como hacer una monografia en derecho - hector raul sandler

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AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Decano AtilioA.Alterini Vicedecana Mnica Pinto CONSEJO DIRECTIVOCLAUSTRO DE PROFESORES

Consejeros TituJares Andrs J. D'Alessio/ Alberto J. Bueres/ Mnica Pinto/ Ricardo Giiiboin"g Graciela Gidi/Abel M. Fleitas Ortiz de Rozas/ Jorge A. Senz/ Marcelo Gebhardt Consejeros Suplentes Rafael M. Manvil/ Jorge L. Kielmanovich/ Enrique N. Zuleta Puceiro Susana G. Cayuso/ Juan Octavio Gauna/ Norberto Spolansky/ Pedro Di Leila Csar A. SiculerCLAUSTRO DE GRADUADOS

Consejeros Titulares Horacio Berste/ Beinusz Szmukler/Ramiro Monner Sans Enrique Rodrguez Chiantore Consejeros Suplentes Mara M. Irairoz/Agustn Braschi/ Flix Pelliza/ Elector IrluiciCLAUSTRO DE ESTUDIANTES

Consejeros Titulares Christian Cao/ Clara Killmeate/ Mariano Tolosa/ Fernando Ruiz Daz Consejeros Suplentes Vernica C.V Torres/ Luca Bocea/ ElianaM.Wassermann/ Mara E. Bentancurt Secretario Acadmico: Gonzalo Alvarez Secretario de Hacienda y Administracin General: Alejandro Gmez Secretaria de Investigacin: Mara Cecilia Gmez Masa Secretario de Extensin Universitaria: Juan Pablo Mas Vlez Subsecretario de Hacienda y Administracin General: Luis Mateo Barreiro Subsecretario Acadmico: Sergio Brodsky

DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES

Directora: Mary Beloff Subdirector: Pablo Perel

CMO HACER UNA MONOGRAFA EN DERECHO

HCTOR RAL SANDLER

FACULTAD D E D E R E C H O U B A

-

L A LEY

Copyright 2003 by Facultad de Derecho U.B.A. Av. Pte, Figueroa Alcorta 2263 (C1425CKB) Buenos Aires Copyright 2003 by La Ley S.A.E. e L Tucumn 1471 (C1050AAC} Buenos Aires Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723 Impreso en la Argentina Printed in Argentina Todos los derechos reservados Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio electrnico o mecnico, incluyendo fotocopiado, grabacin o cualquier otro sistema de archivo y recuperacin de informacin, sin el previo permiso por escrito del Editor All rights reserved No pan of this work may be reptoduced or transmitted in any form or by any means, eiectronic or mechanical, including photocopying and recording or by any intormation storage o retrieval system, without permission in writing from the publisher LS.B.N. 987-03-0030-8

A la memoria de mis maestros Arturo Orgaz, Alfredo Orgazy Alberto B. Eppstein, siempre presentes en mi conducta, como docente y abogado

PRLOGO

vil

PRLOGO

Este libro ha sido escrito en respuesta a la convocatoria realizada por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en el ao 2002. Esta convocatoria se fundament en una serie de argumentos que vale la pena repasar. En primer lugar se sostiene que "el trabajo solicitado ha de versar sobre el modo de hacer una monografa jurdica analizado'en relacin con el proceso de elaboracin, revisin, seguimiento y correccin", lo cual apunta sin duda a hacer conocer a los futuros autores las tcnicas para hacer ese tipo de trabajo en el campo jurdico. Sin embargo, con todo acierto y sentido de la realidad actual, a aquella frase inicial le siguen estas otras: "En este sentido, el concurso se vincula con el proceso de reflexin continua sobre la enseanza del derecho, tema que desde hace un tiempo ocupa a varios de los principales actores de la comimidad universitaria". Esta afirmacin en la convocatoria fue lo que ms me anim a afrontar la tarea para la cual se convocaba. A partir de esta expresin, comprend que ya no bastaba limitarse a exponer, del modo ms estandarizado posible, los pasos y mtodos para redactar una monografa. Otro inters ms prolindo y realmente oportuno la animaba: reflexionar sobre la enseanza del derecho. En el campo del conocimiento humano de nuestra civilizacin, el estudio y la enseanza del derecho es, sin duda, uno de los ms antiguos. De dnde surge de pronto esa general preocupacin de reflexionar sobre la enseanza del derecho en "los principales actores de la comunidad uiriversitaria"? Qu motivos actuales o de futuro justifican tal preocupacin? Se trata tan slo del lgico aggiornamiento exigido por un mundo que, ciertamente, ha cambiado mucho en los liltimos tiempos? O ms bien responde a situaciones que "sin prisa, pero sin pausa" al comps de la evolucin del ser humanoyde \a humanidad entera, iniciada quiz hace milenios, se presentan como exigencias insalvables en el mundo de hoy, para que sta evolucin pueda continuar ? Estas preguntas no son fciles de responder. Pero entendido que la convocatoria inclua la ltima pregunta, lo que ella demandaba no se limitaba siquiera a la cuestin de la enseanza del derecho, sino adems, a repensar al derecho mismo como parte de realidad humana. A repensarlo en sus fundamentos, en su funcionalidad en la vida del hombre y en sus modos de ser. En cierto modo confirma esta interpretacin este otro prrafo de la convocatoria; "De todo lo cual surge que la 'enseanza del derecho' implica

Vlir

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concebir al derecho no slo como el conocimiento de normas jurdicas y de otros saberes que ayudan a la interpretacin del derecho, sino tambin como conjunto de habilidades que se refieren a la integracin de esos saberes''. La sentencia puede parecer algo enigmtica para algunos; para otros es posible que les sea ms clara, si piensan que quien estudia el derecho, debe intercambiar sus conocimientos con los de otros cientficos, en particular con los que cultivan ciencias sociales. Bien se sabe cunto se pondera en distintos mbitos el trabajo interdisciplinario. Sin embargo, con toda la razn que les pueda asistir a lo que esto sostienen, pareciera que los mtodos interdisciplinarios y multidisciplinarios no satisfacen a pleno el problema que esas frases de la convocatoria insinan. Una cosa es que el estudioso del derecho ample sus perspectivas ms all de las normas jurdicas conociendo los resultados obtenidos por otras ciencias y otra muy distinta es la necesidad de desarrollar una nueva conceptualizacin sbrela realidad llamada derecho, hecha a partir de otro punto de vista, pero propio de la ciencia jurdica. Esto se trata de algo de mucho mayor peso. Algo que se vincula menos a las transformaciones tcnicas de los ltimos siglos que con la evolucin espiritual del hombre y de la sociedad humana, iniciada milenios atrs, pero que recin eclosiona en nuestro tiempo en forma de nuevas realidades, presentidas a veces por hombres esclarecidos, pero que slo en este siglo se presentan como problemas en los que se juega el destino del hombre, de la humanidad y quiz del planeta mismo. El mundo que nos rodea en la vida cotidiana es tan asombroso, que imposible hubiera sido imaginarlo hace apenas cuatrocientos aos atrs. Cierto que pese al fantstico avance cientfico, tecnolgico e institucional, pareciera que en todos los tiempos el hombre ha sido tal cual como es hoy. Se explica este modo de negar la evolucin espiritual del hombre porque en la actualidad de manera harto frecuente se presentan situaciones en extremo lamentables y hechos tan horripilantes, como el genocidio, la guerra, el hambre, el atraso y la indigencia de millones de seres humanos. Estos fenmenos tien la mayor parte de la historia del hombre. Sin embargo en la actualidad desde todas partes del mundo, a diario se alzan mayoritarias voces cuestionando tales comportamientos, al mismo tiempo que demandan cambios profundos, en particular en el orden social. Son tambin frecuentes las manifestaciones y las conductas solidarias de los pueblos entre s. Aquellas situaciones y hechos tan frecuentes en la historia del hombre, conmueven precisamente por su contradiccin con un elemental sentido de humanidad. Vistas las cosas desde esta perspectiva resulta que no es menos asombroso que el progreso material, la general emergencia de este sentido de humanidad. Puede considerarse que los rganos de percepcin de lo espiritual han evolucionado en forma notable, aunque no en el grado suficiente que se requiere. Hace unos das, entrevistado un jugador de ftbol argentino, nacido en Caballito, radicado por su profesin en Londres, deca en su reportaje lo confortable que se senta en esa ciudad, lo amable que le era ese ambiente, a pesar que apenas dominaba la lengua inglesa. Hoy por hoy esto es tenido por algo "normal", carente de significativa excepcionalidad. Es tan "normal"

PRLOGO

IX

como que los Estados divididos hasta hace apenas ayer por formidables fortificaciones blicas dispuestos a arrasar el uno al otro, se hallan unido en gigantes conglomerados humanos como es el caso de la Comunidad Europea, en el umbral de dictarse una Constitucin jurdica comn. Vale la pena valorar lo excepcional y novedoso de tales datos mediante un vistazo al comportamiento de ese mismo mundo hace apenas ciento cincuenta aos. "Todos los extranjeros que han visitado Inglaterra, no pueden menos que haber notado progresos admirables en aquel pas respecto de la benevolencia mutua y hacia el extranjero", escribi el gegrafo Elseo Recls en 1905. Se admiraba Recls porque en ese mismo pas, an en los aos 1850, en cuanto se adverta la presencia de un extrao, la gente del lugar reaccionaba en su contra al grito de "Bill, thereis a stranger, heave a stone athim" (Bill, ah va un extranjero, trale una piedra"). Tras la Conferencia de Berln, en el umbral del siglo XX, los principales estados "civilizados" Gran Bretaa, Francia, Alemania, Espaa, Holanda, Portugaldispusieron "colonizar" por la fuerza de las armas nada menos que un continente entero: frica. En comn acuerdo cada uno se asign enormes porciones de su territorio, con desprecio total de las familias y los pueblos, que all vivan desde pocas antiqusimas. Le dieron a esos lugares avasallados violentamente el hipcrita nombre de "colonias", cuando su nico objeto fue la inhumana explotacin de la gente nativa y sus recursos. Todo esto al amparo de una tolerancia general. Era "normal" y en cierta medida compatible con toda la historia europea anterior. Cierto es que el siglo XX es an un muestrario de atroces atropellos contra hombres y pueblos. Pero tambin es verdad que en medio de esa malevolencia (que culmin entre los aos 1914 y 1945), lo que por entonces eran apenas centelleos de humanitarismo, manifestado en aislados hombres excepcionales, se ha convertido hoyen un sentido de humanidad general, en dimensiones desconocidas en toda etapa anterior de la vida de nuestro planeta. Misteriosa es la evolucin de lo material, pero mucho ms lo es la de lo espiritual. Sin embargo, aunque no sepamos bien cmo y cules fuerzas en este caso actan (as como no conocemos la que da lugar a la gravedad en el campo de lo material), podemos s registrar las huellas de su accin. Contemplando el mundo humano de hoy, sin dejar de reconocer cuntos defectos y fallas an subsisten, salta a la vista que ese sentido dehumanidadse ha desarrollado y expandido en forma extraordinaria. Y este nuevo sentido tiene que ver con el amor al prjimo. Este sentido de humanidad tiene que afectar, no slo al modo de ser y de actuar al tipo de orden poltico configurado apenas ayer (siglo XVI) en Estados nacionales, sino tambin a la principal fuerza social ordenadora que se da en toda sociedad humana y que los estados, en un momento del pasado, se han atribuido de modo monoplico para s: el derecho. La evolucin de la humanidad ocurrida, exige considerar a las sociedades humanas como organismos vivos. Como un organismo vivo tambin, a toda la humanidad, as como los ecologistas reconocen que la misma Tierra ha de ser vista y tratada como un organismo viviente. Desde esta perspectiva, cmo tratar al derecho como algo separado sin conexin con la restante

