bernard plossu nord sud photography

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Bernard Plossu Juan Manuel Bonet

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Bernard Plossu Nord Sud Photography

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Page 1: Bernard Plossu Nord Sud Photography

BernardPlossu

JuanManuelBonet

Page 2: Bernard Plossu Nord Sud Photography
Page 3: Bernard Plossu Nord Sud Photography

30 fotografías de

Bernard Plossu con

30 poemas de

Juan Manuel Bonet

6 de junio - 14 de julio de 2011

ga ler íajosé r . ortegam a d r i d • m m x i

Page 4: Bernard Plossu Nord Sud Photography

ga ler íajosé r . ortega

Villanueva, 42. 28001 Madrid • Tel.: 91 [email protected] • www.galeriajrortega.com

comisario y diseño de la exposición: Fernando Castillo Cácerescoordinación técnica: José Ramón Ortega

© de las fotografías, Bernard Plossu© de los poemas, Juan Manuel Bonet

© de la presentación, Fernando Castillo Cáceres

tipógrafo: Alfonso Meléndez • impresión: 3digitalisbn: 978-84-615-0907-2 • depósito legal: m-24064-2011

impreso en españa • printed in spain

Í N D I C E

cuaderno de v i a j e , por Fernando Castillo . . . . . . . . . . . . . . . . 1 7

nord - sud , 30 poemas de Juan Manuel Bonet

terminus nord . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 6a deuses de tr ens . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 8poes ía del comerc io . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20v ermeer en montparnasse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22ma pa de montsour is . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24el cr i a do de paul mor and . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26ár bol s imbol ista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28amber es . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30l i vr es . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32hotel de l a i nfanc i a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34r eloj func iona l ista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36a nochecer en l a costa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38souven ir 1 94 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40e scuchando a lou is br auqu ier . . . . . . . . . . . . . . . 42s i empr e una f i e sta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44ga binetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46en el mundo de sam ivel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48bloques . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50v entanas i luminadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52r ecuerdo de aquell a polon i a . . . . . . . . . . . . . . . . 54l a f el ic idad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56cam inante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58qu into imper io . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60murc i a de r amón gaya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62sur este . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64amas e sa hor a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66golondr ina en el a ir e . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68volv iendo de mataró . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70a rte de l a foto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72en c a sa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

Page 5: Bernard Plossu Nord Sud Photography

CUADERNO DE VIAJE

fernando c ast i l lo

El origen estuvo en «Terminus Nord», o quizás, antes, enPolonia-Noche o en Praga, «la de los dedos de lluvia». Línea

clara en la oscuridad, neón modianesco en la fotografía de Bernard

Plossu que recoge Juan Manuel Bonet en su poema dedicado a esta

imagen, elegía a una Europa de la memoria. Un feliz encuentro de

fotografía y poesía, de arte y literatura, aparecido en la revista dubli-

nesa Boulevard Magenta, que reclamaba una prolongación. Así nos

lo pareció y la propuesta de una exposición conjunta de la obra del

fotógrafo y del poeta, encontró un eco entusiasta en los dos prota-

gonistas y en José R. Ortega, el galerista audaz que acogió la idea y

ha permitido su desarrollo y la publicación de este libro, a la vez

catálogo de la exposición.

La unanimidad ha logrado que en poco tiempo aparezca y se

muestre este Nord-Sud, afortunada coincidencia de fotografías y

poemas, surgido entre otras razones de una identidad de la mirada.

Si Plossu ha proclamado que «la fotografía habla de momentos

hechos de nada», Bonet se refiere a su poesía, en símil fotográfico,

diciendo que hay que «aprender del arte de la foto / que los instan-

tes no decisivos importan, / que una y otra vez las cosas se repiten

] 7 [

Sintítulo

Page 6: Bernard Plossu Nord Sud Photography

geográficas, en este caso europeas, tienen una importancia esencial

en la reconstrucción de ambientes y realidades.

