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34 LA DANZA EN MÉXICO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL eran cortesanas, populares españolas, y una que otra "del país". A fines del siglo hay menciones de compañías profesionales, co- mo la de Juan de la Cruz y Francisco Manuel de Villa Fuerte, y de bailarines y maestros de danza como Jusepe de Aspilla, originario de la ciudad de México y que actuó también en Perú, y Melchor de los Reyes Palacios y su hijo, ambos españoles que, hacia 1605, viajaron al Perú. (; " /rl 1111 '11 Capítulo II DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII LA DANZA DE SALÓN Una vez conquistada y pacificada, la Nueva España se convirtió, junto con el Perú, en la colonia más próspera del vasto imperio es- pañol. Pronto se estableció, alrededor de la corte virreinal, una aristocracia que alcanzó grandes riquezas y se distinguió por la sun- tuosidad de sus fiestas. Los virreyes y altos dignatario s llegaban de España con gran aparato y numeroso séquito, y traían consigo las modas de la península, iniciando en la aristocracia novohispana una época de imitación. europea en todos los órdenes. Además de las fiestas privadas en el palacio virreinal y en las ca- sas de los ricos españoles y criollos, los acontecimientos CÍvicosmás señalados -cumpleaños de los reyes, sus bodas o el nacimiento de sus herederos, llegadas de virreyes y autoridades- se festejaban públicamente con gran brillantez. Había desfiles, mascaradas, ar- cos triunfales, comedias, danzas y certámenes literarios, todo ello en un estilo que iba dejando atrás las tradiciones medievales para participar del fasto renacentista y barroco. En el siglo XVII Europa recibió, especialmente en literatura, tea- tro y danza cortesana, la influencia del siglo de oro español, y, a su vez, España recibió y difundió formas musicales y danzas de sus co- lonias. En Nueva España se bailó lo que llegaba de la metrópoli, junto 35

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34 LA DANZA EN MÉXICO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL

eran cortesanas, populares españolas, y una que otra "del país".A fines del siglo hay menciones de compañías profesionales, co-

mo la de Juan de la Cruz y Francisco Manuel de Villa Fuerte, y debailarines y maestros de danza como Jusepe de Aspilla, originariode la ciudad de México y que actuó también en Perú, y Melchor delos Reyes Palacios y su hijo, ambos españoles que, hacia 1605,viajaron al Perú.

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Capítulo II

DANZA DE SALÓN Y POPULAREN LOS SIGLOS XVII Y XVIII

LA DANZA DE SALÓN

Una vez conquistada y pacificada, la Nueva España se convirtió,junto con el Perú, en la colonia más próspera del vasto imperio es-pañol. Pronto se estableció, alrededor de la corte virreinal, unaaristocracia que alcanzó grandes riquezas y se distinguió por la sun-tuosidad de sus fiestas. Los virreyes y altos dignatario s llegaban deEspaña con gran aparato y numeroso séquito, y traían consigo lasmodas de la península, iniciando en la aristocracia novohispanauna época de imitación. europea en todos los órdenes.

Además de las fiestas privadas en el palacio virreinal y en las ca-sas de los ricos españoles y criollos, los acontecimientos CÍvicosmásseñalados -cumpleaños de los reyes, sus bodas o el nacimiento desus herederos, llegadas de virreyes y autoridades- se festejabanpúblicamente con gran brillantez. Había desfiles, mascaradas, ar-cos triunfales, comedias, danzas y certámenes literarios, todo elloen un estilo que iba dejando atrás las tradiciones medievales paraparticipar del fasto renacentista y barroco.

En el siglo XVII Europa recibió, especialmente en literatura, tea-tro y danza cortesana, la influencia del siglo de oro español, y, a suvez, España recibió y difundió formas musicales y danzas de sus co-lonias.

