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  • EURPIDES

    HELENA

  • 2

    Eurpides H e l e n a

    EURPIDES

    TRAGEDIAS

    III

    HELENA FENICIAS ORESTES IFIGENIA EN ULIDE BACANTES

    RESO

    Asesor para la seccin griega: CARLOS GARCA GUAL.

    Segn las normas de la B. C. G., la traduccin de este volumen ha sido revisada por ALFONSO MARTNEZ DEZ.

    EDITORIAL GREDOS, S. A.

    Snchez Pacheco, 85, Madrid, 1998.

    Carlos Garca Gual ha traducido Fenicias, Orestes, Ifigenia en ulide y Bacantes, y Luis Alberto de Cuenca y Prado, Helena y Reso.

    PRIMERA EDICIN, 1979. 2. REIMPRESIN. Depsito Legal: M. 17312-1998. ISBN 84-249-3504-7. Obra completa. ISBN 84-249-3526-8. Tomo III.

    Impreso en Espaa. Printed in Spain. Grficas Cndor, S. A.

    Esteban Terradas, 12. Polgono Industrial. Legans (Madrid), 1998.

    http://www.perseus.tufts.edu/hopper/collection?collection=Perseus%3Acorpus%3Aperseus%2CGreek%20Tragedy

    http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text;jsessionid=8B4D760C7EB0B097D3087C0D1249C19D?doc=Perseus%3atext%3a1999.01.0099

    http://webpages.ull.es/users/amarfer/trag/tragedias.html http://hodoi.fltr.ucl.ac.be/concordances/intro.htm#Euripide

    http://web.usal.es/~hvl/Mitos/index.htm

  • 3

    Eurpides H e l e n a

    HELENA

    INTRODUCCIN

    Por una serie de coincidencias derivables de los escolios a Aristfanes, Tesmoforiazusas, versos 1012 y 1060-1061, sabemos que la Helena se represent por vez primera en 412 a. C. La versin de Eurpides sigue fielmente las de Estescoro (Palinodias, fragmentos 62-63 de los Lyrica Graeca Selecta de Page) y Herdoto (II 112-120).

    Hermes ha trasladado a la esposa de Menelao a Egipto, junto al anciano rey Proteo, una racionalizacin del dios marino, tan prdigo en metamorfosis. Entre tanto, los hroes, al pie de Ilin, combaten por una imagen hecha de nube, por una falsa Helena. En Herdoto, esta fantstica visin del mito tradicional explicaba racionalmente la contienda troyana; segn esa explicacin, Pramo no hubiera dudado en devolver Helena y tesoros para evitar la mortandad, y no hubiese jams prevalecido el capricho de Paris sobre el buen sentido de Hctor; pero los dnaos, cegados por un dios, se negaron a aceptar las evasivas lgicas, pues Helena no estaba en Troya del rey teucro, y la sangre corri por las llanuras anatolias hasta inundar los ros de cadveres. En Eurpides, un espritu inquieto, siempre en renovacin, la subversin de la leyenda ya no explicaba nada, justificndose a s misma en tanto que intriga novelesca o nuevo sesgo de una fantasa.

    Pues bien, en Egipto ha muerto Proteo, y Helena es requerida de amor por Teoclmeno, hijo de aqul, por ms que ella le rechaza una y otra vez, fiel al recuerdo rubio de Menelao (ella, la femme-objet por excelencia de la epopeya!). Hay que decir que el enamoramiento de Teoclmeno es crea-cin de Eurpides, dando vida en el hijo de Proteo a una especie de necio ogro folklrico de cuya crueldad y torpe lascivia deben los amantes huir.

    La llegada de Teucro, hermano de Ayante Telamonio (en quien los comentaristas quieren ver un trasunto del rey Evgoras de Chipre, amigo fiel de Atenas en los difciles momentos en que fue escrita Helena), de paso por Egipto en direccin a Chipre, teje una red de funestos presagios en torno a los regresos de los hroes victoriosos en Troya. Con todo, nada puede impedir, acto seguido, el efectista e imprevisto arribo de Menelao a las riberas del Nilo, vctima de las tempestades y, a la vez, contraste feliz con su supuesta muerte en los abismos del ocano. Menelao y Helena se en-cuentran junto a la tumba de Proteo y, despus de los aos y del fraude divino, se reconocen.

    Karin Alt ha estudiado, en un hermoso artculo1, esa anagnrisis, momento cumbre en la accin del drama. Al disponer as el reconocimiento de la pareja, Eurpides anuncia lo que va a ser la escena suprema de la novela griega, que nacera tres siglos ms tarde, y preludia tambin la co-media nueva de Menandro.

    El Nufrago y la Bella (otros dos personajes del folklore), protegidos por la potestad mntica de Tenoe, hermana de Teoclmeno, consiguen, merced a una serie de ardides y estratagemas, escapar de las inhumanas leyes de Egipto, y regresar, henchidos de vientos favorables y de felicidad, a tierra lacedemonia. Cstor y Plux, los Dioscuros, hermanos de Helena, sancionan ex machina el happy end de la accin dramtica.

    sta es, en suma y sin detalles, la trama argumenta) de Helena, una tragedia sui generis que ms parece una comedia fantstica o de enredo, pero con un elemento mtico muy desarrollado, lo que aproxima su contenido al de la novela helenstica (Cantn, Jenofonte de feso, Jmblico, Aquiles Tacio) y bizantina (Calmaco y Crisrroe), y, por citar un ejemplo deducido del teatro clsico espaol, se nos antoja parangonable con el tipo de comedia que representa La Gloria de Niquea, de nuestro Villamediana, a caballo entre lo mgico, lo fantstico, lo alegrico y lo hermtico.

    1 Zur Anagnorisis in der Helena, Hermes 90 (1962), 6-24.

  • 4

    Eurpides H e l e n a Gilbert Murray2 considera la Helena euripidea como una rather brilliant failure, y, ms

    adelante, refirindose a la protagonista de la pieza, afirma: En el intento de rehabilitar a Helena, sta queda reducida al tipo ms inspido de las criaturas imaginarias: una herona de perfecta belleza y de intachable conducta, sin el menor carcter fuera del amor a su marido...

    W. Schmid3 insiste, por su parte, con justicia en el virtuosismo de los efectos escnicos del drama. Se dira que Eurpides, al componerlo, estaba pensando slo en el teatro. Albin Lesky4 justifica la falta de profundidad que preside la obra acudiendo al proceso de secularizacin que afectaba a la tragedia en poca de Eurpides: el hombre es aqu juguete del azar, y lo es sin ningn gnero de implicaciones filosficas o religiosas. El deus ex machina final no es ms que un truco, un artificio que desempea el papel de Azar, pero que es incapaz de someterlo a unas normas o a unos esquemas. Tenoe, la vidente, tal vez sea el personaje menos frvolo, pero tiene tambin ciertos perfiles que la ayudan a no desentonar dentro del marco de prestidigitacin es-cnica impuesto por el poeta. Es, pues, la misma dimensin de pensamiento5 que albergar ms tarde a los novelistas, desde el autor ignoto de Nino y Semramis hasta Marie de France, el Roman de Troie, nuestra novela de caballeras del siglo XVI, Cervantes, Fielding, Sterne, Stendhal o Tolkien. El mundo de lo divino retrocede as ante el mundo de lo puramente humano, regido por Fortuna, la misma diosa prepotente del universo renacentista.

    C. M. Bowra6, por ejemplo, se siente cautivado por la vivacidad, el encanto y la inteligencia de la Helena euripidea, una de las heronas ms atrayentes diseadas por el dramaturgo, smbolo de lo que pueden el buen sentido y la dulzura all donde la fuerza ya ha fracasado.

    A mi parecer, Helena es una deliciosa aventura literaria tanto para el que escribe como para quien escucha o lee, una exquisita ceremonia ldica tan lejos de la antigua problemtica religiosa como de la nueva y atormentada distorsin humanista y existencial, un parntesis de irrealidad y fantasa que slo podra conducirnos a las Etipicas de Heliodoro o a la annima Queste del Sainct Graal (y, por qu no, al Persiles y Sigismunda o al Manuscrit trouv Saragosse de Potocki). La psicologa de los personajes no es, por supuesto, estudiada por el dramaturgo de una forma exhaustiva. Prevalecen ingenio y agudeza sobre profundidad y reflexin. Pero el sabor extico que imprime el poeta en su narracin, los numerosos elementos romnticos con que se enriquece la obra, el agudo sentido del humor, la habilsima doble intencin en las palabas de la herona cuando habla con Teoclmeno, todo ello hace de Helena el comienzo y no la decadencia de algo. De ese modo, al concluir el drama con una breve y sentenciosa estrofa anapstica recitada por el Coro (sistema que ya haba utilizado en Alcestis, su primera tragedia, y del que se sirvi con frecuencia), un nuevo drama nuestro teatro occidental da comienzo, o, como dice Antonio Tovar7, cuando Eurpides, al redactar en su vejez Helena, corta el cordn umbilical que an ligaba a Esquilo, Sfocles y Aristfanes a la tierra sagrada del tica, abre las posibilidades del teatro en todas nuestras literaturas.

    2 Euripides and his Age, Londres, 1913, pgs. 144-145.

    3 Geschichte der griechischen Literatur, III, Mnich, 1940, pg. 516, nota 1.

    4 La tragedia griega, Barcelona, 1966, pgs. 204-206.

    5 Cf. A. M. DALE, Euripides: Helen, Oxford, 1967, pgs. xv-xvi. No es ocioso que Dale hable de piezas

    shakespearianas como la encantadora Twe f h Night al referirse a Helena. Tambin ha sido comparada con A Midsummer-Night's Dream y, sobre todo, con dos obras maestras de la ltima poca: Measure for Measure y The Winter 's Tale. 6 Historia de la literatura griega, Mxico, 1967', pgs. 93-94.

    7 Aspectos de la Helena de Eurpides, Estudios sobre la tragedia griega, Madrid, 1966, pg. 137.

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    Eurpides H e l e n a

    Esquema de la obra

    PRLOGO (1-163). Expuesto por Helena y, a partir del verso 68, por Teucro y Helena. PRODO (164-385). Propiamente, un largo komms entre Helena y el Coro. EPISODIO 1. (386-514). En realidad, un segundo Prlogo, esta vez a cargo de Menelao y de

    una anciana portera (versos 437-482) del palacio de Teoclmeno EPIPRODO (515-527). A cargo del Coro. EPISODIO 2. (528-1106). Largusimo Episodio centrado en dos cuestiones fundamentales: el

    encuentro y posterior anagnrisis entre Menelao y Helena, en el que se incluye un do de reconocimiento cantado por ambos (versos 625-697), y la elaboracin de un plan arriesgado, pero con la aquiescencia de Tenoe (que aparece en el verso 865 y desaparece en el 1029), para regresar a la patria.

    ESTSIMO 1. (1107-1164). Tardo primer Estsimo en el que el Coro se lamenta de las desgracias de los protagonistas y de la inutilidad de la guerra de Troya.

