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Château Lafite Rothschild Presentado por: Laura Nataly Alfonso Estepa. Presentado a: José Rafael Arango Ordoñez. Bogotá D.C. 2015

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Château Lafite Rothschild

Presentado por: Laura Nataly Alfonso Estepa.Presentado a: José Rafael Arango Ordoñez.

Bogotá D.C.2015

HISTORIALOS ORÍGENES Y LA FAMILIA SÉGUR. Si bien la primera referencia conocida de Lafite se remonta al año 1234 con un tal Gombaud de Lafite, abad del Monasterio de Vertheuil situado al norte de Pauillac, la existencia de Lafite como Propiedad Medieval se encuentra documentada desde el siglo XIV. El nombre Lafite proviene de “la hite”, voz que en idioma gascón quiere decir “la colina”. Probablemente por aquel entonces ya existían viñedos en la propiedad, pero fue gracias a los Ségur, en el siglo XVII, que el viñedo se estructuró, afianzando la reputación de Lafite como gran propiedad vitícola.

LOS ORÍGENES Y LA FAMILIA SÉGUR.

Jacques de Ségur inició la plantación del viñedo Lafite alrededor de 1670 y a principios de la década siguiente. En 1695, el hijo heredero de Jacques de Ségur tomó por esposa a la heredera del Château Latour, quien dio a luz a Nicolas-Alexandre de Ségur. Así se unieron las dos propiedades señoriales de Lafite y Latour, dando inicio a una historia vitivinícola común.

LOS “NEW FRENCH CLARETS”.

Desde comienzos del siglo XVIII, el vino de Lafite se comercializaba en la ciudad de Londres. Mencionado regularmente en la oficialísima London Gazette a partir de 1707, el vino proveniente de los barcos mercantes capturados por los corsarios británicos y las naves de la Marina Real (no olvidemos que se estaba en plena guerra de sucesión de España) se comercializaba en las subastas públicas de la City. La London Gazette describía el vino de Lafite y de sus pares como los “New French clarets”, los cuales se vendían con sus borras, identificando primero el cru y poco tiempo después la añada. Ya en 1732-1733, el entonces Primer Ministro Robert Walpole compraba una barrica de Lafite cada tres meses, mientras que en Francia el interés por los Bordeaux tintos no se manifestaría sino hasta mucho después.

EL VINO DEL REY Y EL PRÍNCIPE DE LOS VIÑEDOS.

A partir de 1716, el Marqués Nicolas-Alexandre de Ségur se abocó a la tarea de consolidar los primeros logros obtenidos, mejorar las técnicas vitivinícolas, y, sobre todo, promover el prestigio de los grandes vinos tanto en los mercados extranjeros como en la corte de Versalles. En la corte se le apodó el “Príncipe de las Viñas” y el vino de Lafite llegó a conocerse como el “Vino del Rey”, gracias al apoyo de un embajador de lujo: el Mariscal de Richelieu.

A poco de ser nombrado Gobernador de Guyenne en 1755, el Mariscal de Richelieu consultó a un médico en Burdeos, quien le recetó el vino de Château Lafite como el mejor y a la vez el más agradable de los tónicos. – “Mariscal, le dijo Luis XV a su regreso a París, pero si parece que tuviera veinticinco años menos que cuando partió para Guyenne”. – “Acaso Su Majestad ignora que he encontrado la famosa fuente de la juventud? He descubierto en el vino del Château Lafite un licor generoso y delicioso solo comparable a la ambrosía de los Dioses del Olimpo”.

EL VINO DEL REY Y EL PRÍNCIPE DE LOS VIÑEDOS.

Pronto en Versalles no se habló de otro tema que no fuera el vino de Lafite, el cual contaba con la alta aprobación del Rey. Todo el mundo estaba ansioso por probarlo; Madame de Pompadour lo sirvió en sus cenas y, más tarde, Madame du Barry decidió no tomar otro vino que no fuera el Vino del Rey, como se le llamaba entonces.

EL VINO DEL REY Y EL PRÍNCIPE DE LOS VIÑEDOS.

UNA SUCESIÓN DIFÍCIL.