A lo largo de treinta poemas y de otras tantas fotos de Bernard

Plossu, en su mayoría reunidas en una maratoniana sesión en la galería

tarraconensede Chantal Grande–casi una orgía fotográfica en la que

coincidimos José R. Ortega, Juan Manuel Bonet y quien firma estas

líneas–, el poeta ha propuesto un viaje por una Europa diversa, que

es tan actual como pretérita, en el que recoge la di versi dad de Plossu

y las claves de su poesía. Es la de Bonet una propues ta que ofrece un

recorrido múltiple, a la medida del lector-espectador, de ahí la pre -

sencia de cierto simultaneísmo que per manece dentro del orden esta-

blecido–Nord-Sud–, tanto para la exposición como para este libro, y

que, geográficamente, lleva de Amberes a Reggio Emilia, de Níjar a

Lublin o de Lisboa a Marsella, sin olvidar el París natal del poeta,

espacio central de este nuevo territorio europeo, de recuerdo casi

carolingio, construido por Juan Manuel Bonet.

Hay en esta treintena de piezas, o sesenta, si se prefiere sepa-

rar fotografías y poemas, un recorrido por las que Bonet llama «las

Europas perdidas» que para nosotros comienza con ese neón pa ri-

sino de «Terminus Nord», que remite a viejos hoteles de estación

de ferrocarril y «arquitectura severa», y continúa con el tintinesco

Amberes, donde ese coche salido de El cetro de Ottokar es un retorno

al pasado que propicia un magnífico haikú por el que cruza, natu-

ralmente de forma fugaz, el mundo de Hergé. Luego se nos ocurre

«Livres», el letrero de Bruselas que explicita la presencia de la lite-

ratura en el fotógrafo y la importancia del libro y de su búsqueda

iguales». Hay en ambos una poética de lo cotidiano, una distancia

compartida de lo exótico y de lo excepcional –«un pormenor indi -

ca el todo», decía Azorín– que se refleja en la presencia de elemen-

tos comunes, de la memoria y de las atmósferas, en la disposición

a «aprender del arte de la foto / a escuchar las lecciones del río».

También ambos han reclamado la relación entre literatura y foto-

grafía, que ahora se unen, complementándose, en un recorrido en

el que se revela la condición de fotógrafo diversodeBernard Plossu

y de poeta viajero que tiene Juan Manuel Bonet, creador de terri-

torios de la memoria.

Nord-Sud, un cuaderno de viaje con el mismo título que la revista

de Pierre Reverdy, efímera tribuna del cubismo en 1917, e idéntico

nombre de la línea vertical de metro parisina que une dos puertas de

la ciudad –de la Chapelle y Vanves– y dos barrios artísticos de la

urbe –Montmartre y Montparnasse–, recorre lugares de una Europa

a la que ambos, fotógrafo y poeta, están vinculados personalmente

y de la que se reclaman pertenecientes. «Yo soy muy europeo», ha

dicho Bernard Plossu en alguna ocasión, insistiendo en algo que

aparece evidente a la vista de estas y otras muchas fotos, algunas

incluidas en libros de título tan ilustrativo como Europa. Igual sucede

con Juan Manuel Bonet, en cuyo poemario, que se muestra euro-

peo desde los títulos que lo forman –Café des exilés, Praga, Postales,

Polonia-Noche–, se puede recorrer los rincones del continente que

forman el paisaje de su memoria. Ahora, con este nuevo libro Nord-

Sud, confirma las características de su poesía, especialmente la exis-

tencia de un mundo personal en el que las referencias culturales y

] 9 [] 8 [

Page 7: Bernard Plossu Nord Sud Photography

Entre las fotografías hay bodegones, unas naturalezas muertas

que remiten al Morandi que tanto aprecian Plossu y Bonet, como

ese escaparate italiano de cámaras de fotos, como la mesa de la muy

literaria Coupole, convertida por mor del mantel –«mínimo escena-

rio»– en un fragmento de Vermeer en pleno Montparnasse; el en -

cendedor-barco –paquebote de juguete– que le resulta a Bonet un

«pequeño talismán», o ese surrealista escaparate parisino –sí, verda-

dera «poesía del comercio»–, tan francés que de nuevo propone un

ejercicio de memoria para recuperar pequeños escenarios calleje-

ros que ya atrajeron a fotógrafos como Atget. Hay también máqui-

nas en forma de coches y de inverosímiles autobuses polacos, de

misteriosos ferrocarriles que se intuyenen lasvíasde una noche que

se adivina gélida como los parajes que atraviesan el Transiberiano o

el Orient Express que parecen esperar. Incluso, para completar géne-

ros y poéticas, hay un retrato, sutil, en segundo plano, como dice

Bonet, «que avanza misterioso, sigiloso», de quien bien pudo ser el

criado de Paul Morand, inmóvil a la espera del escritor viajero, sin

duda ausente, para servir la mesa en un comedor art-decó.

