estudio actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion guadiana

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Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal en la población de 6 a 10 años del entorno del Guadiana

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Actividad física, obesidad, alimentación e imagen corporal en la población de 6 a 10 años del entorno del Guadiana

H e w l e t t - P a c k a r d

Inmaculada Tornero Quiñones y Eduardo José Fernández Ozcorta (coordinadores)

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Actividad física, obesidad, alimentación e imagen corporal en la población de 6 a 10 años del entorno del Guadiana

H e w l e t t - P a c k a r d

Inmaculada Tornero Quiñones y Eduardo José Fernández Ozcorta (coordinadores)

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ACTIVIDAD FÍSICA, OBESIDAD, ALIMENTACIÓN E IMAGEN CORPORAL EN LA POBLACIÓN DE 6 A 10 AÑOS DEL ENTORNO DEL GUADIANA.

Coordinadores del libroInmaculada Tornero Quiñones y Eduardo José Fernández Ozcorta

Autores Carlos Manuel Afonso Pereira1

Eduardo José Fernández Ozcorta2

Pedro Sáenz-López Buñuel2Ángela Sierra Robles2

Hélder Manuel da Silva3

Inmaculada Tornero Quiñones2

1Chefe da Divisão de Desporto e Saúde. Câmara Municipal de Vila Real de Santo António2 Departamento de Educación Física, Música y Artes Plásticas. Universidad de Huelva.3Agrupamento de Escolas de Castro Marim. Coordenador (Sotavento) do ProjetoEscola-

Ativa da DREalg

FINANCIA

INSTITUCIONES PARTICIPANTES

COLABORAN

EDITORIAL Y CRÉDITOS

Editorial: Copiadoras Bonanza S.L.Isbn: 978-84-616-4624-1Depósito Legal: H 99-2013

Autorías de fotos:Exposición “Al hilo del Guadiana”. Junta de Andalucía (portada, foto 2)Mancomunidad de Municipios Beturia (foto 1)Carlos Manuel Afonso Pereira (fotos 5, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 16)Pedro Sáenz-López Buñuel (fotos 3, 4, 6, 14, 17, 18)Ángela Sierra Robles (foto 15)

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La obesidad es una enfermedad crónica, posiblemente la enfermedad del siglo XXI. La ver-dad es que el mundo ha sufrido innumerables cambios y evolución es la palabra clave. Pero será la evolución beneficiosa en todos los sentidos ¿ Mientras que la tecnología avanza surgen algunos retrocesos en los hábitos más elementales y saludables de cuerpo humano. La alimentación y el ejercicio físico se volverán puntos de vista contradictorios. El hecho de comer se volvió masivo, rápido, excesivo, desprovisto de lo esencial… ya la practica física decreció en hábitos y periodi-cidad. El sedentarismo es real y para cambiar este paradigma tienen que tomarse medidas que favorezcan un cambio general en el estilo de vida y que comprometa no solo a los profesionales de la salud, a los centros educativos, a los padres y a toda la población civil. Cierto es que la lucha contra el sedentarismo requiere prevención, hábitos y practicas saludables, y por encima de todo pedagogía. Se trata de educar a los jóvenes desde su más tierna edad en hábitos que ofrezcan sa-lud, calidad de vida, bienestar y longevidad.

En el Bajo Guadiana el panorama de la obesidad se repite y el presente estudio aquí retratado es la antesala de la necesidad de una estrategia concertada para la prevención, para enraizar hábi-tos saludables y para poder vivir con ellos de forma feliz y placentera.

Dentro de la muestra seleccionada de alumnos de los centros educativos del Bajo Guadiana los resultados ya indican sedentarismo y acusan obesidad entre nuestros jóvenes. Hay que aumentar el nivel de actividad física, promover una alimentación saludable y educar para una mejor calidad de vida. La adopción de ampliación de prácticas saludables puede y debe ser una herramienta po-derosa que, aliada a los productos y recursos endógenos del Bajo Guadiana pueda ser la respuesta a los transtornos alimenticios, debiendo incluso ser vista como una estrategia prioritaria de salud pública.

Vamos a convertir a nuestros jóvenes de hoy en adultos de mañana, en personas activas y saludables. Vamos a convertir este estudio en una herramienta de ejemplos y éxitos no solo para las generaciones venideras, sino para las actuales que constituyen el futuro del Bajo Guadiana portugues y español.

El presidente de la Asociación Odiana.

Dr. José Fernández Estevens.

PRÓLOGO

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Este estudio fue financiado por el proyecto de Turismo Activo Guadiana [TAG], una iniciati-va de cooperación entre el Algarve - Alentejo - Andalucía a través del Programa de Cooperación Transfronteriza Portugal-España [POCTEP] 2007-2013, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional – FEDER y por los Ayuntamientos de Ayamonte, la Mancomunidad de Municipios Beturia y las Cámaras de Vila Real, Castro Marim, Mertola y la Asociación Odiana.

Desde el principio, la idea de este libro contó con el apoyo pleno de la Asociación Odiana y del Proyecto Escuela Activa (Gabinete del Deporte Escolar) de las Direcciones de Servicios del Algarve y Alentejo – Dirección General de los Establecimientos Escolares del Ministerio de Edu-cación y Ciencia de Portugal.

Valoramos la iniciativa de los municipios de ambos lados del Guadiana. En España han par-ticipado Ayamonte y la Mancomunidad de Municipios Beturia (El Almendro, El Granado, San Bartolomé de la Torre, San Silvestre de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana, Villablanca y Villanueva de los Castillejos). En Portugal han participado los municipios del Algarve, Alcoutim, Castro Ma-rim y Vila Real de Santo Antonio del Algarve y Mértola del Alentejo.

Agradecemos especialmente la excelente disposición de los equipos directivos y profesorado

de los colegios participantes (CEIP):• En Beturia: Aderán III; Aderám II; Naranjo Moreno; San Roque; San Matías. • En Ayamonte: Galdames; Padre Jesús; Rodrigo de Xerez; Moreno y Chacón; La

Higuerita y Virgen del Carmen.• En Vila Real de Santo António: Agrupamento D. José I, (EB de Monte Gordo, EB

Caldeira Alexandre, EB António Aleixo e EB Santo António); Agrupamento de Escolas de Vila Real de Santo António, (EB Manuel Cabanas, em Vila Nova de Cacela).

• Escolas de Alcoutim: EB Prof. Joaquim Moreira, Martinlongo, EB de Alcoutim. • Escolas de Castro Marim: EB de Odeleite, EB de Altura, EB nº 1 de Castro Marim. • Escolas de Mértola: EB de Mértola, EB de Penilhos, EB de S. Miguel do Pinheiro, EB

de Santana de Cambas, EB de Algodor, EB da Mina de S. Domingos, EB da Corte do Pinto.

En la toma de datos de los colegios españoles han colaborado Bartolomé J. Almagro, Cristina Conde, José Antonio Rebollo, Rosa Mª Abreu y Antonio J. Venegas. Gracias por vuestro entusias-mo y por aportar vuestra profesionalidad.

En la toma de datos de los colegios de Portugal, han colaborado, en Alcoutim la profesora Sabrina Gonçalves, en Mértola el profesor Deodato Tavares y en Castro Marim el profesor Flávio Oliveira. En Vila Real de Santo António los Professores Hugo Viegas y Marlene Cortez y los alu-En Vila Real de Santo António los Professores Hugo Viegas y Marlene Cortez y los alu-nos (estagiários da Ualg) Nuno Cruz, Sara Gomes y Tiago Cruz, y los colaboradores Tiago Cristo, Marco Nuno, Jaques Pereira, Ana Isa y Lucinda Cosme. En Mértola ha colaborado el profesor Deodato Tavares. Muchas gracias por vuestro empeño, dedicación y entusiasmo.

AGRADECIMIENTOS

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A nivel institucional, las numerosas reuniones se han desarrollado en tres lugares: en la sede de la Asociación Odiana en Castro Marim, en la Biblioteca Municipal Vicente Campinas de Vila Real de Santo Antonio y en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Huelva.

Muchas gracias a los auténticos protagonistas del trabajo, a todo el alumnado que con tanta

ilusión ha participado en la toma de datos, así como a los padres y madres que han autorizado y, en algún caso, colaborado directamente con los resultados.

Los autores

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La sociedad actual está fomentando unos estilos de vida que se alejan de las recomendaciones de los expertos en Salud. Particularmente, los hábitos de Actividad Física (AF) y de alimenta-ción son algunas de las principales causas de enfermedades con gran prevalencia en la actualidad (obesidad, diabetes, hipocinesias...) y están estrechamente relacionadas con los trastornos de la conducta alimentaria. En las últimas décadas, se ha observado un aumento de la prevalencia de obesidad a causa de una vida más sedentaria con escasa AF y comidas con excesivo contenido energético. Las niñas y niños obesos tienen una mayor probabilidad de seguir siéndolo durante su edad adulta y con frecuencia son objeto de discriminación y estigmatización social afectando a su autoestima y aceptación de la propia Imagen Corporal (IC). La consolidación de práctica de AF y de una alimentación saludable tiene en la infancia su momento decisivo. Por tanto, la prevención de estos hábitos poco saludables es una estrategia prioritaria de salud pública que requiere una ac-ción inmediata y una participación activa de profesionales de la salud, educadores, padres, medios de comunicación, responsables de las distintas administraciones y sociedad civil.

Con estos antecedentes, se pretendió en este estudio describir y relacionar los hábitos de AF y sedentarismo, los patrones de alimentación, el Índice de Masa Corporal (IMC), la satisfacción con la IC en los municipios colindantes al Guadiana en Portugal y España, comparando también ambas poblaciones.

La muestra fue de 2.285 estudiantes de primaria de 6 a 10 años del bajo Guadiana, correspon-dientes a los municipios de Ayamonte y de la Mancomunidad de Municipios Beturia (El Almen-dro, El Granado, San Bartolomé de la Torre, San Silvestre de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana, Villablanca y Villanueva de los Castillejos) en España; y Algarve (Alcoutim, Castro Marim y Vila Real de Santo António) y Alentejo (Mértola) en Portugal.

El índice de AF fue evaluado con el test corto de AF Krece Plus. El IMC se calculó a través de la medición del peso y estatura. La calidad de la dieta a través del cuestionario KIDMED. La satisfacción con la IC se midió con las figuras de Collins. Se incluyeron un par de ítems relaciona-dos con hábitos televisivos.

Tras el diseño del cuestionario se contactó con los centros educativos para solicitar su colabo-ración con el estudio y las correspondientes autorizaciones. Los cuestionarios y las mediciones se realizaron en horario escolar. Los datos fueron analizados a través del programa estadístico SPSS versión 20.

Entre los resultados más relevantes, se ha encontrado que el nivel de AF está por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay un 22,5% de niños con sobrepeso y un 11,1% con obesidad. Casi la mitad de la muestra necesita mejorar su dieta. Más del 60% está insatisfecho con su IC. La mayoría de los niños tienen Televisión (TV) en su cuarto y comen viéndola. La mayoría del alumnado con peso normal, con buena alimentación y con satisfacción con su IC tiene mejores puntuaciones en los niveles de AF. La mayoría de los niños obesos come en casa y los normopeso en el colegio.

RESUMEN

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La población portuguesa presenta mejores niveles de AF, mejor alimentación, ven más la TV comiendo. Por su parte, la muestra española presenta más niveles de obesidad y más satisfacción con su IC.

En base a estos datos, se finaliza con una serie de recomendaciones a la familia, a la escuela, a la administración y a las instituciones encargadas de gestionar las actividades deportivas.

Foto 1.

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AF - Actividad FísicaAFD - Actividad Físico-DeportivaEF - Educación FísicaIC - Imagen CorporalIMC - Índice de Masa CorporalKIDMED - Adherencia a la Dieta Mediterránea en la infanciaOMS - Organización Mundial de la SaludTV - Televisión

LISTADO DE ACRÓNIMOS

Foto 2.

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1. Introducción y justificación ..................................................................................... 17

2. Relación de la AF con la salud ................................................................................. 19

3. Sobrepeso y obesidad ...............................................................................................27

4. Metodología del estudio en el entorno del Guadiana..............................................374.1. Contexto y sujetos ................................................................................................................ 374.2. Variables e instrumentos ...................................................................................................... 394.3. Procedimiento ....................................................................................................................... 42

5.- Análisis de la muestra total .....................................................................................45 5.1. Descriptivos ........................................................................................................................... 455.2. AF, género y ciclo.................................................................................................................. 495.3. AF e IMC, género y ciclo ..................................................................................................... 495.4. AF con IC, género y ciclo .................................................................................................... 505.5. AF y alimentación ................................................................................................................. 505.6. AF y televisión ....................................................................................................................... 515.7. IMC, género y ciclo............................................................................................................... 525.8. IMC, alimentación y AF ....................................................................................................... 525.9. IMC e IC atendiendo al género .......................................................................................... 535.10. IMC y otras variables de estudio ...................................................................................... 555.11. Alimentación e IC ............................................................................................................... 555.12. Alimentación y televisión .................................................................................................. 55

6. Datos en España ......................................................................................................57 6.1. Descriptivos ........................................................................................................................... 576.2. AF, género y ciclo.................................................................................................................. 596.3. AF e IMC, género y ciclo ..................................................................................................... 606.4. AF e IC, género y ciclo ........................................................................................................ 62 6.5. AF y alimentación ................................................................................................................. 646.6. AF y televisión ....................................................................................................................... 646.7. IMC, género y ciclo............................................................................................................... 656.8. IMC, alimentación y AF ....................................................................................................... 666.9. IMC e IC atendiendo al género .......................................................................................... 666.10. IMC y otras variables de estudio ...................................................................................... 686.11. Alimentación e IC ............................................................................................................... 686.12. Alimentación y televisión .................................................................................................. 686.13. Perfil de la muestra española ............................................................................................. 70

ÍNDICE

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7. Datos en Portugal .................................................................................................... 71 7.1. Descriptivos ........................................................................................................................... 717.2. AF, género y ciclo.................................................................................................................. 757.3. AF e IMC, género y ciclo ..................................................................................................... 757.4. AF e IC, género y ciclo ........................................................................................................ 75 7.5. AF y alimentación ................................................................................................................. 757.6. AF y televisión ....................................................................................................................... 767.7. IMC, género y ciclo............................................................................................................... 767.8. IMC, alimentación y AF ....................................................................................................... 767.9. IMC e IC atendiendo al género .......................................................................................... 767.10. IMC y otras variables de estudio ...................................................................................... 777.11. Alimentación e IC ............................................................................................................... 777.12. Alimentación y televisión .................................................................................................. 777.13. Perfil de la muestra portuguesa ......................................................................................... 78

8. Comparativa entre Portugal y España .................................................................... 798.1. AF ............................................................................................................................................ 798.2. IMC ......................................................................................................................................... 808.3. Alimentación .......................................................................................................................... 808.4. IC ............................................................................................................................................. 818.5. Comer en el colegio .............................................................................................................. 828.6. Comer viendo la televisión .................................................................................................. 838.7. Tener televisión en el dormitorio ....................................................................................... 83

9. Análisis de los resultados .........................................................................................85 9.1. Nivel de AF ............................................................................................................................ 859.2. IMC ......................................................................................................................................... 879.3. Alimentación .......................................................................................................................... 87

10. Conclusiones y recomendaciones ..........................................................................8910.1. Conclusiones ....................................................................................................................... 8910.2. Recomendaciones para la familia ..................................................................................... 91 10.3. Recomendaciones para la administración educativa y para la escuela ........................ 9610.4. Recomendaciones para el municipio y los patronatos municipales de deportes ...... 97

11. Bibliografía .............................................................................................................99

12. Anexo: cuestionario .............................................................................................. 103

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Carlos Manuel Afonso PereiraEduardo José Fernández Ozcorta

Pedro Sáenz-López BuñuelÁngela Sierra Robles

Hélder Manuel da SilvaInmaculada Tornero Quiñones

En la actualidad los niños reciben la influencia del contexto familiar y social en el que se desenvuelven, y sus hábitos saludables (AF o alimentación, entre otros) reflejan las presiones de los medios de comunicación, que no siempre coinciden con las recomendaciones de una vida saludable adecuada (Espejo, Vázquez, Benedí y López, 2009).

Los hábitos de AF y alimentarios inadecuados son una de las principales causas de algunas de las enfermedades con mayor prevalencia en la actualidad (obesidad, diabetes, hipocinesias...) (Matsudo et al., 2002), y están estrechamente relacionadas con los trastornos de la conducta ali-mentaria.

La obesidad es un problema social de primer orden, debido a su prevalencia y a su relación causal entre ésta y otros trastornos de la salud. La consolidación de práctica de AF y de una alimentación saludable tiene en la infancia su momento decisivo (Trinidad et al., 2012). En las últimas décadas, se ha observado un aumento de la prevalencia de obesidad a causa de una vida más sedentaria con escasa AF y comidas con excesivo contenido energético (Loureiro, Matos, Calmeiro y Diniz, 2009; Sallis, 2000).

Las niñas y niños obesos tienen una mayor probabilidad de seguir siéndolo durante su edad adulta (Gómez et al., 2012) y con frecuencia son objeto de discriminación y estigmatización social (Solbes, 2009), afectando a su autoestima y aceptación de la propia IC (Best, 2000).

La preocupación por el aspecto corporal ha sido tradicionalmente propia del género femenino, pero actualmente afecta también a los varones. Esta preocupación comienza a expresarse cada vez en edades más tempranas y se relaciona erróneamente con una imagen saludable (González-Montero et al., 2010).

La prevención de estos hábitos poco saludables es una estrategia prioritaria de salud pública que requiere una acción inmediata y una participación activa de profesionales de la salud, educa-dores, padres, medios de comunicación, responsables de las distintas administraciones y sociedad civil (Espejo et al., 2009).

1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN

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Objetivos

Se hace necesario, por tanto abordar estudios que describan y den respuesta a algunas de estas necesidades. Los objetivos del presente estudio que se enumeran a continuación, se dividen por una lado, en relación a la muestra en general, de España y Portugal, y por otro lado, comparando dichas muestras:

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Objetivos

Se hace necesario, por tanto abordar estudios que describan y den respuesta a algunas de estas necesidades. Los objetivos del presente estudio que se enumeran a continuación, se dividen por una lado, en relación a la muestra en general, de España y Portugal, y por otro lado, comparando dichas muestras:

2. Relación de la actividad física con la salud

En relación a la muestra en general, de España y Portugal:

•Conocer la práctica de AF que realizan los escolares del bajo Guadiana, •Describir el IMC de los escolares. •Indagar en la calidad de la dieta. •Analizar la satisfacción con la IC. •Conocer los hábitos relacionados con la TV. •Analizar la relación entre la AF y el IMC. •Relacionar la AF con la IC. •Relacionar entre AF y la calidad de la dieta mediterránea del alumnado. •Estudiar la relación entre AF y hábitos sedentarios de televisión. •Analizar la relación entre el IMC y la alimentación en función de la AF comer en el colegio y hábitos sedentarios de televisión.

•Indagar en la relación entre el IMC y la IC. •Analizar la relación entre el IMC con otras variables del estudio. •Conocer la relación entre la calidad de la dieta mediterránea y la IC, •Relacionar la calidad de la dieta con otras variables.

Comparando dichas muestras:

•Comparar la AF, IMC, calidad de la dieta mediterránea, IC, comer en el colegio, y hábitos de sedentarismo de televisión entre los escolares de España y Portugal.

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Eduardo José Fernández OzcortaPedro Sáenz-López Buñuel

Ángela Sierra RoblesInmacualda Tornero Quiñones

A la hora de establecer las relaciones entre la AF y la salud, aparecen en la literatura específica dos posturas diferenciadas, la preventiva-terapéutica y la orientada al bienestar.

Figura 1.- Perspectivas de relación entre AF y salud

Tradicionalmente desde la medicina se ha defendido la idea del gran potencial curativo y pre-ventivo de la AF. Se considera que la práctica de AF provoca adaptaciones orgánicas que mejoran, inexcusablemente, el estado de salud. La AF adquiere un valor preventivo o terapéutico igual que un fármaco, aunque no se puede olvidar que algunas veces esta misma práctica supone un riesgo para nuestra salud. Hablamos de los enfoques de la AF como acción rehabilitadora y preventiva.

La perspectiva rehabilitadora considera a la AF como si de un medicamento se tratara, es decir, un instrumento mediante el cual puede recuperarse la función corporal enferma o lesionada y paliar sus efectos negativos sobre el organismo humano.

La segunda perspectiva, la preventiva, utiliza la AF para reducir el riesgo de que aparezcan determinadas enfermedades o se produzcan lesiones. Así un estilo de vida físicamente activo nos puede asegurar menos visitas al centro de salud.

Tanto la perspectiva rehabilitadora como la preventiva se encuentran estrechamente vincula-das a la enfermedad y la lesión, pero si queremos ver aumentadas las relaciones de la AF con la salud más allá de la enfermedad, debemos incorporar la perspectiva orientada al bienestar (Jimé-nez, 2006).

2. RELACIÓN DE LA AF CON LA SALUD

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2. Relación de la actividad física con la salud

Eduardo José Fernández Ozcorta Pedro Sáenz-López Buñuel

Ángela Sierra Robles

A la hora de establecer las relaciones entre la AF y la salud, aparecen en la literatura específica dos posturas diferenciadas, la preventiva-terapéutica y la orientada al bienestar.

Figura 1.- Perspectivas de relación entre actividad física y salud

Tradicionalmente desde la medicina se ha defendido la idea del gran

potencial curativo y preventivo de la AF. Se considera que la práctica de AF provoca adaptaciones orgánicas que mejoran, inexcusablemente, el estado de salud. La AF adquiere un valor preventivo o terapéutico igual que un fármaco, aunque no se puede olvidar que algunas veces esta misma práctica supone un riesgo para nuestra salud. Hablamos de los enfoques de la AF como acción rehabilitadora y preventiva.

La perspectiva rehabilitadora considera a la AF como si de un medicamento se tratara, es decir, un instrumento mediante el cual puede recuperarse la función corporal enferma o lesionada y paliar sus efectos negativos sobre el organismo humano.

La segunda perspectiva, la preventiva, utiliza la AF para reducir el riesgo de que aparezcan determinadas enfermedades o se produzcan lesiones. Así un estilo de vida físicamente activo nos puede asegurar menos visitas al centro de salud.

Tanto la perspectiva rehabilitadora como la preventiva se encuentran estrechamente vinculadas a la enfermedad y la lesión, pero si queremos ver aumentadas las relaciones de la AF con la salud más allá de la enfermedad, debemos incorporar la perspectiva orientada al bienestar (Jiménez, 2006).

Perspectiva rehabilitadora

Perspectiva preventiva

Perspectiva orientada al

bienestar

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Esta perspectiva, la orientada al bienestar, considera que la AF contribuye al desarrollo perso-nal y social, independientemente de su utilidad para la rehabilitación o prevención de las enfer-medades o lesiones.

Es decir, se trata de ver en la AF un elemento que puede contribuir a mejorar la existencia humana más allá de la supervivencia, de manera que nos permita hablar de calidad de vida.

Se refiere a la práctica de la AF porque sí, porque nos divierte y nos llena de satisfacción, por-que nos sentimos bien, porque nos ayuda a conocernos mejor, porque hacemos algo por nosotros mismos, porque nos permite saborear una sensación especial o porque nos sentimos unidos a los demás y a la naturaleza. Bajo esta perspectiva, se nos aclara que los beneficios psicológicos y so-ciales que la AF ofrece son previos a los beneficios orgánicos (los alcanzados por las perspectivas rehabilitadora y preventiva). Además, actualmente se considera que el impacto de la AF sobre la salud no debería recaer tanto en beneficios fisiológicos a largo plazo como en los beneficios psi-cológicos y sociales a corto plazo, tales como el bienestar global y el disfrute entre los practicantes.

Por lo tanto, además de los criterios cuantitativos (tipo, frecuencia, intensidad, duración) que nos garantizan si las actividades que desarrollamos están en los márgenes razonables para con-siderarlas como saludables, buscaremos otro tipo de criterios de orden cualitativo. Bajo estos criterios cualitativos, la AF orientada al bienestar tiene que participar de los siguientes criterios (Devís, 2000):

• Adaptada a las características personales.• De moderada a vigorosa, es decir, entre una intensidad que permita a cualquier persona

una práctica constante durante largo tiempo y otra intensidad que lleve a la sudoración y el jadeo en la respiración.

• Habitual y frecuente de manera que forme parte del estilo de vida de las personas.• Orientada al proceso de la práctica más que al producto o excelencia atlética.• Satisfactoria y relacional, es decir, que permita la interacción positiva entre las personas.• Respetuosa con el medio ambiente.• Favorecedora del desarrollo de habilidades sociales que sirvan para llevar una vida

mejor.

Si analizamos las características, cuantitativas y cualitativas de la AF recomendada para pobla-ción infantil que se presentan en la pirámide de AF de forma gráfica y sencilla, vemos que la reali-dad que nos encontramos dista de la necesaria para alcanzar mejoras sobre nuestra salud integral.

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Figura 2.- La pirámide de AF infantil. (Adaptada de Corbinand and Lindsey, 2007. En Ministerio de Sanidad y Consumo y Ministerio de Educación y Ciencia. AF y salud en la infancia y la adolescencia, guía para todas las personas que participan en su educación, p. 40. Versión electrónica disponible en http://www.msc.es/ciudadanos/proteccionSalud/adultos/actiFisica/docs/ActividadFisicaSaludEspanol.pdf

Por esta razón, el estudio de la AF realizada por los escolares es recurrente en la literatura especializada. Los datos de la OMS estiman que la inAF provoca 1,9 millones de muertes en todo el mundo. Desde los años 90 se hace hincapié en prestar mayor atención a la escuela y la familia como objetivo base para el estudio del sedentarismo (Stone, McKenzie, Welk y Booth, 1998).

