cisis sociologica

22
De la sociología de la crisis a la crisis de la sociología. XVIII Conferencias Aranguren From the sociology of crisis to the crisis of sociology. XVIII Aranguren Lectures IGNACIO SOTELO Freie Universität, Berlin RESUMEN. Crítica y crisis son los dos concep- tos claves en el emerger de la sociología. El concepto de crisis que informa a la sociología en su primera etapa, en la que ésta termina por fundirse con la filosofía de la historia, de- saparece en la reconstitución de la sociología que se lleva a cabo en vísperas de la Primera Guerra Mundial y que tiene en Max Weber a su representante más conspicuo. El empeño principal de este autor es superar la filosofía de la historia, eliminando cualquier residuo metafísico en la ciencia social. La crisis de la sociología se evidencia en que, pese a los esfuerzos de los últimos decenios, no ha logrado una identidad ampliamente compartida por la comunidad científica de los que se llaman sociólogos, claramente dividi- dos entre los que aspiran a una visión global de la sociedad y los que rechazan planteamien- tos generales y tratan de integrar los hechos re- cogidos en teorías de mediano alcance. Palabras clave: Crítica, crisis, filosofía de la historia, sociología. ABSTRACT. Criticism and crisis are the key concepts in the emergence of sociology. The concept of crisis that shapes the beginning of sociology, when it fuses with philosophy of history, disappears during the reconstruc- tion of sociology that takes place on the eve of World War One. It was the main purpose of Max Weber, its most outstanding represen- tative, to overcome philosophy of history by removing any metaphysical residue in social science. The crisis of sociology is shown in its failure in attaining an identity that could be broadly shared by the scientific community of sociol- ogists, despite last decades efforts. Sociolo- gists are clearly divided between those who aim at a global vision of society and those who reject general approaches and try to in- tegrate collected facts into middle range theories. Key words: Criticism, crisis, philosophy of history, sociology. ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política N.º 42, enero-junio, 2010, 9-30 ISSN: 1130-2097 [Recibido: Jun. 09 / Aceptado: Jun. 09] 9 Como es bien sabido, Aranguren fue filósofo por formación y vocación. La religión primero, después la ética, fueron sus principales campos de refle- xión, pero la arbitrariedad ministerial que unió en una misma cátedra la ética y la sociología le obligó a enseñar también esta disciplina, así que tuvo que introducirse en un área por la que había transitado poco. Reunió sus primeros

Upload: rafitarojas

Post on 12-Nov-2015

96 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Crisis sociologica

TRANSCRIPT

  • De la sociologa de la crisis a la crisisde la sociologa.

    XVIII Conferencias ArangurenFrom the sociology of crisis to the crisis of sociology.

    XVIII Aranguren Lectures

    IGNACIO SOTELOFreie Universitt, Berlin

    RESUMEN. Crtica y crisis son los dos concep-tos claves en el emerger de la sociologa. Elconcepto de crisis que informa a la sociologaen su primera etapa, en la que sta terminapor fundirse con la filosofa de la historia, de-saparece en la reconstitucin de la sociologaque se lleva a cabo en vsperas de la PrimeraGuerra Mundial y que tiene en Max Weber asu representante ms conspicuo. El empeoprincipal de este autor es superar la filosofade la historia, eliminando cualquier residuometafsico en la ciencia social.La crisis de la sociologa se evidencia en que,pese a los esfuerzos de los ltimos decenios,no ha logrado una identidad ampliamentecompartida por la comunidad cientfica de losque se llaman socilogos, claramente dividi-dos entre los que aspiran a una visin globalde la sociedad y los que rechazan planteamien-tos generales y tratan de integrar los hechos re-cogidos en teoras de mediano alcance.

    Palabras clave: Crtica, crisis, filosofa de lahistoria, sociologa.

    ABSTRACT. Criticism and crisis are the keyconcepts in the emergence of sociology. Theconcept of crisis that shapes the beginning ofsociology, when it fuses with philosophyof history, disappears during the reconstruc-tion of sociology that takes place on the eve ofWorld War One. It was the main purposeof Max Weber, its most outstanding represen-tative, to overcome philosophy of history byremoving any metaphysical residue in socialscience.The crisis of sociology is shown in its failurein attaining an identity that could be broadlyshared by the scientific community of sociol-ogists, despite last decades efforts. Sociolo-gists are clearly divided between those whoaim at a global vision of society and thosewho reject general approaches and try to in-tegrate collected facts into middle rangetheories.

    Key words: Criticism, crisis, philosophy ofhistory, sociology.

    ISEGORA. Revista de Filosofa Moral y PolticaN. 42, enero-junio, 2010, 9-30

    ISSN: 1130-2097

    [Recibido: Jun. 09 / Aceptado: Jun. 09] 9

    Como es bien sabido, Aranguren fue filsofo por formacin y vocacin. Lareligin primero, despus la tica, fueron sus principales campos de refle-xin, pero la arbitrariedad ministerial que uni en una misma ctedra la ticay la sociologa le oblig a ensear tambin esta disciplina, as que tuvo queintroducirse en un rea por la que haba transitado poco. Reuni sus primeros

  • ensayos sociolgicos en el libro La juventud europea y otros ensayos (1961),que atestigua la estrecha relacin que tuvo el profesor con la juventud univer-sitaria, as como anunciaba en El erotismo y liberacin de la mujer (1972) laque iba a ser la gran revolucin de la sociedad espaola. Pero su mayor aportea la sociologa es sin duda La comunicacin humana, libro aparecido en 1966en ingls, y traducido a nueve lenguas, en el que a partir de la filosofa dellenguaje desemboca en la sociologa de la comunicacin.

    Con la misma libertad ensaystica que ejerci Aranguren, y como home-naje al maestro en el centenario de su nacimiento, me pregunto por la signifi-cacin y alcance de la sociologa en los dos ltimos siglos. Ofrecer en un bre-ve artculo una visin de conjunto a muchos les parecer irrealizable, aalgunos incluso un dislate. Y, en efecto, desde el interior de la disciplina elempeo no tendra mucho sentido; en cambio, si nos colocamos fuera, la ta-rea parece ms factible, de la misma manera que desde el espacio csmico al-canzamos una visin del planeta.

    1. La sociologa, ciencia autnoma

    El socilogo, empero, rechaza cualquier mirada metasociolgica que trate dedar cuenta de lo social desde una dimensin histrica, econmica, jurdica y,Dios nos libre, filosfica. Se entiende este resquemor, si tenemos presente losesfuerzos que la disciplina ha tenido que hacer para desprenderse, tanto de lafilosofa como de la historia, sobre todo de la fusin de ambas en la filosofade la historia. La sociologa se erige en ciencia autnoma cuando reconoce,como escribi Emile Durkheim, que la causa determinante de un hecho so-cial hay que buscarla en los hechos sociales que la anteceden 1. Lo social seexplica exclusivamente por lo social, es decir, dentro de los lmites que en-marcan a esta ciencia. La sociologa existe como ciencia autnoma porquetiene un campo que le es propio: los hechos sociales. Si tard hasta finalesdel siglo XIX el que la sociologa lograse instalarse como ciencia autnoma,se comprende que, despus de un siglo largo de tratar de independizarse, nadarepudie tanto como una visin global que proceda de un enfoque exterior quele sea ajeno.

    Resulta, sin embargo, harto sospechoso este afn de la sociologa de pre-sentarse como una ciencia autnoma, cuando observamos que las diferenciascon las otras ciencias sociales, surgidas a la par, provienen ms de los conte-nidos en los que cada una centra la atencin la economa se ocupa del ma-nejo de recursos escasos, la historia, de lo ocurrido en el pasado, la cienciapoltica, de la organizacin del poder, la antropologa, en el mundo anglosa-

    10 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    1 mile Durkheim, Les rgles de la mthode sociologique, Alcan, Paris, 1895. Cap. V.Reglas relativas a la explicacin de los hechos.

  • jn, o la etnologa en el alemn, estudia las sociedades primitivas ms ale-jadas de la nuestra que de los supuestos metodolgicos, todas ellas cienciasempricas que se basan en la recoleccin de hechos relevantes, relevanciaque, en ltima instancia, sustenta el armazn terico que hayan logrado le-vantar. Pese a que la sociologa era consciente de que los hechos socialesestn indisolublemente ligados entre s y, sobre todo, que deben ser tratadoscomo fenmenos naturales, regidos por leyes invariables, decir que las diver-sas ciencias sociales deberan ser ramas de la sociologa es, por tanto, afirmarque deberan ser tambin positivas, que deberan desarrollarse dentro del mis-mo espritu que las restantes ciencias de la naturaleza 2.

