almas gemelas

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162 ALMAS GEMELAS sueños y deseos. No es casualidad nada que podamos encontrar en los lugares de poder, ya que allí, más que en ningún otro lugar, la magia está presente, y son es- tos lugares en donde no vamos buscando nada, ya que la intención del buscador en estos encla- ves no es buscar sino en- contrar. «Quien no busca, halla; quien halla, encuentra.» Sea cual sea nuestra situación sentimental, tengamos pareja o no, los viajes a lugares de poder siempre re- sultarán reveladores si permanecemos atentos a los he- chos sincrónicos que nos irán acompañando de forma natural en todo momento. Se dice que una pareja no se conoce de verdad hasta que no emprende un viaje en común a un lugar fuera de lo habitual. Este es el autén- tico motivo por el que cuando una pareja se une en el compromiso de compartir su vida, lo primero que rea- liza en común es un viaje si se lo puede permitir. La motivación profunda de este hecho es el aprendizaje y desarrollo de la confianza en el destino común, que marcará el hecho de estar en movimiento hacia un lu- gar desconocido o no habitual. El destino elegido para realizar este tipo de viaje de celebración suele ser a lu- gares de poder. CAPÍTULO XIII Testimonios de casos y experiencias reales María C ONOCÍ a María a través de un amigo común en Mé- xico, y al hablarle sobre el tema del que estaba es- cribiendo, las Almas Gemelas, me relató su experiencia. Me quedé fascinada. María es una mujer joven de edad pero muy anciana de espíritu. Quizá sea esta una de las razones por las que María, desde jnuy jovencita, no se sentía atraída por las formas de diversión habituales. También desde siempre, me contó que había en su corazón un anhelo especial por encontrar el Amor Verdadero. Su natural forma de ser y su manera de relacionarse con la vida, la llevaron desde muy temprana edad a formar parte de grupos de ayuda, movimientos ecologistas y un largo etcétera. Pero se sentía sola, sin su otra mitad. María es una mujer especial que atraía a su vida también a hom- bres especiales, sin embargo, la ilusión de su vida no era muy común; quería dedicarse a ayudar al prójimo, vivir en la naturaleza, vivir cultivando sus propios ali- mentos, estar cerca del mar y de la montaña y encontrar a alguien cuyos valores y estilo de vida fueran iguales

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162 ALMAS GEMELAS

sueños y deseos. No es casualidad nada que podamosencontrar en los lugares de poder, ya que allí, más queen ningún otro lugar, la magia está presente, y son es-

tos lugares en donde novamos buscando nada,ya que la intención delbuscador en estos encla-ves no es buscar sino en-

contrar. «Quien no busca, halla; quien halla, encuentra.»Sea cual sea nuestra situación sentimental, tengamospareja o no, los viajes a lugares de poder siempre re-sultarán reveladores si permanecemos atentos a los he-chos sincrónicos que nos irán acompañando de formanatural en todo momento. Se dice que una pareja no seconoce de verdad hasta que no emprende un viaje encomún a un lugar fuera de lo habitual. Este es el autén-tico motivo por el que cuando una pareja se une en elcompromiso de compartir su vida, lo primero que rea-liza en común es un viaje si se lo puede permitir. Lamotivación profunda de este hecho es el aprendizaje ydesarrollo de la confianza en el destino común, quemarcará el hecho de estar en movimiento hacia un lu-gar desconocido o no habitual. El destino elegido pararealizar este tipo de viaje de celebración suele ser a lu-gares de poder.

CAPÍTULO XIII

Testimonios de casosy experiencias reales

María

CONOCÍ a María a través de un amigo común en Mé-xico, y al hablarle sobre el tema del que estaba es-

cribiendo, las Almas Gemelas, me relató su experiencia.Me quedé fascinada.

