entre la libertad y el miedo | germán arciniegas

7/24/2019 Entre La Libertad y El Miedo | Germán Arciniegas

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“Estudiante peregrino, guarda tu esperanza”.

Haya de la Torre.-

En el Perú, en octubre de 1948, el general Manuel A. Odría que había sido ministro del Interior

del presidente Bustamante, subleva las guarniciones de la ciudad de Arequipa y las del norte

y centro del Perú, depone al presidente e instala a los militares en el poder. Durante dos años

actúa como presidente provisional, organiza sus elecciones y en julio de 1950 resulta “elegido”

presidente. Hoy, los norteamericanos que llegan a Lima encuentran en la ciudad una apariencia

de normalidad. Odría ha restablecido el orden y equilibrio que las cuarenta familias inuyentes deLima venían buscando a través de las más variadas formas de dictadura. No hay oposición visible.

En algunas ocasiones se ha visto al presidente pasar por las calles de Lima sin fuerte escolta.

El Apra —que es el pardo más numeroso del Perú— se ha declarado inconstucional: su jefeha vivido asilado desde 1948 en la embajada de Colombia. El gobierno del general Odría viene

reclamando su entrega pues desea juzgarle como un criminal ordinario. El gobierno de Colombia

viene solicitando que se le dé un salvoconducto por considerar que se trata de un refugiado polícoque está protegido por el derecho de asilo. En todo caso, con la embajada por cárcel, el jefe del

pardo de oposición no puede hablar, no puede dirigirse a la nación peruana. Se ha restablecido elcongreso: un congreso para el gobierno. El congreso anterior fué clausurado, y los representantesde la mayoría puestos en la cárcel. Los presidentes del congreso se asilaron en la Embajada de

Cuba. Durante ocho meses la embajada de Cuba trató de obtener para ellos un salvoconducto.

Sin haberlo logrado, un día los refugiados, a su propio riesgo, salen de la embajada, se escapandel país, y logran llegar a Cuba. El gobierno del general Odría entrega al encargado de negocios

de Cuba sus pasaportes y rompe relaciones con la isla. En todo caso, se va consolidando un ordensencillo y ecaz por eliminaciones.La prensa que se lee en Lima reeja este bienestar del Perú. El viajero no advierte que en ella sepracque censura alguna. Los diarios tradicionales, los más anguos, que a lo largo de su historia,con mayor o menor devoción y provecho han colaborado con las dictaduras, siguen su marcha de

siempre y nadie estorba su publicación. Los diarios de la oposición han sido suspendidos, y sus

imprentas incautadas. En rigor hay una libertad de prensa: la de los sobrevivientes.Hay prosperidad de primer plano, porque se han hecho buenos negocios. El general Odría no

subió solo al poder: subió con los hombres de negocios. Para defender su oro, el Perú manteníacontrol sobre las divisas. Los exportadores tenían que entregar al banco central el importe de sus

ventas en el exterior, y el banco graduaba la distribución de las divisas, ajustando el comerciode importación a la capacidad de compra del país. Al subir el general Odría libertó las divisas, y

los barones del algodón, del azúcar y del arroz pudieron disponer libremente de sus dólares. Sevieron con las cajas repletas. Comenzó la Inación, que ha dado a Lima nuevo esplendor. El sol,que es la moneda peruana, perdió su valor adquisivo. Esto en realidad no hirió sino a la clasemedia y a los obreros. Se cumplió lo que denunció alguna vez Haya de la Torre cuando dijo quese harían “los ricos más ricos y los pobres más pobres”. Con pequeñas alzas de salario se distrajo

la atención de los pobres. Los ricos se vieron favorecidos no sólo con mejores precios que en el

mercado internacional han tenido los productos que exporta el Perú, sino con la políca internade la inación. En realidad la producción que ha aumentado en el Perú ha sido la de soles baratos,como si dijéramos de soles fríos. Pero esto hace que hoy Lima sea muy agradable para el grupo de

gentes que pueden especular en la bolsa y para los norteamericanos que llegan al hotel Bolívar. Ya

en la provincia todo es diferente.