    En el mare mgnum de las distintas ciencias sociales que emergen entre lasegunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX, lo que en el fondo se pre-tende es una ciencia que se ocupe del hombre en sus diversas dimensiones.En los comienzos los saberes dedicados al conocimiento del ser humano semezclan entre s, y la economa tiene que ver con la moral Adam Smith, elautor de Teora de los sentimientos morales (1759), escribe La riqueza de lasnaciones (1776) y la naciente sociologa se confunde en parte con la cien-cia de la historia que est emergiendo. La consolidacin de los saberes encompartimentos estancos, a lo que tanto ha contribuido su integracin en laenseanza universitaria dejo a un lado los desperfectos ocasionados poruna nocin tan daina como la de asignatura, ha terminado por eliminaruna de las cuestiones esenciales que se plante en los comienzos, la de unaposible integracin unitaria de las ciencias sociales.

    En efecto, la sociologa nace con la ambicin de integrar a todas las de-ms ciencias sociales. El vocablo que inventa Augusto Comte 3 incluye alconjunto de las ciencias sociales que se vinculan en una misma aspiracin aconstituir una ciencia emprica, que en sus mtodos no se diferencie de lasciencias naturales. El primer fracaso del que hay que dejar constancia es quela sociologa no haya logrado convertirse, tal como fue su aspiracin origina-ria, en la ciencia que bajo su jurisdiccin integrase a las dems ciencias socia-les. Tras este revs, no tuvo otro remedio que reclamar para s contenidospropios en torno a la pretendida especificidad de lo social. Cualquier interpre-tacin de lo social que vaya ms all de lo social la pone en cuestin, comociencia autnoma.

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 11

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

    2 mile Durkheim, Sociologie et sciences sociales, RP, vol. 55, 1903. En Steven Lukes,mile Durkheim. Su vida y su obra. Centro de Investigaciones Sociolgicas, Madrid, 1984,p. 394.

    3 Auguste Comte utiliza por vez primera el trmino sociologa en el tomo IV de Coursde philosophie positive, Paris, 1830.

  • 2. La crisis en el origen de la sociologa

    La sociologa, como ciencia, antecede a su denominacin y, aunque en susorgenes dieciochescos puedan nombrarse distintos precursores Montes-quieu, Condorcet, Holbach, el alto honor de ser el padre de la sociologacorresponde a Claude-Henri de Saint-Simon (1760-1825). Demolido el anti-guo rgimen con la Revolucin francesa, es preciso construir un nuevo or-den social, para lo que se requiere a su vez un saber social nuevo. La premisafundamental de que parte Saint-Simon, y con l la sociologa en sus inicios,es que todo orden social se fundamenta en un sistema de ideas y, por consi-guiente, los cambios que observamos en la sociedad provienen de nuevos pa-radigmas cognoscitivos. Si las instituciones no son ms que ideas que se hanplasmado en la realidad, no cabe instalar un rgimen social distinto sin esta-blecer antes un nuevo sistema filosfico. Se debe considerar la publicacinde la Enciclopedia la causa mayor que ha determinado la revolucin, crisis te-rrible, pero saludable en sus resultados, porque ha proporcionado a la socie-dad los medios para reorganizarse de manera mucho ms ventajosa para elbien pblico que lo que haba sido el rgimen teolgico y feudal 4. A las re-voluciones sociales y polticas precede siempre una revolucin en los conoci-mientos. En base al conocimiento que proporcionan los nuevos saberes, lasciencias fsico-naturales, que fueron forjndose en los siglos XVII y XVIII,Saint-Simon propone construir una ciencia social nueva que llam fisiologasocial, encargada de organizar el nuevo orden social que sustituya al desplo-mado antiguo rgimen. Lo llam sociedad industrial que sus discpulosrebautizaron, recurriendo a un neologismo que apareci poco despus de sumuerte, con el vocablo de socialismo.

    Para Saint-Simon, hay dos clases de trabajo cientfico, uno consiste enreunir hechos, el otro en reflexionar sobre ellos, es decir, en perfeccionar lasteoras 5. Existen pocas en las que, centrados en la bsqueda de nuevos he-chos, prima la crtica de lo viejo, y otras de sntesis, en las que el empeoprincipal es incluirlos en una teora coherente. En los tiempos de calma yequilibrio social, las teoras articulan y legitiman el orden social establecido;pero al cambiar las ideas bsicas sobre el mundo y el hombre, llegan aos deinestabilidad y malestar social crecientes que obligan a restaurar las institu-ciones de acuerdo con los nuevos saberes. Al ser los avances en el conoci-miento cientfico los que perfeccionan las instituciones sociales, constituyenen definitiva el motor del progreso.

    12 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    4 Saint-Simon, Opinions littraires, philosophiques et industrielles, Oeuvres choisies,Bruselas, 1859, 3 volmenes, reimpreso por Georg Olms Verlag, Hildesheim y Nueva York,1973, vol. III, p. 258.

    5 Introduction aux travaux scientifiques de dix-neuvime sicle. Oeuvres Choisies, vol. I,p. 58.

  • Crtica y crisis son los dos conceptos claves en el emerger de la sociolo-ga. La crtica de los conocimientos heredados hace que se tambaleen las ins-tituciones establecidas y, para salir de la crisis que provoca este desfase de losconocimientos con las instituciones, es preciso remodelarlas de acuerdo conlos nuevos conocimientos. La filosofa del ltimo siglo ha sido revoluciona-ria; la del siglo XIX tendr que ser organizadora 6. Reorganizar los conoci-mientos para reorganizar la sociedad es el empeo principal de Saint-Simon.No tengo ms que una pasin, pacificar Europa, ms que una idea, reorgani-zar la sociedad europea 7.

    Ambos vocablos, crtica y crisis, se derivan del griego krinein, separar,distinguir, decidir. Crtico es el que sabe diferenciar lo que en realidad es di-ferente, y crisis es aquel estado en el que slo cabe la disyuntiva de perecer ocambiar. Esta definicin es fiel a su origen en la medicina hipocrtica: crisises aquella fase de la enfermedad en la que se decide si el organismo puedaan dar un vuelco hacia la curacin, o si ya no queda ms que una agravacincontinua que acaba en la muerte. Como tantos otros trminos griegos aplica-dos al mundo natural, cabe rastrear un significado jurdico-social anterior. EnTucdides el vocablo crisis aparece an en este sentido jurdico originario (I,31; II, 53; VI, 60); pero tambin ya en una nueva acepcin blica, momentoen que se decide una batalla (I, 23), as como en la hipocrtica en su clebredescripcin de la peste en Atenas (II, 49-52).

    No tengo noticia de que el trmino crisis aparezca en los historiadores la-tinos o medievales. nicamente sobrevive vinculado a la medicina hipocrti-ca que en el Renacimiento tuvo un esplndido resurgir. En el siglo XVIII, conlo que se ha dado en llamar la crisis del antiguo rgimen, la nocin de crisisvuelve a difundirse en su significado histrico-social, extendindose enel XIX, siglo histrico por antonomasia, a cualquier realidad humana, desdelas entidades ms abstractas la sociedad global, nuestro tiempo, la ci-vilizacin occidental a la ms concreta, el individuo crisis de identi-dad incluyendo a todos los grupos e instituciones intermedias, crisis de undeterminado club deportivo o crisis de un partido poltico. No hay realidadhumana o institucin social que no se haya puesto en conexin con el concep-to de crisis. La crisis global de la que hoy tanto se habla se remonta comoconcepto a ms de dos siglos. Desde la Revolucin francesa cada generacineuropea ha tenido la sensacin de pasar, tal como la diagnostic Saint-Simonpara su tiempo, por una crisis severa.

    La sociologa nace con la crisis que ocasiona el derrumbamiento del an-tiguo rgimen. El motor de sus desvelos es esclarecer esta terrible crisis enla cual toda la sociedad europea se encuentra comprometida 8. En un texto

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 13

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

    6 De la rorganisatin de la socit europenne, vol. II, p. 256.7 Mmoire sur la science de lhomme (1815), vol. II, p. 166.8 Oeuvres de Claude-Henri de Saint-Simon. ditions Anthropos 6 volmenes, Paris,

    1966, I, p. 143.

