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CIUDAD JUÁREZ EN CINCO ESTAMPAS
Comunidad Claretiana de Ciudad Juárez
PERFIL DE LA FRONTERA
Ciudad Juárez, Chihuahua, es una ciudad del norte de México que comparte la frontera con el impenetrable muro de El Paso, Texas, EUA, de geografía desértica, con una amalgama intercultural, ―producto de los flujos migratorios que atrajo el desarrollo y expansión de la industria maquiladora―, que mezcla las diferentes y variadas subculturas de México entre sí y con la cultura híbrida de la frontera. El crecimiento demográfico alcanzó una población de 1, 313, 338 habitantes, al mismo tiempo, se generaron grandes rezagos urbanos y una compleja problemática social marcada por violencia, delincuencia, drogadicción, narcotráfico, corrupción de autoridades coludidas con el narco, desaparición y crímenes de mujeres . (1)
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En el suroeste de la ciudad, en la Colonia Tierra Nueva sección I se ubica la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza. Se erigió el 14 de diciembre de 1998. Su feligresía se calcula en más de 80,000 personas, que abarca por lo menos 15 colonias. Se trata de un inmenso territorio, que se asienta sobre unas dunas del desierto. En este lugar, el desierto se ha convertido en basurero. Forman parte del paisaje los plásticos, llantas y otros desperdicios esparcidos.
EL DESIERTO LO PINTARON ROJO
A partir de 1993, en Ciudad Juárez se hace notable el aumento de feminicidios. La etapa de 1993 a 2003, es una década trágica con más de 400 mujeres asesinadas. Los crímenes incrementaron en los últimos 4 años. Del 2007 hasta el 2011 se registraron 1082 feminicidios. El 27 de marzo de 2008, inicia la Operación Conjunta Chihuahua, para combatir al crimen organizado y la delincuencia en general. Ciudad Juárez no fue la excepción y las ejecuciones alcanzaron cifras alarmantes.
Un grito al Cielo
En el Capítulo Provincial de México 2010, nos dolíamos de los 17,000 muertos que se habían producido en los cuatro primeros años del sexenio del ex presidente Felipe Calderón. Ahora, las cifras superaran los 120,000 homicidios, si bien, no todos son relacionados con el crimen organizado. Nos duelen especialmente las víctimas civiles de esta guerra, consideradas como “daños colaterales”. Los homicidios han afectado a 344 mil personas que son los deudos de los fallecidos.
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COMO MARÍA, AL PIE DE LA CRUZ
El XXIV Capítulo General, nos hacía el llamado a defender la vida contra todo aquello que no la dignifica: “La violencia contra el ser humano es una afrenta al plan de Dios y nos llama, como servidores del Evangelio de la vida, a levantar proféticamente nuestra voz contra esta ‘cultura de la violencia y de la muerte’ y a apoyar a quienes trabajan por los valores de la paz y la vida”. (HAC 2a)
El drama del dolor no podía dejarnos callados, por lo cual, los Misioneros Claretianos a ejemplo de María, que está de pie y de lado de los crucificados de la historia, nos unimos a grupos cristianos y organizaciones civiles para ser promotores de paz, reconciliación y justicia. Cinco estampas recogen algunas acciones de nuestra comunidad misionera, que en fidelidad al Evangelio se esmera por abrazar el sufrimiento del pueblo de Dios.
1. FESTIVAL POR LA PAZ
“El Festival por la Paz de Ciudad Juárez”, fue una iniciativa de la comunidad claretiana y de la organización “Barrios Unidos en Cristo” en reacción a la desenfrenada violencia. Dicho acto pretendió ser un reclamo a las autoridades en turno para que establezcan mecanismos que garanticen la seguridad de la población civil.
El festival se realizó en diciembre de 2009. Se hizo evidente la valentía y generosidad de unos doscientos jóvenes, que vulnerables a la barbarie se involucraron para manifestar su indignación y plantear propuestas que contrarresten la imperante maldad.
Artistas por la paz
En junio de 2011, la movilización urbana se hizo presente en “la cuidad más ensangrentada del país: Ciudad Juárez”. Nuestra parroquia, urgida y comprometida por la pastoral de JPIC, se unió a las protestas y mesas de trabajo que buscan la reconstrucción del tejido social.
