dominguez y gonzalez fernando - el pensamiento masonico 3

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El pensamiento masónico Cuadernillos de estudios sobre Masonera Seccin Estudios. Revista Hiram Abif El Pensamiento Masnico ' por Fernando J. M. Domnguez y GonzÆlez (Keltoy) Presentacin por el V:. H:. Ricardo E. Polo : . Tercera Parte Editado por la Revista Hiram Abif edicin 2004

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Page 1: Dominguez y Gonzalez Fernando - El Pensamiento Masonico 3

El pensamiento masónico

Cuadernillos de estudios sobre MasoneríaSección Estudios. Revista Hiram Abif

El Pensamiento Masónico© por Fernando J. M. Domínguez y González (Keltoy)

Presentación por el V:. H:. Ricardo E. Polo : .

Tercera Parte

Editado por la Revista Hiram Abifedición 2004

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El pensamiento masónico

Historia recienteEn la actualidad, es posible que existan muchos pro-fanos (entre cincuenta o sesenta años de edad, ge-neralmente) que tienen algún conocimiento de lahistoria de nuestra Orden, recibido de sus padres,parientes o amigos de más edad.

Muchas de las posibles fuentes de información so-bre la Orden, son personas que conocieron, antesde la nefasta dictadura franquista, una época de li-bertad donde la Masonería Española, grande ennúmero y presencia pública, tenia una fuerte impron-ta en muchos ámbitos de la vida social.

Algunos de los que hoy se acercan a nuestra Orden(a veces sin sospecharlo), son hijos o nietos deMasones que ya pasaron al Oriente Eterno (fallecie-ron). Estos Hermanos, ancianos ya, por discrecióny para no complicar a sus familiares o amigos, ca-llaron su pertenencia a la Orden, durante los mu-chos años de dictadura.

En la sociedad actual, huérfana de una verdaderaespiritualidad y valores éticos, están naciendo oreapareciendo (por la demanda de gentes angustia-das por la falta de verdaderos ideales y metas) lassectas más extrañas y destructivas; extrañas escue-las de pensamiento; grupos racistas encubiertos bajola etiqueta de «culturales», etc.

Tampoco deberemos olvidar otras peligrosas «sec-tas» creadas por un cristianismo sectario y fanáticoque, sin estar catalogadas como destructivas, sabe-mos que lo son. Muchas de ellas, bajo una máscarade «pureza» evangélica, persiguen única y exclusi-vamente fines mercantiles.

Generalmente, las nuevas generaciones tienen muypoca o escasa información sobre la Masonería y susfines.

En la mayoría de los casos, la información de quedisponen está deformada por una herencia de des-crédito (el Régimen de Franco tuvo verdadera ob-sesión con nuestra Orden) generada por más de cin-cuenta años de oscurantismo.

El profano que se acerca a la Masonería deberá te-ner muy claro que está acercándose a una Socie-dad Iniciática de muy antigua tradición; a una Es-cuela de Formación Interior de características muyespeciales.

En la Masonería, al contrario de lo que sucede enlas sectas, no existen gurús o maestros que nos dic-ten conductas o líneas de trabajo.

Todo, absolutamente todo, dependerá de nuestrapersonal intuición y racionalidad para la interpreta-ción de los diversos Símbolos que, lentamente, ser-virán para despertar aleccionadoras «imágenes» oalegorías.

Se trabajará con conceptos e ideas que, según lapersonal intuición o grado de Conocimiento, tendrándiferentes interpretaciones, incluso entre los miem-bros de una misma Logia. Ello, pensamos, es sufi-ciente prueba de nuestra exquisita democracia yrespeto por las ideas de los demás.

Es seguro que nada o muy poco de lo escuchado enotras �pseudo escuelas iniciáticas� (algunos de losque llegan a nosotros han buscado en diferentes oequivocados caminos) será encontrado en la Maso-nería. En nuestra Orden no existen profetas, ma-nuales, gurús o figuras semejantes. Entre nosotros,como muestra de la libertad en la búsqueda delCamino, es común decir que: «cada uno tiene queTrabajar su Piedra, con las herramientas adecua-das y a su alcance».

Guardamos celosamente nuestras tradiciones devieja raigambre pues pensamos que no es posibleforjar el presente ignorando el pasado, ni mirar alfuturo sin tener en cuenta las enseñanzas de los quenos precedieron pero, al mismo tiempo, tenemosque tener siempre presente la máxima: «somos deeste mundo».

El Aprendiz, tiene que ser consciente de que ape-nas ha iniciado sus primeros pasos o balbuceos porel Camino solamente insinuado en la ceremonia desu Iniciación. Esta ceremonia, por si misma, no leconfiere Conocimiento alguno, sino que le sitúa enel inicio del Camino que a él conduce. El Iniciadodeberá trabajar con las herramientas de su grado,de manera constante y sin desmayo, intentando pulirsu Piedra.

Más adelante, si sus compañeros lo juzgan apto,podrá escalar el siguiente peldaño (Compañero). Eneste grado, las herramientas ya son otras y las res-ponsabilidades también.

Cuando pasado el tiempo su maestría sea demos-trada, y así lo crean sus Hermanos, podrá ser admi-tido entre los Maestros. Estos son los tres grados dela Masonería y, en realidad, los únicos heredadosde la Masonería Operativa y comunes a casi todoslos Ritos. Los demás grados (que no lo son; sino«distinciones», pueden variar según el Rito).

Uno de los Ritos más conocidos y extendidos entodo el mundo Masónico es el R.E.A.A. (Rito Esco-cés Antiguo y Aceptado).

En él existen 33 grados, de los cuales 30, son sim-

El Pensamiento MasónicoTercera parte

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bólicos y tres azules (Aprendiz, Compañero y Maes-tro). Existen también otros Ritos, con distinto núme-ro de grados simbólicos. Generalmente, estos Ritosson poco comunes.

Independientemente de los grados, existe en casitodos los Ritos el común denominador de la tríada:Aprendiz, Compañero y Maestro, grado éste últimoque simboliza la �perfección�.

El Masón ha de tener siempre presente que, inde-pendientemente de los grados simbólicos o «diplo-mas» que sus Hermanos le concedan, deberá sen-tirse siempre �Aprendiz�. Siempre deberá estar enun continuo proceso de aprendizaje y perfecciona-miento.

IdeologíaIdeologíaIdeologíaIdeologíaIdeología

No existe una ideología Masónica o de la Institución(¡ allá cada hermano con su bandera !). Para evitarconflictos, en nuestras Logias guardamos celosa-mente la vieja y sensata costumbre de no hablar depolítica o religión dentro de ellas, y únicamente lohacemos, cuando es necesario para esclarecer al-gún asunto que se está tratando.

Intentamos ser extremadamente respetuosos contodas las ideologías, de la misma manera que losomos con las religiones ( a pesar de no haber he-cho lo mismo, alguna de ellas con nosotros).

Por definición (como Institución) somos apartidistas,si bien los miembros de la Orden, como personasinvolucradas en los problemas de la sociedad enque viven, son totalmente libres de afiliarse a parti-dos políticos, sindicatos o pertenecer a cualquieriglesia o confesión religiosa. La Masonería no inter-fiere, en absoluto, en la vida de sus miembros fuerade los «muros» del Templo.

Lo único que se exige es una trayectoria limpia yética de acuerdo con la conciencia y recto entenderde cada uno de ellos.

Una cosa es la «disciplina» interna necesaria dentrode la Logia, para evitar enfrentamientos inútiles yotra la injerencia de la Masonería en la vida privadade sus miembros.

Que la Masonería, como Organización, sea apolíti-ca o no religiosa no es impedimento, como ya he-mos dicho, para que muchos de sus miembros es-tén activos en la vida política, pertenezcan a orga-nizaciones sindicales o participen en movimientossocioculturales de la más diversa índole.

De hecho, muchos de los grandes logros socialesde la Humanidad en los últimos siglos, tienen unaimpronta Masónica innegable: Cruz Roja, La Cartade la ONU, Derechos Humanos, Unión Europea, BoyScout, etc.

Ello es un buen ejemplo de lo que se decía anterior-mente sobre lo involucrados que están los Masonesen la problemática social de nuestro tiempo: «nadade este mundo debe sernos ajeno, pues formamosparte de un todo indivisible».

Estas son algunas de las respuestas (muchas deellas son producto de la propia trayectoria Masónicadel autor) que espero sirvan de ayuda a los profa-nos que deseen acercarse a la Masonería con lim-pias y sinceras ideas de aportar su piedra pulida parala construcción, codo con codo, del Templo de laFraternidad Universal.

Hoy, más que construir catedrales e iglesias que sir-van para la oración, debemos aprender a edificarotra clase de Templos Interiores que nos permitanlevantar la Obra siempre inacabada de la perfec-ción del hombre y, por extensión, de la Humanidad.

En nuestra Orden, hogar de hijos ilustres y gentessencillas, todos los hombres libres pueden encon-trar Trabajo y Herramientas para perfeccionarse. Elmodo de emplearlas o cómo labrar su Piedra Inte-rior dependerá de su personal elección y capacida-des.

Para terminar, desearía explicar brevemente unainscripción que el profano encontrará ante sus ojos,si algún día es admitido e iniciado en la Masonería:V.I.T.R.I.O.L. Esta inscripción, de vieja tradiciónalquímica, viene a decirnos: «Baja a lo más profun-do de ti mismo y encontrarás la piedra oculta».

Los pitagóricos tenían una frase similar: «Conócetea ti mismo». Ambas encierran la misma enseñanzaintemporal, en la que descansa el núcleo de la me-todología Masónica.

En el profundo sentido de estas inscripciones resideel verdadero ALFA y OMEGA de la Masonería; bus-car en nuestro interior y, con el trabajo constante,transmutar nuestro núcleo central. Este perfeccio-namiento, no cabe duda, es de provecho no sola-mente para el Masón, sino para todo el Universo ¿No nos encontramos ante una hermosa meta ?

La Masonería: �Religión� sin Libro.

En nuestra sociedad occidental, que yo sepa, sola-mente existe una Religión de los Hombres Libresque no tiene ni necesita un Libro Sagrado: la Maso-nería.

Mi opinión personal, que intentaré desarrollar lomejor posible a continuación, es muy positiva res-pecto a esta �ausencia� de un cuerpo doctrinal es-crito, procedente de un Maestro, Profeta o discípu-lo.Antes de seguir adelante, digamos que la utilizacióndel termino �Religión�, por lo que respecta a la Ma-sonería Universal, no deja de ser una licencia o re-curso literario para referirme a una serie de Tradi-ciones, Símbolos y Rituales que nos aglutinan bajola bóveda de un Templo con precisas medidas ycomún a todos los que nos consideramos �Artesa-nos de la Piedra�.

Personalmente, me ceñiría a la acepción que algu-nos diccionarios dan para la Religión Natural: �ladescubierta por la sola razón y que funda las rela-ciones del hombre con la divinidad en la misma na-turaleza de las cosas�. En este sentido, y no otro,podría ser tomado el término �Religión� aquí em-pleado.

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Todas las grandes religiones �reveladas� tienen unLibro o Libros Sagrados que, generalmente, son losque han proporcionado los elementos básicos parael posterior desarrollo de un cuerpo doctrinal.

En este cuerpo, comúnmente desarrollado con pos-terioridad a la �desaparición� del Maestro o del Pro-feta, descansa toda el �armazón teológico� , a ve-ces demasiado complejo y elaborado para que re-sulte comprensible a los fieles, sin la ayuda de los�expertos�.

En nuestra �religión�, no sucede así. Nuestro Libronunca se empezó a escribir y permanecerá por siem-pre �inacabado�. Esta especial y única circunstan-cia, no permite elaborar una teología, ni muchomenos elevar a la categoría de dogma posibles con-clusiones, dado el carácter evolutivo de nuestra Or-den y la no exigencia de una fe de tipo religioso.

Los Masones, afortunadamente, siempre hemosestado escribiendo renglones, en un Libro invisiblee intemporal, que refleja cada tiempo y evoluciónde nuestra Orden y, todo ello, por medio de herma-nos de distintas razas, mentalidades y formaciónintelectual. Vivimos el hoy, sin olvidar el ayer y conla vista puesta en el futuro.

No deberíamos quedar anclados en unas concep-ciones que, de ser consideradas inamovibles, nosllevarían a un �conservadurismo� incompatible conla Tolerancia (virtud Masónica por excelencia) quepredicamos y debemos practicar durante nuestravida, con propios y extraños.

A mi juicio, es bueno que nuestro Libro nunca seacabe de escribir puesto que esta �intemporal� evo-lución, nos permite seguir siendo la �religión� de to-dos los hombres libres que, en cada época, puedenver reflejadas en ella sus inquietudes con un len-guaje actual y, lo que aún es mejor, pueden aportarlibremente sus ideas ( o renglones) a la nunca fina-lizada Obra..

No dependemos (para poder �interpretar� el signifi-cado de lo escrito en este Libro inexistente), de teó-logos o eruditos que nos digan como hemos de ha-cerlo. Nosotros, y nadie más, deberemos interpre-tar lo �escrito� en sus páginas. Con la intuición de-beremos descifrar los Símbolos cuyo significado,según el grado de formación Masónica, podrá va-riar de unos a otros Hermanos.

Nuestra �religión�, apoyada en un Simbolismo an-cestral y que la Tradición nos ha legado de las másricas y diversas fuentes, no nos exige una interpre-tación rígida y codificada, sino todo lo contrario.Esta especial característica, permite que la intuiciónde cada uno de nosotros, aporte nuevas y variadasinterpretaciones que nos enriquecen de manera con-tinuada.

La interpretación de los distintos Símbolos (inclui-dos los de cada grado) es libre y dependerá de lacitada intuición de cada uno de los iniciados, o desu grado de Conocimiento, el llegar más allá de loevidente o primario del Simbolismo que a su consi-deración se somete.

Esta misma libertad, nos permite encontrar signifi-cados enriquecedores para nuestra formaciónMasónica. La variedad, dentro de una concepcióncomún de los objetivos, hace de la Masonería lamás tolerante y rica de las �Religiones�.

Llegados a este punto, seria conveniente prevenir-nos contra los que, también dentro de la Masonería,pretenden erigirse no en �Teólogos� pero si un pocoen �Ideólogos�. Existe esta tendencia dentro, muyespecialmente, de la Masonería de los altos Gra-dos.

Nunca deberemos caer en la tentación de seguir las�instrucciones� de estos ideólogos. Una cosa es acon-sejar al Aprendiz, en sus inicios del Camino y otramuy distinta, pretender que todos los Hermanos deuna determinada Obediencia, sigan determinadasdirectrices. Caeríamos en la trampa que deberemossiempre evitar como Masones: ¡dejar de trabajarnuestra propia piedra, con nuestros propios medios!

La �Religión� de los Masones, por su carencia dedirectrices, es la única que permite realizar el cam-bio interior desde la total libertad del hombre. So-mos libres para emprender el Camino y, con el amoral trabajo, realizar nuestra particular Obra lo mejorposible según nuestro buen saber y entender.

Somos libres, también, para dejar de trabajar la pie-dra en cualquier momento. Hagamos lo que haga-mos, solamente nuestra conciencia será el juez denuestros actos.

Nuestro Libro, con el único soporte físico de nuestroTrabajo Masónico libremente elegido, será tan creí-ble como lo haya sido nuestra trayectoria.

Nadie, absolutamente nadie podrá �condenarnos� portransgredir dogmas inexistentes pero, eso si, noso-tros sabremos de la falsedad o verdad de los con-ceptos o renglones escritos en sus imaginarias pá-ginas.

Hagamos que lo escrito en nuestro personal �Libro�(un eslabón más en la interminable cadenaMasónica) sea limpio y creíble para los futuros Ma-sones.

Aún sin el soporte físico de un Libro de bellas cu-biertas, nuestras páginas pasarán a la memoria co-lectiva, serán memorizadas por nuestros hermanos,por nuestros amigos y, aún siendo solamente oral-mente transmitidas, confiemos en que algo de nues-tro Trabajo pase a la posteridad.

¿Sois Masón?(Diálogo Intemporal)

Por la estrecha senda que conduce a la lejana al-dea, cuyos tejados humeantes la delatan entre laespesa niebla, dos hombres caminan. El uno, barbablanca y traje de morado y burdo paño; el otro, cal-zas cortas, medias verdes y camisa de lino, conchaleco de fino paño. Desde hace dos días, des-pués de haberse conocido en la última posada, ha-cen juntos el camino.

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Su conversación parece muy animada. El más jo-ven, estudiante de medicina, comenta con el ma-yor, sus experiencias con el cuerpo humano y susdistintos órganos.

Realmente, podéis creerme, nada de misterioso oextraordinario he podido observar en los cadáveresque estudiamos en la universidad. Todos, en su pu-trefacción, me convencen cada vez más de la hu-mana miseria.

Pero, contesta el mayor, ¿no habéis encontrado nadaque os haga pensar en lo complejo y maravillosodel Ser Humano?

Nada, responde el joven con rotundidad.

¿Habéis podido observar el cerebro? Insiste el ma-yor de los dos.

Naturalmente. Entre sus pliegues no he encontradoel Alma ni nada que se le parezca. Es un órgano delo más vulgar. Sus hemisferios, arrugados como unanuez, solamente contienen una densa materia blan-cuzca y gris. Nada trascendente he observado enellos.

Permitidme, responde el mayor, que no dudando devuestra apreciación, os pregunte ¿realmente pen-sabais encontrar el Alma entre los pliegues del ce-rebro?

Al principio si pero después ya no. Veo que vos siparecéis creer en ese tipo de cosas. Yo, sincera-mente, solamente creo en lo que es demostrable ypalpable. Todo lo demás, es pura disquisición filo-sófica.

Habéis de saber, joven amigo, que yo tampoco creoen todas las cosas no demostrables pero tocante al«espíritu» (como yo lo entiendo) no tengo ningunaduda de su existencia y lo empírico no me sirve paraexplicarlo. Mi experiencia me dice que ciertas co-sas que los hombres menosprecian por no sercomprobables y tangibles, existen a pesar de todo.

¿Acaso pensáis que somos un montón de carne yhuesos solamente? ¿Dudáis de la trascendencia denuestros actos, o de la inter-relación entre la psiquey su soporte físico?

¿Qué más podéis ver vos en un cuerpo humanomuerto y putrefacto?

Puedo «ver» su pasado lleno de inquietudes; los añosde la niñez con sus juegos y travesuras; la adoles-cencia enamorada; la juventud ilusionada y unamadurez llena de pensamientos retrospectivos so-bre lo que pudo ser y no fue. Puedo ver un Ser Hu-mano atormentado por la injusticia y abusos de re-yes y nobles; preocupado por el incierto futuro yhaciéndose las eternas preguntas que aún hoy noobtuvieron respuesta.

No deja de ser curioso, amigo mío, que siendo an-ciano como sois, os intereséis por asuntos metafísi-cos que solamente a la inquietud de vuestro espíritupueden conducir. Lo que realmente importa es quecomáis, tengáis un lecho para dormir y que vuestra

vejez transcurra lo más placenteramente posible. Lodemás, pienso yo, es preocuparos demasiado.

Es fácil, mi joven amigo, despreocuparse de losdemás pero ¿habéis pensado alguna vez en la �uni-dad� de todos los hombres y en la dependencia queunos de los otros tenemos? ¿Nuestro mismo origeny destino?

Hermosos pensamientos pero, decidme: ¿Qué esel ser humano al final?

El hombre es el fruto de sus desvelos y de los que leprecedieron. El hombre, amigo mío, es el portadorde la chispa que la Fuerza Primordial depositó en él;el depositario de la inteligencia creadora que le hacecopartícipe del destino del mundo y de la humani-dad. No somos una isla en el mar sino riachuelosque, aún siguiendo cauces distintos, al final se unenen un mismo río, camino de un único destino.

Muchas cosas veis en el ser humano que yo, concuchillo y tijeras, despedazo para no encontrar másque vísceras.

El hombre, finalmente, puede forjar y modificar nosolo su destino, sino el de los demás. Vos, yo y to-dos los demás mortales, somos parte de un «todo»indivisible por ser único en esencia, origen y desti-no. Las diferencias entre los hombres, solamenteaparentes, las perpetuamos con nuestros prejuicios,egoísmo y falta de equidad.

¿Qué podéis hacer vos para cambiar el mundo y suinjusticia, pobre anciano?

Lo que esté en mi mano. Durante mi larga vida hemantenido conversaciones con mucha gente en ca-minos y posadas, comunicando estas reflexiones.Casi todos mis interlocutores eran escépticos comovos pero, a pesar de ello, siempre he intentado sem-brar dudas que lleven a pensar; que muestren loerróneo de ciertas convicciones y prejuicios quearrastramos durante toda nuestra existencia.

¿Pensáis acaso que somos hijos de Dios, como losfrailes nos dicen en sus sermones de Cuaresma?Sinceramente, parecéis un hombre muy religioso.No exactamente, como vos lo entendéis, amigo mío.Soy «creyente» de una religión de los hombres li-bres que vos no conocéis. No os he hablado de nin-gún Dios, ni aconsejado vuestro retiro en conventoo cenobio alguno. Pienso que más valiente es elhombre que, en este mundo y desde él, intenta lu-char contra la injusticia, comenzando por ser justoconsigo mismo.