  • tardo de 1821, Saint-Simon escribe: la crisis en la que se encuentra el cuer-po poltico desde hace 30 aos tiene por causa fundamental el cambio totaldel sistema social que tiende a operarse hoy en da en las naciones ms civili-zadas, como resultado final de todas las modificaciones que el antiguo ordenpoltico ha sufrido sucesivamente hasta esta fecha. En trminos ms precisos,esta crisis consiste esencialmente en el paso de un sistema feudal y teolgicoa un sistema industrial y cientfico. Durar inevitablemente hasta que la for-macin del nuevo sistema no est en plena actividad 9. Saint-Simon traza elprograma de lo que va a ser la sociologa en su primera fase: diagnstico de lacrisis y recomendaciones para superarla.

    Europa se encuentra en la transicin de un sistema feudal y teolgico auno industrial y cientfico. El sistema feudal se fundamenta en una teologaque sirvi para legitimar la acumulacin del medio principal de produccin,la tierra, en manos de una clase dominante que se impone por la fuerza de lasarmas, permitindose llevar una vida de holganza. Frente a esta clase parasi-taria de latifundistas, eclesisticos y militares, surge otra, productiva, queinternaliza la ciencia como la ideologa propia. La lucha entre la clase para-sitaria y la productiva, o como tambin las llama Saint-Simon, una clasefeudal y otra industrial, define la crisis que vive Europa y marca el cami-no para su solucin, superar este dualismo, construyendo una sociedad sinclases en la que todos los productores se esfuercen solidariamente en el de-sarrollo de la ciencia como el instrumento idneo para controlar la naturalezay la sociedad 10.

    Las ciencias sociales surgen del intento de diagnosticar en teora, y supe-rar en la prctica, las crisis vividas. Con la consolidacin de las distintas cien-cias sociales economa, sociologa, antropologa, psicologa, politologase han ido elaborando conceptos muy distintos de crisis. A la multiplicidadsemntica del vocablo crisis en el lenguaje cotidiano, se une la elaboracinparticular de este concepto en las distintas ciencias sociales: el economista, alreferirse a la crisis, entiende algo muy distinto del politlogo, cuando hablade crisis de gobierno o crisis del parlamento, o el socilogo culturalista, decrisis de los valores.

    14 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    9 Idem, V, p. 3.10 Recurdese la famosa parbola de Saint-Simon: Supongamos que Francia pierda sbi-

    tamente una parte de los fsicos, los ingenieros, los banqueros, los obreros manuales, los co-merciantes y los agricultores. Como estos hombres son la flor de la sociedad francesa, sin loscuales la nacin no puede vivir, perecera en el momento en que los perdiera. Hagamos otra su-posicin. Admitamos que Francia conserve todos los industriales y hombres de ciencia que po-see, pero que tenga la desgracia de perder en el mismo da al hermano del rey, al duque deOrlens, a todos los ministros de Estado, los mariscales, los cardenales y diez mil propietariosentre los ms poderosos que viven noblemente. Este accidente afligira a los franceses, porquetienen buen corazn, pero la prdida de treinta mil individuos, considerados los ms importan-tes del Estado, slo sentimentalmente les afligira, pues no provocara ningn mal a la so-ciedad.

  • 3. Saint-Simon, padre de la sociologa y del socialismo

    Las instituciones han de acomodarse a los conocimientos, y segn stos vancambiando, se producen nuevos desfases en un proceso que tiene su propialgica, de la que Saint-Simon concluye la existencia de leyes objetivas en lamarcha de las sociedades. Conocer las que actuaron en el pasado permite pre-ver el futuro. Todas las cosas que han ocurrido y todas las que ocurrirn for-man una sola serie, de la que los primeros trminos constituyen el pasado, ylos ltimos, el futuro. El estudio de la marcha seguida hasta hoy por el espri-tu humano nos revelar los pasos tiles que quedan por dar en la carrera cien-tfica y en la ruta hacia la felicidad 11.

    Hasta el siglo XV la teologa tuvo la primaca; en el Renacimiento pas alos autores profanos, griegos y latinos; en el siglo XVIII es clara ya la preemi-nencia de las ciencias fsico-naturales; una ciencia positiva del hombre mar-car la construccin de la sociedad futura. El desarrollo interdependiente delos conocimientos y de las instituciones culmina en una filosofa de la historiaque, siguiendo las huellas de Sant-Simon, Comte formula en el conocido es-quema de los tres estadios, el teolgico, el metafsico y el positivo.

    Una vez que se ha desplomado la creencia cristiana de que el mundo hasido creado para el hombre y que el hombre ha sido creado a imagen deDios 12, se sabe que todos los seres, inertes o vivientes, incluidos los huma-nos, forman parte de una misma naturaleza, de modo que las ciencias delhombre han de aplicar el mismo mtodo de observacin y experimentacinque emplean las ciencias naturales. La fisiologa, de la que la ciencia delhombre forma parte, habr que tratarla con el mtodo que se aplica a otrasciencias fsicas 13. Las dos ciencias bsicas que provienen de la Antigedadson la astronoma, que con la ley de la gravedad ha refundado Newton, esta-bleciendo el nuevo modelo de ciencia, y la medicina, el primer conocimientocientfico del hombre y, por tanto, la fuente primigenia del saber cientfico delo humano en sus diferentes dimensiones. En la Memoria sobre la ciencia delhombre (1815), los maestros a los que Saint-Simon se remite son todos mdi-cos: Flix Vicq-dAzyr (1748-1794), Pierre Jean Cabanis (1757-1808), Fran-ois Xaver Bichat (1771-1802). Junto a haber puesto nfasis en el papel delas ideas en el cambio social, el mayor mrito de la filosofa positivista es ha-ber integrado en las ciencias naturales a las del hombre.

    La fisiologa social que en los comienzos propuso Saint-Simon encaja-ba en la economa poltica que los ingleses haban puesto en circulacin, peroa partir de 1817 se aparta cada vez ms del liberalismo econmico, convenci-do de que el orden que se establezca, adems de una ciencia social, precisa de

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 15

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

    11 Mmoire sur la science de lhomme (1815). Oeuvres choisies, II, pp. 12-13.12 Mmoire sur la Science de lhomme, vol. II, p. 40.13 Idem, p. 14.

  • una nueva moral. Fascinado por el precepto divino de organizar la sociedadde manera que garantice a la clase ms pobre la ms rpida y la ms completamejora de su existencia moral y fsica 14, centra todos los esfuerzos en me-jorar tan pronto como fuese posible la existencia moral y material de la clasems numerosa. En su ltimo libro, que no en vano lleva por ttulo NuevoCristianismo, su pensamiento se encamina hacia el socialismo un trminoque, como el de sociologa, aparece tambin, despus de su muerte enten-dido, no ya como un ideal moral, sino como resultado de las leyes del desa-rrollo histrico.

    Conviene retener que sociologa y socialismo, las dos corrientes principa-les del pensamiento social del siglo XIX, en buena parte provienen de una filo-sofa, tan creativa y deslavazada, como la de Saint-Simon. Pronto se bifurcan,marchando cada una por sendas separadas. Con el desarrollo de la industria,que crea un proletariado enfrentado al propietario del capital, resulta insoste-nible la idea saint-simoniana de incluir a trabajadores y empresarios en unasola clase de productores, enfrentada nicamente a la clase parasitaria,mxime cuando la restauracin borbnica haba emparedado a la clase mediaentre la nobleza terrateniente y la nueva clase obrera, cuya mayor parte, sobretodo los sectores empresariales, se alia con la vieja aristocracia. Entre los dis-cpulos de Saint-Simon la sociologa se escinde del socialismo: Enfantin yBazard, propicios a defender los intereses del pueblo llano, adoptan posicio-nes socialistas, mientras que Comte erige la sociologa como la ciencia propiade la nueva burguesa.

