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    Titulo original

    Semitica da arte e da arquitectura

    Versin castellana de Basilio Losada Castro

    Revisin bibliogrfica por Joaquim Romaguera i Rami

  • @ Dcio Pignatari

    y para la presente edicin

    Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona 1983

    Impreso en Mxico - Printed in Mexico

    I.S.B.N.968-6085-77-7

    Impreso en:

    Programas Educativos, S.A. de C.V.

    Calz. Chabacano, 65 A

    Mxico, D.F.

    La edicin consta de 3.000 ejemplares

  • ndice

    Introduccin

    Primera Parte: Silla, Escalera, Laberinto

    1. La silla Rietveld, 1918

    2 Hegel: la escalera-de-Jacob artstica

    3. Al som de l'esca1ina

    4 Descansillo para

    5. El todopoderoso concepto

    6. Ciencia y tecnologa. La ciencia invade el

    7. La revolucin permanente de los fmulos icnicos

    8. Mondrian y De Stijl

    9. Dancing City: donde se descubre que el hilo tesaico se entreteja en

    la trama del propio laberinto

    10. Signaje

    Segunda Parte: Lecturas

    Silla Rietveld

    Lmina IV

    Design y proyecto (lmina V)

    El mensaje arquitectnico (lmina VI)

    Caligramas de Niemeyer (lmina VII)

    Arco de Triunfo (lmina VIII)

  • a) La luz como signo (lmina IX)

    b) Gnesis de un smbolo

    El sintagma invisible (lmina X)

    Semitica del poder (lmina XI)

    Teotihuacn: el design del agua (lmina XII)

    Notas

    Bibli-Hemerografa

  • Lo que en m siente est pensando.

    Fernando Pessoa

    Incluso cuando nos concentramos

    un momento en esos signos e intentamos

    leerlos como la representacin

    de nuestro "yo", tenemos que

    leer el signo hacia atrs.

    Herbert Read

    As vuelve a empezar, perpetuamente,

    un formidable antao.

    Henri Focillon

    Siempre espero que el ayer va a mejorar.

    Charlie Brown/Charles M. Schulz

    (Jornal da Tarde, OESP, 22 de mayo

    de 1979).

  • Introduccin

    La tesis de este libro se propone aplicar la Semitica de Charles Sanders

    Peirce a los signos artstico, arquitectnico y utilitario, comprendiendo, en

    esta ltima denominacin, el sistema de objetos que constituye el campo

    temtico y de indagaciones del Diseo Industrial, y se reviste, al tiempo, de

    otra denominacin que la supera y justifica: la comprobacin de la existencia

    de un pensamiento icnico, autnomo, independiente e irreductible al

    pensamiento lgico-discursivo, verbal, incluso en aquellas instancias

    extremas en las que el signo icnico intenta instaurarse como determinado

    lgicamente.

    Partiendo de la tentativa de lectura de una determinada silla, precisamente

    propuesta como signo utilitario lgicamente determinado, o sea, de la

    tentativa de determinar su significado en amplia extensin de pensamiento,

    y valindonos de las virtudes como gua de cierto hilo engelsiano,

    emprendemos un camino inicialmente ascensional, acompaando a la

    esttica dialctica de Hegel, para negarla luego, en ruta laberntica, tanto

    contraponindole elementos negadores avant la lettre, con Vico como

    ejemplo, como algunos de sus seguidores/negadores, como el propio Peirce.

    En cuanto al mtodo, sigo el que propuse en mi primera tesis acadmica:1 el

    mtodo Vinci-Valry, al que rebautic como "heurstico-semitico", el

    mtodo del descubrimiento que deriva del propio objeto analizado. Desde

    otro punto de vista, no hago ms que adoptar el propuesto por Emest

    Cassirer en su Filosofa de las formas simblicas, donde se declara apremiado

    a perfilar su propio camino metodolgico al comprobar que "los particulares

    parecan lanzar, cada vez ms, su luz unos sobre otros, ajustndose entre s,

    como de comn acuerdo, en un cuadro general".2 Desde un tercer punto de

    vista, estando el camino por el que nos hemos decidido a orientar este

    trabajo visiblemente sealado por la semitica peirciana, en la que est

    implcita una crtica a toda la Semiologa centrada en lo lingstico y en la

    lingstica -explicitada, por otra parte, en varios artculos y libros mos

  • publicados anteriormente-, no dejo de tener en cuenta la objecin que Peirce

    formul al llamado "mtodo histrico" de los hegelianos, quienes,

    pretendiendo abordar problemas complejos en toda su complejidad, han

    obtenido escasos resultados en el terreno de la Ciencia, que ha ido logrando

    xitos sucesivos precisamente a travs del mtodo analtico, por lo que los

    problemas concretos son substituidos por problemas ms sencillos, de

    soluciones posibles, que, a su vez, van lanzando luz sobre reas ms extensas

    y niveles ms profundos.3

    Esto no invalida, pese a todo, la comprobacin de la profunda influencia

    ejercida por Hegel sobre el pensamiento occidental hasta mediados del siglo

    actual, incluyndose, en el mbito de irradiacin de ese influjo, nombres de

    grandes filsofos y artistas como Marx, Mallarm, Mondrian y el propio

    Peirce.

    El hecho de que la hayan negado, dialcticamente hablando, no invalida,

    antes bien confirma, la intensidad de la influencia del creador de la dialctica

    moderna, o de la dialctica de la Primera Revolucin Industrial, sobre las

    ideas de este ltimo siglo y medio.

    El hecho de que, como he afirmado, no destaco especial mente el aspecto

    lingstico, no significa menospreciar lo verbal. Lo impone as la propia

    naturaleza metalingstica (metasgnica) de este trabajo de anlisis del signo

    icnico, terico en su primera parte, prctico (lecturas) en la segunda. El paso

    de una a otra se halla en la lectura de una obra de Mondrian, al final de la

    primera parte, precedida de breves y diversas lecturas.

    Contestar verbalmente la hegemona de la palabra con relacin a la icnico

    es parte del dialctico proceso sgnico de esta obra; el impulso de la negacin

  • le viene de aquella potica contrapalabra que se llama "paranomasia" o

    chiste -la palabra que, iconizndose en el eje de la similaridad, subvierte el

    discurso lgico en el eje de la contigidad, de modo que le permite el ingreso

    en el universo de lo no-verbal, de donde, por otra parte, provino

    probablemente. Una vez recuperado lo icnico, se recupera lo verbal negado

    en otro nivel. En el mundo analgico, la divisin fsica del espacio, por

    ejemplo, corresponde a la digitalizacin observada en el universo lgico

    cientfico.

    A base de textos textiles, vamos tejiendo una estera y un cesto que asumen

    la forma final de un libro.

    Sin pretender la generalizacin de su uso, introduzco algunos trminos

    nuevos en substitucin de expresiones de uso corriente o procedentes de la

    Lingstica, con la intencin de, en la medida de lo posible, deseautomatizar

    estas ltimas, excesivamente contaminadas por el signo verbal: signaje, en

    lugar de lenguaje; signicidad, en vez de textualidad; intersignicidad por

    intertextualidad.

    Como son muchas las citas, remito al final del volumen, las indicaciones de

    fuentes, recuperables por numeracin de notas en secuencia corrida, a fin de

    aliviar al texto de esos accidentes del terreno a pie de pgina. Para algunas

    notas utilizo el asterisco. Cuando no vienen indicados de otro modo, la

    cursiva indica citas del original con traduccin ma.

  • Expresin de gratitud

    A Samir Curi Meserani que, junto con el despacho, me cedi la casa entera

    durante dos meses para que pudiera redactar este trabajo; a Cludio da Rosa

    Ferlauto, que hizo las fotos y los dibujos y mont las lminas de los

    ejemplares acadmicos originales; a Sergio Burgi y a Ral Garcs, del

    Laboratorio de Recursos Audiovisuais de la F AU-USP, que me

    proporcionaron muchas reproducciones para aquellos mismos volmenes.

    Primera Parte

    Silla

    Escalera

    Laberinto

    1. La silla Rietveld, 1918 (vase lmina 1)

    sta no es exactamente una silla: es un pensamiento. Es un manifiesto

    neoplasticista:

    "El neoplasticismo procura expresar lo invariable y lo variable

    simultneamente y en equivalencia".4

  • "[...] los planos rectangulares, formados por la pluralidad de las lneas rectas

    en oposicin rectangular, necesarias para la determinacin del color, se

    disuelven gracias a su carcter uniforme, emergiendo tan slo el ritmo,

    mientras los planos tienden a anularse en la "nada"...

    [...] Nuestro camino conduce a la busca de una equivalencia de las

    oposiciones desiguales de la vida.5

    "El arte abstracto tiende a destruir la expresin corprea de volumen".6

    "En el futuro, la realizacin de la expresin plstica pura en la realidad

    palpable substituir a la obra de arte [...] la cultura de las formas particulares

    ya alcanz su apogeo y se complet ya; ahora, en arte, asistimos al inicio de

    la cultura de las relaciones puras".7

    Repetimos que su contenido no puede ser descrito y que solo puede

    transparentarse por medio de la plstica pura y de la ejecucin de la obra.

    Debido a ese contenido indeterminable, la obra no-figurativa es

    completamente humana".8

    [...] la expresin plstica de la verdadera realidad se alcanza a travs

    del movimiento en equilibrio",9

    No es un azar el que Gerrit Thomas Rietveld integrara con Mondrian y

    Theo van Doesburg y otros el grupo De Stijl, en 1915; y tampoco es azar el

    que la publicacin del grupo, publicacin que tanta influencia ejerci, se

    titular precisamente El Estilo. Realmente, crearon un estilo para acabar con

  • todos los estilos, como se dijo del Ulysses de Joyce que era una novela para

    acabar con todas las novelas. Nuestro Millor Fernandes no es, hlas!, "el

    primer escritor sin estilo". Por no hablar de la preocupacin de Lawrence

    Sterne con su Tristan Shandy, que tanta influencia ejerci sobre Machado de

    Assis, el ttulo corresponde con mayor justicia a Gustave Flaubert, quien, en

    su obra inacabada Bouvard et Pcuchet -l, el gran estilista! aspiraba a llegar

    a la perfeccin, o sea, a una obra en la que no hubiera ni una lnea de su

    autora.

    La Revolucin Industrial, como no poda dejar de ser, se lanz tambin sobre

    el arte y la arquitectura; del impacto nacieron el arte y la arquitectura

    llamados "modernos", con su chaparrn de ismos y movimientos diversos,

    proponiendo unos un metaarte (neoplasticismo, diseo industrial), otros un

    antiarte (Dad, Duchamp), hasta alcanzar la descaracterizacin del arte

    actual (despus de las artes pop, conceptual, pobre, mnima, etc.) y la

    llamada arquitectura "postmoderna", de Charles Jencks, cuando el crtico

    Peter Blake juzga que ya es hora de parodiar a Louis Sullivan y a su famoso la

    forma sigue a la funcin, al declarar que la forma sigue al fiasco.