H C T O R RAL SANDLER realidad material y espiritual? Hacerlo tiene un sentido muy limitado. Puedo considerar a mi mano como algo separado de mi cuerpo si, por ejemplo, trato de acicalarme las uas; pero carece total sentido que trate a mi mano como ajena a mi cuerpo, a mi cuerpo como ajeno a la sociedad y esta ajena a la restante realidad. El concepto de totalidad como un orden integrado por rdenes relacionados en feed-bacicentre s, se impone necesariamente en la tarea de comprender la realidad en cualquiera de sus partes. Mucho ms cuando se la pretende modificar. Esta realidad y el cariz alcanzado por la evolucin humana exige replantearse la posicin, las funciones y los lmites del orden jurdico en la sociedad humana, distinguir este orden del ordenamiento legalllamado derecho positivo; considerar sus relaciones con el 'orden econmico como objeto de regulacin; con el orden poltico como conductor de la fuerza social creadora del derecho; con la naturaleza o tierra, como sustento de la vida y con el orden cultural, como reflejo de las fuerzas que dominan lo espiritual. Estas exigencias han sido atendidas al escribirse este libro. Por ello, "Cmo liacer una monografa en Dereclio"tiene cierta originalidad. Ella se compone de dos partes conectadas pero distintas; una primera (Captulos 1, II, parte del IV y algunos tpicos de todos los dems captulos) en la que de forma abreviada se trata de advertir al lector sobre lo que debe tener en cuenta sustantivamente para hacer una monografa de Derecho en los tiempos actuales; esto es: !a necesidad de una nueva nocin de derecho y de la ciencia del dereclio. Slo los restantes captulos estn dedicados a la tcnica propiamente dicha. Es casi seguro que esta originalidad ha influido en quienes dictaminaron para que se le otorgara a este trabajo el primer premio, al expresar que est "muy bien estructurado sobre la base de una profunda investigacin y conocimiento del tema, con una excelente exposicin y anhsis de las tcnicas a emplear, tanto en relacin al material documental como en la tarea concreta de la redaccin de la monografa". A la vez que se destaca "el alto valor pedaggico del trabajo, como la vinculacin sustancial que trasluce la obra entre la tcnica de investigacin y la ciencia jurdica". Ruego que el lector encuentre a este trabajo en verdad tal como lo considera el dictamen. Al menos eso es lo que he intentado. No puedo cerrar estas lneas sin expresar mi reconocimiento a las autoridades de la Facultad de Derecho que han dispuesto esta convocatoria y a los miembros del jurado Dr. lorge Horacio Alterini, Dr. Miguel F. De Lorenzo y Dr. Anbal D'Aura por su favorable dictamen. En este rengln corresponde tambin expresar mi agradecimiento a la estudiante de derecho Paula Galin por su trabajo en la composicin de los grficos y su buena voluntad en mecanografiar todo el documento. Buenos Aires, 20 de junio de 2003HCTOR RAL SANDLER

NDICE

NDICEPRLOGO vi

CAPTULO IMONOGRAFA, !NW,ST!GACIN Y ENSEANZA SUPERIOR

La tarea de hacer una monografa y el ambiente cultural Universidad de masas Muchos cambios, poco cambio Disgregacin de la comunidad pedaggica Desequilibrio en la relacin enseanza/aprendizaje Conocero dominar tcnicas de investigacin? Los edificios deben ser edificantes La ciencia y la educacin son fenmenos espirituales Tcnica de investigacin y concepto de ciencia jurdica Ciencia del derecho y responsabilidad social de los intelectuales... Un compromiso de nueva poltica educativa

1 2 4 4 6 6 7 8 8 9 11

CAPITULO IILA CIENCIA DEL DERECHO REVISADA

Orden jurdico y ordenamiento legal Tcnico legal y jurista reas del conocimiento jurdico objetivo La Jurisprudencia Sociolgica Historia del Derecho Dogmtico Historia de la Ciencia del Derecho Derecho Comparado Teora General del Derecho La Dogmtica Jurdica Filosofa del Derecho Laws and Economics Antropologa Jurdica

14 18 18 20 21 21 21 22 22 23 24 25

HCTOR RAL SANDLER

CAPITULO IIITIPOS DE PRODUCCIONES JURDICAS

Elitinerario hacia la monografa jurdica Produccin Producciones instrumentales o intermedias Producciones finales y de divulgacin

27 28 28 32

CAPITULO IVCONOCIMIENTO OBJETIVO, FUENTF;S Y REGISTRO DE INFORMACIN

El crecimiento del conocimiento objetivo y sus problemas Fuentes 1. Internet y la Web 2. El equipo 3. Sitios y pginas 4. La bsqueda 5. Correo electrnico 6. Informacin Registro de informacin L Fichas Bibliogrficas 2. Reglas sobre el autor o autora 3. Reglas sobre el titulado 4. Reglas sobre el pie de imprenta 5. Reglas sobre informacin bibliogrfica 6. Fichas Hemerogrficas 7. Fichas Electrnicas Anexos de Captulo IV Buscadores, directorios y listados con informacin jurdica Ejemplo del portal de una pgina encontrada con un buscador .....

37 39 41 42 42 43 43 44 45 46 46 46 46 47 49 52 54 54 60

CAPITULO VFICHAS DOCUMENTALES

Introduccin Funcionalidad estructural de las fichas documentales La singularidad y la fungibilidad de las fichas documentales Estructura formal de las fichas documentales Distintas clases de fichas documentales Algunas recomendaciones finales

61 62 63 64 65 68

NDICE

XITI

CAPTULO VITCNICAS PARA LA REELABORACIN DEL MATERIAL DOCUMENTAL

Tcnicas de reelaboracin La trascripcin El resumen La sntesis La Sinopsis y grficos conceptuales Algoritmos conceptuales

71 73 74 75 76 79

CAPITULO VIIPLAN DE TIABAJO PARA HACER UNA MONOGMFA

Etapas del plan de trabajo L Eleccin del rea temtica 2. Eleccin de la zona temtica 3. Bsqueda de las fuentes de informacin 4. Comprensin del tema 5. Eleccin del tpico principal 6. Primera seleccin bibliogrfica 7. Redaccin de las fichas de Identificacin 8. Elaboracin del primerboceto Esquema lgico del Plan de Desarrollo La cuestin de la "hiptesis" Pasos en la construccin de un modelo terico segn Mario Bunge Reajuste del modelo. Eventual correccin o reemplazo del modelo 9. Iniciacin de la lectura metdica El orden de la lectura 10. Preparacin del material 11. Comparacin del material preparado con el boceto 12. Diseo del Plan de Desarrollo 13. Complemento de la lectura metdica 14. Armado del material 15. Redaccin del borrador 16. Sometimiento del borrador a una supervisin 17. Ajustes 18. Redaccin final del trabajo

82 84 85 85 86 87 88 89 89 90 92 94 95 96 98 99 99 100 101 101 101 102 102 102

XIV

HCTOR RAL SANDLER

CAPTULO VIIISECCIONES ESPECIALES DE UNA MONOGRAFA

L

La BibUografa Introduccin Propsitos de la bibliografa Reglas bsicas Formas de exponer la bibliografa Bibliografa anotada Disposicin de la bibliografa IL Las notas Propsito de las notas Forma de las notas El contenido dlas notas Posicin de las notas 111. ndices Procedimientos para hacer ndices onomsticos, temticos y analticos IV Abreviaturas y locuciones V Locuciones de uso frecuente en derecho Ejemplos de abreviaturas Bibliografa

105 105 105 106 107 107 108 108 109 110 111 112 113 115 115 116 121 127

C M O HACER UNA MONOGRAFA EN DERECHO

CAPTULO 1MONOGRAFA, INVESTIGACIN Y ENSEANZA SUPERIOR

La tarea de hacer una monografa y el ambiente cultural A la luz de la experiencia los estudiantes de la carrera de Derecho encuentran en la actualidad escollos casi insalvables para redactar una monografa jurdica, entendido el trmino con el sentido que se le asigna en este trabajo. No es menos difcil la tarea para los egresados de la facultad que ya poseen su ttulo, incluso para aquellos que dedican parte de su actividad a la enseanza en esta casa de estudios o que se aplican a la investigacin. De hecho, en relacin al gran nmero de estudiantes y egresados en los ltimos aos, es nfima la cantidad de profesionales, profesores e investigadores que han afrontado la tarea de producir una monografa, y dentro de esa pequea cantidad, no todos aportan un conocimiento novedoso o singularmente valioso. Las razones de tal escasez de trabajos monogrficos son muchas y no pueden ser todas tratadas en esta oportunidad. Pero corresponde echar un vistazo a tan generalizada dificultad, la que se aprecia de manera significativa a la hora en que cursantes de maestras y doctorados deben cumplir con el requisito de redactar su tesis profesional. El propsito de este libro es proponer algunos recursos prcticos para ampliar el nmero de estudiantes que mediante la prctica de un aprendizaje ms activo, puedan en su momento redactar una monografa sobre alguna de las reas de la ciencia del derecho. Pero no puede abordarse directamente ese fin sin hacer un breve examen de las causas ms notorias que dificultan esa tarea. Cualquier respuesta a la pregunta "Cmo hacer una monografa en Derecho"? que d por supuesta plena posibilidad de hacerla salvo la falta de dominio de algunas tcnicas est condenada al fracaso por no tener en cuenta el ambiente en que el trabajo debe ser hecho. Toda propuesta sobre mtodos prcticos para hacer determinada cosa supone que la nica traba o impedimento es el desconocimiento de las tcnicas adecuadas para hacerla. No es este el caso en el tema que nos ocupa. Sostener de entrada que en las actuales condiciones es prcticamente imposible que los estudiantes, e incluso lo egresados, hagan una monografa, y sin embargo, se escriba una obra sugiriendo tcnicas y recursos para poder hacerla, parece contradictorio. Pero no lo es si se confa en que el hacer patente las exigencias que reclama tal trabajo, puede obrar como esti-