El marqués no tuvo hijos varones, por lo que sus propiedades fueron repartidas entre sus cuatro hijas. Fue así que Lafite fue separado de Latour aun cuando permaneció en la misma familia, administrado por el mismo gerente hasta 1785. Lafite pasó luego a manos del Conde Nicolas Marie Alexandre de Ségur, hijo de la primogénita del marqués, que había contraído nupcias con su primo Alexandre de Ségur, preboste de París. En 1785, el autor anónimo de una Memoria sobre la ‘Propiedad de Lafite’ haría mención al “viñedo más hermoso del universo”.

UNA SUCESIÓN DIFÍCIL.

Sin embargo, la realidad de los negocios del Conde de Ségur era muy distinta. Ahogado en deudas, se vio en la obligación de vender el Château Lafite en 1784. En su calidad de pariente del vendedor, Nicolas Pierre de Pichard, primer presidente del Parlamento de Burdeos, se valió de la figura jurídica “retiro por linaje” para recuperar el domaine.

THOMAS JEFFERSON.

En vísperas de la revolución, Lafite se erguía como el exponente máximo de la jerarquía vinícola, como consta en los excepcionales escritos de Thomas Jefferson, futuro presidente de los Estados Unidos. Siendo embajador de la “joven República de los Estados Unidos” en la corte de Versalles, este personaje, a la vez hombre de negocios, político, jurista y diplomático, sentía una enorme pasión por la viticultura, la cual esperaba poder desarrollar en su país.

Se hospedó en Burdeos en mayo de 1787, bastándole solo cinco días para visitar a los más destacados négociants de Chartrons y cosechar un cúmulo de información que llevaría consigo en sus notas de viaje. Describe con especial dedicación la jerarquía de los crus y destaca la preeminencia de los futuros cuatro premiers crus, entre los cuales figura Château Lafite. Jefferson siguió siendo un fiel cliente de los grandes vinos de Bordeaux por el resto de su vida.

THOMAS JEFFERSON.

LA PROPIEDAD HOLANDESA.

El control de Lafite por parte de la Familia Ségur terminaría de forma brutal con la ejecución de Nicolas Pierre de Pichard bajo el Régimen del terror el 12 messidor del año II del poco reconocido calendario revolucionario (30 de junio de 1794). En el vestíbulo del Château Lafite se encuentra el antiquísimo afiche enmarcado que anunciaba la subasta de la propiedad a realizarse el 12 de septiembre de 1797. En ese entonces, se describe al domaine como “el premier cru del Médoc que produce el mejor vino de Bordeaux”. El comprador, Jean de Witt, de nacionalidad holandesa, se vio pronto en la obligación de revender Lafite a tres négociants también holandeses.

Como resultado del breve paso de Jean de Witt, Château Lafite se vio beneficiado por una notable sucesión de gerentes, el primero de los cuales, Joseph Goudal, mantuvo firmes las riendas del domaine durante la primera mitad del siglo XIX. Los tres propietarios de Lafite a partir de 1800 fueron el Baron Jean Arend de Vos Van Steenvwyck, Othon Guillaume Jean Berg y Jean Goll de Franckenstein.

LA PROPIEDAD HOLANDESA.

EL MISTERIO VANLERBERGHE.

En 1818, Lafite fue adquirido por Mme Barbe-Rosalie Lemaire, cuyo marido, Ignace-Joseph Vanlerberghe, era un gran comerciante de uva a granel e importante proveedor de los ejércitos de Napoleón. El misterio se originó con el deceso de Ignace-Joseph Vanlerberghe. Según la historia oficial, Mme Lemaire vendió el domaine Lafite al británico Sir Samuel Scott en 1821. Él, y luego su hijo, realizaron una efectiva gestión hasta 1867. Pero en realidad, Samuel Scott y su hijo no fueron más que representantes y banqueros de Aimé-Eugène Vanlerberghe, hijo de Mme Lemaire e Ignace-Joseph Vanlerberghe.

