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42 · Quercus 321 - Noviembre 2012 www.quercus.es Ejemplares de Silene uniflora subsp. thorei en unas dunas cercanas a Vieux-Boucau-les-Bains, en el suroeste de Francia. Esta planta es endémica de las costas del golfo de Vizcaya y se conocía en varias localidades del Cantábrico oriental español, de donde ha desaparecido debido a la profunda alteración de los sistemas dunares (foto: Carlos Aedo). AL MENOS 25 ESPECIES PUEDEN CONSIDERARSE DESAPARECIDAS Plantas extinguidas Hacen menos ruido que las especies animales, pero los vegetales también se extinguen. Una labor de recopilación ha permitido avanzar una primera lista con las 25 plantas vasculares que se han extinguido en España desde el siglo XVIII, cuando comenzaron a recopilarse los primeros herbarios con criterios botánicos. por Carlos Aedo, Leopoldo Medina y Marta Fernández

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42 · Quercus 321 - Noviembre 2012 www.quercus.es

Ejemplares de Silene uniflora subsp. thorei en unasdunas cercanas a Vieux-Boucau-les-Bains, en elsuroeste de Francia. Esta planta es endémica de lascostas del golfo de Vizcaya y se conocía en variaslocalidades del Cantábrico oriental español, de donde hadesaparecido debido a la profunda alteración de lossistemas dunares (foto: Carlos Aedo).

AL MENOS 25 ESPECIES PUEDEN CONSIDERARSE DESAPARECIDAS

Plantas extinguidas

Hacen menos ruido que las especies animales, pero losvegetales también seextinguen. Una labor de recopilación hapermitido avanzar unaprimera lista con las 25plantas vasculares que se han extinguido en España desde el siglo XVIII, cuandocomenzaron a recopilarse los primerosherbarios con criteriosbotánicos.

por Carlos Aedo, Leopoldo Medina y Marta Fernández

de la flora españolaQuercus 321 - Noviembre 2012 · 43

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PLANTAS EXTINGUIDAS en España

nocer bien la flora española, ya que todavía no se hacompletado el proyecto Flora iberica y no hay ningúntrabajo equivalente para la flora canaria. Por otro la-do, los datos previos son también insuficientes paraobtener conclusiones precisas sobre las extinciones deplantas vasculares en España. Pero, a pesar de todo,pueden hacerse algunas consideraciones sobre el te-ma a partir de los datos disponibles.

Tasa de extinción y número de especies desaparecidasEl botánico suizo Greuter, que analizó la extinción deespecies vegetales en los países de la cuenca medite-rránea (1), menciona que la tasa de extinción docu-mentada es muy baja si se compara con otras regionesde clima mediterráneo. Greuter estima en un 0’13%del total de especies la flora extinta en la cuenca me-diterránea, frente al 0’40% en California y al 0’66%en Australia occidental. Nuestros propios datos parala flora española, obtenidos a partir de Flora iberica,Anthos y el Atlas y Libro Rojo de la flora vascular ame-nazada (2-6), arrojan un porcentaje algo mayor, del0’35%. Hay una diferencia significativa entre las ex-tinciones consignadas para la flora canaria, que se es-timan en un 0’24%, y las de la España peninsular yBaleares, que supondrían un 0’32%. Una diferenciaque quizá pueda explicarse por el intenso esfuerzo dedocumentación asociado al proyecto Flora iberica,que no tiene equivalente en Canarias. Las revisionestaxonómicas de los proyectos florísticos sacan a la luzuna gran cantidad de información bibliográfica y dematerial depositado en los herbarios, lo cual permi-