CAPÍTULO VI

LOS MILITARES Y EL APRISMO EN EL PERÚ



• • •

Hay en el Perú dos Perúes: dos naciones, dos historias, dos pueblos. Uno es el Perú de los dirigentesque han gobernado en Lima desde los empos coloniales. Otro, el Perú de la provincia, la inmensamasa campesina, los Indios herederos de los incas, que en buena parte no hablan español, y que

son más personajes de novela que de historia.

La historia de Lima es brillante. Durante la Colonia se prodigaron allí tulos de nobleza queimprimieron carácter a las familias que de ellos disfrutaron. En el Perú, Pizarro, el conquistador,

encontró más riquezas que Cortés en México. De condes y marqueses está empedrada la crónica

de la ciudad. Al Imperio de los incas sucedió un virreinato elegante y malicioso, en que bajo el

coro de las campanas de muchas Iglesias se oía correr el murmullo de una vida mundana con

historias de “tapadas” y de criollas, como la Perricholi, que al hacerle perder a un virrey el rumbo

del corazón se convierten en heroínas de leyenda: son la sal y pimienta en “El San Luis Rey”, deThornton Wilder. A los virreyes sucedieron los aristócratas de la república. La estructura social no

se modicó. Hoy el 85% de la población del Perú trabaja en el campo: son los peones del algodón,el azúcar, el arroz. De los... 7.500.000 habitantes que ene el Perú, no hay sino 380 mil personas

que trabajen en la industria. De éstos, la mayor parte son artesanos. Sólo 40 mil van a las fábricas.En la punta de la pirámide están las cuarenta familias: los herederos de la corona española. Eltránsito de la colonia a la república ene para ellas el sendo de una ceremonia simbólica: comosi les hubiesen entregado el sello del poder.

Hace más de cien años se inauguró la república representada por un presidente marqués —dice Cossío del Pomar—.

Cuando Bolívar, seguido por los rudos llaneros y los colombianos conquistó la ciudad, es recibido bajo palio bordado

de oro por la aristocracia que en medio de profundas genuexiones no puede ocultar su rencor hacía el democrácolibertador. Los brocados con que adornan a su paso los tallados balcones y los cortejos republicanos huelen a

sahumerio. La ciudad apenas si cambia de forma y decorado. Los doctores universitarios reemplazan a los teólogos

escoláscos...

Hacer la historia de ese Perú ocial es fácil. Se presta a una literatura brillante, ingeniosa, palaciega.Quizás es la única república de la América Lana en donde hay mariscales, con maravillososuniformes. Los oradores son de una elocuencia arrebatadora. En cambio, la otra historia, la del

pueblo, no ene fechas ni héroes. Ni casacas de seda, ni sombreros de plumas. Hasta las plumasde la cabeza se las han quitado los ricos a los indios. El indio ha pasado a la pintura y a la poesía

hilando lana en husos primivos y tocando la quena —el caramillo incaico— en el páramo. Lamúsica triste de su alma queda otando sobre las cabezas de las llamas de ojos húmedos. Para quela oligarquía de Lima viva bien, no urge salir de una economía en reposo, que da lo bastante para

un buen vivir. Las fórmulas de gobierno democráco y representavo pondrían en movimientoesa inmensa muchedumbre estancada, creando problemas que resultarían incómodos para el

grupo dominante: se ha preferido la dictadura.

Sólo hace unos treinta años vino a insinuarse un movimiento revolucionario. Se les descubrió alos del pueblo que ellos también podrían tener su historia y desatar la lengua. De la misma vieja

aristocracia salieron los primeros revolucionarios que rompieron un silencio de cuatro siglos.

Entonces don Manuel González Prada, de los de las mejores familias, se hace amigo del pueblo.