2. CON JUSTICIA Y DIGNIDAD
La violencia, insufrible para muchos, despertó algunos movimientos como la “Caravana de la Paz, con Justicia y Dignidad”, encabezada por el poeta Javier Sicilia, animada por organizaciones cristianas y de otra índole social.
Las pancartas elaboradas por los jóvenes de nuestra comunidad parroquial se hicieron visibles con las frases que denunciaban el malestar social: “Con justicia y dignidad, ¡Sangre nunca más!”, “¡Ni un muerto más!”, “¡Nunca más desaparecidos!”
En el camino de la cruz coincidimos con los familiares de los fallecidos y con activistas de organizaciones civiles y religiosas. A todos nos unía la misma causa: la paz por México, la justicia para las víctimas, la seguridad nacional y evidenciar los estragos de la contienda.
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La Caravana se hizo presente en el Campo Algodonero; “icono de muerte”; el “Gólgota de las crucificadas”; sitio donde encontraron los cuerpos de varias mujeres denominadas como Las muertas de Juárez. Como María en el Gólgota, las madres colocaron los nombres de sus hijas asesinadas en cruces rosas.
3. EN JUÁREZ ¡NO MÁS TORTURA!
A pesar de los esfuerzos de las organizaciones civiles y religiosas para frenar la violencia, la vida de las personas está frecuentemente amenazada. Dado el incremento de quejas contra autoridades militares y policiacas de los tres niveles de gobierno en los últimos dos años, en agosto de 2012 se llevó a cabo la campaña “En Juárez, ¡No más tortura!”.
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Tal empresa fue dirigida por el Centro de Derechos Humanos Paso de Norte. A. C. y reforzada por un equipo de servidores de nuestra comunidad parroquial. La consigna: levantar la voz y “sensibilizar a la ciudadanía de no habituarse a la tortura, sólo nosotros podremos cambiar esta realidad, porque todos hemos vivido esta tortura o hemos sido lastimados por las autoridades”.
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4. ROSAS EN EL DESIERTO
Los lastimados por la pérdida de un ser querido, al no advertir soluciones claras de las autoridades gubernamentales, suelen encontrar un consuelo en el Dios del amor. Ante las desdichas, la sociedad civil alentada por organizaciones religiosas, continúa abriendo espacios de esperanza. Un eximio ejemplo fue la oración-vigilia: “Enciende una luz y ayúdanos a abrazar a nuestras hijas”, (3) que realizaron los familiares
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Enciende la esperanza
de mujeres desaparecidas en compañía de sacerdotes católicos y pastores de Iglesias Evangélicas. Nos unimos a estas súplicas en solidaridad con la Iglesia Local de Ciudad Juárez y de nuestra parroquia para rogar al Dios de la Vida que nuestros pueblos tengan verdaderamente vida humana. Estas acciones son rosas que emergen en un desierto hostil; signos que hablan de una esperanza que es más fuerte que la resignación.
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“Esperar contra toda esperanza”. Familiares de las desaparecidas en rueda de prensa, durante la vigilia-oración: enciende una vela y ayúdanos a abrazar a nuestras hijas.**
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5. LA MEMORIA NOS LIBERA La lógica claretiana “valerse de todos los medios para el servicio de la vida” nos motivó a aprovechar las celebraciones del 2 de noviembre de 2012 conocida como el “Día de Muertos”. A nuestra comunidad juvenil se les encomendó registrar memoria de los acontecimientos violentos, acaecidos en los últimos años en la zona urbana a través de los “tradicionales altares”.
El primer altar fue en memoria a la masacre de Villas de Salvarcar, ocurrida en enero de 2010, cuando un grupo armado asesinó a 16 jóvenes. El segundo, a la masacre de Horizontes del Sur, aconteció en octubre de 2010; otro conjunto armado acribilló a los asistentes de una fiesta religiosa, dejando un saldo de 14 muertos y 20 heridos. El tercero, en memoria de los feminicidios; se han contabilizado más de 1,000 mujeres torturadas y asesinadas.