María es una mujer joven de edad pero muy ancianade espíritu. Quizá sea esta una de las razones por lasque María, desde jnuy jovencita, no se sentía atraídapor las formas de diversión habituales. También desdesiempre, me contó que había en su corazón un anheloespecial por encontrar el Amor Verdadero. Su naturalforma de ser y su manera de relacionarse con la vida,la llevaron desde muy temprana edad a formar parte degrupos de ayuda, movimientos ecologistas y un largoetcétera. Pero se sentía sola, sin su otra mitad. María esuna mujer especial que atraía a su vida también a hom-bres especiales, sin embargo, la ilusión de su vida noera muy común; quería dedicarse a ayudar al prójimo,vivir en la naturaleza, vivir cultivando sus propios ali-mentos, estar cerca del mar y de la montaña y encontrara alguien cuyos valores y estilo de vida fueran iguales

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que los de ella. Y le costaba encontrarlo. No es que Ma-ría necesitara de un hombre para realizar sus sueños:María quería compartir sus sueños con un hombre quetuviera sus mismos sueños. Y lo encontró. Lo prodi-gioso es la manera como lo encontró. Un día, María es-cribió una carta al universo. En esa carta especificómuy detalladamente todas las características y cualida-des que quería del hombre con quien compartir vida ysueños. Puso todos los detalles, todos. Incluso escribióla forma en la que quería reconocerlo: «... lo encontrarécaminando por la playa, jugando con su perro, yo es-taré allí sola y él me reconocerá, nos miraremos a losojos y algo especial sabremos los dos que está ocu-rriendo, nos reconoceremos más allá de las palabras.A continuación, dobló muy bien la hoja de papel dondeiba su petición, la metió dentro de un globo y, con totalconfianza, lo lanzó al viento desde la orilla de la playa.Se quedó un rato mirando cómo el globo subía hacia elcielo, confiaba en que la fuerza del amor impulsara supedido y que, de alguna manera, su mensaje llegaría alcorazón de su amado.

María había pedido que él, el hombre que su corazónya amaba, amara también vivir en la naturaleza, amaraa los niños, amara a los animales, amara la tierra lo su-ficiente .como para cultivarla y sacar de ella su ali-mento. No sé si incluyó que la amara a ella, pero estoyo sé que no hubiera sido necesario porque María espreciosa, por dentro y por fuera, y esto lo puede sabercualquiera que la haya conocido alguna vez aunquesolo fuera por unas horas.

Pasaron unas semanas. María estaba sentada en laarena de la playa a la que acudía cada mañana desde

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que lanzó al viento el globo con la petición al universo,pues había especificado muy claramente que lo cono-cería en la playa. Esa mañana hacía frío y no había na-die en la playa. Nadie excepto un apuesto joven, alto ymoreno jugando con su perro. No puedo decir que ellano pudo creerlo porque fue todo lo contrario: lo reco-noció al instante. Permaneció donde estaba, confiandoen que él se acercaría, y así ocurrió. Lo que sucediódespués no me lo contó con palabras María, me lo con-taron sus ojos y no hicieron falta las palabras. Hace yaaños que María y su Amor Verdadero viven en plenamontaña, tienen su propio huerto donde cultivan susalimentos. Han creado una especie de granja-escueladonde reciben periódicamente a grupos de niños a losque les enseñan muchas cosas, entre otras a amar la tie-rra, a los árboles y a los animales. Y son felices, porquetanto el uno como el otro ya tenían una vida llena deilusiones que ahora comparten porque son las mismasy están en la misión de las auténticas Almas Gemelas:traer el Cielo a la Tierra.

Javier

Javier es un hombre casado, padre de familia, joven,soñador y realista a la vez. Le gusta su trabajo y haceinfinidad de cosas que lo realizan en su tiempo libre.Javier tiene una vida que le gusta, pero de vez encuando el vacío de su corazón por no estar junto a suAlma Gemela, el dolor por ese vacío energético, sale ala superficie en forma de sueño. Este sueño que perió-dicamente se repite, lo despertó una noche de forma tan

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Julieta,mañana lunes 17de febrerono será otoño, ni primavera ni invierno,todo será veranoy será por la tarde.