    A partir de la Primera Guerra Mundial empezamos a asistir al desarrollo de

    una contradiccin de doble raz. Por un lado, el movimiento sistema y el

    movimiento antisistema acaban por llegar prcticamente casi al mismo

    resultado (por ejemplo: Dada y Neoplasticismo), al poner en causa no slo la

    idea, sino incluso la propia existencia del arte, tal como hasta entonces haba

    sido concebido:

    "En (avant Dada. 1912, es la primera sinopsis del movimiento Dada en Berln,

    una revista de la Edad de Oro del dadasmo berlins. Huelsenbeck insiste en

    enfatizar que escribe "con un revlver". El resultado es explosivo, tanto en el

    ("tilo como en el contenido. En avant Dada es un panfleto brillantemente

  • escrito que condena todo arte, incluyendo el del panfleto brillantemente

    escrito".'"

    Buscando la "idiotia pura" (manifiesto Dada), o el "arte plstico puro"

    (neoplasticismo), ambos movimientos proponen la superacin del arte. Para

    Mondrian toda forma particular es limitada, y anuncia los principios de un

    arte universal, de puras relaciones estructurales Y rtmicas, un Grundkunst o

    un Urkunst: "El arte abstracto tiende a destruir la expresin corprea del

    volumen, a ser un reflejo del aspecto universal de la realidad".11 Con

    relacin a los tiempos del grupo De Stijl, se referir a sus esperanzas Y

    utopas: "Nuestra idea era la de que, en el futuro, el arte colectivo sera

    posible ".12

    Por otra parte, y siempre bajo la presin creciente de la Revolucin

    Industrial, los artistas no se satisfacen ya con los lenguajes -objeto que crean,

    y parten hacia el metalenguaje Y el metasignaje- para la elaboracin de

    principios estticos, la doctrinacin artstica, la polmica, los manifiestos, la

    teora (podemos tomar como punto de referencia ms antiguo la famosa y

    controvertida Filosofa de la composicin, de Edgard Allan Poe, publicada en

    1846).

    Mientras los artistas pontificaban sobre materia esttica, pensadores y

    pontificadores empezaban a poner en duda la posibilidad de existencia de

    una Esttica o incluso de un futuro para el arte. Retrospectivamente,

    caminando con el contraflujo del tiempo, encontramos a Paul Valry, el

    poeta de formacin cientfica, que afirma la imposibilidad de una Esttica,

    pues las obras de arte desapareceran ante la formulacin de los principios

    generales que las rigieran; Peirce, al formular sus dudas sobre la posibilidad

    de existencia de tal "ciencia normativa", y Hegel, principal fuente generadora

    de una concepcin esttica amplia y abarcadora, que, en su dialctica

  • idealista, influira profundamente en los ms revolucionarios artistas de la

    Primera Revolucin Industrial: Mallarm y Mondrian. Y que declaraba: "[...] el

    arte [] no es la forma ms elevada del espritu, y recibe de la ciencia su

    verdadera consagracin". Y esto es as "porque nuestra cultura ha llegado a

    estar enteramente dominada por la regla general, por la ley". [13] An ms:

    De Hegel procede Peirce, y de ste la Semitica, que se constituye en una

    verdadera "correccin" de las posiciones de Hegel en lo que a la dialctica de

    los signos y de las artes se refiere, del mismo modo que Marx lo "corregira"

    con relacin a los procesos de la evolucin histrica.

    Siendo as, para el desarrollo de nuestro trabajo es imprescindible dar con los

    hilos primeros de su articulacin.

    2. Hegel: la escalera-de-Jacob artstica

    Dice el filsofo alemn en su prefacio a la Fenomenologa del Espritu:

    "El Espritu que se sabe as desarrollado como Espritu es la Ciencia. La

    Ciencia es la realidad efectiva del Espritu y el reino que l construye para si

    en su propio elemento. [...] Por su parte, la Ciencia exige de la conciencia-de-

    si que se haya elevado hasta ese ter, para que pueda vivir con ella y en ella,

    y de hecho viva. Inversamente, el individuo tiene derecho a exigir que la

    Ciencia le proporcione al menos la escalera para alcanzar ese punto de vista y

    lo muestra inmanente en l mismo".

    Y, ms adelante:

    "El individuo singular debe recorrer igualmente, segn su contenido, los

    grados de la formacin del espritu universal".14

    Se suben de tres en tres los escalones de la dialctica escalera hegeliana.

    Como lo que nos interesa es el' gradus ad parnasus de su escalera esttica,

    vamos a detenemos en su idea de la evolucin de las formas artsticas.

  • Despus de decir que la belleza representa "la unidad del contenido y del

    modo de ser del contenido, que resulta de la apropiacin, de la adecuacin

    de la realidad al concepto", afirma que la primera forma de arte fue la

    simblica u oriental, caracterizada por lo sublime, el esfuerzo de expresar lo

    infinito.

    "Pero, aqu, lo infinito es una abstraccin a la que ninguna forma sensible

    podr adaptarse y, por ello, la forma se ve impelida ms all de toda

    determinacin. La expresin no pasa de ser una tentativa, un ensayo, que

    producir gigantes o colosos, estatuas con mil brazos o con mil cuerpos".

    En cuanto al smbolo, consistirla en una

    "representacin con un significado que no se conjuga con la expresin, con la

    representacin; se mantiene siempre una diferencia entre la idea y la forma.

    El simbolismo se caracteriza por una diferencia entre lo de fuera y lo de

    dentro, por una carencia de adecuacin entre una idea y una forma que tiene

    que significarla, por lo que esta forma no constituye la expresin pura de lo

    espiritual Hay una distancia entre la idea y su representacin. [...] el arte

    simblico se caracteriza por partir de intuiciones que provienen de la

    naturaleza, de las formas naturales. Estas formaciones son recogidas tal cual,

    pero se introduce en ellas, para darles un significado, una idea sustancial,

    universal, absoluta; interpretadas luego, a la luz de esta idea, aparecen como

    si la implicaran, como si la contuvieran. Esta manera de tratar las

    formaciones naturales constituye lo que se llama "pantesmo oriental"

    En segundo lugar, viene el arte clsico, que es el de la

    "libre adecuacin de la forma y el concepto, de la idea y la manifestacin

    exterior; que es un contenido dotado de la forma que le es adecuada, un

    contenido verdadero exteriorizado en un aspecto verdico. [...) En el arte

    clsico, lo sensible, lo figurado, deja de ser natural Se trata an, desde luego,

  • de la forma natural, pero sustrada ya a la indigencia de la finitud y

    conformada perfectamente al concepto. Fue el concepto primitivo y

    universal que, gracias a su actividad creadora, descubri esta forma de

    expresar lo espiritual, la forma representada por la figura humana; esto la

    hace sumamente utilizable, dado que, de modo general, la forma humana

    representa a su vez el desarrollo del concepto que, repudiando toda otra

    forma, slo en aquella se representa, se exterioriza, se manifiesta; el espritu

    se manifiesta slo revistiendo forma humana. El espritu del arte hall al fin

    su forma".

    El arte clsico alcanz las cumbres ms altas, pero tiene el "defecto" de "no

    ser sino arte, arte simplemente y nada ms". O sea: en l, el espritu est

    enteramente absorbido en lo sensible y en 1o corpreo, hacindose, pues,

    particu1ar, y no absoluto y eterno, cosa que slo puede encontrar su

    expresin en la espiritualidad pura.

    Finalmente, en una tercera y ltima fase, "el arte intenta elevarse a un nivel

    superior": es el arte romntico o cristiano.

    "El arte romntico naci de la ruptura de la unidad entre lo real y la idea, y

    del regreso del arte a la posicin que exista en el arte simblico. Regreso

    ste, no obstante, que no debe ser considerado como una simple regresin,

    como un deseo de recomenzar. [...] La idea slo existe en el espritu, por el

    espritu y para el espritu.

    En cuanto a lo espiritual, es el espritu el nico terreno donde puede

    manifestarse. Hay una relacin entre la idea concreta de lo espiritual y la

    religin. Segn la religin cristiana, Dios slo debe ser adorado en espritu,

    Dios slo es objeto para el espritu".

  • Entiende Hegel que el hombre, por el hecho mismo de saber que es un

    animal, deja de serlo; tal conciencia implica otra -la de su participacin en el

    espritu. El arte romntico sera un esfuerzo del arte para superarse, sin salir,

    pese a todo, de los lmites del arte.

    Lo ideal, la pura espiritualidad, en fin, el Absoluto hegeliano, no es un a-priori

    divino mecnicamente infuso en las cosas, en un espacio-tiempo esttico e

    indiferenciado: es el resultado dinmico de operaciones lgicas del espritu

    actuando por oposiciones y conflictos (finito-infinito, particular-universal,

    sujeto-objeto, interior-exterior, racional-sensible, etc.), operaciones lgicas

    que se despliegan en espiral en torno de un eje en movimiento que se llama

    concepto. Si el arte se desenvuelve como un mundo, Dios, al desenvolverse,

    se convierte en el mundo.

    El resultado lgico, pues, es el fin del arte, que, negndose, se supera a s

    mismo:

    "En esta tercera fase, lo espiritual aparece como espiritual, la idea es libre e

    independiente. Domina ahora, aqu, el saber, el sentimiento y, en

    consecuencia, la idea, el alma. Cuando el espritu ha alcanzado un estado en

    que puede ser para s, se encuentra liberado de " la representacin sensible.

    Lo sensible es, por consiguiente, para el espritu, algo indiferente, transitorio,

    inesencial; el alma, lo espiritual como tal, es lo que da a lo sensible su

    significacin. As, la forma, la representacin exterior, aparece como

    simblica. El espritu puede integrar lo sensible con todo lo que ste

    comporta de esencial; la forma gana entonces libertad, entregada a s misma.

    Pero esta accidentalidad de lo sensible tiene que ser recorrida por una

    corriente interior, visto que es inters del espritu el que lo propio accidental

    le sirva de gua hasta la regin del alma. El espritu debe dominar todo lo que

    forma parte del contenido supuesto. En el arte romntico, el elemento

    espiritual es el elemento dominante. El espritu goza de su libertad plena y,

  • seguro de s, no teme las aventuras y las sorpresas de la expresin, no

    retrocede ante los desvaros de la forma. Como un elemento accidental

    podr tratar lo sensible, pero siempre lo recorrer un fluido de espiritualidad

    que transforma la apariencia accidental en realidad necesaria.