Al momento de abrir la sucesión de Aimé-Eugène Vanlerberghe en 1866, se dio a conocer el mandato como prueba de la propiedad del difunto. Y así, después de medio siglo escondido entre las sombras, el nombre de Vanlerberghe como propietario de Lafite finalmente salió a la luz. De este periodo, varias cosechas se inscribieron en los anales: 1795 y 1798, por su calidad excepcional, 1801, 1802, 1814, 1815 y sobre todo 1818.

EL MISTERIO VANLERBERGHE.

LA CLASIFICACIÓN DE 1855.

En 1815, M. Lawton publicó en la gaceta de la corredora homónima una primera calificación de los crus del Médoc que se aproxima bastante a la calificación de 1855. Ya entonces Lafite aparecía en la cima de la clasificación: “Lo he calificado como aquel de mayor elegancia, delicadeza y fina esencia de los tres [premiers crus]”. Y agregó: “La ubicación de sus viñas es una de las más bellas del Médoc”. La cosecha 1834 fue un gran acierto, en tanto que la de 1841 y sobre todo la de 1846 fueron excelentes.

LA CLASIFICACIÓN DE 1855.

La clasificación de los crus classés para la Exposición Universal de París de 1855 consagró oficialmente, aunque no por ello sin una cuota de intrigas y peripecias parisinas, el lugar de Lafite como el “primero entre los premiers crus”. Esta calificación se constituiría posteriormente como el punto de referencia de una era de prosperidad sin precedente en la historia del Médoc. Entre las cosechas destacadas de este período es necesario mencionar especialmente las de 1847, 1848, 1858, 1864, 1869, 1870 y 1876.

EL BARÓN JAMES DE ROTHSCHILD.

El 8 de agosto de 1868, el Barón James de Rothschild adquirió el Château Lafite, puesto en venta como parte de la sucesión de Ignace-Joseph Vanlerberghe. El Barón James, a la cabeza de la rama francesa de la familia Rothschild, falleció tres meses después de la compra y Lafite pasó a ser propiedad mancomunada de sus tres hijos: Alphonse, Gustave y Edmond.

El domaine ya contaba con 74 ha de viñas. Quizás como una forma de saludar el cambio en la propiedad o reflejar la euforia reinante en este próspero periodo… el año 1868 adquirió especial importancia para Lafite por otro hecho muy especial: el precio excepcional alcanzado por su cosecha (6250 francos de la época por barril, lo que equivaldría a más de 4.700 Euros actuales). Esta cotización “en primeur” constituiría un récord durante un siglo, antes de ser ampliamente superada a fines del siglo XX. Afortunadamente para los Barones Alphonse, Gustave y Edmond de Rothschild, la “belle époque” del Médoc se prolongaría por aproximadamente quince años luego de la adquisición de Lafite.

EL BARÓN JAMES DE ROTHSCHILD.

CALAMIDADES, GUERRAS Y CRISIS.

El final del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX trajeron consecuencias desastrosas en todo orden de cosas: la crisis de la filoxera y el desarrollo del oídio en el viñedo, los fraudes organizados en perjuicio de los grands crus, la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión provocaron una estrepitosa caída en los precios. Fuertemente afectado por el oídio, Château Lafite no dudó en desclasificar algunas cosechas entre 1882 y 1886, y otras hasta 1910 y 1915. El embotellado en el Château también fue adoptado como forma de luchar más eficazmente contra el fraude y la falsificación.

CALAMIDADES, GUERRAS Y CRISIS.

Durante la guerra de 1914 a 1918, el domaine se vio muy afectado por las movilizaciones y las restricciones de abastecimiento. La crisis económica de los años 30 también repercutió con fuerza en el viñedo, debido a un mercado largamente deprimido y a una crisis financiera sin precedentes que redundaron en la necesidad de reducir la superficie plantada. La gran calidad de las cosechas 1899, 1900, 1906 y luego 1926 y 1929 constituyó una notable excepción a este cuadro tan sombrío.

• FILOXERA.

GUERRA Y OCUPACIÓN.