Anabel y Albert

El siguiente testimonio ilustra el caso de dos perso-nas que se reconocen como Almas Gemelas desde elmismo momento en que se conocen físicamente, y que,sin embargo, sus circunstancias personales les impidenestar juntos (Anabel estaba casada) tal y como hubierandeseado y como pudieron llegar, tras muchas vicisitu-des, a poder realizar su anhelo y su misión de vida es-tando juntos. Cada uno de ellos cuenta cómo lo viviópor separado.

ANABEL

En el año 1997 mi matrimonio pasaba por una crisis.Acababa de darle la primera oportunidad a mi maridopara que cambiara los comportamientos tan negativosque tenía hacia mí.

Me dedicaba por completo a nuestras dos hijas, a mimarido, mi hogar, mi familia, mis amigos. Todos losdías dedicaba tiempo a la lectura. Empezaron a caer enmis manos libros que me llenaban mucho mi espíritu.Recuerdo hablar con mi ángel de la guarda desde queera niña. Desde mi infancia me he sentido siempre muy

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rodeada de cariño, tanto por parte de mi familia comopor presencias espirituales.

Tenía mucha inquietud por hacer cursos, aprenderpara poder sacar todo lo que llevo dentro y a la veztambién por llenar un vacío, quizá relacionado con unfuerte impulso por ayudar a los demás que no sabíacómo encauzar. En esos momentos tenía el diploma dequiromasajista y me atraía mucho el tema de las ener-gías. Una amiga me informó sobre un curso de una téc-nica especial de imposición de manos. Me entusiasmé,pensé que había llegado mi momento. En ese curso co-nocí a gente maravillosa, con ganas, al igual que yo, deayudar y de dar amor desinteresadamente.

Llegó el 24 de abril, una fecha decisiva para el nuevorumbo que tomaba mi vida. Asistí de nuevo a un cursosobre chakras, había mucha gente nueva para mí, es-taba con dos amigas y en un descanso me presentarona un monitor que daba cursos allí. Lo tenía frente a mí,nuestras miradas se encontraron, nos fundimos en unabrazo. Lo que sentí era único; con nadie más he vueltoa sentir esa felicidad inmensa de tanta alegría y que es-capa a las palabras. Lo viví de una manera muy natural,aun a pesar de ser consciente de que estaba frente a unhombre que no conocía porque no lo había visto nunca.Nos sentamos juntos para realizar todas las actividadesdel curso. Nuestras manos estuvieron unidas en todo mo-mento. Sentía, igual que él, que de nuestras manos uni-das salía una energía que jamás había sentido; las emo-ciones que sentía me desbordaban.

Al acabar el curso fuimos a cenar con las demás per-sonas del mismo y surgieron conversaciones en las que,al hablar de mis circunstancias personales, al nombrar

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a mi marido y a mis hijas, sentí, vi, cómo a Albert lecambió la cara por completo. Nos despedimos sin sabercuándo ni cómo volveríamos a vemos. Nos intercam-biamos los teléfonos.

Cuando llegué a casa, me sentía tan feliz que le contéa mi marido la experiencia vivida con Albert y mi in-tención de que pasara a formar parte de nuestro comúngrupo de amistades. Mi marido sintió curiosidad y quisoconocerlo. En los siguientes días lo llame por teléfonoy nos vimos con más amigos. Albert fue muy respe-tuoso en todo momento al ver que estaba casada, pare-cía que con saber que existo y tenerme como amiga leera suficiente.

Mi marido sintió por primera vez miedo e inseguri-dad de ver lo importante y afmes que éramos Albert yyo. Si anteriormente mi marido ya padecía de cambiosbruscos de carácter, a raíz de conocer a Albert, todoempeoró. Yo trataba de ser comprensiva, intuía que sumal carácter era debido a traumas de la infancia y, porotro lado, me empeñaba en tener y sostener a una fami-lia unida. Tanto Albert como yo sabíamos que tendría-mos que esperar mucho para que quizá alguna vez pu-diéramos estar juntos. Fue pasando un año entero y mimatrimonio iba de mal en peor hasta que las cosas sefueron dando para que yo descubriera con gran sor-presa que mi marido desde siempre llevaba una doblevida que me ocultaba. Dejé de amarlo y dejé de esfor-zarme, y en diciembre de 1999 nos separamos. Estaépoca fue muy dura, sobre todo por mis hijas. Albertestaba a mi lado solo como un fiel amigo, siempre dis-puesto a escuchar todos mis problemas y todas mis du-das. Yo no estaba bien y mis padres vinieron a vivir