    Se dir, pues, que, en esta tercera fase, la libre y concreta espiritualidad, tal

    como debe ser aprehendida por la interioridad espiritual, constituye el objeto

    del arte, y el romanticismo se propone precisamente presentarla ante

    nuestras propias profundidades espirituales, confrontarla con nuestra propia

    espiritualidad. Centrndose en esto, no puede el arte, pues, trabajar para la

    simple contemplacin de lo sensible, sino que procura satisfacer nuestra

    interioridad subjetiva, el alma, el sentimiento que, como partcipe del

    espritu, aspira a la libertad para s y slo busca sosiego en el espritu y por el

    espritu. Este mundo interior forma el contenido del romanticismo y en la

    apariencia de esa interioridad como recibe su representacin. Lo interior

    festeja el triunfo sobre lo exterior, y afirma este triunfo por la negacin de

    cualquier valor a las manifestaciones sensibles".

    Pero cmo situar las artes particulares en esta dialctica que es tambin una

    "idealctica"?

    Dentro del triadismo hegeliano, las artes particulares tambin se alinean u

    ordenan de acuerdo con la tabla evolutiva de las formas del arte. Siendo as,

    cul es la primera realizacin del arte, correspondiente a la forma

    simblica? Es la arquitectura, el arte de la exterioridad, el arte del continente

    que pide un contenido, el arte de la "externalidad" dialctica en busca de su

    "internalidad":

  • "La misin de la arquitectura consiste en conferir a la naturaleza inorgnica

    transformaciones que, debido a la magia del arte, la aproximan al espritu.

    Los materiales con los que trabaja representan, por su aspecto exterior y

    directo, una pesada masa mecnica, y sus formas continan siendo las de la

    naturaleza inorgnica ordenadas de acuerdo con las relaciones abstractas de

    la simetra.

    Aqu, el arte se inicia, pues, a travs de la naturaleza inorgnica, en ella se

    realiza y, como abstracto que es, su contenido sigue siendo exterior, para as,

    en vez de mostrar a Dios exteriormente, limitarse slo a una simple alusin.

    La arquitectura no hace ms que abrir camino a la realidad adecuada de Dios,

    y cumple su misin trabajando la naturaleza objetiva y procurando arrancarla

    de las breas de la finitud y de las disformidades de lo accidental. Prepara la

    vida que debe conducir a Dios, la yergue en el tiempo, crea espacio para ella,

    le desbroza el terreno, elabora y apronta los materiales exteriores, para que

    dejen de ser exteriores, para que lo muestren, para que resulten aptos para

    expresarlo, capaces y dignos de recibirlo. Acomoda el lugar para las

    reuniones ntimas, construye un abrigo para los participantes en estas

    reuniones, una proteccin contra la tempestad que amenaza, contra la lluvia

    y la intemperie, contra las fieras. Exterioriza, dndole una forma concreta y

    visible, el comn querer-ser. Ese es su destino, se es el contenido que ha de

    realizar. Los materiales le son proporcionados por la grosera materia exterior,

    en forma de masas mecnicas y pesadas. El trabajo de esos materiales es un

    trabajo exterior, ejecutado de acuerdo con las reglas abstractas de la

    simetra. As se alza el templo, la morada de Dios. Se sujeta la materia

    exterior a transformaciones y, de sbito, esta materia es iluminada por el

    resplandor de la individualidad. Dios entra en el templo".

    Cuando la arquitectura quiere, digmoslo as, entraarse un contenido, tiene

    que entraarse a si misma, alienarse de si misma, superndose y saturndose

    en un nivel superior que es el de la escultura: "El templo recibi un alma, un

  • contenido espiritual, en la forma de un Dios creado por el arte". As como la

    arquitectura pertenece a la forma del arte simblico, la escultura integra la

    forma del arte clsico, en un recorrido evolutivo de interiorizacin, de

    subjetivacin de lo objetivo, de fuera hacia dentro, sin que por ello la piedra

    siga siendo mero envoltorio, mera cscara exterior: el contenido la hace

    permeable, la piedra se espiritualiza, dentro (escultura) y fuera

    (arquitectura):

    "Lo espiritual asimil completamente, pues, sus materiales; la forma infinita

    se concentr en lo corporal, la masa inerte se convirti en masa infinita. El

    dios interior se sumergi en la exterioridad; la exterioridad se transfigur en

    dios, se individualiz. Lo exterior se convirti en interior, lo interior en

    exterior. Los materiales no son ya indiferentes; son, desde luego, sensibles,

    pero puros y monocromos, y su particularizacin no se realiz a Costa de lo

    que hay de universal en su unidad. Tal es el destino de la escultura".

    En la escultura as entendida, forma y contenido llegan a una perfecta unidad

    -ms que unidad incluso: alcanza la unicidad. Pero como el espritu es

    movimiento que se autodesplaza por oposicin, aspirando a

    enformar/enformarse, a de senformar/desenformarse en la pura totalidad de

    lo Absoluto

    -ideal-real, que asume, para serlo, la conciencia, la razn, la idea, el

    concepto, el contenido- el sujeto, en conflicto con el, objeto, rompe de nuevo

    el equilibrio deshaciendo la unidad con la forma, deseando otra forma o

    metaforma, en la que la unidad abstracta de dios nico es "substituida por

    subjetividades de una multiplicidad indefinida", que no son sino la

    comunidad, surgida forzosamente de su propio proceso. Se entra en la

    tercera forma del arte, la del romanticismo, que tiene en la poesa, en

    sentido amplio, su realizacin. Lo divino se fragmenta: es el "pan partido" de

    la Sagrada Escritura cristiana, para emplear una metfora.

  • Como afectada por el mpetu fragmentador del espritu, esa poesa, a su vez,

    se parte en tres, rehaciendo, en otro nivel, la escalera-de-Jacob artstica

    hegeliana, segn los elementos en que puede particularizarse: luz y color, el

    sonido como tal, y "el sonido como seal de representacin, es decir, el

    lenguaje".

    O sea, por orden: pintura, msica, poesa "las artes subjetivas", Se pasa as,

    despus del infierno y del purgatorio, a un paraso matizado segn la

    materialidad o inmaterialidad de sus manifestaciones tricotomizadas.

    En trminos de comunicacin y semitica, podemos observar que las artes

    romnticas hegelianas, al subjetivizarse, caminan hacia la digitalizacin: de

    fuentes de signos continuos analgicos (pintura), pasan a ser una fuente ya

    algo discreta, o sea, formada de signos que se manifiestan separadamente,

    de modo que llegan a generar la msica (cuyo sistema tiene en el piano su

    punto extremo de digitalizacin), hasta llegar al sonido articulado del sistema

    fonmico que genera la palabra, de donde nace la poesa, que seria el grado

    final o ltimo de la digitalizacin.

    Pero, en rigor, en el trayecto que lleva a la digitalizacin faltaran an dos

    pasos y dos fuentes de signos: el cdigo alfabtico, que genera el texto y la

    escritura, y el cdigo numrico, que es la fuente digital por definicin y por

    excelencia. A medida que se dan esos pasos, se sale del arte para entrar en la

    ciencia.

    Hegel, sin embargo, aparece aqu afectado por un "blanco", por una especie

    de narcosis con relacin al texto que est escribiendo, que escribi y que

    public, pues no establece valores diferenciales entre el cdigo alfabtico y el

    cdigo fontico:

  • "El sonido que, en la msica, era una resonancia imprecisa, se transforma en

    palabra, es un sonido articulado, preciso, de una funcin que consiste en

    expresar representaciones, ideas, en ser signo de una espiritual interioridad.

    El elemento sensible que, en msica, an est estrechamente vinculado al

    sentimiento, se encuentra ahora separado del contenido como tal, pues el

    elemento espiritual se precis hasta llegar a la representacin que ser

    expresada por el signo desprovisto de cualquier valor y de cualquier

    significado intrnseco. El sonido puede, pues, ser una letra del alfabeto, dado

    que aqu lo audible y lo visible estn reducidos a simples signos del espritu.

    Esta variedad del arte constituye lo que llamamos, en sentido estricto,

    poesa. La poesa es el arte general, el ms abarcador, el que consigue

    elevarse a la ms alta espiritualidad. En poesa, el espritu es libre en si, est

    aislado de los materiales sensibles que se transforman en signos destinados a

    su expresin. El signo, aqu, no es un smbolo, sino algo completamente

    indiferente y sin valor sobre el que el espritu ejerce un poder de

    determinacin".[1]

    Conviene observar, desde luego, que lo "espiritual" de Hegel es una metfora

    construida sobre el tenor de la materialidad de los signos y sobre los diversos

    sistemas sgnicos sin la necesaria conciencia de signaje. Este epicentro

    sgnico de la teora de Hegel ser simultneamente afirmado y negado por

    creadores de signos, los artistas; por crticos de arte y por el creador de la

    semitica. Se asistir a una extraa competicin, destinada a establecer cul

    es "la ms pura de las artes".

    Mallarm, por ejemplo, aceptando el desafo de la msica (tenida, entonces,

    por "la ms pura", debido a la moda wagneriana), revolucionar la poesa, no

    sin antes declarar que el libro es el instrumento espiritual por excelencia.

    Slo que su "libro del futuro", cuyo proyecto esboz sin concluirlo, era un

    esotrico compuesto combinatorio de ritos y gentes (del cual, para ms,

    esperaba, ingenuamente, obtener una renta perpetua...). Kandinsky, por su

    parte, inmerso en una diluida corriente hegeliana, mezclada con el

  • esoterismo de Mme. Blavetsky y su teosofa, encontraba una alta tasa de

    espiritualidad en la obra de un poeta menor como Maeterlinck, pero era en

    la msica donde situaba lo espiritual supremo (de ah su obra pictrico

    musical).

    Y Fen1ando Pessoa, entre el sentir y el pensar, se convirti en notable

    crucigramista y declarado rosacruz...

    3. Al som de I'escalina

    Es en el purgatorio donde Dante, otro tridico famoso, encuentra al gran

    poeta provenzal Arnaut Daniel, que se dirige a l en su lengua materna, el

    dulce idioma de Provenza, a travs de las lenguas de fuego en las que se

    purifica:

    Ara us prec, per aquella valor

    que vos condus al som de l'escalina,

    sovenha vos a temps de ma dolor! *

    (*)"Ahora OB ruego, por aquella virtud/ que OB conduce al punto ms alto de

    la escalera/ que recordis a tiempo mi dolor! (Purgatorio. XXVI, 145 a 147).