En cuanto a los beneficios (tabla 1) de llevar un estilo de vida activo, la evidencia científica, su-giere que incluso en bebés y en etapas evolutivas primarias mejora las medidas de adiposidad, las habilidades motoras, el desarrollo cognitivo, la salud psicosocial (Timmons, 2012) y el rendimien-to académico (Singh, Uijtdewilligen, Twisk, Mechelen y Chinapaw, 2012), además de ser un trata-miento eficaz en el exceso de peso infantil y en problemas cardio-metabólicos (Ho et al., 2012).

La actividad físico deportiva recomendada por la OMS, para obtener biológicos en una pobla-ción de entre los 5 y 17 años, es de al menos 60 minutos diarios de intensidad moderada a vigo-rosa. Puede realizarse de forma continua o fraccionada en periodos de 10 minutos, si se emplea más tiempo se alcanzarán mayores beneficios. Las actividades recomendadas son de tipo aeróbico. Convendría que como mínimo que se realizarán tres veces por semana. Si se cumpliesen las reco-mendaciones mínimas sólo invertiríamos un 1,67% de los minutos que tiene la semana. Además las actividades motrices llevadas a cabo de forma jugada pueden contribuir entre un 5-40% a cumplir los niveles recomendados de AF (Ridgers, Stratton y Fairclough, 2006).

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Además, para que los niños y jóvenes obtengan beneficios generalizados, la AF debería ser en su mayor parte aeróbica y convendría incorporar regularmente tres o más días a la semana activi-dades vigorosas, en particular para fortalecer los músculos y los huesos.

Bellerín y Delgado (2010) describen y ejemplifican estos tipos de ejercicios:

• Ejercicios de tipo aeróbico. También conocido como ejercicio cardiovascular se refiere a aquellos movimientos rítmicos y repetidos que involucran a grandes grupos musculares. Andar, correr, saltar, nadar, bailar, montar en bicicleta, etc. son ejemplos.

• Ejercicios de fortalecimiento muscular. Se trata de aquellos ejercicios que hacen trabajar a los músculos más de lo habitual en las actividades cotidianas, lo cual se conoce como “sobrecarga”. La sobrecarga, es el estímulo que conlleva un desajuste o desequilibrio en el organismo. La adaptación del organismo a la nueva situación, es la base de la mejora de la forma física. En personas jóvenes, las actividades de fortalecimiento muscular pueden ser muy variadas y preferentemente estarán basadas en el juego: por ejemplo subirse a un árbol, dos o más personas tirando de una cuerda en direcciones opuestas, cargar con un compañero en el colegio, etc.; o pueden estar también basadas en levantamiento de pesos en un centro deportivo o escuela, así como trabajo con bandas elásticas. Estas últimas requieren que se realicen bajo la supervisión de un especialista.

• Ejercicios de fortalecimiento/crecimiento óseo. El hueso es un órgano que se estimula con impacto o tracción, cuanto mayor y más frecuente es el estímulo (sin sobrepasar los límites y producir lesión) mayor es el crecimiento y fortalecimiento del hueso. Todas aquellas actividades que suponen un impacto repetido tales como la carrera, saltar a la comba, fútbol, baloncesto, tenis, etc. se consideran ejercicios de fortalecimiento/crecimiento óseo. Es importante tener en cuenta, que ciertas actividades pueden aunar

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semana. Si se cumpliesen las recomendaciones mínimas sólo invertiríamos un 1,67% de los minutos que tiene la semana. Además las actividades motrices llevadas a cabo de forma jugada pueden contribuir entre un 5-40% a cumplir los niveles recomendados de actividad física diaria (Ridgers, Stratton y Fairclough, 2006).

Tabla 1. Beneficios para la salud asociados a la práctica regular de AF en menores Hay FUERTE evidencia de que practicar AF de forma regular MEJORA:

La capacidad aeróbica y la fuerza muscular La salud ósea El perfil lipídico Tensión arterial Resistencia a la insulina La composición corporal

Hay MODERADA evidencia de que practicar AF de forma regular REDUCE: Los síntomas de depresión y ansiedad

Además, para que los niños y jóvenes obtengan beneficios generalizados, la actividad física debería ser en su mayor parte aeróbica y convendría incorporar regularmente tres o más días a la semana actividades vigorosas, en particular para fortalecer los músculos y los huesos.

Bellerín y Delgado (2010) describen y ejemplifican estos tipos de ejercicios:

- Ejercicios de tipo aeróbico. También conocido como ejercicio cardiovascular se refiere a aquellos movimientos rítmicos y repetidos que involucran a grandes grupos musculares. Andar, correr, saltar, nadar, bailar, montar en bicicleta, etc. son ejemplos.

- Ejercicios de fortalecimiento muscular. Se trata de aquellos ejercicios que hacen trabajar a los músculos más de lo habitual en las actividades cotidianas, lo cual se conoce como "sobrecarga". La sobrecarga, es el estímulo que conlleva un desajuste o desequilibrio en el organismo. Laadaptación del organismo a la nueva situación, es la base de la mejora de la forma física. En personas jóvenes, las actividades de fortalecimiento muscular pueden ser muy variadas y preferentemente estarán basadas en el juego: por ejemplo subirse a un árbol, dos o más personas tirando de una cuerda en direcciones opuestas, cargar con un compañero en el colegio, etc.; o pueden estar también basadas en levantamiento de pesos en un centro deportivo o escuela, así como trabajo con bandas elásticas. Estas últimas requieren que se realicen bajo la supervisión de un especialista.

AF recomendada por la OMS:

- 60 minutos de AF diarios- Intensidad moderada a

vigorosa- De forma continua o

fraccionada de 10 minutos- Mínimo de 3 veces por

semana

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simultáneamente los diferentes tipos de ejercicio. Saltar a la comba por un tiempo prolongado tiene un componente aeróbico, pero también de fortalecimiento del músculo y hueso.

Una vez expuestas las relaciones entre AF y salud, así como las recomendaciones generales de AF para la edad infantil y los beneficios que el ejercicio aporta, pasamos a mostrar los estudios en los que se nos indica el tiempo empleado en la práctica física. De los estudios nacionales más relevantes, en población infanto-juvenil, son los aportados por el Consejo Superior de Deportes (CSD, 2011) y Román y colaboradores (Román, Serra-Majem, Ribas, Pérez-Rodrígo y Aranceta, 2006; Roman, Serra-Majem, Pérez-Rodrigo, Drobnic y Segura, 2009). Dentro del estudio del CSD (2011) con población escolar española con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años, nos informa que 43% de la población escolar nacional es activa y un 35%, sedentaria. Dándose en mayor medida en las chicas (46%) que en los chicos (24%). Otro dato interesante es el referente a que el porcentaje de práctica disminuye considerablemente. En el tramo de edad de 6 a 7 años es de un 64%, mientras que entre 16 y 18 años es de un 50%. Además, las chicas presentan menor frecuencia que los chicos. En cuanto a los espacios de práctica organizada sólo es del 21% en instalaciones escolares, mientras que la gran mayoría se realiza centros deportivos tanto públicos como privados (51%). Mientras que los espacios urbanos representan el principal lugar de rea-lización de práctica no organizada (44%). Un dato desalentador es que en Andalucía el 42% es sedentario y el 58% activo (tabla 2). Por su parte, los datos de Román, Serra-Majem, Ribas, et al. (2006), muestran que, aproximadamente, el 70% de esta población, no realiza actividad físico-deportiva regular en su tiempo libre, fundamentalmente las chicas. Hasta los 10-13 años existe cierto aumento, pero a partir de esta edad disminuye. Otro dato interesante del estudio fue que la zona geográfica del noreste de España es la más activa, mientras que las regiones del Sur, Canarias y Levante son las más inactivas, con un 55 y 51%, respectivamente de niños y jóvenes que no practican ninguna AF.

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semana. Si se cumpliesen las recomendaciones mínimas sólo invertiríamos un 1,67% de los minutos que tiene la semana. Además las actividades motrices llevadas a cabo de forma jugada pueden contribuir entre un 5-40% a cumplir los niveles recomendados de actividad física diaria (Ridgers, Stratton y Fairclough, 2006).

Tabla 1. Beneficios para la salud asociados a la práctica regular de AF en menores Hay FUERTE evidencia de que practicar AF de forma regular MEJORA:

La capacidad aeróbica y la fuerza muscular La salud ósea El perfil lipídico Tensión arterial Resistencia a la insulina La composición corporal

Hay MODERADA evidencia de que practicar AF de forma regular REDUCE: Los síntomas de depresión y ansiedad

Además, para que los niños y jóvenes obtengan beneficios generalizados, la actividad física debería ser en su mayor parte aeróbica y convendría incorporar regularmente tres o más días a la semana actividades vigorosas, en particular para fortalecer los músculos y los huesos.

Bellerín y Delgado (2010) describen y ejemplifican estos tipos de ejercicios:

- Ejercicios de tipo aeróbico. También conocido como ejercicio cardiovascular se refiere a aquellos movimientos rítmicos y repetidos que involucran a grandes grupos musculares. Andar, correr, saltar, nadar, bailar, montar en bicicleta, etc. son ejemplos.

- Ejercicios de fortalecimiento muscular. Se trata de aquellos ejercicios que hacen trabajar a los músculos más de lo habitual en las actividades cotidianas, lo cual se conoce como "sobrecarga". La sobrecarga, es el estímulo que conlleva un desajuste o desequilibrio en el organismo. Laadaptación del organismo a la nueva situación, es la base de la mejora de la forma física. En personas jóvenes, las actividades de fortalecimiento muscular pueden ser muy variadas y preferentemente estarán basadas en el juego: por ejemplo subirse a un árbol, dos o más personas tirando de una cuerda en direcciones opuestas, cargar con un compañero en el colegio, etc.; o pueden estar también basadas en levantamiento de pesos en un centro deportivo o escuela, así como trabajo con bandas elásticas. Estas últimas requieren que se realicen bajo la supervisión de un especialista.

AF recomendada por la OMS:

- 60 minutos de AF diarios- Intensidad moderada a

vigorosa- De forma continua o

fraccionada de 10 minutos- Mínimo de 3 veces por

semana

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Tabla 2. Adaptación del análisis por comunidades autónomas. Andalucía (CSD, 2011: 111)

Población escolar andaluza1.093.963

Actividad físico-deportivaorganizada no organizada

Chicos 63% 88%Chicas 39% 81%Índice de actividad físico-deportiva

Sedentario/a 34%Moderadamente

sedentario/a 8%Moderadamente activo/a 11%

Activo/a 47% Además de estos existen numerosos estudios parciales que describen los hábitos deportivos

de la población infantil y juvenil. En este sentido, diferentes comunidades autónomas y ciudades han recogido datos que han ido orientando las diversas actuaciones llevadas a cabo, así como otras encuestas realizadas desde la perspectiva de la salud (e.g. Casimiro, 2002; Hernández y Velázquez, 2007; López de las Heras, 2005). Sin embargo, la falta de una metodología armonizada para la obtención de información, así como el carácter transversal de los estudios y la diferente edad de los participantes en los mismos, dificultan la elaboración de análisis comparativos y evolutivos y de conclusiones fiables. En este contexto, los resultados encontrados en los diferentes estudios deben ser tomados con precaución.

El único estudio llevado a cabo sobre AF infantil en España con datos fisiológicos objetivos, en niños/as de 10 y 14 años es el realizado por el CSD en 2009. Éste muestra que existen di-ferentes patrones de AF general en función de la edad de las poblaciones estudiadas (los niños y niñas de 10 años son más activos que los de 14) y que de modo general la población de sexo masculino es más activa que la femenina. Estas diferencias se deben a la práctica deportiva, ya que entre niños y niñas deportistas hay diferencias de actividad, pero no las hay entre niños y niñas no deportistas. Los chicos/as hacen más actividad en invierno que en verano (debido al cese del deporte organizado). También conocemos que en los niños y niñas de primaria no deportistas el nivel de actividad es igual al de los deportistas. Ello no ocurre en secundaria donde chicos y chicas deportistas son más activos. Estas diferencias se atribuyen a que a los 10 años los no deportistas hacen más ejercicio en su tiempo libre igualando a los deportistas. Además, el estudio del CSD (2009: 60) nos provee de la información para discriminar los déficits de ejercicio físico en cada una de las actividades que realizan los menores:

• La AF durante los recreos es baja, ello es mucho más evidente en los estudiantes de secundaria y en el sexo femenino.

• Las horas empleadas en la asignatura de EF provocan tasas de actividad muy bajas en todas las edades y sexos. En los/as deportistas se halla muy por debajo del deporte.

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En los niños y niñas de primaria es una actividad más sedentaria que el recreo y en los chicos y chicas de secundaria es más sedentaria que los desplazamientos a pie o bici.

• En los practicantes de deporte escolar de sexo masculino estas actividades son las causantes de los mayores índices de actividad, movimiento, aumento de frecuencia cardiaca y gasto energético. En las deportistas de sexo femenino las actividades deportivas no son tan determinantes.

• El sexo femenino emplea más horas en las actividades domésticas y además con mayores niveles de actividad.

• En los niños de primaria, los recreos generan más gasto energético que la EF. En las niñas estos niveles son similares.

En Portugal, siguiendo el estudio Observatório Nacional da Actividade Física e Desporto (2011), ha concluido que los varones jóvenes de 10-11 años de todas las regiones del territorio continental de Portugal tienen valores medios indicativos de ser lo suficientemente activos (ejer-cicio al menos 60 minutos de AF de intensidad moderada y vigorosa). Después de esta edad, sólo los chicos de 12-13 años en el Norte revelan una práctica suficiente de la AF. Las niñas están a la altura de la práctica de 60 minutos diarios de AF de intensidad moderada y vigorosa. Los habi-tantes de la región del Alentejo y el Algarve presentan valores de AF por debajo de la del Norte, Centro y Lisboa.

En la población adulta, los datos son igual de preocupantes. El Eurobarómetro muestra que el 57,4% de la población europea no realiza ningún tipo de AF vigorosa, el 40,8% ni siquiera realiza AF moderada y un 17,1% afirma que ni siquiera camina 10 minutos al día (CSD, 2009). España tiene un nivel de práctica deportiva que se encuentra en las últimas posiciones de la Unión Euro-pea, ya que es el país europeo en el que menos AF vigorosa se realiza a la semana y el penúltimo en realizar AF moderada, como reflejamos en las figuras 3 y 4. Como también se puede observar Portugal presenta mejores puntuaciones que España respecto a cantidad de AF intensa aunque por debajo de la media. Sin embargo, si lo que se evalúa es la cantidad de AF de intensidad media Portugal es el segundo país de la UE, dato realmente alentador.

Figura 3. Porcentaje de población que hace 4-7 días semanales, 1-3 o ninguno de AF intensa por países (EU15 = media europea).SpecialEurobarometer: Health and Food. EuropeanCommission, 2005. Recogido

en el Plan Integral para la AF y el Deporte, A+D (2009)

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Figura 4. Porcentaje de población que hace 4-7 días semanales, 1-3 o ninguno de AF moderada por países (EU15 = media europea). SpecialEurobarometer: Health and Food. EuropeanCommission, 2005. Recogido

en el Plan Integral para la AF y el Deporte, A+D (2009)

Para concluir este apartado y como se ha podido leer, la cantidad de AF registrada en los di-ferentes estudios es mejorable si se compara con las recomendaciones establecidas por expertos internacionales. En este estudio transfronterizo vamos a ofrecer, en el capítulo de resultados, los niveles de AF que posee la población del entorno del Guadiana. Posteriormente se reflexionará sobre el papel de la familia, la escuela y el municipio como agentes activos favorecedores de hábi-tos saludables de AF y alimentación.

Foto 3.

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Ángela Sierra RoblesInmaculada Tornero Quiñones

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha ido evolucionando para adaptarse a las características que ofrece el medio. De esta forma, como homo sapiens que somos, estamos diseñados genéticamente para almacenar energía y para correr. En nuestros orígenes, el acceso a los alimentos no era tan sencillo como abrir la nevera o ir al supermercado. De esta manera nuestro cuerpo se programó para acumular grasa. Así nos protegemos del frío y tenemos energía disponible para nuestro funcionamiento aun cuando no tenemos alimentos a nuestro alcance. Además, el entorno que nos rodeaba era en términos de supervivencia bastante hostil. La caza, la búsqueda de alimentos complementarios, de nuevos territorios en los que establecerse eran tareas físicamente duras. El ataque de animales u otras tribus nos rediseñó. Nos preparamos para la huida, para salir victoriosos ante un peligro eminente.

Desde entonces hasta hoy, nuestro entorno ha cambiado. Se ha producido un desfase entre las características para las que estamos diseñados y nuestro estilo de vida actual. Esto nos lleva a un aumento de las denominadas enfermedades hipocinéticas o lo que es lo mismo de las ligadas al sedentarismo y a la obesidad, tópicos que abordamos en este estudio transfronterizo por la repercusión socioeconómica que presentan.

Los valores de porcentaje graso que nuestro cuerpo necesita para su correcto funcionamiento oscilan atendiendo al género entre el 18-30% para las mujeres y el 12-20% en el hombre. Valores superiores aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, metabólicas… Lo que también se debe advertir es que niveles inferiores al 15% en las mujeres produce ameno-rrea ya que es en el tejido graso donde a mujer produce estrógenos y su escasez va ligada entre otros aspectos a cardiopatías y osteoporosis.

La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un aumento de masa grasa y en con-secuencia por un exceso de peso. Sin embargo, no hay que confundir peso excesivo con obesidad. Es posible un peso elevado y un bajo porcentaje graso en deportistas musculados o aumentos de peso ligados a retenciones de agua.

La obesidad se clasifica por medio del IMC relacionando el peso de la persona expresado en kilogramos entre la talla en metros al cuadrado. Este criterio de clasificación, si bien no es perfec-to, es suficientemente indicativo del grado de obesidad y se puede obtener fácilmente.

IMC = Peso (Kg) / Talla2 (m)

3. SOBREPESO Y OBESIDAD

Foto 3.

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En adultos, el criterio utilizado es el que establece la OMS o el Consenso SEEDO´2000, cuya clasificación presentamos en la tabla 3.

Tabla 3. Clasificación internacional de la OMS del estado nutricional corporal en función del IMC (OMS, 1995, 2000, 2004)

Clasificación IMCValores principales Valores adicionales

Infrapeso < 18,50 < 18,50Delgadez severa < 16,00 < 16,00

Delgadez moderada 16,00 - 16,99 16,00 - 16,99Delgadez aceptable 17,00 - 18,49 17,00 - 18,49

Normal18,50 - 24,99 18,50 - 22,99

23,00 - 24,99Sobrepeso ≥25,00 ≥25,00

Preobeso25,00 - 29,99 25,00 - 27,49

27,50 - 29,99

Obeso ≥30,00 ≥30,00

Obeso tipo I30,00 - 34-99 30,00 - 32,49

32,50 - 34,99

Obesidad tipo II35,00 - 39,99 35,00 - 37,49

37,50 - 39,99Obesidad tipo III ≥40,00 ≥40,00

Hay que destacar una puntualización respecto al sobrepeso hasta valores del IMC=27. Éste se considera un valor normal siempre y cuando no lleve asociado algún factor de riesgo (por ejemplo: hipertensión, colesterol, tabaquismo, sedentarismo…) y la distribución de la grasa esté asociada a las caderas y no al abdomen. También creemos necesario en este momento denunciar la tendencia de algunos estudios a unir los datos de sobrepeso y obesidad. Esto supone incluir al sobrepeso como grupo de riesgo sin tener la evidencia de otros factores peligrosos asociados.

Por lo que se refiere a la población infantil y adolescente, la práctica clínica y epidemiológica ha establecido el consenso de utilizar el IMC de los niños comparado con una distribución de referencia teniendo en cuenta la edad y el sexo. Normalmente se considera que un niño es obeso cuando está por encima del percentil 97 de la distribución de todos los niños de su edad y sexo y tiene sobrepeso si su IMC supera el percentil 85. El hecho de que dependa de una distribución implica que, si aplicamos este criterio directamente a una muestra, en esta siempre habrá un 3% de obesos y un 12% de niños con sobrepeso. Esto no tiene sentido, ya que una muestra con una mayor proporción de sujetos obesos tendría la misma tasa de obesidad que otra con una menor proporción. Este razonamiento llevó a Cole et al. (2000) a establecer unos puntos de corte inter-nacionales (ver tabla 4) que permiten comparar valores del IMC.

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Tabla 4. Puntos de corte internacionales del IMC para sobrepeso y obesidad según sexo de 2 a 18 años, definidos a través del valor que determina el IMC de 25 y 30 kg/m2 a los 18 años.

EdadIMC 25 kg/m2 IMC 30 kg/m2

Hombres Mujeres Hombres Mujeres2 18,41 18,02 20,09 19,81

2,5 18,13 17,76 19,80 19,553 17,89 17,56 19,57 19,36

3,5 17,69 17,40 19,39 19,234 17,55 17,28 19,29 19,15

4,5 17,47 17,19 19,26 19,125 17,42 17,15 19,30 19,17

5,5 17,45 17,20 19,47 19,346 17,55 17,34 19,78 19,65

6,5 17,71 17,53 20,23 20,087 19,92 17,75 20,63 20,51

7,5 18,16 18,03 21,09 21,018 18,44 18,35 21,60 21,57

8,5 18,76 18,69 22,17 22,189 19,10 19,07 22,77 22,81

9,5 19,46 19,45 23,39 23,4610 19,84 19,86 24 24,11

10,5 20,20 20,29 24,57 24,7711 20,55 20,74 25,10 25,421,5 20,89 21,20 25,58 26,0512 21,22 21,68 26,02 26,67

12,5 21,56 22,14 26,43 27,2413 21,91 22,58 26,84 27,76

13,5 22,27 22,98 27,25 28,2014 22,62 23,34 27,63 28,57

14,5 22,96 23,66 27,98 28,8715 23,29 23,94 28,30 29,11

15,5 23,60 24,17 28,60 29,2916 23,90 24,37 28,88 29,43

16,5 24,19 24,54 29,14 29,5617 24,46 24,70 29,41 29,69

17,5 24,73 24,85 29,70 29,8418 25 25 30 30

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Las realidades expresadas anteriormente dificultan la interpretación de los datos sobre obe-sidad en el mundo. Cuesta trabajo comprender que expertos internacionales en esta temática no hayan llegado a un acuerdo con la OMS que permita unificar el criterio de comparación. Por otro lado, la unificación en un solo grupo del sobrepeso y la obesidad puede presentar información tendenciosa y crear una alarma social por encima de la ya compleja realidad. No obstante, estudios más recientes en niños europeos como el realizado por Cattaneo et al. (2010) abogan por utilizar las curvas de la OMS, con puntos de corte en 1, 2 y 3 desviaciones estándar, que arrojan menores tasas de obesidad y eliminan las diferencias de género. Como investigadores esperamos criterios estándar de vigilancia e investigación junto con políticas de prevención con urgencia.

Antes de proceder a ofrecer datos sobre la prevalencia de obesidad y sobrepeso en nuestros países y en otros contextos, esperamos entiéndanse estos últimos párrafos para poder justificar la dificultad de lo que se considera o no obesidad.

En España, el estudio PAIDOS realizado en 1984 en niños de 6 a 12 años de edad, puso de manifiesto una prevalencia de la obesidad del 4.9%. Tres lustros más tarde, entre 1998 y 2000 se realiza el estudio Enkid cuyos resultados se ofrecen en una doble versión. Los valores de sobrepe-so atienden al percentil 85 y la obesidad al percentil 97, además por facilitar la comparación con otros estudios se estima la prevalencia de sobrepeso-obesidad siguiendo los criterios de Cole et al. (2000) y recomendados por la International Obesity Task Force (IOTF). En la tabla 5 quedan enmarcados los valores de sobrepeso-obesidad en el mismo rango de edad que se establece para el presente estudio transfronterizo.

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Tabla 5. Prevalencia sobrepeso-obesidad estudio EnKid (1998-2000)

2-5 años 6-9 años 10-13 añosTotalSobrepeso IMC ≥P85<P97Obesidad IMC ≥P97Sobrecarga ponderal total

9,9 (6,8-13,0)11,1 (7,9-14,3)21,0 (16,8-25,2)

14,5 (11,1-17,9)15,9 (12,4-19,4)30,4 (26,0-34,8)

14,6 (11,7-17,5)16,6 (13,5-19,7)31,2 (27,3-35,1)

VaronesSobrepeso IMC ≥P85<P97Obesidad IMC ≥P97Sobrecarga ponderal total

9,3 (5,2-13,4)10,8 (6,4-15,2)20,1 (14,4-25,8)

16,0 (11,0-21,0)21,7 (16,1-27,3)37,7 (31,1-44,3)

20,0 (15,3-24,7)21,9 (17,0-26,8)41,9 (36,1-47,7)

MujeresSobrepeso IMC ≥P85<P97Obesidad IMC ≥P97Sobrecarga ponderal total

10,4 (5,9-14,9)11,5 (6,8-16,2)21,9 (15,8-28,0)

13,0 (8,5-17,7)9,8 (5,8-13,8)22,9 (17,2-28,6)

9,1 (5,7-12,5)10,9 (7,2-14,6)20,0 (15,3-24,7)

TotalSobrepeso Cole et alObesidad Cole et alSobrecarga ponderal total

16,6 (13,1-20,7)10,4 (7,8-13,8)27,0 (22,0-32,6)

24,7 (21,1-28,8)10,4 (7,3-14,7)35,2 (29,9-40,8)

22,4 (19,7-25,3)4,7 (3,5-6,2)27,1 (24,1-30,3)

VaronesSobrepeso Cole et alObesidad Cole et alSobrecarga ponderal total

13,6 (9,7-18,7)8,3 (5,9-11,5)21,9 (16,0-29,2)

25,7 (20,4-31,8)12,1 (7,3-19,4)37,9 (31,2-45,0)

26,1 (22,3-30,3)6,6 (5,1-8,5)32,8 (29,1-36,7)

MujeresSobrepeso Cole et alObesidad Cole et alSobrecarga ponderal total

19,9 (14,5-26,6)12,7 (8,1-19,4)32,6 (24,9-41,3)

23,7 (19,1-29,0)8,6 (5,1-14,1)32,4 (24,7-41,1)

18,4 (15,4-21,9)2,6 (1,7-3,9)21,0 (18,1-24,3)

La prevalencia de obesidad en España en el año 2000, tal y como se aprecia en la última colum-na de la tabla era del 6.3% y seguía siendo más elevada en varones (7,9%) que en mujeres (4,6%). El sobrepeso se estima en un 18,1%, mucho más elevado en varones (21,5%) que en mujeres (14,4%), y en conjunto el 24,4% del colectivo presentaba sobrecarga ponderal (el 29,5% de los varones y el 19,1% de las mujeres).