    EPISODIO 3. (1165-1300). La estratagema da resultado: Helena engaa a Teoclimeno en presencia de Menelao, que finge ser un marinero superviviente del naufragio en el que l mismo habra perdido la vida. Para cumplir con los ritos funerarios de la Hlade, hace falta una nave que transportar las ofrendas...

    ESTSIMO 2. (1301-1368). Estsimo de la Gran Diosa, que aqu es Demter, y no Cbele-Rea. Se narra el mito del rapto de Persfone.

    EPISODIO 4. (1369-1450). ltimos preparativos de la navegacin ritual. Teoclmeno ofrece a Menelao el mando de la nave, a instancias de Helena. El engao ha surtido definitivo efecto.

    ESTSIMO 3. (1451-1511). Estsimo de los buenos augurios para el viaje de los esposos, y preludio del happy end en la invocacin a los Dioscuros de la Antstrofa II.

    XODO (1512-1692). Un mensajero informa a Teoclmeno de la huida de Helena y Menelao. El rey de Egipto se enfurece y quiere dar muerte a Tenoe, su hermana, pero un servidor de sta se interpone. Los Dioscuros, ex machina, ponen fin a la ira de Teoclmeno justificando la actuacin de la vidente, y anuncian que Menelao y Helena sern divinizados.

    NOTA BIBLIOGRFICA

    Cito tan slo las ediciones que he tenido a la vista, sean del texto original griego, bilinges o simples traducciones.

    G. MURRAY, Euripidis Fabulae, III, Oxford, 19132. L. DE LISLE, Eurpides: Obras completas (versin espaola de G. Gmez de la Mata), IV,

    Valencia, s. d. H. GRGOIRE, Euripide: Hlne, Pars, 1961. K. ALT, Euripidis Helena, Leipzig, 1964. A. M. DALE, Euripides: Helen. Edited with Introduction and Commentary, Oxford, 1967. R. KANNICHT, Euripides: Helena, I (Einleitung und Text) y II (Kommentar), Heidelberg,

    1969.

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    Eurpides H e l e n a

    NOTA SOBRE LAS FUENTES

    Figuran a continuacin los pasajes en que no he credo oportuno seguir la edicin de G. Murray.

    Edicin Murray Lectura adoptada en esta versin

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    Eurpides H e l e n a

    ARGUMENTO

    Con relacin a Helena, Herdoto1 dice que march a Egipto, y que Homero2 confirma este hecho, haciendo que ella, en la Odisea, ofrezca a Telmaco la droga que hace olvidar las penas, la misma que le haba dado Polidamna, esposa de Ton. No es esto precisamente lo que Eurpides dice. En efecto, Homero y Herdoto3 cuentan que ella, errabunda con Menelao tras el saco de Ilin, lleg a Egipto, y que all consigui las antedichas drogas, mientras que Eurpides afirma que la autntica Helena no fue jams a Troya, sino un fantasma suyo, pues Hermes, despus de haberla raptado por voluntad de Hera, la entreg a la custodia de Proteo, rey de Egipto. Muerto ste, su hijo Teoclmeno haba intentado obligarla a casarse con l, pero ella fue entonces a sentarse como suplicante junto a la tumba de Proteo. All se le presenta Menelao, que haba perdido en el mar sus naves, pero conservaba a unos pocos de sus compaeros ocultos en una caverna. Trabando conversacin, ambos maquinan un ardid para engaar a Teoclmeno y, subiendo a bordo de una nave con la excusa de ofrecer un sacrificio en honor de Menelao, muerto en el mar, llegan sanos y salvos a su patria.

    PERSONAJES

    PRLOGO (1-163) , HELENA. He aqu las bellas ondas virginales del

    Nilo, que, en lugar de la divina lluvia, riega los campos y el pas de Egipto cuando la blanca nieve se disuelve. 5 Proteo, cuando viva, era el rey de esta tierra, habitaba en la isla de Faros y era soberano de Egipto. Haba desposado a una de las doncellas

    . , , , 5 ,

    1 II 113-119.

    2 Odisea IV 221-230.

    3 Herdoto no dice que Helena llegara a Egipto tras asistir con Menelao al saco de Ilin, sino que afirma, por el

    contrario, que la herona nunca estuvo en Troya.

    HELENA.

    TEUCRO.

    CORO.

    MENELAO.

    Una ANCIANA.

    Un MENSAJERO.

    TENOE.

    TEOCLMENO.

    Otro MENSAJERO.

    SERVIDOR de Tenoe.

    Los DIOSCUROS.

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    Eurpides H e l e n a

    , . marinas, a Psmate, despus de dejar sta el lecho de aco. Y engendr dos hijos en su palacio, un varn, Teoclmeno, 10 [llamado as porque honr a los dioses todos los das de su vida], y una noble doncella, Ido, delicia de su madre mientras fue nia, y a la que, una vez llegada a la edad oportuna para el matrimonio, la llamaron Tenoe, porque saba las cosas divinas, lo que es y lo que ser, 15 prestigios heredados de su abuelo Nereo. En cuanto a m, mi patria, Esparta, no carece de gloria, y mi padre es Tindreo; pero es fama que Zeus, bajo la apariencia de un cisne, lleg volando hasta mi madre Leda y entr furtivamente en su lecho, 20 fingiendo huir de la persecucin de un guila, si es que la historia es fidedigna. Me llamaron Helena. Los males que he sufrido, voy a decirlos. En relacin con su belleza respectiva, fueron a ver a Alejandro en lo ms intrincado del Ida tres diosas, 25 Hera, Cipris y la virgen hija de Zeus, con el deseo de que l dictaminara en juicio acerca de su hermosura. Prometiendo a Alejandro que desposara mi belleza si bello es lo que tantas desdichas me ha causado, Cipris triunf, y el ideo Paris, abandonando sus establos, 30 lleg a Esparta, seguro de poseer mi lecho. Pero Hera, ofendida por no haber vencido a sus rivales, convirti en vano viento mi unin con Alejandro, y no fui yo lo que abrazaba 35 el hijo del rey Pramo, sino una imagen viva semejante a m que la esposa de Zeus haba fabricado con aire celeste. Y l crey que me posea, vana apariencia, sin poseerme. Otros designios aadi Zeus a estos males, pues llev la guerra al pas de los helenos y a los desventurados frigios, 40 para aliviar a la madre tierra de una gran multitud de hombres y para que cobrara fama el ms valiente hijo de la Hlade. No presida yo el esfuerzo de los frigios; no era yo, sino mi nombre, la nica recompensa para la lanza de los helenos. Hermes me haba conducido 45 envuelta en una nube a travs de las profundidades del ter no me haba olvidado Zeus hasta la casa de Proteo, elegido por ser el ms virtuoso de todos los mortales, a fin de que yo conservase para Menelao mi lecho inviolado. Y aqu estoy, 50 mientras que mi desdichado esposo, despus de reunir un ejrcito, persigue a mis raptores al pie de las murallas de Ilin. Muchas almas han perecido por mi culpa a orillas del Escamandro, y maldicen por ello de m, que tanto he sufrido, 55 y me acusan de haber promovido esta terrible guerra traicionando a mi esposo. Por qu estoy viva an? Al dios Hermes le he odo decir que todava habitar la ilustre tierra de Esparta

    , 10 , , : , : , . 15 , : , 20 , : . . , , 25 . , , , . . 30 , , , , : 35 , . : , 40 . , , . 45 , , . , 50 . : . 55

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    Eurpides H e l e n a

    ; en compaa de mi esposo, sabedor l de que nunca fui a Ilin ni compart el lecho con nadie. 60 Mientras Proteo vio esta luz del sol, mi matrimonio se mantuvo intacto; pero ahora que est oculto en la oscuridad de la tierra, su hijo Teoclmeno persigue mis bodas. Y yo, sindole fiel a mi primer esposo, he venido a postrarme suplicante ante la tumba de Proteo, 65 a fin de que conserve mi lecho para Menelao y para que, aunque mi nombre sea infame en la Hlade, al menos aqu mi cuerpo no se cubra de vergenza.

    , , , . 60 , : , . , , 65 , , . ; TEUCRO. Quin es el soberano de estos

    fortificados recintos? Casa es digna de compararse con la de Pluto. 70 Regios son los prticos y bien revestida la morada. Ah! Oh dioses, qu visin es sta? Estoy viendo la odiossima imagen sanguinaria de la mujer que me perdi a m y a todos los aqueos. 75 Que los dioses te rechacen, escupindote, por tu parecido con Helena! Si mi pie no pisara tierra extranjera, la muerte te dara con estas flechas infalibles; pagaras as tu semejanza con la hija de Zeus.

    , . 70 : , ; , . , , . ' 75 , .

    , HELENA. Por qu, oh desventurado,

    quienquiera que seas, te diriges a m y me odias por las calamidades de ella?

    ;

    : : 80 80 TEUCRO. Me he equivocado. Ced a la clera

    ms de so lo debido. Toda la Hlade odia a la hija de Zeus. Perdname lo dicho, mujer.

    . , . ; ; HELENA. Quin eres? De dnde has venido a

    esta tierra? , , . TEUCRO. Soy, mujer, uno de los desdichados

    aqueos. . 85 85 HELENA. No hay que admirarse, entonces, de

    que odies a Helena. Pero, quin eres? De dnde vienes? Quin es tu padre?

    ; ;

  • 10

    Eurpides H e l e n a

    , TEUCRO. Mi nombre es Teucro. Telamn es el

    padre que me engendr. Salamina la patria que me ha criado.

    , .

    ; HELENA. Qu te ha trado a estas tierras del

    Nilo? . 90 90 TEUCRO. Mis parientes me han expulsado de

    mi pas natal. : ; HELENA. Qu desgracia para ti! Y, quin te ha

    echado de la patria? . ; TEUCRO. Telamn, mi padre. Hay pariente ms

    ntimo?

    ; . HELENA. Por qu? Todo eso esconde grandes

    calamidades. . TEUCRO. Mi hermano Ayante me ha perdido, al

    morir en Troya. ; ; 95 95 HELENA. Cmo? No le quitaras la vida t

    con tu acero... . TEUCRO. l mismo se mat, precipitndose

    sobre su propia espada. ; ; HELENA. Loco estara. Qu cuerdo hubiera

    obrado as? ; TEUCRO. Conoces a un tal Aquiles, hijo de

    Peleo? : , .

    HELENA. S. He odo decir que en otro tiempo fue pretendiente de Helena.

  • 11

    Eurpides H e l e n a

    . 100 100 TEUCRO. Despus de muerto, suscit entre

    sus compaeros una disputa en torno a sus armas. ; HELENA. Por qu supuso eso una desgracia

    para Ayante? . TEUCRO. Al ver que otro obtena las armas, se

    quit la vida. ; HELENA. Y, sin duda, t sufres por sus

    padecimientos. . TEUCRO. S, porque no ca muerto al mismo

    tiempo que l. , , ; 105 105 HELENA. Significa eso, extranjero, que

    fuiste a la ilustre ciudad de Ilin? . TEUCRO. Despus de haber contribuido a

    destruirla, me he perdido a mi vez. ; HELENA. Ha sido Troya presa de las llamas? . TEUCRO. Hasta el punto de que no queda huella

    alguna de sus murallas.

