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lecturas de abril Bernardita Repetto

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> lecturas de abril

P E R S ON A J E S

AÍDAJAVIERCHELABERTALILAMARIMARISEL

UN TALLER DE COSTURA.HAY UNA LARGA MESA, ALGUNAS BANQUETAS, UNAESTANTERÍA CON ROLLOS DE TELA, SOBRE LA MESA HAYELEMENTOS DE TRABAJO COMO PAPEL DE MOLDE,ESCUADRAS, TIJERAS, METROS, CIERTAS TELAS. ATRÁS HAYUNOS MANIQUÍES, Y TAMBIÉN EN UN COSTADO UNA TABLADE PLANCHAR, EN LA PARED HAY PERCHAS COLGADAS ENGANCHOS CON ROPAS QUE SE ESTÁN CONFECCIONADO Y UNPERCHERO DE PIE. ADELANTE, A UN COSTADO, HAY UNAMESA BAJA CON REVISTAS Y UN PAR DE SILLITAS.

Primer acto

Están en sus lugares de trabajo, Chela, Berta, Aída mientras Lila estásentada adelante, cerca de la silla donde está Javier leyendo, y tiene unasrevistas de modas en su falda. (Aquí, el cuento que les está leyendo enese momento, elegir parte final para comenzar la obra).

“El mal”Silvina Ocampo, La furia, editorial Sur, 1959.

Una noche rodearon la cama contigua con biombos. Alguien explicó aEfrén que su vecino estaba agonizando. Ese vecino perverso no solo lehabía robado la manzana que estaba sobre la mesa de luz, sino elderecho a gozar de la protección de esos biombos, en cuya otra faz

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había seguramente pintadas flores y figuras de querubes. Estacircunstancia oscureció la alegría de Efrén. Asimismo, con sábanas yfrazadas para cubrirse, estaba en el paraíso. Veía de soslayo la luzrosada de los ventanales. De vez en cuando le daban de beber; teníaconciencia del alba, de la mañana, del día, de la tarde y de la noche,aunque las persianas estuvieran cerradas y que ningún reloj leanunciara la hora. Cuando estaba sano solía comer con tanta rapidezque todos los alimentos tenían el mismo sabor. Ahora, reconocía ladiferencia que hay hasta en los gustos de una naranja y de unamandarina. Apreciaba cada ruido que oía en la calle o en el edificio,las voces y los gritos, el ruido de las cañerías, de los ascensores, de losautomóviles, de los coches de caballos que pasaban. Cuando sentíanecesidad de orinar tocaba el timbre; mágicamente aparecía unamujer, con blancura de estatua, trayendo un florero de vidrio que erauna suerte de reliquia y esa misma mujer, con ojos etruscos y uñas derubí, le ponía enemas o lo pinchaba con una aguja como si cosiera ungénero precioso. Una caja de música no era tan musical, el pecho deuna santa o de un ángel tan buenos como la almohada donderecostaba la cabeza. Cosquilleos agradables le corrían por la nuca,bajaban por la columna vertebral a las rodillas. Pensaba: era laprimera vez que podía pensar: “Qué precio tiene un cuerpo. Vivimoscomo si no valiera nada, imponiéndole sacrificios hasta que revienta.La enfermedad es una lección de anatomía”. Soñaba: era la primeravez que podía soñar. Juegos de billar, una pipa, el diario leídominuciosamente, viajes breves, mujeres que le sonreían en uncinematógrafo, una corbata roja, lo deleitaban. En sus delirios teníapresencias del futuro; las visitas de los domingos, que se enteraron desu don, acudían al hospital para acercarse a su cama y oír laspredicciones.Advirtió que los biombos no rodeaban la cama del vecino, sino la suya,y quedó complacido.Los pies ya no le dolían de tanto caminar, ni la cintura de tanto estaragachado, ni el estómago de pasar tanta hambre. Divisaba el patiocon palmeras y palomas, en cada ventanal. El tiempo no pasabaporque la felicidad es eterna.Los médicos dijeron que iban a salvarlo. Retiraron los biombos conflores y querubes. A su juicio, los médicos eran bribones. Saben dóndese aloja la enfermedad y la manejan a su gusto. El organismo tal vezoye los diálogos que rodean la cama de un enfermo. Efrén tuvopesadillas por culpa de esos diálogos.

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Soñó que para ir al trabajo tomaba un colectivo y después de sentarseadvertía que el colectivo no tenía ruedas, que bajaba del colectivo ytomaba otro que no tenía motor y así sucesivamente hasta que se hacíade noche.Más o menos por aquí la lectura del cuento.

JAVIER: Soñó que estaba en la peletería, cosiendo pieles; las pieles se movían,gruñían. Al cabo de un rato, en el cuarto donde trabajaba, varias fieras,con aliento inmundo, le mordían los tobillos y las manos. Al cabo de unrato, las fieras hablaban entre ellas. Él no entendía lo que decían porquehablaban en un extraño idioma. Comprendía finalmente que iban adevorarlo.Soñó que tenía hambre. No había nada que comer; entonces sacaba delbolsillo un trozo de pan tan viejo que no podía morderlo con los dientes;lo remojaba en agua, pero continuaba igual; finalmente, cuando lomordía, sus dientes quedaban dentro del único pan que había conseguidopara alimentarse. El camino hacia la salud, hacia la vida, era ese.El organismo de Efrén, que era fuerte y astuto, buscó un lugar en susentrañas para esconder el mal. Ese mal era una fortuna: con subterfugios,encontró manera de conservarlo el mayor tiempo posible. De ese modoEfrén durante unos días, con el sentimiento de culpa que inspira siempreel engaño, volvió a ser feliz. La hermana de caridad le hablaba de sushijos y de su mujer, inútilmente. Para él, ellos estaban dentro de la libretadel pan o de la carne. Tenían precio. Costaban cada día más.Sudó, se agachó, sufrió, lloró, caminó leguas y leguas para conseguir latranquilidad que ahora querían arrebatarle.

(Termina de leer). Bueno y hasta acá llegamos hoy. ¿Qué les parecióeste cuento de Silvina Ocampo?Un silencio de todas.

Parece que hoy se quedaron sin nada para comentar; preguntas ¿notienen ninguna?

AÍDA: Lo que me inquieta es que me quedo sin tener claro qué le pasabarealmente, no entiendo la cuestión o el significado de lo que quisodecir, en definitiva me quedo afuera Javier. Entiendo lo que usted intenta pero no siempre puedo llegar, meentretengo más con lo otro, será que las novelas románticas me lleganmás…

JAVIER: Aída, la idea es que el ratito final de mis lecturas las aproximen a otrasformas de escritura para que vayan teniendo acceso a la literatura de

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los grandes maestros y así poder ir elevando el espíritu, no con estoquiero desmerecer lo que venimos leyendo al principio, pero sientoque mi deber es este, y además es lo que hablamos al principiocuando arreglamos lo de venir aquí a leerles mientras trabajan.

CHELA: Parece que al tipo este, ¿cómo se llamaba? ¿Efrén?, le gustaba estarenfermo.

JAVIER: Puede que sí, aunque el cuento rodea la idea de que allí en esehospital se sentía cómodo, lejos de los problemas que lo aquejabanpor sus angustias existenciales, sin trabajar ni tener que pagar cuentas.En sus cuentos hay siempre un juego ligado a víctimas y victimarios,muy imaginarios y constituye una destacada manifestación de laliteratura fantástica rioplatense, signada por cierta “crueldad” que leconfiere un carácter peculiar a su personalidad literaria, pero esa“crueldad”, como ella misma lo menciona y aseguraba, eran “sacadosde la realidad”. Sin embargo Victoria decía que los cuentos de suhermana eran recuerdos de su infancia tergiversados, “mezclados deabundantes invenciones”, porque “los cuentos de Silvina Ocamposon recuerdos enmascarados de sueños; sueños de la especie quesoñamos con los ojos abiertos”.

BERTA: No creo que alguien pueda ser feliz enfermo. AÍDA: Siendo pinchado y con enemas a diario.

JAVIER: Allí él era alguien, su don lo puso en un lugar popular dentro delhospital.

AÍDA: ¡Ah! es cierto, él podía saber qué cosas iban a pasar…JAVIER: Además por primera vez apreciaba su cuerpo al que reconocía que

había maltratado, quizás el cuento abre la ventana en la que uno debecuestionarse, si se está en el lugar que se quiere estar y si se esapreciado por su entorno. Casi todos los hombres de la cultura sonvisionarios, o sea ven más allá de sus ojos y nos dejan muchaspreguntas que uno debe plantearse, indagar más en nuestro espíritu,sabiendo qué cosas hay que modificar de lo que estamosacostumbrados a aceptar sin cuestionamiento alguno. Tengan encuenta que entramos a los sesenta y se percibe en el aire un cambiofuerte, más para ustedes, las mujeres, y de esto sabe mucho nuestraquerida Silvina; hay en el aire una nueva cultura popular que vendráa cambiar muchos conceptos, desterrando viejos modelos del deberser que más que a nadie a ustedes las han dominado en los últimosaños y hay que estar alerta para esos cambios…Se hace un silencio.

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Bien, ya me tengo que ir, hoy tengo que estar temprano en lafacultad. Mañana habrá otro lindo cuento de Silvina Ocampo…(Con cierta resignación) y seguimos con “Té a las 5”… tres terrones deazúcar, arsénico y té, novela policial y romántica (Risa)… ¡no sepongan ansiosas!

BERTA: Siempre nos deja con intriga de un día para el otro, debe ser suestrategia para que lo estemos esperando con más ganas.

JAVIER: El deseo es un gustito que siempre hay que mantener, además degolpe toda la novela se les haría muy pesada… en la espera está esegustito además…Chela le alcanza el dinero a Javier, quien se despide de cada una de ellas,que se acercaron a saludarlo y decirle algo simpático; curiosamente Lilasigue en su lugar mirando revistas y no lo saluda. Javier advierte esto,igualmente hace su mutis por el foro.