La Segunda Guerra Mundial nuevamente pondría a prueba a Lafite, pero esta vez con un alcance muy distinto, dado que la derrota condujo a la ocupación del Médoc a partir de junio de 1940. Una guarnición alemana estuvo apostada en los Châteaux Lafite Rothschild y Mouton Rothschild durante toda la ocupación, y las propiedades de la familia Rothschild fueron usurpadas y colocadas bajo administración pública. Como forma de escapar a los caprichos alemanes y gracias a la perspicacia de los administradores provisorios, los domaines vitícolas fueron finalmente expropiados en 1942 para establecer en ellos escuelas agrícolas. Sin embargo, las penurias y restricciones que se sumaron a las requisiciones y saqueos disfrazados de las antiguas botellas propinaron un duro golpe al Château durante este periodo. A fines de 1945, los Barones de Rothschild retomaron el control del Château Lafite Rothschild y el Barón Élie se encargó de restablecer la marcha del Domaine. Una serie de notables cosechas 1945, 1947 y 1949 pusieron una cuota de optimismo en la tarea de reconstrucción.

EL BARÓN ÉLIE: ARTÍFICE DE LA RECONSTRUCCIÓN.

El Barón Élie coordinó un programa de remozamiento del viñedo y las construcciones, así como una completa reorganización de la administración de la propiedad. Incluso se creó un rebaño de vacas lecheras en los años 1950 para explotar las praderas adyacentes al château y para proveer el preciado estiércol para las viñas. El Barón Élie fue uno de los principales artífices de la difícil reconstrucción del mercado de los grandes vinos. Se convirtió en miembro activo de las primeras sesiones de “tasting” en Londres y en miembro fundador de la cofradía de viñateros “La Commanderie du Bontemps du Médoc” en 1950.

EL BARÓN ÉLIE: ARTÍFICE DE LA RECONSTRUCCIÓN.

Aun cuando la extraordinaria cosecha 1955 surgió como signo de la renovación, al viñedo bordelés aún le faltaba sufrir las terribles heladas de febrero de 1956 antes de realmente volver a ponerse de pie e iniciar un nuevo ciclo gracias a las excepcionales cosechas de 1959 y 1961. Los años 1960 consolidaron este renacimiento gracias a la amplia apertura de los mercados, especialmente en los Estados Unidos. Los precios se elevaron nuevamente, fenómeno al cual contribuyeron de manera importante una cierta imitación entre los Châteaux Lafite Rothschild y Mouton Rothschild.

EL BARÓN ÉRIC Y LA RENOVACIÓN.

Luego de la crisis bordelesa de 1973-1976, el relanzamiento se vio confirmado con las excelentes cosechas 1975 y 1976, y la toma de control de los destinos de Château Lafite Rothschild por parte del Barón Éric de Rothschild, sobrino del Barón Élie. La llegada del Barón Éric al puesto de control significó un nuevo impulso gracias a su participación en la búsqueda de la excelencia y la articulación progresiva de un nuevo equipo técnico. En el viñedo, los trabajos de replantación y restauración se vieron reforzados por cambios graduales y nuevos tratamientos fitosanitarios. En las bodegas se instalaron cubas de acero inoxidable como complemento a los fudres de roble y se construyó una nueva bodega de envejecimiento de forma circular, encomendada al arquitecto catalán Ricardo Bofill.

Esta revolucionaria bodega, aclamada por su carácter innovador y su estética depurada, permite acoger 2200 barricas. En este mismo espíritu, el Barón Éric lanzó en 1985 una iniciativa artística que asocia a Lafite con renombrados fotógrafos, entre los cuales podemos citar a Jacques Henri Lartigue, Irving Penn, Robert Doisneau y Richard Avedon. Asimismo, amplió los horizontes de los domaines mediante nuevas adquisiciones tanto en Francia como en el extranjero (véase la Historia de los Domaines Barons de Rothschild). Las espléndidas cosechas de los años 80 y 90, especialmente 1982, 1986, la trilogía 1988, 1989 y 1990, y luego 1995 y 1996 han sido reconocidas con importantes alzas en sus precios.

EL BARÓN ÉRIC Y LA RENOVACIÓN.