Decid como se llama esa extraña religión, solamen-te por curiosidad.

El nombre no importa ahora. Se trata de una que notiene Libro Sagrado. Los que en ella creemos, escri-bimos en sus invisibles páginas durante toda nues-tra vida. En este mismo momento, joven amigo,estoy escribiendo otra nueva página con vos.

Vuestras ideas, me desconciertan e inquietan. Yosoy más realista y busco mi mejor fortuna sin impor-tarme mucho la de los demás. Cierto es que he no-

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tado en vos algo que os hace distinto del resto delas gentes que he conocido. Sois sincero al exponervuestras convicciones y lo hacéis con gran mesuray tolerancia. Os admiro por ello.

Os agradezco el halago que ello para mí suponepero he de confesaros un secreto: para pensar ydecir así, como yo lo hago, no hace falta más queuna mirada a nuestro interior. Ahí, donde vos duran-te vuestros estudios del cuerpo humano nada veis,está el secreto de mi �religión�.

¿En que órgano?

En todos y en ninguno, amigo mío. Vos solamenteveis lo palpable pues, lamentablemente, vuestrosojos no pueden ver más allá. Tenéis una cegueraque solamente con la «muerte» se cura.

¿Con la muerte decís? Ahora vuestros años os es-tán jugando una mala pasada, anciano.

Necesario es morir, para liberarnos de ataduras quenos privan de la libertad. Una vez hemos pasadopor el trance de la «muerte» podremos renacer. Esla única manera de que el hombre «vea» el Univer-so con nuevos ojos. Solamente así podréis enten-der lo que os he dicho durante el camino. Debéisdejar atrás vuestros viejos y erróneos conceptos,vuestros prejuicios.

Estáis hablando con palabras que no entiendo deltodo: morir para renacer ¿Acaso estáis hablando dela reencarnación?

No os he dicho eso. No tenéis que morir físicamen-te, sino a los prejuicios; a la falta de tolerancia; a lainjusticia; a la indiferencia. Tenéis que renacer comoun hombre nuevo que, poseedor de nuevos ojos, escapaz de ver y actuar de otra manera. ¿Habéis oídohablar de la transmutación que se dice llevan a cabolos alquimistas con sus trabajos? También vos, pormedio del proceso constante de refinado de vues-tro �metal�, podréis alcanzar otro estado: convertirvuestro plomo en verdadero �oro� ¿Me comprendéisahora?

No resulta fácil entender vuestras analogías pero,decidme ¿Cómo es posible hacerlo?

Largo seria explicarlo. Habéis dado el primer pasocon vuestra curiosidad. Muchos nada hicieron para«renacer» pero vos, joven escéptico, ya no lo soistanto. En vuestro interior he sembrado algunas du-das que os harán seguir pensando en lo habladodurante nuestro camino. Vuestras preguntas quizáreciban respuesta algún día, desde vuestro interior.Tenéis que encontrarlas vos mismo, pues nadie pue-de responderlas por vos.

Decidme ¿Sois muchos los creyentes en esa extra-ña religión sin Libro?

Muchos pero no bastantes, en verdad. A lo largo devuestra vida es posible que encontréis otros que oshablen como yo. Cuando así sea, para asegurarosque son mis Hermanos, podéis preguntarles sin te-mor: ¿Sois Masón? La respuesta debe ser: �Mishermanos me reconocen como tal»

Al fondo, ya cerca, los tejados humeantes de la al-dea anunciaban el despertar de sus habitantes. Losgallos, aún roncos por la espesa niebla que bajabade las montañas circundantes, cantaban al nuevodía.

Cuando el joven, distraído hasta entonces por laproximidad de las primeras casas miro atrás, el an-ciano había desaparecido, como esfumado en laespesa niebla.

Buscó afanosamente por los alrededores y, despuésde un rato, y apoyado en el tronco de un añoso ro-ble, encontró una hoja de papel amarillento con unaenigmática inscripción en tinta roja: «V.I.T.R.I.O.L.»

Caminó lentamente, pensando en las palabras delanciano y se adentró en la calle principal de la al-dea, llena de charcos de la reciente lluvia.

Entró en la oscura posada. Sentado a una de lasmesas, un anciano, muy parecido a su anterior com-pañero de viaje, le sonreía francamente.

¿ Me reconocéis como tal ?

Recientemente, y después de un cierto tiempo in-quieto por el desasosiego producto del remordimien-to y la vergüenza, he llegado a una conclusión que,para algunos podrá parecer una tontería productode mi senilidad y, para otros, un pueril juego de mipobre intelecto para cubrir una página más.

Para mi, he de reconocerlo, ha sido toda una reve-lación: hoy me he dado cuenta de que, a partir deahora y no antes, puedo manifestar a los cuatro vien-tos mi condición de MASON.

¿Acaso, podrá preguntarse alguno, ha estado ocul-to entre nosotros un profano? ¿Acaso, preguntaránotros, no era un H.·. el que nosotros habíamos reco-nocido siempre como tal?

Formalmente, nunca os he engañado. He sido re-gularmente iniciado, ascendido y exaltado; he he-cho mis promesas según el Rito y la Tradición; heasistido a Tenidas en Templos de nuestra Orden; heparticipado en la Liturgia; he transmitido mis inquie-tudes e ideas en algunos escritos; muchos HH.·. yHHnas.·. me han honrado con su fraternal amistady confianza.

Pero, a pesar de todo, siempre ha existido un secre-to que nunca me he atrevido a desvelar y que hoy,deseo comunicar a todos mis HHnas.·. y HH.·. contotal sinceridad. Se trata de la confesión de mi inca-pacidad para comprender en que consistía SERMASON.

Muchos de mis HH.·. y HHnas.·. han tenido siemprela certeza de que yo conocía el ARTE; comprendíael SIMBOLISMO; podía dar respuestas a los HH.·.Aprendices. Todo, absolutamente todo, era produc-to de su confianza en mi. La realidad, QQ.·.HH.·. yHHnas.·. era muy otra.

Confieso haberme atrevido a exponer cuestiones quea todo Masón investido de la Maestría conciernen,

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sin realmente poseer el debido conocimiento paraello; haber dado opiniones sobre éste o aquél temacon verbo rápido y a veces aparentemente brillante,sin más objeto que el de «mostrar» mi supuesta for-mación Masónica; haber debatido con HH.·. yHHnas.·. cuestiones filosóficas aparentando poseersaberes de los que no disponía. Haber, en definiti-va, adornado mi suprema ignorancia con la verbo-rrea de quien sabe no saber.

Curiosamente, la «técnica» de ocultación, elcamuflaje de mi ignorancia, ha dado resultado has-ta hoy y, pudiera ser que hubiera seguido así pormucho tiempo o quizá hasta mi desaparición física.Incluso pudiera haber sido que, después de sucederlo inevitable, y ante mis cenizas, algún H.·. o Hna.·.entonase un hermoso panegírico en honor a mispasados e inexistentes méritos Masónicos.

Hoy, sin saber explicarlo bien, he recibido una espe-cie de sacudida; mi conciencia no me ha dado mástregua y los remordimientos, me impiden convivirpor más tiempo con la MENTIRA.

He de confesar que durante todo este tiempo, en mipedantería de Masón ignorante pero revestido deun hermoso Mandil, nunca he trabajado mi Piedra,como prometí.

Nunca me he parado a profundizar en el verdaderosignificado de la frase alquímica que por primeravez contemplé en la Cámara de Reflexión(V.I.T.R.I.O.L.), ni por supuesto he dedicado una horade mi vida Masónica a reflexionar sobre el verdade-ro y profundo significado de ser MASON. Solamen-te la vanidad; el deseo de ser considerado entre misHH.·. y HHnas.·. me ha conducido a manifestarmesiempre; a intentar estar en primera fila.

Llegado a este punto de mi «examen de concien-cia», me pregunto:

¿Cómo confesar la Verdad a estas alturas?

¿Cómo declarar a mis HH.·. y HHnas.·. la mentiraen que he vivido todos estos años?

¿Cómo reconocer mi ignorancia?

Esta tarde, contemplando un paisaje ciertamentebucólico, y en perfecta comunión con la Naturaleza,toda mi anterior vida Masónica ha pasado ante misojos. He vuelto a ver los momentos de mi Inicia-ción; mi ascenso a Compañero; la representaciónde la muerte de Hiram: la rama de Acacia.

Todo ello, entre la niebla producto del tiempo trans-currido, me ha parecido como algo lejano y sin mássentido que una escenificación dramática, más omenos afortunada, de mis HH.·. y HHnas.·. Nunca,después de aquellos momentos, me he parado aprofundizar en el Simbolismo de todo ello.

Yo, el principal intérprete en aquellos dramas, habíacreído hasta hoy que por el simple hecho de haberparticipado en ellos, ya estaba en posesión del granSECRETO de la Masonería; ya podía codearme conotros HH.·. y HHnas.·. en igualdad de condiciones;ya era importante por conocer Palabras y Toques

que me permitían identificarme como miembro dela Masonería Universal por doquier.

Hoy, por primera vez, después de años, he com-prendido la pedantería, la egolatría y la estupidezque me han impedido ver en que consiste la verda-dera condición de Masón.

He comprendido que muchas de las enseñanzas orecomendaciones leídas, escuchadas o sugeridaspor algunos HH.·. a los que consideraba «doctos»,no me han llevado a conocer la simple esencia demi condición Masónica, sino a convertirme en unafónico «eco» de trillada verborrea sin valor alguno.

Ellos, como yo después, lo único que hacían erarepetir de manera mecánica frases, sentencias acu-ñadas por otros, usando un vocabulario pomposo yvacío solamente lleno de verbo sin espíritu y con-vencimiento.

¿Realmente soy Masón?, me he preguntado mu-chas veces, sin desear escuchar la respuesta.

Sentado a la orilla del río, contemplando sus aguascamino de la mar, por fin he comprendido la esen-cia de lo que realmente es ser MASON. Es menoscomplejo de lo que parece pero, cegado por misansias de mostrar conocimientos y virtudesinexistentes ante mis HH.·. y HHnas.·.; por aparen-tar ser un Masón estudioso y prudente, nunca mehabía parado a reflexionar seriamente sobre ello.

El curso del río, generador de vida y después decumplida su misión, busca la lejana mar con humil-dad y legítima satisfacción del deber cumplido. Allí,una vez disuelto en la madre de todos los ríos, per-derá su SER individual en aras de lo común; de lorealmente importante.

Ahora comprendo que el proceso de regeneración,eterno y necesario, se inicia con la disolución del ríoen la inmensa mar. Proceso necesario para laTRANSMUTACIÓN.

Esta TRANSMUTACIÓN, solamente será posible porla total disolución de cada uno de nuestros persona-les «ríos» dentro del Athanor cósmico donde todaslas personales ambiciones deben serTRANSMUTADAS en un nuevo elemento muchomás rico, puro y transparente: LA BÚSQUEDA DELSUPREMO BIEN COMÚN.

De manera inesperada, se ha producido en mi laCATARSIS necesaria. He comprendido lo vano demuchas de nuestras luchas y disquisiciones sobretemas banales y sin interés real; he comprendidoque el núcleo de nuestra razón de SER, no consisteen Rituales, Palabras o Toques (aún siendo parteimportante de una tradición a conservar), ni en lamonótona repetición de nuestra trilogía: Libertad,Igualdad, Fraternidad. Todo ello, lo he comprendidohoy, no confiere a nadie la condición de MASON.

El SER MASON, ésta es mi profunda convicciónahora, pasa ineludiblemente por un profundo senti-do de pertenencia comprometida al Género Huma-no; por la profunda comprensión de origen y destinocomunes; por entender realmente la importancia y

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necesidad de contribuir al «TODO», en aras de unaHumanidad más justa y fraterna.

Todo ello, solamente es posible después de haberllegado a la realización, prima e indispensable, dela personal transmutación alquímica a que se refe-ría la frase V.I.T.R.I.O.L. ignorada hasta ahora pormi ¡En ella estaba la primera clave!

Pienso que en estas simples reflexiones, asumidascon todas sus consecuencias, radica el mayor Se-creto Masónico que nos es permitido desvelar peroque, curiosamente, permanece durante mucho tiem-po ignorado por muchos como yo.

He recordado que, en algunos casos, a la citada fra-se alquímica se le añadía: «verdadera medicina».Efectivamente, se trata de una «medicina» que,como Masones, no podemos guardar en secretosolamente para nosotros y para nuestro círculo deHH.·. y HHnas.·. Estamos solidariamente obligadosa compartirla con todos.

Por fin he comprendido que, a partir de ahora, de-beré tener en cuenta (olvidando todo aquello que heoído repetidas veces de otros tan ignorantes comoyo) solamente lo que mi corazón ayudado de la ra-zón me dicte.

He comprendido que debo dejar de lado personalis-mos y banderías que a nada conducen; he entendi-do, por fin, que ser MASON, consiste básicamenteen comprender la necesidad ineludible de combatirtodo aquello que evite el progreso del Ser Humanoen todas sus positivas potencialidades. Empezandopor nosotros mismos.

Tenemos que ver, en la meta de una Humanidadmejor, nuestra máxima aspiración, dejando a un ladonuestros mezquinos intereses. Solamente este su-premo objetivo tiene sentido para un MASON y de-bería ser su razón de SER.

Hasta este momento, he sido incapaz de pensar enel contenido, puesto que solamente me interesabael continente.

Hoy, sentado a la orilla del río, he tenido la sensa-ción de haber dejado un pesado lastre tras de mi,después de reconocer, primero ante mi y ahora antevosotros, mis pasados errores y de comprender¡por fin! qué es ser Masón. Hoy me he puesto elMandil para trabajar con las herramientas casi oxi-dadas por falta de uso.

La Piedra Bruta, olvidada hasta hoy en una esquinadel Taller, me invita a labrarla. Sus aristas son mu-chas pero, si es necesario, reiniciaré el Trabajo don-de lo abandoné el mismo día de mi Iniciación.

Ahora, después de dar a conocer públicamente mimentira y la ausencia de Masónicas conviccionesdurante mucho tiempo, lo único que me sigue pre-ocupando es vuestra respuesta a la pregunta:

¿Me reconocéis, a pesar de todo, como Herma-no?

Espero que vuestro perdón por el engaño, venga

acompañado de sabios consejos, adornados deMasónica Tolerancia. A partir de ahora, partiendodel centro, mediré cuidadosamente mis palabras yobras para con todo miembro del Género Humano.

Seré, o por lo menos lo intentaré con todas mis fuer-zas, humilde entre los humildes y Aprendiz entre lossabios.

Ser mason (I)(Definición para un profano)

Desde hace tiempo (y pensando en la informaciónque podemos ofrecer a un profano que se interesapor nuestra Fraternidad) se viene intentando definir,de manera comprensible para los no iniciados ¿Quées ser Masón? La verdad, es que resulta un tantodifícil, explicarlo en unas pocas líneas.

Si difícil resulta explicar qué es la Masonería (primera pregunta que un profano debería hacernos),dejar claro en pocas palabras qué es ser Masón,resulta una dura tarea. Lo intentaré, sin garantizarel éxito y siempre a título personal y según mi manerade entender la Masonería.

Para un Masón, debido a que eligió libremente elCamino como consecuencia lógica de unasdeterminadas convicciones previas y el posteriorTrabajo ya dentro de nuestra Fraternidad, resulta fácilcomprender qué es lo qué siente y desea.

Para un profano, sin la más ligera idea, resultabastante incomprensible todo lo que suena aMasonería o Masón. La inmensa cantidad deliteratura impresa sobre nuestra Fraternidad (de unoy otro signo) hacen bastante difícil separar el trigode la paja, incluso para los que estamos dentro deella.

Ser Masón, según uno que lo es, es un estado de�vigilia� o �sensibilidad� especial. Este estado, nospermite detectar ciertos fenómenos ( en la sociedaden que vivimos y en el universo) que, por medio denuestra formación Masónica, primero y por nuestraactuación, después, intentamos comprender y aplicaren nuestra vida.

No deseamos hacer este cambio hacia metassectarias o partidistas (como algunos pensaron y aúnpueden pensar), sino hacia realidades deseadas porcualquier persona con una mediana sensibilidad:justicia, libertad, fraternidad, desaparición deprejuicios por razones de raza, sexo o religión.

En donde nos diferenciamos, de la mayoría, es preci-samente, no en el �deseo�, sino en la �actuación�.

Nuestra formación como Masones (la transformacióno paso del estado �bruto� hasta el que, después debastante trabajo podemos alcanzar) y la metodologíaque empleamos durante un aprendizaje que nuncatermina, nos permiten ser �diferentes�. Estadiferencia no debe tomarse en sentido peyorativohacia los demás miembros de la sociedad de la que

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formamos parte, sino en sentido real y constatable.Somos diferentes pues, por las razones antesexpuestas, vemos las situaciones con los coloresdel prisma Masónico.

Un Masón, por definición, nunca podrá permanecerinsensible, ante la injusticia, el dogmatismo, laignorancia o la tiranía, sean del signo que sean.

Un Masón, intentará con todos los medios lícitos asu alcance, cambiar las situaciones denigrantes paracualquier miembro del Género Humano, sea Masóno no. En esta actitud comprometida, se diferenciaun Masón de otros que no lo son.

También se ha dicho siempre (y es realmente cierto)que existen muchas personas (a las que llamamos�Masones sin Mandil�) que sin pertenecer a nuestraFraternidad sienten gran parte de nuestras mismasinquietudes. A estos (a pesar de no utilizar laMasonería ningún tipo de proselitismo), desearíamosverlos un día entre nosotros.

¿Qué sucede para que un hombre o mujer de lasociedad �profana� emprenda el camino hacia laMasonería?

Generalmente, se trata de personas que, de algunamanera, han tenido contacto con algún Masón o,también, han leído algún tipo de literatura Masónicaque ha despertado su simpatía e interés por nuestraFraternidad.

Un buen día contactan con uno de nosotros ydespués de comprobar que su inicial interéspermanece, llaman a nuestras puertas para seriniciados. Estos suelen ser los pasos más típicos deacercamiento a nuestra Fraternidad.

El Masón (según mi personal experiencia) meatrevería a decir que �nace� antes de �hacerse�.Nace, puesto que tiene que poseer una determinadapredisposición o sensibilidad que lo �empujan� aserlo. Se hace, dado que la sola predisposición, sinel método y el aprendizaje necesarios, no sonsuficientes para ser considerado Masón.

El Masón, si realmente ha comprendido la inscripciónVITRIOL = �Baja a lo más profundo (de ti mismo) yrectificando encontrarás la Piedra Oculta�, que puedever en la Cámara de Reflexión, cuando estáredactando su Testamento Masónico, nunca dejaráde pulir las múltiples aristas de esa PIEDRA INTE-RIOR. Esa, y no otra, es su primera y constantemisión: pulirse a sí mismo con el trabajo y el estudiopara ser capaz de irradiar, hacia sus Hermanos ytambién a la sociedad profana, los logros (energíaspositivas y constructivas) de su Trabajo interior.

De hecho, muchas veces nos reconocerán como�distintos� (en la sociedad profana, en nuestro puestode trabajo, etc.) aún sin saber que pertenecemos ala Masonería. Ello seria una indudable prueba deque nuestra actuación, a todos los niveles, es op-tima.

Una gran número de personas, hombres y mujeresde todos los puntos cardinales y razas de la tierra,luchan por lograr una nueva concepción del

Universo. Solamente reconociendo que todos somoshijos de una misma Fuerza Primigenia y que nuestrodestino es común, podrán desaparecer los prejuiciosque hoy dividen al Género Humano. Este es otro delos importantes objetivos del Masón.

Algunos de nosotros, inclinados al esoterismo,dedican sus esfuerzos a estudiar esta rama delConocimiento, mientras que otros, más �anclados�en este mundo, se realizan trabajando por la justiciasocial. Todos, desde las distintas posiciones debúsqueda, intentan lograr una mayor perfección delSer Humano.

En el pasado, muchos hombres y mujeres intentaronaventuras de tipo mágico - religioso (iluminismo,espiritismo, teosofismo, martinismo, etc.). Muchosde estos movimientos, intentaron crear estructurassimilares a las Masónicas, con similares grados y�discreción� en cuanto a la publicidad de sus�doctrinas�.

Algunos de los fundadores de estos movimientosestuvieron en conexión bien con la Rosa Cruz o conLogias Masónicas, en las que algunos de susmiembros aceptaron estas doctrinas ajenas a laMasonería, a titulo personal la mayor parte de lasveces.

Todos estos movimientos desaparecieron o quedaronreducidos a pura anécdota a finales del pasado siglo.Mientras, la Masonería, a pesar de las dificultadespara encontrar la �unidad� de acción, que permitaremediar la actual �dispersión�, casi siempre porrazones no Masónicas (muy especialmente en estesiglo XX que está terminando), sigue estando vigentecomo la única religión sin Libro para el hombre libre.