En Nueva España se bailó lo que llegaba de la metrópoli, junto

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con formas originales o de las colonias vecinas. Los maestros si-guieron activos, y quedan algunas noticias de ellos. Entre 1601 y1616 son mencionados Florián de Vargas, Francisco de Morales y elnovohispano Pedro Moral. En las fiestas del corpus en Puebla ac-tuaron en 1652, al frente de un grupo de once individuos, los maes-tros y bailarines Gregorio García y Alfonso de Pineda, y en 1698Antón de Luna enseñaba a danzar en la ciudad de México. Para en-tonces eran ya muy numerosos los músicos y maestros negros, co-mo Joseph Chamorro, que en 1681 enseñaba a tañer y danzar en laciudad de Oaxaca. Estos maestros llevaban una vida muy activa: seencargaban, año por 'año, de poner las danzas para la fiesta delcorpus, y enseñaban bailes populares y de salón. A sus casas acu-día gente de las clases bajas' para aprender a bailar, mientras que losricos que deseaban brillar en los salones en minuetos y alemandaseran enseñados a domicilio.

Sobre su repertorio nos ilustra una colección dejnúsica de la épo-ca, el Método de Cítara de Sebastián de Aguirre.! En él aparecenmuchas formas bailables, europeas y americanas: tocotines, elhuasteco, panamá, puertorrico de los negros, puertorrico de laPuebla, chiqueador de la Puebla, zarabanda, pavana francesa,gallarda portuguesa, vacas, balonas, canarios, folias, branles,chamberga, hachas, jácaras, marionas, marizápalos, morisca, pa-sacalles, torbellinos y villanos.

Dos danzas americanas, nacidas entre los negros de Nueva Espa-ña o del Caribe, fueron muy difundidas y dieron mucho de quéhablar en su momento: la chacona y la zarabanda, ambas de origenpopular, que después de escandalizar a América y Europa llegarona ser importantes danzas cortesanas y distinguidos miembros de lasuite. Ambas eran danzas alegres y sensuales, que se cantaban conatrevidas coplas y se acompañaban con panderetas, castañuelas ycascabeles en los tobillos. Aunque mucho se ha especulado sobre sunacimiento, todas las menciones contemporáneas concuerdan enatribuirles origen americano y en considerarlas danzas escandalo-sas, con movimientos y pantomima de carácter erótico.

La primera mención conocida de la chacona se encuentra en elEntremés del platillo (1599), de Simón Aguado, quien, en su estri-billo, hace una invitación para ir a Tampico, en la Nueva España, abailarla:

Chiqui, chiquí, morena mía;si es de noche o si es de día;

, Puebla, hacia 1650. Tablatura de la Colección Gabriel Saldívar; Stevenson,Music in Aztec and Inca Territory, parte 1, p. 235.

DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII

vámonos, vida, a Tampico,antes que lo entienda el mico;que alguien mira la Chacona,que ha de quedar hecho mona.?

Lope de Vega también menciona al puerto de Tampico en rela-ción con la chacona, y dice de ella:

Vida bona, vida bona:esta vieja es la Chacona.De las Indias a Sevillaha venido por la posta ... 3

El DIccionario de autoridades (1737) la definió así:

Son o tañido que se toca en varios instrumentos, al cual se baila una dan-za de cuenta con las castañetas, muy airosa y vistosa, que no sólo se bailaen España en los festines, sino que de ella la han tomado otras naciones,y le dan este mismo nombre."

Algunos autores españoles la consideraban como de origennegro. Cervantes la definió como una forma mulata originaria de

, las Indias, e indicaba que era ejecutada por negros llevados a la cor-te de Francia. Quevedo, por su parte, la llamó también "chaconamulata" .5

Por otra parte, también se ha pensado que su origen puede seritaliano (ciaccona), y hasta ha sido atribuida a los vascos. Lo ciertoes que, después de haber sido practicada en el bajo mundo del Mé-xico colonial, se difundió por la América hispana. A principios delsiglo XVII era ya bastante conocida en España, y Lope de Vega sequejaba de que, por su causa, se empezaban a olvidar "los instru-mentos nobles, como las danzas antiguas, con estas acciones gesti-culares y movimientos lascivos de las chaconas ... "6 Su música lle-gó a penetrar en la iglesia, donde se tocaban y se cantaban chaconas"a lo divino". Posteriormente pasó a Francia, donde fue adoptadacomo final de la suite de danzas de la corte, ya refinada y converti-da en una danza muy elegante.

