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FILOSOFIA

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El Emperador Juliano

EL EMPERADOR JULIANO

Julius Evola

Es alentador dar con trabajos eruditos que van ms all de los prejuicios y distorsiones que caracterizan la mayora de los puntos de vista de los historiadores contemporneos. Este es el caso de Raffaello Prati, quien ha traducido al italiano e introducido al pblico los escritos especulativos del emperador romano Juliano Flavius, titulados colectivamente "De dioses y hombres".

Es destacable que Prati empleara el trmino "emperador Juliano" en lugar de la expresin predominante de "Juliano el apstata". El trmino "apstata" es difcilmente apropiado en este caso, puesto que ms bien debera ser aplicado a aquellos que abandonaron las sagradas tradiciones y los cultos que eran el verdadero alma de la antigua grandeza de Roma y a quienes aceptaron una fe nueva, que no era la de la estirpe romana o latina sino de un origen asitico y judo. De este modo, el trmino "apstata" no debera caracterizar a aquellos que, como Juliano Flavius, osaron ser fieles al espritu de la tradicin, tratando de reafirmar el ideal solar y sagrado del imperio.

La lectura de los textos publicados, que fueron escritos por Juliano en su tienda de campaa, entre largas marchas y batallas (como tratando de sacar nuevas energas de su espritu para afrontar eventuales dificultades), debera de servir de provecho a los que siguen la corriente de opinin que define el paganismo, en sus componentes religiosos, como ms o menos sinnimo de supersticin. De hecho, Juliano, en su intento por restaurar la Tradicinla Tradicin, opuso al cristianismo una visin metafsica. Los escritos de Juliano nos permiten ver, tras los elementos alegricos y externos de los mitos paganos, una substancia de calidad superior.

Juliano es muy directo cuando escribe:

"Siempre que los mitos sobre asuntos sagrados sean absurdos segn el pensamiento racional, siendo gritados en voz alta, como lo fueron, nos llaman a no creerlos literalmente, sino a estudiarlos y seguirles la pista de su significado oculto... Cuando el significado es expresado incongruente hay una esperanza de que los hombres descuiden el significado ms obvio (aparente) de las palabras, y que la pura inteligencia pueda ascender a la comprensin de la naturaleza inequvoca de los dioses que trasciende todos los pensamientos actuales".

Este debera ser el principio hermtico empleado por los que estudien los antiguos mitos y teologas. No obstante, cuando los eruditos utilizan trminos despreciativos como "supersticin" o "idolatra", vienen a demostrar que son cerrados de mente y de mala fe.

Por lo tanto, en la reevaluacin de la antigua tradicin sagrada de Roma, intentada por Juliano, es el punto de vista esotrico de la naturaleza de los "dioses" y su "conocimiento" el que finalmente importa. Este conocimiento corresponde a una realizacin interior. Desde esta perspectiva, los dioses no son retratados como invenciones poticas o como abstracciones de teologas filosficas, sino ms bien como los smbolos y las proyecciones de estados trascendentes de consciencia.

De este modo, el mismo Juliano, como iniciado en los misterios de Mitra, vio una estrecha relacin entre un conocimiento superior de uno mismo y la va que conduce al "conocimiento de los dioses"; esta es una noble meta que a l no le impidi decir que incluso el dominio sobre las tierras de Roma y las brbaras palidece en comparacin.

Esto nos lleva de nuevo a la tradicin de una disciplina secreta a travs de la cual el conocimiento de uno mismo es transformado radicalmente y fortalecido por nuevos poderes y estados internos, que son simbolizados en la teologa antigua por varios numina. Esta transformacin se dice que ocurre tras una preparacin inicial, consistente en vivir una vida pura y en la prctica del ascetismo y finalmente recibiendo experiencias especiales que estn determinadas por ritos inicitorios.

Helios es el poder al cual Juliano dedica sus himnos, cuyo nombre invoca incluso en sus ltimas palabras, cuando muere al ponerse el sol en un campo de batalla en Asia Menor. Helios es el sol, el cual no es concebido como un cuerpo fsico, sino ms bien como un smbolo de una luz metafsica y un poder trascendente. Este poder se manifiesta en la humanidad y en aquellos que han sido regenerados, como soberano nous y como una fuerza mstica de lo alto. En los das antiguos e incluso en la misma Roma, a travs de la influencia persa, se consideraba que esta fuerza estaba estrictamente asociada con la dignidad real. El autntico significado del culto imperial Romano que Juliano intentara restaurar e institucionalizar por encima de y contra el cristianismo, slo puede ser apreciado dentro de este contexto. El motivo central en este culto es: el autntico y legtimo lder es el nico que est dotado de una superioridad sobrenatural ontolgica y el cual es imagen del rey del cielo, llamado Helios. Cuando esto ocurre (y slo entonces), la autoridad y la jerarqua estn justificadas; el regnum es santificado; y un centro luminoso de gravedad viene a fundarse, el cual atrae hacia s a un nmero de humanos y fuerzas naturales.