Quiere sacar al indio del plano de miseria en que se le ha mantenido, y elevarlo a la condición de

ser humano. Más poeta, escritor y orador, que hombre de acción, el papel de don Manuel es el

de un hombre que despierta a la juventud universitaria. Lleno del ímpetu del siglo XIX, es radical,

anclerical, anarquista. Tras él surge una generación que comprende a lo mejor del Perú: es lageneración del Apra, el pardo de la revolución (Alianza Popular Revolucionaria Americana), cuyolíder es otro hombre de las más viejas y tradicionales familias: Víctor Raúl Haya de la Torre. Con

el nacimiento del Apra, hay unos cuantos millones de peruanos que empiezan a soñar en quetendrán una parcipación en la historia de su país: en que podrán hablar, y, lo que apenas cabe en



su imaginación: que habrá quienes les escuchen. Poco a poco va formándose una fe, una pasión,un elemento dispuesto a cambiarle de eslo al Perú.En un principio, sin formar pardo, los universitarios fueron acercándose al pueblo. Crearon las“Universidades populares González Prada”. Eran lugares a donde ellos iban a educar a obreros,artesanos, campesinos. Ocurrió así que en vez de darle el estudiante las espaldas al pueblo,

como era de viejo uso, le dió las espaldas a Lima y conversó con el pueblo. La historia comenzó a

escribirse de otra manera. Basta leer el tulo que dió a su libro Jorge Basadre para comprender elcambio: “La multud, la ciudad y el campo en la historia del Perú”. Los nuevos escritores se dieroncuenta, además, de que el estudio del indio peruano había que hacerlo más en la novela que en la

propia historia. Si se iba a escribir la historia de las emociones contenidas, de las frustraciones, delos anhelos recónditos, podía darse una pintura más vivida, y más exacta, en novelas que en libros

de documentos de papel. La intención de los nuevos relatos se ve presentada de bulto en el solo

tulo de una novela de Ciro Alegría: “El mundo en ancho y ajeno”.Si se mira al fondo de este proceso reciente, con los apristas comienza a morir en el Perú la coloniavirreinal. Pero esta lucha es hoy más dicil que hace cien años. Los herederos de la corona se unenal estado mayor del ejército: son dos fuerzas que buscan un poder absoluto, que enen intereses

comunes. Unidas, constuyen un poder de resistencia tremendo. El ejército se ha reforzado conlas armas que recibió durante la segunda guerra.

• • •

Históricamente, nació el ejército del Perú para dar la úlma batalla que vino a asegurar laindependencia connental de la América Española: la de Ayacucho en 1824. Más que ocialidadperuana, lo que hubo allí fueron soldados de las clases humildes, que, unidos a los que venían de

Venezuela y Colombia, formaron los cuadros de la victoria. Bolívar los saludó con estas palabras,que debe recordar el Perú como una pauta que je el desno de sus armas: “La causa de losderechos del hombre ha ganado con vuestras armas su terrible conenda contra los opresores...

Soldados peruanos: vuestra patria os contará siempre entre los primeros salvadores del Perú”.Pasan cien años. El Comandante Sánchez Cerro se apodera del gobierno en agosto de 1930, ypone en la cárcel al presidente civil Augusto Leguía. ¿Qué quiere hacer desde la presidencia el

comandante? “Quiero ver teñida de sangre aprista la punta de cada bayoneta”, anuncia a los

soldados en una célebre proclama.

Pasan diecinueve años. El general Manuel A. Odría, “cumpliendo su imperava misión patrióca—como dice en un mensaje al congreso—, opta por deponer el gobierno del señor Bustamante”.

¿Qué le empujó a deponer al presidente civil? Él mismo lo precisa:

La razón fundamental de ser del gobierno revolucionario que presido es la eliminación del peligro sectario, que desde

hace más de veinte años y a través de cuatro regímenes polícos, no ha hecho sino delinquir en todas las formas ycontra todas las personas e instuciones. El aprismo atentó sistemácamente contra el individuo, contra la familia

y el hogar, contra la escuela y la iglesia, contra las instuciones militares y civiles y contra la patria misma... El Apraatentó contra la estructura natural del hogar, envenenando el alma del niño y del adolescente para enfrentarlos a los

padres y a los mayores, con rebeldía e insolencia, despreciando el saber y la experiencia que han hecho la grandeza

de los pueblos.

