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Otros libros por Marvin Moore

El dragón que todos llevamos dentro

La crisis del tiempo del fin

¿Será que podría pasar?

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A no ser que se indique de otra manera, todas las citas de las Sagradas Escrituras están tomadas de la Nueva Versión Internacional. El autor se responsabiliza de la exactitud de los datos y textos

citados en esta obra.

Segunda edición: abril 2010

ISBN 10: 0-8163-9315-X ISBN 13: 978-0-8163-9315;2

Impreso en México

DEDICATORIA

Para Lois, mi mejor amiga y amada esposa.

Abreviaturas de las versiones de la Biblia

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La Biblia Latinoamericana Reina Valera Antigua

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Reina Valera revisión de 1960 Reina Valera revisión de 1995

Lista de abreviaturas de las obras citadas de Elena G. de White

CE Christian Experience and Teachings

CS El conflicto de los siglos

DTG El Deseado de todas las gentes

EUD Eventos de los últimos días

Ev El evangelismo

FE Fundamentals 01 Christian Education

HR La historia de la redención

NB Notas biogrdjicas de Elena G. de White

PE Primeros escritos

PP Patriarcas y profetas

PVGM Palabras de vida del gran Maestro

RH Review and Herald

SpT Special Testimonies, Series A, 1 b.

ST Signs 01 the Times

#T Testimonios, tomo #

#SG Spiritual Gifts, vol. #

#MS Mensajes selectos, tomo #

1888 Ihe El/en G. White 1888 Materials

Contenido

Introducción ................................................................................. 9

CAPÍTULO 1. Las alarmantes declaraciones de Benedicto XVI ....... 11

CAPÍTULO 2. Razones que provocaron el alboroto ........................ 21

CAPÍTULO 3. La perspectiva adventista ......................................... 30

CAPÍTULO 4. La eclesiología ......................................................... 37

CAPÍTULO 5. La primera pelea de iglesia ....................................... 42

CAPÍTULO 6. Satanás ataca a la primera iglesia de Dios sobre la tierra .. 55

CAPÍTULO 7. La iglesia de Dios en un mundo quebrantado .......... 59

CAPÍTULO 8. La iglesia de Dios en el Nuevo Testamento ............. 67

CAPÍTULO 9. Daniel predice el ataque de Satanás contra la iglesia

Parte I ..................................................................... 75

CAPÍTULO 10. Daniel predice el ataque de Satanás contra la iglesia

Parte II ..................................................................... 81

CAPÍTULO 11. La Reforma protestante ........................................... 95

CAPÍTULO 12. El Gran Despertar Adventista en Europa ............... 105

CAPÍTULO 13. El Gran Despertar Adventista en Norteamérica ..... 115

CAPÍTULO 14. El profeta renuente ................................................ 125

7

LOS DESAFÍOS DEL REMANENTE

CAPÍruw 15. Las repercusiones del Gran Chasco ........................ 138

CAPÍTULO 16. El surgimiento de una nueva iglesia ....................... 147

CAPÍTULO 17. Elena G. de White ................................................. l57

CAPÍTULO 18. La iglesia remanente .............................................. 172

CAPÍruw 19. ¿Qué es la "iglesia verdadera"? ............................... 186

CAPÍTULO 20. La misión del remanente ....................................... 199

CAPÍTULO 21. El remanente durante la crisis final ........................ 217

CAPÍTULO 22. La iglesia de Dios en el cielo .................................. 233

Apéndice A ............................................................................... 241 ¿Por qué los adventistas entienden que Miguel es Cristo?

Apéndice B ................................................................................. 244 La base bíblica de la predicción de Guillermo Miller

Apéndice C ................................................................................. 247 ¿ U n recurso teológico para salvar las apariencias?

Una respuesta a los críticos de la interpretación adventista

acerca del Gran Chasco

Apéndice D ................................................................................. 253

Evidencia bíblica del cierre del tiempo de gracia previo al

advenimiento y el final del ministerio mediador de Cristo

8

Introducción

El tema de este libro es el conflicto entre Dios y Satanás, yel papel que juega el pueblo de Dios en este conflicto. Desde el principio

de la historia de la tierra, el propósito de Satanás ha sido infiltrarse en la iglesia y hacer caer a sus miembros. Y con mucha frecuencia ha te

nido éxito. Sin embargo, a través de las edades, Dios ha tenido un remanente fiel en el mundo. Estas son las pocas personas que continúan siéndole fieles, mientras que la mayoría se aleja y apostata de Dios. Este libro sigue al remanente de Dios desde el principio hasta el fin de la historia del mundo. El pueblo remanente no es necesariamente perfecto, y ellos no siempre tienen la teología correcta en todos los detalles de sus creencias, su característica más destacada es la lealtad a Dios, su fidelidad al obedecerlo, según sus conocimientos y habilidades se lo 'permiten. A menudo, el remanente de Dios ha sufrido persecución, y en varias ocasiones su lealtad le ha costado la vida (Apoc. 6: 9-11). Pero sus nombres están escritos en el libro de la vida (Apoc. 13: 8). Ellos serán reivindicados en el juicio final (Dan. 7: 21, 22), Y se encontrarán entre los que adoran a Dios alrededor de su trono en la consumación final (Apoc. 19: 1-3; 20: 4).

Algunas palabras acerca del título de este libro, Los desafíos del re

manente. Como verá en los capítulos sucesivos, en la actualidad el remanente enfrenta tres desafíos. El primer desafío consiste en conso-

9


lidar su fe ante los ataques físicos de Satanás contra ellos. A esto le llamamos "persecución". El segundo desafío es saber resistir los ataques que Satanás les hace en forma de engaños. El desafío del remanente es reconocer todos esos engaños para no ceder a ellos. El tercer desafío es aceptar la misión especial que Dios tiene para ellos, y trabajar para poder cumplir con esa misión.

Los lectores que están familiarizados con otros libros que he escrito acerca de los últimos tiempos podrán reconocer algunas similitudes entre este libro y algunos de ellos, aunque cada uno aborda de forma diferente este tema. Este libro trata más acerca del tiempo del fin, pero los últimos capítulos de forma particular se enfocan en la iglesia de Dios en los tiempos finales, así como en los desafíos que enfrenta-,

ra. PermÍtanme un breve comentario acerca de algunos detalles que le

serán de ayuda conforme lee este libro. Les doy las fuentes de algunas citas de los escritos de Elena G. de White inmediatamente después 'de cada cita, en lugar de incluirlas como notas al final del capítulo. Hago las referencias usando abreviaturas, y usted encontrará la lista de estas abreviaturas en la página 6.

Un buen editor siempre es útil, y en cada situación durante los treinta y tantos años en los que he estado escribiendo algunos libros, me he dado cuenta que mis editores mejoran mi trabajo. Agradezco al traductor y a los editores de GEMA y la Pacific Press por hacer que este libro sea más agradable y comprensible para todos mis lectores. Mi deseo es que usted, al leer este libro, encuentre su lugar en el re

manente de Dios en el mundo de hoy.

10

Marvin Moore Caldwell, Idaho,

enero 2008.

CAPiTULO 1

Las al tes declaraciones de Benedicto XVI

EllO de julio de 2007, el Vaticano publicó un documento que atrajo la atención del mundo religioso, o por lo menos del mun

do religioso cristiano. El documento, titulado "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia", indica que: "Cristo 'ha constituido en la tierra' una sola Iglesia y la ha instituido desde su origen como 'comunidad visible y espiritual'. Ella

continuará existiendo en el curso de la historia y solamente en ella han permanecido y permanecerán todos los elementos instituidos por Cristo mismo. 'Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo

confesamos una, santa, católica y apostólica [ ... J. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro"'. 1

El documento también señala específicamente que la Iglesia de Cristo "subsiste en" la Iglesia Católica, y emplea estas palabras para indicar "la plena identidad entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia Católica".

Este documento cita con toda claridad que las iglesias protestantes nacidas en la Reforma del siglo XVI, en realidad, "no pueden ser llamadas 'iglesias' en sentido propio", aunque sí admite que el Espíritu de Cristo "no ha rehusado servirse de ellas como medios de salva-., " Clon.

11


En resumen, este documento, proclamado en nombre del Papa Benedicto XVI, reafirma la declaración de la Iglesia Católica Romana de ser la única genuina y verdadera iglesia de Cristo Jesús.

De forma predecible, los cristianos no católicos reaccionaron con prontitud y de manera negativa ante el documento del Papa Benedicto XVI. Las iglesias, desde la Anglicana, la Alianza Mundial de las Iglesias, la Presbiteriana, hasta la Iglesia Cristiana Cóptica de Egipto, expresaron públicamente su consternación y sus objeciones a las declaraciones del Papa.

Aunque él no escribió el documento por sí solo,2 Benedicto XVI fue el objeto de casi toda la crítica, y con justa razón. El documento hace notar que Benedicto XVI "ratifica y confirma estas respuestas [ ... ] y ordenó su publicación".

¿Pero por qué todo este alboroto? La declaración de Benedicto no es una sorpresa ni aun para aquellos que están poco familiarizados con la teología de la Iglesia Católica Romana, la afirmación de que esta es la única iglesia verdadera es muy antigua y está aludida en el dQcumento del Papa Benedicto XVI. El documento admite que el Espíritu de Cristo ha usado también a las iglesias no católicas como "instrumentos de salvación". Pero continúa diciendo que esto únicamente es posible por medio de "la plenitud de gracia y de verdad que han sido encomendadas a la Iglesia Católica".

En una declaración mucho más clara acerca de la salvación, hecha por el Papa Bonifacio VIII en 1302, el Unam Sanctam, dice: "Fuera de ella [la Iglesia Católica] no hay salvación ni remisión de pecados", y "nosotros declaramos, proclamamos y definimos que es absolutamente necesario para la salvación de cada criatura humana estar sujeta al Pontífice romano".3 En 1864 el Papa Pío IX declaró que "la re

ligión de la Iglesia Católica es la única religión verdadera" y este es el error más grande, creer que "el protestantismo no es más que una forma distinta de la misma verdadera religión cristiana, en la cual, lo mismo que en la Iglesia, es posible agradar a Dios". 4 En su encíclica, "acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa", publicada el 6 de enero de 1928, el Papa Pío XI hizo la siguiente de-

12

Las alarmantes declaraciones de Benedicto XVI

claración: "La Iglesia Católica es la que conserva el culto verdadero. Ella [la Iglesia Católica] es la fuente de la verdad, la morada de la Fe, el templo de Dios".5

Examinamos la evidencia

Los católicos d,~.n varias razones para explicar porqué la suya es la única "iglesia verdadera". Una de esas razones es "la sucesión apostólica", la afirmación de que en Mateo 16: 18, Jesús asignó a Pedro como el primer Papa y desde ese entonces la secuencia ha continuado de manera ininterrumpida hasta el día de hoy. El "misterio de la Eucaristía", el poder para transformar el pan y el vino del rito de la comunión en el propio cuerpo y sangre de Cristo, es otra razón por la que los católicos declaran ser la única iglesia verdadera. Veamos estas declaraciones.

~Fue Pedro el primer Papa? En Mateo 16: 18, Jesús dice: "Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella". El nombre de Pedro proviene de la palabra griega petra, que significa "roca". Usando las palabras griegas en lugar de las palabras Pedro y roca, el versículo dice lo siguiente, tú eres Petros, y sobre esta petra edificare mi iglesia". De acuerdo con la ideología católica, Jesús quiere decir que él construirá su iglesia en Pedro, por lo tanto esta designación declara a Pedro como el primer papa.

Sin embargo, en un texto que emplea la misma palabra, petra, el

apóstol Pablo claramente designó a Jesús [no a Pedro] como la roca. Cuando habla del agua y del maná que Dios proveyó a los israelitas en el desierto, Pablo dice: "Todos comieron el mismo alimento espiritual y todos tomaron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo (1 Coro 10: 3, 4). Pablo también dice que "nadie puede poner unfondamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo" (1 Coro 3: 11, la cursiva es nuestra).

Usando la misma metáfora, pero con la diferencia de que emplea otra palabra griega para "roca" (lithos), Jesús dijo:

13


¿No han leído nunca en las Escrituras: "La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular; esto es obra del Señor, y nos deja maravillados"? (Mat. 21: 42).

De manera clara en este versículo Jesús se refiere a sí mismo como la piedra [lithos} que los constructores habían desechado. Yen Efesios 2: 20, Pablo habló de los miembros de la iglesia cristiana como los que habían sido" edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (RVR 1960).

Por consiguiente, cuando vemos la metáfora de la "roca" y la "piedra" en la declaración de Jesús a Pedro (Mat. 16: 18), a la luz del testimonio total del Nuevo Testamento sobre este tema, viene a ser muy claro que la roca es Jesús, no Pedro.

El Comentario bíblico adventista nos da una amplia explicación del porqué las palabras de Jesús en Mateo 16: 18 no deberían ser comprendidas como que él estaba haciendo de Pedro la cabeza de su"iglesia. "Es trágico que los discípulos estuvieran discutiendo acerca de la categoría que ocuparían en un reino imaginario que Cristo no había venido a establecer" (Luc. 22: 24). De hecho, la iglesia cristiana durante los primeros cuatrocientos años no aplicó las palabras de Cristo en Mateo 16: 18 a Pedro. El primer Papa en hacerlo fue León 1 en el año 445 d.C.6

De nuevo, el Comentario bíblico adventista declara: "Resulta extraño que si esto es realmente lo que Cristo quiso decir, ninguno de los otros discípulos hubiera descubierto ese hecho, ni tampoco ningún otro cristiano durante cuatro siglos después de que Cristo pronunciara esas palabras. Además, resulta extraordinario que ningún obispo de Roma descubriera este significado en las palabras de Cristo hasta que un obispo del siglo V pensó que era necesario hallar apoyo bíblico para la primacía papal".7

Tenemos una base bíblica e histórica, para rechazar la declaración católica de que Jesús designó a Pedro como el primer Papa.

14


La sucesión apostólica. Muy relacionada con la idea de que Jesús nombró a Pedro como el primer Papa, se encuentra el argumento presentado vigorosamente por los católicos de que ha existido una línea ininterrumpida de Papas. El Papa Benedicto XVI señaló esto en su documento "Respuestas" cuando dijo: "De acuerdo con la doctrina católica, esas comunidades [las protestantes] no disfrutan de la sucesión apostólica en las órdenes del sacramento, y están por consiguiente privadas de un elemento constitutivo de la iglesia" (la cursiva

es nuestra). La sucesión apostólica es la idea de que cada Papa ha seguido al Papa anterior en una línea continua de Papas que se remonta a Pedro. Para la Iglesia Católica, la sucesión apostólica es un artÍculo de fe, porque es una de las evidencias principales que ofrece para dar legitimidad a su afirmación de que es la única iglesia verdadera.

Ya hemos visto el fundamento tambaleante para la afirmación de que Pedro fue el primer Papa. Esto debiera ser suficiente para desmentir la doctrina católica acerca de la sucesión apostólica. Pero aún hay más.

U no de los principales problemas con la noción de una sucesión apostólica es la dificultad de identificar a Pedro como el primer Papa en la historia del Nuevo Testamento. Si Pedro en realidad fue el primero, tendría que haber sobresalido con claridad en el registro del Nuevo Testamento como el líder de la iglesia temprana en el primer siglo. Sin embargo, este no es el caso. Hechos 15 nos da el único registro que existe en el Nuevo Testamento de una reunión general de la iglesia cristiana durante el tiempo de los apóstoles. Esta reunión fue realizada para ponerse de acuerdo sobre si debía exigirse la circuncisión para los gentiles. Y en esta reunión, que comúnmente es conocida como el Concilio de Jerusalén, el que presidió fue Jacobo y no Pedro (ver Hech. 15: 13-21). Después de este concilio "los apóstoles y los ancianos, junto con toda la iglesia" -no Pedro solo-, enviaron a varios hombres escogidos con Pablo y Bernabé para transmitir la decisión del consejo a la iglesia en Antioquía (ver Hech. 11: 22). Varios años después, fue Jacobo, y "todos los ancianos" quienes le recomendaron a Pablo que reuniera a cuatro hombres para hacer un voto

15


de purificación en el templo de J erusalén (ver Hech. 21: 18-26). En ninguno de estos pasajes bíblicos se señala a Pedro como el líder de la iglesia cristiana primitiva.

Varios textos en Gálatas nos orientan acercá de la pregunta de si era o no Pedro el primer Papa. Recordando el famoso encuentro entre Pablo y Pedro en Antioquia, el apóstol Pablo dice que "le eché en cara su comportamiento condenable" (Gál. 2: 11). Si Pablo hubiera entendido que Pedro fue el primer Papa, con toda seguridad le habría mostrado mayor deferencia. En la lista de los "pilares" de la iglesia de Jerusalén, Pablo menciona a "Jacobo [Santiago], Pedro y Juan", con Pedro colocado en el segundo lugar de la lista, y no en el primero (vers. 9). Al final, Pablo dijo que los apóstoles en Jerusalén reconocían "que a mí [Pablo] se me había encomendado predi

car el evangelio a los gentiles, de la misma manera que se le había encomendado a Pedro predicarlo a los judíos" (vers. 7). De forma evidente la iglesia primitiva vio el campo de trabajo de Pedro como un ministerio entre los judíos cristianos y no entre todos los cristianos. ,

Otra dificultad con la idea de la sucesión apostólica es que faltan

eslabones en la supuesta línea ininterrumpida de los Papas a través de la historia cristiana. En el año 1045, el pueblo echó a! Papa Benedicto IX de Roma, por su conducta indigna, y Silvestre HI fue nombrado Papa en su lugar. Cuando Benedicto IX regresó, vendió el trono papa! a Gregorio VI. Pero Benedicto IX no abandonó su propio derecho a! papado, de manera que tres hombres, Silvestre, Benedicto y Gregorio de manera individual se autoproclamaban el Papa legítimo. Finalmente, en 1046, el emperador alemán Henry IH solucionó el problema a! convocar un sínodo que depuso a los tres Papas y nombró un cuarto, Clemente H.

El misterio de la Eucaristía. La Iglesia Católica también basa su reclamo de ser la única iglesia verdadera en su forma de interpretar la Eucaristía, que en otras denominaciones se conoce como la Santa Cena o el servicio de la Santa Comunión. Según la teología católica, los sacerdotes católicos y solo ellos, son capaces de transformar el pan

16


y el vino de la Santa Cena en el cuerpo y sangre literales de Cristo. Los católicos defienden que el sacramento de la gracia depende de esta transformación milagrosa que ocurre cuando el sacerdote dirige la misa. Por lo tanto, la gracia y la salvación pueden obtenerse de manera exclusiva a través de la Iglesia Católica. Examinemos esto con mayor profundidad.

El Catecismo de la Iglesia Católica declara que "por la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transubstan

ciación".8

En la última cena Jesús dijo acerca del pan "esto es mi cuerpo" y en cuanto al vino "esto es mi sangre" (Mat. 26: 26-28). Los católicos interpretan estas palabras en la forma más literal de la expresión. Sin embargo, Jesús con frecuencia hablaba a través de metáforas. Por ejemplo, él dijo que "si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno" (Mat. 5: 30, RVR 1960). Unas pocas personas a través de la historia cristiana interpretaron de forma literal estas palabras y se amputaron algunos de los miembros de su cuerpo porque creían que estos los tentaban a pecar, pero ningún católico racional, los Papas y sacerdotes incluidos, argumenta que Jesús nos estaba diciendo de manera literal que deberíamos mutilarnos para evitar la tentación y el pecado.

En una ocasión diferente Jesús habló de su cuerpo y su sangre en un sentido metafórico cuando le dijo a algunos de sus discípulos: "Que si no comen la carne del Hijo del hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida" Quan 6: 53). Los discípulos interpretaron literalmente sus palabras y se ofendieron (vers. 60), porque el comer la carne y sangre de Cristo de manera literal sería canibalismo, y la ley levítica prohibía comer la sangre (Lev. 3: 17). Jesús dijo entonces: "El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida" Quan 6: 63). Él hizo ver con claridad

17


que las referencias a su carne y a su sangre eran metafóricas. Lo mismo debería comprenderse acerca de las referencias en cuanto a su cuerpo y a su sangre en la última cena.

No obstante, la teología católica enseña que durante la misa, el sacerdote en realidad transforma el pan y el vino en el cuerpo y la sangre literal de Cristo y por lo tanto él literalmente sacrifica de nuevo a Cristo en el altar. El catecismo de la Iglesia Católica establece que: "El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: 'Es una y la misma víctima, que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, que se ofreció a sí misma entonces sobre la cruz. Solo difiere la manera de ofrecer': 'Y puesto que en este divino sacrificio que se realiza en la Misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento; ... este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio"'.9

Dado el hecho que consideran que el pan y el vino son el cuerpo y la sangre literales de Cristo: Los católicos fomentan la adoración de estos emblemas. Bajo el título: "El culto de la Eucaristía", el catecis

mo católico cita que los católicos tienen que rendir culto al pan y al vino "entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoración al Señor". 10 Además, los católicos enseñan que por medio de la Eucaristía, ellos reciben la vida de Cristo y por ende son limpiados del pecado.

La Iglesia Católica también enseña que los creyentes reciben la gracia salvadora de Cristo por medio de sus sacramentos, en especial de la Eucaristía. En otras palabras, para obtener la salvación, el creyente debe participar en los sacramentos de la Iglesia Católica, y desde luego, solo los miembros de ella pueden hacer tal cosa.

La lógica católica

Aunque estoy en fuerte desacuerdo con la teología católica, una vez que se acepta la premisa de que el creyente recibe la gracia por medio de los sacramentos, la teología católica tiene cierta lógica. Debido a que solo un sacerdote ordenado puede dispensar los sacramentos, lle-

18


ga a ser de gran importancia que un sacerdote legítimo esté disponible para dispensarlos. Esto se aplica particularmente a la transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Cristo durante la misa. Por eso, es muy importante identificar de manera clara quién constituye un verdadero sacerdote. Y para esto, la respuesta católica es la sucesión apostólica a partir de Pedro como el primer Papa.

Esto explica porqué los católicos creen que la salvación solo puede obtenerse a través de la Iglesia Católica, y la razón por la que Benedicto XVI insiste que las iglesias protestantes, "específicamente por la ausencia del sacramento del sacerdocio [o sea, un sacerdocio legítimo propiamente autorizado para dirigir y disponer de los sacramentos] no han preservado la esencia genuina e integral del misterio eucarístico, [y por tanto] de acuerdo a las doctrinas católicas no pueden ser llamadas, 'iglesias' en el sentido propio de la palabra" .12

Si uno acepta la premisa básica de Benedicto XVI, su conclusión tiene lógica. Solo si uno acepta la premisa básica. Pero los protestantes, incluyendo a los adventistas, rechazan la visión católica de que la gracia llega al creyente por los sacramentos brindados por un sacerdote legítimo. Y esta es la razón por la que nosotros los adventistas rechazamos la declaración católica de ser la única iglesia verdadera, así como también del porqué rechazamos la declaración de Benedicto XVI de que los protestantes y otras instituciones cristianas "no pueden ser llamadas 'iglesias' en un sentido propio".

Pero, ¿por qué tanto alboroto con esto? Estas afirmaciones han sido parte de la enseñanza católica durante cientos de años. ¿Por qué los protestantes reaccionan de manera tan negativa ante la declaración de Benedicto XVI? Para esto necesitamos algunos antecedentes de Benedicto XVI y de la historia de su iglesia durante la segunda mitad del siglo XX.

1. "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia". http://www.vatican. val coman_curial congregationsl cfaithl documents/rc_con_cfaith_doc_20070629_responsa-quaestiones_sp.html

19


2. El documento fue escrito por William Cardinal Levada, el prefecto (director) de la Congregación de la Doctrina de la fe bajo la dirección del Papa Benedicto XVI.

3. Unam Sanctam, 18 de noviembre, N°1302, http://spanish.mostholyfamilymonastery.com/outside_book_spanish.html

4. Pío IX Syllabus Errorum párrafo XVIII. http://www.papalencyclicals. netl pius09 / p9syll.htm

5. Institución Divina citada por el papa Pío XI carta encíclica del 6 de enero de 1928, "Acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa" (Mortalium Animas) párrafo 17. http://www.papalencyclicals.netlpius 11 / P 11 morta.htm

6. Ver el Comentario bíblico adventista sobre Mateo 16:18. 7. Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 421. 8. Catecismo de la Iglesia Católica, www.vatican.va/archive/es002/_index.

htm, núm. 1376. Énfasis en el original. 9. Ibid., núm. 1367. Énfasis en el original.

10. Ibid., núm. 1378. 11. Ibid., núm. 1392 y 1393. 12. "Respuestas a algunas preguntas respecto a ciertos aspectos de la doctri

na sobre la iglesia".

20

Razones que provocaron d albOroto

N o en balde los no católicos están disgustados con la reciente

declaración de Benedicto XVI en lo que concierne a la iglesia.

En el capítulo anterior examinamos suficiente información acerca de

la teología católica de la iglesia, del sacerdocio y de la Eucaristía, para

reconocer la lógica que apoya la declaración de Benedicto XVI. Pero la

Iglesia Católica ha sostenido este punto de vista teológico durante

años. Entonces, ¿qué hay de nuevo? Los protestantes y otros cristianos

conocen todo lo que respecta a estas enseñanzas católicas. ¿Por qué

ellos reaccionan de manera negativa ante el documento de Benedicto

XVI? Para poder entender la respuesta, necesitamos observar un poco

los antecedentes y las fuerzas que han moldeado la vida de Benedicto

XVI y su ideología teológica. También necesitamos conocer algunos

antecedentes del Concilio Vaticano II y sus repercusiones.

¿Quién es Benedicto XVI? El Papa Benedicto XVI, JosephAlois Ratzinger, nació en la casa paterna

a las 8:30 el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, en el Estado alemán

de Bavaria. Sus padres, Joseph y María Ratzinger, fueron buenos católicos y lo bautizaron el mismo día de su nacimiento. A los cinco años de edad, declaró que quería ser sacerdote cuando creciera.

21


Para cuando Joseph, hijo, alcanzó los diez años de edad, Hitler ya había iniciado la Segunda Guerra Mundial. Al cumplir los catorce años de edad, tenía la obligación legal de integrarse a la Juventud de Hitler, pero Joseph, padre, se oponía a los nazis y Joseph, hijo, se negó a asistir a las reuniones de la Juventud de Hitler. En 1943, cuando cumplió dieciséis años, fue reclutado en la fuerza aérea del ejército alemán, y fue entrenado en la infantería. Un año después fue enviado a la frontera entre Hungría y Austria a colocar defensas antitanques. Mientras estuvo allí, las escenas de judíos que eran llevados a la muerte se grabaron en su mente. Estas escenas influenciaron su posterior intento ecuménico de alcanzar a los judíos.

Cuando Alemania cayó ante las fuerzas armadas de los aliados en los primeros meses del año de 1945, el ejército americano levantó un cuartel provisional en el hogar de los Ratzinger, y siendo que Joseph, hijo, era un soldado alemán, fue detenido algunas semanas en un campo norteamericano de prisioneros de guerra. En noviembre de 1945, él y su hermano Georg se inscribieron en el seminario de Saint Michael en

Traunstein, Alemania. Joseph y Georg fueron ordenados juntos como sacerdotes el 29 de junio de 1951. Dos años después, Joseph obtuvo su doctorado en Teología por parte de la Universidad de Munich. Su tesis, quizás como un portento del futuro, fue titulada "El pueblo y la casa de Dios en la doctrina agustina de la Iglesia". De 1959 a 1963, Joseph, ahora el padre Ratzinger, fue profesor en la Universidad de Bonn.

Durante los primeros años de su carrera, el padre Ratzinger fue un reformador liberal. Promulgaba la descentralización del papado, y recomendaba que se hicieran innovaciones en la liturgia y la práctica católica. Después del colapso del nazismo, esperaba ver un reavivamiento en la Iglesia Católica. En su lugar, vio una iglesia que estaba paralizada por las leyes. Por eso, sintió que eran necesarios algunos cambios para reanimar a la iglesia. Ratzinger era profesor, primero en la Universidad de Bonn y luego en Tübingen, y las ideas reformadoras expresadas en sus clases lo hicieron muy popular.

Sin embargo, muchos universitarios se convirtieron en oponentes radicales de la fe católica. Agitadores de entre los estudiantes comenza-

22

Razones que provocaron el alboroto

ron a interrumpir las clases del Padre Ratzinger, llamando al evangelio un esfuerzo para mantener el statu quo de una sociedad capitalista. Caracterizaron la cruz como una glorificación sadomasoquista del dolor. Este concepto tan radical convenció al futuro Papa de que la Iglesia Católica necesitaba adoptar medidas severas para castigar a aquellos que estaban atacando la fe católica. Esto provocó que se convirtiera en un vigoroso (algunos dicen despiadado) defensor del catolicismo.

En noviembre de 1981, el Papa Juan Pablo 11 nombró a Ratzinger como el prefecto de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe, la más antigua de nueve "congregaciones" de la curia romana. La Congregación de la Doctrina de la Fe originalmente se llamaba la Congregación Suprema y Sagrada de la Inquisición Universal Romana, comúnmente conocida como la Inquisición. En Europa, durante el siglo XVI, la Inquisición fue una de las instituciones más temidas, porque miles de personas perdieron su vida por ella.

Aunque la Doctrina de la Congregación de la Fe hoyes mucho más benigna, Ratzinger la usó con mucho vigor para suprimir la disidencia, especialmente dentro del clero de la Iglesia Católica y las universidades. Él destituyó a un buen número de teólogos católicos, incluyendo a los siguientes:

• Hans Küng, a quien se le retiró su licencia para dar clases como teólogo católico, ya que criticaba la autoridad papal y rechazaba la doctrina de la infalibilidad papal.

• El teólogo holandés Edward Schillebeeckx, quien fue acusado por negar la resurrección de Cristo como un acto objetivo de fe y a quien se le solicitó ir Roma a explicar sus puntos de vista.

• Charles Curran, quien fue obligado a renunciar a su cátedra en la Universidad Católica de América por abogar que la esterilización y la contracepción no siempre estaban equivocadas.

• Edward Sweeney, un sacerdote jesuita, quien fue obligado a renunciar a sus hábitos por rehusarse a destruir los resultados de una encuesta de obispos norteamericanos respecto del celibato y la ordenación de las mujeres.

23


E16 de agosto del 2000, el Vaticano publicó Dominus Iesus Uesús,

el Señor), documento en el cual Ratzinger tomó la posición de que la salvación solo puede encontrarse dentro y a través de la Iglesia Católica, una declaración que, como ya vimos, él repitió en su reciente documento "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia".

En 1998, Ratzinger fue elegido subdecano del Colegio de Cardenales, y en el 2002 fue elegido decano. En esta posición, presidió el funeral del Papa Juan Pablo 11 y se encargó de todos los preparativos del mismo. Como decano, también presidió la misa justo antes de la elección del nuevo Papa en 2005. Sus puntos de vista rígidamente conservadores provocaron que muchos observadores predijeran que él no sería elegido como el sucesor de Juan Pablo 11. Sin embargo, la apasionada apelación a mantenerse aferrados a la doctrina de la fe que hiciera durante la misa, al parecer impresionó a los cardenales y fue electo papa en apenas dos días, en la cuarta votación. Un comentarista sugirió que el Cardenal Ratzinger "fue capaz de lograr un consenso notable entre los cardenales electores respecto a la importancia de tener un papa con su historial para defender y hacer cumplir la fe católica".l Con esta información sobre Benedicto XVI, estudiemos brevemente el Concilio Vaticano 11 y su repercusión.

El Concilio Vaticano 11

De muchas maneras, el Concilio Vaticano 11 reformó el semblante del catolicismo. Este fue convocado por el carismático pensador liberal, Angelo Giuseppe Roncalli, quien fue elegido Papa Juan XXIII en octubre de 1958. Ratzinger participó en este Concilio como un teólogo asesor para el Cardenal Josef Frings de Colonia. En esa época, era conocido como un reformador modernista. Durante el Concilio,

colaboró con varios teólogos liberales, incluyendo a Hans Küng de Suiza y Edward Schillebeeckx de Holanda, admirador de Karl Rahner, cuya teología liberal, (especialmente su concepto del "cristiano anónimo") influenció bastante el Concilio Vaticano 11. "El cristianismo anónimo" es la enseñanza de que los individuos que nunca han

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escuchado el evangelio, o incluso quienes lo han rechazado, pueden

obtener la salvación. Desde luego, esta idea rompe con la afirmación católica de que la salvación se alcanza de manera exclusiva a través de

la Iglesia Católica.

Tanto los protestantes como los católicos concuerdan en que el

Concilio Vaticano 11 trajo la Iglesia Católica Romana al mundo mo

derno. Protestantes y católicos liberales recibieron la nueva ideología

con agrado. Los católicos conservadores, en su mayoría, la condena

ron. Algunos de los cambios que resultaron del Concilio Vaticano 11

son bien conocidos. Por primera vez en cientos de años, la misa ahora

podría impartirse en el idioma de cada nación en lugar de llevarse a

cabo en latín, una lengua muerta desde hacía más de mil quinientos

años. Otros dos cambios que fueron muy significativos para los pro

testantes fue la declaración del Concilio sobre la libertad religiosa y las

relaciones con otras iglesias. Demos un breve vistazo a ambas declara

ciones.

La libertad religiosa. Durante varios siglos, la Iglesia Católica se

opuso al concepto de la libertad religiosa, la libertad que cada indivi

duo tiene para tomar sus propias decisiones respecto de las verdades

espirituales. La idea de que la iglesia y el gobierno pueden regir la

conciencia es la noción filosófica y teológica detrás de la Inquisición.

Pío IX, en la década de 1860, declaró que uno de los principales erro

res de los tiempos modernos es la idea de que "todo hombre es libre

para abrazar y profesar la religión que, guiado de la luz de la razón,

juzgare por verdadera". 2 Gregorio XVI, cuyo papado se extendió de

1831 a 1846, declaró: "De esa cenagosa fuente del indiferentismo

mana aquella absurda y errónea sentencia o, mejor dicho, locura, que

afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia".3 Pío IX la denominó una "opinión errónea, en extremo perni

ciosa a la Iglesia Católica y a la salud de las almas, llamada por Gregorio XVI, Nuestro Predecesor, 'locura', esto es, que 'la libertad de

conciencias y de cultos es un derecho propio de cada hombre, que todo Estado bien constituido debe proclamar y garantizar como ley fundamental"'. 4

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El Concilio Vaticano 11 cambió todo (o al menos eso le pareció a los protestantes y a otros cristianos). La Declaración de la Libertad Religiosa del Concilio (Dignitatis Humanae) afirmó que "las personas humanas tienen el derecho de la libertad religiosa. Esta libertad significa que todos los hombres han de ser inmunes a la coerción de parte de los individuos o de grupos sociales o de cualquier poder humano, de tal manera que ninguno debe ser obligado a actuar de forma contraria a sus propias creencias". La Dignitatis Humanaefue mucho más lejos, hasta declarar que "los hombres no pueden satisfacer esta obligación de forma adecuada a su propia naturaleza si no gozan de libertad psicológica al mismo tiempo que de inmunidad de coacción externa".5

Ecumenismo. El documento de la iglesia que salió del Concilio Vaticano 11, Lumen Gentium, es conocido en español como "La Constitución Dogmática sobre la Iglesia". Lumen Gentium, en una desviación considerable de la posición católica histórica de la Iglesia Romana como el sendero exclusivo para la salvación, establece lo siguient(}:

La Iglesia se siente unida por varios vínculos con todos los que se honran con el nombre de cristianos, por estar bautizados, aunque no profesan íntegramente la fe, o no conservan la unidad de comunión bajo el Sucesor de Pedro. Pues conservan la Sagrada Escritura como norma de fe y de vida, y manifiestan celo apostólico, creen con amor en el Dios Padre todopoderoso, yen el Hijo de Dios Salvador, están marcados con el bautismo, con el que se unen a Cristo. [ ... ] Hay que contar también la comunión de oraciones y de otros beneficios

espirituales; más aún, cierta unión en el Espíritu Santo, puesto que también obra en ellos su virtud santificador por medio de dones y de gracias. 6

Lumen Gentium fue más allá al afirmar:

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La divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a los que, sin culpa por su parte, no llegaron todavía a un claro conocimiento de Dios y, sin embargo, se esfuerzan, ayudados por la gracia divina, en conseguir una vida recta. La Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero que entre ellos se da, como preparación evangélica, y dado por quien ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida?

Las implicaciones son obvias. Y los protestantes a quienes el papado anteriormente había condenado en términos muy claros, de pronto se sintieron un poco más atraídos por la jerarquía. El Concilio Vaticano n y Lumen Gentium iniciaron un periodo de tolerancia hacia los no católicos. Se "rehabilitó" a los protestantes de ser herejes o "hermanos separados" y se los llamó "hermanos en Cristo". Miembros de otras religiones fueron tratados con mayor respeto. En el tiempo del Concilio Vaticano n, Joseph Ratzinger formó parte de esta tendencia liberal, y la propició durante los años siguientes.

De alguna forma, los católicos conservadores no estaban nada conformes con las nuevas ideas que estaban surgiendo en su iglesia. Para ellos la política de tolerancia benigna iba demasiado lejos y debilitaba tanto la unidad como la primacía de la Iglesia Católica. Y para cuando

fue nombrado el prefecto de la Congregación Vaticana para las Doctrinas de la fe, Ratzinger se había unido a esta causa conservadora con pasión, fuertemente influenciado por la rebelión de sus estudiantes universitarios en contra de la fe católica.

En el 2000, la Congregación de la Doctrina de la Fe, supervisada por Ratzinger durante varios años, publicó el documento Dominus

Iesus. Este documento es, en esencia, una amonestación para los teólogos católicos liberales. El cuarto párrafo del documento declara:

El perenne anuncio misionero de la Iglesia es puesto hoy en peligro por teorías de tipo relativista, que tratan de justificar el pluralismo religioso. [ ... ] En consecuencia, se consideran superadas, por ejemplo, verdades tales como, [ ... ] la unicidad y

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la universalidad salvífica del misterio de Jesucristo, la mediación salvífica universal de la Iglesia, [ ... ] y la subsistencia en la Iglesia católica de la única Iglesia de CristO.8

Dominus Iesus habla de manera enérgica contra quienes enseñan que "una religión es tan buena como otra".9 Esto confirma que "uno solo

es su cuerpo, una sola es su Esposa: Una sola Iglesia católica y apostólica".lO Intenta aclarar el documento del Consejo Vaticano 11, el cual

"quiere armonizar dos afirmaciones doctrinales: Por un lado que la

Iglesia de Cristo, no obstante las divisiones entre los cristianos, sigue

existiendo plenamente solo en la Iglesia Católica, y por otro lado que

'fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de

santificación y de verdad' ya sea en las iglesias que [existen] en las co

munidades eclesiales separadas de la Iglesia Católica. Sin embargo, res

pecto a estas últimas, es necesario afirmar que su eficacia 'deriva de la

misma plenitud de gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia Católi-ca'" .ll

En otras palabras, el documento concede que las personas que es

tán fuera de la Iglesia Católica pueden alcanzar la salvación pero in

siste que ellos solo la alcanzan por medio de esta.


La reacción negativa hacia el reciente documento,de Benedicto XVI,

titulado "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la

doctrina sobre la Iglesia", solo pueden comprenderse en el contexto de

las nuevas ideas del Concilio Vaticano 11. Un gran entusiasmo ecumé

nico se desarrolló durante las décadas siguientes al Concilio Vaticano

11. De manera especial, el Vaticano cultivó relaciones con la División

Ortodoxa del Cristianismo y les hizo saber que Roma estaba procuran

do una reconciliación completa. En 1991, después de décadas de estudio y de conversaciones entre católicos y luteranos, las dos iglesias fir

maron una declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, el asunto clave que había provocado la división entre católicos y protestantes varios siglos antes. Los metodistas también firmaron el docu-

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mento conjunto pocos años después. Y durante los últimos años, los anglicanos han hablado sin restricciones acerca de la posibilidad de que

el Papa se convierta en la cabeza espiritual de la Iglesia Anglicana. Es en este contexto ecuménico que debemos comprender la fuerte

reacción negativa al reciente documento de Benedicto XVI. Las iglesias

que han creído que el Vaticano había cambiado su firme postura contra

las otras iglesias fueron sacudidas al advertir que no era ese el caso. Sintie

ron que un cubetazo de agua fría había sido derramado sobre el progreso

ecuménico logrado en las décadas posteriores al Concilio Vaticano 11. Curiosamente, a mediados de octubre de 2009, el Vaticano exten

dió una oferta a los miembros de la Iglesia Anglicana que quisieran

pasar a la Iglesia Católica, aceptando incluso la ordenación de los sa

cerdotes anglicanos casados.

1. Traducido de Samuele Bacchiocchi, "Benedicto XVI: El hombre y su misión", Boletín del tiempo del fin, N° 132. http://www.biblicalperspectives. com/ endtimeissues/

2. Pío IX. Syllabus Errorum, párrafo XV. http://www.papalencyclicals.net/ pius09 / p9syll.htm.

3. Gregorio XVI. "Sobre los errores modernos", carta encíclica del Papa Gregorio XVI, promulgada el15 agosto 1832. párrafo 10. Énfasis en el original. http://www.papalencyclicals.netlgreg16/g16mirar.htm.

4. Pío IX. "Sobre los principales errores de la época", carta encíclica del Papa Pío IX promulgada el 8 de diciembre de 1864, párrafo 3. http://www. papalencyclicals.netl pius09 / p9quanta.htm.

5. Dignitatis Humanae. http://www.christusrex.org/www1/cdhn/v10. html.

6. Lumen Gentium ("Constitución dogmática sobre la Iglesia"), párrafo 15, http://www.rc.net/rcchurch/vatican2/lumen.gen.

7. ¡bid., párrafo 16. 8. Dominus ¡esus, párrafo 4. www.vatican.va/roman_curia/congregations/

cfaith/ documents/ rc_con_cfaith_doc_20000806_dominus-iesus_sp.html 9. ¡bid., párrafo 22.

10. ¡bid., párrafo 16. 11. ¡bid.

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La perspectiva aGventista

Los adventistas del séptimo día no se sorprendieron en lo más míni

mo como algunos protestantes con las declaraciones de Benedicto

XVI. Por ejemplo, el periódico semanal adventista en línea, Adventist News Network, del día 11 de junio de 2007 (publicado un día después

de la declaración de Benedicto XVI "Respuestas a algunas preguntas

acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia"), incluyó el si

guiente comentario hecho por Kwabena Donker, quien es un director

asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General:

"No hay nada sorprendente [en la declaración de Benedicto XVI]. Des

pués del Concilio Vaticano 11 [y] de las reuniones de modernización de

la Iglesia Católica en la década de 1960, algunas personas tuvieron la im

presión de que se habían hecho algunos cambios significativos en la Igle

sia Católica. Pero no ha habido cambios".

Donker está en lo cierto. Los adventistas del séptimo día han ense

ñado de forma consistente a través de los años que el papado no cam

bia. Uno de los voceros más destacados de esta posición fue Elena G.

de White.

Elena G. de White

Comentando en 1886 acerca de las pláticas de unión entre católicos y protestantes que se llevaban a cabo incluso para ese entonces, Elena

30

La perspectiva adventista

G. de White dijo: "Esta unión no ocurrirá por un cambio en el catolicismo, porque Roma nunca cambia. Pretende ser infalible". (EUD, pp. 134, la cursiva es nuestra, ver también RH, 10 de junio de 1886).

Ocho años después, Elena G. de White hizo una declaración similar: "Los protestantes alguna vez se apartaron de esta gran iglesia de apostasía, pero se han aproximado cada vez más a ella, y están en vías de reconciliación con la iglesia de Roma. Roma nunca cambia" (ST, 19 de febrero de 1894, la cursiva es nuestra).

Elena G. de White desarrolló este punto de vista a lo largo de su libro, El conflicto de los siglos, que fue publicado en 1888. Allí escribió: "La iglesia católica le pone actualmente al mundo una cara apacible,

y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero en realidad no ha cambiado" (pp. 628, la cursiva es nuestra).

Estas claras declaraciones hechas por Elena G. de White, quien creemos que recibió el don de profecía, han contribuido en gran manera a través de los años al punto de vista adventista de que la Iglesia Católica Romana sigue siendo muy parecida a lo que fue durante el oscurantismo y la Inquisición. Esta condusión, a su vez, apoya el punto de vista tradicional de que el papado volverá a perseguir a los disidentes una vez más durante la crisis final al final del tiempo.

Un punto de vista adventista alterno

Sin embargo, después del Concilio Vaticano 11, y debido a las importantes declaraciones en apoyo a la libertad religiosa provenientes de tal Concilio, algunos adventistas del séptimo día comenzaron a cuestionar nuestra interpretación tradicional del papado como una potencia persecutoria en el tiempo del fin. Ellos señalaron correctamente que la interpretación histórica de la profecía, de parte de los adventistas, se había formado principalmente por los eventos que ocurrieron a finales del siglo XIX. En ese tiempo, un gran número de católicos llegaron a N orteamérica provenientes de Europa. Esto causó una gran preocupación entre los protestantes, quienes temían un resurgimiento de la Inquisición. También se discutían las leyes dominicales en el

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Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica en el siglo XIX, a finales de la década de 1880 y a principios de la década de 1890, y debido a que los adventistas ven al papado como el principal responsable de los cambios del día de reposo del sábado al domingo, expresamos gran preocupación por esta combinación de un catolicismo creciente y la posibilidad de leyes dominicales.

Los adventistas que cuestionan la posición tradicional de la iglesia respecto del papado señalan que esta visión del mundo se arraigaba en la cosmovisión del siglo XIX. Elena G. de White estaba influenciada por esta cosmovisión, dicen ellos. Y argumentan que, dado el hecho de que la consideramos una autora divinamente inspirada, hemos tendido a fundamentarnos en su interpretación del siglo XIX de que "Roma nunca cambia", cuando en realidad han ocurrido grandes cambios en el catolicismo romano en los más de cien años transcurridos desde que ella escribió El conflicto de los siglos, en especial como resultado del Concilio Vaticano 11. Incluso nuestra interpretación del catolicismo y el papel que desempeñará en la crisis final se mantiene virtualmente sin cambios. Estos adventistas dicen que hemos fallado al no actualizar nuestra comprensión profética y ajustarla a la realidad actual.

Es de extrema importancia que no descartemos estos desafíos a nuestra percepción tradicional del catolicism? y el papado con un "Elena G. de White dijo" o con un "la iglesia enseña". Estas son preguntas serias, y por lo tanto merecen respuestas serias y respetuosas. En las páginas siguientes, responderé a tres preguntas: (1) ¿Cuán significativa es la idea de que nuestra interpretación tradicional adventista del papado surgió de una cosmovisión del siglo XIX, que era muy negativa hacia el catolicismo? (2) ¿Cuál es el fundamento de nuestra interpretación de la función del papado en los tiempos finales? Y (3), ¿habrá cambiado Roma?

La visión del mundo en el siglo XIX. Empezaré con el reconocimiento de lo obvio: Los comentarios de Elena G. de White sobre el catolicismo y su papel profético reflejan una cosmovisión del siglo XIX. Con dificultad podría ser de otra forma. Lea Génesis, Éxodo,

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Levítico, Números y Deuteronomio. Ahí descubrirá que todos estos libros fueron escritos desde la perspectiva de la cosmovisión que existía entre el siglo XIII yel siglo XV a.C. Isaías refleja la cosmovisión del siglo VIII a.e. Los cuatro Evangelios, las epístolas de Pablo, y el Apocalipsis de Juan, reflejan la cosmovisión del primer siglo d.e. Todos los profetas escribieron desde la perspectiva de los tiempos en que les tocó vivir, porque escribían mayormente para sus contemporáneos, y no para las generaciones que vivirían siglos o incluso milenios después. Por más que quisiéramos que la Biblia se hubiera escrito desde la perspectiva del siglo XX, no le habría hecho ningún sentido a los israelitas en el tiempo de Moisés y en el tiempo de Isaías o a los cristianos de la época de Cristo y de los apóstoles.

De la misma forma, la manera en que Elena G. de White entendió el papel del catolicismo durante la crisis final refleja en cierta medida no solo el catolicismo de sus días, sino algo más importante: La percepción que existía del catolicismo entre los protestantes en esos días. Sin embargo, no conozco de nadie, sino los intérpretes más liberales, que digan que Moisés, Isaías, Mateo y Pablo no son pertinentes en

nuestros días por el simple hecho de que escribieron en un tiempo cuando las personas tenían una forma de ver el mundo muy diferente de la nuestra.

El hecho de que la manera en que Elena G. de White entendió el papel del papado durante la crisis final fue formada por una percepción del siglo XIX del catolicismo, no invalida sus enseñanzas para

quienes vivimos en el siglo XXI. La pregunta es: ¿Cómo interpretamos las declaraciones de Elena G. de White acerca del catolicismo de una manera que reconozca la perspectiva protestante del siglo XIX y a la vez las aplique apropiadamente al siglo XXI? Para esto necesitamos ir a la segunda pregunta.

¿Cuál es el fundamento de la interpretación de los adventistas acerca del papado? Cuando ella escribió acerca del papado en El conflicto de los siglos, las palabras que escogió Elena G. de White estaban influenciadas por la hostilidad protestante que existía hacia el papado en ese periodo. Sin embargo, su posición en cuanto al papel

2-LDDR 33


del papado en los tiempos finales surge de la interpretación adventista de las profecías del libro de Daniel y de Apocalipsis, en especial aquellas profecías que hablan del cuerno pequeño en Daniel 7 y 8, así como la profecía de la bestia que surge del mar según el capítulo 13 de Apocalipsis. Y en gran medida, la interpretación adventista de estas profecías no era exclusivamente adventista. Esto es lo que creían los milleritas cuarenta y cincuenta años antes, y estos la habían aprendido de los estudiantes de la profecía que los habían precedido. De hecho, gran parte de la interpretación de esta profecía se remonta al periodo de la Reforma. Así que no es correcto decir que nuestra percepción del papado como una potencia persecutoria surgió únicamente de la cosmovisión de fines del siglo XIX. Surgió de nuestra interpretación de las profecías de Daniel y de Apocalipsis. Comentaré sobre esta interpretación profética de forma extensa en los próximos capítulos de este libro.

¿Una Iglesia Católica transformada? ¿El catolicismo ha cambiado en los ciento y tantos años desde que Elena G. de White escribió El conflicto de los siglos? La respuesta corta a esta pregunta es sí, por supuesto que el catolicismo ha cambiado. Todo a nuestro alrededor cambia constantemente. Nada terrenal o humano permanece igual, ¡mucho menos en el transcurso de cien años! Por lo tanto, deberíamos esperar que la Iglesia Católica haya cambiado.

Entonces, ¿qué haremos con las declaracioI}-es de Elena G. de White acerca de que Roma "no ha cambiado" y que "Roma nunca cambia"? Yo propongo que el asunto no es cuánto ha cambiado Roma sino cómo ha cambiado. Y más importante aún, ¿qué cosas no ha cambiado Roma? Mencionaré dos formas en la que Roma no ha cambiado.

Doctrinas que se mantienen sin cambio. En el área de las doctrinas básicas, el papado sigue siendo la misma iglesia que fue hace cien o incluso quinientos años. Con dificultad podría ser de otra forma para una iglesia que reclama que nunca ha errado. Existe una larga lista de doctrinas sobre las cuales los protestantes, incluyendo a los adventistas del séptimo día, no están de acuerdo con los católicos.


Entre estas están la veneración de los santos, las indulgencias, el purgatorio, las imágenes dentro de la iglesia, el papel que desempeña la Virgen María en la salvación, la misa (en especial la transubstanciación), la sucesión apostólica, la supremacía del Papa y la enseñanza de que la salvación está disponible solo a través de la Iglesia Católica y sus sacramentos. Además de estas enseñanzas católicas, con las cuales casi la totalidad de los protestantes están en desacuerdo, hay varias otras en las que los adventistas representan la única oposición. Estas incluyen la observación del día domingo como día de reposo, el estado de los muertos y el castigo eterno para los malvados.

Mi opinión es que todas estas enseñanzas católicas siguen siendo las mismas que existieron durante el siglo XIX, y en la mayoría de los casos, mucho antes. No temo declarar que Roma no está en disposición de cambiar su postura respecto de estas doctrinas. Por consiguiente, en estas áreas es muy apropiado y muy justo decir que la Iglesia Católica Romana es la misma que lo que fue siglos atrás. Esta no ha cambiado.

T eoda política católica. El Concilio Vaticano II en verdad hizo algunos cambios muy notables en su visión de la libertad religiosa de los individuos. Sin embargo, existe otro detalle que necesitamos examinar antes de apresurarnos a emitir un juicio sobre el tema: La percepción de la relación entre el Estado y la Iglesia de parte del papado no ha cambiado. La Iglesia Católica Romana aún sostiene que en un gobierno ideal, la Iglesia y el Estado podrían trabajar juntos en elaborar leyes morales para la nación a fin de asegurarse que las tales reflejan la comprensión católica de la moralidad. Me refiero extensamente

a este tema en mi libro ¿Serd que podría pasar? 1

¿Ha cambiado Roma? En muchos sentidos, sÍ. El cambio, según lo señalado, es una parte inevitable de la vida tanto para las personas como para las instituciones. Sin embargo, en por lo menos dos formas Roma no ha cambiado: En sus doctrinas básicas y en su teoría política de las relaciones que tendrían que existir entre la Iglesia y el Estado.

Terminaré este capítulo con un par de citas de un artículo de primera plana que apareció en el Registro Católico Nacional del 22 de

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julio de 2007, menos de dos semanas después de la declaración alarmante de Benedicto XVI. El título establece el propósito del artículo: "¿Qué es la Iglesia? Nuevo documento del Vaticano aclara malentendidos". El artículo es una respuesta de los católicos a las críticas protestantes del documento de Benedicto "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia". Este artículo explica que "el documento de Benedicto intenta aclarar la doctrina católica sobre la Iglesia. Pero poco después de su publicación se lo acusó de perjudicar las relaciones ecuménicas". Después de una amplia explicación de las verdaderas intenciones del documento de Benedicto, el artículo cierra con estas importantes declaraciones:

El mensaje es suficientemente claro: Si usted está preocupado de que el Concilio Vaticano 11 cambió las doctrinas católicas de la Iglesia, tenga la seguridad de que no lo hizo. La misma enseñanza que era, sigue siendo.2

Elena G. de White tenía razón. En sus enseñanzas básicas, "Roma nunca cambia". La Iglesia Católica misma se complace en asegurárse

lo.

1. Ver los capítulos 7 y 8, "La teoría política católica antes de Vaticano II" y "La teoría política católica después de Vaticano II" o

20 Traducido de National Catholic Register, 22 de julio 2007, http://wwwo ncregister.com/site/article/3231o

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La edesiologla

ZX los teólogos les gusta usar largos términos técnicos. Quizá usted I\esté familiarizado con los términos justificación y santificación, que los adventistas del séptimo día comúnmente definen como "nuestro boleto al cielo" y "nuestra aptitud para el cielo". Puede que sepa que la escatología se refiere a los eventos de los últimos días, y tal vez podrá adivinar que la cristología se refiere a la doctrina de Cristo. Pero, ¿qué hay acerca de la pneumatología? Se trata de una combinación de dos palabras griegas, pneuma, que significa "viento", y logos que significa "conocimiento". Esto quizá no le diga mucho, a menos que sepa que pneuma también es la palabra griega que se traduce como "espíritu". Por lo tanto, la pneumatología se refiere a la doctrina del Espíritu Santo. Y la soteriología (que proviene del griego soter, ''Salvador'' y de logos), se refiere a la doctrina de la salvación.

¿Qué acerca de la eclesiología? En el griego común, la palabra ecclesia se refiere a una asamblea de personas. Este era "un término utilizado por los griegos para hacer referencia a un cuerpo de ciudadanos que se reuníqn para discutir los intereses del Estado".l El Nuevo Testamento emplea la palabra de esta manera en una instancia. En Hechos 19: 23-41, Lucas cuenta acerca de un gran motín que se formó en Éfeso durante el ministerio de Pablo. El versículo 32 dice que "había confusión en la asamblea". La palabra en español asamblea es una traducción de la

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palabra griega ecclesia. Los versículos 35 al 41 nos cuentan cómo el secretario del concejo municipal acomodó a la multitud, y el versículo 41 dice que el secretario "despidió la asamblea [ecclesia]".

Los cristianos del Nuevo Testamento usan la palabra ecclesia en un sentido más restringido, para referirse a la reunión del pueblo de Dios, "la iglesia". La palabra iglesia, en español, guarda bastante similitud con la palabra griega ecclesia. Por lo tanto, la eclesiología es el estudio de la enseñanza bíblica acerca de la iglesia.

Con este preámbulo, usted podrá comprender que el documento de Benedicto XVI al cual nos hemos referido en los primeros tres capítulos de este libro es, una declaración muy profunda sobre la eclesiología, "la iglesia". Durante los últimos dos mil años, los católicos han desarrollado una doctrina muy detallada de la iglesia. Los católicos creen que la salvación proviene a través de Cristo, pero también creen que es concedida por la iglesia. Así, desde el punto de vista católico, la iglesia es esencial para la salvación, porque sin esta, los seres humanos no pueden tener acceso a la salvación. A fin de comprender la teología católica, uno debe comprender su enseñanza referente a la iglesia.