Hay en Nord-Sud algo de Blaise Cendrars, quien en su Hombre

fulminadodecía que si Marsella era la ciudad de las llegadas, Lisboa

era la de los adioses. Así parece confirmarlo la foto del viajero

nocturno que se dispone a subir en el tranvía lisboeta, abandonando

un Chiado que parece de Pessoa y fado, de espías y de refugiados,

o la magnífica del paquebote en el balcón marsellés –¿quizás el

espectro, mejorado y aumentado del pequeño buque salvador

botado por Varian Fry?–, que le sirve a Bonet para homenajear a

en el mundo del poeta, y el recuerdo de aquella Polonia nocturna

del «telón de acero», tan cinematográfico y literario, evocada magní-

ficamente por Juan Manuel Bonet con la referencia a ese «hosco

voivodato».

También hay en Nord-Sud imágenes de sencillez casi minima-

lista, salidasde Tintín en el Tíbet, como el paseante de las nieves tiro-

lesas que a Bonet le remite al dibujante francés Samivel y al mundo

alpino y que, como el polaco, le resulta tan familiar, y hay otras de

vigencia permanente como el caminante solitario de una melancó-

lica Coimbra nocturna «que se confunde con el muro, con la noche

del ‘pais da poesía’», o como el árbol de Vitré, que tan simbolista le

parece. Como esa senda misteriosa del Parc Montsouris, escondida

en pleno París, que le lleva a evocar un lugar hasta hace poco de igno-

radas referencias, o como el hotel de Cerbère con nombre de comic

de Edgar Pierre Jacobs, Belvedere du Rayon Vert, «venerable ruina

fronteriza» tan cercana al poeta, que parece dispuesto a albergar a

un Walter Benjamin que ya sabía su destino en Port Bou, o a la sinies-

tra Milicia de Vichy que cruza por Lacombe Lucien, la película que

reunió a Louis Malle y a Patrick Modiano. Un edificio situado «en

un rincón rosellonés ferroviario», atalaya en unas tierras por las que

han cruzado las huestes aragonesas hacia el laguedociano Muret

donde aguardaba el implacable routier Simón de Monfort, o las

columnas de exhaustos republicanos que, como Ramón Gaya o

Antonio Machado, huían de un Giménez Caballero que proclamaba,

entre ataques aéreos, que de nuevo había Pirineos. Sí, como dice

Bonet de su infancia, «tantos miedos, hace tanto».

] 11 [] 10 [

Page 8: Bernard Plossu Nord Sud Photography

hasta geometría y vanguardia gracias a las imágenes, muy metafí-

sicas –«Anochecer en la costa» y «Reloj funcionalista»–, de Villa

Noailles, en Hyères, la casa de los vizcondes más modernos y entre-

gados al Arte Nuevo que financiaron L’Âge d’Or, la película apo -

teosis del surrealismo buñuelano escrita entre sus muros, que

escandalizó al París que luego sería «kollabo», y que atrajo a los

cines a unos furiosos Camelots du Roi ejerciendo de cruzados.

Son fotografías para mirar y viajar, y son poemas no ya para leer o

releer, sino para guardar y deleitarse con lo que nos descubre de las

imágenes que los inspiran. Es una mirada doble, literaria y ar-

tística, artística y literaria, dedicada a territorios

comunes que se complementan, recorrien-

do una personal y eterna Europa.

Eso sí, en sentido Nord-Sud.

uno de sus poetas, Louis Brauquier. Es una foto que a Plossu y a

Bonet les recuer da unAlbert Marquet, aunque también podía llevar

a Matisse o a nuestro González de la Serna, tan dado a ventanas y

veladores sobre el Midi francés. Un Mediodíaque estámuy cercano

al fotógrafo y al poeta, al igual que el más meridional Sur de España,

que son otras de las etapasde esta baedeker europea: Níjar, casi tras-

mutado en Nuevo México, o Murcia –«fina y polvorienta»–, donde

Bonet convoca el recuerdo de su amigo Ramón Gaya, escondido

tras esa palmera, tan pictórica.