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conmigo y mis hijas para poder apoyarme. A los ochomeses de mi separación presenté a Albert a mi familia.Todo era complicado para nosotros, por mis hijas, por-que para Albert fue también duro el día a día, pero lomejor de todo es que el amor pudo superarlo todo yaque éramos y somos conscientes de que nuestro amorva más allá de lo físico y emocional; nuestras Almasson Gemelas; al principio desconocía estos términos,pero sentimos los dos que nuestro vínculo era así defuerte.

En mayo del 2001 empezamos a vivir juntos y enju-nio del 2003 nos casamos con una ilusión muy grande.

Nuestra relación estaba muy consolidada, pero paraambos fue decisiva la experiencia que vaya contar.

Fuimos los dos a realizar un seminario sobre vidaspasadas. Tuve una experiencia de expansión de cons-ciencia en la que entré en contacto con un guía espiri-tual de otro nivel de realidad. Le pregunté a este guíasi tenía algún mensaje para mí. Este ser de luz puso sumano en mi corazón y de él salió una paloma blanca;la tomé en mis manos y la ofrecí al universo. Albert es-taba a mi lado. El guía unió nuestras manos y nos tras-mitió estas palabras: paz y Sanación. Nuestros chakrasse fueron uniendo uno a uno. El guía nos dio su bendi-ción y nos confirmó que éramos Almas Gemelas en unamisión común. A continuación nos vimos envueltos enun arco iris y la energía rosada predominaba. Albert yyo unimos nuestras manos y se generó una esfera ro-sada la cual lanzamos al universo en señal de amor.El guía nos dijo: tenéis que ir a Escocia.

Hasta aquí la experiencia, pero lo mas gracioso esque tanto Albert como yo teníamos decidido realizar

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nuestro viaje de novios en Escocia, pues ambos intui-mos que allí estuvimos unidos en una vida anterior.

Estoy muy ilusionada con mi vida, es más de lo quepodía imaginar. Cada día entiendo mejor el significadode Almas Gemelas, todo lo que abarca que nos haya-mos encontrado en el momento preciso, con la mismanecesidad de ayudar a las personas, dar amor y sanarcon nuestras manos.

Mi nueva vida tiene mucho encanto, más bien diríaque tiene magia, me siento muy conectada y preparadapara ir descubriendo el universo que se abre ante mí ybendigo cada mañana el día que comienza.

ALBERT

Se acercaba el [m del mes de noviembre de 1996cuando «casualmente» fui invitado a una reunión dondeel tema era sobre energías y chakras, palabra sánscritaque significa «rueda» según me explicaron. En esa épocayo andaba bastante solo y desorientado. Esta reunión yla información que recibí marcaron el inicio y el desen-cadenante de una serie de experiencias maravillosasque me llevaron a descubrir lo que es la espiritualidad,el alma y el AMOR con mayúsculas. Siempre habíaestado en contacto con estos términos, pero solo a tra-vés de la religión católica cristiana, con todos sus as-pectos buenos y menos buenos, con todas las limita-ciones y miedos y con todas las interpretaciones quelos estudiosos de la teología cristiana me habían co-municado. Fue a través de estas reuniones, la lectura dealgunos valiosos libros de crecimiento personal y de

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asistir a determinados cursos de esta misma línea y tra-yectoria, como encontré respuestas a mi búsqueda espi-ritual, la comprensión llegó, la consciencia se instaló enmi mente y en todo mi ser, y lo que me parecía tan di-fícil de comprender, de entender, de explicar, aparecióante mí como si siempre lo hubiera llevado conmigo,como si fueran lecciones ya aprendidas y que por faltade uso se hubieran olvidado. En estas fechas yo no te-nía ni idea de Almas Gemelas, simplemente esperaba coninterminable paciencia poder conocer el amor de mi vida,esa persona con la que compartir todo, desde las rare-zas de mi personalidad, hasta las maravillas de mi ser,o sea, esa persona con la que disfrutar de la felicidad.

