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de salvar el recurso. Es decir, se está aceptando un margen de error, del tamaño que sea, sin considerar los efectos que ese posible error puede provocar sobre los pescadores y las empresas. Afortunadamente, poco a poco se va imponiendo en el seno de la comunidad científica, dentro y fuera del CIEM, una corriente de opi- nión según la cual el principio de precaución sólo puede tener efectos prácticos positivos si es aceptado por la sociedad, tal como se definió en la Declaración de Río sobre Pesca Responsable. Es decir, la apli- cación del principio de precaución debe hacerse procurando la soste- nibilidad del pescador y de las empresas pesqueras. La preservación del recurso es perfectamente compatible con la supervivencia del sec- tor extractivo, afirman los partidarios de esta corriente de opinión. Para ello, se propugna la colaboración y el trabajo conjunto de cientí- ficos, pescadores y empresas. Sólo el enfoque conjunto en el diag- nóstico de las distintas pesquerías, traerá soluciones que podrán ser aceptadas y asumidas por el sector. De esta forma se reduciría la incertidumbre que rodea al principio de precaución que podría ser asumido por la flota, ya que ella misma habrá participado en la ela- boración de los datos, colaborando codo con codo con los equipos de investigación pesquera. De hecho, esta incertidumbre se podrá reducir en cuanto a la relación mortandad-capacidad o esfuerzo pes- quero de la flota en una determinada pesquería. Respecto a los otros factores que influyen en la mortandad (tempe- ratura, corrientes marinas, mareas negras, cadena trófica, mamíferos acuáticos, etc.) habrá que seguir investigando más y mejor. Ni que decir tiene que para ello, se debe hacer un esfuerzo financiero mucho mayor que el actual. Esta metodología de trabajo ya se está dando en algunos lugares de Europa. Así, hay estudios conjuntos en marcha en el Mar del Norte. El Instituto de Investigación francés (IFREMER) está realizando un proyecto piloto con observadores a bordo de la flota de Lorient, etc. En España llevamos muchos años colaborando el sector y los insti- tutos de investigación (1E0, CSIC, AZTI, etc.) pero esta colaboración debería institucionalizarse, creando un centro u organismo que impulsase la colaboración conjunta. Confiemos que esta corriente de pensamiento, todavía minoritaria, pueda imponerse en el seno de la comunidad científica y en el de la propia Comisión. Ello ayudaría a llevar a cabo una verdadera reforma de la política común de pesca, aceptada por todos y que tuviese como objetivo principal la sostenibilidad del recurso y la de la flota comunitaria. Bases científicas del Enfoque de Precaución Antonio Vázquez Instituto de investigaciones Marinas L . ntre los diversos aspectos que presenta el Enfoque de Precaució- en la gestión , de pesquerías quiero aquí comentar dos: el uso de criterios de decisión estadísticos y la aceptación implícita de un modelo de produc- ción. El primero constituye el núcleo del plan- teamiento y la filosofía del Principio de Precaución; el segundo es el modo en que estas ideas se han plasmado en reglas claras de gestión para las pesquerías. El uso de criterios de decisión estadística era una carencia que se echaba en falta desde hace mucho tiempo. Todos los cálculos que se hacen en dinámica de poblaciones de peces conllevan su error; una, porque los datos de partida no son exactos: capturas, muestreos de talla, determinación de la edad, etc., y otra, porque el ajuste estadístico de los datos a los modelos usados no es perfecto sino probabilístico. Se ha trabajado mucho en determinar los errores de los resultados, pero lo cierto es que las conclusiones nunca antes se habían incluído como un elemento que habría que considerar en la toma de decisio- nes. La práctica habitual es que, por ejemplo, una cuota máxima de captura (TAC) recomen- dada no lleve asociada el margen de error con el que fue calculada. Y este asunto es particularmente relevante porque, frecuente- mente, los errores con los que se trabaja son del mismo orden de magnitud que el valor en sí. La aceptación del Principio de Precaución ha sido muy positiva en este sentido. Los primeros modelos que se usaron en dinámica de poblaciones de peces fueron los de producción. Su formulación parte de la idea de que una población de peces tiene un nivel de organización tal que le confiere propiedades particulares y permanentes a pesar de las vicisitudes del ambiente o de la pesca. Ésta es una característica de los ecosistemas maduros: aunque sufran una agresión que los aparta de su estado de equilibrio, tienen la capacidad para recupe- rarse cuando cesa la agresión. En el caso de los peces, los modelos de producción se usaron profusamente en los años setenta, pero en los años noventa estaban ya prácti- camente desechados. El rechazo no fue un asunto de orden práctico, sino que, ante todo, era una consecuencia de la generali- zación del estudio de las poblaciones natu- rales. Los modelos de producción ignoran los problemas principales que existen en el estudio de las pesquerías: la variabilidad en el reclutamiento, el ensamblaje de cada especie dentro de un ecosistema común y, en definitiva, la inestabilidad de las poblacio- nes y sus fluctuaciones naturales. El con- cepto de rendimiento máximo sostenible (RMS), la característica más representativa de los modelos de producción, dejó de ser admisible. La alternativa a los modelos de producción que se generalizó para el estudio de la diná- mica de poblaciones de peces fue el análisis de cohortes. Conceptualmente es mucho más pobre por cuanto no parte de ninguna formulación teórica, ideal, sino que es un simple recuento de peces y una estimación estadística de su evolución. Es un método para no equivocarse; pobre pero seguro, y ha demostrado ser muy útil para el análisis de la evolución de las poblaciones y la pre- dicción de capturas. No resuelve ninguno de los problemas planteados en la investigación de las poblaciones de peces, aunque aporta datos muy valiosos para su estudio. El Enfoque de Precaución no surge como un avance en el campo de la investigación científica, ni viene a solucionar ninguno de los problemas planteados en ese ámbito, sino que ha sido establecida desde la "Administración" en un intento de mejorar la gestión de los recursos. Una economía pla- nificada requiere cada vez más que la explo- tación de los recursos sea lo más estable posible año tras año; pero esta exigencia de la economía no modifica las leyes de la eco- logía: las poblaciones seguirán fluctuando a su ritmo propio, lo que constituye el objeto de estudio de la investigación científica en pesquerías. Que el personal científico y gru- pos de expertos cooperen en el cálculo de los puntos de referencia que definen el modelo del Enfoque de Precaución no debe ser interpretado como un aval de "científico" a los planteamientos en que se basa. El modelo que subyace al Enfoque de Precaución para la gestión de pesquería es, en cierta medida, una vuelta atrás, una vuel- ta a los modelos de producción, a la visión de un ecosistema estable, que podemos manejar a voluntad. La noción de asegurar la sostenibilidad del recurso y la idea de ren- dimiento máximo sostenible son conceptos muy próximos, y son el punto de encuentro entre este enfoque y los modelos de produc- ción. Es necesario reconocer que, en un orden práctico, la estabilidad de la explota- ción pesquera es quizás un objetivo irrenun- ciable de gestión, aunque sepamos vaga- mente que es una quimera y, en cualquier caso, el Enfoque de Precaución es, sin duda, mejor alternativa que no hacer nada. Pero, en todo caso, y visto que nos vemos abocados a usar este marco de discusión, convendría esforzarse en marcar diferencias entre las nuevas formulaciones del Enfoque de Precaución y una visión estática del eco- sistema, como la que se asume en los modelos de producción. Los puntos de refe- rencia en los que se concreta cada formula- ción no deben ser un lastre pesado e inamo- vible en aras de la promesa de un paraíso hipotético. PESCA internacional [18]

