el corso nº 41

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elcorso.es Nº 41 • NOVIEMBRE-DICIEMBRE• 2013 Estreno en Ficción: La poesía de Fermín López Costero Ginsberg en la India ILUSTRACIÓN: Pablo J. Casal

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Revista Cultural Online

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  • elcorso.es N 41 NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2013

    Estreno en Ficcin: La poesa de Fermn Lpez Costero

    Ginsberg en la India

    ILU

    STR

    AC

    IN

    : Pa

    blo

    J. C

    asa

    l

  • Fundador y editor:Luis Cadenas Borges

    [email protected]

    Colaboradores:Pablo J. Casal (Portada)

    Fermn Lpez Costero (Ficcin)Jos A. Romero (Cine)Marcos Gil (Ciencia)

    Nerea Gonzlez Pascual (Viajes)

    [email protected]

    El Corso, revista cultural online. El acceso y re-produccin de los contenidos es propiedad de El Corso, pero est abierto a copia siempre y cuan-do citis a El Corso (incluyendo direccin web).

    Diseo:

    4 MSICA el eterno retorno de la msiCa

    28 FICCIN Fermn lpez Costero, vida de letras

    34 ARTE el botn artstiCo que robaron los nazis

    42 CMIC el mito del superhroe en dos libros Clave

    48 CINE y TV javier bardem, verdadera marCa espaa

    58 CIENCIA ni brutos ni idiotas

    64 VIAJES uruguay: el otro lado del ro de la plata

    12 LETRASAllen Ginsberg fue un viaje-ro incansable, de s mismo y del mundo, recorri todo el planeta con su talento y su poesa para intentar entender el buen camino. En una de sus paradas ms destacadas recorri la India como un peregrino ms, y descubri las muchas caras literarias del pas en Diarios indios.

    En portada

    42 48 58

  • 4 La reciente idea de la Aca-demia de Cine espaola y de los distribuidores de rebajar los precios al 50% durante una semana, todos los das, ha llevado a cien-tos de miles de espectadores a hacer colas inmensas y disfrutar del cine a un precio de economa de guerra. El xito ha servido de ariete contra un gobierno conservador que odia al gremio del cine, que lo ha unido como nunca y que se ha convertido en su ms que obvio enemigo. El PP se lo ha buscado, pero la medida, a pesar de su gancho meditico y po-pular, es un ejemplo del pan para hoy, hambre para maana.

    Al terminar el plazo los pre-cios han vuelto a su nivel normal (abusivo), el sistema de distribu-cin de cine espaol ha regresado a su modelo de siempre (propio de los aos 80) y los jefes del gremio siguen sin entender que sin platafor-ma digital de contenidos descarga-bles no hay futuro. El paso de una pelcula por el cine debera cambiar, y el cine mismo tambin. Se pueden intentar frmulas: abonos de tem-porada que permitan un ingreso fijo, descuentos en negocios paralelos (restaurantes, bares, tiendas), estre-nos temticos de varias pelculas a la vez pero lo que no se puede es NO hacer nada y seguir como si el mundo no hubiera cambiado. Si el cine espaol tuviera una plataforma de distribucin digital, si se pudieran alquilar pelculas por das por 3 eu-ros directamente al ordenador, si se pudieran descargar a la semana de por 2 o 3 euros, si hubiera ambicin y decisin y no ms de lo mismo, el cine espaol ganara una batalla pri-mordial. Pero la inaccin siempre es ms cmoda.

    El cine(siempre)

    es caro

    28

    34

    64

    por Luis Cadenas Borges

  • El eterno retornode la musica

    2013 ha sido el ao de muchosretornos o recordatorios, el ms

    amplio quizs el de The Clash con una gran caja a la venta con contenido

    indito de una banda imprescindible que marc historia, estilo

    y que sucumbi por la presiny las contradicciones

    por Luis Cadenas BorgesFOTOS: Wikipedia Commons / The Independent / The Clash Website

    msica

  • El eterno retornode la musica

  • no hay nada como un buen retorno. O cuando menos, un buen eterno retorno, parafraseando a Nietzsche y una de sus ideas filosficas clave. No es lo mismo, no tienen nada que ver, pero empieza a ser sintomtico de una cultura posmoderna que no para de autoreferenciarse en sus grande

    s creaciones p

    asadas. Igual q

    ue dijo

    Newton, los d

    e hoy siempre

    se suben a

    hombros de gig

    antes del pasa

    do para po-

    der ver ms al

    l y evoluciona

    r. Siempre se

    ha sabido que

    en msica, y m

    s en la m-

    sica popular d

    el siglo XX y e

    ste arranque

    del XXI, es lcit

    o e incluso rec

    omendable

    basarse en las

    obras de otros

    . As lo hizo

    el pop britnic

    o de los aos

    90 cuando

    miraban a su e

    spalda y vean

    los aos 80

    y el espritu Be

    atles como un

    ancla y gua.

    Pero lo de est

    os tiempos ya

    no se disfra-

    za: simple y lla

    namente se va

    mpiriza el

    pasado. Porqu

    e hay que expr

    imir el jugo,

    hasta la ltima

    gota, incluso

    de bandas

    que rozaron la

    marginalidad d

    el sistema

    como The Clas

    h.

    The Cla

    sh revitalizado

    , una vez

    ms, con la aqu

    iescencia de su

    s miembros

    vivos, con el be

    neplcito econ

    mico de

    discogrficas,

    dueos de der

    echos y la

    voluntad de un

    a industria que

    funciona

    pero que sigue

    perdida en la

    nueva era.

    Todos ganan co

    n la publicacin

    el pasado

    9 de septiemb

    re del recopila

    torio definiti-

    vo The Clash S

    ound System

    Box Set, un

    producto tan g

    rande y con ta

    ntos conte-

    nidos (tanto qu

    e hemos tenido

    que hacer-

    le un texto apa

    rte) que asusta

    pensar si se

    han dejado alg

    o suelto. Casi p

    arece una

    despedida, y u

    na forma simb

    lica casi de

    enterrar un gru

    po diferente q

    ue no temi

    pronunciarse p

    olticamente, si

    empre a

    la izquierda, en

    unos tiempos

    en los que

    regiones enter

    as y ciudades p

    articular-

    mente de Gra

    n Bretaa pare

    can el Tercer

    Mundo. The C

    lash surgieron

    en una poca

    en la que el vie

    jo imperio era

    un fsil y la

    antao indust

    ria ms podero

    sa del mun-

    do una sombr

    a desestructur

    ada y cerrada.

    The Clash fue u

    na llamarada o

    brera, de

    orgullo de clas

    e. The Clash ma

    rc un hito,

    una poca. Fue

    mucho ms qu

    e la famosa

    portada con Jo

    e Strummer de

    strozando

    una guitarra co

    ntra el escena

    rio. Mucho

    ms que una b

    anda salida de

    las entraas

    de las ciudade

    s industriales,

    grises en

    el cielo en la c

    alle. Renovaro

    n la msica

    britnica y util

    izaron el punk c

    on algo ms

    de sentido que

    aquellos Sex P

    istols que

    eran mucha m

    atraca y poca

    chicha. Sid

    Vicius y compa

    a siempre fue

    ron un circo

    ambulante sin

    demasiado me

    nsaje ms

    all de la pata

    leta. The Clash

    rellen aquel

    vaco espiritua

    l e intelectual

    con poltica,

    sociedad y sob

    re todo con un

    a fusin del

    punk y el rock

    que cre un g

    nero que

    todava hoy pe

    rsiste. Por el ca

    mino de la

    banda se qued

    Joe Strummer

    , su lder,

    que hubiera cu

    mplido seis d

    cadas el ao

    pasado, padre

    espiritual y ld

    er de una

    banda que disfr

    utaba de una v

    ida musical

    espartana de c

    arretera y man

    ta, que viva

    en una pobreza

    fingida para d

    arse nimos

    y fuerzas.

    Como d

    ije antes, The C

    lash ms

    que una banda

    fue una reacc

    in cultural

    a tiempos duro

    s de desindust

    rializacin,

    lucha sindical,

    auge del neoli

    beralismo

    y los neonazis,

    con una intran

    sigente y

    falta de empat

    a Margaret Th

    atcher que

    destrozara reg

    iones enteras

    del norte del

    pas. La reacci

    n fue tan bruta

    l que la m-

    6

  • orgullo de clas

    e. The Clash ma

    rc un hito,

    una poca. Fue

    mucho ms qu

    e la famosa

    portada con Jo

    e Strummer de

    strozando

    una guitarra co

    ntra el escena

    rio. Mucho

    ms que una b

    anda salida de

    las entraas

    de las ciudade

    s industriales,

    grises en

    el cielo en la c

    alle. Renovaro

    n la msica

    britnica y util

    izaron el punk c

    on algo ms

    de sentido que

    aquellos Sex P

    istols que

    eran mucha m

    atraca y poca

    chicha. Sid

    Vicius y compa

    a siempre fue

    ron un circo

    ambulante sin

    demasiado me

    nsaje ms

    all de la pata

    leta. The Clash

    rellen aquel

    vaco espiritua

    l e intelectual

    con poltica,

    sociedad y sob

    re todo con un

    a fusin del

    punk y el rock

    que cre un g

    nero que

    todava hoy pe

    rsiste. Por el ca

    mino de la

    banda se qued

    Joe Strummer

    , su lder,

    que hubiera cu

    mplido seis d

    cadas el ao

    pasado, padre

    espiritual y ld

    er de una

    banda que disfr

    utaba de una v

    ida musical

    espartana de c

    arretera y man

    ta, que viva

    en una pobreza

    fingida para d

    arse nimos

    y fuerzas.

    Como d

    ije antes, The C

    lash ms

    que una banda

    fue una reacc

    in cultural

    a tiempos duro

    s de desindust

    rializacin,

    lucha sindical,

    auge del neoli

    beralismo

    y los neonazis,

    con una intran

    sigente y

    falta de empat

    a Margaret Th

    atcher que

    destrozara reg

    iones enteras

    del norte del

    pas. La reacci

    n fue tan bruta

    l que la m-

    Joe Strummer

    Mick Jones

    7

  • Respuesta fcil: por culpa del manager avaricioso y egocntrico llamado Bernie Rhodes. Respuesta complicada y quizs ms certera: porque fue una banda biolgica que cumpli a la perfeccin eso de nace, crece, se reproduce y muere. Rhodes fue la chispa que incendi la gasolina, pero si el grupo hubiera estado ms unido no haba podido con ellos. El problema es que estaban condenados a sucumbir por sus propias contradicciones internas. En la banda la poltica fue un aliciente fundamental, con letras progresistas y de denuncia social que incluso recordaran la Guerra Civil Espaola (Spanish bombs). Especialmente politizado es-tuvo Joe Strummer (que se iba a Espaa a reflexionar en cuanto poda, su lugar de descanso), tambin Mick Jones; ambos le dieron un carcter diferencial frente al caos nihilista que era el punk britnico. Otra frontera que les separ y encumbr fue su complejidad musical, su estilo mestizo y ambicioso en las antpodas de los Ramones, quizs demasiado simples en el fondo a pesar de su sin-ceridad. A principios de los aos 80 ya haban triunfado en EEUU y en el filo entre ambas dcadas ya haban publicado una de las piedras fundamentales de la msica del siglo XX, London calling, catalogado como uno de los diez mejores lbumes de la historia de la msica no clsica. Despus de eso, el consabido soniquete de las bandas: tocan y el cielo y se disuelven. Tras la publicacin de Combat rock en 1982 el grupo se disgreg lentamente como un azucarillo. El primero en salir fue el batera Topper Headon, y luego Strummer y Mick Jones se pelearon por culpa del manager de entonces, Bernie Rhodes, un Mefistfeles que logr el divide y ven-cers en estado puro. El cansancio, la presin del xito, la incompatibilidad del espritu proletario y la riqueza, los viajes en el 83 la banda ya era un caos interno a pesar del rcord del concierto de San Bernardino (California) ante medio milln de personas. Fue el penltimo show antes del decadente Cut the crap (1985) en el que Rhodes meti la mano y destroz hasta dejarlo convertido en un disco digno de fusilamiento al amanecer. Sin libertad y fuerzas, peleado da s y da tambin con Rhodes, Joe Strummer baj el teln y sin l ya no hubo banda. Cest fini.

