abominable/vomitiva navidad

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ESPECIAL PLAZA ABIERTA DIGITAL

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Page 1: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD
Page 2: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Título:ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Edita:PLAZA ABIERTA [email protected]://plazaabiertarevolucion.blogspot.com

LA OBRA PERTENECE A SU AUTOR, NOSOTR@S SÓLO LA DIVULGAMOS

Page 3: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

VOMITAN SUS CREACIONES:PORTADA, VELPISTER

CONTRAPORTADA, JUAN KALVELLIDO

Interior por orden de aparición:

-EL HILO ANTINAVIDAD -1

-MARK KIDGER -2

-MINATO -3

-GEORGINA LANTIGUA -4

-ULISES PANIAGUA -5

-SANTUTXU -6

-LUCHO ROSSELL -7

-PANPERO-8

-RAN KIRLIAN -9

-ARMABLANCA -10

-VENTURA -11

-MIGUEL HERNÁNDEZ -12

-PATRICIA DAMIANO -13

-JULIO SERRANO -14

-BEGOÑA LEONARDO -15

-VELPISTER -16

-LUCA MENDIETA -17

-ALLAND MACDONALD -18

-LÍBERA DURI -19

-LEONEL LICEA -20

-OCTAVIO MONTIEL -21

-JOAQUÍN SABINA -22

-JUAN KALVELLIDO -23

-DESCONOCIDO -24

-LUCHO DEL PUERTO -25

-LUISA NAVARRETE -26

-MARTÍN WONG -27

-ADAO ITURRUSGARAI -28

-SEBENSUÍ A. SÁNCHEZ -29

-JAVIER ROYO -30

-MARCE JIMENA -31

-DOUGLAS WRIGHT -32

-JORGE M. MOLINERO -33

-

Page 4: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

LA NAVIDAD HA VENIDO. PERO QUE SE VAYA POR FAVOR... Que estamos hart@s no es ninguna novedad. Que estamos indigand@s, no es ninguna novedad. Pero todavía no se habían enterado de que la Navidad fastidia, hace daño, perjudica seriamente la salud mental. Y por eso, ha llegado la hora de dejar claro que vamos a ser irreverentes y para siempre. Alguien tiene que serlo, no estará bien visto, pero nos da igual.

Una de las hipocresías más grandes que en estos días nos toca tragar es la felicidad que hemos de mostrar, la gratitud, las muestras de solidaridad, la compasión... Porque como somos tan buen@s... Pero no somos ciegos, no somos insensibles, qué hacemos con el bullicio consumista que nos aplasta, condenando a millones de personas que no pueden consumir ni lo básico, al ostracismo, a la invisibilidad. Porque, dónde vas sino tienes ni para comprar el pan, dónde vas... La manipulación a la que se nos somete es repugnante. El tener predominando sobre el ser.La peor parte de todo este tinglado que se nos ha obligado a mantener se la llevan los niñ@s que reciben por todos lados bombardeos en forma de dulces villancicos, melodías envolventes, que en el colegio han de cantar, bailar e incluso interpretar aunque se trate de un colegio laico, todas esas estúpidas obritas tradicionales, donde la moral, el orden y la estética son un primor. Reciben catálogos preciosísimos y sexistas. Ven por televisión nuncios de bellas y bellos con ropa de marca y que huelen tan bien. Niñas maquilladas y peluquereadas y niños machitos maqueados con las deportivas más caras del mundo. Pura ficción, que ellos se creen, hasta que choquen con la realidad...

Nosotros somos creadores y creadoras, no podemos quedarnos quietos, porque no somos buenos. Nosotros no iremos al cielo, pero de momento nos metemos en las vísceras y retorcemos los cerebros para que hagan algo inaudito. Para que PIENSES, sí para que tengas CRITERIO, para que seas LIBRE.

P A D

Page 5: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

EL HILO ANTINAVIDAD -1

Page 6: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD
Page 7: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mark Kidger -2La estrella de Belen

No existe ningún documento escrito por un testigo de la Estrella de

Belén. Las únicas referencias existentes se encuentran en los

documentos posteriores a la vida de Jesucristo. Muchas veces se

dice que la única referencia a la Estrella se encuentra en el Evangelio

de Mateo, pero eso no es verdad, Aún así, la información que se

dispone sobre la Estrella está muy limitada. También, hay que apuntar

que existen graves contradicciones entre las distintas fuentes.En

todo el Nuevo Testamento se menciona la Estrella de Belén solo

cuatro veces, todas esas referencias se encuentren en Mateo 2:

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey

Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén,

2 preguntando «Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?

Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo»

………………..

7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó

cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la

estrella.

8 Y encaminándolos hacia Belén, les dijo: «Id e informaos

puntualmente acerca de este niño; y cuando lo encontréis, avisadme,

para que también yo vaya a adorarlo.

9 Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el

Oriente iba delante de ellos hasta que vino a pararse encima del lugar

dónde estaba el niño.

10 Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.

De los demás Evangelios, solo Lucas habla de la Natividad. Aquí

tenemos la primera de varias inconsistencias. Lucas no menciona a la

Estrella. De hecho, casi la única cosa en común entre las versiones

de la Natividad de Mateo y de Lucas es el nacimiento del niño Jesús.

Si la Estrella era tan importante, ¿por qué es que Lucas, un médico de

profesión, pero un historiador con talento por fuerza de circunstancia,

no la menciona?

Algunos expertos han sugerido con buenas razones, que tal vez

Mateo solo incluye a la Estrella de Belén en su cronología para dar

más significado a la Natividad. Una razón por pensar eso es el hecho

que muchas veces encontramos una frase por el estilo de “con ello se

cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”. Tal afirmación se

encuentra varias veces en Mateo 2, pero no en el texto dónde se

describa la Estrella de Belén, aunque si la aparición de la Estrella

realmente fuera el cumplimiento de la profecía, la frase debería

aparecer.

No obstante, existen dos otras referencias a la Estrella de Belén: una

contemporánea con Mateo, en el Protoevangelio de Santiago (uno de

los textos escritos como un evangelio pero que nunca fue

incorporado en la Biblia y que, junto con otros, forma los Apócrifos), la

otra en una carta escrita por Ignacio quizá 50 años después que la

fecha de escribirse el Evangelio de Mateo. La referencia de Ignacio es

muy escueta:

“Su luz fue indecible y su novedad causó asombro”

Santiago, en cambio, amplia bastante el contenido de Mateo 2, 1-2. En

esta versión, entre otros detalles, Herodes pregunta a los Reyes

Magos por la manifestación que habían visto y que anunciaba al

nuevo rey. Los Reyes Magos contestaron:

“Vimos como una estrella indescriptiblemente grande apareció de

entre estas estrellas y las deslumbró tal como ya no lucían y así

supimos que un Rey había nacido para Israel.”

Si la Estrella realmente fuera tan grande como decían Santiago y

Ignacio, no se entiende como Herodes podría no haberse dado cuenta

de su existencia.

Muchos expertos bíblicos opinan que Mateo y Lucas utilizaron el

mismo texto base para sus respectivas versiones del Evangelio: este

texto, conocido popularmente como “Q”, se ha perdido y es de origen

totalmente desconocido. Desde luego, gran parte del contenido de

sus Evangelios es muy parecido, el uno con el otro. Puesto que sus

descripciones de la Natividad se discrepan tanto, parece razonable

pensar que Mateo y Lucas tenían, cada uno, acceso a algún

documento ya perdido que les suministró más detalles.