HCTOR RAL SANDLER

mulante para cambiar el estado de cosas que hoy tornan poco factible esa actividad. La profusin y habitualidad de trabajos monogrficos como se ver ms adelante plantea exigencias curriculares que, si se cumplen a pleno, repercuten en el estilo del conocimiento del derecho, y este estilo, a su vez, puede incidir fuertemente en la configuracin, no slo del derecho positivo sino, por aadidura, en la de los distintos rdenes de vida que se dan en una sociedad humana, ya que en amplia medida estn jurdicamente regulados. Hoy por hoy, la carrera jurdica no goza del prestigio social que gozaba en otros tiempos. En un mundo moldeado por productos artificiales fundados en los conocimientos generados por las llamadas ciencias duras y una dominante concepcin del mundo que privilegia la perspectiva econmica, se tiende a considerar al derecho como algo puramente instrumental, al servicio de los fines que aquella realidad y esta concepcin imponen. En tal ambiente si no se reacciona contra tales tendencias el derecho se debilita en su funcin de ser un patrn inspirado en valores espirituales superiores a los meramente utilitarios. En la actualidad, en el campo del saber jurdico, ocurre justo lo contrario a lo que la sociedad requiere para un mayor bienestar de sus miembros. El conocimiento del derecho, en lugar de desarrollarse en vista a corregir los fracasos en que incurren el orden econmico y el poltico (originados por los efectos tcnicos de las ciencias de lo material y el clculo crematstico), cede ante esas tendencias y se acomoda a las nuevas circunstancias. La ciencia del derecho misma resulta contrahecha y el mayor esfuerzo en este campo parece aplicado, de propsito o por ingenuidad, a legitimar las imposiciones de aquellas fuerzas. Si ese es el sesgo que domina en el pensar terico jurdico, no debiera asombrar que en el campo de la prctica, los abogados parezcan ser mucho ms tcnicos en el mantenimiento del aparato y sistema social imperantes, que ilustrados hombres, poseedores de un conocimiento que los habilite para imaginar el derecho que debe regir para beneficio de los individuos y la comunidad.

Universidad de masas La "especial dificultad para producir una monografa sobre temas de derecho" es efecto de varias causas, muchas de las cuales exceden por completo a lo que es competencia de una Facultad. Sin embargo hay otras que s se ubican en la esfera de su competencia y todo aqul que ejerce la docencia, las puede identificar con cierta facilidad. A modo de ejemplo, recordemos lo mucho que se ha criticado (y se critica) el sistema de enseanza tipo "clase magistral". Este sistema en otro tiempo y circunstancia tena cabal razn de ser. El ilustrado profesor de antao dictaba su curso a un grupo que por excepcin exceda una decena de estudiantes, formando con ellos una sincera comunidad pedaggica. En esas condiciones la clase magistral no obstaculizaba la emergencia de la singular personalidad de cada participante. Este sistema domin formalmente en la Universidad hasta comienzos del

C M O HACER UNA MONOGRAFA EN DERECHO

siglo XX. En el libro donde registra sus memorias Mis primeros octienta aos el Dr. Repetto recuerda que el total de estudiantes de medicina era de veintiocho estudiantes. No deban ser mucho ms los alumnos del Dr. Jos M. Terry en 1898 cuando inaugur, en nuestra Facultad, con un singular y provocativo discurso la ctedra de Finanzas Pblicas (Folie, Luis A, y Biedma M. Carlos, Finanzas. Apuntes taquigrficos, BuenosAires,1898). Predominaba una enseanza universitaria personalizada. Esos tiempos han terminado. No slo en nuestro pas sino en muchos otros del mundo. "Hubo un tiempo dice Eco en que la universidad era una universidad de lite: salvo raras excepciones, los que estudiaban disponan de todo el tiempo que necesitaran. La universidad estaba concebida para dedicarse a ella con calma: cierto tiempo para el estudio y cierto tiempo para las sanas diversiones. Las clases eran conferencias prestigiosas, y a continuacin los estudiantes ms interesados se apartaban con los profesores y los ayudantes en seminarios separados de diez o quince personas como mximo. Pero la universidad italiana es hoy da una universidad de masas" (Eco, 2002) (1). El acceso a la carrera sin ms requisito que el haber cumplido el ciclo de enseanza secundaria, la conviccin general en la poblacin de que es necesario contar con un ttulo universitario para intentar lograr una mejor posicin social y sobre todo econmica, fueron dentro de nuestra sociedad dos fuertes impulsos para expandir el orbe universitario. Estos impulsos necesitan urgente explicacin en un pas que como el nuestro la aglomeracin metropolitana viene a la par con un territorio carente de poblacin. En cuanto a la popularizacin de la enseanza superior en s, no es de ningn modo negativo, si no por el contrario lleva a pensar que ha de favorecer el desarrollo cultural general y el florecimiento intelectual de individuos mejor dotados. Pero ella ha de verse como un problema si ocurre en un contexto social en que se tiene alta estima a diplomas y ttulos y muestra poco aprecio por el efectivo saber. Esta sobre valoracin en la esfera educativa y social de lo aparente (el ttulo) junto con un visible menosprecio por el "saber capaz de solucionar problemas reales", hace sentir sus efectos en todos los rdenes de la vida, en especial en lo econmico y en lo poltico. Que la gente de nuestra sociedad se dirija al recolector de basura o pen de servicio llamndolo, en forma coloquial "maestro", no es independiente a que los gobiernos democrticos sean tan renuentes a aumentar los recursos financieros aplicados a lo estrictamente docente. Estos fenmenos tienen profundas races espirituales y materiales que, finalmente, conducen a la masicacin de la enseanza superior. Algo muy distinto a la popularizacin de la educacin.(1) No en todo el mundo es as. Eco reconoce que "aun lioy en muclias universidades norteamericanas un curso no tiene ms de diez o veinte alumnos" como as tambin que en Oxford un tutor de tesis de investigacin tiene un grupo reducidsimo de estudiantes. En lo que a mi respecta puedo decir que en 1982 en la Universidad del Estado de New Mxico (Alburquerque, EE.UU.), tena dos cursos: uno con cinco y otro con doce alumnos. Esta "singularidad" de los pases de habla anglosajona no debe ser tomada a la ligera, como una peculiaridad de la "raza" o algn otro mito semejante. Es un hecho y como tal debiera impulsar , en especial a los hombres de derecho, a investigar las estructuras jurdicas extra-educacionales que contribuyen a tan peculiar efecto acadmico y a la masicacin en nuestros pases.

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Muchos cambios, poco cambio La masificacin social y la de la educacin superior frustraron los viejos ideales reformistas de 1918. As, a modo de ejemplo, pese a las recias y continuas crticas a la clase magistral, a la proposicin de modelos de enseanza alternativos a ese sistema, sosteniendo un principio por completo opuesto, en cuanto se pretende que el proceso educativo consista en la actividad del estudiante, obrando el profesor tan solo como su maestro o gua intelectual, pese a todo esto, el sistema de clase magistral sigue de hecho dominando en las aulas de la universidad argentina y, por cierto, en las de la Facultad de Derecho. Muchas medidas se han tomado para lograr la vigencia del aprendizaje activo. Se cambi la duracin de la clase, aumentndola de 45 a 90 minutos (para que los estudiantes pudieran "trabajar" en el aula con el docente) ; se reestructuraron jerarquas y cargos docentes, crendose as y entre otros, el de Jefe de Trabajos Prcticos y Ayudantes; se llevaron a cabo fuertes reorganizaciones administrativas reemplazando al antiguo sistema de "ctedras" por el de Departamentos; se modificaron una y otra vez los planes de estudio, tratando de orientarlos de modo consistente con la pretensin del sistema basado en una mayor actividad del estudiante. Se han creado departamentos especiales para instruir a profesores en la metodologa adecuada. Todo esto y bastante ms, que no es poco, no ha conseguido sin embargo, en la prctica, eliminar como sistema dominante a la clase magistral, cuya esencia consiste, en las actuales circunstancias, en que slo el docente tiene la efectiva posibilidad emprica de profundizar su saber. Los dems, esto es, aquellos para quienes todo este aparato ha sido montado los estudiantes adquieren un rol pasivo. Estos efectos reales apenas resultan atenuados con labores ocasionales encomendadas a los estudiantes en algunos cursos o con prcticas adjetivas al conocimiento sustancial (2).

Disgregacin de la comunidad pedaggica Hay otro aspecto de la comunidad pedaggica actual al que no se le presta la debida atencin cuando, a nuestro juicio es de gran importancia en el mbito del derecho. Las innovaciones orgnicas relacionadas, implantadas en la facultad, sin proponrselo, prcticamente han destruido una de las bases de la comunidad pedaggica. Para que exista tal comunidad deben darse relaciones de hermandad o fraternidad entre sus integrantes. La masi-

(2) Corresponde aqu aclarar que hay muchos profesores que se las ingenian para salir del sistema "clase magistral" con gran esfuerzo y no siempre con el debido reconocimiento. Un caso, este registrado en los anales de nuestra Facultad, es el que expuso el profesor Dr. Rabinovich, quien en su momento, practic con sus alumnos "nuevas tcnicas para la enseanza de la Historia del Derecho" para suplir la clase magistral. En cuestionarios practicados alfinalizarel curso, la respuesta de los estudiantes fue abrumadoramente positiva. En cambio segn relat el profesor un jurado para concursos al que posteriormente inform sobre aquellas innovadoras tcnicas, "las descart de modo terminante y expreso". Comunicacin de Ricardo David Rabinovich en Jornadas de Profesores de Derecho, Asociacin de Docentes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 2001, p. 171 y siguientes.

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ficacin por s sola destruye esas relaciones porque imposibilita la emergencia de la personalidad individual. Pero a esta masificacin, la organizacin establecida ha reforzado el anonimato recproco entre los asistentes a la facultad. Los estudiantes asisten a distintos grupos segn las clases y horarios; pero no son miembros de una determinada promocin. Ni siquiera llegan a ser "compaeros" en la comisin a la que asisten. Rara vez conocen el nombre de sus profesores reales (personas distintas a las que son responsables de la ctedra o la comisin) y por cierto sera un milagro que el profesor legal conozca a sus estudiantes. En consecuencia los maestros no tienen discpulos, ni hay discpulos que veneren a su maestro y son entre ellos condiscpulos. Qu importancia tienen estos hechos? Mucha. Se cancela un elemento primordial para la existencia de una efectiva comunidad pedaggica: los sentimientos de amistad, palabra con raz comn a la de "amor". Aun no se ha evaluado de modo claro cunto afecta al orden jurdico de una sociedad, que los estudiosos de su derecho lo aprendan en una vida universitaria emocionalmente seca. La enseanza de lo especficamente tcnico, de manera tcnica, es tan corriente, que a muchos ha de parecer extrao que se invoque aqu como una falencia la falta de cultivo y ejercicio de los sentimientos y del amor al prjimo universitario. Con esta poda emocional se hace difcil acatar la recomendacin del poeta alemn Schiller para adquirir un efectivo conocimiento; "Pensar sintiendo y sentir pensando" (Schiller, E, La educacin esttica del hombre, Buenos Aires, Espasa-Calpe,1991). La desaparicin permanente de la "promocin" y la "comisin", como grupos de pertenencia, no es algo decisivo, pero sin duda ha contribuido a "enfriar" la calidez de la enseanza, a desconocer el goce por la posesin del libro propio, no tener en cuenta la importancia de lo emocional y del cultivo del amor en la comprensin y el desarrollo del derecho. No debiramos asombrarnos tanto por que la" dea de justicia", abstracta y algebraica, haya sustituido cuando se la considera como un tpico jurdico al fino sentido espiritual de justicia sin el cual es harto difcil establecer y mantener vivo al derecho. Todos estos son hechos que estn a la vista, que obran como factores generadores de costumbres que embotan la espiritualizacin de los individuos y de la sociedad. Es la progresiva degradacin de lo que Pascal llamara el espritu de fineza, la fuente de groseros modos de vida, no slo en la Facultad sino en todo el mbito social, desde el pobre uso del lenguaje al modo de vestir. En cierta forma, recientemente, el actual Rector de la Universidad de Buenos Aires, Profesor Jaim Echeverry, lo ha reconocido al revalorizar la importancia de ejercitar la memoria como recurso para afirmar la sensibilidad humana (Revista La Nacin del 26 de Enero de 2003). Se puede, acaso, sin ese refinamiento apreciar cosas tan sutiles como lo justo, lo bueno y lo bello, preferir la verdad a la mentira y distinguir lo sano de lo corrupto? Son las falencias descritas las que ponen al egresado de la Facultad de Derecho frente a la dramtica opcin que con estas palabras describiera el maestro Arturo Orgaz; "El abogado puede hacer de la abogaca la ms noble de las profesiones o el ms vil de Ips oficios". La ms noble, si

