Cada vez que alguien habla de Terapia Asistida con Animales (TAA) se genera una imagen romántica en la cabeza sus interlocutores, donde los animales curan a los humanos, casi de manera mágica, por un simple contacto, como las hadas de los cuentos infantiles, llevando a tomar esta alternativa terapéutica como algo que cualquiera que tenga un animal en su casa, puede desarrollar, lo cual es irresponsable tanto con los humanos involucrados como con los animales.

La realidad de este tipo de terapia nos obliga a entender que la TAA es un campo en desarrollo en nuestro país, que requiere de toda la rigurosidad de cualquier tipo de terapia conocida o de cualquier investigación seria; además de todo un equipo interdisciplinario para el cumplimiento de sus objetivos. Pues al igual que cualquier terapia, requiere que se planteen esquemas metodológicos de trabajo con objetivos claros que por supuesto deben ser medibles, verificables y coordinadas con otras terapias, pues la TAA en si misma es una coayudante de desarrollo y no una terapia aislada.

En la Universidad Surcolombiana en el año 2010, se desarrolló una investigación denominada “Efectos de la implementación de un programa de terapia asistido con perros en los déficit de comunicación y socialización de los niños autistas de la ciudad de Neiva” la cual marcó un adelanto significativo en el desarrollo de la TAA, pues al buscar antecedentes en el país, en su mayoría, se encuentran experiencias significativas desarrolladas por fundaciones que cuentan con muy buenos resultados descritos, pero carecen de un registro sistemático; y dicha investigación abre un campo importante entre la Terapia Asistida con Perros y patologías del desarrollo como el autismo, para que los psicólogos en coordinación con profesionales de la salud, logren avances importantes en esta área. Pues uno de los hallazgos importantes de este tipo de terapia, es que reducen el tiempo de obtención de resultados y mejor adhesión al tratamiento, adicionalmente de éste estudio se obtuvo como producto la construcción de un programa modular denominado “Eureka”, el cual se ajusta a las necesidades reales de cada autista.

Diego Felipe Lamilla GranadosPsicólogoDocente catedráticoTécnico internacional en TAA