    Por que desaparecio The Clash???

    8

  • Respuesta fcil: por culpa del manager avaricioso y egocntrico llamado Bernie Rhodes. Respuesta complicada y quizs ms certera: porque fue una banda biolgica que cumpli a la perfeccin eso de nace, crece, se reproduce y muere. Rhodes fue la chispa que incendi la gasolina, pero si el grupo hubiera estado ms unido no haba podido con ellos. El problema es que estaban condenados a sucumbir por sus propias contradicciones internas. En la banda la poltica fue un aliciente fundamental, con letras progresistas y de denuncia social que incluso recordaran la Guerra Civil Espaola (Spanish bombs). Especialmente politizado es-tuvo Joe Strummer (que se iba a Espaa a reflexionar en cuanto poda, su lugar de descanso), tambin Mick Jones; ambos le dieron un carcter diferencial frente al caos nihilista que era el punk britnico. Otra frontera que les separ y encumbr fue su complejidad musical, su estilo mestizo y ambicioso en las antpodas de los Ramones, quizs demasiado simples en el fondo a pesar de su sin-ceridad. A principios de los aos 80 ya haban triunfado en EEUU y en el filo entre ambas dcadas ya haban publicado una de las piedras fundamentales de la msica del siglo XX, London calling, catalogado como uno de los diez mejores lbumes de la historia de la msica no clsica. Despus de eso, el consabido soniquete de las bandas: tocan y el cielo y se disuelven. Tras la publicacin de Combat rock en 1982 el grupo se disgreg lentamente como un azucarillo. El primero en salir fue el batera Topper Headon, y luego Strummer y Mick Jones se pelearon por culpa del manager de entonces, Bernie Rhodes, un Mefistfeles que logr el divide y ven-cers en estado puro. El cansancio, la presin del xito, la incompatibilidad del espritu proletario y la riqueza, los viajes en el 83 la banda ya era un caos interno a pesar del rcord del concierto de San Bernardino (California) ante medio milln de personas. Fue el penltimo show antes del decadente Cut the crap (1985) en el que Rhodes meti la mano y destroz hasta dejarlo convertido en un disco digno de fusilamiento al amanecer. Sin libertad y fuerzas, peleado da s y da tambin con Rhodes, Joe Strummer baj el teln y sin l ya no hubo banda. Cest fini.

    Por que desaparecio The Clash???

    sica directame

    nte insultaba a

    l gobierno y

    al sistema. Un

    poco de cicuta

    en el caf

    del establishm

    ent. The Clash

    se bebi

    entera la poci

    n punk y entre

    1976 y 1986

    forjaron una m

    sica sin disfra

    ces, dura y

    mixta, punk y

    rock a un tiemp

    o, de letras

    enrojecidas y u

    na actitud agre

    siva que

    creara escuela

    (estilo obliga)

    . Ambiciosa

    y con sentido

    social, algo qu

    e a la larga les

    costara caro p

    or el peso de la

    s contradic-

    ciones. Fueron

    hijos de la prim

    era oleada

    punk, pero a su

    manera y des

    entendin-

    dose de los esp

    ectculos obsc

    enos estilo

    Sex Pistols qu

    e ocultaban el

    vaco musi-

    cal. Mucho rui

    do y pocas nue

    ces.

    Las nue

    ces de The Cla

    sh se con-

    cretaron en sie

    te discos oficia

    les, seis

    vdeos (cuand

    o era vanguard

    ista hacer-

    los) y quince g

    iras con las que

    recorrieron

    Reino Unido (v

    arias veces), Eu

    ropa, EEUU,

    Canad, Ocean

    a y Japn. Ent

    re medias

    estuvo el desp

    egue revolucio

    nario (entre

    el 76 y el 78),

    el xito pleno

    (cambiando

    de dcada, del

    78 al 82) y la c

    onsecuen-

    te decadencia

    y los conflictos

    (hasta

    1986), culmin

    ado todo con la

    despedida

    deformante qu

    e fue Cut the c

    rap. Se

    extinguieron co

    mo una de esa

    s especies

    mitolgicas: pa

    recan un dinos

    aurio rojo

    en una nueva

    poca en la que

    no casaban

    bien xito con

    ideologa. Fue

    en parte

    la decadencia

    de las ideas la

    s que les

    hicieron romp

    er. En el campo

    musical

    bordaron un su

    bgnero: al pu

    nk le aa-

    dieron la estru

    ctura sonora d

    el rock, pero

    tambin elem

    entos del ska, e

    l reggae, el

    rockabilly E

    ran msicos y

    activistas,

    crearon autnt

    icos himnos gen

    eracionales

    y sociales com

    o London calli

    ng, una

    patada a la ca

    pital del imper

    io en crisis

    que con los ao

    s, vaya irona,

    un gobierno

    conservador us

    ara como reclam

    o para

    las pasadas Oli

    mpiadas de Lo

    ndres Su

    influencia mus

    ical persiste po

    rque fueron

    capaces de en

    riquecer el pun

    k con nuevas

    influencias y d

    e esa forma inm

    ortalizarlo

    como actitud y

    base para otra

    s bandas

    que, con los a

    os, crearan el a

    cid-punk de

    los 90, por eje

    mplo. l

    9

  • La banda re

    cupera todos sus s

    encillos

    y trabajos disco

    grficos para el

    inmenso The

    Clash Sound Sys

    tem Box Set, u

    na caja con

    forma de equipo d

    e msica de los 80

    que in-

    cluye un doble dis

    co con todo lo que

    hay que

    escuchar de la ban

    da. La recopilacin

    incluye

    The Clash Hits B

    ack, 42 cancion

    es en la ver-

    sin deluxe que

    son las que toc

    la banda en

    1982 en un cle

    bre concierto e

    n Brixton. As

    pues todo es m

    mesis en este b

    ox set. Ade-

    ms incluye los

    cinco lbumes d

    e estudio ofi-

    ciales: The Cla

    sh (1977), Give

    Em Enough

    Rope (1978), L

    ondon Calling (

    1979), San-

    dinista! (1980)

    y Combat Rock

    (1982). Ms:

    tres discos de de

    mos, singles suel

    tos y un

    DVD con todos lo

    s vdeos del grupo

    y cortes

    y material audiovis

    ual de la banda qu

    e toda-

    va no haba vis

    to la luz. Ms

    todava: pos-

    ters, pegatinas,

    chapas, fanzine

    s para fans

    de verdad. Prec

    io total: tiemble

    n, 130 euros,

    80 euros si se com

    pra por iTunes. El

    listado

    The Clash Hits B

    ack est a la ve

    nta por 9,99

    euros en iTunes y

    Amazon.

    The Clash S

    ound Syst

    em Box SetThe Clash London c

    alling

    10

  • The Clash S

    ound Syst

    em Box Set London cal

    ling

    Rock the Cas

    bah

    Should I stay o

    r should I go

    Tommy gun

    11

  • Allen Ginsberg

    en la IndiaLos Diarios indios de Allen Ginsberg es una de las guas poticas ms asombrosas del siglo XX, un texto brutalmente sincero lleno de belleza

    sobre la experiencia del gran escritor beaten un lugar imposible, la India.

    por Luis Cadenas BorgesFOTOS: Wikimedia Commons / Ediciones La Escalera

    letras

  • Allen Ginsberg

    en la IndiaLos Diarios indios de Allen Ginsberg es una de las guas poticas ms asombrosas del siglo XX, un texto brutalmente sincero lleno de belleza

    sobre la experiencia del gran escritor beaten un lugar imposible, la India.

    por Luis Cadenas BorgesFOTOS: Wikimedia Commons / Ediciones La Escalera

  • allen Ginsberg: melena lateral y posterior, reluciente calva, gafas de lentes redondas, una extraa sonrisa la pinta que tendra un crtico de cine neoyorquino, un pro-fesor universitario. Un Quizs incluso, el ocaso de un poeta clave en la literatura norteamericana. Y uno de los santos pa-trones de la Generacin Beat, la primera contracultura consciente de serlo que tu-vieron Amrica y Europa. Bueno, al menos la Europa de posguerra, porque la anterior siempre tuvo a esas lites intelectuales que remaban contracorriente. Y entre todos ellos, Allen Ginsberg, compaero de viaje de Jack Kerouac, Neal Cassidy, William Burroughs, Herbert Huncke, John Clellon Holmes, Philip Lamantia, Carl Sa-lomon, Gregory Corso, Lawrence Ferling-hetti, y Peter Orlovsky, personaje clave porque fue amante y compaero de viaje de Ginsberg en aquella alocada escapada a la India. Momento clave en su vida ms que en su obra, y que ha visto la luz este ao de la mano de Ediciones Escalera, que ha publicado los Diarios indios (traduc-cin de Daniel Ortz Peate), quizs la ventana abierta hacia Ginsberg ms clara de todas las que pueden comprarse o consultarse.