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acta para concretar la Justicia en este mundo. El ms vil de los oficios, porque todo su saber tcnico pasa a ser mera artimaa para obstaculizar la concrecin de la Justicia. Desequilibrio en la relacin enseanza/aprendizaje Como se ha dicho, en el sistema de la clase magistral solo uno cuenta con la posibilidad de acrecentar de modo firme sus conocimientos: el docente. Por ello sobre l recae, a veces de manera fatigante, la total responsabilidad de dominar alterna de acuerdo al nivel del conocimiento objetivo publicado a ese momento. El resto, los estudiantes, son su auditorio y de hecho su actividad principal consiste en ser meros lectores de sus engorrosos apuntes, tomados apresurada e incmodamente en clase; lectores de fragmentados textos fotocopiados de libros cuyos originales posiblemente jams han visto ni vern, y, con suerte, lectores de algn libro de texto obligatorio. Debiera llamar ms la atencin un hecho que puede tenerse por paradjico: mientras la Facultad se distingue por la calidad intelectual del claustro de profesores, es cosa comn el or de ellos mismos reiteradas quejas por la baja calidad de los conocimientos de los estudiantes. Esta falla se atribuye, generalmente, a la pasividad de los alumnos, a quienes se los considera en general con razn mucho ms interesados en obtener el ttulo profesional que un adecuado nivel de conocimiento que lo respalde. Cualquiera puede ver aqu un fuerte desequilibrio entre la operacin de enseanza y la de aprendizaje. Dominar tcnicas que posibiliten el intento de hacer una monografa, aunque insuficiente, es un paso importante para establecer un mayor equilibrio y una reunificacin entre ambas actividades. Pero prstese la debida atencin a la diferencia entre el "enterarse" de la existencia de tales tcnicas y el "dominarlas". La misma que media entre conocer las reglas de un idioma y dominarlo. Es importante reconocer esta diferencia porque este libro junto con otros muy buenos que se citan en la bibliografa puede servir para informarse sobre tcnicas para hacer una monografa; pero slo ser til a aqul que las "aprenda". En otras palabras, as como para saber derecho civil no basta leer el Cdigo Civil, sino que hay que estudiarlo, del mismo modo el estudiante que quiera aprender las tcnicas de investigacin para poder hacer una monografa debe estudiar ste y otros libros como si fuera una asignatura. En este sentido, la Facultad debe organizar los planes de estudio con atencin a esta advertencia. Conocer o dominar tcnicas de investigacin? Muchos profesores y no pocos alumnos conocen, total o parcialmente, tcnicas para una investigacin documental e incluso de campo, necesarias para producir alguno de los trabajos propios de toda investigacin. Hay dos razones por las que ese conocimiento, que slo algunos poseen por haber hecho cursos especiales con ese fin, carece, sin embargo, de utilidad. La primera es la subsistencia en la prctica del sistema "clase magistral". Se conocen ciertas tcnicas, pero ellas son de espordica aplicacin. En consecuen-

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cia no se adquiere destreza en su empleo. La destreza es la habilidad para hacer algo de modo casi automtico. Alguien puede conocer las reglas de un juego deportivo y, sin embargo, ser muy poco diestro en su prctica. En ese sentido la falta de destreza es general entre los estudiantes. La segunda razn es que, aun disponiendo las cosas como para adquirir esa destreza, las tcnicas de investigacin aconsejadas en la mayora de las obras que circulan sobre esta materia, las describen de modo demasiado general y no destacan los problemas que plantea la investigacin de la compleja realidad social a la que alude la ambigua palabra "derecho" (3). Esta ltima razn hace plausible la convocatoria invitando a escribir sobre esta cuestin y justifica la redaccin de este trabajo. Un mayor reconocimiento del amplsimo campo que abarca "lo jurdico" como asunto a investigar, la importancia de estas investigaciones, no slo para el profesional, sino en especial para toda persona adulta si se pretende mejorar las condiciones de vida en nuestra sociedad, por una parte, y por la otra, el tomar clara conciencia que toda "monografa" es un producto intelectual de envergadura, es decir, que para llevarlo a cabo se requiere previos entrenamientos mediante la realizacin metdica de otras producciones ms sencillas, puede estimular a profesores y estudiantes a actuar para atenuar el desequilibrio que entraa el sistema de la clase magistral. En este sentido, pese los obstculos descritos, puede abrigarse la esperanza en hacer efectivo un ideal, muchas veces predicado y pocas logrado: que e aprendizaje consista sustancialmente en actividades productivas del estudiante bajo la sabia gua del profesor. Los edificios deben ser edificantes Debemos ser conscientes que existen muchos otros obstculos para lograr una enseanza centrada en la actividad de los estudiantes. Pinsese, por ejemplo, en lo impropias que son para el aprendizaje mediante la investigacin, las aulas de nuestra Facultad. De hecho su arquitectura inhibe el uso de este sistema. La actual disposicin edilicia conduce como por un brete a la clase magistral, aunque no haya ningn magster. De un lado, el expositor junto al escritorio, desde el cual "dicta" su oportuna leccin; del otro un nmero excesivo de estudiantes sentados en una serie de incmodos bancos en sucesivas filas, muchas veces apretujados por la falta de espacio. Al frente y a gran distancia del auditorio, un minsculo pizarrn que apenas permite trazar unas lneas. Tal disposicin convierte a los asistentes en algo mucho peor que meros oyentes o espectadores, pues es tm orden material de cosas propicio a la masificacin de lo que debiera ser una comunidad pedaggica, pues anula el ejercicio de la singular personalidad de todos y cada uno. No negamos toda utilidad ala clase magistral, en alguna ocasin, insustituible. Lo que afirmamos es que con esta arquitectura y disposicin de comodida-

(3) Hay excepciones que confirman la regla, como el trabajo del profesor de esta casa Fermn Pedro Ubertone y el artculo de Virginia Cruz Ceballos (ver Bibliografa).

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des, no hay lugar para otra cosa que el sistema de clase magistral, aunque como dije no sea precisamente un maestro el que la dicte. Las puertas hacia la investigacin tarea en las que se es actor para aprender quedan casi clausuradas. La ciencia y la educacin son fenmenos espirituales Esta malsana tradicin debe ser modificada, aunque hacerlo no sea cosa fcil. Cambios de esta clase demandan un enorme, compartido y sostenido esfuerzo. Un largo camino. Pero por largo que sea el camino, recorrerlo exige siempre un primer paso y ste slo se dar si en profesores y estudiantes ocurre un cambio espiritual, una nueva actitud para el proceso que comparten. Una sincera disposicin de nimo que los incite a ponerse ante s mismos otras exigencias. Los cambios relacionados, de organizacin, de planes y de prcticas antes enumerados, por ms importantes que sean, prueban que tales disposiciones externas solo cuentan para los papeles. No alteran la profunda realidad de la experiencia educativa porque sta requiere un cambio en lo ntimo de sus actores. Es hora que se comprenda que la ciencia y la educacin son fenmenos espirituales. Si el espritu de los integrantes de la comunidad universitaria no cambia, el orden positivo de la vida universitaria, en el aspecto que nos interesa despertar y afirmar el afn de investigacin continuar tal cual lo vemos en la actualidad. En tales condiciones la tarea monogrfica no cumple con el sentido que debe satisfacer: incrementar el conocimiento. Estas reflexiones introductorias y las sugerencias para redactar una monografa que se harn ms adelante, de ninguna manera pueden sustituir a ese impulso espiritual, base de toda tarea de investigacin. Este cambio es de exclusiva competencia de los propios involucrados en el proceso de "enseanza y aprendizaje". Tcnica de investigacin y concepto de ciencia jurdica Visto los obstculos relacionados, cabe esta pregunta final: Vale la pena presentar una serie de recomendaciones para redactar monografas en derecho, cuando se dan tantas circunstancias adversas a ese logro, las que incluso reclaman un cambio profundo de actitud espiritual en gran parte de los destinatarios de tales sugerencias? La respuesta es s. Un manual de tcnicas para llegar a hacer ese tipo de trabajo no bastar por s solo para cambiar el estado de cosas. Despus de todo, como se puede ver a lo largo de este trabajo y en la bibliografa, no faltan manuales que explican tcnicas para redactar tesis y monografas. Sin embargo, no abundan los que tienen a la vista como objeto de investigacin al derecho y aquellos que lo hacen, no se han detenido en detallar la variedad de conocimientos que pueden englobarse en la expresin "ciencia del derecho". Sin un esclarecimiento sobre este punto no se ve que esta ciencia versa sobre objetos muy distintos, con lo que no se toma conciencia que una distinta calidad de objetos a conocer reclama diversidad

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metodolgica. Dicho en otras palabras, un manual de tcnicas de investigacin del derecho tiene que comenzar por delimitar qu se entiende por "ciencia del derecho" y las peculiaridades del derecho como objeto a investigar. Esto no carece de significacin para el modo de ordenarse una sociedad humana. Lo que llegue a ser el derecho en una sociedad moderna depende en alto grado de lo que se tenga por conocimiento jurdico. En la actualidad en nuestro pas, como en muchos otros, prevalece la idea que conocimiento jurdico, o ciencia del derecho, es el saber sobre normas y los sistemas que ellos presentan. Esta generalizada idea no es inocua. Ella mina la conciencia social sobre la importancia del derecho como regulador de la vida humana. Estamos frente a un crculo vicioso: una falsa idea de lo que es el derecho conduce a la formalizacin de un derecho incorrecto y el establecimiento de un derecho incorrecto refuerza aun ms el falso conocimiento de ese principal rgano del organismo social. Es muy difcil afrontar nuestros problemas de orden social con un derecho incorrecto sostenido por una falsa idea de lo que debe ser la ciencia del derecho. Este circulo vicioso slo puede romperse con nuevas perspectivas en la tarea de la investigacin y enseanza del derecho. Desde este punto de vista la redaccin de un libro que sugiera tcnicas de investigacin al menos en el caso de este libro no ha de verse slo como un recetario tcnico para facilitar la investigacin, sino como la proposicin de investigar lo jurdico de modo y manera que desarrolle una ciencia del derecho de nuevo estilo y ms vasto alcance, que formalice un bagaje de conocimientos tales que por mera publicacin favorezca las transformaciones sociales que nuestro pas requiere.