    , . HELENA. Desgraciada Helena! Por tu culpa

    yacen muertos los frigios. : . 110 110 TEUCRO. Y los aqueos. Grandes males se

    han producido. ; HELENA. Desde cundo est destruida la

    ciudad? . TEUCRO. Cerca de siete aos de cosecha han

    pasado.

  • 12

    Eurpides H e l e n a

    ; HELENA. Y, cunto tiempo en total habis

    estado en Troya? , . TEUCRO. Muchas lunas, a lo largo de diez aos. ; 115 115 HELENA. Recuperasteis tambin a la mujer

    espartana? . TEUCRO. Menelao se la llev, arrastrndola por

    los cabellos. ; ; HELENA. Has visto t a la desdichada, o hablas

    de odas? , , . TEUCRO. Con mis ojos la he visto, no menos que

    a ti ahora. . HELENA. Piensa que pudo ser un fantasma

    creado por los dioses. , . 120 120 TEUCRO. Hblame de otra cosa, no de esa

    mujer. ; HELENA. As, pues, crees que tu visin fue

    verdadera? : . TEUCRO. La he visto con mis ojos, y el espritu

    ve4.

    ; HELENA. Y Menelao, ya est con su esposa en

    la patria?

    . TEUCRO. En Argos no est, ni a orillas del

    Eurotas.

    4 Podra ser una alusin al conocido verso de Epicarmo: El espritu ve y el espritu oye; lo dems permanece sordo y

    ciego, pero tal vez no sea ms que una simple coincidencia.

  • 13

    Eurpides H e l e n a

    : . 125 125 HELENA. Ay! Malas noticias son para

    aquellos a quienes concierne la desgracia. . TEUCRO. Dicen que l y su esposa han

    desaparecido. ; HELENA. No siguieron todos los argivos el

    mismo trayecto? , . TEUCRO. S, pero una tormenta los dispers en

    todas direcciones. ; HELENA. En qu punto del mar salado?

    . 130 130 TEUCRO. Cuando se encontraban en medio

    del mar Egeo. ; HELENA. Y, desde entonces, nadie ha visto a

    Menelao en ninguna parte?

    : . TEUCRO. Nadie. En la Hlade dicen que ha

    muerto. : ; HELENA. Estoy perdida! Existe an la hija de

    Testio? ; . TEUCRO. Te refieres a Leda? Ya le lleg su

    hora. ; 135 135 HELENA. No la habr matado la vergonzosa

    fama de Helena... , . TEUCRO. Eso dicen. Ella misma se ajust un

    lazo al noble cuello. ; HELENA. Y los hijos de Tindreo, viven o no?

  • 14

    Eurpides H e l e n a

    : . TEUCRO. Estn muertos y no lo estn. Hay dos

    versiones. ; . HELENA. Cul es la ms creble? Me consumo

    en desgracias! . 140 140 TEUCRO. Dicen que ambos son dioses

    convertidos en astros. : ; HELENA. Bien est eso. Y la otra versin? . TEUCRO. Cuenta que el hierro ha dado fin a sus

    das a causa de su hermana. Pero basta de palabras, que no quiero gemir por partida doble. He venido a estas regias moradas 145 porque necesito ver a la profetisa Tenoe. Srveme t de mediadora para obtener de ella los orculos que dirigirn, con viento favorable, las alas de mi nave hacia el pas martimo de Chipre, donde Apolo me predijo que fundara una ciudad a la que pondra el nombre insular 150 de Salamina, en recuerdo de mi patria de origen.

    : . , , 145 , , , . 150

    , , : HELENA. La propia navegacin te orientar,

    extranjero. Pero abandona esta tierra, huye antes de que te vea el hijo de Proteo, dueo de este pas. 155 Ahora est ausente, y caza con sus perros animales salvajes. No te detengas, pues mata a todo heleno extranjero que cae en sus manos. El porqu, no me lo preguntes; prefiero callar. De qu te servira sa-berlo?

    , : : . 155 , : ;

    , : TEUCRO. Has dicho bien, mujer. Los dioses te

    concedan sus favores a cambio de tus buenos oficios. 160 Tienes el cuerpo igual que Helena, pero tu corazn no es como el suyo, sino muy diferente. Perezca ella de manera vil y no regrese jams a las orillas del Eurotas! En cuanto a ti, mujer, que seas siempre muy feliz.

    . 160 , . : , . PRODO (164-385) , HELENA. Ay! Para empezar con la queja

    adecuada a mis grandes dolores, 165 de qu lamento me servir? Qu canto entonar con

    ; 165 ; .

  • 15

    Eurpides H e l e n a lgrimas, sollozos o gemidos? Ay, ay!

    , Estrofa 1.

    Jvenes aladas, doncellas hijas de la Tierra, Sirenas5, 170 ojal pudierais venir a acompaar mis lamentos con la flauta libia de loto, con la siringa o con la lira, respondiendo con lgrimas a mis deplorables desgracias, con sufrimientos a mis sufrimientos, con cantos a mis cantos.175 Que Persfone se una a mis sollozos envindome vuestra fnebre msica, y recibir de m a cambio, all en sus moradas nocturnas, el pen regado con lgrimas que dedico a muertos y difuntos.

    , 170 , : , , - 175 , . CORO.

    Antstrofa 1. Estaba yo junto al agua azul, 180 secando sobre la rizada hierba y sobre el tallo de los juncos los peplos de prpura al resplandor de oro del sol, cuando un lamento ha llenado el aire, 185 y he podido or un clamor, un canto de dolor no apto para la lira que mi duea exhalaba entre gemidos y sollozos, semejante a una Ninfa o a una Nyade que, mientras huye por los montes, deja or tristes melodas, y, junto a las grutas de piedra, 190 denuncia con sus gritos los amores de Pan.

    180 : , , , , 185 , , . 190 : Estrofa 2.

    Ay, ay! Botn de naves brbaras, vrgenes helnides, un navegante aqueo ha venido, 195 ha venido aqu a traerme llanto y ms llanto. Ilin no es ya ms que una ruina al cuidado del fuego destructor, y ello por culpa ma, que a tantos he matado por culpa de mi nombre, manantial de desastres.

    , , . 195 , .

    5 Genios marinos, mitad mujer, mitad ave. Aqu no se identifican ya con las bellas cantoras de la epopeya (Odisea XII

    1-200), sino con divinidades del ms all, que cantaban para los bienaventurados en las Islas Dichosas. Pasaron a representar las armonas celestiales, y como tales aparecen a menudo en los sarcfagos.

  • 16

    Eurpides H e l e n a

    200 200 Leda busc la muerte en un lazo axfixiante, a causa del dolor que mi deshonra le produjo. Mi esposo, extraviado largo tiempo en el mar, ha perecido; 205 y Cstor y su hermano, honor gemelo de la patria, han desaparecido, han desaparecido abandonando la tierra que temblaba bajo los cascos de sus caballos, y los gimnasios 210 a orillas del Eurotas, rico en juncos, escenario de esfuerzos juveniles.

    - . , 205 - - 210 , . : CORO.

    Antistrofa 2. Ay, ay! Cun lamentables son tu destino y tu suerte, mujer! Infortunada vida has llevado desde el da en que Zeus te engendr de tu madre, 215 brillando por el ter bajo el plumaje de un cisne blanco como la nieve. Pues, qu desgracia se ha alejado de ti? Qu no has sufrido a lo largo de tu existencia? Tu madre ha muerto; 220 los queridos hijos gemelos de Zeus tampoco son felices; t, mi seora, no puedes ver el suelo de la patria, y corre por las ciudades el rumor de que compartes el lecho de un brbaro; 225 tu esposo abandon la vida en las olas del mar: ya nunca ms vers feliz las moradas de tu padre ni a la Diosa que habita casa de bronce6.

    , . , 215 : ; ; , - 220 , , , , , , 225 - , . , HELENA.

    Epodo.

    Ay, ay! 230 Qu frigio o quin de tierra helnica cort el pino que iba a inundar de llanto Ilin?

    De ese pino construy el Primida su funesto bajel y, con tripulacin brbara, 235 naveg hasta mi hogar, en pos de mi belleza desdichadsima, a fin de poseer mi lecho.

    Viajaba con l Cipris, amiga siempre del engao y

    230 ; , 235 , , :

    6 Es la Atena Chalkoikos venerada en Esparta.

  • 17

    Eurpides H e l e n a

    , del crimen, y llevaba la muerte a los dnaos. 240 Desgraciada de m entre tantos males! Hera, la augusta diosa a la que Zeus abraza en su dorado trono, envi a Hermes, el veloz hijo de Maya, quien, 245 mientras en mi peplo recoga yo rosas frescas para ir a ofrecrselas ms tarde a la Diosa que habita casa de bronce, me arrebat a travs del ter y me condujo a esta desventurada tierra, convirtindome en causa de la contienda de la contienda, pobre de m! entre la Hlade y los Primidas. Desde entonces mi nombre arrastra, 250 a orillas del Simunte, una mala fama ficticia.

    . 240 : , 245 , . 250 . , : CORIFEO S que ests sufriendo, pero hay que

    soportar con resignacin las fatalidades de la vida. . , ; 255 255 HELENA. Amigas, a qu destino estoy

    uncida?Me ha parido mi madre para ser un prodigio ante los mortales? Pues ninguna mujer, helnide o brbara, ha alumbrado a sus hijos poniendo un huevo blanco, como dicen que Leda me pari a m de Zeus. Un prodigio es tambin toda mi vida, y 260 ello por culpa de Hera y a causa de mi belleza. Ojal esta belleza pudiera borrarse como se borra una pintura, y los rasgos de mi cara se volvieran horrendos en vez de hermosos! Ojal los helenos olvidaran la mala fama que ahora tengo, 265 y recordasen lo que no es malo como recuerdan ahora lo malo! Cuando uno est pendiente de un suceso feliz, y los dioses convierten su esperanza en desgracia, el caso, aunque no deja de ser duro, se puede soportar. Pero a m no me abruma una, sino muchas calamidades. 270 Para empezar, soy inocente, y se me considera una infame. Mucho peor es que te acusen de males que no has cometido, que la realidad misma del mal. Adems, fui expulsada de mi patria por los dioses y enviada a estas gentes brbaras, donde, privada de los seres queridos, 275 soy esclava yo, que procedo de hombres libres: pues todos los brbaros son esclavos, a excepcin de uno7. Un ncora, tan slo una, mantena an mi esperanza: que un da volvera mi

    ; , . , 260 , . , , 265 . , , : . , : 270 , . , : 275 . ,

    7 Hermoso proverbio sobre la inferioridad de los brbaros ante los griegos, basada en la condicin servil de los sbditos

    que entraa toda monarqua.