Me convertí en monitor de una técnica de imposiciónde manos. Fue en uno de los seminarios, en el año 1997,cuando conocí a Anabel. Desde el mismo momento enque me la presentaron yo me transformé de ser unapersona tímida y respetuosa en un ser jovial y desen-vuelto que alargó el apretón de manos (en esas manos,sus manos en las mías, sentí algo que nunca antes ha-bía experimentado) en un abrazo intenso, de corazón acorazón, de esos que se dan cuando vuelves a encon-trarte con tus seres más queridos después de una largaausencia en la que lo que más deseas es el reencuentro.A partir de ese momento mi alma solo pedía estar conella, hablar con ella, compartir experiencias, en defini-tiva, quería conocerla, pues el AMOR había brotadocon tanta fuerza que desbordaba todo mi intelecto. Losdías que siguieron a este acontecimiento fueron unpoco agridulces, ya que al ansia de querer conocerla yde compartir experiencias se unió la noticia de que es-taba casada y con dos hijas. Volví al respeto y a la ti-

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midez. La zona izquierda de mi cerebro hizo maravi-llas para contrarrestar el impulso y la fuerza de mi co-razón, y el AMOR que sentí pasó a un segundo plano ysolo me centré en ella como una alumna, especial, esosí, pero escondiendo cualquier otro sentimiento quequisiera manifestarse. Pasaron unos meses en los quenos vimos esporádicamente, pues, a pesar del respeto,la atracción entre los dos era superior a cualquier razo-namiento, y la distancia y el olvido no eran el camino quenos apetecía seguir; así llego el verano y tuve la opor-tunidad de escaparme a un paraje maravilloso: necesi-taba estar en la naturaleza. Allí, rodeado de tanta be-lleza y confiando en que mi mano la guiara Dios, leescribí una carta y así surgió un escrito de auténtica pu-reza en el que me declaraba totalmente enamorado deella, pero con el respeto más absoluto a su actual situa-ción de pareja, también le confesaba que llevaba espe-rándola, esperando que surgiera este AMOR desde quetenía uso de razón y que había pedido con insistencia ami Dios que quería conocerlo antes de que se acabarami vida, pero se me había olvidado pedir que fuera unAMOR libre, con la autonomía para que pudiera sercorrespondido. Con lo cual solo me quedaba superar laprueba de la paciencia y esperar a que en un futuro lle-gase ese momento en que nos pudiéramos amar con li-bertad, yo estaba dispuesto a esperar, ya que después deconocerla a ella, a mi media naranja, no deseaba amara nadie más.

No podía imaginar lo rápido que se iban a desenca-denar los acontecimientos. Anabel y su marido habíanpasado una crisis de pareja y se habían dado una nuevaoportunidad cuando yo los conocí. Anabelle había con-

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tado a su marido nuestro encuentro y lo que había sen-tido, y él quiso conocerme, nos juntamos en varias oca-siones, pero mi presencia le hacía sentirse incómodo yduraron muy poco tiempo nuestras reuniones. Pasaronunos meses en los que solo tenía noticias de Anabel através de amigos comunes. Volvimos a vemos despuésde su separación y me explicó lo mal que lo había pa-sado durante todo este tiempo en el que habían tenidodos crisis más y se habían dado otras dos oportunidadesmás para salvar su relación, que desembocaron en lamutua decisión de separarse.