Ciencia del derecho y responsabilidad social de los intelectuales La tecnificacin del conocimiento jurdico ha facilitado que otros especialistas en aspectos positivos de la sociedad hayan ocupado el lugar antes cubierto por los estudiosos del derecho. Los abogados como meros tcnicos, dejando de lado talentos personales slo pueden funcionar como amanuenses de economistas, politlogos y otros tcnicos de lo social. En no pocas ocasiones se ha visto que tales tcnicos en derecho brindan su conocimiento para que otros violen lo que los hombres comunes, sin mayor instruccin, sienten como "derecho". Esto suele atribuirse a fallas morales. Sin perjuicio que en ciertos casos los males sociales se deban a la floja moral de gobernantes y gobernados, en verdad algo ms grave es lo que ha ocurrido. Por distintas causas que no podemos analizar aqu, el valor ms inferior en cualquier escala axiolgica la utilidad se ha convertido en el valor rector en las concepciones de vida imperantes en las diversas sociedades. Esta inversin de los valores no es inocua para la vida de los hombres, pues oscurece la inteligencia individual y social necesaria para discernir entre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo recto y lo incorrecto, lo sano y lo enfermo. Bajo la plausible bandera de la tolerancia, se propaga un

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relativismo axiolgico, el que paradjicamente acaba por exigir que la fuerzano importa su fuente o su finalidad sea tenida por principal fundamento de la ley positiva. Esto lo puede ver cualquiera que quiera verlo en un asunto tan importante para la vida social y la libertad de los hombres como es el sistema de recursos del Estado (Sandler, 1999). Cuando la pura fuerza encapsulada en procedimientos legales se tiene como tinico fundamento de la ley, la idea de igualdad subsiste como idea abstracta, la justicia deja de concretarse en los hechos y las libertades bsicas son abiertamente conculcadas. Entonces resuena un clamor impreciso, pero general y estridente, reclamando el respeto por los "derechos humanos", "los derechos fundamentales", "los derechos existenciales" y otros semejantes, sin que se atine a presentar el modo en que funcionen como efectivos fundamentos del orden social. Tales reclamos revelan que rigen leyes formalmente vlidas, pero materialmente incorrectas. En la poca contempornea la alianza entre el poder poltico y los poderes econmicos son una realidad que domina al panorama social. Esta alianza tiende a hacer cesar al derecho como el recurso humano para lograr la igualdad, la libertad y la fraternidad entre los hombres. En la medida que se tenga como derecho al puro ordenamiento legal, ste pasa a ser mero instrumento de intereses, y por lo tanto instrumento de sutil y a veces de grosera dominacin de algunos pocos sobre todos los dems. En este acontecer contemporneo puede existir una grave responsabilidad, por accin u omisin, de la clase intelectual (Sandler, 2001). Una responsabilidad que no puede ser cumplida si slo se posee un saber sobre la ley positiva, o se piensa desde fuera del campo jurdico que derecho y ley positiva son lo mismo. El conocimiento jurdico pleno exige conocer los fundamentos mismos de un orden social conecto, consistente con la dignidad de la persona, que sirva de patrn orientador a la hora de imponer leyes y dictar sentencias. Slo asilos intelectuales como clase instruida comprendern su obligacin de participar en la configuracin del derecho positivo, como as tambin a ser ms prudentes a la hora de dar diagnsticos y consejos que tanto influyen en la gente comn sin ms autoridad que cierto prestigio ganado en campos ajenos a lo jurdico. Pero si bien esta responsabilidad alcanza a todos los intelectuales, son los juristas, los cultivadores del saber sobre el orden jurdico, los primeros responsables en echar luz sobre estas hondas cuestiones. La cuestin de la "responsabilidad social de la clase intelectual" es en la actualidad motivo de creciente preocupacin. En la reunin celebrada en la localidad cordobesa de Huerta Grande, convocada a iniciativa de la Universidad Nacional de Crdoba, en la que participaron ms de 500 personas, 40 de ellas rectores de universidades de Argentina, Uruguay, Brasil y Espaa, para analizar los efectos del proceso de globalizacin en la cultura, la cuestin latente segiin el editorial de La Nacin fue bsicamente la relacin que hoy se plantea entre la educacin y el mercado. En rigor, entre el orden cultural y el orden econmico. Mientras el primero emerge como expresin

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del libre espritu humano, el segundo como una necesidad impuesta por la materialidad del cuerpo fsico. En la actualidad el orden econmico mundial ha evolucionado de tal forma que impone sus patrones utilitarios sobre todo otro valor de la vida individual y social. Dejando de lado el confuso uso de trminos que tienen preciso sentido (orden econmico, mercadoy mercantilismo son cosas distintas), acierta el editorialista de La Nacin al escribir que "en Huerta Grande se sealaron los riesgos de una enseanza subyugada al mercantilismo y, por lo tanto, la necesidad de preservar una visin de los objetivos de la educacin coherente con las expectativas de los pases y sus sociedades" (La Nacin, 17 de enero de 2003, p.l8, 2^ editorial). Mucho se podr discutir en torno a este gran problema y no menos lo que se pueda sugerir. Pero tngase la conviccin que poco se lograr sin un derecho correcto. Pero el oportuno y eficaz diseo de ste depender del sesgo de la enseanza superior del derecho. Del dominio serio de ciertas cuestiones sociales bsicas necesarias para gozar de una buena perspectiva lege ferenda y de poseer tambin, una adecuada conceptualizacin del derecho y la economa, consistentes ambas con la realidad trimembre del ser humano (Sandler, 1999 y 2001). Un compromiso de nueva poltica educativa Una ltima razn de peso para publicar un manual de tcnicas como el que aqu se presenta, son las manifestaciones pblicas de importantes autoridades de la Facultad de Derecho favorables a la enseanza activa. Segn stas es propsito del gobierno tripartito de la Universidad de Buenos Aires, en particular de la Facultad de Derecho, llevar adelante una "actualizacin curricular" de la carrera que cursan casi 30.000 alumnos. "La idea no es cambiar la estructura del programa, sino renovar el modo de enseanza, rediscutir la pertinencia deias actuales orientaciones, introducir mecanismos no presenciales para incrementar la carga horaria y ampliar los conocimientos bsicos", como as tambin "fortalecer la formacin bsica y general de los abogados en disciplinas no jurdicas, como ciencias polticas y sociologa". Segn la encuesta realizada recientemente "hay poca enseanza prctica, que aparece divorciada de la teora y no se integran las tcnicas de investigacin a las clases" (Gonzalo lvarez, Secretario Acadmico, la itlica es nuestra). De la encuesta surge que el 71% de los alumnos consider que las clases son siempre magistrales tericas, y si bien esta opinin la comparti, al parecer, slo el 43.9 % de los profesores, es indudable que aunque fuera esta la opinin vlida, las cifras son elocuentes en mostrar que la enseanza activa tiene poco rol en la actualidad. En este sentido es muy ilustrativo que el Decano Alterini piense que "la formacin prctica no significa aprender las tcnicas del ejercicio de la profesin, sino que se refiere a una manera particular de ensear los contenidos" (Afilio Alterini, Decano, La Nacin, 15 de enero, 2003, La UBA hace autocrtica y se propone actualizar la carrera de Derecho, p.8. Texto en cursiva, nuestro). Estas declaraciones muestran que la cuestin de contar con manuales instructivos para que la investigacin del derecho sea

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centro de un aprendizaje activo, se presenta como algo inevitable, bien por apelarse a la educacin a distancia, bien porque se realicen talleres o seminarios para adiestrar a los estudiantes para la investigacin. Estas decisiones deben vincularse a la anunciada rediscusin sobre la "pertinencia de las orientaciones". Este asunto est estrechamente vinculado por lo expuesto ms arriba a la cuestin de la responsabilidad social de quienes cultivan el conocimiento del derecho. Las actuales orientaciones son puertas hacia alguna especialidad, pero desarrolladas desde la perspectiva lege data, o sea desde el ngulo de la dogmtica jurdica, punto de vista que persiste, quiz acentuado, a nivel de postgrado. Si se pretende que los egresados de la Facultad de Derecho si no todos, al menos algunos estn en efectiva condiciones de responder segn una" responsabilidad social fuerte ", o sea la de actuar desde el punto de vista lege ferenda deben conocer al derecho como un ordenador de rdenes no jurdicos y sus relaciones con los fundamentos de los dems rdenes que se dan en la realidad. Esta carrera exigir conocimientos distintos de la dogmtica, para poder comprender no slo los problemas que se presentan en los distintos rdenes susceptibles de ser regulados jurdicamente e imaginar la legislacin que convenga al orden en cuestin, sino, adems, ser concientes de los lmites del derecho como ordenador social para evitar la inflacin legislativa que tanto dao causa al derecho y a la vida en sociedad.

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CAPTULO IILA CIENCIA DEL DERECHO REVISADA

Desde la perspectiva formal, una monografa jurdica es una exposicin escrita metdicamente desarrollada sobre un tpico perteneciente al vasto y complejo espacio de la realidad humana llamado "derecho". Desde un punto de vista materialo de contenido supone la existencia de algn tipo de problema que el escritor trata de plantear de un modo ms correcto en comparacin a los que hasta ese momento se han ocupado de l, o esclarecer alguna de sus facetas e incluso, en algunos casos, proponer modificaciones en la esfera del ordenamiento lega! o el comportamiento judicial. Que sta sea o no una actividad estrictamente cientfica depende de lo que se entienda por ciencia. Por actividad cientfica en relacin a la investigacin jurdica no hay que ceirse al concepto positivista creado por y para las ciencias de lo material. Esto no importa tener por bueno cualquier discurso vacuo, sino que apuntamos a subrayar que en el conocimiento del derecho la lgica argumental tiene un decisivo lugar (Ghirardi, 1992). Hacer patente lo que estaba oculto; poner a la luz lo que no se vea, inventar algo nunca practicado o, en fin, lograr la armona social mediante una invencin legal, son todos resultados valiosos en el campo de la ciencia jurdica. Cualquiera de estos resultados pueden y deben ser considerados como descubrmientosy han de ser considerados cientficos en tanto son razonables productos de una investigacin metdica. No puede reducirse el conocimiento jurdico a lo que pretende cierta lnea positivista sostenida en las ciencias de lo material y, a veces, en las ciencias sociales. La ciencia del derecho no cumplira su cometido si adoptara un "mtodo que se cia a los hechos, que prescinda por completo de cualquier consideracin acerca de su bondad, de su valor o del deber ser", como alguno lo pretende para las ciencias sociales (Gibson, 1974). Refleja cierto conservadurismo atvico la tendencia a limitar como exclusivo objeto de las ciencias sociales, incluyendo al derecho, lo dado. Con agudeza se ha observado que en nuestra sociedad contempornea hay una gran aceptacin por los cambios materiales y tecnolgicos, "pero no encontramos la misma propensin a cambiar en lo que se refiere a nuestra actitud hacia los elementos intangibles". Mientras se reserva la laudatoria designacin de inventor para el que innova en lo material, aplicamos el trmino menos halageo de revolucionario al inventor de nuevas ideas para mejorar la estructura de la sociedad (Herskovits, 1982).