  • 18

    Eurpides H e l e n a

    , . esposo y pondra fin a mis males; pero mi 280 esposo ha muerto, ya no existe. Muri tambin mi madre, y yo soy su asesino: aunque no sea justo acusarme por ello, la culpa es slo ma. Mi hija8, la que fuera mi orgullo y el de mi casa, virgen y sin marido ver cmo blanquean sus cabellos. Y los hijos de Zeus, los famosos Dioscuros, 285 ya no existen. Por todo ello perezco yo en medio de tantas desgracias, aunque de hecho no est muerta. [Lo ltimo y peor es que, si volviera a la patria, me prohibiran el acceso, pensando que, si era la Helena que fue a Troya, debera haber vuelto con Menelao. 290 Porque, si viviera mi esposo, nos reconoceramos recurriendo a seales que slo l y yo sabemos. Pero eso no es posible ahora, y l ya nunca regresar.] Por qu estoy viva an? Qu esperanza me queda? Contraer nuevo matrimonio para remediar mis desgracias, 295 vivir en compaa de un brbaro sentndome a su opulenta mesa? Pero cuando un marido es odioso a su mujer, tambin el propio cuerpo9 se hace odioso, y mejor es morir. Cmo no va a estar bien la muerte para m? [Vergonzoso es colgarse de un lazo, 300 y parece inconveniente incluso para los esclavos. Degollarse es ms noble y hermoso, y es tan breve el instante que nos libera de la vida!] A qu abismo de males he venido a parar! La misma belleza que hace felices a las dems mujeres, 305 a m me ha perdido!

    , , 280 , : , : . 285 , . , , . , 290 , , . . ; ; , 295 ; , . : ; , : 300 , . : , . 305 , , , CORIFEO. Helena, no creas que el extranjero que

    ha venido, quienquiera que sea, ha dicho slo verdades.

    .

    . HELENA. Por lo menos dijo a las claras que mi

    marido haba muerto. . CORIFEO. Muchos relatos se construyen a base

    de mentiras. . 310 310 HELENA. Y, al contrario, otros muchos son

    verdad. . CORIFEO. Te inclinas a dar crdito a lo malo

    8 Hermione, hija nica de Helena y Menelao.

    9 La propia vida.

  • 19

    Eurpides H e l e n a antes que a lo bueno.

    . HELENA. El propio miedo me conduce hacia

    aquello que temo. ; CORIFEO. Con qu simpatas cuentas en este

    palacio? . HELENA. Todos son mis amigos, a excepcin del

    que intenta desposarme.

    ; 315 315 CORIFEO. Sabes lo que tienes que hacer?

    Abandona esta tumba. ; HELENA. A qu consejo quieres llegar hablando

    as? , , CORIFEO. Entra en la casa y pregunta a Tenoe,

    la hija de la Nereida pntica, la que todo lo sabe, si todava existe tu esposo o si ha perdido ya la luz del sol. 320 Cuando conozcas la verdad, entrgate al gozo o al llanto. De qu vale penar antes de saberlo todo a ciencia cierta? Hazme caso: deja esta tumba y ve en busca de la doncella por quien has de salir de tu ignorancia. 325 Si en esta misma casa puedes obtener informacin veraz, para qu buscarla ms lejos? Quiero acompaarte yo tambin al palacio y escuchar contigo los orculos de la virgen. Una mujer debe compartir las fatigas de otra mujer.

    , , : 320 . , ; : : 325 , ; : . , : 330 330 HELENA. Acepto, amigas, vuestro consejo.

    Venid, venid al palacio para que, dentro de la casa, conozcis la verdad acerca de mis sufrimientos.

    , . . CORO. Llamas a quien te sigue de buena gana. . 335 335 HELENA. Ay, da infortunado! Qu

    nuevas lamentables voy a or, desdichada de m? -

  • 20

    Eurpides H e l e n a

    ; CORO. No anticipes lamentos, oh querida,

    profetizando males. , , . ; 340 340 HELENA. Qu habr sufrido mi

    infortunado esposo? Ve la luz, la cuadriga de Helio, el curso de los astros, o, entre los muertos, bajo tierra, 345 sufre duradero destino?

    , ' ; 345 CORO. Piensa en el porvenir mejor, cualquiera

    que sea. , .

    , , HELENA. Yo te invoco, 350 hmedo Eurotas de

    verdes juncos, y te juro que, si es cierto el rumor de la muerte de mi esposo...

    CORO. Por qu esas palabras ininteligibles?

    HELENA. ...suspender mi cuello de una cuerda asesina, o me introducir una espada en embestida de hierro fro 355 a travs de la carne, mortal persecucin del degello que hace brotar la sangre de la garganta, ofrecindome en sacrificio a las tres diosas y al Primida que las celebr antao con el canto de su siringa junto a los pastoriles establos.

    , 350 ;

    , 355 , . 360 360 CORO. Vyanse esas desgracias a otra

    parte y seas t muy feliz! , . , HELENA. Ay, Troya desdichada! Por hechos

    nunca cometidos has sido destruida y has soportado tantas desgracias. Los dones con que Cipris me adorn han engendrado mucha sangre, mucho llanto; han trado dolor sobre dolor, 365 lgrimas sobre lgrimas, sufrimientos. Las madres han perdido a sus hijos; las doncellas, hermanas de los

    : , : , 365 , ... ,

  • 21

    Eurpides H e l e n a

    muertos, han depositado sus cabelleras junto al cauce del frigio Escamandro. 370 La Hlade ha lanzado un grito, un grito de dolor, y se ha deshecho en llanto, se ha golpeado la cabeza con las manos, y con las uas ha surcado de heridas sangrientas sus delicadas mejillas. Oh t, afortunada Calisto, doncella de la Arcadia de 375 antao, que subiste al lecho de Zeus bajo la forma de un cuadrpedo, cunto mejor te fue a ti que a mi madre!, pues, transformada en fiera de miembros velludos por ms que la ternura de tus ojos suavizara tu aspecto externo, abandonaste el fardo de la pena. 380 Afortunada t tambin, la cierva de cuernos de oro que rtemis expuls de sus coros antao, la Titnide, hija de Mrope, castigada por tu belleza. Mi cuerpo ha arruinado, ha arruinado la ciudadela de Dardania 385 y ha sembrado la muerte entre los aqueos!

    . 370 , , . , 375 , , : 380 : . 385 EPISODIO 1. (386-514) MENELAO. Oh Plope, t que en Pisa

    rivalizaste otrora con Enmao en el certamen de cuadrigas! Ojal entonces, [cuando fuiste persuadido a formar parte de un festn ante los dioses], hubieras muerto, 390 antes de engendrar a mi padre Atreo, quien, a su vez, del lecho de Arope engendr a Aga-menn y a m, Menelao, ilustre pareja! Glorioso me parece y digo esto sin vanidad trasladar por medio del remo todo un ejrcito hasta Troya, 395 sin que, como un tirano, hubiera de reunirlo por la fuerza, pues la juventud de la Hlade se puso de buen grado bajo mis rdenes. De los que me siguieron, unos ya no se cuentan entre los vivos; otros, felizmente escapados de los peligros marinos, llevaron a sus casas, de regreso, los nombres de los muertos. 400 Pero yo, desdichado, no he dejado de errar sobre las ondas del glauco mar desde que derrib las torres de Ilin, y, aunque deseo ardientemente volver a mi patria, los dioses no me consideran digno de hacerlo. Tengo navegadas todas las costas, desiertas e inhospitalarias, de Libia. 405 En cuanto me acerco a mi casa, el viento me hace retroceder, y jams una brisa favorable ha henchido mis velas de modo que pudiese regresar a mi pas. Y he aqu que ahora yo, nufrago miserable, he venido a caer en esta tierra, despus de haber perdido a mis amigos. 410 Mi nave se ha roto en mil pedazos contra las rocas. De los diversos elementos que la componan, slo ha quedado intacta la quilla, sobre la

    , , , , , 390 , : , , 395 . , , . 400 , . : , 405 , . : . 410 , , .

  • 22

    Eurpides H e l e n a

    cual logr, a duras penas y por un azar inesperado, salvarme a m y a Helena, mi esposa, a quien traigo conmigo desde Troya. Cul sea el nombre de este pas y cul el pueblo que lo habita, 415 lo ignoro. Y me da vergenza presentarme ante la gente, no sea que me vayan a interrogar acerca de mis harapos, pues quiero ocultar por pudor mi desgracia. Cuando a un hombre que est muy alto le ruedan mal las cosas, la falta de costumbre le mortifica ms que al que ha sido siempre un desgraciado. Pero la necesidad me consume, 420 no tengo pan, ni vestidos con que cu-brir mi piel; puede verse que son slo restos del naufragio los jirones que llevo puestos. El mar me ha arrebatado los peplos de antao, mis magnficas vestiduras, todo mi esplendor. 425 A la que fue el origen de todos mis males, a mi esposa, la he ocultado en el interior de una gruta, y he venido, dejando como encargados de su custodia a aquellos de mis compaeros que han sobrevivido. Y aqu estoy, solo, buscando con afn poder hacerme con lo que urgentemente necesitan mis amigos de all. 430 A la vista de este palacio cernido de murallas, de estas puertas soberbias propiedad de algn hombre opulento, me he acercado. De una rica mansin es lgico esperar que unos nufragos obtengan algo, mientras que de gentes que no tienen recursos para vivir nada podramos obtener, por ms ayuda que quisieran prestarnos. 435 Oh! No va a salir de la casa un portero que transmita dentro, de mi parte, el mensaje de mis miserias?

    : 415 , . , . : 420 : . : 425 . , . 430 , : : , . : , 435 ;

    ; ANCIANA. Quin hay a las puertas? No te

    alejars del palacio? Si sigues ah parado, en el umbral de entrada, importunars a mis amos. O morirs, 440 pues eres heleno, y para ellos no hay hospitalidad en esta tierra.

    ; , . 440

    , MENELAO. Esas mismas palabras pueden

    decirse en otro tono, pues pienso obedecerte. Pero depn tu clera.

    , : .

    : , , ANCIANA. Vete. Mi misin, extranjero, consiste

    en que ningn heleno se acerque a este palacio. . : . 445 445 MENELAO. Ah! No me empujes, no me

    eches a la fuerza.

  • 23

    Eurpides H e l e n a

    , . ANCIANA. T tienes la culpa. No haces caso de

    lo que te digo. ... MENELAO. Ve dentro y annciame a tus amos. . ANCIANA. Bien lo purgara, creme, si llevase

    tu mensaje! , . MENELAO. Vengo como nufrago, como

    extranjero. Soy, por tanto, inviolable. . 450 450 ANCIANA. Dirgete, entonces, a cualquier

    otra casa. , : . MENELAO. No, voy a entrar en sta. Hazme caso

    ahora t. : . ANCIANA. Eres un obstinado. En seguida sers

    expulsado a la fuerza.

    : ' ; MENELAO. Ay! Dnde est mi glorioso

    ejrcito? , . ANCIANA. En otra parte fuiste un gran

    personaje. Aqu no lo eres. , . 455 455 MENELAO. Ah, demon10 mo! Qu

    tratamiento tan indigno padecemos t y yo! ; ; ANCIANA. Por qu baas tus prpados con

    lgrimas? A quin diriges tus lamentos? . MENELAO. A mi feliz destino de otro tiempo.