Y también hay Naturaleza enNord-Sud. En las fotografías y en

los poemas hay nieve, palmeras, montañas y pitas; golondrinas an -

daluzas y pájaros en bandada que se intuye huyen despavoridos de

algún peligro, y árboles, árboles de parque y de calle, árboles urba-

nos que se obstinan en negar a la ciudad en el corazón de la urbe,

árboles nocturnos de un Lublin de resonancias bélicas que convo-

can a rusos, polacos y alemanes. Pero sobre todo hay ciudades, esos

lugares que definen a la vieja Europa, desde el Septentrión al Me -

diodía. Hay ciudades de la Mitteleuropa, con aire weimariano y

de Alexanderplatz, las hay que permiten al poeta recordar –«Souve-

nir 1943»– el mundo agobiante del guetto marsellés, de las redadas

y los Vel d’Hiv, las hay atlánticas y mediterráneas, continentales y

marinas. Hay ciudades que casi no lo son; hay parques y hay algún

suburbio –alguno descubierto «Volviendo de Mataró», como en

una canción de Serrat–, con vías de tren y verbena, que es lo que

define al arrabal, el lugar equívoco de población confusa, donde

se encuentran lo irreconciliable: urbe y Naturaleza. Por haber, hay

] 13 [] 12 [

viñ

eta deFernandoCastilloCáceres

Page 9: Bernard Plossu Nord Sud Photography
Page 10: Bernard Plossu Nord Sud Photography

terminus nord

NORTEnegro, arquitectura severa,

fachadas solemnes y tras ellas sólo

la vida gris, los oficios, la magia

también, oculta tras ese decorado,

del eterno ritual del amor furtivo,

de los amantes entre trenes,

salones de los pasos perdidos,

canciones de hace décadas,

letras de óxido de la melancolía,

letras parpadeando en el corazón

de la noche de París. Fotografía

Plossu, en Terminus Nord, las remotas

nostalgias, todas las Europas perdidas

que atrapadas quedan en esas letras.

] 16 [

Page 11: Bernard Plossu Nord Sud Photography

adeuses de tr ens *

DESDE la infancia permanece

la fascinación por los trenes.

Entre sirenas y semáforos,

marchar a las fronteras últimas:

Varsovia escondida entre líneas.

* Ribeiro Couto

] 18 [

Page 12: Bernard Plossu Nord Sud Photography

poes ía del comerc io

PASAJE del comercio, poesía

antañona del objeto, del lado

del Palais Royal, ya dicho por ti

en uno de tus poemas antiguos

que prefieres. Pasaje surreal,

reino de la mercancía y su magia,

parábola óptica, laberinto.

] 20 [

Page 13: Bernard Plossu Nord Sud Photography

vermeer en montparnasse

ELorden en medio del bullicio

de la noche eléctrica y caótica:

este mantel, mínimo escenario

que te lleva hacia blancas quietudes,

hondos silencios, y más al Norte.

] 22 [

Page 14: Bernard Plossu Nord Sud Photography

mapa de montsour is

SÓLOunos días antes dijiste: «esta foto».

Sin saber dónde había sido tomada, y

sin sospechar que pronto los recorreríais,

tan callando, esos blancos senderos,

los mismos que el joven licenciado español,

sesenta años antes, el corazón en vilo.

] 24 [

Page 15: Bernard Plossu Nord Sud Photography

el cr i a do de paul mor and

AVANZAmisterioso, sigiloso,

en la agobiante oscuridad dorada

habitual en esta clase de sitios.

Es sólo un camarero, y en un chino

–oros tan demóticos, de ficción–

de barrio de París, y sin embargo

para ti siempre será, con su rostro

invisible, el raudo criado chino

que nunca jamás tuvo Paul Morand.

] 26 [

Page 16: Bernard Plossu Nord Sud Photography

ár bol s imbol ista

TRANSPARENCIA del mundo,

encaje de las ramas

sobre el cielo atlántico.

Revoloteo de pájaros

en el aire tan francés

de Vitré, donde no estuve,

pero donde estuve,

gracias a este árbol.

] 28 [

Page 17: Bernard Plossu Nord Sud Photography

amber es

UNAvez más en el país de Tintín,

y ese coche avanzando oscuro

por la gris avenida del pasado.