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Si bien este autor se refiere al conocimiento sobre las estructuras econmicas, su observacin es vlida para el conocimiento jurdico, una de cuyas funciones principales consiste en reordenar estructuras sociales existentes, porque su respectiva lgica interna, en ciertos casos o situaciones lmites, deja de funcionar o lo hace con dao para la sociedad. En tales casos suele recurrirse a la ley positiva para que el orden especial (cuestionado por conflictos privados) o el general (amenazado por conictos pblicos), sea ms satisfactorio. Pero si bien la ley dictada por el Estado se manifiesta como proposiciones escritas, stas pasan a valer como "derecho" por un acto de poder y, desde luego, dictadas por causa de un motivo dado (es decir, por algn problema a resolver). Estas son su base real. Pero el derecho reposa tambin en otra base, de naturaleza ideal, inexistente en la realidad: algn modelo de orden deseado, el que se espera lograr mediante la ley coactiva. El conocimiento de lo jurdico no puede entonces limitarse al positivismo normativo (conocimiento de las proposiciones legales existentes) ni al positivismo social (conocimiento de las estructuras sociales en las que emergen puntos de desorden o conflictos), sino que alcanza su complitud con la destreza en captarlas exj''e/cjasjdea7es que se le presentan al espritu del hombre en toda situacin que reclama una ley. Es el conocimiento necesario para imaginar con fundamento la solucin legal conveniente. Esta peculiaridad, por no decir exclusividad, de lo jurdico tiene que repercutir en la diversidad metodolgica que exige la ciencia del derecho, entendida en sentido amplio, y por consiguiente en la forma de abordar la tarea de hacer una monografa jurdica. Orden jurdico y ordenamiento legal Hemos caracterizado a la monografa jurdica como algo muy importante para el aprendizaje del derecho, pero lo hemos hechos de modo algo vago. Para tener clara conciencia de su importancia pedaggica, cientfica y social hay que visualizar la amplitud del derecho como campo a explorar, contemplarlo en su estructura tridimensional y en sus relaciones, no slo con el hombre y la sociedad, sino con toda la restante realidad del mundo. Esta contemplacin de un fenmeno que sigue a la sociedad humana como la sombra al cuerpo, es de gran necesidad en la actualidad, pues por causa de la expansin y el sesgo adoptado por las ciencias de lo material, con ms otros fenmenos sociales acaecidos a partir del siglo XVII, prevalece la tendencia a considerar slo como derecho al derecho positivado por el Estado. Lo que el Estado promulga y publicita mediante su vasto aparato organizativo es slo un sistema de proposiciones normativas, a las que hay que tener como una provisoria manifestacin de algo mucho ms profundo y complicado: el orden jurdico. ste es un especial orden de vida humano, de naturaleza real, engranado con otros rdenes de vida reales que se dan en la sociedad (ver grfico n 1).

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Hay una radical diferencia entre la situacin de un jurista actual, y otro que haya desplegado la misma actividad hace cien aos. El jurista de antao poda, prcticamente, disponer de todo el conocimiento oh}etivo de su poca en su biblioteca particular, incluyendo, desde luego la legislacin de su pas. Varias recopilaciones legales (que en ocasiones encerraban la labor legislativa de varias naciones y de muchos siglos) y los tratadistas fundamentales incluyendo alguna escasa innovacin, componan el conocimiento jurdico objetivo. Hoy, cuando la especializacin campea, es absolutamente imposible que un jurista posea todo el conocimiento jurdico objetivo ni siquiera el de su propio pas. Por cierto que no debe confundirse conocimiento con informacin. Gracias a Internet su biblioteca particular se ha extendido por todo el mundo. "La extensin de Internet y la difusin exponencial de su uso representa un salto cualitativo en el desarrollo de la revolucin tecnolgica informacional y del tipo de sociedad que induce, la sociedad red. Con Internet, las tecnologas de informacin transforman la comunidad entre personas y organizaciones, haciendo posible una red mundial interactiva para todo tipo de actividades y propsitos" (Manuel Castells, El puente entre la Galaxia Gutemberg y la Constelacin Internet, Fernndez Hermana, Luis A. 1998). Pero esta gigantesca posibilidad slo abre las puertas al conocimiento objetivo; adquirirlo es cosa distinta.

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Fuentes Entendemos aqu por fuentes de conocimiento aquellos lugares de donde puede ser extrado el necesario para escribir los trabajos de investigacin, en cualquiera de sus grados, y en especial una monografa. A los efectos de una breve descripcin y modos de acceso, las fuentes de conocimiento se pueden clasificar dentro de tres grupos: a) sitios fsicos en los que se encuentran documentos (Bibliotecas); b) el inmenso universo de informacin electrnica (Internet) y c) informantes sobre hechos e ideas (Personas). I Bibliotecas "Una biblioteca universitaria tiene muchos recursos tanto para el aprendizaje informal como para la investigacin formal" dice la profesora Walker (Walker, 2000). Esta afirmacin es lamentablemente mucho ms cierta para otros pases que para el nuestro, en el que la falta de provisin de libros por una parte y por la otra, la no devolucin, cuando no el robo de ejemplares, ha hecho de nuestras bibliotecas lugares de difcil acceso y precaria fuente de informacin(l). No obstante, pese a sus falencias, el estudiante de derecho en la ciudad de Buenos Aires, cuenta con las mejores del pas, como la de su propia Facultad estatal, la Biblioteca Nacional y la del Congreso Nacional. No es la misma para los del resto del pas salvo algunas pocas grandes ciudades. Para aprovechar al mximo esta fuente de informacin el mejor consejo es que el estudiante o investigador se "familiarice" con las bibliotecas ptjblicas. Esto es que conozca bien su sistema de funcionamiento, sus horarios, y especialmente sus existencias y saber si tiene acceso a Internet. Esto slo se consigue haciendo visitas regulares a la biblioteca seleccionada. Nunca descuide sus buenas relaciones con el bibiotecario, pues en principio al iniciar una investigacin, ms que buscar un libro, uno concurre para "hacer un catlogo", y el encargado suele conocer la mayora de las obras sobre el tema que buscamos.

(1) La experiencia vivida en las universidades dlos Estados Unidos, me permite destacar ms la insuficiencia de nuestras bibliotecas en el doble aspecto del acceso y la informacin. All estn abiertas incluso los sbados y domingos, prcticamente hasta medianoche y el propio lector recoge los libros que necesita previa lectura en el catlogo o fichero con un carrito como en los supermercados, para instalarse con los ejemplares en alguno de los tantos cubculos de lectura, que cierra tras entrar, y en el que adems de su escritorio, tiene pantalla para leer los microfilm. En cualquier momento puede dejar todo en su lugar, por ejemplo para salir a almorzar, regresando antes de que cierre la biblioteca. Dispone tambin de correo electrnico y acceso a Internet. La ciudad de Auburn (Georgia), tiene apenas algunos miles de habitantes, pero la biblioteca de su universidad la que he descrito tena por ese entonces (1990) unos tres millones de ejemplares.

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Dentro del rubro "biblioteca"aunque de hecho no lo son deben ubicarse a las libreras, en particular las especializadas y las que se dedican a la venta de libros usados. Hay que visitar estas libreras aunque nada se compre. Las visitas regulares afinan el ojo del lector. En las especializadas, una recorrida habitual, le permitir ponerse al da con ltimas ediciones que pueden ser de gran inters, no slo por el contenido de la obra, sino por el hecho que a veces un simple vistazo a la bibliografa o a alguna nota a pie de pgina puede ser u n a valiossima pista para su investigacin. En cuanto a las libreras de venta de libros usados suelen guardar tesoros inapreciables para el investigador. Algunas de ellas tienen catlogos. Pero lo mejor es el pasear entre sus anaqueles y hojear libros que a primera vista nada dicen y pueden contener perlas preciosas para el trabajo que uno realiza. Eco narra una ancdota ejemplar sobre la importancia de esos hallazgos, de ninguna manera excepcionales(2). La biblioteca mundial (Internet) "Por algn motivo, todava queda bien criticar la digitalizacin. No es muy grave y ya pas con la televisin, la radio, el telfono y mucho ms atrs con la imprenta. Me temo que tambin a los primeros sumerios que trazaron caracteres cuneiformes sobre tablillas se los debe haber criticado", opina Eduardo Dahl, defendiendo el prodigio de la digitalizacin de la msica, defensa que es vlida para los textos de documentos. La reaccin contraria a toda innovacin pertenece a la lgica de la realidad. La inercia detectada en el m u n d o fsico por la ciencia de la cintica existe tambin en el m u n d o de lo social y en nuestras propias vidas personales. Metafricamente puede ser vista como la prueba a que es sometido lo nuevo, que para sobrevivir y perdurar debe vencer la resistencia de lo existente. Desde este p u n t o de vista, la reaccin de la que se queja Dahl no slo es propia de la lgica de la evolucin, sino que advierte que lo nuevo no es perfecto, que encierra peligros que en ciertos casos sugieren evitar la innovacin. El culto a lo nuevo, por el solo hecho de ser novedad es tan pernicioso como el culto a lo viejo por ser tradicional. Hemos empezado con una actitud preventiva con respecto de lo que es Internet y las posibilidades que brinda para la investigacin, pues se aprecia en el ambiente cierto halo mgico que puede generar confianzas inconvenientes y conductas reprochables.

(2) "Mientras huroneaba acongojado buscando textos que me ayudaran, un da encontr en un librero de viejo de Pars unlibrito que (solo) me atrajo por su encuademacin. Lo abro y me encuentro con que es obra de un tal abate Vallet". Eco lo compr y confiesa que comenz a leerlo como para justificar la compra, cuando de pronto encontr una referencia a la teora del juicio en conexin a la belleza. "Que iluminacin! Haba encontrado la clave!" de un problema que no poda resolver. El desconocido abate, despus de un siglo de haber escrito el libro, se convirti en el maestro de Eco, como el mismo lo declara (Eco, 2002}. Confieso que he gozado de la misma experiencia, ratificando la verdad del refrn segn el cual, "si quieres aprender algo, encontrars al maestro".

C O M O HACER UNA MCINOURAEA I-:N DIMIHCIIO

Hecha esta advertencia, sobre la que luego volveremos, hay que reconocer que como fuente de informacin ha transformado el m u n d o de la investigacin.

