javier

Velasco (Grandes vestimentas).

MUCHAS GRACIAS

Cecilia Roth, Mariana Arias, Paloma

Cepeda, Álvaro Rufiner, Sebastián

Fernández Zini, Cecilia Pereyra, Sofía

Gala, Soledad Astiz, Pampita Ardohain,

Alberto Goldenstein, Martín Passeri,

Jorge Telerman, Florencia Torrente,

Gastón Stati, Francisco Tezanos Pinto,

Pier Squillari, Carolina Medvuidenur,

Josefina Hassan, María Cher, Agustina

Fernández, Gustavo Castagnino, Ximena

Caminos, Julio Gondell, Flavia Solé,

Guadalupe Requena, Federico Ares,

Soledad Carranza, Fernando Polledo,

Natalia Antolin, Ever Miguez, Fernando

Farré, Marcela Rémoli, Bárbara Rufini,

Martín Cabrales, Rubén Troilo, Virginia

Reale, Agustina Echegoyen, Luis Pons,

Isidro Fernández Alonso, Guillermo

Cicciari, Santiago Di Ció, Nicolás Meroni,

Ximena Hernández y Naima Bennani.

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intelectualyfrivola.com

18 I LA NUBE

Mar del Plata

Cecilia RothAMPLITUD SOLIDARIA

WILLY VILLAS • Florencia Torrente Los bañeros más locos del mundo

Tati Cotliar • LUIS FEDERICO LELOIRAlberto Goldenstein • Villa VictoriaPaloma Cepeda & Mariana Arias

MAR • Edward Lear • NirvanaSonia Halft Greene & H. P. Lovecraft

Clásicos marplatenses • Tigresa AcuñaPAMPITA • MARTÍN PASSERI

Jorge Telerman • MARLEY

GaleraGalera

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20 I EDITORIAL TENÍSTICO POÉTICO

Entretiempo*Estaba transpirando.Esperaba sentado que todo terminase.Mis ojos se cerraron fuertemente.Mi cuerpo se estremeció.Miré a mi alrededor.Aparentemente ya todo había pasado.

Un suspiro de satisfacción salió de mi boca sedienta.Me puse de pie, ya tranquilo.Tiré la cadena y me fui a jugar el segundo tiempo.

*Este poema pertenece al libro Cosecha de cuatro, publicado en 1981 por Guillermo Vilas, uno de los más ilustres marplatenses.

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VOLVER I 21

Estas fotos pertenecen al rodaje de Los bañeros más locos del mundo, una mítica película de 1987 filmada en Mar del Plata, dirigida por Carlos Galettini y protagonizada por Emilio Disi, Alberto Fernández de Rosa, Berugo Carámbula, Paolo el Rockero y Gino Renni.

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Edgardo Giménez, Delia Cancela, Álvaro Rufiner y Nacha Guevara en la inauguración de MAR en Mar del Plata.

Chino Darín se subió a la campaña de KIA Color Your Life.

Abril Pereyra Lucena, Wally Diamante, Juan Parodi, Sil Alberdi, Facu Garayalde y Agustín Alberdi en la primera parada del Rally du Chef et Vigneron de Ernesto Catena en La Linda.

Teo Escalante y Luchi de Álzaga en el almuerzo de mujeres de HSBC, junto a Harper’s, en La Huella.

Sol Acuña y Anita Bereciartúa en la comida de Catena en Santas Negras.

Paula Bertolini, Cintia Garrido, Belén Chavanne y Sofía Fanego festejaron año nuevo en la fiesta de Stella Artois en la Bodega Narbona.

Mili Schmoll en el atardecer de ¡Hola! en Fasano Las Piedras.

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CIENCIAS SOCIALES I 23

Eduardo Costantini y Clarice Oliveira Tavares en la clásica fiesta de Lacoste en La Huella.

Susana Giménez junto a un caballo peruano de paso durante el atardecer de ¡Hola! en los espectaculares jardines de Fasano Las Piedras.

Valeria Mazza, Alejandro Gravier, Julia Converti y Gustavo Castagnino en Mercedes Art & Talk Dinner en Punta del Este.

Cochito López y Coni Dietrich en Palacio Paz en L’Anniversaire de Stella Artois.

Pampita y Benjamín Vicuña en el fiestón de Lacoste. Pampita y Benjamín Vicuña en el fiestón de Lacoste.

Nico Francella en el desfile de Esmeralda en Punta de Este.

David Nalbandian en Movistar PESF, en el show de su tocayo Guetta.

Martín Churba y Mariana González, Center Manager de Alcorta, en la presentación del nuevo logo del shopping.

Cecilia Zuberbühler, Catherine Roemmers, Teresa Calandra y Flavia Martini en el almuerzo exclusivo de Eximia para mujeres en La Huella.

Florencia Martino, Ana Torrejón y Julieta Spina en el almuerzo de mujeres de HSBC junto a Harper’s.

Bernardita Barreiro relamiéndose con un helado de Freddo.

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24 I EL RELATO

Nunca escuché una explicación con-vincente y adecuada del horror de la Playa Martin. A pesar de un gran nú-mero de testigos, no hay dos que con-cuerden entre sí; y el testimonio toma-do por autoridades locales contiene las más sorprendentes discrepancias.

Quizás esta vaguedad sea normal en vista del carácter inaudito del horror en sí, el terror más paralizante para todos aquellos que lo vieron, y de los esfuerzos hechos por la elegante posada Wavecrest para silenciar todo luego de la publicidad creada por el Prof. Ahon y su artículo “¿Están los poderes hipnóticos reservados a los Seres Humanos?”.

Contra todos estos obstáculos me esfuerzo en presentar una versión co-herente; he visto el espantoso hecho y creo que debería darse a conocer en vista de las aterradores posibilidades sugeridas. La Playa Martin es una vez más un lugar populoso, un balneario muy visitado, y yo tiemblo cuando

pienso en ello. Sin embargo, no puedo mirar al océano sin temblar.

El destino no carece siempre de un sentido de drama y clímax. En con-secuencia, el terrible suceso del 8 de agosto fue seguido por un período de menor excitación en torno a la Playa Martin. Todo comenzó el 17 de mayo, cuando la tripulación de un pesquero, el Alma de Gloucester, bajo el man-do del capitán James P. Orne, mató, tras una batalla de casi 40 horas, a un monstruo marino cuyo tamaño y aspecto produjeron luego gran conmo-ción en círculos científicos y que cier-tos naturalistas de Boston tomaran grandes recaudos para su preserva-ción taxidérmica.