    10 El ineludible destino personal que acompaa a cada hombre como su propia sombra.

  • 24

    Eurpides H e l e n a

    ; ANCIANA. Y, por qu no te vas a ofrecer ese

    llanto a tus amigos? ; ; MENELAO. Qu pas es ste? De quin son

    estas regias moradas? , . 460 460 ANCIANA. Proteo habita esta morada, y esta

    tierra es Egipto. ; , . MENELAO. Egipto? Desdichado de m, adnde

    he ido a parar! ; ANCIANA. Qu puedes reprocharle al esplendor

    del Nilo? : . MENELAO. No le reprocho nada. Lamento mi

    destino. , . ANCIANA. A muchos les va mal, no eres t el

    nico. ; 465 465 MENELAO. Est en palacio aquel a quien

    t llamas soberano? , . ANCIANA. sa es su tumba. En esta tierra reina

    su hijo. ; ' ; MENELAO. Y, dime, dnde est? Fuera o en la

    morada? : . ANCIANA. Dentro no est. Pero es el mayor

    enemigo de los helenos. ; MENELAO. Cul es la causa de esa hostilidad

    cuyos beneficios recojo? . 470 470 ANCIANA. Helena, la hija de Zeus, est en

  • 25

    Eurpides H e l e n a este palacio.

    ; ; . MENELAO. Cmo dices? Qu palabra has

    dicho? Reptemela.

    , . ANCIANA. La hija de Tindreo, la que antao

    viva en Esparta ; ; MENELAO. De dnde ha venido? Qu

    significa esto? . ANCIANA. Desde tierra lacedemonia lleg hasta

    aqu. ; ; 475 475 MENELAO. Cundo? No me habrn

    arrebatado de la gruta a mi esposa... , , . ANCIANA. Antes de que marchasen a Troya los

    aqueos, extranjero. Pero vete de este palacio. Las cosas han tomado aqu un giro inquietante para la casa del tirano. No llegaste oportunamente. Si el amo te descubre, 480 la muerte ser tu regalo de hospitalidad. Mi nimo est a favor de los helenos, a pesar de las duras palabras que te he dicho, dictadas por el miedo.

    : , . : , . 480 , .

    ; ; MENELAO. Qu dir? Nuevas calamidades

    acabo de or, mayores que las primeras, si es que he llegado aqu, 485 trayendo desde Troya a la esposa que me haban arrebatado, a quien he puesto a salvo en una gruta, y me encuentro con que otra mujer que tiene su mismo nombre, el mismo, vive en ste palacio. Y me ha dicho que es hija de Zeus! 490 Acaso puede encontrarse un hombre a orillas del Nilo que se llame Zeus? Slo un Zeus hay, y est en el cielo. Y Esparta, dnde va a haber otra que no sea la que riegan las aguas del Eurotas de bellos juncos? Una sola vez se ha llamado Tindreo alguien. 495 Hay otra tierra que se llame Lacedemonia o Troya? En realidad, no s qu decir..., pues, segn parece, se encuentran en el ancho mundo muchas ciudades y mujeres que llevan el mismo nombre, y nadie se asombra por ello. Por otra parte, no pienso darme a la fuga por las amenazas de una esclava.

    , 485 , . . 490 ; . ; . 495 ; . , , : .

  • 26

    Eurpides H e l e n a

    : 500 500 Ningn hombre tiene el alma tan brbara como para atreverse a negarme el alimento despus de or mi nombre. Famoso es el incendio de Troya, y yo, Menelao, fui quien lo hizo arder: en todas partes soy conocido. 505 Esperar al dueo del palacio. Tengo ante m dos posibilidades: si veo que es un hombre sin entraas, me ocultar e ir junto a los restos del naufragio; si se muestra benvolo, le pedir lo que necesito para remediar la triste situacin actual. 510 El mayor infortunio para m, que soy rey, es mendigar de otros reyes lo que hace falta para vivir. Sin embargo, estoy obligado a hacerlo. No soy yo quien lo dice, sino un sabio proverbio: nada hay ms poderoso que la necesidad.

    , . , , . : 505 : , : , . , 510 : . , , . EPIPRODO (515-527) , 515 515 CORO. Por la virgen proftica he sabido lo

    anunci claramente en la mansin real que Menelao no ha ido al negro rebo ni yace oculto bajo tierra, 520 sino que, desdichado y sin amigos, se consume errabundo por las olas del mar, sin alcanzar los puertos y costas de su patria, 525 y sin desembarcar, a golpes de su remo marino, sino en pas extrao, desde que abandon la Trade11.

    , , 520 , , , 525 . HELENA. He aqu que vuelvo junto a esta tumba,

    despus de haber odo el gratsimo orculo de Tenoe, 530 la que todo lo sabe. Dice que mi esposo est vivo, que puede ver la luz del sol; que navega sin rumbo por mares infinitos, por aqu y por all, en largo y errabundo peregrinaje; que un da volver, cuando sus desventuras en el mar hayan terminado. 535 Una cosa slo no ha dicho, y es si conseguir salvarse cuando venga. Me he abstenido de preguntarle a ese respecto, pues me senta feliz sabiendo que se encontraba sano y salvo. Tambin me ha dicho que estaba cerca de este pas, vctima de un naufragio en compaa de unos pocos amigos. 540 Ay de m! Cundo llegars? Cmo deseo que llegue ese momento!

    , , : 530 , , . , . 535 , . , . , ; . 540 , ; ;

    11 Pasaje textualmente corrupto.

  • 27

    Eurpides H e l e n a

    Ah! Quin es ste? Habr cado en una emboscada urdida por el impo hijo de Proteo? Como yegua veloz, como bacante movida por su dios, correr hacia la tumba. Qu aspecto tan salvaje 545 tiene el hombre que intenta cogerme!

    ; , . 545

    MENELAO. Oh t que, en admirable impulso de

    tus miembros, corres hacia las gradas de esa tumba, y a sus columnas donde arden fuegos sacrificiales, detente! Por qu huyes? A la vista de tu cuerpo, el estupor y la extraeza me dominan.

    ' , : ; .

    , : 550 550 HELENA. Injusticia sufro, mujeres! Este

    hombre trata de impedir que llegue a la tumba, quiere cogerme y entregarme al tirano cuyas bodas rehyo.

    , .

    , . MENELAO. No soy ningn ladrn, ni el esbirro

    de un malvado. . HELENA. Los vestidos que llevas son ya bastante

    deshonrosos. , , . 555 555 MENELAO. Detn tu pie ligero, abandona

    todo temor. , . HELENA. Me detengo, ahora que toco ya esta

    tumba. ; , , ; MENELAO. Quin eres? Qu es lo que tengo

    ante mis ojos, mujer? ; . HELENA. Y t, quin eres? Te devuelvo la

    misma pregunta. . MENELAO. Jams vi un parecido tan asombroso. : . 560 560 HELENA. Oh dioses! Pues un don de los

    dioses es el reconocimiento de los seres queridos.

  • 28

    Eurpides H e l e n a

    ; MENELAO. Eres helnide o nativa de este pas? : . HELENA. Helnide. Pero, y t? Quiero saber

    quin eres t. , . MENELAO. Mujer, te pareces

    extraordinariamente a Helena. : . HELENA. Y t a Menelao. No s qu decir. . 565 565 MENELAO. Has reconocido en m al hombre

    ms desdichado de todos. . HELENA. Oh, qu tarde has llegado a los brazos

    de tu esposa! ; . MENELAO. De qu esposa? No toques mis

    vestidos. , . HELENA. De la que obtuviste de Tindreo, mi

    padre. , . MENELAO. Oh Hcate, portadora de antorchas,

    envame visiones favorables! . 570 570 HELENA. No soy un fantasma nocturno al

    servicio de Enodia11bis.

    . MENELAO. Pero yo no puedo ser el esposo de

    dos mujeres. ; HELENA. Y de qu otra mujer eres seor? . MENELAO. De la que he trado de Frigia y he

    ocultado en el interior de una gruta.

    11bis Epteto de Hcate, en cuanto diosa de los caminos y las encrucijadas.

  • 29

    Eurpides H e l e n a

    . HELENA. Slo yo he sido tuya: ninguna otra

    mujer. , ; 575 575 MENELAO. Puede ser que est sana mi

    razn y mis ojos enfermos? ; HELENA. Al verme, no crees ver a tu esposa? , . MENELAO. Tu cuerpo es igual, pero la certeza

    me impide... : ; ; HELENA. Mrame. Qu ms quieres? Quin

    me conoce mejor que t? : . MENELAO. Mucho te pareces. Eso no lo puedo

    negar. ; 580 580 HELENA. Quin te lo har saber mejor

    que tus ojos? , . MENELAO. Mi problema es que tengo otra

    esposa. , . HELENA. Yo nunca fui a la Trade; era mi

    imagen. ; MENELAO. Pero, quin puede producir

    imgenes vivas? , . HELENA. El ter, del que un dios form a la

    mujer que posees. ; . 585 585 MENELAO. Cul de los dioses? Dices

    cosas increbles. , , . HELENA. Hera, sustituyndome para que Paris

  • 30

    Eurpides H e l e n a no me poseyese.

    ; MENELAO. Cmo, pues, estabas aqu y en

    Troya al mismo tiempo? , . HELENA. El nombre puede estar en muchos

    lugares; el cuerpo, no. , . MENELAO. Djame, que bastantes desgracias

    tengo. , ; 590 590 HELENA. Me vas a abandonar a m para

    llevarte el espectro de tu esposa? , . MENELAO. Adis a ti, mujer, tan semejante a

    Helena.

    : . HELENA. Perezco! He encontrado a mi esposo

    y ya no lo tengo! , . MENELAO. Mis muchas fatigas en Troya me

    convencen de que no puedes tener razn. : ; HELENA. Ay de m! Quin ha sufrido ms que

    yo? 595 Los seres ms queridos me abandonan, y nunca ms volver a ver a los helenos ni regresar a mi patria.

    595 .

    , MENSAJERO. Por fui te encuentro, Menelao,

    despus de haber errado en tu busca por toda esta tierra brbara, enviado por los compaeros a quienes dejaste.

    , .

    ; ; 600 600 MENELAO. Qu ocurre? Es que os han

    despojado los brbaros? , . MENSAJERO. Un prodigio, y es inferior la

    palabra al hecho.

  • 31

    Eurpides H e l e n a

    : . MENELAO. Habla, pues tu apresuramiento indica

    nuevas inslitas. . MENSAJERO. Digo que has padecido en vano

    innumerables fatigas. : ; MENELAO. Deploras males antiguos. Qu

    anuncias de nuevo? 605 605 MENSAJERO. Tu esposa ha desaparecido en

    las profundidades del ter. El cielo la mantiene oculta, despus que hubo dejado la sagrada caverna donde la guardbamos. Tan slo dijo: Desventurados frigios y vosotros, aqueos todos, por mi causa, 610 y merced a las maquinaciones de Hera, habis muerto a orillas del Escamandro, creyendo que Paris posea a Helena, a quien nunca ha posedo. Ahora que ya ha pasado el tiempo prescrito y he cumplido fielmente lo fijado por el destino, debo volver al cielo, mi padre. Pero la desdichada Tindride ha padecido injustamente una funesta reputacin. Salud, hija de Leda. Estabas aqu? 615 Y yo que anunciaba que te habas marchado a las estrellas, sin saber que tuvieses un cuerpo alado! No consentir que te burles una segunda vez de nosotros; 620 ya nos proporcionaste suficientes fatigas en Ilin a tu esposo y a sus compaeros de armas.