Repite el general Odría las mismas palabras que usaban los españoles para mantener su imperioen América y descalicar a los autores de la guerra de independencia. Se reere el general Odría,además, a la excesiva tolerancia de los úlmos cuatro presidentes del Perú con los apristas. Esospresidentes fueron Sánchez Cerro, Benavides, Prado y Bustamante. La opinión de Sánchez Cerroqueda expresada atrás en las palabras que recordamos de su maniesto. El segundo presidentefué el mariscal Oscar Benavides. Este decidió declarar al aprismo “secta internacional”. Así, no

podría inscribir candidatos suyos a las elecciones. Los apristas, teniendo que decidirse entre laviolencia y un largo camino hacia la paz, se acogieron a la candidatura de un miembro del pardoliberal: Luis Antonio Eguiguren El mariscal Benavides había dicho: “Hago votos porque el Perú



elija en perfecta armonía, dentro de los principios y normas democrácos, al ciudadano que ha desucederme y a quien entregaré las insignias del mando”. Eguiguren resultó elegido por abrumadora

mayoría. Benavides ordena al jurado nacional que suspenda los escrunios, desconoce la eleccióny sigue en el poder. El tercer presidente es don Manuel Prado y Ugarteche, un civil. Prado hacesu gobierno manteniendo esta fórmula: “Mi deber es perseguir a los apristas porque están fuerade la ley”. Los apristas tuvieron que vivir en la clandesnidad, hasta que el 15 de mayo, cuando

ya no fallaban sino veincinco días para las elecciones, se les habilitó de ciudadanos: podríanvotar. Inscribir un candidato propio era imposible. Entrar en acuerdos con otro, les permiríatener una victoria indirecta: apoyaron a José Luis Bustamante y le dieron el triunfo. Bustamanteera un abogado liso y sul. En cuanto ganó su elección hizo causa común con los enemigos delaprismo, traicionando a quienes le habían elegido. Los apristas, sin embargo, ganaron las mayorías

del congreso, se impusieron en las provincias, en los municipios, en la prensa, en la universidad.

Bustamante comenzó a cerrarles el paso favoreciendo la huelga de la minoría del congreso, que

lo dejó sin quórum. Así se atribuyó el poder de legislar. No se atrevió a declarar ilegal al pardo,como se lo pedía el ministro del Interior, general Odría, y por esta razón Odría acabó poniéndole

en la calle. Esa fué la tolerancia de los cuatro gobiernos.

• • •

El caso del aprismo es muy singular. Es el pardo del pueblo peruano, y sin embargo no se fundaen el Perú: se funda en México. Víctor Raúl Haya de la Torre, el líder, el originador del movimiento,se encuentra desterrado en México, en 1923. El haber fundado las universidades populares,propiciado la reforma universitaria y actuado como gran orador en las manifestaciones del pueblo

hicieron que el dictador Leguía le pusiera ante este dilema: 0 acepta un puesto diplomáco y seva a Londres, o queda catalogado como enemigo del Gobierno. Haya opta por lo segundo. A los

pocos días, en la prisión de la isla de San Lorenzo, Haya responde al dictador con otro dilema:0 me saca de la prisión, o me someto a huelga de hambre y paso a hacer oposición desde el

cementerio. Y declara la huelga del hambre. El asunto es grave, es ya un ídolo del pueblo y de losestudiantes. Es un mozo, orgullo de las viejas familias de la ciudad blasonada de Trujillo. Pasan los

días, y los médicos juzgan que Haya está al borde de la muerte. El dictador se asusta, y conviene

en deportarlo. Por eso Haya va a dar a México, y ante una asamblea de estudiantes y obreros

proclama una noche la fundación de una liga políca —el APRA— que defenderá ideales que élseñala como comunes a la América: la lucha contra la diplomacia del dólar y los imperialismos; lanacionalización de erras e industrias; la interamericanización del canal de Panamá; la solidaridadde las clases oprimidas.