El animal tenía unos 50 pies de lon-gitud y era de forma cilíndrica, de unos diez pies de diámetro. Incon-fundiblemente era un pez branquia-do, en su mayor afiliación; pero tenía ciertas curiosas modificaciones, tales como rudimentarias extremidades

delanteras en forma de seis patas con dedos en lugar y de aletas pec-torales (las que promovían las más amplias especulaciones entre los es-pecialistas). Su extraordinaria boca, su gruesa y escamosa piel y su único y profundo ojo eran maravillas ape-nas menos remarcables que su colo-sal tamaño; y cuando los naturalis-tas se pronunciaron diciendo que era una criatura recién nacida, de pocos días de vida, el interés del público tomó dimensiones extraordinarias.

El capitán Orne, con astucia yanqui, obtuvo un buque lo suficientemente grande como para albergar al mons-truo en su bodega y arreglar allí la exhibición del trofeo. Aplicando una cuidada carpintería, logró montar un excelente museo marino y zarpó hacia el Sur, en dirección del lujoso distrito marino de la Playa Martin. Una vez que ancló en el muelle del hotel se dedicó a recaudar onerosas cuotas de admisión.

En esta edición que abreva en los mil y un en-cantos de Mar del Plata, les acercamos capri-chosamente y sin circunloquios El horror en la Playa Martin, un relato escrito en 1922 por H.P. Lovecraft y su mujer, Sonia Halft Greene.

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La intrínseca prodigiosidad de la bestia y la importancia biológica para muchos turistas científicos se combinaron para convertirse en la sensación de la temporada. Era ab-solutamente único, único a niveles de revolución científica: eso estaba bien comprendido. Los naturalistas habían demostrado que este ejemplar difería de un inmenso animal pescado en las costas de la Florida; éste, siendo ob-viamente un habitante de profundida-des increíbles, quizás de miles de pies, poseía un cerebro y unos órganos que indicaban una vasta evolución, algo fuera de lo hasta ahora relacionado con la tribu piscícola.

La mañana del 20 de julio la atención del público se centró en la pérdida del buque y su extraño tesoro. En la tormenta de la noche precedente se había librado de sus amarras y desvanecido para siempre de la vista del ser humano, llevándose consigo al único guardia que había dormi-do a bordo, a pesar del vendaval. El capitán Orne, respaldado por el excesivo interés científico y asistido por un gran número de barcos pes-queros desde Gloucester, emprendió una exhaustiva búsqueda, pero sin más resultados que la incitación de comentarios e interés. El 7 de agosto se perdió toda esperanza y el capitán Orne regresó a Wavecrest para resol-ver sus negocios en la Playa Martin y conversar con algunos de los cien-tíficos que aún permanecían allí. El horror se desató el 8 de agosto.

Fue en la penumbra, cuando las gri-ses gaviotas sobrevolaban cerca de la costa y la luna comenzaba a res-plandecer sobre las aguas. La escena es importante de recordar, puesto que cada impresión cuenta. En la playa había varias personas pasean-do y algunos bañistas rezagados, provenientes de las casas de campo que se elevan modestamente en las colinas del norte o de la adyacente posada, cuyas imponentes torres proclamaban su fidelidad a la rique-za y la grandeza.

A buena distancia había otro grupo de espectadores que descansaban en las terrazas cubiertas e iluminadas de la posada y que disfrutaban de la música del suntuoso salón. Estos testigos, incluidos el capitán Orne y su grupo de científicos, se unieron al grupo de la playa antes de que el horror progresara demasiado; lo mismo hicieron muchos de la posa-da. Ciertamente no hubo carencia de testigos sino que confundieron en sus relatos, por el miedo y la duda, aquello que vieron.

No hay registro exacto de la hora en que comenzó todo, aunque la mayoría dijo que la luna estaba “a un pie” por encima del vaporoso horizonte. Men-cionaron la luna porque lo que vieron pareció sutilmente conectado con ésta. Era una especie de furtiva y de-liberada onda que parecía venir desde la lejana línea del horizonte a través de una trémula senda, difusa por los

reflejos de la luna, y que pareció ate-nuarse antes de llegar a la costa.

Muchos no se dieron cuenta de esta onda hasta que la recordaron por los siguientes eventos. Pero pareció haber sido muy marcada, diferenciada en altura y movimiento de las olas con-tiguas. Algunos la vieron como sutil y calculada. Y, como si se extinguiera taimadamente por los remotos arre-cifes negros, de pronto un grito de muerte centelló desde el agua salada; un grito de angustia y desesperanza que inmediatamente movió la piedad de todos aquellos que lo escucharon.

Los primeros en responder fueron los dos salvavidas de turno; robustos hombres en atavío de baño, con su oficio proclamado en letras rojas a través de sus pechos. Acostumbrados al trabajo de rescate y a los gritos de los que corren peligro de ahogarse, no pudieron hallar nada familiar en las ululaciones de ultratumba; pero sus sentidos del deber les hicieron ignorar este detalle y procedieron a seguir el curso usual del trabajo.

Apresuradamente tomaron un coji-nete inflado con aire, aferrado a una bobina de soga. Uno de ellos corrió a través de la costa hasta la escena en donde ya se había apiñado la multi-tud; desde ahí lanzó el objeto, luego de girarlo varias veces para ganar velocidad, en dirección hacia donde había venido el sonido. Luego de que el cojinete desapareció entre las olas,

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26 I EL RELATO

el gentío curioso aguardó para ver a aquel cuyo dolor había sido tan gran-de, impacientes de que el salvavidas lo condujera de nuevo a la playa.

Pero pronto quedó claro que el res-cate no sería rápido; por más que los dos salvavidas tiraban de la soga, no podían mover aquel objeto que estaba al otro extremo. En cambio, notaron que algo hacía fuerza, igual y aún mayor, en la dirección opuesta. En cierto momento ambos salvavidas fueron arrastrados de sus posiciones hacia el agua por la extraña fuerza.

Uno de ellos, recobrándose al instan-te, clamó por ayuda a la multitud en la playa, en donde se hallaba la bo-bina con el remanente de la soga. Al siguiente instante los hombres más forzudos, entre los que se contaban el capitán Orne en primer lugar, co-menzaron a pujar junto con los salva-vidas. Más de una docena de rudas manos estaban ahora remolcando desesperadamente la gruesa cuerda.

