Curso: Eurípides

Programa académico: Filosofía

Profesor: Eduardo Geovo Almanza

Alumno: Brayan Steven Sarmiento Rojas

Universidad libre

El autor comienza a mostrarnos que el prototipo de feminidad que prevalecía como punto de referencia en la organización social de los griegos, era el de considerar que la mujer debía estar instalada en el oikos marital y su objetivo prioritario consistía en reproducir ciudadanos legítimos. Entonces, esto lleva a la pregunta que creemos hace el autor ¿cuál es el lugar de la madre en la demokratia? Atenea, una diosa cuyo nacimiento solo se produjo a partir de la cabeza de Zeus, es una diosa sin madre que renuncia a esa condición por la exclusividad de los lazos que la unen con su padre, lazos que son representación de un poder. Zeus, al dar a luz a Atenea, usurpa la principal función femenina en un acto semejante al que hace gea con Urano. En el ejemplo de Zeus se manifiesta uno de los deseos de dominar la procreación y la dependencia que los griegos tienen de la mujer a la hora de inmortalizarse como especie; la capacidad reproductora de las mujeres más que un hecho natural, resulta ser una invención de los dioses, por lo cual el precio de perpetuarse a través de la descendencia consiste en mantener y soportar la convivencia con una mujer, a lo cual se añade la importancia trascendental que tenían los griegos al hecho de ser padre.

La mujer debe estar entregada al hogar del esposo mediante el pacto matrimonial, ella procrea hijos que garantizan la continuidad de ese hogar en el que ella es una extranjera, por su parte, el padre proporciona una identidad social a la descendencia. De tal modo, los hijos pertenecen al padre hasta el punto que el dispone de su libertad y sus vidas, es notable su superioridad jurídica con respecto al papel de la madre. No obstante, el sistema político en el territorio griego presenta el nacimiento como un elemento básico para definir la condición de ciudadano, por ello el status femenino en cuanto a la relevancia que el nombre de la paternidad le da en el discurso político a la función reproductora provoca un arma de doble filo en dicho status: Al reconocer a la mujer como una generadora de identidad cívica, que solo los hombres detentarán, se le reconoce un elemento imprescindible para definir la empresa política, derivado de ello, el reconocimiento implica un mayor control de la esposa legitima.

Ahora bien, de nuevo el autor insiste en el principal objetivo de la mujer en esa época, a saber: ser una fecunda madre de hijos legítimos, que sean varones parecidos al padre, se contempla como la forma de realización más completa. Por otro lado, se menciona el hecho de que en Grecia no destaque mucho la idea de una “diosa madre”. Hera, en su relación legitima con el Cronida, no destaca el ámbito de la procreación, pues de ella sobresalen más sus celos o las exigencias por el hecho del nacimiento de Atenea; Afrodita, favorece la procreación en la medida en que esta necesita del deseo para realizarse, pero ello no representa un modelo de maternidad. Lo anterior lleva a que el autor se pregunte ¿el ideal griego de la madre como personaje oculto tras una entrega absoluta a los hijos impide toda la encarnación divina sobresaliente de la maternidad?

Es posible, deduce el autor, sin embargo remonta a más ejemplos dentro de la mitología griega como lo son el de Leto o Deméter, aunque ambos no respondan del todo al modelo de maternidad. En tal caso, se ve que en el universo intermedio de diosas y mujeres hay muchos más ejemplos del orgullo de una madre. Entre los ejemplos, sobresale el de Hécuba, la esposa de Príamo a quien le dio 50 hijos, ella se siente con orgullo frente a sus hijos y a su status como madre, pero se muestra también sus reacciones al hecho de haberlos perdido.