    Ginsberg fue un icono, un mito, un reputado autor que alcanz la lite intelectual americana y que incluso ayud a modelarla, un outsider total que se compraba la ropa en las tiendas outlet de los pobres (y ahora destino de los burgue-ses bohemios, esa izquierda roja Ferrari tan posmoderna en todo) que acab incrustado en el corazn de ese concepto difuso y maravilloso llamado literatura norteamericana. Fue tambin un poco bala perdida, hijo de la tradicin juda y de los clichs familiares judos: madre dominante y loca, familia cerrada, tradi-

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  • 15

  • De nombre autntico Irwin Allen Ginsberg, nacido en Newark en 1926 y fallecido en Nueva York en 1997, un hombrecillo culto, ingenioso, bien pensante (en el sentido de reflexivo y profundo), que derrib barreras en todos los aspectos de su vida (en su literatura, en su pensamiento, en su vida diaria al abrazar la homosexualidad como parte indeleble de su identidad) y maestro de poetas. Si alguien ha tenido influencia en la poesa ame-ricana ha sido l, y de paso en el resto de poetas posteriores a su arranque en aquella Generacin Beat mitificada en la que comparti viaje con Jack Kerouac, William Burroughs o Neal Cassady. Se opuso enrgicamente al militarismo, materialismo econmico y la represin sexual. Culmin su particular viaje personal con su conversin al budismo despus de coquetear con todo tipo de variantes orientales, incluyendo los santones hinduistas. Una de sus grandes obras es Aullido (que arranca con la ya legendaria He visto a las mejores mentes de mi generacin destruidas por la locura), un poema de corte pico donde se venga del capitalismo y del conformismo castrante que mostraba la sociedad americana de su tiempo. En los aos 70 fue cuando realmente empez a recoger parte de lo que haba sembrado literariamente desde los aos 50: The Fall of America gan el U.S. National Book Award for Poetry en 1974, y en 1979 recibi la medalla de oro del National Arts Club y fue admitido en la American Academy and Institute of Arts and Letters. El corolario del Pulitzer no lo agarr, pero s lo roz: en 1995 fue finalista con su libro Cosmopolitan Greetings: Poems 19861992. Entre medias Ginsberg haba sido el pionero del orientalismo de posguerra al viajar a la India y conocer, entre otros, al budista tibetano Chgyam Trungpa, de gran influencia en su vida y su obra, marcada tanto por la filosofa oriental como por modernismo, la cadencia musical del jazz (traspasada al papel y la tinta con maestra), el judasmo de origen y las obras de otros grandes como Walt Whitman y Federico Garca Lorca, al que adoraba en la distancia del tiempo. Escriba con versos inmensos y largos, con una cadencia propia del contrabajo y el saxofn jazzista, sin cortarse un pelo a la hora de proclamar una exuberancia vital que era uno de sus mayores atractivos para el lector. Era a veces tan crudo que escandalizaba y provoc la prohibicin de Aullido en 1956, excusa para la primera victoria judicial contra este tipo de prohibiciones. El minimalismo era para otros: Ginsberg era una verborrea literaria digna de elogio, igual que su liberalismo individual y su sinceridad (desde sus problemas familiares con una madre loca, a la homosexualidad, amante primero de Neal Cassady primero y del eterno compaero de viajes y vida Peter Orlovsky). Con las drogas tambin fue sincero: consumi de forma experimental (como el LSD, peyote, que usaba para escribir). Vivi la vida con la sinceridad que a tantos otros les falt a pesar de hacer lo mismo. Su regalo fue una obra literaria no muy extensa pero s determinante.

    Allen Ginsberg: vida y poesa

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  • De nombre autntico Irwin Allen Ginsberg, nacido en Newark en 1926 y fallecido en Nueva York en 1997, un hombrecillo culto, ingenioso, bien pensante (en el sentido de reflexivo y profundo), que derrib barreras en todos los aspectos de su vida (en su literatura, en su pensamiento, en su vida diaria al abrazar la homosexualidad como parte indeleble de su identidad) y maestro de poetas. Si alguien ha tenido influencia en la poesa ame-ricana ha sido l, y de paso en el resto de poetas posteriores a su arranque en aquella Generacin Beat mitificada en la que comparti viaje con Jack Kerouac, William Burroughs o Neal Cassady. Se opuso enrgicamente al militarismo, materialismo econmico y la represin sexual. Culmin su particular viaje personal con su conversin al budismo despus de coquetear con todo tipo de variantes orientales, incluyendo los santones hinduistas. Una de sus grandes obras es Aullido (que arranca con la ya legendaria He visto a las mejores mentes de mi generacin destruidas por la locura), un poema de corte pico donde se venga del capitalismo y del conformismo castrante que mostraba la sociedad americana de su tiempo. En los aos 70 fue cuando realmente empez a recoger parte de lo que haba sembrado literariamente desde los aos 50: The Fall of America gan el U.S. National Book Award for Poetry en 1974, y en 1979 recibi la medalla de oro del National Arts Club y fue admitido en la American Academy and Institute of Arts and Letters. El corolario del Pulitzer no lo agarr, pero s lo roz: en 1995 fue finalista con su libro Cosmopolitan Greetings: Poems 19861992. Entre medias Ginsberg haba sido el pionero del orientalismo de posguerra al viajar a la India y conocer, entre otros, al budista tibetano Chgyam Trungpa, de gran influencia en su vida y su obra, marcada tanto por la filosofa oriental como por modernismo, la cadencia musical del jazz (traspasada al papel y la tinta con maestra), el judasmo de origen y las obras de otros grandes como Walt Whitman y Federico Garca Lorca, al que adoraba en la distancia del tiempo. Escriba con versos inmensos y largos, con una cadencia propia del contrabajo y el saxofn jazzista, sin cortarse un pelo a la hora de proclamar una exuberancia vital que era uno de sus mayores atractivos para el lector. Era a veces tan crudo que escandalizaba y provoc la prohibicin de Aullido en 1956, excusa para la primera victoria judicial contra este tipo de prohibiciones. El minimalismo era para otros: Ginsberg era una verborrea literaria digna de elogio, igual que su liberalismo individual y su sinceridad (desde sus problemas familiares con una madre loca, a la homosexualidad, amante primero de Neal Cassady primero y del eterno compaero de viajes y vida Peter Orlovsky). Con las drogas tambin fue sincero: consumi de forma experimental (como el LSD, peyote, que usaba para escribir). Vivi la vida con la sinceridad que a tantos otros les falt a pesar de hacer lo mismo. Su regalo fue una obra literaria no muy extensa pero s determinante.

    Allen Ginsberg: vida y poesa

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  • por Allen Ginsberg

    primer da en la india

    Paso por una plaza iluminada por grandes velas portadas por cuerpos dispersos sobre andamios de madera, cubiertos por sbanas blancas y soldados de la Armada tambin de blanco Me maravilla el despliegue callejero A continuacin me doy cuenta de que esa avenida martima no es ms que una fina capa adinerada, es probable que justo detrs haya apartamentos baratos para alquilar Me instalar en uno, como Gregory, con mi propia cocina, vestido de blanco y a vivir en libertad Cierto que esas calles traseras deben estar llenas de ftidas chabolas que sin duda explorar, caminar hasta all maana, tiemblo de miedo y me digo: Bombay resulta interminable, nunca imagin semejante sensacin, esas primeras noches junto al mar de la ciudad vieja, luego la magnfica Gate to India hacia esa Ciudad Nueva para m que se extiende millas y millas Ah est el gran hotel, entro y me pierdo por sus vestbulos y aparcamientos de color verde Despierto Maana en Haifa, me duele el culo por no s qu colitis, gonorrea o amebas luz del alba hora de levantarme, 6:45 luz para escribir esta profeca.

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  • cin omnipresente Y meticuloso, muy meticuloso, tanto como para no perder un solo detalle al anotar cada enferme-dad y cada suceso truculento que tuvo en aquel viaje disparatado en busca de la espiritualidad perdida que hizo con su amante, Peter Orlovsky, amigo, compae-ro de fatigas (y de virus ms de una vez) y el otro 50% que mantena a Ginsberg asido al suelo. Buscaba en aquellos das lo que Occidente haba perdido: espirituali-dad. En una civilizacin que sala a duras penas del horror de la guerra el consu-mismo y el materialismo eran la norma. La alegra de vivir traducida en cmodos paquetes capitalistas. A Ginsberg aquello le enervaba y busc fuera lo que su mente le deca tena que ser mejor: fue un viaje a principios de los aos 60, inicitico y que arrastrara ms tarde a miles de msicos, artistas, gente corriente que buscaba respuestas a preguntas de siempre. Fue antes incluso de que a los Beatles les diera por viajar por la India (todo bien documen-tado para luego ser explotado a fondo). La primera oleada de circo espiritual en una India sometida a castas, pobreza y corrup-cin. Poco ha cambiado desde entonces. A partir de su viaje (o quizs en paralelo) la contracultura occidental crey que en la India estaba el alma perdida. Un asidero espiritual y religioso que pudiera sustituir al ya vencido y renqueante cristianismo tradicional, ya fuera catlico o protestan-te. Y Ginsberg, obsesivo y sincero, puso hasta los detalles ms ntimos en esos diarios que ahora pueden leerse en Espaa.

    El viaje no fue casual: era la culmi-nacin de un largo proceso personal en el que Ginsberg haba pasado por el budis-mo tibetano, el Tao y los libros sagrados indios (como el Bhagavad Gita) en busca de esa estabilidad que haba perdido de tanto bote y rebote existencial entre las carreteras americanas, los viajes a Marrue-cos y las discusiones de escritores. Para entonces la Generacin Beat ya se haba hecho mayor, era un construido y slido

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  • baluarte cultural y senta con fuerza la fusta meditica y poltica sobre ellos y su rebelin. De aquel viaje entre 1962 y 1963 surgieron los libros que conforman los Diarios indios, reflejo de un hombre lleno de contradicciones que conoce el opio y lo usa (igual que hizo con el peyote y el LSD), que parece un manual del turis-ta blanco en un pas asitico y oscuro: del Ganges a Benars, de los santones hie-rticos a los funerales todo lo observa, retrata y destila. El resultado es ms que poesa, es el retrato de un pas que se exhibe sin intermediarios, abierto y to-talmente generoso con el que llega a sus fronteras pero impermeable a la mirada occidental. Mucho ms que un poemario, los textos son visionarios, llenos de una intimidad y sello personal que los hacen realmente autnticos por haber sido escritos sin maquinacin, slo experiencia y confesin. Y talento, claro, para poder cifrar en palabras todo aquello. Deam-bul junto a Orlovsky, dejndose barba y vistiendo como los indios, mimetizndose para vivir la autntica experiencia oriental (enfermedades incluidas), descubriendo que aquel pas era ms que otra civili-zacin, era otro mundo comparado con Nueva York o EEUU, incluso con Europa. La distancia era sideral y caus una honda impresin en Ginsberg que se aprecia en las lneas y los juicios de valor que hace, siempre observador y sincero. Sus pies atravesaron el lodo del pas, extrajo todo el conocimiento que pudo de los santones (ms de uno ya le enga, como haran luego con miles de blancos atribulados que vean en una tradicin marginal hind el secreto de la vida), conoci los abis-mos del shock cultural que sufre todo el occidental que pisa esa tierra fuera de los circuitos tursticos, de las drogas y de la enfermedad, prepar el terreno para las legiones de nufragos espirituales que acudiran a la India como sedientos en el desierto pero sobre todo escribi, y escribi mucho.