CHELA: ¡Qué tarde que se hizo hoy! Todavía no terminamos con todo lo quehay que entregar.¡Qué raro que la tucu no llegó para la horita de Javier, siempre quepuede está en su horario, si no llega en unos minutos más, ¡estamosen peligro!

BERTA: Faltan hora y media para irnos, no te amargues, que ahora no másseguro llega Mari y como siempre vendrá con su cuento de todo loque le pasó para llegar hasta acá desde la loma del peludo donde vive.

AÍDA: Sí pobre, ¡hay que entenderla! tiene que tomar el tren y dos colectivosy siempre pasa algo con los trenes; lo malo es que tengo que darlesuna repasada antes que venga doña Marisel y si mi intuición no mefalla, hoy la patrona viene de mal humor, hay en el aire un extrañoaroma de maderas. Cuando las maderas chillan y dan olor a seco esque hay algo negativo en el ambiente.

CHELA: ¡Vos y tus predicciones! ¡Estás como el Efrén del cuento de hoy! Ayerdijiste que venía bien porque soñaste que había flores en casa de algúnfestejante, y casi nos mata a todas por estar divertidas cotorreando.

BERTA: ¡Es que ayer la lectura romántica nos inspiró! (Mirando a Lila que estaensimismada en sus revistas) ¡Che nena! A ver si te dejás de mirar todoeso y te ponés a terminar con lo que te indiqué hacer, ¿eh? No teparece que ya es hora de hacer algo más que pavear.

LILA: ¡Ya va!, es que viene tan colorida la primavera que es imposible noimaginarse una en esos vestidos, los estampados florales son tanalegres, tan para enamorarse… dan ganas de estar al sol en un jardínprincipesco tomando un rico té con masitas.

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CHELA: Pero estamos acá en este taller de mierda en pleno abril, entregandotodavía prendas de otoño y armando las que se vienen para el invierno.Se ríen todas.

LILA: ¡Extraño tanto los días de vacaciones! Con la lectura se pasa mejor eltiempo. Deberíamos hacer un esfuerzo mayor y tenerlo dos horitas.

AÍDA: ¡Ay chiquita! ya demasiado es para mí lo que le damos, más, sería unesfuerzo insoportable.

LILA: Digámosle a la tucumana que aporte algo, ¡bien que se queda aescucharlo cuando viene con las entregas!

BERTA: ¡Mari no da con su vida!, todos los años está embarazada, ¡tiene quedarles de comer a no sé cuantos! Ella y su hermana con sus máquinasde coser están todo el día dele que te dele para llenar la olla yalimentar a los vagos que tienen al lado, más la caterva de hijos quetraen a este mundo sin idea de lo que hacen.

CHELA: ¡Bueno Berta!, ni que te diera bronca que tenga hijos, ya sabemos queen las villas son así, más culo que cabeza, no le da para más, pero latipa se hace cargo y labura de lunes a lunes para lograr sobrevivir, ¡unpoco de piedad!, cuando se queda acá y escucha un poquito laslecturas, más que nada descansa y además abre un poco la cabeza yquién te dice todo lo que escucha no le brinde un mejor mundo.

BERTA: …Cuando entiende lo que dice el texto… la mayor parte de las vecesse queda dormida o no entiende las palabras, menos mal que Javierse da cuenta y explica significados.

LILA: ¡Lo hace para todas!, no se haga la entendida, ¡que bien que se quedaafuera con ciertos temas!

BERTA: ¿Yo quedarme afuera? No inventes, si bien mucho no domino elcastellano la primaria la tengo completa y siempre me gustó leer novelas.

CHELA: ¡En idish!BERTA: ¡No señora! También en español, mi padre me traía revistas viejas de

El Hogar que compraba 10 por 1 peso en la estación, al volver deltrabajo, y yo me devoraba los suplementos literarios.

AÍDA: ¡Qué linda revista es El Hogar! Mi señora Ana siempre me regalabalas que ya había leído y gracias a eso y otros libros que me pudecomprar es que una tiene un poco de conocimientos.

CHELA: ¿Conocimientos? Si no fuera por la radio uno no estaría al tanto denada, un televisor es imposible de alcanzar, y todo cuesta cada día más,diarios, revistas, libros, ni hablar de ir al cine, ¡menos al teatro!, la

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cultura para nosotras está cada día más lejos de nuestro alcance, poresto, con esta changuita que hace este muchacho para costearse susestudios, nosotras tenemos un aliciente para distraernos y pensar enotros mundos, más cuando se está encerrada entre estas cuatro paredesque ni una ventana tenemos para saber qué cosas pasan afuera.

LILA: ¡Eso Chela! ¡él es nuestra ventana al mundo!, y deberíamos tenerlomás tiempo, bien que se lo extraña cuando se va, se pone el clima raroy no se trabaja bien.

BERTA: ¡Trabajar! Trabajar no es precisamente lo que estás haciendo vos… yate dije lo que tenés que hacer y seguís papando moscas. Ademáscontame ¿por qué no lo saludaste hoy cuando se fue?

LILA: (Yendo hacia su trabajo) ¡Ya va!, ¡es que la Maribel está tan linda conla colección de otoño y la francesa con sus fotos de primavera que nime di cuenta que no lo saludaba! Y para el caso Berta, ¡él tampocome vino a saludar!

AÍDA: Maribel… Marisel… ¡si no viene pronto la tucu, la patrona nos va amatar!Entra Mari la tucumana a la escena, con su panza de embarazada.

CHELA: Hablando de Roma… MARI: (Con sus paquetes) ¡Mi dios! Lo que fue venir hasta acá... (Se sienta en

una silla)¡Ese Sarmiento y la reputa madre que lo remil parió!

TODAS: (Al unisono) ¡Mari!MARI: Mil perdones ¡pero que ya no doy más con ese tren de mierda! BERTA: Y hoy ¿qué te paso? MARI: En Merlo había demora, los trenes no salían, y tuve que esperar más

de media hora, y en once lo de siempre: una cola larguísima paracualquier ómnibus o colectivo.

BERTA: ¿Ningún muerto hoy?MARI: No, se ve que hoy nadie quiso suicidarse. Traje los dos conjuntitos,

para el chaleco no me alcanzó el hilo que me dieron, por suerte teníauno parecido, así que ni se nota.

CHELA: (Mirando la entrega) ¿Y el vestido de la señora Enriqueta? Mañanatiene que probárselo y ¡hay que hacerle los ajustes!

MARI: Mañana para el mediodía lo traigo sin falta, es que la Miriam nopudo ayer terminar el bordado, pero esta noche lo termina y mevengo con él y las blusas de seda para el desfile.

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AÍDA: (Acercándose) Deme los trajecitos Mari, así voy repasándolos quequiero irme temprano, a las cinco me llama mi hijo por teléfono yquiero estar antes en casa para estar tranquila.

MARI: ¿El Ruben? ¿Cómo anda? AÍDA: ¡Bien! Allá las cosas están mejor que acá así que va progresando en su

trabajo y los nenes ya hablan inglés.MARI: ¡Qué inteligentes deben ser! LILA: Hace mucho que no trae fotos de ellos. AÍDA: ¡Es que no recibí ningún correo últimamente!LILA: Me encanta la cara de pícaro que tiene Eric.

CHELA: Por suerte se parecen al padre, que bien lindos te salieron tus hijosAída.

AÍDA: No está bien que yo lo diga, pero ¡son hermosos mis hijos! ¡Es queMario era muy guapo, en el edificio me lo codiciaban varias señoras!

BERTA: Siempre hay fantasías con el portero, ¡hay cada historia con ellos! AÍDA: ¿Qué habla Berta? Con él yo dormía tranquila, era un hombre bueno

y un padre excelente. CHELA: ¡Alguna vez que no te salga la bronca! No todas tenemos mala suerte

en la vida... BERTA: Mala suerte la tuya, mi José está enfermo de sus piernas por eso está

en casa sin poder hacer nada. Vos tenés el resentimiento de que se tefuera con otra más joven.

CHELA: ¿A qué viene eso? Hablo de que hay quienes han tenido mejor suertey tienen un hombre al lado que las ha protegido mientras vivían.

BERTA: No podrá protegerme por su incapacidad, pero me alegra la vida consu música, el acordeón le devolvió la fe en sí mismo y el grupo depolcas que formó en el club ahora nos está dando una entradita máspara vivir.

LILA: ¡Paren un poco con esa bendita pelea, che! Parecen dos brujas con sushistorietas!... ¡Vieron que cuando acá está Javier no pasan estas cosas!¡Ay Berta! Lléveme un día al club cuando toquen, quiero divertirmecon los bailes de la cole!

BERTA: Dejate ya de bobadas y ponete a terminar el trabajo ¡querés!CHELA: (Entregándole un paquete a Mari) Para el lunes sin falta todo esto,

fijate bien que tengas todo lo que hace falta, así mañana me pedís loque necesites.

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MARI: ¡Bueno! si no hay más, me retiro, tengo que pasar por lo de Margot,¡que están también con la preparación de la temporada!... si diosquiere con el trabajo de este mes, y lo que vengo ahorrando, voy apoder comprarme un lavarropas ¡ya no doy más de lavar por lasnoches!

AÍDA: En el Pérez Pícaro de la esquina, están en oferta los Kacemaster Mari,¡vaya y averigüe a cuánto, en una de esas ya se lo puede comprar!

MARI: Bueno todavía no estoy tan segura de poder, todo depende de que nome salga alguna necesidad urgente hasta fin de mes. ¡Veremos!¡Veremos! Igualmente me doy una escapada para verlos, ¡así sueño conél esta noche! ¡Gracias Aída! Hasta mañana chicas, que les sea leve.

TODAS: ¡Hasta mañana Mari, suerte!BERTA: ¡Suerte con el tren!

Todas se ríen.

CHELA: ¡Pobre mujer!, imagino sus sueños anhelando cosas que soninalcanzables, y no hace otra que trabajar todo el día.