    : , : , , 610 . , , , : . 615 , , ; . , 620 . : MENELAO. Eso es! Tus palabras coinciden con

    las de ella. Oh da deseado que te trae de nuevo a mis brazos!

    . , . 625 , 625 HELENA. Oh Menelao, el ms querido de

    los hombres! Larga ha sido la ausencia, pero el placer me ha sido devuelto. Amigas, soy feliz, tengo ante m a mi esposo y puedo rodearle con amorosos brazos, despus de tantos soles.

    , . , , . : 630 630 MENELAO. Y yo a ti. Tantas cosas quiero

    decirte que no s por dnde empezar. . , HELENA. Se me erizan de gozo los cabellos,

  • 32

    Eurpides H e l e n a

    , vierto lgrimas y te abrazo para obtener mi dicha, 635 esposo mo. , ,

    , . 635 , : MENELAO. Oh visin queridsima! Nada me

    falta, pues te tengo a ti, hija de Zeus y Leda, a quien felicitaron antao los jvenes hermanos de los blancos corceles12; a ti, 640 a quien un dios alej de mi lado para conducirte a un destino ms alto. Una afortunada desgracia nos ha reunido a ti y a m, tu esposo, despus 645 de mucho tiempo, pero, al fin, ojal gocemos de una buena fortuna.

    , 640 , . , , . 645 . : CORIFEO. - Ojal. Hago mo tu voto, pues de

    nosotros dos no puede uno ser desgraciado y el otro no.

    , .

    , HELENA. Amigas, amigas, ya no me quejo, ya no

    gimo por los males de antao. 650 Tengo a mi esposo, cuyo regreso desde Troya tantos aos he esperado.

    . , 650 . , : MENELAO. Me tienes, y yo a ti. Innumerables

    soles han pasado hasta que, al fin, he comprendido los engaos de la diosa. Mis lgrimas son de alegra: 655 hay en ellas placer y no tristeza.

    . : . 655 ; ; HELENA. Qu dir? Qu mortal hubiera

    soado esto nunca? Inesperadamente te estrecho contra mi corazn.

    .

    MENELAO. Y cre yo que fuiste a la ciudad del

    Ida y a las intiles murallas de Ilin! 660 Por los dioses, cmo te arrebataron de mi morada?

    . , ; 660 : , HELENA. Ay, ay! A crueles comienzos te

    remontas. Ay, ay! Cruel es el relato que solicitas. : .

    12 Los gemelos Dioscuros Cstor y Plux, hermanos de Helena.

  • 33

    Eurpides H e l e n a

    : . MENELAO. Habla, pues hay que or todos los

    dones de los dioses. , . HELENA. Me horroriza lo que voy a decir. : . 665 665 MENELAO. Dilo, sin embargo. Es dulce or

    hablar de males pasados. HELENA. No me llev ningn remo alado hacia

    el lecho de un joven brbaro, ni las alas de un deseo adltero.

    , ... ; MENELAO. Qu dios, o qu destino, te arrebat,

    pues, de la patria? , , ... 670 670 HELENA. El hijo de Zeus13, de Zeus, oh

    esposo!, me condujo al Nilo. . : ; . MENELAO. Prodigioso! Y, quin le enviaba?

    Extraas palabras! HELENA. Lloro, y mis prpados se humedecen

    de lgrimas. La esposa de Zeus fue la responsable de mi ruina.

    : .

    ; ; 675 675 MENELAO. Hera? Por qu querra

    causamos dao? , , HELENA. Ay de los baos y las fuentes, terribles

    para m, en que las diosas hicieron resplandecer su cuerpo, lo que fue origen de aquel juicio!

    , . ; MENELAO. Y, a causa de aquel juicio, Hera te

    hizo sufrir? 680 680 HELENA. Para desposeer a Paris...

    13 Hermes.

  • 34

    Eurpides H e l e n a

    ; . MENELAO. Cmo? Explcate. HELENA. ... a quien Cipris me haba prometido. . MENELAO. Desventurada! , : . HELENA. Desventurada y triste de m! Por eso

    me trajo a Egipto. , . MENELAO. Y le dio en tu lugar un fantasma,

    segn me has dicho. , , '. 685

    HELENA. Cuntas calamidades, cuntas calamidades en tu palacio, 685 madre ma!Ay de m!

    ; MENELAO. Qu dices? : HELENA. Ya no existe mi madre. Se estrangul

    con un lazo por vergenza de mi adulterio. . : ; MENELAO. Ay! Y vive Hermone, nuestra

    hija? , , HELENA. Sin esposo, sin hijos, lamenta 690 mi

    funesta unin. . 690 , MENELAO. Oh t, Paris, que destruiste por

    completo, de arriba a abajo, mi morada! Tambin t te has perdido, y millares de dnaos armados de bronce.

    .

    HELENA. Y a m un dios me ha arrojado,

    desdichada y maldita, 695 lejos de la patria, de mi ciudad y de ti, el da en que dej tu palacio y tu lecho, pero no en busca de una unin deshonrosa.

    , 695 .

  • 35

    Eurpides H e l e n a

    CORIFEO. - Si en el porvenir obtenis una fortuna

    dichosa, ello os compensar de las desgracias pasadas.

    , .

    , , 700 , .

    700 MENSAJERO. Menelao, hazme partcipe de esa felicidad que estoy viendo, pero cuya razn de ser desconozco.

    , , . MENELAO. Oh anciano! Ven a tomar parte en

    estos dilogos.

    ; MENSAJERO. No es sta la causante de

    nuestras fatigas en Ilin? , , MENELAO. No lo es. Los dioses nos han

    engaado. 705 No tuvimos sino una imagen hecha de nube entre las manos.

    . 705

    ; MENSAJERO. Qu dices? Por una simple nube

    sufrimos tanto? ; . MENELAO. Fue obra de Hera y fruto de la

    discordia de las tres diosas. ; MENSAJERO. Y esta que tiene existencia real,

    es tu esposa? : . 710 710 MENELAO. Lo es. Confa en mis palabras. , MENSAJERO. Oh hija, qu inconstante y difcil

    de entender es la divinidad! Con qu facilidad lo cambia todo y lo trae y lo lleva de un lado a otro! Un hombre sufre; otro, que ha empezado por no sufrir, muere ms tarde miserablemente, 715 sin haber podido gozar de una buena fortuna estable. T y tu esposo habis padecido mucho; t por los rumores y habladuras, l en el esfuerzo de la lanza. Nada obtuvo de lo que deseaba cuando lo busc con ahnco, y he aqu que ahora, por s mismo, el bien que colma su felicidad le ha salido al paso. 720 No has deshonrado, entonces, a tu anciano padre, ni a los

    . : , , . 715 , , . : . 720 , .

  • 36

    Eurpides H e l e n a

    Dioscuros; nada has hecho de cuanto te atribuyen. Recuerdo todava tu himeneo, las antorchas que yo llevaba, corriendo junto a tu cuadriga; recuerdo cmo, sentada en el carro con Menelao, 725 abandonaste recin casada la feliz morada paterna. Mal siervo es el que no respeta a sus amos y no participa de sus alegras ni de sus desgracias. En cuanto a m, aunque esclavo por nacimiento, ojal se me cuente entre los siervos bien nacidos, libres de corazn 730 aunque no lo sean de nombre! Mejor es esto que padecer, siendo una sola persona, el doble infortunio de tener un mal corazn y obedecer a los dems como un esclavo.

    : . 725 . , , , , 730 : , .

    , , MENELAO. Oh anciano! Muchas fatigas has

    sufrido por m junto al escudo, y ahora tomas parte en mi felicidad. 735 Ve y anuncia a los compaeros supervivientes dnde estamos y en qu estado de buena fortuna nos has encontrado. Diles que esperen en la costa, 740 atentos a los combates que, segn creo, nos aguardan, y que estn listos, si por acaso conseguimos sacar a Helena de esta tierra, a correr nuestra misma suerte y escapar, si podemos, todos juntos de estos brbaros.

    , 735 , , , 740 , , . , . MENSAJERO. As se har, oh rey! Ahora veo

    745 qu falso y lleno de mentiras es el arte de los adivinos. Ninguna sensatez hay en la llama que arde, ni en los cantos de los seres alados. Necedad es pensar que los pjaros tienen deudas con los mortales. Pues Calcante, que vea a los suyos morir por un fantasma, 750 nada dijo, ni lo comunic al ejrcito. Tampoco lo hizo Hleno, y la ciudad fue destruida intilmente. Se dir, acaso, que un dios as lo haba querido? Por qu, entonces, consultamos los orculos? 755 Hay que sacrificar en honor de los dioses, implorar sus beneficios y dejarse de adivinaciones, que no son ms que un seuelo para los humanos. Nadie, sin trabajar, se ha enriquecido con los fuegos sacrificiales; la razn y la prudencia son los mejores adivinos.

    . 745 : . 750 , . : ; ; , : , 755 : .

    CORIFEO. Por lo que hace a los adivinos, pienso

    lo mismo que este anciano. Quien tiene la amistad de los dioses 760 posee en su hogar el mejor orculo.

    : . 760

  • 37

    Eurpides H e l e n a

    : . HELENA. En fin, todo va bien, al menos por

    ahora. Pero, cmo has podido llegar a salvo aqu, infeliz, desde Troya? Saberlo no me reporta ganancia, pero quien ama siempre desea or el relato de las desgracias del ser amado.

    , , , , .

    . 765 765 MENELAO. Por muchas cosas me preguntas

    en una sola palabra y de una sola vez. Te hablar de nuestro desastre en el Egeo, de los fuegos eubeos de Nauplio14, de Creta, de Libia, de las ciudades que he recorrido y del observatorio de Perseo15? No llegaran a satisfacerte mis palabras, y, 770 al contarte mis males, volvera a vivir todos mi sufrimientos y experimentara una pena doble.

    , ; , , 770 : .

    . HELENA. Has hablado mejor de lo que yo lo hice

    al preguntarte. Dejando a un lado todo lo dems, dime slo una cosa: cunto tiempo te has consumido sobre las espaldas del mar, errante a merced de las olas?

    , ' ;

    775 775 MENELAO. Despus de los diez aos

    transcurridos en Troya, he vivido otros siete en mis naves.

    .

    : , , HELENA. Ay, ay! Largo tiempo dices, oh

    desdichado, y, tras salvarte all, llegas aqu en busca del degello.

    .

    ; ; , . MENELAO. Cmo dices? Qu hablas? Mujer,

    t me destruyes. . 780 780 HELENA. Huye lo ms rpidamente posible

    de esta tierra y aljate de ella! Te matar el hombre que vive en este palacio.

    .