Entre más fuerte bregaban, la ex-traña fuerza igualaba el esfuerzo al otro extremo; y debido a que en nin-gún momento se relajaba, la cuerda se volvió rígida como el acero. Los pujadores, al igual que los especta-dores por su curiosidad, se vieron consumidos por la naturaleza de esta fuerza marina. La idea de un hombre ahogado había sido ya desechada e insinuaciones de ballenas, subma-rinos, monstruos y demonios eran

libremente tenidas en cuenta. Todos seguían tirando con la sombría de-terminación de descubrir el misterio.Finalmente se decidió que una balle-na se habría engullido el cojinete. El capitán Orne, ya como líder natural, gritó a quienes estaban en tierra fir-me que sería necesario un bote como medio para acercarse, arponear y cazar al leviatán oculto. Varios hom-bres se dispersaron en busca de una embarcación adecuada, en tanto que otros fueron a suplantar al capitán en la tensa cuerda, ya que su lugar era lógicamente al frente de la partida que se formaría para tripular el bote. Su idea de la situación era muy clara y no se limitaba a una ballena, ya que se había entreverado con un monstruo mucho más extraño. Se preguntaba cómo podría actuar y manifestarse un adulto de esa misma especie a la que pertenecía el infante de cincuenta pies.

Entonces, con espantosa brusquedad, todos comprendieron el hecho crucial que mutó el marco de maravilla y sorpresa reinante hasta ese momento en uno de horror, y el grupo de traba-jadores y testigos se vieron presa del pánico. El capitán Orne, dejando su lugar en la soga, se dio cuenta de que no podía quitar las manos de su lugar, que estaban adheridas con inena-rrable fuerza; y en un segundo com-prendió que era incapaz de retirarse de la cuerda. Su apuro fue adivinado instantáneamente por los demás, y cada uno probó su propia situación llegando a la conclusión de que todos

estaban en una misma condición. El hecho no podía ser negado: cada uno de los hombres estaba irresistible-mente retenido a la línea de cáñamo que lenta, horrible e implacablemente los empujaba hacia el mar.

Un horror mudo se sucedió; un ho-rror durante el cual los espectadores quedaron petrificados, sumidos en la inmovilidad y el caos mental. Su com-pleta desmoralización se reflejó en las conflictivas narraciones que propor-cionaron luego y las pusilánimes excu-sas que ofrecieron por sus aparentes inacciones. Yo fui uno de ellos, lo sé.

Todos los que pujaban, luego de una serie de frenéticos gritos y fútiles que-jidos, sucumbieron a la paralizante influencia y guardaron silencio frente a tan desconocidos poderes. Estaban bajo la luz de la luna, pujando ciega-mente contra una espectral condena-ción, e inclinándose monótonamente hacia atrás y hacia adelante, a medida que el agua trepaba primero a sus ro-dillas, luego a sus caderas. La luna se ocultó parcialmente tras una nube, y en la penumbra la línea de hombres semejaba algún siniestro y gigantesco ciempiés, retorciéndose en garras de una muerte terrible.

La cuerda se volvía cada vez más dura, a medida que la puja entre am-bos extremos se incrementaba. Las olas iban ocupando cada vez más terreno a la playa, avanzando lenta-mente, hasta que las arenas, pobla-

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das tardíamente por niños risueños y amantes susurrantes, eran engulli-das por la inexorable marea. La ma-nada de espectadores, atacados por el pánico, iba retrocediendo a medi-da que el agua le empantanaba los pies, mientras la aterrorizada línea de contendientes seguían ondulan-do, con medio cuerpo sumergido, y ahora a considerable distancia de su audiencia. El silencio era completo.

La multitud, habiendo logrado una desordenada retirada más allá del alcance de la marea, observaba con muda fascinación; sin poder brindar una palabra de advertencia o de áni-mo, mucho menos intentar alguna clase de auxilio. Había en el aire un pavor pesadillesco de mal inminente, algo que nunca antes se había visto.

Los minutos parecían alargarse en horas. Aún la serpiente humana de torsos ondulantes se podía ver por en-cima del mar. Ondulaba rítmicamen-te, de manera lenta y horrible, con la garantía de la muerte. Espesas nubes ocultaron nuevamente la luna y la luz que iluminaba el agua desapareció.

La línea de cabezas serpenteante ya ondulaba muy débilmente; de vez en cuando se veía algún rostro lívido fulgurando pálido en la oscuridad. Las nubes se acumularon hasta que de sus interiores surgieron afiladas lenguas de fuego. Los truenos sur-gieron, suaves al principio, luego incrementándose hasta llegar a una

ensordecedora y demente intensidad. Entonces sobrevino uno culminan-te –que pareció reverberar tierra y mar–, tras el cual se desató un agua-cero de tal violencia que pareció que se hubieran abierto de par en par las compuertas del cielo.

Los testigos actuaron instintivamen-te, a pesar de la ausencia de concien-cia y pensamiento coherente, y se re-tiraron hacia la loma sobre la que se elevaba la terraza de la posada. Los rumores habían llegado a los turistas del interior, así que los refugiados se encontraron con que las demás per-sonas estaban tan aterrorizadas como ellos mismos. Creo que se vocifera-ron algunas palabras de terror, pero no puedo asegurarlo.

Varios de los que estaban en la po-sada se habían retirado paranoicos a sus cuartos. Otros se quedaron para observar la línea de cabezas meneantes que aún se veía por enci-ma de las ascendientes olas cada vez que un relámpago iluminaba la pla-ya. Recuerdo haber pensado en esas cabezas y los desorbitados ojos que contendrían; ojos que podían reflejar bien todo el pánico, el terror y el de-lirio de un universo maligno; todas las culpas, pecados, miserias, espe-ranzas perdidas y deseos no satisfe-chos, miedo, repugnancia y angustia de las edades, desde el principio de los tiempos; ojos iluminados con todos los dolores espirituales de los eternamente ígneos infiernos.

Y cuando miré más allá de las cabe-zas, mi imaginación conjuró otro ojo; un ojo individual, igualmente encen-dido, aunque con un propósito tan perturbador para mi mente, que la vi-sión pronto se desvaneció. Presas de una desconocida fuerza, la línea de condenados se sumergió; sus gritos silenciados y plegarias no elevadas sólo serán conocidas por los demo-nios de las olas y del nocturno viento.