Empezamos a vemos con más asiduidad, cuando susobligaciones se lo permitían, pues trabajaba, estudiabay cuidaba de sus hijas y de su hogar. Poco a poco fuebrotando todo el amor que teníamos guardado desdehacía tiempo atrás. Aprovechamos las fiestas navideñaspara comunicar a nuestras respectivas familias nuestroamor y nuestro propósito de unión. Actualmente somosmuy felices y vivimos en pareja, pero hemos tenido quesolventar muchos problemas, entre ellos algunos golpesde personas cercanas de las que jamás hubiéramos pen-sado que intentarían dañamos y que, pasado el tiempo,nos ha servido para consolidar nuestro AMOR y crecerambos en consciencia.

Los problemas que hemos superado han sido, fun-damentalmente, de convivencia; yo venía de vivir solo,sin obligaciones, sin tener que dar explicaciones, sin li-mitaciones de ningún tipo, sin agobias económicos ...,la convivencia y las responsabilidades de vivir en pa-reja exigían un cambio en mi forma de vida, y aunqueyo era consciente de que debía de ser así, algo dentrode mí se negaba al cambio. Superar estas discrepancias

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internas y los miedos que siempre me han acompañadoen esos momentos de la muerte del padre de Anabel,con quien estaba muy unida, más la vida del día a díacon mi hijo (tengo un hijo de 18 años de mi anteriormatrimonio), que no quería integrarse en la familia, máslas dos hijas de Anabel que me veían como un rival queles quitaba el cariño de su madre... hicieron que losproblemas de convivencia se multiplicaran. Todo lo he-mos superado con la base indestructible del AMOR,apoyándonos siempre en la conversación, en el diálogo,en la mutua y absoluta confianza del uno en el otro,en la fe, la esperanza, el respeto a la individualidad yel hecho de saber que somos Almas Gemelas. Hoy eltriunfo del AMOR es un hecho consumado y estamospreparando nuestra boda con la ilusión desbordante denuestro Amor y la experiencia de nuestra vida pasada ypor supuesto con la ayuda de los SERES SUPERIORESa quienes nos encomendamos a diario. Por si algo fal-taba todavía que confirmara nuestra unión, sucedió queAnabel y yo decimos asistir a un seminario de convi-vencia de regresiones a vidas pasadas. Contactamos conun guía de otro plano de consciencia y la experienciaque vivimos confirmó que nuestra unión está bende-cida por los planos superiores y que, como Almas Ge-melas que somos, tenemos una misión común de ayudaal prójimo a través de nuestro servicio. Esta experien-cia la relata Anabel en su testimonio. Ahora nos quedaun trabajo de evolución dentro de la consciencia denuestro AMOR para poder propagar, explicar y com-partir todas nuestras experiencias, ahora comienza unanueva vida para nosotros, y nuestro punto de partida es,sin duda, la experiencia vivida en este seminario de re-

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gresiones a vidas pasadas; siempre habrá un antes y undespués de este seminario. Solo me queda agradecer aNina la oportunidad que nos da de poder contar nuestroencuentro y nuestra experiencia como ALMAS GE-MELAS Ysaber que va a ser publicado en uno de suspróximos libros, con lo cual uno de nuestros trabajosde divulgar y hacer extensivas nuestras experiencias almundo se va a cumplir y con creces.

Gracias, Nina, por tus enseñanzas y por tu tiempo quetan desinteresadamente nos ofreces, que la Luz y elAMOR te acompañen siempre, nosotros te llevaremosen nuestro CORAZÓN.

Fany y Marcus

Los casos de encuentros entre las AUTÉNTICASALMAS GEMELAS siempre son prodigiosos por lomágico y real, al mismo tiempo que posibilita la supera-ción de cualquier posible traba que pueda presentarseen la realidad material, pero el caso de Fany y de Mar-cus es, de entre estos encuentros, quizá el más mágicode todos los aquí relatados, ya que se dan hechos real-mente «coincidentes». En fecha de nacimiento, en posi-ción social, en estudios, en inquietudes, en la certeza deque la otra mitad está en el mismo espacio y tiempo en-carnada ... solo que nacieron cada uno de ellos en un ex-tremo del mundo opuesto al otro. Este es su testimonio.

Fecha de nacimiento:Marcus: 23-4-69.Fany: 23-4-69.