Sin embargo, no nos interesa tanto el tema de la enseñanza católica sobre la iglesia. Lo que más nos interesa es la enseñanza del Nuevo T estamento acerca de la iglesia, especialmente según la entienden los protestantes, incluyendo a los adventistas del séptimo día.

La enseñanza bíblica acerca de "la iglesia" En la lengua española, usamos la palabra iglesia en múltiples formas. Algunas veces se refiere al edificio donde los cristianos se reúnen para adorar a Dios. Por ejemplo, nosotros decimos que debemos "cambiar la alfombra de la iglesia" . También usamos la palabra iglesia para referirnos a una denominación religiosa, tal como "la Iglesia Metodista", "la Iglesia Bautista", o "la Iglesia Adventista". En el Nuevo Testamento no usa la palabra iglesia, porque los creyentes se reunían en hogares, no en templos, no existían divisiones denominacionales entre ellos.

En inglés también usamos la palabra iglesia de dos maneras. En algunas ocasiones utilizamos la palabra para referirnos a una congre-

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La eclesiologia

gación local. Por ejemplo, mi esposa Lois y yo somos miembros de la Iglesia Adventista de Caldwell, Idaho. Si usted vive en Springfield, Missouri, quizá asiste a la Iglesia Adventista de Springfield.

En ocasiones utilizamos la palabra iglesia para hacer referencia a todas aquellas personas alrededor de todo el mundo que creen en Jesús, a lo que los teólogos llaman "la iglesia universal". Algunas veces la iglesia universal también es llamada "la iglesia invisible" por no tener lista de miembros. Solo Dios sabe quiénes son miembros. Todos los verdaderos creyentes en Jesús, no importa si son adventistas, católicos, metodistas, bautistas, o aquellos que no pertenezcan a una denominación, son parte de la iglesia invisible si han aceptado a Cristo Jesús como su Salvador. Por otra parte, algunas personas que son reconocidas como miembros de iglesias católicas, protestantes y ortodoxas, no son miembros de esa iglesia invisible, porque a pesar de su profesión de fe en Jesús, en realidad no están convertidos. Pertenecen al grupo de personas que un día dirán: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, e hicimos muchos milagros?". Yel Señor les dirá: "Jamás los conocí" (Mat. 7: 21-23).

En el Nuevo Testamento, la palabra ecclesia se utiliza tanto para la congregación local como para la iglesia universal. Pablo escribió varias cartas para congregaciones locales, "la iglesia de Dios que está en Corinto", "las iglesias de Galacia" y "la iglesia de los tesalonicenses" (1 Coro 1: 2; Gál. 1: 2; 1 Tes. 1: 1). También tenía en mente a la iglesia en el sentido universal cuando se refirió a Cristo como "la cabeza del cuerpo que es la iglesia" (Col. 1:18; y ver también Efe. 1: 22; 3: 10). Y Jesús habló de la iglesia universal cuando dijo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia" (Mat. 16: 18).

El remanente

A través de las edades, ha habido dos grupos de personas en el mundo, los que son fieles a Dios y los que no. Con claridad vemos la división entre aquellos que profesan ser el pueblo de Dios y aquellos que no lo son. Sin embargo, la división también existe dentro del pueblo de Dios. Hay personas convertidas como no convertidas en la iglesia.

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Las parábolas de Jesús de las diez vírgenes, del trigo y de la cizaña, hacen especial hincapié en este punto. La división entre las dos clases de doncellas no fue evidente hasta que el novio llegó y se hizo claro que la mitad de las jóvenes no tenía aceite en sus lámparas. Y Jesús

dijo que el trigo y la cizaña crecerían juntos hasta la cosecha, el fin del mundo.

En la Biblia, a aquellos que mantienen su lealtad hacia Dios en me

dio de la apostasía en algunas ocasiones se los llaman el remanente. Por

ejemplo, 2 Reyes 19: 31 dice: "Porque de Jerusalén saldrá un remanente, del monte Sión un grupo de sobrevivientes" (la cursiva es nuestra).

Isaías dice:

En aquel día ni el remanente de Israel ni los sobrevivientes del

pueblo de Jacob volverán a apoyarse en quien los hirió de muer

te, sino que su apoyo verdadero será el Señor, el Santo de Israel.

Yun remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios

Poderoso. Israel, aunque tu pueblo sea como la arena del mar,

solo un remanente volverá (Isa. 10: 20-22, la cursiva es nuestra).'

La idea de un remanente es un concepto que se encuentra en el Nue

vo Testamento. Juan aplica el título de remanente de Dios a la última

iglesia sobre la tierra: "Entonces el dragón se llenó de ira contra la mu

jer; y se fue a hacer guerra contra el resto [remanente] de la descendencia

de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimo

nio de Jesucristo" (Apoc. 12: 17, RVR 1960). El Diccionario bíblico adventista dice: "El 'remanente' del AT era el

resto del pueblo elegido de Dios que en generaciones sucesivas lo repre

sentaba. U na y otra vez la mayoría apostató [ ... ], pero siempre había un

'remanente' que por su fidelidad seguía siendo el heredero exclusivo de

las sagradas promesas, los privilegios y las responsabilidades del pacto

originalmente hecho con Abraham y confirmado en el Sinaí. Dios de

signó a este 'remanente' como el grupo al que se proponía enviar el

Mesías [ ... ], y por medio del cual quería evangelizar a los paganos".2

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La ec1esiologia

A Satanás no le gusta la idea del remanente. Él odia al remanente

y ataca a este en cada oportunidad que tiene. Apocalipsis 12: 17 dice que "el dragón [Satanás] se llenó de ira contra la mujer [la iglesia], y

se fue a hacer guerra contra el resto de su descendencia" (RVR 1960).

Y muchas veces el remanente es perseguido por aquellos con creencias

parecidas. Jesús les dijo a sus discípulos que "viene el día en que cual

quiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios"

Guan 16: 2). Encontraremos, conforme evaluemos la historia del

pueblo de Dios, que la persecución es un tema común.

El concepto del remanente es un aspecto importante de la eclesio

logía. He sido un miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día toda la vida, y he asistido fielmente a iglesias adventistas toda mi vida,

sin embargo, por alguna razón la eclesiología (la doctrina de la iglesia)

nunca me ha emocionado del todo. Las dos áreas teológicas en las que

he estado más interesado han sido la escatología (el estudio de los

eventos de los últimos días) y la soteriología (el estudio de la salva

ción). He escrito varios libros sobre ambos temas. Pero la declaración

que hace Benedicto XVI en cuanto a que la Iglesia Católica es la úni

ca iglesia verdadera cambió todo esto. De repente, ¡la enseñanza bí

blica sobre la iglesia me parece mucho más importante! Empecemos

analizando la iglesia en el cielo.

1. Raoul Dederen y George W. Reíd. editores, Handbook 01 Seventh-day Adventist Theology (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 2000), p. 54l.

2. Diccionario bíblico adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), p. 983.

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La primera pelea de iglesia

EstOy seguro que usted estará de acuerdo conmigo en que un fu

neral no es el lugar más apropiado para que un profeta tenga una visión. Sin embargo, al parecer, Dios no opina tal cosa, porque fue

ahí donde le dio a Elena G. de White una de sus visiones más impor

tantes, la visión del gran conflicto, del 14 de marzo de 1858.

Esta visión fue dada en Lovett' s Grove, Ohio. El pueblito de Lovett' s

Grove está o estaba en el condado de Wood, aunque usted no lo podrá

encontrar en ninguno de los mapas actuales. La ciudad grande más cer

cana hoy día es Toledo, en el condado de Lucas, un poco al norte. Jaime

y Elena llegaron a Lovett's Grove el viernes, 12 de marzo de 1858. Las

reuniones del sábado y del domingo se llevaron a cabo en una escuela, y

asistieron mayormente aquellos que habían sido convertidos al mensaje

adventista. Jaime White reportó que cerca de cuarenta personas estaban

guardando el sábado en esa región, y suponemos que la mayoría de ellos

se habían citado en la escuela ese sábado de mañana. Poco después Ele

na G. de White informó acerca de los sucesos del domingo 14 de marzo

de 1858:

En Lovett' s Grove el Señor se encontró con nosotros y sus bendiciones descansaron sobre nosotros. La tarde del día pri-

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mero habría un funeral en la escuela donde se estaban llevando a cabo nuestras reuniones. Mi esposo fue invitado a dar un discurso en esa ocasión. La gente no cabía en la casa. Mi esposo era bendecido con libertad y el poder de la verdad parecía llegar a los que escuchaban.

Cuando él concluyó su predicación me sentí impulsada por el Espíritu del Señor a dar mi mensaje. Conforme fui conducida a hablar de la segunda venida de Cristo y la resurrección y animar la fe de los cristianos, mi alma triunfó en Dios. Bebí ricos tragos de salvación. Cielo, dulce cielo fue el imán para impulsarlIli alma hacia arriba, y quedé envuelta en una visión de la gloria de Dios. Muchas cosas importantes me fueron reveladas ahí para la iglesia (2SG, pp. 265, 266).

La visión duró dos horas. Al parecer, interrumpió el funeral, porque el féretro no fue llevado al sitio del entierro hasta que la visión hubo terminado. Naturalmente, los presentes tenían interés en lo que Elena G. de White tenía para decirles. Parte de lo que se le reveló en visión contenía instrucciones para los presentes. Sin embargo, la mayor parte de la visión trataba acerca del conRicto universal entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás. Más tarde, Elena G. de White escribió: "En la visión de Lovett' s Grove, la mayor parte del asunto del gran conRicto que había visto diez años antes se repitió, y se me mostró que debía escribir acerca de ello". Lo que más le asombró era la advertencia de Dios, "yo debía contender con los poderes de la oscuridad, porque Satanás haría un gran esfuerzo por obstaculizarme, pero los ángeles de Dios no me abandonarían en el conRicto, que debía colocar toda mi confianza en Dios" (2SG, p. 270).

Ella no tuvo que esperar mucho para que Satanás interviniera. En su viaje de regreso en tren hacia su casa en Batde Creek, Jaime y Elena hicieron planes para escribir y publicar la visión en un libro. Este libro se convertiría en El gran conflicto entre Cristo y Satands, que es comúnmente conocido como El conflicto de los siglos. Sin embargo, sus planes fueron interrumpidos en una escala en J ackson, Michigan.

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Mientras visitaban en Jackson a la familia Palmer, al parecer Elena tuvo un derrame. He aquí la forma en que lo describe: "Mientras conversaba con la Hna. P. (Hermana Palmer), mi boca se rehusó a pronunciar lo que quería decir, y parecía grande y entumecida. Una extraña sensación y un escalofrío golpeó mi corazón, atravesó sobre mi cabeza y luego se dirigió hacia mi lado derecho" (2SG pp.271). Su brazo izquierdo se paralizó y tuvo temor de morir.

Tres meses después, de vuelta en Batde Creek, recibió otra visión explicando lo que había sucedido en la casa de los Palmer en Jackson: "Se me mostró que en el ataque súbito que sucedió en Jackson, Satanás se había propuesto quitarme la vida para impedir el trabajo que tenía que escribir; pero los ángeles de Dios fueron llamados a mi rescate" (2SG, p. 272).

El gran conflicto

¿En qué consistía esta "visión del gran conflicto" a la cual el enemigo temía tanto que quiso matar a Elena G. de White para que ella no pudiera escribirla? Esta visión trataba del mismo Satanás, acerca de su rebelión en contra de Dios en el cielo y de su continuación en la tierra. Apocalipsis 12: 7-9 nos cuenta la historia de la rebelión de Satanás: "Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; este y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra".

Es difícil suponer que pudiera surgir un conflicto en el cielo. En general creemos que el cielo es un lugar lleno de paz donde todos se aman. ¿Cómo pudo iniciarse una guerra en este lugar pacífico y lleno de amor? Lo primero que debemos tener en mente es que Dios tiene un gobierno, y Lucifer se rebeló.

El principio fundamental que destaca en todas las leyes de Dios es el amor. El amor se manifiesta cuando una persona le dice a otra: "Me importas; te respeto; deseo lo mejor para ti; quiero tener una relación

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armoniosa contigo". El amor es una promesa de lealtad que dice: "Te trataré con amabilidad; siempre buscaré tu mejor beneficio". El amor

es un don que un ser inteligente le ofrece a otro. El caso es que un re

galo, por su naturaleza, no puede ser obligado. A fin de ser genuinos,

los regalos tienen que darse libremente. Esto significa que para que el

amor sea genuino, la persona que lo brinda debe gozar la libertad de

darlo o retenerlo si él o ella así lo decide. Cualquier expresión de afec

to o de lealtad que tenga algún rastro de coerción, no es amor.

A veces es difícil amar, incluso en el cielo. La razón es que algunas

veces el amor requiere que nosotros coloquemos los intereses de otros

por encima de los nuestros. El cielo es un lugar lleno de paz porque cada

uno de los que viven allí elige obedecer las reglas de amor que gobier

nan dicha sociedad, aunque esto vaya en contra de sus intereses perso

nales.

Hay que considerar el amor por Dios. En el cielo, los mismos seres creados sostienen una relación de amor entre sí, y con Dios. Amar a

Dios significa, entre otras cosas, confiar en que él es más sabio que

nosotros. Aunque no comprendemos lo que Dios hace, confiamos en

él y le somos leales. Aunque sus caminos se opongan a nuestros pro

pios intereses, confiamos en él. El gobierno de Dios se basa en esta

relación amorosa con los demás y con él. He aquÍ como Elena G. de

White describe las bases del amor y la felicidad celestial:

Siendo la ley del amor el fundamento del gobierno de Dios, la

felicidad de todos los seres inteligentes depende de su perfecto

acuerdo con los grandes principios de justicia de esa ley. Dios

desea de todas sus criaturas el servicio que nace del amor, de la

comprensión y del aprecio de su carácter. No halla placer en

una obediencia forzada, y otorga a todos libre albedrío para

que puedan servirle voluntariamente.

Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad del amor, hubo perfecta armonía en el universo de Dios. Cumplir los designios de su Creador era el gozo de las huestes celestiales. Se deleitaban en reflejar la gloria del Todopoderoso yen

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alabarle. Y su amor mutuo fue fiel y desinteresado mientras el amor de Dios fue supremo. No había nota discordante que perturbara las armonías celestiales (PP, pp. 12-13).

Las leyes de amor de Dios Las relaciones de amor que hacen del cielo un lugar lleno de paz y felicidad pueden ser colocadas como principios sobre los cuales han de fundamentarse nuestros pensamientos y acciones amorosas. Estos principios se pueden expresar como reglas de acción, como leyes de amor que deben ser obedecidas. Los Diez Mandamientos se expresan mayormente como normas de comportamiento, pero también se basan en el amor. Abajo enumero algunos de los principios de amor sobre los cuales las leyes del cielo se basan, y después de cada uno coloco el mandamiento en Éxodo 20 que declara tal principio como una regla o ley:

1. Confía en Dios; ponlo en el primer lugar de tu vida. "N o tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxo. 20: 3, RVR 1995).

2. Adora a Dios únicamente; no adores a falsos dioses. "No te harás imagen" (vers. 4, RVR 1995).

3. Trata a Dios con respeto; cuida de su reputación. "No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano" (vers. 7, RVR 1995).

4. Dedica una séptima parte de tu tiempo a Dios y para celebrar sus creaciones. "Acuérdate del sábado" (vers. 8, RVR 1995).

5. Tus padres te dieron la vida; así que trátalos con respeto. "Honra a tu padre y a tu madre" (vers. 12, RVR 1995).

6. Trátense mutuamente con respeto; protéjanse el uno al otro de cualquier daño. "No matarás" (vers. 13, RVR 1995).

7. Trata al sexo opuesto con respeto; no abusen sexualmente el uno del otro. "No cometerás adulterio" (vers. 14, RVR 1995).

8. Trata con respeto las propiedades y pertenencias de las demás personas; toma únicamente aquellas cosas que se te han permitido tomar. "No hurtarás" (vers. 15, RVR 1995).

9. Vive una vida que sea totalmente digna de confianza. "No dirás contra tu prójimo falso testimonio" (vers. 16, RVR 1995).


10. Alégrate cuando cualquier otra persona tenga algo que a ti te gustaría tener. "No codicies" (vers. 17, RVR 1995).

Estas leyes (estos principios de acciones y pensamientos guiados por el amor), son el fundamento del gobierno de Dios en el cielo. También son los principios por medio de los cuales Dios quiere dirigir nuestras vidas sobre esta tierra. Dios estableció una sociedad en el cielo que se basa sobre estas leyes de amor, y su plan es que todas las sociedades sean regidas por estas leyes. Y esta sociedad es la iglesia de Dios en el cielo. Esta idea es tan fundamental que la reescribiré en letras gruesas:

Dios estableció una sociedad en el cielo que es gobernada por sus leyes de amor, y esta sociedad es la iglesia de Dios en el cielo.

En N orteamérica y la mayoría de los países occidentales, la Iglesia y el Estado se mantienen separados. En un mundo pecaminoso, imperfecto, este ha probado ser el arreglo más satisfactorio tanto para la Iglesia como para el Estado. Sin embargo, en el cielo, el gobierno de Dios es en esencia lo mismo que su Iglesia. Y debido a que el cielo es una sociedad perfecta, la unión de la Iglesia y el Estado es lo que mejor funciona allí.

La rebelión de Lucifer

Hay un asunto que debemos considerar: ¿Qué pasaría si alguno de los miembros de la iglesia del cielo alguna vez escogiera transgredir una o más de estas leyes de amor? Con toda certeza, el gobierno del cielo

dejaría de ser un lugar lleno de paz y de amor. Es por eso que la guerra se inició en el cielo: Lucifer escogió poner sus propios intereses por encima de los intereses de Dios y de los otros ángeles. Elena G. de White escribió:

La ley del renunciamiento por amor es la ley de la vida para la tierra y el cielo ... Esta ley fue quebrantada en el cielo mismo. El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a

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los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse su homenaje (DTG, pp. 11, 13).

¡Esta es una rebelión en contra de Dios y su gobierno! Y esta es la misma razón por la cual Satanás fue echado del cielo, según Isaías:

¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! ... Decías en tu corazón: "Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo" (Isa. 14: 12-14).

Note las alusiones a un reino en estos versículos: "¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses". El trono es símbolo del gobierno (Sal. 47: 8), y las estrellas son símbolos de las criaturas de Dios, tanto seres humanos como ángeles (Dan. 8: 10; 12: 3). Así que la declaración de que Lucifer deseaba levantar su trono, "por encima de las estrellas de Dios" quiere decir que él atentaba contra el gobierno de Dios y su soberanía sobre los ángeles celestiales.

Pero, ¿por qué desafiaría Lucifer la autoridad del gobierno de Dios sobre los ángeles? ¿Acaso no advertía que Dios es un ser sobrenatural con poderes muy superiores a los suyos? ¿Cómo pudo haber sido tan tonto como para pensar que podía reemplazar a Dios en el trono del universo? La respuesta es muy simple: Satanás no se rebeló contra

Dios el Padre. Él se rebeló contra Dios el Hijo. Existe suficiente evidencia bíblica para llegar a esta conclusión.

El ataque de Lucifer hacia Cristo

Apocalipsis 12: 7 dice: "Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; este y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente". En Judas 9 se presenta a Miguel como "el Arcángel", y los adventistas en general consideran que el "Miguel" que

- peleó en el cielo contra Lucifer es Cristo. (El Apéndice A proporciona


la base bíblica para llegar a la conclusión de que el Arcángel Miguel es Cristo). Si esto es cierto, aunque Cristo en el cielo era completamente divino, en cierto modo también se relacionaba con los ángeles como uno de ellos. Su título de "Arcángel", sugiere que él era su líder.

Lucifer, por supuesto, también tenía una posición muy elevada en el cielo. Refiriéndose a Lucifer antes de su caída, Ezequiel 28: 14 dice:

Fuiste elegido querubín protector ... Estabas en el santo monte de Dios, y caminabas sobre piedras de fuego.

Al parecer, Lucifer estuvo al lado del trono de Dios como su "querubín protector". Y tuvo celos de Cristo, quien se parecía a él pero tenía una posición más elevada que la suya. La evidencia sugiere que Satanás se rebeló contra Cristo, quien se parecía a un ángel, y no contra el Padre, quien se habría presentado a los ángeles en su forma sobrenatural. Es por eso que el libro de Apocalipsis dice que la batalla de Lucifer en el cielo era contra Miguel, que es Cristo.

El gran concilio celestial

¿Qué fue lo que Dios propuso hacer con esta rebelión? Elena G. de White da una descripción muy interesante y con gran significado:

El Rey del universo convocó a las huestes celestiales a comparecer ante él, a fin de que en su presencia él pudiese manifestar cuál era el verdadero lugar que ocupaba su Hijo y manifestar cuál era la relación que él tenía para con todos los seres creados ... Alrededor del trono se congregaron los santos ángeles, una vasta e innumerable muchedumbre, "millones de millones" (Apoc. 5: 11) ... Ante los habitantes del cielo reuni

dos, el Rey declaró que ninguno, excepto Cristo, el Hijo unigénito de Dios, podía penetrar en la plenitud de sus designios y que a este le estaba encomendada la ejecución de los grandes propósitos de su voluntad. El Hijo de Dios había ejecutado la

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voluntad del Padre en la creación de todas las huestes del cielo, y a él, así como a Dios, debían ellas tributar homenaje y lealtad (PP, pp. 14-16).

Si aceptamos que el gobierno de Dios y su iglesia en el cielo en esencia son lo mismo, podríamos decir que Dios convocó una junta de negocios de la iglesia, para resolver el asunto de la identidad de su Hijo. Pero, ¿por qué Dios tuvo que convocar una gran reunión en el cielo para esclarecer la posición de Cristo? Si Cristo es igual a Dios, ¿por qué tendría que existir alguna duda de ello? La evidencia que tengo sugiere que Lucifer se rebeló contra Cristo debido a que no podía distinguir ninguna diferencia externa entre él y Cristo, pero este, el Arcángel, el jefe de los ángeles, tenía un cargo más elevado que el suyo. ¡Y Lucifer quería ese cargo! Tenía celos de Cristo y codiciaba su autoridad.

Los celos son una de esas emociones que a veces surgen cuando nuestros propios intereses se ven afectados. Cuando experimentamos estos sentimientos, Dios nos pide que lo obedezcamos mediante la educación de nuestras mentes para que respondamos en armonía con sus leyes de amor. Cuando decidimos actuar en base a nuestros celos, las leyes del cielo son quebrantadas, y la paz y el amor de la sociedad a la cual llamamos "la iglesia" se estropea. Desafortunadamente, Lucifer escogió responder de esta forma ante la supremacía de Cristo sobre él. He aquÍ la forma en que Elena G. de "White describe la lucha en el corazón de Lucifer después del gran concilio convocado por Dios en el cielo para aclarar la posición de Cristo sobre los ángeles:

Los ángeles reconocieron gozosamente la supremacía de Cristo, y postrándose ante él, le rindieron su amor y adoración. Lucifer se postró con ellos, pero en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad, la justicia y la lealtad luchaban contra los celos y la envidia. La influencia de los santos ángeles pareció por algún tiempo arrastrarlo con ellos. Mientras en melodiosos acentos se elevaban himnos de alabanza cantados por millares de alegres voces, el espíritu del mal parecía vencido;

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indecible amor conmovía su ser entero; al igual que los inmaculados adoradores, su alma se hinchió de amor hacia el Padre y el Hijo. Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía, y nuevamente dio cabida a su envidia hacia Cristo [ ... J. El Hijo de Dios ocupaba una posición más exaltada que él. Era igual al Padre en poder y autoridad. Él compartía los designios del Padre, mientras que Lucifer no participaba en los concilios de Dios. ¿Por qué, se preguntaba el poderoso ángel, debe Cristo tener la supremacía? ¿Por qué se le honra más que a mí? (PP, pp. 15-16).

Estoy seguro que usted se puede identificar con la lucha de Lucifer. Todos tenemos que lidiar con este asunto. Cuando a alguien en el trabajo o en la iglesia se le da un cargo al cual nosotros aspiramos, somos tentados a tener celos. Cuando alguien nos rechaza, nos sentimos heridos. Cuando alguien nos critica, nos sentimos amenazados. Cuando creemos que estamos siendo traicionados, nos enojamos. Y entonces reaccionamos según estos sentimientos. Atacamos. Chismeamos. Nos disgustamos. Huimos. Nos habría gustado tener una relación armoniosa de amor, pero nuestros sentimientos acaban con ese deseo; nos dejamos llevar por los sentimientos negativos y esto quebranta la armonía de nuestras relaciones amorosas. Cuando actuamos en base a nuestros sentimientos negativos en nuestras relaciones de iglesia, estas se fragmenta. A fin de mantener esas relaciones en la iglesia, la familia, el lugar de trabajo y el vecindario, en ocasiones es necesario que actuemos en contra de nuestros sentimientos heridos y nos autodisciplinemos a fin de hacer lo correcto.

El remanente de Dios está comprometido a regir su vida por las leyes de amor. No ejercer esta autodisciplina se encuentra a la base de todas las peleas de la iglesia. Si algunos de los miembros de su iglesia están en conflicto, seguro encontrará que motivos negativos (quizá enojo, celos, o el deseo de controlar) impulsan la discordia.

Esta fue la batalla de Lucifer. Y él la perdió. Dio lugar a sus sentimientos de enojo. Es mucho más fácil, cuando nos sentimos heridos,

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buscar el consuelo de otros que pueden simpatizar con nosotros y así aliviar nuestro dolor, yeso fue lo que Satanás hizo. "Abandonando su lugar en la inmediata presencia del Padre, escribió Elena G. de White, Lucifer salió a difundir el espíritu de descontento entre los ángeles" (PP, pp. 16). Lucifer inició una campaña de chismes. Elena G. de White la describió de esta manera:

Se aventuró [Satanás] a codiciar el homenaje que solo debe darse al Creador [Cristo]. En vez de procurar el ensalzamiento de Dios como supremo en el afecto y la lealtad de todos los seres creados, trató de obtener para sí mismo el servicio y la lealtad de ellos. Y codiciando la gloria con que el Padre infinito había investido a su Hijo, este príncipe de los ángeles aspiraba al poder que solo pertenecía a Cristo.

Ahora la perfecta armonía del cielo estaba quebrantada. La disposición de Lucifer de servirse a sí mismo en vez de servir a su Creador, despertó un sentimiento de honda aprensión cuando fue observada por quienes consideraban que la gloria de Dios debía ser suprema. Reunidos en concilio celestial, los ángeles rogaron a Lucifer que desistiese de su intento. El Hijo de Dios presentó ante él la grandeza, la bondad y la justicia del Creador, y también la naturaleza sagrada e inmutable de su ley. Dios mismo había establecido el orden del cielo, y, al separarse de él, Lucifer deshonraría a su Creador y acarrearía la ruina sobre sí mismo. Pero la amonestación, hecha con mise

ricordia y amor infinitos, solamente despertó un espíritu de resistencia. Lucifer permitió que su envidia hacia Cristo prevaleciese, y se afirmó más en su rebelión.

El propósito de este príncipe de los ángeles llegó a ser disputar la supremacía del Hijo de Dios, y así poner en tela de juicio la sabiduría y el amor del Creador. A lograr este fin estaba por consagrar las energías de aquella mente maestra, la cual, después de la de Cristo, era la principal entre las huestes de Dios [ ... ]. Abandonando su lugar en la inmediata pre-

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sencia del Padre, Lucifer salió a difundir el espíritu de descontento entre los ángeles (PP, pp. 13, 14 Y 16). Esto fue lo que provocó la batalla en el cielo.

Satanás y sus ángeles son desfraternizados

Previamente mencioné que "guerra" y "cielo" parecen ser términos contradictorios. Sin embargo, cuando Lucifer eligió rebelarse contra Dios y su ley de amor, Dios tuvo que enfrentar el problema. Elena G. de White dice que "con gran misericordia, según su divino carácter, Dios soportó por mucho tiempo a Lucifer" (PP, p. 18). No obstante, llegó el momento en que Dios tuvo que actuar. De otra manera, la paz y la armonía del cielo podrían haber sido quebrantadas permanentemente, y los ángeles fieles en un momento determinado habrían llegado a preguntarse si Dios era capaz o no de manejar la apostasía. La palabra guerra sugiere que Lucifer y sus ángeles no abandonaron al cielo como respuesta a una simple solicitud respetuosa de Dios. ("¿Serían ustedes tan amables de conseguir otro lugar para llevar a cabo sus planes?") Satanás y sus ángeles desafiaron a Dios y lucharon por conservar su lugar en el cielo. Para restaurar la armonía del cielo, Dios tuvo que sacar a la fuerza a todos los rebeldes. La Biblia no nos dice con exactitud c6mo los obligó Dios a salir, pero podemos suponer que Miguel y sus ángeles tuvieron que emplear algún tipo de intervención violenta. Esto es lo que la palabra guerra sugiere. Si concebimos la perfecta sociedad de Dios en términos de su iglesia, con razón podemos decir que cuando Dios expulsó a Satanás y a sus ángeles, los desfraternizó. Los ángeles fieles que permanecieron en el cielo podrían llamarse el remanente.

El trato de Dios para con Lucifer y sus ángeles rebeldes nos dio un buen ejemplo para confrontar situaciones y circunstancias como es

tas. Nosotros debemos tomar una postura paciente contra las rebeliones y hacer todo el esfuerzo posible para restaurar a los miembros beligerantes. Pero cuando todos estos intentos fallan, se hace necesario separarlos a fin de mantener la paz y la armonía en la iglesia. El plan de Dios para su iglesia es que esta sea un lugar de paz y felicidad.

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Pero desde la rebelión de Lucifer en el cielo, las iglesias en la tierra tienen que enfrentar situaciones desagradables que en algunas ocasiones requieren disciplina a fin de restaurar a la iglesia al ideal de Dios como un lugar de paz y armonía. Así concluyó la primera pelea en la iglesia, una lucha que ocurrió en el cielo mismo. Pero en verdad, to

davía no termina. Solo fue trasladada a otro lugar.

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Satanás ataca a la primera iglesia de

sobre la tierra Siempre me ha fascinado la historia del Jardín del Edén en el libro

de Génesis. ¿Cuáles eran las medidas y dimensiones del Edén? ¿En qué lugar del planeta que conocemos estaba situado? ¿Cuán diferente era el Jardín del Edén del resto del mundo? ¿Adán y Eva tenían acceso al resto del mundo, o estaban restringidos a vivir en los márgenes del Edén al menos durante un tiempo? La Biblia no nos da suficiente información para poder responder a ninguna de estas preguntas ni a muchas otras preguntas que podríamos hacer.

Sin embargo, la Biblia nos brinda un número interesante de datos acerca del Jardín del Edén. Primero, parece ser que Dios lo creó después de haber creado al mundo. Después de la descripción de la creación, Génesis nos dice: "Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén" (Gén. 2: 8). ¿Plantó Dios el jardín del Edén el mismo día en que creó a Adán y a Eva? Probablemente, aunque la Biblia tampoco hace referencia al respecto. La palabra hebrea nata (plantar) sugiere que Dios se ocupó de forma personal en la creación del Edén, no limitándose a meramente pronunciar la palabra, al igual que se ocupó en persona de la creación de Adán y Eva (Gén. 2: 7, 21, 22). La Biblia señala que Dios plantó el jardín, "al oriente del Edén", lo que parece sugerir que el Edén era el nombre de toda una región completa que incluía el jardín.

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La última parte del versículo 8 dice: "Allí [en el Edén] puso al hombre que había formado". Esta redacción podría sugerir que Dios creó a Adán fuera del Edén y después lo llevó al jardín. El versículo 9 nos dice que Dios plantó árboles que daban frutos en el jardín, (el texto dice que los árboles "daban frutos buenos y apetecibles"), incluyendo el árbol de la vida y al árbol del conocimiento del bien y del mal. La belleza de ese lugar ha de haber sido impresionante, puesto que el versículo 9 se sale del contexto para enfatizar que los árboles eran "hermosos". También sabemos que un río fluía del jardín, y que al salir del jardín se dividía en cuatro ríos menores (el Pisón, el Guijón, el Tigris y el Éufrates) (vers. 10-14). La Biblia dice: "Salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos" (vers. 10, RVR 1995). El punto clave es el significado de la frase "salía de". ¿Es la palabra" de" una referencia a la localización del río antes o después que salía del jardín? La colocación de las palabras del texto sugiere que el río se extendía fuera del jardín. Este es el mundo donde Dios colocó a nuestros primeros padres.

La iglesia de Dios en el Edén

Dios deseaba que Adán y Eva formaran el núcleo de la sociedad, una iglesia en la tierra que sería una versión en miniatura de la iglesia en el cielo. Jesús dijo que "donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mat. 18: 20, RVR 1995). A dos o tres cristianos congregados en el nombre de Cristo, se les puede dar el nombre de una iglesia en miniatura. Así que Adán y Eva formaron una pequeña iglesia en el Edén. Dios tenía la intención de que esta iglesia creciera y creciera paralelamente a la descendencia de Adán y Eva. Él planificaba que su iglesia sobre la tierra fuera un lugar lleno

de paz, donde sus miembros se amaran unos a otros y utilizaran las leyes de amor para las relaciones entre sí. Este era el propósito original de Dios.

Sin embargo, un intruso se introdujo en esta pacífica escena. Apocalipsis dice que cuando Dios expulsó a Lucifer y a sus ángeles de la iglesia del cielo, los arrojó a nuestro planeta (Apoc. 12: 9). Durante

56

Satanás ataca a la primera iglesia de Dios sobre la tierra

los últimos dos mil años, los teólogos han procurado descifrar por qué Dios escogió nuestro planeta como el lugar donde desterrar a Satanás. La información que la Biblia nos otorga no es suficiente para contes-

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tar esta pregunta, pero quizá se trató de una elección de Satanás más que de Dios. Elena G. de White sugiere que Lucifer tenía celos, porque Cristo tenía el privilegio de entrar en los concejos divinos; mientras que él, era excluido. Supongo que Lucifer se sentía ofendido porque fue excluido de la reunión en la que Dios el Padre, Hijo y Espíritu Santo planificaron la creación de este mundo. Elena G. de White afirma que en la asamblea de las huestes celestiales (mencionadas en el capítulo previo) Dios dejó claro a los ángeles que Cristo trabajo "en unión con él en el proyecto de creación de la tierra y de todo ser viviente que habría de existir en ella". Pero "Lucifer estaba envidioso y tenía celos de Jesucristo" (HR, p. 14). Por eso supongo que cuando Satanás fue echado del cielo, escogió venir a este mundo a fin de destruirlo.

Sin importar quién haya decidido que la tierra sería el hogar de Satanás después de abandonar el cielo, él y sus ángeles ciertamente han tenido éxito en el proceso de destruir nuestro planeta. Satanás logró que los primeros miembros de esta pequeña iglesia en el Edén se unieran con él en su rebelión contra Dios. El capítulo 3 del libro de Génesis nos cuenta la triste historia del árbol, del fruto y de la serpiente. Dios dijo: "No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán" (Gén. 2: 17; 3: 3). Pero Eva decidió comer del fruto prohibido y lo compartió con Adán, quien también lo comió. Como resultado de su desobediencia, ellos fueron echados del jardín que era su hogar. Ahora Eva daría a luz a sus hijos con dolor, y Adán tendría que labrar la tierra con el sudor de su frente para poder proveer alimentos a su familia.

El periodo del Edén y de la caída es el único momento en la historia de la iglesia de Dios sobre la tierra en el que no quedó un remanente fiel. Los temas que afrontamos en nuestros días son muy similares a los que afrontaron Adán y Eva en el Edén: ¿Confiaremos en Dios y en su Palabra, manteniéndonos leales a él y a sus mandamien-

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tos aunque nuestros caminos parezcan atractivos? ¿Resistiremos la tentación de aspirar a una posición más elevada? Desde los días de Adán hasta los nuestros, la iglesia de Dios ha tenido que enfrentarse con las fuerzas del mal en este mundo. De hecho, puede decirse que uno de los propósitos de Dios para su iglesia es que esta luche contra los poderes del mal que se han alineado en contra suya en lugar de ceder a estos. Pablo escribió que "nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales" (Efe. 6: 12).

Sería imposible para nosotros en nuestra propia sabiduría y fortaleza enfrentarnos contra las fuerzas del mal en el mundo, pero por fortuna no estamos solos en la batalla. Contamos con tres grandes generales de nuestro lado: Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, quienes juntos nos dan la fuerza para enfrentar los ataques de Satanás y colocarnos del lado de la verdad de Dios. Esto no significa que lograremos rechazar toda influencia maligna en la iglesia. A menudo, Satanás gana, y en ocasiones pagaremos un precio personal muy alto por su éxito. A través de las edades, algunos del pueblo de Dios que se han colocado del lado de la verdad han perdido sus posesiones y, en algunos casos, la vida. Muchos han sufrido persecución y martirio.

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La iglesia de Dios en un mundo quebrantado

Si Adán Y Eva fueron una pequeña iglesia en el Edén, según sugerí en el capítulo previo, en muy pocos años después de su expul

sión del Edén experimentaron un crecimiento extraordinario en su feligresía. Debemos admitir que fue un crecimiento biológico, pero con el nacimiento de Caín y Abel, la cantidad de miembros de la

iglesia del Edén se duplicó. ¡Muchas iglesias de hoy quisieran duplicar el número de sus miembros con esa facilidad! Pero no todo era paz y amor en esa congregación. ¡La primera pelea de la iglesia sobre la tierra resultó en la muerte de uno de sus miembros! Esta fue la primera de muchas peleas por venir.

La iglesia antediluviana

La Biblia nos cuenta muy poco acerca de la iglesia en el mundo entre el Edén y el diluvio. La pelea entre Caín y Abel inició la separación de la humanidad en dos bandos que se mantienen hasta nuestros días. A menudo, desafortunadamente, los dos bandos existen dentro de una misma congregación. Jesús predijo que el trigo y la cizaña continuarían conviviendo hasta su segunda venida (Mat. 13: 24-30, 36-42). Aunque algunas personas mantienen su fidelidad hacia Dios, otras se rebelan y otras creen ser leales a él. Satanás definitivamente tuvo éxito al infiltrarse en la primera iglesia del mundo, y continúa inmiscuyén-

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dose en las iglesias desde ese entonces. U no de los más grandes desafíos que enfrentan las iglesias en la actualidad es precisamente mantener fuera a Satanás.

También sabemos por Génesis que dos líneas de descendientes se extienden desde Adán y Eva hasta Noé y su familia. La primera evidencia de esto se encuentra en la historia de Caín y Abe!. Después del asesinato de su hermano, Caín continuó con su rebelión contra Dios, y sus descendientes siguieron sus pasos. Por otra parte, el siguiente hijo de Adán y Eva, Set, fue uno de los primeros representantes en la línea de descendientes del pueblo de Dios que le sirvieron. La Biblia los llama hijos de Dios. Podemos considerarlos el remanente en el mundo antediluviano. Incluso dentro de este remanente las cosas no siempre fueron perfectas. La Biblia dice que "se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos" (Gén. 6: 4,

RVR 1995), lo que sugiere que los seguidores de Dios cometieron el error de casarse con los incrédulos.

Génesis 5 enumera a los descendientes de Adán hasta Noé. La clara intención de este capítulo es trazar la línea del pueblo de Dios a partir del Edén hasta el diluvio. El ejemplo más sobresaliente de una vida santa en esta lista es el caso de Enoc, la Biblia dice que "caminó con

Dios" (Gén. 5: 24). Enoc era un profeta en sus días. Judas dice que él habló de la segunda venida de Cristo: "Miren, el Señor viene con mi

llares y millares de sus ángeles" a ud. 14). De hecho, la vida de Enoc fue tan ejemplar que Dios se lo llevó al cielo. Hebreos 11: 5 dice: "Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó".

Desafortunadamente, el mundo descendía más y más en profunda rebelión contra Dios, yel pueblo de Dios no fue capaz de soportar los embates del mal. Gradualmente aquellos que vivían sobre la tierra

perdieron de vista las leyes de amor por las cuales Dios quería que la raza humana fuera gobernada, hasta que "la tierra estaba corrompida y llena de violencia" (Gén. 6: 11). Sin embargo, nuestro Dios de gracia no se había enojado. En la Biblia dice que él "se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón" (vers.

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6). Incluso un Dios amante, en ocasiones tiene que hacer lo que más teme: Destruir a aquellos que destruyen la tierra (Apoc. 11: 18). La Biblia dice que esto fue lo que Dios hizo a principios de la historia de la Tierra. "Él dijo a Noé: 'He decidido acabar con toda la gente, pues por causa de ella la tierra está llena de violencia. Así que voy a destruir a la gente junto con la tierra'" (Gén. 6: 13). Esta fue la segunda vez que Dios tuvo que usar la fuerza para separar a todos aquellos que estaban en rebelión en contra de él y de su fiel remanente.

Es fácil concebir a estos pecadores antediluvianos desechados por Dios como paganos. Pero si la vida de ese entonces fue similar a la nuestra, es muy probable que algunos de los que se encontraban en rebelión contra Dios fueran miembros de su "iglesia". Sospecho que muchos de aquellos que murieron en el diluvio fueron amigos de Noé y eran miembros de la iglesia a la que él asistía, pero se rindieron a las burlas y quizás se unieron a la persecución de los no creyentes contra Noé y su familia. No obstante, Dios protegió a Noé y su familia en el arca que él le había mandado a construir.

Ahora piense, después del diluvio, la iglesia de Dios sobre la tierra nuevamente era muy pequeña. Esta fue la única vez en la historia de este mundo que el remanente componía la iglesia completa, porque en ese tiempo no había miembros infieles o apóstatas. Por desgracia, esta situación no duraría mucho tiempo.

La iglesia postdiluviana

Tuvo que haber sido un mundo muy inhóspito y estéril el que Noé y su familia encontraron cuando salieron del arca. Lo único que sabían era que el Dios que los había conducido a través del catastrófico diluvio aún tenía un plan para sus vidas. Por inhóspito y estéril que se mostraba el mundo, ellos sobrevivirían porque Dios les había ordenado "sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra" (Gén. 9: 1). Noé y su familia eran las únicas personas sobre la tierra antes del diluvio que servían a Dios, podemos asumir que aún después del diluvio le servirían. Por lo tanto, ellos eran la iglesia de Dios en el mundo en esa época. Dios hizo un pacto con Noé y sus hijos, sus descendien-

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tes e incluso sus animales, asegurándoles que "nunca más serán exterminados los seres humanos por un diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra" (Gén. 9: 11). Y Dios colocó un arco iris en las nubes como señal de su pacto (vers. 13).

Del diluvio al tiempo de Abraham. La Biblia habla poco acerca de la historia del mundo entre el diluvio y Abraham. Nosotros sabemos que Cam, uno de los hijos de Noé, deshonró a su padre; por eso Noé maldijo a Canaán, hijo de Cam (Gén. 9: 18-25; 10: 6). Génesis 10 enumera a los descendientes de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, y las naciones que formaron. También tenemos la historia de la torre de Babel (Gén. 11: 1-9), que parece ser un relato de personas rebeladas contra Dios. El Comentario bíblico adventista dice: "La torre

de Babel era un expresión de la duda en la promesa de Dios y de oposición obstinada a su voluntad. Era un monumento a la apostasía y un baluarte de la rebelión contra la Divinidad. No era sino el primer paso de un plan maligno, magistral, para regir el mundo". 1 ¡El ataque de Satanás a la iglesia de Dios en la tierra nuevamente tuvo éxito!

Después de la historia de la torre de Babel, Génesis 11 enfoca su atención en Sem y sus descendientes, y enumera las diez generaciones hasta Abraham. De nuevo, el propósito de la Biblia es destacar una línea de personas que era más fiel a Dios que los descendientes de Cam y Jafet. Al parecer, si Dios tuvo una "iglesia" entre el tiempo del diluvio y Abraham, habrían sido los semitas. Ellos fueron el remanente en sus días. Pero incluso ellos no fueron totalmente fieles a Dios, porque en su discurso final ante los israelitas en Canaán, Josué dijo: "Hace mucho tiempo, sus antepasados, Téraj y sus hijos Abraham y Najor, vivían al otro lado del río Éufrates, y adoraban a otros dioses" a os. 24: 2, la cursiva es nuestra). Esto explica la razón por la que Dios le dijo a Abraham: "Deja tu tierra, tus parientes y [incluso] la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré" (Gén. 12: 1).

El relato bíblico del pueblo de Dios después del diluvio se enfoca de manera especial en Abraham y sus descendientes, el pueblo judío que constituyó la iglesia del Señor en el Antiguo Testamento. Al principio, la iglesia de Dios estuvo constituida por Abraham y su familia.

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El hijo de Abraham, Isaac, tuvo dos hijos, Jacob y Esaú. Y Jacob tuvo doce hijos, que fueron los antepasados de las doce tribus de Israel.

¡La larga espera! Dios tuvo mucho más paciencia que yo. Más de quinientos años pasaron desde el diluvio hasta el tiempo de Abraham. Si yo hubiera sido Dios, habría buscado una manera de hacer que la iglesia se desarrollara mucho más rápido. ¿Y por qué esperó más de quinientos años después del diluvio para apenas iniciarla? Hubo varias generaciones de descendientes de Abraham hasta el Éxodo. ¿Por qué esperar tantas generaciones para sacar a los israelitas de Egipto y hacer de ellos una nación? Porque Dios es muy paciente. Según nuestra percepción del tiempo, él se mueve de forma muy lenta. He aquí una cronología sencilla de la iglesia de Dios desde la creación hasta la llegada del Mesías:

• Años desde Adán hasta el tiempo del diluvio • Años desde el diluvio hasta el tiempo de Abraham • Años desde Abraham hasta el Éxodo • Años desde el Sinaí hasta el tiempo de Cristo

• Total:

La iglesia israelita

1,6502

5003

4304

1.500 4,080

La iglesia que Dios formó de los descendientes de Abraham es diferente a la que conocemos en la actualidad. El pueblo de Dios en ese tiempo era una nación, es decir, una entidad política. Hoy día mantenemos a la Iglesia y al Estado como instituciones separadas. Tiempo atrás, Dios unió al gobierno y a la religión en una teocracia que resultaría muy incómoda para nosotros hoy.

Los descendientes de Abraham conformaban una iglesia muy grande para cuando se fueron de Egipto. Algunas personas creen que más de un millón de personas cruzaron el Mar Rojo hacia el desierto del Sinaí. Desafortunadamente, la apostasía fue la norma que rigió a este pueblo casi desde del primer día. Mucha gente le reclamó a Moisés por la escasez de comida yagua, yen lugar de cumplir la promesa de hacer todo lo que el Señor les dijera y ser obedientes (Éxo. 24: 7),

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se inclinaron ante un becerro de oro pocos días después de que Dios les había dado los Diez Mandamientos en el monte SinaÍ.

Este ciclo de fidelidad seguido por la apostasía fue el modelo que

siguió el pueblo judío durante los siguientes mil quinientos años. La

Biblia dice: "Durante toda la vida de Josué, el pueblo de Israel había

servido al Señor. Así sucedió también durante el tiempo en que estu

vieron al frente de Israel los jefes que habían compartido el liderazgo

con J osué" a os. 24: 31). Pero luego vino el triste periodo de los jue

ces, cuando con mayor frecuencia la gente sirvió a los falsos dioses.

Dios les permitió a los madianitas, a los moabitas ya los amorreos que

conquistaran a Israel, y el pueblo lloró pidiéndole ayuda. Después

Dios levantó a los jueces, entre ellos, Débora, Jefté y Gedeón, para

librarlos de sus enemigos y durante los siguientes veinticinco a cin

cuenta años los israelitas servirían de nuevo al Señor. Pero entonces se

revirtieron a sus dioses falsos. La iglesia de Dios del Antiguo T esta

mento estuvo plagada de apostasía. Hubo una pugna entre Dios y

Satanás por el control de la iglesia, y Satanás casi siempre se salía con

la suya. Pero Dios continuamente suscitaba líderes que llamaban al

pueblo a renovar su lealtad hacia él. Dios siempre tuvo un fiel rema

nente que se mantuvo leal a él y a sus leyes.

Uno de los más exitosos en provocar un despertar religioso fue

Samuel. Además de traer al pueblo de vuelta a Dios, Samuel tuvo a su

cargo establecer la línea real que llevó a Israel a sus momentos más glo

riosos como nación. Bajo el gobierno de David y durante los primeros

años del reino de Salomón, Israel empezó a experimentar las verdaderas

intenciones de Dios hacia su pueblo. Este fue el único periodo en la

historia de Israel cuando el remanente probablemente era mayoría. Por

desgracia, cada vez que Dios intentaba dirigir a su pueblo en la direc

ción correcta, Satanás estaba ahí .Rara deshacer el plan. Dios trataba con

seres humanos falibles que eran vul'~rables a las tentaciones de Satanás.

David sucumbió al adulterio. Su hijo Salomón estaba tan fascinado con

las mujeres que tuvo cientos de esposas, muchas de ellas extranjeras que no tenían interés alguno en el Dios de Israel. Para satisfacer los deseos religiosos de estas mujeres paganas, Salomón erigió ídolos a sus dioses

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alrededor de Jerusalén, y esta conducta dio la nota inicial que continuaron la mayoría de los reyes de Israel y Judá durante los próximos siglos. Hubo unos pocos reyes buenos en el reino de Judá, en particular Asa, Ezequías y Josías. Dios envió a sus profetas a advertirle al pueblo: Elías y Eliseo en el reino del norte, Isaías y Jeremías en el sur, entre otros. Pero ninguno de estos tuvo la fuerza necesaria para detener la apostasía. La gente no solo continuaba adorando a dioses falsos, sino que también oprimían a los pobrBs y se rehusaban a mostrarles justicia. Pero incluso ahí, en medio de la más profunda apostasía, Dios aún tenía un remanente. Cuando Elías le dijo a Dios que la nación entera había apostatado y que "yo soy el único que ha quedado" (1 Rey. 19: 14), Dios le dijo: No, Elías. Aún tengo "siete mil israelitas que rÍo se han arrodillado ante Baal ni lo han besado" (vers. 18). Este es el remanente. Enfrentaron el desafío de Satanás. Mantuvieron su lealtad hacia Dios.

Desafortunadamente, este remanente no fue capaz de detener la marea de apostasía y Dios tuvo que permitir que los asirios destruyeran el reino del norte: Israel. La apostasía no estaba tan extendida en el reino de J udá en ese tiempo, pero poco a poco se incrementó hasta que Dios permitió que los babilonios destruyeran a Jerusalén y su templo y exiliaran a la mayoría del pueblo a Babilonia. Pero incluso en Babilonia, Dios tenía un remanente, pues difícilmente se podrían encontrar a personas tan fieles como Daniel, Sadrac, Mesac y Abed

nego. La cautividad babilónica sanó a todo el pueblo judío de su adicción

a los ídolos. Así que ahora Satanás tuvo que utilizar otra estrategia para mantener a la gente de su lado. "Si no les puedes ganar, únete a ellos", dicen, y es justo lo que Satanás hizo. Él convirtió a las personas en judíos devotos, tan escrupulosos hacia la ley que crearon una gran cantidad de reglas y normas además de la ley en sí misma. Nadie pudo

guardar todas las reglas y las normas y menos cumplirlas. Durante el tiempo de Cristo, la iglesia de Dios se convirtió en un

pueblo muy apegado a las tradiciones religiosas y a la interpretación tradicional de las profecías, por tal razón, ¡el pueblo de Dios no pudo reconocer al Mesías cuando llegó a la tierra! "Vino a laque era suyo,

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pero los suyos no lo recibieron" Ouan 1: 11). ¡La iglesia de Dios establecida (la iglesia que se suponía debía presentarlo ante el mundo y que debía ser la primera en reconocer a su Hijo y reconocerlo como un rey) en realidad fue la que lo mató!

Dios quería que los israelitas fueran la luz del mundo durante el periodo del Antiguo Testamento. Él quería que ellos llevaran la verdad de su amor a la gente en todo lugar. Desafortunadamente, después del cautiverio de Babilonia, los judíos adoptaron la idea de separarse totalmente del resto del mundo. Los gentiles eran inmundos. Incluso era pecado sentarse a comer con uno de ellos. Los judíos se apropiaron del amor de Dios como algo suyo, como si fuesen los únicos por los cuales Dios se preocupaba. Se encerraron a sí mismos en su propio gueto y rehusaron todo contacto externo. El caso es que Satanás tuvo mucho éxito en su propósito de arruinar la misión de la iglesia de Dios durante el periodo israelita.

Esta es la triste historia de la iglesia de Dios en un mundo quebrantado antes de la llegada de Cristo. En los siguientes capítulos quiero ubicar a la iglesia de Dios dentro de la historia cristiana.

1. Comentario bíblico adventista (Mountain View: Pacific Press Publishing Association, 1978), t. 1, p. 297.

2. Basado en los tiempos de los patriarcas antediluvianos enumerados también en el libro de Hebreos. Ver el Comentario bíblico adventista, t. 1, p. 195.

3. Cifra basada en la suma de los tiempos de los patriarcas postdiluvianos en el momento en que nace su primer hijo (ver Gén. 11: 10-27).

4. Ver Éxodo 12: 40, 41; Gálatas 3: 17; Hechos 7: 6.

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CAPiTULO 8:

La iglesia de ios en d Nuevo Testamento

La iglesia de Dios durante los últimos 1,500 años de la era del Antiguo Testamento era una Nación Estado que la Biblia llama Is

rael. Cualquier no judío que quería unirse a la iglesia de Dios durante este periodo tenía que convertirse al judaísmo y convertirse en un ciudadano israelita. l Dios organizó la iglesia del Nuevo Testamento de una forma muy distinta. En lugar de ser una nación con ciudadanos,

Dios ordenó a la iglesia del Nuevo Testamento, "vayan y hagan discípulos de todas las naciones" (Mat. 28: 19, la cursiva es nuestra).

Los ciudadanos del pueblo de Dios en el N uevo Testamento eran discípulos, seguidores de Jesús, antes que ciudadanos de un reino terrenal en particular. Con frecuencia Jesús se refirió al movimiento que estaba estableciendo en términos de "el reino de los cielos" o "el reino de Dios" (Mat. 4: 17; 13: 24; Mar. 1: 15; 4: 26). Sin embargo, esto no significaba que él quería que sus discípulos establecieran un reino terrenal. Los judíos que lo trajeron ante Pilato lo acusaron de proclamarse rey (Luc. 23: 2), pero cuando Pilato le preguntó a Jesús, "¿eres tú el rey de los judíos?" Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo ... si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo" Quan 18: 33, 36). Así que la intención de Jesús nunca fue que su iglesia fuera parte de un reino terrenal.

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La enseñanza más importante de Jesús fue el amor que su pueblo debía manifestar los unos por los otros. Los dos grandes mandatos de la leyeran: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" y "ama a tu prójimo como a ti mismo" (Mat. 22: 37, 39). Poco antes de su muerte, les dijo a sus discípulos: "Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros" (Juan 13: 34, 35). El amor hacia los seres creados, el amor a Dios y el amor hacia los demás, es el principio sobre el cual la iglesia de Dios en el cielo fue fundada, este es el principio que Dios quería que fuera la base de la sociedad humana (la iglesia) que estableció sobre la tierra cuando la creó, y este es el principio fundamental que Jesús desea que guíe a los miembros de su iglesia cristiana en todas sus relaciones con los demás.

El inicio de la iglesia cristiana Jesús inició la organización de la iglesia cristiana seleccionando a doce discípulos, los cuales ordenó para que fueran líderes de la iglesia (Mar. 3: 14). En una ocasión les encomendó a setenta discípulos ir delante de él llevando las buenas nuevas del reino (Luc. 10: 1). Un grupo de mujeres también lo seguían, algunas tenían recursos suficientes para apoyarlo (Luc. 8: 1-3). Él preparó a esas personas con mucho cuidado,

en especial a los doce discípulos. Antes de su asc~nsión, los envió a predicar el evangelio a todo el mundo (Mat. 28:;19, 20). El Pentecostés fue el escenario inicial de la proclamación global del evangelio. El poder del Espíritu Santo descendió sobre 120 personas que se habían reunido en un solo lugar, quizá el aposento alto donde Jesús y sus discípulos tuvieron la última cena (Hecll 1: 13-15; 2: 1-4). Pocas horas después, Pedro predicó un sermón tan poderoso que de inmediato obtuvo tres mil nuevos conversos a la ,iglesia (Hech. 2: 41). Con esto inició el cumplimiento del mandato de. Jesús a sus discípulos, "serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra" (Hech. 1: 8).

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La iglesia de Dios en el Nuevo Testamento

¡Y verdaderamente llegaron hasta los confines de la tierra! En pocas décadas la iglesia cristiana se esparció a través de todo el Imperio Romano y en menos de cuatrocientos años el mismo imperio, inicialmente hostil hacia la nueva religión, se convirtió oficialmente al cristianismo.2 En 2007 el cristianismo contaba con 2,100 millones de feligreses a nivel mundial, lo que se acerca a un tercio de la población global. El cristianismo se ha convertido en la religión más grande del mundo, y no existe un solo país donde no se encuentre representada.