La juvenil explosión de entusiasmo de aquella noche de México acaba por transformarse en uno

de los movimientos más grandes de la América Lana. De México sale Haya de la Torre a recorrerel mundo. Viaja por los Estados Unidos, Rusia, Alemania, Suiza, Inglaterra, Francia. En Oxford vivedos años de estudiante. Desde el Perú siguen con cuidadosa atención sus andanzas, más que el

propio dictador, los estudiantes, la gente del pueblo. Al año siguiente de proclamarse en México la

fundación del Apra, se organiza el pardo en el Perú. Es un pardo radical de izquierda, pero quefunda sus programas revolucionarios en una apasionada defensa de las libertades y de la juscia,lo cual le coloca en línea de combate contra los pardos totalitarios. Cuando Roosevelt proclamalos principios de las cuatro libertades y echa las bases de la políca del Buen Vecino, el aprismoacoge en seguida esta nueva fórmula y la señala como base de una inteligencia connental. Frentea las corrientes internacionales europeas, Haya de la Torre se ancipa a denir la línea del pardo:“Ni con Roma, ni con Berlín, ni con Moscú: sólo el aprismo salvará al Perú”.Por un movimiento espontáneo de solidaridad, en Lima se unen los viejos polícos —los herederos

de la corona— y los comunistas, para contener la democracia aprista. En 1929 Moscú señala alAprismo como al pardo que el comunismo debe combar en América. En ese año ene lugar



en Montevideo la primera conferencia comunista lanoamericana, y en ella los representantesdel gobierno ruso imponen el acuerdo de lucha abierta contra el aprismo. Por su parte, Haya

de la Torre expone su posición ancomunista en numerosos documentos donde se encuentranpárrafos como éste del maniesto al pardo en 1933:

Son bien conocidas las campañas del comunismo contra el Apra. Mientras el aprismo quiere cumplir la etapademocráca, organizar construcvamente el estado, educar, mejorar, defender y capacitar a las clases productoras

del país, el comunismo propugna la “agitación permanente” entre los obreros de las industrias extracvas paraentorpecer la producción y favorecer el progreso de las industrias similares en Rusia. Esta profunda diferencia entreel comunismo criollo —ayudado en su propaganda por El Comercio (el periódico tradicional de Lima)— y el aprismoes bastante para demostrar nuestra denida posición frente al comunismo, y a la labor negava y odiosa de sus malosagentes en países como el nuestro, atentatoria de la vida y progreso de las mismas clases que pretende defender.

Por eso hemos visto que, mientras El Comercio y los representantes del civilismo en la constuyente invocan a loscomunistas criollos para atacar al aprismo, nuestro pardo —consciente de su misión defensora del pueblo— esblanco de los odiosos ataques de esa alianza inexplicable.

Lo que decía Haya de la Torre en este mensaje de 1933 pudo reperlo con las mismas palabrasquince años después. A todo lo largo del proceso se dieron la mano aquellos que deberían ser

como irreconciliables enemigos. En los debates del parlamento, en asuntos tan graves como la

cuesón del petróleo, se unieron los civilistas del gobierno a los comunistas en las votaciones. Enla misma imprenta de “La Prensa”, el diario de los barones de la industria azucarera, se editaba el

diario del pardo comunista. Desde el palacio de gobierno, el presidente Bustamante trataba conlos comunistas para formar la alianza de todos los pardos contra el aprismo. El mismo Bustamantelo dice así en su libro “Tres años de lucha por la democracia en el Perú”.

En esta oportunidad (sepembre de 1947), cité separadamente a los principales jefes de las agrupaciones polícas noapristas, para hacerles ver la conveniencia de que formasen listas coordinadas de candidatos, a n de evitar la pugnarecíproca y la consiguiente dispersión de votos, que ya en la ocasión anterior habían dado un triunfo fácil al Apra,

cuyos aliados votaban en masa por un candidato único, mientras derechistas e independientes exhibían dos o trescandidaturas por la misma representación. Moví inujos respetables para que los dirigentes comunistas desisesende su propósito de mantener los nombres de los dos candidatos que irreducblemente propiciaban Hice ver a todos

la decisiva inuencia que ese acto electoral habría de tener en la composición de las cámaras, ya que de él dependíala consolidación o la quiebra de la mayoría aprista en ellas y, por consiguiente, la eliminación del peligro que ya se

cernía de un receso parlamentario denivo, o del advenimiento de ese receso con todas sus graves consecuencias.