El torrente que el enfurecido cielo estaba expeliendo en medio de un loco cataclismo de sonidos satánicos pareció aminorar. Entre el resplan-dor de los fogonazos, una voz ce-lestial resonó contra las blasfemias del infierno, y la agonía de todos los idos reverberó en un apocalíptico y ciclópeo estrépito. Fue el fin de la tormenta, ya que el espantoso tem-poral cesó y la luna, una vez más, alumbró con sus pálidos rayos sobre un mar extrañamente calmo.

Ya no había línea de cabezas. El agua estaba calma y desierta, y sólo era alterada por las ondas de lo que parecía ser un remolino, en el mis-mo lugar de donde provino primera-mente el grito. Y cuando miré hacia esa traicionera zona, con febril ima-ginación y sentidos agobiados, se es-currió en mis oídos, proveniente de un abismo inmensamente profundo, el débil y siniestro eco de una risa.

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28 I LAS POSTALES

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30 I EXTERIORES

Este pintoresco palacete de hierro y madera fue encargado en 1912 a la firma inglesa Boulton & Paul por el ingeniero Manuel Ocampo. Años des-pués, su primogénita, la insigne Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo, lo nombró jactanciosa-mente Villa Victoria al heredarlo. Con el paso del tiempo, la morada fue el refugio veraniego de algu-nas luminarias de la época, como Eduardo Mallea, Jorge Luis Borges, Waldo Frank, Gabriela Mistral o Saint-John Perse. Antes de morir, Victoria donó el carismático latifundio a la UNESCO; sin embargo, la entidad se lo vendió a la Municipalidad de Ge-neral Pueyrredón para solventar los gastos de Villa Ocampo, en San Isidro. Actualmente, esta residen-cia es un concurrido centro cultural que homenajea a menudo a quien fue su letrada patrona.

E

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LA FRASE: MARLEY (DICHO EN UNA REPOSERA MARPLATENSE) I 31

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32 I VISIONARIO: PATRICIO PERALTA RAMOS

Este modesto tendero porteño nacido en 1814 amasó su fortuna abasteciendo con ropajes a las mi-licias de Rosas. Casado con Cecilia Robles y padre de una docena de niños, se aventuró un buen día ha-cia nuevos horizontes, convencido de que el célebre caudillo jamás pa-garía lo que le adeudaba. Compró entonces ¡136.000! hectáreas de te-rreno, incluyendo las estancias La-guna de los Padres, San Julián de Vivoratá y La Armonía. A partir de 1873, Peralta Ramos inició un epistolario con el Gobernador de Buenos Aires para que reconociese la existencia de un asentamiento en la costa del Partido de Balcar-ce, cuyo nombre consideraba que debía ser “Mar del Plata”. Escribió, por ejemplo: “La población que allí se forme está llamada a ser una de las más felices de la provincia, tanto por su clima como por la fe-racidad de su suelo”. El 10 de febre-ro de 1874 se firmó el decreto que marcó la fundación de La Feliz. Satisfecho, el impulsor presenció el desarrollo de la urbe por poco más de una década, hasta que su cora-zón dijo basta, a los 72 años.

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Page 34: Galera #57

34 I DETRÁS DE TAPA34 I DETRÁS DE TAPA

El 24 de septiembre de 1991 inundó las disquerías estadou-nidenses un álbum de llamativa portada que fue llevado al mos-trador más de 30 millones de veces. Se trata de Nevermind, el segundo disco de Nirvana: un tifón de riffs de 42 minutos y 38 segundos de duración que mar-có a fuego una época de camisas roídas y pelo sucio. Para la foto de tapa, la banda grunge con-trató a Kirk Weddle, fotógrafo acuático y salvavidas que con-venció a una pareja amiga para que prestaran a su bebé “como servicio al rock and roll”. La icónica imagen se logró de for-ma improvisada en una pileta pública de California. “La ma-dre le soplaba la cara al niño, lo sumergíamos, yo disparaba y lo sacábamos rápidamente del agua”, recuerda Weddle.

E

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ARAFUE I 35

TATI COTLIARMODELO, ESTILISTA Y HABITANTE DE LONDRESA diferencia de ciudades como New York o París, que suelen mostrarse más idealizadas en pelícu-las o en la TV, nunca pude dibujarme Londres hasta que aterricé en esa licuadora cultural, en ese culto a lo excéntrico. Su cielo gris contrasta con los vibrantes colores que visten los londinen-ses, que son la definición de lo cool: cada cual lleva la ropa según un concepto estético personal, intrínsecamente relacionado con sus dictámenes musicales (Londres siempre se vistió de mane-ra muy musical). Además de la venta de ropa de segunda mano, los mercados son parte de la identidad de la capital. Así, los días transcurren comprando Dr. Martens en Camden, comiendo un curry en Brick Lane, eligiendo flores en Co-lumbia Road o buscando antigüedades en Green-wich. Me fascina lo accesible que es la cultura y cómo se renueva su oferta: me la paso visitando el Barbican Center y el Globe Theatre. Recorrer sus caóticas y tenebrosas calles me remonta a las historias de Jack el Destripador. Por último, res-cato cómo esta sociedad sabe reírse de sí: ¡todo parece salido de un sketch de Monty Python!

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36 I PATADAS DE CHANCHO

¡FALTAN 147 DÍAS PARA EL INVERNO!

Escribió David Fos-ter Wallace: “Ser un turista de masas es convertirse en un es-tadounidense actual:

alienado, ignorante, ambicioso de algo que jamás podrá tener, desilusionado de maneras que jamás podrá admitir. Consiste en arruinar la no-arruinada experiencia que uno debería vivir. Se trata de imponerse en lugares que serían, de for-mas no económicas, mejores y más reales sin uno. Es con-frontar una dimensión propia tan ineludible como dolorosa: el turista es alguien económi-camente significante, pero exis-tencialmente despreciable: un insecto sobre algo muerto”.

Se llama “estilo Mar del Plata” a la co-rriente arquitectóni-ca que imperó en las casonas erigidas en

dicho balneario entre 1930 y 1950, llegando a extenderse a las ciudades próximas de Ne-cochea y Miramar. Derivaba del pintoresquismo y del enton-ces típico chalet californiano, siendo objeto de críticas por la garrafal cantidad de ambientes que proponía. Sus característi-cas más reconocibles son, en-tre otras, frentes de piedra de cuarcita, techos a dos aguas con tejas españolas, revoques textu-rados color blanco y el uso fre-cuente de porches y chimeneas puramente ornamentales.