La vigencia de la Masonería (a pesar de las últimascrisis en este siglo XX), está basada (a mi juicio) enla validez de sus métodos y metas. Ser Masónimprime carácter y los que lo somos sabemos concerteza que así es. El ser Masones, además deempu-jarnos a una determinada � way of life� (�ma-nera de vivir�, como dicen los anglosajones), nosconcede un cierto carácter distintivo.

Cada fenómeno social, cada problema en nuestromundo, nos hace pensar de inmediato en lanecesidad de soluciones. Estamos sensibilizadospara comprender la necesidad de hacer algo. Nopermanecemos indolentes o solamente �teorizando�sobre el asunto.

Lógicamente, nuestras posibilidades no nos permitenponer remedio a todos los males que aquejan a lahumanidad pero, cada uno desde su posición,intentará cambiar la situación o, en todo, caso, expo-nerla ante conocidos, compañeros, etc., para, de serposible, conseguir un efecto multiplicador en lasensibilidad de las gentes.

Este intento, aún a escala reducida, puede ser eldesencadenante de una mayor sensibilización en losque nos rodean ¡ Lo alcanzado ya no seria poco !

* * *

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Símbolo, esoterismo(La tradición primordial y sus diversasmanifestaciones)

Desde hace algún tiempo, quizá debido a estarinteresado en la búsqueda de Simbolismos utilizadosen la Masonería desde hace siglos, se ha despertadoen mi una cierta curiosidad por �descubrir� simili-tudes entre Símbolos que, a simple vista, podríaparecer no tienen nada en común.

He podido constatar que, a pesar de las distancias,solamente aparentes, existen Símbolos comunes adistintas manifestaciones de tipo religioso o Iniciáticoy, posiblemente, con un mismo significadoprimigenio.

Partiendo de la teórica base de una Tradición Pri-mordial que se manifiesta por medio de distintosvehículos y de una manera que podríamos llamar�atemporal�, quizá sería posible llegar ainterpretaciones interesantes.

Por otro lado, puesto que las Religiones y lasSociedades Iniciáticas recibieron el Simbolismo deuna misma Tradición (lo único que nos separa alrespecto, es nuestra ausencia de �dogmas�) resultalógico que ciertos Símbolos estén presentes allídonde lo �trascendente� está o pretende estar. Lainterpretación de los Símbolos irá en función de quiénlo haga, de su bagaje �cultural� o �intención� doctri-nal.

Puesto en la labor de investigación y recopilación,de estos Símbolos, me he encontrado con cosasbastante curiosas (a pesar de estar a la vista de todosy, algunas, desde hace milenios).

Curioso, por ejemplo, es el escudo de �armas� delactual Papa (Juan Pablo II) cabeza visible de laIglesia Católica: la Tiara papal que corona su es-cudo de armas tiene dos llaves de oro, una mirandoa la izquierda, la otra a la derecha cuyo número to-tal de muescas es SIETE.

Las dos llaves, se repiten en la simbología delpapado católico desde Pedro.

En el interior, en uno de los cuarteles del escudo, sepuede ver la letra M mayúscula, con una tipografíaque permite adivinar el número SIETE (si bien �malescrito o disimulado�, en números romanos: IVI).Como sabemos, este Papa siente una especialveneración por la madre de Jesús: María. Por ello,según la interpretación �oficial� esta figura sería unaesquemática �M�.

Las llaves de oro (que permiten abrir las puertas delConocimiento y de los Misterios), parecen ser unaclara herencia del Simbolismo de la figura delconocido Jano Bifronte romano (en donde algunos�ven� una tercera cara que seria el �presente�).

Como sabemos, la iglesia católica dice simbolizarcon estas llaves el poder que Cristo transmitió aPedro: �lo que tú atares en la tierra, será atado en el

cielo� La analogía es clara pero el origen del Símbolotambién.

En realidad, las llaves, como hemos visto, tienenotro Simbolismo muy anterior (la apertura de lapuerta que da paso a la Iniciación y la salvaguardadel Conocimiento). A Jano Bifronte se le atribuía estepoder mucho antes de la Era cristiana.

El número siete, como todos sabemos, es un númerocabalístico muy conocido y presente en muchasculturas. En la iglesia católica, hasta hace muy pocotiempo, siete eran los años de edad necesarios parapoder acceder al �banquete� de la eucaristía, laverdadera iniciación �consciente�, después de laentrada en la comunidad eclesial (inconsciente) pormedio del bautismo.

Siete, también son los sacramentos de la iglesiacatólica, de los cuales el más importante es el de laeucaristía o comunión, puesto que con este Ritualse une el postulante al cuerpo �místico� de Cristo.

La cruz, del escudo, volvemos al actual Papa, máslargos los brazos de la derecha, nos da una visiónestilizada de un triángulo en su interior, bastantesugerente.

La Tiara que sobresale de la cabeza del obispo,cardenal o papa apuntando al cielo, ya la usabanlos sacerdotes egipcios, los judíos y, también losfaraones (posiblemente los Grandes Maestres delTemple también la utilizaron en sus ceremonias deiniciación). Se trata de una especie de pararrayosque, en este caso concreto, parece querer �atraer�la energía de lo alto.

Lo mismo sucede con los campanarios de las iglesiaso la mayoría de los templos de casi todas lasreligiones, cuya cúpula o minarete se alza hacia loalto.

Desde siempre, ha existido una atracción �mágica�por apuntar al cielo con la cúspide o terminación delos edificios religiosos (si bien otros que no lo sonsiguen la misma pauta, quizá como indicador de latransición de la sociedad religiosa a la civil, en losúltimos dos siglos).

En la iglesia católica y en otras muchas variantesdel cristianismo existe la imposición de manos(transmisión de la energía al chacra más alto ocúspide de la cabeza).

Con este acto, se intenta unas veces transmitir alcreyente algún conocimiento; en otras ocasiones,se intenta que la energía del que las impone, liberea éste de alguna carga negativa.

El mismo sacerdote, en el momento de ser ordenadorecibe, con el mismo Ritual, la transmisión de�poderes� o �potestades� (cadena de transmisión ytambién de unión puesto que en ese momento pasaa formar parte del sacerdocio colegiado) de suobispo.

Se le admite, con este Ritual, entre los verdaderos�iniciados� o portadores de los conocimientosprofundos de la religión.

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En cuanto a ciertos momentos del ritual, durante lacelebración de la misa, por ejemplo, existen clarassemejanzas con nuestros rituales Masónicos enLogia (heredados de muchas fuentes, entre ellas lacristiana): la manera de caminar (pasos rituales), lacolocación de las manos.

En el momento de la �consagración�, el sacerdotecoloca sus manos formando dos escuadras (la manocon los dedos juntos y estirados, el pulgar formandoescuadra), con las palmas hacia abajo sobre el cáliz.Mientras lo hace, sus pies están juntos formandootra escuadra.

En el oficio de difuntos, cuando llega el momentode caminar alrededor del féretro (o en su defecto elcatafalco sustituto del mismo) para �bendecir� o�purificar� al difunto con incienso, el oficiante se para,exactamente, en los vértices del rectángulo formadopor el ataúd (como nosotros lo hacemos en Logia),desde donde procede a balancear el incensario.

Cuando el oficiante se prepara para decir misa, sereviste con diversos elementos sobre su trajeordinario: la túnica, el mandil, el cíngulo, la casulla(especie de �armadura� protectora� del cuerpo deposibles daños producidos por el contacto con lodivino), la estola, etc.

Todo, tanto el ritual como los elementos que en élse utilizan, son símbolos de interpretación única (enel caso de la iglesia), no sujetos a la intuición, comosucede con los nuestros, sino fijados por la tradicióny normas invariables de la iglesia al respecto.

En la versión de la misa anterior al Concilio VaticanoII (en latín), en determinados momentos de la�consagración�, los fieles no podían escuchar lo queel oficiante decía, puesto que pronunciaba la fórmulamás importante y secreta de la misa (la�transmutación� del pan y el vino en cuerpo y sangrede Cristo). En la actualidad, aún quedan algunosmomentos en los que el oficiante pronuncia ciertasfórmulas en voz casi inaudible.

Aún no hace muchos años, la iglesia puso de nuevoen marcha un antiguo �ritual fraterno� (los antiguoscristianos al parecer ya lo practicaban con un ósculode paz) que es el equivalente a nuestra Cadena deUnión (si bien nosotros vamos mucho más allá en elSimbolismo de la misma).

Cuando el sacerdote desea la paz a los fieles, estosunen sus manos para �retransmitir� este deseo debuena voluntad los unos a los otros.

En nuestra Cadena de Unión, no solamente noslimitamos a desear la �paz�, sino que tambiénponemos en marcha un �mecanismo� espiritual deenergía (suma de las parciales allí presentes) que,a la ya acumulada en el pasado de nuestraFraternidad, une la presente, para invocar la futura.

En el mismo acto, recordamos a los que se fueronal Oriente Eterno, conectamos con los presentes einvocamos el futuro de nuestra Fraternidad, duranteunos momentos de concentración y �oración�(entendida ésta como elevación de deseos ypromesas, al G.·.A.·.D.·.U.·. o Energía Primordial).

Seria el equivalente, en una de sus vertientes, al�memento� de la misa donde se pide por los vivos ymuertos de la comunidad eclesial.

El triángulo (presente en la parte superior de muchosretablos antiguos de las iglesias), en donde estáenmarcado el ojo que todo lo �ve�, es larepresentación simbólica de la Trinidad (Padre, Hijo,Espíritu Santo). Para nosotros los Masones y segúnlas tendencias, es la representación de los tresvértices esenciales de nuestra Fraternidad Univer-sal: Libertad, Igualdad, Fraternidad (también:Sabiduría, Fuerza y Belleza).

El ojo que todo lo �ve� (según que �rama� del árbolMasónico), es sustituido a veces por la letra �G� (paralos ortodoxos de nuestra Orden representa la primeraletra de uno de los nombres del G.·.A.·.D.·.U.·. eninglés: GOD). Para otros, es la primera letra de�Geometría�, la ciencia de la medida y dimensióncorrectas. Sin la ayuda de la Geometría Sagrada, elMasón no seria capaz de �trazar� y �labrar�correctamente su Piedra para llevar a buen términola Obra.

Durante la misa, el sacerdote bebe vino, agua y unamezcla de los dos. Nosotros, en la Iniciación delpostulante, también le damos a beber tres líquidosdiferentes con diversos sabores y de variosrecipientes que evocan distintas analogías bienconocidas por todos nosotros.

Existen muchos puntos comunes o semejanzas en-tre los símbolos cristianos y los Masónicos (por algoproceden de una misma Tradición Primordial). Nosiempre esta coincidencia quiere decir que la �fuente�de todos nuestros símbolos sea el cristianismo (aúnsiendo así en muchos casos). Muchos de lossímbolos comunes a ambos, proceden de tradicionesmucho más antiguas que, en diferentes momentoshistóricos, fueron �adoptados� por la MasoneríaOperativa o la cristiandad, indistintamente.

Existen dos constantes, en ambos simbolismos: eltriángulo y el número 7. Esta �insistencia� en am-bos, podría conducirnos a tradiciones mucho másantiguas que el cristianismo, puesto que en muchasde las antiguas culturas estos símbolos yadesempeñaban un importante papel en los Misterioso en la Iniciación a los mismos.

En el Nuevo Testamento, a la hora de dar un �limite�para el perdón de las ofensas, se dice: (perdonarás)�hasta 7 veces siete�. Esta formula, para la menta-lidad semita de entonces, equivalía a �siempre�.

El triángulo o su equivalencia �numérica�, aparecentambién muchas veces en el simbolismo cristiano:la trinidad; las tres cruces en el Gólgota; Cielo,purgatorio e infierno; nacimiento, muerte yresurrección de Cristo; las tres negaciones de Pedro;la familia �oficial� de Cristo en la tierra: Jesús, Joséy María; los tres días en el sepulcro antes deresucitar; las tres caídas de Cristo durante su subidaal Calvario.

Podríamos seguir hasta un número bastante elevadode �triadas� simbólicas de este tipo, especialmenteen el Nuevo Testamento.

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En el Antiguo Testamento, podemos encontrar conmás frecuencia el número siete, comenzando por el�Inicio� del �Todo�: siete días para la Creación.

Se mire como se mire, existe una clara inter-relaciónentre las distintas ramas del mismo árbol. Este hechono hace nada más que confirmarnos claramente lasdistintas �desviaciones� que, desde la noche de lostiempos, ha sufrido la Tradición Primordial.

A pesar de estas �variables�, no deja de ser milagrosoque siempre existieran hombres que tomaron sobresus hombros el peso de �retransmitir� ciertosconocimientos hasta nuestros días, con la mayorpureza posible. Para ellos mi admiración, respeto yagradecimiento más profundos.

Pensamientos, disquisiciones, dudas...

El cerebro humano, �quintaesencia� de la Creación,dispone de múltiples mecanismos y resortesespecifica y maravillosamente dotados para guardar,procesar y recuperar millones de datos. Ningúnordenador, creado por el hombre, seria capaz de�procesar� de la misma manera o siquiera acercarsea las posibilidades de nuestras neuronas y cortezacerebral.

Es tal su capacidad de procesamiento, y con unavelocidad tan elevada, que puede echar un vistazoa todos nuestros archivos en milésimas de segundoy, además, enlazar con otros datos que tengan algoque ver con el �inicial� o �principal� dato solicitado.Nos facilita lo que podríamos llamar un resumen omemorando sobre el dato inicial además de todoslos relacionados con él, aún de manera tangencial.Un ejemplo simple: solicitamos a nuestro �ordenadorneuronal� información sobre un día de Reyes, cuandoapenas teníamos 6 años.

No sólo recupera la fecha, sino que nos aporta lacantidad de juguetes recibidos, su color, textura eincluso los olores del entorno ( olores que volvemosa �percibir� con toda claridad ) y los rostros de laspersonas que entonces nos rodeaban.

Automáticamente, recordamos que nuestro abuelomaterno entonces presente ha fallecido hace ya 20años. Todo ello, a una velocidad casi imposible demedir.

Un mecanismo tan perfecto, no puede ser obrasolamente de la �evolución� ( por muchos millonesde años que queramos contar).

Algo misterioso e incomprensible para nosotrosimpregna las ramificaciones formadas por millonesde neuronas que, sin descanso, procesan, guardan,elaboran y, curiosamente, van muriendo rápidamentey sin reposición posible.

Cuando, en un momento de creación intelectual, nosponemos a pensar para plasmar después sobre elpapel los resultados del proceso, éste,aparentemente simple y rápido, ha supuesto para elcerebro un trabajo increíble. Generalmente, duranteel proceso de creación, nuestro cerebro recuperadatos archivados de nuestras lecturas, de nuestra

época escolar y de lo escuchado en múltiplesconversaciones.

La �enciclopedia� cerebral ha pasado sus hojas avelocidad de vértigo para proporcionarnos los datosbásicos necesarios para poder elaborar una tesis ouna novela.

Pero, independientemente de los datos fríos yescuetos, hemos sido capaces de incluir una ciertaatmósfera en nuestra �creación�, un ciertosentimiento, algo que nada tiene que ver con la�simple� y fría información ¿De dónde procedenestas informaciones que podríamos llamar�espirituales�?

Para entendernos y con la terminología de quedisponemos ( que no es mucha), llamamos al �lugar�u �origen� de estos sublimes sentimientos alma,psique, etc., pero, en realidad, no conocemos elmecanismo concreto ni, por supuesto, podríamossituarlo en un lugar determinado de nuestro �mapa�cerebral.

La �ciencia�, siempre deseosa (y un poco pedante)por ofrecernos explicaciones lógicas a todo, dirá quenuestra corteza cerebral.....que si el hemisferioizquierdo... que si el derecho. La �ciencia�, dicho seade paso, poco conoce de nuestro cerebro aún y, porsupuesto, mucho menos del origen de nuestra �sub-lime� y supuesta alma, ilocalizable hasta hoy.

Uno de los fenómenos físicos menos comprendidos(lo ven a diario los médicos de los servicios deurgencia) es la capacidad de nuestro cerebro para�adaptarse� o �regenerarse� después de situacionestraumáticas.

En ocasiones ingresan personas que, por unaccidente de coche o moto, han sufrido múltiplestraumatismos craneoencefálicos. Son tan graves losdaños que incluso ha habido pérdida de masaencefálica.

Ello, en principio, hace pensar al cirujano que elpaciente dejará de hablar, de ver o quedaráparalizado en alguna de sus funciones locomotoras¡ En muchos casos no sucede nada de esto !

En bastantes ocasiones, una parte del cerebro,aparentemente en reposo hasta entonces, asumelas funciones de otra desaparecida o dañada y todovuelve a funcionar igual o parecido. Lo extraordinariode este fenómeno, es la rapidez de nuestro cerebropara asumir funciones. No solamente las asume, sinoque lo hace con toda perfección.

El cerebro, a la vista de su capacidad �afectiva oespiritual�, además de su parte puramente neuronal,debe disponer ( en algún rincón muy escondido) dealgún resorte especial y aún no descubierto. Yo meatrevería a bautizar esta supuesta neurona ocultacon el nombre de �Neurona del Sentir�. Y no merefiero al sentir físico precisamente.

Cuando estamos enamorados, por ejemplo, ademásde las reacciones puramente �físicas� de la atraccióny el lógico deseo, existen otros sentimientos que nospueden llevar a la renuncia, a la comprensión del

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otro, a lo sublime o a lo platónico. También, cuandoeste amor no es placentero o correspondido,podemos sentir auténtica pena, odio y, en algunoscasos extremos, perder las ganas de vivir.

Más allá del puro instinto (llámese procreación o loque queramos) existen en nosotros sentimientos queestán totalmente alejados de lo puramente �animal�.Sentimientos sublimes o casi �místicos� que nosmuestran otra dimensión de la raza humana.

Con estos sentimientos, surgidos de no sabemos quezona de nuestro cerebro, el hombre es capaz decomponer bellas melodías, escribir poesía, crearhermosas obras de arte.

En estas obras de creación, no solamente fruto dela técnica aprendida y puramente mecánica, sinoempapadas por el sentimiento (y con capacidad detransmitirlo a otros seres ), plasmamos un poco del�alma� que podría latir dentro de esa neuronamisteriosa e ilocalizable, hoy por hoy.

De todas maneras ¿ Qué importa dónde esté ? Loimportante es lo que nos aporta; lo que nos�comunica� cada día desde su desconocido escondite¿Se descubrirá algún día el lugar dónde �trabaja� elalma ?

Elementos de simbología masónica

(Definición enciclopédica de Simbolismo: �sistemade Símbolos que expresan unas creencias. Sistemade signos escritos cuya disposición responde a unasreglas, y que traduce visualmente la formulación deun razonamiento�).

Si bien más inclinado, por naturaleza y cultura, hacialo que podríamos llamar �vertiente exotérica� denuestra Orden, nunca he querido dejar de lado elmaravilloso y entrañable Simbolismo, patrimonioancestral de nuestra Institución y que representa tanrico y profundo papel en nuestro Trabajo.

Con él y por su mediación, he podido comprender einteriorizar conceptos que, antes de llamar a laspuertas del Templo, ni siquiera concebía pudieranexistir. Hoy, gracias al estudio del Simbolismo, soycapaz de �ver� y �sentir� lo que antes, a mis ojos deprofano, estaba velado.

Para situarme adecuadamente sobre el Camino dela �comprensión� y de la importancia del Rito, tuvoprimera y fundamental importancia una frase leídao escuchada en alguna parte y que nunca heolvidado:

� El Rito es el Símbolo convertido en gesto�Realmente así lo siento cuando llevo a cabo,juntamente con mis Hermanos, los Trabajos enLogia.

La apertura y clausura de la Logia; la iluminacióndel Templo; el trazado (hoy colocación) del Cuadro;las invocaciones; la apertura del Libro de la Ley; lacolocación, sobre él, del Compás y la Escuadra; laCadena de Unión.

Todos estos pasos rituales, bien sentidos ycorrectamente vividos por los asistentes, conformanla necesaria atmósfera de un verdadero Templo, enel que los congregados (cada uno con su grado de�introspección� personal) forman un núcleo queinvoca al G.·. A.·. D.·. U.·. o Fuerza Primordial, parainiciar los Trabajos.

Una vez las medidas y el tiempo simbólicos han sidodescritos, nuestro lugar de reunión (EL TEMPLO)que se corresponde simbólicamente con las medidasdel de Salomón, es similar al Athanor alquímico,recurriendo al lenguaje hermético, podríamos decircon toda razón que nuestro Templo es el lugar donde,por medio de nuestra adecuada disposición interiory Trabajo, llevamos a cabo la necesaria Transmuta-ción. En unos pocos minutos, hemos pasado deltiempo profano al Sagrado; fuera han quedadonuestras preocupaciones y nuestros �metales�.

Con la invocación inicial al G.·. A.·. D.·. U.·., nosconvertimos en �oficiantes� de un Rito multisecularrepetido por los Masones de todo el orbe y quepretende invocar a la Fuerza Inicial (llamada porotros divinidad suprema) para, con su ayuda, poderiniciar y terminar nuestros Trabajos.

Se trata, sin duda, de una Liturgia que nos �penetra�y que produce en nosotros la necesariatransformación para �ser� y �estar� de maneraadecuada en un lugar que, desde la iniciación delRitual, queda aislado del mundo exterior y seconvierte en �Sagrado�.