Hoy día, la iglesia de Dios es más que un simple grupo étnico o una sociedad homogénea, es la combinación de muchas nacionalidades que están divididas en una estela múltiple de sectas y denominaciones. El ideal de Dios para su iglesia como una sociedad de personas que se aman los unos a los otros y viven en armonía con sus leyes de amor, aún es cumplido por muchos grupos cristianos y ciertamente por muchos cristianos de manera individual. Sin embargo, este ideal también se ha visto severamente periudicado. Algunos grupos dentro

de la iglesia se oponen amargamente a otros grupos. En el pasado, algunos grupos cristianos persiguieron e incluso mataron a aquellos que no estaban de acuerdo con sus ideas; esto cumplió las predicciones de Jesús cuando dijo: "Viene el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios" Quan 16: 2). Este escenario se repetirá durante los días finales de la historia de la tierra.

Israel y la iglesia cristiana

Algunos cristianos en la actualidad insisten en que el pueblo de Dios del Antiguo Testamento y la iglesia en el Nuevo Testamento eran dos entidades muy diferentes con dos maneras distintas de obtener la salvación. Israel, dicen ellos, obtenía la salvación por la obediencia a la ley, mientras que los cristianos se salvan solo por la gracia, por medio de la fe. Es cierto que existen diferencias marcadas entre Israel y la iglesia. U na de las diferencias más obvias es que Israel era una nación mientras que los cristianos son una sociedad no política de creyentes. Sin embargo, los adventistas y muchos otros cristianos entienden que la iglesia cristiana es la continuación de Israel, con una misión similar.

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Nosotros creemos que tanto Israel como los cristianos se salvan de la misma manera. Muchos libros se han escrito acerca del tema, así que nos limitaremos a los puntos más importantes. Veamos la continuidad entre Israel y la iglesia destacando las similitudes entre sus misiones.

La misión de Israel. La misión de la nación israelita puede resumirse en las palabras que Dios le dijo a Abraham cuando lo llamó a salir de Urde los Caldeos:

Haré de ti una nación grande ... ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra! (Gén. 12: 2, 3).

I

El plan de Dios para Israel era que llevara su mensaje del amor de Dios y sus leyes de amor a todas las naciones del mundo. Moisés dijo que si Israel obedecía las leyes de Dios, las naciones que lo rodeaban dirían: "En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente. ¿Qué otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca de ella como lo está de nosotros el Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga normas y preceptos tan justos, como toda esta ley que hoy les expongo?" (Deut. 4: 6-8).

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová (Isa. 2: 2-3, RVR 1960).

Desafortunadamente, como lo señalé en el capítulo anterior, los judíos no llevaron las buenas nuevas del amor de Dios a los gentiles. Al contrario, en el tiempo de Jesús los judíos se habían ensimismado

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y se habían tornado tan exclusivistas y orgullosos de su religión que detestaban a los gentiles. Un ejemplo de esto es lo que sucedió la vez que Pablo fue rescatado de la furia de una turba judía por los soldados romanos en Jerusalén. Pablo pidió permiso para hablar a la multitud que había intentado matarlo a pedradas, y el centurión que lo había arrestado accedió a su petición. La gente escuchó en silencio hasta que Pablo dijo que Dios lo había enviado "lejos a los gentiles" (Hech. 22: 21). Ante esto, la multitud de judíos gritó: "¡Bórralo de la tierra! ¡Ese tipo no merece vivir!" (vers. 22). ¡Todo esto porque Pablo se había

atrevido a sugerir que Dios amaba a los gentiles y deseaba salvarlos! Esto impidió que Dios utilizara a la nación judía para llevar el mensaje de su amor a todo el mundo. Así que Dios diseñó otro plan: La iglesia cristiana. De esta manera, durante el primer siglo, la iglesia cristiana fue el remanente de Dios. Sabemos que Satanás atacó a este remanente con persecución. Esteban y Jacobo fueron martirizados en la historia temprana de la iglesia cristiana (Hech. 7: 54-60; 12: 1,2)

La misión de la iglesia cristiana. La misión primaria de la iglesia de Dios es predicar el evangelio del reino "en todo el mundo como testimonio a todas las naciones" (Mat. 24: 14). Jesús mandó a sus discípulos: "Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos ... enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes" (Mat. 28: 19,20).

Lo anterior no quiere decir que los discípulos fueran meramente a proclamar una serie de doctrinas. Su misión era enseñar un estilo de vida de amante obediencia a Dios y de servicio al prójimo y a toda la humanidad. Dios estableció su iglesia en el cielo como una sociedad gobernada por sus leyes de amor. Este fue su propósito para la iglesia en el Edén; era su propósito para la nación israelita, su iglesia durante los últimos 1,500 años del periodo del Antiguo Testamento; y fue su propósito para la iglesia en el Nuevo Testamento.

Satanás también atacó la misión de la iglesia primitiva. Procuró que los judíos conservadores intentaran persuadir a los gentiles convertidos por Pablo acerca de la necesidad de adoptar los ritos hebreos, en especial el rito de la circuncisión. Satanás estaba procurando que

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la iglesia primitiva continuara con el mismo exclusivismo que infectó a la iglesia judía después de su cautiverio en Babilonia. Algunos cristianos sucumbieron a este engaño (Gál. 3: 1-5), pero por fortuna, el remanente durante la era del N uevo Testamento tuvo éxito en continuar la misión de Dios para su pueblo.

Israel y la iglesia en el Nuevo Testamento. Existe evidencia suficiente que tanto Jesús como sus apóstoles consideraron que la iglesia debía continuar la misión de Israel. Por esa razón Jesús les contó a los líderes judíos una parábola acerca de un hombre muy rico que hizo un largo viaje y dejó su propiedad al cuidado de sus labradores. Desafortunadamente, cuando el propietario envió a algunos de sus siervos a recoger sus ganancias, estos los apedrearon y los mataron. Hizo lo mismo dos o tres veces más, pero siempre obtuvo el mismo resultado. Por último, el propietario envió a su hijo, suponiendo que los labradores 10 tratarían con el debido respeto. Sin embargo, los labradores también mataron al hijo, con la intención de adueñarse de la tierra. Al concluir esta parábola Jesús hizo una pregunta a los líderes judíos: ¿Qué hará el dueño de la tierra a los arrendatarios cuando regresara? Los líderes judíos contestaron: "Hará que esos malvados tengan un fin miserable ... y arrendará el viñedo a otros labradores" (Mat. 21: 33-41). Jesús contestó: "Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino" (vers. 43).3

Jesús quería decir que le estaba quitando a Israel la misión de llevar su mensaje de amor al mundo y dándosela a la iglesia cristiana. Pocos días después, al dejar por última vez el templo, Jesús dijo: "Pues bien, la casa de ustedes va a quedar abandonada" (Mat. 23: 38). De nuevo Jesús quiso decir que él estaba abandonando a la nación judía.

Israel y la iglesia no son lo mismo, pero ambos tienen la misma misión. En algunos casos el Nuevo Testamento incluso se refiere a la iglesia como "Israel". Pablo trabajó con los cristianos en Galacia, animándolos a abandonar la idea de la circuncisión como un rito que permitía a los gentiles entrar a la iglesia cristiana. "Para nada cuenta, les dijo, estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de

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una nueva creación". Después escribió: "Paz y misericordia descien

dan sobre todos los que siguen esta norma, y sobre el Israel de Dios" (Gál. 6: 15, 16). Con toda claridad Pablo asoció a la iglesia de Galacia

con la de Israel, y por su extensión, esta relación sería aplicada a la

iglesia cristiana como un todo. Por eso escribió en Gálatas 3: 29: "Si

ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y here-d I 1 " eros segun a promesa .

En el capítulo dos y tres de Efesios, Pablo argumentó efusivamen

te que las barreras que había separado a los judíos de los gentiles se

habían roto ahora y que por ende ambos se habían hecho uno. "Por

lo tanto, recuerden ustedes los gentiles de nacimiento... recuerden

que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de

la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa" (Efe. 2: 11,

12). Notemos cómo Pablo citó de forma específica que los gentiles

estaban formalmente "excluidos de la ciudadanía4 de Israel". Ellos no

eran israelitas. "Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes esta

ban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo" (vers.

13). Siguiendo la misma línea de razonamiento en el capítulo 3, Pa

blo escribió: "Los gentiles son, junto con Israel, beneficiarios de la

misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igual

mente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio" (Efe. 3:

6).5 Por lo tanto, la iglesia cristiana es la continuación de la nación

israelita. Ambas comparten la misma misión. La iglesia cristiana es el "Israel de Dios" en el Nuevo Testamento.

1. Esto habría sido el caso antes del cautiverio babilónico. Pero después del cautiverio, cuando a los judíos se les permitió regresar a su tierra de origen, muchos de ellos permanecieron en las tierras adonde fueron llevados, y por lo tanto serían ciudadanos de esos reinos en lugar de ser ciudadanos de Israel. De esa forma, cualquier gentil en esas tierras que decidiera convertirse al judaísmo, seguiría siendo un ciudadano de ese reino y no un ciudadano de Israel.

2. El emperador Constantino se convirtió al cristianismo en la segunda década del siglo IV, y a finales de ese siglo, el cristianismo reemplazó el paganismo como la religión oficial del imperio.

3. La palabra griega ethnei, significa "nación" (algunas veces es traducida como "gentiles"), yal menos una versión del Nuevo Testamento (LBLA) la

73


traduce "nación". Sin embargo, Jesús no se refería a una nación en el mismo sentido en el que los judíos formaban una nación, porque él no estableció una nación para suceder a Israel. Por eso, la traducción "pueblo" quizá es la más apropiada.

4. La palabra griega politeia significa" ciudadanía". Otras versiones traducen politeia como "alianza o pacto".

5. La NVI utiliza la palabra Israel. Esta no se encuentra en el texto griego. A pesar de ello, una evaluación cuidadosa del versículo 6 en el contexto en el que Pablo lo utilizó en el capítulo 2 permite ver con claridad que a eso se refería.

74

,Daniel fredice el ata ue de Satanas contra la i, esia

Parte l Daniel vivió durante uno de los periodos más oscuros en la his

toria de la iglesia del Antiguo Testamento. El problema no era simplemente el cautiverio en Babilonia, sino la apostasía de la iglesia

judía, fue lo que provocó la cautividad en Babilonia. Satanás había sido muy exitoso en su ataque a la iglesia del Antiguo Testamento. Durante varios siglos, Dios había enviado un profeta tras otro en un intento por contener la marea del mal que estaba infiltrando su iglesia. Los esfuerzos de estos parecieron ayudar momentáneamente, pero pronto el pueblo volvía a caer en sus antiguas andanzas y la apostasía se profundizaba.

Sin embargo, la vida de Daniel demostró la veracidad del proverbio que dice, "entre más oscura sea la noche, más brilla la luz de una pequeña lumbrera". Pocos personajes de la historia del Antiguo T estamento fueron más leales a Dios y a los principios de su Palabra

como Daniel. Sin embargo, vivió durante un periodo sumamente os

curo de la historia del Antiguo Testamento. Quizás esta sea la razón

por la que Dios lo escogió para predecir una apostasía similar que ocurriría cerca de dos mil años después y la lealtad de su remanente en medio de ella.

La mayoría de las profecías de Daniel fue simbólica, (aunque la profecía en el capítulo 11 es mayormente literal). En la imagen de

7')


Daniel 2 los metales representaban cuatro grandes reinos que dominaron el mundo antiguo. Iniciaron en Medio Oriente (Babilonia y Medo Persia) y de forma gradual abarcaron toda Europa y el norte de África (Grecia y Roma). Estos mismos reinos fueron representados en Daniel 7 como un león, un oso, un leopardo y la bestia "espantosa" y terrible que yo llamo dragón. Daniel 8 introduce dos bestias más, un carnero que representaba a Medo Persia y un macho cabrío que representaba a Grecia.

En la visión del capítulo 8, Roma es representada por el "cuerno pequeño". El ascenso del Imperio Babilónico cerca del año 600 a.c., marcó el inicio del periodo durante el cual todas estas naciones proféticas gobernaron. El derrocamiento del emperador Rómulo Augusto por el general bárbaro Odoacro en el año 476 d.C., en general se considera como la fecha en la que el poder del Imperio Romano Occidentalllegó a su final. l Por eso, los cuatro reinos simbólicos representados en el capítulo 2 y 7 de Daniel, Babilonia, Medo Persia, Grecia y Roma, tuvieron una historia combinada de más de dos mil años.

La tribu de los hérulos, que conquistó el Imperio Romano Occidental, fue una de diez tribus bárbaras que gradualmente arrasó con el Imperio, a partir de la mitad del siglo III hasta el siglo V. Estas tribus bárbaras están representadas por los diez dedos de los pies de la gran imagen de Daniel 2 y por los diez cuernos sobre la cabeza del dragón en el capítulo 7. Estas tribus no aparecen en el capítulo 8.

Tanto en el capítulo 7 como en el 8, Daniel presenta a un "cuerno pequeño" que ataca a Dios y a su pueblo. La mayoría de los eruditos de Daniel comprenden que, en estos dos capítulos, los cuernos representan el mismo poder. Los eruditos liberales opinan que representan a Antioco Epífanes IV, el gobernante de una de las divisiones del Imperio Griego desde 175 a 164 a.c. Sin embargo, los intérpretes

históricos, incluyendo a los adventistas del séptimo día, decifran que estos cuernos pequeños representan al papado durante la Edad Media. La cronología histórica de ambos cuernos se hace evidente de forma especial en el capítulo 7, que dice que el cuerno pequeño surge después de los otros diez cuernos (vers. 24). La tabla que se muestra

76

Daniel predice el ataque de Satanás contra la iglesia Parte 1

a continuación presenta la localización histórica de este cuerno en relación con los otros símbolos en Daniel 7.

Símbolo Cumlllimiento Periodo León Babilonia 605-539 a.C

Oso Medo Persia 539-331 a.C.

Leopardo Grecia 331-168 a.C.

Dragón Roma 168 a.e. - 476 d.e.

Diez cuernos Tribus bárbaras 250-550 d.C.

Cuerno pequeño Papado 5382-1798 d.e.

Note que el cuerno pequeño de Daniel 7 concuerda cronológicamente con la iglesia de la Edad Media. Los eruditos liberales alegan

que Daniel fue escrito a mediados del segundo siglo a.C., y que el autor solo estaba registrando los hechos de la historia. Es muy cierto que cualquiera que escribiera en el siglo 11 a.e., habría tenido el completo conocimiento de los imperios babilónico, medo persa y griego.

También es cierto que cualquier persona podría con toda facilidad haber predicho que el próximo imperio que regiría esa parte del mundo sería Roma. Pero incluso un escritor del siglo II a.C., no habría tenido manera de saber que quinientos años después Roma se fragmentaría en muchas naciones pequeñas en lugar de ser conquistada y reemplazada por otro imperio mundial. Y habría sido imposible que un escritor no inspirado en el siglo II a.e., supiera cientos de años

antes que un poder tanto político como religioso dominaría esas naciones durante la mayor parte del milenio. El hecho que Daniel haya predicho el desarrollo de estos acontecimientos, (no en el siglo II a.e. sino en el siglo VI a.e.), es una fuerte evidencia que sustenta la inspiración sobrenatural de la Biblia por Dios.

77


Ahora que hemos visto la sucesión cronológica de esos dos cuernos en relación con los grandes imperios de la Antigüedad, necesitamos evaluar sus características. Iniciaré con un corto vistazo a los dos cuernos. Luego examinaremos sus detalles.

El cuerno pequeño de Daniel 7

Señalé en los capítulos previos que una de las grandes diferencias entre la iglesia del Antiguo Testamento era una entidad política, una nación, mientras que la iglesia en el Nuevo Testamento era una sociedad de creyentes no política. Sin embargo, la descripción que hace Daniel del cuerno pequeño en el capítulo 7 hace muy evidente que ese cuerno sería una potencia religiosa y política a la vez.

La naturaleza religiosa del cuerno pequeño. El cuerno pequeño en Daniel 7 surgió entre los otros diez cuernos y desplazó a tres de ellos. La naturaleza religiosa de este cuerno pequeño se hace obvia en la descripción que el ángel dio a Daniel en el versículo 25:

• Hablará contra el Altísimo. • Oprimirá a sus santos (al remanente). • Tratará de cambiar los tiempos y las leyes de Dios.

La naturaleza política del cuerno pequeño. Sin embargo, el cuerno pequeño no es solo una organización religiosa. También es una entidad política. Esto se hace evidente cuando lo comparamos con otros poderes políticos en la visión de Daniel, el ángel le dijo que las cuatro bestias representaban "cuatro reyes que se levantarían de la tierra" (Dan. 7: 17, RVR 1960, la cursiva es nuestra) y que los diez cuernos serían "diez reyes" que saldrían del reino [del dragón] (vers. 24, la cursiva es nuestra). De este modo, tanto las cuatro bes

tias como los diez cuernos representan poderes que fueron estrictamente políticos. Entonces, hablando del cuerno pequeño, el ángel le dijo a Daniel que "otro rey les sucederá, distinto ~ los anteriores" (vers. 24, la cursiva es nuestra), es decir, el cuerno pequeño. Así que el ángel identificó al cuerno pequeño en Daniel 7 como un "rey",

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una entidad política, tal como lo hizo con las cuatro bestias y los diez cuernos. Entonces el cuerno pequeño representa un poder político que también es muy religioso. Es por eso que el ángel le dijo a Daniel que el cuerno pequeño sería "diferente de los primeros" (vers. 24, RVR 1960). La naturaleza política del cuerno pequeño en el capítulo 7 es un detalle importante que retomaremos en el siguiente capítulo.

El cuerno pequeño de Daniel 8

El cuerno pequeño en Daniel 8: 9-14 representa a Roma en ambas fases, como un imperio y como una iglesia político-religiosa, el papado. El punto que aquí nos interesa es la fase del papado. He aquí la manera en que Daniel 8 describe al cuerno pequeño: "Creció hasta alcanzar al ejército de los cielos, derribó algunas estrellas y las pisoteó, y aun llegó a sentirse más importante que el jefe del ejército de los cielos. Por causa de él se eliminó el sacrificio diario y se profanó el santuario. Por la rebeldía de nuestro pueblo, su ejército echó por tierra la verdad y quitó el sacrificio diario. En fin, ese cuerno hizo y deshizo" (vers. 10-12). Note los actos rebeldes del cuerno pequeño en Daniel 8:

• Atacará al pueblo de Dios y al ejército de los cielos (el remanente).

• Atacará a Dios al intentar alcanzar la posición del jefe del ejército de los cielos.

• Por él fue quitado el sacrificio diario, y se profanó el santuario. • Atacará la verdad de Dios y la echará por tierra.

Una comparación del cuerno pequeño en Daniel 7 con el cuerno pequeño de Daniel 8 muestra dos parecidos y tres diferencias:

Ahora que hemos completado nuestro vistazo panorámico de los dos cuernos pequeños de Daniel y los hemos localizado en su contexto histórico, es hora de darles una mirada más detallada.

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!El cuerno pequelo de Daniel 7 El cuerno pequeño en Daniel 8

!Ataca a Dios: "Hablará en contra Ataca a Dios: "Aun llegó a sen-~el Altísimo" . tirse más importante que el jefe del

ejército de los cielos".

!Ataca al pueblo de Dios: "Opri- Ataca el pueblo de Dios: "Creció ¡mirá a sus santos ... y los santos hasta alcanzar al ejército de los ~uedarán bajo su poder". cielos, derribó algunas estrellas y

las pisoteó" .

!Ataca la ley de Dios: "Tratará de No mencionado. ~ambiar las festividades y también as leyes".

¡No mencionado. Ataca el santuario de Dios: "Por causa de él se eliminó el sacrificio diario y se profanó el santuario".

¡No mencionado. Ataca la verdad de Dios: "Echó por tierra la verdad" .

1. El Imperio Oriental continuó cerca de otros mil años, hasta 1453 d.C., cuando fue derrocado por los turcos otomanos.

2. Para una explicación más detallada en cuanto al año 538 a.c., como la fecha inicial del periodo papal representado por el cuerno pequeño citado en Daniel 7, vea mi libro ¿Será que podría pasar?, pp. 44-45.

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CAPÍTULO !O

Danid rredice d at~ uc de Satanas contra la 1

Parte 11 EstOy seguro que mientras usted leía el cuadro al final del capítulo

previo, notó que la palabra ataca se repitió varias veces. Ambos cuernos atacan a Dios y a su pueblo. Incluso ambos agreden aspectos importantes de la religión de Dios, sus leyes, su santuario y su verdad. Las profecías de Daniel 7 y 8 llevan este ataque hasta la Era Cristiana. Evaluemos más de cerca las características de los cuernos pequeños de

Daniel y veamos cómo se aplican a la iglesia cristiana durante la Edad Media.

El ataque contra Dios

Daniel 7: 25 dice que el cuerno pequeño "hablará palabras contra el Altísimo" y Daniel 8: 11 dice que "aun se engrandeció frente al príncipe de los ejércitos". La RVR 1960, la RVR 1995 Y la RVA, resaltan la palabra príncipe (La NVI lo llama "el jefe del ejército de los cielos"),

sugiriendo que los traductores consideran al príncipe o jefe como un ser divino. Muchos intérpretes entienden que se trata de Cristo. Creo que la mayoría de los adventistas concuerda con este punto de vista.

Así que, ¿cómo es que el papado "habla contra el Altísimo"? ¿Cómo es que llega a "engrandecerse" contra el jefe del ejército de los cielos, es decir Cristo? Una de las formas más obvias está en el título del papa, Vicario de Cristo. La palabra vicario proviene de la misma raíz latina

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que el prefijo vice, como en "vicepresidente". Significa "en lugar de". En su glosario, bajo el listado "Vicario de Cristo", el Catecismo de la Iglesia Católica, dice que "vicario significa uno que sustituye o actúa

por otro".1 De tal forma, el término Vicario de Cristo quiere decir

alguien que sustituye a Cristo o actúa por él. Sin embargo, este no puede ser el papel de algún ser humano. Jesús claramente declaró

que él enviaría al Espíritu Santo para representarlo en su ausencia.

Antes de dejar esta tierra, le dijo a sus discípulos: "Yo le pediré al Pa

dre, y él les dará a otro Consolador para que los acompañe, el Espíritu

de verdad", y añadió: "El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará re

cordar todo lo que les he dicho" Ouan 14: 16, 17, 26, la cursiva es

nuestra). Por lo tanto, al afirmar que es el Vicario de Cristo, el Papa

asume el papel que Jesús asignó al Espíritu Santo, quien es uno de los

miembros de la Trinidad. Es por eso que la afirmación del Papa de que

él es el Vicario de Cristo es hablar contra el Altísimo.

Daniel 8: 11 adquiere un significado especial cuando lo compara

mos con la manera en que Isaías se refiere a la ambición de Lucifer en

el cielo. Isaías cita a Lucifer cuando dice: "Me haré semejante al Altísi

mo" (Isa. 14: 14, LBLA). En un capítulo previo, señalé que Lucifer

realmente aspiraba tomar el lugar de Cristo en el cielo. De forma simi

lar, Daniel dijo que el cuerno pequeño "aun llegó a sentirse más impor

tante que el jefe del ejército de los cielos" (Dan. 8: 11), que es Cristo.

El Comentario bíblico adventista da la siguiente explicación de la

declaración en Daniel 7: 25, que el cuerno pequeño "hablará palabras

contra el Altísimo" (RVR 1960):

La literatura eclesiástica abunda en ejemplos de las pretensio

nes arrogantes y blasfemas del papado. Ejemplos típicos son

los siguientes extractos tomados de una gran obra enciclopé

dica escrita por un teólogo católico del siglo XVIII: "El papa

es de una dignidad tan grande y es tan excelso, que no ~ un mero hombre, sino como si fuera Dios y el vicario de Dios ...

82


El Papa está coronado con una triple corona, como rey del cielo y de la tierra y de las regiones inferiores ... El Papa es como si fuera Dios sobre la tierra, único soberano de los fieles de Cristo, jefe de los reyes, tiene plenitud de poder, a él le ha sido encomendada por Dios omnipotente la dirección no solo del reino terrenal sino también del reino celestial ... El Papa tiene tan grande autoridad y poder que puede modificar, explicar e interpretar aun las leyes divinas ... El Papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es de hombre sino de Dios, y actúa como vicerregente de Dios sobre la tierra con el más amplio poder de atar y soltar a sus ovejas. Cualquier cosa que se diga que hace el Señor Dios mismo, yel Redentor, eso hace su vicario, con tal que no haga nada contrario a la fe (traducción de Lucio Ferraris, "Papa 11 ': Prompta Bibliotheca, t. VI, pp. 25-29).2

El ataque contra el pueblo de Dios

Daniel 7: 25 dice que el cuerno pequeño "oprimirá a sus santos [del Altísimo]" yel capítulo 8: 10 dice que derribaría algunas estrellas y las pisotearía. Esto sugiere la persecución del pueblo de Dios, el remanente.

Conservar la ortodoxia doctrinal es importante para la mayoría de las iglesias, pero es más importante para la Iglesia Católica. Desafortunadamente, el esfuerzo por conservar la ortodoxia doctrinal condujo a grandes persecuciones durante la Edad Media, cuando la iglesia tenía suficiente influencia política para obligar a las personas a cumplir sus doctrinas con mano de hierro. La Inquisición por parte de la Iglesia Católica durante el periodo medieval de la historia europea es bien conocida por la mayoría de las personas. Algunos calculan que murieron centenares de miles de "herejes" durante su oficio. Los cálculos más conservadores sugieren cifras entre mil a cinco mil, según las fuentes consultadas. Quizá nunca sepamos el número real. Sin embargo, es importante comprender que Daniel 7: 25 no dice que el cuerno pequeño ejecutaría a los santos. Dependiendo de la versión

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que uno elija citar, el texto dice que el cuerno pequeño "oprimirá a sus santos" (NVI), "afligirá a los santos" (LBLA), "quebrantará a los santos" (RVR 1960), "irá acabando con su pueblo" (DHH). El pun

to es que los juicios para los herejes, conducidos por la inquisición católica, ya sea que resultaran en muerte, prisión, exilio o alguna otra

pena, pueden ser incluidos bajo esta categoría más general. Así, es justo decir que la Iglesia Católica Romana de la Edad Media, en una

forma muy real, cumplió la especificación de Daniel 7: 25 acerca de

que el papado" oprimiría a los santos", el remanente de ese entonces.

El ataque a la ley de Dios

Daniel 7: 25 dice que el cuerno pequeño "tratará de cambiar las festi

vidades y también las leyes", el papado cumple con esta especificación

por la forma en que interpreta el segundo y cuarto mandamiento de

la ley mencionada en Éxodo 20. El segundo mandamiento. Cuando leo un libro o un artículo cató

lico, noto que el autor se refiere al mandamiento que hace referencia al

sábado como "el tercer mandamiento". Para mí, como adventista del

séptimo día, el cuarto mandamiento es el que habla del sábado, y el

tercer mandamiento es el que dice: "N o tomarás el nombre de Jehová,

tu Dios, en vano" (Éxo. 20: 7, RVR 1995). Para un católico el tercer

mandamiento es el mandamiento del día de reposo. Esto se hace evi

dente en la reciente publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, que

cita ambos mandamientos como el primero. Al combinar los dos pri

meros mandamientos en uno, el Catecismo se ve en la necesidad de di

vidir el mandamiento en contra de la codicia, lo que la mayoría de los

protestantes consideran el décimo mandamiento, en dos, completando

así los números nueve y diez. De esta forma siguen teniendo diez man

damientos.

La pregunta es: Dado que el segundo mandamiento prohíbe la ado

ración a imágenes, ¿cómo justifican los católicos la tan difundida ense

ñanza de la adoración a las imágenes de Jesús, María y los santos que I

colocan en lugares tan destacados en sus iglesias? Lo hacen de muchas maneras. La primera forma me llamó la atención años atrás, cuando

84

Daniel predice el ataque de Satanás contra la iglesia Parte II

escribí un artículo para Signs 01 the Times sobre el segundo mandamiento. Hic~ la declaración de que los católicos adoran imágenes. Un sacerdote que leyó mi artículo me envió una carta protestando que los católicos no adoran imágenes; más bien las veneran. Y en realidad, el Catecismo dice: "El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos".3 Sin embargo, la distinción entre adoración y veneración parece ser una mera racionalización, un juego de palabras. Las palabras veneración y adoración son sinónimos. La palabra venerar proviene del Latín Veneratus, que significa; "adorar, reverenciar".4 Los católicos se arrodillan y rezan a las imágenes de Jesús, María y los santos. ¡Esos son actos de adoración!

Otra forma en que el Catecismo parece justificar la veneración (adoración) de imágenes es haciendo una distinción entre una imagen y un ídolo. Esto es evidente en la breve nota del Catecismo en el párrafo anterior: "El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos". Por cierto que aunque todo ídolo es una imagen, no toda imagen constituye un ídolo que la gente adora. Pero cualquier imagen se convierte en un ídolo en el momento en que una persona se arrodilla ante ella y le reza, y los católicos hacen ambas cosas.

El Catecismo también justifica la práctica católica de venerar las imágenes. Dice: "El mandamiento divino incluía la prohibición de todas las representaciones de Dios hechas por la mano del hombre. Deuteronomio explica: 'Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier representación

'" 5 que sea . Si una imagen representa a una persona y no a Dios, está bien

adorarla. Sin embargo, el mandamiento, según el mismo Catecismo~ dice que no nos inclinemos o sirvamos a ninguna "imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra" (Éxo. 20: 4, RVR 1995, la cursiva es nuestra). Esto incluye imágenes de María, los santos e incluso de Jesucristo.

85


El Catecismo también justifica la adoración de imágenes al notar que "la Encarnación del Hijo de Dios inauguró una nueva 'economía' de las imágenes".6 Por ello se entiende que en Jesús, Dios fue enviado en una forma visible, y por lo tanto es apropiado hacer imágenes suyas. Es cierto que no es del todo inapropiado crear una "imagen" de

Jesús. A menudo los protestantes colocan cuadros de Jesús u otros personajes bíblicos en sus libros, revistas y otros tipos de literatura. En principio, no hay nada malo en la creación de una estatua que repre

sente un personaje bíblico, incluyendo a Jesús. Por eso los protestantes insisten en que la práctica católica de adoración (o veneración) de las imágenes es una violación abierta al segundo mandamiento.

El cuarto mandamiento. La transferencia del día de reposo del séptimo día al primer día de la semana tomó cientos de años. Las referencias más tempranas a la observación del domingo en la literatura cristiana provienen de la primera mitad del siglo II,7 y desde ese entonces la observancia del domingo se fue popularizando de forma gradual hasta que a fines del siglo VI, era prácticamente universal. La observancia del domingo fue impulsada especialmente por la iglesia en Roma y su obispo, un hecho que §~ekBacchiocchiJio.cwnenta

c?Qgran detalle en su libro.DeL.rá.bado al d.f!~j!1g!!. .. 8 Sin embargo, el . .

punto relevante aquí es que la Iglesia Católica Romana ha hecho ver con claridad que tiene la autoridad de cambiar las leyes de Dios, incluyendo la que hace referencia al sábado. Al comienzo de este capítulo, cité una declaración al efecto de parte de un autor católico del

siglo XVIII: "El papa puede modificar la ley divina, dado que su poder no es de hombre sino de Dios, y actúa como vicerregente de Dios sobre la tierra con el más amplio poder de atar y soltar a sus ovejas.9

En el Seventh-day Adventist Bible Student's Handbook (tomo 9 del Comentario bíblico adventista en inglés) se citan cerca de una docena de referencias de fuentes católicas que afirman que la Iglesia Católica tiene la autoridad de cambiar el día de reposo del séptimo día de la semana al primero. Citaré tres aquí, junto con una cuarta que proviene de otra fuente:

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El Concilio de Trento:

El arzobispo de Regio hizo un discurso ... en el cual abiertamente declaró que las tradiciones son superiores a las Escrituras. La autoridad de la iglesia por lo tanto no puede ser atada por la de las Escrituras, debido a que la iglesia cambió la circuncisión al bautismo, el sábado al domingo, no por mandato de Cristo, sino por su propia autoridad. lO

John Eck, el representante papal que se opuso ante Martín

Lutero en la Dieta de Worms:

La iglesia ha cambiado el sábado al día del Señor por su propia autoridad, asunto sobre el cual no hay nada escrito. 11

The Catholic Convert's Catechism of Catholic Doctrine (El catecis

mo de la doctrina católica para el converso, edición de 1957):

P. ¿Cuál es el día de reposo? R. El sábado es día de reposo. P. ¿Por qué observamos el día domingo en lugar del día sábado? R. Nosotros observamos el día domingo en lugar del día sábado porque la Iglesia Católica transfirió la solemnidad del sábado al domingo. 12

John O'Brien, profesor de teología en la Universidad de Notre

Dame:

El tercer [el cuarto en el pensamiento de la mayoría de los protestantes] mandamiento es: "Acuérdate de guardar el santo día sábado" ... La palabra "sábado" significa descanso, y el sábado es el séptimo día de la semana.

¿Por qué los cristianos observan el domingo en lugar del día mencionado en la Biblia?

La iglesia recibió la autoridad de hacer tal cambio de su fundador, Jesucristo. Él solemnemente le confirió a la iglesia el poder de legislar, gobernar y administrar ... el poder de las llaves. 13

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El asunto está claro: La Iglesia Católica Romana afirma tener la autoridad de cambiar la ley de Dios, y ha intentado cambiar esa ley procurando reinterpretar el segundo mandamiento para que permita la adoración de imágenes, prohibida por tal mandamiento, y reinterpretando el cuarto mandamiento de manera que la observancia del día de reposo sea transferida del séptimo al primer día de la semana.

El ataque al Santuario de Dios

Daniel 8: 11 dice que por causa del cuerno pequeño "se eliminó el sacrificio diario y se profanó el santuario". Ya hemos visto que el jefe del ejército de los cielos es Cristo. Por lo tanto necesitamos comprender qué quiere decir eliminar "el sacrificio diario" y "se profanó el

. " santuarIo. Eliminar el sacrificio diario. Las palabras "sacrificio diario" no

denotan el significado que se desea dar en el idioma original. La palabra hebrea tamid, traducida como "sacrificio diario" en este versículo, se refiere a todos los ritos diarios normales que se llevaban a cabo en el tabernáculo hebreo. Esto habría incluido el sacrificio diario, pero también habría incluido todos los otros deberes rendidos regularmente y a diario por los sacerdotes del culto del santuario en el Antiguo Testamento. Así que, al eliminar el tamid, la iglesia eliminaba los servicios diarios en el santuario.

y se profanó el santuario. Otras versiones de la Biblia dicen: "El lugar de su santuario fue echado por tierra" (RVR 1960, RVA) o "fue derribado" (LBLA). El cuerno pequeño, el papado, dominó Europa durante la Edad Media. Obviamente, en ese momento, el único santuario de Cristo estaba en el cielo, donde él aún sirve como Sumo Sacerdote y Mediador (Heb. 8: 1, 2; 9: 24). ¡La Iglesia Católica difícilmente podía "echar por tierra" el Santuario celestial de Cristo

llegándose hasta el cielo y sacándole ladrillos al templo santo de Dios! Más bien, la Iglesia Católica ha puesto en entredicho el significado del ministerio mediador de Cristo en la mente de las personas. La pregunta es, ¿cómo logró tal cosa el papado? En el contexto de este libro, no es necesario distinguir entre quitar el tamid y echar por tierra el santua-

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rio. El tema general es cómo el papado ha atentado contra el ministerio de Cristo en el Santuario celestial. Iniciaré compartiendo con

ustedes un poco de la teología católica acerca de los sacramentos.

La Iglesia Católica enseña que los creyentes reciben gracia a través de los sacramentos. Para captar todo lo que esto significa, es impor

tante entender el significado de la palabra "gracia" para los católicos.

A continuación presento varias declaraciones del Catecismo:

• La gracia santificante es un don habitual, una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. 14

• Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es

el favor, es el auxilio gratuito que Dios nos da para responder

a su llamado: llegar a ser hijos de Dios, hijos adoptivos, partícipes de la naturaleza divina, de la vida eterna. 15

• La gracia es una participación en la vida de Dios. 16

Creo que la mayoría de los protestantes, aun a los adventistas, es

tarán de acuerdo con las definiciones anteriores de gracia. Nosotros

también aceptamos con los católicos que Cristo es la fuente de gracia.

El Catecismo dice: "Es preciso conocer a Cristo como fuente de la gracia para conocer a Adán como fuente del pecado". 17 Más adelante

dice: "La comunión [ ... ] nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la gracia ... "18

La diferencia entre católicos y protestantes (e incluimos a los ad

ventistas) tiene que ver con el método por el cual sus creyentes reci

ben la gracia de Cristo. Los protestantes creen que Cristo transfiere su

gracia de forma directa al creyente a través de la relación mutua. El

creyente pide la gracia cuando ora y la recibe. Por su parte, los católi

cos enseñan que el creyente recibe la gracia de Cristo de forma indi

recta a través de la iglesia, y de forma más específica a través de los sacramentos según son administrados por un sacerdote que haya sido debidamente autorizado. El Catecismo dice: "Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu San-

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to otorga la gracia de Cristo que es la cabeza a través de la Iglesia que es su Cuerpo. La Iglesia contiene, por tanto, y comunica la gracia invisible que ella significa". 19

Analicemos las dos frases claves de esta declaración. La primera frase dice: "Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo otorga la gracia de Cristo [ ... ] a través de la Iglesia" (la cursiva es nuestra). Un instrumento es una herramienta que la persona emplea para completar una tarea. Así que, según el Catecismo, los sacramentos son los instrumentos que el Espíritu Santo utiliza para dispensar la gracia de Cristo a sus creyentes.

La siguiente frase aclara cómo es que esto sucede según los católicos: "La Iglesia contiene, por tanto, y comunica la gracia invisible que ella significa". Coloqué en letra cursiva dos palabras para resaltar su significado. La Iglesia Católica afirma tener la gracia de Cristo. Los católicos creen que Cristo no transfiere su gracia de forma directa al creyente sino a la iglesia. De manera que para obtener la gracia de Cristo, el creyente tiene que acudir a la iglesia, la cual le comunica tal gracia cuando participa en uno de los sacramentos. Este pensamiento se repite una y otra vez en el Catecismo. Un par de citas son suficientes: "Celebrados dignamente en la fe, los sacramentos confieren la gracia que significan".2o La declaración añade que los sacramentos "son eficaces porque en ellos actúa Cristo mismo. Él es quien bautiza, él es quien actúa en sus sacramentos con el fin de comunicar la gracia que el sacramento significa".21 "Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina".22 Notemos que además de ser "instituidos por Cristo", los sacramentos fueron "confiados a la Iglesia". Es por esto que los católicos visualizan a su iglesia como un elemento necesa

rio para su salvación. Los sacramentos, a través de los cuales Cristo obra para brindar gracia al creyente, fueron confiados a la Iglesia Católica, y el creyente recibe la gracia a través de su relación con la iglesia.

Si un católico desea acceder a la gracia de Cristo, él o ella debe acudir a la iglesia para obtenerla, en lugar de buscarla directamente de

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Cristo como hacen los protestantes. Todos los católicos concuerdan en que Cristo es la fuente de gracia, pero esta solo es administrada por medio de la iglesia. Así que para recibirla, el creyente católico tiene que participar en el rito de uno o más sacramentos. ¡Esta es una forma de salvación por obras!

Además, debido a que Cristo supuestamente depositó su gracia en la Iglesia Católica para ser administrada al creyente por uno de sus sacerdotes autorizados, el creyente tiene que unirse a la iglesia para recibir tal gracia. Según el Catecismo declara: "Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia". 23 Por eso los católicos insisten tanto en que la Iglesia Católica es la única agencia de salvación y que los creyentes tienen que unirse a la Iglesia Católica para recibirla.

Existen siete sacramentos en la teología católica (el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia, el ungimiento de los enfermos, los santos oficios y el matrimonio), pero el sacramento supremo es la Eucaristía de la misa. A este se le llama el Santísimo SacramentO.24 En la forma de comprender de los católicos, la participación en la eucaristía limpia los pecados,25 es la fuente de la conversión,26 "conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el bautismo". 27

El asunto no es que Cristo sea el mediador de los creyentes en el Santuario celestial, tampoco es que Cristo sea la fuente de todo beneficio que nos ofrece como nuestro Mediador. Todos los católicos están de acuerdo con esto. El punto es, ¿cómo se transmiten estos beneficios al creyente? Según señalé antes, en el pensamiento protestante (y el bíblico), el creyente recibe este beneficio directamente de Cristo por medio de su relación personal con él. Este es el significado de la expresión protestante "el sacerdocio de todos los creyentes". Cada creyente

es su propio sacerdote, capaz de acceder a Cristo de forma directa, y tanto él como ella se benefician del sacrificio de Cristo sin necesidad de contar con mediadores humanos "oficialmente" autorizados. En el sistema papal, que contempla que la gracia de Cristo y los otros beneficios de su ministerio mediador son depositados primero en la iglesia y de ahí son dispensados a los creyentes por medio de un

91

LOS DESAFÍoS DEL REMANENTE

sacerdote humano, la enseñanza bíblica sobre el ministerio de Cristo en el Santuario celestial como nuestro Sumo Sacerdote queda gravemente perjudicada.

En esta enseñanza, el papado ciertamente "ha quitado el sacrificio diario [el tamidJ" y ha "echado por tierra" el lugar de su santuario,

sustituyéndolo por un sistema hecho por el hombre para recibir la

gracia y el perdón de los pecados.

El ataque a la verdad de Dios

Finalmente, Daniel 8: 12 dice que el cuerno pequeño echaría por tie

rra la verdad. Esta es una declaración global que contiene todas las

otras enseñanzas antibíblicas de la Iglesia Católica Romana. A conti

nuación presento algunas de las principales:

• La iglesia como la dispensadora de la gracia salvadora de Dios a través de los siete sacramentos.

• La transustanciación, la supuesta transformación literal del pan

y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo durante la misa.

• La misa como una representación del sacrificio de Cristo en la cruz, "este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio".28

• La confesión, la enseñanza que los sacerdotes humanos pueden ofrecer absolución total de los pecados.

• La venta de indulgencias, que extiende mérito a los pecadores

que satisface el castigo de sus pecados que han sido perdona

dos.

• La enseñanza de que Pedro fue el primer Papa, y que cualquier

clérigo subsiguiente tuvo que haber "descendido" de él en la

"sucesión apostólica" para ser válida.

• La adoración de imágenes de Cristo, María y los santos.

• La exaltación de María como corredentora y como mediadora

con Cristo.

• El mérito de los santos disponible a los pecadores.

• La inmortalidad del alma.

• El purgatorio. • El sufrimiento eterno en el infierno.

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• La infalibilidad del Papa. • El cambio del día de reposo del séptimo al primer día de la

semana.

• La adoración de imágenes.

La explicación de Daniel de los dos cuernos pequeños en los capítulos 7 y 8 es muy breve, pero describe una condición terrible de la iglesia cristiana durante el periodo medieval de la historia cristiana. Durante un periodo de más de 1,500 años, el desafío de Satanás (su ataque a la iglesia cristiana) tuvo mucho éxito. Pero sabemos que durante este periodo oscuro de la historia cristiana hubo un remanente: Wycliffe, Huss, Jerónimo, los valdenses y los albigenses, entre otros, que enfrentaron con éxito el desafío.

Una religión política

Señalé en el capítulo previo que el papado es un sistema tanto religioso como político. Sin embargo, Jesús nunca tuvo la intención de que su iglesia se involucrara en asuntos políticos. Dijo: "Mi reino no es de este mundo" Guan 18: 36). Envió a sus discípulos, no para buscar ser nombrados a un cargo político, sino para ser sus testigos (Hech. 1: 8), hacer discípulos, a enseñar y a bautizar (Mat. 28: 19,20). Mucha de

la corrupción que se introdujo en la iglesia cristiana durante los primeros 1,500 años de su existencia se debió precisamente a que la iglesia se había convertido en un vasto sistema político, capaz de ejercer intensa presión sobre reyes y emperadores. Sin conexiones políticas, la iglesia no habría podido perseguir a los disidentes de la forma en que lo hizo durante la era medieval.

1. Catechism ofthe Catholic Church, Washington, D.C.: Conferencia Católica de Estados Unidos, 1997), p. 903.

2. Comentario bíblico adventista (Boise: Pacific Press Publishing Associadon, 1985), t. 4, p. 857.

3. Catecismo de la Iglesia Católica (México: Coeditores Católicos de México, 1997), N° 2132 (la cursiva es nuestra).

93


4. Nuevo diccionario mundial Webster (Nueva York: Simon and Shuster, 1982), p. 1575.

5. Catecismo de la Iglesia Católica, N° 2129. Énfasis en el original. 6. Ibid, núm. 1159. 7. Véase Robert L. Odom, Sabbath and Sunday in Early Christianity Was

hington, D.C.: Review and herald Publishing Association, 1977), 72ff. 8. Samuele Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday: a Historical Investigation

01 the Rise 01 Sunday Observance in Early Christianity (Rome: The Pontifical Gregorian University Press, 1977), pp. 165-212.

9. Citada en el Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 857. 10. Seventh-day Adventist Bible Student's Handbook (Washington: Review

and Herald Publishing Association, 1962), p. 888. 11. Ibid. 12. Ibid., p. 886. 13. Citado en William H. Shea, Daniel· Una guía para el estudioso (Nampa,

Idaho: Pacific Press Publishing Association, 2009), pp. 122, 123. 14. Catecismo de la Iglesia Católica. núm. 2000. 15. Ibid., núm. 1996. Énfasis en el original. 16. Ibid., núm. 1997. Énfasis en el original. 17. Ibid., núm. 388. 18. Ibid, núm. 957. 19. Ibid, núm. 774. Énfasis agregado. 20. Ibid, núm. 1127. Énfasis agregado. 21. Ibid, Énfasis en el original. 22. Ibid, núm. 1131. 23. Ibid., núm. 775. Énfasis en el original. 24. Ibid., núm. 1418,2691. 25. Ibid., núm. 1393-1395. 26. Ibid, núm. 1436. 27. Ibid., núm. 1392. 28. Ibid, núm. 1367. Énfasis en el original.

94

La Reforma protestante

Podemos destacar varios paralelos interesantes entre Israel en el tiempo de Cristo y el papado en el tiempo de la Reforma. En

primer lugar, ambos habían existido durante unos mil quinientos años. En segundo lugar, ambos insistieron que eran el pueblo de Dios de manera exclusiva. En tercer lugar, ambos se habían degenerado en el plano espiritual hasta el punio que, a pesar de los mejores esfuerzos de parte de Dios, su refor~a fue imposible. En cuarto lugar, ambos negaron vehementemente estar en apostasía. Yen quinto lugar, ambos resistieron con tanta fuerza la iniciativa divina de darles un nuevo comienzo, que llegaron al extremo de matar a algunos miembros del remanente de Dios.

Hubo muchas quejas de insatisfacción por las afirmaciones arrogantes del papado por cerca de doscientos años antes de la Reforma. U no de los primeros en "protestar" fue Juan Wycliffe (1320-1384), quien ha sido llamado la "estrella de la mañana" de la Reforma. Otros fueron Juan Huss (1369-1415), Jerónimo de Praga (1379-1416) y Girolamo Savonarola (1452-1498). Savonarola fue un sacerdote italiano dominicano en Florencia, Italia, quien con mucho ímpetu condenó la corrupción moral del clero, incluyendo al Papa Alejandro VI. Aunque sostuvo la mayoría de las enseñanzas católicas y nunca se separó de la iglesia, es considerado por muchos como un precursor de Martín Lutero. Fue

95


quemado en la hoguera en 1498. Este y otros fieles creyentes fueron el remanente de Dios durante el apogeo del poder político papal. La separación con Roma vino con Martín Lutero, el cuál también formó parte del remanente de Dios. Curiosamente, la intención de Lutero nunca fue iniciar una reforma. Su objetivo al clavar sus 95 propuestas en la puerta de la iglesia de Wittenberg, Alemania, fue iniciar una discusión entre algunos de los profesores en la Universidad de Wittenberg. Además, Lutero escribió sus 95 tesis en latín y no en alemán. Sin

embargo, poco después de haberlas publicado, alguien las tradujo al alemán. Para ese entonces se habían establecido pequeñas imprentas por toda Europa, y dentro de las primeras dos semanas la traducción alemana del documento de Lutero se dispersó a través de toda Alemania. En el transcurso de dos meses fueron traducidas a los varios idiomas de Europa y se habían diseminado a lo largo de todo el continente. Para cuando la Iglesia Católica se percató de lo que estaba sucediendo, era demasiado tarde para detenerlo.

Martín Lutero

Cerca de doscientos años antes de Martín Lutero, Wycliffe había intentado iniciar la reforma, al igual que Hus y Jerónimo un poco después. Los escritos de estos hombres sobrevivieron y le dieron Ímpetu a la Reforma de Lutero, aunque la protesta contra Roma no cobró fuerzas sino hasta que Martín Lutero levantó la voz. De manera irónica, él no tenía intención de iniciar una Reforma, de repente se encontró a la cabeza de una.

Pronto otros se unieron a la reforma de Lutero: Zwinglio en Suiza, Juan Knox en Escocia y Calvino en Francia. Calvino vivía en Ginebra, pero su reforma tuvo mayor influencia en Francia. Ginebra era

una república independiente cuando Calvino vivió allí. N o formó parte de Suiza sino hasta el año 1815. Inglaterra también rompió sus relaciones con Roma, aunque impulsada por los deseos del rey Enrique VIII de divorciarse y no tanto por convicciones teológicas. A mediados del siglo XV, el protestantismo se había arraigado profundamente en toda Europa.

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La Reforma de Lutero tuvo éxito por diversas razones. Primero,

porque Dios la apoyaba, el Espíritu Santo la inspiró. Segundo, la gente estaba cansada de los excesos papales y de las falsas doctrinas. Cuando

Lutero desafió al papado respecto de la doctrina de las indulgencias, la

gente recibió con aprecio el mensaje de que la justificación era por la fe

y la salvación era gratuita. Tercero, la reciente invención de la impren

ta difundió el mensaje de las 95 tesis de Lutero como un fuego abrasa

dor. Por último, el poder político del papado había estado mengüando

durante más de un siglo, así que cuando la gente y sus líderes políticos decidieron oponerse a la iglesia establecida, la resistencia de esta no

tuvo éxito. El Concilio de Trento (1545-1563), que la Iglesia Católica

convocó como una respuesta a la Reforma, no pudo detenerla. La Re

forma fue un movimiento poderoso del remanente de Dios. Y tuvo mucho éxito en llevar a cabo la misión de Dios.

Muchas de las denominaciones protestantes más grandes de la actua

lidad se desarrollaron de los grupos de la Reforma. Los luteranos, tal

como su nombre indica, descendieron de Martín Lutero. Las dos deno

minaciones protestantes más conocidas que se desarrollaron a partir de

Calvino son los congregacionalistas y los presbiterianos. Los anabaptistas

fueron considerados herejes durante el periodo de la Reforma. Lutero los

condenó de forma tajante y aprobó el uso del poder civil para silenciar a

algunos de sus miembros más radicales. Sin embargo, los anabaptistas

sobrevivieron y se convirtieron en los precursores de varias denominacio

nes modernas, incluyendo a los cuáqueros, los menonitas, los amish, e

indirectamente de varias denominaciones bautistas en los Estados U ni

dos.

El movimiento de John Wesley

J ohn Wesley (1703-1791) vivió cerca de doscientos años después de

Lutero y Calvino, así que no se lo puede considerar parte de los refor

madores originales, pero produjo reformas cristianas importantes en Inglaterra. En el tiempo de Wesley, el protestantismo se había convertido en una religión formal que generalmente carecía de poder espiritual. Wesley y todos aquellos que lo siguieron eran un remanente den-

97


tro del protestantismo, que había comenzado del catolicismo. Los metodistas son descendientes directos de Wesley, y varias denominaciones se derivaron del metodismo. Entre estos se encuentran el Ejérci

to de Salvación, la Iglesia del Nazareno, la Alianza Misionera Cristiana

y las Asambleas de Dios. Los adventistas del séptimo día tienen raíces

parciales en el metodismo y comparten varias doctrinas y estructuras con los metodistas. Elena G. de White era metodista antes de unirse al

movimiento de Guillermo Miller. Tanto los metodistas como los ad

ventistas son arminianos en su teología. Los arminianos destacan que

Cristo logró la salvación para cada ser humano y ellos deben ejercer un acto de voluntad para ser salvos, en contraste con la doctrina calvinista

tradicional de la predestinación. El cuerpo directivo máximo tanto de los metodistas como de los adventistas en los Estados Unidos se conoce

como la Asociación General.

El protestantismo comenzó en Europa, y todos los reformadores

originales fueron europeos. Sin embargo, el protestantismo floreció

de manera especial en los Estados U nidos y Canadá.

El protestantismo en Norteamérica. Cristóbal Colón descubrió el

Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492, cerca de 130 años antes de que

los primeros peregrinos llegaran a Norteamérica a finales de 1620. Des

pués, en los siguientes veinte años, más de veinte mil personas cruzaron

el océano para unirse a ellos; muchas buscaban la libertad religiosa de las

políticas opresivas del gobierno británico y de la Iglesia de Inglaterra. La religión en Norteamérica fue exitosa desde sus inicios, aunque muy po

cos norteamericanos hoy se sentirían cómodos con el ambiente religioso

del protestantismo norteamericano temprano. Los puritanos crearon un

gobierno de Iglesia-Estado con su propio tipo de cristianismo rígido que

fue establecido como la religión oficial del Estado.

N o obstante, a partir de sus modestos inicios, el protestantismo se

multiplicó en Norteamérica, debido a que estaba libre de la oposición

de la Iglesia Católica y las iglesias protestantes poderosas en Europa.

N uevamente, el remanente tuvo éxito en llevar adelante la misión de

Dios. El éxito del protestantismo en N orteamérica es una evidencia

muy notable de ello.

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El secularismo. Al mismo tiempo que comenzó la reforma protestante, comenzó una revolución científica. Nicolás Copérnico (1473-

1543), a quien a menudo se le considera el padre de la revolución cien

tífica, fue un contemporáneo de Martín Lutero (1483-1546).

Copérnico desafió la teoría aceptada ampliamente en ese tiempo, que

decía que la Tierra era el centro del universo y que todos los cuerpos

celestes giraban alrededor de ella. Los estudios astronómicos de Copér

nico lo convencieron de que la Tierra giraba alrededor del Sol y no a la

inversa.

La revolución científica se inició entre personas que eran abiertamen

te religiosas. Copérnico era un clérigo católico. Galileo (1564-1642),

quién fue llamado el padre de la ciencia moderna, fue un católico devo

to. Isaac Newton (1643-1727), uno de los grandes científicos de todos

los tiempos, escribió más acerca de la Biblia que de ciencia. Newton dijo:

"La gravedad explica el movimiento de los planetas pero no puede expli

car quién controla el movimiento de los planetas. Dios gobierna todas

las cosas y sabe todo lo que puede o no hacerse".

Sin embargo, de forma gradual, la revolución científica condujo al

secularismo, el cual desafía a la religión hasta nuestros días. La histo

ria de los últimos quinientos años ha sido marcada por un juego de

estira y encoge entre los religiosos y los secularistas. Europa ha sido

dominada de manera especial por el secularismo, en parte como una

reacción popular contra el modelo opresivo de iglesias unidas al go

bierno. En Norteamérica, la religión ha tenido que forjar su propio

camino sin ningún apoyo del Estado. Como resultado, ha ejercido

una influencia religiosa mucho más fuerte sobre la cultura en general.

Aunque en la actualidad el secularismo en Norteamérica es muy fuer

te, también lo es la religión, tanto protestante como católica.

El secularismo fue fortalecido en particular durante el siglo XVII por el movimiento conocido como la "Ilustración" o siglo de las lu

ces. El siglo de las luces, que está íntimamente asociado con la revolución científica, enfatizó el uso de la razón en lugar de la Biblia como la base principal de la autoridad. Aunque los cristianos conservadores rechazan la razón como fundamento exclusivo de la autoridad tal

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como se lo proclamó durante el siglo de las luces, es importante reconocer que este movimiento intelectual fue una fuerza importante en

la demolición de la persecución religiosa que se practicaba en Europa antes de la Reforma y que persistió en Norteamérica y Europa duran

te doscientos años después de la Reforma. De hecho, gran parte del

éxito del modelo norteamericano de división entre Iglesia y Estado se

debe a una cooperación incómoda entre los secularistas y los religiosos que se forjó en los inicios de la nación.

Reavivamientos protestantes

Muchos esfuerzos adicionales por reformar el cristianismo surgieron

entre los protestantes a fines del siglo XVI y hasta la primera mitad

del siglo XIX.

El pietismo. Los pensadores cristianos fueron influenciados por el

siglo de las luces y por la forma científica de su pensamiento. Esto

resultó en un esfuerzo por definir la doctrina en términos precisos.

Este con toda seguridad es un ejercicio loable. Pero si se lleva al extre

mo, conduce a una religión teológica de la mente que no influye so

bre los sentimientos. A fines del siglo XVI y a comienzos del siglo

XVII, en Europa el pietismo surgió como una reacción a la depen

dencia excesiva de la razón. El pietismo destaca la importancia del

estudio de la Biblia y la oración, una experiencia personal con Dios, y

una predicación que alcanza tanto el corazón como la mente. El mo

vimiento pietista inspiró al fundador metodista J ohn Wesley.

