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libros sobre el debate

intelectual de la derechaEn defensa de la

libertad

Axel KaiserLa fatal ignorancia. La anorexia

cultural de la derecha frenteal avance ideológico progresista.

Francisco Javier Urbina y Pablo OrtúzarGobernar con principios. Ideas para

una nueva derecha.

Cristián LarrouletChile camino al desarrollo.

Avanzando en tiempos difíciles.

Luis LarraínEl regreso del modelo.

Jovino NovoaCon la fuerza de la libertad. La batalla

por las ideas de centro-derechaen el Chile de hoy.

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En defensa de la libertad I 5 libros sobre el debate intelectual de la derecha

En defensa de la libertad5 libros sobre el debate intelectual de la derecha

Axel KaiserLa fatal ignorancia. La anorexia cultural de la derecha frente al avance ideológico progresista.

Francisco Javier Urbina y Pablo OrtúzarGobernar con principios. Ideas para una nueva derecha.

Cristián LarrouletChile camino al desarrollo. Avanzando en tiempos difíciles.

Luis LarraínEl regreso del modelo.

Jovino NovoaCon la fuerza de la libertad. La batalla por las ideas decentro-derecha en el Chile de hoy.

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Serie Papeles LibresFundación para el Progreso Jean Gustave Courcelle-SeneuilSantiago de Chile, Abril 2013

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Las ideas son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente a la Fundación para el Progreso

Axel KaiserLa fatal ignorancia. La anorexia cultural de la derechafrente al avance ideológico progresista.(Rafael Rincón-Urdaneta). 6

Francisco Javier Urbina y Pablo OrtúzarGobernar con principios. Ideas para una nueva derecha.(Eduardo Gomien). 14

Cristián LarrouletChile camino al desarrollo. Avanzando en tiempos difíciles.(Eduardo Gomien). 18

Luis LarraínEl regreso del modelo.(Rafael Rincón-Urdaneta). 22

Jovino NovoaCon la fuerza de la libertad. La batalla por las ideas decentro-derecha en el Chile de hoy.(Francisco Sánchez). 30

Índice

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En defensa de la libertad I 5 libros sobre el debate intelectual de la derechaLa fatal ignoranciaLa anorexia cultural de la derecha frente al avance ideológico progresista

Hay quienes consideran aceptable la dedicación de los socialistas a los asuntos culturales mientras no se inmiscuyan en los económicos. La experiencia, sin embargo, conspira obstinadamente contra esa tesis. La hazaña de la hegemonía cultural plena llegó a la cúspide durante los regímenes totalitarios del siglo XX, tanto en caso de los socialistas que han existido hasta hoy, como en el nacionalsocialista que sucumbió militarmente en 1945. Desde la cultura - y mediante adoctrinamiento, propaganda, censura, promoción de intelectuales convenientes y permiso restringido a ciertas expresiones artísticas -, sus administradores únicos impulsaron impresionantes cambios y lograron formas de dominio que dejan la distopía orwelliana de 1984 como un retrato bastante fiel de la realidad. Modelaron sociedades a gusto y medida perfecta para sus proyectos.

El aprecio por la cultura y, en general, por el saber humanista en la izquierda puede tener varias explicaciones, pero una es que allí se encuentra un espacio de asombrosa efectividad para la transmisión de ideas, valores y creencias. El Rousseau de “quienes controlan las opiniones de un pueblo, controlas sus acciones” lo sabía. Y lo supieron Antonio Gramsci y tantos gobiernos, partidos y movimientos que comprobaron el poder de las ideas y del que detenta aquel capaz de instalarlas en la sociedad por medio de todas las vías disponibles.

Pensar que la economía es demasiado importante como para dejarla en manos de los socialistas, vistos sus penosos desempeños de invariable fracaso y los costos humanos pagados con sangre, es sensato. Pero sugerir que la cultura es cosa nimia en la que pueden trabajar sin molestar es una equivocación de altísimo costo. Como escribe Axel Kaiser en su libro La Fatal Ignorancia, la cultura es “el

campo de batalla por excelencia de cualquier proyecto político y social” (p. 18); es tan vital como su determinante capacidad para forjar la identidad y las creencias de las personas.

La Fatal IgnoranciaTiempos de bonanza en Chile. Año 2007. Con la economía

bien encaminada, gracias a políticas liberales que ni la izquierda concertacionista se atrevió a desviar y desvirtuar en demasía, cualquiera que previera un futuro de nubarrones oscuros podía ser etiquetado como “pájaro de mal agüero”. El reconfortante perfume del consenso parecía sentirse aún como en jardín de ensueño, claro está, con uno que otro sobresalto. Pero no era tan evidente, al menos para el ojo menos detallista y el olfato menos entrenado, algún inminente resquebrajamiento o ruptura. Menos aún, vuelcos violentos o golpes de timón al estilo de los que se han hundido barcos latinoamericanos al mando de capitanes populistas, socialistas o revolucionarios.

Por aquellos días, Axel Kaiser, abogado chileno, Master en Derecho y Doctorando en Filosofía de la Universidad de Heidelberg, escribió El Chile que viene (2007). Con tono determinante presagió: “Chile se encamina hacia el fracaso”. Ciertamente, la pura y simple observación sensata de la realidad permite sospechar, como lo hace el autor, que el camino chileno al desarrollo peligra por la cada vez más intensa retórica izquierdista y por la preocupante actitud descuidada de quienes, se supone, deberían ser los guardianes más entusiastas y comprometidos con el modelo que ha hecho de Chile el faro de América Latina (p. 11).

Axel Kaiser

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En defensa de la libertad I 5 libros sobre el debate intelectual de la derecha La fatal ignorancia I Axel Kaiser

Luego, llegó en 2009 La Fatal Ignorancia, una oportuna – de hecho, urgente – advertencia sobre los peligros, no solo del avance ideológico - cultural de la izquierda, sino de la aún más inquietante actitud de la derecha. ¿Pasiva? ¿Ingenua? ¿Confiada? ¿Negligente? ¿Acaso cobarde? Kaiser hubiese podido lanzar, con todo derecho, la embestida mortal de un Miura1 encolerizado, a toda sangre y músculo, contra la izquierda por su responsabilidad directa en la propagación de las ideas que han arruinado – con suerte estancado – invariablemente a otros países. Sus creencias sobre la política, la economía y las cuestiones sociales no han funcionado ni funcionarán en ningún universo, excepto en el de las teorías marxistas y conexas. También en la fantasía, único sitio donde Cuba es el país más desarrollado y justo de América Latina – juran políticos, intelectuales y académicos izquierdistas - y “del que hay mucho que aprender”2 porque allí “ser humano y trabajo están por encima del capital”3, como explica Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Pero, ¿está en nuestras manos evitar que la izquierda, en todos los ámbitos posibles, difunda tales convicciones? ¿Controlamos su terca voluntad de conquistar la hegemonía cultural e ideológica? ¿Deberíamos intentarlo? La respuesta negativa a estas cuestiones parece haber motivado al autor, en cierta medida, a aceptar que la izquierda podrá estar rigurosamente equivocada en sus juicios y estrategias de desarrollo - el desarrollo y la producción de riqueza le importan muchísimo menos que la redistribución y el igualitarismo; los resultados están a la vista en la historia -, pero que hace, al fin y al cabo, lo que está llamada a hacer. Y es en eso incontestablemente diligente.