El Rito de la apertura de Logia, Ceremonia Iniciáticacorrespondiente por analogía al muy antiguo Ritode Fundación de la ciudad (que los Augures llevabana cabo después de localizar y sacralizar el lugardonde se procedería a la construcción de ciudadeso templos), se repite, una y otra vez.

Es como si, con esta periódica ceremonia deApertura, estuviésemos purificando el lugar físicodonde nos reunimos de toda presencia profana,ajena o contaminante que nos impida la realizacióndel Trabajo.

En cada una de nuestras Tenidas recordamos,además de las medidas del Templo y de su análogoel Cosmos, el tiempo simbólico del Trabajo de cadagrado. Tiempo que, además de �sagrado� estámedido exactamente para cumplir su función.

Esta riqueza Simbólica de la Masonería, es sin dudala herencia de múltiples Tradiciones (y no solamentede la Masonería Operativa) y la que nos convierteen guardianes actuales del �Arca�, en un mundohuérfano de la necesaria �espiritualidad�.

Como la única Fraternidad Iniciática que puedeconsiderarse heredera, en el mundo occidental dela llamada Tradición Primordial, la Masoneríaaglutina en su seno numerosas herencias (algunasde ellas muy antiguas). Todas ellas, están integradasen nuestro Simbolismo, con distintos grados oniveles.

No resulta extraño que, procediendo nuestraherencia más cercana de la Masonería Operativa,

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El pensamiento masónico

una gran parte de nuestro lenguaje y la mayoría denuestras analogías iniciáticas, estén basadas en la�construcción�; en sus tradicionales Herramientas yen su elemento principal y duradero: la Piedra.

La edificación tenia y tiene como misión principal�guardar�, �poner a cubierto�, �guarecer� o �proteger�.En nuestro caso la analogía es clara puesto que unade las principales misiones de nuestra Orden Uni-versal es y debe seguir siendo: �poner a cubierto�,guarecer lo �sagrado� (lo que corresponde al terrenoespiritual o metafísico de nuestra herencia). Tenemosla obligación de preservar la herencia recibida,incrementarla y transmitirla a las siguientesgeneraciones.

A pesar de haber dicho anteriormente que somoslos herederos más cercanos de los MasonesOperativos o constructores del medioevo, no estaríade más recordar que, gran parte de los conocimientosque ellos poseían (geometría, filosofía, ohermetismo), procedían de Tradiciones mucho másantiguas originarias de Caldea, Egipto, Grecia oRoma.

Debemos pensar, cuando hablamos de laimportancia de las distintas Tradiciones o herenciasen Masonería, que ello no quiere decir que el ricopatrimonio espiritual o metafísico de nuestra Ordensea lo que en lenguaje profano se podría llamar�cajón de sastre�. Cada una de las parcelas hereda-das, cumple una determinada función y ninguna deellas sobra.

Creo que, a través de los tres grados (salvoexcepcionales y contados casos de innato o precozConocimiento, por parte de muy contados Masones),se van adquiriendo las habilidades necesarias paramanejar las distintas herramientas que lametodología Masónica va poniendo a nuestroalcance.

Quizá más bien deberíamos hablar de �influenciastradicionales�, más que de herencias en sí. Por otraparte, también es innegable que la Masonería haadaptado a su Simbolismo y Ritos actuales, algunasparcelas del Conocimiento heredadas delesoterismo, de la gnosis y del hermetismo.

A pesar de los claros intentos (Anderson,Désaguliers, George Payne, etc.) por eliminar o �ve-lar�, de un plumazo ésta vertiente (llamada �pagana�por algunos) de nuestra Orden, permanecen hastahoy claras muestras de su presencia.

Habremos de situarnos en el contexto histórico yreligioso de los dos principales impulsores oredactores de las Constituciones de la Masonería�moderna�, para intentar comprenderlo. Ya desdeentonces y con posterioridad, se han seguidopracticando Ritos de clara herencia �pagana�.

Por otra parte, no podríamos ignorar la herenciacristiana (especialmente la que nos remonta alTemple u otras Ordenes de similar factura) de nuestraOrden.

En la actualidad podríamos hablar de varios tiposde Masonería (entroncados la mayoría de ellos con

la Tradición Primordial, sin duda). La una, másbasada en la vertiente �cristianizante� de la Orden yla otra con una visión más gnóstica, esotérica ohermética del Cosmos.

Ambas, a mi juicio, cumplen perfectamente la fun-damental misión de mantener viva la llama de unaespiritualidad que, a la postre, eleva al hombre acumbres insospechadas de la especulaciónfilosófica.

Algunos gustan de hablar de la �Unidad Trascendentede las Tradiciones� pero, a mi juicio, las TradicionesTranscendentes no forman un todo. Más bien,deberíamos hablar de �Tradición Primordial� omanantial �primo� del Conocimiento, del queseguimos y seguiremos bebiendo todos nosotros.

Esta llamada Tradición Primordial, a pesar del pasodel tiempo, distintas culturas, corrientes y modas,permanece viva y con una �milagrosa� línea decontinuidad.

Gracias a esta �continuidad�, se nos permitereconocer en ella la �sabiduría inmutable o perenne�de la que, generación tras generación, seguimosnutriéndonos, no solamente los Masones, sino todosaquellos que, despiertos y buscadores, hanencontrado el Camino hacia las Fuentes.

Algunas herencias simbólicas

Del Hermetismo hemos heredado, sin duda alguna,una enorme riqueza de la Simbología alquímica. EsteSimbolismo nos sirve de vehículo para llegar alterreno de las �transmutaciones� psicológicas, queno metálicas, en donde se produce nuestraconversión y realización espiritual, partiendo de unestado profano de lastimosa ignorancia.

Se habla constantemente de �cambio� y �transmu-tación�, dando a entender claramente que, sin esenecesario �morir� y �renacer� ninguna transmutaciónen el Ser Humano es posible.

Casi todos los objetos que el aspirante encuentrapor primera vez en la Cámara de Reflexión, son deorigen alquímico.

Esta abundancia de Símbolos herméticos, nos in-dica claramente la importancia que a esta CienciaSagrada se le concedió y concede en nuestra Ordenpor sus alegorías de gran valor didáctico que nospermiten un desarrollo gradual del Conocimiento(según vamos avanzando por el Camino).

Las tres copas; la banderola con las inscripción�Vigilancia y Perseverancia� (vigilia y paciencia).También en los tres grados de Aprendiz, Compañeroy Maestro, está presente la Alquimia puesto que enellos se reproducen las tres fases básicas: muerte,renacimiento y resurrección.

La muerte necesaria para enterrar nuestros �vicios�y �costumbres� de profanos. Sin este fallecer paralo profano, no es posible el renacer a la nueva víaIniciática escogida libremente por el Masón.

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El renacimiento, de las cenizas del hombre profano,para poder finalmente, �resucitar� como hombrenuevo y purificado. En todo ello, estamosreproduciendo el proceso alquímico con todaexactitud, si bien extrapolado al terreno de laespeculación.

Como vemos las reglas o leyes herméticas de lasanalogías y correspondencias están presentes en lamayoría de nuestros Rituales y Símbolos Masónicos.

El gesto ritual

Dedicado a mis HHnas.·. y HHnos.·. que en laCadena de Unión forman un Círculo en cuyo centrose encuentran la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza..�

En la Masonería Simbólica y en los tres Grados dela misma, existe un Gesto Ritual o Lenguaje Gestualque dirían otros, antiguo y rico en Simbolismo en elque, muy a menudo y debido a lo cotidiano delmismo, no reparamos en todo su significadoIniciático.

�¿Cómo se hacen los Signos de los Masones?� sepreguntaba en algún Manual antiguo: �Por laEscuadra, el Nivel y la perpendicular (Plomada)� esla respuesta.

En toda Sociedad Iniciática antigua existían Signosy distintas maneras tanto de reconocimiento entrelos Adeptos como Palabras o Toques quedemostraban la pertenencia, en los distintos Grados,a dicha Sociedad. En la Masonería los llamadosGestos Rituales podrían clasificarse en: SIGNOS,PALABRAS y TOQUES. Existen los SIGNOS querealizamos dentro del Ritual los cuales tienen unsignificado distinto a los TOQUES (Signos dereconocimiento). Los SIGNOS dentro del Ritualdesempeñan varias funciones pero algunos ycronológicamente serian:

Darnos a conocer como Masones en nuestrosGrados y condiciones cuando los Vigilantes deambas Columnas pasan por delante de nosotros ynos identifican, por el SIGNO, como HH.·. y HHnas.·.,antes de proceder el V.·.M.·. a la Apertura de losTrabajos.

Cuando después de pedir la palabra al Vigilante denuestra respectiva Columna, para exponer unasunto, nos levantamos y ponemos Al Orden.

En el momento en que los Vigilantes se cruzan en elOriente, se reconocen por el SIGNO que ejecutancon sus Malletes.

También, en un determinado momento del Ritual,nos hacemos reconocer por el SIGNO, la ACLA-MACIÓN y la BATERÍA del correspondiente Grado.

Todos estos Gestos se ejecutan dentro de unESPACIO y TIEMPO que los Masones �sacrali-zamos� desde el momento en que abandonamos eltiempo profano y los Metales (al pasar entre lasColumnas del Templo) y nos entregamos a losdistintos �actos� del Ritual. En el ESPACIO puestoque nos desplazamos en Logia de Oriente a

Occidente y de Mediodía a Septentrión. En elTIEMPO puesto que nuestros Trabajos tienen lugarde MEDIODÍA en punto a MEDIANOCHE en punto.

Todos los SIGNOS rituales describen las tresHerramientas fundamentales en la construcción delTemplo Masónico: La Escuadra, El Nivel y la Per-pendicular o Plomada.

Además de estas que podríamos llamar �utilidades�del SIGNO, éste encierra un simbolismo más�esotérico� o �interior� que debe surgir o despertarseen nosotros durante su ejecución:

Cuando realizamos el Signo de la ESCUADRA,hemos de pensar que todos nuestros pensamientosdeben estar �delimitados� o �encuadrados� en undeterminado orden que nos permita llegar alConocimiento de nuestras capacidades comoconstructores siempre en pos de la perfección de laOBRA.

El NIVEL indica claramente la necesidad de quetodos nuestros pensamientos y obras sean�corregidas� o �niveladas� de las desigualdadesarbitrarias, prejuicios e injusticias.

La PERPENDICULAR o PLOMADA, nos indica laexistencia de un eje invisible y central que,atravesándonos, nos pone en contacto con lo �alto�y lo �bajo�; con el cielo que sugiere lo llamado �di-vino� o �Primera Causa� y con la Tierra de la queprocedemos y a la que estamos �anclados� duranteel corto espacio de nuestra existencia. Tambiénpodría recordarnos la máxima alquímica: �Abajocomo Arriba; Arriba como Abajo�.

No deberíamos olvidar nunca que toda enseñanzaMasónica (la que adquirimos por el esfuerzo puestoen la búsqueda) se produce en el sentido de un ejeque va de ARRIBA a ABAJO. Hablando con ellenguaje alquímico, podríamos decir que esnecesario �sublimar� (pasar de un estado a otro)nuestros instintos primarios.

Utilizando la idea acuñada por Freud sobre la�sublimación�, ésta consistiría en: �la transformaciónde los instintos o sentimientos inferiores o primariosen una actividad moral o intelectual�.

Esta definición freudiana se aproxima bastante a loque queremos decir con �sublimación� en el casoconcreto del Trabajo Masónico.

Invertir la �polaridad� de este eje (de ABAJO aARRIBA) de nada serviría y estaríamos perdiendoel tiempo.

Solamente después de realizada con éxito la�sublimación� con las coordenadas antes citadas: deARRIBA a ABAJO, estaremos en condiciones de�comprender� mejor el Cosmos en su conjunto,puesto que nuestra sensibilidad a ciertos conceptosque antes se nos aparecían un tanto oscuros o sinsentido, se habrá desarrollado en su máximaamplitud y seremos capaces de poder �ver� connuevos ojos.

Se trata, en definitiva, de crear en nosotros una

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determinada �receptividad� a lo �sublime� (ARRIBA)para poder modificar lo �primario� (ABAJO) que noscondiciona en gran manera para llevar a cabo laOBRA que, para ser perfecta, deberá estar presididapor la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza.

De éstas y algunas otras cosas que iremosdescubriendo con el tiempo, se compone el quellamamos a veces Método Masónico y que, con lasnaturales y personales variantes, utilizamos (a vecesde manera más intuitiva que racional) para poderiniciar el Camino hacia una utópica pero hermosameta. Quizá parezca demasiado insistente al decir,una y otra vez, que nuestro Trabajo dará los frutosdeseados, si lo llevamos a cabo con la humildad deAprendiz.

Inicio� Iniciación� Iniciado...

�Los SÍMBOLOS, nos permiten evocar imágenescomplejas que, sin ellos, sería difícil visualizar�

Oswald Wirth, en su obra �Los Misterios del ArteReal�, y en el apartado titulado �EL INICIABLE�, dice:

�No toda la madera es buena para hacer unmercurio, ni todas las rocas proporcionan materialconveniente a los constructores, ni todo aspirante ala INICIACIÓN es �iniciable�.

Para solicitar convertirse en francmasón hay quedesear la LUZ. Y no deseamos más que aquello quenos falta; es, pues, necesario sentirse en las tinieblaspara experimentar el deseo de salir de ellas�

Hasta aquí, parte de lo escrito por el H.·. OswaldWirth que, dicho sea de paso, no difiere de lo quehoy podríamos suscribir al respecto

Con las reflexiones que siguen, no se trata, por miparte, de cuestionar la Tradición o a los Ritos que,desde hace siglos, llevamos a cabo los Masones.Se trata, simple y llanamente, de clarificar ciertosconceptos, intentando ponerlos en su lugar,apartándonos de dogmatismos peligrosos y queentroncan con ciertas herencias de las que, muchosMasones, deseamos distanciarnos, cumpliendo loque decía el H.·. Oswald Wirth, cuando se refería alo que es necesario para solicitar convertirse enFrancmasón: �Hay que desear la LUZ�� �Salir delas tinieblas�

Si algo nos diferencia de otros grupos, es la con-tinua búsqueda de la VERDAD y el no estancamientoen las absolutas que nos quieran �vender�, biendesde instancias externas o desde otras asentadasen el interior de nuestra misma Orden. Por estarazón, y abandonando �credos� dogmáticos que nosimpedían buscar la VERDAD en libertad, solicitamosser admitidos en la Masonería un buen día.

Para poder seguir buscando (tarea que librementenos hemos impuesto), es necesario arriesgarse e,incluso, correr el peligro de ser tachado de�heterodoxo� por aquellos que se proclaman oconsideran guardianes de la �ortodoxia� (?).

Afortunadamente, la postura más cómoda no suele

ser la que asumen los que intentan avanzar en elConocimiento, tanto de los componentes �iniciáticos�de nuestra Tradición (heredados de raíces muydiversas), como de lo posteriormente logrado porlos que fueron y son Masones, sin más aspiraciónpersonal que trabajar su Piedra desde la humildadsincera del Aprendiz.

Los valores, tanto iniciáticos como éticos y morales,conforman lo que podríamos llamar nuestro corpus�doctrinal� (siempre con el significado de una de lasacepciones de doctrina: �Opinión o conjunto de ideasde una escuela�) y entroncan, por una parte, con lallamada Tradición Primordial y, por otra, con losposteriores logros de nuestra Orden. La Masoneríano puede ser solamente el �pasado�, sino la sumade factores, dispersos en el tiempo, incluidos los designo negativo.

Partiendo del respeto y tolerancia que nos debemos,no cabe duda alguna que, cada uno de nosotros,tiene el derecho a cuestionar o revisar ciertosconceptos que, dicho sea de paso y en Masonería,nunca pueden considerarse �dogmas� intocables o�doctrinas� incuestionables.

No tratamos aquí de �revelaciones� de origen divino;sino de la OBRA (afortunada unas veces, no tantootras) de Seres Humanos empeñados en alcanzarmetas cambiantes con el tiempo.

Este constante deseo de búsqueda; estainsatisfacción con lo alcanzado, podría ser nuestradivisa y contribución a la necesaria evolución denuestra Augusta Orden que, sin olvidar el pasado,tiene la obligación de contemplar el presente y miraral futuro.

Puesto que para solicitar ser Masón es necesario�desear la LUZ� y para desearla debemos antes �salirde las tinieblas�, tendremos que empezar a pensarsobre las distintas etapas a recorrer y el verdaderosignificado de las mismas.

El significado de la ceremonia de INICIACIÓN, porlo que ella significa como punto inicial de un Caminolleno de exigencias para el que lo asume, no pareceser asumido de manera homogénea por nuestrosHH.·. y HHnas.·., en su más profundo y real signifi-cado.

Unos la ven como una ceremonia transmisora decarácter �per se� y, otros, como un hito ritual más delos que son protagonistas durante su vida Masónica.

¿Qué se adquiere realmente en la INICIACIÓN?¿Imprime carácter (a modo de �sacramento� ligadoa una especie de sacerdocio) o, simplemente, es elprimer paso para que éste sea adquirido más ade-lante?

Hace ya tiempo, y en este Taller, se celebró uninteresante debate sobre la permanencia o no del�carácter� Masónico, aun después de la irradiaciónde un Maestro Masón, de una determinadaObediencia.

Alguno de los participantes defendía la perpetuidad,a pesar de todo, del carácter de Masón del citado

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H.·., mientras otros, argumentaban que lo habíaperdido si la irradiación había sido justa.

Los unos estaban afirmando claramente suconvencimiento del �carácter� irrevocable de laIniciación; mientras otros no lo entendían así odudaban del mismo.

Llegados a este punto, seria bueno que cada uno denosotros, con la sinceridad y humildad de los�iniciables� que no iniciados, analizásemos elproceso por el que hemos pasado hasta poderconsiderarnos Masones Libres y Aceptados (nosolamente por nuestros HH.·. y HHnas.·., sino pornosotros mismos).

Está claro, por lo menos para mí, que la defensa aultranza de una especie de �sacramento� queproporciona carácter de por vida, por medio de unaceremonia, nos llevaría a lugares comunes deconcepciones que, como Masones, intentamoscombatir; a lugares en donde la �fe� ciega esnecesaria y donde la razón no tiene cabida.

Históricamente, los adeptos de las escuelas de losAntiguos Misterios, eran aceptados en el círculo delos �iniciados�, después de una serie de duraspruebas, cuyo fin no era otro que conocer suscualidades para poder ser �receptores� (de maneraescalonada o gradual) de los secretos iniciáticos delgrupo. De no ser �aptos�, eran expulsados, en unoscasos, o �relegados� a tareas que nada tenían quever con lo �Iniciático�, en otros. En realidad, y por laINICIACIÓN, solamente traspasaban la puerta delTemplo para, una vez dentro, ir escalando losdistintos grados, siempre que fuesen merecedoresde ellos.

En la Masonería debería suceder lo mismo(Aprendiz, Compañero, Maestro), si bien a travésde los siglos algo ha cambiado en nuestraconcepción de este �INICIO�.

¿Qué es para nosotros, los Masones, laINICIACIÓN? La primera respuesta, la inmediata,nos podría llevar a la visualización de imágenes omomentos ritualmente �dramatizados� en quepasamos de la Cámara de Reflexión, con los ojosvendados y sin conocer el próximo paso, a un lugardonde escuchamos una serie de cosas para, acontinuación, caminar en distintas direccionestorpemente.

Cuando este �drama� finalizó, y al caer nuestravenda, la luz de la estancia nos deslumbró. ¡Ningunaotra LUZ¡

Curiosos, pero a la vez tímidos, observamos a lospresentes con sus Mandiles, guantes y Bandas.Aquella imagen, dicho sea de paso, nos produjo unaextraña impresión, por lo inesperada.

Todo lo que sucedió aquel día, el primero que nosllamaron HERMANO o HERMANA, muy poco tieneque ver con lo que yo entiendo por INICIACIÓN.

Algunos de los que pasaron por este �trámite� podríanquizá considerarse ya Iniciados, por sus conoci-mientos y trabajo interior previos; mientras que otros,

con gran cantidad de honoríficas menciones en sucurrículo Masónico, no podrían ser consideradoscomo Iniciados, aun hoy.

La segunda respuesta a la pregunta: ¿Qué es paranosotros, los Masones, la INICIACIÓN? la puedo darsolamente después de haber recorrido un ciertotrecho de mi Camino Masónico. Personalmente,siempre he sostenido que la verdadera INICIACIÓNnada tiene que ver con la que cronológicamenteconocemos como tal. La ceremonia, con la asistenciade los que serán más adelante nuestros HH.·. yHHnas.·. no es más que una especie de presentaciónen sociedad; el inicio de un Camino que aun hoydebemos seguir recorriendo, con mayor o menorfortuna.

�Todo es Símbolo�, se nos dijo entonces. Símboloque el recién aceptado aun no logra descifrar al caerla venda. Tendrán que caer muchas más vendas parapoder descifrarlo y considerarse entre los �iniciados�.