Los Grandes Despertares. El pietismo fue en su mayor parte un

movimiento europeo. Sin embargo, influyó sobre al menos dos "gran

des despertares" entre los protestantes de Norteamérica. El primero

tuvo sus inicios en Nueva Inglaterra entre 1730 y 1750. Los sermones

de poderosos predicadores, en especial J onathan Edwards y George

Whitfield, destacaron la importancia de una experiencia religiosa per

sonal, del convencimiento del pecado, el arrepentimiento y la necesi

dad de la salvación. El sermón más famoso de J onathan Edwards,

"Pecadores en las manos de un Dios furioso", aún es ampliamente conocido (aunque quizá no tan leído) entre los protestantes norteame-

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ricanos. El Primer Gran Despertar condenó la sociedad colonial opulenta y ayudó a asentar las bases de la Revolución Norteamericana.

El Segundo Gran Despertar sucedió entre los años 1800 y 1840. Charles Finney y Lyman Beecher estuvieron entre los predicadores más destacados de la era. La Sociedad Bíblica Americana y la Sociedad Bíblica Internacional fueron fundadas al comienzo de este periodo, y muchos misioneros fueron a África y Asia. Entre estos misioneros estuvo William Carey, quien fue a la India; Hudson Taylor, quien fue a la China; Adoniram J udson, que se dirigió a Burma (ahora conocido como Myanmar), y David Livingstone, quien fue al África. Fue también durante el periodo del Segundo Gran Despertar, en la década de 1830 ya principios de la década de 1840, que un predicador bautista llamado William (Guillermo) Miller protagonizó un estremecimiento en los círculos religiosos norteamericanos. Ampliaré la información acerca de Miller en el capítulo 14 y en los capítulos subsiguientes.

El restauracionismo. U na variedad de reformas sociales también se llevaron a cabo en ese tiempo, de manera especial en N orteamérica. Entre estas se encontraban la reforma pro salud, el movimiento en contra de la esclavitud, el movimiento de la temperancia, y el movimiento de reforma a la prisión. A la par de estas reformas sociales hubo un movimiento conocido como restauracionismo.

El restauracionismo fue uno de los frutos del pietismo y del Segundo Gran Despertar. Los restauracionistas declaraban que el catolicismo, el cristianismo ortodoxo y las iglesias que surgieron de la Reforma protestante tenían grandes defectos. Uno de los grupos que emergió del movimiento del restauracionismo fue el de los Discípulos de Cristo, que se ha fraccionado en las Iglesias de Cristo (la rama más conservadora) y la Iglesia Cristiana (la rama más liberal). Otros grupos que surgieron del movimiento restauracionista son las múltiples denominaciones pentecostales, los Santos de los Últimos Días (mormones), los Testigos de Jehová, y los Adventistas del Séptimo Día.

Todos estos reavivamientos protestantes: El pietismo, los dos grandes despertares, el restauracionismo y los grandes movimientos misioneros, fueron inspirados por el pueblo remanente de Dios en su tiem-

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po. Y llevaron al movimiento final del remanente de Dios que aún

opera en el mundo. Nuevamente, el remanente de Dios tuvo que ver con el cumplimiento de la misión divina en este periodo de la historia.

Darwin y la alta crítica

Dos aportaciones importantes ocurrieron durante la segunda mitad

del siglo XIX. Una fue la aplicación de los métodos seculares del análi

sis de la literatura antigua al estudio de la Biblia. Este método, llamado

alta crítica, trata a la Biblia como a cualquier libro de la literatura anti

gua, y propone que debe ser estudiada de la misma forma que uno es

tudiaría La ¡líada y La Odisea de Homero. Los eruditos de esta escuela

no creen que la Biblia sea la Palabra inspirada de Dios. Su análisis del

texto bíblico los lleva a concluir que la mayor parte de la Biblia fue

escrita mucho tiempo después y por diferentes autores, algo que dis

crepa con lo que la Biblia declara sobre sí misma. Estos eruditos niegan

el poder sobrenatural de Dios, incluyendo el nacimiento de Cristo de

una mujer virgen, sus milagros, y su resurrección de la tumba. La alta

crítica ha creado un gran cambio en la manera en que muchos cristia

nos, aun a los protestantes, perciben la Biblia, la vida y la muerte de

Cristo, y la naturaleza del pecado y la salvación.

La otra aportación importante durante la segunda mitad del siglo

XIX fue la publicación de El Origen de las Especies en 1859 por Charles

Darwin. La teoría de la evolución de Darwin ha revolucionado la ciencia

biológica, y ha tenido una influencia profunda sobre la interpretación

cristiana de Génesis 1-11. Sin temor a equivocarme, puedo decir que la

mayoría de los teólogos cristianos y evangélicos de hoy, aceptan el para

digma de la evolución como una explicación del origen de los seres hu

manos. La mayoría de estos teólogos diría que la evolución es un método

que Dios utilizó para crear seres vivos.

U no de los resultados de esta forma liberal de la cristiandad fue el

evangelio social, que surgió a finales del siglo XIX y principios del si

glo xx. El evangelio social aplicó los principios cristianos a los problemas sociales como la pobreza, el crimen, las diferencias raciales, la salud y la educación. Por supuesto que los problemas sociales deben

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ser un asunto de incumbencia para los cristianos. Jesús mismo dijo que sus seguidores deberían alimentar al hambriento, vestir al desnu

do, cuidar al enfermo, y visitar a los presos (Mat. 25: 31-46). El evan

gelio social logró mucho bien en sus esfuerzos por combatir la pobre

za, el crimen y promover la educación, la salud pública, y condiciones

apropiadas de trabajo en las fábricas y otros lugares de negocios. El

problema del evangelio social es suponer que estas reformas van a re

solver el problema del pecado en la humanidad.

Durante la segunda mitad del siglo XX, el cristianismo liberal se

convirtió en una poderosa fuerza en apoyo del movimiento de los dere

chos civiles en USA. Martin Luther KingJr., fue apoyado en sus esfuer

zos por muchos cristianos de las principales denominaciones. Una evo

lución más reciente del movimiento de los derechos civiles es el apoyo

de muchos cristianos liberales a favor de los derechos de los homosexua

les, a participar en la vida de la iglesia. Este tema ha sido muy polémico

en la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos. El obispo Gene Robinson, un sacerdote homosexual, fue elegido obispo de la diócesis de la

Iglesia Episcopal de New Hampshire en 2004.

La reacción conservadora

Un movimiento llamado fundamentalismo surgió en N orteamérica a

principios del siglo XX como una reacción contra el evangelio social, la

alta crítica y la creciente aceptación de la teoría de la evolución como

una explicación del origen de la vida y los seres humanos. La preocu

pación de los fundamentalistas es la interpretación literal de la historia

de la creación en Génesis 1 y 2, el nacimiento virginal de Cristo, su

muerte en la cruz, la expiación del pecado humano, su resurrección

corporal y su segunda venida. Los secularistas ridiculizaron a los funda

mentalistas durante el siglo XX, los cristianos de las iglesias populares

los trataron con algo de frialdad, pero el movimiento apeló a muchas

personas. El fundamentalismo continuó creciendo hasta que en los últimos 25 años del siglo XX, emergió como una fuerza importante en la política estadounidense conocida popularmente como la Derecha Religiosa. Los fundamentalistas fueron fuertes partidarios de George

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w. Bush en la elección de 2000 y de nuevo en la de 2004. Es casi seguro que no habría sido elegido sin su apoyo.

El significado de la palabra fundamentalista ha cambiado bastan

te durante la segunda mitad del siglo XX. Hoy se usa para referirse a

cualquier grupo religioso estridente, especialmente a aquellos que son

intolerantes de las creencias de otros. Los terroristas musulmanes al

gunas veces son llamados fundamentalistas. Debido a esto, los cristianos que sostienen algunas o todas las creencias fundamentalistas ori

ginales prefieren llamarse evangélicos. Los evangélicos aceptan las enseñanzas bíblicas acerca del nacimiento virginal de Cristo, su sacri

ficio en expiación por nuestros pecados, su resurrección y su segunda

venida. Sin embargo, hoy día muchos teólogos evangélicos aceptan

alguna versión del paradigma de la evolución como una explicación

de la historia de la creación en el Génesis.

104

CAPÍTULO 12

El Gran Despertar Adventista en Europa

Con toda seguridad, el niño promedio de siete años de edad en un hogar judío devoto, conoce acerca de personajes de la Biblia

tales como Adán y Eva, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David, Elías y Daniel. Pero preguntemos a un niño o a una niña acerca de las profecías, y en la gran mayoría de los casos no tendrán ningún comentario que hacer.

Pero eso no se aplicaba a Joseph Wolff(I795-1862). Su padre, un rabino judío ortodoxo, empezó a enseñarle los fundamentos del judaísmo cuando apenas tenía cuatro años de edad. Cuando cumplió los siete años, ya comprendía tanto de la fe judía que se jactó ante un anciano cristiano de su vecindario de que cuando el Mesías llegara a esta tierra, él conduciría a Israel a la victoria sobre las otras naciones. El anciano replicó: "Querido niño, te voy a decir quién fue el verdadero Mesías: Jesús de Nazaret ... a quien tus antepasados crucificaron, como también mataron a los antiguos profetas. Anda a casa y lee el capítulo cincuenta y tres de Isaías, y te convencerás de que Jesucristo

es el Hijo de Dios" (CS, pp. 357, 358). La curiosidad del muchacho fue despertada. ¿Sería verdad? Regre

só a su casa, leyó el capítulo e hizo una comparación entre lo que allí estaba escrito y la vida de Jesús. Finalmente le pidió a su padre una explicación, pero este le contestó con una mirada tan severa que nun-

105


ca más se atrevió a abordar el tema. Sin embargo, esto solo provocó su

interés en conocer más acerca de Jesús y de la religión cristiana. Se convirtió al cristianismo y se unió a la Iglesia Católica a la edad de

diecisiete años.

Wolff era un estudiante muy aplicado y tenía una habilidad espe

cial para los idiomas. Cuando cumplió dieciocho años, empezó a estudiar árabe, sirio y caldeo. A los veinte años de edad daba clases de

hebreo en la Universidad de Landshut en Alemania. También estudió

griego y latín. Al final de su vida era un experto en seis idiomas y co

nocía bastante de otros ocho, un total de catorce.

Con el tiempo, viajó a Roma, donde fue presentado al Papa Pío

VII. Cuando le mostró su Biblia en hebreo al Papa Pío VII, este le

pidió que le leyera un fragmento. Sin embargo, en Roma Wolff se dio cuenta de cuán inconsistentes eran las doctrinas papales así como su

estilo de vida respecto de las Escrituras. "Las letanías dirigidas a la

Virgen, la pretensión de hacer milagros, la restricción de las Escritu

ras, y la inconsistencia con la simplicidad de Cristo; todas estas lo

decepcionaron. Su conciencia se repugnó y protestó al respecto de ellas" a sus superiores católicos.1 Los católicos prácticamente lo man

tuvieron preso durante varios meses, cambiándolo de una escuela a

otra, hasta que por fin renunció a su fe católica y le permitieron irse.

Con toda seguridad, doscientos años antes él habría sido quemado en

la hoguera.

Durante el tiempo en que fue estudiante en las escuelas católicas,

Wolff conoció a Henry Drummond, un banquero adinerado y miem

bro del Parlamento Británico. Drummond animó a Wolff a ir a Lon

dres, invitación que este aceptó después de su separación de los cató

licos a los 23 años de edad. Debido a que había sido convertido del

judaísmo, la Sociedad de Promoción del Cristianismo entre los Ju

díos, lo aceptó para entrenarlo como misionero hacia los judíos. Du

rante los siguientes dos años estudió en el Colegio King, en Cambrid

ge, y allí añadió el persa a la colección de idiomas que conocía. En 1821, a la edad de 25 años y con la ayuda económica de Henry Drummond, Wolff partió hacia Palestina. El resto de su vida viajó, predicó

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y enseñó en una gran variedad de lugares incluso Palestina, Egipto, la península del Sinaí, Mesopotamia, Persia, Uzbekistán, Crimea, Georgia, Turquía, Mganistán, India, Cachemira, Gibraltar, Malta y Abisinia. También viajó por toda Inglaterra, Escocia, Irlanda, Holanda y Alemania y finalmente viajó a los Estados Unidos en diciembre de 1837, donde predicó en una reunión del Congreso así como ante los legisladores de Nueva Jersey y Pensilvania.

En todos sus viajes, Wolff predicaba insistentemente sobre la segunda venida de Cristo. A donde iba, "anunció el segundo advenimiento ante su audiencia ... haciendo énfasis en que 1847 sería la fecha de la segunda venida de Cristo'? Fijó la fecha de 1847 basado en su comprensión de la profecía de los 2,300 días mencionada en Daniel 8: 14, la cual enseña que "Cristo descenderá sobre la tierra después de los dos mil trescientos años desde el tiempo de Daniel, que fue en el año 453 a.e.; siendo descontados de los 2,300 años, quedando 1847; yen el presente año de 1833 solo quedaban 14 años, que sería el periodo en que Cristo vendría".3 Wolff sentia que "un poder invisible lo conducía de forma continua de un lugar a otro, de

mar a mar, a enseñar las nuevas de salvación y de la segunda venida de nuestro Señor en gloria y majestad".4 Leroy Froom hizo los si

guientes comentarios sobre la predicación de Wolff acerca de la segunda venida de Cristo:

• Le dijo al rey de Bokhara en Uzbekistán que Jesús "murió por nuestros pecados, resucitó, fue al cielo, de donde vendrá otra vez, de acuerdo a mi opinión, en el año de 1847, y reinará en Jerusalén durante mil años".5

• Cuando Wolff visitó a los beduinos en Egipto, ellos le preguntaron acerca de la segunda venida de Cristo. Él les contestó, "en muy pocos años". Estaba convencido del regreso de Cristo en 1847.6

• En Alejandría decidió comprobar" cuán lejos uno podría predicar el evangelio a los turcos, sin poner su vida en peligro". Dijo: "Yo escribí publicaciones a los turcos, a los judíos y a los


cristianos en el idioma árabe; en las cuales los exhortaba a creer en el Señor Jesucristo ... y que de acuerdo a mis convicciones provenientes del estudio del libro de Daniel, él regresaría en el año de 1847".7

• "En 1833, cuando Wolff estuvo en Calcuta, el Señor Dealtry, después Obispo de Madras, lo hizo dar una conferencia del reino personal de Cristo, y expuso sus razones para creer que Cristo vendría a la tierra en 1847".8

• Él escribió: "El 31 de enero de 1836, prediqué a los ciudadanos británicos de Alejandría, acerca de la restauración de la tierra a su gloria y belleza originales... cuando la maldición fuera alejada de ella, la paz y la buena voluntad hacia los hombres prevalecerá".9

• Cuando todavía estaba en Egipto en 1836, tuvo una conferencia con Boghos Youssuf Bey, el ministro de Muhamed Ali. Acerca de ella escribió: "Yo le prediqué acerca de la segunda venida de nuestro Señor, y le mostré Isaías 19".10

En 1837, el presidente John Quincy Adams nombró a Joseph Wolff "uno de los hombres más sobresalientes de la tierra en estos

momentos". Después de su periodo como presidente, Adams, ahora miembro del Congreso de los Estados U nidos, arregló todo para que Wolff diera un discurso en dicho congreso, y dijo que nunca había tenido el placer de escuchar "argumentos tan profundos, estrechamente razonados y convincentes sobre las pruebas del cristianismo, [como aquellos contenidos] ... en ese discurso".u

Poco tiempo antes de que Wolff se marchara de los Estados Unidos, alguien le preguntó: "¿Qué diría usted, señor Wolff, si al llegar el año de 1847, el milenio no comenzara?" Wolff respondió: "Pues, yo diría que Joseph Wolff se equivocó".12

"Mientras que Wolff en los años iniciales de sus viajes enfatizaba las fechas proféticas, en los años posteriores de su vida abandonó su interpretación de los 1,260 años y el anticristo pap~, y finalmente respecto del año 1847 como la fecha del advenimiento".13 Sin embar-


go, nunca abandonó la esperanza del pronto regreso de Cristo, aunque abandonara las fechas específicas de ese evento.

Wolff fue una de muchas voces europeas durante la primera mitad del siglo XIX que señalaron la importancia de las profecías de Daniel y Apocalipsis acerca del pronto regreso de Cristo. De hecho, la conciencia de que Cristo regresaría pronto fue uno de los aspectos más importantes del Segundo Gran Despertar en Europa. Algunos se han referido a este suceso como el Gran Despertar Adventista. La recién concluida Revolución Francesa fue como una inyección de adrenalina para este interés en la profecía y el inminente regreso de Cristo. El arresto del Papa en 1798 fue interpretado por muchos como la conclusión de los 1,260 días de Daniel 7: 25. "Un coro creciente de hom

bres en tres continentes [Europa, Norteamérica y Sudamérica] yen distintos países, al igual que en las islas británicas, proclamaron el pronto fin de los 2,300 años como el mensaje profético para el momento" .14 J oseph Wolff fue sin lugar a dudas el predicador más incan

sable de este Gran Despertar Adventista, aunque hubo muchos otros. Varios nombres me vienen a la mente.

Otras voces que proclamaron la segunda venida

Durante los últimos años de 1700 e inicios de 1800, Inglaterra fue

el mayor centro de interés de la profecía. Los nombres de algunos involucrados en el estudio de la profecía en Inglaterra en ese entonces, aún se conocen bastante bien entre los protestantes de hoy, de

forma particular John Nelson Darby. Pero también hubo otros más. Henry Drummond (1786-1860).15 Según mencioné, Henry

Drummond era un banquero y miembro del Parlamento Británico. Era respetado por su carácter intachable, riqueza y erudición. Cada

vez que se ponía de pie para hablar en el Parlamento, se escuchaba un murmullo de expectación. Sin embargo, en 1816, cansado de su vida fácil e impactado por el testimonio de Cristo, el joven rico Drummond dedicó el resto de su vida al servicio cristiano. Fueron sus recursos y los de un par de otras personas los que financiaron los extraordinarios viajes misioneros de Wolff. Drummond publicó una revista

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profética llamada The Morning Watch, y fue el editor y patrocinador de tres tomos de Dialogues on Prophecy. También fue autor de Introduction to the Study 01 the Apocalypse, en el cual conectó los símbolos proféticos de los sellos y trompetas del Apocalipsis a sucesos de la

historia cristiana. Creía que el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 estaba siendo cumplido por las actividades misioneras a prin

cipios del siglo de 1800. Edward Irving y Manuel Lacunza. 16 En Inglaterra, uno de los

heraldos más destacados de la segunda venida de Cristo fue Edward

Irving (1792-1834). Se inscribió en la Universidad de Edimburgo en

1805 a la edad de trece años y se graduó en 1809 con un diploma de

maestría. Era reconocido en Glasgow por su oratoria. "Multitudes

acudían a escucharlo. Hombres letrados y de alto rango asistían. Los

asientos se ocupaban muchas horas antes, y se admitían a las personas

solo con boletos"Y Hacia fines de 1825, lrving predicaba con regula

ridad acerca de la segunda venida de Jesús. Su congregación pudiente

creció al punto que mil personas llenaban su iglesia domingo a do

mingo. ¡La gente venía a las cinco de la mañana para escucharlo!

Irving estaba muy impresionado con los escritos del jesuíta español

Manuel Lacunza (1731-1801). Oriundo de Santiago de Chile, La

cunza dedicó buena parte de su vida a un estudio consagrado de la

Biblia, especialmente las profecías. Con el tiempo, tuvo una fuerte

convicción de que la doctrina del posmilenialismo, que había sido

una enseñanza católica ortodoxa durante 1,400 años, era incorrecta.

En su lugar, adoptó el premilenialismo. Destacó su punto de vista en

un largo manuscrito titulado La venida del Mesías en gloria y majestad. La Iglesia Católica rechazó sus ideas, yen 1767 fue expulsado de Chi

le. Completó su manuscrito durante su exilio en Italia, casi a la som

bra del Vaticano, y lo hizo circular bajo el seudónimo de Juan J osafat

Ben Ezra. Muy pronto el manuscrito llegó a España ya Sudamérica,

donde logró despertar un gran interés en las profecías de la Biblia.

Froom comentó: "Había amigos ardientes y enemigos amargos. Se suscitaron discusiones acaloradas ... [las cuales] sacudjeron a Europa y Sudamérica".18 Finalmente el manuscrito se publicó en España en

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1812 Y creó sensación tanto en Europa como en Latinoamérica. La

Iglesia Católica se horrorizó y lo condenó duramente, pero esto solo sirvió para llamar la atención al manuscrito y darle mayor populari

dad. Fue ampliamente leído en España, Perú, Ecuador, Argentina,

Chile, Uruguay y México.

Edward Irving, quien había estudiado español, obtuvo una copia

del libro de Lacunza a principios de 1826 y Y su lectura lo conmovió

profundamente. Debido a que tenía problemas de salud en esa época,

su congregación le sugirió que tomara el verano para descansar en el campo. Estas "vacaciones" le dieron a Irving el tiempo suficiente para

traducir al inglés el libro de Lacunza. El libro también fue traducido

a otros idiomas europeos y continuó despertando opiniones a favor y

en contra hasta mediados del siglo XIX.

Las conferencias de Albury Park.19 Un número de estudiantes

ingleses de la Biblia se comprometieron en un estudio ferviente de las

profecías durante el primer cuarto del siglo XIX. Este interés hizo que

Henry Drummond enviara una carta en el verano de 1826 para con

vocar conferencias de una semana sobre profecía en su casa en Albury

Park, cerca de Londres. Veinte estudiantes de la Biblia asistieron a las

conferencias a fines de año, incluyendo a Drummond, a J oseph Wolff

y a Edward Irving. Se reunieron en la gran biblioteca de Drummond. Entre otras cosas discutieron acerca de los 2,300 días de Daniel 8: 14, pero algunos prefirieron la traducción de Teodosio de Daniel 8: 14 de

la Septuaginta, donde se lee 2,400 días (que concluían, según ellos en

1847). Después de este encuentro inicial, se tuvieron conferencias

bíblicas cada año hasta 1830, con un total de cuarenta y cuatro per

sonas que asistían a una o más sesiones. La revista de Henry Drum

mond, The Morning Watch, dio una amplia publicidad a las conclu

siones de las Conferencias en Albury Park.20

Otros heraldos del Gran Despertar Adventista.21 Otras voces se

sumaron al coro que anunciaba la pronta venida de Cristo y el fin del mundo. Entre estos estuvieron los siguientes:

• Pierre Jean Asier (1748-1823), un jurista francés de la secta católica jansenista que abogaba por las enseñanzas de San

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Agustín. Proponía una forma extrema de la predestinación. • Samuel Gobat (1799-1879), nacido en la parte francesa de

Suiza. • Alphonse M. F. Nicole (1789-1874), quien decía que en Da

niel 8: 14 debía leerse "2,400 días" en lugar de "2,300 días". • John Fry (1775-1849), graduado del Colegio Universitario de

Oxford y el autor de varios libros sobre profecía. • James H. Frere, quien inició la Sociedad de Investigación de

Profecía en 1826 que continuó al menos hasta 1848. Frere también defendía la lectura de 2,400 días en Daniel 8: 14.22

• John Tudor, miembro de la Sociedad de Investigación de Profecía, y también el editor de la revista de Henry Drummond,

The Morning Watch, publicada entre 1829 y 1833.

Una voz contraria. John Nelson Darby (1800-1882) proclamó la segunda venida de Cristo durante el Gran Despertar Adventista. Gran parte de su teología se desarrolló a fines de la década de 1820 y a principios de 1830. Darbyfue un premilenialista. Sin embargo, se apartó de la gran mayoría de los otros heraldos europeos del advenimiento en su desarrollo de la teoría del dispensacionalismo en la historia del pueblo de Dios. Según el dispensacionalismo, la historia se divide en periodos distintivos (dispensaciones), cada uno de los cuales ha tenido su propio pacto y forma de salvación. Los judíos siguen siendo el pueblo de Dios y todas las profecías del Antiguo Testamento referentes a los judíos se cumplirán de manera literal durante una tribulación de siete años, justo antes del regreso de Cristo. Según los dispensacionlistas, este periodo de siete años es la septuagésima semana de la profecía de las setenta semanas en los versículos 9: 24, 25.

El dispensacionalismo enseña que la iglesia será raptada y sacada del mundo antes de la tribulación, una creencia denominada "rapto pretribulación". El dispensacionalismo fue popularizado por la publicación de Cyrus 1. Scofield en La Biblia de estudios de Scofield en 1909, y continúa teniendo una gran distribución hasta nuestros días. Entre los protestantes norteamericanos conservadores de hoy, se ha

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convertido en la explicación más dominante para los tiempos del fin. Mientras que el dispensacionalismo se desvía en gran manera del premilenialismo adventista del séptimo día, tiene sus raíces en el Gran Despertar Adventista de la primera mitad del siglo XIX, y contribuyó al cambio de una interpretación posmilenialista a premilenianista de parte de los protestantes norteamericanos de ese entonces de las profecías del tiempo del fin.

Este ha sido un breve resumen del Gran Despertar Adventista en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, cuando hubo un reavivamiento importante del interés por las profecías de Daniel y de Apocalipsis. Este énfasis en la segunda venida y en las profecías de los últimos tiempos, fue un aspecto importante del interés más amplio

que provocó el Segundo Gran Despertar y contribuyó de una manera particular a ese movimiento. Por lo tanto, el estudio de la profecía fue una característica importante del remanente durante ese tiempo. Sin embargo, en Europa, este interés en las profecías nunca captó la atención de las grandes masas como sucedió en Norteamérica.

1. Leroy Edwin Froom, Ihe Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 3. (Hagerstown: Review and Herald, Publishing Association, 1946), pp. 467, 468.

2. Ibid., p. 473. 3. Monthly Intelligence of the Proceedings of the London Society, diciembre

1830, t. 1, pp. 181, 182, citado por Froom, p. 474. 4. Ihe Missionary, 30 de diciembre, 1837, p. 207, citado por Froom, p. 480. 5. Joseph Wolff, Researches and Missionary Labours Among the Jews, Moha-

mmedans and Other Sects, prefacio, citado por Froom, p. 473. 6. Froom, p. 473. 7. Monthly Intelligence, diciembre 1830, citado por Froom, pp. 473, 474. 8. Froom, p. 477. 9. Journal ofthe Rev.]oseph Wolfffor the Year 1831, p. 55, citado por Froom,

p.478. 10. Journal pp. 293, 294, citado por Froom, p. 477. 11. Ihe Nationallntelligencer (Washington), 16 de diciembre, 1837, citado

por Froom, p. 479. 12. Ihe Missionary, 30 de diciembre 30, 1837, p. 206, citado por Froom,

pp. 480, 48l. 13. Froom, p. 48l. 14. Ibid., p. 12.

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15. No confundir con el posterior Henry Drummond que vivió de 1851 a 1897. Leroy Edwin Froom relata la historia de Henry Drummond, quien estaba involucrado con los estudios de la profecía británica. The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 3, pp. 303-324.

16. Leroy Edwin Froom cuenta la historia de Edward Irving en The Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 3, pp. 514-532. La historia de Manuel Lacunza se encuentra en las páginas 303-324.

17. Froom, p. 515. 18. ¡bid, p. 309. 19. Leroy Edwin F room relata la historia de las Conferencias de Albury Park

en el libro The Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 3, pp. 449-460. 20. Ver Froom, p. 501. 21. Ver Froom, pp. 482-497. 22. Ver Froom, p. 273.

114

~APÍ'TULO 13

El Gran Despertar Adventista e N ' -. orteamenca

Los movimientos que producen cambios importantes en la forma en las que las personas perciben a Dios y su propia vida espiritual

usualmente se desarrollan durante varias décadas y algunas veces hasta más de un siglo. Esto fue cierto respecto de la reforma protestante, que empezó con Wycleff en Inglaterra 150 años antes que Martín

Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg, Alemania. El interés despertado por Huss, Jerónimo y Savoranola en sus contemporáneos colocó el fundamento del éxito de la reforma protestante, al igual que los hugonotes, los valdenses y los albigenses.

De manera similar, un tremendo interés en las profecías bíblicas comenzó a desarrollarse en los Estados U nidos durante el siglo XVIII y culminó durante la primera mitad del siglo XIX en lo que Leroy Froom describió como "una actividad humana pulsante ... que trascendía todo interés previo en la profecía ...

"[El] elemento tiempo [de la profecía] intrigaba a los hombres. Buscaban enterarse de cuándo concluirían, y qué ocurriría cuando esto pasara. Como resultado, comenzaron a surgir numerosos libros sobre este aspecto en particular. Nunca antes había aparecido algo similar, en términos cuantitativos". 1

La Revolución Francesa impactó en gran manera la forma de pensar de los estudiantes de las profecías bíblicas. "Parecía haber una con-

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vicción general de que la Revolución Francesa, y el atrevido ataque de 10$ ejércitos franceses contra el papado, tenían un significado profético definido".2

Leroy Froom dedicó más de 400 páginas en el cuarto tomo de su obra monumental, 1he Prophetic Faith ofOur Fathers, al gran interés en la profecía desarrollado en los Estados Unidos durante el siglo XVIII y principios del siglo XIX. En este capítulo veremos algunos ejemplos de esta evidencia voluminosa.

Las profecías de tiempo y el principio de día por año

Los intérpretes norteamericanos de las profecías estaban fascinados por las profecías de tiempo de Daniel y de Apocalipsis porque creían que esas profecías apuntaban a eventos de su propio tiempo. Por supuesto, tal interpretación era posible únicamente cuando se entendía que un "día" en las profecías bíblicas de tiempo equivalía a un año de tiempo literal. Esto llegó a conocerse como el "principio de día por

-- " ano . El origen del principio de día por año. La idea de que en las

profecías bíblicas de tiempo un día equivale a un año literal viene desde el tiempo de los judíos en el Antiguo Testamento. Ellos entendían que la profecía de las setenta semanas en Daniel 9: 25 era una predicción del periodo asignado al templo restaurado después del cautiverio en Babilonia.3 Tan temprano como en el segundo y tercer siglo d.C., algunos cristianos entendían que las setenta semanas cubrían desde la era de Persia hasta el tiempo de Cristo.4 Empezando en el siglo VIII, algunos intérpretes judíos aplicaron el principio de día por año a las profecías de Daniel de 1,290, 1,335 Y 2,300 días. Al menos un escritor cristiano del siglo XII, Joaquín de Fiore (1130-1202) aplicó el principio de día por año a los 1,260 días de Apocalipsis 12, y otros pronto lo siguieron.

Los 1,260 días o años. A finales de 1600, el líder hugonote francés, Pierre Jurieu (1637-1713), identificó al cuerno pequeño de Daniel 7 como el papado. Calculó que los 1,260 días de la profecía relatada en Apocalipsis 12 comenzaron en el año 450 d.C., y predijo que

116

El Gran Despertar Adventista en Norteamérica

el periodo terminaría con la caída del papado en el año 1710.5 En 1701, el pastor escocés Robert Fleming (1660-1716) se acercó más a lo que hoy existe como la interpretación historicista (y adventista) de Daniel 7. En su trabajo A Discourse on the Rise and Fall 01 Papacy, Fleming predijo que la monarquía francesa caería en 1794, al término de los 1,260 años, ¡justo cuatro años antes del aprisionamiento de Papa Pío VI en 1798! Escribió: "Pero en cuanto a la expiración de esta [cuarta] copa, yo temo que no será sino hasta el año 1794. La razón de esta conjetura es la siguiente: Que yo encontré que el Papa obtuvo unos nuevos fundamentos de exaltación, cuando justiniano, luego de que su conquista de Italia la dejó en gran medida al manejo del papa, estando dispuesto a eclipsar su propia autoridad, para otorgársela a este altivo prelado". 6 A finales de 1700, intérpretes norteamericanos de las profecías llegó a creer que los 1 ,260 años indicaban el periodo del auge papal, cuyo fin fue marcado por la Revolución Francesa.

Los 2,300 días o años. Nicolás de Cusa (1400?-1464) fue el primero en aplicar el principio de día por año a los 2,300 días de Daniel 8: 14 y en fecharlos desde el periodo persa/ Dos siglos después,

John Tillinghast (1604-1655) determinó que las setenta semanas formaban parte de los 2,300 días,8 y John Philipp Petri (1718-1792) fue "aparentemente el primer expositor que consideró que el periodo de las setenta semanas iniciaba junto con los 2,300 días".9

Aproximadamente en el año 1800, los intérpretes proféticos prestaron mayor atención al periodo llamado "tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo" (o los 1,260 días) de Daniel 7: 25. Pero, después de la Revolución Francesa y del aprisionamiento del Papa Pío VI en 1798, el interés comenzó a cambiar a los 2,300 días de Daniel 8: 14. Froom dijo: "Entre las diferentes interpretaciones que surgieron, no solo en Inglaterra y Europa, sino también extendiéndose hasta África y aun hacia la India, y especialmente aquí en América, unos sesenta estudiosos de la profecía, de varias denominaciones y lenguas, dieron a conocer esta nueva noticia, que los 2,300 días/años terminarían alrededor de 1843, 1844 Ó 1847'.10 William Cummins Davis (1760-1831), un ministro presbiteriano en Carolina del Sur, escribió un panfleto titu-

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lado 1he Millenium. Fue el primer intérprete profético norteamericano que concluyó que los 2,300 días y las setenta semanas comenzaron juntos. Él creía que el final de los 2,300 días coincidiría con "la purga del papado" en 1843Y

Reimpresiones inglesas en Norteamérica

En ese tiempo, muchas publicaciones inglesas sobre profecía llegaron a los Estados Unidos, donde tuvieron una influencia marcada. Pro

phetic Conjectures on the French Revolution, una compilación de 96 páginas de los escritos de ocho eruditos europeos muy reconocidos, fue reimpresa en Filadelfia en 1794. La primera edición fue vendida en pocos días, y una segunda edición fue impresa muy pronto, mostrando el gran interés por los cumplimientos proféticos entre los norteamericanos.

Uno de los primeros estudiantes de profecía en señalar el encarcelamiento del Papa, el 15 de febrero de 1798, como un evento que marcaba la conclusión de los 1,260 días de Daniel 7: 25, fue Edward King. "Con toda seguridad, el fin, señalado proféticamente en las Santas Escrituras, se acerca, escribió en su comentario sobre el evento, ¡Yo temblaba mientras escribía!"12 Sus Remarks on the Signs 01 the Ti

mes fue publicado en Londres en el año de 1798 y 1799, yen Filadelfia en 1800. El libro de James Bicheno, 1he Signs 01 the Times: or 1he

Overthrow 01 the Papal Tyranny in France fue publicado en Londres en 1793 y en Filadelfia en 1794. Bicheno consideraba que los 1,260 días o años habían concluido en 1789, el año en que se inició la Revolución Francesa. Él también creía que la profecía de los 2,300 días terminaba en 1819.13 A 1heological Dictionary, escrito por Charles Buck, publicado primero en Londres, ¡y fue reimpreso en EUA en 1807, 1810, 1814, 1815, 1818, 1820 Y 1821! Buck comprendía que

el papado era el anticristo, el cuerno pequeño de Daniel 7. Él consideraba que la sexta trompeta de Apocalipsis 9: 13-21 representaba al Islam, según dijo, terminaría en 1844 al final del periodo de tiempo que se mostraba en el versículo 15. Buck también creía que el inicio del milenio quedaría marcado por el triunfo mundial de la iglesia. 14

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El erudito anglicano, Humphrey Prideaux (1648-1724), calculó que las setenta semanas en Daniel 9:25 comenzaron en el año 458 a.e. Su libro Ihe Old and New Testament Connected in the History of

the Jews and Neighboring Nations, fue publicado en veinte distintas ediciones entre 1716 y 1745, con quince reimpresiones norteamericanas entre 1815 y 1845. George Croly (1780-1860), un comentarista irlandés de las profecías, escribió Ihe Apocalypse ofSt. John, que fue publicado en Filadelfia en 1827. Él fechó los 1,260 años desde 533 d.C, hasta 1798. Su trabajo fue otra de las reimpresiones británicas que despertaron mucho interés y ejercieron gran influencia en N orteamérica. 15

Los periódicos norteamericanos

Al comienzo del siglo XIX, tres periódicos empezaron a publicarse en USA, y cada uno le daba un marcado énfasis a las profecías bíblicas.

Ihe Connecticut Evangelical Magazine. La Sociedad Misionera de Connecticut fue establecida en 1798, con el propósito, de hacer obra evangelizadora en el "noroeste" de los Estados Unidos (refiriéndose

probablemente a Michigan y quizá Iowa, porque lo que hoy conocemos como el Noroeste del Pacífico no estuvo poblado por caucásicos sino hasta después de mediados del siglo XIX). La Connecticut Evan

gelical Magazine inició su publicación en 1800 y se convirtió en uno de los foros pioneros de la discusión de la profecía en EUA. Los temas proféticos discutidos en estas páginas estuvieron:

• Los 2,300 días, los cuales se creía que culminarían en el año 2000.

• Las setenta semanas, que dieron "el tiempo exacto del primer advenimiento [de Cristo]".

• El cuerno pequeño de Daniel 7, que fue interpretado como el papado.

• El mensaje del primer ángel, que se decía haber sido cumplido por muchos misioneros y las sociedades bíblicas que se formaron durante el inicio del siglo XIX. 16

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Christian Observer. Esta fue una revista inglesa, publicada en Londres, que fue llevada a los Estados Unidos y reimpresa artículo por artículo. Froom comentó que "este fenómeno, en aquellos días, de una revista con dos ediciones publicadas con 3,500 millas de separación en diferentes lados del Atlántico, pero presentando una discusión idéntica de la profecía para sus lectores en dos hemisferios, mostraba cuán globalizado estaba el interés y cuán similares eran las opiniones respecto de los términos proféticos, los símbolos y los periodos de tiempo de los libros de Daniel y Apocalipsis en el Antiguo y Nuevo Mundo"Y Entre los temas discutidos:

• Los 1 ,260 años, que la revista alegaba que comenzaron con Justiniano y concluyeron con la Revolución Francesa.

• Los 2,300 días o años, que se creía habían comenzado con las 70 semanas en 457 a.C, y que concluirían en 1843 d. C.

• La hora, el día, el mes y el año (391 años) de Apocalipsis 9:15, que según la revista, concluiría en 1844 d.C.

Froom señaló que "solo dos hombres,18 y ellos apenas poco antes de la Revolución Francesa, habían previamente enunciado el concep

to de que los 2,300 días comenzaron al mismo tiempo que las 70 semanas".19 Este método sería ampliamente aceptado entre 1825 y 1850.

Herald 01 Gospel Liberty. La tercera publicación norteamericana que dedicó una gran cantidad de espacio editorial a la profecía fue el Herald 01 Gospel Liberty, publicado por Elías Smith de Portsmouth, New Hampshire, uno de los fundadores de la Conexión Cristiana. Uno de los primeros números del Herald olGospel Liberty incluyó las señales de la segunda venida de Cristo en un artículo. Una de las señales más notables mencionadas fue el oscurecimiento del sol y la luna en 1780. Sobre esto, el autor dijo: "Cristo menciona señales en las estrellas. Si ha habido alguna señal en particular con las estrellas, no tengo la capacidad para determinarlo; pero dado el hecho de que hay muchas otras señales, podemos esperarlas pronto".20

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La revista también hizo bastante hincapié en el papado como el hombre de pecado, el anticristo, y la ramera escarlata de Babilonia. "Estas cosas, dijo y añadió, son hechos que no pueden ser negados. La gran mayoría de la gente en Nueva Inglaterra, que tiene entre cuaren

ta y setenta años, puede recordar desde su niñez que estas cosas han sido predicadas y puestas en oración por el clero donde ellos han asistido para adorar en público".21

Diversos intérpretes proféticos

Para cerrar este capítulo, démosle un vistazo a otros comentaristas

norteamericanos de la profecía durante los últimos años del siglo

XVII e inicios del siglo XIX.

Uzal Ogden (1744-1822) fue el pastor de la Iglesia Trinidad Epis

copal en Newark, Nueva Jersey. Él creía que Francia cumplió la pro

fecía al capturar al Papa el 15 de febrero de 1798, así como los judíos

habían cumplido la profecía al crucificar a Jesús. Refiriéndose a la "mujer de Babilonia" quien se sentaba en siete colinas (Apoc. 17: 9),

Ogden citó a Isaac Newton, quien dijo: "Si el obispo de Roma hubie

ra posado para un cuadro, no podría haberse obtenido una mayor semejanza y parecido".22 Ogden citó a la Reforma Protestante como

el inicio de la destrucción del papado y a la Revolución Francesa

como el mayor avance en esa destrucción, predijo que el golpe final

llegaría en un futuro muy cercano.

Samuel E. McCorlde (1746-1811) sirvió la mayor parte de su

vida productiva como pastor de la Iglesia Presbiteriana en 1hyatira,

Carolina del Norte. Al escuchar acerca de la captura del Papa por el

general francés Berthier en 1798, hizo las siguientes observaciónes:

Desde hace mucho los intérpretes han dicho que este evento

se llevaría a cabo por los franceses, y que sucedería entre los

años 1760 y 1810. En particular, el dominio de parte de una

iglesia cuyo centro es Roma y cuyo asiento son diez reinos de

Europa, que duraría 1,260 años, dado que el primer surgi

miento de este periodo fue aproximadamente en el año 500.23

121


Tuve la curiosidad inmediata de tomar los 1,260 años a.c., desde 1798, y encontré el año 538. Luego me torné a la historia de Roma y encontré que en ese mismo año, Roma fue tomada de Vitiges, rey de los godos, por Belisario, el general de [sic] Justiniano.24

Asa McFarland (1769-1827), un clérigo presbiteriano, predicó un sermón el 24 de julio de 1808, que después fue publicado. En este, interpretó que los 1,260 años de Daniel 7: 25 se iniciaron en el año 606 a.c., y terminaron en el año 1866 d.C. Él entendía que la proclamación global del evangelio por el primer ángel en Apocalipsis 14: 6, 7 había sido cumplida por la gran actividad misionera que había sucedido durante la primera parte del siglo XIX. Todos ellos, dijo él, proclamaban que la segunda venida de Cristo estaba cerca.25

Edward D. Griffin (1770-1837) fue el pastor de la Iglesia Congregacional de Park Street en Boston. En la Asamblea General Presbiteriana de 1805, predicó un sermón en el cual urgía apoyar las misiones extranjeras como medio para la preparación para el milenio. En otro sermón, en 1813, habló del cumplimiento de la profecía y en especial de los tiempos de ese periodo. Él vio los 1,260 años como un

periodo durante el cual el papado dominaría y predijo que su dominio terminaría en 1847 ó 1848.

Conclusión

Este capítulo ha incluido apenas una pequeña muestra de la evidencia de un creciente interés en las profecías de Daniel y de Apocalipsis por parte de los eruditos, el clero y los laicos en Norteamérica que comen

zó en el siglo XVIII y continuó en el siglo XIX. Durante este tiempo creció el interés en las profecías que señalaban los acontecimientos que ocurrirían en el presente y el futuro. A pesar del interés generalizado en estos eventos, no se había gestado un movimiento popular masivo. Esto no ocurriría sino hasta la década de 1830 y en la primera mitad de la década de 1840. El líder de este movimiento sería William (Guillermo) Miller.

122


1. Leroy Edwin Froom, 7he Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 4. (Washing-ton: Review and Herald, Publishing, 1954), p. 58.

2. ¡bid, p. 62. 3. ¡bid, p. 205. 4. Ver la carta de Froom, 7he Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 1. (Was

hington: Review and Herald, Publishing, 1950), pp. 456, 457. 5. Froom, 7he Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2. (Washington: Review

and Herald, Publishing, 1948), p. 638. Ver también t. 4, p. 112. 6. Robert Fleming, Apocalyptical Key (1701 ed.) Lxix, (1793 ed., 53) citado

por Froom, t. 2, p. 645, cursivas y mayúsculas en el original. Ver también en Froom t. 4, p. 113.

7. Froom, t. 2, pp. 113-135. 8. ¡bid, pp. 572,573. 9. ¡bid, Ver también t. 4, pp. 209, 210.

10. ¡bid., t. 4, p. 208. Énfasis en el original. 11. ¡bid., p. 215. Citado por William C. Davis, !he Millennium or a Short

Sketch on the Rise and Fall of Antichrist (1811), p. 3, citado por Froom, t. 4, p. 218.

12. Citado por Froom, t. 4, p. 114. 13. ¡bid, pp. 115, 116. 14. ¡bid., pp. 126, 127. 15. Ver en Froom, t. 4, pp. 127-129. 16. Froom, t. 4, pp. 134-140. 17. ¡bid, p. 144. 18. Johann Philipp Petri (1718-1792) en Alemania y Hans Wood (d. 1803)

en Irlanda. Ver en Froom, t. 2, pp. 713-722. 19. Froom, t. 4, p. 144. 20. ¡bid., pp. 145, 146. Énfasis en el original. 21. ¡bid, p. 150. 22. ¡bid, p. 60. 23. Citado por Froom, t. 4, p. 63. 24. Citado por Froom, t. 4, p. 65. 25. Ver en Froom, t. 4, pp. 90-92.

123

CAl'ÍTULO ] 4

El profeta renuente

lX 1 irse convenciendo de que Dios deseaba que compartiera el reIlsultado de sus estudios de la profecía, William [Guillermo] Miller hizo un pacto con Dios: "Si tú me envías una invitación, yo lo predicaré". Entonces pudo relajarse. Había descargado el peso de sus hombros. Y después se tranquilizó. Al fin de cuentas, él era un agricultor, no un predicador. ¡A nadie se le ocurriría pedirle a él que diera un sermón!

Una hora y media después, Miller escuchó que alguien tocaba la puerta de su casa. Al abrir, se sorprendió al ver a su sobrino, Irving Guilford, cuyo padre, Silas, era un miembro prominente de la Iglesia Bautista en Dresden, Nueva York, a unos 26 kilómetros de la casa de Miller. Guillermo Miller lo invitó a entrar a su casa y le preguntó el propósito de su visita, y este respondió: "Nuestro ministro está fuera de la ciudad. Mi padre me envió a preguntarle si podría venir mañana y compartir con la iglesia lo que ha aprendido de sus estudios de la Biblia acerca de la segunda venida de Cristo". Ellos invitarían a sus vecinos, continuó Irving, y si Miller prefería no predicar, solo tendría que hablarles a la gente. Las reuniones se llevarían a cabo en la sala de la casa de alguno de ellos si le parecía bien a Miller.

Miller se quedó pasmado y enfurecido. ¡Esto no era la respuesta que se imaginaba como resultado de su pacto con el Todopoderoso!

125


Más tarde dijo: "Inmediatamente me rebelé contra el Señor y decidí no ir". Luego, poniendo acción a sus palabras, salió furioso de su casa, se dirigió con fuertes pisadas a una arboleda de arces cercana a su casa, y allí cayó de rodillas para implorarle a Dios que lo librara de la promesa que le había hecho. Pero las palabras llegaron a su mente con más fuerza que nunca: Ve y dilo al mundo. La lucha fue intensa, pero finalmente Miller se rindió a Dios. Y le prometió: "Iré". Era el sábado, 13 de agosto de 1831.

Guillermo Miller (1782-1849) Nació en Massachusetts pero creció en Low Hampton, Nueva York, muy cerca de la línea fronteriza con Vermont. A muy temprana edad se convirtió en deísta, una filosofía religiosa que intenta comprender la naturaleza de Dios, así como de su existencia, por la razón y la experiencia personal, sin basarse en las Sagradas Escrituras. Sin embar

go, en algún momento del año 1815, Miller tuvo una experiencia muy poderosa de conversión en la iglesia bautista local. Ridiculizado por sus amigos deístas, decidió estudiar las razones de su fe en la Biblia. Empezó con Génesis 1: 1 y continuó a través de todo el Antiguo Testamento. Pero cuando llegó al libro de Daniel, no pudo proseguir. Quedó fascinado por las profecías y decidió aprender su significado. Estudió mes tras mes, hasta que en el año 1818 llegó a la solemne conclusión, en base a Daniel 8: 14, de que la segunda venida de Cristo ocurriría en 1843 o a principios de 1844.1 Pero al no ser un erudito bíblico, dedicó los siguientes cinco años a revisar toda la evidencia, y a analizar cada argumento contrario a sus conclusiones que pudo

encontrar. Para el año 1823 estaba totalmente convencido de que estaba en lo correcto.

Pronto la seriedad de este descubrimiento comenzó a imponer un

gran peso sobre su mente, al advertir que la gran mayoría de las personas en el mundo no estaba preparada para encontrarse con Jesús. Sintió una fuerte convicción de que debía compartir con las demás personas lo que había aprendido. Trató de librarse de esa impresión, pero siguió importunándolo: Ve y alerta al mundo de este peligro. Ve y alerta al mundo

126

El profeta renuente

de este peligro. ¡Ve y alerta al mundo de este peligro! Una mañana, después del desayuno, la convicción se apoderó de su mente con más fuerza que nunca antes. Tenía que compartir las enseñanzas del pronto regreso de Cristo Jesús a este mundo. Froom escribió lo siguiente:

Era como si Dios hubiera pronunciado las palabras. La impre

sión era tan real y tan poderosa, que cayó sentado en su des

gastada silla y entró en un diálogo con Dios sobre el asunto: "No puedo ir, Señor", dijo, y la respuesta que le pareció escu-h fu "Y ,~" c ar e: ¿ por que no.

Miller organizó todas las excusas triviales que pudo imaginar,

que era muy viejo, que no era un predicador, su falta de educa

ción, su torpeza, su falta de elocuencia, y por el estilo. Pero nin

guna de estas excusas, ni siquiera todas ellas juntas, podían silen

ciar la voz de la convicción que insistía que era su obligación

compartir su fe con otras personas de una manera pública.2

Por esta razón, Miller hizo aquel trato con Dios el 13 de agosto de

1831. y en efecto aceptó la invitación de compartir todo lo que había

aprendido acerca deias profecías con la Iglesia Bautista de Dresden.

Esa tarde viajó con su sobrino hacia Dresden, y a la mañana siguien

te dirigió un servicio en la sala de la casa de la familia Guilford. El lugar

estaba abarrotado. Miller explicó los 2,300 días de Daniel 8: 14 yexpli

có cómo el capítulo 9 era la clave para comprender las fechas de inicio

y final de la profecía. Al concluir su presentación, Miller insistió sobre

la urgencia de prepararse para el regreso de Cristo. Su presentación tuvo

un profundo impacto en este pequeño grupo. Nunca habían escuchado

nada similar. Hubo muchas lágrimas esa mañana, y la audiencia solicitó

a Miller quedarse y continuar la explicación de las profecías durante la

siguiente semana. Este cedió a sus peticiones e incluso accedió en llevar

a cabo el resto de las reuniones en el templo de la Iglesia Bautista de

Dresden. Muchas personas de los pueblos cercanos escucharon acerca

de sus sermones y vinieron a escucharlo. Al final de la semana, muchas

personas que habían permitido que su experiencia cristiana se enfriara

127


fueron convertidas, y los miembros regulares de la iglesia confesaron sus pecados. Hubo un verdadero reavivamiento.

La palabra se esparce

Si Miller pensaba que ya había cumplido su pacto con Dios al compartir durante una semana con la congregación bautista en Dresden, estaba muy equivocado. Al regresar a casa el lunes siguiente, encontró una carta proveniente del pastor Fuller, un ministro que vivía a varios kilómetros de ahí en Poultney, Vermont. Fuller desconocía de la predicación que Miller tuvo en Dresden, pero había escuchado respecto de sus puntos de vista sobre la profecía y lo invitó para compartir con su iglesia bautista sus conclusiones. Esto confirmó aún más a Miller que Dios quería que compartiera con el mundo lo que había aprendido. El resultado en Poulmey fue el mismo que en Dresden.

Esto fue el principio de un poderoso ministerio. Las invitaciones para dar charlas sobre las profecías y la segunda venida de Jesús empezaron a llegar con mayor frecuencia. En los años siguientes, Miller daría centenares de conferencias a lo largo de Nueva Inglaterra, al este de Canadá, en Ohio y Maryland. Habló en las iglesias de muchas denominaciones, bautistas, metodistas, congregacionalistas y otras, a cristianos y gente no conversa. En 1833, una confirmación adicional del llamamiento de Dios llegó cuando su Iglesia Bautista de Low Hampton, Nueva York, lo ordenó como ministro.

En 1834, Miller cedió su granja a sus dos hijos y se dedicó a la predicación tiempo completo. En octubre de ese año empezó a llevar un registro de sus compromisos como predicador. A continuación siguen las primeras seis anotaciones:

Fork Keeseville Beedmantown Plattsburgh Keeseville Westport

128

1 de octubre 5 de octubre 6 y 7 de octubre 8 de octubre 11 y 12 de octubre 14, 15 Y 16 de octubre

El profeta renuente

Miller escribió lo siguiente en una carta a un amigo: "Algunos ministros han procurado persuadir a su gente para que no me escuchen, pero la gente irá, y cada sermón atraerá a una multitud adicional, hasta que sus casas de reunión no puedan contenerlos. Tenga la seguridad, mi hermano, Dios está en esto".3 ¡El profeta renuente dejó

de serlo!

La naturaleza espiritual de la predicación de Miller

Miller no se conformaba con predicar acerca de temas proféticos. Sentía

una profunda preocupación por llevar a las personas a aceptar a Jesús

como su Salvador y prepararlas para su pronta venida. Dondequiera que

iba, los apóstatas eran restituidos y los mundanos eran convertidos. En

una ocasión le escribió a un amigo: "Te aconsejo que lleves a tus oyentes

por pasos lentos y seguros hacia Jesucristo". 4 "Por medio de su predica

ción, la infidelidad hubo de aflojar su puño de hierro sobr~centenares de

personas, el deísmo fue forzado a confesar la verdad de la Palabra inspira

da, y los cimientos arenosos del universalismo fueron sacudidos cada vez

que las personas eran persuadidas a asistir a la serie completa de las confe

rencias de Miller. Y centenares de pensadores independientes y capaces

llegaron a adquirir un conocimiento experimental de la mezcla de justicia y misericordia de Dios y el sacrificio de Jesucristo".5

Miller estaba determinado a basar todas sus enseñanzas en la Bi

blia. Le escribió al mismo amigo: "Debes predicar la Biblia, debes

comprobar todas las cosas según lo que está escrito en la Biblia y tie

nes que hablar de la Biblia. Tienes que exhortar con la Biblia, tienes

que orar con la Biblia y tienes que amar la Biblia, y haz todo lo hu

manamente posible para que otros también amen la Biblia".6

Se alcanza prominencia nacional

Durante los primeros ocho años, la predicación de Miller estuvo res

tringida a pueblos pequeños. No recibía invitaciones para predicar en

las grandes ciudades de los Estados Unidos. Esto cambió en 1839, cuando J oshua V. Himes lo invitó a hablar en su capilla de Chardon

Street en Boston. Himes era un líder en un movimiento dedicado a

129


traer el milenio sobre la tierra por medio del evangelismo y la Reforma social. La base teológica de este movimiento era obviamente posmilenialista: La idea de que la segunda venida de Cristo ocurriría después del milenio. Este había sido el punto de vista predominante sobre los eventos finales tanto en Europa como en Norteamérica des

de fines del siglo XVIII. Por su parte, Miller era premilenialista, o sea,

creía que la segunda venida de Jesús ocurriría antes del milenio y marcaría su inicio. De hecho, la predicación de Miller fue lo que ini

ció la transformación del protestantismo evangélico en Norteamérica

hacia el punto de vista premilenialista que hoy sostiene. Himes fue

uno de los primeros conversos de Miller del posmilenialismo al pre

milenialismo.

El cambio en Himes no se circunscribió a la doctrina y a la teolo

gía. Captó la visión de Miller, su preocupación por las almas, y llegó a ser un incansable promotor de la predicación de Miller. El historia

dor adventista George Knight escribió del impacto de Himes en el

mensaje de Miller:

[Himes] Le preguntó a Miller por qué no había predicado en

las grandes ciudades. Miller respondió que él iba solo a donde

lo invitaban. Una actitud tan pasiva fue demasiado para el

agresivo Himes, que indagó si Miller iría "donde las puertas

estén abiertas". Miller respondió afirmativamente. "Entonces

le dije, afirmó Himes, que debía prepararse para la campaña;

porque las puertas iban a abrirse en cada ciudad de la Unión,

iY la advertencia debería llegar hasta los extremos de la tierra! Allí comencé a 'ayudarle' al Padre Miller". El adventismo

nunca fue el mismo después de eso (S. Bliss, Memoirs ofWi

lliam Miller, pp. 140, 141).

En los siguientes cuatro años, el activista Himes hizo que las pala

bras millerismo y adventismo fueran palabras familiares en N ortea

mérica.7 En el periodo de tres meses, Himes inició la publicación de

una revista llamada Signs of the Times. * Esta fue instrumental en pre-

130

El profeta renuente

sentar el mensaje de Miller a una audiencia mucho más amplia. En 1842, cuando Miller predicó en la ciudad de Nueva York, Himes lanzó un periódico, Ihe Midnight Cry, que se distribuyó durante varias semanas. La impresión diaria de diez mil copias fueron distribuidas de forma gratuita o vendida por dos centavos cada una; un total de seis

cientas mil copias fue distribuido en cinco meses, incluyendo aquellas

enviadas por correo cada semana a cada ministro del Estado de Nueva York. "Himes también dirigió la publicación de una amplia gama de

panfletos, folletos y libros. Muchos de ellos fueron coleccionados en la

'Biblioteca de la Segunda Venida', que podía comprarse por menos de

diez dólares para que circulara en comunidades locales". 8 Pronto el

programa de publicaciones milleritas de Himes había crecido tanto

que tuvo que contratar a J osi ah Litch, un ministro metodista, para que lo administrara.