Las similitudes (y las diferencias) entre Mateo y el Protoevangelio de

Santiago refuerza bastante esta conclusión. De esta forma

explicamos como puede ser que Lucas no menciona a la Estrella

aunque realmente existía.

Lo que sí queda claro es que Ignacio y Santiago exageraron bastante

su brillo e importancia. Una estrella tan brillante como para deslucir a

otras estrellas habría tenido que ser tan brillante como el plenilunio.

En una época tan distinta a la de hoy, cuando todo el mundo conocía

el cielo, parece inconcebible que una estrella tan brillante podría

haber aparecido casi inadvertida.

Ahora bien. En ningún lugar de Mateo dice que Herodes no había visto

la Estrella: lo único que sí deja claro es que no sabía en que fecha

había aparecido por primera vez, que no es la misma cosa. En cambio,

el Protoevangelio de Santiago hacía hincapié explícito en la

ignorancia de Herodes.

La posible contradicción puede explicarse de varias formas. Puede

ser que Herodes realmente no había visto la Estrella a causa de un

período prolongado de mal tiempo. No es nada imposible si habían

transcurrido pocos días o semanas entre la aparición de la Estrella y

la llegada de los Reyes Magos, sobre todo si la Estrella apareció en

los meses entre enero y marzo cuando el clima en Jerusalén es

decididamente invernal. Otra posible explicación es que Herodes fue

mantenido en ignorancia: quizá sus cortesanos habían visto o

conocían de la existencia de la Estrella y, a sabiendas de su probable

significado, decidían que esa era una información que no les

interesaba hacer llegar al Rey. Desde luego, su posterior reacción (la

Matanza de los Inocentes) demuestra que un cortesano temerario por

su propio salud habría dudado en pasarle a Herodes unas noticias tan

desagradables.

Las opciones

Básicamente, todos los intentos de explicar la Estrella de Belén

entran en uno de tres categorías.

(I) La Estrella es un mito.

Algunos autores, preocupados por las inconsistencias entre los

evangelios de Lucas y de Mateo y por la falta de las palabras “con ello

se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”, han sugerido que la

Estrella de Belén nunca existió. Esta gente apunta a que Jesús nació

en una época cuando ningún rey, ningún emperador, ni nació ni

falleció sin que se viera algún tipo de fenómeno celestial o terrenal

(un cometa, el nacimiento de una cabra con cinco patas, etc.) para

dar importancia al suceso. Puesto que Jesús era el rey más grande

de todos, la manifestación que señalizara su nacimiento tenía que ser

especialmente importante para convencer a los no creyentes de su

importancia. Para dar credibilidad a Jesús entre los paganos, Mateo

simplemente añadió a su evangelio un portento celestial

especialmente espectacular.

(II) La Estrella fue un suceso astronómico

Aunque la descripción de la Estrella ha sido modificada durante el

pasar de los años, en parte por razones “artísticas” y en parte porque

el evangelio de Mateo se escribió casi tres generaciones después de

verse la Estrella de Belén, Mateo describió un suceso astronómico

real. Puesto que hay muchas explicaciones astronómicas plausibles

de la Estrella de Belén, es solo una cuestión de tiempo y de lógica

para dilucidar cual es la correcta. Esta conclusión está fuertemente

apoyada por el hecho que muchos de los sucesos descritos en la

Biblia realmente sucedieron y han sido confirmados por los

historiadores. Además, la Biblia, en su mayor parte, se escribe como

un texto histórico que pretende relatar los hechos (por ejemplo, la

aparición de la Estrella de Belén) tal y como sucedían.

(III) La Estrella fue un suceso milagroso

La Estrella fue una manifestación de la mano de Dios. Nadie tiene que

justificar sus acciones y su a Él le plazca hacer brillar una estrella

dónde no había ninguna antes, no es para los científicos cuestionarlo.

Varios de los aspectos de la Estrella tal como se describe en Mateo

son impropios de un fenómeno celestial natural: las estrellas no se

mueven delante de los viajeros para guiarles y no se paran para

señalarles la llegada a su destino. Si tomamos literalmente la

descripción de Mateo y de Santiago, no existe ninguna posible

explicación científica.

Page 8: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mark Kidger -2La estrella de Belen

No existe ningún documento escrito por un testigo de la Estrella de

Belén. Las únicas referencias existentes se encuentran en los

documentos posteriores a la vida de Jesucristo. Muchas veces se

dice que la única referencia a la Estrella se encuentra en el Evangelio

de Mateo, pero eso no es verdad, Aún así, la información que se

dispone sobre la Estrella está muy limitada. También, hay que apuntar

que existen graves contradicciones entre las distintas fuentes.En

todo el Nuevo Testamento se menciona la Estrella de Belén solo

cuatro veces, todas esas referencias se encuentren en Mateo 2:

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey

Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén,

2 preguntando «Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?

Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo»

………………..

7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó

cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la

estrella.

8 Y encaminándolos hacia Belén, les dijo: «Id e informaos

puntualmente acerca de este niño; y cuando lo encontréis, avisadme,

para que también yo vaya a adorarlo.

9 Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el

Oriente iba delante de ellos hasta que vino a pararse encima del lugar

dónde estaba el niño.

10 Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.

De los demás Evangelios, solo Lucas habla de la Natividad. Aquí

tenemos la primera de varias inconsistencias. Lucas no menciona a la

Estrella. De hecho, casi la única cosa en común entre las versiones

de la Natividad de Mateo y de Lucas es el nacimiento del niño Jesús.

Si la Estrella era tan importante, ¿por qué es que Lucas, un médico de

profesión, pero un historiador con talento por fuerza de circunstancia,

no la menciona?

Algunos expertos han sugerido con buenas razones, que tal vez

Mateo solo incluye a la Estrella de Belén en su cronología para dar

más significado a la Natividad. Una razón por pensar eso es el hecho

que muchas veces encontramos una frase por el estilo de “con ello se

cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”. Tal afirmación se

encuentra varias veces en Mateo 2, pero no en el texto dónde se

describa la Estrella de Belén, aunque si la aparición de la Estrella

realmente fuera el cumplimiento de la profecía, la frase debería

aparecer.

No obstante, existen dos otras referencias a la Estrella de Belén: una

contemporánea con Mateo, en el Protoevangelio de Santiago (uno de

los textos escritos como un evangelio pero que nunca fue

incorporado en la Biblia y que, junto con otros, forma los Apócrifos), la

otra en una carta escrita por Ignacio quizá 50 años después que la

fecha de escribirse el Evangelio de Mateo. La referencia de Ignacio es

muy escueta:

“Su luz fue indecible y su novedad causó asombro”

Santiago, en cambio, amplia bastante el contenido de Mateo 2, 1-2. En

esta versión, entre otros detalles, Herodes pregunta a los Reyes

Magos por la manifestación que habían visto y que anunciaba al

nuevo rey. Los Reyes Magos contestaron:

“Vimos como una estrella indescriptiblemente grande apareció de

entre estas estrellas y las deslumbró tal como ya no lucían y así

supimos que un Rey había nacido para Israel.”

Si la Estrella realmente fuera tan grande como decían Santiago y

Ignacio, no se entiende como Herodes podría no haberse dado cuenta

de su existencia.