Más adelante (suele suceder en la primeraINICIACIÓN a la que asistimos ya como miembrosdel Taller), pudimos comprender mejor el simbolismode la Ceremonia; la razón de ciertas evoluciones; elsentido de algunos gestos o la enseñanza queguardan ciertas frases.

Solamente entonces, siendo espectadores de laprofana confusión de otros, pudimos comenzar aentender la belleza del Rito y sus profundos yaleccionadores contenidos esotéricos.

Pero, la verdadera INICIACIÓN (la que nos legitimay confiere carácter Masónico (independientementedel Grado que nos concedieron nuestros HH.·.), llegómás tarde, EN SILENCIO Y SIN TESTIGOS, cuandouna vez conocidos, comprendidos y asumidos ciertosprincipios fundamentales, y profundizando en ellos,empezamos a vislumbrar cierta LUZ que nada teniaque ver con la que nos deslumbró en la ceremoniade nuestra INICIACIÓN; comenzamos a comprenderla GRANDEZA de nuestras aspiraciones y la PO-BREZA de nuestras capacidades para alcanzarlas.

La verdadera INICIACIÓN, según yo pienso, es unproceso puesto en marcha con la ceremonia queantes hemos visualizado por medio de los ojos deun �profano� y que debe continuar en tiempoindefinido para cerrar el círculo: INICIABLE,INICIACIÓN, INICIADO.

Es el Camino a recorrer por el INICIABLE que, conla humildad del investigador sincero, deberá seguirbuscando durante toda su vida, elementos que añadira su bagaje INICIATICO. Le asaltará la duda; tendrámomentos de decepción pero, si realmente �salióde las tinieblas� pues �desea la LUZ�, perseveraráen el Camino.

Esta necesidad de seguir buscando, el no asumirque por una ceremonia hemos recibido la LUZ oespeciales conocimientos, o cualidades; sino que hayque ir en su busca, da pleno sentido al INICIO delCamino que nos propone la ceremonia deINICIACIÓN.

Como todos sabemos, y en la antigüedad, los

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neófitos que se acercaban a las Escuelas de losMisterios, tenían que pasar por duras pruebas parapoder ser aceptados entre los INICIADOS.

Hoy, las pruebas a las que somos sometidos, sonmucho más simbólicas y exentas de ciertoselementos de riesgo que ponían a prueba tanto lafortaleza física como psíquica, del neófito. Tanto esasí que muchos de ellos no eran capaces de superarlas primeras pruebas.

En la actualidad, cualquiera puede enfrentarse, sinmayores problemas, a los distintos pasos exigidospara ser aceptado entre nosotros. Cualquiera puedepasar el �trámite� de la Ceremonia de INICIACIÓN,sin trauma alguno pero, por haber dado este paso,aun no puede considerarse INICIADO.

Volviendo a los conceptos básicos que aquí mane-jamos: INICIÁTICO, INICIACIÓN, INICIADO. Seríaconveniente que fuesen comprendidos, especial-mente para aquellos que hace poco son miembrosde la Masonería Universal.

INICIÁTICO: Perteneciente a lo adquirido en o porla INICIACIÓN. Carácter que se supone éstatransmite o imprime (y que aquí se pone en duda).

INICIACIÓN: Creo que una de las descripciones,dadas en algunos diccionarios, podría servirnos:

�Introducción solemne de una persona entre elnúmero de los adeptos de una religión, secta osociedad secreta, por medio de Ritos que seconsidera marcan al individuo� (Pueden marcarlopero, otra cosa es: que imprima �carácter� si éste nose sigue �forjando� en la búsqueda).

INICIADO: El que por medio de la Iniciación, hapasado a formar parte de un determinado grupo (Nosremitimos a lo dicho sobre el sentido de la INICIA-CIÓN).

De los tres conceptos, el más importante (puestoque sin él los demás no tendrían sentido) es el quetiene que ver con la INICIACIÓN.

Durante ella y de manera un tanto confusa para elneófito, se le muestra, por medio de una ceremonia,a la que asiste sin conocer previamente su contenido,y de manera RITUAL la aceptación del grupo.

Él, a pesar de estar interesado en lo que el grupo�guarda� dentro de su núcleo, desconoce aun cómoacceder a este conocimiento; simplemente esperapoder alcanzarlo ¡Sin saber cómo ni cuándo!

El único carácter que pudo imprimir en nosotros laceremonia de INICIACIÓN, pienso yo, es el de sa-ber que estamos �dentro� del grupo que deseábamos;dentro de la Masonería como Organización pero,aun no, dentro de lo que podríamos llamar: �núcleode los iniciados�. Ahora, después de que nuestrosHH.·. y HHnas.·. nos han abrazado y llamadoHERMANO o HERMANA, nos encontramos quizámás confusos que al principio. Podríamospreguntarnos: �¿Esto ha sido todo?� y �¿Ahora qué?�

Solamente un necio podría pensar que, después de

aquella ceremonia, más o menos brillante, seencuentra ya en posesión de �conocimientos� talesque lo distinguen sustancialmente de los profanosque pasan por el exterior de los muros de nuestraLogia. Solamente ha iniciado un Camino del que noconoce ni obstáculos ni dirección.

La verdad es que se encuentra dentro del grupo(físicamente) pero, al mismo tiempo, aun se sienteun extraño. Su lenguaje está falto de Palabras(apenas deletrea); existe el deseo de acceder a lasenseñanzas que le muestran sus HH.·. y HHnas.·.,con la palabra y el ejemplo, pero su incapacidad ofalta del adecuado manejo de las �Herramientas�(Apenas las manejó un instante para demostrar suintención de labrar su Piedra), le impide desbastarcon la apropiada técnica lo descubierto en su inte-rior. La frase V.I.T.R.I.O.L. que por un momentoobservó en la Cámara de Reflexión, apenas le dicenada.

Ha pasado por la INICIACIÓN pero no es INICIADOaun. Ha comenzado a caminar, pero su torpeza lehace retornar, una y otra vez, a lo profano. Ha dejadolos metales pero, alguna moneda, parece haberquedado entre los pliegues de sus bolsillos.

�Todo es Símbolo�, pensará él. Todo es Símbolo,seguimos pensando nosotros.

La INICIACIÓN no deja de ser un Símbolo que, contiempo y conocimientos, convertirá al neófito enINICIADO.

Para terminar e independientemente de nuestraspersonales concepciones sobre éste u otros asuntosconcernientes a lo que podemos llamar �doctrina�Masónica, no cabe la menor duda que resultanecesario, de cuando en cuando, refrescar ideas yexponer opiniones. Es lo que he hecho yo paraescuchar las vuestras.

El secreto masónico�El secreto mejor guardado es aquelque no existe�

El morbo generado por el desconocimiento sobre laFrancmasonería y ciertas leyendas de procedenciaextraña e interesada, han creado alrededor denuestra Fraternidad una cierta aureola de misterio.Esta aureola, en la mayoría de los casos, nos haperjudicado al darnos una imagen de gentesposeedoras de un SECRETO inconfesable guardadodurante siglos y transmitido solamente a losIniciados.

Muchos de nuestros detractores, basándose en estesupuesto Secreto, han creado una determinadaliteratura que, debido a la escasa capacidad críticade sus lectores ávidos de basura, les proporcionapingües ganancias. De esto se trata y nada importaque la Verdad brille por su ausencia.

¿Existe una transmisión de Secretos dentro de laMasonería?

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¿Alguien, dentro de nuestra Fraternidad poseeconocimientos que pudieran llamarse Secretos?

Para un Masón, con algún Conocimiento de lasinterioridades de nuestra Fraternidad, la respuestaa las preguntas que preceden, debería resultarbastante fácil:

¿Cuál es realmente el Secreto Masónico?

Alguien, hace tiempo, respondió que nuestro secretoera que no había secreto. Realmente así es y hasido siempre, aún pareciendo la frase tópica y típica.

No existe ningún secreto y el que podría considerarsecomo tal es fácil de explicar y desvelar.

Los Masones poseen un único y bien guardadoSECRETO que básicamente consiste en trabajarsea sí mismos durante toda la vida.

Trabajarse desde lo más profundo paratransformarse en otras personas, con otras miras,sin prejuicios que les impidan ver la Verdad de lashumanas miserias.

Este y no otro es el SECRETO Masónico. Lo demásson Tradiciones, Palabras tomadas de aquí y allá;apretones de manos o abrazos con un determinadoRitual de reconocimiento y poco más.

Siempre me he preguntado si la misión que losFrancmasones nos hemos impuesto, no estáciertamente en consonancia, en cuanto a lasdificultades que entraña, con la conocidaexclamación del Bautista.

Realmente, somos la �Voz� que clama en el desiertode una sociedad cada día más hedonista y con lamirada puesta en lo inmediato y personal, con muypoco interés por lo �trascendente� (entendida la�trascendencia� como lo hizo Platón y no en el sentidoreligioso).

Somos, desde nuestra posición de personascomprometidas con la realización personal(entendida ésta como tarea que nos imponemos para�despertar� la capacidad de poder �ver� con otrosojos el Cosmos), autenticas �islas� en un mar llenode tiburones ávidos de lo material como fin único yúltimo.

Somos de este mundo pero, al mismo tiempo,luchamos por salir de �él� sin dejar de estar en �él�(contradicción solamente aparente).

Nuestra concepción de la Vida y del Universo, unavez hemos �renacido�, no nos permite ser mezquinoso �localistas� en nuestros planteamientos. Nuestrameta tiene que ser la UNIVERSALIDAD, laGLOBALIDAD de la Justicia y la Tolerancia, asícomo la �UNIDAD� del Género Humano, dentro dellógico respeto a la diversidad de los individuos quelo componen.

Si observamos detenidamente nuestro entorno,podremos constatar que estamos inmersos en unasociedad donde los dogmatismos, mensajes de tipo�subliminal� e influencias de toda índole, pretenden

arrebatar al hombre la capacidad de análisis y critica:su preciada y verdadera LIBERTAD. Todo pareceindicar que, desde distintos estamentos de �poder�(estos si tienen su secreto), se pretende fomentaruna sociedad amorfa, sin ganas de discernir sobrelo que es ético o no. En definitiva: una sociedadmanipulable y con una �libertad� cuestionable inclusoen los países llamados democráticos.

A corto y medio plazo (hoy ya tenemos bastantesindicios de ello) este caldo de cultivo produciráindividuos �aptos� para formar un ejercito de borregosdispuesto a seguir a cualquier iluminado, sea político,religioso o económico. Se fomenta el terrible y tristehábito del �no pensar� o como dicen muchos jóvenesde hoy: a ser �pasotas�.

Contra este estado de cosas (una sociedad cada vezmás indolente y que se conforma con una aparentey recortada �libertad�), deberemos ser las campanasque continuamente tañen anunciando el peligro o laluz del faro que señala los escollos ocultos bajo lasuperficie de un mar aparentemente en calma.

Nosotros, buscadores de la Verdad, gustamos demencionar la analogía del espejo roto: los trozos delmismo aún reflejan una parte del �todo�. Así, comonos enseña esta analogía, nosotros Masones,deberemos luchar por unir lo �disperso�. No creemosestar en posesión de la Verdad (ni la poseeremosnunca en su totalidad) pero, a pesar de ello, seguimosbuscándola (No olvidemos nuestra búsqueda de laPalabra perdida, otro de nuestros simbólicos�secretos).

Entre nosotros, por aquello de la necesaria y ricadiversidad, existen Hermanos inclinados hacia lavertiente social o lo que podríamos llamar unaMasonería más �de este mundo�. Otros, con unasensibilidad distinta, se inclinan por una ciertavivencia �mística� de la misma.

Tanto unos como otros, tenemos una importantefunción que cumplir en el deseable progreso yevolución de nuestra Fraternidad. En el equilibriode las diversas tendencias (todas legítimas ynecesarias), está el alcanzar la meta.

Todos deberíamos unirnos para la consecución deun �todo� Masónico que posibilite la realización denuestro viejo ideal de una Humanidad libre, justa ysolidaria.

Nuestra necesaria transmutación alquímica comoMasones (morir para renacer de nuevo), encierramuchas e importantes enseñanzas: hemos de�morir�, para poder �renacer� de las cenizas (comoel Ave Fénix) del hombre viejo, limpias de todoobstáculo y prejuicios anteriores. Es necesario unanueva visión, no solamente del mundo en quevivimos, sino también del Universo en su conjunto,en el que somos una minúscula parte de él.

Aún conservando las �herramientas� de nuestrosantecesores (para llevar a cabo el TrabajoSimbólico), deberíamos saber adaptarnos a lostiempos y adoptar otras más adecuadas para elTrabajo de hoy. Nada lo impide y nuestro futuro comoFraternidad lo demanda.

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Como Seres Humanos, inicialmente llenos de �aris-tas�, deberemos aspirar a convertirnos en un nuevoSer capaz de (libre de prejuicios que le impidan vercon nuevos ojos), aprender a contemplar el Cos-mos sin las cataratas de atávicas ataduras. De labraruna perfecta Piedra Cúbica apta para la edificacióndel Templo común de la Humanidad.

Realmente, parecemos ser, por lo aparentementelimitado de nuestras fuerzas, la �Voz que clama enel desierto�. Curiosamente, y a pesar de que el fu-turo aparece a veces incierto y desalentador, du-rante siglos hemos seguido siendo una Fraternidadque, con problemas pero sin desmayo, venimospredicando, en espíritu y ejemplo, la única existente�religión de los Seres Humanos libres�.

¿Qué razones nos mueven a ser �distintos� de otroshombres y mujeres?

¿Qué razones nos empujan a buscar,constantemente, la Verdad?

¿Qué nos induce a �cambiar� nuestra inicial visiónprofana del Universo, por otra más acorde con laUniversalidad que la Masonería propugna?

Cuando nombramos los pilares de la trilogíaMasónica: Libertad, Igualdad, Fraternidad, losprofanos piensan que estamos dando un mitin detipo político.

Su ignorancia de otros significados más profundos,les lleva a conclusiones equivocadas. Para unMasón, la repetición de estas constantes, es comouna oración (entendida en mi caso como súplica quehacemos a la Fuerza Primordial o G.·. A.·. D.·. U.·.),simple pero llena de contenido.

Invocamos constantemente a los tres pilaresnecesarios para que la Justicia se implante ennuestro mundo. La humanidad la necesita más quenunca.

En la antigua Grecia ya se decía: �Nada es sinnombrarlo�. La Palabra, el Verbo Creador que todosbuscamos (algo absurdo, por incomprensible, paraun profano) está perdida hace mucho tiempo.Debemos sustituirla, mientras tanto, por otras quevamos encontrando a lo largo de nuestro Camino.Estas �sustituciones�, son como mojones en los quepoder apoyarnos para continuar la búsqueda de laVerdad, nuestra gran constante.

Nuestra verdadera misión Masónica es encontrarsentido a esta corta existencia sobre una pequeñaparte del Universo en que nacimos, apoyados en elConocimiento, la Justicia, la Honradez y la Etica.Solamente así podremos alcanzar la verdaderamaestría de los �constructores�.

Todos, sin excepción, formamos parte del �UNO�inicial e indivisible.

Si tuviésemos este origen, esencia y meta comunessiempre presentes, comprenderíamos lo absurdo delas históricas luchas por imponer �razones� que nolo son y, por añadidura, desaparecerían los prejuiciosy odios irracionales que hoy separan al Género

Humano en múltiples bandos antagónicos.

Realmente, la misión que nos hemos impuesto, librey conscientemente como Masones, podría parecer�imposible� para los pusilánimes.

Nosotros, nunca deberemos serlo, a pesar de parecerpara muchos (solamente de manera aparente) �LaVoz que clama en el desierto�.

Bajo el signo de la acacia.

De este árbol, protegido por espinas y adornado conolorosas flores, existen más de quinientas variantesrepartidas por el mundo. Además de tratarse de unacuriosa especie, muy apreciada ya en las antiguasculturas del Medio Oriente por su maderaespecialmente resistente a la putrefacción, ha sidoconsiderado, también, como símbolo de la�resurrección�, �inmortalidad� o �perpetuidad�. De unade sus muchas variantes, las abejas liban el dulcenéctar de sus blancas flores con el que elaboraránuna de las mejores y más caras mieles del mundo.La abeja, curiosamente, también es un símbolo delcomportamiento ordenado y perfecto; modelo devirtud y constancia para nosotros.

Hoy, cuando todos los valores parecen tener laduración de un abrir y cerrar de ojos, hemos derecurrir de nuevo al símbolo de la Acacia, para decirque lo fácil no es siempre lo eterno; que el abandonode valores éticos avalados por miles de años yproducto del reflexionar filosófico de culturas quehicieron del pensar una disciplina, no es lo correctoy que �pasar� de los problemas de nuestro mundo,lugar donde estamos condenados a convivirfraternalmente, so pena de desaparecer comoespecie, no es el camino a seguir.

El consumismo triunfante, una desesperada carrerahacia el vacío, nos ha convertido en buscadores debienes inútiles que, debido a una disfunción denuestro sentido común, después de poseídos nosproducen hastío e insatisfacción.

Nos hemos convertido en acaparadores de cosasque, bien visto, solamente para calmar nuestrasansias de �tener� sirven pero que, al poco tiempo, ydespués de abandonarlas en el trastero de nuestroolvido, nos conducen al compulsivo deseo de adquirirmás�.Nos falta el necesario sosiego y equilibrio parala reflexión sobre lo que realmente necesitamos.

La Acacia, el árbol de que hablábamos al principiocomo símbolo de lo perpetuo, tiene en la dualidadde sus flores y espinas un claro ejemplo de nuestrahumana condición: mal y bien, dolor y placer.Sabemos, si nos atrevemos a reflexionar sobre elSER, que nuestra vida está compuesta de facetasduales imposibles de soslayar. Intentar olvidarnosde ello, sumergirnos en el �NO-PENSAR� solamentea una efímera y engañosa tranquilidad conduce. Nopor dejar de ver la realidad (nos guste o no) dejaráésta de existir. Cada vez más, hay gente que nodesea ver el lado �desagradable� de la vida (lasespinas); hacen �zaping� cuando un documentalmuestra la cotidiana humana miseria; pasar la páginadel periódico cuando de noticias ingratas se trata.

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El pensamiento masónico

Nos encontramos ante una típica postura egoístade quien desea permanecer aislado de la realidadcreyendo que, con esta actitud de avestruz, ladesgracia ajena nada tiene que ver con él o no lealcanzará nunca. Triunfa e importa solamente loaparentemente �bello� (las flores); lo exento de �do-lor� o �preocupación�.

Olvidamos, con harta frecuencia que las espinasexisten.

Nuestras posiciones éticas se han vueltoextrañamente flexibles (algunos se atreven a llamara esta postura: tolerancia), incluso en casos claros ysangrantes. Amparándonos en una supuestamente�tolerante� actitud (que yo llamaría falta decompromiso), justificamos abusos de poder, ladronesde �guante blanco� (que calificamos como listos) y,en el fondo, incluso llegamos a sentir �envidia� porlo logrado por medios ilícitos y exentos de la mínimaética.

Nos encontramos inmersos en una sociedad cadavez más carente de valores éticos y subyugada porlos millares de luces de neón que la deslumbran conpromesas de riqueza fácil; triunfo de lo chabacano yreinado de lo absurdo. Cada vez más, y debido auna especie de coraza que nos va separando de lapersecución de la necesaria fraternidad humana, nosvamos convirtiendo en seres insensibles a casi todo,menos a nuestro propio dolor.

La acacia, a pesar de todas estas distorsiones denuestro SER, sigue mostrándonos su ejemplo deapretada y tolerante convivencia entre espina y flory, al mismo tiempo, lo incorruptible de su madera.La naturaleza, como siempre, nos muestra el caminoa seguir: ¡El de la coherencia!

VVVVVicente Blasco Ibáñeicente Blasco Ibáñeicente Blasco Ibáñeicente Blasco Ibáñeicente Blasco IbáñezzzzzEn �ClaEn �ClaEn �ClaEn �ClaEn �Clavvvvve�e�e�e�e� Masónica Masónica Masónica Masónica MasónicaLa categoría, tanto humana como literaria de VicenteBlasco Ibáñez, es bien conocida por todos aquellosque han leído su biografía y obra.

Para el que escribe estas líneas de sincerohomenaje, al literato y H.·., su recuerdo moriráseguramente conmigo.

Cuando apenas contaba 7 u 8 años, un barbero deideas republicanas (por las que había estado algunosaños en presidio) de una pequeña villa de Ourensedonde vivía mi abuela materna, me presto su libro:La Vuelta al Mundo de un Novelista. A partir deaquella primera incursión prohibida (sus librosestuvieron �vetados� por el Régimen, debido a sucondición de Masón), me convertí en fervienteadmirador de un hombre al que hoy, afortunadamen-te, puedo también llamar Hermano.

El H.·. Blasco Ibáñez (1.867-1.928) nació en unatierra (Valencia) que ha dado a España importantesnombres en las letras y las artes. Había estudiadoderecho y llegó a ser diputado electo bastantes veces

pero, su verdadera vocación era la literatura a laque dedicó casi todo su tiempo. Su participación enla política estuvo bastante constreñida debido a laslimitaciones impuestas por la composición de laCámara de Diputados. Blasco Ibáñez solía decir,para expresar su desencanto: �estoy convencido dela inutilidad de mis funciones como Diputadorepublicano, en una Cámara fabricada por losmonárquicos�.