En 1840, el enérgico Himes organizó una "Conferencia General

de Cristianos que Esperan el Advenimiento". Tuvieron en Boston la

primera de quince conferencias que serían organizadas hasta 1844. Y

entre el verano de 1842 y el invierno de 1844, los milleritas se reunie

ron en más de 130 campamentos alrededor de los Estados Unidos, de

nuevo por la insistencia de Himes. Las multitudes en esos campa

mentos crecieron tanto que la carpa más grande que se podía comprar en esos días no los podía albergar. Así que Himes mandó a hacer una

carpa especial para que pudiera alojar a cuatro mil personas, la más

grande de su tiempo en los Estados Unidos. Pero incluso esa carpa tan

grande probó no ser suficiente. ¡Pronto Himes ordenó una adición

para la carpa que aumentó su capacidad a las seis mil personas!

La "influencia y fama de Miller [ ... ] se esparcían cada vez en

círculos más amplios. Un mayor reavivamiento se desarrolló a partir

de sus reuniones en Watertown, Massachussets. Grandes multitudes

acudieron a escucharlo en Portsmouth, New Hampshire, donde sur

gió otro reavivamiento, con cientos de conversos". Otro gran reaviva-

* La revista adventista, Signs 01 the Times®, recibió su nombre de la publicación de Himes, pero aparte de eso, no hay ninguna relación entre ellas dos.

131


miento sucedió en Portland, Maine. "Grupos de oración se formaron a lo largo de la ciudad y se llevaron a cabo reformas reales. La región entera ... sintió el impacto. Un resultado sobresaliente fue el gran número de infieles y deístas convertidos ... Otro fue un renovado interés por la Biblia; las ventas de la Biblia se aceleraban en gran manera dondequiera que iba. Y ahora Miller se encontraba rodeado por decenas de ministros hábiles, algunos de los cuales hacían una obra mayor que la suya. Así sucedió en centenares de comunidades, conforme el movimiento ganaba influencia y velocidad". 9

La oposición se establece

Mientras Miller predicaba en pequeñas ciudades y pueblos, atrajo una mínima oposición. La oposición también fue menor durante la década de 1830, cuando la fecha propuesta para la segunda venida de Jesús aún estaba lejos. Pero hubo un cambio a raíz de la promoción vigorosa de Himes, la predicación dinámica de Miller en las ciudades y la cercanía del año 1843. La oposición se desarrolló entre dos grandes grupos de la población norteamericana. Un grupo eran los incrédulos que se burlaban de la sola idea de la segunda venida de Cristo. Los periódicos ridiculizaban a Miller y a sus asociados. En 1842, un periódico los criticó y los acusó de "simplones", "autoengañados", "ignorantes", "ridículos", "d al e " "al d " "d d 'b·l " ". " e m a rama ... m va os, e mentes e I es, Impostores, y "disparatados". "Las burlas, las risotadas y las calumnias obstaculizaron sus pasos de ahí en adelante con una persistencia creciente" .10

La otra fuente de oposición fue la de los pastores y sus iglesias. Muchas iglesias que una vez le abrieron las puertas a Miller comenzaron a cerrárselas, y a los miembros que eran partidarios de la creencia millerita de que Jesús volvería en 1843 se les pidió que no hablaran de su punto de vista. La oposición de pastores e iglesias se basaba en

parte en la antipatía hacia el hecho de que Miller había colocado una fecha para el retorno de J esucristo. También se basaba en la posición premilenialista de este. Muchas iglesias se habían aferrado a un enfo

que posmilenialista de la segunda venida durante cien años, y Miller ahora retaba esa forma de ver las cosas.

132

El profeta renuente

El movimiento millerita siguió adelante a pesar de la oposición, debido a que la dinámica subyacente de las enseñanzas de Miller era mucho más abarcante que las bestias y las fechas de la profecía. El millerismo nunca habría tenido el poder que tuvo entre 1840 y 1844 si solo se hubiera restringido a los detalles técnicos de las profecías de Daniel y Apocalipsis. La gente se arrepentía, se convertía y confesaba sus pecados. La dinámica del millerismo se basaba en más que Miller, Himes y otras figuras carismáticas. Estaba arraigada en el profundo sentido de urgencia que Miller, Himes y los otros fueron capaces de inspirar en sus audiencias. Miller motivó a miles de seguidores que no podían mantenerse callados respecto de la gran catástrofe mundial que se avecinaba. A pesar de la oposición, "las puertas se abrían por todas partes, y los pedidos de predicadores fueron tantos que ni siquiera la mitad podían cubrirse. Así fue que el movimiento barría con todo con un poder cada vez mayor".ll

Este éxito solo intensificó la oposición. Para 1843, las iglesias desfraternizaban a los milleritas que rehusaban ceder a sus convicciones, especialmente si continuaban hablando de las mismas. Esta fue la razón por la que un predicador millerita llamado Charles Fitch predicó un sermón, que luego fue publicado como un folleto, que urgía a los seguidores de Miller a "salir de Babilonia". El sermón se basó en la lectura de Apocalipsis 18: 2, 4: "Ha caído, ha caído la gran Babilonia ... Salid de ella, pueblo mío". Fitch creía que Babilonia estaba formada por las iglesias que se resistían al mensaje millerita. Miller nunca aprobó la idea de la separación de las iglesias, y Himes se resistió hasta un año más tarde, en el otoño de 1844. Sin embargo, el llamado de

Fitch resonaba en aquellos milleritas que se sentían presionados por sus iglesias a abandonar sus convicciones o al menos dejar de hablar acerca de ellas, y muchos de ellos respondieron abandonando sus con

gregaciones.

Cuando Jesús no vino Miller evitó ser demasiado específico respecto de cuándo vendría J esús. Se limitaba a decir que ocurriría "más o menos en 1843". De

133


hecho, cuando los críticos citaban la declaración de Jesús de que nadie sabe el día o la hora del retorno de Cristo, (Mat. 24: 36), Miller respondía que él hablaba acerca del año, y no del día ni de la hora. En enero de 1843, Miller había refinado su interpretación profética y concluía que Jesús volvería en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el21 de marzo de 1844. La expectación creció como era de

esperarse entre los milleritas conforme esos doce meses transcurrían,

y Jesús no vino. A mediados de agosto de 1844 llegaron noticias. Samuel S. Snow, un

predicador millerita poco conocido, dedicó varios días en el Campestre Exeter, New Hampshire, a explicar el vínculo entre la "purificación del

santuario" en Daniel 8: 14 y el Día de la Expiación de los hebreos, que

también involucraba una "purificación del santuario" (Lev. 16). Snowar

gumentaba que la muerte de Jesús había cumplido la pascua judía, y que

Jesús había muerto el mismo día de la fiesta en el año religioso judío. El derramamiento del Espíritu Santo en el Día del Pentecostés (Hech. 2),

ocurrió en el día preciso de la fiesta en el calendario judío. Snow argumen

taba que el Día de la Expiación en la era del N uevo Testamento con su "purificación del santuario" debía cumplirse en el mismo día del Día de la

Expiación del calendario religioso judío. El día de la expiación ocurriría el

22 de octubre de 1844.

Los líderes del movimiento millerita no estuvieron presentes en el

campestre de Exeter, y cuando recibieron noticias de la teoría de

Snow, se mantuvieron escépticos, al igual que los periódicos adventis

tas más destacados, que estaban bajo su control. Pero la noticia de la

fecha del 22 de octubre de 1844 se difundió entre los milleritas como

fuego salvaje atizado por un furioso viento. Froom describió el fenó

meno:

Este sorprendente movimiento, se diseminó rápidamente. La predicación del "tiempo" o "el tiempo definido", según lo ense

ñaba Snow, pronto fue adoptada por centenares de líderes mille

ritas. El mismo Snow lo predicaba incesantemente en la parte este

del país.12

134

El profeta renuente

Un movimiento maravilloso se inició ese día caluroso [en el campestre de Exeter] que nada podía detener. Aunque los líderes de más edad al comienzo fueron lentos en aceptarlo, el movimiento con mucha rapidez reunió todas las luces menores que estaban esparcidas en un movimiento ardiente y reconocido. Se intensifi

có el ritmo del movimiento, y aceleró tanto sus pensamientos

como sus actividades.13

Oosé] Bates dejó el registro de que el mensaje de Exeter "voló, por así decirlo, sobre las alas del viento". Hombres y mujeres se mo

vieron a toda velocidad por tren yagua, por diligencias y por ca

ballos, con paquetes de libros y periódicos, distribuyéndolos tan "profusamente como hojas de otoño". Oames] White dijo: "El

deber ante nosotros era volar a toda parte del vasto campo, sonar

la alarma y despertar a los soñolientos y dormidos" .14

Como las aguas liberadas de un dique roto, el "movimiento del

séptimo mes", como se le llamaba, se diseminó mucho más allá de la

capacidad de los líderes milleritas para controlarlo. La gente vendía

sus propiedades con el fin de promover la causa. Estalló un tremendo

reavivamiento.

Como un hombre en su lecho mortuorio, enfrentando el final,

hace todo lo posible para preparase para su encuentro con Dios,

así los creyentes del advenimiento con todo fervor se preparaban para el retorno de Cristo en el "décimo día del séptimo mes". El

último defecto fue corregido, la última confesión fue hecha [ ... ]

se animó a algunos de los criminales más empedernidos a entre

garse para ser juzgados. Otros hicieron restitución en lo que habían sido deshonestos, y la tesorería de los Estados Unidos recibió

dinero de personas que habían defraudado al gobierno. 15

Una vez que Joshua Himes aceptó la fecha del 22 de octubre, le

dio su completo apoyo, incluso canceló un viaje a Europa para tener

135


más recursos para producir copias extras de sus publicaciones tan rápido como pudiesen funcionar las prensas de vapor. El 6 de octubre, Guillermo Miller al fin aceptó la fecha del 22 de octubre.

El Gran Chasco

Las reuniones milleritas se llevaban a cabo a diario durante las últimas dos semanas previas al 22 de octubre de 1844, y la expectación había alcanzado un nivel febril.

Durante la última semana, según se acercaba la hora esperada, los comerciantes milleritas cerraron sus tiendas, los mecánicos cerraron sus talleres y los empleados abandonaron sus empleos. Se pusieron a un lado las cosas mundanales y cesaron las empresas mundanales. ¡El Señor estaba por venir! Las ocupaciones comunes fueron abandonadas. Los granjeros no recogieron sus cosechas. Sus papas permanecieron bajo tierra y sus manzanas no fueron cortadas de los árboles. 16

El gran día finalmente llegó. ¡Sería el último día en la tierra! La gente se reunía en pequeños grupos, hogares e iglesias. Velaban, cantaban y oraban.

Estaban al borde de la eternidad, y pronto verían a aquel a quien amaban sin haberlo visto ... Habían cumplido su obra y esperaban ansiosamente el cumplimiento de la promesa de Dios. Ellos creían que dentro de unas pocas horas el cielo se enrollaría como un pergamino, los elementos se derretirían con un calor ardiente, y su Salvador aparecería. 17

Pero el mediodía llegó y se fue. Dieron las tres de la tarde, las seis,

las nueve de la noche hasta que llegó la medianoche. ¡Y Jesús no llegó! Su decepción fue tan amarga como tan dulce había sido su expectación. "Nuestras esperanzas y expectativas más anheladas fueron asoladas, y nos sobrevino un espíritu de llanto como nunca antes habíamos experimentado, escribió un adventista decepcionado. No se hubiera

136

El profeta renuente

comparado ni con la pérdida de todos los amigos terrenales. Lloramos y lloramos hasta el amanecer". 18

1. El Apéndice B explica la base histórica y bíblica acerca de la conclusión de Miller que Jesús vendría en 1844.

2. Leroy Edwin From, 7he Prophetic Faith olOur Fathers, t. 4. (Hagers-town: Review and Herald, PublishingAssociation, 1954), p. 482.

3. Carta citada por Froom, t. 4, p. 506. 4. Carta citada por Froom, t. 4, p. 490. 5. Froom, t. 4, p. 496. 6. Carta citada por Froom, tA, p. 491; Énfasis en el original. 7. George R: Knight, Una historia resumida de los adventistas del séptimo

día.(Nampa, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 2005), pp. 10, 11. Los seguidores de Miller (los milleritas) se llamaban a sí mismos adventistas, pero ellos no eran adventistas del séptimo día. Los adventistas del séptimo día surgieron del movimiento millerita, aunque no adoptaron ese nombre sino hasta el año 1860, y no se organizaron formalmente como una denominación hasta 1863.

8. ¡bid., p. 18. 9. Froom, t. 4, p. 763.

10. ¡bid., p. 760. 11. ¡bid., p. 525. 12. ¡bid., p. 804. 13. ¡bid., p. 812. 14. ¡bid., p. 816. 15. ¡bid., pp. 824, 825. 16. ¡bid., p. 823. 17. ¡bid., p. 826. 18. Hiram Edson, citado en Knight, p. 19.

137

CAlrf'FULO 1 5

Las repercusiones del Gran Chasco

; QUé pasaría si Jesús vieniera en dos meses? ¿O en dos sema~ nas? ¿O en dos días? Suponga que usted de verdad lo cree. ¿Cómo se sentiría? "¡Ah, pero los milleritas estaban equivocados!" Diría usted.

Desde luego, pero estamos hablando de otra cosa. Ya sea que estuvieran equivocados o no, suponga que usted sinceramente creyera que la segunda venida de Jesús está a la vuelta de la esquina, y usted supiera que está listo para encontrarse con él. ¿Cómo se sentiría? ¿Atemorizado? ¿Emocionado? ¿Muy feliz? Las palabras con toda seguridad no podrían expresar la energía y el entusiasmo de sus emociones. Así era como los milleritas se sentían justo antes del 22 de octubre de 1844.

Quizás podamos imaginar vagamente, entonces, su amarga decepción cuando Jesús no apareció. Las palabras de un hombre que tuvo que soportar esa experiencia, "lloramos, y lloramos hasta el amanecer",l son apenas un escaso reflejo de su angustia. No es de extrañar que aquel día se conozca como: "El Gran Chasco".

Hubo una enorme confusión entre las filas milleritas el 23 de octubre de 1844. La confusión fue provocada en parte por una profunda decepción, por la vergüenza y el ridículo que tuvieron que enfrentar de parte de una población burlona, yen parte por la gran pregunta: ¿En

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qué fallamos? En efecto, esta pregunta fue la más persistente de todas. El gran chasco poco a poco se disipó, y los vecinos dejaron de burlarse. Pero la pregunta que seguía atormentándolos era: ¿En qué fallamos? Conforme pasaba el tiempo, cuatro grupos. surgieron y cada uno de ellos tenía su propia respuesta a esa pregunta. Las respuestas giraban alrededor de dos aspectos de la predicción de Miller: La fecha (el 22 de octubre de 1844) yel evento predicho (la segunda venida de Cristo).

Grupo 1: Ambos aspectos err6neos. La vasta mayoría de los seguidores de Miller concluyeron que su interpretación profética fue simplemente un error de principio a fin, y abandonaron el movimiento en su totalidad, creyendo en sus buenas intenciones pero rechazándolo como un fiasco desafortunado. Decidieron que tanto la fecha como el evento predicho estaban equivocados.

Grupo 2: Ambos aspectos correctos. Un segundo grupo sostuvo que tanto la fecha como el evento eran correctos, pero que Cristo había venido de manera espiritual y no física el 22 de octubre de 1844. Este grupo cayó en un grave fanatismo.

Grupo 3: Evento correcto, fecha incorrecta. Un tercer grupo, que incluía a la mayoría de los líderes milleritas, continuó creyendo que Daniel 8: 14 predecía el pronto retomo de Cristo, pero que ellos habían calculado malla fecha. Por supuesto, la segunda venida de Cristo ha sido una doctrina cristiana importante durante mil ochocientos años, así que en ese sentido no había nada nuevo acerca de la explicación de este tercer grupo. Simplemente continuaron calculando fechas futuras para el retomo de Cristo, comenzando con 1845, 1846, 1847 y sucesivamente.

Grupo 4: Fecha correcta, evento equivocado. El cuarto grupo es el que más nos interesa, porque de este es que nació la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Al revisar la evidencia bíblica, este cuarto grupo no pudo encontrar ningún error en el cálculo de la fecha de Miller. Concluyeron que la fecha era correcta, pero que los milleritas no habían comprendido cuál era el evento predicho en esa fecha. Pero, ¿qué evento predecía? Con toda seguridad era importante, porque la profecía del capítulo 8 de Daniel era una de las más prominentes, y el versículo 14 era una de sus predicciones más destacada por ofrecer una

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fecha específica. Pero si no era la segunda venida, entonces, ¿qué evento predijo Daniel 8: 14? ¿Qué debía ocurrir al final de los 2,300 días o años? Esta era la pregunta clave que el cuarto grupo tendría que responder. Y la respuesta que obtuvieran se convertiría en una de las enseñanzas fundamentales de la denominación adventista del séptimo

día. Hiram Edson, quien dijo las palabras "llorábamos, y llorábamos

hasta el amanecer", fue la primera persona en sugerir una respuesta respecto de lo que en realidad había sucedido el 22 de octubre. Su explicación, sigue siendo la posición de los adventistas del séptimo día.

Edson estaba cruzando un campo sembrado con un acompañante la mañana del 23 de octubre, al día siguiente del gran chasco, y una pregunta lo seguía atormentando: ~En qué fallamos? De pronto un pensamiento lo golpeó y lo hizo detenerse. En el pasado, algunos adventistas pensaron que Edson había tenido una visión, pero la evidencia no respalda esa conclusión. Su experiencia parece haber sido más bien una intuición momentánea. He aquí las palabras con las que describió su experiencia: "En lugar de que nuestro Sumo Sacerdote saliera del Lugar Santísimo del Santuario celestial para venir a esta tierra ... al final de los 2,300 días, por primera vez entró ese día al segundo recinto de ese Santuario y ... tenía una obra que cumplir en el Lugar Santísimo antes de su venida a la tierra".2

Para Edson, esto fue como una luz en una noche oscura que desvanecía la oscuridad y la confusión. Él compartió su forma de comprender la profecía con otros milleritas, y después de una cuidadosa evaluación, ellos comprendieron. En lugar de regresar a la tierra, el 22 de octubre de 1844 Jesús entró al segundo recinto del Santuario celestial para iniciar su ministerio allí. Hoy los adventistas del séptimo

día comprenden que el ministerio que Jesús inició en el Lugar Santísimo del Santuario celestial, es la obra del juicio relatado por Daniel 7: 9 y 10. Miller nunca aceptó esta interpretación de lo que sucedió en 1844. Él aún consideraba que Daniel 8: 14 se refería a la segunda venida de Jesús, y continuaba esperando el pronto regreso de Jesús.

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La "puerta cerrada" Según estos primeros adventistas del cuarto grupo (la fecha correcta, el evento equivocado) continuaban estudiando, ampliaban su comprensión de las profecías de los eventos finales. Hubo una creencia, de

la "puerta cerrada", que sostuvieron después del 22 de octubre de

1844, pero que rechazaron en unos pocos años.

Guillermo Miller y sus asociados creían que era esencial que los pe

cadores aceptaran a Jesús antes de su venida, porque el tiempo de gracia

se cerraría y después de eso sería imposible la salvación para aquellos que

no fueran salvos antes de que tal cosa sucediera. Al principio, los adven

tistas del cuarto grupo siguieron creyendo en una forma modificada esta

creencia. Según ellos, cuando Cristo entró al segundo recinto (el Lugar

Santísimo) del Santuario celestial, cerró la puerta del primer recinto (el

Lugar Santo), y por ello, la salvación ya no estaba disponible para cual

quiera que hubiera rechazado las enseñanzas milleritas. Esto llegó a conocerse como la teoría de "la puerta cerrada". Sin embargo, conforme

pasaba el tiempo y algunas personas que habían rechazado las enseñan

zas milleritas aceptaron el mensaje adventista del cuarto grupo, se hizo

evidente que la posibilidad de salvación no se había cerrado para estas

personas. Así que para el año 1855, los adventistas en este cuarto grupo

habían rechazado la teoría de la "puerta cerrada".

Los inicios de los adventistas del séptimo día

Tres personas surgieron como los fundadores del cuarto grupo: Joseph

Gosé) Bates, un ex capitán de barco; James Gaime) White, un ministro

ordenado por la denominación Conexión Cristiana; y Ellen (Elena) Har

mon, quien se convirtió en Elena G. de White en agosto de 1846, cuan

do se casó con Jaime. Elena Harmon salió de la denominación metodista.

Los adventistas del séptimo día creen que ella recibió el don de profecía,

un punto que examinaremos con mayor detalle en el capítulo 17.

Además de sus enseñanzas acerca del ministerio único de Cristo en el

Lugar Santísimo en el Santuario celestial, este cuarto grupo de adventis

tas adoptó otras tres doctrinas importantes. Todas estas se convertirían

en enseñanzas fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

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1. La segunda venida de Cristo. No debería ser una sorpresa que la segunda venida de Cristo fuera una de las conclusiones doctrinales clave del cuarto grupo que nació del movimiento millerita. Tampoco debería sorprendernos que este grupo creyera en el premilenialismo, dado que Guillermo Miller fue el pionero de esta idea entre los estudiantes protestantes de la profecía en N orteamérica.

Uno de los temas que este grupo tuvo que tratar inmediatamente después del Gran Chasco con sus repercusiones, fue la tendencia fanática de algunos milleritas de continuar fijando nuevas fechas para la segunda venida de Cristo. Por ejemplo, Jaime White por un tiempo creyó y enseñó que Cristo vendría el 22 de octubre de 1845, o más o menos en esa fecha. Sin embargo, por instancia de Elena Harmon,

quien pronto se convertiría en su esposa, abandonó tal posición poco antes de que la fecha llegara. Más tarde, José Bates inventó la extraña

idea de que Jesús volvería en 1851, debido a que en el Día de la Expiación en el Santuario terrenal, el sumo sacerdote rociaba siete veces la sangre del macho cabrío sobre el arca del pacto, ¡yen 1851 se cumplirían siete años que iniciaban en 1844!

De vez en cuando, a lo largo de los años, algunos adventistas han propuesto diversos esquemas que fechan, ya sea el regreso de Cristo o el cierre

del tiempo de gracia. Sin embargo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día oficialmente rechaza toda afirmación de este tipo, y con mucha razón, ya que hasta el momento ninguna de estas predicciones se ha cumplido. Si alguna se hubiera cumplido, ¡usted no estaría leyendo este libro!

2. El sábado. La primera Iglesia Bautista del Séptimo Día fue orga

nizada en Londres en 1653. Los bautistas del séptimo día llegaron a N orteamérica poco tiempo después establecieron su primera iglesia en Rhode Island en 1671. Casi 200 años después, en la primavera de 1844,

Rachel Oaks Preston, una bautista del séptimo día, asistió al servicio de comunión en una iglesia millerita en Washington, New Hampshire. Antes de la repartición del pan y del vino, el líder del grupo, el ministro metodista episcopal Frederick Wheeler, comentó que "todos los que confesaban comunión con Cristo en un servicio como ese deberían es

tar listos para obedecer a Dios y guardar sus mandamientos en todas las

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cosas" . Unos días después, la señora Presto n desafió a Wheeler. Esa mañana, dijo ella: "Quería decirle que sería mejor que hubiera quitado la mesa de comunión y dejado los manteles en su lugar hasta que comenzara a guardar los mandamientos de Dios".3 Asombrado por estas palabras, Wheeler le preguntó qué quería decirle. Ella le contestó que él estaba violando el cuarto mandamiento porque se rehusaba a observar el día de descanso, el sábado, el séptimo día de la semana. Wheeler estudió el tema por sí mismo en la Biblia, y pocas semanas después guardó su primer sábado como día de reposo.

T.M. Preble, un millerita en Washington, New Hampshire, empezó a guardar el sábado en el verano de 1844, y en febrero de 1845 publicó un artículo acerca del sábado en la publicación millerita The Hope 01 Israel. José Bates, uno de los líderes del movimiento millerita, leyó el artículo y de manera inmediata comenzó a guardar el sábado. Desde entonces, Bates fue un promotor y defensor infatigable del séptimo día como día de reposo. A principio de 1846 discutió sobre el día de descanso con Jaime White y Elena Harmon, pero en ese momento ellos no creían que tuviera tanta importancia. En agosto de 1846 Bates publicó un folleto de 48 páginas titulado The Seventh-day Sabbath a Perpetual Signo Jaime y Elena, quienes se habían casado en ese mismo mes, estudiaron el folleto de Bates, se convencieron de que era la verdad, y comenzaron a guardar el sábado. Así fue como se inició la larga historia de la observancia del sábado por los adventistas del séptimo día.

Bates insertó su propio concepto al tema del día de reposo: Lo incorporó a su estudio de las profecías bíblicas, relacionándolo con Apocalipsis 13 y 14, que describen el sello de Dios (el día de descanso, el sábado), y la marca de la bestia (el día domingo). Bates dijo: "Hay decenas de miles de personas que están buscando a Jesús y no creen en las doctrinas anteriores, ¿qué sucederá con ellos? Escudriñen el libro de Juan, él sabe más que nosotros; él solo se refirió a dos grupos. Quan 14: 9-11, 12.) Uno guarda los mandamientos y la fe de Jesús. El otro tiene la marca de la bestia. Es claro que, el primer día de la semana como día de reposo o día santo, es la marca de la bestia" 4

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Esta breve declaración de Bates en su panfleto de 1846 acerca del día de descanso, se convirtió en un hito de la escatología adventista del séptimo día. Según entendemos, durante la crisis final del mundo, el día de reposo se convertirá en una línea divisoria importante entre los que sirven a Dios y los que no. El tema será la observancia del día de reposo, el sábado, el séptimo día de la semana según requiere el cuarto mandamiento.

3. Inmortalidad condicional. En 1837, George Storrs, un predicador metodista laico, se entretuvo durante un viaje en tren leyendo un panfleto sobre la naturaleza del hombre y su condición al morir. El panfleto enseñaba que ningún ser humarto poseía la inmortalidad, esta era un don que Dios conferiría a los redimidos a su segunda venida (1 Coro 15: 51-54; Rom. 6: 23). En 1841, publicó An Enquiry: Are the Souls ofthe Wicked Immortal? In 1hree Letters. Un año después revisó y reimprimió el documento bajo el mismo título pero con una excepción, esta vez eran seis sermones. Debido a la oposición a su punto de vista, imprimió cinco mil copias y después imprimió otras dos mil para distribuir a las personas que venían a escucharlo predicar.

La idea de Storrs fue apoyada por Jaime White, quien había salido de la denominación Conexión Cristiana, que apoyaba similares puntos de vista acerca de la naturaleza del hombre y su condición en la muerte. Mientras Elena asistía a la Iglesia Metodista en la adolescencia, había quedado totalmente perpleja por la doctrina del tormento

eterno de los malvados, la que no podía reconciliar con las enseñanzas bíblicas de un Dios amoroso.

D.ifusión de la palabra A principios de 1848 José Bates y los esposos White a aime y Elena) habían adoptado estas tres enseñanzas básicas, además del concepto del cambio del ministerio de Cristo en el Santuario celestial al final de los 2,300 años. Estaban convencidos de que esas enseñanzas eran verdaderas, pero ahora enfrentaban un gran dilema: ¿Qué debían hacer al respecto? En este contexto, la experiencia por la que apenas habían pasado les proveyó una poderosa motivación. Dos emociones pode-

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rosas los habían impulsado durante las semanas y meses previos al 22 de octubre de 1844: Se habían sentido muy emocionados por el pronto regreso de Cristo, y habían sentido una tremenda preocupación por las almas perdidas. Y estas emociones no se desvanecieron cuando Cristo no llegó el 22 de octubre. Ahora que habían respondido la pregunta respecto de lo que había sucedido en esa fecha, la misma fuerza que los había impulsado antes del 22 de octubre los motivaba a explicarles a otros la respuesta del Gran Chasco.

Comenzaron con los mejores candidatos: Sus compañeros milleritaso De hecho, debido a la teoría de "la puerta cerrada", creían que la mayoría de las personas en el mundo ya estaba perdida. Las únicas personas que permanecían salvas eran aquellos milleritas que habían soportado el Gran Chasco y confiaban aún en la interpretación básica de las profecías según Miller, excepto que ahora debían replantearse el evento ocurrido el 22 de octubre de 1844.

Jaime y Elena White y José Bates empezaron a viajar a Nueva Inglaterra, visitaron a todos los ex milleritas que pudieran encontrar y que aún tuvieran fe en las enseñanzas fundamentales de Miller. Aquellos a quienes encontraron los reunieron en una serie de conferencias bíblicas, que llamaron Sabbath Conforences. Las reuniones se tenían en graneros y en las casas de las personas. En general, de veinticinco a cincuenta personas acudían. y surgían fuertes diferencias de opinión. Tiempo después Elena G. de White escribió: "Casi no había dos que estuvieran de acuerdo. Cada uno era vehemente con sus opiniones, y declaraban que estaban de acuerdo con la Biblia. Todos estaban ansiosos de tener una oportunidad para presentar su parecer, o de predicarnos. Se les había dicho que no habíamos viajado desde una distancia tan larga para oírlos, sino para enseñarles la verdad': 5 Esto nos parece bastante dogmático. Pero Bates y los esposos White estaban muy convencidos

de que Dios les había dado la respuesta al Gran Chasco del 22 de octubre de 1844. Creían que Dios les había dado varias enseñanzas bíblicas fundamentales y que los había llamado a proclamar estas verdades. Los tres líderes persistieron, y la mayoría de aquellos que asistían a estas conferencias sabáticas, finalmente estuvieron de acuerdo.

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Para 1850, un grupo de cerca de cien personas había empezado a materializarse en torno a las cuatro enseñanzas básicas señaladas. Una nueva denominación estaba en su etapa de formación, una denominación cuyos líderes estaban convencidos que ellos eran el remanente

de Dios de los últimos tiempos y que él les había dado la misión de

llevar estas enseñanzas centrales al mundo.

1. Hiram Edson, citado en Knight, Una historia resumida de los adventistas del séptimo día (Nampa, Idaho: Pacific Press, 2005), p. 19.

2. Hiram Edson, MS "Life and Experience", 9, citado por Leroy Edwin Froom, The Prophetic Faith ofOur Fathers, t. 4, (Hagerstown: Review and Herald, Publishing Association, 1954), p. 88l.

3. Citado por Anhur W. Spalding, Origin and History ofSeventh day Adventists [Origen e historia de los adventistas del séptimo día] (Hagerstown: Review and Herald, Publishing Association, 1%1), t. 1, p. 115.

4. Joseph Bates, The Seventh day Sabbath a Perpetual Sign From the Beginning, to the Entering Into the Gates of the Holy City According to the Commandment, 1847. Ed., p. 59. Citado en Development of Seventh day Adventists Theology Source Book: Maxwell Source Collection, p. 271, un manuscrito privado preparado por C. Mervyn Maxwell para los estudiantes de su clase de Historia de la Teología Adventista.

5. Citado por Knight, p. 49. Cursiva agregada por Knight.

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i te de una nueva iglesia

Cierto día, José Bates estaba escribiendo en su oficina, cuando su esposa le pidió que saliera a comprar harina y otras cosas más

que necesitaba para preparar la comida. Cuando Bates le preguntó cuánta harina necesitaba para su receta, ella le contestó "cuatro libras". Bates fue a la tienda más cercana, compró los ingredientes y regresó a su casa. Después de colocarlos en la mesa, retomó la escritura; la señora Bates no estaba en la cocina en ese momento. Minutos más tarde, la puerta de su despacho se abrió con fuerza, y su esposa dijo: "José, ¿de dónde proviene esta harina?"

-Tú dijiste que necesitabas cuatro libras -contestó Bates-. ¿Acaso no es suficiente?

-Sí, pero tú, capitán Bates, que has navegado buques por todo el mundo, ¿compraste únicamente cuatro libras de harina?

Él respondió: "Esposa, me he gastado los últimos centavos que tenía para imprimir estos artículos".

-¿Pero entonces, qué vamos a hacer? -preguntó ella.

Bates se puso de pie. "Voy a escribir un libro acerca del sábado -dijo-, y lo haré circular para que se esparza la verdad acerca del sábado al mundo entero".

-Pero, ¿de qué vamos a vivir? -protestó su esposa. -Dios abrirá un camino -dijo Bates.

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Su esposa prorrumpió en llanto. "Oh, ¡eso es lo que siempre me dices!" y abandonó el cuarto, llorando amargamente.

Bates regresó a lo que estaba escribiendo, pero a la media hora sintió la necesidad de recoger su correo. Al llegar a la oficina de correos, preguntó si había alguna correspondencia para él. El jefe de la oficina de correos le dijo que había recibido una carta, pero que no se habían pagado los gastos de envío. (En la época de Bates no era raro que el que recibía una carta tuviera que pagar el envío por las cartas recibidas.) Bates le confesó al jefe de la oficina de correos que no tenía

dinero para pagar el importe. "N o se preocupe, capitán Bates -le dijo el jefe-o Tome la carta y luego me paga".

-No -dijo Bates-, le pagaré en el momento. Pero abra la carta. Yo creo que contiene dinero, y usted podrá sacar el dinero de los sellos antes de que yo la toque.

El jefe abrió el sobre y sacó un billete de diez dólares, una suma atractiva en ese entonces. En la carta que acompañaba el dinero, quien la enviaba le decía a Bates que Dios lo había impulsado a enviarle ese dinero porque seguramente lo necesitaría.

Después de dejar la oficina de correos, Bates fue a la tienda y compró un barril de harina, papas, azúcar y otras provisiones y consiguió que se lo llevaran en coche a la casa. Luego fue a la imprenta, donde contrató la impresión de su libro sobre el sábado. Cuando llegó a casa, encontró a una esposa emocionada, quien le pidió saber de dónde provenían los víveres.

-El Señor los envió -respondió él. -Oh, ¡eso es lo que siempre dices! -exclamó ella. Bates le mostró la carta. "Léela", le dijo. Ella leyó la carta y otra vez se marchó llorando.]

Este relato ilustra la pobreza que enfrentaron todos los pioneros adventistas. También muestra la convicción que los llevó a hacer sacrificios que nos harían temblar a usted y a mÍ. A menudo, estos primeros adventistas escasamente tenían suficiente dinero para sobrevivir. En una ocasión, cuando Jaime White partió para su trabajo, tomó nueve centavos de su bolsillo y se los dio a Elena, su esposa, para que

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El surgimiento de una nueva iglesia

comprara un poco de leche para ella y su pequeño hijo. ¡Era todo lo que tenía! En otra ocasión, Jaime tomó un hacha y fue al bosque para cortar leña, la que vendía, ganando cincuenta centavos al día. Aun con este escaso ingreso, él no solo proveyó para su familia, sino que también se sacrificó para cubrir los gastos de viajes de la impresión y envío de materiales impresos. Cierta vez Jaime y Elena querían con urgencia asistir a una conferencia, pero no tenían dinero. Entonces, alguien les dio diez dólares. Usaron la mitad del dinero para comprar algo de ropa para Elena, y la otra mitad la usaron para viajar a su destino. Gaime no compró ropa; Elena hizo remiendos en su abrigo.)

Dos cosas los llevaron a hacer estos sacrificios: En primer lugar, creían que tenían un mensaje que el mundo necesitaba conocer, y en segundo lugar, creían que Dios los había llamado a proclamar ese mensaje.

El desarrollo de una denominación

Usted yyo encontraríamos que una de sus creencias era bastante extraña: Pensaban que la organización de la iglesia era un error. ¡Formar una denominación era anatema! Creían que cualquier forma de organización de una iglesia era "Babilonia". Aunque hoy día nosotros no estamos de acuerdo con su convicción en este punto, es fácil captar porque ellos creían de esta manera si lo vemos desde su propia perspectiva. Durante los inicios de la década de 1840, ellos habían sido expulsados de sus iglesias, y lo último que querían era formar otra denominación. Sin embargo, la realidad de las cosas pronto los forzó a abandonar su convicción.

Organizados para servir. Al principio, Jaime White y su esposa Elena apoyaron estos sentimientos contra la organización. Sin embargo, conforme pasaba el tiempo fue muy evidente para ellos que era esencial alguna forma de organización si querían ejercer un impacto significativo en el mundo. Para mediados de la década de 1850, un

grupo de ministros servía a los guardadores del sábado, * y porque las

* Empleo el término adventistas guardadores del sábado para referirme a todos aquellos milleritas que observaban el sábado en 1844, (después del Gran Chasco) hasta el otoño de 1860, cuando adoptaron oficialmente el nombre de "Adventistas del Séptimo Día".

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iglesias locales no siempre podían saber quién era un pastor adventista guardador del sábado y quién no lo era cuando se presentaba en la iglesia, Jaime White comenzó a dar tarjetas a los ministros reconocidos. Se hizo evidente que el movimiento necesitaba alguna clase de organización que pudiera darles licencia a sus predicadores.

Otro problema ministerial era la remuneración. ¿Quién les pagaría a esos predicadores su sueldo? Y, ¿cómo serían recolectados esos sueldos? ¿A nombre de quién sería guardado ese dinero? El grupo también necesitaba una organización para resolver este asunto.

Otro problema surgió a finales de 1850: La titularidad de los bienes eclesiásticos. En 1855, los adventistas que guardaban el sábado se mudaron a Battle Creek, Michigan, y una de las primeras cosas que hicieron

fue comprar un terreno y construir un edificio de dos pisos para una casa editora. La siguiente pregunta en ser planteada fue: ¿A nombre de quién sería registrada la casa editora y sus propiedades? Inicialmente, Jaime White puso la propiedad a su nombre, pero esto lo hizo sentirse incómo

do. Así que empezó a proponer la formación de un cuerpo directivo de adventistas que pudiera registrarse como dueño legal de propiedades. Algunos de los "hermanos" insistieron que tal organización sería Babilonia.

Si la gente se rindiera de forma total a la dirección del Espíritu Santo, ellos decían, no sería necesario tener un dueño legal. Jaime White advertía que esto podía aplicarse en un mundo perfecto, pero que tales circunstancias no existían en un mundo imperfecto.

Sin embargo, antes de que pudieran incorporarse legalmente, necesitaban un nombre. Los ministros principales convocaron una reunión en Battle Creek del 28 de septiembre al 1 de octubre de 1860. Se ofrecieron varios discursos poderosos contra la incorpora

ción, pero aquellos que estaban a favor ganaron la discusión. El grupo aprobó adoptar el nombre "Adventistas del Séptimo Día", ya que esto reflejaba dos de las grandes enseñanzas del movimiento: "Séptimo día", debido a que observaban el día dé descanso en el séptimo día de

la semana, y "Adventistas" porque creían en el pronto advenimiento o venida de Jesús. Varios meses después, en mayo de 1861, la casa de publicaciones fue oficialmente incorporada en Michigan, bajo el

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nombre de "Asociación de Publicaciones Adventista del Séptimo Día". Dos años después, en 1863, el grupo organizó la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, la cual aún sigue siendo el cuerpo directivo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Con una organización, los primeros adventistas del séptimo día estuvieron en condiciones de desarrollar una cantidad de ministerios que persisten hasta hoy.

El desarrollo de un ministerio de publicaciones. En noviembre de 1848, mientras Jaime y Elena estaban en Dorchester, Massachussets, Elena tuvo una visión. Más tarde ella le dijo a J aime: "Tengo un mensaje para ti. Debes imprimir un pequeño periódico y repartirlo entre la gente. Aunque al principio será pequeño, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde el principio. Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circuir el globo" (El colportor evangélico, p. 9). Con poco menos

\ de cien adventistas guardadores del sábado en todo el mundo, la sugerencia de un ministerio de publicaciones que circuyera el globo debió parecer absurdo para Jaime y Elena. George Knight comenta: "A pesar de las circunstancias desalentadoras, Jaime White, postrado por el cansancio y destituido financieramente, avanzó por fe para escribir e imprimir el 'pequeño periódico'. Al mirar atrás hacia esa experiencia, más tarde escribió: 'Nos sentamos para preparar el tema para ese pequeño periódico, yescribimos cada palabra; nuestra biblioteca completa constaba de una Biblia de bolsillo de tres chelines, la Concordancia Condensada de Cruden y el viejo diccionario Walker, al que le faltaba una de las tapas. Destituidos de medios, nuestra esperanza de éxito estaba en Dios"'. 2

En julio de 1849, Jaime y Elena White se encontraban en Middletown, Connecticut, donde Jaime siguió el consejo de su esposa y publicó un documento llamado Present Truth. La señora White escribió: "Traídas a la casa las valiosas hojas impresas, las pusimos en el suelo, y luego se reunió alrededor un pequeño grupo de personas interesadas. Nos arrodillamos junto a los periódicos, y, con humilde corazón y muchas lágrimas, suplicamos al Señor que otorgase su bendición a aquellos mensajeros impresos de la verdad" (Notas biogrdjicas de Elena

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G. de White, p. 138). El grupo dobló y engrapó las hojas y Jaime White se las llevó en una mochila grande a la oficina de correos del centro de la ciudad y los envió. Se publicaron once números de la Present Truth entre julio de 1849 y noviembre de 1850.

En agosto de 1850, Jaime White publicó su primer número deAd

vent Review en Auburn, Nueva York. El nombre provino del hecho de que se volvió a revisar y reimprimir algunas de las enseñanzas del movi

miento millerita previas al 22 de octubre de 1844. Jaime publicó cinco números de 1he Advent Review. Luego, en agosto de 1851, 1he Advent

Review recibió un nuevo nombre: 1he Advent Review and Sabbath He

rald. Durante varios años se la conoció como la Review and Herald.

Hoy se conoce con el nombre de Adventist Review.

En agosto de 1852, Jaime White publicó el primer número de 1he

Youth s Instructor, una revista para jóvenes. Esta continuó hasta 1970, cuando fue reemplazada por una revista también para jóvenes llama

da Insight.

En junio de 1874, Jaime White inició la publicación de la revista Signs of the Times en California. También estableció una casa editora, la Asociación Publicadora Pacific Press en Oakland California, para producir la revista. Signs of the Times continúa publicándose hasta el día de hoy, yes una de las publicaciones más antiguas de los Estados Unidos. He tenido el privilegio de editar esta revista desde el año

1994. En 1852 el pequeño grupo de adventistas tenía su sede en Rochester,

Nueva York, y allí compraron una imprenta. Luego, en 1855, se mudaron a Batde Creek, Michigan, donde compraron un terreno y constru

yeron una casa editora. La llamaron la Asociación Publicadora Review and Herald, guiados por el nombre de la revista que habían comenzado

pocos años antes. En pocos años el pequeño edificio de madera había sido reemplazado por dos edificios de ladrillos. A fines del siglo, la Review and Herald se había convertido en la planta de impresión más grande de Michigan. Hoy día, los adventistas del séptimo día operan sesenta y cinco casas publicadoras alrededor del mundo y estas instituciones imprimen libros, revistas y panfletos en 361 idiomas y dialectos.3

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La predicción de Elena G. de White, que parecía poco probable en 1848, con toda seguridad se ha hecho realidad. Hoy, las publicaciones que llevan el mensaje adventista efectivamente circundan el globo.

El desarrollo de un ministerio de salud. Casi desde el principio, los adventistas del séptimo día han promulgado la importancia de la salud como un factor vital para el mantenimiento de una vida espiritual vigorosa. José Bates, uno de los fundadores de la denominación adventista del séptimo día, abandonó el alcohol y el tabaco durante la década de 1820, durante sus viajes alrededor del mundo como capitán de barco. El6 de junio de 1863, mientras visitaba Otsego, Michigan, Elena G. de White recibió una visión sobre la salud. "Abarcó el amplio campo de la salud y la medicina preventiva, y tocó los detalles principales de las causas de las enfermedades, el cuidado del enfermo, las agencias curativas, la nutrición, los estimulantes y narcóticos, el cuidado de los niños y la vestimenta saludable. La visión destacó la obligación de cada persona de dar atención inteligente a la salud del cuerpo y de la mente". 4 De allí en adelante, Elena promovió vigorosamente la vida saludable.

En 1864, los adventistas del séptimo día publicaron seis panfletos sobre la vida saludable titulados Health, or How to Live. Estos panfletos trataban de los alimentos, los baños, las medicinas, el aire, la vestimenta y el ejercicio. El primer número del periódico mensual, The Health Reformer fue publicado en agosto de 1866. Ese mismo año la denominación estableció su primera institución médica, el Western Health Reform Institute, que después fue nombrado Batde, Creek Sanitarium. Hacia fines del siglo, el sanatorio, bajo el liderazgo del infatigable J ohn Harvey Kellogg, * se convirtió en una de las instituciones médicas más importantes del país, y contó entre sus pacientes a personajes distinguidos como J. C. Penney y William Jennings Bryan.

Hoy día la Iglesia Adventista del Séptimo Día administra un sistema global de salud que incluye 167 hospitales y sanatorios y 449 clí-

* John Harvey Kellogg inventó el desayuno de cereales secos. La compañía de cereales Kellogg de Batde Creek, Michigan, recibió su nombre por el hermano de John Harvey: William Keith Kellogg.

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nicas y dispensarios. El Centro Médico de la Universidad de Loma Linda, uno de los más grandes centros médicos regionales, que se lo

caliza a sesenta millas al este de Los Ángeles, California, incluye es

cuelas de Medicina, Odontología, Enfermería y muchas otras profe

siones dentro del área de la salud. El desarrollo de un ministerio de educación. Los primeros esfuer

zos adventistas del séptimo día a favor de la educación cristiana fueron

esporádicos. En 1853, Martha Byington, cuyo esposo, John, se convirtió en el primer presidente de la Asociación General, dirigió una escuela

de iglesia durante un periodo corto de tiempo. En 1857, Eliza Morton

enseñó a niños durante un año en el nuevo edificio de la Iglesia Adven

tista de Battle Creek. En 1860, John Fletcher Byington, el hijo del an

ciano J ohn Byington, dirigió unq. escuela de iglesia en Batde Creek has

ta que comenzó sus estudios dé Medicina. En 1866, Goodloe H. Bell,

un profesor prominente en Michigan, estuvo en el Instituto de Salud del

Oeste como paciente. Uno de los tratamientos prescritos por los médi

cos era efectuar trabajo ligero en los terrenos del sanatorio. Al saber que

era un maestro de escuela, los niños del vecindario le pidieron que los

ayudara con sus tareas. Pronto descubrieron que el señor Bell sabía más

de matemáticas y gramática que sus propios maestros. Por eso les pidie

ron a sus padres que si lo podían tener como maestro en su escuela. Para

ese entonces Bell había aceptado el mensaje de la Iglesia Adventista del

Séptimo Día y se había unido a la iglesia. La Asociación General tomó

interés en el proyecto y designó el edificio que había albergado original

mente la casa de publicaciones (ahora reemplazada por los dos edificios

de ladrillos mencionados en párrafos previos de este capítulo), para for

mar la escuela. La escuela se inauguró en junio de 1872 con doce alum

nos, pero pronto alcanzó los 25 alumnos. Pocos meses después, la ma

trícula de otoño fue tan numerosa que la escuela tuvo que trasladarse a

un edificio que antes había sido un templo.

Pero una escuela de iglesia no era suficiente. Los líderes de la denominación se dieron cuenta que necesitaban un colegio universitario. Por esto compraron trece acres adyacentes al Instituto de la Reforma de Salud del Oeste, donde establecieron el Colegio de Batde Creek. A lo

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largo de su historia, los adventistas del séptimo día hicieron de la edu

cación una de las partes más importantes de su labor. Hoy día, la denominación cuenta con 6,966 escuelas alrededor del mundo. Esto incluye

106 colegios universitarios y universidades, 1,462 escuelas secundarias

y 5,362 escuelas primarias. El total de alumnos inscritos en estas escue

las con facilidad sobrepasa el 1,35 millón de estudiantes.

El desarrollo de un programa misionero. En Apocalipsis 14: 6, 7.

Juan dice: "Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el

evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda na

ción, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle

gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo

el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (RVR 1960). Este

ángel tenía un mensaje, el evangelio eterno de Dios, ¡para proclamarlo a

cada ser humano sobre la tierra! Para agregar énfasis, el ángel dijo que el

mensaje debía ir "a toda nación, raza, lengua y pueblo". Esto suena muy

parecido a la gran comisión que Jesús dio a sus discípulos poco antes de

que dejara la tierra para regresar al cielo cuando les dijo: "Por tanto, va

yan y hagan discípulos de todas las naciones" (Mat. 28: 19).

La primera tarea del pequeño grupo de adventistas guardadores del

sábado que surgieron del Gran Chasco de 1844, fue crear una organiza

ción en los Estados Unidos que pudiera apoyar esta clase de esfuerzo

global que requiere Apocalipsis 14: 6, 7. Esto tomó cerca de treinta

años. Finalmente, en 1874, la Asociación General envió a su primer

misionero al extranjero, J. N. Andrews, quien fue a Europa. En 1876 la

iglesia invirtió diez mil dólares para establecer una casa editora en Euro

pa. El alcance misionero de la iglesia se expandió con mucha rapidez, y

para fines del siglo, los adventistas del séptimo día habían establecido

obra misionera en cada continente excepto en Antártida. Hoy día, la

Iglesia Adventista del Séptimo Día funciona en 202 de los 228 países

reconocidos por las Naciones Unidas. Durante muchos años, la mayoría

de los misioneros adventistas salieron de países desarrollados del mundo,

especialmente de Norteamérica, Europa y Australia. Sin embargo, muchos misioneros extranjeros ahora provienen de América Latina, Corea, Indonesia, Filipinas y otras panes del mundo.


Cuando se tuvieron las conferencias sabáticas a principios de 1848,

había apenas poco más de cien individuos en el mundo entero que po

dían ser considerados adventistas observadores del sábado. Para cuando la iglesia se organizó en 1863, había entre 3,000 y 3,500 adventistas del

séptimo día en todo el mundo. Para 1880, había un adventista del sép

timo día por cada 250,000 personas en todo el mundo. En 1930 había

un adventista por cada 6,500 personas en el mundo. En 1990 había un

adventista del séptimo día por cada 795 personas en el mundo. Y a me

diados de 2007, había un adventista del séptimo día por cada 429 personas en el mundo. Por más de un siglo, la mayoría de los adventistas del

séptimo día vivían en N orteamérica. Sin embargo, durante la segunda

mitad del siglo XX, los miembros adventistas fuera de Norteamérica

sobrepasaron a los de Norteamérica. La feligresía mundial al momento

~e la publicación de este libro en inglés se acercaba a los dieciséis millo

nes, y solo un millón de estos viven en N orteamérica.

Los adventistas guardadores del sábado que surgieron de las confe

rencias sabáticas de 1848, tuvieron la visión de compartir sus doctrinas

distintivas con el mundo. Hoy día, la Iglesia Adventista del Séptimo

Día ha logrado cumplir tal misión de una manera que trasciende por

mucho los sueños más ambiciosos de aquellos pioneros.

1. Arthur W. Spalding recopila este incidente en el libro Origin and History of Seventh day Adventists, t. 1 (Washington: Review and Herald, Publishing Association, 1999), p. 56.

2. George R. Knight, Una historia resumida de los adventistas del séptimo día (Nampa, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 2005), p. 52.

3. Las estadísticas en este capítulo respecto a las actividades de los adventistas del séptimo día alrededor de todo el mundo provienen de "World Statistics for 2005", Seventh day Adventist Yearbook, 2007 (Hagerstown, Maryland: Review and Herald, Publishing Association, 2007), p. 4.

4. Don F. Neufeld, ed., Seventh day Adventist Encyclopedia (Washington: Review and Herald, Publishing Association, 1966), p. 1409.

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CAPÍTULO 17

Elena G. de wrute

En su infancia, Elena Harmon caminaba a su casa desde la escuela en Portland, Maine, cuando una compañera de clases se enojó

con ella y le arrojó una piedra grande. La piedra le pegó directamente en la nariz, dejándola inconsciente. Cayó al suelo, y sus amigos la llevaron a una tienda cercana. Cuando recobró el conocimiento, ignorando la seriedad de su herida, rehusó la invitación de un extraño que se ofreció a llevarla a casa en su carruaje. Había caminado apenas una corta distancia cuando comenzó a sentirse sin fuerzas y mareada, y necesitó la ayuda de su hermana gemela y una amiga para llegar a su casa.

En el mundo de hoy, cualquier extraño habría llamado con prontitud un número de emergencias desde su celular, y pocos minutos después una ambulancia con sus técnicos la habrían llevado con el ruido de sirenas al departamento de emergencia del hospital más cercano. Los cirujanos plásticos y ortopedistas habrían reconstruido su nariz, y se habría recuperado a cabalidad. Sin embargo, este accidente sucedió en 1836, así que Elena estuvo en coma durante tres semanas en su casa. Cuando despertó, no recordaba nada del accidente. Ella convaleció en cama durante varias semanas, y perdió peso al punto que, según ella lo describe, "quedé reducida casi a un esqueleto" (NB, p. 20). Temiendo por su vida, comenzó a orar y a pedirle a Dios que

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la preparara para la muerte. Pensar en la muerte también creó en su mente un deseo de estar bien con Dios, y le pidió al Señor perdón por sus pecados. Más tarde, ella sintió paz y sentimientos de amor hacia sus semejantes.

Pero Elena no murió. Se recuperó de manera gradual, aunque durante los siguientes dos años no pudo respirar por la nariz, y cuando regresó a la escuela tenía grandes dificultades para aprender. La maestra escogió a la niña que le había arrojado la piedra para que fuera su tutora personal, y la niña parecía estar genuinamente arrepentida por la lesión que le había provocado. Elena luego escribió que la niña "se mostraba muy cariñosa y paciente conmigo y daba indicios de estar triste y pensativa al ver las dificultades con que yo tropezaba para adquirir una educación" (NB, p. 21). La mano de Elena temblaba cuando intentaba escribir. Cuando intentaba leer, las letras se juntaban sobre la página y se sentía débil y mareada. Sus maestros le aconseja

ron que dejara la escuela y se concentrara en su recuperación. A causa de ello, Elena nunca llegó muy lejos en su educación formal.

Elena y el movimiento millerita

Cuando Guillermo Miller llegó a Portland en marzo de 1840, sus conferencias sobre la segunda venida de Cristo fueron una gran sensación. Multitudes vinieron de los alrededores de la ciudad y llenaron la iglesia hasta desbordarse de día y de noche. Algunas personas del campo llevaban meriendas y se quedaban allí todo el día. Elena recordó tiempo después que "no se produjo una conmoción alocada, sino que el ánimo de cuantos las escucharon se sobrecogió solemnemente ...

"[Miller] y sus solemnes y enérgicas exhortaciones y advertencias a quienes no estaban preparados, subyugaban por completo a las multitudes" (NB p. 22).

Cientos de personas aceptaron la invitación de Miller a entregarse a Cristo; Elena estaba entre ellos. Sin embargo, ella temía no merecer la salvación, y durante varios meses un gran peso abrumó su mente y su corazón. Al verano siguiente, sus padres la llevaron a una reunión

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Elena G. de White

campestre de la Iglesia Metodista, y allí los sermones impartidos por los predicadores acerca de la salvación por la fe trajeron paz a su alma. Al regresar a casa fue bautizada por inmersión junto con otros once candidatos en el Océano Atlántico. Esa tarde fue recibida como miembro de la iglesia. Fue durante este periodo de su vida que meditó y se llenó de temor por el tema del castigo eterno para los malvados en el infierno. Más tarde escribió:

Era presa de profunda desesperación. Temía perderme y tener que vivir por toda la eternidad sufriendo una muerte en vida [ ... ]. Las horribles descripciones que había oído de almas per

didas me abrumaban. Los ministros en el púlpito pintaban cuadros vívidos de la condición de los perdidos [ ... ].

Mientras escuchaba estas terribles descripciones, mi imaginación era tan activa que comenzaba a transpirar, y me resultaba difícil contener un clamor de angustia, pues me parecía ya sentir los dolores de la perdición [ ... ]. Pensaba que la condición del pecador condenado sería la mía, para soportar las

llamas del infierno para siempre, por tanto tiempo como Dios existiera. Una oscuridad casi total me rodeaba, y parecía que no había forma de escapar de las tinieblas (NB, pp. 33, 34).

U na sensación de su propia miseria y el consiguiente temor a una existencia eterna en el infierno, la hicieron caer en una profunda de

presión. Pero entonces le sucedieron dos cosas que le dieron ánimo. La primera fue un sueño en el cual vio a Jesús, y su sonrisa le otorgó paz a su mente aturdida. La segunda fue que compartió sus temores con un ministro metodista llamado Levi Stockman. Este le aseguró que el mismo hecho que ella estuviera sufriendo tal agonía por estas cosas era una evidencia positiva de que el Espíritu Santo aún trabajaba en su corazón, y que ella no estaba perdida. La animó a confiar en Jesús, quien nunca dejaría de amar a cualquier persona que lo buscara con toda sinceridad. Más tarde ella declaró que encontró más consuelo y una mejor comprensión del carácter amoroso de Dios en los po-

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cos minutos que pasó con este bondadoso hombre de Dios que en todos los sermones que había escuchado hasta entonces.