Muchos expertos bíblicos opinan que Mateo y Lucas utilizaron el

mismo texto base para sus respectivas versiones del Evangelio: este

texto, conocido popularmente como “Q”, se ha perdido y es de origen

totalmente desconocido. Desde luego, gran parte del contenido de

sus Evangelios es muy parecido, el uno con el otro. Puesto que sus

descripciones de la Natividad se discrepan tanto, parece razonable

pensar que Mateo y Lucas tenían, cada uno, acceso a algún

documento ya perdido que les suministró más detalles.

Las similitudes (y las diferencias) entre Mateo y el Protoevangelio de

Santiago refuerza bastante esta conclusión. De esta forma

explicamos como puede ser que Lucas no menciona a la Estrella

aunque realmente existía.

Lo que sí queda claro es que Ignacio y Santiago exageraron bastante

su brillo e importancia. Una estrella tan brillante como para deslucir a

otras estrellas habría tenido que ser tan brillante como el plenilunio.

En una época tan distinta a la de hoy, cuando todo el mundo conocía

el cielo, parece inconcebible que una estrella tan brillante podría

haber aparecido casi inadvertida.

Ahora bien. En ningún lugar de Mateo dice que Herodes no había visto

la Estrella: lo único que sí deja claro es que no sabía en que fecha

había aparecido por primera vez, que no es la misma cosa. En cambio,

el Protoevangelio de Santiago hacía hincapié explícito en la

ignorancia de Herodes.

La posible contradicción puede explicarse de varias formas. Puede

ser que Herodes realmente no había visto la Estrella a causa de un

período prolongado de mal tiempo. No es nada imposible si habían

transcurrido pocos días o semanas entre la aparición de la Estrella y

la llegada de los Reyes Magos, sobre todo si la Estrella apareció en

los meses entre enero y marzo cuando el clima en Jerusalén es

decididamente invernal. Otra posible explicación es que Herodes fue

mantenido en ignorancia: quizá sus cortesanos habían visto o

conocían de la existencia de la Estrella y, a sabiendas de su probable

significado, decidían que esa era una información que no les

interesaba hacer llegar al Rey. Desde luego, su posterior reacción (la

Matanza de los Inocentes) demuestra que un cortesano temerario por

su propio salud habría dudado en pasarle a Herodes unas noticias tan

desagradables.

Las opciones

Básicamente, todos los intentos de explicar la Estrella de Belén

entran en uno de tres categorías.

(I) La Estrella es un mito.

Algunos autores, preocupados por las inconsistencias entre los

evangelios de Lucas y de Mateo y por la falta de las palabras “con ello

se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”, han sugerido que la

Estrella de Belén nunca existió. Esta gente apunta a que Jesús nació

en una época cuando ningún rey, ningún emperador, ni nació ni

falleció sin que se viera algún tipo de fenómeno celestial o terrenal

(un cometa, el nacimiento de una cabra con cinco patas, etc.) para

dar importancia al suceso. Puesto que Jesús era el rey más grande

de todos, la manifestación que señalizara su nacimiento tenía que ser

especialmente importante para convencer a los no creyentes de su

importancia. Para dar credibilidad a Jesús entre los paganos, Mateo

simplemente añadió a su evangelio un portento celestial

especialmente espectacular.

(II) La Estrella fue un suceso astronómico

Aunque la descripción de la Estrella ha sido modificada durante el

pasar de los años, en parte por razones “artísticas” y en parte porque

el evangelio de Mateo se escribió casi tres generaciones después de

verse la Estrella de Belén, Mateo describió un suceso astronómico

real. Puesto que hay muchas explicaciones astronómicas plausibles

de la Estrella de Belén, es solo una cuestión de tiempo y de lógica

para dilucidar cual es la correcta. Esta conclusión está fuertemente

apoyada por el hecho que muchos de los sucesos descritos en la

Biblia realmente sucedieron y han sido confirmados por los

historiadores. Además, la Biblia, en su mayor parte, se escribe como

un texto histórico que pretende relatar los hechos (por ejemplo, la

aparición de la Estrella de Belén) tal y como sucedían.

(III) La Estrella fue un suceso milagroso

La Estrella fue una manifestación de la mano de Dios. Nadie tiene que

justificar sus acciones y su a Él le plazca hacer brillar una estrella

dónde no había ninguna antes, no es para los científicos cuestionarlo.

Varios de los aspectos de la Estrella tal como se describe en Mateo

son impropios de un fenómeno celestial natural: las estrellas no se

mueven delante de los viajeros para guiarles y no se paran para

señalarles la llegada a su destino. Si tomamos literalmente la

descripción de Mateo y de Santiago, no existe ninguna posible

explicación científica.

Page 9: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mark Kidger -2La estrella de Belen

No existe ningún documento escrito por un testigo de la Estrella de

Belén. Las únicas referencias existentes se encuentran en los

documentos posteriores a la vida de Jesucristo. Muchas veces se

dice que la única referencia a la Estrella se encuentra en el Evangelio

de Mateo, pero eso no es verdad, Aún así, la información que se

dispone sobre la Estrella está muy limitada. También, hay que apuntar

que existen graves contradicciones entre las distintas fuentes.En

todo el Nuevo Testamento se menciona la Estrella de Belén solo

cuatro veces, todas esas referencias se encuentren en Mateo 2:

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey

Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén,

2 preguntando «Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?

Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo»

………………..

7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó

cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la

estrella.

8 Y encaminándolos hacia Belén, les dijo: «Id e informaos

puntualmente acerca de este niño; y cuando lo encontréis, avisadme,

para que también yo vaya a adorarlo.

9 Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el

Oriente iba delante de ellos hasta que vino a pararse encima del lugar

dónde estaba el niño.

10 Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.

De los demás Evangelios, solo Lucas habla de la Natividad. Aquí

tenemos la primera de varias inconsistencias. Lucas no menciona a la

Estrella. De hecho, casi la única cosa en común entre las versiones

de la Natividad de Mateo y de Lucas es el nacimiento del niño Jesús.

Si la Estrella era tan importante, ¿por qué es que Lucas, un médico de

profesión, pero un historiador con talento por fuerza de circunstancia,

no la menciona?

Algunos expertos han sugerido con buenas razones, que tal vez

Mateo solo incluye a la Estrella de Belén en su cronología para dar

más significado a la Natividad. Una razón por pensar eso es el hecho

que muchas veces encontramos una frase por el estilo de “con ello se

cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”. Tal afirmación se

encuentra varias veces en Mateo 2, pero no en el texto dónde se

describa la Estrella de Belén, aunque si la aparición de la Estrella

realmente fuera el cumplimiento de la profecía, la frase debería

aparecer.

No obstante, existen dos otras referencias a la Estrella de Belén: una

contemporánea con Mateo, en el Protoevangelio de Santiago (uno de

los textos escritos como un evangelio pero que nunca fue

incorporado en la Biblia y que, junto con otros, forma los Apócrifos), la

otra en una carta escrita por Ignacio quizá 50 años después que la

fecha de escribirse el Evangelio de Mateo. La referencia de Ignacio es

muy escueta:

“Su luz fue indecible y su novedad causó asombro”

Santiago, en cambio, amplia bastante el contenido de Mateo 2, 1-2. En

esta versión, entre otros detalles, Herodes pregunta a los Reyes

Magos por la manifestación que habían visto y que anunciaba al

nuevo rey. Los Reyes Magos contestaron:

“Vimos como una estrella indescriptiblemente grande apareció de

entre estas estrellas y las deslumbró tal como ya no lucían y así

supimos que un Rey había nacido para Israel.”