    Pasaran siete aos antes de que los diarios, despus de ser revisados, vie-ran la luz. Fue en 1970, cuando su ejemplo ya era una norma en todo bohemio o

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  • Tcnicas y formas del hiperrealismo

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  • De una burla humillante se pas a un sinnimo, y de ah incluso a la reivindicacin histrica de un insulto a santo y sea de un movimiento. Algo parecido a lo que les ocurri a los impresionistas: impresin fue una burla de un crtico, una forma mundana de definir un arte antiacademicista revolucionario, pero que con el tiempo se convirti en la palabra perfecta para sintetizarlo. Algo parecido ocurri con beatnik y la Generacin Beat. Ellos siempre rechazaron esta forma popular de definirles porque iba aso-ciada con bohemia mal entendida: crimen, vicio, exceso y es que tanto odian los americanos, la pereza. El inventor de la palabra fue el periodista Herb Caen en 1958, una ocurrencia destinada a parodiar a aquella gene-racin de jvenes que haba nacido durante la Segunda Guerra Mundial o eran nios cuando la Easy Company saltaba sobre Normanda. Era una mezcla entre el trmino beat (abatido, cansado en jerga afroamericana y de jazz) y la sonda Sputnik, que por aquel entonces era el smbolo del poder comunista. Caen quera, por decirlo as, convertirlos en los rojos nacio-nales para poder arremeter mejor contra ellos. Naci apenas unos meses despus de que el texto-ttem de la Generacin Beat fuera publicado, En el camino de Jack Kerouac. La idea tuvo su gracia: fue adoptado por el resto de medios de comunicacin, que parecen no ser capaces de pensar sin etiquetas, y lo convirtieron en un estereotipo aplicado a la juventud que se resuma en una determinada forma de vestirse, una actitud esttica, cierta tendencia a la holgazanera, libertad sexual, violencia, vandalismo y el incipiente mundo de las pandillas urbanas. Al final la misma palabra lo resumi todo. A finales de los aos 60, cuando Ginsberg y el resto de superviviente ya eran maduros intelectuales, el los beats no eran ms que los ancestros de una revolucin mucho ms potente concretada entre 1968 y 1969 y la contracultura. Eran los padres espirituales, por decirlo as, de ese gran movimiento. Para entonces ya nadie usaba lo de beatnik pero la imagen de chicas fumadoras con pantalones ajustados y jerseys negros, boina y actitud fra de barra de bar ya haba calado. Incluso salt al cine como parte de cierto folklore de lo que entonces la puritana sociedad americana entenda como lo marginal y que hoy casi provoca compasin. Especialmente insidiosa fue la revista Life, muy popular y que necesitaba seguir tirando del bolsillo del americano medio; eligieron a los beats du-rante los aos 50 para fustigar y vaya que si lo hicieron, hasta el punto de crear un canon esttico que ha tenido efectos incluso en lo que hoy puede verse por la calle: barbas de chivo, omnipresente gafas de sol, lecturas de poesa, cafs, holgazanes y jerga cool, man, cool. Que levante la mano quien no conozca a alguien as en su entorno hoy en da. Esa marginalidad sera repetida una y otra vez con casi todo: el rock, el hip-hop, los hippies, las universidades hasta el punto de que se convirti en un tic propio de la derecha americana que salt fronteras y lleg a Europa de lleno, donde no se distingua nunca entre beat y beatnik y quedaron ambas palabras unidas. Incluso peridicos como El Pas y El Mundo han repetido ms de una vez el mismo clich hace apenas un par de meses.

    No confundir beatcon beatnik

    (no, no es lo mismo)

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  • De una burla humillante se pas a un sinnimo, y de ah incluso a la reivindicacin histrica de un insulto a santo y sea de un movimiento. Algo parecido a lo que les ocurri a los impresionistas: impresin fue una burla de un crtico, una forma mundana de definir un arte antiacademicista revolucionario, pero que con el tiempo se convirti en la palabra perfecta para sintetizarlo. Algo parecido ocurri con beatnik y la Generacin Beat. Ellos siempre rechazaron esta forma popular de definirles porque iba aso-ciada con bohemia mal entendida: crimen, vicio, exceso y es que tanto odian los americanos, la pereza. El inventor de la palabra fue el periodista Herb Caen en 1958, una ocurrencia destinada a parodiar a aquella gene-racin de jvenes que haba nacido durante la Segunda Guerra Mundial o eran nios cuando la Easy Company saltaba sobre Normanda. Era una mezcla entre el trmino beat (abatido, cansado en jerga afroamericana y de jazz) y la sonda Sputnik, que por aquel entonces era el smbolo del poder comunista. Caen quera, por decirlo as, convertirlos en los rojos nacio-nales para poder arremeter mejor contra ellos. Naci apenas unos meses despus de que el texto-ttem de la Generacin Beat fuera publicado, En el camino de Jack Kerouac. La idea tuvo su gracia: fue adoptado por el resto de medios de comunicacin, que parecen no ser capaces de pensar sin etiquetas, y lo convirtieron en un estereotipo aplicado a la juventud que se resuma en una determinada forma de vestirse, una actitud esttica, cierta tendencia a la holgazanera, libertad sexual, violencia, vandalismo y el incipiente mundo de las pandillas urbanas. Al final la misma palabra lo resumi todo. A finales de los aos 60, cuando Ginsberg y el resto de superviviente ya eran maduros intelectuales, el los beats no eran ms que los ancestros de una revolucin mucho ms potente concretada entre 1968 y 1969 y la contracultura. Eran los padres espirituales, por decirlo as, de ese gran movimiento. Para entonces ya nadie usaba lo de beatnik pero la imagen de chicas fumadoras con pantalones ajustados y jerseys negros, boina y actitud fra de barra de bar ya haba calado. Incluso salt al cine como parte de cierto folklore de lo que entonces la puritana sociedad americana entenda como lo marginal y que hoy casi provoca compasin. Especialmente insidiosa fue la revista Life, muy popular y que necesitaba seguir tirando del bolsillo del americano medio; eligieron a los beats du-rante los aos 50 para fustigar y vaya que si lo hicieron, hasta el punto de crear un canon esttico que ha tenido efectos incluso en lo que hoy puede verse por la calle: barbas de chivo, omnipresente gafas de sol, lecturas de poesa, cafs, holgazanes y jerga cool, man, cool. Que levante la mano quien no conozca a alguien as en su entorno hoy en da. Esa marginalidad sera repetida una y otra vez con casi todo: el rock, el hip-hop, los hippies, las universidades hasta el punto de que se convirti en un tic propio de la derecha americana que salt fronteras y lleg a Europa de lleno, donde no se distingua nunca entre beat y beatnik y quedaron ambas palabras unidas. Incluso peridicos como El Pas y El Mundo han repetido ms de una vez el mismo clich hace apenas un par de meses.

    No confundir beatcon beatnik

    (no, no es lo mismo)

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  • intelectual que se preciara, y ms de uno se llev una decepcin. Los Diarios indios no eran una gua espiritual, sino ms bien una espoleta retardada que lanz sobre el inmenso pas de selvas, desiertos y ciudades-hormiguero infinitas. An as los peregrinos msticos siguieron su camino a pies juntillas. Pero su experiencia fue nica e intransferible: en sus lneas hay poesa pura, un lirismo total sobre aquella cultura que le rompi, sutileza y belleza dndose de tortas con los mosquitos que no le dejaban en paz y que le creaban du-das religiosas: deba dejarse picar o ma-tarlos? Cuando alguien llega al extremo de preguntarse si aniquilar los mosquitos que le pegaban las enfermedades que casi lo devastan y convirtieron las noches en pesadillas va contra la espiritualidad india es que ha llegado al meollo de su pro-pio viaje. Para entonces Ginsberg era un frustrado americano que se sublevaba al ver la miseria infinita de la India, pero que sigue adelante, ensimismado en su propia bsqueda. Refleja la pobreza y la vapulea, pero no puede dejar de ser Ginsberg y tirar para delante. l

    Bibliografa bsica Howl y otros poemas (1956) Kaddish y otros poemas (1961) Sandwiches de realidad (1963) Las cartas de la ayahuasca (1963) con William S. Burroughs Noticias del planeta (1968) Hadda Be Playing on the Jukebox

    Vdeo de Allen Ginsberg

    Ediciones La Escalera

    Allen Ginsberg

    Accin potica Ginsberg

    Carteles de las reuniones de filosofa oriental en las que particip Ginsberg como conferenciante.

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  • Carteles de las reuniones de filosofa oriental en las que particip Ginsberg como conferenciante.

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  • ficcin

  • la relacin de Fermn Lpez Costero (Ca-cabelos, Len, 1962) con la escritura es bastante amplia y variada, discurre entre la narrativa breve, la poesa, el ensayo, el artculo periodstico o el reportaje. En 2003 apareci un libro de cuentos, Pequeo catlogo de historias breves (Ayto. de Cacabelos). Y, en diciembre de 2009, public La soledad del farero y otras historias fulgurantes (Ediciones Leteo), un volumen dedicado ntegra-mente al gnero del microrrelato y que ha llamado la atencin de algunos de los ms prestigiosos crticos y especialistas.

    Diversas publicaciones tambin recogen cuentos y microrrelatos suyos: Turia, Filandn, Parntesis, Len, The Childrens Book of American Birds, La Curuja, Xarmenta, InComunidade... En 2006, y bajo el patrocinio del Instituto de Estudios Bercianos, apareci su Ca-tlogo bibliogrfico de Antonio Pereira,

  • autor al que le una una buena amistad. Ese mismo ao, tambin fue comisario de la exposicin bibliogrfica Antonio Pereira y su obra (Obra Social y Cul-tural de Caja Espaa en Ponferrada). En 2008 obtuvo el Premio de Poesa Joa-qun Benito de Lucas con Memorial de las piedras (Coleccin Melibea, n CXV. Talavera de la Reina, 2009).

    Como autor de narrativa breve ha sido incluido en importantes antolo-gas como Antologa del microrrelato espaol. Desde sus orgenes hasta la actualidad (Ed. Ctedra, 2012), de Irene Andrs-Surez; o Mar de Piraas. Los nuevos nombres del microrrelato espa-ol (Ed. Menoscuarto, 2012), a cargo de Fernando Valls. Algunos de sus textos han sido traducidos al portugus.Tam-bin ha publicado numerosos artculos, ensayos y reportajes sobre temas ar-tsticos e histricos relacionados con la comarca leonesa de El Bierzo, princi-palmente, en publicaciones culturales como Filandn o La Tronera y en revistas especializadas. Como columnista, ha ejercido en el semanario Bierzo 7 y en el Diario de Len.

    Desde enero de 2012, es vicepre-sidente de la Fundacin Pedro lvarez Osorio, Conde de Lemos, de Ponferrada (Len), cuyo fin general es contribuir a la difusin y desarrollo de la cultura en sus ms variadas vertientes. Con anteriori-dad, haba sido miembro del Patronato Cultural del Ayuntamiento de Cacabelos (Len), hasta la disolucin del mismo en 2011. l

    Mester de clereca

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  • Respuesta

    Mester de clereca

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  • Melancola

    SobrecogimientoAfona

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  • Afona

    El perro

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  • El botn artstico que robaron los nazisPases Bajos da el primer paso realista y completo para identificar los cuadros robados por los nazis y el botn de guerra

    repartido por medio mundo y que pueda ser devuelto a los legtimos dueos o sus descendientes

    FOTOS: Wikimedia Commons / cdn.timesofisrael.comNOTA: Todas las imgenes son de cuadros que formaron parte del expolio nazi

    arte

  • El botn artstico que robaron los nazisPases Bajos da el primer paso realista y completo para identificar los cuadros robados por los nazis y el botn de guerra

    repartido por medio mundo y que pueda ser devuelto a los legtimos dueos o sus descendientes

    por Luis Cadenas BorgesFOTOS: Wikimedia Commons / cdn.timesofisrael.com

    NOTA: Todas las imgenes son de cuadros que formaron parte del expolio nazi

  • la ERR (Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg) era la unidad creada por Hitler para cumplir con uno de sus sueos hmedos de tirano: crear el mayor y mejor museo del mundo en Linz, cerca de donde l naci, y que la mejor pintura y escultura de la historia de Europa estuviera reunida all. Entre 1933 y 1945, los nazis robaron cerca de 100.000 pinturas, esculturas y otros objetos va-liosos de judos colecciones privadas en Europa. Era, adems, una forma segura de conseguir dinero en pasivo que podra ven-derse para obtener fondos si era necesario. Tanto para la lucha posterior a la cada del Reich como para su propia fortuna. Porque muchos de los cuadros acabaron siendo patrimonio de Hitler, o de Gering, el otro gran amante del arte, y casi todo termin en muchos lugares secretos, minas de sal, tneles, cmaras de seguridad, y en Berchtesgaden, el gran refugio nazi de los Alpes.