Ante la pregunta “¿Pastillas, Freud o Dios?”, formula-da en nuestra pá-gina de Facebook,

las respuestas que más nos volaron la peluca fueron, entre otras, las siguientes: 1) Uruguay; 2) El combo; 3) Salir a correr; 4) TV; 5) Freud y el frasco de Ri-votril en el bolsillo, siempre; 6) Sauna y masajes; 7) Bioenergía y Jung; 8) Marihuana; 9) Yoga; 10) ¡Un poquito de cada uno no le hace mal a ninguno!; 11) Nin-guna opción alcanza, así que voy por las tres y más; 12) Pelás vivas las tarjetas y se te pasa todo; 13) Dios ha muerto, Freud pasó de onda y las pastillas son para los moralmente débiles; nos quedan los libros, la música y los viajes; 14) ¡Leer Galera y no sentirme solo!; 15) Auto-pre-servación low cost; 16) El Dios que todos llevamos dentro.

La revista o “revue” es un género dramáti-co que se desarrolló en 1890 combinando breves escenas hu-

morísticas con números musi-cales. Aunque toma aspectos de la extravaganza, el burlesque y el vaudeville, este espectáculo satírico hace particular hinca-pié en el erotismo, condensado en la figura de la vedette. El teatro de revista tuvo su apogeo entre los años 20 y 40 en Ingla-terra, Estados Unidos y Ar-gentina. A lo largo del tiempo, las marquesinas nacionales de estos espectáculos han osten-tado títulos de lo más bizarros, como Tetanic o Cualquier gato callejero tiene una vida sexual más sana que la nuestra.

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× DICEN LOS QUE SABEN QUE, SEGÚN SCHUBERT, NO HAY MÚSICA FELIZ.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE SERGIO DENIS SE LLAMA, EN REALIDAD, HÉCTOR OMAR HOFFMANN.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE EL LUJO ES VULGARIDAD.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE AQUELLOS QUE BAILABAN FUERON CONSIDERADOS COMO LOCOS POR QUIENES NO PODÍAN ESCUCHAR LA MÚSICA.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE EL TIEMPO QUE MATAMOS NOS MATA A NOSOTROS.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE CUANDO LLUEVE POR FEBRERO, TODO EL AÑO A TEMPERO.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE LOS VERDADEROS AMIGOS APUÑALAN DE FRENTE.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE LAS PRIMERAS AGUAS VIVAS DATAN DE HACE ¡500 MILLONES DE AÑOS!

× DICEN LOS QUE SABEN QUE LA LYCRA, FIBRA SINTÉTICA DE INCREÍBLE ELASTICIDAD QUE REVOLUCIONÓ LA MODA, FUE CREADA EN 1959.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE LA VIDA SE ENTIENDE HACIA ATRÁS Y SE VIVE HACIA ADELANTE.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE PROCRASTINAR ESTÁ BUENÍSIMO. ¿ESTÁ BUENÍSIMO?

× DICEN LOS QUE SABEN QUE NUNCA ACEPTEN UN CARAMELO MEDIA HORA: ES VENENO ENMASCARADO DE CORTESÍA.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE HACE CALOR PORQUE ES VERANO… NORMAL, ¿NO?

× DICEN LOS QUE SABEN QUE LA SOMBRILLA FUE INVENTADA HACE CUATRO MIL AÑOS POR LOS CHINOS.

× DICEN LOS QUE SABEN QUE ALFONSINA STORNI NACIÓ EN SUIZA.

MANTÉNGANSE ATENTOS A LO QUE DICEN LOS QUE SABEN.

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38 I DE LA GALERA

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¿Cuál es vuestro estado mental más frecuente?P: Pasional. M: Expectante.

¿Qué fue exactamente lo último que soñaron?P: Veía, acostada en un campo, cómo se estrellaba un avión. M: Soñé que me empujaban en el subte de Tokio y de repente aparecía mi analista, que falleció este año.

¿Cuál es vuestro plato preferido? P: El helado.M: Panqueque con dulce de leche. ¿Qué gustos de helado prefieren? P: Dulce de leche con dulce de leche.M: Frutilla y chocolate.

¿Cuál es su mayor extravagancia? P: Tener cuatro planetas en Sagitario.M: Comprar cosas antiguas, en cualquier lugar en el que esté.

¿En qué bolsillo se meterían? P: En el de mi psicóloga.M: En el de Cristina Kirchner.

¿Cómo definirían la belleza? P: Tan agradable como efímera.M: Un equilibrio de elementos que producen armonía y admiración.

¿Cuál es vuestra idea de descanso? P: Viajar.M: Estar mucho tiempo en la playa sin ninguna exigencia, sólo placer.

¿Qué harían ahora, en este instante, con un billete de $ 100? P: Comprar flores.M: Me compraría una vela y la prendería en mi cuarto.

¿Cómo les gustaría morir? P: Me aterra la muerte, no puedo pensar en eso. M: Consciente y en paz.

Si fueran magas, ¿qué harían salir de la galera? P: A mi abuelo Lolo.M: A mi abuela Ana.

PALOMA CEPEDA &MARIANA ARIAS

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F

40 I MUSEO MAR DEL PLATA

Frente al océano Atlántico y a me-tros de Parque Luro, en diciembre abrió sus puertas una formidable mole de hormigón en la que se ubica el Museo de Arte Contem-poráneo de Mar del Plata, bauti-zado simplemente MAR. Se trata de una potente y dinámica plata-forma de agitación en la vida de los pobladores y visitantes de la ciudad costera. Llevada a cabo a partir de un diseño del estudio de arquitectura Monoblock, la obra representa una de las propuestas culturales más significativas del país en las últimas décadas.

El compromiso de la institución radica en impulsar un espacio abierto y cambiante, preparado para la acción y la convivencia, que promueva el cruce de di-ferentes disciplinas, puntos de vista, sensibilidades y públicos. La muestra inaugural, curada por Rodrigo Alonso, está dedicada al pop argentino; también podrá ver-se, en la explanada, una exposi-ción que homenajea a Sandro y a Alberto Olmedo. Como escucha-mos por allí el día de la inaugura-ción, el museo promete ser “luz y movimiento, local y global”.