Si la Estrella realmente fuera tan grande como decían Santiago y

Ignacio, no se entiende como Herodes podría no haberse dado cuenta

de su existencia.

Muchos expertos bíblicos opinan que Mateo y Lucas utilizaron el

mismo texto base para sus respectivas versiones del Evangelio: este

texto, conocido popularmente como “Q”, se ha perdido y es de origen

totalmente desconocido. Desde luego, gran parte del contenido de

sus Evangelios es muy parecido, el uno con el otro. Puesto que sus

descripciones de la Natividad se discrepan tanto, parece razonable

pensar que Mateo y Lucas tenían, cada uno, acceso a algún

documento ya perdido que les suministró más detalles.

Las similitudes (y las diferencias) entre Mateo y el Protoevangelio de

Santiago refuerza bastante esta conclusión. De esta forma

explicamos como puede ser que Lucas no menciona a la Estrella

aunque realmente existía.

Lo que sí queda claro es que Ignacio y Santiago exageraron bastante

su brillo e importancia. Una estrella tan brillante como para deslucir a

otras estrellas habría tenido que ser tan brillante como el plenilunio.

En una época tan distinta a la de hoy, cuando todo el mundo conocía

el cielo, parece inconcebible que una estrella tan brillante podría

haber aparecido casi inadvertida.

Ahora bien. En ningún lugar de Mateo dice que Herodes no había visto

la Estrella: lo único que sí deja claro es que no sabía en que fecha

había aparecido por primera vez, que no es la misma cosa. En cambio,

el Protoevangelio de Santiago hacía hincapié explícito en la

ignorancia de Herodes.

La posible contradicción puede explicarse de varias formas. Puede

ser que Herodes realmente no había visto la Estrella a causa de un

período prolongado de mal tiempo. No es nada imposible si habían

transcurrido pocos días o semanas entre la aparición de la Estrella y

la llegada de los Reyes Magos, sobre todo si la Estrella apareció en

los meses entre enero y marzo cuando el clima en Jerusalén es

decididamente invernal. Otra posible explicación es que Herodes fue

mantenido en ignorancia: quizá sus cortesanos habían visto o

conocían de la existencia de la Estrella y, a sabiendas de su probable

significado, decidían que esa era una información que no les

interesaba hacer llegar al Rey. Desde luego, su posterior reacción (la

Matanza de los Inocentes) demuestra que un cortesano temerario por

su propio salud habría dudado en pasarle a Herodes unas noticias tan

desagradables.

Las opciones

Básicamente, todos los intentos de explicar la Estrella de Belén

entran en uno de tres categorías.

(I) La Estrella es un mito.

Algunos autores, preocupados por las inconsistencias entre los

evangelios de Lucas y de Mateo y por la falta de las palabras “con ello

se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”, han sugerido que la

Estrella de Belén nunca existió. Esta gente apunta a que Jesús nació

en una época cuando ningún rey, ningún emperador, ni nació ni

falleció sin que se viera algún tipo de fenómeno celestial o terrenal

(un cometa, el nacimiento de una cabra con cinco patas, etc.) para

dar importancia al suceso. Puesto que Jesús era el rey más grande

de todos, la manifestación que señalizara su nacimiento tenía que ser

especialmente importante para convencer a los no creyentes de su

importancia. Para dar credibilidad a Jesús entre los paganos, Mateo

simplemente añadió a su evangelio un portento celestial

especialmente espectacular.

(II) La Estrella fue un suceso astronómico

Aunque la descripción de la Estrella ha sido modificada durante el

pasar de los años, en parte por razones “artísticas” y en parte porque

el evangelio de Mateo se escribió casi tres generaciones después de

verse la Estrella de Belén, Mateo describió un suceso astronómico

real. Puesto que hay muchas explicaciones astronómicas plausibles

de la Estrella de Belén, es solo una cuestión de tiempo y de lógica

para dilucidar cual es la correcta. Esta conclusión está fuertemente

apoyada por el hecho que muchos de los sucesos descritos en la

Biblia realmente sucedieron y han sido confirmados por los

historiadores. Además, la Biblia, en su mayor parte, se escribe como

un texto histórico que pretende relatar los hechos (por ejemplo, la

aparición de la Estrella de Belén) tal y como sucedían.

(III) La Estrella fue un suceso milagroso

La Estrella fue una manifestación de la mano de Dios. Nadie tiene que

justificar sus acciones y su a Él le plazca hacer brillar una estrella

dónde no había ninguna antes, no es para los científicos cuestionarlo.

Varios de los aspectos de la Estrella tal como se describe en Mateo

son impropios de un fenómeno celestial natural: las estrellas no se

mueven delante de los viajeros para guiarles y no se paran para

señalarles la llegada a su destino. Si tomamos literalmente la

descripción de Mateo y de Santiago, no existe ninguna posible

explicación científica.

Page 10: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mark Kidger -2La estrella de Belen

No existe ningún documento escrito por un testigo de la Estrella de

Belén. Las únicas referencias existentes se encuentran en los

documentos posteriores a la vida de Jesucristo. Muchas veces se

dice que la única referencia a la Estrella se encuentra en el Evangelio

de Mateo, pero eso no es verdad, Aún así, la información que se

dispone sobre la Estrella está muy limitada. También, hay que apuntar

que existen graves contradicciones entre las distintas fuentes.En

todo el Nuevo Testamento se menciona la Estrella de Belén solo

cuatro veces, todas esas referencias se encuentren en Mateo 2:

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey

Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén,

2 preguntando «Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?

Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo»

………………..

7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó

cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la

estrella.

8 Y encaminándolos hacia Belén, les dijo: «Id e informaos

puntualmente acerca de este niño; y cuando lo encontréis, avisadme,

para que también yo vaya a adorarlo.

9 Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el

Oriente iba delante de ellos hasta que vino a pararse encima del lugar

dónde estaba el niño.

10 Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.

De los demás Evangelios, solo Lucas habla de la Natividad. Aquí

tenemos la primera de varias inconsistencias. Lucas no menciona a la

Estrella. De hecho, casi la única cosa en común entre las versiones

de la Natividad de Mateo y de Lucas es el nacimiento del niño Jesús.

Si la Estrella era tan importante, ¿por qué es que Lucas, un médico de

profesión, pero un historiador con talento por fuerza de circunstancia,

no la menciona?

Algunos expertos han sugerido con buenas razones, que tal vez

Mateo solo incluye a la Estrella de Belén en su cronología para dar

más significado a la Natividad. Una razón por pensar eso es el hecho

que muchas veces encontramos una frase por el estilo de “con ello se

cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”. Tal afirmación se

encuentra varias veces en Mateo 2, pero no en el texto dónde se

describa la Estrella de Belén, aunque si la aparición de la Estrella

realmente fuera el cumplimiento de la profecía, la frase debería

aparecer.

No obstante, existen dos otras referencias a la Estrella de Belén: una

contemporánea con Mateo, en el Protoevangelio de Santiago (uno de

los textos escritos como un evangelio pero que nunca fue

incorporado en la Biblia y que, junto con otros, forma los Apócrifos), la

otra en una carta escrita por Ignacio quizá 50 años después que la

fecha de escribirse el Evangelio de Mateo. La referencia de Ignacio es

muy escueta:

“Su luz fue indecible y su novedad causó asombro”

Santiago, en cambio, amplia bastante el contenido de Mateo 2, 1-2. En

esta versión, entre otros detalles, Herodes pregunta a los Reyes

Magos por la manifestación que habían visto y que anunciaba al

nuevo rey. Los Reyes Magos contestaron:

“Vimos como una estrella indescriptiblemente grande apareció de

entre estas estrellas y las deslumbró tal como ya no lucían y así

supimos que un Rey había nacido para Israel.”