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Entre la basura y el olvido
Este acto memorial es la toma de conciencia de la historia que nos ha tocado vivir y en la medida que se haga memoria del pasado podremos liberarnos de la mentira y del silencio cómplice de un sistema que quiere sepultar en el olvido a los ejecutados; porque un pueblo sin memoria está condenado a repetir su misma historia.
A finales de 2012 se hizo evidente un signo esperanzador. Se trata del Muro de La Piedad; es María, la madre de los pobres y de las víctimas la que ofrece consuelo a los cruficados y abraza a los caídos. Esta estructura la impulsó un sacerdote católico de la diócesis de Ciudad Juárez. El lugar será un recinto de oración para los familiares de las víctimas de la estrategia fallida contra el narcotráfico. En este muro se podrán colocar placas con el nombre de los difuntos, como una manera de recordarlos y expresar el deseo de los juarenses: ¡no más violencia!
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Más de 10,000 huérfanos, miles de personas desaparecidas, 230 mil desplazados, 10,600 negocios cerraron. Se evidenció el fracaso del operativo contra el narcotráfico y en la población civil existe el temor para hacer denuncias. Otros, presentan estados de depresión y traumas. Aumentó del consumo de drogas, incrementó la venta de armas y las ganancias millonarias en el lavado de dinero.
EL RECUENTO DE LOS DAÑOS
En Ciudad Juárez, se calcula que más de 11 mil personas fallecieron víctimas de la violencia, aumentó el desempleo y creció 40 por ciento la pobreza, 116,000 viviendas quedaron abandonadas, luego que igual número de familias perdieron su patrimonio.(4)
“Sufrimiento compartido”. Familiar de un joven asesinado durante el recrudecimiento de la violencia en Ciudad Juárez.
Los ganadores de esta fallida guerra son los bancos que lavan el dinero, los productores y comerciantes de armas, las mafias del crimen organizado, los laboratorios de producción de drogas, las policías y funcionarios corruptos. El enfrentamiento al narcotráfico no se explica sin una lógica binacional. Detrás de los 120,000 homicidios, está la demanda de droga de más de 20 millones de ciudadanos norteamericanos.
La raíz más profunda: el fracaso del modelo económico neoliberal. En definitiva, la conflagración responde a los intereses de seguridad de EUA con su política de guerra al terrorismo y al narcotráfico que impone a los diferentes países. (5)
UN OASIS EN EL DESIERTO… LA VIDA SIGUE
La vida sigue a contracorriente de la tribulación. La vida cotidiana es expresión de resistencia y dignidad: ir al trabajo, llenar las escuelas y celebrar las alegrías familiares. La multiplicación de colectivos de jóvenes que expresan su rabia y esperanza en el arte y en la música, procesos de diálogo y articulación ciudadana, testimonios de lucha, solidaridad y participación de las mujeres.
Así mismo, las secuelas del conflicto armado retan nuestra pastoral misionera. Este padecer social nos llama a la compasión y a la solidaridad, ayudar a jóvenes a liberarse de las adicciones. Crear ministerios en línea de JPIC para que la participación laical en procesos de reconciliación, perdón y paz sea más efectiva. Urge, implementar la Cultura de la Paz y de la No-Violencia, comenzando por los niños, en el respeto, la tolerancia y el diálogo. Urge, además, una Cultura Ecológica para conseguirlo se necesitarán campañas de concienciación, reciclar la basura, cuidar el agua y mejorar la tierra para plantar árboles. Las escuelas, la Iglesia y los mass media tienen un gran trabajo social que desarrollar para que este desierto sea un verdadero oasis.
REFERENCIAS
(1)Centro de Derechos Humanos Paso del Norte A.C, La crisis de inseguridad de violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua. Análisis informativo 2011.(2) Lourdes Godínez Leal, Feminicidios de Juárez, disparados en sexenio de Calderón en Nuestras Hijas de Regreso a Casa A.C, (4 de septiembre de 2012).
(3) Luz del Carmen Sosa, El Diario periódico local (11 de noviembre de 2012)(4) Rubén Villalpando, La Jornada (2 de diciembre de 2012) ** Fotografías de las redes sociales y ONGS