A pesar de estas maniobras del presidente, en cuanto vinieron las elecciones triunfó el aprismo, y

entonces la minoría y el presidente resolvieron el problema de modo muy sencillo: prescindiendodel congreso.

• • •

Aunque el aprismo represente a la mayoría del pueblo peruano, ni los civilistas ni los militares le

han permido tener vida legal sino en contadas ocasiones. Haya de la Torre ha pasado la mayorparte de su vida políca en el deserro o en la cárcel u oculto, perseguido por la policía. Su primerdeserro dura ocho años. Regresa en 1931, aclamado candidato a la presidencia de la república.Sánchez Cerro, que por un golpe de cuartel se habla adueñado del poder, y ahora quería consolidarsu posición en unas elecciones prefabricadas, tuvo que montar la más tremenda máquina

electoral para desconocer el voto popular. A poco de posesionarse de esta segunda presidencia,

puso a Haya de la Torre en la cárcel. Poco empo después Sánchez Cerro cae asesinado. El nuevopresidente —el mariscal Benavides— anuncia un gobierno más liberal. Liberta a Haya de la Torre.

Pero en seguida reanuda la persecución al Apra, y Haya de la Torre, para no volver a la prisión,

ene que vivir oculto por espacio de tres años. Cuando se acerca a su término el gobierno delmariscal, el Apra gana las elecciones y el mariscal las anula. De nuevo Haya ene que esconderse,hasta 1945, cuando se anuncian otra vez elecciones libres. Es entonces cuando los apristas, sin

poder proclamar a Haya, le dan sus votos y la victoria a Bustamante. Esta vez no se desconoce laelección: se obliga, simplemente, a Bustamante, a que le dé la espalda a quienes le han llevado



al poder, y haga gobierno contra ellos. Así, en 1948 Bustamante se pronuncia ocialmente contrael aprismo, y después Haya de la Torre ene que asilarse en la embajada de Colombia. Desdeentonces espera que se le dé salvoconducto para salir del país, so peligro de caer en manos de

tribunales de un gobierno que ya ha restablecido la pena de muerte.

Frente al aprismo no hay ningún pardo fuerte en el Perú. Los militares y los polícostradicionalmente han celebrado acuerdo en los salones del club con le gente que manda en Lima,

y de ahí surgen presidencias, dictaduras, golpes militares. Hay pequeños pardos organizados,como el comunista, pero a las masas no ha llegado sino un nombre: el Apra. Las dictaduras handeterminado el que el Apra viva en la clandesnidad: en treinta años, no ha tenido cuatro delibertad. Por fuerza ha perfeccionado su organización en una forma que los opositores denuncian

como imitación de la de los pardos totalitarios. Sería más exacto compararla con la organizaciónde las logias masónicas, que forma parte de la tradición hispanoamericana desde tos días de la

guerra de independencia. Fué en las logias de principios del siglo XII donde se anudaron muchoshilos para asegurar la libertad de la América española. Con las logias luchó Mar por libertar aCuba.

• • •

Haya de la Torre es un idealista. Carece del cálculo, la malicia, la garra dura que han tenido caudillos

más dominantes en la historia de la América Lana. Cuantas veces ha tenido que elegir entre laviolencia y la paz, ha optado por la paz. Ni la lucha contra las dictaduras, ni la cárcel, ni la pasión

por transformar la vida políca del Perú han podido apartarle jamás de un interés de humanistaque le mueve a amar la música —toca piano desde niño—, el teatro, la poesía, las especulaciones

puras. Mezcla en su conversación versos de Shakespeare —se sabe de memoria trozos de muchasde sus obras— o anécdotas de Beethoven, donde un zorro peruano preferiría estar haciendo

malas memorias de personajes locales como Riva Agüero. Ha culvado amistades con RomainRolland, con Wall Disney, con Einstein, moviéndose en la gama más variada que la curiosidad

intelectual pueda ofrecer a un espíritu renado. Los largos años de deserros y prisiones o laforzada vida de clandesnidad le han dejado muchas horas para leer. Mientras se montaba contraél una máquina infernal en el Perú, escribía un ensayo sobre “El espacio-empo histórico” que esuna contribución original a la losoa de la historia. Conversando con él queda siempre la duda deque pueda triunfar de las celadas y armañas en que son maestros los polícos viejos.Pero, de otra parte, el desprendimiento de una vida consagrada a la lucha peligrosa y apostólica