  • Cul es en Hegel ese valor Que gua al poeta al punto ms alto de la

    escalera? \

    El recorrido de Hegel es una ascesis dialctica, una purificacin ascensional, y

    ms de un crtico, sin hablar ya de Marx, ha subrayado el carcter mstico de

    su pensamiento y de su visin, bajo la influencia de los msticos alemanes,

    especialmente de Eckhart, inserto en la corriente que viene de Platn y pasa

    por los neoplatnicos.16

    La idea, que en el proceso escalonado de Hegel va de lo sensible a lo

    inteligible, no se detiene en la poesa:

    "La arquitectura se convierte, en este caso, en cristalizacin; la escultura en

    forma orgnica de la materia; la pintura en superficie y lnea. En la msica, el

    tiempo se reduce al punto -al punto, que nunca es vaco, es decir, al tiempo-

    Y. en fin, aparece en la poesa una determinacin diferente de esta

    determinacin abstracta mente sensible. Pero en este grado supremo, el arte

    se rebasa a s mismo para convertirse en prosa, en pensamiento".17

    "La prosa guarda la existencia espiritual".18 En ella y dentro de ella se

    desarrolla el concepto, que es la manifestacin de la idea camino de lo ideal,

    fundacin y fundamento de la verdad. Verdad que, a su vez, slo puede ser

    racional:

    "La verdadera originalidad del artista y de la obra de arte consiste en la

    racionalidad del contenido en s mismo, racionalidad que anima tanto al

    artista como a su obra".19

    Por este camino Hegel intenta la conciliacin entre ciencia, filosofa y religin,

    pero bajo el impacto de la ciencia, mediatizada por el pensamiento racional,

  • puede ascender tambin a un absoluto racional -un absoluto que, mientras

    se busca, se hace a si mismo- y esto es la Historia. La Diosa Razn de la

    Revolucin Francesa, entronizada en el altar, es el smbolo de este choque

    del que nace el pensamiento de Hegel, empeado en borrar de ese mismo

    smbolo lo que en l pudiera haber de derrisorio y de superacin de la propia

    religin. La crtica a la Revolucin Industrial no podra dejar de hacerse

    presente, aunque la superacin de las dos contradicciones se da en trminos

    de ascesis y de purificacin burgo-aristocrticos:

    "Esta civilizacin industrial, asentada en una explotacin y en una eliminacin

    recprocas, crea, para unos, la ms atroz pobreza y da a otros la liberacin de

    las miserias Y de las necesidades, la riqueza suficiente para no verse sujetos

    al trabajo de ganarse el pan cotidiano y para poder consagrarse a intereses

    ms elevados" .20

    Marx vendra a demostrar que esos "intereses ms elevados" tenan tambin

    el sentido que se da al Interts, en francs: capital, rdito y plusvala...

    El arte forma parte del proceso, pero su destino es el de ser superado por el

    pensamiento y por la ciencia, aunque eso sea tarea de siglos o de milenios.

    Sin embargo, aunque lo racional deba ser el verdadero contenido del arte,

    ste no precisa de filosofa -lo que no deja de ser, al mismo tiempo, una

    contradiccin Y una apertura:

    "Una fantasa fcil jams producir una obra duradera. Con esto no

    queremos decir que el artista deba formular en pensamientos filosficos la

    verdad de las cosas, que conjuntamente constituye la base de la religin, de

    la filosofa y del arte. El artista no precisa de la filosofa, y si piensa como

  • filsofo, se entrega a un trabajo que es opuesto a la forma de saber propia

    del arte".21

    La "idealctica" de Hegel, como se sabe, llegara a tener profundas Y

    sorprendentes consecuencias en estos ltimos 150 aos, tanto en el mbito

    del pensamiento contemporneo como en el (mbito del arte. Muchas de

    estas consecuencias son sobradamente conocidas. Otras, no tanto.

    Antes, sin embargo, conviene detenerse brevemente en un descansillo.

    4. Descansillo para Vico

    En una de sus cartas, Engels habla de la necesidad econmica como "hilo

    rojo" que nos puede guiar hacia la comprensin del proceso por el cual los

    hombres hacen la historia.

    En este trabajo, la metfora del hilo rojo se transpone al universo sgnico, en

    el sentido de guiamos hacia la desautomatizacin del signaje, alienado por el

    automatismo verba1.22 Se puede decir que el triadismo, dialctico o no, se

    pierde en las lejanas mrgenes mticas de la historia del hombre. En

    Occidente, incorporado y consagrado por la teologa cristiana, encontrara en

    Dante su suprema Y ms estructurada expresin potica.

    Aunque, de paso, cabe apuntar aqu que la Divina Comedia se estructura a

    base de terza rima, estrofa ternaria en que la rima del verso central "da

    entrada", como se dira en teatro, a la rima de la estrofa siguiente, en un

    dinmico empuje fugado, que es, al mismo tiempo, cadena y escalera,

    eslabones Y peldaos sgnicos por los que el alma asciende y se liga (religare

    = religin) a Dios. Aunque unidireccional, se trata de una dialctica de

    purificacin que, teolgica o casi-teolgica, tendra un extraordinario resurgir

    y un amplio desarrollo en el pensamiento occidental, desde el siglo XVIII

    hasta nuestros das -con Vico,

  • Hegel Y Comte- hasta que Marx y Peirce cortaron el hilo umbilical teolgico

    con el filo de la nueva lgica dialctica, aplicada por el primero al tejido de la

    historia y por el segundo

    a la textura del lenguaje. Para emplear una expresin de Fernando Pessoa, se

    trata de um verdadero drama em gente (= ingente, enorme), que se viene

    desarrollando ante nuestros ojos.

    Vico puede ser alineado entre los casos extraos de la historia de las obras y

    de las ideas en los ltimos siglos, as como Peirce puede serio en el presente

    siglo (slo ahora, pasados ya ms de sesenta aos de su muerte, empieza a

    ser realmente conocido en Europa y en su propio pas). Giambattista Vico

    permaneci ignorado, o poco conocido, hasta los inicios del siglo actual,

    cuando empez la difusin ms amplia de sus ideas, especialmente por obra

    de Benedetto Croce, con La Filosofa de Giambattista Vico, Para atenernos

    slo a nuestro hilo rojo, resulta realmente sorprendente que Hegel no

    hubiera tenido conocimiento de Vico y de su Scienza Nuova, siendo tantos los

    puntos de contacto entre ambos. Pero es en la historia de la palabra hablada

    y escrita -y ms exactamente en la poesa y en la etimologa donde Vico

    detectar la lgica cclica del desarrollo histrico que, segn l, aludiendo a

    Marco Terencio Varrn, 23 se manifiesta en tres fases: la divina, la heroica y

    la humana. Se suceden estas fases segn un eterno retorno en forma de

    espiral -los ricorsi van marcando las etapas-, de tal forma que una edad

    humana, estadio superior de una civilizacin, se sumerge inevitablemente en

    la barbarie de donde provino, para metamorfosearse de nuevo ascensional y

    trifsicamente. Su Scienza

    Nuova es una metafsica en la que la providencia divina rige todos los

    cambios -cambios registrados como huellas en los signos en movimiento

    histrico.

    Pero lo importante es que, en el sistema de Vico, a cada edad corresponde

    un sistema distinto de signos propios -y en esto tuvo ms conciencia del

    signaje que Hegel:

  • "Tales fueron, por otra parte, las tres lenguas que, incluso los egipcios,

    afirmaron que se hablaban inicialmente en su mundo, correspondientes al

    nivel, tanto en nmero como en orden, de las tres edades que, en su mundo,

    los haban precedido:

    -la jeroglfica, sagrada o secreta, mediante gestos mudos, convenientes

    a las religiones, a las que ms importa observarlas que hablar de ellas;

    -la simblica, o por similitudes, que fue la heroica, como acabamos de

    ver;

    -y, finalmente, la epistolar, es decir, la vulgar, que les serva para las

    prcticas vulgares de sus vidas".24

    La primera edad es la de los gigantes, medio hombres medio fieras, que viven

    en cavernas, temerosos del rayo y del turbin celeste. Ah se inicia el fin del

    nomadismo y de la promiscuidad sexual y gentica; se inician los primeros

    sonidos articulados, que son los voclicos, ms fciles de emitir que los

    consonnticos (lo que resulta corroborado por la Teora de la Informacin, de

    base estadstica, conforme tuvimos oportunidad de mostrar en un estudio

    realizado en 1964).25

    Al fijarse en la tierra, los gigantes van adquiriendo la estatura normal de

    hombres, se convierten en propietarios fundiarios y en sacerdotes celosos de

    las artes de la adivinacin, heredadas de la edad anterior (llamada "divina"

    por proceder de la "adivinacin"), y comienzan a acoger y proteger a los

    nmadas, que se van constituyendo en fmulos (de donde viene familias, en

    el sentido de clientela y feudos). Toda lengua. hablada, ya que los sonidos

    estn en estadio avanzado de articulacin, no es en verdad "hablada", sino

    cantada. Es la lengua simblica, o propiamente potica, que fija los metros y

    los ritmos de los tiempos heroicos, como se puede ver en Homero, en cuyo

  • tiempo, segn Vico, an no existan -los "caracteres vulgares", o sea, el

    cdigo alfabtico.

    Los fmulos generaran la plebe, que se rebelar contra los hroes, sus

    seores, exigiendo que los ritos sean compartidos y popularizados, y de ah

    surgirn las leyes, junto con el cdigo alfabtico y la prosa, tal como la

    conocemos hoy -lo que caracteriza a la edad propiamente humana.

    En los tiempos histricos, ejemplarmente humana fue la civilizacin romana,

    que volvera a la "barbarie" de la edad divina, "Edad Media", para avanzar en

    el sentido de la nueva edad heroica cuando florece la poesa de Arnaut Daniel

    y de Dante, hasta que se alcance la nueva edad humana (que coincide,

    obviamente, con la poca del filsofo y de su "ciencia nueva"...). Aunque, en

    verdad no incide slo en l, sino tambin con el tiempo de la filosofa y con la

    formacin de la prosa -y eso tanto en Vico como en Hegel!-.

    Bastan algunos prrafos para mostrar cmo, en Vico, la aparicin de la

    escritura est vinculada a la aparicin de la prosa, de la filosofa y de la

    ciencia, as como a las primeras reivindicaciones del pueblo, o "vulgo", de

    donde viene que sean llamados "vulgares" esos caracteres en los que se

    expresaban las leyes rompiendo el secreto del poder teocrtico (y de ah

    viene, recordmoslo, "divulgacin" y "divulgar"):

    "La tabla de alfabetos se sita entre los jeroglficos divinos y los humanos,

    pues las falsas religiones empezaron a desvanecerse con las letras, a partir de

    las cuales se iniciaron las filosofas",26

    "Lgica" procede de la palabra logos, que originaria y propiamente signific

    "fbula", traducido en italiano por favella (que corresponde en nuestra

    lengua a "facultad de hablar", o lengua). Y la fbula tambin fue llamada por

    los griegos mthos, que pas al latn mutus, pues, en los tiempos mudos

  • (ne'tempi mutoli) naci como lenguaje mental. Por eso Estrabn, en un

    prrafo ureo, dice que el lenguaje mental apareci antes que el lenguaje

    vocal, es decir antes que el articulado. Por eso lagos significa "idea" y

    "palabra".27

    "[...] el hombre ignorante se siente regla del universo, tal como en los

    ejemplos ofrecidos l, a partir de si mismo, erigi un mundo entero. Porque,

    as como la metafsica racional ensea que el homo intelligendo fit omnia, as

    esta metafsica fantstica* comprueba que el homo non intelligendo fit

    omnia. Y tal vez ms razonable ser decir esto que aquello, pues el hombre

    con su entendimiento desarrolla su mente y comprende esas cosas, pero con

    el no entender se hace estas cosas y con el transformarse en ellas se

    convierte en ellas mismas".28

    (*) O sea. potica.