Château Lafite Rothschild encargada a un fotógrafo

En 1985 el Barón Eric lanza una iniciativa artística que asocia a Lafite con renombrados fotógrafos, entre los cuales se puede citar a Jacques Henri Lartigue, Irving Penn, Robert Doisneau y Richard Avedon. Cada año, un artista recibe carta blanca para diseñar una tarjeta de saludo ilustrada. La colección se ha ampliado de manera retroactiva de 1975 a 1985, por lo que ya son más de 30 los artistas que han tenido la oportunidad de expresarse.

UNA DÉCADA MARCADA POR EL CAMBIO DE MILENIO.

De 2000 a 2010 se impuso una sucesión de cosechas extraordinarias gracias a un clima más bien seco durante el crecimiento vegetativo. El tiempo demostrará las virtudes indiscutibles de las cosechas 2000, el tórrido año 2003, 2005, 2009 y 2010. El cambio de siglo transcurrió sin sobresaltos gracias a las promesas de las cosechas que reposan en las bodegas y cavas. Este razonable optimismo se apoya en la permanente búsqueda de la excelencia que ha marcado la historia de Château Lafite Rothschild

EL VIÑEDOEl viñedo abarca tres áreas principales: Los lomajes que rodean al château, la meseta de Carruades situada inmediatamente al oeste, y una parcela de 4,5 ha en la vecina comuna de Saint Estèphe. La superficie total es de 112 ha, de las cuales 103 poseen viñedos. Se trata de tierras de grava fina en profundidad, mezclada con arenas eólicas sobre un subsuelo calcáreo de origen terciario, con buen drenaje y adecuada exposición.

• Las cepas incluyen cabernet Sauvignon (70%), Merlot (25%), Cabernet Franc (3%) y Petit Verdot (2%).• La edad promedio del viñedo en

general es de 39 años, aunque cabe precisar que aquellas vides de menos de 10 años no participan en la elaboración del Grand Vin, lo que eleva la edad promedio de las parras que producen el Grand Vin a unos 45 años. La parcela más antigua, llamada “La Gravière”, fue plantada en 1886.

Desde 1962, la gestión de la propiedad está en manos de un solo equipo que supervisa tanto a Château Lafite Rothschild como a Château Duhart-Milon, dada la contigüidad de ambas propiedades. Charles Chevallier, director técnico de los châteaux bordeleses, es asistido en sus funciones por Christophe Congé, enólogo y vinificador, y por Régis Porfilet, maestro viñatero. Las técnicas utilizadas en ambos châteaux son, por lo tanto, idénticas y se enmarcan en un esquema tradicional que abarca desde un estricto control de los rendimientos y cosechas realizadas a mano hasta numerosas tareas llevadas a cabo manualmente durante todo el año. La escasa o nula utilización de abonos químicos y una que otra aplicación de estiércol permiten a la vid alcanzar una edad avanzada. Se intenta en lo posible no arrancar parras, acción que solo se realiza cuando estas sobrepasan los 80 años.

LA BODEGALa cosecha de cada parcela es tratada en cubas separadas a fin de preservar la identidad del terroir que dio origen a la uva durante las primeras etapas de la vinificación. En Lafite, tradición y progreso técnico van de la mano. Las fermentaciones tienen lugar en dos salas de fermentación: una sala tradicional compuesta de grandes fudres de roble y una sala tradicional que comprende cubas de acero inoxidable equipadas con anillos de refrigeración y calefacción integrados, sistemas de automatización y control de temperatura centralizado. Al concluir la fermentación alcohólica se realiza una primera cata de las cubas antes de trasegar su contenido a las cubas de vino fino o “vino gota”; por su parte, los hollejos son exprimidos de forma independiente para extraer el “vino de prensa”. Luego se procede a una nueva etapa de fermentación, llamada fermentación maloláctica, la cual se lleva a cabo en cubas antes de transferir cada lote a las barricas.

Cabe destacar que en 2010 Lafite aumentó su capacidad tecnológica mediante la construcción de dos bodegas que albergan a varias decenas de barricas de poca capacidad. La primera está destinada al merlot y se compone de cubas de concreto de 50 a 125 hl para vinificar con especial atención las diversas parcelas de merlot. La segunda bodega es de separación (cubas de acero inoxidable de 30 a 70 hl) y se destina a la fermentación maloláctica (segunda fermentación), con el fin de prolongar la selección realizada en las parcelas hasta el fin del proceso de vinificación para todos aquellos lotes que lo necesiten, ya sea Cabernet o Merlot.