AÍDA: Y eso que gracias al general puede tener una casa… CHELA: Si, pero todo eso es pasado y hoy hay que luchar fuerte para seguir

consiguiendo lo que necesitamos.BERTA: Como dijo el ministro “hay que pasar el invierno”, y no creo que

pueda darse ese lujo, y un lavarropas es un verdadero lujo.CHELA: Estando sola, una se las arregla, lo terrible es que tiene tantos chicos

y eso es todos los días baldes y baldes de ropa a lavar a mano, en lapileta, no quiero imaginar sus dolores de espalda.

BERTA: ¡Nunca se queja! CHELA: Que no se queje no quiere decir que no los tenga.BERTA: Lo diría porque de otras cosas se queja.AÍDA: Perdóneme Berta, pero en el sinfín de cosas que tiene que hacer la

pobre mujer no llega a poder darse cuenta de cómo está físicamente.LILA: Siempre dice que después de todo, el Sarmiento la distrae. AÍDA: A eso iba yo, el venirse hasta acá con sus trabajos es el momento más

tranquilo que vive en el día.BERTA: Bastante suerte tuvo consiguiendo una casa gratis que está en un

lindo barrio obrero con jardincito y quinta.AÍDA: ¡Qué gratis!, tiene una hipoteca que deberá pagar de por vida

imagino, los planes de vivienda no eran regalos sino posibilidades

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mayores de poder alcanzar los préstamos, así fue el que le tocó por elbarrio San Martín de Merlo.

BERTA: Un regalo a costa de otros que pagamos más caros los impuestos.CHELA: Quién te entiende… Fuiste una privilegiada que heredó la casa de tus

suegros, y pensión graciable en esos días por la enfermedad de tumarido, podés salir todos los años de vacaciones, tenés cosas en tucasa que nadie tiene y te da celos que otros tengan o puedan tener.

BERTA: No son celos, lo que digo es porque son políticas injustas, el que másse prepara, el que rinde todo el día, el que mejor cumple es el que másdebe ganar y gozar de privilegios.

CHELA Y BERTA: ¡Berta! AÍDA: No sé qué será eso, pero suena muy duro vivir así, ¿no?

CHELA: Ahí está los que nos leía hoy Javier, el pobre hombre en esa cama dehospital tenía una vida sin exigencias, no había precio a nada y si bienrecibía pinchazos, enemas y debía estar postrado, su universo eradistinto, descansaba de todo aquello que le causaba intranquilidad…era libre de los precios que pagamos aquí nosotras.

BERTA: Te estás volviendo filósofa con las lecturas de Javier. ¿Ves? Sos vos laque le tiene que pagar un extra para que se quede más.

CHELA: ¡Qué incorregible que sos alemana loca! (Le tira el lápiz por la cabezay todas se ríen). En medio de las risas entra Marisel, la dueña del taller.

MARISEL: (Saludos en general). Siempre que vengo acá me las encuentro dejolgorio, y seguro que no tienen todo listo como les pedí.

LILA: ¡Hola tía como le va! (Se acerca para darle un beso). MARISEL: Hola nena, y no me llames tía, ya te dije miles de veces que no me

llames así.LILA: Yo la siento así.

MARISEL: Ya basta con eso, no hacen falta los títulos para el afecto ¡y además nolo soy! (Dirigiéndose a Chela) ¿El traje de doña Enriqueta?

CHELA: Justo se acaba de ir Mari, que no pudo traerlo porque su hermana noterminó con el bordado, pero se comprometió que mañana a lamañana lo tenemos aquí sin falta.

MARISEL: Qué problema con esta mujer, siempre deja algo para mañana, y loterrible es que doña Enriqueta puede llegar a venir por la mañana ysi no llega a estar ¡la que tiene que ligar sus quejas soy yo!

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CHELA: No creo que Mari mañana llegue tarde, seguramente vendrátemprano, así prometió.

MARISEL: Eso espero, igualmente veré de distraerla mostrándole los nuevosdiseños que tengo para la próxima temporada, por suerte es unamujer llena de compromisos sociales y siempre tiene necesidad dealgo distinto.

LILA: Según mi madre doña Enriqueta es la dueña de un gran bazar. MARISEL: Sí, es la dueña del bazar Dos Mundos, y para su suerte puede vivir

tranquila, ya que hoy sus hijos se hicieron cargo del negocio quees casi una empresa, así ella se dedica a hacer beneficencias ysociales con su selecto grupo de amigas ricachonas, las cuales¡gracias a dios! las fue trayendo de poco a mi negocio comoclientas. (Mirando a Lila) A tu madre decile que me llame que letengo que contar cómo te está yendo por aquí en el taller y nocreo que le haga mucha gracia lo que tengo para contarle.

LILA: Yo cumplo con todo lo que me indican hacer aquí, y además nuncafalto.Todas levantan la mirada hacia Lila.

MARISEL: ¡Mirá como te estás atajando! Si no sabés qué cosas tengo para decirle.LILA: Siempre estoy haciendo lo que se debe acá, no sé qué querrá contarle,

pero yo acá estoy bien, aprendiendo el oficio y pronto voy a podertrabajar sin que nadie me enseñe nada.

MARISEL: Mostrame entonces tus moldes, quiero ver qué tan bien estástrabajando.

LILA: (Busca su trabajo), Estaba recortando lo que me dijo Berta que hicieracuando llegó usted.

BERTA: Son los cortes para las blusas de los trajecitos.MARISEL: ¿Esto es todo lo que hiciste hoy?

LILA: Es lo que me indicó Berta que hiciera. BERTA: Como la tela es seda viscosa y se mueve, le dije que lo hiciera

despacito para no equivocarse.MARISEL: ¡Chiquita! Así no me rinde tenerte de aprendiz de taller, son

muchas horas para hacer tan solo tres cortes. Vos te debés distraercon el muchacho que viene a leerles. (Dirigiéndose a todas) Laconsigna era que no dejen el trabajo mientras él hace sus lecturas,una especie de radio que las motiva a estar bien en sus tareas.

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AÍDA: ¡Así es mi señora!, nadie deja de hacer las obligaciones mientras estáel joven Javier.

LILA: ¡Claro! Él es una gran ayuda para sentirnos bien y trabajar a gusto,¡para nada me distrae! Al contrario tía, me permite saber un poco másde cosas que jamás imaginé que pasan en el mundo.

MARISEL: Esas fantasías que tenés en tu loca cabeza seguramente sonalimentadas por las lecturas, ya le dije a tu madre que además debíasestudiar otra cosa para que pises un poco más la tierra, algo decontabilidad… no sé, un estudio que te permita más posibilidades enla vida… ¡Y ya te dije miles de veces no me llames tía!, no me gustay no quiero ese título, decime Marisel, si te da la gana, o lo quequieras, menos tía.Bueno chicas (Dirigiéndose a todas) terminen hoy con la entrega parael miércoles, ya que mañana hay que hacer un vistazo a todos losnuevos dibujos y ver las telas, dejen ordenado todo acá, yo ahoradebo irme al estudio de un amigo para organizar las cuestiones delpróximo desfile. Chela, como siempre cerrá el taller, y supervisá lastareas finales. ¡Hasta mañana y que tengan una buena noche!

TODAS: ¡Gracias señora, hasta mañana y que siga bien! Esperan todas que se vaya para hablar.

AÍDA: ¿Vieron? Les dije que venía de mal humor, cuando hay olor amaderas secas que además crujen ¡hay algo negativo en el ambiente!

CHELA: Entonces todos los días hay maderas secas que crujen, pues casisiempre está de este humor.

AÍDA: No Chela, venía cargada de las malas ondas del aire, para seres comoella eso es muy negativo.

CHELA: Aída por dios, ¡dejate de acanas! BERTA: Más negativo que el aire de maderas chillonas, es lo que tenemos que

hacer para salvar a la mocosa de la persecución que tiene desde quela dejó venir acá… ¡Es la última vez que te cubro! Ya no nos va a creermás, se está dando cuenta que no hacés nada, que te la pasásbobeando con las revistas y papando moscas con las lecturas, cuandoestás a sueldo y teniendo que aprender algo de lo que hacemos aquí.

CHELA: Habrán visto que me quedo callada, ya me increpó varias veces enprivado que yo te defendía demasiado y que así no ayudaba a que voshicieras algo útil aquí. Me parece Lila que se está cansando de vos.Además no es nada tonta para este negocio, y sabe que no nos hacefalta a nosotras tu ayuda, con lo que hacemos Berta y yo es suficiente,

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así que si no te esforzás para justificar que sos valiosa de tener, Mariselno va a tener motivos reales para que sigas acá, fuera de haber queridomucho a tu madre cuando trabajaba en su casa, la tipa sabe que deotra forma puede ayudarla sin tu presencia.

LILA: Es que me atrapa la imaginación, yo no puedo dejar de verme vestidade una manera elegante, en una confitería con alguien que mecorteja… las revistas me ilusionan y comienzo a ver colores y así mesueño en una película como si fuera Lolita Torres…

BERTA: ¡Los pies sobre la tierra Lila! Tu madre ya no puede trabajar por suartritis, y la jubilación no alcanza, así que tenés que hacer algo másproductivo que estar haciéndote la Lolita de bolsillo.

LILA: Pero Javier siempre dice que tenemos que ver más allá e imaginarmundos, ver si estamos a gusto con lo que hacemos y si estamos enel lugar indicado.

CHELA: ¡Sí! hay que plantearse cómo se quiere vivir, más a tu edad, pero loreal es lo que tenemos y debemos hacer aquí y ahora. En tu casasoñá, mirate en el espejo e imaginate en todo eso que tenés en tucabeza y quien te dice que mañana eso no se te haga realidad,mientras tanto hay que hacer lo que no queda otra que hacer… Laplatita en tu casa se necesita.

BERTA: Hace meses que está acá y todavía no distingue las telas, confundetodo y ya me estoy cansando de hacer su trabajo, porque la señoritaestá marmota pensando en cómo sigue el cuento de Javier y soñandocon el príncipe azul, que todavía no le llegó, más la vida de las artistasde cine.