En la actualidad, la conservación de las es-pecies es un tema de creciente interés pa-ra la sociedad. Uno de sus aspectos, la ex-tinción de plantas, ha sido tratado variasveces en el contexto de publicaciones másamplias, pero en pocas ocasiones ha sido

objeto de un análisis específico. De hecho, son con-siderables las limitaciones para documentar ade-cuadamente las extinciones de plantas vasculares a lolargo de la historia. La primera de dichas limitacio-nes consiste en que tenemos escasas posibilidades deverificar las extinciones más antiguas. En la regiónmediterránea, habitada desde hace milenios y conuna intensa actividad agropecuaria, se han extin-guido con toda probabilidad especies de las que nun-ca tendremos noticias. De estas extinciones antiguas,vinculadas a las alteraciones del medio propiciadaspor la especie humana, sólo podemos asumir que seprodujeron por analogía con los procesos actuales,pues carecemos de cualquier tipo de dato para cuan-tificarlas siquiera de modo aproximado.Es en el siglo XVIII cuando se consolida la orga-nización de herbarios y floras tal y como se entiendenactualmente. Tales herramientas son las que nos per-miten establecer qué especies hay en cada territorioy cuáles de ellas se han extinguido. Por tanto, cuan-do en los últimos siglos se organiza la actividad cien-tífica para catalogar y describir las especies, comienzaa formarse un registro de su presencia y es posibleanalizar también su eventual desaparición. No obs-tante, los datos que pueden ofrecerse en la actualidadson fragmentarios y poco precisos. Seguimos sin co-

Junto a estas líneas,urbanización de lazona de dunas deFuenterrabía(Guipúzcoa) dondecrecía Astragalusbaionensis.A la derecha, dunas enVieux-Boucau-les-Bains (SO de Francia),donde todavíaabundan algunasplantas que ya handesaparecido en lacosta cantábricaespañola. Las dunasno se hantransformado aquí enurbanizaciones ypaseos marítimos, loque dice mucho sobrelas causas deextinción de dichasespecies en España.En la página siguiente,ejemplares en flor deAstragalus baionensis(fotos: Iñaki Aizpuru yCarlos Aedo).

te comparar, a través del trabajo de campo, los datoshistóricos con la situación actual y establecer con-clusiones sólidas.En España se han detectado 25 especies extintasque pueden incluirse en las dos categorías contem-pladas por la Unión Internacional para la Conser-vación de la Naturaleza (UICN): “Extinta” (EX) y“Extinta en estado silvestre” (EW) (7). Cinco de ellasse encontraban en las islas Canarias, otra sólo en lasBaleares y una más en la Península y Baleares. Las 18restantes pertenecían a la España peninsular. De las25 especies extintas 7 eran endémicas: 3 de Canarias,1 de Baleares y 3 de la Península. Las restantes tení-an un área de distribución más amplia, con pobla-ciones incluso en países limítrofes, lo que significa queno se han perdido definitivamente. Estas 25 especiesson las que aparecen recogidas en la tabla adjunta.Podría matizarse que el grado de extinción de estas25 plantas no es homogéneo. Tres de ellas (Linariapolygalifolia subsp. lamarckii, Lysimachia minoricen-sis y Marsilea quadrifolia) están siendo objeto de pro-cesos de reintroducción con resultados prometedo-res. Es de esperar que, si se consolidan y logran ob-tener poblaciones viables en hábitats naturales, pue-dan sacarse pronto de la lista de extinguidas. Tal fueel caso de Diplotaxis siettiana, una especie endémicade la isla de Alborán que fue reintroducida con éxitotras su extinción en estado silvestre.Por desgracia, no se encuentran en la misma si-tuación Draba incana y Potentilla grandiflora. Ambasespecies aún habitan en la vertiente septentrional delos Pirineos y se conservan testimonios de herbariosobre su presencia en la vertiente meridional. Sin em-bargo, los datos proceden de colecciones antiguasdonde no está bien precisada su localidad. De mo-mento, las búsquedas por esa zona han resultado in-fructuosas. No obstante, en un territorio tan abrup-to y extenso, donde es difícil una exploración ex-haustiva, no puede afirmarse con certeza absoluta que

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Plantas vasculares extinguidas en España

(*) Plantas extinguidas en estado silvestre.