1. Internet y la Web "Antes de que el acceso a Internet se generalizara (esto hace apenas un lustro) los estudiantes investigadores que queran utilizar recursos electrnicos estaban limitados a lo que haba disponible en la biblioteca: catlogos en lnea y un niimero limitado de bases de datos". Hoy "la enorme cantidad de informacin en Internet que crece diariamente desafa nuestra capacidad para encontrarla, evaluarla y utilizarla" a tal punto, dice la autora que seguimos que "usted se sorprender de la informacin que puede recoger y de la gente con la que puede tomar contacto" (Walker,2002). Internet, sin un buen aprendizaje para su uso puede hacer incurrir al investigadoren materia de informacinen el fracaso en que incurri el rey Midas. Tener el poder de transformar en oro todo lo que tocaba, lo condujo a la muerte, pues no poda digerir el oro en que sus alimentos se transformaban. Un empacho de informacin, para el investigador, puede ser equivalente a la no informacin, pues como en el cuento de Cortzar, puede morir aplastado por ella (3). Bajo tales prevenciones, el investigador actual tiene un formidable recurso en Internet. Mas para poder emplearlo necesita comprender y manejar sus componentes ms tiles, tales como el correo electrnico, conocer la existencia de grupos y foros en los que se trata el tema de su inters, las direcciones de bases de datos, y saber navegar en la red. Como parte de este captulo, se agregan una serie de direcciones tiles a todo investigador, teniendo en cuenta que debido al dinamismo de esta fuente, cuando esto llegue a manos del lector, algunas pueden

(3) Muchos aos atrs, cuando ni se soaba con Internet, le pregunt al maestro Alfredo Orgaz, entonces presidente de la Orte Suprema, cules eran a su juicio los lmites de la informacin necesaria para la monografa que estaba escribiendo, me dio una respuesta metafrica pero muy ilustrativa. "Vea, me dijo sonriendo con fina irona. Como en el caso de los cocineros hay juristas de dos tipos. Unos se especializan en reunir las verduras y dems ingredientes y se dedican a cortarlos y picarlos cuidadosamente. Otros, en cambio, prefieren hacer el guiso. Yo pertenezco a la clase de Ins que gustan hacer el guiso". En aquella misma ocasin me recomend no limitarme a leer solo sobre obras de derecho civil (la monografa era sobre este derecho), sino que era conveniente echarle un vistazo a ciertos conceptos acuados en filosofa del derecho. Siguiendo su consejo me enfrasqu en la lectura de algunos filsofos que me haba recomendado. Tiempo despus, en otra reunin, le comentaba mis avances y entusiasmo por esas lecturas filosficas. Suavemente, como de costumbre, luego de escucharme, me dijo: "F.st muy bien. Hacer esas lecturas es muy necesario. Es una tarea semejante a la de! carpintero que afila sus formones, para hacer el banco que se le encarg. Pero no debe olvidar que su trabajo principal es hacer el banco y no afilar formones". Ese era el modo de pensar de aquel notablejurista a quien el pas, entallo clebre, le debe la creacin judicial de la institucin llamada recurso de amparo.

HCTOR RAL SANOLR

haber cambiado y otras desaparecido. Pero con seguridad tendr a su disposicin muchas ms que las que ahora se le hace conocer. 2. El equipo Desde luego que todos estos beneficios no son gratuitos. El investigador debe contar adems del conocimiento del uso del sistema con los aparatos que permiten usarlo: ordenador, mdem, servicio telefnico, escner, impresora, etc. Se suele decir que esto puede ser gratis. Desde el punto de vista objetivo es falso. Puede serlo desde el punto de vista subjetivo, en el sentido que el investigador no lo pague. Y no est mal que as sea, porque es bueno que los hombres se perfeccionen. Pero aquel que cuenta con ese beneficio porque, por ejemplo, lo paga la Facultad, no debe olvidar que no es gratis. Ni siquiera es plena verdad que sea la Facultad quien lo paga. En general esos recursos vienen de otra gente que trabaja, gran parte de la cual, hace su aporte sin tener la ms mnima posibilidad de acercarse a las aulas de la universidad. Es bueno que el investigador sea conciente de esa realidad y asuma la deuda social que ese beneficio le genera. Una advertencia final: lo que Internet pone al alcance del investigador es para facilitar tanto la realizacin de su monografa (aumentando su informacin) como su perfeccionamiento como investigador. Incurre en una falla moral y comete un grave error que afecta su desarrollo como investigador, quien use esa masa de informacin haciendo su monografa mediante el conocido recurso de "copiar y pegar", confiado en que nadie descubrir el fraude. Es muy posible que no sea descubierto; pero no podr mentirse a s mismo. Aunque nadie lo sepa, l habr fracasado. 3. Sitios y pginas La reconocida sigla "www" es la abreviatura de la World Wide Web, el aspecto ms conocido de Internet, corrientemente citada como la Web. Alrededor del mundo hay ordenadores ("servidores") que almacenan sitios y pginas de la Web, en las que hay textos, grficos, fotografi'as. La "pgina" (o varias pginas diferentes) estn en un "sitio". De modo que cuando se habla de un sitio en la Web se est haciendo referencia a una pgina o a una coleccin de pginas vinculadas y contenidas en un ordenador (servidor). Las pginas son creadas por universidades, organizaciones sin fines de lucro, empresas de toda clase, gobiernos y particulares. Cada pgina en la Web tiene su "direccin" para poder acceder a ella desde un "navegador, tcnicamente llamada URL (Universal Resource Locator = localizador universal de recurso). El navegador es un programa justo para entrar en Internet. La direccin de la pgina se escribe con la siguiente nomenclatura": http:// nombre del sistema anfitrin. Camino. Nombre del archivo. Nombre del pas (Salvo que est en los Estados Unidos). Un ejemplo concreto: http:/ vyv^ov.yahoo.com.ar

CoMt1 !IACr.R UNA MONOGllAFA l.N DrRECllCI

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4. La bsqueda Los buscadores son programas que a partir de cierta palabra significativa de un tema escrita en la casilla adecuada, ofrece un m e n de pginas que tratan el tema a que se refiere la palabra usada. En esa pgina aparecen muchos temas vinculados a aquella palabra, con el toA: correspondiente. Uno elige la que estima ms cercana a lo que busca y tras "cliquear"en esa direccin se abre la pgina correspondiente. Un sistema de "links" (conexiones entre sitios o pginas) nos permite navegar "a lo largo"de la red (de pgina a pgina) y, "en profundidad". Esto ltimo significa que hallada la pgina adecuada, vamos penetrando en ella hasta llegar a la informacin deseada. Por ejemplo, escribo s e c u e n c i a l m e n t e , luego de b u s c a r el sitio Yahoo.cow, en la celdilla "buscar" de su pgina escribo "humanidades", lo que me remite a varias "solapas" de las que elijo "filosofa" pues estoy buscando algo deinmanuel Kant. C//7Meo en "filosofa" y aparece una lista de "filsofos"(uno de ellos es Kant). Cuqueo en Kant y aparece la lista de sus obras. Como me interesa su obra La paz perpetua, cliqueo en Perpetual Peace. Al instante aparece en la pantalla todo el texto de esa obra. Solo me resta seleccionar el prrafo que me interesa, archivarlo en mi PC o imprimirlo. Claro que est en ingls; pero ya he dicho que el investigador debe dominar idiomas y en particular ingls, por ser la lengua ms empleada en Occidente y en la Web. Pero si no supiera el idioma en que aparece el texto, en Internet hay programas de traduccin. Mediante ese programa, traduzco el texto archivado de Kant. No es perfecto; pero no es difcil de sobreponerse a los errores.

5. Correo

electrnico

El correo electrnico ofrece increbles ventajas sobre el tradicional e incluso sobre el fax. Primero: es ms barato, porque nunca supera su costo al precio de una llamada local y la duracin de la llamada es de apenas unos segundos. Segundo: es enormemente ms rpido, pues el mensaje al destinatario tarda en llegar apenas algunos minutos, aunque el receptor est en el otro lado del mundo. Tercero: mediante el sistema de attadimeiit [texto enviado como adjunto al principa!) se puede enviar prcticamente cualquier cantidad de texto, fotos, grficos. El envo de un libro de doscientas o trescientas pginas que por el correo tradicional demandara una "encomienda" y un alto costo, puede ser enviado en un minuto por el costo de una llamada local. Cuarto: haciendo trmites muy sencillos, se pueden hacer transferencias bancarias, efectuar pagos de servicios e impuestos, comprar libros en el pas y en el exterior; por cierto contando con una tarjeta de crdito y en la medida que esas oficinas, bancos y comercios, hayan establecido esa comodidad. Quinto: con el programa adecuado puede sustituirse al telfono para conversar con gente en pases cercanos y lejanos ("chateo").

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Todo esto son ventajas para el investigador. Puede comunicarse con colegas de todo el mundo, inscribirse en listas que informan sobre temas que le interesan y participar en grupos. Al fin de este captulo se adjunta una lista de direcciones importantes para los estudiosos del derecho. 6. Informacin Hay gran cantidad de publicaciones que instruyen sobre todos los detalles que permiten el aprovechamiento de Internet. Nuestra informacin se basa en la pequea obra de Cooper (Cooper, 2001). Informantes personales En algunos proyectos de investigacin puede ser necesario obtener informe de ciertas personas. Puede tratarse de personas de existencia visible, entidades u organizaciones con o sin personera jurdica. La informacin que se busca puede diferir En algunos casos, se trata de consultar a expertos sobre el tema que se investiga (Walker, 2002), lo que puede hacerse por correo electrnico, fax, correo tradicional o personalmente. Todo depende de lo que se pregunta y el grado de relacin con el interrogado. En otros casos lo que se busca saber es sobre hechos que el interrogado conoce como participante o testigo del acontecimiento. Este tipo de averiguacin es muy distinta a la anterior y suele requerir la forma de una encuesta. A veces es posible realizarla personalmente sobre la base de un esquema terico que sirva de gua en la formulacin de las preguntas (Sandler, 1977) (4). En otros casos se requiere el auxilio de un especialista en encuestas y contar con recursos como para solventar los gastos que demanda la encuesta. En todos los casos hay que ser cuidadoso en varios aspectos. Uno es respetar la privaticidad y dignidad del interrogado. Siempre debe guardar las formas de cortesa en el trato para que se facilite una respuesta adecuada, evitando la negativa. Las preguntas deben responder a una efectiva necesidad de la investigacin. Debe evitarse la tentacin de interrogar intentando reunir algn material que posibilite "alguna investigacin". Por ltimo hay que tener muy en cuenta la posicin social, la formacin cultural, los intereses del encuestado y otros datos personales (todos los que deben ser cuidadosamente fichados), pues son factores necesarios para evaluar la respuesta en su justa medida.