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42 I MUSEO MAR DEL PLATA

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pel icanoba.com.ar

¡Salud para mi familia, amor, amor, mucho amor, y tranquilidad!

Sofía Gala Castiglione

44 I CLASIFICADOS GALERA

Si alguien también vio un OVNI cerca del Torreón del Monje en la noche de Año Nuevo, por favor comuníquese conmigo al:

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PERMUTOTRAJE DE TORERO PROFESIONAL POR

PELOPINCHO

CANJEOESPOSO DE

60 AÑOSX 3 DE 20

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Es un cineasta archifamoso, más preocupado por el dinero que por filmar (lo cual no está estrictamen-te mal, tratándose de cine). Esta imagen fue tomada en el rodaje de una película de 1975 que debería haberse titulado Mandíbulas.¿De quién estaríamos hablando?

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LAS TABLAS DE SURF DE UN AMIGO: MARTÍN PASSERI I 47

Dice Martín, marplatense y uno de

los diez mejores surfers de Latinoamérica:

“Mis tablas son como las espadas del samurái, herramientas para librar

diferentes batallas”.

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48 I QUIROMANCIA

Con títulos mundiales en peso pluma y supergallo, Marcela “Tigresa” Acuña es, indiscutiblemen-te, la precursora del boxeo femenino en el país. Comparte sus vivencias con nosotros: “Gracias a mis manos me gané un lugar en la sociedad y en el deporte nacional; aunque llevan peleando 30 años, se mantienen finas y arregladas. Las cuido con cremas, evitando cocinar o usar objetos cor-tantes antes de una pelea porque una herida se puede infectar con la transpiración y los guantes de boxeo. Gracias a ese tipo de cuidados enfrenté y vencí a los puños más temibles de mi categoría”. Luego, agrega, con su característico humor: “Mi manager siempre dice que aún no se acostumbra al tiempo que necesitamos las mujeres antes de subir al ring en comparación con los hombres: ¡yo tardo tres horas en prepararme, pintando mis uñas y haciéndome diferentes tipos de trenzas!”.

LAS MANOS DE LA BOXEADORA

MARCELA ACUÑA

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EL MANUSCRITO: EDWARD LEAR I 49

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50 I TRASTIENDA DE TAPA

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Convertimos el nombre y el apellido de Cecilia Roth en un acróstico y, para cada inicial, elegimos amorosa y caprichosamente –como todo lo que proponemos en Galera– 11 palabras que funcionaron como disparadores de la entrevista que le hicimos por teléfono, nosotros en la redacción y ella en su cuarto del hotel Costa Galana. En Mar del Plata, nuestra protagonista de tapa bellamente retratada por Machado Cicala Morassut presenta la obra Una relación pornográfica.

Texto: Esteban Feune de Colombi

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Soy curiosa. Entre otras razones, estoy ahora en Mar del Plata por pura curiosidad: es la primera vez que hago temporada aquí. A decir verdad, se trata de la primera vez que salgo de gira con una obra de teatro. Los proyectos teatrales en los que estuve involucrada –en Buenos Aires y Madrid– siempre empezaron y terminaron en la misma sala. En todo sentido (geográfico, afectivo, literario, cinematográfico y profesional), la curiosidad me mueve a los lugares adonde voy. Es un motor importante en mi vida. Siempre fui una chica curiosa; a veces, incluso, extremadamente curiosa. Esa curiosidad me ha lleva-do en ciertas ocasiones a lugares que no eran los más “adecua-dos”… No sé si ésa es la palabra. “Agradables”, tal vez.

Representa muchas cosas para mí: el afuera de mi lugar, el afuera de Argentina, la mirada del afuera… Y por curiosidad –asociando esto con la primera letra– todo lo exterior me llama la atención, al mismo tiempo que tengo cierto cuidado de lo externo. A veces me pongo medio fóbica de la mirada de afuera hacia mí, no de mí ha-cia afuera. Cuando me perturba, sin darme cuenta tengo a menudo la actitud de encerrarme como un caracol. Tomo consciencia, con el tiempo, de los tiempos que necesito para cambiar de lugar e ir hacia los exteriores más allá de las curiosidades que me provocan. Un caso puntual es la situación de haber mudado la obra que es-toy haciendo de Buenos Aires a Mar del Plata. Como se trata de otro escenario, de otra luz, de otro “exterior” que es la ciudad y el hecho de estar viviendo en un hotel (cosa que me encanta), adap-tarme a un nuevo exterior me lleva más tiempo. O quizá tengo más consciencia de eso y me exijo menos.

¡Estoy sobre un colchón en este mismísimo instante! Adoro los colchones amplios y cómodos. Me encanta lo estático de un col-chón en una cama, así esté resguardada o acompañada, y me fas-cinan las colchonetas dobles flotando en el agua. Me gusta la vida de colchón y me agrada rodearme de cosas una vez instalada ahí. Ahora miro alrededor: veo el periódico, el i-Pad, un libro…

Qué cosa… el interior. Siempre recuerdo un chiste de Caloi so-bre la vida interior. Uno suele pensar que tiene mucha vida in-terior y tal vez lo que tiene es una autorreferencia insoportable. Hay que salir de la vida interior. Me atrae el otro, el diferente. Uno cambia tanto con el tiempo... ¡y seguirá cambiando! En este momento tengo curiosidad –seguimos con esa palabra– por la gente. Mi oficio, el de la actuación, se relaciona con el tema del interior y el exterior. Todo aquello y aquellos (objetos, gente, pai-sajes, aromas, gustos) que uno interioriza empiezan con la curio-sidad. Hace poco me encontré con una amiga de la infancia que recordaba que yo tardaba muchísimo tiempo –ella vivía frente al botánico, sobre la avenida Santa Fe– en cruzar la calle. Me que-daba colgada mirando la gente, me interesaban las conversaciones absolutamente ajenas al universo de mi adolescencia; gente de otro palo, más grande, con otras pertenencias. Tengo muy presente ese recuerdo y todavía me pasa, se relaciona con mi esencia de curiosa y con lo que hago. Lo que miramos termina formando parte de uno y ayuda mucho en este oficio de transformarse.