Poco tiempo después, Elena y su familia fueron desfraternizados de la Iglesia Metodista por no obedecer las reglas, en este caso por rehusarse a dejar de hablar de las enseñanzas de Miller. Con otros creyentes milleritas esperaban con muchas ansias el regreso del Señor en algún momento entre marzo de 1843 y marzo de 1844, llegó, pasó y Jesús no apareció. Pero su verdadera decepción llegó el 22 de octubre de 1844, el Gran Chasco. Sin embargo, la reacción de Elena y de los que la rodeaban es de extrañar: "Amarguísimo desengaño, escribió ella después, sobrecogió a la pequeña grey que había tenido una fe tan firme y esperanzas tan altas. No obstante, nos sorprendimos de sentirnos libres en el Señor y poderosamente sostenidos por su gracia y fortaleza" (NB, p. 68).

Su primera visión

En diciembre de 1844, entre la sexta y la octava semana después del Gran Chasco, Elena Harmon estaba visitando con otras cuatro amigas la casa de la señora. Elizabeth Haines1 en Portland, Maine. Estaban postradas en oración cuando, en las palabras de Elena, "el poder de Dios descendió sobre mí como nunca hasta entonces" (NB, p. 71). Le pareció que quedaba rodeada de luz y que se elevaba por encima de la tierra:

Me volví en busca del pueblo adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo: "Vuelve a mirar un poco más arriba". Alcé los ojos y vi un recto y angosto sendero trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba por este sendero, en dirección a la ciudad que en su último extremo se veía. En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había puesta una luz brillante que, según me dijo un ángel, era el "clamor de medianoche" (Mat. 25: 6).2 Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los caminantes para que no tropezaran.

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Elena G. de White

Delante de ellos iba Jesús, guiándolos hacia la ciudad, y si no apartaban los ojos de él, iban seguros. Pero no tardaron algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía muy lejos, y que contaban con haber llegado más pronto a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba sobre la hueste adventista, y exclamaban: "¡Aleluya!" Otros negaron temerariamente la luz que tras ellos brillaba, diciendo que no era Dios quien hasta ahí los guiara. Pero entonces se extinguió para ellos la luz que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas,

de modo que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús, cayeron abajo fuera del sendero, en el mundo sombrío y perverso (NB, pp. 71, 72.)

Para Elena G. de White y sus compañeras esta visión tuvo un gran significado, por medio de ella se les aseguraba que Dios había estado con ellos en el Gran Chasco por el cual habían tenido que atravesar.

Cerca de una semana después, Elena recibió otra visión de carácter más personal. "El Señor me mostró las pruebas que yo iba a tener que sufrir, y me dijo que yo debía ir y relatar todo cuanto él me había revelado. Se me mostró que mis trabajos tropezarían con recia hostilidad, que la angustia me desgarraría el corazón; pero que ... la gracia de Dios bastaría para sostenerme en todo ello" (NB, p. 76).

Elena Harmon solo tenía 17 años en ese entonces y su salud era muy precaria. Parece ser que padecía de tuberculosis, porque le era difícil respirar al acostarse y se levantaba a menudo tosiendo sangre.3

Era tímida en extremo y le era difícil encontrarse con gente extraña. También pensaba que viviría poco tiempo. Durante varios días oró a Dios pidiendo que le quitara la carga de compartir sus visiones.

"¿Cómo podría yo, tan jovencita, ir de un sitio a otro para declarar a la gente las santas verdades de Dios?, ella preguntó, Tan solo de pensarlo me estremecía de terror" (NB, pp. 77). Pero las palabras aún

resonaban en sus oídos: Comunica a los demás 10 que te he revelado. Su padre le aseguró que si Dios en verdad la había llamado a

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trabajar en otros lugares, él le abriría el camino. Pero de tan solo pensar en la tarea se estremecía. Confesó: "Deseaba la muerte para librarme de la responsabilidad que sobre mí se amontonaba" (NB, p. 77).

Los amigos milleritas en Portland se reunían en la casa de la familia Harmon para darse ánimos y para orar juntos, pero durante algún tiempo Elena estuvo tan deprimida que se negaba a participar. En una ocasión, para escapar del grupo, viajó varios kilómetros en un trineo hacia la casa de un amigo. Allí encontró a Joseph Turner, el editor del periódico millerita, quien le preguntó si estaba obedeciendo su deber para con Dios. Ella sabía que no y huyó a un dormitorio en la planta superior. Más tarde, Turner entró al cuarto y le preguntó si ella pensaba asistir a la reunión que se realizaría en su casa esa noche. Ella contestó que no. Él le dijo que creía que era su deber regresar a casa.* Finalmente, Elena le prometió a Dios que si él le daba las fuerzas suficientes para montar el trineo de regreso a casa esa noche, ella daría el mensaje que él le había dado. Cuando llegó a su casa, la reunión se había terminado y todos los asistentes se habían marchado, pero en la siguiente reunión en la casa de sus padres reveló con detalle el contenido de su visión.

Todavía se sentía aterrorizada por la comisión que Dios le había dado y quería con desesperación renunciar a ella. Rogó a Dios que la librara de ese deber, pero las palabras continuaban resonando en su mente: Comunica a los demás lo que te he revelado. U na tarde, los amigos milleritas que vinieron a la casa de sus padres para la reunión oraron por ella, y uno de ellos, el pastor J ohn Pearson, le aconsejó rendir su voluntad a Dios. Ella cuenta lo que pasó:

Mientras se oraba por mí para que el Señor me diese fortaleza y valentía para difundir el mensaje, se disipó la espesa oscuri-

* Unos meses más tarde, Elena tendría que confrontar a Turner por su fanatismo. Ver Arthur 1. White, Ellen G. White, Volume 1: The Early Years, pp. 87, 94,97,98.

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Elena G. de White

dad que me había rodeado y me iluminó una luz repentina. Una especie de bola de fuego me dio sobre el corazón, y caí desfallecida al suelo. Me pareció entonces hallarme en la presencia de los ángeles, y uno de estos santos seres repetía las palabras: "Comunica a los demás lo que te he revelado".

El Hno. Pearson, que no podía arrodillarse porque padecía de reumatismo, presenció este suceso. Cuando recobré el sentido, se levantó el Hno. Pearson de su silla y dijo: "He visto algo como jamás esperaba ver. U na bola de fuego descendió del cielo e hirió a la hermana Elena Harmon en medio del corazón. ¡Lo he visto! ¡Lo he visto! N unca podré olvidarlo. Esto ha transmutado todo mi ser. Hermana Elena, tenga ánimo en el Señor, desde esta noche yo no volveré a dudar. Nosotros la ayudaremos en adelante sin des animarla jamás" (NB, p. 78, énfasis en el original).

Poco después de esto, surgió una oportunidad para que Elena viajara a la casa de su hermana en Portland, Maine, a unos cuarenta y ocho kilómetros de su casa, y mientras estuvo allí dio testimonio otra vez. "Hacía tres meses que ... estaba muy delicada de la garganta y los pulmones, de modo que apenas podía hablar, yeso en voz baja y ronca. Pero en aquella oportunidad me levanté en la reunión y comencé a hablar como en un murmullo. A los cinco minutos, desapareció el dolor y la obstrucción de garganta; mi voz resonó clara y firme, y hablé con completa facilidad y soltura durante cerca de dos horas" (NB, pp. 79, 80). Esta era una experiencia que se repetiría muchas veces a lo largo de su vida.

Desde ese momento en adelante, Elena Harmon inició una vida de viajes que continuó durante casi setenta años. Viajar en aquella época no era lo mismo que viajar en nuestros días. No había automóviles ni carreteras pavimentadas, sin mencionar los aviones. A mediados de la década de 1840 la única forma de viajar era en una carreta tirada por caballos o en tren. Así era como viajaba Elena, lloviera, nevara, con clima cálido o frío.

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Uno de los desafíos de Elena era encontrar compañeros para sus viajes. Ella aún estaba bastante enferma y a veces se desmayaba y quedaba sin aliento durante varios minutos. Generalmente, su hermana

Sara o su amiga Lc;misa Foss viajaban con ella en esa época.4 En 1845

conoció a un joven llamado Jaime White, quien era un ministro or

denado de la Conexión Cristiana. Este se sintió impresionado por el

testimonio de Elena y se ofreció a acompañarla a ella y a sus otras

compañeras de viaje. Ellas aceptaron. Durante varios meses, Jaime,

Elena y una compañera de viaje viajaron alrededor de Nueva Inglate

rra para animar a los ex milleritas con su testimonio.

Para ese entonces, a ninguno de los dos se le ocurría casarse.

Creían que el regreso del Señor estaba muy cercano, que sería una

negación de su fe unirse en un compromiso de por vida. Sin embar

go, a pesar de contar con una compañera de viaje, se suscitaron du

das acerca de si era adecuado o no que Jaime y Elena viajaran juntos.

Gradu,almente, se les hizo más claro que debían unir su trabajo y sus

vidas. En agosto de 1845, Jaime y Elena se casaron. Trabajaron lado

a lado durante los siguientes 36 años, hasta la muerte de Jaime en

1881.

Las visiones de Elena G. de White Uno de los detalles más sobresalientes acerca de Elena G. de White y

su ministerio fueron sus visiones; ya me he referido a algunas de ellas.

Aunque la naturaleza espiritual de sus visiones debe ser siempre la

prueba de su autenticidad, las manifestaciones físicas durante las mis

mas también son significativas. Su esposo describió cuatro caracterís

ticas:

• Ella estaba "completamente inconsciente de todo lo que suce

día a su alrededor, según ha sido demostrado por las pruebas

más rígidas".

• "No respiraba", ya fuese que la visión durara tres minutos o

tres horas. Esto se demostró repetidamente cuando se le pre

sionó el pecho y se le cerraron la boca y la nariz. No obstante,

podía hablar claramente. En una ocasión un médico sostuvo

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Elena G. de White

una vela frente a su boca mientras ella hablaba durante la visión, y la llama no vacilaba.

• "En cuanto entra en visión, sus músculos se tornan rígidos, y las articulaciones quedan inmóviles, de manera que ninguna fuerza externa puede influir sobre ellas. Al mismo tiempo sus movimientos y gestos ... muestran soltura y gracia, y ni siquiera la persona más fuerte puede impedirlos o controlarlos".

• "Al término de la visión, ... todo está totalmente oscuro. Su capacidad para distinguir incluso los objetos más brillantes, colocados a pocos centímetros de sus ojos, retorna, pero gradualmente" . 5

En una ocasión, mientras estaba en visión, Elena tomó una gran Biblia que pesaba poco más de ocho kilos, y la sostuvo en alto con una mano durante media hora. Mientras esto ocurría, buscaba pasajes de las Escrituras con la otra mano, los cuales declaraba con precisión a pesar de estar mirando en otra dirección.6 Elena a menudo se sentía refrescada cuando terminaba la visión, y nunca se sentía cansada, incluso después de las visiones más largas. En varias ocasiones experimentó la sanidad física en conexión con una visión.7

Elena G. de White tuvo varias visiones importantes durante su vida. Una de estas fue la visión sobre las publicaciones que tuvo en 1848, cuando le dijo a Jaime que Dios quería que publicara un pequeño periódico. "Aunque al principio será pequeño, le dijo, cuando la gente lo lea te enviará recursos para imprimirlo y tendrá éxito desde

el principio. Se me ha mostrado que de este modesto comienzo brotarán raudales de luz que han de circuir el globo" (NB, p. 137).

Otras dos visiones de Elena G. de White han sido muy importantes, debido a la influencia que ejercieron en la teología y el estilo de

vida de los adventistas del séptimo día. El 14 de marzo de 1858 recibió lo que llegaría a conocerse como la visión del gran conflicto. Esta visión ha tenido un importante impacto en la teología adventista. En

esta visión, la cual analizamos en el capítulo 5, Dios le dio a Elena G. de White los lineamientos generales de la historia de la humanidad en

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el contexto del conflicto universal entre el bien y el mal. Podría considerársela algo así como la historia de la humanidad desde la perspectiva de Dios. Años después, al escribir acerca de esta visión, ella dijo: "En la visión que recibí en Lovett Grove, la mayor parte de lo que había visto diez años antes concernientes al gran conflicto de los siglos entre Cristo y Satanás fue repetido, y se me instruyó que lo escribiera" (NB, p. 178).

A lo largo de toda su vida, el tema del conflicto entre el bien y el mal fue incluído en los discursos y mensajes escritos de Elena G. de White. Publicó varios libros y series de libros que presentaron el conflicto entre el bien y el mal desde la expulsión de Satanás del cielo hasta la destrucción final de los malvados en el lago de fuego. Su juego de libros más abarcan te consta de cinco tomos: Patriarcas y profetas y Profetas y reyes (que en conjunto cubren el Antiguo Testamento), El Deseado de todas las gentes (que trata de la vida de Jesús), Los hechos de losapóstoles (que cubre el periodo de los apóstoles hasta el año 100 d.C.), y El conflicto de los siglos (inicia con la destrucción de Jerusalén y termina con la renovación de la tierra al fin del milenio). Colectivamente, esta serie de cinco libros se llama El conflicto de los siglos. Hoy día, el gran conflicto se ha convertido en el tema subyacente de toda la doctrina y teología de los adventistas del séptimo día. Tal tema provee unidad a nuestras enseñanzas fundamentales.

El6 de junio de 1863, Elena G. de White tuvo una visión sobre la salud que ha afectado profundamente el estilo de vida adventista. En ese tiempo ella y Jaime estaban en Otsego, Michigan, para ayudar a dos evangelistas, R. J. Lawrence y M. E. Cornell, quienes estaban impartiendo conferencias bajo una carpa. El sábado, 6 de junio, por la mañana, Elena estaba ofreciendo una oración cuando exclamó: "¡Gloria a Dios!" Esta era una frase típica que indicaba que estaba entrando en visión. 8 Una persona que estuvo presente ese día escribió: "Muchos de los que han presenciado estas cosas a menudo han deseado que se diese una descripción de la sierva de Dios cuando se halla bajo la influencia del Espíritu Santo: la iluminación del semblante, los gestos delicados de las manos, La dignidad que acompaña a cada

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Elena G. de White

movimiento, la entonación musical de la voz que suena como a la distancia, y muchas, muchas otras cosas que a un testigo presencial le dan confianza en su origen celestial".9

Otras de las grandes contribuciones de Elena G. de White

Mencionaré otras tres de las grandes contribuciones que Elena G. de White hizo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a lo largo de su vida.

La justificación por la fe. Durante la primera parte de su historia, los adventistas del séptimo día destacaron las doctrinas en sus campañas evangelizadoras, especialmente la segunda venida de Cristo, los Diez Mandamientos y el sábado, la muerte, la aniquilación final de los pecadores, el santuario y el juicio final. Las predicaciones adventistas generalmente omitían el mensaje de la justificación por la fe y la salvación únicamente por gracia. Tradicionalmente hemos atribuido esta omisión al hecho de que nuestros pioneros y los milleritas ya entendían bien la salvación, y ellos suponían que sucedía lo mismo con aquellos a quienes les predicaban. Quizá fuera cierto. Sea como fuere, cerca de cuarenta años después, los adventistas llegaron a ser extremadamente legalistas. Ellet J. Waggoner, un coeditor de Signs of the Times, impartió pláticas devocionales acerca de la justificación por la fe en el Congreso de la Asociación General de 1888 en Minneápolis, Minnesota, y su asociado, Alonzo T. Jones, abogó por la justificación por la fe en campestres adventistas y otras reuniones durante varios años. Los líderes de la Asociación General acusaron a ambos hombres de hacer peligrar la posición de la denominación respecto de la ley, pero Elena G. de White los respaldó y reprendió a los líderes de la iglesia. "Dejad que la ley cuide de sí misma, protestó. Nos hemos preocupado por la ley hasta quedar tan secos como las colinas de Gilboa, sin rocío ni lluvia" (1888, t. 2. p. 557).

Durante el resto de su vida, Elena G. de White fue una promotora incansable de la justificación por la fe y la salvación únicamente por gracia. Estos temas fueron incluidos prominentemente en varios de sus libros y muchos de sus artículos de revistas. Los libros que vienen

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a mi mente, entre otros son: El camino a Cristo, Palabras de vida del

gran Maestro y El Deseado de todas las gentes. En lo personal, puedo decir que algunas de mis mt:jores nociones sobre la justificación por la fe las obtuve por primera vez a través de la lectura de lo que ella dijo sobre el tema.

La organizaci6n de la iglesia. A fines de 1850 e inicios de la década de 1860, Elena G. de White alentó a los adventistas guardadores del sábado a organizarse. Esto condujo a la adopción del nombre "adventistas del séptimo día", la incorporación legal de la casa editora, y tiempo después la organización de las Asociaciones y la Asociación General en 1863. Esto funcionó bien mientras la iglesia era pequeña y estaba limitada mayormente a Norteamérica. Sin embargo, a fines de la década de 1890, según la iglesia se expandía alrededor del mundo, se hizo evidente que la Asociación General no podía ejercer un control directo de todas las Asociaciones en tierras lejanas. La comunicació~ era más lenta, los pedidos de autorización y fondos para un proyecto podían demorar hasta un mes o seis semanas para llegar a la Asociación General desde África o Asia, y otras cuatro a seis semanas

para que la respuesta llegase al campo. El sistema era demasiado complejo.

Desafortunadamente, cuando la autoridad se ha atrincherado, es difícil desplazarla, y "los hermanos" en Batde Creek se resistían a sol

tar las riendas del poder. Solo por la insistencia de Elena G. de White fue que se logró la descentralización de la organización durante los primeros años de la década de 1900, y se creó otro nivel administrativo, las Uniones, entre las Asociaciones locales y la Asociación General. 1O Las Uniones en varias partes del mundo se convirtieron en los centros administrativos a los cuales las Asociaciones locales podían acudir para la autorización de proyectos y fondos. Es muy poco probable que este sistema se haya desarrollado sin la presión de Elena G. de White.

Enfrentando la herejía y la apostasía. A principios de la década de 1900, J ohn Harvey Kellogg, quien había sido uno de los asociados más cercanos de Elena G. de White durante sus primeros años como

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Elena G. de White

director del sanatorio de Batde Creek, empezó a enseñar y a publicar ideas panteístas acerca de Dios. Elena G. de White reconoció el peligro y lo opuso vigorosamente. Su preocupación esencial era doble: Salvar a J ohn Harvey Kellogg de sí mismo y salvar a la iglesia de sus ideas herejes. Kellogg se negó a aceptar sus consejos y finalmente dejó de ser adventista. También tomó control absoluto del Sanatorio de Batde Creek. El caso es que Elena G. de White ejerció una influencia importante que mantuvo a la iglesia en el camino doctrinal seguro.

Los críticos de Elena G. de White

Ninguna versión de la vida de Elena G. de White estaría completa sin al menos un reconocimiento de las críticas dirigidas a su ministerio a lo largo de los años. Escépticos y críticos abundaron desde el principio y aún abundan. Escriba las palabras "Ellen G. White" en cualquier motor de búsqueda en Internet y verá que aparecen cientos de miles de resultados. 11 Algunos ofrecerán evaluaciones positivas y otros serán negativos. Los críticos han dicho que Elena G. de White sufría de epilepsia debido al accidente que tuvo cuando era joven; que sus visiones no eran más que simples trances hipnóticos (lo que en nuestros días se conoce como mesmerismo); y que ella era una plagiaria. Luego, por supuesto, hay personas que no están de acuerdo con ella ni con las creencias adventistas. La lógica dicta que cualquiera que crea que Dios habló por su medio al menos estará de acuerdo con las

enseñanzas de los adventistas del séptimo día, y es muy probable que sea un adventista del séptimo día, y que aquellos que están en desacuerdo con las enseñanzas de los adventistas del séptimo día no aceptarán la manera en que la iglesia la evalúa a ella y su ministerio profético.

Elena G. de White fue y continúa siendo una de las escritoras más prolíficas de todos los tiempos. Durante su vida escribió cerca de 110,000 páginas a máquina, aunque originalmente lo escribió todo a mano. Escribió 49 libros y cientos de cartas y artículos de revistas. Desde su muerte, se han publicado setenta y tres libros adicionales que son compilaciones de sus escritos. Sus libros han sido traducidos a

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más de 160 idiomas. Su libro El Camino a Cristo es el libro más traducido en la historia aparte de la Biblia. Ella es la autora noneamericana más traducida de todos los tiempos, además es la escritora más traducida en la historia mundial. 12 Todo lo anterior corresponde a una mujer que nunca pasó del tercer grado de la escuela primaria debido a problemas de salud tan graves que casi le costaron la vida.

Elena G. de White también fue una persona profundamente espiritual. La gran pasión de su vida fue ensalzar a Jesús, su justicia y su poder para salvar. Sus libros y artículos han conducido a millones de personas a una relación más Íntima con Jesús. En resumen, el impacto espiritual de su obra es sin duda la evidencia más grande de la autenticidad de su ministerio. Apocalipsis 12: 17 puede ser traducido de la siguiente manera. "Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesú~': 13 Elena G. de White cumplió admirablemente esta traducción del versículo. Para aquellos que no están familiarizados con su ministerio o lo tengan en duda, la mejor recomendación que puedo hacerles es que lean lo que ella escribió. Les recomiendo especialmente El Deseado de todas las gentes, El camino a Cristo y Palabras de vida del gran Maestro.

Por diversas que sean las opiniones sobre Elena G. de White, todos, excepto los críticos más obstinados, debieran aceptar que se trató de una cristiana sincera que hizo lo mejor que pudo para representar a Jesús según lo conoció.

1. En el recuento de esta experiencia, Elena G. de White no mencionó el primer apellido de la señora Haines, pero su nieto, Arthur 1. White, hace tal cosa en la biografía de su abuela. Ver Bllen G. White, Volume 1: the early years, (Hagerstown: Review and Herald, Publishing Association, 1985), p. 55.

2. El "clamor de medianoche" fue un término usado por los milleritas para difundir su mensaje al mundo. Tomado de la parábola de las diez vírgenes. "A la medianoche se oyó un clamor: '¡Aquí viene el esposo! ¡Salid a recibirle!'" (Mat. 25: 6, RVR 1960).

170

Elena G. de White

3. Ver Arthur L. White, p. 55. 4. Ver Arthur L. White, p. 111. 5. Jaime White, Life Incidents, (Battle Creek: Review and Herald, Publis

hing Association, 1868), p. 272. 6. Adventist Encyclopedia.

78, J,Ebid'al . 11' . d" "Gl ." E 1\' . n gunas ocaslOnes e a umcamente 1JO: ona. n otras c amo: "!Gloria! ¡Gloria! ¡Gloria!"

9. Citada en Arthur L. White, Ellen G. White, Volume 2: the Progressive Early Years, (Hagerstown: Review and Herald, Publishing Association, 1986), p.17.

10. Un cuarto nivel de administración fue agregado en 1913: Las Divisiones de la Asociación General en varias áreas del mundo. En la actualidad, el territorio mundial está dividido en trece Divisiones. Estas Divisiones forman parte de la Asociación General, y cada presidente de División sirve como un vicepresidente de la Asociación General.

11. Cuando escribí su nombre en Google, me encontré con 356,000 referencias, ¡en alltheweb.com hay 10,700,000 referencias! El número varía según el día.

12. La fuente de estas declaraciones es Tim Poirier, vicedirector del Centro White en Silver Spring, Maryland.

13. La traducción es exacta, pero es mi propia versión y no una cita de una versión publicada de la Biblia.

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CAl'ÍTULO 1 8

La iglesia anent'e

Tengo un amigo geólogo en una de las más grandes universidades de la costa oeste de los Estados Unidos. Yo fui con él a una

universidad de la Iglesia Adventista, en la que él estudiaba ciencia. Un año, nos tocó a ambos ser predicadores en la semana de oración estudiantil. Aún recuerdo las discusiones doctrinales que teníamos; siempre defendía su punto de vista conservador contra "los liberales". Nos dejamos de ver después de graduarnos. Él siguió con estudios de maestría en Biología y un doctorado en Geología en una de las más prestigiosas universidades de N orteamérica.

Años después nos volvimos a encontrar. Yo era (y aún soy) un cre

yente; ahora él es un ateo, aunque quizás el término agnóstico se aplicaría mejor. Respetó mis convicciones, pero estaba convencido de que la ciencia se impone sobre la Biblia y que la evolución lo explica todo. Hablamos durante mucho tiempo. Yo le recordé su antigua forma de pensar y traté de explicarle porqué yo todavía la sostengo, pero él hizo a un lado todo lo que le dije con un gesto de la mano y me dijo: "¡Tonterías!" Interesante. Lo que para mí parece tan sensato, a él le parece una tontería.

A veces me pregunto: ¿Qué es lo que hace que la gente crea? ¿Por qué algunas cosas que tienen total sentido para una persona resultan tan absurdas para otras? De vez en cuando medito en esto. Me siento

172

La iglesia remanente

satisfecho con mis creencias, pero sé que otros las creen absurdas. Este capítulo trata de una de mis convicciones más arraigadas. Muchos de los adventistas del séptimo día están de acuerdo con mi convicción. Sin embargo, sé que muchos cristianos estarán en desacuerdo. Esta

creencia, esta convicción, se relaciona con el lugar y el papel que tiene

la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el mundo actual.

En el capítulo 11 dimos un vistazo muy breve al movimiento res

tauracionista que surgió en N orteamérica durante la primera mitad

del siglo XIX. Los restauracionistas creían que ellos estaban restauran

do el cristianismo a sus raíces bíblicas. Algunos de ellos, como los

mormones, creen que toda la cristiandad se corrompió poco después

del periodo del Nuevo Testamento. A los mormones no les interesa

ningún desarrollo, no importa cuán bíblico o positivo sea, que haya

ocurrido en el cristianismo después de la era de los apóstoles. Ellos

creen que su tarea es la de echar a un lado dos mil años de la historia

cristiana y restaurar la cristiandad a sus fundamentos originales, según

lo entienden. Otros restauracionistas durante los inicios del siglo XIX

no fueron tan radicales. Los discípulos de Cristo, por ejemplo, que

más tarde se convirtieron en la iglesia cristiana y la iglesia de Cristo,

se perciben a sí mismos en las pisadas de la reforma protestante. Ellos

simplemente continúan las reformas que iniciaron Lutero, Calvino,

Zwinglio y otros.

Los adventistas del séptimo día somos restauracionistas y nos ve

mos como parte de este último grupo. Nosotros creemos que Dios

dirigió la reforma protestante y que los reformadores dieron un inicio

extraordinario a la restauración de la verdad de Dios en el mundo

después de 1,500 años de distorsiones papales. Sin embargo, los refor

madores no restauraron toda la verdad. No los culpamos por esto. A

la apostasía le tomó 1,500 años desarrollarse. No es realista esperar

que desapareciera en una generación. Dios dirige a su pueblo paso a

paso. Los reformadores colocaron maravillosos cimientos. Es el deber

de sus seguidores continuar lo que ellos iniciaron. Yeso es lo que no

sotros creemos, a eso llamó Dios a los adventistas. Dios nos ha con

fiado varias verdades que van más allá de la reforma, particularmente

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las verdades acerca del sábado, la condición de los hombres al morir y la destrucción final del mal. También creemos que el mundo de hoy está en el periodo del juicio final en el cielo. Quiero presentar las bases, tanto en las Escrituras como en la historia, de mi convicción de que Dios ha dirigido el establecimiento de la de-nominación adventista del séptimo día, para que se presenten ciertas verdades importantes al mundo previo al regreso de Cristo.

El remanente Históricamente, nosotros (los adventistas) hemos pensado que somos el remanente. En años pasados, cuando usted le preguntaba a un adventista por qué pensaba que su iglesia era el remanente, este citaba un par de versículos en Apocalipsis. La explicación era algo así:

Apocalipsis 12 hace un recorrido a través de la historia cristiana. Se inicia con el nacimiento de Cristo, continúa con la apostasía y la persecución durante el oscurantismo y concluye con la etapa final de la historia de la tierra resumida en el versículo 17. Le presento la traducción de la versión Reina Valera 1960 de este versículo: "El dragón se airó contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (la cursiva es nuestra). Apocalipsis 12: 9 identifica al dragón como a Satanás y la mujer pura en la profecía bíblica representa la iglesia de Cristo (lea Efe. 5: 22-32). Los adventistas siempre han comprendido que este remanente, representa a la iglesia de Dios sobre la tierra justo antes de la segunda venida de Cristo. Apocalipsis menciona dos características de esta iglesia: (1) Guarda los mandamientos de Dios, y (2), tiene el testimonio de Jesús. Los

adventistas guardan los mandamientos de Dios, la totalidad de ellos. y tenemos" el testimonio de Jesús". Pero debería preguntarse, ¿cuál es "el testimonio de Jesús"? La última oración en Apocalipsis 19: 10 nos dice que" el testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía". A lo largo de nuestra historia, los adventistas del séptimo día hemos sostenido que Dios habló por medio de Elena G. de White; que ella tenía el don profético, el "espíritu de profecía". Por consiguiente, his-

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tóricamente los adventistas hemos dicho que somos el remanente debido a que guardamos la totalidad de los mandamientos de Dios y tenemos entre nosotros el espíritu de profecía en el ministerio de Elena G. de White.

Creo que la idea del remanente es mucho más abarcante. Mi convicción acerca del lugar que ocupa la Iglesia Adventista en el mundo de hoy está tan arraigada en la historia como en las Escrituras. He hecho un bosquejo más amplio de esta historia en capítulos previos de este libro. Sin embargo, en este capítulo deseo hacer un breve resumen. Debido a que se trata de un repaso, retomaré algunos de los temas que ya presenté en esos capítulos, pero no lo molestaré avisándole tal cosa cada vez que me refiera a algo que ya dije.

La perspectiva histórica

La Reforma protestante del siglo XVI nos da un ejemplo excelente de la conducción divina de un movimiento. Mencionaré tres factores que muestran la evidencia de la conducción de Dios en la Reforma, y también los aplicaré al movimiento millerita.

1. Los doscientos años de preparación previos a la Reforma. A menudo hablamos de Martín Lutero como el que puso en marcha el movimiento de la Reforma, yen gran medida así es. Sin embargo, la Reforma no sucedió de la noche a la mañana. Tomó cerca de doscientos años en formarse, y se logró a través de los esfuerzos de muchos cristianos preocupados por la condición de la iglesia. Comenzó con Wycliffe, seguido por Huss y Jerónimo, los valdenses, los albigenses y Savonarola, entre otros. Finalmente, llegó Lutero, y cuando apareció, el mundo estaba listo para él. Si él se hubiera rebelado contra el papado en otro momento y lugar, con toda certeza habría sido enviado a Roma por el emperador y los príncipes alemanes, y habría sido martirizado por su fe. Cuando Lutero se opuso a la práctica papal de la venta de indulgencias por los pecados, estos príncipes lo defendieron. Rehusaron entregarlo a los gobernantes de la iglesia para ser juzgado.

Además, la velocidad con que la Reforma se cimentó y se esparció es evidencia de que la gente en general se encontraba lista espiritual-

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mente para el mensaje de Lutero. Apenas dos semanas después de haber clavado sus 95 tesis, en latín, en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, estas ya se habían traducido al alemán y se habían esparcido por toda Alemania. En los primeros dos meses, ¡se habían traducido a los otros idiomas principales de Europa y se habían esparcido por todo el continente! Pero, ¿por qué? Porque Lutero le dio a la gente la espe" ranza de ser aceptados por Dios, cosa que los ritos muertos y los requisitos del catolicismo simplemente no podían brindar.

Los grandes movimientos espirituales no surgen de la noche a la mañana, sino que son el resultado del esfuerzo de varias décadas, y en algunos casos incluso de siglos, que traen a los pueblos las condiciones

que los preparan para aceptar ese reavivamiento. Este fue el caso con la Reforma protestante y también se aplica al movimiento millerita. Guillermo Miller no fue el primero ni el único que llegó a la conclu-

I sión de que en las profecías bíblicas un día equivale a un año. T am-poco fue el primero ni el único en concluir que el periodo de los 1,260 días había terminado en 1798 d.C., o que los 2,300 días terminarían en 1843 d.C. Durante varias décadas antes de Guillermo Miller, individuos, tanto en Europa como en Norteamérica, habían mostrado un profundo interés en la profecía. Muchos vieron la Revolución Francesa y el encarcelamiento del Papa en 1798 como un cumplimiento de las profecías, específicamente de la profecía de los 1,260 días de Daniel 7: 25. Lo mismo sucedió con los 2,300 días de Daniel 8: 14. Leroy Froom enumera a 132 hombres quienes, entre 1800 y 1840 enseñaban que los 2,300 años concluirían en el siglo XIX. De éstos, 113 dieron fechas entre 1843 y 1847, Y la mayoría de ellos prefirió el año 1843.1 Guillermo Miller se apoyó en todos aquellos estudiantes de profecía que lo precedieron. El movimiento que fomentó tuvo varias décadas de preparación.

2. Las personalidades involucradas. Es imposible separar los movimientos que Dios ha iniciado durante la historia de nuestro mundo. El movimiento refleja no solo al individuo, sino la clase de individuo. El llamado no solo depende de la iniciativa divina, sino que también surge de las circunstancias de la vida del individuo llamado por Dios.

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El apóstol Pablo es un ejemplo de ello. Dos factores se destacan en el llamado de Dios a Pablo. Primero, Dios escogió a una persona de personalidad sumamente intensa. Para Pablo, cuando algo importaba, importaba por completo. Usted y yo habríamos quedado atónitos ante la sugerencia de que Saulo, el perseguidor de los cristianos, fuera llamado para ser el portaestandarte de las buenas nuevas acerca de Jesús para los gentiles. Pero Dios conoce mejor las cosas. El hecho de que Saulo luchara en el bando equivocado no le importó a Dios. Saulo ardía con gran pasión por su causa. Quizá para Dios resultaba más fácil tomar a un hombre con fuego en el alma y cambiar su dirección que suscitar fuego en alguien que vivía sin una pasión tal. Aunque Dios puede crear este ardor espiritual, él a menudo escoge a personas con intensidad de propósito para convertirlos en líderes espirituales de éxito.

Otra circunstancia que Dios puede tomar en cuenta cuando busca a un líder espiritual es una crisis de fe. Parece muy probable que por algún tiempo antes de que Dios lo llamara camino a Damasco, Saulo había estado luchando con su conciencia, atormentado por la idea

persistente de que quizá los cristianos estaban en lo correcto. Dios provocó una crisis en la vida de Saulo cuando lo encontró en el camino a Damasco. Desde entonces se convirtió en un discípulo de Jesús con el mismo ardor con que antes se le oponía. Esta crisis en la vida

de Saulo propició convicciones profundas que lo movieron a la acción como ninguna otra cosa pudo haberlo impulsado.

Lutero también enfrentó una profunda crisis de fe. Él estaba invadido de dudas respecto de si Dios lo aceptaba. Resolvió esa crisis por medio del estudio de la Palabra de Dios. Por ser un hombre de poderosas convicciones, cuando quedó satisfecho 'en este punto, fue totalmente inquebrantable. Lutero nunca fue llevado a la hoguera. Él nunca estuvo ante un pelotón de fusilamiento. Pero no hay duda alguna de que hubiera enfrentado la muerte cien veces antes que rendir sus convicciones.

U na de las evidencias de que Dios dirige un movimiento es la persona a quien escoge para que esté al frente. Tales personas típicamente tienen .convicciones profundas que han surgido de una profunda crisis de fe. Ambas características fueron muy evidentes en Guillermo

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Miller. Él era un hombre de profundas convicciones. Después de aceptar a Cristo esa mañana en la Iglesia Bautista de Low Hampton, N ueva York, Miller se consagró a un estudio intenso de la Biblia, porque quería responder las dudas que habían surgido en su mente durante los años en que fue deísta. Después de concluir en 1818 que Jesús vendría en unos 25 años, Miller dedicó los siguientes cinco años a analizar cada objeción posible a su punto de vista. Para 1823 había resuelto el asunto en su mente: Jesús llegaría alrededor del año 1843. Sin embargo, luchó con Dios otros ocho años acerca de si debía compartir con los demás lo que sabía. Finalmente hizo un pacto con Dios: "Si abres el camino, predicaré". Para el terror de Miller, Dios cumplió con su parte del trato. Ese día en la arboleda de arces, Miller, un hombre de fuertes convicciones, enfrentó una profunda crisis de fe y esa crisis lo impulsó el resto de su vida.

3. El rápido esparcimiento del movimiento. La tercera evidencia de la conducción de Dios en un movimiento espiritual es que él no depende enteramente del instrumento humano. A menudo hay un líder prominente, pero es apenas un portavoz, una figura humana, la voz del movimiento. El movimiento arrastra al líder, no a la inversa.

Así sucedió con Lutero. Su intención al clavar las 95 tesis en la puerta de la iglesia fue incitar un debate entre los profesores de T eología de la Universidad de Wittenberg, donde él enseñaba. Pero, Dios tenía otras ideas. Según señalamos antes, esas 95 tesis se habían propagado por toda Alemania en apenas dos semanas, y en poco menos de dos meses habían alcanzado toda Europa. Antes que Lutero advirtiera lo que estaba sucediendo, ¡era el líder de una abarcante Reforma que él no había tenido la más mínima intención de iniciar!

Esta característica fue muy evidente en el movimiento millerita. Cuando Guillermo Miller finalmente cedió al llamado de Dios, inició un movimiento que pronto lo dejó atrás. Durante los próximos ocho años, nunca le faltó un llamado para predicar. Cuando Joshua Himes unió sus fuerzas con Miller, el movimiento se dispersó como una gran llamarada sobre pasto seco en el noreste de los Estados Unidos. Cien-

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tos de ministros proclamaron su mensaje. El movimiento millerita difícilmente podía circunscribirse a los seguidores de Miller.

Cuando, en el campestre de Exeter, New Hampshire, en agosto de 1844, Samuel Snow proclamó que el Señor vendría el 22 de octubre, Miller junto con otros líderes de su movimiento expresaron serias dudas, pero eran incapaces de detener lo que estaba sucediendo. El mensaje iluminó toda Nueva Inglaterra como un relámpago ilumina el cielo. Tampoco fue mero sensacionalismo. Años después, quienes experimentaron el movimiento del séptimo mes, como se le llamaba, lo recordaban por ser uno de los momentos más espirituales de sus vidas. Para el 22 de octubre, ¡POCO más de cien mil personas habían aceptado las predicciones de Miller y la fecha del 22 de octubre!* Hoy día un movimiento de esa magnitud en Norteamérica tendría que generar más de un millón de seguidores para igualar la proporción de la población norteamericana que aceptó las enseñanzas de Miller en 1844. Miller apenas fue la chispa que encendió el fuego.

Pero entonces llegó el Gran Chasco. Es difícil captar la magnitud de lo que representan cien mil personas cuyos anhelos más preciados fueron aplastados a la medianoche del 22 de octubre de 1844. Nos crea la pregunta: ¿Estaba Dios detrás del movimiento millerita y el Gran Chasco? Para la mayoría de las personas de ese entonces y para la mayoría de la gente en la actualidad, la respuesta es no. Miller era un fanático religioso, un profeta engañado que persuadió a mucha gente a creer en su fantasía.

Creo que Dios sí tuvo que ver con el movimiento millerita, incluyendo el Gran Chasco resultante. Sin embargo, tenemos que llegar a esa conclusión, aparte de la gran decepción, para luego reconciliarla

* Nadie sabe a ciencia cierta cuántas personas profesaban creer en la interpretación de las profecías de la forma que lo hacía Guillermo Miller. El Dr. C. Mervyn Maxwell, quien por muchos años fue el presidente del departamento de Historia de la Iglesia en el Seminario Teológico de la Universidad Andrews, calculó que Miller tenía entre 50,000 y 150,000 seguidores. Otros han propuesto que la cifra ascendió a los 500,000, pero me parece que esto es una exageración. Maxwell prefirió la cifra de 100,000. También consulté mi libro 1he Refiner s Pire, (Nampa, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1990), p. 57.

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con el Gran Chasco. Hemos visto las evidencias de cómo Dios trabajó en el movimiento millerita antes del Gran Chasco.

Lo que sucedió después del Gran Chasco

Algunas personas estaban convencidas, incluso después del Gran Chasco, de que Dios, de alguna manera incomprensible para ellas, había guiado el movimiento millerita. Su propia experiencia espiritual había sido fortalecida por el movimiento. La vida de decenas de miles de personas había sido transformada. Los pecadores rindieron su vida a Cristo. Hubo un profundo análisis introspectivo. La gente se arrepintió de sus pecados y los confesó. Ese fue uno de los factores

principales que hizo que unos pocos mantuvieran su confianza en la integridad del movimiento a pesar de su profundo chasco. Además, cuando repasaron la evidencia a favor de la fecha de 1844, no pudieron encontrar errores en los cálculos de Miller.

De igual manera, el que Jesús no regresara como se esperaba el 22 de octubre, los convenció de que algo salió mal con la predicción de Miller. ¿Cuál fue el problema? Pocas horas después del chasco mismo, la respuesta comenzó a surgir, no era la fecha la que estaba mal; el error estaba en el evento que se suponía iba a ocurrir en esa fecha. La tierra no era el santuario mencionado en Daniel 8: 14 sino que el santuario estaba en el cielo. En lugar de venir a la tierra el 22 de octubre, Jesús entró a una nueva fase de su ministerio en el Santuario celestial en esa fecha.

¿A quién se le ocurrió esta solución? N o fue a un teólogo profesional. Ni a un erudito de la Biblia. Tampoco a un predicador, sino a un simple granjero llamado Hiram Edson. "¡Un agricultor! ¿Cómo es que un simple agricultor pudo resolver un problema teológico de tal magnitud?" Recuerde que la iglesia cristiana fue iniciada por pescadores y gente sencilla.

Esto no significa que Dios no pueda usar a eruditos especialistas en algún ramo. Tanto Pablo como Lutero fueron teólogos con estudios formales. Pero Dios no se limita a eruditos. También usa a gente común, pescadores como Pedro y Andrés y agricultores como Guillermo Miller e Hiram Edson. Nunca deberíamos rechazar un movi-

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miento por el solo hecho de que sus primeros líderes eran personas sin educación. Si otros factores nos demuestran que Dios trabaja la capacitación o la falta de esta en los líderes no viene al caso. La prueba que vale es esta: ¿Son sus enseñanzas bíblicas? Los adventistas del séptimo día creen que la conclusión a la cual llegó Hiram Edson de que existe un Santuario celestial puede ser defendida con la Biblia.

Yo creo que el Gran Chasco, lejos de haber sido un fracaso, fue abso

lutamente esencial para el establecimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Yo estoy convencido que sin este evento crítico no existiría la Iglesia Adventista según la conocemos hoy, por lo menos por dos razones.

En primer lugar, el Gran Chasco eliminó una gran cantidad de personas que no estaban comprometidas y que habrían imposibilitado el inicio de un nuevo movimiento. Me viene a la mente Gedeón, quien reclutó a treinta mil soldados israelitas para pelear contra los madianitas. Dios dijo: "Todavía hay demasiada gente. ¡Cualquiera que esté temblando de miedo, que se vuelva y se retire del monte de Galaad!" ¡Ante la consternación de Gedeón, dos terceras partes de sus tropas se fueron! Pero el Señor le dijo a Gedeón: "Todavía hay demasiada gente. Hazlos descender al agua". Solo aquellos que lamieron el agua llevándola de la mano a la boca mientras corrían fueron aceptados. Todos

los que se arrodillaron para beber fueron enviados a casa. A Gedeón solo le quedaron trescientos hombres. Debe haber quedado horrorizado. Pero Dios dijo: "Voy a entregar en tus manos a los madianitas con estos trescientos soldados". ¡Y así lo hizo! Que. 7: 1-22).

En segundo lugar, según mencioné antes, una de las formas en que Dios motiva a los líderes claves de los grandes movimientos religiosos, es permitiendo que tengan una crisis de fe. Esto es lo que el Gran Chasco significó para los primeros líderes adventistas. Experimentaron una tremenda acumulación de energía espiritual en la anticipación

del regreso de Cristo el 22 de octubre de 1844. El hecho de que Cristo no apareció los dejó completamente aturdidos. Ninguna otra cosa los habría estimulado a continuar investigando la Biblia al grado que lo hizo tal golpe. Yel impacto los hizo abrir sus mentes a las enseñanzas bíblicas que ellos seguramente no habrían aceptado bajo otras circuns-

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tancias, especialmente el cambio del ministerio de Cristo en el Santuario celestial, el sábado, el estado de los muertos y la destrucción final de los pecadores. José Bates, Jaime y Elena White, los tres fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, estaban completamente convencidos de que Dios los condujo a estas enseñanzas bíblicas. Durante 1848 viajaron por toda Nueva Inglaterra reuniendo pequeños grupos de los primeros milleritas, y esas fueron las verdades que compartieron con ellos.

El pequeño grupo de cerca de cien personas que surgió de estas conferencias bíblicas, que ellos llamaron "conferencias sabáticas", era tan pequeño, tan insignificante, que cualquier persona ajena habría dicho: "Esta gente jamás triunfará". Con toda franqueza, si yo hubiera sido una persona ajena a ese movimiento en ese entonces, desconociendo todo lo que ahora sé, con toda seguridad habría llegado a esa misma conclusión. Sin embargo, estamos a más de 160 años de 1844, con un sistema global administrativo más grande que el de cualquier otra denominación protestante, * el sistema protestante de educación más grande en el mundo, el programa médico protestante más grande del mundo, el sistema protestante de publicaciones más grande del mundo, la red protestante de radio más extensa del mundo y el programa protestante de misiones más grande del mundo. ¡Y todo esto nació de un diminuto puñado de milleritas decepcionados que emergieron de aquella crisis de fe, el Gran Chasco, convencidos de que en verdad Dios los estaba guiando! ¡Todo esto a partir de los cien creyentes que asistieron a las conferencias sabáticas de 1848!

Elena G. de White

No vacilaré en decir que la Iglesia Adventista del Séptimo Día no sería lo que es hoy sin la influencia de Elena G. de White. Nuestro

* Otras denominaciones protestantes tienen representación en muchas partes del mundo, pero casi siempre son administradas independientemente de otras organizaciones de la misma denominación en otras partes del mundo. Los adventistas del séptimo día tienen un sistema global particular que es administrado desde las oficinas centrales de la Asociación General, localizada en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.

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trabajo de publicaciones, nuestra obra médica, nuestra obra educativa, nuestro sistema global de administración y nuestro programa misionero de alcance mundial, todos fueron profundamente influenciados por su estímulo y consejo. Los adventistas del séptimo día tardaron en aceptar el mensaje de la justificación por la fe cuando se impartió por primera vez en 1888. Sin embargo, a través de los años, ellegalismo, que era muy fuerte entre nosotros a lo largo de nuestra historia y que aún lo sigue siendo en algunos sectores, ha cedido terreno en muchas mentes adventistas a un enfoque mucho más orientado hacia la gracia en la experiencia religiosa. Y mucho de esto se debe a los mensajes de Elena G. de White acerca de la justificación por la fe en sus escritos. Mi propia comprensión de la justificación por la fe y de cómo Dios acepta al pecador ha sido reforzada por lo que ella escribió.

Apocalipsis 12: 17 dice que los seguidores de Dios sobre la tierra al final de los tiempos" obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús". Como señalé antes en este capítulo, los adventistas del séptimo día históricamente hemos entendido que esto define nuestra misión y nuestro mensaje. Nosotros guardamos los Diez Mandamientos, incluso el séptimo día de la semana, el sábado; y también tenemos" el testimonio de Jesús", el cual Apocalipsis 19: 10 define como "el espíritu (el don) que inspira la profecía". Creemos que este don fue manifestado en la vida y el ministerio de Elena G. de White. El capítulo anterior fue dedicado a un breve relato de su vida y su ministerio. Existe suficiente evidencia de la conducción de Dios en su vida como para que se me haga fácil aceptar que su ministerio fue divinamente ordenado.

En conclusión Lo que he compartido con usted en varios capítulos anteriores y lo que he resumido en este capítulo, es la razón por la que soy adventista del séptimo día. Quizás alguien proponga: "Usted es adventista porque sus padres eran adventistas del séptimo día cuando usted nació, y usted creció como adventista del séptimo día. ¡Por supuesto que

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todo esto tiene sentido!" La implicación es que yo estoy demasiado conectado con el adventismo como para evaluarlo con objetividad. Ciertamente reconozco que nuestras experiencias previas, en especial aquellas que son de por vida, tienden a influir sobre nuestra objetividad. Pero esta tendencia no es inevitable. Existen muchos ejemplos de personas que han venido a ser parte de la iglesia adventista de otras denominaciones, y muchos ejemplos de personas que han dejado la Iglesia Adventista por otras. Si el trasfondo que hemos heredado coloca nuestras creencias filosóficas y teológicas en cemento, no tendría sentido ningún intento de cumplir la gran comisión de Cristo. Por lo tanto, es posible, incluso para un creyente comprometido, evaluar sus propias presuposiciones de forma objetiva.

Me gusta una declaración de Michael Licona, un experto en la re

surrección de Jesús, que Lee Strobel cita en su libro 1he Case for the Real jesús. Refiriéndose a su comprensión personal de la resurrección de Jesús, Licona dice: "Todavía me pregunto: '¿Estaré analizando es

tos argumentos [en apoyo a la resurrección de Cristo] de una forma tan objetiva como puedo?' Siempre procuro analizar mis tendencias. Cuando alguien hace alguna objeción, la mayoría de veces no intento idear una manera de refutarla. Trato de comprender e interiorizar el

argumento, darle el valor que merece. Procuro percibirlo tal como la

persona que sostiene el argumento lo percibe. Y esto puede provocar algunas dudas, porque en un sentido yo estoy experimentando lo que ellos están experimentando".

-¿Qué hace entonces? -pregunta Strobel. -Estudio la información. Intento aplicar una metodología histó-

rica responsable, y siempre caigo de nuevo en la resurrección.2

Me gusta eso. Y procuro comportarme de manera similar. Este es el enfoque que he tomado en este libro: He estudiado la información

y evaluado a mi propia iglesia consecuentemente. Así que volvemos a la pregunta: ¿Guió Dios el establecimiento de

la Iglesia Adventista del Séptimo Día? La evidencia que he presentado en este libro me convence de que sí, Dios incluso condujo en medio del "fracaso" del movimiento millerita y el Gran Chasco, y Dios diri-

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gió el establecimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que surgió a partir de este traumático evento. Algunos críticos de la interpretación adventista de lo que ocurrió el 22 de octubre de 1844 (de que Cristo entró a una nueva fase de su ministerio en el Santuario celestial a partir de esa fecha) la han tildado de la mayor estratagema para salvar las apariencias en la historia de la cristiandad. Hay cierta lógica en sus argumentos y creo que merecen una respuesta. Sin embargo, en lugar de apartarme de mi línea de pensamiento en este ca

pítulo, he dado mi respuesta en el Apéndice C. Entonces, ¿qué es la "iglesia verdadera" de Dios? ¿Es la Iglesia Ad

ventista del Séptimo Día? ¿Es la Iglesia Católica Romana de Benedicto XVI, como lo asevera en su reciente declaración? 0, ¿es la "iglesia

verdadera" de Dios alguna otra cosa?

1. Ver los capítulos de Leroy Edwin Froom, 7he Prophetic Faith ofour Fathers (Washington: Review and Herald, Publishing Association, 1946, 1954), t. 3, pp. 744, 745; t. 4, pp. 404,405, 847.

2. Lee Strobel, 7he Case for the Real jesus: A journalist Investigates Current

Attacks on the Identity ofChrist, (Grand Rapids: Zondervan, 2007), p. 153.

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¿Qué es la uiglesia verdadera"?

Empezaré este capítulo diciéndo qué es la "iglesia verdadera", o al

menos lo que yo entiendo: La "iglesia verdadera" de Dios son

todos aquellos individuos alrededor de mundo que están genuina

mente convertidos, que confían en Dios y en Jesús, y quienes rigen su

vida por los principios morales de Dios según su conocimiento y po

sibilidades les permiten.

Iré más allá y diré que creo incluso que los no cristianos pueden con

vertirse y así llegar a ser parte de la "iglesia verdadera". Encuentro apoyo

para esta posición en varios pasajes de las Escrituras. En Romanos 2: 14,

15, Pablo dijo "los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza.

lo que la ley exige [ ... ]. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo

que la ley exige". Llevar escrito en el corazón lo que la ley exige significa ser

convertidos Oer. 31: 33; Heb. 8: 10). Así que incluso los no cristianos

pueden convertirse. ¿Cómo puede suceder tal cosa?, se preguntará usted.

En términos simples, por la obra del Espíritu Santo en su mente y cora

zón. El hecho es que el Espíritu obra en el corazón de cada ser humano.

Juan dijo que Jesús es la "luz verdadera, que alumbra a todo hombre"

Ouan 1: 9, RVR 1960). Si Jesús brinda la luz a cada hombre, debería ser

posible para cada ser humano responder a esa luz y ser salvo por medio de

ella. Jesús mismo dijo que "cuando él [el Espíritu Santo] venga, convence

rá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio" O uan

186

¿Qué es la "iglesia verdadera"?

16: 8, la cursiva es nuestra). No solo a los cristianos, sino a todo el mundo. Pablo dice en Romanos 3: 19: "Para que todo el mundo ... quede convicto delante de Dios" (la cursiva es nuestra).

Entonces, ¿qué es la "iglesia verdadera"? Toda persona en el planeta

Tierra que rinde su corazón y mente a la obra del Espíritu Santo. Esta

es la iglesia invisible que menciono en el capítulo 4 de este libro.

Pero, esto no es a lo que los católicos se refieren cuando afirman que

su iglesia es "la iglesia verdadera". En el capítulo 1 dimos un breve vis

tazo al porqué los católicos reclaman para su iglesia el título de iglesia

verdadera, pero resumamos nuevamente la idea fundamental.

Los católicos y la l/iglesia verdadera"

Para los católicos, la iglesia se centra en torno al clero, los sacerdotes, los

obispos, los arzobispos y los cardenales, y al Papa como la autoridad

suprema sobre todos ellos. Sin el clero, no existe una iglesia visible des

de el punto de vista católico. El Papa tiene la autoridad sobre todo el

clero de la iglesia, cada Papa debe ser ordenado por un obispo que a su

vez fue ordenado por un obispo y así sucesivamente hasta que se llega a

Pedro, el primer Papa. Esto es lo que los católicos quieren decir con la

frase sucesión apostólica. Cada miembro del clero católico, desde el

sacerdote de menor rango hasta el cardenal más encumbrado, debe ser

capaz de rastrear su ordenación en la sucesión apostólica hasta el tiempo

de Pedro. Una vez que pueda hacer esto, entonces es un miembro legí

timo del clero católico, quien puede dispensar los sacramentos, espe

cialmente la Fucaristía, durante la misa.

Esto nos trae a la segunda razón por la que los católicos afirman ser

"la iglesia verdadera". Como los protestantes, los católicos enseñan que

los cristianos son salvos por medio de la gracia y esta proviene de Jesús.

Sin embargo, según sus enseñanzas, Jesús comisionó a la iglesia para

que fuera la dispensadora de su gracia, la cual se cumple por medio de

los sacramentos. La Eucaristía, es el acto de entregar la hostia a los cre

yentes durante la misa por parte del sacerdote, es el sacramento supre

mo. En la teología católica, la Eucaristía es "la fuente y cumbre de la

vida del cristiano"!, y "los otros sacramentos [ ... ] están conectados con

187


la Eucaristía y se orientan hacia ella". 2 Y por supuesto, solo un sacerdote legítimo, uno que ha sido ordenado en base a la sucesión apostólica, puede ministrar la Eucaristía o cualquier otro sacramento. Desde entonces los cristianos son salvos por medio de la gracia y esta gracia viene

de forma exclusiva por los sacramentos cuando estos son dispensados

por un sacerdote autorizado, la salvación solo puede darse por conduc

to de la Iglesia Católica. Esto es lo que los católicos quieren decir cuan

do se refieren a que su iglesia no solo es "la iglesia verdadera", sino que

es "la única iglesia verdadera". Es por eso que desde el año 1302 d.C.,

el Papa Bonifacio VIII declaró: "Fuera de ella no hay salvación ni per

dón de los pecados", y "declaramos, decimos, definimos y pronuncia

mos que someterse al Pontífice Romano es de toda necesidad para la

salvación de toda criatura humana".3 Por eso en 1864 el Papa Pío IX

declaró que "la religión de la Iglesia Católica es la única religión verda

dera".4 Y en 1928 el Papa Pío XI dijo que "la Iglesia Católica es la que

conserva el culto verdadero. Ella es la fuente de la verdad, la morada de

la fe, el templo de Dios".5

Los protestantes, incluyendo a los adventistas del séptimo día, están

en desacuerdo con la teología católica respecto de la iglesia. La idea de

la sucesión apostólica es una imposición artificial como requisito del

servicio ministerial, es ajena al Nuevo Testamento. Y la idea de que

Dios le confirió a la iglesia la dispensación de la gracia es una deforma

ción de la enseñanza bíblica sobre la gracia. Según el Nuevo T estamen

to, todos los creyentes pueden dirigirse de forma directa a Dios, sin te

ner que recurrir a ningún sacerdote humano fuera de Jesucristo mismo.

Hebreos 4: 16 dice: "Acerquémonos pues, [los creyentes] confiadamen

te al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el

oportuno socorro" (RVR 1960). Note que podemos recibir tanto la

gracia como la misericordia de Dios directamente en el momento en

que nos dirigimos a él en oración.