Si la Estrella realmente fuera tan grande como decían Santiago y

Ignacio, no se entiende como Herodes podría no haberse dado cuenta

de su existencia.

Muchos expertos bíblicos opinan que Mateo y Lucas utilizaron el

mismo texto base para sus respectivas versiones del Evangelio: este

texto, conocido popularmente como “Q”, se ha perdido y es de origen

totalmente desconocido. Desde luego, gran parte del contenido de

sus Evangelios es muy parecido, el uno con el otro. Puesto que sus

descripciones de la Natividad se discrepan tanto, parece razonable

pensar que Mateo y Lucas tenían, cada uno, acceso a algún

documento ya perdido que les suministró más detalles.

Las similitudes (y las diferencias) entre Mateo y el Protoevangelio de

Santiago refuerza bastante esta conclusión. De esta forma

explicamos como puede ser que Lucas no menciona a la Estrella

aunque realmente existía.

Lo que sí queda claro es que Ignacio y Santiago exageraron bastante

su brillo e importancia. Una estrella tan brillante como para deslucir a

otras estrellas habría tenido que ser tan brillante como el plenilunio.

En una época tan distinta a la de hoy, cuando todo el mundo conocía

el cielo, parece inconcebible que una estrella tan brillante podría

haber aparecido casi inadvertida.

Ahora bien. En ningún lugar de Mateo dice que Herodes no había visto

la Estrella: lo único que sí deja claro es que no sabía en que fecha

había aparecido por primera vez, que no es la misma cosa. En cambio,

el Protoevangelio de Santiago hacía hincapié explícito en la

ignorancia de Herodes.

La posible contradicción puede explicarse de varias formas. Puede

ser que Herodes realmente no había visto la Estrella a causa de un

período prolongado de mal tiempo. No es nada imposible si habían

transcurrido pocos días o semanas entre la aparición de la Estrella y

la llegada de los Reyes Magos, sobre todo si la Estrella apareció en

los meses entre enero y marzo cuando el clima en Jerusalén es

decididamente invernal. Otra posible explicación es que Herodes fue

mantenido en ignorancia: quizá sus cortesanos habían visto o

conocían de la existencia de la Estrella y, a sabiendas de su probable

significado, decidían que esa era una información que no les

interesaba hacer llegar al Rey. Desde luego, su posterior reacción (la

Matanza de los Inocentes) demuestra que un cortesano temerario por

su propio salud habría dudado en pasarle a Herodes unas noticias tan

desagradables.

Las opciones

Básicamente, todos los intentos de explicar la Estrella de Belén

entran en uno de tres categorías.

(I) La Estrella es un mito.

Algunos autores, preocupados por las inconsistencias entre los

evangelios de Lucas y de Mateo y por la falta de las palabras “con ello

se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”, han sugerido que la

Estrella de Belén nunca existió. Esta gente apunta a que Jesús nació

en una época cuando ningún rey, ningún emperador, ni nació ni

falleció sin que se viera algún tipo de fenómeno celestial o terrenal

(un cometa, el nacimiento de una cabra con cinco patas, etc.) para

dar importancia al suceso. Puesto que Jesús era el rey más grande

de todos, la manifestación que señalizara su nacimiento tenía que ser

especialmente importante para convencer a los no creyentes de su

importancia. Para dar credibilidad a Jesús entre los paganos, Mateo

simplemente añadió a su evangelio un portento celestial

especialmente espectacular.

(II) La Estrella fue un suceso astronómico

Aunque la descripción de la Estrella ha sido modificada durante el

pasar de los años, en parte por razones “artísticas” y en parte porque

el evangelio de Mateo se escribió casi tres generaciones después de

verse la Estrella de Belén, Mateo describió un suceso astronómico

real. Puesto que hay muchas explicaciones astronómicas plausibles

de la Estrella de Belén, es solo una cuestión de tiempo y de lógica

para dilucidar cual es la correcta. Esta conclusión está fuertemente

apoyada por el hecho que muchos de los sucesos descritos en la

Biblia realmente sucedieron y han sido confirmados por los

historiadores. Además, la Biblia, en su mayor parte, se escribe como

un texto histórico que pretende relatar los hechos (por ejemplo, la

aparición de la Estrella de Belén) tal y como sucedían.

(III) La Estrella fue un suceso milagroso

La Estrella fue una manifestación de la mano de Dios. Nadie tiene que

justificar sus acciones y su a Él le plazca hacer brillar una estrella

dónde no había ninguna antes, no es para los científicos cuestionarlo.

Varios de los aspectos de la Estrella tal como se describe en Mateo

son impropios de un fenómeno celestial natural: las estrellas no se

mueven delante de los viajeros para guiarles y no se paran para

señalarles la llegada a su destino. Si tomamos literalmente la

descripción de Mateo y de Santiago, no existe ninguna posible

explicación científica.

Page 11: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mark Kidger -2La estrella de Belen

No existe ningún documento escrito por un testigo de la Estrella de

Belén. Las únicas referencias existentes se encuentran en los

documentos posteriores a la vida de Jesucristo. Muchas veces se

dice que la única referencia a la Estrella se encuentra en el Evangelio

de Mateo, pero eso no es verdad, Aún así, la información que se

dispone sobre la Estrella está muy limitada. También, hay que apuntar

que existen graves contradicciones entre las distintas fuentes.En

todo el Nuevo Testamento se menciona la Estrella de Belén solo

cuatro veces, todas esas referencias se encuentren en Mateo 2:

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiempos del Rey

Herodes, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén,

2 preguntando «Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?

Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo»

………………..

7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y averiguó

cuidadosamente el tiempo transcurrido desde la aparición de la

estrella.

8 Y encaminándolos hacia Belén, les dijo: «Id e informaos

puntualmente acerca de este niño; y cuando lo encontréis, avisadme,

para que también yo vaya a adorarlo.

9 Después de oír al rey, se fueron. Y la estrella que habían visto en el

Oriente iba delante de ellos hasta que vino a pararse encima del lugar

dónde estaba el niño.

10 Al ver la estrella sintieron inmensa alegría.

De los demás Evangelios, solo Lucas habla de la Natividad. Aquí

tenemos la primera de varias inconsistencias. Lucas no menciona a la

Estrella. De hecho, casi la única cosa en común entre las versiones

de la Natividad de Mateo y de Lucas es el nacimiento del niño Jesús.

Si la Estrella era tan importante, ¿por qué es que Lucas, un médico de

profesión, pero un historiador con talento por fuerza de circunstancia,

no la menciona?

Algunos expertos han sugerido con buenas razones, que tal vez

Mateo solo incluye a la Estrella de Belén en su cronología para dar

más significado a la Natividad. Una razón por pensar eso es el hecho

que muchas veces encontramos una frase por el estilo de “con ello se

cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”. Tal afirmación se

encuentra varias veces en Mateo 2, pero no en el texto dónde se

describa la Estrella de Belén, aunque si la aparición de la Estrella

realmente fuera el cumplimiento de la profecía, la frase debería

aparecer.