Desde la tribuna política, y con verbo encendido,defendió siempre la República, un Estado laico y laeducación como base sólida para el futuro de nuestrapatria.

Es el único novelista español considerado como�naturalista puro�. Toda su obra literaria secaracteriza por el sentido trágico y la extraordinariafacilidad descriptiva. En las líneas que seguirán, meinteresa mostrar pensamientos, frases o ideasvertidas en su obra, que denotan su condición deMasón convencido y comprometido con su tiempo.No me cabe duda alguna, a la vista de lospensamientos o diálogos de muchos de suspersonajes que, Blasco Ibáñez, consciente oinconscientemente, fue incapaz de separar del todola �profana� prosa de su profundo sentir Masónico.

Advierto a los que esperen encontrar en estas líneasun Blasco Ibáñez �esotérico� al uso, que no será así.Blasco Ibáñez, por lo que trasciende de la lecturade su obra, era un Masón de los que podríamosllamar del tipo �social�. El, como tantos otros HH.·.de la época, estaba inmerso en una sociedad dedesigualdades sangrantes: a un lado la riqueza másopulenta y, al otro, el hambre y la miseria, tantofísicas como intelectuales.

¿Cómo un Masón podía dejar de pensar en la�redención� de aquellas hordas de seres humanossituados en el mismo y miserable escalón de un perrovagabundo? ¿Cómo filosofar sobre etéreascuestiones cuando el pueblo sufre las consecuenciasdel despotismo más sangrante?

Sus inquietudes sociales y su fraternal preocupaciónpor cambiar la triste realidad de una época, ponenen boca de sus personajes, a pesar de proceder delsustrato más bajo asentado en la ignorancia y lapobreza, frases profundas que reflejan la sabiduríadel pueblo llano. Blasco Ibáñez convierte, así, en�sus� portavoces a los humanos y desgraciadospersonajes de sus obras.

Muchas de sus obras más que costumbristasdeberían ser llamadas, a mi juicio, �humanistas�. Eseera el hombre que lo mismo sabía transmitir laspasiones que las carencias del humano entorno enque le tocó vivir. Todo ello de manera muy gráfica,casi fotográfica. El lector de Blasco Ibáñez �ve� másque lee. Su producción literaria (él mismo la catalogóasí) puede dividirse en cuatro apartados principales:

Período regional o valenciano: La Barraca, Arroz yTartana, Entre Naranjos y Cañas y Barro.

Un grupo que se podría llamar de �tesis�: La Catedral,La Horda y Sangre y Arena.

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El pensamiento masónico

Tema americano: Los Argonautas.

Las inspiradas en la Primera Guerra Mundial: Loscuatro Jinetes del Apocalipsis y Mare Nostrum.

Además de estas obras, Blasco Ibáñez tambiénescribió otras que no encajan en las divisionesanteriormente citadas: El Papa del Mar y La Vueltaal Mundo de un Novelista. Blasco Ibáñez a sucondición de Masón unía la de republicanoconvencido. Los temas sociales (tantas vecesreflejados en su obra) le interesaban en gran maneray, desde su puesto de diputado (del partido políticofundado por él), deseaba fervientemente podermejorar la situación de grandes capasdesfavorecidas de la sociedad española de sutiempo. Sus anhelos, en este sentido, mostraban alpolítico comprometido y, al mismo tiempo, al Masónque deseaba trasladar a la sociedad profana lospostulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Una de las maneras de hacerlo, quizá la másefectiva, fue su escritura. En ella, podemos nosolamente ver el retrato de personajes �reales�, sinolas inquietudes que les mueven y su lucha, a vecessorda, por un mundo mejor.

Algunos de sus personajes son apáticos,conformistas; otros, revolucionarios o iluminadosque, a pesar de las dificultades para hacer realidadsu sueño igualitario, siguen luchando con lo únicoque les queda: el verbo.

En otras ocasiones, las pasiones desatadas de lospersonajes, nos muestran de manera descarnada labajeza y miseria del individuo falto de soporte moral;otras, por el contrario, lo sublime surge allí dondesolamente se esperaba lo más brutal del ser humanoguiado por su bajos instintos y por la miseria que lerodea. Blasco Ibáñez, supo primero pensar muy bienlas líneas maestras de sus obras para despuésdocumentarse (en la calle, en los hogares, en losbarrios más miserables o en los lugares mássofisticados) observando a los personajes en suscotidianas actitudes ante la vida.

Fue un verdadero maestro para plasmar lo complejode lo humano en párrafos descriptivos que nosimpiden levantar la vista del texto hasta terminar lalectura de sus obras. Fue, a mi juicio, un �tejedor�de historias cuya urdimbre, compleja y al mismotiempo sólida, demuestra la maestría del narrador.

Alguien, ajeno a la Masonería, podría decir que lascaracterísticas �sociales� plasmadas en las obras deBlasco Ibáñez, son las de cualquier escritor de sutiempo (o del nuestro) preocupado por la JusticiaSocial.

Claro que sí pero, por otra parte, como Masones, ycon la especial sensibilidad que ello nos confiere,cuando leemos un libro del Maestro valenciano,podemos hacerlo entre líneas. Sabemos a qué serefiere, cómo pensaba y qué buscaba.

Para los profanos puede ser un excelenteescritor...Para nosotros es algo más trascendente loque sus libros nos dicen.

Inquietudes sociales y pensamientoInquietudes sociales y pensamientoInquietudes sociales y pensamientoInquietudes sociales y pensamientoInquietudes sociales y pensamientode Blasco Ibáñez, en boca de susde Blasco Ibáñez, en boca de susde Blasco Ibáñez, en boca de susde Blasco Ibáñez, en boca de susde Blasco Ibáñez, en boca de susperperperperpersonajessonajessonajessonajessonajes

En su obra �LA HORDA�, Blasco Ibáñez hace queuno de sus personajes, apodado Homero, piense,más o menos así: �una vez triunfe la revolución, ycomo Ministro de Cultura, acometeré la gran reformaeducativa. Examinaré a todos los maestros deescuela; revisaré la mentalidad de los catedráticos.Profesores de universidad pasarán a ocupar puestosde maestros en aldeas perdidas y muchosdesgraciados con talento que vagan por ahí, entraránen el magisterio, dignificándolo y elevándolo aprimera función nacional� Estas frases las dice elpobre pero sabio �Maltrana�. Este personaje (quizáun autorretrato del mismo B. Ibáñez, hasta donde elautor desea que así sea) a pesar de su humilde cuna,pasa por peripecias sin fin que le van confiriendouna profundidad intelectual y moral fuera de locomún.

Su vida es como un camino lleno de baches: Vieneal mundo entre la miseria; es protegido por una damarica que le proporciona la oportunidad de estudiar y.al final, ahoga sus ideas de revolución y cambio, enuna vida insulsa y falta de objetivos. Solamente elnacimiento del hijo hace volver a él el viejo ideal de�cambio�. Será, según él, el que abra el camino a lalibertad del vástago. Su hijo será más libre que él lofue (la proyección hacia el futuro).

En la misma obra, nos muestra su talante anticleri-cal (común a muchos de nuestros HH.·. del pasadosiglo),cuando quiere describir las facciones de unode los personajes: �era viejo, con cierta malicia sac-erdotal reflejada en el rostro afeitado...�

Otro personaje, recordando como Madrid habíacrecido de manera desmesurada, echando a lospobres de sus cuevas y chabolas para construirgrandes edificios, dice: �Dicen que esto es elProgreso. Yo respeto mucho a ese señor pero quesea igual para todos. Veo, señor mío, que de lospobres sólo se acuerda para echarnos lejos. Elhambre y la miseria no progresan ni se cambian poralgo mejor..� En otra de sus obras, El Papa del Mar,Blasco Ibáñez, pone en boca de su personajefemenino: �A mi me interesa todo lo que suponetrabajo y voluntad; a mi me interesa toda personaque tiene un ideal y procura realizarlo...� El papel dela mujer, en las obras de Blasco, lejos de reflejar sutiempo, parece estar pensado en �futuro� (lo que elescritor soñaba fueran las mujeres de su tiempo).

En gran parte de sus obras, además de las inqui-etudes antes citadas, Blasco Ibáñez nos muestra lashumanas pasiones hasta sus consecuencias másnefastas o gloriosas. Gusta de mostrar al serhumano, sea hombre o mujer, en la plenitud de su�dualidad�.

El, observador de lo humano hasta el más mínimodetalle, traslada a sus obras la realidad que a otrosescapa. Este fue uno de los grandes méritos delescritor.

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Blasco Ibáñez como hombrecomprometidoVicente Blasco Ibáñez, además de novelista (sufaceta más conocida y universal) tuvo una trayectoriapersonal muy comprometida. Se distinguió por elejercicio de un tipo de periodismo muy avanzado deideas para su época lo que le supuso muchosprocesos, arrestos y la primera emigración a lavecina Francia en 1.890. Una vez de vuelta, fundael diario republicano �EL PUEBLO� (1.891) y la edi-torial PROMETEO (pensemos en el simbolismo deeste nombre: Prometeo robó el fuego (LUZ) a losdioses y se lo entregó a la Humanidad).

Blasco Ibáñez, desde su editorial deseaba hacer lomismo: iluminar, proporcionar la LUZ a una granparte del pueblo ignorante y sometido al despotismode una burguesía rebelde a perder sus prebendasde siglos.

Blasco, en su periplo Argentino, se compromete conun proyecto de creación de ciudades idílicas en lasque lo económico no fuera importante, sino laeducación en libertad y tolerancia de sus habitantes.Este proyecto, obra de un idealista Masón adelantadoen su tiempo, languidece hasta desaparecer.

Compagina su actividad periodística y literaria,además de la dirección de la editorial, con susfunciones de Diputado republicano electo. Quizá seaen esta tarea, la política, donde peor se siente.

Para finalizar estas líneas sobre nuestro admiradoH.·. Blasco Ibáñez, no quisiera olvidar un hechosignificativo: Tres años antes de nacer nuestroescritor y H.·., viene al mundo otro personajevalenciano extraordinario y también Masón: JoaquínSorolla. Así como Vicente Blasco Ibáñez �traza�sobre el papel y con verbo luminoso, los rasgos desus inolvidables personajes; Sorolla lo hace con suspinceles.

De todos los pintores españoles él podría serllamado, sin lugar a dudas, el �luminoso�. Suspescadores y las playas de blanca arena dondereposan las barcas que parecen dormitar esperandonuevas singladuras, reflejan la luz del Mediterráneoe incluso parece sonar el característico sonido delviento de la tramontana en un día de verano,azotando los curtidos rostros de los pescadoresmientras hincha sus blancas velas.

Ambos, Blasco Ibáñez y Sorolla, nacen y pasan alOriente Eterno casi a un mismo tiempo. No cabeduda que, cada uno de ellos, con sus herramientastanto profanas como Masónicas, supieron entrelazarsabiamente lo �esotérico� con la artística expresión�exotérica� que los ha hecho merecedores de laadmiración que aun hoy sentimos por ellos.

Tanto uno como otro, independientemente de susperipecias humanas, supieron dar ejemplo deentereza y, a pesar de las muchas dificultades,permanecer fieles a sus convicciones.

* ** ** ** ** *

Metafísica Masónica (III)(El �Método Masónico�)

Todos, en algún momento de nuestro caminarmasónico, hemos oído nombrar �El MétodoMasónico�. Como sucede con la �Palabra Perdida�,muy pocos masones sabrían responder de qué setrata, tanto lo primero como lo segundo. Sonconceptos de tan difícil y variopinta interpretaciónque muy pocos de nosotros nos atrevemos a afrontarel descifrarlos (siempre según nuestro personalentender) y, mucho menos (quizá por miedo alridículo) decir lo que sobre ello pensamos.

Sobre el llamado Método Masónico, apenas se haescrito quizá por la dificultad que entraña eladentrarse en este tipo de cuestiones o, también,por el oculto deseo de algunos en mantener un ciertosecretismo sobre ello. Realmente, ¿en qué consisteel llamado Método Masónico?

No existe una única respuesta puesto que no existeun único Método Masónico, sino multitud de ellos(podríamos atrevernos a decir que tantos comomasones). Nada hay escrito al respecto pero muchosde nosotros lo nombran como algo a lo que es posibleacudir; como una especie de Manual ¿No es curioso?

Personalmente, podría hablar del Método Masónicoque yo conozco pero, lógicamente, no tiene que serel que a otros convenga. Resumiendo, no existe unMétodo Masónico, sino múltiples maneras de llegara él; de llegar a poseerlo después de haber trabajadolo suficiente para �adquirirlo�. Todo masón, tarde otemprano, deberá elaborar �su� propio Método y, silo hace bien, éste será el �Método Masónico� porexcelencia ¡para él!

Es bien sabido que, la Masonería como SociedadIniciática, es heredera y transmite enseñanzasrecibidas de múltiples fuentes antiguas; de culturasya desaparecidas pero, todas ellas, no estándestinadas a formar un �corpus doctrinal� o�catecismo� que forzosamente tengamos que admitircomo �dogma� de fe. Todas estas enseñanzas,recibidas por transmisión oral, primero, para muchomás tarde ser volcadas al papel, no tienen otrafunción que la de �ilustrarnos�. Darnos pautas;mostrarnos lo que otros, en su búsqueda,encontraron.

Por supuesto, teniendo a nuestro alcance estasenseñanzas tradicionales, sería harto estúpido pornuestra parte ignorarlas o dejar de profundizar enellas como posible fuente de conocimiento. Ningunode nosotros está obligado a creer o seguir ningunaenseñanza por muy avalada que venga por lallamada Tradición pero no olvidemos que se tratade �conocimientos� contrastados por la experienciade siglos.

Cada uno de nosotros, y después de �encontrar laPiedra Oculta� en su interior, tiene que iniciar untrabajo de �construcción� del Templo con sus propiosmateriales y con su propio Trabajo; iniciar el pulidoy eliminación de aristas pero, lo logrado por otros,puede ayudarnos a acortar el Camino de labúsqueda.

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Para afrontar este Trabajo de construcción conexpectativas de éxito, ya no bastará con nuestrosconocimientos de arquitectura; con el manejo de lasHerramientas conocidas. Ahora, como en toda Obraque busca alcanzar la perfección, se hace necesarioun �sistema� de trabajo; de planificación ¡Aquí esdonde entra en escena el llamado �MétodoMasónico�!

Condiciones necesarias previas a laelaboración del método

Independientemente de cuándo, cómo y cuántotardemos en elaborar nuestro Método, sonnecesarias unas determinadas condiciones previaspara ello. No podemos, como vulgarmente se dice:�empezar la casa por el tejado�. Es necesario haberllevado a cabo el Trabajo preliminar en profundidad;haber comprendido que fue necesario partir de laOSCURIDAD hacia la LUZ, para vislumbrar susprimeros rayos:

Cuando fuimos iniciados, puesto que veníamos dela oscuridad, pedimos recibir la LUZ. Debemos seguiren nuestro empeño de recibirla puesto que, en laIniciación, lo que realmente se nos concedió,solamente fue la simbólica recepción de la mismacuando nuestra cayó la venda. Debemoscomprender, en su Iniciática dimensión, esta peticiónde LUZ. Estar convencidos de que, la verdaderaLUZ, deberá seguir siendo buscada por nosotrosdurante todo el Camino. Hemos de buscarla con lamisma intensidad que a la VERDAD ¿Estamosdispuestos a hacerlo?

Como buscadores de la LUZ, hemos de abandonarprofanos parámetros, a la hora de intentarcomprender la �trascendencia� de lo buscado.Dejemos paso a la intuición; a la primigenia y quizádormida percepción de la necesidad de �bajar a lomás profundo�. Esta bajada �a lo más profundo�, noes otra cosa que asumir nuestra ignorancia;investirnos de la necesaria humildad; reconocersinceramente nuestras carencias. ¿Estamosdispuestos a despojarnos de nuestra profanasoberbia?

En nuestro paso por el grado de Aprendiz, tenemosque preocuparnos realmente por profundizar en él;en sus Herramientas, Simbolismo y enseñanzas.Ningún otro grado es tan importante (¡es la base denuestro futuro desarrollo como masones!) y de laasimilación de sus enseñanzas dependerá la perfectacomprensión y dominio de los otros dos. ¿Hemosdado la importancia que tiene a nuestro aprendizajeo solamente lo hemos utilizado como �trampolín� paranuestro ascenso a otros grados?

El Método

Si se dan las arriba citadas condiciones, estaremosen disposición de iniciar la �elaboración� del�Método�.

El masón no es otra cosa que un �constructor�; uncantero que busca la perfección en su OBRA. Esta

arquitectura, en Masonería, se considera como unARTE REAL o una Ciencia Cosmológica,ordenadora de lo aparentemente �caótico�. En laantigüedad esta ciencia era conocida comoGEOMETRÍA ( Gea = Tierra, Metría = Medida). Dela Piedra Bruta que debe limpiar de aristas elAprendiz, debemos pasar a la realización de la Pie-dra Cúbica del Compañero.

La Maestría en el ARTE o CIENCIA REAL, estarácon nosotros cuando seamos capaces de sobrepasarlas �reglas�; los límites. Todo ello, no desde lasllamadas ciencias físicas o desde el exterior, sinodesde las capacidades alcanzadas en nuestro inte-rior.

Solamente cuando somos capaces de conocerplenamente nuestros límites, estaremos encondiciones de conocer todo aquello que no los tiene:nuestro SER libre y universal, escondido en �lo másprofundo� hasta el momento en que fuimos capacesde descubrirlo.

Este es el proceso o �método� para poder realizarnoscomo masones. Ningún otro secreto existe.

Llegados aquí, y coherentemente con lo dicho an-tes sobre la necesidad de establecer un Método�propio�, lo que sigue es la descripción, de laelaboración de uno y nunca del �MÉTODO� porexcelencia. Podrá servir de punto de referencia paraevitar cometer los mismos errores del que estaslíneas escribe:

Deseo de Búsqueda (Fuego en el Atanor) (Mantenerla llama)

Introspección (Proceso de rectificación) (Recono-cimiento de nuestros límites)

3. Reflexión (Proceso de destilación) (Pulido cons- tante de la Piedra)

4. Conclusión (La Piedra Filosofal) (Hallazgo del Método)

La búsqueda, iniciada mucho antes (antes de seriniciado incluso) pero de una manera un tantoanárquica, quizá por el impulsivo deseo de encontrarsin esfuerzo, se reinicia ahora desde la convicciónde las imperfecciones y con la necesaria humildad.Nos conocemos mejor, puesto que nos hemosatrevido a �bajar a lo más profundo� y pretendemosmejorar (pulir) lo encontrado. Nuestro empeño enseguir buscando debe estar alimentado por el �fuego�mesurado pero continuo en el Atanor.

Hemos visto nuestras carencias y defectos. Nuestrosprejuicios y falta de tolerancia real. Nos hemosatrevido a reconocer la necesidad de trabajar muchomás por eliminar las aristas de nuestra Piedra. Noperseguimos la perfección, sino poder alcanzar unanueva visión de lo que realmente es importante. Unay otra vez, debemos rectificar hasta encontrar elCamino más adecuado y en el que iremosencontrando respuestas y conociendo nuestroslímites.

Hemos de volver, una y otra vez, al grado de

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El pensamiento masónico

Aprendiz�Las dudas; el torpe caminar, nosrecuerdan constantemente lo que queda por hacer.Hemos de evitar enorgullecernos de lo logrado, pueses mucho más lo que queda por alcanzar.

Sabemos, después de los anteriores procesos, quesolamente existe una meta a alcanzar: ¡seguirbuscando, rectificando y profundizando en elconocimiento de nosotros mismos! No debemosperder la ilusión por el, a veces, desesperante re-torno al inicio de los Trabajos. Cada vez queretomamos el �método�; cada vez que repetimos susdistintos pasos, logramos una mayor perfección ennuestro Trabajo.

El Método Masónico, en pocas palabras, QQ.·.HHnas.·. y HH.·., consiste simple y básicamente enaquella frase que los griegos colocaban en elfrontispicio de algunos de sus templos: ¡Conócete ati mismo!

Todo lo demás, pasa a un segundo lugar en eldesarrollo del llamado �Método� que, en definitiva,no es ni más ni menos que la BÚSQUEDA en lomás profundo del ser humano; en su intemporaldeseo de comprender algo que, por lo complejo yalejado de toda ley física, seguirá siendo meta paramuchos buscadores.

SER MASÓN (II)(¿Lo somos realmente?)

�Ser masón, es formar parte de un grupo de perso-nas interesadas en preguntas tan trascendentes que,para otros, ni siquiera existen�

Periódicamente llevo a cabo una especie de �exa-men de conciencia�, tanto de mi trayectoria masónicacomo de la Institución a la que, por decisión libre,pertenezco. No se trata de entonar un �mea culpa�(a veces debo también hacerlo), sino de analizarquién soy y dónde estoy y, por medio de este exa-men, intentar discriminar lo que está mal o puedeestar mejor.