La teología católica sobre la iglesia no es la única área en desacuer

do entre católicos y protestantes. Los protestantes enseñan que la Bi

blia, y solo ella, debe ser el fundamento de todas las doctrinas y prác

ticas cristianas. Esto contrasta con el concepto católico de que las

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tradiciones de la iglesia son inspiradas por el Espíritu Santo, incluyendo el continuo aporte del Magisterium y todas las declaraciones ex cátedra que han hecho los Papas. Los protestantes también están en desacuerdo con la enseñanza católica sobre la adoración de imágenes, el purgatorio, y el papel de María en la salvación, entre los muchos temas en disputa. Estas son algunas razones por las que nos oponemos a la declaración de que la Iglesia Católica es "la iglesia verdadera".

Los adventistas y lila iglesia verdadera"

Al principio del capítulo compartí mi definición de "iglesia verdadera". Para mí, consiste en todo el pueblo fiel de Dios alrededor del mundo, sin importar la denominación o incluso la religión a la que pertenecen. Pero también existe un sentido en el que los adventistas del séptimo día se consideran a sí mismos "la iglesia verdadera". De

mos un vistazo a su punto de vista, y empecemos analizando lo que para ellos no significa.

Los adventistas del séptimo día no creen que la salvación se obtenga de forma exclusiva a través de Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Tampoco creemos que nuestra iglesia sea la única que dispensa la salvación o la gracia que conduce a la salvación. Y con toda seguridad, ¡no creemos que Dios nos ame más que a las personas de otras religiones! Nosotros creemos que nuestra iglesia es la "iglesia verdadera"

porque creemos que Dios nos ha dado una misión que no ha confiado a ningún otro grupo, la misión de destacar ante el mundo ciertas verdades en estos días finales de la historia de la tierra.

La verdad más importante que los adventistas y los protestantes tienen que compartir con el mundo es la misma: La verdad acerca de

un Dios de infinito amor que envió a su Hijo amado a morir en la cruz para redimirnos. Por causa de que esta verdad es común para los

protestantes Ce incluso los católicos, a su manera), los adventistas no le dimos su lugar correcto durante las primeras décadas de nuestra

historia. Con el tiempo, Dios nos confrontó con ella por medio de E. J. Waggoner, quien la enfatizó en la Sesión del Congreso Mundial de 1888 en Minneapolis, Minnesota y A. T. Jones, quien la defendió en

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reuniones adventistas durante varios años subsiguientes. Dios también utilizó a Elena G. de White de una forma poderosa para recordarles a los adventistas la verdad de la justificación por la fe.

Pero hay varias verdades bíblicas particulares que debemos restaurar en el mundo. Estas verdades se perdieron de vista durante los mil doscientos años de la apostasía papal. La Reforma inició maravillosamente la restauración de las verdades bíblicas, pero según lo entienden los adventistas, la Reforma no completó la restauración. Demos un vistazo a las tres grandes verdades que los adventistas del séptimo día creemos que Dios nos ha pedido que difundamos al mundo en este momento de la historia de la tierra.

La ley y el sábado. La leyes una idea peligrosa para los cristianos, porque los seres humanos con mucha facilidad hacemos de nuestra observancia, el fundamento de la aceptación divina. Esto es legalismo. Los adventistas son tan culpables de esta distorsión como cualquier otro. Sin embargo, cuando se la comprende apropiadamente, la ley tiene un lugar bien definido en la teología cristiana. El propósito de la ley durante la era cristina es señalar el pecado. Eso es todo. Pablo dijo: "Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado" (Rom. 3: 20, la cursiva es nuestra). Este es un aspecto de la verdad acerca de la ley que los adventistas del séptimo día creemos que Dios nos pide que proclamemos, y que compartimos con muchos otros cristianos, incluso con los judíos.

El sábado es un tema diferente. La mayoría de los cristianos hoy día observan como día de reposo el domingo, el primer día de la semana, en lugar del sábado, el séptimo y creen que así están guardando el cuarto mandamiento, el cual dice explícitamente que el día de reposo es el séptimo día de la semana, y no el primero: "Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios" (Éxo. 20: 9, 10).

Algunas personas argumentan que el ciclo semanal pudo haber cambiado durante los últimos 3,500 años desde que Dios dio la ley en el Sinaí, haciendo imposible conocer cuál es el día de la semana al que la

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(Qué es la "iglesia verdadera"?

Biblia se refiere como el séptimo dia. Sin embargo, existe una respuesta muy sencilla para esta objeción. Desde que Dios dio la ley en el monte Sinaí, los judios conservadores han observado fielmente el sábado en el

séptimo día de la semana y siguen observando el dia de reposo en el día

sábado. Por lo tanto no existe la más mínima duda acerca de qué día de

la semana es el séptimo día del cuarto mandamiento. Si fuera solo una cuestión de días, los adventistas no insistirían tan

to. Sin embargo, el mandamiento añade: "Por tanto, Jehová bendijo el

día de reposo y lo santificó" (Éxo. 8: 11, RVR 1960, la cursiva es nuestra). Encontramos la misma expresión en la historia de la creación. "Al

llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra

que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, por

que en ese día descansó de toda su obra creadora" (Gén. 2: 2, 3, la

cursiva es nuestra). De manera que el séptimo día de la semana es dife

rente de los otros seis. Es tiempo santo. No hay nada en la naturaleza

física del día que indique esta diferencia. Los perros y los gatos, las vacas

y los caballos no la advierten. Solo los seres inteligentes pueden recono

cer que el séptimo día es diferente de los otros seis, porque solo los seres

inteligentes son capaces de entender la Palabra de Dios. Por esto, el

sábado fue hecho especialmente para los seres humanos. Y por eso Jesús

dijo que "el sábado se hizo para el hombre" (Mar. 2: 27). El asunto es

que el séptimo día es un tiempo sagrado, y Dios nos pide que lo trate

mos como tal. Esta es la razón primordial por la que los adventistas del

séptimo día destacamos la observancia del día de reposo en el séptimo

día de la semana. Nosotros creemos que esta es una de las verdades que

Dios nos ha pedido restaurar en el mundo.

El asunto es crítico en extremo, porque creemos que va a ser un tema

clave durante el conflicto final entre el bien y el mal, justo antes de la

segunda venida de Jesús. Los adventistas del séptimo día creen que ven

drá un día cuando el mundo entero quede dividido en dos grupos: El

remanente de Dios guarda todos sus mandamientos, incluyendo el día

de reposo en el séptimo día de la semana, y aquellos que se rehúsan a

guardarlos. La batalla sobre este asunto será intensa. Aquellos que per

manezcan fieles a Dios recibirán el sello de Dios, mientras que aquellos

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que rehúsen hacerlo, recibirán la marca de la bestia. El tema del sábado es así de crítico, y alguien debe advertirle al mundo al respecto. Creemos que eso es lo que Dios nos ha pedido que hagamos.

La perspectiva de los adventistas del séptimo día respecto del tiempo del fin, con el sábado como un punto clave en el conflicto final,

está en marcado desacuerdo con el punto de vista dispensacionalista que predomina hoy en día entre los protestantes de los Estados U nidos. Según los dispensacionalistas, el pueblo de Dios, su iglesia, será raptado y extraído del mundo poco antes de la gran tribulación final. Nosotros vemos serios errores en esta perspectiva. Aunque la posición adventista respecto de los eventos finales es minoritaria en términos del número de personas que la adoptan, armoniza mucho mejor con las enseñanzas bíblicas sobre el tiempo del fin que la teoría del rapto.

La muerte y el fin del pecado. Otra de las principales enseñanzas que los adventistas del séptimo día sostienen es la creencia de que Dios los ha llamado a restaurar la enseñanza bíblica sobre la muerte, el fin de los pecadores y del pecado. Hoy día la mayoría de los cristianos cree que los seres humanos tienen una doble naturaleza: Un cuerpo que es mortal y un alma que no lo es. Según la teología popular cristiana, cuando una persona muere, su cuerpo se convierte en polvo en la tumba, pero su alma inmortal se va de inmediato al cielo o al infierno. Aquellos que responden a la obra del Espíritu de Dios en su mente y corazón durante la duración de su vida van al cielo; mientras que los que rehúsan responder van al infierno, y gracias a que su alma es inmortal, sufrirán una existencia consciente en el infierno durante las edades sin fin de la eternidad. En verdad, aquí hay dos temas: La naturaleza de los seres humanos en la muerte y la naturaleza del infierno. Veamos primero la naturaleza del infierno y después la naturaleza de los seres humanos en la muerte.

Los adventistas del séptimo día creen que el infierno existirá algún día. Según Apocalipsis, un "lago de fuego" a la conclusión del milenio quemará al mundo entero y destruirá al pecado y a los pecadores. Incluso la muerte misma será destruida en este infierno (Lee Apoc. 20: 14, 15; 2 Pedro 3: 10-12; Mal. 4: 1).

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Creemos que la doctrina del tormento eterno es uno de los engaños más horribles y espantosos que Satanás ha perpetrado en la raza humana, y desafortunadamente, él ha tenido éxito en persuadir a la mayoría de los cristianos a creer que esto es verdad. U na de las razones principales por la cual nosotros creemos que la idea del tormento eterno es una de las parodias más objetables, es el carácter de Dios. La doctrina del tormento eterno ha conducido a muchas personas al ateísmo. Si esta doctrina fuera cierta, Dios obviamente, tendría poder para aliviar el su

frimiento de los impíos, ¡pero él se habría negado a hacerlo! Incluso yo, cuando mi mascota vieja y cansada sufre, para evitar tal sufrimiento, la mando a inyectar para que muera y no sufra más. Incluso Hider, tan

monstruoso como era, en algunas ocasiones se compadeció de sus víctimas torturadas y las liberó de la miseria. ¡Pero Dios se niega a hacerlo! Por lo contrario, mantiene a los pecadores "vivos" para sufrir por toda la eternidad! Se me hace imposible creer que un Dios amoroso haría una

cosa semejante a sus hijos, incluso a los más pecadores. Por supuesto, si el alma no fuera inmortal, como los adventistas lo enseñan, entonces no

podría ir ni al cielo ni al infierno al morir, y no sobreviviría una existencia consciente de tortura en el infierno a lo largo de la eternidad.

Como adventistas del séptimo día, comprendemos que los seres humanos tienen una naturaleza singular, no una doble naturaleza, y creemos que Dios nos ha llamado a proclamar esta verdad en este

tiempo particular de la historia del mundo. El mundo enfrenta una terrible crisis final. En los últimos días, los

poderes globales del mal se organizarán en oposición a los pocos miembros del remanente de Dios. Apocalipsis predice que al poder de la bestia "se le permitió hacer la guerra a los santos y vencerlos" (Apoc.

13: 7). También haría una imagen, y ordenaría que todo ser humano se arrodillara ante esta imagen, y "mandara matar a quienes no adora

ran la imagen" (Apoc. 13: 14, 15). Este será el conflicto final entre el bien y el mal justo antes de la segunda venida de Cristo, y será una

batalla hasta la muerte. Tal como la situación de Cristo en la cruz era desesperada, desde el punto de vista humano, así será la situación del

pueblo de Dios durante los eventos finales de esta crisis.

193


Por favor note lo siguiente, porque es un asunto crucial: El engaño será una de las armas finales de Satanás para atraer a las personas a su bando. Jesús mismo lo predijo. Él dijo: "Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos" (Mat. 24: 24). Hablando de los días y meses previos al retorno de Cristo, Pablo dijo: "El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden". Y agrega de forma inquietante, que ellos "se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos" (2 Tes. 2: 9, 10). Para finalizar, en Apocalipsis, Juan dijo que la bestia "hacía grandes señales milagrosas", y por esas señales "engañó a los habitantes de la tierra" (Apoc. 13: 13, 14).

Seguramente usted se estará preguntando: ¿Tiene todo esto algo que ver con la condición humana en la muerte? Precisamente esto: Si el alma sobrevive al cuerpo como una entidad consciente, entonces sería posible para las personas "en el otro lado" de la tumba comunicarse con

aquellos que aún no morimos. De hecho, este es el fundamento del espiritismo moderno. El propósito básico del espiritismo es la comunicación con los muertos. Y los adventistas del séptimo día creen que este será uno de los principales métodos por los cuales Satanás engañará a la gente durante el conflicto final.

Ah, usted dirá, yo no creo que los espíritus puedan regresar a comunicarse con los vivos. Me permitiré recordarle que millones de cristianos ya creen con fervor en esto. Estoy hablando de la creencia

católica de las apariciones de la Virgen María. Fátima en Portugal, Medjugorje en Bosnia son los dos lugares más conocidos en el mundo

donde se alega que ocurrieron estas apariciones. Mientras que no existen dudas de que muchas de estas supuestas co

municaciones con los muertos por medio de médiums son falsas, los ad

ventistas del séptimo día creen que algunas de ellas son muy reales. Los espíritus sí se comunican con estos médiums, pero no son los espíritus de los muertos. Son espíritus de demonios. y esto, según lo que creemos,

será uno de los métodos más ingeniosos de Satanás para engañar a la gente durante la crisis final de la tierra. Elena G. de White nos advierte:

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Satanás ha estado preparándose desde hace tiempo para su último esfuerzo para engañar al mundo ... Poco a poco Satanás ha preparado el camino para su obra maestra de seducción: El desarrollo del espiritismo. Hasta ahora no ha logrado realizar completamente sus designios; pero lo conseguirá en el poco tiempo que nos separa del fin ... Todos menos los que estén protegidos por el poder de Dios y la fe en su Palabra, se verán envueltos en ese engaño (CS, pp. 618).

Esta es la razón por la cuál los adventistas del séptimo día enfatizan la enseñanza bíblica de que cuando los seres humanos mueren, duermen en la tumba hasta el regreso de Jesús. Por lo tanto, si el alma no se va al cielo o al infierno como una entidad consciente después de la muerte, la comunicación con los muertos es imposible. Cuando suceda la crisis final de la tierra, esta enseñanza será una tremenda protección contra los engaños de Satanás a través del espiritismo. Pablo dijo que Satanás es capaz de disfrazarse en un ángel de luz (lea 2 Cor. 11: 14). Elena G. de White advierte que en su último engaño, Satanás personificará a Cristo:

El acto capital que coronará el gran drama del engaño será que el mismo Satanás se dará por el Cristo. Hace mucho que la iglesia profesa esperar el advenimiento del Salvador como consumación de sus esperanzas. Pues bien, el gran engañador simulará que Cristo habrá venido. En varias partes de la tierra, Satanás se manifestará a los hombres como ser majestuoso, de un brillo deslumbrador, parecido a la descripción que del Hijo..de Dios da San Juan en el Apocalipsis (Apoc. 1: 13-15). La gloria que le rodee superará cuanto hayan visto los ojos de los mortales. El grito de triunfo repercutirá por los aires: "¡Cristo ha venido! ¡Cristo ha venido!" El pueblo se postrará en adoración ante él, mientras levanta sus manos y pronuncia una bendición sobre ellos como Cristo bendecía a sus discípulos cuando estaba en la tierra. Su voz es suave y acompasada aunque llena de melodía.

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En tono amable y compasivo, enuncia algunas de las verdades celestiales y llenas de gracia que pronunciaba el Salvador; cura las dolencias del pueblo, y luego, en su fementido carácter de Cristo, asegura haber mudado el día de reposo del sábado al domingo y manda a todos que santifiquen el día bendecido por él. Declara que aquellos que persisten en santificar el séptimo día blasfeman su nombre porque se niegan a oír a sus ángeles, que les fueron enviados con la luz de la verdad. Es el engaño más poderoso y resulta casi irresistible (CS, p. 682).

Una vida saludable. La tercera verdad que los adventistas del séptimo día creemos es que Dios nos ha llamado a proclamar la importancia de mantenemos física y mentalmente saludables. Esto es importante no solo para vivir en las más óptimas condiciones posibles. También lo es porque durante la crisis final será fundamental que el pueblo de Dios tenga las mejores condiciones posibles de salud, por dos razones.

La primera: Los últimos días serán muy difíciles para los que vivan entonces. Nuestra condición física será puesta a prueba hasta ellímite. Por ello, es muy importante que estemos en las mejores condiciones físicas para enfrentar esa crisis.

La segunda: El cerebro es un organismo físico que tiene una maravillosa habilidad. Los pensamientos no son objetos físicos, pero el cerebro sí lo es, y las reacciones químicas en nuestro cerebro que producen nuestros pensamientos son procesos físicos. Cualquier cosa que interfiera con los procesos químicos del cerebro altera los pensamientos. Es un hecho bien conocido que las personas sin salud tienen mayor tendencia a la depresión que las personas saludables. Así que será esencial que a medida que ingresemos a la crisis final de la tierra, nuestros cuerpos físicos estén en las mejores condiciones posibles de salud, porque si no lo están, nuestros pensamientos estarán nublados y será más fácil que sucumbamos a los engaños de Satanás.

Una vida saludable fue una de las verdades que Dios mostró a los adventistas del séptimo día por medio del ministerio de Elena G. de White. Nosotros creemos que Dios nos ha dado la comisión de com-

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partir esta verdad con el mundo a fin de preparar a tanta gente como sea posible para la crisis final que se. avecina.

De regreso a lila iglesia verdadera"

Entonces, ¿son los adventistas del séptimo día "la iglesia verdadera"? Si usamos el término "la iglesia verdadera" para referirnos a la única iglesia de Dios sobre la tierra, y se excluye a todas las demás, la respuesta es: ¡Absolutamente no! Nosotros creemos que millones de cristianos e incluso no cristianos tienen una relación de salvación con Dios. Creemos que millones de cristianos están ayudando a esparcir

las nuevas de la salvación por la gracia al mundo a medida que la tierra se acerca a la crisis final y al segundo advenimiento de Cristo. Sin embargo, creemos que Dios ha comisionado a los adventistas del séptimo día a proclamar las grandes verdades que son vitales para la raza humana durante la crisis final del mundo. Solo podemos ser considerados "la iglesia verdadera" en el mundo de hoy en el contexto de esa comisión.

Si esta forma de comprender las cosas es correcta, entonces tiene sentido el hecho de que Dios haya hecho surgir la Iglesia Adventista del Séptimo Día como su agencia para proclamar un mensaje único al mundo en los días previos a la crisis final y la segunda venida de Jesús. Tiene sentido que Dios haya iniciado el establecimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a través de una amarga crisis llamada el Gran Chasco, la cuál eliminó a los que no estaban convencidos y dio a los que sí estaban convencidos la suficiente motivación que necesitarían para infundir nuevas fuerzas a un movimiento que habría de afectar al mundo entero.

La Iglesia Católica Romana cree que es la única "iglesia verdadera" de Cristo Jesús y que es la única vía genuina por la cual los pecadores pueden obtener la gracia de Dios. El reciente documento "Respuestas a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la iglesia", publicado en nombre del Papa Benedicto XVI, reafirma esta declaración y nos recuerda que la posición doctrinal de Roma no ha cambiado, ni cambiará. En un sentido real, la declaración que figura

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de nuevo en este documento reciente del Vaticano es un desafío para el remanente y para todos los protestantes. A medida que nos acercamos más al final de la historia de la Tierra, hay un desafío aún más

importante y significativo para el remanente que el documento de Benedicto.

1. Lumen Gentium, párráfo 11. Lumen Gentium es uno de los documentos del Concilio Vaticano n. Este fue promulgado por el Papa Pablo VI en 1964.

2. Catecismo de la Iglesia Católica, 2da. ed. (Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana. 1997), núm. 1324.

3. Unum Sanctam, 18 de noviembre, 1302, http://www.papalencyclicals. netlbon08/b8unam.htm.

4. Pío IX, Syllabus Errorum, párrafos 18,21. http://www.papalencyclicals. net/pius09/p9syll.htm.

5. Pío XI Carta encíclica del 26 de enero de 1928, "Acerca de cómo se ha de fomentar la verdadera unidad religiosa" (MortaliumAnimos), párrafo 11. http:// www.papalencyclicals.net/pius111p11morta.htm.

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La del rem ....... ente

Hace miles de años, Dios enfrentó un desafío a su reino en su propio predio. Satanás se rebeló contra Dios y especialmente

contra su Hijo, quien en ese tiempo era conocido como el arcángel Miguel.* Apocalipsis dice: "Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; este y sus ángeles, a su vez, les hicier6n frente, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás [ ... ]. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra" (Apoc. 12: 7-9).

Apocalipsis en realidad es un resumen corto de la historia cristiana. Se inicia con una mujer en conflicto con el dragón. La mayoría de los estudiantes cristianos de la profecía entiende que la mujer representa a la iglesia cristiana, y Apocalipsis identifica al dragón como a Satanás (vers. 9). La mujer está encinta y a punto de dar a luz a un niño. Satanás intenta destruir a ese hijo, pero Dios arrebata al niño y lo lleva hasta su trono en el cielo. Esta es una alusión obvia al nacimiento y ascenso de Cristo. El dragón persigue a la mujer, y ella huye hacia el desierto, donde Dios le ha preparado un lugar donde será protegida

* Ver el apéndice A para obtener una explicación de la base bíblica para poder concluir que el arcángel Miguel es Cristo.

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durante 1,260 días (vers. 6), o por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo (vers. 14). Estos versículos son una interpretación de Daniel7: 25. Apocalipsis 12: 6 y 14 muestran una evidencia clara de que el "tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo" de Daniel debiera entenderse en términos de 1,260 días proféticos o 1,260 años literales.

La mujer en Apocalipsis 12 representa al remanente durante el oscurantismo de la historia europea. Sin embargo, Satanás, el dragón, está enfurecido contra la mujer y se "fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los- cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús" (Apoc. 12: 17). Este es el ataque de Satanás contra el remanente al final de la historia de este mundo.

En un capítulo anterior vimos que uno de los temas fundamentales de la teología de los adventistas del séptimo día es el conflicto universal entre el bien y el mal que se ha librado en nuestro mundo desde que nuestros primeros padres cedieron a la tentación de Satanás. Los adventistas se refieren a este tema como el "gran conflicto". Apocalipsis 12: 17 nos presenta el periodo final de este gran conflicto

justo antes de la segunda venida de Jesús. El capítulo 13 entonces describe en detalle este conflicto.

Apocalipsis 13 nos presenta dos poderes representados por dos bestias. Una bestia surge del mar (vers. 1-10), y la otra surge de la tierra (vers.11-18). El versículo 7 nos dice que la bestia que surge del mar "se le permitió hacer la guerra a los santos y vencerlos", y "se le

dio autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación". Claramente

tiene autoridad política global. La bestia que surge de la tierra tomó la imagen de la bestia del mar y mandará "matar a quienes no adoraran la imagen" (vers. 15).

Según estos pasajes es claro que los poderes malignos del mundo están unidos contra Dios y su pueblo. Esta es la guerra del dragón contra la simiente de la mujer, el remanente. Es muy importante en

tender que esta es la etapa final en la gran controversia entre Cristo y Satanás que ha sacudido nuestro mundo desde que nuestros primeros padres fueron expulsados del jardín del Edén.

200

La misi6n del remanente

Lo que Apocalipsis dice acerca de la misión del remanente.

Los adventistas del séptimo día creemos que Dios nos ha dado una comprensión única del conflicto final y los principales acontecimientos que sucederán. Tres pasajes en Apocalipsis describen los temas espirituales de este conflicto. Dos de ellos son muy parecidos, así que trataré con ellos de manera conjunta:

1. Apocalipsis 12: 17. "Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús".

2. Apocalipsis 14: 12. "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús" (RV 1909).

Dos características del pueblo de Dios en el tiempo del fin se destacan en los versículos ya mencionados: Primero, ambos textos enfatizan que durante el conflicto final en la tierra, el pueblo de Dios guardará sus mandamientos. Los adventistas del séptimo día comprenden que esto significa que el pueblo de Dios en el tiempo del fin guardará todos los mandamientos, incluyendo el cuarto mandamiento, que pide la observancia del séptimo día, el sábado, como día sagrado.

El segundo, ambos textos también resaltan la relación del pueblo de Dios con Jesús. Que se mantienen fieles al testimonio de Jesús (12: 17) implica que creen en todo lo relacionado con su vida, muerte y ministerio. Tener la fe de Jesús (14: 12) significa tener plena confianza en él, permitirle que guíe nuestra vida y apropiarnos de su justicia para cubrir nuestros pecados. Estos dos textos nos brindan una comprensión muy equilibrada de la ley y la gracia, la fe y las obras. Incluso nos dicen que el pueblo de Dios en el tiempo del fin comprenderá este equilibrio y lo hará realidad en su propia experiencia. Ellos guardarán los mandamientos de Dios, pero no como una forma de obtener su favor. Su obediencia será una respuesta de amor

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debido a que él ha perdonado sus pecados y los ha cubierto con su justicia. La verdadera justificación por la fe no hace a un lado la ley de Dios. Aquellos que practican la verdadera justificación por la fe utilizan la ley de Dios como un espejo que les señala sus pecados para poder traer dichos pecados a Jesús para recibir perdón y purificación. Este es el evangelio en pocas palabras. Existe un tercer versículo en Apocalipsis que describe los asuntos espirituales en el conflicto final:

3. Apocalipsis 14: 6, 7. "Luego vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y que llevaba el evangelio eterno para anunciarlo a los que viven en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Gritaba a gran voz: Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales".

Antes que veamos los temas espirituales en el conflicto final descritos en Apocalipsis 14: 6, 7, note quién proclama estos asuntos: Un ángel que vuela en medio del cielo los proclama en alta voz. La palabra griega para ángel, aggelos significa "mensajero". * La mayoría de las veces que la Biblia emplea esta palabra, se refiere a un mensajero del cielo. Pero el "ángel" en Apocalipsis 14: 6, 7, es un símbolo del remanente de Dios, quienes serán sus mensajeros en el mundo durante el conflicto final contra el poder del mal. La descripción de un ángel que vuela en medio del cielo sugiere lo urgente que es el mensaje.

Este ángel menciona varios asuntos espirituales que son relevantes para la misión del remanente de Dios durante la crisis final. La primera cosa que él menciona es "el evangelio eterno," las buenas nuevas de salvación, que serán proclamadas "a aquellos que viven sobre la tierra, a toda nación, tribu, h~ngna y pueblo". Esta es la misma comisión que Jesús les dio a sus discípulos justo antes que regresara al cielo: "Vayan y hagan discípulos de todas las naciones ... enseñán-

* Ver los ejemplos en Mateo 11: 10 y Lucas 7: 24, donde la palabra griega aggelos claramente significa "mensajero" y no "ángel".

202

La misión del remanente

doles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes," (Mat. 28: 19, 20). En una declaración similar Jesús dijo: "Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mat. 24: 14). Apocalipsis 14: 6, 7 repite la gran comisión de Cristo para el fin del mundo. Y esta concuerda con lo que leímos en Apocalipsis 12: 17 y 14: 12, porque la esencia del evangelio es una comprensión equilibrada de la relación entre la ley y la gracia.

Una misión doble. Yo propongo que la misión fundamental del pueblo remanente de Dios está conformada por dos partes. Primero, debemos comprender la justificación por la fe de tal forma que podamos vivir la justificación por la fe, ya que no podremos vivirla sin comprenderla. Por lo tanto, tenemos la obligación de estudiar la justificación por la fe con mucho cuidado para poder comprender la relación existente entre la ley y la gracia, y tendremos que aplicar en nuestras propias vidas lo que hemos aprendido. Hay una zanja cada lado que debemos evitar. A un lado está la gracia barata, lo que significa que aceptamos el perdón de Cristo pero olvidamos la obligación de obedecer. Por el otro lado está ellegalismo, significa que reconocemos la importancia de obedecer pero nos olvidamos de la gracia y el perdón. He escrito dos libros que hablan de la justificación por la fe, El dragón que todos llevamos dentro y Forever His, que explica mi comprensión de la relación entre la ley y la gracia. Estos libros pueden ayudarlo a obtener una mejor perspectiva de esa relación.

La segunda parte de nuestra misión es comprender la justificación por la fe para poder proclamar la justificación por la fe, porque no podemos proclamarla si no la entendemos. Iré un paso más allá y diré que no podemos proclamarla si no la vivimos.

1

La justificación por la fe no es solo una doctrina, es un estilo de vida con Jesús, que solo podemos compartir con los demás cuando se ha convertido en nuestra forma de ser. Por encima de todo esto, la misión de los adventistas del séptimo día es conocer personalmente a Jesús y exaltarlo ante los demás como el Salvador del mundo. Nuestra misión es explicarle a la gente cómo vivir la vida cristiana. Es en este

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contexto que tenemos que situar cualquier otro aspecto de nuestro mensaje, incluyendo el sábado, la vida saludable, la segunda venida de Jesús, su muerte y su resurrección, el juicio, etcétera. Tenemos que experimentar cada una de estas doctrinas en el contexto de una relación gozosa con Jesucristo. Entonces podremos compartirla con otras personas en expresiones que les resulten sumamente atractivas.

El ángel en Apocalipsis 14 no se detiene en la proclamación del evangelio. Existen otros dos aspectos del mensaje que él proclama al mundo, lo que significa que hay otros dos aspectos en la misión del remanente.

La hora del juicio de Dios ha llegado

El ángel explica por qué la proclamación del evangelio es tan importante durante los meses y años finales de la historia de la tierra. Él dice que la hora del juicio de Dios ha llegado. Daniel 7: 9 y 10 describe este juicio con las siguientes palabras:

Mientras yo observaba esto, se colocaron unos tronos, y tomó asiento un venerable Anciano. Su ropa era blanca como la nieve, y su cabello, blanco como la lana. Su trono con sus ruedas centelleaban como el fuego. De su presencia brotaba un torrente de fuego. Miles y millares le servían, centenares de miles lo atendían. Al iniciarse el juicio, los libros fueron abiertos (la cursiva es nuestra).

Lo anterior es una clara escena de juicio. Dios está sentado en su trono como el juez que lo preside. Millones de ángeles lo rodean; ellos

son los testigos y el juzgado. Es importante comprender dos asuntos respecto de este juicio: El momento en que ocurre y su propósito. En el versículo 13, el profeta observa: "Vi que alguien con aspecto humano ... se acercó al venerable Anciano". Esta persona es Jesús. Y Daniel dice que "se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron! ¡SU dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su reino jamás será destruido!" (vers. 14). Esta es una

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referencia obvia al final de la historia de este mundo y la segunda venida de Jesús. Haré una revisión minuciosa del significado de este tema más adelante en este capítulo. Por ahora, es suficiente comprender que la escena del juicio en Daniel 7: 9 y 10 sucederá justo antes de la segunda venida de Jesús. De este modo, cuando el ángel proclama en Apocalipsis que "la hora de su juicio [ de Dios] ha llegado", este

es el juicio del que habla y que se estará llevando a cabo poco antes del regreso de Cristo. Este juicio tiene al menos tres propósitos:

1. La vindicación de los santos que fueron perseguidos. Apocalipsis 13 describe el ataque violento que los poderes del mal en el mundo levantarán contra el pueblo de Dios durante la crisis final. Este es el conflicto entre el bien y el mal que ha existido en nuestro mundo desde la caída de Adán y Eva. Apocalipsis 13 se limita a describir su fase final. Sin embargo, note lo que Daniel dice que será el resultado del juicio en el cielo: "Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos y los venció. Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los santos del Altísimo. En ese momento los santos recibieron el reino" (Dan. 7: 21, 22, la cursiva es nues

tra). Así que uno de los propósitos del juicio es, ¡vindicar a los santos

perseguidos de Dios! Este propósito del juicio se muestra de forma aun más clara en Apocalipsis, debido a que muestra cierta progresión:

a. El primer paso se encuentra en Apocalipsis 6: "Cuando

el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sufrido el martirio por causa de la palabra de Dios y por mantenerse fieles en su testimonio. Gritaban a

gran voz: ¿Hasta cuándo, soberano Señor, santo y veraz, seguirás sin juzgar a los habitantes de la tierra y sin vengar nuestra muerte?" (Apoc. 6: 9, 10, la cursiva es nuestra). Los santos perseguidos imploran a Dios que juzgue entre ellos y sus enemigos.

b. El segundo paso se encuentra en el mensaje del ángel de Apocalipsis 14 del cual hemos discutido. El ángel dice que "la

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hora de su juicio [de Dios] ha llegado". ¡El juicio que los santos habían implorado se está llevando a cabo!

c. El tercer paso se encuentra en una de las plagas de Apocalipsis 16: 4-6: "El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y los manantiales, y estos se convirtieron en sangre. Oí que el ángel de las aguas decía: 'Justo eres tú, el Santo, que eres y que eras, porque juzgas así: Ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre, como se lo merecen'" (la cursiva es nuestra). Un ángel en el cielo anuncia que el juicio ha sido pronunciado a favor de los santos y en contra de aquellos que los perseguían.

d. El cuarto paso está en Apocalipsis 19: 1,2: "Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: '¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos: Ha condenado a la famosa prostituta que con sus adulterios corrompía la tierra; ha vindicado la sangre de los siervos de Dios derramada por ella'" (la cursiva es nuestra).

En este pasaje, el pueblo de Dios, que poco antes imploraba venganza contra sus perseguidores, ahora está en el cielo y alaba a Dios por juzgar a aquellos que se le opusieron. He aquí un resumen de la sucesión de eventos en el juicio que se describe en Apocalipsis:

a. Apocalipsis 6: 9, 10. Los santos perseguidos imploran a Dios que juzgue entre ellos y sus perseguidores.

b. Apocalipsis 14: 6, 7. Un ángel anuncia que el juicio se está llevando a cabo, porque "la hora de su juicio [de Dios] ha llegado" (la cursiva es nuestra).

c. Apocalipsis 16: 4-6. Otro ángel anuncia que Dios ya juzgó a los perseguidores de su pueblo. El veredicto ha sido emitido a favor de los santos, y los poderes del mal que persiguieron al

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pueblo de Dios serán castigados. Sin embargo, el pueblo de Dios todavía no ha sido librado de sus perseguidores.

d. Apocalipsis 19: 1, 2. Los santos en el cielo alaban a Dios por sus juicios que los libraron de la persecución.

Lo que quiero resaltar es: Cuando el pueblo de Dios sea perseguido durante la crisis final puede tener plena seguridad de que en el juicio de Dios en el cielo será absuelto. Y debido a que este juicio sucede justo antes de la segunda venida de Jesús, puede estar seguro que su liberación está cerca. Durante el conflicto final, la misión del remanente será asegurar al pueblo perseguido de Dios que su liberación está en camino. Jesús está preparado para irrumpir en la historia mundial y destruir a sus opresores.

2. La justificación de los santos. El segundo propósito del juicio es restaurar a los santos de Dios. Algunos adventistas cuestionan este propósito. "El pueblo de Dios no será juzgado, dicen ellos, ¿Por qué deberían ser juzgados? Dios ya conoce a aquellos que le pertenecen". Este es un buen argumento, y existe también una buena respuesta. Para empezar, Pablo deja bien claro que el pueblo de Dios será juzgado algún día. Lo menciona en al menos dos de sus cartas. En Romanos 14: 1 0-12, él escribió:

¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios! Está escrito: "Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios". Así que, cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.

En 2 Corintios 5: 10, Pablo escribió: "Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo". Jesús dijo que "en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado" (Mat. 12: 36). Así, queda muy claro que el pueblo de Dios será juzgado antes del tiempo final.

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Volvamos entonces a la pregunta: ¿Por qué tiene Dios que efectuar un juicio de sus santos? ¿Aún no sabe que son dignos de la salvación? ¡Por supuesto que lo sabe! Entonces, ¿por qué necesita un juicio? La respuesta a esta pregunta está compuesta por dos partes.

Primero, Dios no es el único que está involucrado en este proceso del juicio. En la descripción de Daniel del juicio, según vimos poco antes en este capítulo, millones de ángeles se encuentran alrededor del trono de Dios como testigos y jurado. Además, hay libros que se abren en este juicio. Estos libros simbolizan los registros que Dios lleva de la vida de cada ser humano. Con toda seguridad Dios no necesita libros para recordar cosa alguna. Estos libros existen para el

beneficio de los millones de ángeles que rodean su trono. Existe una segunda parte a la pregunta de por qué el juicio es nece

sario, dado el hecho de que Dios ya conoce a los que le pertenecen y a los que no. Y esa razón es que los poderes del mal sobre la tierra no son los únicos que atacan al pueblo de Dios. Apocalipsis 12: 10 dice:

Luego oí en el cielo un gran clamor: "Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador

de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de

nuestro Dios" (la cursiva es nuestra).

El "acusador de nuestros hermanos" en este versículo es Satanás.

Esto nos da una idea de lo que está sucediendo entre el cielo y la tierra, en la gran controversia entre el bien y el mal. Satanás acusa al pueblo de Dios de no merecer el amor y el perdón de Dios. Las acusaciones de Satanás son falsas, y desea que los ángeles en el cielo lo comprendan. Así que en el juicio final Dios abrirá los registros para que los ángeles puedan ver por sí mismos que las acusaciones que Satanás hace contra su pueblo son falsas en su totalidad.

El Antiguo Testamento nos da dos ejemplos de las acusaciones de Satanás al pueblo de Dios. Encontramos la primera de ellas en la historia de Job. La Biblia dice que "llegó el día en que los ángeles debían

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La misi6n del remanente

hacer acto de presencia ante el Señor, y con ellos se presentó también Satanás" Oob 1: 6). Cuando Dios llamó la atención de Satanás hacia su siervo Job, Satanás replicó: "¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? ... Extiende la mano y qUÍtale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!" (vers. 9-11). Satanás acusó aJob de ser poco merecedor del favor de Dios. Así que Dios le permitió a Satanás que probara a Job acarreándole terribles tribulaciones. Pero Job pasó la prueba, y al final de la historia aprendemos que Dios libró a su siervo de los ataques de Satanás.

Durante la crisis final del mundo, Dios nuevamente le permitirá a Satanás que traiga terribles pruebas a su pueblo, y ¡este pasará la prueba! Es por eso que uno' de los mensajes del remanente para el pueblo de Dios en ese tiempo será, ¡manténganse firmes! ¡La liberación está a las puertas!

El segundo ejemplo del Antiguo Testamento es la acusación de Satanás en contra del pueblo de Dios que se encuentra en Zacarías 3. El versículo 1 dice: "Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor, ya Satanás, que estaba a su mano derecha como parte acusadora". Pero Dios le respondió a Satanás: "¡Que el Señor te reprenda, Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón rescatado del fuego?" Luego Dios le quita a Josué las ropas sucias y las reemplaza con "ropas espléndidas" (vers. 2-4, la cursiva es nuestra). Esta es una imagen hermosa de cómo la justicia de Cristo cubre todos nuestros pecados. Elena G. de White, en su libro El conflicto de los siglos dedica un capítulo entero al tema del juicio, y pinta en él una imagen vívida de Satanás acusando al pueblo de Dios ante los ángeles:

Mientras Jesús intercede por los súbditos de su gracia, Satanás los acusa ante Dios como transgresores. El gran seductor procuró arrastrarlos al escepticismo, hacerles perder la confianza en Dios, separarse de su amor y transgredir su ley. Ahora él señala la historia de sus vidas, los defectos de carácter, la falta de semejanza con Cristo, lo que deshonró a su Redentor, to-

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dos los pecados que les indujo a cometer, ya causa de éstos los reclama como sus súbditos (CS, p. 538).

Jesús no disculpa sus pecados, pero muestra su arrepentimiento y su fe, y, reclamando el perdón para ellos, levanta sus manos heridas ante el Padre y los santos ángeles, diciendo: Los conozco por sus nombres ... y al acusador de su pueblo le dice: "Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?" (Zac. 3: 2), (CS, p. 538).

Las buenas noticias del juicio son estas: CUando Satanás lo tienta a creer que no merece la aceptación de Dios, usted puede estar seguro que Jesús su mediador lo defiende en el cielo. Y la misión del remanente será proclamar estas buenas nuevas. Esto está simbolizado en Apocalipsis por un ángel que proclama al mundo que "la hora de su juicio [de Dios] ha llegado" .

. 3. Llevar el gran conflicto a su conclusión. El juicio de Dios se está llevando a cabo mientras usted lee estas palabras, tiene una magnitud mucho mayor, que va más lejos de nuestra imaginación. Los ángeles están revisando la totalidad de la gran historia del conflicto entre el bien y el mal que comenzó en el cielo antes de que nuestro mundo fuera creado y continuará hasta la segunda venida de Cristo. Para comprender este propósito demos un vistazo más cercano a los versículos de Daniel 7. "En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano [este es Jesús] ... se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron! ¡SU dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su reino jamás será destruido!" (vers. 13, 14).

Este pasaje nos permite comprender el propósito del juicio. El juicio no solo tiene el propósito de vindicar a los santos que han sido perseguidos por los poderes del mal en la tierra, y no se trata solo de defenderlos cuando Satanás los acusa. Aunque ambas funciones son importantes, existe un propósito mayor. Durante miles de años Sata-

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nás ha sido "el dios de este siglo" (2 Coro 4: 4, RVR 1960). Él ha tenido un control casi total sobre los reinos de este mundo. * Esto es eviden-te en el hecho de que estos reinos operan bajo el principio de la fuerza en lugar del principio del amor de Dios. Pero el día viene cuando Jesucristo destruirá todos estos reinos que Satanás ha establecido, y él establecerá su propio reino eterno. Uno de los prop6sitos del juicio es dar a Jesús el dominio de este mundo. Apocalipsis habla de este momento. Y dice: "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos" (Apoc. 11: 15).

La misión del remanente es proclamar las buenas nuevas de que el conflicto entre el bien y el mal está llegando a su fin. Los reinos de este mundo están por convertirse en el reino de Cristo, y, ¡SU regreso está muy cercano! Este es el mensaje acerca del juicio que Dios quiere que el remanente lleve al mundo.

Adorad a Dios como el Creador

El ángel en Apocalipsis 14 también invita a los habitantes de este mundo a adorar a Dios como el Creador: "Temed a Dios, dice él, dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (Apoc. 14: 7, la cursiva es nuestra).

Este mensaje es especialmente apropiado para el momento presente de la historia de este mundo, debido a que el mundo intelectual niega casi de forma universal que Dios es el Creador. En su lugar la teoría de la evolución ha penetrado cada segmento de la sociedad como la explicación del origen de la vida en la Tierra. Incluso los líderes cristianos se han persuadido de que la evolución fue el proceso por el cuál Dios "creó" a los seres vivientes. Por eso el mensaje del ángel de Apocalipsis 14 es tan crucial hoy día. Le recuerda al mundo

* Que Satanás ha tenido un control considerable sobre los reinos de este mundo es evidente en la historia de las naciones. Sin embargo, Satán nunca ha tenido el control total. Daniel nos asegura que Dios ejerce control, y Dios es quien "quita reyes, y pone reyes" (Dan. 2: 21).

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que Dios es el Creador. Y él tiene un recordatorio semanal de su actividad creadora: El sábado. Note la similitud entre la última parte del mandamiento del sábado en Éxodo y la última parte del mensaje del ángel en Apocalipsis. Por favor preste mayor atención a las letras que he colocado en cursiva.

• Éxodo 20: 11. "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó" (la cursiva es nuestra).

• Apocalipsis 14: 7. "Y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" (la cursiva es nuestra).

El reposo del séptimo día (el sábado) es importante hoy porque es un testimonio de que creemos que Dios es el Creador y el Señor de nuestra vida. Nosotros guardamos todos los mandamientos, no como una forma de ganar el favor de Dios, sino porque lo amamos y lo queremos honrar. Invitamos a las personas en todas partes a unirse a nosotros en esto.

La adoración a Dios como el Creador en Apocalipsis 14: 6, 7, contrasta claramente con la adoración de la bestia. En el capítulo 19 vimos que los adventistas del séptimo día creen que llegará el día cuando el mundo entero será dividido en solo dos grupos. Por un lado estará el remanente de Dios que guarda todos sus mandamientos, incluyendo la adoración en el sábado, el séptimo día de la semana. En el otro lado estarán los poderes afiliados con la bestia, que harán cumplir con vara de hierro una forma falsa de adoración. Como adventis

tas del séptimo día entendemos que el conflicto final girará en torno a un tema muy simple: ¿Obedecerán las personas o no el cuarto mandamiento guardando el día que Dios santificó? La batalla sobre este tema es muy intensa. Quienes permanezcan leales a Dios recibirán su sello, y aquellos que se nieguen a serie leales recibirán la marca de la bestia. El tema del sábado es así de crítico y alguien debe advertirle al mundo. Esta es una parte importante de la misión del remanente.

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Terminaré este capítulo con una declaración de Elena G. de White que creo que resume la misión del remanente en el mundo actual: "Aquellos que esperan la venida del Esposo han de decir al pueblo: '¡Veis aquí el Dios vuestro!' Los últimos rayos de luz misericordiosa, el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. Los hijos de Dios han de manifestar su gloria. En su vida y carácter han de revelar lo que la gracia de Dios ha hecho por ellos" (PVGM, p. 342).

La misión del remanente de Dios es preparar al mundo para la crisis final que está por venir. Una parte importante de esta misión es proclamar ciertas verdades que Dios le ha dado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día: El sábado, el estado de los muertos, la destrucción final de la maldad, y el juicio final. Pero estas doctrinas son importantes solo en el contexto del amor de Dios.

El desafío del remanente

Esto nos trae al tema crucial de nuestra responsabilidad, la suya y la mía, en el cumplimiento de la misión del remanente. En capítulos previos he señalado el crecimiento acelerado de la Iglesifl Adventista del Séptimo Día de un grupo de 3,500 miembros al momento de ser organizada en 1863, hasta los más de quince millones de miembros en 2008. Esas son buenas noticias. Las malas noticias, al menos para los adventistas que viven en Norteamérica, Europa y Australia, es que el crecimiento no es tan rápido en estas regiones como en otras partes del mundo. La gran mayoría del crecimiento adventista sucede en las naciones en desarrollo de Asia, África y Latinoamérica. Las estadísticas de nuestra feligresía en los países desarrollados están bastante estancadas. Por lo tanto, el mayor desafío del remanente en las regiones desarrolladas del mundo hoy día es revertir esa tendencia.

Una de las mayores razones por las cuales el crecimiento está ocurriendo tan rápido en las regiones en desarrollo del mundo es que el cristianismo brinda esperanza a la gente con escasos recursos económicos. Los adventistas en las regiones desarrolladas del mundo somos ricos y no carecemos de nada (Apoc. 3: 17). Nosotros no necesitamos

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la esperanza de una mejor vida como la que el cristianismo ofrece, porque nos va bastante bien sin el cristianismo.

Desde los inicios de nuestro movimiento, nuestros críticos no adventistas han cuestionado la validez de nuestras enseñanzas más importantes, incluyendo el sábado, el estado de los muertos y el juicio final. Hoy día algunos adventistas han comenzado a dudar de estas enseñanzas, especialmente el sábado y el juicio final. Así que uno de los mayores desafíos para el remanente de hoyes dar una respuesta adecuada a estas preguntas. Sin embargo, más importante que contestar a esas críticas es nuestra responsabilidad de compartir estas enseñanzas con aquellos que no las comprenden, a aquellos que ni siquiera han tenido la oportunidad de escucharlas.

Quizá usted proteste que no es un evangelista. Usted no tiene que ser un evangelista profesional para hacer la parte que le corresponde en compartir el mensaje. ¿Disfruta usted de la jardinería? ¿Le gusta organizar su casa? Una de las partes más importantes del evangelismo es invitar a las personas a una iglesia que tiene un patio bien cuidado y un santuario limpio y atractivo. Una de las peores cosas que pueden alejar a una persona de nuestro mensaje son un pasto y arbustos descuidados y baños malolientes, o un santuario con papeles tirados por todas partes. ¿Le gusta trabajar con computadoras? ¿Sabe manejar equipos de sonido? ¿Le gusta hacer trabajo secretarial? ¿Es usted un buen administrador? ¿Puede usted enseñar clases de modo interesante? Dios tiene un lugar para usted en el cumplimiento de la misi6n de su remanente.

A algunas personas les gusta dar estudios bíblicos, a otras no. ¿Significa esto que aquellos que no pueden dar estudios bíblicos o predicar sermones evangelizadores no pueden participar en compartir el mensaje de la Iglesia Adventista? ¡Por supuesto que no!

El desafío para el remanente en N orteamérica y en otros países desarrollados del mundo de hoy consiste en involucrarse. Es tomar en serio la misión de Dios para su iglesia actual. U no de los problemas que afectan a las iglesias en todas partes es que las personas aceptan responsabilidades en las comisiones de nombramiento pero hacen

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poco o casi nada durante el resto del año. El desafío del remanente de hoya menudo es tan simple como tomar el tiempo o hacer el tiempo en nuestras ocupadas agendas para cumplir a cabalidad las tareas que nuestra iglesia nos ha confiado y que hemos aceptado.

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eARfTUL021

El remanente durante la crisis 6nal

M i primera experiencia con las profecías bíblicas y los eventos fina

les fue en 1955 durante mi primer año en el SouthwestemJunior College (ahora conocido como la Universidad Adventista del Suroeste) en

Keene, Texas. El maestro de religión era Morris Lewis, uno de los maes

tros favoritos de los estudiantes en el plantel. Yo tomé dos clases con el

pastor Lewis ese año, una sobre la justificación por la fe y la otra sobre

Daniel y Apocalipsis. Esas dos clases me dieron bases que me han servido

hasta el día de hoy. Mis dos temas favoritos siguen siendo la justificación

por la fe y la profecía, especialmente los eventos del tiempo del fin.

Como parte de los requisitos para la clase de Daniel y Apocalipsis, el

pastor Lewis hizo que cada estudiante preparara un diagrama de los

eventos finales. Por supuesto, además de los conceptos bíblicos, estos

diagramas estaban impregnados de conceptos sobre el tiempo del fin

derivados de los escritos de Elena G. de White. Indicamos exactamente

en el diagrama cuándo ocurrirían la lluvia tardía y el fuerte clamor en

relación con el fin del tiempo de gracia. También diagramamos la ley

dominical, las siete postreras plagas, el decreto de muerte, la voz de

Dios justo antes de la segunda venida de Cristo, y finalmente, la segun

da venida. ¡Para cuando terminamos nuestros diagramas, podíamos

decirle a cualquiera que nos preguntara exactamente qué ocurriría y

cuándo, todo respaldado por la evidencia inspirada!

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Después de graduarme de la universidad y el seminario a fines de 1950 y a principios de 1960, me enteré de una diagramación de los eventos del fin de una magnitud muy superior, realizada por un ministro adventista cuyo nombre olvidé hace mucho tiempo. Pero este hombre tenía los diagramas del tiempo del fin más detallados y complejos que jamás vi en toda mi vida. Y todo también tenía el respaldo de la evidencia inspirada.

Sin embargo, en los últimos veinte años me he tornado bastante más remiso a diagramar el tiempo del fin. Ahora ofrezco a mis lectores un diagrama muy simple de la crisis final:

La crisis comienza Cierre del tiempo de gracia La segunda venida

Las siete postreras plagas

lA CRISIS FINAL

Notará que el periodo se divide en dos partes, antes y después del cierre del tiempo de gracia. Para aquellos que no están familiarizados con la frase "cierre del tiempo de gracia", permítanme ofrecerles una breve explicación. En el sentido religioso, la palabra " gracia" (en este

contexto, en inglés "probation"), se refiere al periodo de la historia durante el cual los seres humanos tienen la oportunidad de responder al Espíritu Santo que habla a sus corazones, o según dicen los cristia

nos, el periodo durante el cual los seres humanos pueden aceptar a Jesús como su Salvador. Este periodo comenzó con la caída de Adán

y Eva y la promesa de Dios de enviar un Redentor (Gén. 3: 15), y ha continuado hasta el presente. A esto se lo llama "tiempo de gracia".

Muchos cristianos entienden que la oportunidad de aceptar a Jesús terminará, y se cerrará el tiempo de gracia para los seres humanos con

la segunda venida de Cristo. Todo aquel que no haya aceptado aJesús antes de su venida, no podrá hacerlo después.

Según podrá ver en el diagrama anterior, los adventistas del séptimo día tienen una idea muy particular respecto de este tema. El tiem

po de gracia se cerrará poco antes de la segunda venida de Cristo,

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El remanente durante la crisis final

justo antes del derramamiento de las siete plagas postreras que Juan describe en Apocalipsis 16. Cualquier persona que no ha aceptado a Jesús antes de este momento no podrá hacerlo después que haya pasado el tiempo de gracia. En otras palabras, no habrá conversiones durante el periodo de las siete postreras plagas. Hay bastante evidencia bíblica para este concepto.

El remanente y los eventos previos al cierre del tiempo de gracia

La crisis final será un tiempo de una tremenda agitación en la sociedad humana. Habrá guerras, crisis económicas y grandes desastres naturales. También será una época en que Satanás estará especialmente activo en su intento de engañar a todo el mundo. Los adventistas creemos que Dios nos ha dado una comprensión de los temas presentes en la crisis final que es vital para la totalidad del pueblo de Dios, y que nos ayudará a superar con éxito las pruebas de ese tiempo.

Terribles desastres naturales. La crisis final será caracterizada por desastres naturales abrumadores, antes y después del cierre del tiempo de gracia. Daniel sugiere tal cosa cuando escribe: "Entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo. Habrá un periodo de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen. Serán salvados los de tu pueblo, cuyo nombre se halla anotado en el libro" (Dan. 12: 1). Al interpretar las palabras de Daniel, Jesús dijo: "Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá". Entonces Jesús añadió una declaración ominosa: "Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo" (Mat. 24: 21, 22, RVR 1960). Si Dios no acortara el periodo de tribulación, no quedarían seres humanos en el planeta para contarlo. En Lucas 21, Jesús predijo que inmediatamente antes de su segunda venida, "habrá señales en el sol, en la luna yen las estrellas, yen la tierra angustia de las gentes [ ... ] desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas (vers. 25, 26, RVR 1960).

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Ninguno de estos textos menciona directamente los desastres naturales, pero estos son sugeridos claramente por las palabras de Jesús en Mateo que" nadie sería salvo" si Dios no acortara el tiempo de prueba. T am

bién quedan implícitos en las palabras de Jesús citadas por Lucas sobre la "angustia de las gentes" en la tierra, y "el temor y la expectación de las

cosas que sobrevendrán". Y Apocalipsis claramente sugiere desastres na

turales en el tiempo del fin. El capítulo 7 describe a cuatro ángeles "dete

niendo los cuatro vientos para que estos no se desataran sobre la tierra, el

mar y los árboles". Entonces Juan vio otro ángel que clamaba en alta voz

a los ángeles que sostienen los cuatro vientos. Este ángel dice: "¡No hagan

daño ni a la tierra, ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un

sello en la frente de los siervos de nuestro Dios! Y oí el número de los que

fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil de todas las tribus de Israel"

(vers. 1-4). Los cuatro vientos claramente simbolizan desastres naturales

que traerán una horrible devastación ecológica a la tierra, pero se les pide

a los cuatro ángeles que retengan estos vientos hasta que los siervos de

Dios, los 144,000, sean sellados. La mayoría de los intérpretes de Apoca

lipsis entiende que los 144,000 son un grupo de santos en el tiempo del

fin, y los adventistas concuerdan. Por lo tanto, el soplo de los cuatro vien

tos y la devastación que causan también son eventos del tiempo del fin.

Elena G. de White describió estos desastres con mayor detalle. Ella

dijo que: "Acontecerán calamidades, calamidades de lo más pavoro

sas, de lo más inesperadas; y estas destrucciones se seguirán la una a la

otra" (Evangelismo, p. 24). Entre los desastres que predijo se encuen

tran los terremotos y los volcanes (Lea PP, pp. 99-101; 3MS, p. 447),

inundaciones y maremotos (Lea E.U.D. p. 24), hambruna (Lea PE,

p. 282; CS, p. 687), y desolación universal (SpT lb, p. 38). Aquí si

guen un par de declaraciones inusuales de Elena G. de White sobre

los desastres que acompañarán la crisis final:

¿Cree usted que el Señor viene, y que la gran crisis final está a

punto de estallar sobre el mundo? Pronto habrá un cambio en

el trato de Dios. El mundo en su perversidad está siendo diez

mado por inundaciones, tormentas, incendios, terremotos,

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hambrunas, guerras y derramamiento de sangre. El Señor es lento para la ira, y grande en poder ... pero su longanimidad no continuará para siempre. ¿Quién está preparado para el cambio súbito que ocurrirá en la manera en que Dios trata con los hombres pecadores? (FE, pp. 356, 357).

El arsenal de Dios está abierto; todo el universo de Dios y su

equipo está listo. La justicia expresará una palabra, y habrá representaciones terribles sobre la tierra de la ira de Dios. Habrá voces y truenos y relámpagos y desolación universal. Todo movimiento en el universo celestial ha de preparar al mundo para la gran crisis (SpT 1 b, p. 38).

La conclusión del gran conflicto. Hace miles de años, Satanás y sus ángeles se rebelaron contra Dios y fueron echados del cielo a la tierra. Durante los últimos seis mil años, nuestro planeta ha sido escenario donde se libra el conflicto universal entre el bien y el mal. Apocalipsis dice que Satanás se airará tremendamente según se acerca

el fin, porque sabe que le queda poco tiempo (Apoc. 12: 12). Estará especialmente enojado contra el pueblo de Dios. "Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes" (Apoc. 12: 17). La crisis final será la última fase del conflicto universal entre el bien y el mal, y antes del cierre del tiempo de gracia, tanto Dios como Satanás dedicarán esfuerzos supremos a ganar al mundo entero para su bando.