] 30 [

Page 18: Bernard Plossu Nord Sud Photography

l i vr es

PARQUEescueto con cuervos negros.

Pasajes en que suena el paso

del buscador de libros. Calle

en cuesta y en ella una placa:

La jeunesse blanche… Blanquísima

Bruselas invernal, con tantas

grandes letras medio borradas:

fábrica de instrumentos de óptica,

bistrot, tienda de partituras,

Soldatenkino… Pavoroso el

Palais de Justice en la niebla,

y que más que nunca hoy te espanta.

] 32 [

Page 19: Bernard Plossu Nord Sud Photography

hotel de l a i nfanc i a

TEdaba miedo la proa de ese hotel

del Rayon Vert, de esa venerable ruina

fronteriza, de ese esqueleto o fantasma

de edificio, en un rincón rosellonés

ferroviario que es parte de tu infancia,

cuando también te daban miedo, de vuelta a

Perpignan, un raro chalet, y la fábrica

de pólvora. Tantos miedos, hace tanto.

] 34 [

Page 20: Bernard Plossu Nord Sud Photography

r eloj func iona l ista

RELOJ, mide sólo las horas

de una Europa libre, feliz.

] 36 [

Page 21: Bernard Plossu Nord Sud Photography

anochecer en l a costa

LAnoche en calma guía el rumorde los aviones hacia la pista

balizada. El agua pugna con

la conversación a media voz

y el brillo de las copas. La brisa

revuelve variopintas banderas,

los manjares están a la altura,

y las amigas cigarras tejen

su música de fondo monótona.

El mundo está, por hoy, bien hecho.

] 38 [

Page 22: Bernard Plossu Nord Sud Photography

souven ir 1 94 3

PUEDEque sean sólo souvenirs felices

los que, bajo las persianas a cal y canto

cerradas, pregona el letrero desteñido.

Y sin embargo hay algo trágico en el aire,

otros recuerdos, la memoria tan presente

de la infamia, la feroz destrucción del Panier

y esa instantánea, tomada por uno de ellos

el veintidós de enero del cuarenta y tres:

la barbarie en acción a la luz de los focos.

] 40 [

Page 23: Bernard Plossu Nord Sud Photography

escuchando a lou is br auqu ier

SUvoz temblorosa en la película

leyendo sus versos inspirados

en Colombo, esos versos que parten

de un cuadro propio, y tan, tan modesto.

Su vida: los grandes paquebotes

en la ventana, el mar exactísimo,

la nieve cayendo sobre Shanghai,

la colonia final en Colombo.

Palabras sencillas: qué bien dicen

su destino errante, su universo

pequeño, y que permanece y crece.

] 42 [

Page 24: Bernard Plossu Nord Sud Photography

s i empr e una f i e sta

(como en Le Grand Meaulnes)

SIEMPREuna fiesta a lo lejos, su misterio.

Ruedas giraban en la noche de neón,

de fritangas y músicas, y al compás

muchachas bailando. El adolescente

entonces tan solitario y tan sin aire

de cada fugitiva se prendaba.

] 44 [

Page 25: Bernard Plossu Nord Sud Photography

gabinetes

GABINETES entrevistos, el mundo

como amplia colección de esos instantes

que se encadenan, blancas mariposas

cuyas alas arden en noches largas

de verano. Gabinetes: lugares

en que el pasado remoto se ordena

en vitrinas y estanterías altas:

el reloj y la última estrella de mar,

la pampa al galope, la ancha marisma,

el Muller-Thurgau y los Hagenauer,

la selva, la tundra, el cosmos, Italia…

] 46 [

Page 26: Bernard Plossu Nord Sud Photography

en el mundo de sam ivel

Para Miguel

Olapureza, el esfuerzo, el caminar

entre la gran nieve, la soledad en lo

más alto, la belleza extrema del mundo,

la enorme extensión de la pura belleza,

la blancura y el silencio y el vacío,

la honda desesperación, la esperanza…

] 48 [

Page 27: Bernard Plossu Nord Sud Photography

bloques

LAdesoladora belleza de esos bloquesen la noche, la tristeza de un tiempo

que sólo redime la felicidad que era

nuestro pan de cada día. La belleza

por siempre de tu rostro mordiendo

aquella manzana en Plac Trzech Krzyzy.