Todas las barricas provienen de la Tonelería de Domaines y su tostado ha sido específicamente adaptado durante su fabricación a las características del vino. Cada cuba es sometida a una serie de catas durante el mes de diciembre a fin de asegurar una estricta selección del Grand Vin. El ensamblaje se realiza al momento del primer trasiego de las barricas en el mes de marzo. Es el turno entonces de la crianza y el envejecimiento del vino en la bodega, etapa que se prolonga por un periodo de 18 a 20 meses. Durante este tiempo, el maestro bodeguero realiza una serie de trasiegos con el fin de separar los sedimentos de las borras del vino limpio, y un “collage” o clarificación consistente en la adición en cada barrica de cuatro a seis claras de huevo batidas ligeramente a nieve para coagular las últimas partículas que se encuentran en suspensión y poder precipitarlas al fondo de la barrica. El vino se encuentra ya listo para su embotellado, proceso que se desarrolla de una sola vez en el mes de junio. La bodega circular de Château Lafite Rothschild fue construida bajo la dirección del arquitecto Ricardo Bofill e inaugurada en 1987. Destinada a la crianza de los vinos durante su segundo año, el edificio destaca por su forma octogonal poco común y por su bóveda sostenida por 16 columnas. Puede albergar hasta 2.000 barricas.

VINOSChâteau Lafite Rothschild.En el vino se encuentran las siguientes cepas: 80 a 95% Cabernet Sauvignon, 5 a 20% Merlot, 0 a 5% Cabernet Franc y Petit Verdot.Su periodo de guarda en barricas de roble es de 18 a 20 meses con un 100% en barricas de primer uso. Su producción anual promedio es de 15.000 a 20.000 cajas. Para degustación se aconseja: 2 horas o más de decantación; una temperatura de 16-18 °C.

CARRUADES DE LAFITE.

En el vino se encuentran las siguientes cepas: 50 a 70% Cabernet Sauvignon, 30 a 50% Merlot, 0 a 5% Cabernet Franc y Petit Verdot.Su periodo de guarda en barricas de roble es de 18 a 20 meses con un 10% en barricas de primer uso. Su producción anual promedio es de 20.000 a 30.000 cajas. Para degustación se aconseja: 2 horas o más de decantación; una temperatura de 16-18 °C.

CONOCIMIENTOS DE EXCELENCIA.

Domaines Barons de Rothschild (Lafite) ha enmarcado su desarrollo en la excelencia de los profesionales de la vid y del vino. Château Lafite Rothschild constituye el origen del Grupo DBR (Lafite). De hecho fue el primer Château adquirido por la familia Rothschild en 1868 y sirve de base e inspiración para las prácticas vitícolas de los diferentes Domaines: el savoir-faire y la tradición perpetuados desde hace cinco generaciones por la familia Rothschild se aplican al conjunto de las propiedades con el fin de dar vida a vinos de calidad, gran fineza y elegancia en sintonía con el “Espíritu Lafite”.

“El Espíritu Lafite” se nutre de la riqueza de un pasado y una tradición anclados en las raíces mismas de la tierra bordelesa y se apoya en la transmisión de conocimientos ancestrales de hombres y mujeres, así como en la excelencia y el refinamiento de los vinos que ayudan a producir. “El Espíritu Lafite” también abarca al espíritu pionero que ha llevado al Grupo a abrirse al mundo y echar raíces en nuevos terroirs fuera de Francia para producir vinos de calidad. Hoy en día, la quinta generación de la familia Rothschild, representada por el Barón Eric de Rothschild, se encuentra a la cabeza de Château Lafite y del Grupo DBR (Lafite). El Barón Eric de Rothschild ha dado un nuevo impulso al Château Lafite Rothschild, haciendo de esta búsqueda de la excelencia una realidad, desde el viñedo hasta las bodegas.Junto a él, Christophe Salin, Gerente General de Domaines Barons de Rothschild (Lafite) ha contribuido al crecimiento del grupo DBR (Lafite) tanto en Francia como en el extranjero.