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de salvar el recurso. Es decir, se está aceptando un margen deerror, del tamaño que sea, sin considerar los efectos que ese posibleerror puede provocar sobre los pescadores y las empresas.Afortunadamente, poco a poco se va imponiendo en el seno de lacomunidad científica, dentro y fuera del CIEM, una corriente de opi-nión según la cual el principio de precaución sólo puede tener efectosprácticos positivos si es aceptado por la sociedad, tal como se definióen la Declaración de Río sobre Pesca Responsable. Es decir, la apli-cación del principio de precaución debe hacerse procurando la soste-nibilidad del pescador y de las empresas pesqueras. La preservacióndel recurso es perfectamente compatible con la supervivencia del sec-tor extractivo, afirman los partidarios de esta corriente de opinión.Para ello, se propugna la colaboración y el trabajo conjunto de cientí-ficos, pescadores y empresas. Sólo el enfoque conjunto en el diag-nóstico de las distintas pesquerías, traerá soluciones que podrán seraceptadas y asumidas por el sector. De esta forma se reduciría laincertidumbre que rodea al principio de precaución que podría serasumido por la flota, ya que ella misma habrá participado en la ela-boración de los datos, colaborando codo con codo con los equiposde investigación pesquera. De hecho, esta incertidumbre se podrá

reducir en cuanto a la relación mortandad-capacidad o esfuerzo pes-quero de la flota en una determinada pesquería.Respecto a los otros factores que influyen en la mortandad (tempe-ratura, corrientes marinas, mareas negras, cadena trófica, mamíferosacuáticos, etc.) habrá que seguir investigando más y mejor. Ni quedecir tiene que para ello, se debe hacer un esfuerzo financieromucho mayor que el actual.Esta metodología de trabajo ya se está dando en algunos lugares deEuropa. Así, hay estudios conjuntos en marcha en el Mar del Norte.El Instituto de Investigación francés (IFREMER) está realizando unproyecto piloto con observadores a bordo de la flota de Lorient, etc.En España llevamos muchos años colaborando el sector y los insti-tutos de investigación (1E0, CSIC, AZTI, etc.) pero esta colaboracióndebería institucionalizarse, creando un centro u organismo queimpulsase la colaboración conjunta. Confiemos que esta corriente depensamiento, todavía minoritaria, pueda imponerse en el seno de lacomunidad científica y en el de la propia Comisión.Ello ayudaría a llevar a cabo una verdadera reforma de la políticacomún de pesca, aceptada por todos y que tuviese como objetivoprincipal la sostenibilidad del recurso y la de la flota comunitaria.