    Es notable la visin de Vico en este prrafo, al definir los universos lgico y

    analgico, con anticipacin a algunas ideas importantes de Charles Peirce -

    como la de la capacidad creadora del mundo icnico (no-verbal) con relacin

    al mundo "simblico" (verbal), En la dialctica peirciana, el interpretante, en

    nivel de terceridad, o de generalizacin y universalidad, confiere significado

    al signo, el tiempo que revierte al nivel de primeridad, que es el nivel de los

    conos Y de las posibilidades.

    "[...] de los jeroglficos Y de las letras heroicas se constituyeron pocas letras

    vulgares, como gneros en que se conformaran innumerables voces

    articuladas distintas, para lo que se requiri la flor de la ingeniosidad. Con

    tales gneros vulgares, sea de voces, sea de letras, se hicieron ms expeditas

    las mentes de los pueblos, Y ms abstractas, pudiendo de ah venir los

  • filsofos que engendraron los gneros inteligibles, Lo que aqu meditamos es

    una parte mnima de la historia de las ideas. Por eso mismo, los orgenes de

    las letras, para descubrirlos, tendran que ponerse en conexin inmediata con

    el origen de las lenguas".29

    Para Vico, las letras no surgieron juntamente con los sonidos lingsticos, sino

    antes. De forma un tanto diferente, y sin conocer la opinin de Vico, llegu a

    sugerir la misma idea

    en un trabajo anterior.30

    "Los hombres primero sienten sin entender; luego entienden con el espritu

    perturbado y conmovido y, finalmente, reflexionan con mente pura.

    Este aforismo es el principio de las sentencias poticas, que se forman con

    pasiones y afectos, a diferencia de las sentencias filosficas, que se

    constituyen por reflexin y mediante raciocinio. Por eso, stas, cuanto ms se

    alzan hacia los universales, ms rigurosamente avanzan hacia la verdad; y

    aquellas, cuanto ms se aproximan a los particulares, ms acertadas

    resultan".31

    La ntima vinculacin que Vico establece entre filosofa y filologa, es

    profundizada an ms por Hegel, que no vio la nueva realidad o el nuevo

    resultado del proceso signo-histrico que se llama escritura, en el que, en

    nuevo impulso, la propia prosa reverta a la primera primitividad del cono,

    como se puede ver en Edgar Poe, que escribi sus primeras obras

    importantes cuando an viva Hegel. En ellas, el lagos-concepto sufre un

    retorno, un ricorso a su otra cara, que es ellogos fbula. La figura del filsofo-

  • fillogo resurgira en tiempos ms recientes con Heidegger, particularmente

    gracias a 'Su famoso estudio sobre los pre-socrticos.

    De manera clara, Vico da sustento y sustentacin a Paul Valry en la

    afirmacin de ste en el sentido de que los sistemas filosficos no son sino

    sistemas de escritura;32 y da razn previa a Roman Jakobson en su

    argumentacin contra la convencionalidad del signo lingstico -siendo

    ambos maestros los descubridores de las potencialidades de la lingstica

    potica:

    "A propsito de las lenguas vulgares hay que decir que con excesiva buena fe

    se ha convertido en afirmacin unnime de los fillogos el que ellas

    significaron por convencin, tanto ms cuanto que ellas, dados sus orgenes

    naturales, deben tener significado naturalmente. (Aqu, Almedia Prado, el

    traductor, ante la oscuridad del prrafo, nos remite a una glosa explicativa de

    Francesco Flora: "No por convencin, sino por la originaria naturaleza

    fantstica, que en el lenguaje no se pierde"). Es fcil de verificar esto en la

    lengua vulgar latina, que form casi todas sus palabras por transferencias de

    naturalezas, o mediante propiedades naturales o por efectos sensibles. Y la

    metfora constituye el mayor acervo de las lenguas en todas las naciones".33

    No es casualidad el que Jakobson confiriera a la metfora el privilegio de

    caracterizar el eje de la similaridad de los signos, su eje potico.

    Ya para Peirce, la metfora es un hipocono tercero, por ser una analoga

    al nivel de representacin. Por nuestra parte, paranomasia (al nivel" verbal) y

    paramorfsmo (al nivel no verbal) caracterizan el eje de la similaridad. De esto

    daremos ejemplos en las lecturas de la segunda parte de este trabajo, e

    insistiremos en ello varias veces an antes de llegar a esa segunda parte.

    Vico nos da an una buena nocin de lo que hoy podemos entender por

    repertorio en Teora de la Comunicacin:

  • "Otra propiedad de la mente humana es el que los hombres, siempre que

    no pueden hacerse ninguna idea de las cosas remotas o desconocidas, las

    evalan a partir de las cosas por ellos conocidas o antevistas".34

    Y antes de abandonar el descansillo-plazuela que dedicamos a

    Giambattista Vico, vamos a rendir una vez ms homenaje al triadismo en la

    voz del filsofo napolitano:

    "[...] los griegos solan usar los superlativos con el nmero tres, como

    ahora hacen los franceses"; por ejemplo, en las expresiones trs fort, trs

    bien, trs chic...35

    5. El todopoderoso concepto

    Para Hegel, la filosofa se supera en la ciencia:

  • "La figura verdadera en la que la verdad existe, slo puede ser su sistema

    cientfico [...] La nica justificacin verdadera de las tentativas que se dirigen

    a este objeto sera el demostrar que la elevacin de la filosofa a la condicin

    de ciencia est de acuerdo con el tiempo, porque, paralelamente, mostrara

    la necesidad y sera la realizacin de tal objeto".36

    Slo en el concepto (Begriff) puede encontrarse esa verdad, en el concepto

    que agiliza el pensamiento como universalidad abstracta. De ah que "los

    pensamientos puros se vuelven conceptos y slo entonces son lo que en

    verdad son, automovimientos, crculos; son lo que es su sustancia, o sea,

    esencialmente espirituales".37

    Aunque no sean fciles de entender las imbricaciones hegelianas de

    absoluto, espritu, ideal, pensamiento, idea y concepto -escala descendente

    de lo universal a lo particular-, dice el filsofo que el arte pertenece al

    dominio del pensamiento conceptual, pero no es la forma ms elevada del

    espritu, y es en la ciencia donde recibe su verdadera consagracin:

    "Tal como es, nuestra cultura qued enteramente dominada por la regla, por

    la ley. A estas determinaciones generales se les dio el nombre de conceptos,

    y el concepto se convirti a su vez en una determinacin abstracta. Schiller

    dijo a este respecto las palabras precisas: "Todos cuentan por uno; triste es el

    poder que sobre ellos el concepto ejerce". El arte ya no tiene el alto destino

    de antao, particularmente el de los tiempos de la sublime belleza del arte

    griego, y hay que aplicarle "el punto de vista del pensamiento".38

    En definitiva, de la idea de lo bello se pasa a la belleza de la idea. .

  • "La satisfaccin que en l buscaron y encontraron otros pueblos ya no nos la

    ofrece el arte. Nuestros intereses y exigencias han pasado a centrarse en la

    idea de la representacin; para satisfacerlos, es preciso recurrir a la reflexin,

    a los pensamientos, a las abstracciones, a las representaciones abstractas y

    generales. Por eso el arte ya no ocupa el lugar de antao dentro de lo que

    hay de verdaderamente vivo en la vida, y le han sobrepuesto

    representaciones generales y reflexiones; por eso, las reflexiones y

    pensamientos se aplican hoy al arte; por eso el arte de nuestros das tiene

    por finalidad servir de objeto al pensamiento".39

    A esta proftica visin de Hegel replicara el arte pasando del objeto pensado

    al objeto pensante en una mutacin dialctica que, al mismo tiempo, estaba

    y no estaba implcita en el sistema de Hegel, aunque l mismo afirme que la

    idea es una unidad concreta y que "la idea concreta lleva en si el principio de

    su modo de expresin, se da a sE misma, con entera libertad, la forma que le

    conviene. La idea verdaderamente concreta engendra as la verdadera forma,

    y es en la correspondencia entre una y otra donde reside el ideal".40

    Y aqu se encuentran -y se desencuentran- de nuevo Vico y Hegel.

    Tanto en uno como en otro ellogos se vuelve ambiguo, se bifurca en

    "palabra" y "fbula" -de forma explcita, como vimos en Vico, dotado de

    mayor conciencia de lenguaje, y de forma ms oscura en Hegel-. Por un lado

    afirma que "los pensamientos verdaderos y la inteleccin cientfica slo

    pueden alcanzarse con el trabajo del concepto",41 y que en el estudio de la

    ciencia todo consiste en asumir "el esfuerzo laborioso del concepto" e

    identificar concepto con "la significacin de la representacin sensible". 42

    Por otro lado, afirma que el dominio del arte no coincide con la lgica y que,

    en su tiempo, "ningn concepto fue ms desdichado que el propio concepto,

    el concepto en si y como tal: se entiende generalmente por concepto una

    precisin y una unilateralidad abstractas del proceso de la representacin y

  • de los productos del intelecto, lo que impide al pensamiento llevar hasta la

    conciencia tanto la totalidad de la verdad como la belleza concreta en s".43

    Admitiendo que la belleza pueda ser el concepto concreto en s, es posible

    admitir la posibilidad de existencia de un concepto no-lgico, la faz oculta del

    logos. Pero esto no resulta claramente explicitado por Hegel.

    6. Ciencia y tecnologa. La ciencia invade el arte

    Ciencia y tecnologa, revolucin industrial y revolucin burguesa estn

    ntimamente vinculadas entre si; en el transcurso del pasado siglo generaron

    nuevas Y complejsimas relaciones antagnicas y no-antagnicas en el mbito

    socio-histrico, econmico y cultural. Para mostrar esa realidad se erigieron

    tres sistemas de ideas (montados los tres, curiosamente, sobre bases

    temarias o tridicas) -por no mencionar a Peirce- que dejaron profunda

    huella en los cien aos que van desde mediados del siglo XIX hasta mediados

    del actual: los de Hegel, Comte y Marx, fueron tambin pensadores de la

    ciencia y de la tecnologa.

    Aunque esta relacin no se establezca generalmente, la verdad es que el

    Romanticismo naci estrechamente vinculado a la Revolucin Industrial y no

    puede ser comprendido sin ella.