    4. El saint-simoniano Marx

    Amigo del padre y vecino de la familia en Trveris, mentor del Marx adoles-cente, y luego su suegro, siendo an estudiante de bachillerato, el barn Lud-wig von Westphalen le introdujo en la obra de Saint-Simon, lectura que dejuna huella indeleble. El saint-simoniano Marx trat tambin de fundar unaciencia social que enunciara leyes objetivas del desarrollo de las sociedades,no slo independientes de las intenciones de los humanos, sino incluso deter-minantes de su conciencia, con el propsito prctico de conocer en qu direc-cin iran los cambios que llevaran a un nuevo orden social. El joven Marxescribe, siguiendo a Saint-Simon, que la ciencia natural ser un da la cien-cia del hombre, as como la ciencia del hombre se subsumir en la de la natu-raleza. Ambas formarn una sola ciencia 15. Leyes sociales objetivas marcanel desarrollo de las sociedades, pero tambin la conciencia y voluntad de los

    16 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    14 Nouveau christianisme, Oeuvres choisies, vol. III, p. 323.15 Karl Marx, konomische-philosophische Manuskripte (1844). Tercer Manuscrito. En

    Frhe Schriften, vol. 1, Cotta-Verlag, Stuttgart, 1962, p. 604.

  • individuos, que piensan y quieren moldeados por el contexto social en que sedesenvuelven. Pero rechaz con la mayor contundencia que esta ciencia so-cial pudiera ser la fsiologa que propuso el aristcrata francs y que luego,como sociologa, difundi su discpulo, Auguste Comte, por quien Marx nosinti la menor simpata.

    En la segunda mitad del siglo XIX, para dar cuenta de la sociedad habaque elegir entre la sociologa que, constituida en ciencia social autnoma, tra-ta de explicarla constreida a lo social, y la ciencia social que propone Marxque abarca la totalidad del proceso histrico. La historia, que necesita recurrira lo econmico, lo social, lo jurdico, lo poltico y lo ideolgico para hacersecargo del pasado, es la ciencia social integradora de las dems ciencias socia-les. Reducir, como hizo la sociologa, lo social a una ciencia particular impidesu conocimiento, ya que slo resulta cognoscible en sus relaciones con las de-ms estructuras, econmicas, polticas, jurdicas, ideolgicas. La historia, alponer en relacin las distintas dimensiones de lo humano, es la ciencia socialunitaria que rene al conjunto de las ciencias sociales. nicamente la historiapermite aprender estas totalidades en sus relaciones mutuas, mientras queel conocimiento se fosiliza, si se construyen artificialmente compartimientosestancos economa, sociedad, poltica, cultura cada uno promoviendouna ciencia particular que pretende bastarse a s misma. Marx propugna unavisin total de la historia, negndose a diferenciar distintas secciones aut-nomas lo cultural, lo poltico, lo social, lo econmico como si cada unapudiera estudiarse por s misma.

    En consecuencia, Marx impugna de la manera ms contundente la socio-loga, entendida como ciencia autnoma de lo social, a la vez que pretendeconstituir una ciencia social integradora, que cabe llamar tambin sociologaen el sentido ms amplio. Hasta la I Guerra Mundial marxismo y sociolo-ga compiten, como dos corrientes enfrentadas de una misma ciencia social.Tras la revolucin rusa, el marxismo se anquilosa en una cosmovisin filos-fica, el famoso materialismo dialctico, que trata de unificar las cienciassociales y naturales. Acabada la II Guerra Mundial aparece una sedicentesociologa marxista, que si bien tuvo la virtud de poner de manifiesto losvnculos ocultos entre los dos sistemas en competicin, parece, sin embargo,una contradiccin en los trminos: si la sociologa es una ciencia de lo socialque lo explica a partir de lo social, en ningn caso puede ser marxista, que su-pone la imbricacin de lo econmico, lo social, lo poltico y lo ideolgico, enuna totalidad dialctica.

    Para Saint-Simon la causa primera de la crisis estaba en la disolucin cr-tica de la filosofa que hasta entonces haba sustentado el edificio social y, portanto, superarla exiga la elaboracin de una filosofa nueva que diseara elorden social que era menester construir. Un Marx tambin convencido de laexistencia de leyes objetivas en el desarrollo de las sociedades denuncia, sinembargo, el idealismo histrico que eleva las ideas a motor de la historia y

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 17

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

  • a los cientficos a sus verdaderos hroes. Rechaza que las ideas por s solasimpongan los cambios sociales e insiste en que son los modos de producir losque, en ltimo trmino, modifican ideas y conocimientos. El capitalismo,como Marx llama a la sociedad industrial de Saint-Simon, no necesita deuna nueva filosofa sobre la que levantar una ciencia social constructiva,sino que parte de una economa poltica que muestra la interrelacin exis-tente entre el desarrollo de las fuerzas productivas recursos y tecnologay las relaciones de produccin, que incluyen las estructuras sociales que con-figura la propiedad privada de los bienes de produccin, as como mentalida-des, ideologas y dems superestructuras que de aquella se derivan. Hastala I Guerra Mundial el marxismo se consider la ciencia social unitaria, queintegra a las dems ciencias sociales, en conexin con la ciencia natural, yque compite con una sociologa, limitada a dar cuenta de lo social por lo so-cial, que se esfuerza en afirmar su autonoma hasta el punto de terminar sepa-rndose de las ciencias naturales.

    Hay que dejar constancia de una segunda diferencia fundamental conMarx. En Saint-Simon el conflicto se da entre los que trabajan y los que notrabajan de manera productiva, de modo que las dos clases en litigio son laparasitaria y la productora. Eliminada la clase parasitaria, en perfec-ta armona los productores conseguirn un bienestar generalizado,al poner el saber cientfico al servicio de la produccin. Marx, en cambio,subraya que en la sociedad capitalista la contradiccin principal es la decapital-trabajo. Los dueos del capital estn enfrentados a la fuerza de tra-bajo, las dos clases antagnicas que Saint-Simon inclua en la de los pro-ductores.

    Desde una visin global de la historia Marx tambin enfoca la crisis quevive la sociedad contempornea como un fenmeno propio de la transicin deun orden social a otro, pero piensa que nicamente cabe aprehenderla desdeuna concepcin materialista, es decir, desde su raz econmica. Para elmaterialismo histrico comprender la crisis poltica exige haber detecta-do previamente la crisis social que la provoca, a su vez indescifrable sin unanlisis de la crisis econmica que caracteriza al nuevo modo de produc-cin capitalista.

    Marx introdujo el concepto de crisis en la economa poltica. Frente a laeconoma clsica que postulaba un ajuste automtico entre produccin y de-manda, seal la sobreproduccin en el origen de las crisis. El afn de benefi-cio lleva a aumentar la produccin hasta mucho ms all de la capacidad decompra, no de consumo, con lo que se hace patente la paradoja del capitalis-mo de que resulten invendibles mercancas y servicios de que carecen unabuena parte de la poblacin. Aunque Marx no lleg a confeccionar una teoraacabada de la crisis econmica, en su correspondencia encontramos observa-ciones abundantes, tanto sobre las crisis vividas, como las que vaticinaba yluego no acababan de fraguar, llegando al convencimiento de que, inherentes

    18 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

  • al modo de produccin capitalista, seran cada vez ms frecuentes y de mayorcalado hasta terminar por derribarlo.

    La socialdemocracia del ltimo tercio del siglo XIX, convencida de que larevolucin proletaria llegara irremisiblemente empujada por las contradic-ciones internas del capitalismo, pudo instalarse cmodamente a la espera deque la prxima crisis fuese la definitiva. Marx acert en vincular las crisisperidicas al modo de produccin capitalista, pero desde el supuesto de undescenso continuo del beneficio del capital no pudo prever que, en vez de fa-vorecer el derrumbe del sistema, a menudo las crisis lo fortalecen, al desem-bocar en un nuevo perodo de crecimiento econmico. Despus de las mu-chas y graves crisis vividas, a finales del XIX los pases capitalistas pioneroseran mucho ms ricos, permitindose incluso un aumento sustancial de lossalarios que desmenta el pronstico de la pauperizacin progresiva del prole-tariado, como factor decisivo del irremediable desplome del capitalismo. Alno desmoronarse, todo lo contrario, al robustecerse, termin por imponerseen la socialdemocracia alemana el revisionismo de un Bernstein, ya plena-mente convencido de que si la clase obrera lograra integrarse en un Estadodemocrtico a fin de cuentas, ste es el factor que haca obsoleta la revolu-cin podra tambin beneficiarse de la inmensa capacidad de crecimientoque despliega el capitalismo.