Bases científicas del Enfoque de PrecauciónAntonio VázquezInstituto de investigaciones Marinas

L.

ntre los diversos aspectos que presentael Enfoque de Precaució- en la gestión

, de pesquerías quiero aquí comentar dos:el uso de criterios de decisión estadísticos y laaceptación implícita de un modelo de produc-ción. El primero constituye el núcleo del plan-teamiento y la filosofía del Principio dePrecaución; el segundo es el modo en queestas ideas se han plasmado en reglas clarasde gestión para las pesquerías.El uso de criterios de decisión estadística erauna carencia que se echaba en falta desdehace mucho tiempo. Todos los cálculos quese hacen en dinámica de poblaciones depeces conllevan su error; una, porque losdatos de partida no son exactos: capturas,muestreos de talla, determinación de la edad,etc., y otra, porque el ajuste estadístico de losdatos a los modelos usados no es perfectosino probabilístico. Se ha trabajado mucho endeterminar los errores de los resultados, perolo cierto es que las conclusiones nunca antesse habían incluído como un elemento quehabría que considerar en la toma de decisio-nes. La práctica habitual es que, por ejemplo,una cuota máxima de captura (TAC) recomen-dada no lleve asociada el margen de errorcon el que fue calculada. Y este asunto esparticularmente relevante porque, frecuente-mente, los errores con los que se trabaja sondel mismo orden de magnitud que el valor ensí. La aceptación del Principio de Precauciónha sido muy positiva en este sentido.Los primeros modelos que se usaron endinámica de poblaciones de peces fueronlos de producción. Su formulación parte dela idea de que una población de peces tieneun nivel de organización tal que le confierepropiedades particulares y permanentes apesar de las vicisitudes del ambiente o de lapesca. Ésta es una característica de losecosistemas maduros: aunque sufran una

agresión que los aparta de su estado deequilibrio, tienen la capacidad para recupe-rarse cuando cesa la agresión. En el casode los peces, los modelos de producción seusaron profusamente en los años setenta,pero en los años noventa estaban ya prácti-camente desechados. El rechazo no fue unasunto de orden práctico, sino que, antetodo, era una consecuencia de la generali-zación del estudio de las poblaciones natu-rales. Los modelos de producción ignoranlos problemas principales que existen en elestudio de las pesquerías: la variabilidad enel reclutamiento, el ensamblaje de cadaespecie dentro de un ecosistema común y,en definitiva, la inestabilidad de las poblacio-nes y sus fluctuaciones naturales. El con-cepto de rendimiento máximo sostenible(RMS), la característica más representativade los modelos de producción, dejó de seradmisible.La alternativa a los modelos de producciónque se generalizó para el estudio de la diná-mica de poblaciones de peces fue el análisisde cohortes. Conceptualmente es muchomás pobre por cuanto no parte de ningunaformulación teórica, ideal, sino que es unsimple recuento de peces y una estimaciónestadística de su evolución. Es un métodopara no equivocarse; pobre pero seguro, yha demostrado ser muy útil para el análisisde la evolución de las poblaciones y la pre-dicción de capturas. No resuelve ninguno delos problemas planteados en la investigaciónde las poblaciones de peces, aunque aportadatos muy valiosos para su estudio.El Enfoque de Precaución no surge como unavance en el campo de la investigacióncientífica, ni viene a solucionar ninguno delos problemas planteados en ese ámbito,sino que ha sido establecida desde la"Administración" en un intento de mejorar la

gestión de los recursos. Una economía pla-nificada requiere cada vez más que la explo-tación de los recursos sea lo más estableposible año tras año; pero esta exigencia dela economía no modifica las leyes de la eco-logía: las poblaciones seguirán fluctuando asu ritmo propio, lo que constituye el objetode estudio de la investigación científica enpesquerías. Que el personal científico y gru-pos de expertos cooperen en el cálculo delos puntos de referencia que definen elmodelo del Enfoque de Precaución no debeser interpretado como un aval de "científico"a los planteamientos en que se basa.El modelo que subyace al Enfoque dePrecaución para la gestión de pesquería es,en cierta medida, una vuelta atrás, una vuel-ta a los modelos de producción, a la visiónde un ecosistema estable, que podemosmanejar a voluntad. La noción de asegurarla sostenibilidad del recurso y la idea de ren-dimiento máximo sostenible son conceptosmuy próximos, y son el punto de encuentroentre este enfoque y los modelos de produc-ción. Es necesario reconocer que, en unorden práctico, la estabilidad de la explota-ción pesquera es quizás un objetivo irrenun-ciable de gestión, aunque sepamos vaga-mente que es una quimera y, en cualquiercaso, el Enfoque de Precaución es, sinduda, mejor alternativa que no hacer nada.Pero, en todo caso, y visto que nos vemosabocados a usar este marco de discusión,convendría esforzarse en marcar diferenciasentre las nuevas formulaciones del Enfoquede Precaución y una visión estática del eco-sistema, como la que se asume en losmodelos de producción. Los puntos de refe-rencia en los que se concreta cada formula-ción no deben ser un lastre pesado e inamo-vible en aras de la promesa de un paraísohipotético.

PESCA internacional [18]