] 50 [

Page 28: Bernard Plossu Nord Sud Photography

ventanas i luminadas

SIEMPRE esta dulce hora de las ventanas

iluminadas es hora simbolista.

La hora en que este viajero sueña vidas,

otras vidas que merecen ser vividas.

Lublin la provincia-noche del poeta,

Lublin la frontera-fortaleza donde

en una oscura librería de viejo

nos esperaba, por fin, el Barnabooth

polaco que yo buscaba para ti,

y que ahora asocio a esta penúltima luz.

] 52 [

Page 29: Bernard Plossu Nord Sud Photography

r ecuerdo de aquell a polon i a

PROVINCIA, glaciación fuera del tiempo:

te imaginas en este autobús-góndola

recostado en asiento a contramarcha,

en un viejo universo en blanco y negro,

navegando hacia qué hosco voivodato.

] 54 [

Page 30: Bernard Plossu Nord Sud Photography

l a f el ic idad

LAfelicidad puede ser esa imagen,que se te quedó tan nítidamente

grabada, de un tranvía lisboeta

contratado por unos jóvenes,

como tú fuiste joven en Lisboa.

A toda máquina por las cuestas

en la clara mañana oceánica,

un tranvía convertido en lugar

donde van sirviendo copas

y desde el cual contemplar

la vida, las obligaciones

de los demás, el mundo absurdo.

La felicidad puede ser esa imagen.

] 56 [

Page 31: Bernard Plossu Nord Sud Photography

caminante

CAMINANTEque se confunde

con el muro, con la noche

del «país da poesia».

Caminante que eres también

tú, atravesando el muro.

] 58 [

Page 32: Bernard Plossu Nord Sud Photography

qu into imper io

MELANCOLÍA lusa, gravedad

en el aire vertical y metálico.

Campanas en la mañana portuense.

Caminar y caminar. Dar con largas

escaleras donde el viento soplando

da la vuelta. Altos miradores desde

donde atalayar un día el retorno

de los galeones y su Monarca.

] 60 [

Page 33: Bernard Plossu Nord Sud Photography

murci a de r amón gaya

SIEMPREpiensas en él en esta tierra:

huertos, palmeras, balsas, escondidos

valles con norias, y siempre el perfil

y el azul de esas montañas al fondo.

Largas tardes ocres tras los visillos,

Cántico y el reloj catedralicio

siempre al final de una calle muy estrecha

que es como un largo pasillo en penumbra.

] 62 [

Page 34: Bernard Plossu Nord Sud Photography

sur este

DEun Sur tan blanco de sombras leves, y

nubes indalianas que cruzan ligeras

por el cielo impecablemente azul,

como ligero el ánimo del que pasa,

que se recuerda antaño por estas tierras,

memoria profunda, casi en otra vida.

] 64 [

Page 35: Bernard Plossu Nord Sud Photography

amas e sa hor a

AMASesa hora «entre chien et loup»

y ese encenderse de los caseríos

en el campo, allá en el Sureste pobre.

Llegan ruidos lejanos de peleas

infantiles, de perros enredándose

y una motocicleta que no arranca,

de chicas riendo, y ese sol último

haciendo brillar el mar, las chumberas:

todo allá lejos y hace mucho tiempo,

pero todo vivo, como si hoy.

] 66 [

Page 36: Bernard Plossu Nord Sud Photography

golondr ina en el a ir e

GOLONDRINA en el aire, como puntos

suspensivos, cablegrafía del alma

en el ancho azul de la tarde andaluza.

Y el recuerdo de tantas cruzando finas,

en orlas y en suspiros del Ochocientos

y en este cobrizo papel de aleluyas:

«la golondrina ligera / del verano

es mensajera». Golondrina en el aire.

] 68 [

Page 37: Bernard Plossu Nord Sud Photography

volv iendo de mataró

VUELVES de la ciudad de las altas murallas,

de las tapias, de las chimeneas esbeltas,

del primer tren, del rojo de un ancla colgada

en una esquina, donde ni sabes lo que

anuncia. Melancolía del amanecer

tan catalán y menestral, casi sin nubes.

Van desfilando «dolços indrets», campanarios

de hierro, pinos romanos, cipreses, viejas

factorías y bloques inhumanos, neutras naves,

puro arrabal coronado por nieblas leves.