A partir de 1962, el Grupo ha crecido en torno a Château Lafite Rothschild gracias a las adquisiciones sucesivas de Château Duhart-Milon, 4ème Grand Cru Classé de Pauillac, Château Rieussec (1er Grand Cru Classé de Sauternes) y Château L’Évangile (Pomerol). Luego se ha extendido más allá de la región bordelesa: Viña Los Vascos (Chile, 1988), Domaine d’Aussières (Languedoc, 1999), Bodegas Caro (Argentina, 1999) y China a partir de 2008 con el desarrollo de un viñedo en la región de Penglaï. A partir de 1995, Domaines Barons de Rothschild (Lafite) elabora una gama de vinos de denominación Bordeaux con el nombre Collection Barons de Rothschild (Lafite). Asimismo, distribuye los vinos Château Paradis Casseuil y Château Peyre-Lebade (Bordeaux). Con un total de 1.200 hectáreas de viñedos propios, Domaines Barons de Rothschild (Lafite) cuenta con una red de más de 80 distribuidores en todo el mundo.

EL CHEF DE LAFITEBruno Bœuf ha sido el chef de Lafite desde 1995. Descubrió su vocación por la gastronomía en la cocina familiar de su infancia. Sus fuentes de inspiración se encuentran en quienes contribuyeron a su formación (especialmente Jean Pierre Caule de “Au bon coin du lac” en Mimizan, en los Châteaux de Montvillargene y de Mortefontaine en la región francesa de Oise), así como en su propia experiencia profesional en los grandes restaurantes de la gastronomía francesa: La Tour d’Argent, el Palais de l’Élysée, el hotel Concorde Lafayette y el restaurante Bamboche de David Van Lear.

LA TONELERÍALos artesanos de la tonelería de Domaines fabrican los recipientes que alojarán al vino durante muchos meses. Esta etapa al interior de las barricas es de gran importancia en la crianza del vino. Dada la complejidad técnica que reviste la elaboración de las barricas, el tonelero lleva sobre sus hombros una gran responsabilidad. De la elección de la madera, de su selección durante la fabricación, de la fineza de su trabajo al preparar las duelas y del cuidado aportado durante el montaje dependerá la calidad final de nuestras barricas. La tonelería de Domaines se encuentra ubicada en Pauillac. Según dicta la tradición de la región de Médoc, Lafite siempre ha contado con su propia tonelería. El equipo actual consta de cinco toneleros que trabajan durante todo el año en la fabricación de 2.000 barricas que posteriormente se utilizan en todas las propiedades del grupo. El roble seleccionado para las barricas proviene de los extensos bosques de Allier y Nivernais. La madera se seca al aire libre durante dos años en Lafite antes de pasar al proceso de fabricación. Esta autonomía permite controlar el origen geográfico de la madera, la calidad del secado y el tostado.

DESARROLLO DE LA “COLLECTION”

A partir de 1995, DBR (Lafite) elabora vinos de estilo Bordeaux. Para tal fin, ha seleccionado las denominaciones más representativas de la región: Bordeaux, Médoc y Pauillac. Nacida para compartir el espíritu de las “Reservas de los Barones”, la Collection abarca las cuvées Saga, Légende y Réserves, las cuales ofrecen finos que cautivan de inmediato.

LAFITE SE ESTABLECE EN CHINA, PENGLAI

En 2008, Domaines Barons de Rothschild (Lafite) se asocia con el grupo chino CITIC para emprender la tarea de crear un viñedo en China. De todas las regiones chinas visitadas, la península de Penglai demostró ser la más prometedora para la producción de un gran vino, dadas sus ideales condiciones climáticas y geológicas. Esta región posee una tradición vitivinícola ancestral, la que unida a la excelente calidad de sus suelos permite establecer un viñedo en laderas. Situado en la provincia de Shandong, a unos cuarenta minutos al sur de Penglai, el domaine se ubica en el corazón de una zona protegida de 377 hectáreas.

“He descubierto en el vino del Château Lafite un licor generoso y

delicioso solo comparable a la ambrosía de los Dioses del Olimpo”

 Mariscal de Richelieu (1755)

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