    5. Evolucin y sociologa

    A diferencia de Francia, donde muy pronto sociologa y socialismo surgierona la par en el saint-simonismo, y de Alemania, donde el hegelianismo promo-vi una nueva ciencia social que algunas de sus ramas, no slo el marxismo,conectaron con el socialismo, en Gran Bretaa, sociologa y socialismo echa-ron races con considerable retraso. El utilitarismo, por un lado, y la nuevaciencia econmica, por otro, proporcionaban suficiente apoyo ideolgico alas clases medias ascendentes. En el pas originario de la revolucin indus-trial, en el que el proletariado creca rpidamente, se haca muy arriesgadopara la nueva clase empresarial desprenderse de la alianza con la nobleza, enla que el gobierno parlamentario se apoyaba desde la revolucin gloriosa.

    Se comprende que en una sociedad en que las instituciones burguesas sesentan definitivamente asentadas desaparezca la angustia de las crisis y elafn de renovacin se detecte nicamente en los sectores sociales menos fa-vorecidos. La sociologa proveniente del positivismo francs no pudo ejerceren Gran Bretaa el mpetu reformador, abierto al futuro, que caracteriz a suaparicin continental. Arriba a Inglaterra por un conducto marginal, HerbertSpencer (1820-1903), publicista autodidacto, sin apoyos institucionales, quelleg a ser el socilogo de mayor popularidad e influencia de la poca victo-riana. Despojada ya de su pathos reformista el pensador ingls inserta la so-

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 19

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

  • ciologa, al igual que su maestro Comte, en un sistema universal de las cien-cias. Si en Comte los dos conceptos bsicos de la sociologa, esttica ydinmica, provienen de la fsica, la primera estudia la estabilidad social y lasegunda el cambio social, Spencer se nutre de la biologa, la nueva ciencianatural que con el concepto de evolucin surge en el siglo XIX. Spencer conci-be a la sociedad como un organismo que se regula a s mismo y que, comotodos los dems, ha evolucionado hasta su actual estadio. Las sociedades sontambin producto de la evolucin del universo, de una homogeneidad inde-terminada y sin conexin a una heterogeneidad determinada y conexa.

    Este cambio de perspectiva, de la fsica a la biologa, de Newton a Dar-win, fortalece an ms la tendencia conservadora de la sociologa. De las dosvertientes que tuvo la comtiana, estabilidad y cambio, orden y progreso,Spencer elimina la segunda. Si el progreso social es tan seguro como lo es elcrecimiento en la biologa, resultar superfluo cualquier empeo reformista, ymenos revolucionario; los cambios necesarios llegarn en el momento opor-tuno y de la forma adecuada. Si a ello se aade que Spencer corrige la socio-loga comtiana, en el sentido de que no es la humanidad, sino el individuo, elverdadero sujeto de la historia, el individualismo ms agresivo toma cuerpoen la obra de Spencer, justificando la lucha de todos contra todos del pri-mer capitalismo industrial (darwinismo social). La sociologa remacha as sufuncin ideolgica, justificadora del orden existente, desempeando un papelanlogo al que en el antiguo rgimen Saint-Simon otorg a la teologa.

    Muy significativamente Spencer reduce a dos los tres estadios comtianos:la sociedad militar en la que predominan las relaciones de fuerza y de coer-cin, y la sociedad industrial, basada en la cooperacin libre segn el principiode la divisin del trabajo en la que descuellan el ingeniero y el industrial. El bi-nomio sociedad militar y sociedad industrial, reformulado en sociedad tradi-cional y sociedad moderna, permanece inclume hasta nuestros das. La socie-dad moderna se identifica con la sociedad capitalista, plenamente desarrollada,y tal como existe en el presente representara la ltima etapa de la evolucinhistrica. El tema central de la sociologa ya no es diagnosticar y contribuir asuperar las crisis, sino estudiar en teora, y apoyar en la prctica, la moderni-zacin de las sociedades que an no hubieran alcanzado la etapa superior.

    La influencia de Spencer fue decisiva en la consolidacin acadmica de lasociologa, pero no en el Reino Unido, donde su enorme xito como publicis-ta no facilit el que penetrara en las universidades britnicas, demasiado ape-gadas a la tradicin humanista para acoger una ciencia social integrada en lasciencias naturales, sino en Estados Unidos, terreno especialmente abonadopara su recepcin. Tanto Lester F. Ward (1841-1913) como William G. Sum-mer (1840-1910), pioneros de la sociologa en el nuevo mundo, partieron delos Principios de Spencer 16, pero con la tendencia a corregir su biologismo

    20 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    16 The Principles of Sociology, 3 vols. Williams and Norgate, Londres, 1882-1898.

  • absorbente, recalcando la importancia de los factores psicolgicos individua-les. Tambin Amrica Latina se mostr muy receptiva de la obra de Comte ySpencer. En 1882, la universidad de Bogot inaugura la primera ctedra desociologa del mundo.

    6. El segundo nacimiento de la sociologa

    Spencer est muerto. Pero quin lo mat y cmo? ste es el problema 17.Todos los socilogos, por lo menos los de mi generacin, recuerdan las pala-bras con las que comienza La estructura de la accin social (1937). TalcottParsons (1902-1979) rompe con el biologismo evolutivo, cuando la gran de-presin ya haba aniquilado por completo el optimismo que propagaba Spen-cer sobre la estabilidad del orden social establecido y el marxismo empezabaa penetrar en algunas universidades norteamericanas. En su estancia en Euro-pa primero en la London School of Economics, 1924-1925, luego en Hei-delberg, 1925-1927 el joven Parsons se haba familiarizado con la sociolo-ga europea de los dos ltimos decenios que precedieron a la I GuerraMundial. Debidamente adaptados a las necesidades y modalidades de Esta-dos Unidos, en su primer libro Parsons importa el pensamiento sociolgicode Vilfredo Pareto (1848-1923), Emile Durkheim (1858-1917) y Max Weber(1864-1920), los protagonistas de lo que muy bien cabra llamar el segundonacimiento de la sociologa. A los tres une un mismo empeo en ofrecer unparadigma sociolgico ms efectivo que el positivista comtiano para contenerun marxismo en rpida expansin.

    En efecto, la sociologa sufre una profunda transformacin, cuando a fi-nales del siglo XIX deja de proponer, como sujeto colectivo, hipstasis abs-tractas del tipo de la humanidad, la sociedad, la clase social, y pasa aocuparse de los hechos sociales (mile Durkheim) o de la accin social (MaxWeber). En Durkheim esta ruptura se incluye todava en la tradicin positivis-ta francesa que pretende establecer leyes objetivas en la sociologa, del tipoque conocen las ciencias naturales. En este afn de objetivacin Durkheimtrata a los hechos sociales como cosas, que se caracterizan, tanto por pertene-cer al mundo exterior, si se quiere forman parte de la naturaleza, como porimponerse coercitivamente. Entre los hechos sociales se ha de incluir la con-ducta humana, que tambin viene configurada por hechos objetivos, que loson, porque tampoco los podemos cambiar a nuestro antojo. Una ciencia esun estudio que se ocupa de una porcin determinada de lo real que trata deconocer y, si es posible, de comprender. Describir y explicar lo que es y loque ha sido, es su nica tarea, pero no le ataen las especulaciones sobre el

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 21

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

    17 Talcott Parsons, The Structure of social Action, McGraw-Hill Book, 1937, The FreePress of Glencoe, Nueva York, 1949, Segunda reimpresin 1961, p. 3.

  • futuro, aunque su ltimo objetivo sea hacerlas posibles 18. ste es el peque-o resquicio que deja para una accin poltica empeada en el cambio. La so-ciologa slo tiene que ver con el presente, y se ocupa del pasado en tanto quecontraste esclarecedor de lo que ha terminado por ser. Y ello porque presentey pasado son las dos nicas dimensiones temporales que pueden aprehender-se empricamente. Al reclamar la sociologa el status de ciencia, el futuro queno forma parte de lo real, es decir, de lo aprehensible empricamente, deja deser de su incumbencia, y no queda otro remedio que desenganchar la sociolo-ga del socialismo.