    ; MENELAO. Qu he hecho yo que merezca ese

    14 Para vengarse de la muerte por lapidacin de su hijo Palamedes en Troya, Nauplio comenz por engaar, una por

    una, a las esposas de los hroes ausentes, inducindolas a tomar amantes. Ms tarde, cuando el grueso del ejrcito griego regresaba de Ilin, cerca del cabo Cafereo, al sur de Eubea, encendi una gran hoguera nocturna entre los arrecifes; los aqueos, al ver la luz, creyeron que se trataba de un puerto, y se estrellaron contra las rocas; en tal naufragio perdi la vida Ayante, hijo de Oileo. 15

    HERDOTO, II 15, lo sita en el extremo occidental del delta del Nilo.

  • 38

    Eurpides H e l e n a castigo?

    . HELENA. Tu inesperada llegada es un obstculo

    para mis bodas. ; MENELAO. Quiere, pues, alguien casarse con

    mi esposa? , . 785 785 HELENA. Y ultrajarme. He tenido que

    sufrirlo. ; MENELAO. Es algn particular poderoso, o el

    soberano de esta tierra? . HELENA. Es el rey del pas, el hijo de Proteo. . MENELAO. Ya est claro el enigma que escuch

    a la anciana portera! ; HELENA. A qu brbaras puertas te has

    dirigido?

    , . 790 790 MENELAO. A stas, de donde fui expulsado

    como un mendigo. ; . HELENA. No mendigaras tu pan... Desgraciada

    de m! , . MENELAO. Eso haca, pero no me di el nombre

    de mendigo. , , . HELENA. Entonces debes estar al tanto de lo

    concerniente a mis bodas. : . MENELAO. Lo estoy, pero ignoro si has podido

    evitarlas.

  • 39

    Eurpides H e l e n a

    . 795 795 HELENA. Sabe que he conservado para ti mi

    lecho intacto. ; , . MENELAO. Cmo estar seguro de ello? Gratas

    son tus palabras, si son ciertas. ; HELENA. Ves mi morada miserable junto a este

    sepulcro? , ; MENELAO. Veo un lecho de hojas. Qu tiene

    que ver eso contigo, desdichada? . HELENA. Aqu vengo a suplicar, huyendo de

    esas bodas. ; 800 800 MENELAO. A falta de un altar, o es sa la

    costumbre brbara? . HELENA. Esta tumba me ha protegido como el

    templo de un dios. ; MENELAO. No me es posible entonces llevarte

    a nuestra casa? . HELENA. Te espera la espada antes que mi lecho.

    . MENELAO. Soy el ms desgraciado de los

    hombres! , . 805 805 HELENA. No te avergences y huye de esta

    tierra.

    ; . MENELAO. Abandonndote? He destruido

    Troya por ti.

    . HELENA. Mejor es eso que morir por mi amor.

  • 40

    Eurpides H e l e n a

    . MENELAO. Sera una cobarda indigna del

    vencedor de Ilin. , . HELENA. Si has pensado matar al rey, es

    imposible. ; 810 810 MENELAO. Su cuerpo no es vulnerable al

    hierro? . . HELENA. Ya lo sabrs. Atreverse a lo imposible

    no es propio de hombre cuerdo.

    ; MENELAO. Presentar en silencio las manos

    para que me las aten? : . HELENA. Tu situacin es desesperada. Hay que

    recurrir a la astucia. . MENELAO. Mejor es morir haciendo algo que no

    intentar nada. , . 815 815 HELENA. Una sola esperanza tenemos de

    salvamos. ; MENELAO. El soborno, la audacia, o la

    elocuencia? . HELENA. Que el tirano no sepa que has venido.

    ; . MENELAO. Quin va a decrselo? No puede

    saber quin soy yo. . HELENA. Tiene dentro una aliada semejante a los

    dioses. ; 820 820 MENELAO. Habita una voz inspirada en lo

    ms hondo de su casa?

  • 41

    Eurpides H e l e n a

    , : . HELENA. No. Es la hermana del rey, la que

    llaman Tenoe. : . MENELAO. Un nombre proftico. Dime qu es

    lo que hace. , . HELENA. Lo sabe todo. Dir a su hermano que

    ests aqu. : . MENELAO. En ese caso morir, pues no puedo

    ocultarme. 825 825 HELENA. Quiz pudiramos convencerla

    suplicndole... ; ; MENELAO. Hacer qu? A qu esperanza me

    conduces? . HELENA. ... que no dijera a su hermano que ests

    aqu.

    ; MENELAO. Si la persuadiramos, cmo

    podramos escapar de esta tierra? , . HELENA. Fcilmente, si nos ayuda; a sus

    espaldas, nunca.

    , . 830 830 MENELAO. Eso es tarea tuya. Las mujeres

    se entienden entre s. . HELENA. Ten por seguro que mis manos

    abrazarn sus rodillas. , ; MENELAO. Bien; pero, y si no atiende a nuestra

    splica?

  • 42

    Eurpides H e l e n a

    : . HELENA. Morirs. Y yo, desdichada, tendr que

    casarme por la fuerza. : . MENELAO. Eres una traidora! Esa violencia no

    es ms que un pretexto. ... 835 835 HELENA. No, por tu cabeza te lo juro con

    sagrado juramento. ; ; ; MENELAO. Qu dices? Morirs? No

    cambiars nunca de lecho? : . HELENA. Morir con tu misma espada y caer

    junto a ti. . MENELAO. Toma, entonces, mi diestra en seal

    de fe. , . HELENA. La toco. Muerto t, renunciar a la luz

    del sol. . 840 840 MENELAO. Y yo, si es que te pierdo, dejar

    de vivir. ; HELENA. Pero, qu hemos de hacer para morir

    con gloria? ' . MENELAO. Despus de matarte sobre este

    sepulcro, me matar. Pero antes entablar un gran combate por tu posesin. Que se acerque quien quiera! 845 No deshonrar mi gloria troyana, ni volver a la Hlade en busca de reproches yo, que he privado a Tetis de Aquiles, que contempl la muerte de Ayante Telamonio y dej sin hijo al Nelida16. 850 No voy a estimar justo morir por mi mujer? Desde luego que s, porque, si los dioses son sabios, cubren con tierra leve la tumba del valiente muerto en combate por sus enemigos, y en cambio a los

    . : 845 , , , : ; 850 : ,

    16 Nstor, hijo de Neleo. Se refiere a la prdida de su hijo Antloco en la contienda troyana (Odisea III 111-112).

  • 43

    Eurpides H e l e n a

    , cobardes los arrojan bajo pesados tmulos de piedra17. .

    , 855 855 CORIFEO. Oh dioses, que el linaje de

    Tntalo pueda verse algn da feliz y libre de infortunios!

    .

    : . HELENA. Desdichada de m! La suerte me es

    adversa. Se acab, Menelao: la profetisa Tenoe sale del palacio. 860 Rechina al abrirse la cerradura. Huye! Pero, para qu huir? Est ausente o presente, ella sabe que ests aqu. Estoy perdida, pobre de m! Te salvaste de Troya y de una tierra brbara, pero has vuelto a caer bajo brbaros filos!

    , : : . : ; 860 : , . . 865 865 TENOE. Ve t delante, llevando el sagrado

    fulgor de las antorchas, y purifica rito solemne los rincones del ter, a fin de que podamos recibir el aire limpio del cielo. Y t derrama fuego purificador en el camino, por si algn pie impo lo ha hollado, 870 y sacude a mi paso el hachn de pino llameante. Cuando hayis honrado a los dioses con el culto por m prescrito, conducid al palacio la llama del hogar... Helena, qu te parecen mis orculos? Visible tienes ante ti a tu esposo Menelao, 875 que ha venido hasta aqu privado de sus naves y de tu espectro. Desventurado! Llegaste despus de sortear grandes peligros, y no sabes si podrs regresar a tu casa o si habrs de quedarte aqu. La discordia reina entre los dioses: en este da se rene ante Zeus una asamblea para decidir sobre ti. 880 Hera, que antao fuera tu enemiga, ahora te es favorable y quiere que regreses sano y salvo a la patria en compaa de sta, a fin de que la Hlade conozca que las bodas de Alejandro, don de Cipris, no fueron ms que una mentira. Pero Cipris quiere impedir tu regreso, con objeto de no verse al descubierto 885 y de que no parezca que obtuvo su ttulo de belleza en virtud de unas falsas bodas de Helena. De m depende el desenlace, tanto si, como quiere Cipris, te pierdo dicindole a mi hermano que ests aqu, como si, de acuerdo con Hera, te salvo la vida ocultndoselo a mi hermano, 890 que me ha ordenado que le diga cundo llegas a este pas. Quin quiere ir a informar a mi hermano

    , : , , , , . 870 . , ; , . 875 , , : . , , 880 , , , : , ' 885 , , . , , , , , , 890 , ...

    17 El tema del sit tibi terra leuis es muy comn. Lo que ya no lo es tanto es la maldicin contraria.

  • 44

    Eurpides H e l e n a

    , ; de tu presencia, para mi propia seguridad? , HELENA. Oh virgen, a tus rodillas caigo

    suplicante 895 y elijo el asiento menos feliz para rogarte por m misma y por ste, a quien a duras penas he recobrado y voy a verle ya en peligro de muerte! No digas a tu hermano, te lo ruego, que mi esposo ha llegado a mis brazos amantsimos, y slvale, te lo suplico! No sacrifiques tu piedad a tu hermano, 900 comprando as una gratitud injusta y perversa. Odia el dios la violencia, y ordena a los mortales que no adquieran sus bienes mediante la rapia. 905 [Debemos renunciar a la riqueza injusta.] Bien comn es el cielo para todos los hombres, y lo es tambin la tierra, en la que nadie debe enriquecer su casa con lo ajeno, ni arrebatar nada por la fuerza.

    Felizmente para m en un sentido, y desgraciadamente en otro, 910 Hermes me entreg a tu padre, a fin de que me conservara para mi esposo, que est aqu y quiere recuperarme. Cmo, si muere, va a poder recobrarme? Y, cmo van a devolverme viva a un muerto? 915 Ahora recapacita en la orden divina y en la responsabilidad de Proteo: la divinidad y tu padre muerto, querran o no querran devolver un bien ajeno? Desde luego que s, y es por ello por lo que no debes optar por un hermano insolente en detrimento de un padre honrado. Pues si, siendo adivinadora y creyendo en los dioses, 920 pervirtieras la justicia paterna y abrazaras la causa de tu injusto hermano, seria vergonzoso que, conociendo todo lo divino, lo que es y lo que ser, no conocieses lo que es justo. Slvame a m, infeliz entre tantas desgracias, 925 concdeme una tregua en medio de mis infortunios. Nadie hay de los mortales que no aborrezca a Helena: en la Hlade dicen que traicion a mi esposo y que me fui a vivir a las casas ricas en oro de los frigios. Si regreso a la Hlade y pongo el pie de nuevo en Esparta, 930 podrn or y ver que murieron por intrigas divinas, y que yo jams traicion a los mos; entonces me restituirn la virtud perdida y casar a mi hija, con quien nadie quiere ahora casarse, y, poniendo fin a esta odiosa miseria, gozar de las riquezas que no faltan en mi morada. 935 Si hubiera muerto Menelao consumido en la hoguera, no ahorrara yo lgrimas de ternura por el ausente; pero ahora que est aqu, sano y salvo, voy a verme privada de l? No, no hagas eso, virgen, te lo suplico.