Taxon Distribución en España Distribución general

Astragalus algerianus SE Península S España y N África

Astragalus baionensis N Península SO Francia y N España

Aurinia sinuata C Península Balcanes, Italia y C España

Carthamus matritensis C Península Endémica

Cicuta virosa NE Península Europa, Asia

Clethra arborea Canarias Canarias y Madeira

Draba incana N Península Europa y N América

Galium tunetanum S Península S España, Sicilia y NO África

Kunkeliella psilotoclada Canarias Endémica

Linaria polygalifolia SO S Portugal ysubsp. lamarckii (*) Península S España

Lindernia procumbens NO Península Eurasia

Lysimachia minoricensis (*) Baleares Endémica

Marsilea quadrifolia (*) E Península Europa

Nolletia chrysocomoides S Península S España y N África

Nonea calycina SO Península S España y N África

Normania nava Canarias Endémica

Oenanthe aquatica N Península Europa, Asia

Pharbitis preauxii Canarias Endémica

Potentilla grandiflora N Península N España y Alpes

Pulicaria undulata Canarias N África

Sagittaria sagittifolia NE Península N España, Europa y Asia

Silene uniflora subsp. thorei N Península SO Francia y N España

Tanacetum funkii S Península Endémica

Trapa natans NE y C Península Europa, Asiay Baleares y África

Verbascum faurei SO S España ysubsp. commixtum Península N África

Arriba, Clethraarborea en la isla deSao Miguel (Azores,Portugal). Estearbolillo de las islasMadeira y Azores(donde se suponeque es introducido)vivía también enCanarias. Pero,aunque haytestimonios de supresencia en Tenerifehasta 1929, algunosautores dudan de quesea realmente unaplanta nativa deCanarias (foto: CarlosAedo).

A la derecha, Marsileaquadrifolia es unhelecho acuático quevivía en loshumedales del litoralmediterráneoespañol. En lasinstalaciones delParque Natural delDelta del Ebro secultivan algunosejemplaresoriginarios de lasinmediaciones,donde se haextinguido en estadosilvestre. La fotocorresponde a unejemplar procedentede Cerdeña cultivadoen el Real JardínBotánico de Madrid(foto: LeopoldoMedina).

hayan desaparecido. Algo parecido pasa con al-gunas especies canarias propias de las zonas debarrancos y riscos, como Clethra arborea, Kun-keliella psilotoclada y Normania nava. Estas tresplantas habían sido localizadas en zonas real-mente difíciles de explorar y, a pesar de los gran-des esfuerzos de los botánicos canarios, no es des-cartable que vuelvan a encontrarse en un futuro.También habría que matizar los casos de Car-thamus matritensis y Tanacetum funkii, ya quesubsisten algunas dudas sobre si son especies au-tónomas o simples formas desviantes de especiespróximas.Las 15 especies restantes sí podrían conside-rarse extintas en un sentido estricto, aunque, co-mo comentaremos más tarde, podrían reapare-cer en algunos casos.

Alteraciones del hábitatLas causas de las extinciones son difíciles de es-tablecer de forma concluyente, sobre todo las másantiguas. Sin embargo, un análisis de los datos dis-ponibles apoya la idea de que están directamente re-lacionadas con las alteraciones introducidas por elhombre en sus respectivos hábitats. La desapariciónde 17 de las 25 especies incluidas en la tabla de la pá-gina anterior puede atribuirse sin demasiadas dudasa este tipo de cambios.Este sería el caso, por ejemplo, de Astragalus alge-

rianus y A. baionensis. La única localidad de la pri-mera especie, en San Pedro del Pinatar (Murcia), es-tá hoy profundamente alterada por las urbanizacio-nes, mientras que la segunda crecía en las dunas deSan Sebastián y Fuenterrabía. Lo mismo puede de-cirse de Carthamus matritensis, originaria de CerroNegro, un paraje hoy absorbido por la ciudad de Ma-drid, y de Nonea calycina, que crecía en el istmo ga-ditano, hoy absorbido por el casco urbano de Cádiz.Cuando se trata de plantas propias de humedales,a la alteración de estos medios por desecación hay