2 Simón Aguado, "Entremés del platillo", Colección de entremeses, loas, bailes,jácaras y mojigangas desde fines del siglo XVI a mediados del XVIII, Madrid, 1911,vol. 1, p. 229.

3 Ibid., p. 240, Lope de Vega, El amante agradecido.4 Diccionario de autoridades, Madrid, 1737, vol. 1, pp. 9, 298.5 Colección de entremeses ... , vol. 1, p. 240.6 Lope de Vega, La Dorotea, acto 1, escena VII.

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38 LA DANZA EN MÉXICO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL

Algunas autoridades han atribuido a la zarabanda, basándose enla etimología de su nombre, origen árabe o moro. Se ha dicho tam-bién que se bailaba ya en España desde el siglo XII, siendo una dan-za de carácter sensual, con sinuosos movimientos de cadera, que seacompañaba con castañuelas. Sin embargo, según algunos autoresdel siglo XVII, esta danza no era ni muy antigua ni española. Cer-vantes comentó, en El celoso extremeño (1613), que "el endemo-niado son de la zarabanda era entonces nuevo en España"; el padreJuan de Mariana escribió que, aunque él la creía de origen sevilla-no, "otros le hacen cosa venida de las Indias", y Jerónimo de laHuerta la llamó "ramera pública del Guayacán". 7

Las primeras menciones de esta danza provienen de México, y lamás antigua letra que se conserva es la de una zarabanda "a lo divi-no" compuesta por Pedro de Trejo en 1556, cuyo estribillo dice así:

\

Zarabanda ven ventura eZarabanda ven y dura." '.

También en México escribió fray Diego Durán, hacia 1579, quela danza india llamada cuecuechcuícatl era tan lasciva y ofensiva"como la que nuestros naturales usan", llamada zarabanda. 9 Para1598, la chacona y la zarabanda habían llegado al Perú. Allí, entrelas gentes "de mal vivir", gozaban de gran popularidad, ademásdel puertorrico, "la zarabanda y balona, el churumba y el tapar-que, la chacona y el totarque". 10

En Europa, la "terrible zarabanda", ejecutada por bailarinascon escotados vestidos, panderetas y castañuelas, escandalizó pro-fundamente a los moralistas. Uno de sus más duros críticos fue elpadre Juan de Mariana, quien escribió: "Entre otros ha salido es-tos años un baile o cantar, tan lascivo en las palabras, tan feo enlos meneos, que basta para pegar fuego a las personas muy ho-nestas." II Hacia 1583, en España, se amenazaba con doscientosazotes y seis años en las galeras o el exilio a quien la bailase. Quizáspor ello, en 1589, dijo de ella el Cancionero Classence:

7 "La terrible zarabanda", Vida teatral en el siglo de oro, p. 98.8 Ms. "Obras de Pedro de Trejo", en expediente "Contra Pedro de Trejo, por

proposiciones heréticas", marzo 1572, Archivo General de la Nación, Ramo de In-quisición, vol. 113, ff. 9-10.

9 Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España; Stevenson, Musicin Mexico, a Historical Survey, cap. 2, p. 95.

10 "Sátira hecha por Mateo Rosas de Oquendo a las cosas que pasan en el Pirú,año de 1598"; Stevenson, Music in Aztec and Inca Territory, parte 1, p. 228.

I1 Juan de Mariana, "Del baile y cantar llamado zarabanda", Tratado contra losjuegos públicos. Obras, Madrid, 1950, vol. II, p. 433.

DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVll y xvrn

La Zarabanda está presaque dello mucho me pesa,que merece ser condesay también emperadora.'?