    El expolio de arte fue generaliza-do, especialmente de pintura, la debilidad de Hitler. Tras la guerra gran parte de ese patrimonio qued en manos de los Aliados, pero otra parte muy importante sigui perdida o termin en museos de toda Europa y Norteamrica como re-compensa de guerra. Desde hace aos los judos expoliados reclaman la devolucin de las obras a los descendientes de esas familias, y poco a poco se puede catalogar y devolver. Pero muchas naciones, entre ellas Espaa, no avanzan por pura codicia,

    dejadez o insensibilidad. El Museo Thyssen est entre los sealados, pero este otoo el gobierno de Pases Bajos ha dado un paso adelante clave: va a catalogar, reconocer y devolver el patrimonio expoliado. Pero quien ms lejos va a llegar es la Asociacin Holandesa de Museos, que ha identificado 139 obras de arte supuestamente robadas por los ocupantes a los judos entre 1933 y 1945 que estn desperdigadas por 41 salas de arte. De todas ellas al menos 61 ya tienen dueos identificados. El catlogo de la vergenza segn los medios neer-landeses consta de 69 cuadros, 24 dibujos, dos esculturas, 31 objetos de artesana y 13 piezas religiosas pertenecientes a nombres clave de la historia del arte como Matisse, Kandinsky, Lissitzky, Hans Memling, Jan van Goyen o los miembros de la Escuela de La Haya Isaac Israls y Hendrik Breitner. Las autoridades entienden que es un deber moral hacer las devoluciones. Holanda fue, adems, uno de los pases que ms sufri la ocupacin nazi: ciudades ente-ras como Rotterdam o Eindhoven fueron reducidas a cenizas, los inmensos polder o tierras ganadas al mar fueron sumergidos al volar los diques, la importante comuni-dad juda holandesa fue diezmada y para colmo una hambruna provocada por la Wehrmacht durante la guerra dej marca-da para siempre a una generacin entera de holandeses.

    Durante la ocupacin (entre 1940 y 1945) los judos fueron robados u obliga-

    Imagen con casas (Kandinsky) Odalisca (Matisse)

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  • Gustav Klimt

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  • Los Monuments Men que salvaron el arte Buena parte del expolio fue corregido en los aos inmediatamente posteriores a la gue-rra, o durante la fase final de la misma. Los responsables fueron varias unidades especiales de los Aliados, principalmente americanos, que contaron colaboracin de otros pases para intentar salvar las obras de arte que robaban o destruan los nazis. Fueron los Monuments Men, retra-tados por un famoso libro de Robert M. Edsel y que se han convertido en pelcula de la mano de George Clooney. Esta unidad salv miles de obras de arte del robo sistemtico de los nazis. Para evitar la desaparicin o destruccin del legado cultural se cre esa seccin (oficialmente Monumentos, Bellas Artes y Archivos) que estuvo activa hasta 1951 y que cont con ms de 300 personas en su personal, en gran medida civiles y no militares que rastrearon, compararon, con-servaron y certificaron el arte robado. Muchos de ellos pasaron luego a su vida normal sin apenas fama o condecoraciones, pero salvaron buena parte del arte europeo.

    Lt Dale Ford and Harry Ettlinger

    Espaase hace la suecacon el expolio nazi

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  • El gobierno espaol ni devuelve, ni cataloga, ni investiga. As de sencillo. Espaa firm los tra-tados, entre ellos el de Washington, para in-vestigar si llegaron obras de arte al pas entre 1933 y 1945 o si bien sus pinacotecas cuentan con arte robado por los nazis. A fin de cuentas Espaa fue el refugio o lugar de paso de cien-tos de nazis tras la guerra. La Comisin para el Arte Incautado en Europa, con sede en Londres, ha denunciado muchas veces la pasividad y los odos sordos de las autoridades espaolas. Se-gn la institucin, liderada por Anne Webber, denuncia que Espaa sigue de brazos cruzados. Se hace la sueca, en castizo, igual que Ita-lia. Segn informes de la comisin, el Thyssen-Bornemisza de Madrid tiene 218 obras de arte sospechosas de haber sido expoliadas por los nazis. A fin de cuentas los Thyssen fueron una de las familias que ms dinero hizo con el Tercer Reich y que ms ayud a Hitler, con dinero y negocios. Y el pasado siempre vuelve. La clave est en Karl Haberstock, marchante de arte de los Thyssen y conectado con las autoridades nazis (incluso militante del rgimen); tambin en Jacques Goudstikker, otro proveedor de la familia que se aprovech de la barra libre de los judos acosados. Hay dos casos clave que certifican que hubo trfico de arte robado: por un lado del La familia en metamorfosis, del surrealista francs Andr Masson, reclamado por los descendientes del judo David Weil y que estuvo en posesin del Museo Reina Sofa de Madrid, que lo conserv tras un pacto con la familia. Otro cuadro ominoso es Calle San Honorato al medioda. Efecto de la lluvia, del pintor impresionista Camille Pissarro. Segn la informacin del museo, el lienzo fue adquirido por el barn Thyssen en 1976 a la galera Jose-ph Hahn de Pars, que se lo haba quedado en los aos 40 como parte de un pago por hui-da. O directamente comprado a oficiales nazis. La cuestin es que Claude Cassier, ciudadano americano, reclama el cuadro pero el Thyssen no colabora y el asunto sigue en los tribunales, si bien Cassier ya es octogenario y se teme que no llegue a ver cumplida la devolucin.

    Espaase hace la suecacon el expolio nazi

    Rue Saint Honor sun effect afternoon

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  • Retrato del Dr Gachet - Van Gogh

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  • dos a vender sus obras de arte a la fuerza, bien para huir bien para evitar que los ejecutaran. Muchas piezas fueron com-pradas por los museos nacionales, familias cristianas o bien galeras de arte, que as les ayudaban a sobrevivir Pero la guerra ya ha pasado y muchas familias quieren recupe-rar lo que es suyo. La mayor parte de las obras estn repartidas entre el inmenso Rijksmuseum y el Stedelijk, ambos de msterdam, pero tambin hay obras en La Haya, Rotterdam, Eindhoven y Otterlo. Las comunidades judas de EEUU han sido las ms activas a la hora de organizar las reclamaciones y ser un autntico dolor de muelas para los gobiernos europeos, que miraban siempre a otro lado. Nadie quiere entregar tesoros artsticos a extranjeros, pero cuando el botn tiene el sello de la esvstica entra en juego la moral y no el dinero. Uno de los que ms ha sufrido el acoso y derribo ha sido Suiza, que hizo de paraso seguro para oro y cuadros robados por los nazis. Fue a partir de 1998, con el Acuerdo de Washington, cuando empe-z a buscarse con seriedad y a gotear las devoluciones. En 2006 la Galera Austraca, una de las mayores pinacotecas del pas centroeuropeo, en Viena, devolvi seis cuadros de Gustav Klimt robados por los nazis, entre ellos el archiconocido Retrato de Adele Bloch-Bauer (1907), un tesoro para Viena y que ver partir por orden judicial austriaca. El damnificado fue Fer-dinand Bloch-Bauer, viudo de la retratada, y que tras la Anchluss que uni Alemania y Austria tuvo que asistir al robo descarado por los nazis de los cuadros. Este mismo ao le toc el turno a Francia, que devol-ver siete cuadros robados a judos en los aos 30 y que fueron directos al tesoro personal de Hitler. Francia ya ha tenido que devolver varios cuadros en estos aos. Pero

    gran parte del botn de Hitler se qued en Alemania, cuando trenes de mercan-cas enteros iban cargados con el saqueo de Europa, muchos de los cuales luego hicieron el viaje final hacia Mosc. La URSS se qued con casi todo lo que pudo robar en suelo alemn, y se niega a devolverlo ya que lo considera botn de guerra y recompensa por los desmanes y la ruina causada por los nazis en suelo ruso. Segn la revista Der Spiegel mucho de lo robado termin almacenado en Munich, que fue la ltima de las ciudades alemanas en rendir-se. Los cuadros se acumulan junto a joyas, paneles, tallas, esculturas y todo tipo de objetos en los stanos del museo de arte moderno de la ciudad.

    Los Aliados se dedicaron hasta 1952 a devolver lo que encontraron (en gran medida): en Munich y Wiesbaden se acumularon ms de dos millones de obje-tos que fueron paulatinamente devueltos, pero una parte importante del robo nazi qued oculto. La cifra de cuadros cuyo origen est manchado supera los 4.000 slo en Baviera. La mayor parte pas a ser patrimonio alemn, repartido en ms de un centenar de museos dentro y fuera del pas y su destino es incierto: el gobierno alemn quiere imitar a los holandeses, pero a nadie le gusta admitir su pasado ms ominoso y perder patrimonio a la vez. No obstante, la bsqueda continua. l

    Madonna de Brujas Santa Justa y Santa Rufina - Murillo El Astrnomo - Vermeer

    Catlogo holands de arte robado

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  • El mito del superhroe en dos libros claveSeamos didcticos: quieren saber de cmic americanoy entender mejor por qu ha creado una autntica mitologamoderna? Pues lean estos dos libros y lo comprendern

    cmic

  • El mito del superhroe en dos libros claveSeamos didcticos: quieren saber de cmic americanoy entender mejor por qu ha creado una autntica mitologamoderna? Pues lean estos dos libros y lo comprendern

    por Luis Cadenas BorgesFOTOS: JTaschen / Turner / DC Comics / Herebegeeks.com

  • lmagine el lector de este reportaje que ne-cesita saber qu es el cmic americano, de dnde viene, por qu es tan diferente del europeo o el japons, por qu la figura del superhroe es tan telrica y vital, por qu la mayor democracia del mundo, cristia-na y religiosa como pocas, es tambin la patria de una autntica mitologa neopa-gana que ha enamorada al planeta entero. Pues bien, hagamos un ejercicio didctico y pedaggico alrededor de dos obras fun-damentales que hablan de lo mismo pero al mismo tiempo son muy diferentes. Por un lado est Supergods (Editorial Turner) de Grant Morrison, y por el otro La Edad de Oro de DC Comics (Taschen), primer volumen de una serie mastodntica y de peso (el libro resultante pesa varios kilos y es, avisamos, muy caro) que indaga alrededor de esa casa de los prodigios que fue DC Comics durante los aos 40 y 50 y que forj la imagen cannica de esa nueva mitologa sutilmente pagana que se col en la imaginacin de varias generaciones. Por partes, primero Morrison, luego la mo-numental obra grfica de Taschen. Grant Morrison es ante todo un guionista del c-mic, uno de los que trazan las lneas maes-

    tras del gnero. Incluso en su apariencia, donde parece un Lex Luthor rejuvenecido. En Supergods traza de una manera visual, sociolgica, histrica y autobiogrfica el impacto creativo y vital que han tenido en la sociedad contempornea. Esos superh-roes son smbolos, y abundan los ensayos que los referencian a muchas cosas: iconos religiosos posmodernos, nueva mitologa laica y moderna, smbolos del podero americano sobre el mundo Pero en realidad son creaciones del cmic surgidas de la escuela americana de los aos 30, cuando la Gran Depresin necesitaba ser paliada y los editores crearon a los super-hombres justicieros que salvaban a los civiles inocentes que, en muchos casos, se asemejaban a los grandes especuladores y empresarios que se hacan ricos a costa de la depresin econmica.