La izquierda ocupa espacios, iza banderas y delimita dominios donde puede y como puede. Y para eso ha contado, en su afortunado beneficio, con la involuntaria, pero no justificable, complicidad de una “derecha económica, política y social, cuya anorexia estaba pavimentando el camino para el establecimiento de una hegemonía ideológica estatista de desastrosas consecuencias” (p. 11). Terreno donde no se ejerce soberanía, corre serio riesgo de ser ocupado por otros. “The price of freedom is eternal vigilance” (El precio de la libertad es la eterna vigilancia), dijo alguna vez Thomas Jefferson. Es decir, no se puede “cosechar los beneficios del sistema económico liberal sin comprometerse con su defensa” (p. 12).

Pero lo que más intranquiliza a Kaiser no es, quizás, la mera ausencia de vigilancia, defensa resuelta, ansias de conquista y compromiso, sino la extraña opinión de que la cultura y las ideas son asuntos superfluos, probablemente lujos para el ocio. La derecha – o parte sustancial de ella – parece creer que los números hacen su trabajo solos y sin asistencia alguna; que la evidencia basta y sobra. O que hay cosas más importantes por hacer.

Las consecuencias de esta actitud se han visto en el resquebrajamiento de lo que fuera, hasta hace muy poco, el atractivo

“La izquierda ocupa espacios, iza banderas y delimita dominios donde puede y como puede. Y para eso ha contado, en su afortunado beneficio, con la involuntaria, pero no justificable, complicidad de una “derecha económica, política y social, cuya anorexia estaba pavimentando el camino para el establecimiento de una hegemonía ideológica estatista de desastrosas consecuencias”.

más sexy de Chile en el mundo: el consenso. “Por primera vez, en 2011 existió un rechazo concreto al sistema económico de libre empresa encarnado en una retórica rabiosamente anti mercado que logró capturar y deformar el anhelo popular por un mayor progreso” (p. 12), escribe Kaiser. Si esta visión se materializara institucionalmente, seríamos testigos de cómo una sociedad modelo, halagada por todos menos por sí misma, justo en su mejor momento, se suicida en un arrebato revolucionario inexplicable.

Apunta Kaiser que otra razón de la actitud de la derecha chilena, también derrotista, es la equivocada suposición de que las ideas de libertad que han levantado a Chile son impopulares y electoralmente insípidas, cuando no fatalmente contraproducentes. Por eso advierte el peligro de las encuestas devenidas en “fetiche

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nacional” (p. 15); estudios de opinión convertidos en la más perfecta expresión de la voluntad de los cielos y brújula sacra que ha de guiar sin preguntas ni reproches la acción de gobierno. Vox populi, vox Dei. Letal.

El libroEl libro revisa, a lo largo de tres partes, desde el “ignorado

poder de las ideas” (Capítulo I) hasta el modo de enfrentar el avance izquierdista exitosamente (Capítulo III), pasando por un diagnóstico serio del Chile que se desliza por “la pendiente del estatismo” (Capítulo II).

En el Capítulo I, Kaiser muestra, como evidencia del poder de las ideas, los efectos venenosos de la noción del “buen salvaje”, tan bien descrita por Carlos Rangel. Asimismo, critica el desdén de la derecha por la filosofía y el uso del lenguaje como arma política, que en su manifestación más extrema no dista demasiado del newspeak (neolengua) de Orwell, explicado en la obra 1984. También cuenta, entre otros puntos, sobre el rol de los intelectuales, el poder electoral de las ideas y la educación pública como plataforma del proyecto político – ideológico progresista. Acerca de este último apartado, se advierte que la izquierda ha trabajado con una visión de largo plazo mucho más prudente que el cortoplacismo de la derecha. “Dominar la educación pública y en lo posible la universitaria y así la cultura es por ello una prioridad para el progresismo” (p. 73).

En el Capítulo II, Kaiser aterriza en Chile. Lo inicia con una de las preocupaciones más inquietantes del momento: la coincidencia entre el avance de las ideas de izquierda y la ruptura del consenso

en torno al sistema económico liberal. A partir de allí, recorre varios aspectos de la política nacional, destacando el rol de políticos, partidos – de la Democracia Cristiana, por ejemplo - e, incluso, de la Iglesia Católica como objetivo del igualitarismo progresista. Finalmente, da cuenta del revisionismo izquierdista como arma de la lucha político – ideológica y toma el caso de Salvador Allende, héroe nacional fabricado al estilo del Che Guevara, “guerrillero mediocre y sanguinario que se ha transformado en una leyenda a nivel planetario” (p. 131). Allende pasó del fracaso a la gloria gracias a los esfuerzos izquierdistas por restaurar su imagen. ¿No terminó el ex presidente como la más notable figura de la historia patria gracias

“Pese a su aparente pesimismo, Kaiser no cree que las ideas de libertad estén condenadas a la eterna impopularidad:Si se saben transmitir, se puede ganar con ellas”.

a un programa de la televisión estatal llamado “Grandes Chilenos”, llevado a la pantalla en formato de competencia supuestamente abierta con otros candidatos? (p. 132).

El Capítulo III contiene interesantes propuestas y explicaciones sobre el rol de las clases adineradas en la cultura, la filantropía y la necesaria rearticulación del discurso político de la derecha, entre otros temas. “El dinero permite penetrar la cultura en todas sus dimensiones de manera bastante simple. Por esa vía se logra articular un mensaje en diversas esferas capaz de competir e incluso imponerse al progresista” (p. 142); y “es bastante claro que en Chile la derecha no invierte lo suficiente en cultura” (p. 140), escribe Kaiser.