¡Laberinto de pasiones! Qué difícil es llegar a la salida, ¿no? En realidad, ¿adónde lleva un laberinto? Va a sonar muy cursi, pero la vida es un laberinto. Uno recorre y recorre y a veces se topa con una pared: creías que la cosa iba por ahí; sin embar-go, tenés que retroceder y encontrar otro camino que no sabés adonde te llevará. Salvo los objetivos más vitales, que se rela-cionan con el ejercicio de la maternidad, la amistad y el amor, lo demás resulta siempre laberíntico en el sentido de que uno no sabe adonde va. Dejarse hacer la plancha está bueno, sobre todo en momentos en los que, más allá de las responsabilida-des cotidianas, no hay más que ir descubriendo.

52 I TRASTIENDA DE TAPA

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Estoy justo mirando el mar por la ventana. Tengo frente a mí una imagen espectacular. Piso 15, un barquito lejos, varios vele-ros, las olas rompiendo contra las olas y el cielo. Nada más que eso. Es un paisaje increíble. El mar y el cielo tienen millones de colores. Me encantan las ventanas.

¡Paella! Me encanta el arroz. Es más, podría vivir de arroz, de muchísimas formas de arroces. Lo he comido de maneras muy diferentes, desde la macrobiótica más estricta hasta un risotto, pasando por el arroz valenciano al horno. Una vez, alguien se confundió y me llamó “Cecilia Arroz”. Hay amigas de la infancia para las cuales soy, en el recuerdo inicial, Cecilia Rotemberg. Ahora tengo una buena conexión con Rotemberg, mi verdadero apellido. Es lindo volver hacia atrás en tu propia historia: el Roth y el Rotemberg los tengo muy internalizados.

¡Qué lindo! Tengo tantas ganas de filmar… El año pasado y la primera mitad de éste son muy teatreros. De acá partimos de gira a algunos países de Latinoamérica y luego iremos a España. Estoy con deseos de volver al cine. Disfruté mucho el rodaje de Los amantes pasajeros, la película de Pedro, pero era tan coral, tan particular. Se trataba de un personaje muy de “composición” en un sentido. Me da ganas de volver a hacer una película de esas que te dejan marca. Tengo la sensación de que aparecerá algo. Quiero poner la mirada ahí.

Linda palabra. Cuando uno habla de las zonas oscuras de la-gente, se refiere en realidad a las que no se ven bien: no tienen por qué ser lugares feos. Hay zonas oscuras a las que uno no se quiere acercar porque dan miedo justamente a causa de que no se ve lo que hay detrás. También hay zonas que, cuando se empiezan a iluminar, terminan siendo más atractivas que las más iluminadas. Me gustaba jugar al cuarto oscuro cuando era chica… De todos modos, la palabra carga con algo que no me gusta. Prefiero la transparencia.

¡Teaaaaaaaaatro!, como cantaba La Lupe en aquel bolerazo. El teatro hace bien y me hace bien. Me refiero al buen teatro, al que es una ceremonia, al que se genera cuando hay magia entre lo que pasa arriba del escenario y lo que pasa abajo. En algún punto, se parece al rock and roll, cuando el público va cantan-do las canciones con vos. Y uno lo siente. Cada público, cada función… siempre se arma un clima diferente. El teatro es muy particular porque sucede momento a momento. Se trata de la vida en el sentido más puro del aquí y ahora. Desde otro punto de vista, también tiene que ver con el yoga, adonde repetís las mismas posturas y, sin embargo, la experiencia siempre cambia. El teatro hace bien, muy bien.

Uuuhhh. Yo había pensado en la palabra “helado”. Bueno… a ver. Es importante tener consciencia y respetar no sólo la he-rencia genética y cultural de tu familia sino también la herencia –en mi caso, que soy actriz– de quiénes heredamos todo esto. En un principio, de los griegos, pero mucho después de aque-llos que son nuestros referentes, de lo que queda de ellos; ver una película de Bette Davis o de Greta Garbo, por ejemplo. La Garbo es una de las grandes actrices de la historia y uno se ol-vida. Herencia es eso, no olvidar.

54 I TRASTIENDA DE TAPA

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56 I PRODE

LOCAL EMPATE VISITANTE

COCA

CHATAS

AEROLÍNEAS

TWITTER

AMANECER

TV

ADENTRO

PARÍS

DULCE

ARENA

PEPSI

TACOS

LAN

INSTAGRAM

ATARDECER

TEATRO

AFUERA

NEW YORK

SALADO

NIEVE

PRODE GALERA #57

PAMPITA

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Un año después de esa afortunada tertulia, Mercedes-Benz creó el su-percargador. Se trata de un compre-sor que, presurizando la mezcla de combustible con aire, aumenta nota-blemente la energía de un vehículo.

Cuenta la leyenda que, en 1920, un jovencísimo Luis Federico Leloir platicaba con amigos en el Golf Club de La Feliz. Llegado su turno, ordenó camarones y langostinos y, harto de ahogarlos en mayonesa, se propuso inventar una salsa que les hiciera justicia a esos suculentos mariscos. Para desconcierto del garçon, ese hombre que medio siglo más tarde ganaría el premio Nobel de Química experimentó un buen rato con diferentes especias y aderezos; finalmente, anunció que el matrimonio ideal era el del kétchup con la mayonesa. El hallazgo entusiasmó a todos los presentes y decidieron bautizarlo Salsa Golf.

PRENDÉ LA MECHA I 57

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58 I TOP CINCO VISITANTE

Aquí están, estas son, las recomendaciones del político, ex embajador argentino en Cuba, fun-dador de La Trastienda y Presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

Jorge Telerman

BUN RINCONCITO DE MAR DEL PLATAMis votos van para MAR, el Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires, situado en Mar del Plata, porque será el centro de creación e intercambio cultural mas dinámico del país.

AUNA COMIDAMe quedo definitivamente con la paella.

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DUN ARTISTAElijo a los que integraron el Instituto Di Tella en los 60 por-que nos mostraron el camino del arte pop, felizmente revolu-cionario: el mayor momento del encuentro entre pueblo y arte.

CUNA PLAYALas de Punta Mogotes porque allí pasé mi infancia.

EUN VINO¡Eso depende de la ocasión...!

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LA BRISTOLPopularísima playa de dos kilómetros de largo, cuya rambla caminó la poetisa Alfonsina Storni antes de hundirse en el océano para siempre.

TORREÓN DEL MONJEEdificio de estilo medieval en torno al que se inventaron numerosas leyendas para dotar de misticismo a la incipiente ciudad de Mar del Plata.

HAVANNAMarca fundada en 1948 por el panadero marplatense Benjamín Sisterna cuyos alfajores atiborran el equipaje de quienes viajan al exterior.