LILA: Es que Javier me da muchas cosas que siempre me faltaron, es tantierno cuando nos habla, nos tiene mucha paciencia, sus lecturas nospermiten saber un poco más de la vida y mirar más allá de nuestrasnarices. No es pecado desear algo major.

BERTA: ¡Pero qué decís Lila! hoy ni siquiera lo escuchaste, te dedicaste a mirarrevistas mientras él leía…

LILA: Qué sé yo Berta, hoy no podía escucharlo, mi alma no daba más… AÍDA: (Se acerca adonde llora Lila y la abraza). Nena, ¿vos no te estarás

enamorando de Javier? ¿No?Se apagan las luces, fin del primer acto.

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Segundo acto

Están todos los personajes femeninos en escena. Pasaron variassemanas. Marisel está hablando con Mari.

MARISEL: Sería necesario que se busque alguien que la ayude en su taller, estácada día más lenta con las entregas y los compromisos están en ellímite, no quisiera tener problemas para el próximo mes que estamospresentando la nueva temporada.

MARI: Es que Flora estos días no pudo venir a darme una mano y ademásla máquina que ella usa debí llevarla a que la arreglen, andaba mediomedio… Se engranaba muy seguido.

MARISEL: Haga algo Mari, ¡pronto! porque así no rinde su trabajo, pidaprestada una, dígale a Flora o a otra persona que vaya sacándole tareasde encima, usted y su hermana solitas no dan abasto con todo lo quetienen en las manos, es evidente esto pues cada día viene siempre concosas sin hacer.

MARI: Veré qué hago señora, pero le aseguro que estoy siempre tratando dedar lo mejor y si no llego no es por mala voluntad, es que los días sondifíciles, son muchas las cosas que pasan y no es mi culpa, además notengo a quién pedirle prestada una máquina, los que trabajan en ellaestán todo el día dale que dale ¿Quién se la va a dar si están conentregas ellos también? Todos estamos atrás del pesito señora pordonde yo vivo, y mucho más que lo que me rodea yo no conozco…

MARISEL: ¡Ya, ya ya Mari! termine con la perorate. Entienda que uno necesitatener las cosas a tiempo y no estamos para desperdiciar trabajo, yo enlo mío debo cumplir, tengo clientes que así lo esperan, entoncesusted, más a mi favor por lo que cuenta, debería estar atenta a lo quepara su trabajo es esencial: ¡sus máquinas! Evidentemente todo elmundo cuida su tarea ya que si no, los corre la coneja. Haga algocomo le dije, ingénieselas, pero cumpla con los pedidos a tiempo, ¡nome haga tener que buscar otra costurera!

MARI: No señora Marisel, ¡no por favor! Yo estoy muy contenta aquí coneste trabajo suyo, le aseguro que voy a ver cómo me las arreglo y parael lunes le traigo todo lo que vengo debiendo.

MARISEL: Eso espero Mari. Vea cómo están trabajando aquí sus amigas, estáncon las exigencias de la temporada nueva y del próximo desfile, no envano la ausencia del joven Javier las ha hecho mucho más rendidorasen estos días, era evidente que ese muchacho les sacaba tiempoprecioso de concentración en sus obligaciones del taller. (A Chela) ¿Sesupo algo de él? ¿pudiste averiguar por qué dejó de venir en estos días?

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CHELA: Vengo llamando a la pensión donde vive, y allí la señorita Marta medice siempre lo mismo: que no saben qué pasó con su vida y que parapeor les dejó una deuda de varios pesos, y la habitación llena con suscosas.

MARISEL: ¡Qué informalidad! Debió haberles avisado de su paradero, no teníaaspecto de malandrín, un hombre que estudia en la universidad y estáen algo elevado como es la literatura debió haberles explicado lasrazones para esta ausencia.

AÍDA: Perdón mi señora, pero no entiendo qué tiene que ver una cosa conla otra.

BERTA: Que para ser un universitario, lo que quiere decir una persona coneducación, debió haberles avisado si es que no iba a venir más poraquí.

AÍDA: ¿Esas cosas las enseñan en la universidad, o se encargan los padres deque sea atento con la gente que lo aprecia?

BERTA: Lo que sea, no estuvo bien en desaparecer de un día para el otro, ybien pudo avisar en la pensión a la pobre señorita Marta quien loapañaba y le daba crédito en sus cuotas impagas.

MARISEL: Aída querida, a lo que voy es que para alguien que incursionaba enlas delicias de los libros de autores tales como Borges, Marechal,Lugones, Bioy Casares, Victoria y Silvina Ocampo…

AÍDA: (Interrumpiendo) De esas dos me acuerdo, la Victoria como la Silvina,son hermanas, de una familia que tienen mucha plata, de sus amorescon otros escritores y hombres elegantes nos ha contado Javier,pasiones inmensas han vivido, y la mayor, si no miento, es una granprotectora de otros que escriben.

MARISEL: Victoria. Ella con su revista y editorial les dio espacio a muchos desus colegas.

BERTA: Al Rabino Tagore por ejemplo lo tuvo en su casa. MARISEL: ¡Rabindranath Tagore! ¡Berta! y no lo tuvo en su casa. Cuando este

enfermó ella lo alojó en la quinta Miralrío de unos parientes ya quesus padres le negaron la de ellos, Villa Ocampo. Para poder seguirasintiéndolo, ya que se demoró mucho su recuperación, debiópagarles un alquiler, y para esto vendió una preciosa joya, unprendedor que era una pieza única de perlas y brillantes.

CHELA: Debía quererlo mucho MARISEL: ¡Admiración Chela, admiración! Amaba su arte. Fue una transgresora

para su época, una mujer que iba más allá de lo que otros podrían

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alcanzar, sus posturas tanto religiosas como políticas así lodemuestran, tan única era que sus ideas la llevaron a la cárcel.

AÍDA: Eso por ser gorila, según nos dijo Javier ella lo criticaba mucho, y algeneral no le gustaba que le llevaran la contra.

MARISEL: Precisamente, la acusó de guardar armas para el enemigo en VillaVictoria y ordenó su detención. Así, una mujer de su talla, fueenviada a un instituto para prostitutas por 26 días.

BERTA: ¡Me imagino cómo debe haber estado ahí todo el tiempo! Las deveces que la deben haber humillado las otras que estaban con ellaallí…

CHELA: Fueron 26 días tampoco pasó tanto tiempo en ese lugar.BERTA: Basta un día Chela, para saber lo que puede la gente cuando

desparrama su odio. MARISEL: Lo que les guste imaginar… Mujeres de otra estirpe, con educación

privilegiada, con alcance para muy pocos… ¡bien! Ya veo que cadavez que nos ponemos a charlar el trabajo se va de su cauce, y no estánlos tiempos para que esto se dilate. ¿Vieron que tengo razón que lostemas literarios las venían distrayendo? No sé qué le habrá pasado aese tal Javier, pero bendigo que en estos días no esté. Mari, vayadespertándose y vuelva para sus pagos, y trate de venir el lunes contodo el trabajo terminado. Lila, ¿vos pensás que soy tonta?, no sos tanbuena actriz para hacerme creer que estabas trabajando, a ver¿mostrame qué tenés ahí debajo de eso papeles de molde? (Se dirigehacia ella y le saca una revista de ahí abajo). ¿Ves nena que no puedoconfiar en tu persona? Vengo observándote hace tiempo y me hedado cuenta que contás con la misericordia de tus compañeras,quienes te cubren con tus faltas de atención y dedicación, no creasque no voy a pensar qué debo hacer contigo, ya que no me resultapagarle a alguien que no rinde.

LILA: Tía… perdón, Marisel, yo trabajo mientras voy leyendo algo, veatodo lo que he armado hoy, mire estos moldes, ¡son todos de hoy!

MARISEL: Seguís creyendo que soy tonta, ¿no? ¿Acaso no podés entender que soygrande y las tengo a todas bien observadas y sé muy bien cuánto rindecada una y qué cosas les pasan? ¿Creés que no veo que tu cabecita estámás en las novelitas y en historias románticas de medio pelo queponerte firme en hacerte de un porvenir. Solo resisto por tu madre.

LILA: Yo le agradezco su bondad hacia mi madre, pero tenga en cuentatodo lo que he progresado, mismo acá las chicas me lo hacen ver y

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creo que no soy todo eso que usted quiere ver en mí. Además de lasnovelitas de medio pelo, me intereso por otras cuestiones, puesintento vivir en un mundo mejor del que me ha tocado.

MARISEL: Sin un oficio y un trabajo, lo dudo. LILA: El mundo no es solamente este taller. Según Javier puedo escribir

novelas, para eso hay que leer mucho y escuchar las historias de otros,así la cabeza se llena de ideas que se vuelcan en un papel.

MARISEL: Pero primero está esto para hacer; de este oficio vas a vivir por elmomento ya que la bella idea de tu futuro precisa de mucho tiempo.¿O te creés que escribir es cosa de sentarse y ¡voila! salen las novelas?Esas novelitas del Maribel, que acaparan tu atención, son de cuarta,así que más te vale chiquita que te pongas a trabajar en serio, no te loadvierto más, estás en capilla y lo único que me detiene para noecharte es lo que ha significado tu madre para mí.

LILA: Yo le prometo que voy a hacer todo lo que sea necesario para trabajaraquí mucho mejor y para lo otro dedicaré mi tiempo libre. Cuestiónde voluntad. No se ponga mal por esto y a mi madre no la voy a dejarsin esta ayuda que nos brinda.

MARISEL: No me pongo mal, simplemente analizo, y las cosas tienen costos ybeneficios, y cuando el costo es muy alto y son pocos los beneficios,uno debe tomar decisions. La economía rige todos los órdenes denuestra vida, pues hasta en sufrimientos hay que hacer economía.Mari, ¿no se le hace tarde? Ya descansó bastante, ¿no le parece?

MARI: Es que ya perdí el tren de las 15 por eso me quedé un poquito más yahora tomo el directo hasta mi casa.