Al iniciarse el siglo XVII esta danza se ejecutaba ya en el teatro es-pañol, Y aparece en el entremés de Los negros, de Simón Agudo(1602): "Van entrando todos los negros que puedan en orden, dan-zando la zarabanda, con tamboriles y sonajas, y dan una vuelta alteatro." 13

Por el reino de Nápoles pasó a Italia, donde Giambattista Mari-no, en su poema L 'A done (1623), definió a la zarabanda y la chaco-na como danzas gemelas importadas de la Nueva España:

Piera iI sozzo inventor chetra noi questaintrodusse primier barbara usanza!Chiama questo SUD gioco empio e profondo,saravanda e ciaccona il Nuovo Ispano ... 14

Además de Marino, Villani, Brignoli Sale y Mascardi descri-bieron esta danza y la condenaron en Italia. 15 Para 1613 ya era co-nocida en Francia, y Malherbe la consideraba invento de los "sal-vajes americanos". Su mala reputación llegó hasta Inglaterra, dondeBen Jonson escribió: How they are tickl'd by a light aire, thebawdy Saraband!"

Finalmente, al ser adoptada por la corte francesa, la zarabandase convirtió, en manos de sus maestros de danza, en una formanoble y mesurada, similar a la pavana y que, con excepción del usode castañuelas y cascabeles, no tenía ya nada que ver con su formapopular original. Su introducción y apogeo en las cortes-y los salo-nes elegantes tuvo lugar en el primer cuarto del siglo XVII, y se prac-ticó hasta principios del XVIII. A partir de 1620, su música, en tiempode %, aparece en manuales franceses para laúd, pasando a cons-tituir el tercer movimiento de la suite.'"

12 Colección de entremeses ... , vol. 1, cap. III, p. 266.13 Ibid., p. 231.14 Giambattista Marino, L 'A done, Canto XX, Stanze 84-88 (1623).15 Villani, "Considerazioni di Messer Faggiano" (1631); Brignole Sale, "Tácito

Abburattato" (1643); Mascardi, "Prose Volgari" (1626); Croce (edición de Bari,1966), cap. V, p. 61.

16 The Staple of News (1625), acto IV, escena U.17 La suite en el siglo XVI constaba generalmente de alemanda, courante, zaraban-

da, giga. Después se compusieron suites de seis partes, que culminan con la suite clá-sica de Bach y Haendel. Cuando la suite evolucionó hacia la forma sonata, la zara-banda se convirtió en su movimiento lento.

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40 LA DANZA EN MÉXICO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL

Su ejecución se extendió rápidamente al resto de Europa, y llegóa ser muy popular en el teatro y los salones de Inglaterra, dondeaparecieron, en manuales de danzas de salón, en"1696 y 1698: Sara-band, Adson 's Saraband y A New Spanisñ Entry and SarabandDanced by Monsieur L 'Abbé before his Majesty at Kensington andat the Theatre in Lincoln 's Inn Fields, with Great Apptause.vCuando su popularidad entre la sociedad declinó, la zarabanda,junto con la chacona, fue absorbida por la danza teatral.

En España, en la segunda mitad del siglo XVII, la danza de salónde la corte incluía formas italianas, francesas y americanas. En losSones de Palacio se:mencionan alemandas, canarios, un "bailetefrancés", francesas, gallardas, granduques, hachas, jácaras, gigas,marizápalos, marionas, rnatachines, paradetas, pavanas, ruggeros,saltarellos, tarantelas y voltas.

En el siglo XVII, Francia fue la dictadora de la moda en bailes desalón, y el minué -s-de origen campesino y a~9Ptado por la cortehacia 1670-, la gavota, el rigodón y la contradanza pasaron a Es-paña y de allí a sus colonias.

En la Nueva España se bailó un repertorio muy extenso. En unmanuscrito guanajuatense del siglo XVIII encontramos danzas euro-peas y americanas, junto con algunas formas populares -segura-mente ya "domadas" por los maestros de danza-: gallardas, espa-ñoletas, villanos, el caballero, canarios, baylad caracoles, losimpossibiles, jota, fandango, tarantelas, las vacas, el amor, jácarasfrancesas, las sombras, jácaras de la costa, gaitas, cumbées, za-rambeque o muecas, el paloteado, folías gallegas, zangarilleja,chamberga, passacalles para comenzar las seguidillas manche-gas, granduque, marssellas, f'olias italianas, al verde retamar, laspenas, sarao o bailete de El Retiro, la amable, Fustamberg, pays-sanos, paspied viejo, la cadena, el cotillo, la Christian, la va-cante, cotillón nuevo, rigodón, y los minués: "de trompas, del sol-dado, amoroso, afectuoso y del cisne" . 19