    Citando a Whitehead, Wylie Sipher observa, en la Introduccin de su

    Literature and Technology:

    "Lo nuevo y peculiar de este siglo (el XIX), lo que lo diferencia de sus

    predecesores, es la tecnologa. Su gran invencin "fue la invencin del

    mtodo de invencin".44

  • As como haba una ciencia pura y una ciencia aplicada, tambin el arte

    empez a dicotomizarse en un arte "puro" Y un arte aplicado,

    desenvolvindose ste fundamentalmente en funcin de lo utilitario y de los

    nuevos medios de masas que iban surgiendo. Pero un arte puro necesitaba

    principios y programas, a imitacin de lo que ocurra en el rea cientfica,

    indagando sobre si mismo y sobre su campo propio de actuacin, cada vez

    ms restringido debido al avance de las nuevas tecnologas. Se instaura as el

    rigor en el mundo del arte: "una ley de la circunspeccin empez a

    imponerse en la esttica, como lo hada ya en la ciencia". 45 Mtodos y

    tcnicas empiezan a imponerse como universales, y se considera que las

    obras de arte seran slo manifestaciones particulares de ellos. De lenguaje,

    el arte va pasando a metalenguaje. Es cuando Flauvert afirma que lo que se

    debe captar en los grandes maestros es su mtodo, y que "cuanto ms se

    desarrolla el arte, ms cientfico se vuelve", o que "el arte debe elevarse por

    encima de las emociones personales [...]. Ya es hora de dotarle de un mtodo

    implacable, exacto como el de las ciencias fsicas".46

    Al tiempo que cada una de las artes particulares busca su eidos y su identidad

    propia, empiezan a interpenetrarse, en un fenmeno sobre el que Edgar

    Wind, citado por Sipher, axiomatiza: "Siempre que un arte intenta purificar el

    uso que hace de cierto MEDIUM, tiende a extravasarse hacia el rea de otro

    MEDlUM".47 Es lo que Focillon llama interferencia y que, por nuestra parte,

    solemos describir como un proceso de intersemiosis o saturacin del cdigo,

    pues lo que llamamos "significado" obliga a los trminos a migraciones

    continuas de cdigo a cdigo, siendo sta la operacin fundamental del

    interpretante, de Peirce. No es un azar el hecho de que a mediados del siglo

    pasado Wagner insista, con su pera, en la necesidad de un

    Gesamtkunstwerk, la obra de arte total. Aunque con la reserva de que "hay

    pruebas convincentes de que la literatura y , las dems artes pueden, en

    ciertas ocasiones, adoptar el mtodo tecnolgico y desviarlo hacia finalidades

  • no-tecnolgicas, las finalidades de la poesa concreta o de la msica, por

    ejemplo".48 Wylie Sipher afirma categricamente que los procesos y

    proyectos de agenciamiento mecnico (engineering) son hostiles al arte.49

    Pero en los procesos creativos de avanzada o innovadores, los maleficios de

    un arte programado fueron ms aparentes que reales. El arte no se lanz

    simplemente a practicar una imitacin mecnica de la ciencia, sino que

    "tradujo" los mtodos y procesos tecnolgicos y cientficos en una operacin

    que podramos llamar homeoptica, a base del similia similibus curantur, a

    fin de neutralizarlos, de desafiarlos, tanto crtica como creadoramente.

    Observando el panorama de la evolucin del arte en los ltimos dos siglos,

    sern pocos los que puedan afirmar que no tuvo xito, aunque siempre

    caminando en el sentido de la auto-superacin, como puede ejemplificarse

    en el ejemplo reciente del llamado "arte conceptual" -una contradiccin en

    sus propios trminos, pero que no deja de ser una comprobacin del acierto

    de la visin hegeliana o, al menos, un subsidio para esa comprobacin.

    Aunque slo sea por el hecho de que el arte conceptual no es sino la dilucin

    de las posiciones que el arte empez a asumir hace ms de un siglo, y que

    acabaron por llevarlo a su gran momento crtico, representado por Piet

    Mondrian y Mareel Duchamp. El diseo industrial fue una de las salidas

    propuestas para la superacin del callejn sin salida. Y aqu, una vez ms,

    tambin Hegel est presente.

    La irradiacin del pensamiento de Hegel fue amplia y profunda.

    Dialcticamente, las corrientes filosficas y artsticas que la absorbieron en

    su fluir acabaron por negarlo. Su idealismo implicaba un realismo. Y ste

    lleg con Marx y Engels, que transformaron el movimiento espiritual

    hegeliano en movimiento de la materia. y lleg con el pragmatismo de

    Charles

  • Sanders Peirce que, criticando sus deficiencias lgicas, lo transform en

    movimiento de signos. Marx centr casi toda la atencin en ese flujo

    dialcticamente contrariado, pero nuestra tarea es detectarlo en otras

    corrientes, particularmente en la que deriva hacia el curso de la evolucin de

    las artes y hacia la semitica.

    Inmerso en la historia, Hegel no podra dejar de traducirla, aunque negndola

    con su Idea Absoluta. Y as, al publicarse, con carcter pstumo, sus

    Lecciones sobre la Esttica (1835

    1838), su proyecto esttico estaba ya empezando a realizarse en otro

    continente, por medio de Edgar Poe. Fue en 1846 cuando el poeta dio a

    conocer su sorprendente ensayo Filosofa de la composicin, que no es sino

    una obra de engineering, o sea, de estructuracin Y laboreo del poema, y

    donde expone en fro, "cientficamente", la manera como mont su famoso

    poema El cuervo, publicado un ao antes, y los efectos que quiso obtener

    con su montaje. Discutir si el proyecto precedi a la obra creadora o si fue

    una elaboracin post factum, slo tiene (ir)relevancia en el sentido de poder

    atribuir al poeta el epteto de fingido o falso ("El poeta es un fingidor",

    Fernando Pessoa), pero no altera el hecho de que l lo dese as y puede

    aplicarse al caso la teora de Vico relativa a la precedencia de la escritura

    alfabtica con relacin al habla articulada en sus unidades fonmicas: si no la

    precedi, naci con ella.

    No obstante, si el ensayo de Poe, tanto por su ttulo como por su contenido,

    puede considerarse como una afirmacin de la posicin hegeliana segn la

    cual el arte camina hacia convertirse en pensamiento, su autor lo negara con

    una salida inslita e insospechada por el propio Hegel que, como hemos

    dicho, no percibi la nueva realidad de la escritura y de lo escrito. Pues fue

    justamente por ah por donde el poeta romntico norteamericano inici una

    revolucin de profundas consecuencias, cuyas agitaciones ssmicas llegan

  • hasta nuestros das, como apunt en mi tesis acadmica anterior. All dej

    registrada tambin la precedencia de Araripe Junior con relacin a Le

    Corbusier en lo que se refiere a la expresin del gran arquitecto sobre la

    arquitectura: "machine habiter", cuya variante, "machine mouvoir", Joo

    Cabral de Melo Neto colocara como epgrafe de su primer libro de poemas

    importante, O Engenheiro (1945). Joo Cabral no es un poeano, pero recibi

    la inyeccin de suero poeano a travs de Valry y realiz la primera clara

    manifestacin brasilea del arte que, proyectndose en el pensamiento, se

    supera. En los estudios que public sobre Ral Pompia, en 1888, Araripe Jr.

    define el arte como una "mquina de sensaciones"; era, conviene reiterarlo,

    un profundo admirador de Poe, y de su Filosofa de la composicin. Al ver

    Beauburg, en Pars, qu otra cosa se nos ocurre sino la de la "mquina"

    corbusieriana? O quiz mejor araripiana...

    De su modus operandi creativo, dice el poeta:

    " "Eleg El Cuervo como ms conocido. Mi intento es demostrar que

    ningn punto de su composicin fue alcanzado por accidente o por intuicin,

    y que el trabajo avanz paso a paso hasta el final, con la precisin y la rgida

    consecuencia de un problema matemtico". [...] Mi primer objetivo, como

    siempre, fue la originalidad. [...] El hecho es que la originalidad (a no ser en

    mentes de fuerza poco comn) no es nunca cuestin de impulso o de

    intuicin, como suponen algunos. En general, para encontrarla, hay que

    buscarla de modo minucioso, y aunque se convierta en un mrito

    excepcional, alcanzarla exige menos invencin que negacin".50

    Ah estn la "invencin del mtodo de invencin", de Whitehead, y la "ley de

    la minuciosidad", de Sypher. El eco de esa postura creadora se puede

    encontrar incluso en Maiakovski, que en su ensayo Cmo hacer versos

    declara que el poema exige "la precisin de las frmulas matemticas".

  • Llegados aqu, el proceso de tirar del "hilo rojo" de Engels, supone una

    operacin quirrgico-analtica que hay que ejecutar por medio de un lser

    mental. Es poco probable que Poe hubiera

    tenido algn contacto con el pensamiento de Hegel. No lo menciona en sus

    escritos. Habla de "ideal", pero esta expresin era corriente en el universo

    romntico, en el que tambin el pensador alemn estaba inmerso. La

    referencia a la negacin tampoco es sorprendente: probablemente la extrajo

    Poe de la tradicin griega, platnica y aristotlica, donde la nocin de lo bello

    (kals) implica la de lo no-bello. O de Keats y su intraducible negative

    capability: Cuando un hombre es capaz de ser, en medio de la incertidumbre,

    del misterio, de la duda, sin ningn contacto irritante con el hecho o la

    razn".51.

    Ms tarde, Valry dir que "lo bello es negativo", y Peirce intentar definirlo

    como "lo bello de lo no-bello". Poe tenia una formacin cientfica superior a

    la de la mayora de los artistas de su tiempo, gracias, principalmente, a los

    estudios que realiz en la Academia Militar de West Point (hasta que lo

    expulsaron). As, no incluira el arte en el campo del "pensamiento

    conceptual", dentro de la concepcin del devenir hegeliano (entendindose

    por dialctica un proceso de oposiciones que conforman el devenir de un

    sistema). Se mantuvo fiel a la divisin entre belleza y verdad, oposicin

    caracterstica del contexto romntico, uno de los dispositivos de defensa de

    los artistas ante los avances de la ciencia, de la tecnologa y de la revolucin

    industrial.

    y declarar as en El principio potico:

    "En resumen, yo definira la Poesa como la creacin rtmica de la belleza. Su

    nico arbitrio es el Gusto. Con el Intelecto o con la Conciencia, apenas tiene

    relaciones colaterales. A no ser incidental

  • mente, nada tiene que ver con el Deber o con la Verdad. [...] Slo en la

    contemplacin de la Belleza es posible alcanzar aquella agradable elevacin o

    excitacin del alma que reconocemos como Sentimiento Potico, tan fcil de

    distinguir de la Verdad, que se refiere a la Razn, o de la Pasin, que es la

    excitacin del corazn."52

    En el artculo Lgica versus Verdad, toca un punto fundamental:

    "[...] y ampliando el alcance de la analoga que todo paso en el conocimiento

    humano, todo descubrimiento astronmico en particular, lanza una luz

    adicional sobre el augusto objeto" (esto es, Dios).