MARISEL: Vamos, la acompaño hasta la salida, tengo una reunión ahora, así quesalimos juntas. Sigan por favor todas con sus tareas, ¡hasta luego!Se van las dos.

BERTA: Mirala vos a la mosquita muerta, quiere ser escritora, ¡ja ja!LILA: No se burle Berta, no tiene derecho…AÍDA: Tiene razón la chica, no hay que burlarse de eso, si tiene ganas de

algo, basta con querer que se logra.BERTA: ¡Ah sí! ¿Basta con querer? Díganme ahora si todo se cumple en esta

vida, ¿eh?, yo también quería ser cantante y nunca pude.CHELA: Tu religión te lo prohibió siempre Berta. Las mujeres son mal vistas

cantando y más en tu comunidad.BERTA: Esas son las muy ortodoxas, yo canto con mi marido en las fiestas y

me aplauden con fervor cuando lo hago.

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CHELA: Es que amigos y familiares son tan buenos… BERTA: ¡Ah!... Chela, ¡qué mala! Lo que pasó es que hay que hacer otras cosas

y uno va postergando, no siempre la vida te permite seguir tussueños. Pero la revelación de la niña, me tiene desconcertada.¿Cuándo te dijo que podías escribir? Acá nunca lo oí decírtelo…

CHELA: Es verdad, acá al menos yo no lo escuché hablar de eso con vos. ¿Vosno te habrás encontrado con él fuera de acá, no?

LILA: ¿Qué le importa saber qué hago yo fuera de este lugar Chela?CHELA: Mirá chiquita, si bien no me importa, ahora atando cabos, me

pregunto si no tenés que ver con su desaparición de nuestras lecturasaquí.

LILA: Nada que ver. Yo tampoco sé por qué no está viniendo y me preguntouna y mil veces qué habrá pasado con él.

AÍDA: ¿Te le insinuaste de alguna forma? Muchos huyen cuando no quierentener algo con alguien y no saben cómo decir que no.

BERTA: No sería nada extraño que algo así haya sucedido, esta desde que vinofue más que nada para darnos más trabajo y quejas de la jefa.

LILA: Alguna vez Berta va a poder tenerme un poco más de cariño yrespeto.

AÍDA: Con todo cariño nena, yo te pregunto si algo de todo esto es verdad.No sería extraño que haya huido porque los hombres tan jóvenescomo él y con muchos problemas para sobrevivir cuando se imaginancon compromisos suelen escapar…

LILA: Qué va Aída, ¡por dios! AÍDA: Pero ¿te has visto con él fuera de aquí? LILA: Y si me vi ¿qué?

CHELA: Nos cerrarían las conjeturas, nena. Javier, es un buen chico, pero ensu cabeza hay muchos sueños a realizar y no estaba para nada en laidea de compromisos.

LILA: Ustedes se imaginan cualquier cosa, si bien podría parecer estar sinlas ganas de un compromiso, también es alguien que vive al día,entonces cuéntenme si no debería estar acá aunque sea por susdeudas de dinero, y además por qué no avisó que no vendría más ¿eh?Al menos a alguna de ustedes podría haberles dicho algo parajustificarse…

CHELA: Sí, a mí que fui quien lo trajo acá por recomendación de la señoritaMarta, además de tener la idea de que podríamos tener lecturas

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mientras trabajábamosBERTA: Ahora te querés quedar con la idea de las lecturas en el taller. ¡Mirá

que sos vanidosa! La decisión fue de las dos un día que hablábamosde las mujeres esas que escriben, que estaban en las fotos de lasrevistas que nos da Marisel y nos quedamos maravilladas por susestilos, y queríamos tener un poco de ese mundo para nosotras, asídijimos que leer y saber un poquito más nos iba a dar más mundocomo el que tienen ellas.

CHELA: Sí, pero fui yo quien se encargó de buscar al posible para esto, y bienque di con alguien especial que nos brindaba un poco de distraccióny otro poco de conocimientos.

BERTA: Eso no te hace dueña de una idea AÍDA: Bajen un poco la voz, acá arriba retumba todo y puede que todavía

no se haya ido la patrona y se nos va armar lío si nos oye acá sin estaren nuestras tareas.

LILA: No vaya ser cosa que “mi señora”, como le decís, se ponga mal poreso, más vale nos descuenta parte de la jornada como ya ha hechootras veces.

BERTA: Si nos descontó otras veces fue por tu culpa, por retrasarnos en lasentregas ya que no hacés otra cosa que interrumpirnos con tuspreguntas y bobadas… Siempre nos sacás del clima de trabajo.

LILA: No Berta, no soy yo la que les hace esto, son sus ganas de hacerotras cosas que estos miserables moldes y cortes que tienen queentregar todos los días. Es este lugar que no permite nada más queuna rutina, encima acá se traslucen sus años de frustraciones quelas llevan a tener ese humor de perros. Para mí son el peor de losespejos, no quiero mirarme en lo que son, y si hago esto paraaprender algo y poder llevar unos pesos a mi casa, esa ventana, quees el momento con Javier, es lo único que me brinda algo de fepara el mañana, y no serán precisamente Uds. las que me derribenesa esperanza.

BERTA: Mirá putita, no te des aires acá de heroína de radionovela, ese tonitode nena buena no te cuadra… Bien que siempre a tu querida“ventana” Javier, le hiciste toda clase de actuaciones para llamarle laatención… Ninguna chica decente hace esas cosas, y para tudesgracia ni una sola vez lograste que te atendiera como querías. Sosun fracaso en todo.

AÍDA: Cuidado Berta me parece que se le está yendo la mano.

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CHELA: No, no se le está yendo la mano, simplemente estamos sacándonoslas caretas, era tiempo de decir algunas cosas que se ve, estabanatragantadas.

BERTA: Más vale Chela, darse dique de ser la que maneja acá todo, inclusolas decisiones que tomamos para el bien de nuestro trabajo, ¡me dauna rabia!... Si creés que porque acá sos la segunda después deMarisel, y esto te da derecho de adueñarse de todas las ideas buenasque aquí pasan, estás muy equivocada… En cuanto a esta chiquita,ya me tenía cansada con sus manejos entre hacerse la tonta, lacansada, la pobrecita y todas esas manipulaciones que tiene parapasarla de canto sin esfuerzo alguno.

CHELA: Cómo te jode que yo maneje las llaves de todo esto. No tengo laculpa de haber sido compañera de ella cuando estudiábamos corte yconfección.

AÍDA: Me parece que deberíamos dejar esta charla, se está cargando elambiente con malas energías. No es bueno hablarse así, vamos aquedar mal y ahuyentamos a las almas que nos protegen y no van aquerer seguir con nosotras mañana.

BERTA: ¡Deje todas esas supercherías de vieja loca! ¡qué alma ni que ochocurators! Estamos en un momento en que parece que quiere salir a laluz todo lo que venía molestándonos y nada es mejor que sacar lomalo afuera.

AÍDA: No así, las charlas con odio dejan malos sabores, y ellos destruyen lastripas, vamos a estar mañana mal del hígado…

CHELA: ¡Basta Aída! Tampoco llame al diablo para que así sea. Para mí es muybueno saber lo mucho que tiene en su entripado Berta, es obvio quele da bronca mi supuesto privilegio ante la dueña del lugar. Lo que esincapaz de ver es que tener su máxima confianza a la vez también mepone siempre en un lugar de riesgo, caen sobre mi cabeza todas lascosas que aquí pasan.

BERTA: ¡Qué va Chela! Lo primero que hacés cuando algo pasa es avisarquién fue la culpable. No hay mártires aquí. Somos cada una un serhumano que cuida su quintita. Con los tiempos que corren nadie acáse puede hacer el distraído sino tratar de hacer las cosas lo mejorposible para seguir trabajando.

CHELA: No te equivoques, más de una vez les he salvado el pellejo con algunaque otra excusa para que no enfureciera por los trabajos mal hechoso no terminados. Marisel es una persona difícil, me vale haberlaconocido bien cuando jóvenes. Estos aires de gran señora culta que

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se da ahora, nada tienen que ver con la que yo conocí, su pasado estálleno de malos tragos y todo eso que ella quiere hacernos creer que es,no es más que una fachada, y como nos dijo alguna vez Javier con suslecturas, no hay peor jefe que aquel que fuera esclavo primero, suspersecuciones y sus exigencias están ligadas a los malos tratos que ellarecibió en su vida.

LILA: Alguna vez mi madre me insinuó que su juventud había sido triste. BERTA: Bien que se ha superado en la vida.CHELA: A un costo muy alto.AÍDA: No me deje a medias en todo esto Chela, nunca pudimos saber algo

de su historia. CHELA: De lo que pude saber de ella, me ha pedido bajo promesa que nunca

contara nada.AÍDA: Cuide entonces de no romper esa promesa, puede traerle desgracias.

CHELA: No solo por eso no puedo contarles. Me lo pidió en nombre de mimadre y por esto es que me siento mal si les cuento su verdad.

BERTA: ¡Qué fabuladora Chela! Te estás dando importancia con ser la quesabe sus secretos. No demuestra haber estado mal de joven, es más,alguna vez nos ha contado algunos lindos recuerdos de su infancia.

CHELA: Siempre hay algo que se puede contar.LILA: Es verdad. Todos tenemos aquello que contamos y aquello que

guardamos. En cada uno de nosotros hay una historia detrás, y lomalo lo escondemos, no es un mundo que acepte a los que sufren.Bien lo sabrá esto usted Berta.

BERTA: Te referirás a la historia de mi pueblo, ya que mi vida privada a nadiese la cuento. Lo que nos pasó en Europa es lejano para muchos, yquienes aquí escuchan nuestros pesares los imaginan como unapelícula, lo terrible es haberlo vivido en carne propia y eso es lo queno se logra apreciar. Ahora Marisel, si es cierto que ha sufrido mucho,ha dado muestras de superación, como lo hemos hecho nosotros,como dice eso de que ¡la vida siempre da una segunda oportunidad!

AÍDA: Bien dice ese dicho que dios te cierra una puerta pero te abre unaventana.