    Hoy en cambio sirven de contrape-so mgico y espiritual en una civilizacin donde la lgica, la ciencia y el materialis-mo son los cimientos, para lo bueno, pero tambin para los malos detalles. Apare-cen en 1938, cuando lleg a los kioscos el primer nmero de Action Comics, con

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  • Grant Morrison en su libro Supergods repasa la historia de este gnero casi omnipotente du-rante dcadas en el mundo del cmic, estableciendo una serie de edades o etapas cronolgicas clave en la historia del cmic americano. Arranca, tras los primeros tiempos de tiras cmicas en peridicos y revistas de los primeros tiempos, desde la llamada Edad de Oro (aos 30-40, los inicios) a la Edad de Pla-ta (cuando aparece Marvel y revoluciona el panorama gracias a Stan Lee y Jack Kirby), y la Edad Oscura (no por calidad, sino por el oscurecimiento de los hroes para hacerles ms siniestros, posmodernos y adaptados al nihilismo de los tiempos), capitaneada por el rompedor Frank Miller y los nuevos fichajes de DC como Alan Moore, Peter Milligan, Garth Ennis, Mark Millar, Warren Ellis o Neil Gaiman. Para Morri-son habra un llamado Renacimiento que superara esta etapa oscura de los aos 80 y 90, cuando los hroes eran ms creaciones atormentadas y llenas de existencialismo que smbolos de superacin. Los hroes vuelven a ser esos espejos en los que reflejarse, y ah es donde Morrison se centra realmente. El siglo XXI es mucho ms bondadoso, en el sentido de que el caos y los cambios acelerados reclaman de nuevo pilares fijos a los que asirse, no superhroes de divn de psiquiatra intentado saber por qu son lo que son y donde el realismo y el sexo se comieron parte de la magia. Para cada tiempo y pblico, un modelo, y Morrison recupera el antiguo. Por el camino se cuela una visin muy personalizada del gnero, donde su infancia es el puerto del que sale su pasin, su carrera y su obra.

    Las Edades del Cmic

    Grant Morrison

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  • Paul Levitz

    El Hombre de Acero, Supermn, no era el primer superhroe, pero estableci el prototipo para todos los dems: disfraz, doble iden-tidad, superpoderes o en su defecto grandes cualidades y tecnologa (Batman) y una sed de arreglar las injusticias que no tiene fin. Una suer-te de unin de semidis mitolgico con el Quijote que fue una vuelta de tuerca decisiva que en los aos 50 se dara de bruces incluso con el fanatismo parafascista del maccarthysmo de los ultraconservadores americanos, que intentaron prohibirlos. Un gnero que tuvo que com-petir con el infantilismo y la influencia creciente de Disney, de los dibu-jos animados y de la televisin. Y an as el cmic no sucumbi. El libro de Lovitz es un preciado objeto de coleccionista para todos aquellos que quieran descubrir las races de los hroes, un estudio exhaustivo de 400 pginas y 700 ilustraciones originales y todo el apoyo de DC Co-mics y que no es ms que un extracto en nueva edicin del monstruoso XL 75 Years of DC Comics de 4.000 pginas y que haca falta abrazar para poder transportar y que tambin firm Levitz.

    El Hombre de Acero, la chispa inicial46

  • las aventuras de un periodista miope y tmido, que bajo la camisa blanca llevaba una malla con la letra S. Despus aparecen Batman, el capitn Marvel, Iron Man o los X-Men, escape y referente moral para varias generaciones de sacudidos nios. Morrison va algo ms all y los convierte en Ideas, el epicentro mismo del ensa-yo, es decir: los superhroes como puntos de poder y referencia para el pblico, consciente de que son simples mortales imperfectos. A partir de ah desarrolla un libro imprescindible para quien quiera saber ms sobre todo un subgnero que en EEUU literalmente devor a todo el noveno arte durante dcadas. Mucho ms visual, ms grfico y enriquecedor (con menos anlisis y ms regocijo de fan) es La Edad de Oro de DC Comics (Taschen), firmado por Paul Levitz, escritor y editor de cmics, que aborda los orgenes de Batman, Supermn y Wonder Woman, entre otros a travs de un texto flanquea-do por ms de 700 ilustraciones originales sobre la verdadera historia de la editorial pionera capaz de crear sueos durante generaciones. Un libro que promete ser una autntica Biblia. Slo un pequeo de-talle: est en ingls. Para Lovitz (y muchos otros autores) la Edad de Oro del cmic

    norteamericano arranca a mediados de los aos 30 con DC Comics y concluye a mediados de los 50 cuando ya aparecido su gran rival, Marvel. A partir de ese mo-mento el cmic entra en una nueva fase que dara en los aos 60 y 70 otro tipo de hroes ms sociales y ms antihroes en realidad, algo en lo que tuvieron mucho que ver autores como Stan Lee, padre de Spiderman. Pero todo se construy sobre los parmetros de aquella poca de nueva literatura homrica por otros medios. Este libro celebra aquella poca a travs del desarrollo de esta editorial, fundada en 1934 como National Allied Publications, y que en plena Gran Depresin y posterior Segunda Guerra Mundial forj a fuego a Supermn, Batman, Wonder Woman y tantos otros personajes. Pero sala con otro nombre: Action Comics. Fue a prin-cipios de verano de 1938 cuando vea la luz una portada histrica: el Hombre de Acero, sobrenombre de Supermn, un nuevo vistazo al herosmo justo cuando ms haca falta, con una crisis brutal que sacuda a EEUU y al mundo, una ventana a la esperanza con nuevos dolos que seran muy tiles en la propaganda interior y exterior de los aos 40 y ms tarde en los primeros 50. l

    El Hombre de Acero, la chispa inicial

    Grant Morrison

    Referencia de Supergods en Turner

    Paul Lovitz

    Referencia de La Edad de Oro en Taschen47

  • cine y tv

  • verdadera marca EspaaTras interpretar a unode los mejores malvadosde la saga Bond en Skyfall, estrena El consejero,acaba de rodar The Gunmany se prepara para A mostviolent year.

    por Jos A. Romero

    FOTOS: IMDB / thechairoffame.com / taringa.net

  • el trabajo de Javier no poda haber sido mejor. Es el mejor actor de los prximos diez aos. El pintor y director Julian Sch-nabel se deshaca en elogios hacia Javier Bardem (Las Palmas de Gran Canaria, 1969) en la presentacin en Madrid de Antes que anochezca (2000), biopic del poeta homosexual cubano Reinaldo Arenas, obligado al exilio por su abierta postura anticastrista. Bardem, que haba ganado la Copa Volpi en el Festival de Ve-necia, acarici un Oscar que premi a Rus-sell Crowe con Gladiator. Julian Schnabel no se haba equivocado. Se qued incluso corto. Trece aos despus del estreno de Antes que anochezca, Javier Bardem vive uno de los momentos ms dulces de su carrera y disfruta de un unnime recono-cimiento internacional.

    Es el (Marlon) Brando de nuestra generacin, ha sentenciado el director Sam Mendes, que le dirigi en Skyfall (2012), su ltima pelcula y su primer papel protagonista en una superproduc-cin. Tras interpretar a uno de los mejores malvados de la saga Bond, Bardem estre-na nueva pelcula: El consejero (Ridley Scott), que llegar a Espaa el prximo 29 de noviembre. Ha rodado en este verano, junto a Sean Penn, el thriller The Gun-man (Pierre Morel) y tiene ya nuevo pro-yecto para 2014: A most violent year (J. C. Chandor), director de Margin call, con Jessica Chastain y con un argumento an no detallado. Sin necesidad de adentrar-se por completo en la industria de Ho-llywood, en los grandes estudios, el actor espaol se ha convertido en una estrella internacional, en un verdadero activo de la marca Espaa pese a las fuertes fobias, por cuestiones polticas, que despierta en determinados sectores sociales ultra-conservadores de su mismo pas. Pero el mundo del cine no duda de su talento. Ha aceptado su sobrio carcter que le aleja del glamur de Hollywood. Bardem no tiene alma de megaestrella. No le intere-sa. Huye de los flashes. Su xito aparece a la luz de las salas de cine. All es donde brilla, donde directores, productores y crticos se rinden a su versatilidad. Nunca pensamos en ningn otro actor, el papel se escribi para Javier. Cuando hicimos la primera lista de actores y personajes, era el primero en el que pensamos y, afortunadamente, acept el papel, su-brayaba Sam Mendes en la presentacin de Skyfall. Los momentos en los que Skyfall pasa de ser eficiente a inspiradora

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  • Javier Bardem interpreta a Reiner, un pro-pietario de clubes nocturnos, en El consejero, de Ridley Scott, que se estrenar en Espaa el prxi-mo 29 de noviembre. A Reiner recurrir un abogado (cuyo nombre nunca se revela, se le conoce como el consejero), interpretado por Michael Fassben-der, para vender un alijo de cocana valorado en 20 millones de dlares. Es la primera vez que Bardem trabaja con Scott y con Fassbender, pero El conse-jero supone varios reencuentros. El ms meditico es con su pareja, Penlo-pe Cruz. Ahora bien, no comparten ningn plano en todo el metraje, algo que s suceda en otros pro-yectos comunes como Jamn, jamn (Bigas Luna) (1992), Carne trmula (Pedro Almodvar) (1997) y Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen) (2008). Cameron Daz y Brad Pitt completan el reparto de El consejero que significa, adems, el reencuentro con Cormac McCarthy, el autor de la novela No es pas para viejos. Bardem gan el Oscar como mejor actor de reparto en la adaptacin cinematogrfica de la obra de McCarthy, que en El consejero se encarga del guion, el primero que escribe para una pelcula.

    El actor espaol repite tambin experiencia capilar. Al perturbador flequillo de Anton Chigurh en

    No es pas para viejos (Joel y Ethan Coen) (2007) y al rubio platino de Ral Silva de Skyfall (Sam Mendes) (2012) en su incursin en el mundo de James Bond, se une un nuevo estrafalario look. Bardem aparece en pantalla con camisas psicodlicas, gafas estrafalarias y pelos de punta. Adems, ya haba interpretado papeles relacionados con el mundo de la droga, bien como narco en Collateral (Michael Mann) (2004) o como consumidor en Das contados (Imanol Uribe) (1994).

    El consejero representa un reencuentro ms, el de Ridley Scott con Espaa, donde rod 1492: la conquista del paraso (1992), El reino de los cielos (2005) y Prometheus (2012), y donde comenz en octubre la produccin de xodo. Scott film en varias localiza-ciones de Alicante (Altea, Villajoyosa, San Vicente del Raspeig y el Ayuntamiento de la capital alicantina). La pelcula est dedicada a Tony Scott, el hermano del director, que se suicid coincidiendo con el rodaje de El consejero.

    Pelcula de reencuentros

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  • se pueden atribuir a un hombre: Javier Bardem, cuya deliciosa interpretacin de Raoul Silva le hace un convincente can-didato a ser el mejor villano de Bond de todos los tiempos, aplauda, por ejemplo, The Observer.