El espiritismo. En este tiempo se cumplirá especialmente la predicción de Jesús acerca de los falsos cristos y profetas. Estos imitadores harán señales y milagros tan estupendos que engañarán, "de ser posible, aun a los elegidos" (Mat. 24: 24). Elena G. de White dijo: "Pronto aparecerán en el cielo signos pavorosos de carácter sobrenatural, en prueba del poder milagroso de los demonios. Los espíritus de los demonios irán en busca de los reyes de la tierra y por todo el mundo para aprisionar a los hombres con engaños e inducirlos a que se unan a Satanás en su última lucha contra el gobierno de Dios" (eS, pp. 681, 682).

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Pablo describió esos falsos milagros como la obra de fuerzas demoníacas. "El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos" (2 Tes. 2: 9, 10). Yen Apocalipsis, Juan predijo que la bestia que surge de la tierra hará "grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos" y "con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra" (Apoc. 13: 13, 14). Una de las características de la sexta plaga serán "espíritus de demonios que hacen señales milagrosas y que salen a reunir a los reyes del mundo entero para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso" (Apoc. 16: 14). Todo el esfuerzo de Satanás será motivado por el deseo de engañar al mundo. ¡Esto es el espiritismo! Sin embargo, el pueblo de Dios no será engañado. Es por eso que son "los elegidos" (Mat. 24: 24).

Falsa adoraci6n. Casi todo el mundo caerá en una forma falsa de adoración durante este periodo crítico de la historia. Apocalipsis dice que la humanidad "adoraba al dragón [Satanás]", y "todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero" (Apoc. 13: 4, 8). Los poderes de la tierra edificarán una imagen de esta bestia, y la adoración de la imagen se hará cumplir por ley. Quienes no adoren la imagen serán amenazados de muerte (vers. 15), los adventistas del séptimo día desde el inicio de su historia identifican esta falsa adoración, con la observancia del domingo, cuando esta sea impuesta por ley.

El remanente. Durante la crisis final, el pueblo de Dios participará en un movimiento poderoso que concluirá con la obra del Señor sobre la tierra. Apocalipsis muestra una breve escena del remanente de Dios durante ese tiempo. En Apocalipsis 18: 1 Juan observó "otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder, y la tierra se iluminó con su resplandor". Este ángel simboliza la proclamación final del evangelio que será llevada a cabo por el remanente de Dios, quienes iniciarán un poderoso movimiento global que excederá tanto al día del Pentecostés como al Gran Chasco ocurrido en 1844. Ninguna mente humana organizará este

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movimiento. Aunque los seres humanos harán su parte, el movimiento será impulsado por el Espíritu Santo. Tal como el Espíritu Santo inició un movimiento con las 95 tesis de Martín Lucero y luego lo retiró de sus manos; y de la misma manera en que inició otro movimiento con la pre

dicación sencilla de Guillermo Miller y lo llevó más lejos de lo que este

podría haber soñado, así el Espíritu Santo impulsará la proclamación fi

nal del evangelio más allá de lo que cualquier ser humano podría conce

bir. Elena G. de White escribió: "Cuando llegue el tiempo de hacerlo

[pregonar el mensaje] con el mayor poder, el Señor obrará por conducto

de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren

a su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la unción de su

Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres

de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusias

mo las palabras que Dios les inspire" (CS, p. 665).

El científico social Michael Barkun hiw un amplio estudio del efec

to de los desastres en la forma de pensar de las personas. Encontró que

"los desastres generan preguntas, ansiedad y la vulnerabilidad a la suges

tión requeridas para lograr un cambio; solo en su estela es que las per

sonas son movidas a abandonar los valores añejos del pasado". Y aña

dió: "Los desastres ofrecen circunstancias naturales poco usuales para la

adopción instantánea de nuevas creencias". 1 Los desastres de la crisis

final abrirán la mente de las personas alrededor del mundo y las llevarán

a reevaluar sus creencias. La gente secular, que antes de estos desastres

no habrían prestado mucha atención a las cosas espirituales, aceptarán

la falsa adoración de los poderes de la bestia. Incluso los ateos y los ag

nósticos se convertirán en creyentes y caerán en esta falsa adoración.

Sin embargo, no todos serán engañados. El Espíritu de Dios actua

rá poderosamente por medio del remanente para ganar tantas mentes

y corazones como le sea posible. Dos de las grandes enseñanzas ad

ventistas serán especialmente importantes en este tiempo: El sábado y

el estado de los muertos.

El sábado será importante debido a que las calamidades que vendrán

sobre el mundo conducirán a una falsa forma de adoración basada en la

observancia del domingo e impuesta por un decreto de gobierno. De-

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bido a que estos eventos ocurrirán antes del fin del tiempo de gracia, la salvación de los seres humanos dependerá de la elección que hagan, ya sea a favor de la obediencia a los mandamientos de Dios o las leyes humanas. Los líderes religiosos y políticos del mundo declararán que los desastres finales son el resultado de la negación de algunos a honrar el día de domingo como día de reposo. La misión del remanente de Dios será explicar que estos desastres son el resultado de rehusarse a honrar el día de reposo del cuarto mandamiento. Es por esto que el sábado es un tema tan crítico en nuestro tiempo y es por ello que necesitamos proclamarlo ahora. Mientras más clara sea la comprensión de las personas sobre este tema antes de la crisis final, mejor preparadas estarán para tratar con el asunto del sábado durante ella.

Comprender la enseñanza adventista acerca de la muerte como un estadó de completa in conciencia también será de vital importancia para la crisis final, porque será una salvaguarda contra los engaños del espiritismo. La comunicación con los muertos es la enseñanza fundamental del espiritismo, de hecho, la comunicación con ellos es posible. El espiritismo es simplemente un arma de Satanás para engañarnos. Durante la crisis final, cuando el espiritismo abarque a todo el mundo, el remanente será capaz de señalar los engaños de Satanás respecto a este tema. De nuevo, necesitamos preparar a tantas personas como sea posible y hacerlas comprender este tema antes de tiem

po a fin de que estén preparadas para tratar con este asunto cuando la crisis llegue.

Más importante aun es que durante la crisis final el remanente compartirá con el mundo el maravilloso amor de Dios, porque este es "el último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo" (PVGM, p. 342).

Si vamos a proclamar estas verdades hoy, tenemos que comprenderlas con claridad y hacerlas parte de nuestra experiencia espiritual. ¡El estado de los muertos obviamente es algo que no podemos experimentar para contarlo! Solo tenemos que comprenderlo y ser capaces de explicarlo con toda claridad. El sábado y el amor de Dios deben ser parte de nuestra propia experiencia. En vez de ser "el día correcto de reposo", el sábado debe llegar a formar parte de nuestra relación con Jesús.

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La persecución. Debido a que este es el último esfuerzo de Satanás, su ataque contra el remanente será feroz e implacable. Lanzará an movimiento en contraposición al movimiento inspirado por el Espíritu de Dios. Y estos dos movimientos chocarán en un amargo conRicto. Apocalipsis 13 dice que a la bestia que surge del mar se le "permitió hacer la guerra a los santos y vencerlos" (vers. 7). La bestia que surge de la tierra edificará una imagen a la bestia del mar, y se le permitirá "infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen" (vers. 15). El remanente con toda seguridad será encarcelado y, sin duda, algunos pagarán por su testimonio con sus propias vidas.

El remanente después del cierre del tiempo de gracia

El cierre del tiempo de gracia marcará el final de la oportunidad para los seres humanos de aceptar a Jesús como su Salvador. El número de aquellos que formarán el reino eterno de Dios será completado. La gran comisión de Cristo habrá llegado a su fin. La misión del remanente habrá terminado. Sin embargo, ahora el gran conRicto entre Cristo y Satanás, entre el bien y el mal, entrará en su última fase.

Defendidos por Cristo. Daniel escribió que" entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo. Habrá un periodo de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen" (Dan. 12: 1). Miguel es Cristo (lea el apéndice A). Previamente en este capítulo apliqué el tiempo de angustia que este texto predice a la totalidad de la crisis final, tanto antes como después del fin del tiempo de gracia. Sin embargo, yo creo que se aplica especialmente al gran periodo de tribulación que sigue al cierre del tiempo de gracia. Las palabras" entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector

de tu pueblo" nos dicen dos cosas acerca de él. La primera, su surgimiento o levantamiento (NVI), sugiere que su ministerio como nuestro mediador ha concluido. Segundo, el texto nos dice que Miguel protegerá a su pueblo. Yeso será muy importante, porque la lealtad del pueblo de Dios será probada en ese tiempo como nunca lo ha sido en la historia de la humanidad. Las palabras de Apocalipsis 17: 14 de

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que los gobiernos terrenales "le harán la guerra al Cordero" se aplican con particular fuerza a este periodo. El Cordero es Jesús, pero los gobiernos terrenales con toda seguridad no serán capaces de llegar hasta el cielo en persona para atacarlo. Ellos lo atacarán en la persona de su pueblo. Satanás obligará a toda agencia bajo sus órdenes para intimidarlos y destruirlos. En ese tiempo, tal como en los días de la reina Esther, un decreto se pronunciará condenando a muerte al remanente.

Elena G. de White dijo que el remanente se convertirá en un "objeto de execración universal" (CS, p. 674). "Vi un edicto, escribió, del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos a su fe peculiar y prescindían del sábado para observar el primer día de la semana, quedaría la gente en libertad para matarlos" (lea PE,

p. 283, CS, pp. 674, 675). Pero Jesús, "el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo" se asegurará que ninguno de ellos pierda su vida (lea CS, p. 672 Y PE, p. 284).

El pueblo de Dios recibirá un regalo muy especial que lo sostendrá durante este tiempo. Se llama el sello de Dios (Apoc. 7: 1-4). No sabemos con exactitud en qué consiste este sello. Elena G. de White lo describe en términos de "un afianzamiento en la verdad, tanto intelectual como espiritualmente, de modo que los sellados [el pueblo de Dios] son inconmovibles" (EUD, p. 224).

La perfección del remanente. Al discutir la condición del remanente después del tiempo de gracia, es importante aclarar no solo cuál es su papel sino también cuál no lo es. Señalo esto porque, desafortunadamente, algunos adventistas han desarrollado una teoría de perfeccionismo nada saludable en nuestro concepto de que no habrá un mediador en el Santuario celestial después del cierre del tiempo de gracia. Soy un firme creyente en la perfección cristiana, pero estoy en total desacuerdo con el perfeccionismo que es un enfoque extremo y espiritualmente dañino enfocado en "ser perfecto". Esto con demasiada facilidad lleva a los cristianos a concentrarse en sí mismos y quitar sus ojos de Jesús. Con facilidad lleva a una actitud áspera y de crítica

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hacia aquellos que no pueden llegar al nivel ideal. ¡Y esta es la posición precisamente opuesta a la de la perfección cristiana genuina!

Durante la primera mitad del siglo:XX, las dos ideas gemelas de la perfección en el tiempo del fin y de que no hay un "mediador" en el Santuario celestial después del cierre del tiempo de gracia llevó al desarrollo de una teoría de perfección entre algunos adventistas del séptimo día que en realidad es una negación del evangelio. En 1901, Ellet J. Waggoner, quien hizo que los adventistas volviéramos al tema de la justificación por la fe durante la sesión del Congreso Mundial de 1888, hizo la siguiente declaración en su libro Everlasting Covenant, publicado en 1901: "Antes de la llegada del fin, a la venida de Cristo, tendrá que haber un pueblo sobre la tierra, no necesariamente grande en proporción al número de habitantes, pero suficientemente grande como para ser conocido en toda la tierra, en quienes 'toda la plenitud de Dios' será manifestada tal como lo fue en Jesús de Nazaret. Dios mostrard al mundo que lo que él hizo con jesús de Nazaret puede lograrlo con cualquiera que se lo permita". 2 Este concepto ha llevado a lo que yo denomino el modelo del "remanente como demostración".

Milian L. Andreasen, presidente de Asociación, presidente de universidad y respetable profesor de seminario, fue uno de los teólogos adventistas más distinguidos entre 1930 y 1950. Desafortunadamente, Andreasen llevó el concepto de la demostración del remanente de Waggoner a un grado extremo. Waggoner había sugerido que el remanente mostrará "al mundo que lo que [Dios] hizo con Jesús de Nazareth puede lograrlo con cualquiera que se lo permita". Haciendo eco a Waggoner, Andreasen dijo: "Los hombres han de seguir su ejemplo [de Cristo] y probar que lo que Dios hizo en Cristo, puede hacerlo en todo ser humano que se somete a él. El mundo aguarda esa demostración (Rom. 8: 19). Cuando se haya realizado, vendrá el fin.

Dios habrá cumplido su plan; habrá demostrado que él es veraz y Satanás mentiroso. Su gobierno estará reivindicado". 3

El objetivo del evangelio es llevarnos al más alto nivel de perfección posible para los seres humanos falibles. Tampoco tengo ningún problema con la idea de que el pueblo de Dios lo reivindique. Cualquier ver-

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dadero creyente a lo largo de la historia ha hecho esto, y con toda seguridad el pueblo de Dios durante el tiempo de tribulación que sigue al cierre del tiempo de gracia, lo reivindicará de la misma forma. Pero Andreasen llevó esa idea un paso más allá. Él alegaba que "en la última generación Dios es reivindicado y Satanás es derrotado".4 Andreasen continuó diciendo: "[Satanás] fracasó en su conRicto con Cristo, pero todavía podría tener éxito con los hombres. Así que 'se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús' (Apoc. 12: 17). Si él pudiera vencerlos no sería vencido".5

Hay tres grandes problemas en la teología de Andreasen. El primero, Jesús venci6 a Satanás en la cruz (Apoc. 12: 10). Fue la vida perfecta de Jesús lo que venció a Satanás de una vez por todas. El segundo, siguiendo la línea de pensamiento de la conclusión de Andreasen, si el remanente no reivindica a Dios adecuadamente después del cierre del tiempo de gracia, Jesús no podrá venir a salvar a sus santos, porque Satanás habría ganado la guerra entre el bien y el mal. Estos dos problemas están ligados al tercero, que es el más grave de todos. La conclusión de la teología de Andreasen es que el éxito del plan de la salvación depende de las obras de la generación final del pueblo de Dios. Pero él colocó la responsabilidad del éxito del plan de salvación en Jesús y no en ningún ser humano o grupo de ellos. 6

Es importante que el remanente desarrolle un alto nivel de perfección cristiana antes del fin del tiempo de gracia, porque lo necesitarán a fin de tener éxito en los desafíos espirituales que enfrentarán durante el tiempo de prueba. Esta perfección tendrá más que ver con la madurez cristiana que con una vida absolutamente sin pecado. Si hoy nosotros luchamos seriamente con nuestros defectos de carácter, él nos conducirá al grado de perfección que necesitaremos a fin de sobrevivir durante el tiempo de prueba después del cierre del tiempo de gracia. Por ello, es importante que cada día le pidamos a Dios que nos revele nuestros defectos de carácter, y cuando él nos los muestre, debemos llevárselos a Jesús para que nos sane y nos dé la victoria.

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El ataque final de Satanás en contra de la iglesia

Apocalipsis 13: 7 dice que la bestia que sale del mar hará "guerra a los santos y vencerlos". Los gobiernos terrenales "harán la guerra al Cordero" (Apoc. 17: 14) en la persona de sus santos. Mencioné antes en este capítulo que después del cierre del tiempo de gracia, en algún momento durante el tiempo de prueba, los poderes políticos apóstatas de la tierra dictarán sentencia de muerte contra el pueblo de Dios?

Se programará una fecha para este acto genocida. Cuando los clavos traspasaron sus manos, y su cuerpo pendía de la

cruz, a todas luces había sido derrotado. Jesús sabía que era el responsable de la salvación de los seres humanos, que por medio de su muerte en la cruz él había sellado la ruina de Satanás y ganado la victoria en el conflicto universal entre el bien y el mal. Satanás intentaba desesperadamente impedir todo eso. Esta percepción es lo que le dio el valor para soportar el terrible trauma de la crucifixión y muerte.

De manera similar, luego que se emita el decreto de muerte en su contra, parecerá que el remanente está perdido irremediablemente. Por eso, durante los días o quizá semanas críticas del tiempo de prueba, necesitarán tener la misma percepción que tuvo Cristo al estar en la cruz. Necesitarán entender que viven una realidad mucho más amplia de la que pueden captar los sentidos.

La segunda venida de Cristo

La segunda venida de Cristo será un evento que sacudirá toda la tierra en el sentido más literal. Elena G. de White nos da una descripción vívida de la segunda venida en "La liberación del pueblo de Dios", el

capítulo 41 de su libro El conflicto de los siglos (pp. 694-711). Cuando leo este capítulo obtengo la clara impresión de que la segunda venida sucederá durante varios días, quizá una o dos semanas. A continuación transcribo un par de párrafos de ese capítulo:

Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo. Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y

prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y

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asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: "Hecho es" (Apoc. 16: 17).

Esa misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto, "cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra" (vers. 18). El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y

las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como

las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios (CS, pp. 694, 695).

En ese momento la trompeta de Cristo sonará, las tumbas se abrirán, y el remanente de Dios de todas las edades volverá a la vida. Aquellos que murieron de alguna enfermedad resucitarán con su sa

lud restaurada por completo. Los ciegos verán y los sordos oirán. Los ancianos que entraron llenos de años a sus tumbas, surgirán en todo

el esplendor de su juventud. Y aquellos que estén vivos en la segunda venida de Cristo serán transformados en un "abrir y cerrar de ojos". Entonces "lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad" (1 Coro 15: 53). Todos seremos "arrebata

dos junto con ellos [ ... ] para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre" (1 Tes. 4: 17). El desafío de

Satanás para el remanente será contestado con una victoria completa

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de parte de Dios, su verdad y su justicia. "Amen; sí, ven, Señor Jesús" (Apoc. 22: 20, RVR 1960).

1. Michael Barkun, Disaster and the Millennium, (New Haven: Yale University Press, 1974), pp. 6, 55.

2. Ellet J. Waggoner, Everlasting Covenant, p. 366. La cursiva es nuestra. Citado por George R. Knight, A Search jor Identity: The Development ofSeventh day Adventist Beliejs, (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 2000), p. 124.

3. M. L. Andreasen, El santuario y su servicio (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1979), p. 219.

4. ¡bid., pp. 303, 304. La cursiva es nuestra. 5. ¡bid., p. 310. La cursiva es nuestra. 6. Para un análisis y una descripción general más completa de la teología de

la demostración de Andreasen en el tiempo del fin, ver el capítulo 15 (pp. 183-190) de mi libro How to Think About the End-time.

7. Una declaración en el libro de Elena G. de White, El conflicto de los siglos, sugiere que el decreto de muerte será proclamado poco antes de la tercera plaga. En el contexto de esa plaga, ella dice lo siguiente: "Al condenar a muerte al pueblo de Dios, los que lo hicieron son tan culpables de su sangre como si la hubiesen derramado con sus propias manos" (CS, p. 686).

231

La iglesia de Dios en el cielo

Cuando Jesús regrese otra vez, ¿cree usted que nadie estará consciente de su proximidad hasta que aparezca físicamente? Sata

nás ha sido un estudiante de la profecía bíblica desde que esta existe, así que mientras estén sucediendo las siete postreras plagas, con seguridad estará consciente de que la segunda venida de Cristo es inminente. y la evidencia en la Biblia sugiere que él hará que el mundo esté al tanto del regreso de Cristo. La batalla del Armagedón y la segunda venida de Cristo son en esencia el mismo acontecimiento, y durante la sexta plaga, Apocalipsis 16: 14 dice que los "espíritus de demonios, que hacen señales ... [irán] a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios T odopoderoso [Armagedón]". Quizá Satanás les dirá a los líderes mundiales que una fuerza extraterrestre de un sitio distante del universo está a punto de invadir el planeta Tierra, y ellos necesitan estar preparados para enfrentarla.

Apocalipsis 19: 11 y 14 describe el regreso de Jesús a la tierra como un jinete montado sobre un caballo blanco y seguido por los ejércitos celestiales, los cuáles también cabalgan sobre caballos blancos. El versículo 15 dice que él herirá las naciones con una filosa espada que sale de su boca. El lenguaje simbólico tiene un significado literal, el significado obvio es que Jesús vendrá a la tierra para enfrentar a los poderes

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del mal en una batalla y derrotarlos. Esta será una guerra auténtica. Y estos poderes del mal se prepararán para la batalla; el versículo 19 dice: "Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra con sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra el jinete de aquel caballo, y contra su ejército" (la cursiva es nuestra). Dada la tecnología militar actual, no tengo ningún inconveniente en imaginarme a los líderes mundiales, que han tenido sus misiles apuntados hacia sus enemigos terrestres, unirse todos para enfrentar "la invasión que vendrá del espacio exterior". Sin embargo, Jesús, el que sostiene el universo por medio de su palabra poderosa (Heb. 1: 3), no tendrá problema en hacer que esos misiles se tornen completamente inofensivos. Apocalipsis dice que "la bestia fue capturada" y sus ejércitos "fueron exterminados por la espada que salía de la boca del que montaba a caballo" (19: 20, 21). Poco después Jesús tomará al remanente redimido de todas las edades para que reine con él en el cielo durante mil años (Apoc. 20: 4).

¿Dónde pasaremos el milenio?

La mayoría de los cristianos, tanto protestantes como católicos, cree que justo después de su segunda venida, Jesús establecerá su reino en la tierra y el pueblo de Dios pasará el milenio con él aquí. Los adventistas del séptimo día no están de acuerdo. Nosotros creemos que el pueblo de Dios pasará el milenio en el cielo. Mencionaré cuatro líneas de evidencia en la Biblia que apoyan esta conclusión.

La promesa de Jesús. Antes de que Jesús dejara la tierra, les dijo a sus discípulos "adonde yo voy, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás más tarde" Guan 13: 36). Los discípulos estaban muy afligidos por esto, así que Jesús les dio esta promesa: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" Guan 14: 2, 3, RVR 1960). Un análisis cuidadoso de estos dos versículos nos muestra lo siguiente:

• Jesús dijo que iría a la casa de su Padre, y esta sin lugar a dudas está en el cielo.

234

La iglesia de Dios en e ele o

• El Nuevo Testamento no deja duda respecto de que Jesús está en el cielo en este momento. Múltiples textos declaran que está sentado en su trono, a la derecha del Padre (Rom. 8: 34, Efe. 1: 20, Col. 3: 1, Heb. 1: 3, etcétera), y Hebreos dice que él ministra como nuestro mediador en el Santuario celestial (Heb. 8: 1,2).

• Jesús dijo que él está preparando un lugar para nosotros en la casa de su Padre, la cuál está en el cielo.

• Jesús dijo que cuando él regresara, nos llevaría para estar con él, así que donde él está ahora, nosotros también estaremos.

La descripci6n de los redimidos en el libro de Apocalipsis. Mu

chos pasajes en Apocalipsis muestran al pueblo de Dios después de la segunda venida y sin excepción se encuentran en el cielo. En Apocalipsis 7: 9 Juan observó "una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero" (la cursiva es nuestra). y el versículo 15 dice que "están delante del trono de Dios, y día y noche le sirven en su templo". Siendo que el trono y el templo de Dios están en el cielo (Apoc. 4), la gran multitud ante su trono tiene

que estar también en el cielo. Apocalipsis 14: 1-5 describe que los 144,000 estaban con Jesús, "el

Cordero", en el monte Sion (vers. 1), y "cantaban un himno nuevo

delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los [veinticuatro] ancianos" (vers. 3). Esta es una escena que transcurre en el cielo, los 144,000 están "ante el trono", y las cuatro bestias y los vein

ticuatro ancianos están con ellos en el cielo (Apoc. 4: 4, 6).

En Apocalipsis 15: 2 leemos: "Vi también un mar como de vidrio

mezclado con fuego. De pie, a la orilla del mar, estaban los que habían vencido a la bestia, a su imagen y al número de su nombre". Aquellos que obtienen la victoria sobre la bestia y su imagen son el

pueblo de Dios. Si leemos Apocalipsis 4, descubrimos que este mar de vidrio en el que ellos se sitúan está localizado "ante el trono" (vers. 6). Así que, de nuevo, los redimidos estarán en el cielo y no en la tierra.

235


Finalmente, en Apocalipsis 19: 1, Juan dice: "Después de esto oí en

el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud" (la cursiva es nuestra) . "Una inmensa multitud", termÍnología que se utiliza para los redimidos en Apocalipsis 7: 9. Por lo tanto, cada vez que Apocalipsis describe al pueblo de Dios después de la segunda venida de Cristo, este siempre está en el cielo. Esto apoya la conclusión adventista que después de la segunda venida, Cristo reinará con su pueblo en el cielo y no en la tierra.

La separación de los justos y los impíos. Los adventistas del séptimo día creen que los pecadores serán destruidos en la segunda venida de Cristo. Si la última oportunidad de salvación ha terminado, ¿qué sentido tendría permitir que sigan vivos? Muchos de los que creen que Cristo establecerá su reino en el milenio sobre esta tierra piensan que los pecadores continuarán vivos en la tierra durante el milenio. ¡Algunos cristianos creen que durante el milenio los pecadores tendrán otra oportunidad para aceptar a Jesús y ser salvos!

Sin embargo, no existe ni una pizca de evidencia en la Biblia que

apoye la idea de que los justos y los pecadores vivirán juntos después de la segunda venida de Cristo. Por el contrario, cuando Jesús venga por segunda ocasión, separará las ovejas de los cabritos (Mat. 25: 31-33). El trigo y la cizaña solo permanecerán juntos hasta "el tiempo de la siega". Luego, "así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol" (Mat. 13: 40-43). Aunque estos versículos no comprueban el hecho de que el pueblo de Dios vivirá en el cielo después de la segunda venida, descartan la creencia popular de que ellos vivirán

junto a los impíos en la tierra. La tierra desolada. En la segunda venida de Cristo, el mundo

entero será sacudido por un terremoto tan violento que aplanará las montañas y hundirá las islas en el mar (Apoc. 16: 18,20). Un terremoto mundial de esa magnitud dejará al planeta en ruinas. Los gran-

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des rascacielos que sobresalen en las grandes ciudades de la tierra se desplomarán. Las grandes carreteras por todo el mundo se hundirán, los puentes caerán sobre los ríos. La infraestructura del mundo, que los seres humanos han construido durante décadas y siglos, será completamente destruida. ¿Qué clase de mundo sería este como morada de los redimidos? Con las casas de todo el mundo destruidas, estos tendrían que pasar varios años viviendo en casas de campaña hasta poder reconstruir sus hogares, negocios y carreteras. Pero todas las descripciones del pueblo de Dios después de la segunda venida de Cristo en la Biblia los muestran viviendo en una tierra perfecta. No existe la más mínima insinuación de que ellos vivirán en un mundo destrozado. Lejos de que el pueblo de Dios tenga que reconstruir sus propias casas después de la segunda venida, Jesús dice que él está construyendo "muchas moradas" Quan 14: 2, RVR 1960) en el cielo para que ellos vivan en ellas.

Alguien podría argumentar que Jesús podría milagrosamente restaurar al mundo como un planeta habitable. Con toda seguridad esto sería esencial si los justos tuvieran que vivir en este planeta en ruinas, ¡justo después de la segunda venida de Cristo! Pero Apocalipsis describe la recreación de un cielo nuevo y una tierra nueva al final del milenio, y no al principio. Cuando se reúne toda la evidencia de las Escrituras, es obvio que durante el milenio, el pueblo de Dios vivirá en el cielo y no en la tierra.

El hogar de los redimidos ¿Qué dice la Biblia acerca de la morada de los redimidos después de la segunda venida de Cristo? Quizá una parte de lo que Apocalipsis dice es simbólica, pero Apocalipsis 7: 9 nos muestra a una gran multitud de todas las naciones y culturas de la tierra "que estaban de pie delante del trono y del Cordero". Ellos visten ropas blancas, tienen palmas en sus manos y alaban a Dios: "La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero" (vers. 10). La adoración ante el trono de Dios será una de las actividades más gratificantes de los redimidos en el cielo.

237


Apocalipsis también nos asegura que estas personas, que apenas han salido de "la gran tribulación" (vers. 14), jamás volverán a tener hambre y sed, y que "no los abatirá el sol ni ningún calor abrasador" (vers. 16). "Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos" (vers. 17). Con toda claridad, el pueblo de Dios tendrá suficiente alimento para comer yagua para beber en el cielo, y el clima será muy agradable. El dolor, la tristeza y el sufrimiento que experimentamos en esta vida serán cosa del pasado.

Apocalipsis 14: 1-5 describe a los 144,000 en el cielo. Al igual que la gran multitud, ellos también están delante del trono de Dios. Llevan el nombre de Dios escrito en sus frentes, quiere decir que ellos tendrán su carácter. El carácter de Dios se basa en el amor, los 144,000 y con toda certeza los redimidos, tendrán un carácter transformado y basado en el amor. Esta será la sociedad perfecta que los seres humanos en este planeta pecaminoso se han esforzado en alcanzar durante miles de años. Se suponía que la Primera Guerra Mundial sería "la guerra que acabaría con todas las guerras", pero la Segunda Guerra Mundial se presentó casi 25 años después. Pero en el cielo tendremos una sociedad llena de paz. No habrá más guerras o ataques terroristas. Las personas de todas las naciones y de todas las culturas estarán allí y todas ellas vivirán j untas en paz.

Juan también hizo una interesante declaración acerca de la música en el cielo. Dijo: "Oí un sonido que venía del cielo, como el estruendo de una catarata y el retumbar de un gran trueno. El sonido se parecía al de músicos que tañen sus arpas" (Apoc. 14: 2). ¡Qué orquesta será aquella! Y qué hermosa sección de percusiones tendrá, ¡qué clase de tambores esos que sonarán como un gran trueno! La mejor noticia es que los 144,000 "siguen al Cordero por dondequiera que va" (vers. 4). Una vez escuché el desafió de un ateo a un cristiano: "¿Qué pasaría

si fueras al cielo y descubrieras que no hay mansiones ni calles de oro?" El cristiano respondió: "Tú no entiendes, el cielo no lo hacen las mansiones ni las calles de oro. El cielo es estar con Jesús".

Finalmente, el versículo 5 dice que "no se encontró mentira alguna en su boca, pues son intachables". El cielo será un lugar de honestidad

238


completa. Y ser intachable significa vivir en armonía con las leyes de amor de Dios. De nuevo, esta es la base fundamental de una sociedad pacífica, esto es lo que el cielo será.


En el capítulo 5 de este libro aprendimos que Dios tiene una iglesia en el cielo. Es la sociedad de ángeles que viven juntos en armonía porque sus pensamientos y acciones están en sintonía con las leyes de amor de Dios. Desafortunadamente, Lucifer tuvo celos de Cristo, se rebeló contra él. Esta falta de amor por parte de Lucifer dio lugar a tal grado de discordia en el cielo que Dios tuvo que "desfraternizarlo" a él y a sus seguidores de su iglesia celestial y los lanzó al planeta Tierra. Al llegar a la tierra Satanás se dedicó a arruinar el paraíso que Dios creó para nuestros primeros padres, y tuvo un éxito brillante. Desde ese momento, nuestro mundo ha sido un lugar de maldad, sufrimiento y conflicto. Incluso la iglesia de Dios ha sucumbido vez tras vez a la influencia maligna de Satanás. Sin embargo, Dios siempre ha tenido un remanente que se ha mantenido fiel a él.

En el cielo y en la tierra renovada después del milenio, la iglesia de Dios y el remanente de todas las edades serán restaurados a la perfección que existió antes de la rebelión de Lucifer. Una vez más todos los seres creados se relacionarán entre sí según las leyes de amor: Esto no siempre será fácil. Si fue posible para Lucifer estar celoso de Cristo hace miles de años, entonces en teoría será posible para nosotros estar celosos o albergar otras emociones no santas en el cielo después de la segunda venida de Cristo. ¡Pero eso no sucederá! ¿Por qué? Porque nosotros ya habremos experimentado esas emociones en esta tierra llena de pecado y los habremos rechazado. Por toda la eternidad, los santos redimidos de Dios, su remanente, serán testigos vivos de las terribles consecuencias del pecado. Elena G. de White describió en el El conflicto de los siglos:

El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación

239


de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la

extensión del espacio infinito. Desde el átomo más impercep

tible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e

inanimadas, declaran en su belleza sin mácula yen júbilo per

fecto, que Dios es amor (p. 737).

¡Esta es la iglesia que usted y yo podemos anticipar! El gran desafío

del remanente en la actualidad es el desafío de prepararnos para ser

parte de esa eterna iglesia celestial y ayudar a otros a prepararse para

que sean parte de ella también.

240

ApÉNDltSEA

¿Por qué lQS adventistas entienden que Miguel

es Cristo?

Cristo no es un ángel. Los ángeles son seres creados. Cristo es el Unigénito de Dios, igual al Padre en su totalidad. Hebreos 1: 3

dice que él es "la fiel imagen de lo que él [Dios] es". De tal manera que el siguiente versículo (4) no tiene ningún error cuando dice que el Hijo de Dios es "hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos" (RVR 1960). Por esta razón, algunas personas no aceptan la identificación del arcángel Miguel con Cristo. Incluso como arcángel, Cristo sería un ángel, dicen ellos, y por lo tanto no es el divino Hijo de Dios, igual en todo con el Padre y el Espíritu Santo. Este es un tema bíblico serio que debemos tratar.

Muchos textos del Antiguo Testamento aplican la palabra ángel a la deidad. El ejemplo más destacado lo encontramos en Éxodo 3, donde "el dngel del Señor se le apareció [a Moisés] entre las llamas de una zarza ardiente" (Éxo. 3: 2; la cursiva es nuestra). Sin embargo, en el versículo 14, el "ángel del Señor" se identifica a sí mismo como "Yo soy el que soy", que significa Yahweh, un nombre hebreo para Dios,

que se traduce en español como "Jehová". Es evidente que la expresión "ángel del Señor" en el versículo 2 tiene que ser considerada como un título y no una declaración acerca de la naturaleza de Dios. La mayoría de los adventistas interpretan del mismo modo la palabra arcángel cuando la aplican a Cristo: Solo se trata de un título.

241


Daniel utiliza tres veces el nombre Miguel para referirse a un ser celestial, a quien también lo llama "príncipe". En Daniel 1 O: 13, Miguel es "uno de los príncipes de primer rango"; en el versículo 21, Miguel es "el capitán de ustedes"; y en Daniel 12: 1, Miguel es "el gran príncipe protector de tu pueblo".

Daniel 8 también habla de un príncipe, pero no le atribuye ningún nombre. El versículo 11 lo llama "el jefe del ejército de los cielos"; y el versículo 25 hace referencia a él como "el Príncipe de los príncipes". Las versiones más modernas escriben con mayúscula la palabra Príncipe del versículo 25, indicando que los traductores consideraban que era una referencia a la Deidad; El hebreo utiliza la palabra príncipe tanto en Daniel 8, 10 Y 12, haciendo referencia a Miguel. Por lo tanto, "Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo" (Dan. 12: 1). Mientras que el texto no lo indique, es razonable comprender que este Miguel, "el gran príncipe protector de tu pueblo", es un ser divino. Todo lo anterior se presta para sustentar la idea de que Miguel es más que simplemente un ser creado, y que de hecho es un ser divino.

En Judas 9, el arcángel Miguel disputaba con el diablo el cuerpo de Moisés; y en Apocalipsis 12: 7, Miguel y sus ángeles combatieron al dragón y sus ángeles. Note que en ambas circunstancias Miguel está en conflicto con Satanás, tal como Jesús lo estuvo a lo largo de toda su vida en la tierra (Mat. 4: 1-11). El hecho de que Apocalipsis 12: 7 presente a Miguel como el líder del ejército de los ángeles de Dios en el cielo, también es significativo; ellos están en conflicto con Satanás y sus ángeles. Compare este texto con el versículo 10, que dice:

Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos (la cursiva es nuestra).

El expulsado es Satanás, quien junto a sus ángeles ha desafiado la autoridad de Miguel, el líder de los ángeles que fueron fieles a Dios.

242

¿Por qué los adventistas entienden que Miguel es Cristo?

La derrota de Satanás estableció la autoridad de Cristo, Miguel, por la eternidad. Por esta razón, la palabra arcángel, cuando se aplica a Cristo como el arcángel Miguel, se interpreta como un título y no una descripción de su naturaleza. Identificar al arcángel Miguel como Cristo no lo hace un simple ángel, de la misma forma que el hecho de que Apocalipsis 5: 610 llame un Cordero Guan 1: 29) no lo hace una oveja. Apocalipsis 5 también llama a Jesús el León (vers. 5), pero esto no significa que Jesús sea un felino. Estos son títulos simbólicos para Cristo, que describen sus características de fortaleza, humildad, sacrificio, etcétera. De forma similar, entiendo que la palabra arcángel es un título y no una declaración de la naturaleza de Cristo. Y el título tiene sentido a la luz de las sugerencias bíblicas y de los escritos de Elena G. de White: Ante la rebelión de Satanás en el cielo, Cristo se presentó a la hueste angelical como uno de ellos.

243

L L..- ......... bAb1!'! d I _ .... ..l~ • A d a ~I Jl1a ··:e a pn:wCC1Qft e Guillermo MiDer

M iller se basó en Daniel 8: 14 para afirmar que 1843 sería el año

del regreso de Jesús. Así, démosle un vistazo a la interpretación

de este versículo. Daniel 8: 14 dice: "Y aquel santo me dijo: 'Va a tardar

dos mil trescientos días con sus noches. Después de eso, se purificará el

santuario'''. Siguiendo el principio de día por año de la interpretación

profética, los 2,300 días equivalen a 2,300 años, tal y como Miller lo en

tendió. Él entendió que el santuario representaba la tierra, y pensó que la

purificación del santuario hada alusión a la purificación de la tierra con

fuego en la segunda venida de Cristo. Pero, ¿de dónde sacó Miller el año

1844?

La primera mitad del capítulo 8 registra la visión del carnero, un ma

cho cabrío y un cuerno pequeño, que luego se hizo grande. El punto es el

ataque del cuerno contra "el jefe del ejército de los cielos", su pueblo y su

santuario (vers. 11 y 12). En respuesta a la pregunta de un ángel acerca de

cuánto duraría esta triste situación (vers. 13), otro ángel dijo: "Hasta dos

mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado" (vers.

14, RVR 1960). Como lo mencioné antes, Miller comprendió que el

santuario representaba la tierra, y su purificación sería por fuego en la

segunda venida de Cristo, que ocurriría después de los 2,300 días o años,

de acuerdo al principio de día por año. Para poder encontrar esta fecha,

primero se tiene que determinar cuándo iniciaron los 2,300 días o años.

244

La base bíblica de la predicción de Guillermo Miller

En la segunda mitad del capítulo 8 de Daniel, el ángel Gabriel explicó esta visión al profeta. Para el final del capítulo, él le había explicado todo excepto los 2,300 días. Todo lo que le dijo Gabriel acerca de ese periodo de tiempo fue: "Esta visión de los días con sus noches, que se te ha dado a conocer, es verdadera. Pero no la hagas pública, pues para eso falta mucho tiempo" (vers. 26). Toda la visión debió ser :muy inquietante para Daniel, porque escribió: "Yo, Daniel, quedé exhausto, y durante varios días guardé cama. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla" (vers. 27).

Sin embargo, no se dio por vencido y quiso comprender la visión, en especial la parte que trataba acerca del tiempo. El capítulo 9 se inicia con una oración para comprender la visión. 1 Y de forma significativa, comienza con una súplica para comprender los tiempos de Dios. Él había prometido a los israelitas que permanecerían cautivos en Babilonia durante setenta años Ger. 29: 10). Esos setenta años casi se completaban, y Daniel estaba ansioso por entender el plan de Dios. Él dijo: "Corría el primer año del reinado de Darío [ ... ] cuando yo, Daniel, logré entender ese pasaje de las Escrituras donde el Señor le comunicó

al profeta Jeremías que la desolación de Jerusalén duraría setenta años" (Dan. 9: 1, 2). Daniel temía que los pecados de los israelitas antes del exilio hubieran sido tan desagradables a los ojos de Dios, que el Señor no los llevaría de regreso a su tierra después de que hubiese cumplido la promesa de los setenta años. Así que hizo una larga oración de confesión.

Daniel ni siquiera había terminado su oración cuando el ángel Ga

briel se le presentó nuevamente. Gabriel le dijo: "He venido en este momento para que entiendas todo con claridad" (vers. 22). La parte del comentario de Gabriel que explica los 2,300 día se encuentra en el versículo 25: "Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del príncipe elegido. Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más". La interpretación es un simple seguimiento matemático de lo que Gabriel le dijo a Daniel:

245


Siete semanas Sesenta semanas Dos semanas Total

49 días 420 días

14 días 483 días

Así que, desde el mandato de restaurar y reconstruir Jerusalén hasta el Mesías príncipe (es decir, hasta Jesús), habrá 483 días proféticos o 483 años literales. Miller determinó que el mandato dado por el rey persa Artajerjes Longímano para restaurar y reconstruir Jerusalén ocurrió en 457 a.C.2 Por lo tanto, el Mesías debía venir en 26 d.C. Sin embargo, a causa de que no hubo año cero entre el 1 a.c., yel 1 d.C., el verdadero año debía ser el 27 d.C. y de la declaración cronológica más detallada en todo el Nuevo Testamento (Luc. 3: 1-3), los eruditos consideran que Jesús fue bautizado e inició su ministerio en el 27 d.C. Con la exactitud que da esta predicción, Miller continuó con el cálculo del fin de la profecía de los 2,300 días, con algo parecido a lo siguiente:

Dos mil trescientos días o años Menos los años del periodo a.c. Fecha d.C., para el fin de los 2,300 días

2,300 -457 1843

Sin embargo, debemos notar que Miller se equivocó cuando agregó un año para saldar la diferencia del periodo entre el antes y el después de Cristo. Fue por tal razón que él comenzó dando el año 1843 como el año de la segunda venida de Cristo, y solo un poco después lo cambió para 1844.

1. De los datos cronológicos disponibles en el texto de Daniel, los eruditos han determinado que cerca de diez años pasaron entre el final del capítulo 8 y el inicio del capítulo 9.

2. Ahora, los eruditos modernos han ratificado que 457 a.e., es la fecha exacta en la que Artajerjes permitió que los judíos regresaran a su hogar y reconstruyeran su templo y su ciudad, Jerusalén.

246

U ~)' ti ¿ ,,8 recurso teo~,c~ P.lfa salvar las apanencl.

Uaa ItSp.sta a tQl ot_QI tk la mt~taejQa advellusta acel'Q

da Graa Chaseo

Durante más de 150 años, los adventistas del séptimo día han enseñado que el 22 de octubre de 1844 Jesús entró a una nue

va fase de su ministerio mediador en el Santuario celestial, a diferencia de los milleritas, que creían que en esa fecha Jesús vendría a la tierra. Esta nueva fase de su ministerio explica la nueva función de Jesús en el juicio previo al advenimiento (o el juicio investigador, según se le ha llamado a lo largo de la historia). Sin embargo, los críticos de nuestra creencia han llamado a esta explicación "la más grande estratagema de la historia para salvar las apariencias". Este apéndice es mi respuesta a esta acusación.

¿Es bíblica? El asunto más crítico es si es o no bíblico nuestro punto de vista de que Jesús entró a una nueva fase del ministerio de mediación en el

Santuario celestial, que de forma especial incluye un juicio previo al advenimiento. Sin embargo, aunque estos dos temas están relaciona

dos, son un poco diferentes. La idea de que el juicio previo al advenimiento ocurre en el cielo es un argumento totalmente bíblico. Es muy evidente que Daniel?: 9, 10, describe la visión que tuvo Daniel acerca de que Dios estaba sentado en su trono celestial rodeado de miles de ángeles, y "al iniciarse el juicio, los libros fueron abiertos". Este

247


juicio aparece citado entre todos los eventos descritos en Daniel 7, y precede al establecimiento del reino eterno de Cristo. Algunas personas cuestionan si el pueblo de Dios será juzgado en ese tiempo, pero Daniel dijo que como resultado del veredicto del tribunal, el juicio fue emitido "en favor de los santos del Altísimo" (vers. 22). Los santos

serán reivindicados, pero para que eso sea posible, tienen que ser juz

gados. Y Pablo dijo: "¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios!" "Porque es necesario que todos comparezcamos ante

el tribunal de Cristo" (Rom. 14: 10; 2 Coro 5: 10).

¿Entró Jesús en una nueva etapa de su ministerio en el Santuario celestial en 1844? La pregunta básica es si en realidad entrará alguna

vez en una nueva etapa de su ministerio. Los adventistas del séptimo

día responden que sí, sobre la base de los servicios del santuario del

Antiguo Testamento. Dos clases de servicio se realizaban en el San

tuario, uno era diario y el otro era anual. El servicio diario se centraba

en el sacrificio matutino y vespertino, y los sacrificios individuales que

los israelitas traían al Santuario por sus pecados personales.

Tres de los servicios anuales en el Santuario del Antiguo Testa

mento son de especial importancia: La Pascua, el Pentecostés y el Día

de la Expiación. Al igual que el sacrificio diario, la Pascua tuvo su

cumplimiento en la muerte de Cristo (1 Cor. 5: 7); yel Pentecostés

tuvo su cumplimiento cincuenta días después en el derramamiento

del Espíritu Santo (Hech. 2). El servicio anual más solemne de los

ritos del tabernáculo hebreo era el Día de la Expiación. Los sacrificios

del Día de la Expiación también fueron cumplidos por la muerte de

Cristo en la cruz. Sin embargo, los adventistas del séptimo día han

sostenido que el ministerio del sacerdote en la segunda sección del

Santuario en ese día presagiaba que un gran trabajo sería cumplido

por Jesús durante el tiempo del fin. Aquí no tengo un gran espacio

para profundizar con detalle esta forma de interpretación. Basta decir

que los adventistas del séptimo día encuentran evidencia bíblica ade

cuada para sostener que hubo un cambio en el ministerio de media

ción que Cristo lleva a cabo en el Santuario celestial.

248

¿Un recurso teológico para salvar las apariencias?

¿Es esta la más grande estratagema para salvar las apariencias?

Si nuestra interpretación acerca de lo que sucedió el 22 de octubre de 1844 es un simple recurso para salvar las apariencias, entonces yo señalaré otra estratagema en respuesta a otro "gran chasco" en la histo

ria cristiana: La muerte y la resurrección de Jesús junto con su ascenso

a su ministerio en el Santuario celestial cuarenta días después.

Es un asunto que fue registrado en la Biblia: Los doce discípulos

de Jesús, que tenían grandes esperanzas de ser liberados del yugo ro

mano, estaban indignados y confundidos cuando Cristo fue crucifica

do. Este fue el primer gran chasco. Tres días después ellos afirmaban

haber visto a Jesús vivo y en buenas condiciones, y cuarenta días des

pués afirmaban haberlo visto ascender al cielo. Luego, en los años si

guientes desarrollaron un complejo argumento acerca del Santuario

celestial y de su ministerio en favor de los pecadores. El libro de He

breos describe este ministerio con gran detalle.

La afirmación de los adventistas de que el 22 de octubre de 1844 Jesús entró a una nueva etapa de su ministerio en el Santuario celestial, es tan razonable como la afirmación de los primeros cristianos de

que Jesús entró al Santuario celestial en 31 d.C. Ninguna de esas dos

declaraciones pueden ser probadas o rechazadas de una forma objeti

va. Ambas declaraciones son un asunto de fe o de creencia. Por lo

tanto, ¿qué es lo que hace que una persona crea?

Piense en el rechazo de parte de los judíos de Cristo. ¿Por qué los

cristianos continúan creyendo cuando los judíos hasta hoy sostienen

que Jesús no era el Mesías predicho en el Antiguo Testamento? Aryeh

Kaplan, un rabino ortodoxo, preguntó: "¿Qué puede perder un judío

si abraza al cristianismo?" Y su respuesta fue: "Todo". Él dijo:

Los judíos tenían una fuerte objeción hacia el Mesías cristia

no, y esta era el hecho de que él no fue exitoso. El judaísmo

siempre ha sostenido que el Mesías redimiría a Israel en el

sentido político y Jesús falló en cumplir esto. En lugar de eso,

él fue azotado y humillado como cualquier rebelde, y después

de todo eso, fue crucificado junto a dos ladrones comunes.

249


¿Cómo podría la carrera de Jesús aproximarse a la gloriosa imagen del Mesías que enseñaban los profetas de Israel? La etapa temprana de la cristiandad encara este dilema, y al justificar a Jesús como el Mesías ha alterado radicalmente la totalidad del concepto. 1

Lee Strobel, quien citó a Kaplan en su libro The Case jor the Real

jesús, afirma que:

Arny Hill Levine, un judío experto en Jesús y en el Nuevo Testamento de la escuela Vanderbilt Divinity, y autor de The

Misunderstood jew, dijo que no existía una "lista mesiánica" que estableciera a Jesús como el que había sido predicho. "El Mesías es quien establece la justicia en el mundo entero, y yo miro hacia mi ventana y sé que eso aún no ha sucedido, dijo ella. El Mesías es quien conquista a la muerte, conquista las enfermedades. Y sé que esto aún no ha sucedido. Uno incluso podría decir, por ejemplo, que la muerte del Mesías, su tortura, su crucifixión se predijo en el Antiguo Testamento. Bien, de hecho, no fue predicha". 2

La respuesta de Strobel a estas dos críticas de quienes rechazan que Jesús sea el Mesías, es importante para quienes niegan la interpretación adventista de lo que sucedió el 22 de octubre de 1844. Strobel afirma:

N o todas las profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías fueron completadas durante el tiempo que Jesús vivió (dijo Edwin Yamauchi, quien ahora es profesor jubilado de Historia Antigua en la Universidad de Miami, en Ohio). La respuesta de los cristianos es que esas profecías serán cumplidas cuando Cristo venga otra vez.

¿ Vendrá otra vez? Los eruditos judíos señalan que los términos "la primera venida" y "la segunda venida" incluso no se

250

¿ U n recurso teológico para salvar las apariencias?

mencionan en el Antiguo Testamento. Ellos sostienen que los cristianos inventaron la idea del regreso de Jesús ante la vergüenza de que fracasó en introducir la paz universal que se había predicho. De hecho, ellos argumentan que cualquiera puede presentarse como Mesías, y cuando le critiquen que no ha traído la paz al mundo, puede aducir que la traerá en un momento no especificado del futuro. En breve, dicen ellos, la segunda venida no es más que una válvula de escape para los charlatanes.3

Strobel, desde luego, es fiel creyente en Jesús, y rechaza la idea de que "la segunda venida no es más que una válvula de escape para los charlatanes". Sin embargo, este es el mismo tipo de acusación que se les hace a los adventistas, cuando se afirma que nuestra interpretación de que Jesús entró en una nueva fase de su ministerio en el Santuario celestial el 22 de octubre de 1844 no es más que "una válvula de escape para los charlatanes", una estratagema para salvar apariencias.

Regresemos a la pregunta, ¿qué es lo que hace que una persona crea? ¿Por qué un punto de vista en particular tiene sentido para una persona o grupo y no lo tiene para otra? En mi forma particular de ver las cosas, yo no quiero creer solo por el hecho de haber sido criado como un adventista, necesito evidencias para poder creer; y la evidencia que presente en este libro, especialmente en los capítulos 12 al 18 es suficiente para que crea que Dios actuó en los grandes movimientos del advenimiento en Europa y Norteamérica antes de que el movimiento de Miller se iniciara. El hecho de que haya terminado tan trágicamente aquel 22 de octubre de 1844, ya no es tanto un problema para mí como tampoco lo es que la vida de Jesús haya concluido de forma tan trágica en la Pascua hace más de dos mil años.

La evidencia que presenté en este libro también me persuade de que Dios permitió el desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, surgida de las cenizas de la predicción fallida de Miller. ¿Por qué esa evidencia no tiene tanto sentido para otros? U na respuesta sencilla sería decir que Dios no dirige sus vidas. Sin embargo, yo me niego a

251


hacer un juicio acerca de la vida cristiana de otros. La verdad es que muchos de los que rechazan mi interpretación respecto a lo que sucedió el 22 de octubre de 1844 están comprometidos sinceramente con Jesús, tanto como yo, y sin lugar a dudas algunos incluso lo están más.

Tengo que confiar que si Dios quisiera que ellos vieran las cosas tal y

como yo las veo, o si quisiera que yo viera las cosas a su manera entonces él nos llevaría a esa conclusión. Y si en realidad somos sus

siervos, él nos seguirá guiando.

1. Aryeh Kaplan, Ihe Real Messiah? (Toronto: Jews for Judaism, 2004), p. 16. Citado por Lee Strobel en Ihe Case for the Real jesus (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 2007), pp. 192,193.

2. "Do AH Scholars Believe J esus FulfiHed Messianic Prophecies?" http:// www.whoisthisjesus.tv/qa.htm#scholars (Diciembre 28,2006). Citado por Lee Strobel en Ihe Case for the Real jesus, p. 193.

3. ¡bid.

252

ApÉNDI€Jj: D

Evidencia hiblica delciem ·del tiempo de grat;ia: previo ai advenimiento y el final del

ministerio mediador de Cristo

Los adventistas del séptimo día tienen una forma muy particular de comprender el tiempo de gracia y el final del ministerio me

diador de Cristo en el Santuario celestial. Puesto que estos dos conceptos están relacionados, los comentaré por separado.

El tiempo de gracia

A primera vista, la explicación más lógica acerca de cuándo se cerrará

el tiempo de gracia parece ser la segunda venida de Cristo. De acuerdo con la Biblia, es cuando Dios dé la recompensa eterna a los justos ya los pecadores, y separe los unos de los otros. Las parábolas de Jesús del trigo y la cizaña y de las ovejas y los cabritos sugieren esto. En la parábola del trigo y la mala hierba, ambos son separados en la cosecha (Mat.13: 24-30, 36-43). Jesús dijo que los justos y los pecadores serán separados, de la misma forma "al fin del mundo" (vers. 40). Yen la parábola de las ovejas y los cabritos (Mat. 25: 31-46), Jesús dijo: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, [ ... ] separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras" (vers. 31, 32). Pareciera lógico que este sea el momento del cierre del tiempo de gracia.

Los adventistas del séptimo día creen que el tiempo de gracia se cerrará un poco antes del regreso de Cristo. Apocalipsis describe los

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mismos dos grupos: Los justos que reciben el sello de Dios (Apoc. 7: 1-4) y los pecadores que reciben la marca de la bestia (Apoc. 13: 16, 17). Y de acuerdo a Apocalipsis, los únicos que reciben la primera plaga serán los que tienen la marca de la bestia (Apoc. 16: 1,2). Una lectura cuidadosa del capítulo entero nos muestra que estas plagas ocurrirán justo antes de la segunda venida de Cristo. De tal forma que la decisión de quién recibe la marca de la bestia tendrá que ser antes de que caiga la primera plaga. Si el fin del tiempo de gracia marca el tiempo cuando la población del mundo entero es dividida en dos grupos (los que son fieles a Dios y los que no) entonces el cierre del tiempo de gracia tendrá que suceder antes de la caída de la primera plaga, que caerá poco antes de la segunda venida de Cristo.

El final del ministerio mediador de Cristo

En Apocalipsis 15: 5, 6, el templo de Dios en el cielo (el lugar donde Cristo realiza su ministerio mediador) será abierto, y los siete ángeles que tienen las siete plagas saldrán. El versículo 7 muestra a los cuatro seres vivientes que rodean el trono de Dios y les dan a los ángeles las copas de la ira de Dios. El punto culminante de este capítulo está en el versículo 8, cuando el templo se llenó del humo que procedía de la gloria y del poder de Dios, y nadie podía entrar allí hasta que se terminaran las siete plagas.

Estas imágenes son tomadas de dos versículos del Antiguo T estamento, ambas tienen que ver con la dedicación del templo de Salomón. La Biblia dice que en esa ocasión cuando el arca del pacto fue llevada al Lugar Santísimo, a continuación "una nube cubrió el templo del Señor. Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron celebrar el culto, pues la gloria del Señor había llenado el templo" (2 Crón. 5: 13, 14, la cursiva es nuestra). De nuevo, después de la oración de dedicación de Salomón, "la gloria del Señor llenó el templo. Tan lleno de su gloria estaba el templo, que los sacerdotes no podían entrar en él" (2 Crón. 7: 1,2, la cursiva es nuestra). Una comparación de esos dos pasajes del Antiguo Testamento con la descripción de Apocalipsis hace evidente que se está hablando del fin del tiempo de gracia:

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Evidencia bíblica del cierre del tiempo de gracia previo al advenimiento

El templo de Salomón • Una nube lo llena • Está lleno de la gloria de Dios • Los sacerdotes no pueden

entrar al templo • Los sacerdotes no pueden

celebrar el culto

El templo de Dios en el cielo • Está lleno de humo • Está lleno de la gloria de Dios • Nadie puede entrar al templo

En conclusión al igual que la nube y la gloria de Dios evitaron que los sacerdotes en el Antiguo Testamento entraran al templo de Salomón para celebrar el culto, de la misma forma el humo y la gloria de Dios darán por concluido el servicio de Cristo en el templo celestial. Esto es lo que yo deduzco de las palabras "nadie podía entrar allí", de Apocalipsis 15: 8. Obviamente, cuando Cristo cese su ministerio de mediación, el tiempo de gracia se habrá cerrado. Y puesto que este acontecimiento divino descrito en el último versículo de Apocalipsis 15 precede a las siete postreras plagas del capítulo 16, se hace de nuevo evidente que el tiempo de gracia se cerrará poco antes y no durante la segunda venida de Cristo.

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