Muchos de los que pertenecemos a la Masonería,desconocemos (incluso después de años depertenencia a ella) qué es y qué deseamos encontraren ella. Unos, creen que la Masonería es una especiede tribuna �libre� para hermosas disertaciones éticofilosóficas. Otros, buscan en las Logias, quizáinconscientemente, un lugar �trascendente� en dondeencontrarse a salvo de la mentira o de la vacuidaddel mundo profano.

Algunos están a gusto en la Masonería por sentirsemejor comprendidos y más seguros que en el mundoprofano, al encontrarse entre un grupo de supuestosafines. Pero, realmente ¿Es esto ser Masón? ¿Quées ser Masón?

Hay muchos HH.·. y HHnas.·., dormidos oaletargados desde la iniciación, que se consideranMasones por el simple hecho de haberles sidocomunicada una Palabra y un Toque determinados;otros creen serlo por el hecho de ostentar undeterminado Grado o desempeñar una función enLogia. Pero, la pregunta del millón sería: ¿Sabenrealmente esos HH.·. y HHnas.·. conservar la

necesaria humildad para continuar imbuidos delespíritu del Aprendiz? ¿Trabajan realmente losuficiente y en profundidad para poder considerarseMasones? ¿Aspiran realmente a SER o simplementeles basta con el ESTAR?

Siguiendo mi vieja costumbre de cuestionarlo casitodo (y deseando con ello hacer un claro ejerciciode auto critica al mismo tiempo), he de decir quemuy a menudo no me convence ni la Masonería quese hace, ni mucho menos los masones que laestamos haciendo.

Ello no significa (a pesar de que así pudieraparecerlo) que esté descontento con ser masón oque no reconozca estar rodeado de HH.·. y HHnas.·.que sé me aprecian y a veces incluso me soportanmás allá de lo debidoNo se trata de �rechazar� todo o criticar por sistema.Más bien, QQ.·.HH.·. y HHnas.·. se trata, en mi per-sonal caso, de una clara y necesaria provocación,que pretende despertar a algunos del letargo queproduce la rutina o incluso el convencimiento de que�todo está bien� y nada es �modificable�. De seguireste camino mucho me temo caeríamos en unanquilosamiento de terribles consecuencias y, lo peorde todo, incluso podríamos llegar a ser manipuladospor cualquier �líder� que esgrimiera argumentos concierto tufillo a �dogma�.

Recordemos que, históricamente, el mayor peligropara la Masonería, como Institución, siempre haestado dentro de ella misma ¡Mucho más que fuerade nuestras Logias!

Desde dentro de la Masonería (ya desde sus iniciosen la Era moderna) y por parte de algunos �profetas�(todo grupo tiende a generarlos quizá por laindolencia de sus propios miembros), se han idosentado las bases de instituciones paralelas de poderal de las Logias. Desde dentro, por parte de �ilustres�HH.·. se ha intentado cientos de veces manipular elúnico y perenne mensaje de la verdadera Masonería.

Desde dentro, mucho más que desde el campo denuestros enemigos �ideológicos� tradicionales, se haintentado crear un �corpus� doctrinal en unainstitución en la que no es posible la convivencia dela Norma Estricta con la libertad de conciencia quepreconizamos y defendemos.

Desde dentro de la Masonería, por parte de algunoshipócritas (atrevámonos a llamar las cosas por suverdadero nombre) se ha soslayado entre lospliegues de una supuesta y rancia TRADICIÓN,basada la mayoría de las veces en la sesgadainterpretación extemporánea de textos, el derechoa la igualdad de los sexos, por ejemplo. La autoridadde las Logias o la natural evolución de toda instituciónen el tiempo.

Nuestros mayores enemigos, como fácilmente sepuede comprender, siempre han estado y siguenestando entre nosotros y no fuera. Nuestro peorenemigo, QQ.·.HH.·. y HHnas.·. somos nosotrosmismos. Es necesario que, periódicamente,volvamos a mirarnos en el espejo de nuestraIniciación. Descubrir al verdadero enemigo acombatir.

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El pensamiento masónico

Los verdaderos y peligrosos enemigos de laMasonería, son aquellos que conociendo elverdadero mensaje y sabiendo que ésta solamentepuede crecer y desarrollarse en el reino de la razóny de la libertad de conciencia, pretenden con sibilinas�doctrinas� convencernos del pecado quecometemos al pensar o poner en tela de juicio lasobras de los �hombres� ¡Que el G.·.A.·.D.·.U.·. noslibre de ellos!

Ser masón, se preguntan muchos desde dentro, debetener necesariamente un sentido mucho másprofundo que reunirse de manera periódica o disertarsobre el simbolismo de ésta o aquella herramienta.Ser masón, por eso entramos muchos en lamasonería, debería significar mucho más quepertenecer a ésta o aquella Obediencia. Ser masón,en definitiva, debería ser una especie de timbre degloria para los que, en y desde la masonería, intentandesarrollar ideas que van mucho más allá de la puraentelequia.

Ser masón, QQ.·.HH.·. y HHnas.·. debería, en unapalabra, ser mucho más que sentirse miembro deun grupo con intereses comunes o de la realizaciónde un determinado Rito.

Para ser masón, no me cabe ya la menor duda,hemos de poseer una cierta innata dosis de rebeldíao �furia� interior y ganas de cambiar el mundo(incluidos nosotros mismos, por supuesto). Para sermasón, dejando a un lado los que llegan a nosotrosbuscando una mística sustitutiva, hay que tener lasideas claras sobre qué queremos y qué rechazamos.

Se hace absolutamente necesario ser sinceros(realmente tolerantes pero sin llegar a la estupidez)a la hora de realizar un análisis de introspección ypreguntarnos qué esperamos encontrar en elejercicio de la Masonería, como método deperfeccionamiento personal.

Una de nuestras HHnas.·., recientemente, definía laMasonería como una �actitud vital� y, efectivamente,de eso se trata. De una actitud vital que es necesariotrascienda más allá de los muros de nuestras Logias.

Cierto es que nuestros Ritos, nuestros gestos,nuestro recogimiento en Logia o el estudio delsimbolismo, son vehículos necesarios para unamayor concentración en el Trabajo �esotérico� pero,además de todo ello, deberíamos considerar lanecesidad de despojarnos de ciertas rémoras(prejuicios que sobreviven de nuestra vida profana)tales como: el orgullo o la vanidad. Todos somosdiversos en nuestras actitudes y logros pero nimejores ni peores: ¡simplemente diversos!

Debemos asumir, sinceramente, que nuestrabúsqueda si bien entronca con tradiciones antiguasno puede estar limitada a �filosofar� sobre ésta oaquella cuestión en Logia. Tiene que ir mucho másallá y ver la realidad de nuestro tiempo.

Para ser y sentirse masón, como decía la Hna.·.antes citada, hay que tener una cierta actitud vitalque nos haga mirar al frente revisandoconstantemente los pasos dados en el Camino.

Nuestro peor enemigo, pienso yo, siempre será laindolencia y la triste realidad de aquellos que esperanun �milagro� que les proporcione la LUZ. La LUZhay que buscarla. En uno de nuestros Rituales sedice: ¿Qué buscas? ¡La LUZ!

Para ser Masón, finalmente, hay que tener claro quenadie nos proporcionará la ansiada LUZ. Somosnosotros los que hemos de buscarla, a veces por losmás insospechados caminos.

Como bien dijo nuestro poeta: �Caminante no haycamino, se hace camino al andar�

La Verdad

Alguien, con gran sensatez e inteligencia, dijo undía (hace ya muchos miles de años) que: �NADAES SIN NOMBRARLO�. Con la VERDAD,curiosamente sucede todo lo contrario: lanombramos constantemente pero nunca ES. Sucedecon ella como con esas películas de �suspense� que,según van avanzando en su desarrollo, el aparenteculpable del crimen va cambiando de personajehasta el desenlace final que nos muestra alverdadero criminal: el menos esperado. LaVERDAD, por su dificultad en ser encontrada,seguramente se esconde en el lugar o cosa másinesperados pues, desde que la humanidad la busca,solamente hemos ido encontrando �sustitutos� o�paliativos� a su totalidad o supuesta �UNICIDADLUMINOSA�.

Quizá en esta dificultad insalvable, por lo menoshasta hoy, resida la grandeza de la Verdad y seaéste el motor que ha movido y mueve a los humanosa buscarla por los más dispares y, muchas veces,disparatados caminos, incluidos los de la sinrazón ola mentira (su dual contrario que, sin embargo, sinos es bien conocido).

La materialización de lo �nombrado�, se ha cumplidosin duda alguna en otros supuestos (yo diría que enlas distintas encrucijadas de la torpe búsqueda):

Hemos nombrado miedos y terrores y, estos, hansido creados.

Hemos nombrado dioses y demonios y ellos nosangustian constantemente. Nos atormentan aundudando de su existencia.

Hemos nombrado odios y rencores y con ellosconvivimos y luchamos.

Hemos nombrado la razón y de ella surgió la sinrazóncreando los prejuicios.

¿Qué es realmente la VERDAD? ¿Por qué labuscamos tan desesperadamente? ¿Se trata de un�ente� subjetivo u objetivo? ¿Existe realmente comosuponemos?

Con ella no se ha cumplido la máxima antes citada:�Nada es sin nombrarlo�. Pocas cosas han sido más

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nombradas que la VERDAD; pocas más buscadaspor el ser humano ansioso de conocerlo todo; dedesgarrar los velos, uno tras otro.

A pesar de ello; a pesar de tantos intentos porencontrarla, desde que el ser humano inició elproceso de pensamiento lógico, nunca ha sidohallada.

Todos los que dijeron o dicen haberla encontradomienten descaradamente. Unos para convencer aotros de haberla recibido por medio de una supuestadivina �revelación�; otros para, en su nombre,justificar todas las tiranías, sean estas del tipo quesean.

Recordamos una hermosa frase que define lasupuesta �posesión� de la Verdad: �Desconfía de losque dicen haberla encontrado; confía en quienes labuscan �

Si observamos alguna de las definicionesenciclopédicas que para la VERDAD se dan, quizáavancemos un poco más en su desconocimiento:

(1) �Conformidad de las cosas con el concepto quede ellas forma la mente�

�Conformidad de lo que se dice con lo que se sienteo piensa�.

�Propiedad que tiene una cosa de mantenersesiempre la misma, sin mutación alguna� (4) �Juicioo proposición que no se puede negar racionalmente�

La primera acepción que se nos proporciona paraVerdad, nos indica claramente la �volatilidad� delconcepto. Cada mente (o cada ser pensante) puedeelaborar �su� verdad. Desde lo sublime hasta la para-noia.

La segunda, nos proporciona un poco más de lomismo.La tercera, proporciona a lo empírico su génesis pero,todos sabemos que lo que ayer �empíricamente� fuedemostrado, hoy (también empíricamente pero a laluz de otros parámetros antes desconocidos) puedeser �renombrado�.

La última (no quisiera parecer un anti racionalistaempecinado) es filosóficamente viable y cierta.Cualquier silogismo infantil podría demostrarlo.Racionalmente y para cosas y lugares concretos,casi todos podríamos estar de acuerdo pero, cuandose �juega� en ciertos terrenos, el ser humano hademostrado ser muy capaz de tergiversarla, tambiénfilosóficamente y con fines no siempre lícitos.

La VERDAD que nosotros pretendemos buscar, nose encuentra en ninguna de las definiciones arribacitadas puesto que pretende ser la personificaciónde la respuesta a las intemporales preguntas que,hoy como ayer nos seguimos haciendo: ¿Quién soy?¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?

Realmente, y como Masones, quizá podríamosencajar en la segunda acepción (�Conformidad delo que se dice con lo que se siente o piensa�) puestoque pensamos, en conciencia, estar siguiendo el

Camino adecuado para encontrar respuesta a laseternas preguntas.

Hasta hoy, incluso suponiéndonos una sobrehumanacoherencia, lo único que hemos logrado ha sidoencontrar lo que masónicamente se dice, cuandode encontrar la �Palabra Perdida� se trata:

Sustituciones.

Naturalmente, estas sustituciones son una especiede �muletas�, cambiantes en su forma, según nuestraminusvalía (ignorancia) va decreciendo con laadquisición de otras sustituciones (conocimientoprogresivo) más cercanas a esa Verdad aundesconocida. Las �muletas�, a pesar de nuestrosavances, seguirán siendo siempre necesarias¡Desesperante!

Ellas, las sucesivas sustituciones o verdadesparciales (si fuera posible fragmentar la VERDAD),nos ayudan durante un cierto tiempo a adormecernuestra sana ambición por llegar a la meta pero,movidos por la inquietud del buscador siempreinsatisfecho, seguimos intentando encontrar elTODO o quizá lo que pedimos recibir durante nuestraIniciación: LA LUZ.

Lo verdaderamente grande de nuestra búsqueda(que para algunos podría resultar incluso estúpidapor lo aparentemente vana) es el �paso al frente�que nuestra inquietud genera.

Nos movemos en continua marcha hacia delanteen pos de la utopía de la �clave de bóveda� parauna OBRA que sea Casa común de una humanidadfraterna, en la que la justicia, consecuencia lógicade la implantación definitiva de nuestros postuladosde Libertad, Igualdad, Fraternidad, permita ver laúnica VERDAD alcanzable por el ser humano: laruptura de las cadenas que le atan a los demonios ydioses por él creados.

La plena y consciente libertad (¿Podría ser esta laVerdad buscada?).

Las eternas tres conocidas preguntas, podríanincluso tener respuestas un tanto trascendentes,siempre que asumiéramos la �temporalidad� denuestro terrenal tránsito y la obligación como seressolidarios de trabajar, aquí y ahora, para hacerposible un futuro del que no participemos.

¿Quién Soy? Un ser trascendente por su esencia,sin que ella dependa de mi raza, sexo, religión ofilosofía. Soy parte del Todo y de la Nada. Existoantes y después de ser.

¿De dónde vengo? ¿Acaso importa tanto larespuesta? ¿La insistente pregunta no será un íntimoy estúpido deseo por mirar a las estrellas buscandoa nuestros padres, los dioses de un Olimpoinexistente o solamente imaginado en nuestraincomprendida o aparente soledad cósmica?

¿A dónde voy? Al origen y fin del Todo: a la necesariadisolución en el eterno proceso cósmico. Soy parte

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de él y en él permaneceré siempre.

Estas podrían ser, para mi, tres verdadesencontradas pero ¿Y la VERDAD en la que ellasestán sin duda implícitas?

Carta desde el �sin-tiempo�

Nota importante: antes de escribir esta carta, hesopesado los pros y contras de la misma. Tambiénhe pensado en que algunos podrían tacharla de�irreverente� pero, pensándolo mejor�¿Qué puedetener de �irreverente� el especular con el �más allá�?¿Acaso no especulamos sobre el �más acá� que,queramos o no, nos afecta mucho más en loinmediato?

Después de esta simple pero, para mi, convincenteargumentación, me puse a ello. .Lo bueno de esteejercicio literario de �especulación� es que nadiepodrá negar, empíricamente, la existencia del �lugar�que describo ¡Solamente la duda podría ser alegada!

QQ.·. HHnas.·. y HH.·. :

Ya sé que es inusual que recibáis esta carta desdeeste lugar, hasta ahora solamente intuido por algunosy negado por otros pero, en esta ocasión, se tratade una irrepetible excepción que, dado el interés quepuede tener para desmantelar ciertas concepcioneserróneas sobre el llamado por vosotros �OrienteEterno�, creo interesante enviaros.

Antes de pasar a expresar lo que aquí ahora veo ysiento, desearía describir lo sucedido durante el cortotiempo (siempre según el concepto terrenal delmismo) transcurrido entre lo que llamamos vida y mimuerte según la ciencia.

Recuerdo los rostros de los pocos que me rodeabanen mi agonía y mi impotencia para podercomunicarme ya con ellos. Deseaba decirles que noexistía dolor en el tránsito y que dejasen decompungirse pero, mi voz, ya no podía serescuchada. Yo, curiosamente, podía ver y oír suscomentarios; sentir sus manos sobre las mías; �ver�perfectamente la verdad o mentira de sussentimientos hacia mi. Era una desconocida yemergente capacidad de ver más allá de miscerrados ojos.

Pude sentir no el dolor, sino el hecho físico del calorde la cremación y como mi cuerpo se convertía enun puñado de grises cenizas. Era como contemplarun espectáculo desde una ventana sin que los demáspudieran verme u oírme. Pronto me di cuenta queaquello, la extraña sensación de flotar y no sentir micuerpo, era lo que ahí aún llamáis muerte y que,ahora, sé con certeza solamente de un cambio ometamorfosis (que no ruptura) se trata.

También, después de marcharse los demás, pudecontemplar a todos mis HHnas.·. y HH.·., con susMandiles y guantes, en una Cadena de Uniónpóstuma alrededor de mis cenizas y escuchar sumasónica exclamación de: �¡ Gimamos, gimamos,gimamos� pero esperemos !�

Pasado un tiempo (hablo así para que mecomprendáis puesto que él no existe aquí),comprendí con toda claridad que había salido de la�vida�, tal como ahí la entendemos. Ahora, estabaen una dimensión distinta en la que aun me sentíaextraño.

Como dato curioso y que contradice algunas historiasque circulan por ahí producto de algunos escritorescon escasa inventiva, no vi luces ni pasé por un túnelluminoso en el que un querubín saliera a recibirme.Todo fue mucho más natural y por ello inesperado.En cuestión de segundos (¿menos quizá?), me sentítransportado de uno a otro lugar.

Pronto, a mi alrededor, empezaron a surgir otros�cuerpos� (no puedo describirlos de otra manerapuesto que no lo comprenderíais) con los que entabléconversaciones en una lengua sin palabras o gestos.Todos nos comprendíamos y nadie podía negar su�palabra� a los demás.

Las �palabras� (otra manera de describir lo que noes) flotan en este �sin-tiempo� y todos podemos�escuchar� y �responder� al unísono.

No pueden existir los secretos (seguramente ya notienen sentido) puesto que todos estamos en lamente de todos. Para que lo comprendáis mejor,seria algo parecido a un cuerpo único formado pormuchas mentes completamente sintonizadas en unamisma longitud de onda.

Curiosamente (este detalle puede ser interesantepara que sigáis combatiendo el racismo y laxenofobia con más convencimiento y fuerza), todoslos �entes� con los que comparto este espacio sinmedida ni limite, no tienen sexo, color ni formadefinida. Todos, absolutamente todos, son igualesen su �forma� (sigo hablando como vosotros paralograr una mejor transmisión de las sensaciones) ytampoco existen discrepancias puesto que no haydisensiones ni discusiones. No son necesarias puestoque todos hemos �comprendido� ¡ Al fin ! la razón,hasta ahora desconocida, de haber sido y de noser.

Seguramente somos como siempre quisimos habersido pero sin poder serlo hasta ahora.

Sé que el vocabulario que empleo en estadescripción, es el mismo que empleaba cuandoestaba entre vosotros. Forzosamente ha de ser así¿Comprenderíais el lenguaje del silencio másabsoluto? ¿Seriáis capaces de comprender el sin-tiempo, estando como estáis aun en el tiempo?

¡Que difícil me resulta explicar lo que para mi estáclaro pero para lo que no existen las palabrashumanas adecuadas!

Todos los problemas que me preocupaban cuandoestaba �vivo� entre vosotros, han dejado de serlo;todas las inquietudes por TENER o SER, han dejadode atormentarme puesto que ahora �veo� claramentedónde estaban los fallos (donde están los vuestrosaun) de mis planteamientos vitales. Ahora TENGOy SOY realmente.

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Me está prohibido (no es la palabra adecuada, puestoque aquí no existen prohibiciones, pero no encuentrootra) el comunicar soluciones a problemas que aunlo son ahí. Algo que está en todos nosotros peroque no podría describir nos dice, con un mensajesin voz, que los Seres Humanos deben seguirbuscando a pesar de las dificultades para encontrarrespuestas. Este, mis QQ.·.HH.·. y HHnas.·., esvuestro trabajo ahí.

Para nosotros, en el �sin-tiempo� en que estamos,no existen los problemas y lo único que vemos sonsus soluciones de manera diáfana.

Tampoco podemos sufrir por vuestra impotencia enencontrar soluciones puesto que, ahora, compren-demos la razón última de este aparentemente crueldestino de los Seres en los planetas donde viven ymueren. He dicho planetas pues este dato si puedodesvelarlo: ¡No somos los únicos en el Universo, nipor supuesto el ombligo del mismo! Existen multitudde mundos habitados por Seres que nacen, sedesarrollan, piensan, buscan y, sin hallar lo buscado,mueren.

¿Cómo podría explicar lo que se siente sin sentir ?¿Cómo deciros que lo que llamáis �más allá� estádentro de todos nosotros desde el nacimiento, perosomos incapaces de comprenderlo hasta el mismomomento del tránsito a esta dimensión?

Naturalmente, todas mis explicaciones (tanto paracreyentes como para los que no lo son) pudieranparecer una historia inventada; la enfebrecidadescripción de un lugar realmente �ecuménico� quenegaría el infierno de algunas religiones, haciendotemblar los cimientos de muchas de las culturasactuales.