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de Servidumbre). La publicó The Reader’s Digest. Tanto le impactó la advertencia acerca de la nocividad y amenaza de las doctrinas socialistas, que inmediatamente buscó al mismísimo autor y le planteó, con sentido más práctico que intelectual, su resolución: dedicarse a la política para poner a raya la expansión del pensamiento totalitario. Von Hayek, que era profesor de la LSE (London School of Economics), le convenció de no desperdiciar tiempo y esfuerzos en esa vía: “¡Por ningún motivo! El curso de la evolución social sólo podrá enmendarse cambiando las ideas. Primero debe llegar a los intelectuales, los profesores y los escritores, con argumentos bien razonados. Será la influencia de ellos sobre la sociedad la que va a prevalecer y los políticos la seguirán” (p. 139).

Sir Antony Fisher terminó apostando montos millonarios y su vida a la fundación y financiamiento de centros de pensamiento

¿Qué hacer?Pese a su aparente pesimismo, Kaiser no cree que las ideas

de libertad estén condenadas a la eterna impopularidad: “Si se saben transmitir, se puede ganar con ellas” (p. 13). Un ejemplo de ello está personificado en la figura de un británico: Sir Antony Fisher.

Cuenta la anécdota que Fisher, uno de los hombres de negocios más prominentes del siglo XX, educado en Eton College y en Cambridge y combatiente aéreo de la Royal Air Force durante la II Guerra Mundial, leyó en 1945 una versión abreviada de la célebre obra de Friedrich von Hayek, The Road to Serfdom (Camino

“Sir Antony Fisher terminó apostando montos millonarios y su vida a la fundación y financiamiento de centros de

pensamiento – lo que hoy se conoce como think tanks -, entre los que figura el prestigioso Institute of Economic

Affairs, de enorme impacto internacional y de influencia intelectual y política formidable”.

– lo que hoy se conoce como think tanks -, entre los que figura el prestigioso Institute of Economic Affairs, de enorme impacto internacional y de influencia intelectual y política formidable. A él se le debe el haber contribuido con la libertad y con su firme defensa frente a las más peligrosas creencias del siglo XX, como es el caso del socialismo.

En países como los Estados Unidos se han tomado algunos empresarios muy seriamente el asunto y, sobre todo, el ejemplo de este insigne británico, que quizás tuvo su acción más heroica e impactante en la batalla de las ideas que arriesgando su vida en el aire. Como escribe Kaiser, los empresarios chilenos y latinoamericanos pueden extraer una gran lección de esta historia. Tienen en Fisher a un modelo y en su valentía y admirable sentido de la filantropía un ejemplo inspirador.

ReferenciaKaiser, Axel, La Fatal Ignorancia. La anorexia cultural de la derecha frente al avance ideológico progresista, 2ª ed. Instituto Democracia y Mercado, Santiago, Chile, 2012(2009).

Rafael Rincón - Urdaneta ZerpaProfesor de la Universidad Adolfo Ibañez (Chile)

Investigador Fundación para el Progreso

1 Miura es nombre de una ganadería de los toros de lidia.2 “Cepal: América Latina debe aprender de Cuba para reducir la desigualdad” Telesur, 6 de febrero de 2012. Disponible en: http://www.telesurtv.net/ articulos/2012/02/06/cepal-america-latina-debe-aprender-de-cuba- para-reducir-la-desigualdad3 “Alicia Bárcena, secretaria de la CEPAL: `En Cuba, ser humano y trabajo están por encima del capital. Es lo que América Latina requiere´”. Cubainformación, 17 de febrero de 2013. Disponible en: http://www.cubainformacion.tv/index. php/economia/48283-alicia-barcena-secretaria-de-la-cepal-en-cuba-ser- humano-y-trabajo-estan-por-encima-del-capital-es-lo-que-america-latina- requierea

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Francisco Javier Urbina yPablo Ortúzar

Gobernar con principiosIdeas para una nueva derecha

Este libro publicado por los jóvenes intelectuales Francisco Javier Urbina, abogado de la Universidad Católica, y Pablo Ortúzar, Antropólogo de la Universidad de Chile, apareció en forma muy oportuna en marzo de 2012, y vino a liderar por buen tiempo la discusión en torno a los principios con los que el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera debía guiar su mandato, además de servir de incentivo para que el tema se discutiera abiertamente.

Escrito en forma sencilla y de rápida lectura, pero abordando algunos de los temas más profundos que aquejan a la derecha como sector, el libro se convirtió rápidamente en guía para numerosos políticos que buscaban desesperadamente apoyo en lo que parecía ser una verdadera “extinción” de las ideas de centroderecha en el debate público. Así, gestos como el del diputado UDI Gonzalo Arenas, quien en abril de 2012 escribió una columna titulada “La flojera intelectual de la derecha”, o bien la especial mención que hizo del libro el candidato Andrés Allamand en el segundo cónclave de la centro derecha, vienen a reafirmar su relevancia y actualidad.

Llenando un espacio por largo tiempo vacío, la obra parte haciéndose cargo de la historia y paternidad del sector, llevando al lector a los tiempos de la fundación misma de nuestro país y las ideas imperantes en aquél entonces: “Ya desde esos tiempos, el ideal de conquistar “el orden” era el principal horizonte de pensamiento del sector. El orden contra la anarquía y el progreso contra la barbarie eran los ideales que guiaban a los primeros gobiernos identificables como “de derecha””. Pasando también, por supuesto, por la división entre conservadores y liberales, y las discusiones que primaban en esos años principalmente respecto a la relación entre la Iglesia y el

“Llenando un espacio por largo tiempo vacío, la obra parte haciéndose cargo de la historia y paternidad del sector, llevando al lector a los tiempos de la fundación misma de nuestro país y las ideas imperantes en aquél entonces…”.

Estado. Destacan intelectuales como Zorobabel Rodríguez, Miguel Cruchaga, Jean Gustave Courcelle-Seneuil, entre muchos otros.

Pero al parecer, la derecha nunca ha sido muy cercana a la reflexión, sino más bien ha sido guiada por un espíritu práctico. Es por esto que se hace difícil buscar intelectuales dentro de los últimos 40 años de historia, salvo los casos de Pedro Ibáñez y de Jaime Guzmán, quienes intentaron dotar a la política de contenido y principios.

A continuación, y a la luz de lo presentado en la historia del sector, los autores pasan a hacerse cargo de diversos males que a juicio de ellos han afecto a la derecha a lo largo de su historia, siendo los principales enemigos a vencer. Así, el problema del derrotismo, el pesimismo y el entreguismo, serían los que han hecho difícil no solo

que gobiernos de derecha gobiernen el país en las últimas décadas, sino lo que sería aún peor: han impedido que tenga fuerza y sentido defender las ideas del sector en el debate nacional.