CHELA: La ventana debe abrirla uno, pues de no lograrlo se quedará mirandopor la ventana ajena.

LILA: Son los libros quizás esa ventana ajena, te meten en una historia y asíuno se olvida de la propia.

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CHELA: Lo que quiero decir Lila, es que hay que poner ganas para lograr teneralgo en la vida, y el mérito que debo reconocer en Marisel es que lepuso garra a salir de su suerte.

LILA: A falta de lecturas de Javier, estamos nosotras en medio de unanovela, de la cual no sabemos más que una insinuación, que su vidano fue tan feliz, ahora basta con poner un poco de imaginación y otrotanto de sacar conclusiones atando cabos sueltos y armamos la novelade la vida de nuestra “señora”

BERTA: Así nos olvidamos de las propias. AÍDA: Mejor aún, así no nos peleamos entre nosotras como estábamos al

principio de esta charla.CHELA: ¡Pucha Javier! ¿Qué le habrá pasado para dejarnos aquí en banda? BERTA: No es por mala, pero insisto, preguntale a la nenita que tenemos acá

que soportar. LILA: ¡Qué incorregible y maliciosa es usted, Berta!

CHELA: Siempre agitando las aguas… No volvamos al principio de todo esto¡por favor!

LILA: ¿Por qué toda sospecha cae en mi persona? Bien podría haberloalejado de nosotras cualquiera de ustedes. Por ejemplo a Aída lecuesta entender la mitad de lo que habla y como le pasa también aBerta les cuesta poner plata para pagarle su trabajo. Marisel, que sequejaba de su presencia porque suponía mucha distracción paranosotras, bien pudo haberlo apartado de aquí con algo de plata paraque se vaya lejos por un tiempo, en cuanto a Chela, no se me ocurrenada, pero seguramente alguna cuestión también puede venir deusted.

CHELA: Qué pavadas estás insinuando, ¡por dios Lila! la única que mantuvocomportamientos extraños cuando estaba él aquí siempre has sidovos, no intentes distraernos con esto, que hacerte la Ágata Christie note cuadra.

LILA: Simplemente lo que intento es poner sobre el tapete que yo tambiéndesconfío de todas ustedes.

BERTA: Lo de Marisel, no me parece tan descabellado, es verdad que siemprese ha quejado de su presencia… bien podría haber…

CHELA: (Interrumpiendo)No lo creo… ¡bah! no la veo muy de poner plata paraalejar a alguien de acá, es más fácil que lo haya recomendado en algúntrabajo bien remunerado de alguna delas empresas de sus clientas.

BERTA: Pero dejó en la pensión todas sus cosas, se fue sin pagar lo que debía.

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CHELA: Sí, hay cosas que no cierran en su ausencia. LILA: ¿Y si se murió o tuvo un accidente?, esa es otra posibilidad, no es de

acá y puede estar en algún hospital sin que nadie lo sepa.CHELA: Uno terminaría enterándose, ya que tan solo no debe estar, seguro

que tiene amigos o compañeros de estudios, no puede estar tandesconectado de todos aquí… Todo este desencuentro con supersona obedece a cuestiones de no querer dar la cara por algo

BERTA: No tener la plata para pagar su deuda en la pensión, así muchosdesaparecen y dejan ese muerto a los pobres dueños de los hotelesfamiliares.

CHELA: Lamento todo esto, además de no poder creer esa conducta en él,siempre me pareció un muchacho honesto.

LILA: Esperemos, a no desesperar, seguro que en cualquier momento aparece.AÍDA: Sin dudas el que nos traía la calma a nuestra labor era él con sus

libros, ¿Por qué no buscamos a otro mientras tanto para que venga aacá a leernos algo?

LILA: No. Esperemos, ya va a dar señales, algo le habrá pasado y seguro quepronto sabremos algo de él.

BERTA: Pero si es como yo digo… Esta sabe algo y con su cara de libélula nosquiere engatusar con que ella no tiene nada que ver en esta desaparición.

LILA: Bien Berta, tanto insiste que le voy a dar el gusto de contarle algo queme pasó con él. De alguna manera me inquieta el alma lo que hice,aunque en el fondo de mi corazón doy por seguro que por esto nodejó de venir.

BERTA: Ya sabía yo que algo tenías que ver.LILA: Espere Berta y después saque sus conclusiones. Un día le mandé una

carta y no una de amor, como hubiera querido hacerle, pues nopuedo negarles que Javier me gusta y siento algo más que cariño porél, pero le escribí para contarle mis ganas de estudiar un poco más yque me preparara para poder terminar mis estudios. No creo que estopueda asustar a nadie para dejar de venir, y además sin avisar por quétoma esa decisión, al menos avisarle a usted, Chela que fue quien lotrajo.

AÍDA: Los hombres se asustan cuando la mujer avanza. CHELA: Bueno, eso depende de los fines con los que avance…AÍDA: Yo lo digo por este tipo de muchacho, tan especial, tan reservado, tan

en otra cosa tan…

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BERTA: Tan tan ¿qué? Sea más clara, Aída. AÍDA: No sé pero es un chico con gustos diferentes al común de los

muchachos. CHELA: Es un intelectual, un muchacho con refinamientos, ¿y que hay con eso?AÍDA: Lo digo por esas cosas que dice que estamos en el comienzo de un

nuevo tiempo, que se viene un cambio para las mujeres con másliberación, que se vislumbra una nueva vida con no sé qué de latolerancia entre todos y que vamos hacia una era espacial, que seconquistarán nuevos planetas… No sé, es simpatico, nos hacepensar, pero muy bien de la mollera no anda… y no creo quetenga espacio para vos Lila, con todo cariño te lo digo, perocuando veía que te estabas enamorando yo temí por tu almita yaque él para mí está en otra galaxia.

LILA: ¡Aída! qué locuras está diciendo, él tan solo ve un horizonte quetodavía nosotras no hemos alcanzado. Pero si hay algo que esrescatable de lo que ha dicho, no sé si se ha dado cuenta del lenguajeque usted ha adquirido con sus enseñanzas.

BERTA: ¡Pará Lila! que lo que nos quiere decir Aída es que para ella Javier esun Mariquita.

AÍDA: No, no podría afirmar algo así, pero muy santo no lo veo, y claro quele agradezco muchas de las cosas que yo he podido aprender con supresencia.

CHELA: Me da risa todo esto, ahora el pobre muchacho que vaya a saber unopor qué ha desaparecido, está loco o no es muy hombre que digamos,lo jugoso es que por lo menos ahora sabemos que de tu parte (A Lila)hubo un interés más allá de las paredes del taller.

LILA: Intenciones para mejorar mi futuro.BERTA: ¡A otra con esa patraña!LILA: No le voy a negar que quiera algo con él, pero decidí ir despacito, por

miedo a alejarlo si le contaba todos mis sentimientos. Aquella vez quese fue y no lo saludé, estaba enojada por no haber tenido ni siquierauna respuesta de recibo de esa carta. Cuando ese día llegó, lo mirécon ansiedad esperando alguna señal, pero esquivó mi mirada, poresto decidí no estar presente mientras nos leía y menos saludarlocuando se fuera.

BERTA: Ahora sí que las cosas se ponen claras. CHELA: Sí, pero después de ese día vino unas veces más, ¿siguió sin

contestarte?

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LILA: Nunca me respondió ni me dio señales de recibo de la misma.AÍDA: Parece que se asustó por demás con tu avance… Y,.. es un chico nada

común, pero no un mal educado como para no decir nadaBERTA: No habrá encontrado una respuesta. Puede que tenga su cabeza con

algún problema, y por eso no tomó en cuenta el pedido de Lila.¿Simplemente le pediste esto, o hay algo más que no nos estáscontando?

LILA: Nada más. Solo le pedí por mis estudios, sin otra cuestión niinsinuación de nada personal con él. Lo juro.

CHELA: En fin chicas, cada vez entiendo menos todo esto y seguramente enalgún momento inesperado nos encontraremos con la respuesta a sudesaparición. Por el momento, si no se han dado cuenta, es tardísimoy estamos aquí sin hacer otra cosa que tomar mate y charlar, sin habertocado una prenda, va a volver Marisel se va a enojar… Pero esta vezle voy a decir la verdad, que cuando no tenemos a Javier las cosas aquíse nos ponen espesas y eso que cree que nos distrae, por el contrario,es justamente los que nos hace a cada una estar concentradas ennuestras tareas.

BERTA: No va aceptar esto nunca, mejor apuremos un poco todo y digamoscualquier cosa, que se cortó la luz, que se descompuso Aída..

AÍDA: ¡Dios no lo permita! ¡La boca se le haga un lado y se le cuelgue de laoreja, Berta!

BERTA: Bueno Aída, dije cualquier cosa para ver qué se le dice, mujer,tampoco se ponga así.

AÍDA: Descompóngase usted y a mi déjeme tranquila, no llame a ladesgracia, que siempre está con ganas de venir, como si no tuvieratrabajo en esta vida. Mejor ir con la verdad, en una de esas nos puedellegar a comprender.

LILA: No se preocupen, que siempre se la agarra conmigo primero, ademásle puedo decir varias veces tía, cosa que no soporta y por el momentose olvida de que no hay nada para mostrarle.

CHELA: No es tan simple la cosa, habrá que decirle que no hubo otra queganas de charlar y que ninguna se puso a trabajar como es debido…A todas no nos puede echar.

AÍDA: ¡La unión hace la fuerza! BERTA: ¡Pero nos descuenta el día! CHELA: Una tarde no es nada

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BERTA: No para mí, yo no vengo en vano hasta aquí, si no me quedo en micasa, veamos qué se puede hacer para no perder.

CHELA: Siempre la misma mishiguené. BERTA: Que se dé cuenta que necesitamos algo que nos hace bien a todas y

que por eso trabajamos mejor, al fin y al cabo ella bien podría pagara quien nos lea cuentos.