Un par de años más tarde, el estudio AVENA puso de manifiesto que la prevalencia del exceso de peso (EP = SO + OB), era similar a la del estudio ENKID, pero evidenció que era superior en los adolescentes varones (25,7%) que en mujeres (19,1%). La Encuesta Nacional de Salud de 2006, mostró una prevalencia del 18,7% para el sobrepeso y del 8,9% para la obesidad. Cuatro años más tarde, la Encuesta Nacional de Salud 2010, encuentra que las cifras han cambiado a 19,2% para el sobrepeso y 9,4% para la obesidad.

Durante el curso escolar 2010/2011 la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) desarrolló un estudio de prevalencia de obesidad, denominado estudio ALADINO en 7.659 niños y niñas de 6 a 9,9 años de edad pertenecientes a todas las Comunidades Autónomas

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de España, incluyendo Ceuta y Melilla. Tomando como referencia los estándares de crecimiento de la OMS, el 45,2% del exceso de peso detectado se reparte de la siguiente manera: el 26,1% corresponde a sobrepeso y el 19,1% a obesidad. Por género, los niños tienen más exceso de peso que las niñas (26,3% de sobrepeso frente a 25,9 y 22% de obesidad frente a 16,2).

Como se puede apreciar los resultados de ALADINO arrojan que el exceso de peso infantil es superior al 45%, pero si se utiliza la metodología aplicada en EnKid el resultado sería de una prevalencia de exceso de peso para la población entre 6 y 9,9 años del 31,4%, lo que supondría tan solo un punto por encima de la obtenida hace diez años con ese estudio (30,4%) y de cuatro puntos (35,2%) si aplicamos los criterios de corte internacional. Por lo tanto, se constata que el exceso de peso en la población infantil española está estabilizado en los últimos diez años, la alar-ma social no debe crecer. Sigue siendo no obstante una realidad y un problema socioeconómico. Por el momento, la AESAN no ofrece los resultados del estudio Aladino utilizando el criterio de corte internacional establecido por Cole et al. (2000).

En Portugal, el estudio de referencia para niños y niñas de 6 a 8 años es el Childhood Obesity-Surveillance Initiative realizado en 2008. Los resultados de la primera fase de este estudio indican que un tercio de los niños presentan exceso de peso de acuerdo con los criterios de diagnóstico (IOFT, CDC y OMS) (CDC: 32,2%; IOTF: 28,1%). El Algarve fue la región que presentó menor prevalencia de obesidad. Independientemente del criterio utilizado, la región de Açores fue la que presentó mayor prevalencia de niños con exceso de peso (IOTF: 36,3%; CDC: 42%; OMS: 46,6%) duplicando casi a lo observado en el Algarve (IOTF: 15,6%; CDC: 19,4%; OMS: 21,4%). Las diferencias entre regiones fueron estadísticamente significativas en cada uno de los criterios.

En 2010, esta misma iniciativa realizó un segundo estudio en las escuelas de 1º ciclo (1º, 2º, 3º y 4º año). Las tendencias del estado nutricional se verificaron a través de la comparación de los resultados entre los dos estudios (2008 y 2010). El exceso de peso disminuyó en ambos criterios (IOTF y CDC) entre 2008 (CDC: 32,2%; IOTF: 28,1%) y 2010 (CDC: 30,3%; IOTF: 26,5).

En Europa, datos recientes del estudio IDEFICS 2006-2011 (Identification and prevention of Dietary and lifestyle-induced health Effects in Children and infants), hacen referencia a una mues-tra de 16.224 niños y niñas de 8 países europeos (Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, España y Suecia) entre 2 y 9 años de edad. En esta muestra, la prevalencia del sobrepeso entre las chicas rondó el 14%, y el 11% en los chicos. En cuanto a la obesidad, su prevalencia fue similar en ambos sexos y se cuantificó en cerca del 7%. Es decir, la combinación de sobrepeso y obesidad en chicas alcanza el 21% y en los chicos, el 18%.

En adolescentes entre 13 y 16 años de 10 países europeos, el proyecto Helena ha estudiado, usando una metodología común el IMC, estado nutricional y los niveles de AF de 3000 adolescen-tes. Parece que se constata una estabilización de las cifras de obesidad entre los años 2000 a 2007.

La figura 5 muestra la prevalencia de sobrepeso y obesidad en diferentes regiones del mundo. Los valores más altos de obesidad se alcanzan en Norte América y Latino América, seguidos por Europa y la región mediterránea oriental.

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Figura 5. Prevalencia de sobrepeso + obesidad en el mundo en 2008 (Modificado de James y Leach)

Tomado de la página web de la IOTF, la prevalencia de exceso de peso en España para 2012 es 29,5% niñas y 32,3% de niños y de Portugal en 2010 21,6% niñas y 23,5% de niños.

Tras presentar las cifras de sobrepeso obesidad en las que nos desenvolvemos nos parece in-teresante destacar la importancia de otro tópico tratado en este estudio, relacionado con la salud psicológica y emocional de las personas. Nos referimos a la IC.

Está muy bien que nos preocupemos por todas las enfermedades que se pueden derivar del exceso de peso, pero probablemente, antes de llegar a padecerlas la obesidad habrá repercutido en mayor o menor medida en la salud emocional, por la baja autoestima que genera y la IC negativa que posee el obeso de sí mismo. Desde el punto de vista social, se puede sentir estigmatización, sufrir estereotipos negativos y bromas que llevan a la marginación y aislamiento.

La preocupación por la IC no es sólo un problema en personas adultas y adolescentes. Esta insatisfacción corporal ha ido descendiendo en edad, hasta el intervalo entre los 7-8 años. Di-versos estudios han destacado que en niños de estas edades existen además problemas con la alimentación y con la preocupación por el peso. En niños se suman otras variables críticas que están asociadas a las anteriores, tales como el IMC y el rol que juegan los familiares y el grupo de iguales. Además, la evidencia indica que los niños, y especialmente las niñas, aprenden de sus fami-lias, de los medios de comunicación y del grupo de iguales, los valores sobre la importancia de la apariencia en la sociedad. En el origen de la insatisfacción corporal se destacan las burlas por parte de los niños hacia otros obesos, principalmente en la escuela, la interacción con los compañeros y la influencia del entorno familiar.

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y CDC) entre 2008 (CDC: 32,2%; IOTF: 28,1%) y 2010 (CDC: 30,3%; IOTF: 26,5).

En Europa, datos recientes del estudio IDEFICS 2006-2011 (Identification and prevention of Dietary and lifestyle-induced health Effects in Children and infants), hacen referencia a una muestra de 16.224 niños y niñas de 8 países europeos (Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, España y Suecia) entre 2 y 9 años de edad. En esta muestra, la prevalencia del sobrepeso entre las chicas rondó el 14%, y el 11% en los chicos. En cuanto a la obesidad, su prevalencia fue similar en ambos sexos y se cuantificó en cerca del 7%. Es decir, la combinación de sobrepeso y obesidad en chicas alcanza el 21% y en los chicos, el 18%.

En adolescentes entre 13 y 16 años de 10 países europeos, el proyecto Helena ha estudiado, usando una metodología común el IMC, estado nutricional y los niveles de AF de 3000 adolescentes. Parece que se constata una estabilización de las cifras de obesidad entre los años 2000 a 2007.

El gráfico 1 muestra la prevalencia de sobrepeso y obesidad en diferentes regiones del mundo. Los valores más altos de obesidad se alcanzan en Norte América y Latino América, seguidos por Europa y la región mediterránea oriental.

Gráfico 1. Prevalencia de sobrepeso + obesidad en el mundo en 2008 (Modificado de James y

Leach)

Tomado de la página web de la IOTF, la prevalencia de exceso de peso en el mundo. Esta misma página indica los valores más actualizados de España para 2012 (29,5% niñas y 32,3% de niños) y de Portugal en 2010 (21,6% niñas y 23,5% de niños).

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Norte América

Latino América

Medio Oriente

Europa Pacífico Oeste

Sur Este Asiático

Africa

Sobrepeso

Obesidad

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La apariencia física es uno de los primeros atributos por los cuales los niños se describen a sí mismos y a los demás, mientras que la IC es, posiblemente, la primera característica por la cual los niños perciben una parte de su autoconcepto (Gracia, Marcó y Trujano, 2007).

Patologías como la obesidad, anorexia nerviosa, bulimia, ortorexia (preocupación excesiva por una alimentación saludable), potorexia (ingesta de grandes cantidades de agua con el fin de tener la sensación de estómago lleno), vigorexia o la dismorfobia están asociadas a una alta insatisfac-ción corporal.

Toda esta insatisfacción está fuertemente condicionada por el culto al cuerpo que tiene la sociedad del primer mundo y donde cada vez se aleja más el cuerpo “ideal” del cuerpo “real”. La insatisfacción corporal puede desarrollarse por la combinación de condiciones psicológicas, interpersonales y sociales. Sentimientos inadecuados, depresión, ansiedad, soledad, problemas familiares y personales pueden contribuir al desarrollo de estos desórdenes.

De aquí la importancia en la creación de mo-delos estéticos corporales saludables. Seamos conscientes del papel que tiene la comunidad en la construcción de la IC que el niño elabora y que será la base de su IC adulta. La necesidad de difundir buenos modelos corporales y de que cada agente responsable contribuya activamente en su construcción, es uno de los fines educati-vos de este proyecto transfronterizo.

La propuesta de reconstrucción de nuestra propia corporeidad que planteamos comienza con el análisis de los modelos sociales que pro-pone Masso (2001). Partiendo de las caracterís-ticas que nos presenta tomamos lo que tienen de positivo estos modelos y evitamos los aspectos que nos perjudican, utilizando la técnica de puzle corporal (utilizo aquello que me interesa). Rea-lizado este primer paso, proponemos líneas de actuación sobre las que ir trabajando.

Los modelos corporales en los que nos centramos y sus principales características son:

• Modelo súper: son personas famosas, guapas que deslumbran en su entorno. Como aspecto positivo ofrecen el esmero por cuidar su cuerpo y mantener una imagen pulcra. Es positivo gustarse a uno mismo y a los demás. Es lo que añadimos a la construcción de modelo corporal. Le reprocharíamos la falta de complemento con un desarrollo psíquico y la adquisición de habilidades para ser útiles a la sociedad, no nos podemos conformar con ser un bonito jarrón florero.

• Modelo campeón: son personas luchadoras que rivalizan por ser las primeras, estar en el escalafón más alto. Ser el mejor en su profesión o en lo que se propongan. Como positivo ofrecen el esfuerzo, la constancia y el tesón, a nuestro puzle corporal añadimos

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el valor de la constancia. Sin embargo, habría que matizar que no vale todo, ni a cualquier precio. Para conseguir lo que quiero no puedo hacerme daño a mí mismo, ni a los que me rodean, ni a los que compiten conmigo.

• Modelo excelso: son personas escasas, intachables, altruistas, les honra su autenticidad. Es difícil encontrar este modelo. El problema es que lo perfecto es enemigo de lo posible, la búsqueda de la perfección es fuente de agobio interno, de tortura psicológica. Lo que resaltamos de este modelo es la importancia de la coherencia personal, actuar conforme a las creencias.

Las líneas de actuación sobre las que se debe trabajar parten del desarrollo de una actitud crí-tica ante la belleza y de la comprensión de que está no está ligada a la superficialidad. Por ejemplo la bondad, la simpatía y la inteligencia de los demás condicionan la imagen que te haces de ellos y aumentan su valor, su belleza.

Entonces, ¿Cómo actuar contra esta problemática? Presentamos algunas ideas claves que se trabajaran de manera simultánea sobre todo en periodos críticos:

• Aunque saber lo que hay que hacer no es suficiente (personas con anorexia y bulimia saben lo que deben hacer pero su mente no acepta esta verdad) la adquisición de hábitos saludables (AF, alimentación, higiene, sueño, estudio,…) en la infancia y adolescencia ayudan a conformar una buena IC.

• Utilizar el puzle corporal como ayuda para la construcción de un modelo de salud integral tomando lo que tienen de positivo y evitando los aspectos que nos perjudican.

• Centrarse en el desarrollo y mejora de la autoestima. Ésta hay que potenciarla en el ámbito familiar, de nuestros amigos y profesional. Pero hay que desarrollar tanto la nuestra propia, como la de los demás: pareja, hijos, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo y alumnado.

• Buena gestión de las emociones referentes a nuestro cuerpo y a la salud positiva.

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36 Foto 4. Foto 5.

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37

Inmaculada Tornero QuiñonesEduardo José Fernández Ozcorta

4.1. Contexto y sujetos

El alumnado que compone la muestra asciende a un total de 2.285 estudiantes de primaria del bajo Guadiana, correspondientes a la Mancomunidad de Municipios Beturia (El Almendro, El Granado, San Bartolomé de la Torre, San Silvestre de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana, Villablanca y Villanueva de los Castillejos), del Ayuntamiento de Ayamonte (España) y Algarve (Alcoutim, Castro Marim y Vila Real de Santo António) y Alentejo (Mértola) (Portugal). Los estudiantes corresponden a los cursos 1º, 2º, 3º y 4º. En relación a la nacionalidad, el 46,2% (n= 1.055) del alumnado pertenece a España y el 53,8% (n= 1.230) pertenece a Portugal.

Tabla 6. Distribución de los participantes en la muestra total en función del género, curso y edad media

Curso 1º Primaria 2º Primaria 3º Primaria 4º PrimariaGénero Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas

N 278 273 302 318 276 244 274 280Edad media 6,96 7,89 8,94 9,81

Total 551 620 520 554

En este estudio participaron 11 Colegios de Educación Primaria de España y 16 de Portugal (tabla 7). Para seleccionar la muestra se contacto con todos los colegios del bajo Guadiana, bus-cando el 100% de participación de todos los estudiantes de 1º a 4º de primaria.

4. METODOLOGÍA DEL ESTUDIO EN EL ENTORNO DEL GUADIANA

Foto 5.

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Tabla 7. Colegios de Educación Primaria participantes del bajo Guadiana

España

Localización geográfica Colegios de Primaria

Ayamonte

CEIP GaldamesCEIP Moreno y Chacón

CEIP Padre JesúsCEIP Rodrigo de Xerez

El Granado-Sanlúcar de Gua-diana CEIP Aderán II

El Rompido (Cartaya) CEIP Virgen del CarmenPozo del Camino (Ayamonte e

Isla Cristina) CEIP La Higuerita

San Bartolomé de la Torre CEIP Naranjo MorenoSan Silvestre de Guzmán CEIP Aderán III

Villablanca CEIP San RoqueVillanueva de los Castillejos CEIP San Matías

Portugal

AlcoutimEB Alcoutim

EB Prof. Joaquim Moreira

Castro MarimEB Altura

EB nº 1 Castro MarimEB Odeleite

Mértola

EB AlgodorEB Corte do Pinto

EB Miguel do PinheiroEB Mina de S. Domingos

EB PenilhosEB Santana de Cambas

Vila Real de Santo António

EB Manuel CabanasEB Antonio AleixoEB Monte Gordo

EB Prof. Caldeira AlexandreEB Santo Antonio

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4.2. Variables e instrumentos

4.2.1. Variables de la investigación

Las variables del estudio fueron clasificadas en cinco dimensiones que se presentan en la ta-bla 8. Las variables, en función de sus papel en la relación objeto de estudio, fueron divididas en predictoras y consecuentes. Las variables predictoras son las que elegimos libremente, o manipu-lamos, para verificar su efecto en, o su relación con, las variables consecuentes (Morales, 2008).

Tabla 8. Relación de las dimensiones con las variables de estudio

Dimensión Variables

AF - Horas de AF extraescolar semanal- Nivel AF

Composición corporal - IMC

Alimentación- Calidad de la dieta mediterránea- Comer en la escuela- Comer viendo la televisión

Hábitos no saludables - Horas de televisión y videojuegos semanal- Televisión o videojuegos en el dormitorio

IC - Tipo de insatisfacción

4.2.2. Instrumentos de investigación

En este punto se presentan los instrumentos de investigación. Para determinar la AF, compo-sición corporal, alimentación, hábitos no saludables de televisión y videojuegos e IC fue creado un documento (anexo 1) constituido por los cuestionarios que se detallan a continuación.

AF

El índice de AF fue evaluados con el test corto de AF Krece Plus, dentro del estudio Enkid (Aranceta et al., 2003), para edades comprendidas entre 4-18 años. Este test recoge información sobre las horas que dedican a ver televisión, practicar videojuegos y las horas semanales consagra-das a realizar AF extraescolar.

La escala tiene una puntuación entre 0 y 5. Para la primera actividad, televisión y videojuegos, una puntuación 5 equivale a 0 horas de esta actividad y una puntuación 0 se computa como 5

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horas o más. En las actividades deportivas la escala es a la inversa, 0 horas obtiene una puntuación 0 y 5 o más horas, 5 puntos. El valor del test se ubica entre: mala puntuación ≤ de 5 en chicos y ≤ de 4 en chicas, Regular ≤6-≤8 en chicos y ≤5-≤7 horas en chicas, y para finalizar, Buena en ≤9-≤10 para los chicos y 8-10 horas para las chicas.

Composición corporal

La medición del peso fue expresada en kilogramos (Kg) y la estatura en metros (m), siguiendo el protocolo de Aragonés, Casajús, Rodríguez y Cabañas (1993) con el objetivo de calcular el IMC, expresado en kilogramos por metro cuadrado (kg/m2).

Medición del peso

En sentido estricto debería utilizarse el término de masa corporal en lugar de peso corporal. La medida del peso se expresa en kilogramos. La báscula utilizada es de la marca Seca (kg), con una precisión de 0,1 kg.

El sujeto ha de colocarse de pie, descalzo y con un mínimo de ropa (pantalón corto y camiseta) en el centro de la báscula, distribuyendo el peso por igual entre ambas piernas, sin que el cuerpo esté en contacto con nada que haya alrededor y con los brazos colgando libremente a ambos lados del cuerpo.

Medición de la estatura

La estatura se define como la distancia que existe entre le vértex y el plano de sustentación. Se mide por medio de un tallímetro marca Seca 220. La medida de la estatura se expresa en centíme-tros (cm), con una precisión de 1mm.

El sujeto se coloca de pie, en posición erguida, con los talones juntos y apoyados en el tope posterior y de forma que el borde interno de los pies formen un ángulo de aproximadamente 60 grados. Las nalgas y la parte alta de la espalda contactan con la tabla vertical del estadiómetro. El evaluador coloca la cabeza en el plano de Frankfourt, definido por una línea imaginaria que pasa por el punto más bajo del borde inferior de la órbita y por el punto más alto del borde superior del pabellón auditivo externo correspondiente, y realiza una tracción de la cabeza a nivel de los pro-cesos mastoides, para facilitar la extensión completa de la columna vertebral. Se indica al sujeto que realice una inspiración profunda, sin levantar la planta de los pies y manteniendo la posición de la cabeza. Se desciende lentamente la plataforma horizontal del estadiómetro hasta contactar con la cabeza del estudiado, ejerciendo una suave presión para minimizar el efecto del pelo. En esta medida el sujeto deberá estar descalzo.

IMC

La clasificación del IMC utilizada en este estudio se basa en los puntos de corte internacionales para IMC de sobrepeso y obesidad por sexo entre los 2 y 18 años de (Cole, Bellizzi, Flegal y Dietz,

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2000). El IMC se calculó a través de la división del peso (Kg) por la altura (m) al cuadrado, a través de la fórmula: IMC= peso (Kg)/altura2 (m2) (Kg/m2).

Alimentación

Cuestionario KIDMED (Serra-Majem et al., 2004). El índice KIDMED se basa en los princi-pios que sustentan los patrones dietéticos mediterráneos y se utiliza en edades comprendidas de los 2 a los 24 años. Se trata de una prueba de 16 ítems que pueden ser administrados o conducidos en forma de entrevista por un pediatra, dietista, etc. Es de carácter dicotómico, el niño/a debe contestar con un sí o con un no.

Hay preguntas que se expresan en negativa respecto a la dieta mediterránea y otras en positivo, el valor máximo al que se puede aspirar es de 21. Los valores del cuestionario puede ser clasifi-cada en tres niveles: (1) >8, dieta mediterránea óptima; (2) 4-7, se necesita mejorar para ajustar el consumo a los patrones de la dieta mediterránea, (3) < o = 3 baja calidad de dieta. El índice KIDMED además cuenta con varias categorías; edad, sexo, área geográfica, nivel socioeconómi-co, nivel educativo de la madre y el tamaño de la población.

• Por otra parte se añadieron dos ítems relacionados con la alimentación: “¿Comes en la escuela?” y “¿Ves la televisión mientras comes?”. Para ver si guardan relación con el resto de las variables estudiadas.

Imagen Corporal

Las figuras sobre IC (Collins, 1990), es un instrumento desarrollado para examinar la per-cepción de la figura de nuestro cuerpo. Se constituye por siete siluetas de niño y siete siluetas de niña. De esta forma, el niño/a deberá ante estas siluetas en primer lugar, indicar con cual se siente identificado, su yo. Luego, a qué silueta le gustaría asemejarse, su ideal, sin excluir la anterior. En nuestro estudio se determinó el tipo de insatisfacción corporal a través de la diferencia de la IC percibida y la deseada. La silueta central obtiene el valor cero, mientras que las siluetas situadas a su izquierda tienen puntuaciones negativas (de -1 a -3) y las siluetas situadas a su derecha obtienen puntuaciones positivas (de 1 a 3). Una diferencia positiva indica insatisfacción tipo I: deseo de tener menos peso. Una diferencia negativa indica insatisfacción tipo II: deseo de tener más peso. Si la diferencia es cero hay satisfacción corporal.

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Figura 6. Siluetas corporales (Collins, 1990)

Hábitos no saludables de televisión y videojuegos

Se incluyó un ítem: “Tengo en el dormitorio TV, ordenador, consola o DVD”. Para ver si guardan relación con el resto de las variables estudiadas.

4.3. Procedimiento

En primer lugar nos pusimos en contacto con la Delegación de Educación para solicitar el lis-tado de centros escolares y se tramitó el consentimiento informado para poder llevar a cabo dicho estudio en población escolar. Una vez aprobado dicho consentimiento se formuló el problema de investigación. Seguidamente se realizaron revisiones de la literatura científica permitiendo situar el problema mediante la constitución del marco teórico y la precisión metodológica, así como la selección de los instrumentos de medida.

A continuación se realizó el contacto con los diferentes colegios de los municipios que forman el bajo Guadiana para pedir los permisos y autorizaciones pertinentes. Una vez que el equipo di-rectivo y los padres/madres/tutores aprobaron el estudio, se pasó a recoger los datos.

Los cuestionarios del alumnado se efectuaron en jornada escolar. En cada clase se explicó según el curso, como se debía contestar a los cuestionarios. Todos los niños iban rellenando los ítems al mismo tiempo que se leía y explicaba cada apartado, para que no hubiera ninguna con-fusión, contando con la ayuda en algunos casos del profesor/a que estuviera en la clase en ese momento y de los investigadores. La toma de datos tuvo una duración aproximada de 30 minutos,

Foto 6.

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43

aunque este tiempo variaba en función de las características de los participantes. Una vez realizado el cuestionario, los estudiantes pasaban a tallarse y pesarse.

A medida que los datos fueron recogidos se introdujeron en el programa estadístico SPSS versión 20. Una vez depurados los datos se realizó el análisis y la discusión de los resultados. Por último se elaboró el informe final.

Foto 6.

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44 Foto 7.

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45

Eduardo José Fernández OzcortaInmaculada Tornero Quiñones

5.1. Descriptivos

En relación a la muestra del estudio, el 46,2% (n= 1.055) del alumnado pertenece a España y el 53,8% (n= 1.230) pertenece a Portugal. En lo referente al género, el 49,7% (n= 1123) de la muestra pertenece al género femenino y el 50,3% (n= 1138) al género masculino. En cuanto al curso, el 24,4% (n= 552) pertenece a 1º de Primaria, el 27,6% (n= 625) a 2º curso, el 23,3% (n= 527) a 3º curso y el 24,8% (n= 562) a 4º curso. La edad media de la muestra estudiada es de 8,39 (DT= 1,31).

Se presentan los estadísticos descriptivos referidos a la cantidad de práctica de AFD extraes-colar semanalmente (Figura 7).

Podemos observar que el mayor porcentaje de la muestra total corresponde con tres horas de práctica de AFD semanalmente extraescolar (22,4%, n= 466), seguido de 2 horas (20,9%, n= 435). Siendo 4 horas de práctica de AFD las que ocupan menor porcentaje (12,7%, n= 265).