que añadir como causa de extinción el cre-ciente uso de productos químicos que ha alte-rado la calidad de las aguas; tal sería el caso deMarsilea quadrifolia, Sagittaria sagittifolia yTrapa natans. Dos episodios singulares estánprotagonizados por Lindernia procumbens, queparece haber sido desplazada por una especiealóctona (L. dubia), y por Galium tunetanum,que seguramente se extinguió por hibridacióncon G. verum.En otras seis especies no ha podido estable-cerse ninguna causa probable de extinción. A lasdos especies pirenaicas ya mencionadas (Drabaincana y Potentilla grandiflora) y a las tres de Ca-narias (Clethra arborea, Kunkeliella psilotocladay Normania nava), hay que añadir Aurinia si-nuata, dada a conocer por el botánico holandésClusius en 1576 sin precisar la localidad, aun-que dentro de lo que entonces se considerabaCastilla. Durante los siglos XVIII y XIX, Au-

rinia sinuata fue cultivada en diversos jardines botá-nicos a partir de semillas españolas y hay referenciasverosímiles de que crecía en Aranjuez (Madrid), pe-ro ninguna hipótesis concreta sobre las razones de sudesaparición.

La leyenda negra de la herborizaciónParece interesante destacar que en ninguna de las 25especies mencionadas se han documentado causas deextinción relacionadas con recolecciones abusivas oirresponsables. Un detenido examen del material de-positado en el herbario del Real Jardín Botánico deMadrid (CSIC), que es el mayor del país y como talpudiera considerarse un indicativo fiable, arroja los si-guientes datos: de once de las especies extintas no hayningún ejemplar español en dicho herbario, de nue-ve hay un solo ejemplar y de las cinco restantes haydos. Si se amplía la búsqueda a otros herbarios quetienen su material informatizado y puede consultarsea través de la página web de la Infraestructura Mun-

PLANTAS EXTINGUIDAS en España

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Ejemplar de Auriniasinuata conservadoen el herbario del RealJardín Botánico deMadrid (CSIC). No sesabe si fuerecolectado en losalrededores deAranjuez o si seobtuvo de plantascultivadas en el jardínque procedían de esamisma localidad (foto:Real Jardín Botánicode Madrid).

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Carlos Aedo aparececon un ejemplar deGeranium lindenianumdurante unaexpedición a losAndes venezolanos en2010.Leopoldo Medina bajouna hoja de Petasitesen el transcurso deuna expedición delproyecto Flora Ibericaal norte de Grecia enel año 2007.Marta Fernándezjunto al dragomilenario (Dracaenadraco) de Icod de losVinos (Tenerife) en2011.

dial de Información en Biodiversidad (GBIF) los re-sultados son muy similares. Tan sólo habría que aña-dir diez pliegos de herbario más que afectarían a cua-tro especies. En todos los casos se trata de recolec-ciones prudentes, que en modo alguno han afectadoa la capacidad de supervivencia de la especie y quehan contribuido a documentar su presencia en nues-tro país. Gracias a ellas hoy sabemos dónde estabanpresentes y podemos hacer algo para recuperarlas.Con estos datos pierde fuerza la leyenda de que losbotánicos contribuyen a que las especies se extingan,lo que ha desprestigiado un tanto las labores de re-colección en círculos conservacionistas.Más bien al contrario: las tareas de exploración yrecolección han tenido una consecuencia muy po-sitiva en la recuperación de especies que se creían ex-tintas. Eso fue lo que ocurrió con Allium rouyi, quevolvió a encontrarse en la Sierra Bermeja malague-ña en 1992; Botrychium matricariifolium, recien-temente localizado en dos localidades pirenaicas; yClypeola cyclodontea, aparentemente desaparecida ensu localidad zaragozana, pero encontrada en Burgosen 2008. En la misma situación están Polygonum ro-bertii, que se daba por extinto en la costa catalana yfue encontrado de nuevo en la misma zona en 2009;Ranunculus lingua, que volvió a herborizarse en Na-varra en 2003; y Silene tomentosa, que reapareció enCádiz en 1979. Aunque podrían citarse otros ejem-plos, hemos preferido señalar sólo algunos de losmás destacables para resaltar la importancia que, in-cluso hoy en día, tiene la recolección e identificaciónde las plantas.Estos hechos refuerzan la idea de que aún quedamucho trabajo pendiente y que sus resultados puedencontribuir de modo significativo a la conservación dela flora española. Sin embargo, es frecuente que se vea