    No son elogios aislados. El traba-jo de Javier es monumental. Es el sol de la pelcula. Lo dems gira a su alrededor, sealaba, por su parte, Alejandro Gonz-lez Irritu tras estrenar Biutiful (2010), rodada en espaol. Con su interpretacin, Bardem consigui el premio de mejor ac-tor en el Festival de Cannes y estuvo nue-vamente nominado en los Premios Oscar. A esas alturas, ya contaba con la admira-cin del mundo del cine. Hollywood haba cado a sus pies con su recreacin del letal asesino Anton Chigurh en No es pas para viejos (Joel y Ethan Coen) (2007), adap-tacin de la novela homnima de Cormac McCarthy. Javier es alguien que, sea lo que sea que haga, no le puedes quitar el ojo de encima. Por esa razn es alguien con quien siempre habamos querido trabajar. Fue la extraa combinacin del actor con quien queramos trabajar desde haca tiempo con el papel adecuado en el momento propicio, alababa Joel Coen tras No es pas para viejos. Cuanto ms pensbamos en ello, tenamos ms claro que era la nica persona para interpretar a Anton Chigurh. Gan el Bafta, el Pre-mio del Sindicato de Actores de Estados Unidos, el Globo de Oro y los premios de las asociaciones de crticos de Chicago, Boston, Las Vegas y Nueva York, entre otros reconocimientos. Y, como guinda, el Oscar como mejor actor de reparto, primer intrprete espaol en conseguir la estatuilla dorada. Schnabel, Mendes, Gonzlez Irritu y los hermanos Coen. Raras avis en Hollywood. Como John Malkovich. Protagoniz su pera prima: Pasos de baile (2002). Malkovich qued tambin impresionado: Javier Bardem es el mejor actor joven del mundo. Lo saba hasta Steven Spielberg, que le quiso reclu-tar para Minority report (2002). Bardem, que rod por primera vez en ingls con lex de la Iglesia en Perdita Durango (1997), rechaz un papel que finalmente

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  • aceptara Colin Farrell. Ese desplante no da su carrera. Michael Mann le regalaba poco despus un breve pero importante papel secundario en Collateral (2004), donde se coma a Jamie Foxx. Su figura creca y creca: Los fantasmas de Goya (Milos Forman) (2006), El amor en los tiempos del clera (Mike Newell) (2007), Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen) (2008), Come, reza, ama (Ryan Murphy) (2010) y To the wonder (Terrence Ma-lick) (2012).

    En Estados Unidos, s, pero siem-pre con proyectos que suponan un reto. Por si fuera poco cuenta con la admiracin de una de las actrices ms influyentes en Hollywood, segn la revista Elle: su pareja, Penlope Cruz. Ridley Scott, con El consejero, ha sido el ltimo en caer hipnotizado por un Javier Bardem que afronta con serenidad el xito en Ho-llywood. Mantiene intacto el mensaje de dedicatoria de su premio Oscar: Esto va por los cmicos de Espaa que llevaron la dignidad a nuestro oficio. Marca Espaa de la de verdad. l

    Nuevo duelo en Hollywood. Duelo de estrellas, de antiestre-llas ms en concreto. Javier Bardem y Sean Penn han rodado en este verano The Gunman, dirigida por el realizador francs Pierre Morel (Distrito 13, Venganza y Desde Pars con amor). Bardem, como en Collateral, No es pas para viejos y Skyfall, vuelve a interpretar al malvado de la pelcula, que persigue a un asesino a sueldo retirado. Sus antiguos compaeros no le dejarn reiniciar su vida. The Gun-man, coproduccin entre Espaa (Nostromo Pictures), Francia (Stu-dio Canal) y Estados Unidos (Silver Pictures), est basada en la novela Prone Gunman (Cuerpo a tierra), de Jean-Patrick Manchette, una referencia en la literatura negra francesa. Claude Chabrol, con Nada (1974), y Alain Delon, con Por la piel de un polica (1981), ya han adaptado obras del autor francs. Prone Gunman conforma junto a 3 to kill y Fatale una triloga por lo que The Gunman podra tener continuidad. La pelcula ha sido rodada casi en su totalidad en Barcelo-na y alrededores y no ha estado exenta de problemas. Las productoras haban planeado incluir planos de una corrida de toros en La Monu-mental de la Ciudad Condal, donde se produce un tiroteo. Su deseo choc con la normativa autonmica que prohbe este tipo de festejos en Catalua. Al final, The Gunman incluye escenas de la Feria de San Isidro de Madrid con planos de La Monumental sin presencia de toros.

    Bardem se enfrenta aSean Penn en The Gunman

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  • Cameron Daz y Penlope Cruz

    Ridley Scott, Michael Fassbender y Javier Bardem Brad Pitt y Michael Fassbender

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  • IMDB - Javier Bardem

    Web de El Consejero

    Trailer de El Consejero

    Javier Bardem

    Ridley Scott, Michael Fassbender y Javier Bardem

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  • FOTOS: allabouttheidea.co.uk / davidanaxagoras.com /Wikicommons (Licencia GNU) / Museo de la Evolucin Humana

    ciencia

  • Varios estudios recientesdemuestran que los Neanderta-les, lejos de la imagen popularde ceudos caverncolassin conocimiento, tenansu propia tecnologay asimilaban la de los HomoSapiens antes de extinguirse

    por Marcos GilFOTOS: allabouttheidea.co.uk / davidanaxagoras.com /

    Wikicommons (Licencia GNU) / Museo de la Evolucin Humana

  • aspecto primitivo, ligeramente encorva-dos, rostros que todava conservan rasgos simiescos tan diferentes a los nuestros, un lenguaje gutural y extremadamente sencillo que recuerda al de un klingon enfurecido. Y eso si se acepta la idea de que tenan idioma. Se sobreentiende que tenan capacidad vocal, pero no si haban evolucionado a algo ms que un par de gritos diferenciados. Y esa frente, esa enorme frente, el trax mucho ms fuerte y ancho que el nuestro incluso su crneo, ms grande y de cerebro con ms volumen. Son los Neandertales, un primo lejano de la evolucin del Homo Sapiens caracterstico de Europa y que siempre ha pagado el pato de lo primitivo: incluso su nombre, elegido por ser la localidad ger-mnica donde encontraron los primeros fsiles claros de su especie, es hoy sinni-mo de alguien tonto y primitivo. Pues no: ni eran idiotas ni tan simples como nos podemos creer. Tenan tecnologa propia, decoracin y si no era suya la copiaban de esos tipos larguiruchos y enclenques que eran nuestros antepasados directos.

    En los ltimos aos se han publica-dos diversos estudios espaoles e interna-cionales en los que queda claro que tenan su propia tecnologa estos homnidos que aparecieron en Europa hace 250.000 aos cubriendo un rea inmensa que iba desde Gibraltar a Uzbekistn. No slo utilizaban el medio en su beneficio, primer sntoma de inteligencia, sino que tallaban la piedra, usaron el fuego sistemticamente, se adornaban con plumas y elementos deco-rativos y enterraban a sus muertos. Mucho ms humanos de lo que nos imaginamos. Desde Espaa se demostr que los nean-dertales usaban palillos para calmar el do-lor de la gingivitis, quizs uno de los casos ms antiguos de aplicacin mdica del que se tiene noticia. El estudio lo firm el Ins-tituto Cataln de Paleoecologa Humana y Evolucin Sociales (Iphes) en colaboracin con la Universitat Autnoma de Bellaterra (UAB). No es nuevo: los Homo Habilis ya se limpiaban los restos de comida de entre los dientes hace 1,6 millones de aos, pero es la primera vez que se hacan palillos con un objetivo mdico claro. La prueba es que el fsil estudiado (entre 150.000 y 50.000 aos) presentaba porosidad sea en los maxilares, con dentadura desgastada pero sin caries. En el hueso se aprecian surcos de contacto entre dos dientes provoca-dos por palillos, una prueba de que eran usados. Por otro lados, investigadores

    del Instituto Max Planck de Antropolo-ga Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Leiden, en Pases Bajos, han documentado el descubrimiento de herramientas de hueso talladas por los neandertales en dos yacimientos del sur de Francia que no fueron ocupadas por humanos a posteriori. Su similitud con las herramientas de los Sapiens hace pensar que hubo transvase de tecnologa o cierto grado de copia. Se trata de pulidores de cuero hechos de hueso, creados para frotar la piel de los animales y as dejar un cuero suave y resistente al agua. Muy semejan-tes, por cierto, a los que todava usan los pocos artesanos del cuero que quedan en Europa. Y esta habilidad se traslad a muchos otros aspectos de la vida coti-diana, desde la caza a la ornamentacin. El estudio apunta a la posibilidad de que antes de su desaparicin paulatina (pero acelerada para lo que es la evolucin de las especies) pudieran haber alcanzado un alto grado de desarrollo y hubieran incluso alcanzado a los Sapiens en tecnologa. O bien los neandertales copiaron a los Sapiens. Los investigadores del Instituto Max Planck sugieren que, quizs, fueran los evolucionados humanos los que copiaran a los neandertales, en un caso flagrante de robo y posterior estigmatizacin del vencido. Todava no est claro quin copi a quin.

    En el yacimiento cataln de Abric Roman, un refugio neandertal de 60.000 aos de antigedad, se descubrieron pieles curtidas para cubrir el suelo, para poste-riormente recubrir con limo y arenilla que hiciera de suelo firme sobre el que hacer hogueras o asentarse; posteriormente, para limpiar el refugio, simplemente recogan las pieles y sacaban la basura; y posteriores estudios sistemticos en otros yacimientos han descubierto una incipien-te artesana de la piedra que superaba, en ocasiones, a la de los Sapiens. Los nean-dertales tenan una industria ltica, que se conoce como cultura Musteriense, que consista en obtener una o varias lascas de forma predeterminada a partir de una preparacin particular del ncleo del slex. Estas tcnicas luego evolucionaran hacia el modelo Sapiens, caracterizado por una mayor sofisticacin pero menor resistencia y durabilidad. Este paralelismo no explica si hubo copia, transvase o robo tecnolgico. Una cosa s est clara: ni eran idiotas ni tan tontos como popularmente nos han dicho. l

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  • Reconstruccin fsica del Neandertal

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  • Ms fuertes, ms resistentes, con tecnologa aparen-temente similar pero hace 28.000 aos desaparecieron y dejaron el terreno libre para los Homo Sapiens. Su repentina desaparicin ha sido siempre un enigma. Primero se pens en que los Sapiens los exterminaron, luego se le ech la culpa al fin de la glaciacin y la poca habilidad evolutiva para adaptarse al nuevo clima, que hasta ahora era una de las razones clave pero que recientes estudios han relegado a simple circunstancia; se pens tambin en la opcin de que el contacto con los Sapiens provocara el efecto contagio: una enfermedad transmitida de una especie a otra (ambas emparentadas) que los diezm irremediablemente. Incluso se especula con la opcin de que los Sapiens cazaran y se comieran a los neandertales. Pero las razones pueden ser mltiples y ms concretas: eran muy pocos, reducidos en grupos muy aislados de apenas 10 o 12 miembros y que competan con los Sapiens (ms numerosos y mejor orga-nizados) por los recursos, tambin escasos. Ambos convi-vieron durante cerca de 10.000 aos, hasta que una de las dos se esfum en el tiempo. La falta de caza, de alimentos incluso vegetales o la poca pesca, y la competicin con los Sapiens quizs les empuj a una hambruna generalizada que, comunidad a comunidad, los debilit y diezm.