No obstante, existen dos otras referencias a la Estrella de Belén: una

contemporánea con Mateo, en el Protoevangelio de Santiago (uno de

los textos escritos como un evangelio pero que nunca fue

incorporado en la Biblia y que, junto con otros, forma los Apócrifos), la

otra en una carta escrita por Ignacio quizá 50 años después que la

fecha de escribirse el Evangelio de Mateo. La referencia de Ignacio es

muy escueta:

“Su luz fue indecible y su novedad causó asombro”

Santiago, en cambio, amplia bastante el contenido de Mateo 2, 1-2. En

esta versión, entre otros detalles, Herodes pregunta a los Reyes

Magos por la manifestación que habían visto y que anunciaba al

nuevo rey. Los Reyes Magos contestaron:

“Vimos como una estrella indescriptiblemente grande apareció de

entre estas estrellas y las deslumbró tal como ya no lucían y así

supimos que un Rey había nacido para Israel.”

Si la Estrella realmente fuera tan grande como decían Santiago y

Ignacio, no se entiende como Herodes podría no haberse dado cuenta

de su existencia.

Muchos expertos bíblicos opinan que Mateo y Lucas utilizaron el

mismo texto base para sus respectivas versiones del Evangelio: este

texto, conocido popularmente como “Q”, se ha perdido y es de origen

totalmente desconocido. Desde luego, gran parte del contenido de

sus Evangelios es muy parecido, el uno con el otro. Puesto que sus

descripciones de la Natividad se discrepan tanto, parece razonable

pensar que Mateo y Lucas tenían, cada uno, acceso a algún

documento ya perdido que les suministró más detalles.

Las similitudes (y las diferencias) entre Mateo y el Protoevangelio de

Santiago refuerza bastante esta conclusión. De esta forma

explicamos como puede ser que Lucas no menciona a la Estrella

aunque realmente existía.

Lo que sí queda claro es que Ignacio y Santiago exageraron bastante

su brillo e importancia. Una estrella tan brillante como para deslucir a

otras estrellas habría tenido que ser tan brillante como el plenilunio.

En una época tan distinta a la de hoy, cuando todo el mundo conocía

el cielo, parece inconcebible que una estrella tan brillante podría

haber aparecido casi inadvertida.

Ahora bien. En ningún lugar de Mateo dice que Herodes no había visto

la Estrella: lo único que sí deja claro es que no sabía en que fecha

había aparecido por primera vez, que no es la misma cosa. En cambio,

el Protoevangelio de Santiago hacía hincapié explícito en la

ignorancia de Herodes.

La posible contradicción puede explicarse de varias formas. Puede

ser que Herodes realmente no había visto la Estrella a causa de un

período prolongado de mal tiempo. No es nada imposible si habían

transcurrido pocos días o semanas entre la aparición de la Estrella y

la llegada de los Reyes Magos, sobre todo si la Estrella apareció en

los meses entre enero y marzo cuando el clima en Jerusalén es

decididamente invernal. Otra posible explicación es que Herodes fue

mantenido en ignorancia: quizá sus cortesanos habían visto o

conocían de la existencia de la Estrella y, a sabiendas de su probable

significado, decidían que esa era una información que no les

interesaba hacer llegar al Rey. Desde luego, su posterior reacción (la

Matanza de los Inocentes) demuestra que un cortesano temerario por

su propio salud habría dudado en pasarle a Herodes unas noticias tan

desagradables.

Las opciones

Básicamente, todos los intentos de explicar la Estrella de Belén

entran en uno de tres categorías.

(I) La Estrella es un mito.

Algunos autores, preocupados por las inconsistencias entre los

evangelios de Lucas y de Mateo y por la falta de las palabras “con ello

se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta”, han sugerido que la

Estrella de Belén nunca existió. Esta gente apunta a que Jesús nació

en una época cuando ningún rey, ningún emperador, ni nació ni

falleció sin que se viera algún tipo de fenómeno celestial o terrenal

(un cometa, el nacimiento de una cabra con cinco patas, etc.) para

dar importancia al suceso. Puesto que Jesús era el rey más grande

de todos, la manifestación que señalizara su nacimiento tenía que ser

especialmente importante para convencer a los no creyentes de su

importancia. Para dar credibilidad a Jesús entre los paganos, Mateo

simplemente añadió a su evangelio un portento celestial

especialmente espectacular.

(II) La Estrella fue un suceso astronómico

Aunque la descripción de la Estrella ha sido modificada durante el

pasar de los años, en parte por razones “artísticas” y en parte porque

el evangelio de Mateo se escribió casi tres generaciones después de

verse la Estrella de Belén, Mateo describió un suceso astronómico

real. Puesto que hay muchas explicaciones astronómicas plausibles

de la Estrella de Belén, es solo una cuestión de tiempo y de lógica

para dilucidar cual es la correcta. Esta conclusión está fuertemente

apoyada por el hecho que muchos de los sucesos descritos en la

Biblia realmente sucedieron y han sido confirmados por los

historiadores. Además, la Biblia, en su mayor parte, se escribe como

un texto histórico que pretende relatar los hechos (por ejemplo, la

aparición de la Estrella de Belén) tal y como sucedían.

(III) La Estrella fue un suceso milagroso

La Estrella fue una manifestación de la mano de Dios. Nadie tiene que

justificar sus acciones y su a Él le plazca hacer brillar una estrella

dónde no había ninguna antes, no es para los científicos cuestionarlo.

Varios de los aspectos de la Estrella tal como se describe en Mateo

son impropios de un fenómeno celestial natural: las estrellas no se

mueven delante de los viajeros para guiarles y no se paran para

señalarles la llegada a su destino. Si tomamos literalmente la

descripción de Mateo y de Santiago, no existe ninguna posible

explicación científica.

Page 12: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD
Page 13: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

MINATO -3

Page 14: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

GEORGINA LANTIGUA -4

¿Quien es el Krampus, el duende

anti navidad?

El Krampus da nombre a una leyenda arraigada en zonas de Centro

Europa. Dice la leyenda en Navidad los niños buenos reciben regalos

de San Nicolas (papa noel) y los niños caprichosos y desobedientes

reciben la visita del Krampus un demonio que vive bajo tierra.

En Esoterismos hablamos del Krampus. En todas las culturas hay

alguna leyenda o personaje que asusta a los niños y se los lleva.

Como “el hombre del saco”, “el coco”. Este demonio llamado Krampus

cumple la misma función, pero es además el duende anti-navideño, lo

opuesto a Papa Nöel. Al Krampus se le conoce también como

Ruprecht, Pelzebock, Schmtzli. La antigüedad de Krampus se dice es

de hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de

Jesucristo. Se cree proviene de una aldea de los Alpes, por zonas de

Austria y Hungría. Dice la leyenda que Krampus suele aparecer por la

tarde de un 5 o 6 de diciembre, va espiando por las calles. Hace sonar

las campañas o cadenas oxidadas, se pasa dos semanas merodeando

por las calles. Se le representa como un diablo con unos cuernos

grandes y retorcidos y una lengua roja. Sus patas son como las de un

fauno y suele llevar una especie de canasta en la espalda que es

donde deposita a los niños malos que se quiere llevar. Al parecer los

habitantes de los pueblos se disfrazaban en épocas navideñas y salían

pidiendo comida y bebida por las calles, algo parecido a la celebración

de Halloween.