Otro manuscrito novohispano, de la primera mitad del sigloXVIII, nos ofrece, entre otras, las siguientes danzas:

" .valona de voca negra, alemanda, coranta, burro, rigaudón, zaraban-da, giga alegre, minué de las fugas, la gashe, minué que se toca despuésdel buré del Fustamberg, las cuatro caras, minué para los aficionados,

18 The Eng/ish Dancing Master, or Plaine and Easie Ru/es for the Dancing ofCountry Dances, with the Tune to Each Dance, Londres, 1696; The Second Part ofthe Dancing Master, 1698.

19 Ms., Colección Gabriel Saldívar, Stevenson, Music in Aztec and Inca Terri-tory; parte 1, p. 236.

DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVII Y XVlll

minué guastala, reverencia ingleza, la María buré, minué de Ansou,bailete de la Bretaña y minué de pichiforte.P

El Manuscrito Hague" contiene dos colecciones de música barro-ca y danzas de salón, y nos ilustra sobre lo que se bailaba en Méxicoentre 1772 y 1829. En él se encuentran, además, las indicacionessobre cómo ejecutar danzas como

el babau fandango cathalan, la gaita nueva, la gatoseada, el ship, el Ka-lattin o Jack Latham, el paspié anglois, el paspié de la princesa, las bo-das reales, la gran caza, marche du roy, el carrillon Dunkerk. lacuadrilla, la ora del pastor, la chacona de Arlequín y el minue dela princesa.

DANZA POPULAR

Las danzas populares siguieron tomando parte en las festividadesreligiosas, y eran ya de diversos géneros. En las fiestas del corpusde 1660 se mencionan, además de las comedias, "las danzas de es-pañoles, negros, indios y mulatos". En ocasiones se ofrecían pre-mios a las que mejor se ejecutaran, y el pueblo participaba con gus-to en ellas.

Además, la masa popular se divertía con fiestas y danzas queprovocaron, en el curso de los siglos XVII y XVIII, indignadas censu-ras y prohibiciones de parte de autoridades civiles y religiosas y es-pecialmente del Santo Oficio. Los negros jugaban en este aspecto elpapel más importante; su influencia en la música y la danza de laépoca colonial fue muy grande, y sus huellas quedaron impresas engran parte del folclor de los países donde hubo esclavos negros.

Por otra parte, continuamente iban y venían nuevas danzas ynuevas músicas. Desde el siglo XVII, la zona del Caribe fue un crisolen el que se reunían, fundiéndose y distribuyéndose luego por lospuertos novohispanos hacia Europa, danzas y música en las que semezclaban características negras, mulatas, indias, mestizas y crio-llas. Hubo formas que venían de España y regresaban luego trans-formadas, y otras que iban de América a Europa para adquirir allásus características definitivas, haciendo después el viaje inverso.

La tolerancia de la Iglesia del siglo XVI hacia la danza populardisminuyó grandemente, y en los dos siglos siguientes encontramos

20 Biblioteca Nacional Ms 156021 . 'o,.. Descubierto por Samuel Martí en la Biblioteca del Museo del Sudoeste de LosAngeles.

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que se ocupó constantemente en censurar, investigar y condenarbailes negros y mestizos como los jarabes, sanes, gatos, los antepa-sados de los tangos, rumbas, danzones y habaneras y las guaracha,y chuchumbés.

Desde mediados del siglo XVIII se empezaron a hacer coplas,bailes y ceremonias en las que el pueblo se burlaba de la religión ysus ministros. Pronto adquirieron gran popularidad y, a pesar deseveras reprimendas, interdicciones y castigos, sobrevivieron, dis-frazadas o inventadas de nuevo con diferentes nombres.