    Primero: el Homo Sapiens no desciende del neandertal, sino de otra rama de los homnidos. En realidad son lo ms parecido a unos primos lejanos. Vi-vieron cerca de 270.000 aos en Europa y parte de Asia, pero se extinguieron hace 28.000 aos. Uno de sus ltimos reductos fue lo que hoy es Andaluca y el Algarve. Medan entre 1.50 y 1.70, nunca ms, con un crneo ms grande y un arco supraorbital (frente) muy pronunciado que protega sus cabezas y cuencas oculares. Tenan capacidad de hablar, pero se desconoce si en algn momento desarrollaron un lenguaje. Un 4% de nuestro ADN (83 genes concretamente) era igual al suyo: eran otra especie, eso debe quedar claro. El estudio de su genoma ha desvelado varios detalles: tenan los ojos claros y el cabello tambin, castao o pelirrojo (otra adaptacin climtica), y de la necesidad hicieron virtud: eran carnvoros cazadores, pero tambin, si era necesario, carroeros. Usaban el fuego para cocinar la carne si podan, y aunque slo recurran a los vegetales como ltimo recurso, especialmente los ricos en almidn (legumbres salvajes, races, tubrculos). Pero, y es lo peor a nuestros ojos, podan practicar el canibalismo por la escasez de alimentos. O puede, incluso, que por razones de tipo religioso que desconocemos. No eran humanos al uso, sino una lnea evolutiva paralela que evolucion hasta adaptarse al clima glaciar. Fue la apuesta de los homnidos al clima ms fro. Aparte de eso se parecan mucho a nosotros: eran bpedos completos, enterraban a los muertos, usaban el fuego para cocinar y dominar el paisaje, tallaban piedras y se decoraban con plumas de aves. Lo que no hacan era tener una estructura poltica ni pintar en cuevas, eso era exclusivo de los Sapiens. Su nombre proviene del primer fsil hallado, en el Valle de Neander, cerca de Dusseldorf.

    Por qu desaparecieronlos neandertales?

    Varias cuestiones bsicas sobre neandertales

    rea de expansin del Neandertal

    Esqueletos de Neandertal y Sapiens

    Blog Neandertal

    Museo Neandertal

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  • Primero: el Homo Sapiens no desciende del neandertal, sino de otra rama de los homnidos. En realidad son lo ms parecido a unos primos lejanos. Vi-vieron cerca de 270.000 aos en Europa y parte de Asia, pero se extinguieron hace 28.000 aos. Uno de sus ltimos reductos fue lo que hoy es Andaluca y el Algarve. Medan entre 1.50 y 1.70, nunca ms, con un crneo ms grande y un arco supraorbital (frente) muy pronunciado que protega sus cabezas y cuencas oculares. Tenan capacidad de hablar, pero se desconoce si en algn momento desarrollaron un lenguaje. Un 4% de nuestro ADN (83 genes concretamente) era igual al suyo: eran otra especie, eso debe quedar claro. El estudio de su genoma ha desvelado varios detalles: tenan los ojos claros y el cabello tambin, castao o pelirrojo (otra adaptacin climtica), y de la necesidad hicieron virtud: eran carnvoros cazadores, pero tambin, si era necesario, carroeros. Usaban el fuego para cocinar la carne si podan, y aunque slo recurran a los vegetales como ltimo recurso, especialmente los ricos en almidn (legumbres salvajes, races, tubrculos). Pero, y es lo peor a nuestros ojos, podan practicar el canibalismo por la escasez de alimentos. O puede, incluso, que por razones de tipo religioso que desconocemos. No eran humanos al uso, sino una lnea evolutiva paralela que evolucion hasta adaptarse al clima glaciar. Fue la apuesta de los homnidos al clima ms fro. Aparte de eso se parecan mucho a nosotros: eran bpedos completos, enterraban a los muertos, usaban el fuego para cocinar y dominar el paisaje, tallaban piedras y se decoraban con plumas de aves. Lo que no hacan era tener una estructura poltica ni pintar en cuevas, eso era exclusivo de los Sapiens. Su nombre proviene del primer fsil hallado, en el Valle de Neander, cerca de Dusseldorf.

    Varias cuestiones bsicas sobre neandertales

    Esqueletos de Neandertal y Sapiens Reconstruccin craenal del Neandertal

    Pulidor de cuero neandertal

    Homo Sapiens Neanderthalensis

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  • A un lado la fascinante y luminosa Buenos Aires, que se lleva todas las miradas;pero al otro lado est Uruguay, ms sereno aunque el acento sea el mismo

    Uruguay: El otro lado del Ro de la Plata

    viajes

  • A un lado la fascinante y luminosa Buenos Aires, que se lleva todas las miradas;pero al otro lado est Uruguay, ms sereno aunque el acento sea el mismo

    por Nerea Gonzlez Pascual

    Uruguay: El otro lado del Ro de la Plata

  • Iglesia del Santisimo Sacramento en Colonia del Sacramento

    Playa de Colonia

    miles de turistas llegan cada ao a visitar la ribera sur del Ro de la Plata. Es la ribera argentina, donde se levanta orgullosa Buenos Aires. La capital argentina es la que se lleva las luces de los flashes, la que se convierte en bohemio plat de pelculas y escenario de conciertos para las grandes bandas cuando hacen giras por Latinoamrica. Nadie se asombra de esto al otro lado: Uruguay es un pas ms tranquilo, menos nervioso, aunque el acento sea el mismo. Poca gente viaja directa desde otros continentes para visitar su capital, Montevideo, una ciudad pausada, de calles largas y poco transi-tadas, que contrastan con la locura de trfico y peatones llamada da a da en Buenos Aires. La mayora de los turistas llegan a Uruguay en barco, cruzando el ro que hace las veces de frontera entre dos pases que tiempo atrs fueron uno. El de la Plata bautizado as porque los expedi-cionarios crean que era una zona donde abundaba este metal debido a los relatos de los indgenas resulta de la unin de los cauces del Uruguay y el Paran para formar el ro ms ancho del mundo (algo ms de 200 kilmetros). Hacia Argentina es ms ro y hacia Uruguay es ms mar, por su concentracin salina.

    La encargada de dar la bienvenida a los visitantes que recibe Uruguay suele ser Colonia del Sacramento, un pequeo pueblecito fronterizo con casas colonia-les y calles empedradas que fue fundado por los portugueses en el siglo XVII y cuya dominacin fue objeto de disputas frecuentes con los espaoles. Su Barrio Viejo, declarado Patrimonio Histrico de la Humanidad por la Unesco a mediados de los aos 90, cuenta con varios museos (el Espaol, el Portugus, el Indgena, el

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  • Iglesia del Santisimo Sacramento en Colonia del Sacramento Portn de Campo Colonia

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  • Puerto de Yates de Colonia

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  • del Azulejo) pero lo mejor para disfru-tar del da en Colonia es pasear por el puerto y la costa que rodea el casco. En el centro de la ciudad, al que se accede por los portones de piedra, se levanta la Iglesia del Santsimo Sacramento, de paredes blancas, y el Faro le da la rplica junto a la orilla del ro. Colonia es un lugar tranquilo, cuyas atracciones tursticas tienen que competir con otro motivo de visita frecuente: los bancos. Uruguay era considerado hasta hace poco un paraso fiscal y a da de hoy es la nica opcin de obtener dlares para los argentinos. En el pas vecino existe un cepo cambiario impuesto por el Gobierno que impide conseguir moneda extranjera para in-tentar combatir sin xito la imparable carrera de devaluacin del peso argenti-no. Es una prctica habitual ir a Uruguay para sacar dlares de los cajeros, que dan la opcin de sacar el dinero directamente en esa moneda, y luego cambiarlos en el mercado cambiario paralelo (el conocido como dlar blue) por casi un 50% ms del valor oficial en pesos argentinos.

    A unos 180 kilmetros de Colonia se levanta Montevideo, una ciudad que empez a crecer hace apenas 300 aos y que cuenta con una intensa vida cultural que se expresa a travs de sus numerosos teatros y museos. El espacio dramtico ms importante de la capital es el Teatro Sols, que con ms de un siglo y medio de historia constituye el autntico corazn de la cultura montevideana. El Sols se encuentra apenas unos metros de la Plaza de la Independencia, cuyas baldosas cus-todian el mausoleo del General Artigas, una de las grandes figuras del imaginario

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  • revolucionario de la lucha por la indepen-dencia en esta parte del planeta durante el siglo XIX. Sobre la misma plaza se encuentra tambin el Palacio Salvo, cuya torre de 105 metros fue la edificacin ms alta de Sudamrica hasta 1935 y es hoy una de las imgenes ms reconocibles de Montevideo. El Palacio Salvo fue obra del arquitecto italiano Mario Palanti, a peticin del empresario ngel Salvo, y su diseo estuvo inspirado en la Divina Co-media de Dante. El casco histrico consta de pocas zonas monumentales ms, al margen de la de la Catedral, ubicada en la Plaza Matriz, pero al recorrer sus calles es raro no desembocar en alguna de las zonas de ramblas, en las que la ciudad se encuentra con el Ro (o Mar) de la Plata. El casco histrico es un reducto relati-vamente pequeo dentro de esta gran ciudad que se asienta por completo en un cabo, por lo que est rodeado por las aguas. En uno de sus laterales se encuen-tra el Mercado del Puerto, donde cuen-tan los viajeros que se pueden comer las mejores carnes del mundo. Cuando cae la noche, desde este lmite de la gris Mon-tevideo, se puede ver el atardecer sobre el agua. Otra de las cosas en las que las dos riberas del Ro de la Plata compiten, adems de en aquello de quin invent el tango, es en la fama de la carne. No hay duda que la vaca es animal sagrado en Argentina, aunque sea para ponerla en lo alto de sus mundialmente famo-sas parrillas. En Uruguay se quedan con otra especialidad, el chivito: un bocadillo cuyo ingrediente principal es un filete de ternera fino (a diferencia de las gruesas porciones preferidas en Argentina) acom-paado normalmente de lechuga, tomate y queso.

    Congreso

    Plaza de la independencia - Estatua General Artigas

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  • Plaza de la independencia - Estatua General Artigas

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  • Plaza de la independencia - Estatua General Artigas

    Mercado del puerto

    Rambla de Francia

    Teatro Sols

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  • La vida de Uruguay toma ms mate esa infusin amarga que se toma desde el sur de Brasil hasta la punta de Argentina que la de ningn otro pas. Es raro ver al uruguayo que no va cargado con su termo, su mate y su frasquito de hierba. En el trabajo, en el supermerca-do, dando un paseo o en un centro de conferencias: no hay sitio donde no se puedan tomar unos mates. Y mejor si adems se hace compartindolos con alguien. Mate es el nombre tanto de la bebida como del pequeo recipiente, normalmente de calabaza, que se usa para contenerla. El mate pasa de mano en mano para que todos puedan beber a travs de la bombilla. No hay escrpulos para compartir el mate: es un acto social que tiene que ver con la forma en que transcurre la vida en esta parte de Am-rica. Nadie compartir contigo su mate si le caes mal o si no eres bienvenido. Lo recibes de la persona anterior, rellenas el pequeo recipiente lleno de hierba con agua caliente del termo y cuando termi-nas tu mate (despus de cuatro o cinco sorbos de la bombilla) se lo entregas al siguiente para que contine el ritual hasta la prxima vez que llegue a tus manos o se acabe el agua del termo. Solo cuando no quieres ms dices gracias. l

    Mercado del puerto

    Rambla de Francia

    Turismo y Cultura de Uruguay

    Montevideo