cauva a quienes le oyen, le leen, le siguen a distancia. Sobre ningún otro políco de nuestroempo en la América Lana se han escrito tantos libros, biograas, ensayos, arculos de periódico,impregnados siempre de admiración y fervor. Se le llama más fácilmente maestro que jefe. En losEstados Unidos, donde nunca ha velado su campaña contra el imperialismo de la diplomacia deldólar, ha hallado sus mejores amigos. Algunos de sus más enconados adversarios han acabado

por rendirse ante su estatura moral, como al nal de su vida ocurrió con el presidente Benavides.Mozos apristas que han ido a morir fusilados se han acercado a la muerte cantando los himnos

de Haya de la Torre. Cuando Haya fué proclamado candidato a la presidencia, hasta las piedras

cantaban su nombre. Las manos torpes de humildes campesinos pintaban su nombre en las rocas

de los páramos, de los desiertos, en las viejas murallas de los incas.

Organizó Haya de la Torre una cruzada en el Perú en favor del árbol. Instauró la Navidad del niño

del pueblo.

Tú que pasas y levantas contra mí tu brazo —decía la leyenda por el árbol que los apristas grabaron en las aldeas

del Perú—, antes de hacerme daño, mírame bien. Yo soy el calor de tu hogar en las noches largas de invierno. Soy lasombra amiga que te protege contra el sol de Febrero. Mis nudos y cogollos sacian tu hambre y calman tu sed. Yo soy

la viga y el madero que soporta el techo de tu casa, las tablas de tu mesa, la cama en que descansas, tu ataúd y tucuna. Yo soy el mango de la herramienta, la pala que desterrona y limpia de arenas tus acequias, la mancera, móny clavijero de tu arado, la coyunda de tus bueyes, la compuerta y gusanillo de tus tomas, la puerta de tu choza. Soy



el pan y la bondad y la or de la belleza. Soy el paisaje. Y soy la base del acueducto que construyera tu antepasado.Sí me amas como merezco, deéndeme contra los insensatos.

En la Navidad del niño del pueblo —cuenta en su libro Fernando León de Vivero, ex-presidentedel Congreso del Perú—, cada chiquillo poseyó un juguete: Haya de la Torre, y sus compañerosy compañeras del pardo, visitaban las casas de vecindad y los suburbios de Lima regalando, enrepresentación del aprismo, juguetes, dulces y bizcochos...

En su mensaje al congreso, el general Odría ha dicho: “El Apra atentó contra la estructuranatural del hogar, envenenando el alma del niño... Invadió la escuela, apoderándose

previamente de un sector del magisterio para servirse de él y pervertir el corazón sano de

niños y jóvenes...”.

Pocos meses antes de que se iniciara contra Haya la úlma persecución, le visité en su casa decampo, a una media hora de Lima, en el camino que va a la sierra, a la orilla del río. La sala era un

mar de libros. Le acompañaba siempre un enorme perro de raza. Los viernes en la noche llegaban

allí en buses centenares de gentes humildes de Lima: matrimonios de artesanos, de obreros:estudiantes. Levantaban endas de lona para pasar el n de semana. Haya dialogaba con ellos encordial camaradería, un poco en tono paternal, porque le veían no precisamente como a caudillo

políco, sino como a un orientador de sus vidas. Era terminante en hacer que el domingo en lanoche o en la madrugada del lunes no quedara una basura sobre el prado al levantar las lonas.

En el día, salía con algunos de ellos a trepar cerros, a rarse al río, pues ha sido un deporstaconstante. Regresaba a la tarde tostado y sonriente.

• • •

¿Cómo sobrevino la dictadura militar que hoy gobierna en el Perú?

La dictadura comenzó con Bustamante. Aunque su elección había sido clara y limpia, para

deshacerse del aprismo favoreció la huelga parlamentaria y asumió funciones de legislador.