OCEAN CLUBCentenario club social de suma prestancia que aglomera a entusiastas de la rutina del té, el bridge, la canasta, las bochas y el cuchicheo.

PRIMER TURISTAEn vísperas de año nuevo, los habitantes de la Perla del Atlántico esperan ansiosos la llegada del Primer Turista, efímero prócer veraniego.

MANOLOTaberna de afamados churros repleta de locales y visitantes cuyo ibérico fundador Don Manuel Benito llegó al país escapando del franquismo.

COSTA GALANAFachendoso hotel cuyo mote proviene de la descripción que hizo Juan de Garay en 1581 del hermoso y desolado paisaje que era Mar del Plata.

ASTOR PANTALEÓN PIAZZOLLAEl mítico bandoneonista nació en La Feliz en 1921 y sus padres le pusieron el nombre de un motoquero violonchelista amigo de la familia.

FESTIVAL DE CINE DE MDQDesde su primera edición hace 59 años, este acontecimiento convocó a figuras tan disímiles como Maria Callas, Cantinflas o François Truffaut.

60 I ÁRBOL GENEALÓGICO

9 CLÁSICOS MARPLATENSES

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62 I DECÍ WHISKY

ALBERTO GOLDENSTEIN

Escena de playa • (2001)

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64 I DECÍ WHISKY

Club de Pesca • (2001)

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Bajada a la costa • (2001)

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DECÍ WHISKY I 67

Monumento Lobo Marino • (2001)

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68 I TOP CINCO RESIDENTE

1Cuna de exquisiteces, Green Eat renueva su menú de acuerdo con la estación y vincula a pequeños productores rurales con la gente de la metrópoli a través de mercados naturales en sus tiendas.

2El artista Tony Plant esboza colosales dibujos sobre la arena: así, su obra queda azarosamente expuesta al ojo del transeúnte mientras es absorbida por la naturaleza y destruida por el paso del tiempo.

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3“Soy el lugar adonde los poetas van a desaparecer”, dijo antes de presentar su sexto disco Annie Clark, la cantante cuyo pseudónimo, St. Vincent, fue tomado del hospital en el que murió Dylan Thomas.

4A fines del siglo XIX, Lord William Cunnington descubrió en India los ingredientes claves del exitoso Indian Tonic. Continuando con este legado, la marca presenta su nuevo y fresquísimo sabor Lemon.

5Hace un lustro, dos amigas emprendieron el proyecto de buscar piezas decorativas con historia: así nació El Sótano, una exquisita colección subterránea en el Bajo Belgrano que espera ser descubierta.

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EL PROYECTO EN CIFRAS• Con un 100 % de penetración, la radio es el medio de mayor alcance en Argentina.

• 19 proyectos llevamos a cabo en 6 años de vida.

• 536 personas ya trabajaron con nosotros.

• 15.169 kilómetros recorrimos dentro de todo el país.

• 51 voluntarios nos ayudaron desde nuestros inicios.

• 28 padrinos apoyan nuestra organización con pequeñas donaciones mensuales.

• 1.452 fans tenemos en nuestra página de Facebook.

• En los 5 continentes se difundió la entrevista que le hicimos en nuestra radio al Papa Francisco meses antes de su nombramiento.

¿CÓMO DEFINIRÍAN EL VERBO “AYUDAR”?Ayudar es salir al encuentro del otro para generar un cam-bio. La radio nos enseñó a tener pensamiento crítico, a ser disciplinados, a trabajar en equipo y comprometernos con un proyecto; pero, por sobre todo, nos hizo pensar primero en el otro. Creemos que la radio debe ir más allá de ella, ¡y acá nos tienen, entusiasmados, anunciando esto!

70 I EL FILÁNTROPO

AMPLITUD SOLIDARIAFrancisco Tezanos Pinto explica la labor de esta organización que desde 2007 promueve los valores sociales y pedagógicos de la radio. Viajando a remotas localidades del país, la ONG asiste a aquellas emisoras que no están suficientemente desarrolladas.

Si querés saber más:www.amplitudsolidaria.com.ar

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SANTIAMÉN I 71

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72 I EL MANIFIESTO

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Artículo 1Es prohibido bañarse desnudo.

Artículo 2El traje de baño admitido por este reglamento es todo aquel que cubra el cuerpo desde el cuello hasta la rodilla.

Artículo 3En las tres playas conocidas como del Puerto, de la Iglesia y de la Gruta no podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras a no ser que tuvieran familia y lo hicieran acompañando a la misma.

Artículo 4Es prohibido a los hombres solos aproximarse durante el baño a las señoras que estuvieren en él, debiendo mantenerse por lo menos a una distancia de 30 metros.

Artículo 5Se prohíbe a las horas del baño el uso de anteojos de teatro u otro instrumento de larga vista, así como situarse en la orilla cuando se bañan señoras.

Artículo 6Es prohibido bañar animales en las playas destinadas al baño de familias.

Artículo 7Es igualmente prohibido el uso de palabras o acciones deshonestas o contrarias al decoro.

Artículo 8En caso de accidentarse o sentir algún malestar durante el baño, las señoras no deberán ser auxiliadas por un galeno sin el visto bueno de sus esposos.

Artículo 9De entreverse, por peripecia o desvergüenza, alguna extensión de piel no permitida, se prohíbe hacer observaciones en referencia al hecho, tanto en el ámbito hogareño como en otros espacios de tertulia.

Artículo 10Las señoras serán responsables de presentar las partes corporales autorizadas al desacostumbrado ojo masculino con apariencia delicada y en concordancia con lo estéticamente tolerable.

Artículo 11La Municipalidad se desliga de las posibles sanciones sociales que conllevaría cualquier vulneración de las buenas costumbres en estos balnearios, ocupándose tan sólo de las legales correspondientes.

El ferrocarril llegó por primera vez a Mar del Plata en 1886. Inmedia-tamente, el pueblo con el que soñaba Patricio Peralta Ramos se atestó de paquetérrimos aristócratas, hegemonía cuyo declive se asoció con la popularización del automóvil y la Gran Depresión. Un par de años más tarde, abrió sus puertas el mítico Bristol Hotel, símbolo de la fastuosi-dad de la época. Por esos días, la Municipalidad publicó el mojigato Reglamento de Baños, para ser acatado por todo bañista que se preciase.

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74 I GRANDES VESTIMENTAS

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