Juliano aoraba realizar este ideal "pagano" dentro de una jerarqua imperial estable y unitaria, dotada de un fundamento dogmtico, un sistema de disciplinas y leyes y una clase sacerdotal. La clase sacerdotal se supona tener como lder al mismo emperador, el cual, habiendo sido regenerado y elevado por encima de las meras condiciones mortales gracias a los Misterios, encarnaba simultneamente la autoridad espiritual y el poder temporal. De acuerdo con este punto de vista, el emperador era tenido como el Pontifex Maximus, un trmino antiguo recuperado por Augusto. Los presupuestos ideolgicos sobre los que se fundamenta la visin de Juliano, son: 1) la naturaleza, es entendida como formada por un todo armonioso y penetrada por fuerzas vivas pero invisibles; 2) un monotesmo profesado por el estado; 3) un cuerpo de "filsofos" (sera ms apropiado llamarles hombres sabios) capaces de interpretar la teologa tradicional de la antigua Roma y de actualizarla mediante ritos iniciticos.

Esta visin est en duro contraste con el temprano dualismo cristiano, ejemplificado por la frase de Jess que dice: "dad a Dios lo que es de Dios y al Csar lo que es del Csar". Esta frase lleva finalmente al cristianismo a rechazar rendir homenaje al emperador en ningn otro rol que no sea el de un gobernante. Este rechazo, ocasionalmente, fue considerado como una manifestacin de anarqua y de subversin, y culmin en la persecucin estatal contra los cristianos.

Desgraciadamente el tiempo no estaba maduro para la realizacin del ideal de Juliano. Una realizacin semejante habra requerido la participacin activa, mediante sinerga, de todos los estratos de la sociedad as como un relanzamiento de la antigua Weltanschauung en trminos ms vibrantes. En lugar de esto, dentro de la sociedad pagana se dio una separacin irreversible entre forma y contenido.

Incluso el consenso que haba conseguido el cristianismo fue un signo fatal de la decadencia de los tiempos. Para una amplia mayora del pueblo, hablar acerca de dioses como experiencias internas o considerar los principios solares y trascendentes arriba mencionados como requisitos necesarios para el imperio era nada ms que una ficcin o mera "filosofa". En otras palabras, lo que faltaba era una fundacin existencial. Adems, Juliano se enga creyendo que sera capaz de transformar ciertas enseanzas esotricas en fuerzas formativas polticas, culturales y sociales. Debido a su verdadera naturaleza, esas enseanzas estaban destinadas, no obstante, a caer nicamente dentro de la competencia de crculos restringidos.

Esto no debera llevarnos a la conclusin de que, al menos en principio, existiera una contradiccin entre la visin de Juliano y el ideal de un estado forjado en la aplicacin de estos elementos espirituales y trascendentes. La misma existencia histrica de una sucesin de civilizaciones que fueron centradas en una espiritualidad "solar" (abarcando desde el antiguo Egipto y el antiguo Irn, hasta el Japn anterior a la II Guerra Mundial) debera demostrar que esta contradiccin no existe en realidad. Debera decirse ms bien que Roma, en tiempos de Juliano, careca ya de la sustancia humana y espiritual capaz de establecer las conexiones y relaciones de participacin que caracterizan a una nueva jerarqua viva que pueda crear un organismo imperial totalitario merecedor del nombre pagano.

El clebre texto de Dimitri Merezhkovsky, "Muerte de los dioses", rene de modo admirable y sugestivo el ambiente cultural de tiempos de Juliano con sus presagios de un ocaso de los dioses.

Tras un largo parntesis, algunos elementos de la antigua Tradicin fueron destinados a resurgir. Gracias a la emergencia de las dinastas germnicas en las escenas de la historia europea, fue posible hablar de nuevo de restauratio imperii, en la forma del Sacro Imperio Romano Germnico medieval. Esto es cierto especialmente si consideramos la tradicin gibelina que trat de reclamar para el Imperio, contra las demandas hegemnicas de la Iglesia de Roma, una dignidad sobrenatural no inferior a la que la misma Iglesia disfrutaba.

Atendiendo a esto, es importante para un examen ms de cerca tener en cuenta lo que fue ocultado en la literatura caballeresca, en la as llamada leyenda imperial y tambin en otros documentos. He tratado de reunir e interpretar adecuadamente todas estas fuentes en nuestra obra "El misterio del Graal y la tradicin gibelina del imperio", ao 1937.