] 70 [

Page 38: Bernard Plossu Nord Sud Photography

arte de l a foto

Para Pablo

ALpaso el rostro entrevisto,

el escaparate en sombras,

la barcaza remontando

el río de la memoria,

el patio y el coche de otra era.

Al paso el rumor del viento,

el vuelo de la mirada

por la pared desconchada,

la soledad entre muchos,

los cuadros en el museo

convertidos en espejo.

Al paso la paz, la guerra.

Al paso el mundo, la nada.

] 72 [

Page 39: Bernard Plossu Nord Sud Photography

en c asa

ENcasa navega firme

este mechero-barco,

pequeño talismán

hermano de cierto broche

vienés. Mechero-barco

en el cual esconderse

los amantes eternos.

] 74 [

Page 40: Bernard Plossu Nord Sud Photography

L I S T A D E O B R A S

1. París, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 7

2. París, 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

3. París, 1986 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 1

4. París, 1970 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

5. París, 1989 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

6. París, 1973 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

7. Vitré, 1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

8. Amberes, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . 3 1

9. Bruselas, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . 33

10. Cerbère, 1975 . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

1 1. Villa Noailles, Hyères, 1996 . . . . . . . . . 37

12. Villa Noailles, Hyères, 2000 . . . . . . . . . 39

13. Marsella, 1993 . . . . . . . . . . . . . . . . 4 1

14. Marsella, 1975 . . . . . . . . . . . . . . . . 43

15. Marsella, 1996 . . . . . . . . . . . . . . . . 45

16. Florencia, 1996 . . . . . . . . . . . . . . . . 47

17. Tirol, 1994 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

18. Polonia, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 1

19. Lublin, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

20. Polonia, 1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

21. Lisboa, 1987 . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

22. Coimbra, 1987 . . . . . . . . . . . . . . . . 59

23. Porto, 1998 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 1

24. Murcia, 1987 . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

25. Isleta del Moro, 1989 . . . . . . . . . . . . . 65

26. Cabo de Gata, 1997 . . . . . . . . . . . . . . 67

27. Níjar, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

28. Cataluña, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . 7 1

29. Reggio-Emilia, 2007 . . . . . . . . . . . . . 73

30. Madrid, 2002 . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

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este l ibrose terminó de componerun 2 2 de mayo de 20 1 1

Bernard Plossu nace en 1945, el mismo año en que finaliza la II GuerraMundial, en Dalat, en el sur de un Vietnam que había vuelto de la ocupación ja -ponesa a su condición de dominio francés, aunque efímeramente. ¶ Tras sullegada a Francia a los 13 años realiza con su padre un viaje al Sáhara con unacámara Brownie Flash regalada para la ocasión, que supone su descubrimientode la fotografía y de la Naturaleza como uno de los temas esenciales de su poéticageográfica. Muy interesado por el cine, es un asiduo de la Filmoteca en el Parísde la Nouvelle Vague de principios de los sesenta. En 1965 se traslada a México,donde realiza las fotografías para el primero de sus libros, Le Voyage Mexicain.Desde entonces se suceden los viajes, especialmente por África y Estados Unidos,y en 1978 se instala en Nuevo Méxi co, siguiendo luego los desiertos y el Medi-terráneo español, concretamente por Almería –tierra materna de su mujer, latambién fotógrafa Françoise Núñez–, donde vive desde 1989 hasta su regre -so, unos años más tarde, al sur de Francia. ¶ Mediante el empleo en ocasionesde cámaras muy simples –«de juguete», diría él–, como la Instamatic, muestrauna visión de la fotografía que le aproxima al mo vimiento beat y al ecologis mo,sin abandonar los referentes literarios, que tienen en lo cotidiano, en los mo - mentos hechos de nada –como dice Juan Manuel Bonet–, el motivo esencial. ¶Ha publicado numerosos libros y ha expuesto en los principales museos, comoel Centro Georges Pompidou (1988), la Fo tohof Gallery de Austria (1994) o elInstituto Valenciano de Arte Moderno (1997). Entre otros premios ha sido galar-dona do con el Premio de la Crítica (París, 1977) y el Premio Atonal de Fotogra -fía de Francia (1988). Asimismo es un entregado tintinófilo, cuyo ambiente «líneaclara» ha recogido en muchas de su fotografías. fernando castillo cáceres

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