Legislaba por decretos. Poco a poco el despresgio fue creciendo en torno suyo. Los apristas no

eran sino observadores que ponían toda su conanza en la próxima elección. Se hablaba en lascalles, sin embargo, de posibles levantamientos del ejército, que cerrarían el camino a los apristas.

El diario “La Tribuna”, que dirigía el secretario del pardo, Manuel Seoane, llamaba todos losdías la atención de los apristas. “Las elecciones —decía— son la clave de la democracia... Los

cuartelazos han sido proscritos por los pueblos... La ciudadanía no puede ni debe entender que

haya otra vía más conveniente que la marcada por las pautas constucionales”.No todos escucharon estas admoniciones. Un grupo de jóvenes ociales de la marina, que no eranapristas pero que no aceptaban la dictadura de Bustamante, pedía la vuelta al orden constucional.Se insurreccionó en el puerto del Callao el 3 de octubre de 1948. Sin tener ni el respaldo delaprismo, ni el del ejército, en pocas horas fueron dominados. El presidente Bustamante, sin

entrar en más averiguaciones, encontró allí el pretexto que buscaba. A las dos horas de estallar

el movimiento declaró que era un levantamiento aprista. Y ordenó la prisión de todos sus jefes.

La nocia corrió velozmente por todo el Perú. Todos sabían lo que aquello signicaba. Quienespudieren buscaron asilo en las embajadas, otros cruzaron las fronteras, los demás fueron a la

cárcel Se conscó la imprenta del diario “La Tribuna”.Para los amos de la políca de Lima, y para los militares que estaban bajo la inuencia del anguoministro da Bustamante, general Odría, aquello resultaba tardío e insuciente. Odría, desde antes,habla requerido de Bustamante que declarase fuera de la ley al aprismo, aplicando la teoría de que

era una “secta internacional”. A los veincuatro días de la insubordinación del Callao se produceel levantamiento de Arequipa, sincronizado con los del norte y centro del Perú organizados por

Odría. En la proclama de esa fecha, el jefe promeó “colgar de los postes de Lima a los apristas,

lamentando que no los hubiera en número suciente para hacer un escarnio en regla”. A los tresdías Bustamante ene que dejar la presidencia, y entra Odría.



Una de mis úlmas disposiciones antes de salir de palacio —dice Bustamante en su libro— fué lade ordenar que me fuese otorgado un recibo del archivo del pardo aprista de que días antes sehabía incautado la policía al tomar posesión de la casa políca de esa agrupación, así como de lospapeles encontrados en el domicilio de su jefe.

Lo que sigue forma parte de la historia natural. De la historia natural de las dictaduras. Cuando

Bolívar, que había ganado sus tulos militares en la campaña libertadora más extensa que recuerda

la historia universal, llegó a la Universidad de San Marcos en Lima, se despojó de sus armas ytulos y simbólicamente inclinó la frente en el templo de la ciencia.

Al pisar los umbrales de este santuario —dijo— yo me siento sobrecogido de respeto y de temor... Me veo como

humillado entre hombres envejecidos en las tareas de profundas y úles meditaciones, y elevados con tanta jusciaal alto rango que ocupan en el orbe cienco. Desnudo de conocimientos y sin mérito alguno, vuestra bondad mecondecora gratuitamente... Yo marcaré para siempre este día tan honroso de mi vida... Cuantos momentos me

pertenezcan después de llenar los deberes a que estoy contraído ahora, los emplearé en hacer esfuerzos por llegar si

no a la cumbre de las ciencias en que vosotros os halláis, al menos en imitaros.

Al proclamarse la dictadura militar de 1948, los estudiantes de San Marcos protestan contra elavasallamiento del poder civil. Su rector, Luis Alberto Sánchez, que le ha dado nueva vida a los

estudios, ene que huir a Chile. Para poner orden académico, el ejército, adiestrado por sus jefesen marchas para destuir presidentes, monta sus baterías frente a los claustros. Son claustrosfundados hace exactamente cuatro siglos. Y los tanques que adquirió el Perú durante la segunda

guerra mundial avanzan, rompen las puertas, y simbólica y materialmente, toman la Universidad.

Fuente:Germán Arciniegas. Entre la libertad y el miedo, pp. 91-105.

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