CHELA: Viene sin aumentarnos desde hace bastante porque según dice lascosas no están para mejorarnos el sueldo y te pensás que a va a ponerplata para que alguien venga a leernos cuentos ¡por favor!

LILA: Entonces apenas llegue le decimos que estuvimos charlando para versi nos puede aumentar o adelantar algo antes de fin de mes y esoseguro que la pone en un lugar que se olvida que no hicimos nada.

BERTA: Me das gracia Lila, un patrón es el dueño de todas las excusas parasaber cómo salir airoso de pedidos de aumentos o adelantos.

AÍDA: Dado que no nos ponemos de acuerdo y que nadie tiene la mejorsalida para sus quejas, dejemos que sea lo que dios quiera.

BERTA: (A Aída) ¿No hay ninguna predicción de cómo va a venir ahora? AÍDA: Todo esto que se desató aquí entre nosotras me tiene confundida, hay

aromas extraños, no puedo presentir nada…LILA: (Interrumpiendo) Más que una tormenta cuando venga el huracán

Marisel.Todas ríen.

AÍDA: ¡Ay nena! ¡qué loca! Lo del huracán está muy bueno. CHELA: Bueh… ¡Que sea entonces lo que dios quiera! (Tomando unos cortes

de tela y dirigiéndose a Lila) Poné todo esto prolijamente en unpaquete; demos vuelta todo esto Berta, y hagamos un rápido corte,Aída planche estas blusas, y luego termine con la limpieza del tallerque ya veremos cómo salimos de esta.

BERTA: Es la primera vez que nos hemos quedado todas sin cumplir connuestra tarea.

CHELA: El espacio de charla lo ocupaba desde hace tiempo Javier con suslecturas.

BERTA: Maldita sea esa carta que le mandaste Lila, que alejó nuestradistracción

CHELA, AÍDA Y LILA:¡Ya basta Berta!

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BERTA: Por más que quiera no puedo dejar de tener bronca con todo esto…Encima con el castigo que se nos viene encima por haber perdido eltiempo hablando, cosa que no nos llevó a saber qué pasó realmentecon este muchacho.

CHELA: Algo es seguro, no se debe haber muerto porque de eso uno siemprese entera. Entra Javier de golpe.

TODAS: ¡Javier!JAVIER: ¡Hola amigas! TODAS: ¿Qué pasó que no vino en tanto tiempo?JAVIER: Mil perdones. Todavía no pasé por la pensión, ya que lo primero que

quería hacer al regresar aquí a Buenos Aires era pasar por el taller,pues les debía una excusa ante mi comportamiento.

BERTA: Nos debe a nosotras una excusa, y a la pensión una fuerte suma dedinero.

JAVIER: Es verdad Berta, pero mis intenciones son tanto ofrecerles misdisculpas a ustedes como pagar lo que debo a la señorita Marta. Elhaberme hecho presente primero aquí se debe a que lamentéterriblemente haberlas dejado sin nuestras lecturas, pero sé quecuando les cuente qué fue lo que me sucedió entenderán que miausencia se debió a algo muy esencial para mi vida.

CHELA: ¡Qué intriga!, ni que los hubieran secuestrado o llevado a algún otroplaneta los marcianos.

JAVIER: Nada de eso, mi ausencia tiene una fuerte excusa, si bien dejar a lagente que está con uno sin mediar ninguna explicación o aviso, estámuy mal, sé que entenderán que lo que me llevó a olvidarme de losque me conocen fue que de golpe sin esperarlo el mundo de missueños se me puso por delante.

BERTA: ¿Qué diablos podrá ser ese mundo? Nunca habló de sus sueñoscon nosotras.

LILA: Por favor, dejen que siga contándonos qué le pasó, no interrumpan. JAVIER: Nunca conté esos sueños, aunque estaban implícitos en mis

acotaciones por las lecturas que compartíamos. La literatura y quienesla llevan a cabo son mi mundo de los sueños, así que siempre estuveligado a la idea de conocer ese mundillo de los que conforman la elitede escritores, poder charlar con ellos y por sobre todo lograr quehicieran una crítica a mis escritos. De golpe cuando uno está en la

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vorágine de la vida buscando cómo salir adelante con lo que hace, unamigo de la facultad me brindó una posibilidad para esto, de esas quemuy pocas veces suceden en la vida, pues me invitó a ir con él a unafiesta muy importante que se realizaba en el Fondo Nacional de lasArtes. Imagínense lo que sentí. Allí estarían los que siempre admiré ypoder estar cerca implicaba ver si alguno aceptaría leer mis trabajos oal menos recomendarme a alguien de su conocimiento que pudiera sereditor de todo lo mío. Esa noche se entregaban unos premios, si bienno estaban los que imaginé que podrían estar, igualmente alguien muyespecial entregaba unos diplomas en ese palco de honor.Cuando terminó la ceremonia y nos dispusimos a brindar con losagasajados, me le acerqué y tímidamente le pedí al oído si podía sertan amable de tomarse un tiempo para leer algunas de mis obras.

AÍDA: ¿Está contándonos algo que le pasó en realidad o nos está contandoun cuento?

LILA: Shhh! Basta de interrumpir ¡por favor! AÍDA: ¡Es que me hace acordar a sus lecturas!

CHELA: Por favor siga que nos tiene a todas atrapadas como siempre. JAVIER: No es un cuento esto Aída, aunque a veces me pellizco para saber si

no fue todo un sueño. BERTA: ¡Vaya al grano de una buena vez! JAVIER: Sí, ya voy Berta, pero todo el relato de lo acontecido explica mis

porqués y mis sentimientos ante mi actitud…CHELA: ¡Maravilloso! siga por favor no le haga caso a esta ansiosa JAVIER: …Cuando le pido esto al oído se da vuelta, me mira y me increpa:

”Quién es usted jovencito para pedirme semejante favor?”.Alguien que sueña con tener el privilegio de su crítica, lerespondí… Volvió a mirarme pero esta vez me relojeó de cuerpoentero, y sin vacilar me dijo: “¿Tiene aquí algo para que yo puedaleerlo?”. Había ido preparado por la intención de hacermeconocer… Tenía copiado en un cuaderno un compilado de loscuentos más especiales míos, entonces se lo entregué sin más quedejarle mi teléfono con mi nombre en la tapa. Así terminó eseprimer encuentro con alguien que ocupaba un fuerte lugar en miadmiración y respeto. Me fui de allí con el miedo a su respuesta, oa no tener ninguna… Quizás esa noche fue la más larga que viví,mis ansias me daban las más contradictorias sensaciones, tuvepesadillas, me despertaba constantemente. Aliviar mi

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incertidumbre era imposible, el corazón latía fuerte, y casi nolograba tranquilizar mi imaginación, hasta que me dije: “Quedatetranquilo que no vas a tener respuesta de un día para el otro, devenir, puede que sea más adelante…” Fue entonces que caíprofundamente dormido en esa madrugada. Al no tenerobligaciones al día siguiente, ya que era domingo, descansar eraposible amén de recuperar toda la adrenalina derrochada esa nochede expectativas. Desarticulado, entregado ya de cuerpo y alma alplacer del sueño, siento la vocecita de la señorita Marta quien,tocando la puerta, me avisa que tengo un llamado telefónico.Como un resorte salto de la cama, y así en mis pijamas -cosa nobien recibida por mi pensionista- me voy hasta el teléfono para verquién me llamaba. En ese instante la voz de esa persona tan esperadaen mi vida me pone de cara al cielo y fue como si escuchara a algúnángel invitándome a una cita celestial…”Me han parecido muybuenos sus cuentos, tiene usted talento… Esta tarde estoy yéndomea mi casa de la costa, ¿tiene algún compromiso aquí que lo detengaen Buenos Aires? Si no, lo invito a que venga conmigo y charlamossobre su obra”. Me quedo un instante paralizado, y tartamudeando lecontesto que perfectamente podía irme a pasar esos días con ella…”Bien”, me responde, “Dígame dónde lo paso a buscar, en dos horasestoy por ahí y salimos a la ruta”… Increíblemente en dos días mivida tomaba un rumbo largamente soñado, casi sin poder movermedel impacto de tanta alegría, me puse a armar mi valija, ordenar yponer en carpeta todo lo que tenía escrito. Los minutos volaban y milocura ante esta tarea me dejó sin pensar en que debía al menos darlealguna explicación a los que tenía cerca, como el caso de ustedes y ala señorita Marta, pero el poco dinero que tenía lo iba a necesitar parairme con algo en el bolsillo, de ahí que decidiera mi silencio ante esto,más que nada por una necesidad. Además, la lógica indicaba que enalgún momento iba a volver y hacerme cargo de mis deudas. ¿Podránimaginarse cómo me sentía yo en ese momento? No había tiempopara despedidas y avisos, debía además irme sin decir nada en mipensión, hasta tenía preparada una excusa si me veían salir con lavalija, por suerte me escabullí sin ser visto, y me fui a mi cita en ellugar que le había indicado, que por razones de seguridad, no era lapuerta de mi casa. Todo funcionaba de maravillas, enseguida, comoen una vida diseñada, estaba en un auto de lujo rumbo a la costa yademás en ese trayecto dejaba atrás toda mi historia y solo pensabaen disfrutar el momento.

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CHELA: Habla de una señora de dinero, dedicada a las letras, no será que erala mismísima…

JAVIER: No se adelante Chela, aunque la veo cerca de la verdad, deje quevayan también las demás en esta historia y lleguen todas juntas a sunombre.

BERTA: Ella siempre tiene que dar el paso adelante, si no es la que está entodo primero, se muere.

CHELA: No empecemos de Nuevo. Basta Berta, ya estuvo bueno por el díacon nuestros temas… ¡Ya basta!

LILA: Yo también creo saber quién es, pero es tan lindo seguir tus palabrasque quiero seguir escuchándote y que seas vos quien nos diga todo ensu justo momento.