Rompiendo ese círculo vicioso, los autores se atreven a presentar en el capítulo tercero, titulado “ Gobernar con Principios”, la necesidad de formular y defender los principios. “Primero, porque guían […]

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Segundo, porque dan coherencia […] Y tercero, porque los principios son lo que en último término justifican el actuar en el poder”.

Efectivamente, “uno puede buscar el poder por conveniencia o por convicción. Se busca el poder por conveniencia cuando la motivación está en las ventajas que uno obtendría al detentarlo. Se le busca por convicción cuando la motivación está en creer que uno podría poner ese poder al servicio de algo valioso, o ejercerlo de mejor forma que otro”.

Siguiendo esta línea, el libro plantea como principios de la centroderecha los siguientes:

Principios base:1) Principio de libertad: Estado limitado y subsidariedad.2) Promoción de la familia y estructuras intermedias.3) Respeto por la ley y la autoridad.4) Principio de responsabilidad individual.5) Principio de responsabilidad política.6) Respeto a la dignidad de la persona humana.

Nuevos Principios:1) Compromiso con la democracia.2) Compromiso con los derechos humanos.3) Preocupación por la cultura y las ideas.4) Promover una sociedad sustentable.5) Preocupación fundamental por la pobreza.

Mirando al futuro, la propuesta del libro es un llamado a Gobernar con los principios propios, y no con los que de momento parezca populares o avalen las encuestas. Como bien dijera Jaime Guzmán y citan los autores, “La táctica de “arrebatarle las banderas” al adversario socialista, revela un grave reblandecimiento moral en los defensores de una sociedad libre. Ella acusa que se ha concedido que “el mundo va hacia el socialismo”, y que solo podemos atenuar o diferir esa ineludible realidad. Denota una falta de fe en los propios ideales opuestos al socialismo y en la capacidad de hacerlos prevalecer”.

ReferenciaOrtúzar, Pablo y Urbina, Francisco Javier, Gobernar con Principios: ideas para una nueva derecha, Libertad y Desarrollo, Santiago 2012.

Eduardo GomienAsistente

Fundación para el Progreso

Gobernar con principios I Francisco Javier Urbina y Pablo Ortuzar

“Pero al parecer, la derecha nunca ha sido muy cercana a la reflexión, sino más bien ha sido guiada por un

espíritu práctico. Es por esto que se hace difícil buscar intelectuales dentro de los últimos 40 años de historia,

salvo los casos de Pedro Ibáñez y de Jaime Guzmán”.

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Chile camino al desarrolloAvanzando en tiempos difíciles Cristián Larroulet

Cristián Larroulet, destacado economista chileno que dirigió por 20 años el think tank de centroderecha Libertad y Desarrollo, y el 11 de marzo de 2010 asumió como Ministro Secretario General de la Presidencia, publica este libro en momentos en que diversas voces critican “el modelo” chileno, sus avances de las últimas décadas y el desempeño del gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Esas opiniones, a veces apoyadas en débiles teorías más que sustentadas en evidencia, son precisamente las que el libro en cuestión busca rebatir, haciendo una enumeración y defensa, más que de los avances de “el modelo” puntualmente, de los logros y metas conseguidas durante el gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Así, este esfuerzo del ministro Larroulet, viene a sumarse en cierta forma a otros libros de reciente aparición como “El Regreso del Modelo” de Luis Larraín, y “El Malestar de Chile: ¿teoría o diagnóstico?” de Eugenio Guzmán y Marcel Oppliger. Pero el libro de Larroulet no se conforma con venir a validar el modelo desde la teoría, sino que lo hace a la luz de las políticas desarrolladas durante el actual Gobierno y los beneficios que éstas han traído.

Pero, ¿qué es “el modelo”?

En palabras del autor, “cuando se habla de “el modelo” se alude a un conjunto de instituciones y políticas públicas situadas en los

campos económico, social y político, que han moldeado a nuestro país en las últimas décadas”.

En el campo económico, “nos referimos a un sistema económico en el que el motor principal del desarrollo es la iniciativa privada. Y que, por lo mismo, estimula el emprendimiento, la competencia, la inversión, el ahorro y la innovación, mediante un importante grado

de libertad económica, una carga tributaria y unas regulaciones moderadas, la apertura al comercio internacional y una política fiscal y monetaria responsable”.

El campo social, por su parte, se refiere a “una política social focalizada en los más necesitados” y el político: “a partir de 1990, una democracia representativa, entre cuyos rasgos se encuentran sistemas electorales - presidencial, parlamentario e incluso municipal - que han favorecido la formación de dos grandes bloques políticos, que generalmente han tendido a la moderación, brindando importantes grados de estabilidad institucional”.

“…Larroulet no se conforma con venir a validar el modelo desde la teoría, sino que lo hace a la luz de las políticas desarrolladas durante el actual Gobierno y los beneficios que éstas han traído”.

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A continuación de esto, el autor se pregunta “¿Cómo nos ha ido con este modelo?” A lo que responde que “no cabe duda de que, en términos generales, los resultados han sido extraordinariamente positivos, al punto que resulta muy difícil cuestionar que los últimos 25 años han sido los más fructíferos de toda nuestra historia, pues, como ya señalé, es el período en que más rápidamente nos hemos ido acercando al desarrollo”.

Después de esta introducción, el libro, que afirma que Chile se encuentra cada vez más cerca del desarrollo, se desarrolla en 3 partes que serían las claves para continuar por ese camino: La primera, titulada “Oportunidades Para Todos”, trata temas de

emprendimiento, crecimiento económico, generación de empleo, competencia, educación y resguardo de los consumidores. La segunda, “Seguridades Para Todos”, aborda temas de seguridad ciudadana y social, como el tema de la salud y la protección social, y también la delincuencia, además de dedicar un capítulo entero al tema de la reconstrucción tras el terremoto. La tercera, “Instituciones Sólidas e Inclusivas”, aborda el tema del desarrollo de la familia como política pública, el desarrollo de la sociedad civil, y el tema de la confianza en las instituciones públicas.

En definitiva, el libro es una síntesis de los logros obtenidos por el Gobierno de Piñera, o al menos, los que éste aspira a dejar como legado, presentando también las dificultades que ha tenido que enfrentar el Gobierno, como el terremoto, las manifestaciones sociales y la crisis internacional, además de las tareas pendientes para el futuro.