De los negros se prohibieron las "juntas" o "bailes" que se or-.ganizaban en plenas calles de la ciudad, las procesiones y las cere-monias llamadas'''oratorios, escapularios y velaciones", en las quese mezclaban elemenros paganos con cristianos. Muy atacadasfueron las coplas del chuchumbé, "por ser sumamente deshonestasy bajas sus palabras y modo que lo bailan".» Como, según sedecía, "se baila la referida tonada con movimientos y palabrasdeshonestas y provocativas, causando grave escándalo", 23 se orde-nó una investigación especial.

De la familia de la rumba, estas coplas habían llegado de La Ha-bana, por Veracruz, y pronto adquirieron gran popularidad entrela gente que desdeñosamente describían los españoles como "de co-lor quebrado". El informe presentado a la Inquisición en 1766 in-dicaba

. . .que el baile es con ademanes, meneos, sarandeos, contrarios todos a lahonestidad y mal ejemplo de los que lo ven como asistentes, por mezclar-se en él manoseos de tramo en tramo, abrazos, y dar barriga con barriga;bien que también me informan que esto se baila en casas ordinarias, demulatos y gente de color quebrado; no en gente seria, ni hombres cir-cunspectos y sí entre soldados, marineros y broza.s'

No fueron sólo las manifestaciones de origen negro las más per-seguidas. Revisando documentos de la Inquisición se observa que laIglesia libró una batalla muy reñida contra la naciente danza popu-lar. A fines del siglo XVIII son numerosos los documentos en los quese niega a pueblos y ciudades el permiso para ejecutar danzas en susfiestas, como en 1784, en que Xochimilco solicitó licencia para eje-cutar danzas de pluma en su fiesta titular, y ésta se le negó.

Las prohibiciones alcanzaron también a algunas danzas y repre-sentaciones que habían sido implantadas como medio de evangeli-

22 Archivo General de la Nación, Ramo de Inquisición, vol. 1052, f. 292.23 Ibid., f. 296.24 Ibid.

DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVII Y XVIlI 43

zación, como los "Nescuitiles", las representaciones de la pasión,las danzas de los santiagueros y "otros bailes supersticiosos". Sealegaba que, "si en los principios de promulgada la fe católica enestos reinos se juzgó oportuno, pbr la incapacidad de los naturalessus habitadores, Ypara su cristiana instrucción, el permiso de seme-jantes representaciones", después de dos siglos y medio se hacía ne-cesario prohibirlas, "por los grandísimos pecados, imponderablesinconsecuencias, irrisiones, vanas observaciones, irreverencias, su-persticiones ... " 25 que habían resultado de ellas.

En el siglo XVIII apareció el nombre "son" para designar jara-bes, jaranas, huapangos y otras variantes mestizas. De carácteralegre y picaresco, su origen está en las seguidillas, fandangos y za-pateados españoles, sin quedar exentos de influencia negra. En esaépoca se le dio el nombre genérico de "sonecitos del país" a todaslas danzas populares. Éstas continuaron indignando y escandali-zando a la gente de iglesia. Son muy numerosas las quejas de" .. .los sanes y cantadas profanas inventados para aliciente de lasensualidad y que tanta cabida han llegado a tener en los teatros ybailes de toda clase de gentes" .26 En efecto, hasta en las capas supe-riores de la sociedad se empezaron a admitir muchas de estas dan-zas. En las fiestas de la aristocracia se solía llevar mulatos para queamenizaran la reunión bailando el sarao y otros bailes, y hacia finesdel siglo se acostumbraba cambiar la música de los relojes europeospor sonecitos populares .