    En De la Intuicin, formula una propuesta sorprendentemente actual:

    "Algunos de los ms profundos conocimientos -o tal vez todo conocimiento

    profundo- se han originado en una imaginacin profundamente estimulada.

    Los grandes intelectos adivinan (guess). Las leyes de Kepler,

    fundamentalmente, no fueron sino adivinaciones".53

    Pensemos en la afirmacin, bastante posterior, del poeta matemtico Paul

    Valry, de que "pensar profundamente es pensar lo ms distante posible del

    automatismo verbal"; en la

    aproximacin que Peirce hace entre el artista y el cientfico, considerados

    ambos como "creadores de conos"; en la confesin de Einstein de que no

    pensaba en forma de palabras:

  • "Las palabras, o el lenguaje tal como es descrito o hablado, no parece

    desempear ningn papel en mis mecanismos de pensamiento.

    Las entidades psquicas que parecen actuar como elementos en el

    pensamiento, son ciertos signos y ciertas imgenes ms o menos claras, que

    pueden ser "voluntariamente" reproducidos o combinados" .54

    y en la situacin de la ciencia contempornea despus de la teora de los

    quanta, de Max Planck; en la teora de la relatividad, de Einstein; en la teora

    de la indeterminacin, de Heisenberg, y veremos el alcance .de la visin de

    Poe.

    Asistimos as a algo semejante a una purificacin de la belleza, en trminos

    vico-hegelianos; y tenemos la primera formulacin de la poesa pura",

    posteriormente atribuida a Valry:

    "Se nos ha metido en la cabeza que escribir un poema simple mente por el

    poema y reconocer que sta fue nuestra intencin sera como reconocer que

    carecemos radicalmente de la verdadera dignidad y formas poticas: pero el

    simple hecho es que si nos fuera permitido mirar dentro de nuestras almas,

    descubriramos all de inmediato que, bajo el sol, no hay ni puede haber

    trabajo ms absolutamente digno ni ms supremamente noble que el de ese

    mismo poema -ese poema per se - ese poema que es un poema y nada ms,

    ese poema escrito en razn del propio poema (for the poem's sake)".55'

    Hoy podemos comenzar a entender -nosotros, al menos, lo entendemos y

    afirmamos- que la tan combatida "poesa pura" del Simbolismo, que an hoy

    provoca respuestas reflejas y tardas, incluso en Brasil, estaba lejos de ser la

    poesa alienada que se nos dijo, pues representaba la ms extrema

  • radicalizacin revolucionaria a nivel de lenguaje, a nivel de superestructuras,

    en franca oposicin al cientifsmo y al pedrestre verbalismo racionalista de

    los artistas e intelectuales que deseaban transformar el arte en temtica

    burocrtica de imitacin artstica,

    uncindola, con el pretexto del compromiso social, a programas

    preestablecidos y precensurados, tanto en el contenido como en lo que se

    refiere a la forma, dentro del conservadurismo que caracteriza al poder. En

    trminos gramscianos, como apunt ya en O Icone e o Ocidente.56 se

    planteaba, y sigue plantendose, una verdadera lucha de clases en el mundo

    de los signos, donde se oponen, antagnicamente, el universo prosaico

    verbal, ordenado por la contigidad, la lgica y la jerarqua, y el universo no-

    verbal, icnico, ordenado, o mejor dicho "descomandado" por la similaridad,

    por la analgica y por la coordenacin no jerrquica. Al tiempo que se

    reconsidera la advertencia de Engels, de que "cuanto menos se manifiesta la

    posicin poltica de un artista, tanto mejor para la obra de arte", ms

    aclaradora resulta la anotacin ad marginem de Valry en su extraordinario

    ensayo Leonardo y los filsofos, 57 donde declara que su idea de "poesa

    pura" estaba relacionada con la idea de no dejarse maniobrar por las

    palabras. Instaurado el rigor cientfico en el propio proceso del acto creador -

    rigor que incluye y no excluye la Analgica, como pueden pensar los falsos

    predicadores de posturas cientficas-, LOS ARTISTAS DESVELARN LA

    NATURALEZA DEL SIGNO Y DEL CDIGO DE SUS ARTES, abriendo el camino

    para una multiplicidad de interrelaciones entre las artes. Al lenguaje, los

    artistas respondern con el signaje. Y lo harn incluso por el hecho de que, al

    tiempo que se aceleraba y se diversificaba el proceso de la imprenta, la

    Revolucin Industrial iba creando, a nivel de reproduccin, todo un complejo

    universo de instrumentos, procesos, cdigos y signajes no verbales, que

    pasaron a negar la hegemona de la palabra escrita, en una subversin

    cultural que alcanza los das de hoy, cuando se polariza en torno de la

    televisin.

    Conviene recordar alguno de esos hechos y sus consecuencias. Las nuevas

    tcnicas del hierro y sus estructuras, despus de probadas en grandes vanos

  • en los puentes ingleses, se alan a las nuevas tcnicas del vidrio para producir

    el primer gran prodigio monumental de la era industrial, el Palacio de Cristal,

    de Paxton, en 1851, que cobij la primera feria industrial y los primeros

    objetos de consumo de produccin no-artesanal (pero con todo el

    "contenido" del artesanado). En 1889 se concluye en Pars la torre

    proyectada por Gustave Eiffel, un monumento al hierro y una demostracin

    ms de las posibilidades de las estructuras metlicas, puente y obelisco al

    mismo tiempo, pero tambin rascacielos! La Torre Eiffel abri el camino al

    rascacielos, que, uniendo de nuevo hierro y cristal, se erigir en signo

    caracterstico de la arquitectura moderna, especialmente en manos de Mies

    van der Rohe, a partir de 1925, con su "rascacielos de cristal". Aliado o no a la

    tcnica del hormign, ste acabar siendo diluido en su rigor primigenio para

    crear el "estilo internacional" que podemos apreciar en Nueva York, Pars,

    Caracas y Sao Paulo, cuando la mquina de habitar empieza a crear nuevas

    estructuras y vsceras de servicios (aire acondicionado, por ejemplo) cada vez

    ms complejas.

    La creacin de nuevos instrumentos y el perfeccionamiento de los existentes

    permitieron la aparicin de la gran orquesta, y de Beethoven. Segn Lewis

    Mumford, citado por Wylie Sipher, la orquesta sinfnica fue un triunfo de la

    tcnica.

    La litografa, inventada por Senefelder en el siglo XVIII, permaneci ignorada

    durante dcadas para recorrer luego una brillante trayectoria hasta la

    fotolitografa de nuestros das, unida ya a la fotografa, invencin franco-

    brasilea (Nicphore Nipce, 1829/ Hercules Florence, 1832 -siendo ste el

    creador del negativo y de la palabra fotografa, segn revelan las

    investigaciones de Boris Kossoy).58 La primera fotografa que se conoce de

    Nipce -La mesa puesta- obtenida, segn parece, por exposicin directa de

    papel sensibilizado en cmara oscura sin lente, nos sorprende

    extraordinariamente hoy, por traemos al recuerdo naturalezas muertas

    desde Ceznne hasta el cubismo.

  • Es preciso insistir en el impacto de la fotografa sobre las artes visuales. La

    fotografa fue un factor importante en la aparicin del impresionismo y del

    puntillismo de Seurat, que deca de si mismo que no era pintor sino

    "cientfico del color". En cuanto al clich, se puede decir que cre una nueva

    dialctica analgica visual, la retcula, en cuyo binarismo ortogonal se

    obtienen gradaciones de cenizas empleando solamente puntos de blanco y

    negro: fue el inicio de la explosin de las tcnicas de reproduccin visual en la

    prensa -el icono invadiendo lo verbal en su propio reducto-. Es ya ms o

    menos conocida la historia que va de la fotografa al cine y a la televisin. El

    fongrafo ejerci una funcin semejante a la de la fotografa, con una

    particularidad notable: rescat la palabra hablada, desvinculndola de la

    subordinacin a la palabra escrita, que, a su vez, gracias a la rpida evolucin

    de la tipografa, empez tambin a ganar contornos icnicos. El tipo entr en

    la era del logotipo, del design de la palabra, empez a ideogramizarse. Las

    paredes ciegas de los edificios de Pars, en el siglo pasado, fueron el primer

    gran soporte "no-papel" de esa nueva escritura, en un movimiento que venia

    del mundo grfico -revistas, carteles y que a l volvi en forma de los

    actuales carteles murales outdoor, al tiempo que extravasaba las ciudades

    invadiendo las carreteras y los paisajes en forma de paneles de propaganda.

    Sobraba la prosa, cada vez ms vulgar y automatizada, la prosa, a la que

    tendera la poesa, en un estadio superior, segn Hegel, pero prosa de la

    poesa, prosa de la lgica.

    Pero despus de que la poesa invadiera la prosa, con la creacin del "poema

    en prosa" de los simbolistas; despus de que Marx y Engels provocaran una

    especie de reversin de las

    expectativas con relacin al idealismo de Hegel, y de que Nietzsche intentara

    replicar a ambos con la prosa potica de su Zarathustra, Paul Valry pudo

    hacer algo as como la suma del

  • proceso al declarar que los sistemas filosficos no eran sino sistemas de

    escrituras, con la agravante de que la mayor parte de los filsofos no tenan

    conciencia de lenguaje y crean estar

    usando la prosa slo como "medio". Decir "contenidista" y decir "verbalista"

    es lo mismo: es aquel que cree que el significado de las cosas slo existe a

    partir de su expresin verbal.

    Aunque recuperado por el llamado realismo socialista de Jdanov, el

    "contenidismo" entr en crisis en la Revolucin Industrial, cosa que no

    escap al joven Marx cuando se rebel contra una tentativa de redaccin

    (copy-desk) de sus escritos: "Quieren que escriba en un estilo que no es el

    mo". Pdasele an hoy a un "contenidista" que delegue en otro la tarea de

    escribir sus ideas y se ver manifestarse claramente su reaccin "formalista".

    Sin embargo, con una visin lo ms amplia posible, el contenido existe.

    Contenido es lo que no es signo, lo que an no significa. El signo niega el

    contenido y es negado por el descenso

    dialctico con otros signos, de modo que recupera su contenido en otro

    nivel. El objeto niega el signo, en la medida misma en que es no-signo, y es

    negado en la medida en que genera signos a nivel interpretante, que, a su

    vez, al producir significados (nuevos signos), genera nuevos objetos. En esto

    consiste la dialctica de lo bello/no-bello. Como se ve, la teora de los signos

    de Peirce es una teora de la significacin que supera el insoluble conflicto

    dicotnico significante/significado de la lingstica saussuriana, principal

    responsable de la ilusin logocntrica de la semiologa europea.