Figura 7. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra total

5. ANÁLISIS DE LA MUESTRA TOTAL

36

5. Análisis de la muestra total

Eduardo José Fernández Ozcorta Inmaculada Tornero Quiñones

5.1. Descriptivos

En relación a la muestra del estudio, el 46,2% (n= 1.055) del alumnado

pertenece a España y el 53,8% (n= 1.230) pertenece a Portugal. En lo referente al género, el 49,7% (n= 1123) de la muestra pertenece al género femenino y el 50,3% (n= 1138) al género masculino. En cuanto al curso, el 24,4% (n= 552) pertenece a 1º de Primaria, el 27,6% (n= 625) a 2º curso, el 23,3% (n= 527) a 3º curso y el 24,8% (n= 562) a 4º curso. La edad media de la muestra estudiada es de 8,39 (DT= 1,31).

Se presentan los estadísticos descriptivos referidos a la cantidad de

práctica de AFD extraescolar semanalmente (gráfico 2).

Podemos observar que el mayor porcentaje de la muestra total corresponde con tres horas de práctica de AFD semanalmente extraescolar (22,4%, n= 466), seguido de 2 horas (20,9%, n= 435). Siendo 4 horas de práctica de AFD las que ocupan menor porcentaje (12,7%, n= 265).

Gráfico 2. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra total

En el análisis de la práctica de AFD también queremos conocer la

categorización en relación a una puntuación buena, regular o mala en la adquisición del hábito saludable de AFD. Para ello hemos analizado el cuestionario KrecePlus del utilizado en el estudio EnKid.

13,6 14,1

20,9 22,4

12,7

16,4

0

5

10

15

20

25

0 Horas 1 Hora 2 Horas 3 Horas 4 Horas 5 Horas o más

Porc

enta

je

Horas AFD extraescolar semanalmente

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46

En el análisis de la práctica de AFD también queremos conocer la categorización en relación a una puntuación buena, regular o mala en la adquisición del hábito saludable de AFD. Para ello hemos analizado el cuestionario KrecePlus del utilizado en el estudio EnKid.

En la figura 8, se muestra la categorización de la muestra total. Podemos observar que el 47,9% (n= 978) de los estudiantes están dentro de la categoría “regular” de práctica de AFD. El 39,5% (n= 808) corresponden a la categoría “mala puntuación” y el 12,6% (n= 257) tienen unos buenos hábitos de práctica de AFD.

Figura 8. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra total

Para analizar el IMC en los estudiantes se ha tomado como referencia la categorización que realiza Cole et al., (2000) para edades comprendidas entre los 2 y los 18 años. Esta categorización clasifica al alumnado en normopeso, sobrepeso u obesidad en relación a los valores criterio ex-puestos en el apartado de metodología.

Se puede observar que gran parte de la muestra, el 66,5% (n= 1.425) está dentro de la categoría normopeso. El 22,5% (n= 482) tiene sobrepeso, y el 11,1% (n= 237) presenta obesidad (Figura 4).

37

En el gráfico 3, se muestra la categorización de la muestra total.

Podemos observar que el 47,9% (n= 978) de los estudiantes están dentro de la categoría "regular" de práctica de AFD. El 39,5% (n= 808) corresponden a la categoría "mala puntuación" y el 12,6% (n= 257) tienen unos buenos hábitos de práctica de AFD.

Gráfico 3. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra total

Para analizar el IMC en los estudiantes se ha tomado como referencia la

categorización que realiza Cole et al., (2000) para edades comprendidas entre los 2 y los 18 años. Esta categorización clasifica al alumnado en normopeso, sobrepeso u obesidad en relación a los valores criterio expuestos en el apartado de metodología.

Se puede observar que gran parte de la muestra, el 66,5% (n= 1.425) está dentro de la categoría normopeso. El 22,5% (n= 482) tiene sobrepeso, y el 11,1% (n= 237) presenta obesidad (gráfico 4).

39,5

47,9

12,6

0

10

20

30

40

50

60

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD

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Figura 9. IMC categorizado según Cole et al., (2000)

La calidad de la dieta del alumnado que compone la muestra en un 57,3% (n= 1281) es de una dieta mediterránea óptima, seguida de un 38,4% (n= 858) que necesita mejorar el patrón alimen-tario y del 4,4% (n= 98) que tiene una dieta de muy baja calidad.

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

En relación al tipo de insatisfacción corporal (Figura 10) de los sujetos con edades compren-didas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 38,6% (n= 773) está satisfecho con su IC. El 39,9% (n= 803) desean tener menos peso y el 21,5% (n= 418) desea tener más peso.

38

Gráfico 4. Índice de Masa Corporal categorizado según Cole et al., (2000)

La calidad de la dieta del alumnado que compone la muestra en un

57,3% (n= 1281) es de una dieta mediterránea óptima, seguida de un 38,4% (n= 858) que necesita mejorar el patrón alimentario y del 4,4% (n= 98) que tiene una dieta de muy baja calidad.

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su

dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

En relación al tipo de insatisfacción corporal (gráfico 5) de los sujetos

con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 38,6% (n= 773) está satisfecho con su IC. El 39,9% (n= 803) desean tener menos peso y el 21,5% (n= 418) desea tener más peso.

66,5

22,5

11,1

0

10

20

30

40

50

60

70

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Page 48: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

48

39

Gráfico 5. Tipo de insatisfacción corporal

El 73,7% (n= 1.671) de la muestra total ve la televisión mientras come,

frente a un 26,3% (n= 595). Igualmente el 67,3% (n= 1.524) tiene televisor en el dormitorio, frente a un 32,7% (n= 739) que no tiene (gráfico 6).

Gráfico 6. Hábitos no saludables de TV

38,6 39,9

21,5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Satisfacción Deseo de tener menos peso Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

73,7 67,3

26,3

4,4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Ver la TV mientras come Tener TV en dormitorio

Porc

enta

je

Hábitos no saludables de TV

SI

NO

39

Gráfico 5. Tipo de insatisfacción corporal

El 73,7% (n= 1.671) de la muestra total ve la televisión mientras come,

frente a un 26,3% (n= 595). Igualmente el 67,3% (n= 1.524) tiene televisor en el dormitorio, frente a un 32,7% (n= 739) que no tiene (gráfico 6).

Gráfico 6. Hábitos no saludables de TV

38,6 39,9

21,5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Satisfacción Deseo de tener menos peso Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

73,7 67,3

26,3

4,4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Ver la TV mientras come Tener TV en dormitorio

Porc

enta

je

Hábitos no saludables de TV

SI

NO

Figura 10. Tipo de insatisfacción corporal

El 73,7% (n= 1.671) de la muestra total ve la televisión mientras come, frente a un 26,3% (n= 595). Igualmente el 67,3% (n= 1.524) tiene televisor en el dormitorio, frente a un 4,4 % (n= 739) que no tiene (Figura 11).

Figura 11. Hábitos no saludables de TV

Page 49: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

49

40

5.2. Actividad Física, género y nivel educativo

Se presentan los estadísticos descriptivos, diferenciando en función del género y ciclo, referidos al número de horas de AFD extraescolar semanalmente.

Si tenemos en cuenta el género, vemos que los chicos practican más horas de AFD extraescolarmente a la semana (M= 2,68, DT= 1,57) que las chicas (M= 2,44; DT= 1,63) (gráfico 7). El análisis inferencial muestra que las diferencias observadas son estadísticamente significativas, aunque de pequeño tamaño (t (2061)=3,76; p= ,001)

Gráfico 7. Horas de AFD extraescolar a la semana en función del género

Si tenemos en cuenta el ciclo, podemos observar que aunque el alumnado de 2º ciclo práctica más horas de AFD extraescolarmente a la semana (M= 2,62, DT= 1,60) que el de 1º ciclo (M= 2,49; DT= 1,60), el análisis inferencial muestra que las diferencias observadas no son estadísticamente significativas (t (2064)= 0,12; p= ,065). 5.3. Actividad Física e Índice de Masa Corporal

Si analizamos la AF y el IMC se puede observar que aunque aquellos estudiantes que tienen mejores puntuaciones en relación al hábito de AFD corresponde a la categoría normopeso (M= 1,73, DT= ,66) en relación a la categoría obesidad (M= 1,66, DT= ,67), las diferencias no fueron estadísticamente significativas (F(3)= ,979, p= ,376). Ocurre los mismo cuando tenemos en cuenta el género. Aunque las mejores puntuaciones en relación al hábito de AFD corresponde a la categoría

14,2 12,7

21,3

16,7

10,6

14,2

10,3

13,1

17

24,1

12,6

15,7

0

5

10

15

20

25

30

0 Horas 1 Horas 2 Horas 3 Horas 4 Horas 5 Horas o más

Porc

enta

je

Horas de AFD extraescolar semalmente en función del género

Chicas

Chicos

5.2. AF, género y nivel educativo

Se presentan los estadísticos descriptivos, diferenciando en función del género y ciclo, referi-dos al número de horas de AFD extraescolar semanalmente.

Si tenemos en cuenta el género, vemos que los chicos practican más horas de AFD extraes-colarmente a la semana (M= 2,68; DT= 1,57) que las chicas (M= 2,44; DT= 1,63) (Figura 12). El análisis inferencial muestra que las diferencias observadas son estadísticamente significativas, aunque de pequeño tamaño (t (2061)=3,76; p= ,001)

Figura 12. Horas de AFD extraescolar a la semana en función del género

Si tenemos en cuenta el ciclo, podemos observar que aunque el alumnado de 2º ciclo práctica más horas de AFD extraescolarmente a la semana (M= 2,62; DT= 1,60) que el de 1º ciclo (M= 2,49; DT= 1,60), el análisis inferencial muestra que las diferencias observadas no son estadística-mente significativas (t (2064)= 0,12; p= ,065).

5.3. AF e IMC

Si analizamos la AF y el IMC se puede observar que aunque aquellos estudiantes que tienen mejores puntuaciones en relación al hábito de AFD corresponde a la categoría normopeso (M= 1,73; DT= ,66) en relación a la categoría obesidad (M= 1,66; DT= ,67), las diferencias no fueron estadísticamente significativas (F(3)= ,979; p= ,376).

Ocurre los mismo cuando tenemos en cuenta el género. Aunque las mejores puntuaciones en relación al hábito de AFD corresponde a la categoría normopeso en chicas y chicos (M= 1,86; DT= ,66; M= 1,60; DT= ,63, respectivamente) en relación a la categoría obesidad en chicas y

Page 50: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

50

chicos (M= 1,77; DT= ,68; M= 1,55; DT= ,65, respectivamente), las diferencias no fueron esta-dísticamente significativas (F(2)= 1,04; p= ,355; F(2)= ,334; p= ,716, respectivamente).

En relación al ciclo, las diferencias tampoco fueron significativas. Aunque las mejores pun-tuaciones en relación al hábito de AFD corresponde a la categoría normopeso en el primer ciclo de primaria (M= 1,68; DT= ,65) en relación a la categoría obesidad (M= 1,60; DT= ,67), las di-ferencias no fueron estadísticamente significativas (F(2)= 1,34; p= ,263). En relación al segundo ciclo de primaria, las mejores puntuaciones de AFD corresponden con la categoría sobrepeso (M= 1,81; DT= ,67). Las diferencias no son estadísticamente significativas (F(2)= ,798; p= ,451).

5.4. AF con IC, género y ciclo

Cuando estudiamos el tipo de insatisfacción corporal en función del género se observa que los chicos (40,9%, n= 405) están más satisfechos con su IC que las chicas (36,9%, n= 363). En cambio el género femenino está más insatisfecho con su IC que el masculino, ya sea por el deseo de perder peso (40,5%, n= 399; 39,7%, n= 393, respectivamente) como de tener más peso (22,6%, n= 222; 19,4%, n= 192, respectivamente). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias no son estadísticamente significativas (x2(2)= 4,50; p= ,106; n= 1974).

En cambio, cuando relacionamos el tipo de insatisfacción con el ciclo, las diferencias son es-tadísticamente significativas (x2(2)= 52,70; p< ,001; n= 1977). Los estudiantes de segundo ciclo (43,5%, n= 462) están más satisfechos con su IC que los de primer ciclo de primaria (33,3%, n= 33,3%, n= 304).

Cuando relacionamos AF e IC podemos observar que el alumnado que está satisfecho con su IC tiende a manifestar una buena puntuación en AFD (40,8%, n= 93) en relación con aquellos que tienen una mala puntuación (39,5%, n= 268). El alumnado que desea tener menos peso tiende a mostrar una mala puntuación en AFD (39,9%, n= 271). Las diferencias no son estadísticamente significativas (x2(4)= ,340; p= ,987; n= 1781).

En función del género las diferencias tampoco son significativas ni en chicas (x2(4)= ,825; p= ,935; n= 877) ni en chicos (x2(4)= 3,214; p= ,523; n= 904). Tampoco existen diferencias significa-tivas en cuanto al ciclo.

5.5. AF y alimentación

Cuando se relaciona la práctica de AF con la calidad de la dieta, se puede observar que los estudiantes que tienen muy baja calidad en la dieta son los que muestran una baja puntuación en el hábito de AFD (6,5%, n= 51). Los estudiantes que necesitan mejorar el patrón alimentario son los que muestran igualmente una mala puntuación en el hábito de AFD (43,4%, n= 343). Por último, el alumnado que tiene una dieta mediterránea óptima también tiene buenos hábitos de práctica de AFD (67,7%, n= 172) (Figura 13). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(4)= 40,32; p< ,001; n= 2004).

Page 51: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

51

Figura 13. AF y alimentación

5.6. AF y televisión

Los estudiantes que no comen viendo la televisión (14,8%, n= 78) tienden a realizar más prác-tica de AFD que aquellos que comen viendo la televisión (11,8%, n= 177) (Figura 9). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)= 8,89; p= ,012; n= 2030).

Cuando se relaciona la AF con el hecho de tener televisión en el dormitorio o no las diferen-cias no son significativas (x2(2)= 5,47; p= ,065; n= 2029).

Figura 14. Relación entre AF y TV comiendo

42

estudiantes que necesitan mejorar el patrón alimentario son los que muestran igualmente una mala puntuación en el hábito de AFD (43,4%, n= 343). Por último, el alumnado que tiene una dieta mediterránea óptima también tiene buenos hábitos de práctica de AFD (67,7%, n= 172) (gráfico 8). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (X2(4)= 40,32; p< ,001; n= 2004).

Gráfico 8. AF y alimentación

5.6. Actividad Física y televisión

Los estudiantes que no comen viendo la televisión (14,8%, n= 78) tienden a realizar más práctica de AFD que aquellos que comen viendo la televisión (11,8%, n= 177) (gráfico 9). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (X2(2)= 8,89; p= ,012; n= 2030). Cuando se relaciona la AF con el hecho de tener televisión en el dormitorio o no las diferencias no son significativas (X2(2)= 5,47; p= ,065; n= 2029).

6,5

43,4 50,1

3

35,8

61,1

2,4

29,9

67,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Muy baja calidad Necesidad de mejorar el patrón

alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

AF y alimentación

Mala puntuación AFD

Regular AFD

Buena AFD

43

Gráfico 9. Relación entre AF y TV comiendo

5.7. Índice de Masa Corporal, género y ciclo

Cuando se analizan las diferencias de género teniendo en cuenta la categorización del IMC de Cole et al., (2000), se observa que en la categoría de normopeso se encuentra el 67,1% de los varones (n= 724) y el 65,8% de las chicas (n= 701). En la categoría sobrepeso está el 22,3% (n= 241) de los alumnos y el 22,6% (n= 241) de las alumnas. Por último, en la categoría obesidad se encuentra el 10,6% de los varones (n= 114) y el 11,5% de las mujeres (n= 123). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias no son estadísticamente significativas (X2(2)= ,622; p= ,733; n= 2144).

En relación al ciclo, se muestran diferencias significativas en el IMC (X2(2)= 6,59; p= ,037; n= 2128) (gráfico 10). Tanto en primer como segundo ciclo, la mayor parte del alumnado es normopeso (68,6%; 64,4%, respectivamente). El alumnado con obesidad es algo más numeroso en el primer ciclo de primaria (11,2%). Y el mayor porcentaje de alumnos con sobrepeso se encuadra en 2º ciclo de la ESO.

41,4

46,9

11,8

34,4

50,8

14,8

0

10

20

30

40

50

60

Mala puntuación AFD Regular AFD Buena AFD

Porc

enta

je

AF y TV como

Si TV como

No Tv como

Page 52: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

52

44

Gráfico 10. Índice de Masa Corporal en función del ciclo

5.8. Índice de Masa Corporal, alimentación y actividad física

Cuando relacionamos el IMC de la muestra total con la calidad de la

dieta, las diferencias no son significativas (X2(4)= 4,81; p= ,307; n= 2101). Si tenemos en cuenta la práctica de AFD, el hecho de comer o no en la escuela, comer viendo la televisión o tener o no televisión en el dormitorio tampoco se observan diferencias significativas. 5.9. Índice de Masa Corporal e imagen corporal atendiendo al género

Cuando se relaciona el IMC y el tipo de insatisfacción corporal podemos observar que los estudiantes categorizados en normopeso desean tener más peso (89,3%, n= 400). El grupo de los sobrepesos desean tener menos peso (32,5%, n= 272) y el grupo de los obesos desean igualmente tener menos peso (21,7%, n= 182) (gráfico 11). Las diferencias son significativas (X2(4)= 320,945; p< ,001; n= 2109).

68,6

20,2

11,2

64,4

24,8

10,8

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

1º ciclo

2º ciclo

5.7. IMC, género y ciclo

Cuando se analizan las diferencias de género teniendo en cuenta la categorización del IMC de Cole et al. (2000), se observa que en la categoría de normopeso se encuentra el 67,1% de los varones (n= 724) y el 65,8% de las chicas (n= 701). En la categoría sobrepeso está el 22,3% (n= 241) de los alumnos y el 22,6% (n= 241) de las alumnas. Por último, en la categoría obesidad se encuentra el 10,6% de los varones (n= 114) y el 11,5% de las mujeres (n= 123). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias no son estadísticamente significativas (x2(2)= ,622; p= ,733; n= 2144).

En relación al ciclo, se muestran diferencias significativas en el IMC (x2(2)= 6,59; p= ,037; n= 2128) (Figura 15). Tanto en primer como segundo ciclo, la mayor parte del alumnado es normo-peso (68,6% y 64,4%, respectivamente). El alumnado con obesidad es algo más numeroso en el primer ciclo de primaria (11,2%). Y el mayor porcentaje de alumnos con sobrepeso se encuadra en 2º ciclo de la ESO.

Figura 15. IMC en función del ciclo

5.8. IMC, alimentación y AF

Cuando relacionamos el IMC de la muestra total con la calidad de la dieta, las diferencias no son significativas (x2(4)= 4,81; p= ,307; n= 2.101). Si tenemos en cuenta la práctica de AFD, el hecho de comer o no en la escuela, comer viendo la televisión o tener o no televisión en el dor-mitorio tampoco se observan diferencias significativas.

Page 53: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

53

5.9. IMC e IC atendiendo al género

Cuando se relaciona el IMC y el tipo de insatisfacción corporal podemos observar que los estudiantes categorizados en normopeso desean tener más peso (89,3%, n= 400). El grupo de los sobrepesos desean tener menos peso (32,5%, n= 272) y el grupo de los obesos desean igualmente tener menos peso (21,7%, n= 182) (Figura 16). Las diferencias son significativas (x2(4)= 320,945; p< ,001; n= 2109).

Figura 16. IMC e IC

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (Figura 17) y en chi-cos (Figura 18). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (89,5%, n= 213; 89,0%, n= 187; respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (32,2%, n= 135; 32,8%, n= 137, respectivamente) y el alumnado obeso desea igualmente te-ner menos peso (23,6%, n= 99; 19,9%, n= 83, respectivamente). Las diferencias son significativas (x2(4)= 179,064; p< ,001; n= 1047; x2(4)= 142,909; p< ,001; n= 1062, respectivamente).

45

Gráfico 11. Índice de Masa Corporal e imagen corporal

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (gráfico 12) y en chicos (gráfico 13). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (89,5%, n= 213; 89,0%, n= 187, respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (32,2%, n= 135; 32,8%, n= 137, respectivamente) y el alumnado obeso desea igualmente tener menos peso (23,6%, n= 99; 19,9%, n= 83, respectivamente). Las diferencias son significativas (X2(4)= 179,064; p< ,001; n= 1047; X2(4)= 142,909; p< ,001; n= 1062, respectivamente).

Gráfico 12. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicas

75,2

19,5

5,2

45,8

32,5

21,7

89,3

8,5 2,2

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

74,9

20

5,1

44,2

32,2

23,6

89,5

8,8 1,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Page 54: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

54

Figura 17. IMC e IC en chicas

Figura 18. IMC e IC en chicos

45

Gráfico 11. Índice de Masa Corporal e imagen corporal

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (gráfico 12) y en chicos (gráfico 13). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (89,5%, n= 213; 89,0%, n= 187, respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (32,2%, n= 135; 32,8%, n= 137, respectivamente) y el alumnado obeso desea igualmente tener menos peso (23,6%, n= 99; 19,9%, n= 83, respectivamente). Las diferencias son significativas (X2(4)= 179,064; p< ,001; n= 1047; X2(4)= 142,909; p< ,001; n= 1062, respectivamente).

Gráfico 12. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicas

75,2

19,5

5,2

45,8

32,5

21,7

89,3

8,5 2,2

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

74,9

20

5,1

44,2

32,2

23,6

89,5

8,8 1,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

46

Gráfico 13. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicos

5.10. Índice de Masa Corporal y otras variables de estudio

Cuando se relaciona el IMC de la muestra con el hecho de comer o no en la escuela (gráfico 14), se observa que el mayor porcentaje de alumnado que come en la escuela es normopeso (5,4%, n= 788) y el mayor porcentaje de alumnado que no come en la escuela es obeso (56,2%, n= 131). Las diferencias son significativas (X2(4)= 15,280; p< ,001; n= 2107).

Gráfico 14. Relación entre el Índice de Masa Corporal y comer en el colegio

75,6

19,1

5,3

47,4

32,8

19,9

89

8,1 2,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

56,4

50,6

43,8 43,6

49,4

56,2

0

10

20

30

40

50

60

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Si come en la escuela

No come en la escuela

Page 55: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

55

5.10. IMC y otras variables de estudio

Cuando se relaciona el IMC de la muestra con el hecho de comer o no en la escuela (Figura 17), se observa que el mayor porcentaje de alumnado que come en la escuela es normopeso (5,4%, n= 788) y el mayor porcentaje de alumnado que no come en la escuela es obeso (56,2%, n= 131). Las diferencias son significativas (x2(4)= 15,280; p< ,001; n= 2107).

Figura 19. Relación entre el IMC y comer en el colegio

Cuando relacionamos el IMC con comer viendo la televisión y tener televisor en el dormitorio las diferencias no son significativas.

5.11. Alimentación e IC

Si relacionamos la calidad de la dieta con la IC de los estudiantes, podemos observar que aquellos estudiantes que están satisfechos con su IC tienen una dieta mediterránea óptima (60,6%, n= 518), y que el alumnado que está insatisfecho con su IC deseando tener más peso necesitan mejorar el patrón alimentario (44,1%, n= 206) y tienen una dieta de muy baja calidad (6,0%, n= 28). Las diferencias son significativas (x2(4)= 15,628; p= ,004; n= 2202).

5.12. Alimentación y televisión

Cuando se relaciona la dieta con el hecho de comer o no en el colegio, se puede observar que aquellos estudiantes que tienen una dieta de muy baja calidad la mayoría no come en el colegio (5,4%, n= 54). Aquellos estudiantes que necesitan mejorar el patrón alimentario tampoco comen en la escuela (41,5%, n= 416) y por último aquellos que tienen una dieta mediterránea óptima la mayoría come en el colegio (61,0%, n= 736). Las diferencias son significativas (x2(2)= 15,788; p< ,001; n= 2.210).

46

Gráfico 13. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicos

5.10. Índice de Masa Corporal y otras variables de estudio

Cuando se relaciona el IMC de la muestra con el hecho de comer o no en la escuela (gráfico 14), se observa que el mayor porcentaje de alumnado que come en la escuela es normopeso (5,4%, n= 788) y el mayor porcentaje de alumnado que no come en la escuela es obeso (56,2%, n= 131). Las diferencias son significativas (X2(4)= 15,280; p< ,001; n= 2107).

Gráfico 14. Relación entre el Índice de Masa Corporal y comer en el colegio

75,6

19,1

5,3

47,4

32,8

19,9

89

8,1 2,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

56,4

50,6

43,8 43,6

49,4

56,2

0

10

20

30

40

50

60

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Si come en la escuela

No come en la escuela

Page 56: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

56

De igual forma aquellos estudiantes que tienen una dieta de muy baja calidad y necesitan me-jorar el patrón alimentario comen viendo la televisión (4,8% y 40,3%, respectivamente) y aquellos que tienen una dieta mediterránea óptima no comen viendo la televisión (63,8%).

El hecho de ver la televisión en el dormitorio no afecta al patrón alimentario del estudiante.

Foto 8.

Page 57: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

57

48

6. Datos en España

Pedro Sáenz-López Buñuel 6.1. Descriptivos

De los 1.055 estudiantes españoles, el 50,0% (n= 515) pertenecen al género femenino y el 50,0% (n= 516) al género masculino. El alumnado tiene una edad comprendida entre los 6 y los 11 años (M= 8,21; DT= 1,30). En relación al curso el 25,3% son alumnos de primero, el 29,0% de segundo, el 21,8% de tercero y el 23,9% de cuarto.

Tabla 9. Distribución de los participantes españoles en función del género, curso y edad

Curso 1º Primaria 2º Primaria 3º Primaria 4º Primaria

Género Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas N 134 127 150 145 110 109 126 114

Edad media

6,60 7,74 8,84 9,85

Total 261 295 219 240

En los gráficos que aparecen a continuación se presentan los estadísticos descriptivos, diferenciando en función del género y ciclo, todos ellos relacionados con las horas de práctica de AFD extraescolar semanalmente (gráfico 15).