El Krampus es la otra cara de la Navidad. El 6 de diciembre es cuando

aparece San Nicolás (Papa Nöel) para premiar a los niños, igual

aparece el Krampus para castigar a los que no han sido obedientes. El

Krampus atormenta a los niños para que se arrepientan si no lo hacen

son capturados y llevados en su cesta hasta el infierno. La leyenda del

Krampus fue rechazada por la Iglesia católica al ser un demonio

pagano. Pero no se logro erradicar una tradición con tan arraigada.

A finales del siglo XX las fiestas de disfraces y reuniones sociales

recuperaron la figura del Krampus. Ahora los jóvenes de muchas zonas

de Europa como Austria y Hungría se disfrazan de Krampus mientras se

divierten y asustan a los niños. La tradición del Krampus en zonas

como Austria es tal que durante el día de San Nicolás, a la noche se le

llama Krampusnacht o noche del Krampus. Es tradición que algunos

adultos se vistan de Krampus y participen en un antiguo ritual llamado

“Carrera del Krampus” donde van disfrazados por la noche llevando

antorchas.

Page 15: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

¿Quien es el Krampus, el duende

anti navidad?

El Krampus da nombre a una leyenda arraigada en zonas de Centro

Europa. Dice la leyenda en Navidad los niños buenos reciben regalos

de San Nicolas (papa noel) y los niños caprichosos y desobedientes

reciben la visita del Krampus un demonio que vive bajo tierra.

En Esoterismos hablamos del Krampus. En todas las culturas hay

alguna leyenda o personaje que asusta a los niños y se los lleva.

Como “el hombre del saco”, “el coco”. Este demonio llamado Krampus

cumple la misma función, pero es además el duende anti-navideño, lo

opuesto a Papa Nöel. Al Krampus se le conoce también como

Ruprecht, Pelzebock, Schmtzli. La antigüedad de Krampus se dice es

de hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de

Jesucristo. Se cree proviene de una aldea de los Alpes, por zonas de

Austria y Hungría. Dice la leyenda que Krampus suele aparecer por la

tarde de un 5 o 6 de diciembre, va espiando por las calles. Hace sonar

las campañas o cadenas oxidadas, se pasa dos semanas merodeando

por las calles. Se le representa como un diablo con unos cuernos

grandes y retorcidos y una lengua roja. Sus patas son como las de un

fauno y suele llevar una especie de canasta en la espalda que es

donde deposita a los niños malos que se quiere llevar. Al parecer los

habitantes de los pueblos se disfrazaban en épocas navideñas y salían

pidiendo comida y bebida por las calles, algo parecido a la celebración

de Halloween.

El Krampus es la otra cara de la Navidad. El 6 de diciembre es cuando

aparece San Nicolás (Papa Nöel) para premiar a los niños, igual

aparece el Krampus para castigar a los que no han sido obedientes. El

Krampus atormenta a los niños para que se arrepientan si no lo hacen

son capturados y llevados en su cesta hasta el infierno. La leyenda del

Krampus fue rechazada por la Iglesia católica al ser un demonio

pagano. Pero no se logro erradicar una tradición con tan arraigada.

A finales del siglo XX las fiestas de disfraces y reuniones sociales

recuperaron la figura del Krampus. Ahora los jóvenes de muchas zonas

de Europa como Austria y Hungría se disfrazan de Krampus mientras se

divierten y asustan a los niños. La tradición del Krampus en zonas

como Austria es tal que durante el día de San Nicolás, a la noche se le

llama Krampusnacht o noche del Krampus. Es tradición que algunos

adultos se vistan de Krampus y participen en un antiguo ritual llamado

“Carrera del Krampus” donde van disfrazados por la noche llevando

antorchas.

Page 16: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

¿Quien es el Krampus, el duende

anti navidad?

El Krampus da nombre a una leyenda arraigada en zonas de Centro

Europa. Dice la leyenda en Navidad los niños buenos reciben regalos

de San Nicolas (papa noel) y los niños caprichosos y desobedientes

reciben la visita del Krampus un demonio que vive bajo tierra.

En Esoterismos hablamos del Krampus. En todas las culturas hay

alguna leyenda o personaje que asusta a los niños y se los lleva.

Como “el hombre del saco”, “el coco”. Este demonio llamado Krampus

cumple la misma función, pero es además el duende anti-navideño, lo

opuesto a Papa Nöel. Al Krampus se le conoce también como

Ruprecht, Pelzebock, Schmtzli. La antigüedad de Krampus se dice es

de hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de

Jesucristo. Se cree proviene de una aldea de los Alpes, por zonas de

Austria y Hungría. Dice la leyenda que Krampus suele aparecer por la

tarde de un 5 o 6 de diciembre, va espiando por las calles. Hace sonar

las campañas o cadenas oxidadas, se pasa dos semanas merodeando

por las calles. Se le representa como un diablo con unos cuernos

grandes y retorcidos y una lengua roja. Sus patas son como las de un

fauno y suele llevar una especie de canasta en la espalda que es

donde deposita a los niños malos que se quiere llevar. Al parecer los

habitantes de los pueblos se disfrazaban en épocas navideñas y salían

pidiendo comida y bebida por las calles, algo parecido a la celebración

de Halloween.

El Krampus es la otra cara de la Navidad. El 6 de diciembre es cuando

aparece San Nicolás (Papa Nöel) para premiar a los niños, igual

aparece el Krampus para castigar a los que no han sido obedientes. El

Krampus atormenta a los niños para que se arrepientan si no lo hacen

son capturados y llevados en su cesta hasta el infierno. La leyenda del

Krampus fue rechazada por la Iglesia católica al ser un demonio

pagano. Pero no se logro erradicar una tradición con tan arraigada.

A finales del siglo XX las fiestas de disfraces y reuniones sociales

recuperaron la figura del Krampus. Ahora los jóvenes de muchas zonas

de Europa como Austria y Hungría se disfrazan de Krampus mientras se

divierten y asustan a los niños. La tradición del Krampus en zonas

como Austria es tal que durante el día de San Nicolás, a la noche se le

llama Krampusnacht o noche del Krampus. Es tradición que algunos

adultos se vistan de Krampus y participen en un antiguo ritual llamado

“Carrera del Krampus” donde van disfrazados por la noche llevando

antorchas.

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¿Quien es el Krampus, el duende

anti navidad?

El Krampus da nombre a una leyenda arraigada en zonas de Centro

Europa. Dice la leyenda en Navidad los niños buenos reciben regalos

de San Nicolas (papa noel) y los niños caprichosos y desobedientes

reciben la visita del Krampus un demonio que vive bajo tierra.

En Esoterismos hablamos del Krampus. En todas las culturas hay

alguna leyenda o personaje que asusta a los niños y se los lleva.

Como “el hombre del saco”, “el coco”. Este demonio llamado Krampus

cumple la misma función, pero es además el duende anti-navideño, lo

opuesto a Papa Nöel. Al Krampus se le conoce también como

Ruprecht, Pelzebock, Schmtzli. La antigüedad de Krampus se dice es

de hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de

Jesucristo. Se cree proviene de una aldea de los Alpes, por zonas de

Austria y Hungría. Dice la leyenda que Krampus suele aparecer por la

tarde de un 5 o 6 de diciembre, va espiando por las calles. Hace sonar

las campañas o cadenas oxidadas, se pasa dos semanas merodeando

por las calles. Se le representa como un diablo con unos cuernos

grandes y retorcidos y una lengua roja. Sus patas son como las de un

fauno y suele llevar una especie de canasta en la espalda que es

donde deposita a los niños malos que se quiere llevar. Al parecer los

habitantes de los pueblos se disfrazaban en épocas navideñas y salían

pidiendo comida y bebida por las calles, algo parecido a la celebración

de Halloween.