    Durkheim se remonta incluso a un lejano pasado la sociologa conectacon la antropologa que se habra caracterizado por una solidaridad que lla-ma mecnica, mientras que domina el presente una solidaridad orgnica queconlleva un grado mayor de interdependencia. La primera es propia de pobla-ciones escasas, organizadas en clanes, mientras que la segunda, basada en ladivisin del trabajo, no slo permite grandes aglomeraciones, sino que mues-tra una fuerte conexin entre sus miembros, lo que deja un espacio mayorpara la iniciativa individual. Marx, en cambio, de la divisin del trabajo habaderivado una sociedad enfrentada en clases antagnicas. Distinguir solidari-dad mecnica de solidaridad orgnica sirve para diferenciar el pasado delpresente, la misma funcin que en Spencer desempea el binomio sociedadmilitar y sociedad industrial, y que con este mismo fin se mantiene hastanuestros das en el de sociedad tradicional y sociedad moderna.

    A diferencia de los socilogos de la primera fase fundacional, Durkheim seremonta a un pasado muy lejano para entender el presente, a la vez que eliminael futuro, al que la ciencia no podra tener acceso por no ser una realidad tangi-ble. En una sociedad en la que el orden establecido se considera ya definitivoen sus rasgos bsicos, no tiene demasiado sentido ocuparse del futuro. Se caeentonces en la cuenta de que esta categora resulta incompatible con una cien-cia emprica, justamente lo contrario de lo que haba pensado Saint-Simon, de-fensor tambin de una ciencia emprica, pero convencido de que a partir de lasleyes objetivas que se comprueban en el pasado y se hacen inteligibles en elpresente, cabra deducir a grandes rasgos lo que ocurrir en el futuro.

    Max Weber, en cambio, s lleva a cabo una verdadera ruptura con la con-cepcin positivista de la sociologa, tanto en los contenidos, como en los m-todos. Respecto a los primeros, introduce la de accin social como catego-ra central. Se acta para conseguir un fin, la accin supone un objetivo, unafinalidad, de modo que implica siempre una relacin de medios a fines.Toda reflexin sobre los ltimos elementos del hacer humano, por lo prontose vincula a las categoras de fin y medio 19. La sociologa precisa de un sta-

    22 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    18 mile Durkheim, Le socialisme, Presses Universitaires de France, Paris, 1992, p. 35.19 Max Weber, Die Objektivitt sozialwissenschaftlicher und sozialpolitischer Erkenntnis

    (1902), Gesammelte Aufstze zur Wissenschaftslehre, Tercera Edicin, Mohr-Siebeck, Tubin-ga, 1968, p. 149.

  • tus propio, ya que, a diferencia de las ciencias naturales en las que nicamen-te importa el porqu, en las ciencias sociales es imprescindible preguntarsepor el para qu, por la finalidad de la accin. Y en cuanto a los mtodos, stoshan de tener muy presente que no se llega directamente a la realidad social,sino que es preciso construirla a partir de los datos empricos a los que setiene acceso (tipo ideal). La accin social adems de explicarse, poniendode manifiesto sus causas, ha de comprenderse, revelando la finalidad busca-da. Si en las ciencias naturales se ha eliminado la dimensin teleolgica, enlas ciencias sociales es la fundamental.

    Weber se halla inmerso en la polmica de la Alemania de su tiempo sobrela peculiaridad de las ciencias sociales respecto a las naturales. Wilhelm Dilt-hey propuso la vida como realidad primaria realidad radical la llamOrtega cuya inteleccin precisa incluirla en la dimensin histrica que le espropia: la vida se hace, es historia. De ah que haya que separar las cienciasque se ocupan de la realidad histrico-social de las ciencias naturales, ya quelas primeras slo puede explicarse y fundamentarse definitivamente en laobra misma 20. Lo social-cultural nicamente se entiende, si desde su inte-rior se interpreta su significado, es decir, la hermenutica es el mtodo propiode estas ciencias que Dilthey llam ciencias del espritu. Heinrich Rickert,cuyo pensamiento tuvo Weber muy en cuenta 21, considera la hermenuticaexclusiva de los saberes humansticos y recupera la dimensin emprica paralas ciencias sociales, aunque stas tambin hay que separarlas de las cienciasnaturales. En el ltimo tercio del siglo XIX, se perfilan tres saberes en Alema-nia, las ciencias humansticas, las ciencias sociales y las ciencias naturales, ycada una exige su propia autonoma. Tres culturas que hasta bien avanzadala segunda mitad del siglo XX han permanecido cada una por su lado, sin ape-nas conexin 22.

    El pensamiento sociolgico de Max Weber surge de la trifulca que man-tienen las ciencias sociales con un positivismo residual. Su principal empeoes superar la filosofa de la historia, eliminando en la ciencia social cualquierposo metafsico. Para ello suprime, tanto el sujeto totalizador la socie-dad, la nacin, la raza, la clase como cualquier otro vestigio histo-ricista, expulsando nociones como desarrollo o evolucin. Pretende unaciencia social antihistoricista, yo dira incluso ahistrica, en la que se ha cer-cenado la dimensin temporal, y con ella el conflicto y el cambio.

    Este afn de objetividad atemporal lleva a eliminar por completo ladimensin del futuro. Weber percibe en el presente una burocratizacin,

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 23

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

    20 Wilhelm Disthey, Introduccin a las Ciencias del Espritu, Revista de Occidente, Ma-drid, 1956, p. 13.

    21 Peter-Ulrich Merz, Max Weber und Heinrich Rickert, Die erkenntniskritischen Grund-lagen der verstehenden Soziologie, Knigshausen und Neumann, Wrzburg, 1990.

    22 Wolf Lepenies, Die Drei Kulturen, Soziologie zwischen Literatur und Wissenschaft,Hanser, Mnich, 1985.

  • que ha de seguir caracterizando al futuro previsible, en cuanto es inherente,tanto al capitalismo tardo, como al socialismo, una alternativa que se revelaslo aparente. En cuanto supone una concepcin temporal, procesual y endefinitiva histrica de lo social, se comprende que en las ms de mil pginasde Economa y Sociedad no aparezca ni una vez el trmino de crisis 23.Pero por grande que haya sido el esfuerzo de Weber por eliminar la dimen-sin histrica de las ciencias sociales, en el binomio sociedad tradicio-nal-modernidad el pasado se cuela de nuevo, y permanece en nuestros dasen las sociologas que captan la sociedad desde una visin global de su de-sarrollo.

    A la bsqueda de una ciencia social que se fundamente a s misma, Weberse desprende tanto del positivismo cientificista de un Comte o de un Spencer,como se esmera en limpiar la ciencia social de las ltimas reminiscencias his-trico-filosficas. Esto le lleva a enfrentarse a la filosofa de la historia impl-cita en el marxismo, que haba adquirido especial vigor y prestigio con la ra-pidsima expansin de la socialdemocracia a finales del XIX. No cabe dudaque la mejor manera de entender el pensamiento de Weber es interpretndolocomo un dilogo de aceptacin y de rechazo con Marx. Cuando en los mediosobreros el revisionismo de Bernstein planteaba la entonces tan debatidacuestin del fin del capitalismo, en el mundo acadmico Weber y Sombartfijaron la mirada en los comienzos para desentraar su significado. Esta vuel-ta a los orgenes permite a Weber poner en tela de juicio la dialctica de baseeconmica y superestructura ideolgica que tan alegremente manejaba elmarxismo de la II Internacional.

    Campeaba por el ambiente la idea de que la reforma protestante de algunamanera habra tenido que ver con el surgir del capitalismo, pero, cmo ex-plicar una relacin, aunque no fuese de causa a efecto, sino de parentesco,como la llama Weber, entre una determinada religiosidad, que pertenece a loms ntimo de la personalidad, y una formacin socio-econmica como es elcapitalismo? Al plantear esta cuestin en La tica protestante y el espritu delcapitalismo un clsico de la literatura sociolgica que en su tiempo, y hastanuestros das, ha sido y es muy discutido Weber inaugura un nuevo para-digma en la sociologa con las siguientes tres aportaciones: 1. Muestra laautonoma de las creencias personales, incluida la dimensin ideolgica, delas estructuras socioeconmicas. El mbito de las ideas y creencias es inde-pendiente de las constelaciones socioeconmicas. 2. Cuando la ilustracinpareca haber eliminado definitivamente la dimensin religiosa de la existen-cia, Weber subraya su papel fundamental en la configuracin del mundo mo-derno. La sociologa de la religin va a ser as una de sus grandes contribu-ciones a la sociologa. 3. El ensayo deja patente la polisemia del vocablo

    24 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    23 Jos M. Gonzlez, buen conocedor de la obra de Weber, me corrige, todo lo ms una odos veces.