Y finalmente, para quienes cuestionan el hecho de que algunas de las ideas desarrolladas y defendidas por el actual Gobierno parecieran venir de la trinchera opuesta, el ministro Larroulet es claro: “A menudo se ha discutido en estos años si el Presidente Sebastián Piñera y la Coalición por el Cambio han gobernado realmente con las ideas de la centroderecha. A mi juicio, la respuesta es muy clara: los han hecho manifiestamente con las que son propias de una centroderecha moderna”.

ReferenciaLarroulet, Cristián, Chile camino al desarrollo: Avanzando en tiempos difíciles, El Mercurio Aguilar, Santiago de Chile, 2012.

Eduardo GomienAsistente


“el libro es una síntesis de los logros obtenidos por el Gobierno de Piñera, o al menos, los que éste aspira a dejar como legado, presentando también las dificultades que ha

tenido que enfrentar el Gobierno, como el terremoto, las manifestaciones sociales y la crisis internacional, además

de las tareas pendientes para el futuro”.

Chile camino al desarrollo I Cristián Larroulet

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Luis LarraínEl regreso del modelo

La imagen y el buen nombre de Chile en el exterior han encontrado en el desarrollo sostenido y los avances institucionales del país su pilar más sólido y fuerte. Chile ha sido reconocido, tanto por sus socios como por el mundo en general, como un país ejemplar y excepcional en diversas materias, especialmente en contraste con su contexto regional y con sus pasados remoto y reciente. La clave es el sistema económico de libre mercado que se diseñó y puso en marcha en los años 70 - y continuado con ajustes hasta hoy - y las instituciones democráticas liberales vigentes. El conjunto es lo que hoy, corrientemente, se conoce como “el modelo chileno”, aunque es cierto que el término suele asociarse más a su faceta económica.

En torno al modelo chileno se percibía, hasta hace relativamente poco tiempo, una suerte de beneplácito nacional virtualmente transversal e inconmovible; un gran consenso. Esto daba, a los inversionistas y a la sociedad en general, una sensación de seguridad tranquilidad, estabilidad y confianza.

Chile, hoy, pasa por su mejor momento económico y se ubica en los mejores lugares de los índices que más aportan al prestigio del país. Sin embargo, los tiempos recientes han sido de un clima político enrarecido – quizás no inesperado – en el cual el consenso ha sido golpeado y pareciera manifestarse una generalizada y profunda insatisfacción con el estilo de vida y la realidad de los chilenos, actualmente mucho más próspera y prometedora.

Si se pensó que la izquierda radical era la única llamada a embestir contra las estructuras del modelo, lo sorpresivo ha sido que sus propios

administradores por espacio de dos décadas - la Concertación - se han sumado a la artillería luego de haberlo mantenido con sensatez. Más aún, el discurso de cuestionamiento ha llegado a permear partes del sector político del cual se espera una defensa decidida y firme: la centro-derecha. En suma, como ha dicho el abogado, analista y poeta peruano Héctor Ñaupari, el modelo está “bajo ataque”.

De este y otros problemas conexos, aparentemente coyunturales pero de potenciales consecuencias de largo plazo, trata el libro de Luis Larraín titulado El Regreso del Modelo (Ediciones LyD, diciembre de 2012).

“Chile ha sido reconocido, tanto por sus socios como por el mundo en general, como un país ejemplar y excepcional en diversas materias, especialmente en contraste con su contexto regional y con sus pasados remoto y reciente. La clave es el sistema económico de libre mercado que se diseñó y puso en marcha en los años 70 - y continuado con ajustes hasta hoy - y las instituciones democráticas liberales vigentes”.

¿Qué está pasando en Chile?

Luis Larraín, actual Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, escribe su libro al calor del que ha sido, sin duda, el momento más delicado para el consenso nacional en torno al modelo, no sólo en

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su dimensión económica, acaso la más cuestionada por la crítica opositora, sino también en la política, atacada sin piedad por quienes proponen una Asamblea Constituyente que inaugure una era de cambios radicales y revolucionarios en la democracia chilena.

El Regreso del Modelo parte con una pregunta introductoria: ¿Qué está pasando en Chile? El autor busca una respuesta, no tanto respecto de los acontecimientos - manifestaciones, protestas, cuestionamientos, discurso antisistema - como al por qué se producen en el mejor momento económico de las últimas décadas:

Chile crece sostenidamente con la expectativa clara de lograr “el gran sueño de los latinoamericanos”, que es integrarse al primer mundo, y se prevé que lo consiga superando el umbral del desarrollo antes de lo previsto, es decir, aproximadamente en 2018, cuando se espera sobrepasar los US$ 22.000 per cápita (Larraín, 2012; p. 11).

Como se lee en el libro, es paradójico que sea, precisamente en la etapa final de este largo camino, cuando la voz del fatalismo y la disconformidad suene fuertemente a favor del reemplazo del sistema

que ha registrado tan buenos resultados y expectativas de futuro (Ibid.).

Pero hay que saber que el discurso de protesta no carece de apoyo, que es - como Larraín advierte - la expansión de un mito según el cual el Chile de los años sesenta y setenta ofrecía mejor vida, más protección, mejor educación e, incluso, un pasar más sano y menos agitado que el impuesto por el libre mercado y el sistema político actual. Es decir, el relato que se opone al modelo económico y político ha recurrido a la idealización de un pasado nacional libre de las penas que hoy estarían ocasionando tanta infelicidad y desesperanza. Según el análisis del autor, los resultados electorales de

la centro-derecha en las elecciones municipales han reforzado el pesimismo asociado a estas creencias.

El Regreso del Modelo está, pues, pensado para combatir la matriz de opinión que se ha volcado contra las causas de lo que quedó bautizado hace ya unos cuantos años como “el milagro chileno”. También lo está para prevenir malas decisiones que, tomadas en un ambiente como el actual, puedan lamentarse en el futuro.

El regreso del modelo I Luis Larraín

“Sin embargo, los tiempos recientes han sido de un clima político enrarecido – quizás no inesperado – en el cual el consenso ha sido golpeado y pareciera manifestarse una

generalizada y profunda insatisfacción con el estilo de vida y la realidad de los chilenos, actualmente mucho más

próspera y prometedora”.

“…escribe su libro al calor del que ha sido, sin duda, el momento más delicado para el consenso nacional en torno al modelo, no sólo en su dimensión económica, acaso la más cuestionada por la crítica opositora, sino también en la política, atacada sin piedad por quienes proponen una Asamblea Constituyente que inaugure una era de cambios radicales y revolucionarios en la democracia chilena”.