obstruido por crecientes trabas burocráticas. La im-portante red de espacios naturales protegidos y la dis-persión de competencias entre las diversas adminis-traciones dificultan la tramitación de los permisos derecolección. Se da la paradoja de que las plantas se-ñaladas en el párrafo anterior tuvieron que recolec-tarse para poder ser estudiadas con minuciosidad enlas instituciones científicas y certificar así su identidad.Una actividad que podría considerarse práctica ilegalsi se aplicaran estrictamente las normas existentes.Para solucionar estas disfunciones, habría que bus-car mecanismos de cooperación entre las institucio-nes científicas responsables de las colecciones natu-rales y las administraciones que tienen competenciasen conservación. Lo más operativo sería que las ad-ministraciones delegasen la potestad de emitir per-misos en un pequeño grupo de instituciones cientí-ficas y que éstas se comprometieran a informar pun-tualmente de sus actividades y compartir la infor-mación obtenida. De este modo saldría fortalecida laconfianza mutua y la cooperación, habría menos bu-rocracia superflua y podría invertirse tiempo y re-cursos en lo que verdaderamente importa, que es me-jorar nuestro conocimiento sobre las plantas.

Bibliografía(1) Greuter, W. (1994). Extinctions in Mediterranean areas. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B, 344:

41-46.(2) Castroviejo, S. (ed. gen.) (1986-2012). Flora iberica. Real Jardín Botánico (CSIC). Madrid.(3) Anthos (2012). Sistema de información de las plantas de España. Real Jardín Botánico (CSIC) y

Fundación Biodiversidad. Recurso electrónico en: www.anthos.es(4) Bañares, A. y otros autores (2007). Atlas y Libro Rojo de la flora vascular amenazada. Ministerio

de Medio Ambiente. Madrid.(5) Bañares, A. y otros autores (2008). Lista Roja 2008 de la flora vascular española. Dirección

General de Medio Natural y Política Forestal. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural yMarino, y Sociedad Española de Biología de la Conservación de Plantas. Madrid.

(6) Bañares, A. y otros autores (2010). Atlas y Libro Rojo de la flora vascular amenazada. Adenda2010. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid.

(7) UICN (2001). Categorías y criterios de la Lista Roja de la UICN: Versión 3.1. Comisión deSupervivencia de Especies de la UICN. Gland (Suiza) y Cambridge (Reino Unido). Disponibleen: http://www.iucnredlist.org/documents/redlist_cats_crit_sp.pdf

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PLANTAS EXTINGUIDAS en España

Hemeroteca

Quercus 276 (febrero 2009)Ref. 5301276 / 3’90 · Lista Roja 2008 de la Flora Vas-cular Española. J.A. Algarra y otrosautores.

Insertamos un boletín de pedidos en la página 85.

Carlos Aedo Pérez es doctor en Biología e investigadorcientífico en el Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC). En laactualidad dirige los proyectos Flora iberica y Anthos.

Leopoldo Medina Domingo es doctor en Biología y titu-lado superior en el Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC),donde se dedica a la gestión técnica del proyecto Anthos.

Marta Fernández Albert es licenciada en Ciencias Am-bientales y está contratada por el proyecto Anthos para ges-tionar y editar sus bases de datos.

Dirección de contacto: Carlos Aedo · Real Jardín Botánicode Madrid (CSIC) · Plaza de Murillo, 2 · 28014 Madrid · Correoelectrónico: [email protected]

Autores

AgradecimientosLos autores desean reconocer el esfuerzo de aquellos profesionales y aficionados que de forma habitual contribuyen al conocimiento de la flora españo-la depositando sus recolecciones en los herbarios públicos. Agradecemos a las instituciones responsables de la investigación en España que vienen fi-nanciando el proyecto Flora iberica (CGL2011-28613-C03-01) desde 1980 y a la Fundación Biodiversidad que hace lo propio con el proyecto Anthosdesde 1999. Queremos agradecer también al Real Jardín Botánico de Madrid la cesión de la imagen de Aurinia sinuata, obtenida en el marco del pro-yecto de digitalización GPI que financia la Mellon Foundation.