La iglesia fue también invadida por esta música, y son muy nu-merosas las denuncias, hechas ante la Inquisición o las autoridadesciviles, en las que se menciona que se cantaba y bailaba ante los al-tares, y que la música de los bailes del pueblo se ejecutaba en las ce-remonias religiosas. Un sacerdote describe que al estar oficiando enuna misa solemne, el organista atacó con estruendo, en plena eleva-ción, el son del Pan de Manteca... También se investigaron ycondenaron los bailes y cantos de Las Bendiciones y del Animal, con-sideradas irreverentes e inmorales. En 1803 se denunciaron en Ve-racruz los sanes del Toro viejo, Toro nuevo y Torito, alegándoseque usaban "de los movimientos, acciones y señas más significati-vas del acto carnal" .27

.. El jarabe fue blanco favorito de los ataques de la Iglesia y la mo-JIgatería, ante cuyos ojos aparecía como el epítome de la más des-enfrenada sensualidad. Esta variedad del son, que fijó sus formas

25 Jimenéz Rueda, cap. Il, pp. 24-25.26 Saldívar, p. 253.27 Ibid., p. 292.

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44 LA DANZA EN MÉXICO DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL

hacia fines de la época colonial, se practica actualmente en diversaszonas del país, especialmente en los estados de Michoacán y Jalis-co, conservándose las formas más interesantes en el istmo de Te-huantepec -jarabe tehuano-, Veracruz -jarabe de sotavento-,Tabasco y Yucatán. Durante la guerra de Independencia, el jarabeadquirió connotación revolucionaria, y fue adoptado por los insur-gentes, extendiéndose su ejecución a todo el país.

Otra variante, el Pan de Jarabe, fue denunciado como obscenoen Puebla, en 1789, y en México, en 1796. El Jarabe Gatuno ofen-

. dió de tal manera a las autoridades eclesiásticas, que el virrey Mar-quina, en un edicto del 15 de diciembre de 1802, prohibió su ejecu-ción y lo proscribió de los escenarios, bajo pena de excomunión y200 ducados de multav'dictaminando que era

tan indecente, disoluto, torpe y provocativo, que faltan expresiones parasignificar su malignidad y desenvoltura, y beben ~ él con las coplas, ac-ciones, gestos y movimientos el veneno mortal de 'la lascivia por los ojos,oídos y demás sentidos, cuantos lo bailan y presencían."

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Para entonces la lista de "sonecitos del país" era ya muy extensa,e incluía: Huapango, Jarana, La bamba, Las negritas Y negritos, Elchurripampli, La indita, Los bergantines, El zanganito, El gato,El bejuquito, La chipicuaraca, Los chimiztlanes, Perejiles, To-totchi, La cosecha, Elfiscalito, La india valedora, La lloviznita, Lapaterita; todos ellos acusados de tener "unas letras llenas de expre-siones las más torpes, unidas a movimientos indignísimos".Muchos de estos bailes ocuparon un lugar destacado dentro de losespectáculos teatrales.

Mientras tanto, de España seguían llegando bailes y encontra-mos, además de las seguidillas, fandangos y zapateados del sigloXVI, boleras, peteneras, tiranas, jotas y gaitas. También llegó laDanza de los toreado res, que pronto adquirió formas nuevas: Tori-tos, toriteros, caporales, hortelanos; que se bailan aún en algunospueblos durante las fiestas de los santos patronos.

Tampoco las escuelas de danza, en las cuales se enseñaban y eje-cutaban hasta altas horas de la noche muchos de los bailes prohibi-dos, se libraron. de ser atacadas. En 1779 el virrey Bucareli mandópublicar un bando en el que declaraba

prohibido en lo absoluto la concurrencia de ambos sexos en tales casas,tertulias o escuelas de danza: y sólo queda permitida la asistencia de

28 Ibid., p. 277.

DANZA DE SALÓN Y POPULAR EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII 45

hombres hasta las diez en punto de la noche y no más; imponiendo comodesde luego impongo, a los maestros, o dueños de ellas, que lo contrarioexecutaren, la pena de cuatro años a un presidio ultramarino, y a losmúsicos que asistieren la de seis meses de cárcel. 29

En 1800 el virrey Marquina prohibió definitivamente la asisten-cia a dichas escuelas, ordenando "que no haya casas de bayles nide disolución" ,30 Y reafirmando la validez de los bandos anteriores.En todas las épocas se negó, además, el permiso para abrir tertuliaso bailes de paga .

29 Archivo General de la Nación, Ramo de Bandos, vol. 11, s.f.30 Ibid., vol. 20.