Gráfico 15. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra España

17,1

11,6

21,1 22,8

12,3

15,1

0

5

10

15

20

25

0 Horas 1 Hora 2 Horas 3 Horas 4 Horas 5 Horas o más

Porc

enta

je

Horas AFD extraescolar semanalmente

Pedro Sáenz-López Buñuel

6.1. Descriptivos

De los 1.055 estudiantes españoles, el 50,0% (n= 515) pertenecen al género femenino y el 50,0% (n= 516) al género masculino. El alumnado tiene una edad comprendida entre los 6 y los 11 años (M= 8,21; DT= 1,30). En relación al curso el 25,3% son alumnos de primero, el 29,0% de segundo, el 21,8% de tercero y el 23,9% de cuarto.

Tabla 9. Distribución de los participantes españoles en función del género, curso y edad media.

Curso 1º Primaria 2º Primaria 3º Primaria 4º Primaria

Género Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas

N 134 127 150 145 110 109 126 114

Edad media 6,60 7,74 8,84 9,85

Total 261 295 219 240

En los figuras que aparecen a continuación se presentan los estadísticos descriptivos, diferen-ciando en función del género y ciclo, todos ellos relacionados con las horas de práctica de AFD extraescolar semanalmente (Figura 20).

Figura 20. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra España

6. DATOS EN ESPAÑA

Page 58: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

58

Se puede observar que los alumnos españoles que realizan AFD durante la semana dedican mayoritariamente tres horas (22,8%, n=238), seguido muy de cerca por la práctica de dos horas (21,1%, n= 220). Los alumnos que no practican nada de AFD se encuentran en tercer lugar (17,1%, n= 179). Con estos datos, el 43 % de la muestra tiene una mala puntuación en sus hábitos de AFD (figura 19).

Figura 21. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra España

La gran mayoría de los estudiantes españoles se encuentran dentro de la categoría normopeso (59,2%, n= 600). Sin embargo, el 25,1% (n= 255) tiene sobrepeso, y el 15,7% (n= 159) presenta obesidad (Figura 22).

Figura 22. IMC categorizado según Cole et al. (2000)

49

Se puede observar que los alumnos españoles se realizan AFD durante la semana dedican mayoritariamente tres horas (22,8%, n=238), seguido muy de cerca por la práctica de dos horas (21,1%, n= 220). Los alumnos que no practican nada de AFD se encuentran en tercer lugar (17,1%, n= 179).

Gráfico 16. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra España La gran mayoría de los estudiantes españoles se encuentran dentro de

la categoría normopeso (59,2%; n= 600). Sin embargo, el 25,1% (n= 255) tiene sobrepeso, y el 15,7% (n= 159) presenta obesidad (gráfico 17).

Gráfico 17. Índice de Masa Corporal categorizado según Cole et al. (2000)

43,2 45,1

11,7

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD

59,2

25,1

15,7

0

10

20

30

40

50

60

70

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

49

Se puede observar que los alumnos españoles se realizan AFD durante la semana dedican mayoritariamente tres horas (22,8%, n=238), seguido muy de cerca por la práctica de dos horas (21,1%, n= 220). Los alumnos que no practican nada de AFD se encuentran en tercer lugar (17,1%, n= 179).

Gráfico 16. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra España La gran mayoría de los estudiantes españoles se encuentran dentro de

la categoría normopeso (59,2%; n= 600). Sin embargo, el 25,1% (n= 255) tiene sobrepeso, y el 15,7% (n= 159) presenta obesidad (gráfico 17).

Gráfico 17. Índice de Masa Corporal categorizado según Cole et al. (2000)

43,2 45,1

11,7

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD

59,2

25,1

15,7

0

10

20

30

40

50

60

70

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Page 59: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

59

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

En relación al tipo de insatisfacción corporal (Figura 23) de los sujetos con edades compren-didas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 43,2% (n= 451) está satisfecho con su IC. El 40,3% (n= 420) desean tener menos peso y el 16,5% (n= 172) desea tener más peso.

Figura 23. Tipo de insatisfacción corporal

6.2. AF, género y ciclo

En cuanto a las horas de AFD en función del género proporciona diferencias. El análisis in-ferencial muestra que las diferencias observadas son estadísticamente significativas con un efecto moderado (t (1020)=6,082; p< ,001; d= ,38). En este sentido, los chicos practican más horas de AFD extraescolarmente a la semana (M= 2,78; DT= 1,59) que las chicas (M= 2,17; DT= 1,61) (Figura 24). Si se estudian las diferencias entre los alumnos según su etapa educativa se observa que tanto el alumnado de 1º ciclo (M= 2,48; DT= 1,63) y de 2º ciclo (M= 2,44; DT= 1,62), estas son inexistentes (t (1023)= ,394; p= ,694).

50

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

En relación al tipo de insatisfacción corporal (gráfico 18) de los sujetos

con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 43,2% (n= 451) está satisfecho con su IC. El 40,3% (n= 420) desean tener menos peso y el 16,5% (n= 172) desea tener más peso.

Gráfico 18. Tipo de insatisfacción corporal

6.2. Actividad Física, género y ciclo

En cuanto a las horas de AFD en función del género proporciona diferencias. El análisis inferencial muestra que las diferencias observadas son estadísticamente significativas con un efecto moderado (t (1020)=6,082; p< ,001, d= .38). En este sentido, los chicos practican más horas de AFD extraescolarmente a la semana (M= 2,78, DT= 1,59) que las chicas (M= 2,17; DT= 1,61) (gráfico 19). Si se estudian las diferencias entre los alumnos según su etapa educativa se observa que tanto el alumnado de 1º ciclo (M= 2,48, DT= 1,63) y de 2º ciclo (M= 2,44; DT= 1,62), estas son inexistentes (t (1023)= ,394 ; p = ,694).

43,2 40,3

16,5

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Satisfacción Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Serie 1

Page 60: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

60

52

Gráfico 20. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del género

La relación entre el nivel de AFD y el IMC aparece como inexistente (X2(4)= 2,95; p= ,567; n= 998). En la siguiente ilustración se puede observar que el nivel de AFD no ayuda a explicar las diferencias en cuanto el IMC.

Gráfico 21. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

Cuando se analizan los resultados en relación a la AFD en función a la etapa educativa. Los datos que se desprenden muestran que los alumnos de primer ciclo presentan su mayor porcentaje en bajos (48,8%, n= 266) y regular (41,1%, n= 224) nivel de AFD. Los alumnos de segundo ciclo no destaca tampoco por buenos niveles con sólo un 13,2% (n= 60). La mayor parte de los

43,2

53,6

60,5 56,8

46,4

39,5

0

10

20

30

40

50

60

70

Mala puntuación Regular AFD Buena

Porc

enta

je

Hábito de práctica de AF

Chica

Chico

42,8 46,4

10,8

41,7 43,7

14,6

45,6 43

11,4

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Normopeso

Sobrepeso

Obesidad

Figura 24. Horas de AFD extraescolar a la semana en función del género

6.3. AF e IMC, género y ciclo

En la ilustración 20 se representa el nivel de AF, entendida ésta como buena, regular y mala, cruzada con el género de los alumnos estudiados. En ella los niveles de AFD son significativas si se comparan con el género (x2(4)= 15,85; p< ,001; n= 1014). Se observa que el 60,5% (n= 72) de las chicas tienen unos buenos niveles de AFD frente a sólo un 39,5% (n= 47) de los chicos. Esta situación se repite en cuanto la AFD regular (chicas 53,6%, n=245; y chicos 46,4%, n= 212). Mientras que los chicos son mayoritarios en cuanto a la mala puntuación de AFD (56,8%, n=438) frente a las chicas (43,2%, n= 189).

Figura 25. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del género

51

Gráfico 19. Horas de AFD extraescolar a la semana en función del género

6.3. Actividad Física e Índice de Masa Corporal, género y ciclo

En la ilustración 20 se representa el nivel de actividad física, entendida ésta como buena, regular y mala, cruzada con el género de los alumnos estudiados. En ella los niveles de AFD son significativas si se comparan con el género (X2(4)= 15,85; p< ,001; n= 1014). Se observa que el 60,5% (n= 72) de las chicas tienen unos buenos niveles de AFD frente a sólo un 39,5% (n= 47) de los chicos. Esta situación se repite en cuanto la AFD regular (chicas 53,6%, n=245; y chicos 46,4%, n= 212). Mientras que los chicos son mayoritarios en cuanto a la mala puntuación de AFD (56,8%, n=438) frente a las chicas (43,2%, n= 189).

21,4

12,4

27,8

16,3

10,6 11,6 12,3 10,9

14,6

29,5

13,9

18,8

0

5

10

15

20

25

30

35

0 Horas 1 Hora 2 Horas 3 Horas 4 Horas 5 Horas o más

Porc

enta

je

Horas de AFD extraescolar semanalmente en función del género

Chicas

Chicos

Page 61: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

61

52

Gráfico 20. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del género

La relación entre el nivel de AFD y el IMC aparece como inexistente (X2(4)= 2,95; p= ,567; n= 998). En la siguiente ilustración se puede observar que el nivel de AFD no ayuda a explicar las diferencias en cuanto el IMC.

Gráfico 21. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

Cuando se analizan los resultados en relación a la AFD en función a la etapa educativa. Los datos que se desprenden muestran que los alumnos de primer ciclo presentan su mayor porcentaje en bajos (48,8%, n= 266) y regular (41,1%, n= 224) nivel de AFD. Los alumnos de segundo ciclo no destaca tampoco por buenos niveles con sólo un 13,2% (n= 60). La mayor parte de los

43,2

53,6

60,5 56,8

46,4

39,5

0

10

20

30

40

50

60

70

Mala puntuación Regular AFD Buena

Porc

enta

je

Hábito de práctica de AF

Chica

Chico

42,8 46,4

10,8

41,7 43,7

14,6

45,6 43

11,4

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Normopeso

Sobrepeso

Obesidad

La relación entre el nivel de AFD y el IMC aparece como inexistente (x2(4)= 2,95; p= ,567; n= 998). En la siguiente ilustración se puede observar que el nivel de AFD no ayuda a explicar las diferencias en cuanto el IMC.

Figura 26. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

Cuando se analizan los resultados en relación a la AFD en función a la etapa educativa. Los datos que se desprenden muestran que los alumnos de primer ciclo presentan su mayor porcentaje en bajos (48,8%, n= 266) y regular (41,1%, n= 224) nivel de AFD. Los alumnos de segundo ciclo no destaca tampoco por buenos niveles con sólo un 13,2% (n= 60). La mayor parte de los alum-nos de segundo ciclo se encuentran en un nivel regular de AFD (49,7%, n= 225). La inferencia estadística, además, presenta que existen diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (t (996)= 3,514; p< ,001).

Page 62: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

62

54

Gráfico 23. Tipo de insatisfacción corporal en función del género

Si aparecen diferencias estadísticamente significativa cuando observamos las diferencias en cuanto a la edad o ciclo escolar (X2(2)= 16,94; p< ,001; n= 1024). El alumnado de segundo ciclo presenta mayor satisfacción (46,9%, n= 210) pero desean tener menos peso (41,8%, n= 195).

Gráfico 24. Tipo de insatisfacción corporal en función de la etapa educativa

Cuando relacionamos AF e IC podemos observar que el alumnado que está satisfecho con su IC tiende a manifestar una buena puntuación en AFD (53,4%, n= 63) en relación con aquellos que tienen una mala (42,1%, n= 268). y regular puntuación (39,5%, n= 268). El alumnado que desea tener menos

42 42,5

15,6

45,2

37,5

17,3

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Satisfecho Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Chica

Chico

40,2 39

20,8

46,9

41,8

11,3

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Satisfecho Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Primer ciclo

Segundo ciclo

Figura 27. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

6.4. AF e IC, género y ciclo

En el estudio de la IC con respecto al género se observa que aunque las diferencias no son estadísticamente significativas (x2(2)= 2,54; p= ,282; n= 1.021), los chicos (45,2%, n= 230) están más satisfechos que las chicas (42%, n= 215). Las chicas en cambio muestran mayor insatisfacción en cuanto a tener menos peso (42,5%, n= 217) frente a los chicos (37,5%, n= 191). Desear tener más peso es levemente más chicos que chicas (17,3%, n= 88; 15,6%, n= 88, respectivamente).

Figura 28. Tipo de insatisfacción corporal en función del género

53

alumnos de segundo ciclo se encuentran en un nivel regular de AFD (49,7%, n= 225). La inferencia estadística, además, presenta que existen diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (t (996)= 3,514; p < ,001).

Gráfico 22. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

6.4. Actividad Física e imagen corporal, género y ciclo El estudio de la IC con respecto al género se observa que aunque las diferencias no son estadísticamente significativas (X2(2)= 2,54; p= ,282; n= 1.021). De los datos se desprende que los chicos (45,2%, n= 230) están más satisfechos que las chicas (42%, n= 215). Las chicas en cambio muestran mayor insatisfacción en cuanto a tener menos peso (42,5%, n= 217) frente a los chicos (37,5%, n= 191). Desear tener más peso es levemente más chicos que chicas (17,3%, n= 88; 15,6%, n= 88, respectivamente).

48,8

41,1

10,1

37,1

49,7

13,2

0

10

20

30

40

50

60

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Primer ciclo

Segundo ciclo

Page 63: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

63

53

alumnos de segundo ciclo se encuentran en un nivel regular de AFD (49,7%, n= 225). La inferencia estadística, además, presenta que existen diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos (t (996)= 3,514; p < ,001).

Gráfico 22. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en función del IMC

6.4. Actividad Física e imagen corporal, género y ciclo El estudio de la IC con respecto al género se observa que aunque las diferencias no son estadísticamente significativas (X2(2)= 2,54; p= ,282; n= 1.021). De los datos se desprende que los chicos (45,2%, n= 230) están más satisfechos que las chicas (42%, n= 215). Las chicas en cambio muestran mayor insatisfacción en cuanto a tener menos peso (42,5%, n= 217) frente a los chicos (37,5%, n= 191). Desear tener más peso es levemente más chicos que chicas (17,3%, n= 88; 15,6%, n= 88, respectivamente).

48,8

41,1

10,1

37,1

49,7

13,2

0

10

20

30

40

50

60

Mala Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Primer ciclo

Segundo ciclo

54

Gráfico 23. Tipo de insatisfacción corporal en función del género

Si aparecen diferencias estadísticamente significativa cuando observamos las diferencias en cuanto a la edad o ciclo escolar (X2(2)= 16,94; p< ,001; n= 1024). El alumnado de segundo ciclo presenta mayor satisfacción (46,9%, n= 210) pero desean tener menos peso (41,8%, n= 195).

Gráfico 24. Tipo de insatisfacción corporal en función de la etapa educativa

Cuando relacionamos AF e IC podemos observar que el alumnado que está satisfecho con su IC tiende a manifestar una buena puntuación en AFD (53,4%, n= 63) en relación con aquellos que tienen una mala (42,1%, n= 268). y regular puntuación (39,5%, n= 268). El alumnado que desea tener menos

42 42,5

15,6

45,2

37,5

17,3

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Satisfecho Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Chica

Chico

40,2 39

20,8

46,9

41,8

11,3

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Satisfecho Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Primer ciclo

Segundo ciclo

Sí aparecen diferencias estadísticamente significativa cuando observamos las diferencias en cuanto a la edad o ciclo escolar (x2(2)= 16,94; p< ,001; n= 1024). El alumnado de segundo ciclo presenta mayor satisfacción (46,9%, n= 210) pero desean tener menos peso (41,8%, n= 195).

Figura 29. Tipo de insatisfacción corporal en función de la etapa educativa

Cuando relacionamos AF e IC podemos observar que el alumnado que está satisfecho con su IC tiende a manifestar una buena puntuación en AFD (53,4%, n= 63) en relación con aquellos que tienen una mala (42,1%, n= 268). y regular puntuación (39,5%, n= 268). El alumnado que desea tener menos peso tiende a mostrar una mala puntuación en AFD (39,9%, n= 271). Las di-ferencias no son estadísticamente significativas (x2(4)=8,157; p= ,085; n= 1.006).

Figura 30. Tipo de insatisfacción corporal en función de la práctica de AFD

55

peso tiende a mostrar una mala puntuación en AFD (39,9%, n= 271). Las diferencias no son estadísticamente significativas (X2(4)=8,157; p= ,085; n= 1.006).

Gráfico 25. Tipo de insatisfacción corporal en función de la práctica de AFD

6.5. Actividad Física y alimentación

En el siguiente gráfico, se observa la relación entre la AFD y la calidad de la dieta mediterránea. El alumnado que presentan bajos niveles de AFD tienen baja puntuación en cuanto a la calidad de la dieta (69,8%; n= 37). Los alumnos que necesitan mejorar su patrón alimentario son igualmente los que peores niveles de AFD presentan (53%; n= 212). En contraposición, el alumnado que tiene una dieta mediterránea óptima también tiene un nivel de AFD regular (51,5%, n= 281) (gráfico 26). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (X2(4)= 58,11; p< ,001; n= 999).

42,1 39,8

18,2

41,9 43

15

53,4

30,5

16,1

0

10

20

30

40

50

60

Satisfacción Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

enta

je

Tipo de insatisfacción

Mala Puntuación AFD

Regular AFD

Buena AFD

Page 64: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

64

6.5. AF y alimentación

En el siguiente figura, se observa la relación entre la AFD y la calidad de la dieta mediterránea. El alumnado que presenta bajos niveles de AFD tiene baja puntuación en cuanto a la calidad de la dieta (69,8%; n= 37). Los alumnos que necesitan mejorar su patrón alimentario son igualmente los que peores niveles de AFD presentan (53%; n= 212). En contraposición, el alumnado que tiene una dieta mediterránea óptima también tiene un nivel de AFD regular (51,5%, n= 281) (Fi-gura 31). La prueba chi-cuadrado muestra que estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(4)= 58,11; p< ,001; n= 999).

Figura 31. AF y alimentación

6.6. AF y televisión

Cuando se intenta relacionar la TV en circunstancia como: tener una televisión en el dormi-torio y verla durante las comidas, no parecen tener una relación con los niveles de AFD. Ambas relaciones aparecen independientes con el hecho de realizar mayor o menor AF. La relación de los niveles de AFD con ver la televisión comiendo (x2(2)= 5,572; p= ,062; n= 1.013) y tener televisión en el dormitorio (x2(2)= 2,472; p= ,290; n= 1.013) son independientes.

56

Gráfico 26. AF y alimentación

6.6. Actividad Física y televisión Cuando se intenta relacionar la TV en circunstancia como: tener una televisión en el dormitorio y verla durante las comidas, no parecen tener una relación con los niveles de AFD. Ambas relaciones aparecen independientes con el hecho de realizar mayor o menor actividad física. La relación de los niveles de AFD con ver la televisión comiendo (X2(2)= 5,572; p= ,062; n= 1013) y tener televisión en el dormitorio (X2(2)= 2,472; p= ,290; n= 1.013) son independientes.

Gráfico 27. Relación entre AF y TV comiendo

69,8

53

33

24,5

39,5

51,5

5,7 7,5

15,6

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Muy baja calidad Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

Dieta mediterránea óptima

Mala AFD

Regular AFD

Buena AFD

81,3 75,9 73,1

18,7 24,1 26,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Mala puntuación Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Si

No

Page 65: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

65

Figura 32. Relación entre AF y TV comiendo

Figura 33. Relación entre AF y TV en el dormitorio

6.7. IMC, género y ciclo

En cuanto a las particularidades que puede tener el género masculino y femenino y viceversa, en función de su IMC no hay diferencias estadísticamente significativas (x2(2)= 5,273; p= ,072; n= 1.014). Por lo tanto, no hay diferencias entre chicos y chicas con respecto a su IMC.

56

Gráfico 26. AF y alimentación

6.6. Actividad Física y televisión Cuando se intenta relacionar la TV en circunstancia como: tener una televisión en el dormitorio y verla durante las comidas, no parecen tener una relación con los niveles de AFD. Ambas relaciones aparecen independientes con el hecho de realizar mayor o menor actividad física. La relación de los niveles de AFD con ver la televisión comiendo (X2(2)= 5,572; p= ,062; n= 1013) y tener televisión en el dormitorio (X2(2)= 2,472; p= ,290; n= 1.013) son independientes.

Gráfico 27. Relación entre AF y TV comiendo

69,8

53

33

24,5

39,5

51,5

5,7 7,5

15,6

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Muy baja calidad Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

Dieta mediterránea óptima

Mala AFD

Regular AFD

Buena AFD

81,3 75,9 73,1

18,7 24,1 26,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Mala puntuación Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Si

No

57

Gráfico 28. Relación entre AF y TV en el dormitorio

6.7. Índice de Masa Corporal, género y ciclo

En cuanto a las particularidades que puede tener el género masculino y femenino y viceversa, en función de su IMC no hay diferencias estadísticamente significativas (X2(2)= 5,273; p= ,072; n= 1.014). Por lo tanto, no hay diferencias entre chicos y chicas con respecto a su IMC. Al igual que el dentro del género no existen diferencias en cuanto al IMC de los alumnos, los mismos datos se repiten si empleamos el ciclo educativo. Los alumnos de primer y segundo ciclo no presentan diferencias estadísticamente significativas (X2(2)= 3,431; p= ,180; n= 998), por lo que no se puede atribuir la etapa educativa a un aumento o disminución con el IMC.

6.8. Índice de Masa Corporal, alimentación y actividad física Si se estudia la idoneidad de la dieta mediterránea y su relación con el IMC de los estudiantes aparece que no existen diferencias estadísticamente significativas (X2(2)= 2,600; p= ,627; n= 998); por lo que el tipo de dieta, a rasgos generales, no incidiría en el perfil del IMC de los alumnos. No obstante, en el gráfico 29, se puede observar que los alumnos que presentan obesidad tienen una dieta mediterránea de baja calidad en mayores tasas que los estudiantes que tienen una dieta óptima o los que deben mejorar el patrón alimenticio.

68,7 64 63,9

31,1 36

26,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Mala puntuación Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

Si

No

Page 66: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

66

Al igual que dentro del género no existen diferencias en cuanto al IMC de los alumnos, los mismos datos se repiten si empleamos el ciclo educativo. Los alumnos de primer y segundo ciclo no presentan diferencias estadísticamente significativas (x2(2)= 3,431; p= ,180; n= 998), por lo que no se puede atribuir la etapa educativa a un aumento o disminución con el IMC.

6.8. IMC, alimentación y AF

Si se estudia la idoneidad de la dieta mediterránea y su relación con el IMC de los estudiantes aparece que no existen diferencias estadísticamente significativas (x2(2)= 2,600; p= ,627; n= 998); por lo que el tipo de dieta, a rasgos generales, no incidiría en el perfil del IMC de los alumnos.

No obstante, en la figura 34, se puede observar que los alumnos que presentan obesidad tienen una dieta mediterránea de baja calidad en mayores tasas que los estudiantes que tienen una dieta óptima o los que deben mejorar el patrón alimenticio.

Figura 34. Relación entre IMC y la calidad de la dieta mediterránea

6.9. IMC e IC atendiendo al género

Cuando se relaciona el IMC y el tipo de insatisfacción corporal podemos observar que los estudiantes categorizados en normopeso desean tener más peso (83,1%, n= 138). El grupo de los sobrepesos desean tener menos peso (32,4%, n= 131) y el grupo de los obesos desean igualmente tener menos peso (29,2%, n= 118) (Figura 35). Las diferencias son significativas (x2(4)= 153,337; p< ,001; n= 1004).

58

Gráfico 29. Relación entre IMC y la calidad de la dieta mediterránea

6.9. Índice de Masa Corporal e imagen corporal atendiendo al género

Cuando se relaciona el IMC y el tipo de insatisfacción corporal podemos observar que los estudiantes categorizados en normopeso desean tener más peso (83,1%, n= 138). El grupo de los sobrepesos desean tener menos peso (32,4%, n= 131) y el grupo de los obesos desean igualmente tener menos peso (29,2%, n= 118) (gráfico 30). Las diferencias son significativas (X2(4)= 153,337; p< ,001; n= 1004).

Gráfico 30. Índice de Masa Corporal e imagen corporal

57,4

20,4 22,2

60,7

24,6

14,8

58,2

25,9

16

0

10

20

30

40

50

60

70

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Muy baja calidad

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

69,6

23,3

7,1

38,4 32,4

29,2

83,1

11,4 5,4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Page 67: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

67

58

Gráfico 29. Relación entre IMC y la calidad de la dieta mediterránea

6.9. Índice de Masa Corporal e imagen corporal atendiendo al género

Cuando se relaciona el IMC y el tipo de insatisfacción corporal podemos observar que los estudiantes categorizados en normopeso desean tener más peso (83,1%, n= 138). El grupo de los sobrepesos desean tener menos peso (32,4%, n= 131) y el grupo de los obesos desean igualmente tener menos peso (29,2%, n= 118) (gráfico 30). Las diferencias son significativas (X2(4)= 153,337; p< ,001; n= 1004).

Gráfico 30. Índice de Masa Corporal e imagen corporal

57,4

20,4 22,2

60,7

24,6

14,8

58,2

25,9

16

0

10

20

30

40

50

60

70

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Muy baja calidad

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

69,6

23,3

7,1

38,4 32,4

29,2

83,1

11,4 5,4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Figura 35. IMC e IC

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (figura 36) y en chicos (figura 37). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (86,1%, n= 68; 80,5%, n= 70, respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (31,9%, n= 69; 33,0%, n= 62, respectivamente) y el alumnado obesos desean igualmente tener menos peso (33,8%, n= 73; 23,9%, n= 45, respectivamente). Las diferencias son significativas (x2(4)= 98,852; p< ,001; n= 504; x2(4)= 54,677; p< ,001; n= 500, respectivamente).