(4) Antes de hacer la monografa citada en el texto, sobre la base de cierta concepcin terica, haba hecho una encuesta a los propietarios de un pequeo negocio de carpintera ubicada en una zona residencial de la ciudad de Mxico. 1 1 local era alquilado. 1.a encuesta qued registrada en una ficha, la que un ao despus se utiliz en la redaccin de la monografa. Se trataba de un solo caso, pero para el observador munido de aquella concepcin reuna todas las formas de un caso ejemplar; un "tipo real". Una encuesta tan til como barata.

C O M O IIACEK UNA MONOGIIAKIA EN nHiitciio

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Registro de informacin Un inmenso y vasto conocimiento, con sus respectivas e interminables legislaciones cuya peculiaridad fundamental, la de mudar constantemente, caracterizan la situacin actual. Con gran esfuerzo se consigue leer lo que atae a su especialidad y tener noticia referencial de lo restante. El jurista de la sociedad preindustrial no era hombre de un solo libro, en el profundo sentido que los que estaban a su alcance le eran tan conocidos que haba entre l y ellos la posibilidad de un lazo de personal amistad. Hubiera sido ridculo que los hubiera fichado. As como en un pueblo pequeo que no pasa del centenar de habitantes todos saben donde viven los dems, sin necesidad de tener anotadas sus direcciones, tampoco ese jurista necesitaba un detallado fichaje de las obras de su biblioteca. Pero lo que es ridculo en ese pequeo pueblo resulta indispensable para el que vive en una ciudad de millones de habitantes. La gran cantidad impone en este caso comportamientos antes innecesarios, porque la nueva situacin genera nuevos problemas. Aliora es importante llevar ima libreta en que anotemos las seas domiciliarias de nuestros ms entraables amigos, y mantenerla actualizada cuando se mudan. Algo semejante pasa con las publicaciones cientficas y entre ellas, las jurdicas. Apenas nuestra tarea de aprendizaje comienza a crecer (lo que significa: comenzamos a trabajar por nuestra cuenta, hacindolo nosotros mismos), los libros, revistas y colecciones atimentan sin cesar; las que tenemos en casa y aquellas que de una u otra manera, sin tenerlas, podemos sin embargo consultar. Las reediciones son tantas y tan variadas (como el cambio de domicilio de las personas), que cuando le decimos a alguien que lea un prrafo en la obra de un autor, por conocido que sea, habr que ayudarlo aclarndole la edicin a que nos estamos refiriendo. De otro modo no encontrar el prrafo que aconsejamos que busque. De estas realidades vitales surge la necesidad de fichar, lo que no debe confundirse con la fichomana. Esta es una enfermedad que afecta a aquellos que gastan todas sus energas en fichar materiales ajenos sin llegar nunca a pensar por cuenta propia. Hay fundamentalmente dos clases de fichas: una primera clase registra los datos sobre las fuentes de informacin (libros, revistas, publicaciones, cintas magnetofnicas, etc.), a las que llamamos Fichas de Identifcacin. Una segunda clase, que veremos ms adelante, difiere por su forma y contenido. En ellas se registran los resultados de una reelaboracin de otros documentos. Son las Fichas Documentales. En ambas claseshay cierta variedad de especies, resultado de las distintas realidades a las que responden y fines a las que deben servir. Veremos cada uno de esos grupos y sus respectivas especies.

Fichas de Identificacin Las Fichas de Identificacin son una gua de las fuentes de informacin para el investigador. Slo que en vez de ser un cuaderno es una gm'a de hojas movibles. Estas hojas reciben el nombre general de fichas (algunos las denominan tarjetas) y son de tres clases: Fichas Bibliogrficas, Fichas Hemero-

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grficas y Fichas de Materia. Las dos primeras son muy semejantes; la tercera se lleva frecuentemente en las bibliotecas pblicas y difcilmente las hace un investigador, en parte porque es un esfuerzo que no puede solventar. Veremos cada una de ellas. 1. Fichas Bibliogrfcas Se llaman as a las que describen los datos principales de un libro a los efectos de su segura e indubitable identificacin. Los datos son los referidos al autor, el ttulo de la obra, el lugar donde se edit, editorial, nmero de edicin, ao de edicin, nimero de pginas, en su caso, ttulo en idioma original, nombre del traductor. Estos son considerados datos mnimos; pero a partir de ellos, si se considera necesario, algn otro que garantice una mejor identificacin si por falta de algunos datos de los relacionados, puede parecer dudosa. Puede en este caso citarse la Imprenta. 2. Reglas sobre el autor o autora Primero se escribe el apellido o apellidos en su orden normal y luego de una coma (,) los nombres, tal como vienen impresos en la publicacin fichada. Apellidos y nombres van todos con letra mayscula. Se comienza sobre el margen izquierdo. Al dorso de la tarjeta se pueden escribir observaciones que ayuden a la identificacin. 3. Reglas sobre el titulado Para el registro del ttulo conviene seguir las siguientes reglas: El ttulo de la obra (como todos los dems datos) se toman de la portada interior y no de la tapa del libro, escribiendo todos los ttulos y subttulos. Se escribe todo con letras maysculas. 4. Reglas sobre el pie de imprenta El pie de imprenta contiene todos los datos identificatorios sobre la editorial, fecha de edicin, etc. Las reglas que se sugieren a continuacin slo tienen por fin dar cierta orientacin y en caso de ser esta obra usada como texto en algn curso o seminario, homogeneizar el sistema. a) En la lnea siguiente al titulado, colocar en primer trmino el lugar de edicin o impresin, preferentemente la ciudad.

C O M O HACER U N A M O N C X I A F I A N

DERECHO

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b) A continuacin el nombre del editor, sin que est precedido por la palabra "editorial". Le sigue el ni'miero de edicin o reimpresin. Finalmente el ao o fecha de edicin.

5. Reglas sobre informacin

bibliogrfica

Este rubro incluye datos sobre el total de pginas, del libro, del prlogo, de alguna seccin interior; datos sobre ilustraciones, la autora de algn prlogo especial o alguna otra particularidad. Estos datos se pueden consignar en el anverso de la tarjeta o ficha y, si no hay espacio, en su reverso. Pueden hacerse las siguientes recomendaciones: a) Poner la efectiva cantidad de pginas del documento fichado b) Respetar la nomenclatura del libro; algvmos numeran el prlogo con nmeros romanos y otros en arbigos c) Indicar los tomos que contiene la obra y si es de inters, los temas que trata cada tomo Indicar si trae grficos o mapas suplementarios. Indicar, si es el caso, el nombre del autor del prlogo. Algunos problemas se pueden plantear al consignar estos datos. Veamos algunos casos referentes a la autora y al pie de imprenta mediante ejemplos prcticos: A) Caso de un solo autor GHIRARDl, OLSEN LGICA DEL PROCESO JUDICIAL (DiakJgica de! Derecho) MARCOS LERNER. EDITORA CRDOBA 1" Reimpresin, 1992, 275 p. B) Caso de dos autores: Se escriben los rrombres de los dos OLEA FRANCO, PEDRO SNCHEZ DEL GARFIO, FRANCISCO L. MANUAL DE TCNICAS DE INVESTIGACIN MENTAL PARA LA ENSEANZA MEDIA Mxico, Esfinge, 7-\ edicin, 1978, 231 p. C) Caso C: de ms de dos autores: Se escribe el primero y se agrega 'et al.' (Et alio: y otros) MARI', ENRIQUE E.et al. MATERIALES PARA UNA TEORA CRTICA DEL DERECHO Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 415 p. s/f, impreso en 1991

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H i ; c i ( ) i i RAUI SANM I;R

D) Caso d e libros colectivos en el q u e a l g u n o s , a u t o r o no, funge c o m o coordinador o compilador SANLOLER H.-RAJIJ\ND B. (Coordinadores) CORRUPCIN. UNA SOCIEDAD BA]0 SOSI'ECHA BuenosAire.s, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales/La ley, 1997. 218 pgs. E) Caso d e u n solo atitor, p e r o c u y a o b r a es la d e s e l e c c i o n a r m a t e r i a l e s d e o t r o s e x i s t e n t e s en libros ya p u b l i c a d o s FABREGAS, ANDRS (Selector) ANTROPOLOGA POLTICA. UNA ANTOLOGA Mxico, Prisma, Col. Antropolgica, 1976,161 p. Tr. y notas del autor. F) C a s o en q u e el a u t o r es im n o m b r e clsico: n o se altera el o r d e n d e su nombre DANTE ALIGHIERI LA DIVINA COMEDIA. Mxico, Porra, Sepan Cuntos...3a.ed, 1973,272 p. G) C a s o en q u e el a u t o r es i m a i n s t i t u c i n . La ficha se e n c a b e z a c o n el pas, luego se p o n e la I n s t i t u c i n q u e p r e c e d e al ttulo d e la o b r a MXICO ESCUELA NACIONAL DL ESTUDIOS PROFESIONALES ACATLAN ORGANIZACINACADMICA 1978 Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Secretara de Rectora, Direccin General de Orientacin Vocacional, s/Fecha, 133 p. U) Diccionarios y Enciclopedias. Si tiene a u t o r p e r s o n a l se p r o c e d e c o m o en los casos anteriores. Si n o lo tiene, en p r i m e r lugar va el Ttulo d e la Obra. Al final van los v o l m e n e s de q u e c o n s t a i n d i c a n d o la fecha q u e a cada u n o le c o r r e s p o n d e si es q u e se ha ido e d i t a n d o e n forma sucesiva DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAOLA Madrid, 19-' Edicin, Real Academia Espaola, 1970 I) C o n s t i t u c i o n e s y Cdigos. Se inicia c o n pas y sigue el ttulo. REPBLICA POPULAR CHINA . CONSTITUCIN DE LA REPBLICA POPUIvXR CHl.NA Pekn, Ediciones en Lenguas extranjeras, 1975, 54 p. Contiene Adems: Informe sobre la reforma de la Constitucin del 13 de enero de 1975. J) Leyes y R e c o p i l a c i o n e s d e Leyes. Se inicia c o n el p a s , l u e g o el ttulo q u e t i e n e la ley o q u e le h a a s i g n a d o el e d i t o r al t r a b a j o e i n d i c a n d o la fecha d e a c t u a l i z a c i n , si la t i e n e ARGENTINA LEYES DEL TRABAJO ACTUALIZADAS Buenos Aires. Editorial Bregna, 1990

C O M O IIACI.H U N A M O N C H ^ I I A M A FN D I - K L O I I O

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K) Expedientes (Judiciales o Administrativos). En primer lugar el pas; en segundo trmino la reparticin ante la que se sustancie, o siendo dudosa la de mayor jerarqua, el ttulo del expediente (cartula) el m mero correspondiente al de la reparticin que lo encabeza, seas sobre el lugar que est archivado y otros datos correlativos que ayuden a identificarlo .Mxico SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA FEDERACIN "GONZLEZ, Jorge v,s GARCA Jos, Reivindicacin". Exp. No. 224678/ 56 ARCHIVO DE LA SUPREMA CORTE, Legajo XXII. (Llev el No. 2342/54 en el Juzgado de Paz No. 25, Secretara 50 del Distrito Federal) L) Escrituras Piiblicas. J^rimero el pas, luego el