La intensidad del amor por los hijos es común a la raza femenina esto puede emerger de la propia experimentación de los dolores del parto, en adición, el seno que es representado como dador de vida, tienen una oposición con el furor bélico en cuanto a la función materna frente a la actividad guerrera que solo los hombres pueden ejercer. Tomando otros ejemplos, se muestra como en otros sistemas contrarios a los establecidos por los griegos hay una mayor importancia al papel de la maternidad, el ejemplo más sobresaliente es el de Esparta, de todas formas, en las perspectiva del discurso oficial ateniense en las tumbas privadas, nunca se representa el tipo de deceso sufrido por el difunto, pero ello tiene excepciones. Los hombres muertos en la guerra eran exaltados en ese momento de consagración como héroes cívicos, asimismo, las mujeres que mueren al dar a luz son también inmortalizadas ya sea reflejando el aspecto doloroso o incluyendo una imagen del recién nacido en una estela.

El acto de parir es concebido, en sí mismo, como un combate en defensa de la ciudad a partir del momento en que el vocabulario que traduce el sufrimiento de las parturientas sirve igualmente para expresar el dolor de los héroes heridos en el campo de batalla. Hay una relación de continuidad entre el alumbramiento y el acto bélico que no siempre reviste en un aspecto positivo, pues la beligerante madre puede tomar las riendas de una maternidad lo cual presenta un riesgo, con ello nos dirigimos al ejemplo de Medea.

La decisión Medea, muestra como las irregularidades que, desde la perspectiva femenina, presunta la institución matrimonial de la Atenas democrática. Dicha decisión es con respecto a la problemática de la filiación patrilineal inherente al matrimonio político, explicando no solo el acto criminal de Medea, sino la previa decisión de Jason al casarse con una princesa griega. Jason es coherente con respecto a las normas de esa Atenas del 431, él reconoce que no puede reprochar a Medea esa falta de descendencia, que constituye la razón esencial para la demanda del divorcio, también teme que los hijos que le han nacido de esta sean relegados socialmente, por ellos mediante su decisión cree poder remediar en parte la cuestión de sus hijos, al integrarse a un oikos plenamente griego, esto podría ser ilógico considerando que su descendencia tiene relaciones con una extranjera. El héroe Jason, aunque griego, es un “refugiado” al que la convivencia con una bárbara lo excluía doblemente de la polis, pero esto se invierte al casarse con la princesa, pues el es ahora quien debe asegurar la descendencia del linaje de su mujer, con ello pretende también pretende buscar una mejor acogida para sus hijos.

El concepto de la descendencia como prolongación exclusiva del linaje del marido, se deduce que el griego considere lógico el conservar sus hijos tras el divorcio, con este la mujer quedaba con ciertos estigmas pero también es cierto que cualquiera de las dos partes podía solicitar un divorcio, en todo caso, ella con este mismo quedaba liberada.

Al matar a sus hijos, Medea está haciendo uso de un derecho que en territorio griego solo el patriarca podía poner en práctica, pues todo padre griego tiene legítimo derecho a disponer de la vida de sus hijos. No obstante, vemos también como Medea adopta un vocabulario helénico que la convierte en una auténtica combatiente, incluso se designa como hoplita es precisamente aquel en el que mejor deja traslucir el sentimiento que de ella se espera como madre, ella es la imagen extrema de la amenaza que supone que la paternidad esté en manos de las mujeres, articula negativamente la concepción cívica de la maternidad como acto heroico al hacer un uso bélico de la mismas, Medea encarna la figura amenazante de la madre que reclama para sí los privilegios del padre.

Ahora bien, en cuanto a la valoración personal de este texto, consideramos bastante concreto y enriquecedor el análisis que de la mujer y en especial del estado de maternidad había en Atenas, de lo cual, con lecturas como estas podemos contextualizar mucho sobre las acciones que giran en torno a la Medea de Eurípides, título que abordamos en el curso. Sin embargo, la única anotación que hacemos corresponde al porqué no tomar de ejemplo el modelo de Penélope, presente en la odisea, que nos ayuda mucho a vislumbrar el modelo que de las mujeres se esperaba en dicha época.

Bibliografía:

Iriarte, Ana, De Amazonas a Ciudadanos. PRETEXTO GINECOCRÁTICO Y PATRIARCADO EN LA ANTIGUA GRECIA, Madrid, Akal, 2002.