Figura 36. IMC e IC en chicas

59

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (gráfico 31) y en chicos (gráfico 32). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (86,1%, n= 68; 80,5%, n= 70, respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (31,9%, n= 69; 33,0%, n= 62, respectivamente) y el alumnado obesos desean igualmente tener menos peso (33,8%, n= 73; 23,9%, n= 45, respectivamente). Las diferencias son significativas (X2(4)= 98,852; p< ,001; n= 504; X2(4)= 54,677; p< ,001; n= 500, respectivamente).

Gráfico 31. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicas

Gráfico 32. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicos

68,4

24,4

7,2

34,3 31,9 33,8

86,1

8,9 5,1

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

70,7

22,2

7,1

43,1

33,6

23,9

80,5

13,8

5,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Page 68: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

68

Figura 37. IMC e IC en chicos

6.10. IMC y otras variables de estudio

Continuando con las relaciones posibles del IMC con otras variables, se ha estudiado con respecto a comer en el colegio, comer viendo la televisión y tener televisión en el dormitorio. Los datos muestran que no hay asociación entre el IMC en función de: comer en el colegio (x2(2)= ,687; p= ,709; n= 1.012), ver la televisión mientras comen (x2(2)= 1,715; p= ,424; n= 1.012) y tener televisión en el dormitorio (x2(2)= 4,625; p= ,099; n= 1.012).

6.11. Alimentación e IC

Si relacionamos la calidad de la dieta con la IC de los estudiantes, podemos observar que aque-llos estudiantes que están satisfechos con su IC tienen una dieta mediterránea óptima (59,9%), y que el alumnado que está insatisfecho con su IC deseando tener más peso necesitan mejorar el patrón alimentario (47,3%). Las diferencias no son significativas (x2(4)= 7,982; p= ,004; n= 1027).

6.12. Alimentación y televisión

El patrón dietario del alumnado muestra relaciones en cuanto a las variables de televisión en el dormitorio (x2(2)= 6,207; p= ,045; n= 1.037) y ver la televisión mientras comen (x2(2)= 9,807; p= ,007; n= 1.037). Los resultados muestran que los alumnos que tienen una televisión en el dormi-torio son la mayoría en los tres perfiles en los que se pueden clasificar según la dieta. Los alumnos que tienen televisión en el dormitorio presentan mayor porcentajes, sobre todo, en una dieta mediterránea óptima (68,4%, n= 384) y en la necesidad de mejorar los patrones de ésta (63,8%, n= 268).Estas diferencias son más representativas en cuanto los alumnos que ven la televisión durante las comidas, con la misma dinámica de la variable de tener televisión en el dormitorio. El porcentaje de mayor peso 82,6% (n= 347) es para los alumnos que presentan necesidad de mejo-rar el patrón alimenticio y ven la televisión durante las comidas.

59

Cuando tenemos en cuenta el género encontramos diferencias en chicas (gráfico 31) y en chicos (gráfico 32). Las chicas y chicos normopesos y normopesos desean tener más peso (86,1%, n= 68; 80,5%, n= 70, respectivamente). Las chicas y chicos con sobrepeso desean tener menos peso (31,9%, n= 69; 33,0%, n= 62, respectivamente) y el alumnado obesos desean igualmente tener menos peso (33,8%, n= 73; 23,9%, n= 45, respectivamente). Las diferencias son significativas (X2(4)= 98,852; p< ,001; n= 504; X2(4)= 54,677; p< ,001; n= 500, respectivamente).

Gráfico 31. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicas

Gráfico 32. Índice de Masa Corporal e imagen corporal en chicos

68,4

24,4

7,2

34,3 31,9 33,8

86,1

8,9 5,1

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

70,7

22,2

7,1

43,1

33,6

23,9

80,5

13,8

5,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

Satisfacción

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Page 69: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

69

61

Gráfico 33. Relación entre alimentación y tener TV en el dormitorio

Gráfico 34. Relación entre alimentación y comer viendo la TV

6.13. Perfil de la muestra Española

- La gran mayoría de alumnos hacen AFD en sus horas de ocio durante la semana. A pesar de ello de este dato, la actividad no es la suficiente para el 43,2% de los alumnos y sólo 11,7% presenta buenos hábitos de AFD.Las chicas presentan mejores hábitos de AFD frente a los chicos.

- Los alumnos de etapas educativas más altas tienen mejores hábitos de AFD.

53,6

63,8 68,4

46,4

36,2 31,6

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Muy baja calidad de la dieta

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

KIDMED

SI

NO

80,4 82,6

74,3

19,6 17,4

25,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Muy baja calidad de la dieta

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

KIDMED

SI

NO

61

Gráfico 33. Relación entre alimentación y tener TV en el dormitorio

Gráfico 34. Relación entre alimentación y comer viendo la TV

6.13. Perfil de la muestra Española

- La gran mayoría de alumnos hacen AFD en sus horas de ocio durante la semana. A pesar de ello de este dato, la actividad no es la suficiente para el 43,2% de los alumnos y sólo 11,7% presenta buenos hábitos de AFD.Las chicas presentan mejores hábitos de AFD frente a los chicos.

- Los alumnos de etapas educativas más altas tienen mejores hábitos de AFD.

53,6

63,8 68,4

46,4

36,2 31,6

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Muy baja calidad de la dieta

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

KIDMED

SI

NO

80,4 82,6

74,3

19,6 17,4

25,7

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Muy baja calidad de la dieta

Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

KIDMED

SI

NO

También se estudió la posibilidad de que comer en la escuela tuviese alguna relación con el pa-trón de la dieta. Esta relación no mostró diferencias estadísticamente significativas entre alumnos (x2(2)= ,818; p= ,664; n= 1.037). Pese a que no existan diferencias estadísticamente significativas en el cómputo global, un dato significativo es que los alumnos que comen en la escuela presentan datos divergentes representados en las diferentes categorías de la calidad de la dieta mediterránea.

Figura 38. Relación entre alimentación y tener TV en el dormitorio

Figura 39. Relación entre alimentación y comer viendo la TV

Page 70: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

70

6.13. Perfil de la muestra española

• La gran mayoría de alumnos hacen AFD en sus horas de ocio durante la semana. A pesar de ello, de este dato, la actividad no es la suficiente para el 43,2% de los alumnos y sólo 11,7% presenta buenos hábitos de AFD. Las chicas presentan mejores hábitos de AFD frente a los chicos.

• Los alumnos de etapas educativas más altas tienen mejores hábitos de AFD. • El 40,8% presenta sobrepeso u obesidad, sin importar la etapa educativa. Sin embargo,

estos datos no parecen afectar a la IC de los alumnos, ya que se categorizan en la zona central de la escala tanto para cómo se perciben y cómo desearían verse. El género, la calidad de la dieta mediterránea y con todas las relacionadas con la TVno presentan diferencias pero la etapa educativa sí. El alumnado de segundo ciclo presenta mayor satisfacción pero desean tener menos peso.

• No se han encontrado asociaciones entre el IMC de los alumnos y las variables: de género, etapa educativa, las relacionadas con la TV, la calidad de la dieta mediterránea.

• El nivel de AFD no marca la diferencia en cuanto al IC. Sí media en cuanto a la calidad de la dieta mediterránea. Los alumnos que no tienen buenos hábitos de AFD también presentan peor calidad de la dieta.

• Los niveles de AFD no se relacionan con las variables de estudio relacionadas con la TV.

• No hay relación entre el IMC y almorzar en la escuela.

Foto 9.

Page 71: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

71

63

7. Datos en Portugal

Carlos Manuel Afonso Pereira

Hélder Manuel da Silva

... 7.1. Descriptivos

De los 1.230 estudiantes portugueses, el 49,4% (n= 608) pertenecen al género femenino y el 50,6% (n= 622) al género masculino. El alumnado tiene una edad comprendida entre los 6 y los 11 años (M= 8,54; DT= 1,30). En relación al curso el 23,6% son alumnos de primero, el 26,4% de segundo, el 24,5% de tercero y el 25,5% de cuarto.

Tabla 10. Distribución de los participantes portugueses en función del género, curso y edad

Curso 1º Primaria 2º Primaria 3º Primaria 4º Primaria

Género Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas N 144 146 152 173 166 135 160 154

Edad media

7,27 8,02 9,01 9,78

Total 290 325 301 314

Se presentan los estadísticos descriptivos referidos a la cantidad de práctica de AFD extraescolar semanalmente en Portugal.

El alumnado más activo es el que realiza más de 5 horas semanales (13%), el alumnado con una práctica regular fueron del 51% y los que realizaron menos de 2 horas semanales fueron del 36%.

Gráfico 35. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra de Portugal

36

51

13

0

10

20

30

40

50

60

Insuf (2h o menos/semana) Regular (3 a 4 h/semana) Buena (5h o más/semana)

Porc

enta

je

Horas de AFD extraescolar semanalmente

Carlos Manuel Afonso PereiraHélder Manuel da Silva

7.1. Descriptivos

De los 1.230 estudiantes portugueses, el 49,4% (n= 608) pertenecen al género femenino y el 50,6% (n= 622) al género masculino. El alumnado tiene una edad comprendida entre los 6 y los 11 años (M= 8,54; DT= 1,30). En relación al curso el 23,6% son alumnos de primero, el 26,4% de segundo, el 24,5% de tercero y el 25,5% de cuarto.

Tabla 10. Distribución de los participantes portugueses en función del género, curso y edad media

Curso 1º Primaria 2º Primaria 3º Primaria 4º PrimariaGénero Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas Chicos Chicas

N 144 146 152 173 166 135 160 154Edad media 7,27 8,02 9,01 9,78

Total 290 325 301 314

Se presentan los estadísticos descriptivos referidos a la cantidad de práctica de AFD extraes-colar semanalmente en Portugal.

El alumnado más activo es el que realiza más de 5 horas semanales (13%), el alumnado con una práctica regular fueron del 51% y los que realizaron menos de 2 horas semanales fueron del 36%.

Figura 40. Horas de AFD extraescolar semanal de la muestra de Portugal

7. DATOS EN PORTUGAL

Page 72: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

72

64

En el análisis de la práctica de AFD también queremos conocer la categorización en relación a una puntuación buena, regular o mala en la adquisición del hábito saludable de AFD. Para ello hemos analizado el cuestionario KrecePlus del utilizado en el estudio EnKid.

En el gráfico 36, se muestra la categorización de la muestra total.

Podemos observar que el 50,6% de los estudiantes están dentro de la categoría "regular" de práctica de AFD. El 36,0% corresponden a la categoría "mala puntuación" y el 13,4% tienen unos buenos hábitos de práctica de AFD.

Gráfico 36. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra total

Para analizar el IMC en los estudiantes se ha tomado como referencia la

categorización que realiza Cole et al., (2000) para edades comprendidas entre los 2 y los 18 años. Esta categorización clasifica al alumnado en normopeso, sobrepeso u obesidad en relación a los valores criterio expuestos en el apartado de metodología.

El 73% de los estudiantes tiene un peso adecuado con respecto a su edad, el 20% tiene sobrepeso y el 7% presentan obesidad.

36

50,6

13,4

0

10

20

30

40

50

60

Mala Puntuación Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

En el análisis de la práctica de AFD también queremos conocer la categorización en relación a una puntuación buena, regular o mala en la adquisición del hábito saludable de AFD. Para ello hemos analizado el cuestionario KrecePlus del utilizado en el estudio EnKid.

En la Figura 41, se muestra la categorización de la muestra total. Podemos observar que el 50,6% de los estudiantes están dentro de la categoría “regular” de práctica de AFD. El 36,0% corresponden a la categoría “mala puntuación” y el 13,4% tienen unos buenos hábitos de práctica de AFD.

Figura 41. Puntuaciones de hábitos de práctica de AFD en la muestra total

Para analizar el IMC en los estudiantes se ha tomado como referencia la categorización que realiza Cole et al., (2000) para edades comprendidas entre los 2 y los 18 años. Esta categorización clasifica al alumnado en normopeso, sobrepeso u obesidad en relación a los valores criterio ex-puestos en el apartado de metodología.

El 73% de los estudiantes tiene un peso adecuado con respecto a su edad, el 20% tiene sobre-peso y el 7% presentan obesidad.

Page 73: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

73

Figura 42. IMC categorizado según Cole et al., (2000)

La calidad de la dieta del alumnado que compone la muestra en un 60% es de una dieta medi-terránea óptima, seguida de un 36,5% que necesita mejorar el patrón alimentario y del 3,5% que tiene una dieta de muy baja calidad.

Figura 43. Puntuaciones de calidad de la dieta mediterránea

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

65

Gráfico 37. Índice de Masa Corporal categorizado según Cole et al., (2000)

La calidad de la dieta del alumnado que compone la muestra en un 60%

es de una dieta mediterránea óptima, seguida de un 36,5% que necesita mejorar el patrón alimentario y del 3,5% que tiene una dieta de muy baja calidad.

Gráfico 38. Puntuaciones de calidad de la dieta mediterránea

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su

dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

7

20

73

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

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Obesidad Sobrepeso Normopeso

Porc

enta

je

IMC

3,5

36,5

60

0

10

20

30

40

50

60

70

Dieta de baja calidad Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta óptima

Porc

enta

je

KIDMED

65

Gráfico 37. Índice de Masa Corporal categorizado según Cole et al., (2000)

La calidad de la dieta del alumnado que compone la muestra en un 60%

es de una dieta mediterránea óptima, seguida de un 36,5% que necesita mejorar el patrón alimentario y del 3,5% que tiene una dieta de muy baja calidad.

Gráfico 38. Puntuaciones de calidad de la dieta mediterránea

En este punto se tiene como objetivo describir y analizar la IC en su

dimensión global a través de la escala de siluetas de Collins y establecer la relación con la AF en función del género y el ciclo. En este caso hemos utilizado sólo los sujetos con edad igual o mayor a 7 años, la validación del cuestionario de IC así lo requiere.

7

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0%

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Obesidad Sobrepeso Normopeso

Porc

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IMC

3,5

36,5

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Dieta de baja calidad Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta óptima

Porc

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je

KIDMED

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74

Figura 44. Puntuaciones del tipo de insatisfacción corporal

En relación al tipo de insatisfacción corporal de los sujetos con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 35,0% está satisfecho con su IC. El 40,0% desean tener menos peso y el 26,0% desea tener más peso.

Figura 45. Puntuaciones de hábitos no saludables de TV

El 70,0% de la muestra total ve la televisión mientras come, frente a un 30,0%. Igualmente el 69,0% tiene televisor en el dormitorio, frente a un 31,0% que no tiene. En la escuela comen el 77,0% de los estudiantes frente a un 23,0% que no lo hacen.

66

Gráfico 39. Puntuaciones del tipo de insatisfacción corporal

En relación al tipo de insatisfacción corporal de los sujetos con edades

comprendidas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 35,0% está satisfecho con su IC. El 40,0% desean tener menos peso y el 26,0% desea tener más peso.

Gráfico 40. Puntuaciones de hábitos no saludables de TV

El 70,0% de la muestra total ve la televisión mientras come, frente a un

30,0%. Igualmente el 69,0% tiene televisor en el dormitorio, frente a un 31,0% que no tiene. En la escuela comen el 77,0% de los estudiantes frente a un 23,0% que no lo hacen.

40

26

35

0%

5%

10%

15%

20%

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30%

35%

40%

45%

Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Satisfacción

Porc

enta

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Tipo de insatisfacción

70

77

69

64%

66%

68%

70%

72%

74%

76%

78%

Comer viendo TV Comer en la escuela Tener TV en dormitorio

Porc

enta

je

Hábitos no saludables de TV

66

Gráfico 39. Puntuaciones del tipo de insatisfacción corporal

En relación al tipo de insatisfacción corporal de los sujetos con edades

comprendidas entre los 7 y los 11 años podemos observar que el 35,0% está satisfecho con su IC. El 40,0% desean tener menos peso y el 26,0% desea tener más peso.

Gráfico 40. Puntuaciones de hábitos no saludables de TV

El 70,0% de la muestra total ve la televisión mientras come, frente a un

30,0%. Igualmente el 69,0% tiene televisor en el dormitorio, frente a un 31,0% que no tiene. En la escuela comen el 77,0% de los estudiantes frente a un 23,0% que no lo hacen.

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Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Satisfacción

Porc

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Tipo de insatisfacción

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64%

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72%

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Comer viendo TV Comer en la escuela Tener TV en dormitorio

Porc

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Hábitos no saludables de TV

Page 75: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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7.2. AF, género y ciclo

En cuanto al nivel de AF, entendida como buena, regular y mala, relacionado con el género a los estudiantes, se confirmó que había una relación significativa (p= ,000). Se encontró que el 73,9% de las niñas tuvieron buenos niveles de AF en comparación con el 26,1% de los valores obtenidos por los niños. Otro valor curioso de observar es que el 66,8% de los estudiantes que tuvieron una práctica insuficiente de deporte eran muchachos, mientras que en las niñas era el 33,2% las que practicaban AF 2 horas o menos por semana.

Debido a que en Portugal y en España son dos sistemas educativos diferentes, la cantidad de AF practicada en periodo escolar varía de un país a otro. En el cuestionario aplicado se pregunta sobre la cantidad de práctica deportiva del alumnado solamente dentro período extraescolar.

La muestra de alumnos de Portugal se dividió en dos grupos. El grupo 1 está formado por los estudiantes de primer y segundo grado. Grupo 2 está a su vez formado por estudiantes del tercer y cuarto año.Esta división parece tener sentido porque en el sistema educativo español, estos dos grupos son evidencia de estudios en el grupo de edad de 6-11 años. Si bien no existen diferencias significativas entre la cantidad de AF en el primer año y segundo y tercer y cuarto año, se observó un mayor nivel de práctica en los dos primeros años, en comparación con los últimos dos. Se en-contró que el 63,5% de los estudiantes tenían una buena AF en el primer y segundo año, mientras que en los dos últimos los valores de práctica fueron de 36,5%. La cantidad de AF no mostró diferencias significativas entre los estudiantes del grupo 1 (1 º y 2 º año) y el grupo 2 (3 º y 4 º año).

7.3. AF e IMC, género y ciclo

Cuando se relacionó la AF y el IMC se verificó que eran independientes al no encontrar di-ferencias significativas (p= ,567). Se analizó si existía relación entre estas dos variables sobre el género y los resultados no fueron significativos (p= ,113 y p= ,234 en las niñas y en los varones respectivamente). Tampoco se encontraron diferencias cuando se comparó la AF y el IMC entre el grupo 1 (1 º y 2 º año) y el grupo 2 (3 º y 4 º).

7.4. AF e IC, género y ciclo

Cuando se estudió si existía una asociación entre los niveles de AF y el tipo de insatisfacción con la IC, no hubo relación existe (p= ,618). Al comparar la relación entre estas dos variables con sexo y años de estudio, no se encontraron diferencias significativas. (p= ,689 y p= ,687 para las niñas y en los varones respectivamente), (p= ,621 para el grupo 1 y p= ,431 en el grupo 2).

7.5. AF y alimentación

Al relacionar la AF y la calidad de los alimentos, se encontró que las variables son independien-tes (p= ,838). Es importante destacar que el 60,6% tiene una dieta mediterránea óptima.

Page 76: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

76

7.6. AF y televisión

La relación entre los niveles de AF y comer viendo la televisión, así como tener un televisor en la habitación, es independiente (p= ,301) y (p= ,160).

7.7. IMC, género y ciclo

El IMC tiene resultados independientes, por sexo (p= ,204). Al comparar el IMC con el grupo 1 (1 º y 2 º año) y el grupo 2 (3 º y 4 º) se encontraron diferencias significativas con p= ,010.

En el grupo 1 se presentan valores medios más altos que los estudiantes en el grupo 2. Mien-tras que los estudiantes con un peso saludable, se encontró que el 70,1% son estudiantes de 1 º y 2 º año, con el otro grupo un valor del 29,9% de los estudiantes sanos.

En cuanto a los estudiantes con obesidad, se encontró que el 55,2% son del grupo 1 y el 44,8% se encuentran en el grupo 2. En cuanto a los alumnos con sobrepeso, se encontró que el 60,7% pertenecen al grupo 1 y el 39,3% pertenecen al grupo 2.

Cabe señalar que la muestra estaba compuesta de 840 estudiantes, de los cuales 67,3% perte-nece al grupo 1 y 32,7% pertenece al grupo 2.

7.8. IMC, alimentación y AF

La relación entre el IMC con la calidad de la dieta es independientes (p= ,189). Realmente no hay una asociación directa entre el IMC y la calidad de la dieta mediterránea, sin embargo el aná-lisis de los datos revela que el 58,5% de la muestra tiene una dieta mediterránea óptima. También es importante tener en cuenta que sólo el 3,8% de los estudiantes realizan una dieta de baja calidad y que el 37,7% de los estudiantes necesitan para mejorar sus dietas.

De los estudiantes con mayor IMC, el 65,3% presentauna buena dieta mediterránea, el 32% necesita mejorarla y el 2,7 % muestra una dieta de mala calidad.

7.9. IMC e IC atendiendo al género

Al relacionar el IMC con la IC, se encontró que existían diferencias significativas (p= ,000).

En los estudiantes obesos, el 83,1% le gustaría tener menos peso y sólo el 15,6% estaban sa-tisfechas con su IC. En los estudiantes con sobrepeso, el 27,3% estaban satisfechas con su IC, el 64,1% dijo que le gustaría tener menos peso y el 8,6% dijo que le gustaría tener más peso.

Los estudiantes con un peso saludable, el 39,4% estaban satisfechos con su imagen, el 28,2% indicó que les gustaría menos peso y el 32,4% de los estudiantes querían tener más peso. Para la muestra total, hay que señalar que el 64,7% de los estudiantes no estaban satisfechas con su IC (25,5% le gustaría más, y el 39,2% le gustaría tener menos peso).

Page 77: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

77

En un intento por comprender mejor la relación entre el IMC y la IC también analizó el gé-nero. En este sentido, también se comprobó que había una asociación en ambos sexos (p= ,000). Se encontró que el 36,8% de las niñas con peso saludable se mostraron satisfechas con su IC, el 27,4% les gustaría tener menos peso y un 35,8% deseaba tener más peso.Para las chicas con so-brepeso, el 25,2% estaba satisfecha, el 61,7% les gustaría tener menos peso y un 13,1% le gustaría tener más peso. En cuanto a las niñas obesas, el 16,1% estaba satisfecha, el 83,9% expresó su deseo de tener menos peso, y no hubo ninguna niña a quien le gustaría tener más peso.

De los estudiantes con un peso saludable, el 42% estaban satisfechos con su IC, el 29% le gustaría tener menos peso y el 29% le gustaría tener más peso.Para los estudiantes con sobrepeso, el 29,2% estaba satisfecho, el 66,4% quieren tener menos y un 4,4% desea tener más peso.Los chicos clasificados en la escala de Cole como obesos (con IMC), el 15,2% estaban satisfechos con su imagen y el 82,6% respondió que quería tener menos peso.

7.10. IMC y otras variables de estudio

En la relación del IMC con comer en la escuela (p= ,500), comer viendo la televisión (p= ,342) y tener TV en la habitación (p= ,094) no se encontraron diferencias significativas.

7.11. Alimentación e IC

En este aspecto, el estudio encontró una asociación entre la IC y la calidad de la dieta (p= ,023). Se encontró que los estudiantes que estaban satisfechos con su IC, el 64,6% declaró tener una buena dieta mediterránea, el 32,2% necesitaba mejorar sus dietas y el 3,2% tenían una dieta de mala calidad.

7.12. Alimentación y televisión

En la relación entre la calidad de la dieta con tener una televisión en la habitación (p= ,073) y almorzar o cenar viendo la televisión (p= ,080) no se encontraron diferencias significativas.

Al analizar la relación entre la calidad de la comida y comer en la escuela se encontraron dife-rencias significativas (p= ,001). El 77,2% de los estudiantes almuerzan en la escuela. El 64% de los estudiantes que comen en la escuela declaran tener una dieta mediterránea óptima, el 34% necesita mejorar y el 2% una dieta de baja calidad.

De los estudiantes que no comen en la escuela, el 52% presenta una dieta mediterránea ópti-ma, el 41,9% necesita mejorarla y el 6,1% tenía una dieta de baja calidad.

En Portugal, como consecuencia de la crisis, hay un número cada vez mayor de alumnos que comen en la escuela. Este hecho parece influir positivamente en la calidad de la comida del alumnado. Se comprueba una buena coordinación entre la Dirección Regional de Educación del Algarve (DREALG) y la Administración Regional de Salud del Algarve (ARS) en cuanto a la elaboración de los menús en los comedores escolares para mejorar la calidad de la alimentación.

Page 78: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

78

7.13. Perfil de la muestra portuguesa

• La mitad de los estudiantes realizan AF de 3 a 4 horas durante la semana en su tiempo de ocio, estableciéndose que el 50,6% tiene una práctica regular de AFD. Sin embargo, el 36% presenta unos índices de práctica que son insuficientes. En cuanto a la edad de los alumnos no hubo diferencias en cuanto a los niveles de AFD. Sin embargo, en cuanto al género, hay más chicas que presentan mejores niveles de AFD frente a los chicos.

• De la muestra el 27% presenta sobrepeso u obesidad, a través del IMC. Siendo el patrón de la dieta óptimo para un 60% de la muestra. Hay diferencias cuando se relaciona con la etapa educativa, donde los primeros cursos muestran valores medios más altos.

• No parece existir diferencias en cuanto al IMC si se comparan con el nivel de AFD, con la variables de TV ni con comer en la escuela.

