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CHIMO EN LOS ADOLESCENTES El chimó o tabaco no fumado era común en zonas rurales. Tradicional en los estados andinos además de Lara y Portuguesa. Ahora se puede ver en las ciudades y asombrosamente está entrando a los colegios urbanos convirtiéndose en una “moda” entre los y las estudiantes. En el año 2008el doctor Ricardo Granero, miembro de la Unidad de Investigación Clínica y Epidemiológica de Ascardio en Barquisimeto, explicaba que el consumo de chimó en nuestro país ha ido en aumento constante en los últimos 15 años, dejando de ser un hábito de la población rural y de los páramos andinos para incursionar con fuerza en las ciudades. Según Barre (2009), desde finales del 2008 se ve con mayor frecuencia a los y las estudiantes “mascar” chimó sin conocer las consecuencias. Suelen creer que no hace daño, porque no se fuma. El Instituto Nacional de Higiene Rafael Rancel (2009) desmiente que el chimó es benévolo y su uso podría evitar el consumo de cigarrillos entre niños y jóvenes. Se demostró que el producto posee el Ph más elevado de otras modalidades de tabaco para masticar que existen en otros países por lo que favorece la absorción de la nicotina e incluso, al dejar de ser su producción artesanal, el proceso industrial manipula su contenido y el Ph para hacerlo más adictivo. En el estudio “Consumo de chimó en los colegios”, realizado por la ONG Cátedra Libre Antidrogas, quienes lo consumen tienen entre 13 y 25 años y alegan que su masticación les produce la sensación de bienestar, satisfacción, embriaguez y placer al consumirlo solo o en grupo. Para Barre(op.cit) lo que más le preocupa es la desinformación de los estudiantes sobre los efectos de las drogas, que no se esté trabajando en los colegios en materia de prevención y que los padres tampoco ayudan mucho porque no hablan en casa con sus hijos.

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Page 1: Chimo en Los Adolescentes

CHIMO EN LOS ADOLESCENTES

El chimó o tabaco no fumado era común en zonas rurales. Tradicional en los estados andinos además de Lara y Portuguesa. Ahora se puede ver en las ciudades y asombrosamente está entrando a los colegios urbanos convirtiéndose en una “moda” entre los y las estudiantes. En el año 2008el doctor Ricardo Granero, miembro de la Unidad de Investigación Clínica y Epidemiológica de Ascardio en Barquisimeto, explicaba que el consumo de chimó en nuestro país ha ido en aumento constante en los últimos 15 años, dejando de ser un hábito de la población rural y de los páramos andinos para incursionar con fuerza en las ciudades.

Según Barre (2009), desde finales del 2008 se ve con mayor frecuencia a los y las estudiantes “mascar” chimó sin conocer las consecuencias. Suelen creer que no hace daño, porque no se fuma.

El Instituto Nacional de Higiene Rafael Rancel (2009) desmiente que el chimó es benévolo y su uso podría evitar el consumo de cigarrillos entre niños y jóvenes. Se demostró que el producto posee el Ph más elevado de otras modalidades de tabaco para masticar que existen en otros países por lo que favorece la absorción de la nicotina e incluso, al dejar de ser su producción artesanal, el proceso industrial manipula su contenido y el Ph para hacerlo más adictivo.

En el estudio “Consumo de chimó en los colegios”, realizado por la ONG Cátedra Libre Antidrogas, quienes lo consumen tienen entre 13 y 25 años y alegan que su masticación les produce la sensación de bienestar, satisfacción, embriaguez y placer al consumirlo solo o en grupo.

Para Barre(op.cit) lo que más le preocupa es la desinformación de los estudiantes sobre los efectos de las drogas, que no se esté trabajando en los colegios en materia de prevención y que los padres tampoco ayudan mucho porque no hablan en casa con sus hijos. “No es un trabajo de un solo día, es de toda la semana. No es sólo hacer una charla de No a las drogas”, sentencia.

La última encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes realizada en Venezuela, arrojó resultados alarmantes. Cinco de cada 100 estudiantes venezolanos van a la escuela con una cajetilla de chimó, una sustancia tan o más adictiva que el tabaco, compuesta por más de 3 mil componentes, de los cuales 28 son carcinógenos. Ahora, está al libre alcance en bodegas y kioscos que rodean las instituciones educativas.

Esta investigación, realizada entre 2007 y 2008 en escuelas públicas y privadas tanto urbanas como rurales a jóvenes de 6º a 9º grado en edades comprendidas entre 11 y 17 años, reveló un consumo de 8,9 por ciento de productos de tabaco distintos al cigarrillo. 10,8 por ciento para varones y 6,5 por ciento para las

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féminas. Mientras que 5,8 por ciento de los consumidores de chimó compra en puestos informales.

Efectos del Chimo

No se traga, ni se mastica. Se toman pequeñas porciones, como dos granos de arroz, y se adhieren detrás de los dientes anteriores produciendo una salivación abundante que obliga a escupir constantemente en el piso.

El Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) señala que el chimó reporta no sólo lesiones odontológicas, sino también unos seis tipos de cáncer, incluido el de estómago.

Los y las jóvenes mantienen la pasta en su boca como si se tratara de un chicle o caramelo, lo que les produce embriaguez, elevación de la presión arterial, pérdida del apetito y como toda droga adicción.

A Barre (0p.cit) le alarma que los y las estudiantes estén recurriendo a esta droga como parte de una moda, por presión de grupo o para escapar de la realidad.

Investigadores de la Universidad de Los Andes han establecido una relación entre el consumo de tabaco no fumado y la aparición de lesiones premalignas, que de persistir pueden progresar a lesiones malignas en la boca.

Durante el Primer Taller Nacional Regulatorio del Chimó, realizado el año pasado, se indicó que muchos niños y adolescentes se inician en el tabaquismo a través del chimó.

En las resoluciones N° 011 y N° 012 del MPPS se prohíbe vender derivados del tabaco en cualquier centro educativo y la comercialización de dichos productos en forma de golosinas. También obliga a eliminar la publicidad exterior de cigarrillos y cualquier subproducto del tabaco y no permite el obsequio objetos que incite a niños, niñas y adolescentes a consumir tabaco.

Cuando se detecta algún caso de consumo de chimó se debe reportar al Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria del Ministerio del Poder Popular para la Salud o al Programa Nacional Antitabáquico.

Barre(op.cit) sugiera realizar reuniones con el personal docente, administrativo y padres y representantes para discutir las acciones que se pueden realizar para dar solución al problema, siempre evitando atacar directamente al estudiante porque puede tener un efecto contrario al que se quiere, señalando que:

“No es recomendable hacer prevención hablando directamente del chimó, sino detectar los factores de riesgo que inciden en su consumo, como la presión grupal y la curiosidad” (p.34).

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Sugiere el programar talleres y charlas para fortalecer la prevención integral y la educación para la vida como valores, autoestima, proyecto de vida y metas. También se pueden hacer carteleras, charlas y foros. Trabajando para prevenir Desde hace tres años el Programa Nacional Antitabáquico ha capacitado a 9 mil 479 docentes en 100 talleres sobre prevención del consumo de cigarrillos y chimó, pertenecientes a 4 mil 740 centros donde se ha implantado la acción Escuelas Libres de Humo de Tabaco. La idea es que los colegios manejen cuáles son los daños que produce el cigarrillo y chimó para que de esta manera pueden armar estrategias preventivas como fomentar el uso del tiempo libre, actividades recreativas y culturales, talleres y jornadas para discutir los daños que producen estas drogas en el organismo.