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El Regreso del Modelo

El libro reseñado en esta ocasión tiene dos partes. La primera, que consta de cinco capítulos, describe los elementos de juicio y argumentos que sostienen la tesis de que el modelo de desarrollo ha sido derrotado por su agotamiento y fracaso. Esto incluye, en el primer capítulo, titulado El Malestar de Chile, un análisis de la sensación de malestar, de lo que parece un estado de ánimo generalizado entre los chilenos, con algunas explicaciones acerca de los hechos que lo sustentan. El autor se detiene en lo que ha sido uno

de los temas centrales del discurso político en Chile: la desigualdad. Respecto de ella se dedica a mostrar su tendencia a la baja, respaldada por estudios como, por ejemplo, el del académico del Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Claudio Sapelli. Su trabajo Chile: ¿Más equitativo? (2011), de sólido respaldo en términos de cifras, ha sido numerosas veces referido para demostrar que la pobreza, la desigualdad y la movilidad social han tenido un importante retroceso en la historia reciente, apoyando la tesis de que el modelo económico ha conseguido más prosperidad y bienestar para el país.

Asimismo, en los capítulos segundo y tercero, titulados respectivamente El Cambio de Chile, Movimientos Sociales y Medio de Comunicación y Gobernar con Principios, Luis Larraín repasa los movimientos que tuvieron lugar en 2011, especialmente el de los estudiantes, acaso el de mayores repercusiones. Luego de esto, revisa el tratamiento que los medios de comunicación les han dado y la forma cómo el gobierno ha reaccionado.

El cuarto capítulo, Quieren Dinero… y algo Más, se refiere a una tesis muy similar a la ya presentada por Eugenio Guzmán y Marcel Oppliger en el libro El Malestar de Chile (2012), que sobre los chilenos sostiene: “no es que no quieran más modelo, quieren más del modelo” (p. 60). Ilustrando la situación con el nuevo y emblemático mall santiaguino Costanera Center, una especie de majestuoso templo al consumo nacional, Larraín explica que las conductas, hábitos y estilo de vida de los ciudadanos entran en conflicto con la idea de que el país quiere divorciarse del modelo o extirparlo como si se tratara de un tumor maligno. Y es que los chilenos quieren veranear en el Caribe, estar presentes en los conciertos de los grandes artistas mundiales (cuyas presentaciones en vivo forman parte de la rutina anual) y equiparse con los más modernos adelantos de la tecnología (Larraín, 2012; pp. 60 – 61). De acuerdo a Larraín, el deseo de disfrutar de estos beneficios no sugiere en lo absoluto que la sociedad busque terminar con la fuente que los provee, sino, por el contrario, esperan que ésta surta más de sí misma.

El quinto y último capítulo de esta parte, El Poder Cuestionado, es una tentativa explicativa propia acerca de lo que Chile está experimentando y, concretamente, respecto de lo que ha estado aconteciendo durante los últimos dos años y medio.


“Pero hay que saber que el discurso de protesta no carece de apoyo, que es - como Larraín advierte - la expansión de

un mito según el cual el Chile de los años sesenta y setenta ofrecía mejor vida, más protección, mejor educación e, incluso, un pasar más sano y menos agitado que el

impuesto por el libre mercado y el sistema político actual”.

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En suma, El Regreso del Modelo viene a formar parte de la producción intelectual de la centro-derecha en respuesta a las críticas que han estado golpeando las arquitecturas económica y política de Chile, aparentemente mucho más vanagloriadas en el exterior que dentro del país. Larraín destaca, de hecho, cómo el modelo se ha quedado “huérfano de defensores” y cómo muchos de los que se suponía debían serlo se han sumado de forma irreflexiva a las críticas (Larraín, 2012; p. 25). La observación sobre la forma en que la Concertación ha renegado, “con asombrosa facilidad de todo lo que habían hecho en los últimos 20 años” (Larraín, 2012; p. 28), es decir, de su propia obra, advierte - implícita pero claramente - sobre la fuerza de la tentación populista y demagógica. Este distanciamiento del propio trabajo podría ser aprovechado como una debilidad

por la izquierda radical y abrir espacios a la acción revolucionaria, capaz de girar el timón hacia destinos similares a los de naciones de América Latina que hoy se encuentran atrapadas en el subdesarrollo y despojadas de libertades.

Asimismo, Larraín alerta sobre la actitud del propio Ejecutivo, que ha intentado, como estrategia política, poner la mayor cantidad posible de metros entre él y el empresariado, buscando así mejorar su imagen. Un error ha sido esto, según el autor, porque sólo ha servido como ventaja por los críticos.

El Regreso del Modelo de Luis Larraín es, pues, entre otras cosas, un llamado a reflexionar sobre la firmeza que se requiere en la defensa de las ideas y sobre los peligros de la claudicación.

ReferenciaLarraín, Luis, El Regreso del Modelo, Ediciones LyD, Libertad y Desarrollo, Santiago de Chile, diciembre de 2012.

Rafael Rincón - Urdaneta ZerpaProfesor de la Universidad Adolfo Ibañez (Chile)

Investigador Fundación para el Progreso


La segunda parte, contentiva de dos capítulos – el sexto, Nuestro Proyecto, y el séptimo, El Fin del Modelo ¿Cuál Modelo? -, explica los elementos programáticos y los ejes del planteamiento de la centro-derecha en la coyuntura, proponiendo de qué forma aceptar el desafío de atender a las aspiraciones de los chilenos siguiendo las ideas de libertad. Igualmente, se concluye, en el séptimo capítulo, con un llamado a participar para quienes comparten los principios y valores de la centro-derecha, es decir, los de la sociedad libre.

“Asimismo, Larraín alerta sobre la actitud del propio Ejecutivo, que ha intentado, como estrategia política,

poner la mayor cantidad posible de metros entre él y el empresariado, buscando así mejorar su imagen. Un error

ha sido esto, según el autor, porque sólo haservido como ventaja por los críticos”.

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En defensa de la libertad I 5 libros sobre el debate intelectual de la derechaCon la fuerza de la libertad.La batalla por las ideas de centro-derecha en el Chile de hoy Jovino Novoa

La obra de Jovino Novoa se incorpora a la discusión presente dentro de la centroderecha, en torno al rescate de los ideales y fundamentos que motivan su accionar.