• Sobre su IC están satisfechos un tercio de la muestra, mientras que gran parte de ellos desean tener menos peso. No existen relaciones entre el nivel de AFD practicado. Sí existe relación entre la calidad de la dieta y las diferencias en cuanto a la satisfacción de la IC. Las personas con mejor patrón dietético presenta mayor satisfacción con su IC. También aparecen diferencias entre género, en la cual las chicas se muestran más insatisfechas.

• La mayoría de los estudiantes tienen TV en sus cuartos además de hacer alguna comida viéndola. No existe relación entre estas variables y los niveles de AFD.

• La gran mayoría de los estudiantes come en la escuela.• No se encontró que el nivel de AFD influyese en la calidad de la dieta.

Foto 10.

Page 79: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

79

Ángela Sierra Robles

8.1. AF

En el análisis de la práctica de AFD la población portuguesa alcanza mejores puntuaciones (11,7%, n=138) que la española (11,2%, n=119). De esta manera el 43,2% (n=438) de los españo-les presentan una mala puntuación en los niveles de AFD frente al 36,0% (n=370) de los portu-gueses. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=11,206; p=,004).

Figura 46. Puntuaciones de hábitos de práctica de AF comparando España y Portugal

Según el número de horas de AFD semanal y atendiendo a la nacionalidad, Portugal presenta un valor medio de 2,65 por lo que emplea algo más de tiempo a la semana de AFD extraescolar que los españoles, cuya media es de 2,47. La diferencia es significativa, t(2083)=1,203; p=,014, 0,1 aunque la diferencia real de tiempo entre ambos países es baja. Además hay que considerar que en el rango de 0 a 5 horas/semana (como opciones de respuesta), algo más de dos horas y media a la semana marca niveles insuficientes desde el punto de vista de la salud, según establece la comunidad científica.

8. COMPARATIVA ENTRE PORTUGAL Y ESPAÑA

72

8. Comparativa entre Portugal y España

Ángela Sierra Robles

8.1. Actividad física En el análisis de la práctica de AFD la población portuguesa alcanza mejores puntuaciones (53,7%, n=138) que la española (46,3%, n=119). De esta manera el 54,2% (n=438) de los españoles presentan una mala puntuación en los niveles de AFD frente al 45,8% (n=370) de los portugueses. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=11,206; p=,004).

Gráfico 41. Puntuaciones de hábitos de práctica de AF comparando España y Portugal

Según el número de horas de AFD semanal y atendiendo a la nacionalidad, Portugal presenta un valor medio de 2,65 por lo que emplea algo más de tiempo a la semana de AFD extraescolar que los españoles, cuya media es de 2,47. La diferencia es significativa, t(2083)=1,203;p=,014, 0,1 aunque la diferencia real de tiempo entre ambos países es baja. Además hay que considerar que en el rango de 0 a 5 horas/semana (como opciones de respuesta), algo más de dos horas y media a la semana marca niveles insuficientes desde el punto de vista de la salud, según establece la comunidad científica.

43,2 45,1

11,7

36

42,4

11,2

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Mala puntuación Regular Buena

Porc

enta

je

Hábitos de práctica de AFD

España

Portugal

Page 80: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

80

Tabla 11. Media de horas de AFD semanal extraescolar de España y Portugal

Nacionalidad España Portugal

Nº horas AFD extraescolar M=2,47(DT=1,63) M=2,65 (DT=1,58)

N 1.044 1.041

8.2. IMC

En el análisis de la composición corporal vemos de forma inquietante como los niveles de obesidad en niños españoles (15,7%, n= 159) duplican a los portugueses (6,9%, n=78). El sobre-peso infantil es parecido entre países y los valores de normalidad referente al peso alcanza un por-centaje más elevado en Portugal (73%, n= 825) que en España (59,2%, n= 600). Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)= 58,732; p<,001).

Figura 47. Puntuaciones de IMC comparando España y Portugal

8.3. Alimentación

La puntuación alcanzada por el Kidmed referente a la calidad de la dieta indica que hay mejo-res patrones alimentarios en Portugal que en España. El 60% (n= 720) de los niños portugueses declaran que su alimentación posee las características de una dieta mediterránea óptima, frente al 54,1% (n= 561) de los españoles. En España el 40,5% (n= 420) de la muestra necesita mejorar la calidad de su dieta frente a un 36,5% (n= 438) de la muestra portuguesa. El 3,5% (n= 42) de los portugueses y el 5,4% (56) de los españoles manifiestan características de una dieta de muy baja calidad. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)= 10,291; p<,006).

73

Tabla 11. Media de horas de AFD semanal extraescolar de España y Portugal

Nacionalidad España Portugal

Nº horas AFD extraescolar M=2,47(DT=1,63) M=2,65 (DT=1,58)

N 1.044 1.041 8.2. Índice de masa corporal En el análisis de la composición corporal vemos de forma preocupante como los niveles de obesidad en niños españoles (15,7%, n=159) duplican a los portugueses (6,9%, n=78). El sobrepeso infantil es parecido entre países y los valores de normalidad referente al peso alcanza un porcentaje más elevado en Portugal (73%, n=825) que en España (59,2%, n=600). Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=58,732; p<,001).

Gráfico 42. Puntuaciones de IMC comparando España y Portugal

8.3. Alimentación La puntuación alcanzada por el Kidmed referente a la calidad de la dieta indica que hay mejores patrones alimentarios en Portugal que en España. El 60% (n=720) de los niños portugueses declaran que su alimentación posee las características de una dieta mediterránea óptima, frente al 54,1% (n=561) de los españoles. En España el 40,5% (n=420) de la muestra necesita mejorar la calidad de su dieta frente a un 36,5% (n=438) de la muestra portuguesa. El 3,5% (n=42) de los portugueses y el 5,4% (56) de los españoles manifiestan características de una dieta de muy baja calidad. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=10,291; p<,006).

59,2

25,1

15,7

73,3

20,1

6,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

España

Portugal

Page 81: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

81

73

Tabla 11. Media de horas de AFD semanal extraescolar de España y Portugal

Nacionalidad España Portugal

Nº horas AFD extraescolar M=2,47(DT=1,63) M=2,65 (DT=1,58)

N 1.044 1.041 8.2. Índice de masa corporal En el análisis de la composición corporal vemos de forma preocupante como los niveles de obesidad en niños españoles (15,7%, n=159) duplican a los portugueses (6,9%, n=78). El sobrepeso infantil es parecido entre países y los valores de normalidad referente al peso alcanza un porcentaje más elevado en Portugal (73%, n=825) que en España (59,2%, n=600). Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=58,732; p<,001).

Gráfico 42. Puntuaciones de IMC comparando España y Portugal

8.3. Alimentación La puntuación alcanzada por el Kidmed referente a la calidad de la dieta indica que hay mejores patrones alimentarios en Portugal que en España. El 60% (n=720) de los niños portugueses declaran que su alimentación posee las características de una dieta mediterránea óptima, frente al 54,1% (n=561) de los españoles. En España el 40,5% (n=420) de la muestra necesita mejorar la calidad de su dieta frente a un 36,5% (n=438) de la muestra portuguesa. El 3,5% (n=42) de los portugueses y el 5,4% (56) de los españoles manifiestan características de una dieta de muy baja calidad. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=10,291; p<,006).

59,2

25,1

15,7

73,3

20,1

6,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Normopeso Sobrepeso Obesidad

Porc

enta

je

IMC

España

Portugal

Figura 48. Puntuaciones de calidad de dieta mediterránea comparando España y Portugal

8.4. IC

El análisis de la insatisfacción que se realiza excluye a los niños menores de siete años por la dificultad que les presenta la valoración. A partir de esta edad, el 43,4% de los españoles está satisfecho con su IC frente al 39,4% de los portugueses.

La insatisfacción corporal se presenta en dos sentidos, por desear tener menos peso y por querer tener más peso. Un porcentaje similar de españoles (40,7%, n= 369) y portugueses (39,9%, n= 434) desean tener menos peso.

Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)= 29,979; p<,001).

74

Gráfico 43. Puntuaciones de calidad de dieta mediterránea comparando España y Portugal

8.4. Imagen corporal El análisis de la insatisfacción que se realiza excluye a los niños menores de siete años por la dificultad que les presenta la valoración. A partir de esta edad, el 43,4% de los españoles está satisfecho con su imagen corporal frente al 39,4% de los portugueses. La insatisfacción corporal se presenta en dos sentidos, por desear tener menos peso y por querer tener más peso. Un porcentaje similar de españoles (40,7%, n=369) y portugueses (39,9%, n=434) desean tener menos peso. Estas diferencias son estadísticamente significativas (x2(2)=29,979; p<,001).

5,4

40,5

54,1

3,5

36,5

60

2 2 3

0

10

20

30

40

50

60

70

Muy baja calidad Necesidad de mejorar el patrón alimentario

Dieta mediterránea óptima

Porc

enta

je

KIDMED

España

Portugal

Serie 3

Page 82: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

82

Figura 49. Puntuaciones de tipo de insatisfacción corporal comparando España y Portugal

8.5. Comer en el colegio

Un 29,3% (n= 308) de niños españoles comen en el colegio frente al 76,9% (n= 914) de los portugueses. Esta diferencia es estadísticamente significativa (x2(1)= 509,911; p<,001) y marca una realidad muy diferenciada.

Figura 50. Puntuaciones de comer en la escuela comparando España y Portugal

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Gráfico 44. Puntuaciones de tipo de insatisfacción corporal comparando España y Portugal

8.5. Comer en el colegio Un 29,3% (n=308) de niños españoles comen en el colegio frente al 76,9% (n=914) de los portugueses. Esta diferencia es estadísticamente significativa (x2(1)=509,911; p<,001) y marca una realidad muy diferenciada.

Gráfico 45. Puntuaciones de comer en la escuela comparando España y Portugal

Si relacionamos la variable Calidad de la dieta con la variable Comen en comedor escolar vemos que los niños españoles presentan una calidad de la dieta inferior y comen mayoritariamente en casa. Por el contrario, los

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Satisfacción Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

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TIpo de insatisfacción

España

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70,7 76,9

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Si como en la escuela No come en la escuela

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Comer en la escuela

España

Portugal

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Gráfico 44. Puntuaciones de tipo de insatisfacción corporal comparando España y Portugal

8.5. Comer en el colegio Un 29,3% (n=308) de niños españoles comen en el colegio frente al 76,9% (n=914) de los portugueses. Esta diferencia es estadísticamente significativa (x2(1)=509,911; p<,001) y marca una realidad muy diferenciada.

Gráfico 45. Puntuaciones de comer en la escuela comparando España y Portugal

Si relacionamos la variable Calidad de la dieta con la variable Comen en comedor escolar vemos que los niños españoles presentan una calidad de la dieta inferior y comen mayoritariamente en casa. Por el contrario, los

43,4 40,7

15,9

34,9

39,9

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Satisfacción Deseo de tener menos peso

Deseo de tener más peso

Porc

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TIpo de insatisfacción

España

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29,3

70,7 76,9

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Si como en la escuela No come en la escuela

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Comer en la escuela

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Si relacionamos la variable Calidad de la dieta con la variable Comen en comedor escolar vemos que los niños españoles presentan una calidad de la dieta inferior y comen mayoritariamente en casa. Por el contrario, los portugueses comen mayoritariamente en el colegio y poseen mejores patro-nes de alimentación.

Una posible explicación a estos resultados basada en la observación y que describimos de forma pragmática es que en los últimos dos años, los niños portugueses comen en el colegio por asegurar una mejor calidad en la dieta y que los niños españoles dejan de comer en el colegio por el aumento del precio del comedor.

Cualesquiera que sean las razones que llevan a ello, parece razonable valorar positivamente el patrón de alimentación existente en los comedores escolares. Además, se favorece el tiempo de ocio posterior que se puede disfrutar en compañía de los amigos de forma activa en el patio del colegio.

8.6. Comer viendo la televisión

El 78% (n= 821) de los niños españoles y el 70% (n= 850) de los portugueses declaran ver la televisión mientras comen. Diferencia estadísticamente significativa (x2(1)= 18,747; p<,001).

Figura 51. Puntuaciones de hábitos no saludables de TV comparando España y Portugal

8.7. Tener televisión en el dormitorio

Las nuevas tecnologías forman parte de la cultura de los niños y adolescentes. La mayor parte las utiliza de un modo correcto, beneficiándose de sus virtudes. Pero nos preguntamos si ¿será la adicción del siglo XXI? No existen todavía unos criterios de diagnóstico específicos y consen-

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portugueses comen mayoritariamente en el colegio y poseen mejores patrones de alimentación. Una posible explicación a estos resultados basada en la observación y que describimos de forma pragmática es que en los últimos dos años, los niños portugueses comen en el colegio por asegurar una mejor calidad en la dieta y que los niños españoles dejan de comer en el colegio por el aumento del precio del comedor. Cualesquiera que sean las razones que llevan a ello, parece razonable valorar positivamente el patrón de alimentación existente en los comedores escolares. Además, se favorece el tiempo de ocio posterior que se puede disfrutar en compañía de los amigos de forma activa en el patio del colegio. 8.6. Comer viendo la televisión El 78% (n=821) de los niños españoles y el 70% (n=850) de los portugueses declaran ver la televisión mientras comen. Diferencia estadísticamente significativa (x2(1)=18,747; p<,001).

Gráfico 46. Puntuaciones de hábitos no saludables de TV comparando España y Portugal

8.7. Tener televisión en el dormitorio Las nuevas tecnologías forman parte de la cultura de los niños y adolescentes. La mayor parte las utiliza de un modo correcto, beneficiándose de sus virtudes. Pero nos preguntamos si ¿Será la adicción del siglo XXI? No existen todavía unos criterios de diagnóstico específicos y consensuados para estas adicciones. Sin embargo, casos presentados por los medios de comunicación sugieren que el uso excesivo de las nuevas tecnologías es un

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Sí ven TV No ven TV

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Hábitos de TV

España

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Page 84: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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suados para estas adicciones. Sin embargo, casos presentados por los medios de comunicación sugieren que el uso excesivo de las nuevas tecnologías es un problema real que afecta gravemente a algunas personas, entre ellas a los niños.

El tiempo de ocio que el niño pase en su habitación va a verse favorecido por el hecho de que disponga de estas nuevas patologías. Esta actividad compite con otras de ocio activo que además fomentan la socialización y en muchos casos la realización de AF.

Por esta razón destacamos como elevados y similares los porcentajes de españoles (65,9%) y portugueses (68,6%) que declaran tener en su dormitorio televisión u ordenador.

Foto 11.

Page 85: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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Carlos Manuel Afonso PereiraEduardo José Fernández Ozcorta

Pedro Sáenz-López BuñuelÁngela Sierra Robles

Hélder Manuel da SilvaInmaculada Tornero Quiñones

9.1. Nivel de AF

La AF escolar en Portugal es de una hora obligatoria y hasta 3 horas semanales extracurricu-lares que cerca del 90% de los niños realizan. En España la AF escolar obligatoria en estas edades es de 2 horas semanales. Para conocer los niveles de AF de los chicos y chicas, hay que añadir los datos del cuestionario que hemos pasado en este estudio sobre la AF extraescolar.

Con los datos recogidos, se observan bajos niveles de AF (2,55 horas semanales extraescolares de media) (MSC y MEC 2006; Muñoz, J.; Delgado, M.; Carbonell, et al. 2010 y OMS 2010). Si sumamos las horas de AF que hacen en la escuela (2 de media), se llega a 4,55 horas semanales. La OMS recomienda 1 hora de AF diaria, por tanto, 7 a la semana. Comprobamos que, sin la implicación de la familia, la práctica mínima recomendada no está garantizada, ya que haría falta, al menos 2 horas y media más de AF semanal.

Portugal presenta mejores puntuaciones en relación a la práctica de AF extraescolar. La mayo-ría de la muestra portuguesa es de Vila Real de Santo Antonio. Las instalaciones municipales en esta población son muy importantes y podría explicar este dato frente a la población española que está más distribuida y en la mayoría de los municipios las instalaciones deportivas son escolares. La inversión de las administraciones públicas en instalaciones deportivas y oferta de actividades garantiza una mayor práctica de AF y por tanto una mejor rentabilidad social y económica.

9. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

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9. Análisis de los resultados

Carlos Manuel Afonso Pereira

Eduardo José Fernández Ozcorta

Pedro Sáenz-López Buñuel Ángela Sierra Robles

Hélder Manuel da Silva

Inmaculada Tornero Quiñones 9.1. Nivel de AF La AF escolar en Portugal es de una hora obligatoria y hasta 3 horas semanales extracurriculares que cerca del 90% de los niños realizan. En España la AF escolar obligatoria en estas edades es de 2 horas semanales. Para conocer los niveles de AF de los chicos y chicas, hay que añadir los datos del cuestionario que hemos pasado en este estudio sobre la AF extraescolar. Con los datos recogidos, se observan bajos niveles de AF (2,55 horas semanales extraescolares de media) (MSC y MEC (2006); Muñoz, J.; Delgado, M.; Carbonell, A. et al. (2010) y OMS (2010). Si sumamos las horas de AF que hacen en la escuela (2 de media), se llega a 4,55 horas semanales. La OMS recomienda 1 hora de AF diaria, por tanto, 7 a la semana. Comprobamos que, sin la implicación de la familia, la práctica mínima recomendada no está garantizada, ya que haría falta, al menos 2 horas y media más de AF semanal.

Portugal presenta mejores puntuaciones en relación a la práctica de AF

extraescolar. La mayoría de la muestra portuguesa es de Vila Real de Santo Antonio. Las instalaciones municipales en esta población son muy importantes y podría explicar este dato frente a la población española que está más distribuida y en la mayoría de los municipios las instalaciones deportivas son escolares. La inversión de las administraciones públicas en instalaciones

• RECOMIENDA UNA HORA DE AF DIARIA OMS

• SE NECESITA QUE EL ALUMNADO INCREMENTE SU AF SEMANAL, AL MENOS 2 HORAS Y MEDIA

AF

• AUMENTO Y FACILIDAD EN LA UTILIZACIÓN DE INSTALACIONES DEPORTIVAS Y ADECUADA OFERTA DE ACTIVIDADES

AF

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9. Análisis de los resultados

Carlos Manuel Afonso Pereira

Eduardo José Fernández Ozcorta

Pedro Sáenz-López Buñuel Ángela Sierra Robles

Hélder Manuel da Silva

Inmaculada Tornero Quiñones 9.1. Nivel de AF La AF escolar en Portugal es de una hora obligatoria y hasta 3 horas semanales extracurriculares que cerca del 90% de los niños realizan. En España la AF escolar obligatoria en estas edades es de 2 horas semanales. Para conocer los niveles de AF de los chicos y chicas, hay que añadir los datos del cuestionario que hemos pasado en este estudio sobre la AF extraescolar. Con los datos recogidos, se observan bajos niveles de AF (2,55 horas semanales extraescolares de media) (MSC y MEC (2006); Muñoz, J.; Delgado, M.; Carbonell, A. et al. (2010) y OMS (2010). Si sumamos las horas de AF que hacen en la escuela (2 de media), se llega a 4,55 horas semanales. La OMS recomienda 1 hora de AF diaria, por tanto, 7 a la semana. Comprobamos que, sin la implicación de la familia, la práctica mínima recomendada no está garantizada, ya que haría falta, al menos 2 horas y media más de AF semanal.

Portugal presenta mejores puntuaciones en relación a la práctica de AF

extraescolar. La mayoría de la muestra portuguesa es de Vila Real de Santo Antonio. Las instalaciones municipales en esta población son muy importantes y podría explicar este dato frente a la población española que está más distribuida y en la mayoría de los municipios las instalaciones deportivas son escolares. La inversión de las administraciones públicas en instalaciones

• RECOMIENDA UNA HORA DE AF DIARIA OMS

• SE NECESITA QUE EL ALUMNADO INCREMENTE SU AF SEMANAL, AL MENOS 2 HORAS Y MEDIA

AF

• AUMENTO Y FACILIDAD EN LA UTILIZACIÓN DE INSTALACIONES DEPORTIVAS Y ADECUADA OFERTA DE ACTIVIDADES

AF

Page 86: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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Además, la mayoría de los niños portugueses (89%) práctica entre una y tres horas semanales de AF en la escuela, mientras que los españoles tienen dos horas de EF obligatoria. Coincidimos con autores como Devis (2001), en la importancia de la EF escolar obligatoria que garantice los mínimos de AF semanal.

Atendiendo al número de horas de AF semanal, los chicos son algo más activos que las chicas. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Brown (2010), Casimiro (2000), Sallis et al. (1993), Tercedor (2001). La diferencia es muy poca, ya que hasta la pubertad son bajas.

Comprobamos que hasta los 12 años, a mayor edad mayor AF. A partir de los 8 años, el niño es más autónomo y comienza a practicar más actividades deportivas.

Al relacionar AF e IMC, se comprueba que las mejores puntuaciones en relación a la AF corresponden a la categoría normopeso, aunque las diferencias no son significas (González-Mon-tero et al., 2010).

Con relación a la IC, es necesario tener en cuenta que ésta se estudia a partir de 7 años. La tendencia que presentan los datos del estudio es que las chicas están más insatisfechas aunque tampoco existen diferencias significativas (McCabe y Ricciardelli, 2001; Smolak y Levine, 2001).

Al cruzar los niveles de AF con la calidad de la alimentación, encontramos que los estudiantes que practican más AF tienen mejor calidad en la dieta. La relación de estas dos variables se expli-ca por el interés de las familias hacia hábitos saludables de sus hijos. Es decir, se supone que las familias que se implican por una alimentación más sana, también serán más influyentes en unos correctos niveles de AF.

También se ha encontrado la tendencia de que los chicos y chicas que comen sin ver la TV, hacen más AF. En España, esta relación no es significativa y en Portugal sí. Es necesario indicar que en Portugal casi el 80% del alumnado se queda a comer en el colegio, mientras que en España es poco más del 20%. En cualquier caso, al igual que la comparación entre AF y alimentación, esta relación se entendería por la inquietud de las familias a hábitos más saludables como número de horas de sueño, lecturas, rendimiento académico, etc.

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deportivas y oferta de actividades garantiza una mayor práctica de AF y por tanto una mejor rentabilidad social y económica.

Además, la mayoría de los niños portugueses (89%) práctica entre una y

tres horas semanales de AF en la escuela, mientras que los españoles tienen dos horas de EF obligatoria. Coincidimos con AUTORES en la importancia de la EF escolar obligatoria que garantice los mínimos de AF semanal.

Atendiendo al número de horas de AF semanal, los chicos son algo más activos que las chicas. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Brown (2010), Casimiro (2000), Sallis y cols. (1993), Tercedor (2001). La diferencia es muy poca, ya que hasta la pubertad son bajas.

Comprobamos que hasta los 12 años, a mayor edad mayor AF. A partir

de los 8 años, el niño es más autónomo y comienza a practicar más actividades deportivas.

Al relacionar AF e IMC, se comprueba que las mejores puntuaciones en

relación a la AF corresponden a la categoría normopeso, aunque las diferencias no son significas (González-Montero et al., 2010).

Con relación a la IC, es necesario tener en cuenta que ésta se estudia a

partir de 7 años. La tendencia que presentan los datos del estudio es que las chicas están más insatisfechas aunque tampoco existen diferencias significativas (McCabe y Ricciardelli, 2001;Smolak y Levine, 2001).

Al cruzar los niveles de Actividad Física con la calidad de la alimentación, encontramos que los estudiantes que practican más AF tienen mejor calidad en la dieta. La relación de estas dos variables se explica por el interés de las familias hacia hábitos saludables de sus hijos. Es decir, se supone que las familias que se implican por una alimentación más sana, también serán más influyentes en unos correctos niveles de AF.

También se ha encontrado la tendencia de que los chicos y chicas que

comen sin ver la TV, hacen más AF. En España, esta relación no es significativa y en Portugal sí. Es necesario indicar que en Portugal casi el 80% del alumnado se queda a comer en el colegio, mientras que en España es poco más del 20%. En cualquier caso, al igual que la comparación entre AF y alimentación, esta relación se entendería por la inquietud de las familias a hábitos más saludables como número de horas de sueño, lecturas, rendimiento académico, etc.

• AUMENTAR EL NÚMERO DE HORAS DE EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR EF

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9.2. Índice de Masa Corporal No hay diferencias significativas entre el IMC en relación al género y edad. La comparación de estos resultados con los obtenidos en estudios previos es difícil debido a la disparidad de normas y criterios de clasificación del IMC. La mayoría de países editan sus propias tablas de referencia y los investigadores tenemos la posibilidad de elegir entre estándares internacionales o nuestras propias tablas nacionales, sin saber cuál será el criterio final que termine prevaleciendo dentro de la comunidad científica. Nosotros nos decantamos por el criterio internacional que nos permite fácilmente las comparativas y que es más exigente.

En relación al género y edad las diferencias se encuentran sobre todo a partir de la adolescencia (Moreno et al., 2005; Serra-Majem y Aranceta, 2004; Valverde, Rivera de los Santos y Moreno, 2010), donde la prevalencia de obesidad y sobrepeso fue mayor en los chicos que en las chicas. Por este motivo no hemos encontrados diferencias en niños.

No hay diferencias significativas entre el IMC y la IC. En la literatura científica encontramos trabajos que han considerado las variables IMC e IC, encontrando resultados bastantes contradictorios. En algunos, se señala al IMC como un indicador muy importante para predecir la satisfacción corporal (Jones, 2004; SticeyWhitenton, 2002). Sin embargo, otras investigaciones contradicen estos resultados al no encontrar diferencias significativas que relacionen la insatisfacción corporal y el IMC (Murdey, Cameron, Biddle, MashallyGorely, 2005). En nuestro caso coincidimos con estos autores.

IMC con COMEDOR (no hay diferencias en España y sí en Portugal) (el mayor porcentaje de alumnos que come en la escuela es normopeso en Portugal) Discutir la importancia del COMEDOR (evita el picoteo y al terminar de comer se activan, mientras en casa tiene a mano el sofá o la TV).