  • racional, con lo que rompe con el racionalismo del primer pensamientoilustrado que estuvo en los orgenes de la sociologa.

    Sombart haba definido el capitalismo como el comportamiento econ-mico racional. Definicin que acepta Weber, slo si previamente se precisaqu quiere decir racional. Lo racional consiste en que los medios se acoplen alos fines, un medio es racional, si sirve al fin que se propone. Para entender laracionalidad del capitalismo es preciso introducir una nueva categora que seha malentendido a menudo, la de espritu del capitalismo, que no hacemencin en ningn caso a la esencia o naturaleza ltima del capitalismo, sinoque tiene que ver slo con el hecho de que todas sus acciones se encaminen aun nico fin. El espritu del capitalismo se muestra en que concentra todoslos medios en la obtencin de un nico fin, la acumulacin ilimitada, la acu-mulacin por la acumulacin, la acumulacin como fin en s mismo. El capi-talismo es racional porque fija un nico fin, la acumulacin por la acumula-cin, como fin en s mismo. Importa tener muy presente que en La ticaprotestante y el espritu del capitalismo Weber no se ocupa de los orgenesdel capitalismo, sino de los orgenes del espritu del capitalismo. Lo queWeber pone en conexin no es el capitalismo con el protestantismo, una hi-ptesis que fcilmente cabra desmontar como falsa, sino el espritu del ca-pitalismo, es decir, el principio de acumulacin infinita, con la tica protes-tante.

    Cierto que encaminar todas las acciones a un solo fin racionaliza la con-ducta, pero es acaso racional ese fin de acumulacin infinita? Parecer pocorazonable en cuanto concibamos otros fines como, por ejemplo, el ms obvio,satisfacer las necesidades humanas. El que se haya impuesto algo que pare-ce tan poco razonable, como es la acumulacin como nico fin, lo explicaWeber desde una determinada teologa del calvinismo. La doctrina de la pre-destinacin deja nicamente un resquicio para saber si se pertenece a los ele-gidos, y es que una vida asctica de renuncia y de trabajo tenga su compensa-cin ya en esta vida.

    La distincin entre el mundo de los hechos con la objetividad operati-va de los medios y el mundo de los fines, el mundo de los valores, quequeda al margen de la racionalidad, obliga a Weber a cuestionar la objetivi-dad del socilogo, producto tambin de una sociedad y una cultura con susvalores propios, de modo que la anhelada objetividad slo se alcanza conuna ciencia social libre de valores. Reaccin consecuente a la posicin quehaba mantenido en su primera fase de economista, en la que, partiendo de unacrrimo nacionalismo, Weber haba propugnado una ciencia econmicaalemana.

    En su ensayo de ruptura, La tica protestante y el espritu del capitalis-mo, adems de cuestionar la posicin del socilogo, en cuanto inmerso en unacultura y en una clase social con sus valoraciones propias, Weber plantea unasunto de mucho mayor calado, cmo construir un saber objetivo, que fun-

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 25

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

  • damente una ciencia social, si lo racional tiene una multitud de significados?Racional quiere decir una ptima adecuacin de los medios disponibles al finque se pretende, pero este fin puede ser muy diverso y no cabe una discusinracional sobre los fines. Lo que caracteriza a nuestras sociedades es la plurali-dad de los sistemas valorativos. Frente al monotesmo ilustrado de la ra-zn, es preciso convivir con el politesmo que implica esta nueva compren-sin de lo racional.

    Esencial para el ulterior desarrollo de la sociologa ha sido tambin el re-conocimiento de la subjetividad que implica la argumentacin weberiana.Los individuos tienen creencias que responden a su propia lgica interna, fac-tor irreductible, aunque emparentado, es decir, en relacin de parentescocon las estructuras socioeconmicas. En consecuencia, no se puede hacerciencia social eliminando la subjetividad, como si se tratase de un factor dis-torsionante, error en el que cay el marxismo de la segunda internacional yrecalc an ms el de la tercera.

    Max Weber fue catedrtico de economa en Friburgo y Heidelberg, y has-ta terminada la Gran Guerra, no ocup la primera ctedra de sociologa enMnich poco antes de morir en 1920, a los 56 aos. Lo que mejor pone demanifiesto la irrelevancia, y consiguiente desconexin de la sociologa euro-pea en este segundo nacimiento a finales del siglo XIX, es que Durkheim yWeber, pese a ser coetneos Durkheim era slo 6 aos mayor que We-ber, nada supiera el uno del otro. Los europeos nos enteramos de la impor-tancia de ambos por el libro de Parsons. Gracias a la influencia norteamerica-na y dentro de la discusin de una ciencia social objetiva, libre devaloraciones subjetivas, Max Weber logra reconocimiento como socilogoen los aos 50. En Europa la sociologa se institucionaliza, despus de la IIGuerra Mundial, y por influencia directa de Estados Unidos, la nueva poten-cia hegemnica de la Europa occidental. El enfrentamiento de la sociologacon el marxismo en los aos 50, 60 y 70 del siglo pasado constituye una peri-pecia ms de la guerra fra, sin la que no se entiende la sociologa y el mar-xismo de aquellos decenios.

    7. Relato personal

    Debi ser en 1963 cuando Ren Knig invit a Talcott Parsons a dar unasconferencias en la universidad de Colonia, y recuerdo con qu inters y enor-me emocin le escuchbamos, aunque la claridad no fuese su fuerte. De aquelcursillo saqu en conclusin que haba que estudiar las fuentes europeas,Durkheim y Weber lamentablemente, asediado por mis prejuicios, no in-clu a Pareto y sobre todo que no deba dejarme encandilar por una cons-truccin terica como la parsoniana, que en cada libro que publicaba se hacams compleja y cuestionable. De alguna forma sospechaba que la sociologa

    26 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

  • norteamericana nos pareca importante, porque sin duda lo eran Estados Uni-dos la hegemona econmica, social y poltica conlleva una cultural aun-que en la segunda posguerra tan slo nos ofreciese aquello que haba aprendi-do de Europa.

    Enzarzados en una discusin metodolgica con la filosofa y las diferen-tes ciencias sociales, sin embargo, la preeminencia de la sociologa norteame-ricana era un axioma incontrovertible, y no slo entre los socilogos. Limita-da a Alemania y simplificada al mximo, la polmica que divida entonces ala sociologa cabra resumirse en el enfrentamiento de los dialcticos de laescuela de Francfort con los neopositivistas de Colonia. Mientras los pri-meros se movan en el mbito de un marxismo renovado, los segundos habanhecho suya la filosofa analtica del crculo de Viena, que refugiada enEstados Unidos tras la anexin nazi de Austria, en los aos 50 y 60 regres aEuropa con una fuerte impronta norteamericana.

    Los representantes ms conspicuos de esta tendencia en Colonia fueronHans Albert, un privatdozent de poltica social, y un joven socilogo, ayu-dante de Ernst Topitsch, Gert Degenkolbe, buen amigo mo, con el que man-tuve largusimas discusiones, y que muri muy joven, en un desgraciadsimoaccidente de coche. Gert haba escapado de la Alemania oriental poco antesde la construccin del muro de Berln en 1961 y soportaba mis simpatas porel socialismo, como propias de un espaol subdesarrollado, incapaz de des-prenderse de las ligaduras del idealismo alemn, sobre todo, del ms perni-cioso, el de Hegel. Atribua a mi procedencia el que no pudiese apreciar laevidencia clarificadora de la filosofa analtica, as como los bienes que apor-tara una ingeniera social, basada en la sociologa proveniente de EstadosUnidos. Si a m me toleraba por extico, en cambio, le sacaba de quicio queesta incapacidad la compartiese la gente de Francfort, sobre todo una jovenfigura en rpido ascenso, Jrgen Habermas, que se consideraba incluso mar-xista, aunque de un marxismo que nada tena que ver con el sovitico.

    La desviacin filosfica, que queda patente en el inters que en m des-pertaron el idealismo hegeliano y el compromiso poltico que haba adquiridoen Espaa, y que suele exacerbarse en el exilio, junto con el ambiente intelec-tual de la universidad alemana de aquellos aos, explican el que de la sociolo-ga saltase muy pronto a un marxismo centrado en el joven Marx, dndolevueltas al concepto de enajenacin, que permita una reinterpretacin de laobra posterior que poco tena que ver con el materialismo dialctico quepredicaban los soviticos.