Su análisis comienza desde el planteamiento que la paradoja en Chile, siendo un bastión de prosperidad y progreso, más bien es “la última moda intelectual consiste en pregonar el agotamiento de “nuestro modelo” (p. 13).

¿Por qué un Gobierno éxitoso del sector, con notables avances económicos, reconstrucción post terremoto, con control sobre las cifras de delincuencia y eficiencia, no logra consolidar un apoyo en las encuestas y no encanta a los votantes?

La respuesta es una actitud errática que solo tiene una causa “la ausencia de un ideario definido” (p. 23) donde se asume la peligrosa estrategia de “gobernar con ideas de otros… contribuyendo a la confusión y desorden” (p. 29) en el debate.

El autor divide la obra en seis capítulos. En el primero cuestiona el supuesto descontento profundo que pregonan a los cuatro vientos los intelectuales y representantes políticos de izquierda (p. 37). Es lo que denomina “la tesis del malestar” que es la exitosa forma en que la izquierda ha aprovechado de instalar su versión pesimista, preparando el terreno para sembrar sus ideas y plantear la crisis del modelo neoliberal, representatividad y social.

En el segundo capítulo continúa su análisis con la descripción de “El modus operandi de la izquierda” (p. 65), en donde el autor reconoce que ésta “le ha dado más importancia al sector intelectual que la derecha tradicionalmente ligada al sector productivo”. Desde este planteamiento escoge tres consignas, que a juicio del autor, contribuyeron a entrampar el debate y bloquear la búsqueda de soluciones; éstas son la demonización del empresariado, la satanización del lucro y la justificación de la violencia. Es en este ámbito donde la izquierda ha ganado en la semántica y aunque se entra en contradicción con un modelo exitoso que administraron por veinte años… no queda otra alternativa que combatir con ideas la violencia, para desarticularla a través del diálogo y contrarrestarla en las urnas.

En el tercer capítulo, el autor nos presenta los “conceptos infiltrados de izquierda que están carcomiendo por dentro a la centro-derecha: la desigualdad y el Estado benefactor” (p. 83). De esta forma se plantea que en este discurso político que entra en contradicción, se ha pasado de “acabar con la pobreza a combatir la desigualdad”

“Su análisis comienza desde el planteamiento que la paradoja en Chile, siendo un bastión de prosperidad y progreso, más bien es “la última moda intelectual consiste en pregonar el agotamiento de “nuestro modelo”.

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(p 83) y que “la solución (es) más Estado, más Estado y más Estado” (p. 90), a pesar de lo exitoso del Gobierno en materias de pobreza y sensatez en el manejo de las finanzas públicas. El autor rompe con estos conceptos y nuevamente hace un llamado, aludiendo que “el problema es más profundo que el de la inviabilidad financiera de un Estado sobredimensionado… en el Estado benefactor hay un problema de fondo, que destruye la raíz del progreso de las naciones”. El autor va más allá de sus propias ideas y toma citas de Mauricio Rojas, quien mencionase en alguna de sus obras que “el Estado de Bienestar se basa en una idea peligrosa: que otro (el Estado), y no

nosotros mismos, es responsable por nuestro bienestar. Se trata de una invitación a delegar lo que nos hace adultos y libres: nuestra capacidad y deber de construir nuestras vidas” (p. 96).

El autor continua con el capítulo titulado “Goles y autogoles en la defensa de nuestras ideas”, donde expone cuales son las causas del aparente retroceso de las ideas de centro-derecha, a lo cual sostiene que “en la práctica, los principios del sector –libertad, responsabilidad individual, respeto al orden, a la propiedad y a la empresa privada, rol subsidiario del Estado- continúa aplicándose con éxito en nuestro país” (p. 102).

Inicia otro encabezado argumentando la “Amnesia de la concertación: veinte años de gobierno y ¿ningún legado?”, por lo cual afirma que hay una descomposición inexorable que afecta a esa coalición, más bien “este bloque se encuentra desarticulado y sumido en un ejercicio autodestructivo: son sus propios líderes quienes desconocen su legado e intentan esquivar su responsabilidad de haber consolidado el modelo económico actual…” (p. 104).

Otro punto de su análisis es la actitud de la actual administración de “gobernar con ideas del otro” (p. 109). Sostiene que la corriente estatista se explica por el débil papel desempeñado por la Alianza, sus peleas internas, la falta de una identidad política definida y la poca valentía de defender sus ideas propias, lo cual favoreció a las fuerzas agitadoras y promovió el cuestionamiento a la institucionalidad vigente. El autor manifiesta su opinión personal señalando lo siguiente; “creo que el gobierno de Sebastián Piñera agravó la debilidad y la pérdida de identidad en la centro-derecha. En vez de aprovechar la presidencia como una plataforma para consolidar y perfeccionarlo...” (p. 109 - 110).

Se suma el discurso de buscar establecer “la fantasía de la “nueva” derecha” donde se “confunde el pragmatismo político, que implica ceder algunos aspectos para negociar una solución posible, con el entreguismo: renunciar de entrada a todos los principios políticos propios” (p. 120), con respecto al punto anterior, el autor sostiene una “asepsia ideológica”. Una de las causas más importantes del avance de los planteamientos estatistas, es la indiferencia intelectual de la centro-derecha, por lo cual sostiene que “reconocer el déficit del sector en el plano de las ideas es un ejercicio beneficioso. Se trata de una tarea pendiente y un desafío crucial para los partidos y centros de pensamientos” (p. 125).

“…una actitud errática que solo tiene una causa “la ausencia de un ideario definido” donde se asume la

peligrosa estrategia de “gobernar con ideas de otros… contribuyendo a la confusión y desorden”.

Con la fuerza de la libertad I Jovino Novoa

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el éxito del modelo, siendo fundamental la fortaleza institucional, la independencia de los poderes del Estado y las claras reglas del juego, para garantizar el cumplimiento del Estado de Derecho, donde es clave la Constitución de 1980 que introdujo cambios importantes en la legislación del país. El autor afirma que “la Carta Fundamental fue reformada en el plebiscito en 1989 y nuevamente en 2005 bajo el gobierno de Ricardo Lagos, lo que significa una aceptación de su legitimidad y una conformidad con un determinado proyecto de país” (p. 147). De esta manera continua con el peligro que representan

las propuestas de democracia directa y Asamblea constituyente, las cuales son “un camino ya recorrido por el populismo latinoamericano, y cuyo desenlace no quisiera para nuestro país” (p. 150).