9.3. Alimentación

• EVITAR COMER VIENDO LA TV • EVITAR TENER TV EN EL

DORMITORIO EVITAR TV

• CUIDAR LOS COMENTARIOS QUE SE HACEN SOBRE EL TAMAÑO CORPORAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

IMAGEN CORPORAL

• COMER EN EL COLEGIO GARANTIZA MAYOR CALIDAD DE ALIMENTACIÓN COMER ESCUELA

Page 87: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

87

9.2. IMC

No hay diferencias significativas entre el IMC en relación al género y edad. La comparación de estos resultados con los obtenidos en estudios previos es difícil debido a la disparidad de normas y criterios de clasificación del IMC. La mayoría de países editan sus propias tablas de referencia y los investigadores tenemos la posibilidad de elegir entre estándares internacionales o nuestras propias tablas nacionales, sin saber cuál será el criterio final que termine prevaleciendo dentro de la comunidad científica. Nosotros nos decantamos por el criterio internacional que nos permite fácilmente las comparativas y que es más exigente.

En relación al género y edad las diferencias se encuentran sobre todo a partir de la adolescen-cia (Moreno et al., 2005; Serra-Majem y Aranceta, 2004; Valverde, Rivera de los Santos y Moreno, 2010), donde la prevalencia de obesidad y sobrepeso fue mayor en los chicos que en las chicas. Por este motivo no hemos encontrados diferencias en niños.

No hay diferencias significativas entre el IMC y la IC. En la literatura científica encontramos

trabajos que han considerado las variables IMC e IC, encontrando resultados bastantes con-tradictorios. En algunos, se señala al IMC como un indicador muy importante para predecir la satisfacción corporal (Jones, 2004; Stice y Whitenton, 2002). Sin embargo, otras investigaciones contradicen estos resultados al no encontrar diferencias significativas que relacionen la insatis-facción corporal y el IMC (Murdey, Cameron, Biddle, Mashall y Gorely, 2005). En nuestro caso coincidimos con estos autores.

Al relacionar el IMC con comer en la escuela se observa que no hay diferencias en España y sí

en Portugal. El mayor porcentaje de alumnos que come en la escuela es normopeso en Portugal. Además de tener una buena dieta, comen en la escuela, por lo que evitan el picoteo y al terminar de comer se activan, mientras en casa tiene a mano el sofá o la TV.

9.3. Alimentación

Al relacionar la calidad de la alimentación con la IC encontramos diferencias. La tendencia es que el alumnado que muestra más satisfacción con su IC tiene una dieta óptima. Por el contrario, el alumnado más insatisfecho y que desea tener más peso, necesita mejorar su dieta.

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9.2. Índice de Masa Corporal No hay diferencias significativas entre el IMC en relación al género y edad. La comparación de estos resultados con los obtenidos en estudios previos es difícil debido a la disparidad de normas y criterios de clasificación del IMC. La mayoría de países editan sus propias tablas de referencia y los investigadores tenemos la posibilidad de elegir entre estándares internacionales o nuestras propias tablas nacionales, sin saber cuál será el criterio final que termine prevaleciendo dentro de la comunidad científica. Nosotros nos decantamos por el criterio internacional que nos permite fácilmente las comparativas y que es más exigente.

En relación al género y edad las diferencias se encuentran sobre todo a partir de la adolescencia (Moreno et al., 2005; Serra-Majem y Aranceta, 2004; Valverde, Rivera de los Santos y Moreno, 2010), donde la prevalencia de obesidad y sobrepeso fue mayor en los chicos que en las chicas. Por este motivo no hemos encontrados diferencias en niños.

No hay diferencias significativas entre el IMC y la IC. En la literatura científica encontramos trabajos que han considerado las variables IMC e IC, encontrando resultados bastantes contradictorios. En algunos, se señala al IMC como un indicador muy importante para predecir la satisfacción corporal (Jones, 2004; SticeyWhitenton, 2002). Sin embargo, otras investigaciones contradicen estos resultados al no encontrar diferencias significativas que relacionen la insatisfacción corporal y el IMC (Murdey, Cameron, Biddle, MashallyGorely, 2005). En nuestro caso coincidimos con estos autores.

IMC con COMEDOR (no hay diferencias en España y sí en Portugal) (el mayor porcentaje de alumnos que come en la escuela es normopeso en Portugal) Discutir la importancia del COMEDOR (evita el picoteo y al terminar de comer se activan, mientras en casa tiene a mano el sofá o la TV).

9.3. Alimentación

• EVITAR COMER VIENDO LA TV • EVITAR TENER TV EN EL

DORMITORIO EVITAR TV

• CUIDAR LOS COMENTARIOS QUE SE HACEN SOBRE EL TAMAÑO CORPORAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

IMAGEN CORPORAL

• COMER EN EL COLEGIO GARANTIZA MAYOR CALIDAD DE ALIMENTACIÓN COMER ESCUELA

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9.2. Índice de Masa Corporal No hay diferencias significativas entre el IMC en relación al género y edad. La comparación de estos resultados con los obtenidos en estudios previos es difícil debido a la disparidad de normas y criterios de clasificación del IMC. La mayoría de países editan sus propias tablas de referencia y los investigadores tenemos la posibilidad de elegir entre estándares internacionales o nuestras propias tablas nacionales, sin saber cuál será el criterio final que termine prevaleciendo dentro de la comunidad científica. Nosotros nos decantamos por el criterio internacional que nos permite fácilmente las comparativas y que es más exigente.

En relación al género y edad las diferencias se encuentran sobre todo a partir de la adolescencia (Moreno et al., 2005; Serra-Majem y Aranceta, 2004; Valverde, Rivera de los Santos y Moreno, 2010), donde la prevalencia de obesidad y sobrepeso fue mayor en los chicos que en las chicas. Por este motivo no hemos encontrados diferencias en niños.

No hay diferencias significativas entre el IMC y la IC. En la literatura científica encontramos trabajos que han considerado las variables IMC e IC, encontrando resultados bastantes contradictorios. En algunos, se señala al IMC como un indicador muy importante para predecir la satisfacción corporal (Jones, 2004; SticeyWhitenton, 2002). Sin embargo, otras investigaciones contradicen estos resultados al no encontrar diferencias significativas que relacionen la insatisfacción corporal y el IMC (Murdey, Cameron, Biddle, MashallyGorely, 2005). En nuestro caso coincidimos con estos autores.

IMC con COMEDOR (no hay diferencias en España y sí en Portugal) (el mayor porcentaje de alumnos que come en la escuela es normopeso en Portugal) Discutir la importancia del COMEDOR (evita el picoteo y al terminar de comer se activan, mientras en casa tiene a mano el sofá o la TV).

9.3. Alimentación

• EVITAR COMER VIENDO LA TV • EVITAR TENER TV EN EL

DORMITORIO EVITAR TV

• CUIDAR LOS COMENTARIOS QUE SE HACEN SOBRE EL TAMAÑO CORPORAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

IMAGEN CORPORAL

• COMER EN EL COLEGIO GARANTIZA MAYOR CALIDAD DE ALIMENTACIÓN COMER ESCUELA

Page 88: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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El alumnado que come viendo la TV tiene peor calidad en la alimentación. Nuevamente, la explicación la encontramos en que las familias que se implican por una alimentación más sana, también serán más influyentes en otros hábitos saludables como es el comensalismo, entendido como el disfrute de la convivencia y conversación familiar durante la comida.

Foto 12.

Page 89: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

89

Carlos Manuel Afonso PereiraEduardo José Fernández Ozcorta

Pedro Sáenz-López BuñuelÁngela Sierra Robles

Hélder Manuel da SilvaInmaculada Tornero Quiñones

10.1. Conclusiones

Contestando a los objetivos planteados en el estudio, se exponen las conclusiones de la in-vestigación:• Conocer la práctica de AF que realizan los escolares del bajo Guadiana

- Algo menos de la mitad de la muestra tiene un nivel de AF regular. Casi el 40% está en la categoría mala y solo un 12,6% en la buena.

- La media de horas de AF semanal es inferior a la recomendada por la OMS. - Los chicos practican más horas de AF semanales que las chicas.

• Describir el IMC de los escolares. - El 66,5% de la muestra es normopeso, el 22,5 sobrepeso y el 11,1 presenta obesidad. - Con la edad el porcentaje de normopesos disminuye, incrementándose especialmente

el alumnado con sobrepeso.• Indagar en la calidad de la dieta

- Algo más de la mitad del alumnado tiene una dieta óptima. Sin embargo, el 38,4 necesita mejorar y el 4,4 dieta de muy baja calidad

• Analizar la satisfacción con la IC - Sólo el 38,6% de los chicos y chicas está satisfecho con su IC. Algo más, (39,9%) desea

tener menos y el 21,5 desea tener más peso.• Conocer los hábitos relacionados con la TV

- Tres de cada cuatro chicos declaran ver la TV mientras comen y la mayoría (67,3%) tiene TV en el dormitorio.

• Analizar la relación entre la AF y el IMC. - La mayoría de los niños y niñas normopesos tienen mejores puntuaciones en AF.

• Relacionar la AF con la IC - El alumnado más satisfecho con su IC tiene mejor puntuación en los niveles de AF. - El que desea tener menos peso muestra peor puntuación en los niveles de AF. - No hay diferencias entre AF y la IC atendiendo al género.

• Relacionar entre AF y la calidad de la dieta mediterránea del alumnado. - El alumnado con una dieta mediterránea óptima presenta mejores niveles de AF - Los que presentan baja calidad de la dieta o que la necesitan mejorar, tienen peores

niveles de AF.

10. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Page 90: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

90

• Estudiar la relación entre AF y hábitos sedentarios de televisión. - Los estudiantes que comen sin ver la TV presentan mejores niveles de AF.

• Analizar la relación entre el IMC y la alimentación en función de la AF comer en el colegio y hábitos sedentarios de televisión.

- No se ha encontrado relación entre estas variables.• Indagar en la relación entre el IMC y la IC.

- En general, el alumnado normopeso desea tener más peso, mientras que el alumnado con sobrepeso y obesos desean tener menos peso.

• Analizar la relación entre el IMC con otras variables del estudio. - La mayoría de los normopesos comen en la escuela, mientras que la mayoría de los

obesos comen en casa.• Conocer la relación entre la calidad de la dieta mediterránea y la IC

- Los más satisfechos con la IC tienen una dieta óptima. - La tendencia es que el alumnado insatisfecho y que desea tener más peso, necesita

mejorar su patrón alimentario.• Relacionar la calidad de la dieta con otras variables

- Los que tienen una dieta de baja calidad o que necesitan mejorar el patrón comen en casa y viendo la TV.

- Los que comen en el colegio tienen mejor calidad de su dieta y no ven la TV comiendo.• Comparar la AF, IMC, calidad de la dieta mediterránea, IC, comer en el colegio, y hábitos de

sedentarismo de televisión entre los escolares de España y Portugal. - La muestra portuguesa tiene un nivel de AF mejor que la española. - En Portugal se practica más horas de AF semanal que en España. - La obesidad en España duplica la de Portugal. Los niveles de sobrepeso es similar y los

normopesos son más elevados en Portugal. - Hay mejores patrones de alimentación en Portugal que en España. - El alumnado español está más satisfecho con su IC que el portugués. - Los niños españoles ven más la TV comiendo que los portugueses.

Foto 13. Foto 14.

Page 91: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

91

10.2. Recomendaciones para la familia

Se recomienda que las familias compartan actividades de ocio activo y promuevan estilos de vida saludables

¿Cómo fomentar un estilo de vida activo?

• Ve andando o en bici al cole.• Haz actividades de fin de semana y de vacaciones en entornos naturales, playa,

montaña…• Llévales al parque o a otros sitios seguros para que jueguen de forma activa. Solicita que

exista facilidad de uso de las instalaciones escolares fuera de las horas de actividades organizadas.

• Facilita que los chicos y chicas se apunten a actividades deportivas extraescolares.• Los niños han de colaborar en las tareas domésticas.• Promueve regalos activos: bicicletas, balones, raquetas, patinetes…• Aumenta el número de horas y de actividades que padres e hijos hagáis juntos.• Asegúrate de que los niños respetan diez horas de sueño.• Disminuye las horas de TV, ordenador o videojuegos al día, evitando disponer de ellos

en el dormitorio de los niños.

Foto 14.

Page 92: Estudio Actividad fisica, obesidad, alimentacion e imagen corporal (6 a 10 año)poblacion Guadiana

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• Seamos un modelo, démosles ejemplo copiarán nuestros actos, nuestras ideas o forma de ver las cosas en todas las áreas, incluida la AF. Hay que tener en cuenta que si realizamos AF les estamos transmitiendo un modelo de vida activo, que es beneficioso tanto para nuestra salud como para la de ellos.

• Interésate por su EF escolar ya que es la única AF obligatoria que tienen que realizar durante su etapa escolar. Este área enseña aprendizajes y destrezas físicas que nos sirven para ser activos en un futuro. Les enseña por qué es importante moverse y por qué es peligroso ser inactivos.

• Ayúdales a progresar en diferentes actividades. No permitas el abandono de la AF por no saber lanzar un balón, por ejemplo. Trata de evitar que se sientan ridículos cuando tengan dificultades con la actividad que practican.

• Respeta su capacidad y sus gustos. No les fuerces a ser una estrella del mundo del deporte. Enséñales a compararse consigo mismo en lugar de con otros.

• Ayúdales a distribuir su tiempo con un horario que incluya tiempo para todo lo que consideras importante: las comidas, los deberes del colegio, ver la televisión, leer y también realizar AF. Muchas veces no existe una falta real de tiempo, lo que se necesita es organizarlo.

• Infórmate de las posibilidades que existen en tu barrio de practicar AF recreativas y deportivas, y facilítales su inscripción y asistencia regular.

• Enséñales que practicar AF y deporte es ante todo una forma excelente de ocupar el tiempo libre, disfrutar, encontrarse bien, hacer nuevas amistades y mejorar la salud. Enséñales que no siempre se puede ganar o ser campeones, pero que ser personas activas es muy importante.

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Como se ha dejado patente en este trabajo, por lo general las niñas hacen menos AF. Se comportan de manera menos activa porque muchas veces de forma inconsciente les enseñamos a ser así y es importante que las animemos de forma especial. Por esta razón presentamos algu-nas razones para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en relación con la práctica de AF (MEC, 1999) y cómo compensar esta desigualdad. Esperamos nos ayuden a reflexionar y a ser más críticos.

• A los niños se les incita desde pequeños a ser activos. A las niñas mucho menos. A las niñas se les suele comprar menos material deportivo que a los niños. Sus regalos siguen reforzando los juegos inactivos. Regálales material deportivo, desde balones, raquetas de tenis, patines, etc.

• La forma en que vestimos a los niños y las niñas condiciona su capacidad de movimientos. Mucha de la ropa con la que se suele vestir a las niñas no es la más adecuada para moverse libremente. Vístelas a diario con ropa cómoda, que les permita jugar libremente.

• La mayoría de las prácticas de AFD están asociadas a un sexo. Existe la idea de que hay unas actividades que son para chicas y otras para chicos, y las de los chicos son las más accesibles y abundantes. En los niños se suele valorar lo que son capaces de hacer motrizmente. En las niñas el aspecto estético, parece ser lo más importante (“estar guapa”). No seas convencional respecto a los juegos, no pasa nada porque las niñas jueguen al fútbol y los niños a la comba.

• Las deportistas de élite femeninas tienen mucha menor valoración social que sus compañeros los hombres. La TV y otros medios de comunicación no les prestan la misma atención. Asegúrate de que se dan cuenta de que tú valoras el que ellas realicen AF. Intenta compensar esto con tu estímulo, anímalas a practicar AF y deportivas de forma habitual.

• Hay pocas deportistas femeninas, por lo que existen escasos modelos que estimulen la práctica de AF en las niñas al contrario de lo que ocurre en el caso de los niños. Como resultado de este tratamiento diferente, en todas las edades y grupos sociales, las mujeres se comportan de manera más inactiva que los hombres. Cuando tenga edad para comprenderlo, comenta con ella estos aspectos. Contrarresta tú este efecto resaltando los valores de las deportistas y se su mejor ejemplo. Las chicas reciben mayor influencia positiva si su madre o profesora es físicamente activa.

• Edúcalas en un estilo de vida activo, práctica AF con ellas tan frecuentemente como puedas. Cuando vayan creciendo si quieren abandonar la práctica, anímalas a que no lo hagan. Dales todos los argumentos posibles.

¿Cómo mejorar los hábitos alimentarios? Algunos de los aspectos que debemos tener siem-pre pendientes son:

• Si nos saltamos una comida, en la siguiente tendremos mucha hambre y es fácil que nos demos un atracón. Por ello conviene asegurar cinco comidas al día (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena).

• Comer de forma lenta, tranquila y masticando bien nos ayuda a saciarnos antes, si comemos de forma rápida no.

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• Es recomendable comer con la comida puesta en un plato. El picoteo dificulta ser conscientes de la cantidad de comida ingerida.

• El pan tradicional, el de la panadería de siempre, es mejor que cualquier otro producto panífero. El pan de molde, los picos, roscos y muchos de los panes precocinados tienen en su composición un porcentaje de grasas que el tradicional no posee.

• Se debe evitar el consumo de chucherías, refrescos y productos refinados con alto contenido en azúcares. La razón es que al poco de su ingesta se elevan los valores de glucosa en sangre. Como consecuencia la insulina retira de la sangre no solo la glucosa que acabamos de ingerir, también la que había previamente. Así nuestro cuerpo nos vuelve a demandar alimentos dulces y paradójicamente tenemos otra vez sensación de hambre.

• No se debe tener en casa golosinas, caramelos, dulces, bollería industrial, refrescos o zumos industriales. El que evita la tentación evita el peligro.

• Antes de ir al supermercado, hacer una lista de los alimentos que se van a comprar.• Ir a la compra después de haber comido, con menos hambre menor probabilidad de

comprar alimentos no recomendados.• Crear una actitud crítica hacia los patrones consumistas de la sociedad, frente a la comida

rápida, los productos light y los suplementos alimentarios.

Antes de la comida es importante que los niños colaboren a la hora de preparar la comida, adornando los platos, poniendo la mesa y recogiendo la cocina.

A la hora de la comida debemos tener presente:

• La importancia de realizar un desayuno completo en casa.• El bocadillo preferentemente de queso, jamón york o serrano, atún… (evitando el

consumo de embutido) es junto con la fruta la mejor opción para el recreo. El bocata les asegura que no llegarán a medio día con mucha hambre y se evita atracón.

• El placer de poder disfrutar la hora de la comida evitando tensiones y prisas.• Que es mejor fomentar el diálogo familiar que escuchar la televisión.• Si mostramos frutas, hortalizas y verduras en todas las comidas aumenta la probabilidad

de comerlas. En general, potenciar el consumo de alimentos crudos, legumbres y frutos secos.

• El valor de educar en la satisfacción y el placer de saborear comidas saludables en lugar de forzar a ingerir alimentos.

• Potenciar la fruta en la merienda. Es una comida que los niños suelen realizar con mucha hambre lo que les ayuda a aceptar el alimento. Además, al contener poco valor calórico demandan la cena antes y nos aseguramos que haya pasado un rato desde que comen hasta que se acuestan.

• Evitar el consumo y almacenamiento en casa de golosinas, caramelos, dulces, bollería industrial y refrescos. También se debe prescindir del embutido.

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¿Cómo mejorar la imagen corporal?

• Buscar la aceptación del propio cuerpo evitando los juicios de valor• Centrarse en los logros (“qué bien estás”) en lugar de emitir juicios negativos (“estás

más gordo”).• Reforzando la autoestima de los niños.• Reflexionando sobre la idea de que la belleza se no encuentra en la superficialidad.• Practicando AF. Organizada (deporte mejor que fitness)• Algo de AF mejor que nada, es más importante lo que creo que he mejorado que la

mejora objetiva.• Actitud crítica ante los medios de comunicación.

Foto 16.

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10.3. Recomendaciones para la administración educativa y para la escuela

• La EF se convierte en una asignatura imprescindible. Aprovechemos el tiempo generando adherencia a la AFD.

• Los patios del colegio deben jugar un papel importante al proporcionar instalaciones y se debe prestar especial atención a que las chicas tengan un equipamiento adecuado que estimule su participación.

• Dinamización de los recreos, por ejemplo: dejando utilizar el material deportivo del centro, organizando concursos de salto a la comba, juegos tradicionales, partidos…

• Promoviendo contenidos en las clases de EF que potencien el transporte activo de casa al colegio. Por ejemplo, que vengan con patines, patineta o bicicleta, sus cascos y protecciones. La clase de EF se adapta y trabaja estos contenidos. Tanto la clase de EF como el trayecto casa-colegio-casa pasa a tener un mayor compromiso fisiológico.

• El profesor de EF debe enseñar a su alumnado cómo llevar a cabo la planificación individual del ejercicio.

• El colegio junto con el resto de colectivos del municipio puede participar en Programa por un millón de pasos.

• El municipio con la ayuda del colegio debe asegurar rutas atractivas y seguras que faciliten el transporte activo de casa al colegio, disminuyendo de esta manera la utilización de vehículo como medio de transporte.

• La AF se puede promover fomentando el uso de las instalaciones deportivas del colegio tras el horario escolar estableciendo acuerdos con otras partes interesadas como empresas de servicios deportivos, asociaciones de vecinos…

Foto 17.

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• Fomentar que el alumnado lleve fruta o bocadillo al recreo. Por ejemplo, incentivando a los chicos y chicas que lo traigan.

• Si el colegio posee cafetería, regular el tipo de alimentos que se pueden vender o no vender. Asegurar precios económicos a los alimentos más saludables y tenerlos expuestos en lugares preferentes.

La administración educativa por su parte debería colaborar fomentando:• Que la EF que garantice unos mínimos de AF semanal.• La incorporación de nuestros colegios en la Red europea de escuelas promotoras de salud.• Construcción o convenios con instalaciones deportivas.

10.4. Recomendaciones para el municipio y los patronatos municipales de deportes

• El transporte proporciona buenas oportunidades para la AF si están presentes las infraestructuras y servicios adecuados que permitan un transporte activo. Las percepciones negativas del entorno por parte de los padres, sobre todo de la seguridad dificultan esta posibilidad. Es crucial el énfasis en seguridad vial. De esta manera, los espacios verdes y carriles bici son componentes importantes en una localidad activa.

• En Holanda o Dinamarca son frecuentes las separaciones en los carriles entre bicicletas y automóviles. Aumenta de esta manera la percepción que tiene la población de la bicicleta como transporte seguro y saludable.

• Las inversiones en infraestructura que favorecen el transporte a pie y en bicicleta deben acompañarse de campañas informativas sobre los beneficios del transporte activo.

• Cuando los responsables en ordenación urbana den permiso para nuevas construcciones se debe asegurar la creación de parques y entornos seguros para la práctica de AFD. El plan de ordenación urbana debe contemplar parques activos, carriles bici, vías verdes, playas activas, circuitos cola-cao, parques equipados para el trabajo de condición física del adulto-mayor, instalaciones deportivas abiertas, etc.

• La cuestión ambiental también es relevante para la AF no solo en el contexto urbano. Muchas formas de AF autoorganizada, tales como caminar, montar en bicicleta, practicar piragua o vela son más atractivas si se realizan en un entorno natural agradable. Bajo este punto de vista la conservación de la naturaleza es una forma de proporcionar espacios y oportunidades de AF.

• Promover la práctica deportiva creando instalaciones polideportivas abiertas, multifuncionales y anti vandálicas.

• Cuidar la formación de los técnicos deportivos prestando especial atención a las características psicosociales de la práctica deportiva. Un aspecto fundamental es la motivación, por lo que deben inculcar los aspectos positivos de la AF: pasarlo bien, fomentar la autonomía, compartir experiencias, sentirse competente y en forma, jugar con iguales y participar.

• Estudiar la demanda del tipo de AF por sectores poblaciones (realizar estudios sobre las preferencias deportivas de los habitantes del municipio) y respetar la preferencia hacia el tipo de actividad que le guste al propio niño/a y no a sus padres.

• Sería conveniente compatibilizar horarios de práctica física para que en la misma franja

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horaria e instalación puedan llevarla a cabo los niños y sus padres.• Potenciar la formación de técnicos deportivos para la erradicación de mitos y prácticas

erróneas en los que se relaciona la AF, la salud y la alimentación. Por ejemplo, sudar adelgaza, hacer abdominales ayuda a perder barriga, se puede llevar a cabo una perdida localizada de peso, cualquier ejercicio es bueno para la salud o las agujetas desaparecen tomando agua con azúcar serían algunas falsas creencias que deberían ser aclaradas a la población.

• El técnico deportivo debe trabajar en colaboración estrecha con los centros educativos, sanitarios, las AMPAS, asociaciones juveniles, scouts y asociaciones de vecinos para canalizar las propuestas que demanden y asegurarse de que se rentabilizan los servicios que oferta el PMD.

• Es importante que los consejos sobre estilo de vida y cambios de comportamiento en referencia a la AF sean incluidos en la formación inicial y continua del personal sanitario de los centros de salud. La formación continua de los sanitarios ha de ser clave en este sentido si no se ha recibido formación inicial al respecto.

• Colaboración entre el Patronato Municipal de Deportes y los Centros de Salud: médico de atención primaria, enfermero y pediatra. ¿Cómo? En la medida en que los sanitarios conozcan los recursos municipales de forma detallada ya quién se pueden dirigir los pacientes atendiendo al tipo de patología posean, los técnicos deportivos recibirán unos usuarios con patologías específicas y llevaran a cabo programas específicos de AF de forma que la eficiencia del tratamiento con AF será mucho mayor.

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12. ANEXO: Cuestionario

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