Realmente, todos, absolutamente todos los quehemos pasado por el tránsito de la calificada como�muerte�, venimos a esta dimensión o �lugar�. Laúnica diferencia, para que lo comprendáis mejor, esque los que consideramos �malos� no pueden�escuchar� las conversaciones de los demás.

Están sin estar o son sin serlo. Quizá, en este estadode �no ser� y �no sentir� consista lo que ahí llamanalgunos �infierno� Este estado de �no ser� sería quizála merecida penalización por anteriores desvíos odelitos contra la Humanidad.

He descubierto (puedo desvelarlo también) que elúnico �pecado� es precisamente el que cometemoscontra la Humanidad, bien individual o colectiva-mente. En él, radica el más imperdonable pecado.

Aquí, no existen obligaciones, ni nadie nos daordenes o directrices�Todos sabemos lo quetenemos que hacer (por decirlo así puesto que el�hacer� no existe aquí).

Nuestro �tiempo� (el sin-tiempo, en realidad) trans-curre sin variaciones temporales como ahí se co-nocen. No existe frío ni calor; ni lluvia ni sol; ni nocheni día.

Por lo que respecta a los problemas humanos queme atormentaron y aun os atormentan a vosotros,

como ya os decía antes, podemos ver las soluciones.Si aquí la risa existiese, sin duda se escucharíangrandes carcajadas pues sabemos que lassoluciones a tantas humanas miserias están alalcance del Ser Humano y, él, no es capaz de verlas.

Sin desvelar nada importante que evitaría vuestrocrecimiento personal, podría decir que todas lassoluciones a los complejos problemas de vuestromundo, ahora y en este lugar, se ven simples y muyfáciles de encontrar.

Buscáis en direcciones equivocadas; no veis masque lo que vuestros ojos os permiten. No es culpavuestra esta falta de �visión�, simplemente esnecesario que así sea para seguir perfeccionando alSer Humano. Esta y muchas otras aparentescontradicciones, dejarán de serlo en el sin-tiempoen que me encuentro.

Para aquellos de vosotros que os aferráis a lacreencia de la NADA después de la �muerte� (¡yoera uno de ellos!), he de confesar que estáisequivocados.

La NADA, tal como la concebís, no puede existir. Elconcepto de NADA, surge equívocamente de lasllamadas �religiones� pero el Universo no surgió dela NADA puesto que en ella nada puede �SER� o�ESTAR�. Podría deciros, para vuestra tranquilidadintelectual al respecto, que lo que ES siempre FUE.

Por lo que respecta a vuestras inquietudes comoMasones, puedo deciros que sois un grupo aunpequeño pero necesario no solamente en la llamadaTIERRA. También en otros lugares (y con distintosnombres) existen grupos de Seres preocupados porlos mismos problemas y que buscan soluciones.

Aquí, sin problemas y con la visión que tenemos delo que FUE, ES y SERÁ, existe la verdaderafraternidad que vosotros estáis buscando. Los únicosque están excluidos de ella, claro está, son aquellosque están sin estar y son sin ser. Eso que llamamosahí justicia, os aseguro existe en el sin-tiempo.

Mis preguntas respecto al premio o castigo (cuandoveía la injusticia en la Tierra) han sido ampliamenterespondidas aquí. Ahora comprendo que nadie puedeescapar a la verdadera y última justicia.

También han sido respondidas mis dudas sobre laaparente sinrazón del sufrimiento de unos y laaparente vida �muelle� de otros; las enfermedades;las llamadas desgracias. Todo, absolutamente todo,es respondido aquí sin necesidad de preguntas.

Os ruego, cuando leáis esta carta, os despojéis detodo prejuicio o pensamiento relacionado con lasreligiones que, hasta ahora, han influido en vuestropensar y hacer terrenales. Nada de ello tiene quever con nuestra �posición� en este lugar.

El seguimiento o no de las religiones ahí instituidas,ninguna relación guarda con la recompensa o el�castigo� en este lugar. Nadie nos pregunta, cuandollegamos a él si somos cristianos, musulmanes ojudíos. Nadie pregunta, tampoco, si hemos sidoateos, agnósticos o creyentes. Se nos clasifica en

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grupos solamente en función de nuestras faltas oméritos relacionados con la Humanidad.

Mi carta, contando algunas de las cosas que mepermite decir la Regla no escrita del sin-tiempo,desea ser un revulsivo para vuestras penas y dudas;desea ser creadora de nuevos ánimos en la diarialucha.

Quisiera hacer surgir la esperanza y alejar el temordel tránsito final hacia esta dimensión. No perdáis laesperanza de la justicia y la felicidad totales. Yo,desde el sin-tiempo, sé ahora con la certeza dequien no es pero siempre fue, que el espejismo dela vida solamente es un corto �tiempo� para llegar aloasis de la VERDAD absoluta (esa que nosotrossiempre buscamos con especial ahínco).

La VERDAD, esa por la que tantos emprendierondistintos caminos de búsqueda durante la vida, oscegaría si la encontrarais durante vuestro terrenalSER. Aquí, conociéndola ya sin velos ni matices quela desvirtúen, sabemos que se trata de algo simplepero peligroso para el Ser aun inmaduro.

El día llegará en que el sin-tiempo se una con eltiempo y la VERDAD ya no necesite ser buscadapues formará parte inseparable de todos nosotros.

Será entonces (no puedo desvelar el futuro) cuandose produzca la verdadera �revelación� que algunosseres excepcionales pudieron vislumbrar en susvisiones premonitorias y proféticas.

También entonces, dejarán los Seres de todos losplanetas habitados del Cosmos de buscar. ¡Todaslas preguntas tendrán respuesta! ¡Todo se habráencontrado!

Mientras ese día llega, mis QQ.·. HH.·. y HHnas.·.,tenéis que seguir por la senda de la búsqueda.

Es la tarea impuesta por que algunos, bastanteacertadamente, llamáis con vuestro lenguajemasónico: �Chispa Primordial� o �Fuerza Inicial� (¡enrealidad nada FUE antes del SER!).

No puede existir lo Primordial o Inicial, puesto quereconocerlo así, sería afirmar que existió la NADAy, de ella, nada puede surgir o ser creado. Tampocoexistió nunca el llamado CAOS, puesto que todo ESdesde el SIN-TIEMPO.

A pesar de no existir en este sin-tiempo, en el queme encuentro, lo que ahí llamáis �sentimientos�, algoextraño me sucede en este momento cuando tengoque terminar la que será mi última carta. ¡Os echode menos !

Catarsis

Para los antiguos griegos, grandes conocedores del�alma� humana, la catarsis se producía cuando seeliminaban las impurezas de un ser o cosa. También,por medio de la representación dramática de historiasse pretendía provocar en los espectadores laliberación de angustia en sus sentimientos. Laexteriorización, por medio del llanto o de la risa, de

esa �comunión� con lo representado, era el puntoálgido de la catarsis.

Para que la catarsis se produzca, si seguimos en lalínea de lo anteriormente expuesto, debe existir unacierta �inmersión� del espectador en lo contempladoy, al mismo tiempo, una identificación con lospersonajes.

En algunas ocasiones, lo representado secorresponderá con las vivencias o sentimientos delos espectadores lo que, lógicamente, les harásentirse mucho más identificados, hasta el punto de�sufrir� y �gozar� con el espectáculo.

Esta �comunión�, este momento de �abandono�, seríala culminación de la catarsis. Se podría llegar hastael punto de sentirse inmerso en la obra, como actory no como espectador.

Cuando, de manera sincera, nos paramos a contem-plar nuestra humana dualidad, producto de lo quepodría calificarse eterna lucha entre lo quecalificamos como �bien� y �mal�, la mayoría sentimosvergüenza de muchos de nuestros pensamientos odeseos, ocultándolos en el rincón más recóndito denuestra �alma�. Avergonzándonos de haberlos tenidoo sentido.

Muchos confían que, de esta manera (intentandoignorar nuestro lado �oscuro�), esos pensamientos odeseos que chocan con la moralidad o culturaimpuestas por un determinado modelo de sociedad,serán �sometidos� y dejarán de producir esa extrañadesazón que, queramos o no, nos muestra una delas caras de la humana condición.

No debemos ignorar que la repugnancia o aceptaciónde determinados �cánones� de pensamiento oconducta, están condicionados por lo �cultural�(entendiendo por cultural: tradiciones, religión,filosofía, etc.).

¿Es conveniente escapar a la catarsis? ¿No seríamás humano aceptarla como paso ineludible parael mejor conocimiento de nosotros mismos? ¿Noevitaría, el reconocimiento de esa terrible perohumana dualidad, muchos trastornos de tipopsíquico? ¿No será necesaria la expulsión denuestros �demonios�, reconociendo su existencia sintemor y como algo consustancial a la condiciónhumana?

El �¡Conócete a ti mismo!� de los griegos, se refiereal conocimiento pleno, en la dualidad, de uno mismoy nunca a una sola parte de nuestra personalidad.

Muchos escritores, especialmente del siglo XIX einicios del XX, llevaron a cabo su propia catarsisescribiendo páginas consideradas como �malditas�,por la aparente �degeneración� que ello representabafrente a una cultura teñida por lo judeo - cristiano.

Muy pocos pensadores se atrevieron a decir conclaridad que, para conocer el �bien� es forzosamentenecesario conocer el �mal��

¿Cómo sino podremos comparar? El �bien� y el �mal�son partes de un todo �separable� pero, al mismo

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tiempo y de manera aparentemente contradictoria,permanentemente en pugna por permanecer unidos.

Personalmente, pienso que estos escritores tuvieronel enorme valor de transcribir sus más profundos yocultos deseos al papel.

Naturalmente, esta trascripción (a veces llena deepisodios que pueden parecer fruto de una maldadconsciente) causó repugnancia en ciertos espíritushipócritas de la época pero, a pesar de ello, son lasincera manifestación de un sentir tan humano comoel más elevado misticismo religioso ¡El otro extremode la misma regla! ¡La humana condición confesadasin tapujos!

No se trata de �permanecer� en el �mal� sino deconociéndolo, y por medio de la razón ética,�comprimirlo� a la mínima expresión.

Como masones, y si realmente llevamos a cabo elnecesario proceso al que la máxima herméticaV.I.T.R.I.O.L (�Visita el interior de la tierra yrectificando encontraras la piedra oculta�) nos invitacon insistencia, hemos de pasar por un necesarioestado de catarsis.

La nuestra, debe conducirnos al más profundoconocimiento de nosotros mismos y, a partir de laaceptación de la profana y dual realidad, tratar deencontrar el equilibrio (por medio de la eliminaciónde prejuicios) desde el que seamos capaces dediscernir y obrar con rectitud.

No deberá estar nuestra particular catarsisinfluenciada por temores ancestrales, dogmas otabúes, sino por la razón liberadora; por la plena�inmersión� en la dimensión total del ser humano,sin temor.

Lo que algunos califican como �método masónico�,no deja de ser una sincera y profunda introspección,desde la que poder seguir caminos no transitablespara aquellos que, por temores irracionales, tienensus ojos cerrados a la humana dualidad.

Esta dualidad, que tantos temen, es el crisol en elque se purifican los metales y la tierra (a la queV.I.T.R.I.O.L. nos invita a bajar para encontrar laPiedra Oculta).

Esta máxima hermética, compendio de sabiduría,es por sí misma todo un método de introspección.

Como masón, siempre me ha preocupado encontrarun Camino alejado de metafísicas disquisicionesque, a la postre, a ningún lugar conducen. Siempreme he �obcecado� (si así queréis decirlo) en ponerde manifiesto lo �simple� de un posible método debúsqueda.

Pensaba y sigo pensando que la Masonería no puedeconsistir en un compendio de �normas� o �reglas�(inexistentes pero que algunos parecen sentir latentación de �codificar�), sino la simple renuncia apatrones engastados en nuestro interior por múltiplesfactores culturales que constriñen nuestra libertad.

Si algún mérito tiene la Masonería moderna (a partir

de 1.727), es precisamente el enunciado que figuraen las Constituciones de la citada fecha: �La religiónde todos los seres humanos� (entendiendo �religión�como re-ligar o unir lo disperso y nunca comoadoración a un dios o dioses).

Para hacer realidad este deseo, es necesario quecada masón visite la tierra (baje a lo más profundode sí mismo) y encuentre la Piedra Oculta que en élse esconde. Una vez encontrada y �rectificando�,será capaz de ver el inicio del Camino a seguir.

Solamente así, después de esa necesaria e indis-pensable catarsis, podremos ser capaces decomprendernos y comprender al ser humano en sudual manifestación. En definitiva, seremos capacesde ser un poco más libres y humanos.

* * *

Claves Alquímicas yherméticasAntes de proseguir, quisiera dejar bien claro que sibien con cierta frecuencia hago algunos comentariospersonales sobre alquimia, siempre lo hago de laINTERIOR y nunca de la que busca la transmutaciónde los metales, por muy nobles y valiosos que estossean.

La alquimia interior, la que Basilio Valentín enuncióen el siglo XV y cuya frase V.I.T.R.I.O.L. los masoneshemos adoptado como divisa de nuestra búsqueda(�Baja a lo más profundo de ti mismo y rectificandoencontrarás la piedra oculta�), resulta mucho másinteresante y trascendente para mi, además de estarllena de poderosas motivaciones para todo buscadorsincero de la TRANSMUTACION interior.

La Masonería, sin poder afirmar que tenga unarelación directa o histórica con la Alquimia, utilizaen su praxis el mismo método de los alquimistas(putrefacción, refinado, transmutación).

Nuestro Trabajo en pos de la transmutación del serhumano, conformado por el legado que nostransmiten las diversas tradiciones esotéricas, tantode Oriente como Occidente, no podía sustraerse ala metodología alquímica en tanto que ella nosproporciona analogías y símbolos adecuados ysencillos para ayudarnos a caminar en pos de lanecesaria mutación.

Así lo hemos de ver y nunca considerarnos�herederos� directos de los alquimistas, sino alumnosde muchas escuelas cuyas enseñanzas, con todaseguridad, parten de la que para entendernosllamamos Tradición Primordial o �filosofía primi-genia� de la Humanidad.

La lectura de algunos libros de alquimia, cuando hansido realmente escritos por verdaderos alquimistas,nos lleva a conclusiones muy interesantes por loconvincente y �entendible� del mensaje.

Otros libros de �pseudo-alquimia�, escritos por

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algunos �vivi-dores� de lo oculto, nos harán perderel tiempo en el intento de encontrar claves inexis-tentes.

Cierto es, y de ello pueden dar fe todos aquellosque se han atrevido a leer algún tratado de alquimia,que la confusión acude a nuestras mentes en la mitado más de sus páginas. En un determinado momentoel alquimista habla del oro inerte para, un poco másallá, hablar del oro con poder multiplicador o �vivo�.

Pasa a describir con todo lujo de detalles una seriede manipulaciones puramente de laboratorio o�proto-químicas� para, un poco más adelante, hacerlode la mutación mística del alquimista de lo interior.

Se trata, a estas alturas ya lo hemos podido descifrar,de un lenguaje nada claro y con manifiesta intenciónde �despistar� al curioso que busca o esperaencontrar en la alquimia la realización de sus sueñosde riqueza.

Pero, la única riqueza que se logra, después de losmúltiples �refinados� del humano metal, es laconsecución de una transmutación necesaria parapoder realizar la OBRA interior. Esta y no otra es lameta de los alquimistas a partir del siglo XIV-XV.

Naturalmente que existió la otra alquimia (precursorapor su experimentación en muchos campos de laactual química) pero, con el tiempo, incluso el lentoproceso químico se convirtió en un vehículo delcambio �místico� del alquimista.

Como muestra de la clara intención �transmutadora�del ser humano, descrita en algunos libros, mepermitiré transcribir unas líneas del tratado deNicolás de Valois (Siglos XIV-XV) �Los cinco libroso la llave del secreto de los secretos�.

En este libro, el alquimista habla con su �hijo� (sedesconoce si se trata de un verdadero hijo o de un�discípulo� así calificado por el maestro) y desgranaconsejos para encontrar el verdadero camino, sindejarse confundir por los falsos maestros.

En el capitulo titulado �DE LA OBRA�, Nicolás deValois dice: �Todo buscador de cualquier Arte debeser teórico antes de echar mano a la Práctica, puesel que no entiende bien lo que busca, tarde llegará,como tantos laboriosos ineptos que tan sólo sonsimples sofistas y pierden su tiempo y sus bienessin encontrar nada de lo que buscan�

Más adelante continua: �Al contrario quien caminapor un lugar que conoce, aunque se pueda perder,llegará tarde o temprano a la meta deseada�

De la primera parte, podríamos concluir que esnecesario saber qué buscamos, antes de �sumer-girnos� en la búsqueda misma.

Es necesario teorizar sobre lo que deseamosencontrar para, más adelante y sabiendo lo quequeremos, poner manos a la OBRA (la Práctica quedice Valois).

¿Cuántos masones hemos invertido el proceso debúsqueda?

¿Cuántos hemos entrado en masonería para intentarllevar a cabo una OBRA sin saber realmente en loque ésta consistía?

Las respuestas a estas preguntas serian muyesclarecedoras sobre lo adecuado del Camino hastaahora recorrido y, si fuese necesario, rectificar sudirección.

Seria muy conveniente responder desde lo másprofundo y con plena sinceridad para comprobar sihemos perdido el tiempo o no. Pero como tambiéndice Valois: �No importa perderse� A tiempo estamosde rectificar para encontrar la Piedra escondida quedecía otro alquimista compañero de Valois: BasilioValentín.

Respecto a la segunda parte, nos está indicandoclaramente la necesidad de caminar por lugaresconocidos (si bien podemos aún así �perdernos�)para, por medio del trabajo constante y a pesar depoder equivocarnos en el camino, rectificando, llegaral lugar deseado.

Más adelante, Valois nos indica con meridianaclaridad (si bien utilizando siempre el leguajealquímico deseando velar la �verdad� a los curiosos):�Aquí está la gran dificultad del ARTE, figurada portantas alegorías de los Filósofos. También es suMAR, su BOSQUE y en una palabra toda la OBRAya que por esta putrefacción la Naturaleza seconvierte y cambia de forma (la metamorfosis otransmutación) Ningún cambio o mutación de unacosa que haya en el mundo será posible sin la�putrefacción�.

Si te preguntan por el medio de hacer la Piedra(Filosofal) o cualquier otra cosa lo podrás enseñarcon esta palabra: ¡Putrifica!, pues sin estaputrefacción no se hace nada y tan sólo ésta essuficiente�

El maestro está mostrando claramente, para los queson capaces de comprender el proceso alquímico,el paso más importante en la búsqueda (mejor dichoen la iniciación de la misma), indica la necesidadde �putrificar� todo lo viejo que nos acompaña para,del calor producido por la fermentación de ese�estiércol�, poder germinar la semilla de lo nuevo otransmutado.

Nada es posible sin la putrefacción. Ningunamutación es posible sin el �abandono� de losprejuicios que encorsetan nuestra libertad para poderrealizar la OBRA.

Solamente a través de la �putrefacción�, o abandonode lo viejo, puede surgir la mutación. El Ser nuevoo la simbólica Piedra Filosofal.

En este proceso alquímico que tantos adeptos de laCiencia describieron con mayor o menor �cripto-grafía�, existen ciertos pasos necesarios e indispens-ables que, de manera más o menos oculta, siemprese describen: PUTREFACCIÓN, MUTACIÓN,METAMORFOSIS, REFINADO, FIJACIÓN. Todosellos son necesarios para poder realizar la OBRAde la que ellos y nosotros hablamos.

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El pensamiento masónico

Muchos siglos antes, en el �CORPUS HERMETI-CUM� atribuido a Hermes Trismegisto (Nombre grie-go para el Toht egipcio), se describe ya la alquimia�filosófica� o interior.

Hermes, según la tradición y por lo que se desprendede los escritos a él atribuidos, fue un hombre quevivió en Egipto hace mucho tiempo (se dice que entiempos de Amón) y que alcanzó la GNOSIS (elconocimiento del Todo que involucra la unión conél).

Por boca de Hermes, se va desgranando una con-cepción del Cosmos en el que el Ser Humano esreconocido como elemento dual del mismo y reflejodel creador. Hermes, en sus diálogos con Asclepio yTat va poniendo las bases de una primitiva �Teología�(precursora de la alquimia interior) que lejos de poneral Ser Humano en un plano inferior, lo coloca casi almismo nivel de los dioses. �Abajo como arriba� o�Todo engendra su semejante�

En sus discursos, además de describir las admirablescualidades del creador de todo lo visible e invisibleel, hombre a pesar de su vida finita, ocupa un lugarprivilegiado como co-creador por virtud de su mentey capacidad de pensar. El hombre, para Hermes, escapaz de cambiar incluso su destino.

Esta es la primera referencia alquímica de laantigüedad que tenemos documentada y que nosdemuestra el interés del Ser Humano por su propia(y en principio oculta) capacidad de mutación. Superenne interés por alcanzar un mayor nivel de�GNOSIS� que le eleve hacia el intuido origen.

© Fernando J. M. Domínguez y González (Keltoy)Septiembre 2.002 - Esta reedición junio 2004

Fin de la obra

Editado por la Revista Hiram Abifedición 2004