    895 , : , , : 900 , . , . . 905 , . , , 910 . ; ; : 915 ; . . , 920 , , , . , , , : 925 : . , 930 , , , , , . 935 , : ; , , :

  • 45

    Eurpides H e l e n a

    940 940 Concdeme esta gracia e imita la conducta de tu virtuoso padre, pues la gloria ms hermosa para los hijos, cuando se tiene un padre honrado, es poseer sus mismas pautas morales.

    : , .

    [] , TENOE. Dignas de piedad son las palabras que

    has pronunciado, y tambin t eres digna de piedad. 945 Pero deseo or los argumentos de Menelao en defensa de su vida.

    . 945 .

    MENELAO. Yo no soportara arrojarme a tus

    rodillas ni humedecer con lgrimas mis prpados, pues, si me mostrase cobarde, desfigurara no poco mis hazaas troyanas. 950 No obstante, dicen que es propio del varn bien nacido verter lgrimas en la adversidad, pero yo prefiero la entereza de nimo a la belleza del llanto, si es que la hay. Si te parece bien salvar a un extranjero que reclama con todo derecho a su esposa, devulvemela y slvame; 955 si no te parece bien, yo no sera ms que por ensima vez desdichado, mientras que t seras considerada en lo sucesivo como una mujer malvada. Pero lo que estimo justo y digno de m, 960 lo que ms puede hacer vibrar tu corazn, quiero decirlo sobre este sepulcro, lamentando la ausencia de tu padre: Oh anciano que habitas esta tumba de piedra! Devulveme, te lo ruego, a mi esposa, a quien Zeus te envi para que me la conservases. 965 Ya s que, estando muerto, nunca podrs devolvrmela; pero tu hija, invocado su padre desde el mundo inferior, no permitir que se hable mal de ti, en otro tiempo tan glorioso: todo depende de ella ahora.

    Oh subterrneo Hades, tambin te invoco a ti como aliado, a ti que recibiste, por causa de Helena, 970 tantos cuerpos cados bajo mi espada, y obtuviste con ello cumplida recompensa! Devulveles a todos ahora la vida, u obliga a sta a ir ms all que su piadoso padre, devolvindome a mi mujer. 975 Pero si me la arrebatis, te dir lo que ella omiti en sus palabras. Has de saber, oh virgen, que estoy obligado por juramento a combatir primero con tu hermano. Es preciso que l o yo muramos: el asunto es bien simple. 980 Si se niega al combate cuerpo a cuerpo e intenta rendirnos por hambre a nosotros dos, suplicantes junto a la tumba, he resuelto matar a Helena y clavarme en el hgado despus esta espada de doble filo sobre este mismo sepulcro, para que

    : . 950 . , , ' . , , 955 : , , . , 960 : , , , , . : 965 : . , , 970 , : , . , 975 , . , , , ' : . , 980 ,

  • 46

    Eurpides H e l e n a

    nuestra sangre, en arroyos, resbale por su superficie. Y yaceremos juntos los dos, 985 muertos sobre esta tumba bien pulida, para dolor eterno tuyo y deshonor para tu padre. Jams tu hermano, pues, desposar a Helena, ni l ni ningn otro. Soy yo quien me la llevar, 990 si no a mi casa, s a la de los muertos. Pero, a qu todo esto? Hubiera conseguido ms piedad derramando lgrimas como una mujer, que mostrndome resuelto. Mtanos, si quieres: no nos matars deshonrados. Pero no, mejor es que te dejes guiar por mis palabras, 995 y, as, t sers justa y yo recobrar a mi esposa.

    ' , : 985 , , . : , , .990 ; . , : : , . 995 , , : CORIFEO. En tu mano est decidir, doncella,

    sobre estos discursos. Juzga, pues, de manera que nos complazca a todos.

    , .

    , TENOE. Nac piadosa y quiero seguir sindolo.

    Me respeto a m misma 1000 y no podra manchar la gloria de mi padre, ni caera en deshonra por favorecer a mi hermano. Dentro de m se alza, desde mi nacimiento, un magno santuario de la justicia; por ese sentido de la equidad, que he recibido de Nereo, intentar salvar a Menelao. 1005 Mi voto se lo dar a Hera, puesto que desea tu bien. Y que Cipris me sea favorable, por ms que no haya habido trato entre ella y yo, pues aspiro a ser siempre virgen. En relacin con los reproches que toco has dirigido ami padre delante de su tumba18, 1110 convengo contigo en que sera injusta si no te devolviese a tu esposa, pues, si Proteo estuviera vivo, ya tendras a Helena y ella a ti. No hay duda de que existe una sancin punitiva para los muertos, como para todos los hombres vivos. El espritu de los difuntos ya no vive, 1015 pero conserva una consciencia inmortal al verse sumergido en el inmortal ter.18bis Pero no quiero alargar mi discurso: callar lo que me habis rogado que calle. Me niego a colaborar en la locura de mi hermano. 1020 Le estoy haciendo un favor, aunque no lo parezca, si le vuelvo piadoso a l, que es impo. En cuanto a vosotros, debis encontrar alguna forma de escapar.

    , , 1000 . : , , . , , 1005 : , : . , . , 1010 : , . : , 1015 . , , . , 1020 . ,

    18 Pintoresca manera de interpretar los versos 965 y siguientes.

    18bis Esta doctrina de una relativa inmortalidad personal, puesta en labios de Tenoe, responde al vago misticismo de la

    profetisa, rasgo fundamental de su carcter como personaje. Quien quiera ir ms all y ver filosofa preplatnica y muchas cosas ms en el pasaje, que lo haga. A m no me seduce lo ms mnimo.

  • 47

    Eurpides H e l e n a

    . Yo me mantendr al margen y guardar silencio. Comenzad por los dioses: 1025 rogad a Cipris que os permita regresar a la patria, y suplicad a Hera que persista en la idea de salvaros a ti y a tu esposo. Y t, padre mo difunto, puedes estar seguro de que, en la medida de mis fuerzas, jams te llamarn impo a ti, que fuiste tan piadoso.

    , 1025 . , , , .

    , 1030 CORIFEO. Ningn hombre injusto ha conseguido

    ser feliz. 1030 La esperanza de salvacin reside en una causa justa.

    .

    , : HELENA. Menelao, por parte de esta virgen

    estamos salvados. Ahora te toca a ti encontrar el medio de nuestra salvacin definitiva.

    . : 1035 1035 MENELAO. Escucha, pues. Hace mucho

    tiempo que vives en esta casa: tienen que serte familiares los sirvientes del rey.

    .

    ; HELENA. Por qu dices eso? Me infundes

    esperanza, como si fueras a hacer algo bueno para los dos.

    .

    MENELAO. Podras convencer a alguno 1040

    de los que estn a cargo de las cuadrigas, para que nos diese uno de sus carros?

    , ; 1040

    : HELENA. Podra hacerlo. Pero, cmo huir, si

    desconocemos los caminos de este pas brbaro? ; . , , MENELAO. Es imposible, tienes razn. Y si,

    oculto dentro del palacio, doy muerte al rey con esta espada de doble filo?

    ;

    1045 1045 HELENA. La hermana no soportara en

    silencio que tuvieses t la intencin de matar a su hermano.

    .

    MENELAO. No tenemos tampoco nave en la que

    huir: bajo el mar est la que tenamos. : .

  • 48

    Eurpides H e l e n a

    , . HELENA. Escchame, si es que una mujer puede

    hablar con sensatez: 1050 quieres pasar por muerto sin estarlo?

    , , ; 1050

    : , MENELAO. Mal presagio es se. Pero, si en ello

    gano, no tengo inconveniente en morir de palabra, estando de hecho vivo.

    .

    HELENA. Te llorar delante de ese impo con el

    pelo cortado y con lamentos fnebres, como hacen las mujeres.

    .

    ; 1055 1055 MENELAO. Y se va a ser el medio de

    nuestra salvacin? Parece un truco muy gastado. . HELENA. Fingir que has muerto en el mar y

    pedir al tirano de esta tierra el favor de dedicarte un cenotafio.

    .

    : MENELAO. Supn que te lo concede. 1060

    Cmo nos pondremos a salvo sin nave, una vez consagrado el cenotafio?

    ; 1060

    , HELENA. Har que me proporcione una

    embarcacin, desde la cual dejar caer mi ofrenda funeraria en los brazos del mar.

    .

    : MENELAO. Has dicho bien, salvo en un punto: si

    te ordenase llevar a cabo mis exequias en tierra firme, todo tu plan se vendra abajo.

    , .

    1065 1065 HELENA. Dir que no es costumbre en la

    Hlade sepultar en tierra a quienes han muerto en el mar.

    .

    : MENELAO. Me has convencido. Despus me

    embarcar contigo y depositar en tu misma nave las ofrendas fnebres.

    .

  • 49

    Eurpides H e l e n a

    HELENA. Es imprescindible que vengis t y tus

    marineros, 1070 los que escaparon del naufragio. . 1070 , MENELAO. Y si puedo llegar a la nave an

    anclada, har que mis hombres formen en filas, cada uno con su espada.

    .

    : HELENA. T debes dirigirlo todo: basta con que

    nos sean favorables los vientos en las velas y el recorrido de la nave.

    .

    : . 1075 1075 MENELAO. As ser. Los dioses pondrn

    fin a mis pe nas. Pero, por quin dirs que te has enterado de mi muerte?

    ;

    : HELENA. Por ti. Declarars que, navegando con

    el hijo de Atreo, eres el nico que escap a la muerte, y que le has visto morir.

    .

    MENELAO. Por lo dems, estos harapos que me

    cubren 1080 sern testigos probatorios del naufragio. . 1080 , : HELENA. A propsito vienen, aunque en el

    momento del desastre fueran inoportunos. Lo que fue una desgracia es ahora una suerte.

    . MENELAO. Debo acompaarte al palacio, o es

    mejor que me quede tranquilamente junto a esta tumba?

    ;

    : , 1085 1085 HELENA. Qudate aqu, pues, si intentan

    algo contra ti, esta tumba y tu espada te protegern. Yo, por mi parte, ir al palacio, y all me cortar los bucles, cambiar mis vestidos blancos por otros negros y trazar surcos sangrantes con las uas en mis mejillas. 1090 Terrible se presenta la lucha, y veo dos alternativas: o tengo que morir, si me sorprenden en mi intriga, o regreso a la patria y consigo salvarte. Augusta Hera, t que yaces en el lecho de Zeus, alivia las fatigas de dos mortales dignos de lstima! 1095 Te lo rogamos levantando nuestros brazos

    . . , : 1090 , , . , , 1095 , .

  • 50

    Eurpides H e l e n a

    , ' , tendidos al cielo, donde habitas entre los astros multicolores. Y t, que por mis bodas recibiste el galardn de la belleza, Cipris, hija de Dione, no consientas mi ruina. Bastante dao me has causado hasta aqu, entregando mi nombre, 1100 no mi cuerpo, a los brbaros. Y, si quieres que muera, permteme morir en la tierra de mis padres. Por qu eres insaciable de males y no dejas de fabricar amores engaosos, invenciones falaces y filtros que ensangrientan la