    La lectura de Marx fue el acontecimiento decisivo de la segunda parte delos 60, que viv junto con una buena parte de la juventud acadmica alemana.Este redescubrimiento de Marx no slo ha marcado a toda mi generacin,sino que define una relacin nueva con la sociologa que, ms o menos subte-rrnea, permanece indeleble hasta nuestros das. Cierto, con la guerra fraha terminado el litigio marxismo-sociologa que arrastrbamos desde la se-

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 27

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

  • gunda mitad del XIX. Liberado por fin de la instrumentalizacin ideolgica ala que lo haba sometido el totalitarismo estatalista, Marx ha renacido enestos ltimos aos muy significativamente en primer lugar en Estados Uni-dos no ya como el profeta de una sociedad sin clases, sino como un tericoimprescindible de la ciencia social. Es una noticia que tal vez an no haya lle-gado a una buena parte de los cientficos sociales, pero que cabe anunciarpara un futuro prximo.

    8. La crisis de la sociologa

    A partir de los 90, terminada la guerra fra, cay bruscamente la posicinpreponderante que la sociologa haba tenido en la segunda mitad del si-glo XX. En los aos 60, que muy bien cabra calificar como la edad de oro dela sociologa, se crearon muchas ctedras en Alemania se pas de 25 a69 y se introdujeron por doquier diplomaturas y licenciaturas en los planesde estudio. Adems de sentirse orgullosa del grado de teorizacin alcanzadocon figuras de relevancia mundial, como Talcott Parsons, Robert K. Merton,o Georg Caspar Homans, que parecan presagiar el que por fin se consolidaseun paradigma terico de amplio consenso, la sociologa logra por fin estable-cerse como una profesin a la que se por descontado una demanda social cre-ciente. La crisis actual se manifiesta, no slo por haber perdido el prestigioacadmico de que goz la sociologa en aquellos aos, sino sobre todo por nohaber logrado asentarse como una profesin que ofreciese los puestos de tra-bajo esperados. Tambin en este campo la sociologa ha sucumbido ante lanueva ciencia social dominante, la economa, que adems de haber consegui-do un mayor grado de formalizacin terica, prepara profesionales de los ques hay una gran demanda.

    La crisis de la sociologa se evidencia en el hecho de que no haya conse-guido un fundamento terico compartido por la comunidad cientfica. Todolo contrario, en lo que se refiere a conceptos bsicos, perspectivas tericas,mtodos aplicables y evaluacin de los resultados, cada vez se aleja ms deun canon comn. El disenso que ya haba prevalecido a lo largo de msde dos siglos incluso ha aumentado, de modo que la sociologa es hoy un con-glomerado multiparadigmtico, en el que coexisten los paradigmas ms di-versos, incluso contradictorios, en vez de sucederse los unos a los otros,como ocurre en las ciencias naturales 24. La mayor fractura se muestra entrelos que aspiran a una visin global de la sociedad, y especulan sobre la so-ciedad postindustrial, la sociedad de la informacin, la sociedad de ries-

    28 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    24 Andreas Balog y Johann August Schlein, editores, Soziologie, eine multiparadigma-tische Wissenschaft. Erkenntnisnotwendigkeit oder bergangsstadium?, VS Verlag fr Sozial-wissenschaften, Wiesbaden, 2008.

  • go y un largo etctera de denominaciones, y aquellos socilogos que recha-zan planteamientos globales especulativos y tratan de incluir los hechosrecogidos en teoras de alcance medio. Mientras estos ltimos, fieles a lasfronteras establecidas, se empean en mantener la autonoma de la disciplina,los primeros para dar cuenta de las sociedades contemporneas vuelven a lavieja pretensin de incluir todas las ciencias sociales, desde la historia ala economa, en una sola ciencia social que siguen llamando sociologa.

    En dos siglos la sociologa no ha podido librarse de un dogmatismo obje-tivista la realidad social estara estructurada y el conocimiento captara es-tas estructuras realmente existentes ni de un empirismo radical, incapaz deorientarse en la diversidad infinita de lo fctico, sin criterios para ordenarlos datos empricos que se amontonan, desconectados de cualquier enfoquevalorativo. Los primeros tienden a generalizar su perspectiva valorativa,como si fuesen estructuras objetivas, los segundos son incapaces de elaborarlos datos con conceptos que pongan orden en la diversidad infinita de loreal.

    Una ciencia social que trate de explicar el comportamiento humano tieneque escapar a estos dos peligros, de una parte, ha de superar cualquier tenta-cin de construir, hipostasindolos, grandes sujetos, como sociedad, na-cin, clase, operacin que al final desemboca en una filosofa de la histo-ria, harto cuestionable. Lejos de las grandes personificaciones, ha deidentificar lo social con el tejido de acciones individuales que se entrelazanunas con otras, influyndose mutuamente. Empero, cuando la sociologa sedesprende de la ambicin de estudiar la evolucin de las sociedades en suconjunto, y se reduce a enfocar el individuo en la multiplicidad de relacionescon los dems, corre el peligro de perderse por una multitud de hechos que nocabe integrar en teoras aceptadas por toda la comunidad cientfica. Las pu-blicaciones sociolgicas, o bien caen en el ensayismo especulativo, o bien, alquedar acotadas a una pequea parcela emprica, resultan irrelevantes. Estefracaso suele enmascararse, diferenciando mbitos propios para cada una delas ciencias sociales, y dentro de la sociologa, una amplia gama de especiali-zaciones: sociologa urbana, sociologa de la familia, sociologa del conoci-miento, estructura social y conflicto, y un largusimo etctera. Al subrayar laautonoma de cada ciencia social, y dentro de la sociologa, la de sus muchasramas, se facilita el poder declararse incompetente para entrar en cualquierproblema acuciante que incida sobre intereses establecidos. Una buena partede las cuestiones que de verdad importan quedan as fuera del alcance del so-cilogo.

    Pese a los muchos intentos desde el ltimo tercio del siglo XIX en separarntidamente las ciencias sociales de las ciencias naturales, el hecho es que he-mos vuelto a los orgenes dieciochescos en el estudio conjunto del hombre ensus mltiples dimensiones, corporales, psquicas y sociales. La que, comocompendio de las diversas ciencias sociales, se llam sociologa tuvo su ante-

    ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097 29

    De la sociologa de la crisis a la crisis de la sociologa

  • cedente inmediato en una ciencia mdica del hombre que niega el espritu,como una sustancia nica y privativa de lo humano. Todas las facultades delalma dependen de la organizacin propia del cerebro 25, rgano que compar-te con los dems mamferos superiores que, si no es igual, es bastante similar,y en consecuencia, el hombre slo es un animal 26, que forma parte de lanaturaleza, como cualquier otro ser viviente.

    El haber sido el hombre reintegrado a la naturaleza, sin que haya que re-conocerle un status especial no se distingue de manera sustancial de losotros seres vivientes ha posibilitado, tanto el desarrollo de la medicina mo-derna, como el de las ciencias sociales. Los enormes avances en la gentica yen la neurociencia de los ltimos decenios han revalidado la idea ilustrada deque el hombre, en cuanto parte de la naturaleza, slo se entiende en el contex-to y con los mismos procedimientos de las ciencias naturales. En los aos 40y 50 del siglo pasado, el positivismo renovado en el positivismo lgicovolvi a plantear la unidad de las ciencias, un empeo que se ha ido fortale-ciendo con los aos y que nos devuelve a las posiciones originarias de la so-ciologa en las que se defenda la unidad constitutiva de las ciencias socialesy naturales. La crisis actual de la sociologa ofrece la oportunidad de volver auna ciencia integral del hombre a la que Saint-Simon llam fisiologa. Enun momento en el que las ciencias sociales estn a la expectativa de los gran-des descubrimientos que se han realizado, y sobre todo los que se esperan enbreve del estudio del cerebro, se puede afirmar que la neurociencia se ha con-vertido en el verdadero fundamento de una ciencia del hombre, tal comoaquella a que aspir la sociologa en su primera fase fundacional.

    30 ISEGORA, N. 42, enero-junio, 2010, 9-30, ISSN: 1130-2097

    Ignacio Sotelo

    25 Es la tesis central del mdico Julien Offray de La Mettrie, LHomme Machine (1748),Georg Olms Verlag, Hildesheim, 1988, p. 330.

    26 Idem, p. 339.