    Digamos tambin que no existe eso de "la forma por la forma". Pero puede

    haber una forma alienada, entendida como producto que impide, paraliza o

    subyuga al productor, cercenando la libertad de creacin del devenir de las

    formas. Aqu se puede hablar de formalismo, en sentido negativo o

    peyorativo; aqu, formalismo y contenidismo se dan la mano.

  • Realmente el arte caminaba hacia la prosa y hacia el pensamiento, pero no

    del modo previsto por Hegel y si de un modo que lo negaba.

    Edgar Poe fue director eficiente de peridicos literarios y conocedor

    experimentado de los procesos grficos y tipogrficos. El descubrimiento de

    Morse con relacin a la estadstica de las seales alfabticas, que parti

    empricamente del anlisis y del contaje de los tipos en las cajas tipogrficas

    (desvelando de la naturaleza de cdigo de la lengua y del lenguaje) y que

    aplic a la elaboracin del cdigo telegrfico que lleva su nombre, fue

    utilizado por Poe en su prosa de ficcin (vase El escarabajo de oro).

    Con las manos en la masa, viendo la prosa concreta de los tipos de plomo y

    antimonio, compuesta por el tipgrafo de atrs hacia adelante y de arriba

    abajo, empez a elaborar una

    escritura secreta, un discurso sobre el discurso, un flujo profundo negando la

    superficial, para desvelar de nuevo la naturaleza dplice, ambigua,

    geminiana, contradictoria, del lagos viquiano. En trminos freudianos se

    asista al "retorno de lo reprimido" y de lo oprimido; en trminos hegelianos,

    al retorno del arte simblico, equivalente aqu a una vuelta al origen de los

    signos y de los lenguajes; en trminos viquianos, al arte divino ("adivinanza");

    en trminos marxistas y gramscianos, a la rebelin de las bases en nivel

    superestructural, nivel ste que se bifurca en una oposicin entre un super

    del discurso verbal y un infra del mensaje icnico o no-verbal.

    Es as como mostr Jakobson59 que en el poema El cuervo (The Raven) la

    palabra raven, vista y leda al revs Nevar nos trae a la mente never, palabra

    clave del estribillo del poema, que es, como se recordar, Nevermore. En el

    cuento Berenice, como mostramos tambin,60 la expresin que toutes ses

    dents taient des ides contiene 32 letras, correspondientes a los dientes de

    la herona, tema obsesivo del hroe.

  • En Poe, la prosa y la palabra empiezan a vaciarse.

    Qu es lo que se vaca en la palabra? La no-palabra. En trminos semiticos,

    se vace el icono, la figura, la imagen. De ah que la palabra o mejor, la

    hegemona del sistema lgico-verbal, nos d la ilusin, que denomin "ilusin

    de contigidad", de que en ella hay un "contenido", con la paradoja de que el

    contenido slo se puede explicar con palabras, que tambin explicara el

    "contenido" del universo por palabras, que tambin explicaran el

    "contenido" del universo no-verbal. Ahora bien, lo que ocurre es lo contrario:

    el contenido del universo verbal es el universo no-verbal o del universo no-

    sgnico (en trminos absolutos, como hemos dicho ya). No es otra cosa lo que

    se deduce del pensamiento de Vico. Sin embargo, no son pocos los que creen

    que hay un pensamiento anterior e independiente de

    los signos, ya que, para esos, los signos son, ante todo, palabras.

    Sartre, por ejemplo, en su disputa con los estructuralistas, lleg a declarar

    que jams haba cometido el equvoco de confundir los pensamientos con las

    palabras; slo que, sin duda, no pensaba en el pensamiento icnico -lo que lo

    sita en la categora de los logocntricos, si no en la de los "automatistas

    verbales". No as, pese a todo, pensadores como Heidegger, Wittgenstein o

    Benjamin, que no disociaban signo y pensamiento. Tampoco Karl Marx y

    tampoco Antonio Gramsci:

    [...] estos problemas de lenguaje tienen importancia, dado que el lenguaje es

    pensamiento, que el modo de hablar indica no slo el modo de pensar y de

    sentir, sino tambin el de expresarse, es decir, de hacerse comprender y

    sentir".61

    Y sigue:

  • "Se puede hablar de la prioridad del contenido sobre la forma? Se puede

    hablar en el sentido siguiente: la obra de arte es un proceso, y las

    modificaciones del contenido son tambin modificaciones de la forma; pero

    "es ms fcil" hablar del contenido que de la forma, pues aquel puede ser

    resumido lgicamente. Cuando se dice que el contenido precede a la forma,

    se quiere decir simplemente que, en la elaboracin, las sucesivas tentativas

    son presentadas con el nombre de contenido; nada ms.

    El primer contenido, que no resultaba satisfactorio, era tambin forma y, en

    la realidad, cuando se alcanza la forma satisfactoria tambin se ha

    modificado el contenido. Verdad es que, frecuentemente, los que hablan de

    forma, etc., contra el contenido son completamente vacos, que amontonan

    palabras que no siempre se sustentan segn la gramtica (por ejemplo:

    Ungaretti), y entienden por tcnica, forma, etc. vacuidades jergales propias

    de capillitas de cabezas huecas".26

    Dejando aparte la autntica ojeriza que Gramsci senta por Ungaretti (llega a

    hablar de "Ungaretti y su banda"), y dando por supuesto que no todos los

    artistas de vanguardia son cabezas huecas (aplicando al respecto aquella

    suspension of Disbelief -la suspensin de la incredulidad" - de Shelley), no es

    otra la posicin de Valry, al decir que una tesis puede resumirse, pero un

    poema no, precisamente porque una forma no se puede resumir. Lo mismo

    pensaba Peirce, que habra de alcanzar la ms alta expresin, hasta ahora, de

    la dialctica de los signos, al crear el principio fundamental de la semitica, el

    de que el significado de un signo es siempre otro signo.

    Se ve, pues, que lo que llamamos "contenido" va siempre ligado a la

    expresin verbal. Pero es precisamente ese logocentrismo lo que se

  • cuestiona en la Revolucin Industrial. Y la cuestin clave es: Hay un

    pensamiento no-verbal?

    Parece haberle ocurrido a Hegel algo semejante a lo que ocurre con las

    profecas, segn el anlisis que Marx hizo del Apocalipsis de San Juan: el

    apstol hiperbolizaba fenmenos que, en verdad, haban ocurrido ya. As la

    "bestia", el "Anticristo", el "666" de la profeca apocalptica, haba atravesado

    ya el escenario de la historia en la figura de Nern; la destruccin del mundo

    por el fuego fue inspirada por la destruccin de Pompeya y Herculano por la

    erupcin del Vesubio en el ao 79, etc.

    La "lgica de la pureza", en la expresin de Wylie Sipher, surgida de la

    presin cientfica y tecnolgica, ya haba empezado a encaminar el arte hacia

    el pensamiento, pero, sorprendente y

    contradictoriamente, en vez de caminar en el sentido de saturarse de la

    prosa filosfica que la superara, cuanto ms se desnudaba, ms se velaba y

    ms se revelaba en un ncleo y ndulo refractarios al sondaje lgico,

    huyendo y deshacindose bajo el instrumento del anlisis. Y como ocurre con

    el fsico en busca de los constituyentes ltimos de la materia: las partculas

    subatmicas se multiplican innumerablemente mientras se analizan, hasta

    saturarse en otra naturaleza: energa, tiempo, pensamiento, antimateria,

    agujeros negros, nada, etc. Y as como una galaxia en otra dimensin puede

    estar "al mismo tiempo" a millares de aos-luz y "a nuestro lado", as la prosa

    y la poesa de Poe van a revelar, en ellas, y junto a ellas, algo irreconocible,

    que luego pasar a la clasificacin de la antipoesa y de la antiprosa, donde se

    tropieza ms con una "ideogramtica" que con una gramtica...

  • Poe localizara, en una extraordinaria in/definicin, el nuevo campo de fuerza

    del arte, a travs del verso de un poema sin ttulo, dedicado a una de sus

    amadas, cuyo nombre tampoco se expresa: 63

    "Unthought-like thoughts that are the souls of thoughts"

    que en una traduccin aproximada vendra a ser algo as como:

    "Pensamientos no pensados que son las almas de los pensamientos"

    y nosotros aadiramos, como Henri Focillon en su Elogio de la mano:

    "Ainsi recommence. perptuellement. un formidable autrefois " 64

    7. La revolucin permanente de los fmulos icnicos

    Segn Freud, libido y civilizacin caminan, en el hombre, de abajo arriba, de

    los pies a la cabeza: es el recorrido de lo consciente, del lenguaje consciente,

    que ocupa los espacios del inconsciente, o del lenguaje consciente,

    comprimindolo. Pero ese recorrido jams se cumplir en su totalidad

    mientras el hombre puede ser considerado humano, por el hecho de

    depender uno de otro dialcticamente, en oposiciones continuas: el proceso

    es infinito y no obedece siquiera a una unidireccionalidad mecnica, aunque

    estemos tentados a aproximarlo a la ley de compensacin de los gases, de la

    teora de los lmites o de aquel Aquiles que no puede vencer a la tortuga a la

    que concedi cierto handicap de distancia, de acuerdo con la paradoja de

    Zenn de Elea, considerado como el inventor de la dialctica clsica. Es el

    "Achille immobile grand pas" del poema de Valry. Si fuera posible que el

    inconsciente, generador de lenguaje -pues es el contenido, el no-signo

    consciente en cuanto signo-, fuera absorbido por el lenguaje generado,

    tendramos una mutacin: el bermensch (el superhombre o ms all del

  • hombre), robot, androide o alguna nosfertica entidad sgnica (siendo la

    Noosfera de Teillard de Chardin algo as como el cuarto reino despus o ms

    all de lo mineral, de lo vegetal y de lo animal). No hay tiempo en el

    inconsciente; lo consciente. al traducirlo a efectos de sobrevivencia

    (almacenamiento, procesamiento y recuperacin de la informacin, en

    funcin del mundo ambiente), se manifiesta bajo la forma de tiempo, de

    continuum, de causa y efecto, de lenguaje lgico, en suma. Esta traduccin

    genera tambin una jerarqua hegemoneizante: todo proceso lgico-

    discursivo se organiza por hipotaxis, por subordinacin: la palabra

    (occidental) es su producto-productor supremo. Ya el signaje de lo

    inconsciente es bsicamente icnico y analgico, estructurndose por

    parataxis, por coordenacin, surgiendo as un No-jefe, Anarco, en la lucha

    permanente contra Hierarco, el jefe Sagrado (vase nuestro O Icone e o

    Ocidente).

    Y ya que estamos en vertientes etimolgicas, bien podemos retomar

    brevemente a Vico y a sus fmulos, aquellos nmadas anrquicos, sin

    propiedad ni leyes sagradas, que se vean forzados a agruparse en tomo del

    jefe sagrado y fundiario, para proclamar su fama, sirvindolo para