Su análisis continua con el peligro de perder la imagen del país en el exterior, es por eso que la “competitividad y credibilidad internacional” también está en riesgo, porque Chile partió con una ventaja frente a los países vecinos en realizar reformas liberalizadoras y de apertura económica, sin embargo hay economías regionales que con éxito siguen el mismo camino, como son el caso de Perú y Colombia. Afirma que “en Chile, el déficit energético, la rigidez del mercado laboral, la falta de modernización efectiva del Estado y el aumento de las regulaciones han provocado un retroceso en cuanto


“…las medidas económicas liberalizadoras y la implantación de cambios en la institucionalidad política, dejaron atrás un modelo de desarrollo estatista ymediocre …”.

El autor presenta que la “debilidad en la defensa del sustento ético del modelo económico” ha permitido un avance de las ideas de izquierda “en su renuencia a mezclar la ética con la economía, como si se tratara de sistemas separados y excluyentes” (p. 129). La aceptación del modelo por parte de la sociedad requiere que ésta misma comparta determinados valores sobre los cuales se funda, como son la “responsabilidad individual, cultura de esfuerzo, progreso basado en la acción de las personas y no en el Estado” (p. 130). Porque éstas permiten proteger la “libertad individual, promueven la responsabilidad y, gracias al bienestar que genera, permite respetar la dignidad de las personas, mejorando sustancialmente sus oportunidades de desarrollo y progreso” (p. 134).

Al mismo tiempo, el autor plantea ideas sobre los “ataques a la democracia representativa”, la debilidad que de los defensores de la sociedad libre al creer que la democracia liberal es indestructible, poniendo ejemplos cercanos de gobiernos populistas claramente alejados de los valores mínimos de una democracia. La Concertación está tomando un protagonismo en las demandas por plebiscitos, asambleas constituyentes y nueva Constitución, un peligroso juego que se puede traducir en un grave deterioro de la legitimidad de las instituciones democráticas (p. 135).

El quinto capítulo nos presenta “lo que está en juego”, comenzando por el “crecimiento, movilidad social y cultura del esfuerzo”, las cuales se constituyeron en tres pilares fundamentales a mediados de la década de los ochenta; “estabilidad macroeconómica, apertura comercial y rol subsidiario del Estado” (p. 140), donde las medidas económicas liberalizadoras y la implantación de cambios en la institucionalidad política, dejaron atrás un modelo de desarrollo estatista y mediocre, es como “cuestionar las bases que sustentan el modelo, sin duda pondría en jaque la meta de llegar a la división de países desarrollados” (p. 146). En este sentido, la estabilidad institucional ha sido clave para

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a productividad” (p. 152), siendo el escenario político futuro de preocupación ante un eventual Gobierno de la Concertación, con un proyecto izquierdizado por su alianza con el Partido Comunista y la radicalización del bloque y ante la eventualidad de la continuidad de la centro-derecha en el Gobierno, el desafío es “ser fuertes para poder hacer cambios profundos, enfrentando un clima político polarizado y la tendencia de nuestro sector a comprarse la tesis de la izquierda” (p. 155).

El no retomar la senda de los acuerdos y el camino de la negociación, que ha sido dejado de lado por los intereses políticos de corto plazo, puede colocar en peligro uno de los “bienes políticos más preciado: la estabilidad y paz social” (p. 159), esto dado la obstrucción, la radicalización y la negativa al diálogo instalado en varias esferas de la sociedad y la política. De esta manera, en la batalla de las ideas está primando una visión carente de valores, aquejada por un relativismo moral y un pluralismo mal entendido, que atentan contra “una sociedad de valores, deberes y derechos”, que tiene como contrapartida la visión ultraconservadora de restringir la libertad de las personas, restringiéndolas solo a lo que está permitido de acuerdo

a una particular visión moral o religiosa, a juicio del autor esto “son dos extremos que hay que evitar” (p. 164).

En el último capítulo titulado “El contraataque de la libertad” se plantea defender los valores y principios que han hecho de Chile un país con un modelo exitoso, destacando que “ni la democracia ni la economía social de mercado se defienden solas” (p. 168). De esta manera, pone énfasis en que “el fin de la ideologías no ocurrió y no ocurrirá jamás. Mientras el hombre exista habrá ideas, aspiraciones, cuestionamientos y debate” (p. 171). Estas ideas son fundamentales, dado que van moviendo al mundo ante cualquier pretensión de inmovilismo. Es de esta manera que la “vuelta a lo esencial” es un desafío fundamental para proteger de la izquierda los avances logrados por nuestro país en el ámbito político, económico y social. Para lograrlo “debemos superar la tibieza en la defensa de nuestros principios y ser más enérgicos en destacar el sustento valórico en que este se funda” (p. 173). Esta se debe realizar seduciendo a las personas apelando a la “emoción y la épica”, encontrando arraigo en el corazón de los chilenos y difundiendo “la libertad, la movilidad social y la meritocracia, junto con un aprecio al orden y la seguridad…” (p. 180). Estos son los ingredientes que conforman el núcleo del proyecto de centro-derecha al país y son la base del reencantamiento de las personas, pero no es lo único necesario, porque además de principios, valores y fundamentos, es necesaria la búsqueda de soluciones y la creación de fórmulas de convivencia pacífica y éstas se logran a través de “más libertad, más mercado, más democracia” (p. 183). Lo anterior se logra a través de ejes, siendo el principal la libertad, con su ejercicio adecuado y cumplimiento de las responsabilidades. Un Estado subsidiario para fortalecer la libertad


“…la corriente estatista se explica por el débil papel desempeñado por la Alianza, sus peleas internas, la falta

de una identidad política definida y la poca valentía de defender sus ideas propias, lo cual favoreció a las fuerzas

agitadoras y promovió el cuestionamientoa la institucionalidad vigente”.

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de las personas y su capacidad de elegir y como eje estructural, la democracia representativa que es el mejor sistema político conocido.

Concluye su reflexión convocando a una centro-derecha “orgullosa de sus propias creencias y de sus logros, sin el complejo de estar buscando la aprobación de la izquierda… confiada en que es posible el triunfo electoral, tal como ha quedado demostrado en innumerables ocasiones…” (p. 192), es un llamado a recuperar las convicciones y llenar los vacíos del ideario, para así plantearlo, explicarlo y defenderlo en todas las facetas de la sociedad.

ReferenciaNovoa, Jovino, Con la Fuerza de la Libertad. La batalla por las ideas de centro-derecha en el Chile de hoy. Editorial Planeta y La Tercera, Santiago, 2013.

Francisco Sánchez UrraInvestigador


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