CHELA Y AÍDA: ¡De acuerdo!JAVIER: Bien, como les venía contando, yo tan solo quería disfrutar el

momento, y era único, estar al lado de alguien con tantosconocimientos, con quien se puede aprender y dialogar cuestionesque no son frecuentes en lo cotidiano. Era o se parecía bastante a estaren un oasis cultural. En la tarde llegamos a la ciudad de Mar del Plata.Allí, en un barrio coqueto residencial, nos estaba esperando elpersonal de la casa. En invierno la ciudad tiene un encanto especial…

BERTA: ¡Acabáramos! (Grita) Es la Victoria Ocampo.JAVIER: Sí es ella precisamente la protagonista de todo esto que les vengo

contando. CHELA: ¡Qué incorregible que sos mujer, lo hubieras dejado a él que

terminara por decírnoslo! además las demás estábamos en la pista.BERTA: ¡Claro!, ahora querés hacer ver que ya todas menos yo lo sabían, no

creo que Aída, con la cara que venía escuchando todo, estuviera altanto de quién se trataba.

AÍDA: Confieso que no estaba del todo en esa pista, pero que unos pasitosmás me hubieran llevado a darme cuenta.

LILA: Imagino que hay mucho más para contar. ¿Qué más pasó allí?¿Cómo fueron esos días y toda esa experiencia?Entra Marisel, sorpresa en todos. Se saludan fríamente.

MARISEL: Vine por unos papeles que necesitaba y para mi sorpresa vi que deltaller venía una luz. Jamás imaginé que me iba a encontrar contodas aquí a estas horas... Menos, con la novedad de que Javier estáde vuelta.

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AÍDA: Así es señora, el joven Javier está de vuelta y nos estaba contando todasu experiencia de estos días, parece que ha estado en el mejor de losmundos de viaje con la Victoria.

MARISEL: No me cuente.JAVIER: Así es señora, me ha tocado la varita mágica, la vida me dio un

fuerte giro y hoy estoy de vuelta aquí, tratando de explicar a todoslos que les debo una disculpa, esto que me hizo desaparecer por unpar de meses. Y como bien dijo Aída, he estado con la granVictoria Ocampo en estos días, quien se ha convertido en mi futuraeditora.

MARISEL: Pero quién lo ha visto y quién lo ve. Tiene ahora usted un futuropromisorio del lado de la gran señora de la cultura.

JAVIER: Dios la oiga y me conceda la gracia de un futuro digno en lo queintento hacer con mi arte.

MARISEL: Todo está muy bueno, pero hace rato que pasó la hora de cerrar aquíy por lo que pude pispear, no han terminado las tareas en el día dehoy, con lo que imagino que esto ha sido cualquier cosa menos untaller que tiene trabajos pendientes a entregar en pocos días.

CHELA: Hoy fue un día especial. Reconozco que las tareas están sin hacer,pero me comprometo a que mañana todo tome su cauce yadelantaremos en lo posible lo que hoy quedó postergado.BERTA:Yo también me comprometo a trabajar mañana todo lo que hace faltaadelantar.

AÍDA: De más está decirle mi señora, que yo también estaré firme aquí pararecuperar esta tarde tan especial que tuvimos hoy.

JAVIER: Mil perdones por haberlas interrumpido en esto y atrasarlas, no erami intención, yo debía una excusa y por esto estoy aquí.

LILA: Bueno ahora que te hemos recuperado, seguirán las anécdotas de tusvacaciones y nuestras lecturas, imagino.

JAVIER: De esto también les tenía que hablar, yo ahora no voy a tener tiempopara eso con ustedes pero tengo un amigo que bien puedereemplazarme, y así podrán seguir con sus lecturas.

LILA: ¿Nos vas a dejar? JAVIER: Mi tiempo es otro y quien puede venir ahora es un gran tipo que ¡las

va a cautivar casi tanto como las he cautivado yo con mis cuentos!CHELA: Entiendo Javier, y espero que cada tanto igualmente nos de una

visita.

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JAVIER: ¡Claro! seguramente vendré todo lo pueda en este tiempo, ademáshoy no pude terminar de contarles todo lo que me pasó en esos días,pues no solo estuve con Victoria, he compartido tés y tertulias con suhermana Silvina, Bioy, hasta con el propio Jorge Luís Borges hemantenido charlas inolvidables.

MARISEL: Bien, bien, vamos terminando que ya es muy tarde… Quedamosentonces que mañana pondrán todo el esfuerzo debido en completarlo que hoy no pudieron hacer.

BERTA: ¡Perfecto! Mañana será un día arduo así que mejor llegar lo antesposible a casa, y descansar para poder tener fuerzas para darle contodo a las tareas.Javier, ese muchacho que dice nos va a traer, que no nos cobre másde lo que usted nos venía cobrando, no vaya a ser cosa que venga conlos aumentos que venimos padeciendo en todas las cosas.

JAVIER: Quédese tranquila Berta, que ya le dije lo que yo cobraba y estabade acuerdo.

BERTA: Mejor así. Bien, me voy yendo y mañana será otro día de muchas cosas.AÍDA: Voy con usted Berta. Salud a todos y mañana será otro día, espero

que venga con muchas buenas señales.MARISEL: Hasta mañana… Podés irte ya Chela, yo cierro todo, andate

tranquila que ya es muy tarde. Javier, ¿podría quedarse un minuto?Me gustaría hablarle a solas…

JAVIER: Perfecto.LILA: (Está mirando a Javier) ¿Recibiste mi carta…?

JAVIER: Te debo una fuerte disculpa Lila. Mil perdones por no habertecontestado, ni siquiera dos palabras, pero estaba en muchos temas ala vez y lo tuyo era como para ir a tomar un café y hablar claramentede tus necesidades. En cuanto pueda me hago de un ratito y vengo abuscarte a la salida para que vayamos a tomar un café y así te cuentoun poco lo que pienso de aquello que me escribiste.

MARISEL: Ya, Lila. Vas a llegar muy tarde a tu casa y tu madre se va a preocuparmucho.

LILA: Si tía, ya voy, es que esto que acaba de decirme Javier me emociona.Te espero entonces Javier, ¡que no sea muy larga la espera!Adiós tía, perdón… Marisel, chau Javier, nos vemos. (Se le acerca y leda un beso) Quedan Marisel y Javier solos

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JAVIER: Nunca podré terminar de agradecerle esto que ha hecho por mí. MARISEL: En principio solo le pedí la oportunidad de que lea algo suyo, lo

demás lo puso usted con su talent. De no tenerlo no creo que lehubiera picado tanto el gusto por ayudarlo. Imagino que no leshabrá dicho nada sobre esto a ellas, ¿no? Mire que no quiero quese enteren de nada sobre mi vida pasada y de dónde la conozco ala señora…

JAVIER: Quédese tranquila que soy bueno para mentir y la reemplacé porun amigo, así les dije que fue él y no usted quien me llevó a la cenadel Fondo Nacional de las Artes a esa comida… igual siento quede no haber tenido su mediación no hubiera logrado la lectura demis escritos.

MARISEL: Por lo que la conozco sé que podía contar con su curiosidad para leery descubrir valores nuevos literarios… Además contaba con susinceridad, no hubiera perdido tiempo de no haberle gustado suscuentos…También, de alguna forma, me descubrió a mí en lo quehago, le debo esto que soy, más allá de la amistad que me brinda.Gracias a ella tengo este taller y todo lo que vino después.

JAVIER: Me estuvo charlando de esos días en la cárcel y cómo se conocieronallí.

MARISEL: Otra cosa de la que espero guarde usted el debido silencio… Quécosas locas pueden pasar en la vida, de prostituta a dueña de casa demodelos…Estar en la cárcel cumpliendo penas dolorosas yencontrarse un día con alguien como ella, apresada por sus ideas, yque por esas cosas extrañas nos entendimos. Yo le hacía algunas cosasen costura y sin imaginarlo me ofrece una oportunidad única paralograr salir de todos los malos tragos.

JAVIER: Como lo ha hecho ahora usted conmigo… MARISEL: Digamos que hay una fuerte distancia entre lo que me pasó a mí y

esto suyo.JAVIER: Tendrá distintos matices, pero pinta casi igual el hecho de que alguien

nos ayude a que caminemos por los senderos que buscamos para salira flote con nuestras inquietudes. Ayer fue ella la que le brindó suayuda para esto, y además la recomendación para tener clientela.Ahora conmigo usted me pone a su lado para que mi sueño dededicarme de lleno a la escritura se cumpla. ¡Es hermoso todo esto dela vida y sus caminos!

MARISEL: Su filantropía es la hermosura que nos ha tocado a nosotros vivir.

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JAVIER: No creí que iba a verla aquí hoy por esto no le traje las revistas queme dio para usted. Mañana en cuanto pueda se las alcanzo.

MARISEL: No hay apuro, imagino que serán las francesas. ¡Ay Dios! ¿Cómovendrá el verano esta temporada?.. Bueno, ya es muy tarde y todavíatengo cosas que hacer, así que mejor dejemos de lado esta charla. Y levoy a pedir un gran favor: no traiga a su amigo hasta que le avise, porahora hay mucho que hacer en el taller y no quiero distracciones, asíque mejor que su amigo espere, veré de que tengan una radio yescuchen música… Eso sí, venga cada tanto como les prometió, delesalgún tiempito, no más de quince minutos de charla de cualquiercosa que se le ocurra, vaya tirando para adelante el tema de su amigoque en cuanto vea cómo va el trabajo después de la presentación detemporada y desfiles, le aviso para que las conecte otra vez con suslecturas. Y cómo viene la mano, será en abril nuevamente…

JAVIER: Perfecto señora… Será en abril entonces, el comienzo del tiempo delecturas…Se apagan las luces.

El 8 de mayo de 1953, mientras descansaba en Mar del Plata y con laexcusa de que escondía armas en su residencia, la policía allanó su casa yse llevó a Victoria consigo como presa política a la cárcel “El Buen Pastor”,en San Telmo; donde se encontraban prostitutas y demás criminales reclu-idas, procesadas y condenadas por delitos comunes. Se dice que allí trabóamistad con una de las reclusas que era costurera a la cual luego ayudopara que pudiera tener un taller propio.

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