El Krampus es la otra cara de la Navidad. El 6 de diciembre es cuando

aparece San Nicolás (Papa Nöel) para premiar a los niños, igual

aparece el Krampus para castigar a los que no han sido obedientes. El

Krampus atormenta a los niños para que se arrepientan si no lo hacen

son capturados y llevados en su cesta hasta el infierno. La leyenda del

Krampus fue rechazada por la Iglesia católica al ser un demonio

pagano. Pero no se logro erradicar una tradición con tan arraigada.

A finales del siglo XX las fiestas de disfraces y reuniones sociales

recuperaron la figura del Krampus. Ahora los jóvenes de muchas zonas

de Europa como Austria y Hungría se disfrazan de Krampus mientras se

divierten y asustan a los niños. La tradición del Krampus en zonas

como Austria es tal que durante el día de San Nicolás, a la noche se le

llama Krampusnacht o noche del Krampus. Es tradición que algunos

adultos se vistan de Krampus y participen en un antiguo ritual llamado

“Carrera del Krampus” donde van disfrazados por la noche llevando

antorchas.

ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

Page 18: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

¿Quien es el Krampus, el duende

anti navidad?

El Krampus da nombre a una leyenda arraigada en zonas de Centro

Europa. Dice la leyenda en Navidad los niños buenos reciben regalos

de San Nicolas (papa noel) y los niños caprichosos y desobedientes

reciben la visita del Krampus un demonio que vive bajo tierra.

En Esoterismos hablamos del Krampus. En todas las culturas hay

alguna leyenda o personaje que asusta a los niños y se los lleva.

Como “el hombre del saco”, “el coco”. Este demonio llamado Krampus

cumple la misma función, pero es además el duende anti-navideño, lo

opuesto a Papa Nöel. Al Krampus se le conoce también como

Ruprecht, Pelzebock, Schmtzli. La antigüedad de Krampus se dice es

de hasta diez mil años atrás, mucho antes del nacimiento de

Jesucristo. Se cree proviene de una aldea de los Alpes, por zonas de

Austria y Hungría. Dice la leyenda que Krampus suele aparecer por la

tarde de un 5 o 6 de diciembre, va espiando por las calles. Hace sonar

las campañas o cadenas oxidadas, se pasa dos semanas merodeando

por las calles. Se le representa como un diablo con unos cuernos

grandes y retorcidos y una lengua roja. Sus patas son como las de un

fauno y suele llevar una especie de canasta en la espalda que es

donde deposita a los niños malos que se quiere llevar. Al parecer los

habitantes de los pueblos se disfrazaban en épocas navideñas y salían

pidiendo comida y bebida por las calles, algo parecido a la celebración

de Halloween.

El Krampus es la otra cara de la Navidad. El 6 de diciembre es cuando

aparece San Nicolás (Papa Nöel) para premiar a los niños, igual

aparece el Krampus para castigar a los que no han sido obedientes. El

Krampus atormenta a los niños para que se arrepientan si no lo hacen

son capturados y llevados en su cesta hasta el infierno. La leyenda del

Krampus fue rechazada por la Iglesia católica al ser un demonio

pagano. Pero no se logro erradicar una tradición con tan arraigada.

A finales del siglo XX las fiestas de disfraces y reuniones sociales

recuperaron la figura del Krampus. Ahora los jóvenes de muchas zonas

de Europa como Austria y Hungría se disfrazan de Krampus mientras se

divierten y asustan a los niños. La tradición del Krampus en zonas

como Austria es tal que durante el día de San Nicolás, a la noche se le

llama Krampusnacht o noche del Krampus. Es tradición que algunos

adultos se vistan de Krampus y participen en un antiguo ritual llamado

“Carrera del Krampus” donde van disfrazados por la noche llevando

antorchas.

ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

Page 19: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

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ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

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ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

Page 22: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

ULISES PANIAGUA -5EL CUMPLEAÑOS DE SLOVANA

Personajes:Slovana (Mujer cercana a los treinta años, hija de padres provenientes de Europa Oriental, que llegaron a vivir a México tras una persecución política)Acto Único(Es nochebuena. Un basurero sobre una calle cualquiera, adaptado lo mejor posible para simular la sala de una casa)Slovana: (vistiendo únicamente un elegante abrigo navideño, se dirige al público) 

Es así como lo cuento: llega un tipo cualquiera; velludo, tosco, ignorante. Sí, debió ser un tipo, porque en aquéllos años a las mujeres ni siquiera nos tomaban en cuenta; nos consideraban inferiores a los animales. Cada vez que tratábamos de abrir la boca, querían cerrárnosla a bofetadas, o con terapias sicóticas, a base de padres nuestros y aves marías. Aunque, analizándolo con atención, no hay tanta diferencia al día de hoy como pudiera suponerse; quiero decir, la libertad de muchas mujeres de hoy en día sigue siendo un mito, ¿o me equivoco?…Pero ese no es el punto. No vine aquí para insultar, ni para culpar o denunciar cuan cerdos, machistas y necios puede resultar los integrantes de esa salvaje manada de alopécicos ordinarios, que son los hombres.Vine para contar mi historia: llega un bruto cualquiera, y les dice a los demás: Hoy, a tanto de tantos, se institucionalizará el día de Acción de Gracias. A partir de hoy, cada año celebraremos el día de Acción de Gracias en esta fecha. Y todos, vestidos de pavos gordos, aplauden. Luego, llega un presidente megalómano (ya ven que casi no se les da eso de la vanidad a los políticos). Pospone el día de festejar la Independencia de su país hasta el día siguiente, ¡sólo para poder festejar el día de su santo en la fecha de la fiesta nacional! Todo su gabinete, conformado por ratoncillos glotones, y por tipos estirados que semejan tripas amarillentas, aplauden. A partir de entonces, celebramos la Independencia de nuestro país un día después de la fecha exacta, para atender la voluntad de un dictador...De esta forma se organizó nuestro calendario moderno: a través de simples caprichos personales, religiosos y políticos.Pues bien. Se preguntarán a qué quiero llegar. Dirán: esta mujer no es sino una de esas histéricas, revoltosas, mal folladas, que se pasan la vida insultando a los gusanos asquerosos de los hombres. Pues no. No soy ese tipo de mujer; aunque eso no hace a los hombres menos gusanos. Se trata de un acto de justicia. ¡Sí, señores, demando un poco de atención y justicia¡ ¡Porque, para mi mala fortuna, como acontece en los otros casos, un día como cualquier otro llega un tarado, y se le ocurre decir, asegurar, ¡afirmar!...que un día 24 de diciembre nació el niño Dios, Jesucristo, o Chuchito pa´ los cuates. Y desde entonces, cada año se celebra la Nochebuena, y posteriormente su cursilera…dije cursilera…Navidad. Y yo, una pobre víctima de ese bárbaro sistema, no me he podido desprender del estigma desde entonces.Ese maldito (seguro fue  alguno de esos fanáticos), al escoger esa fecha, no tenía idea de todas las penalidades que me haría pasar en mi vida.

Ese… pedazo insano de Santa Claus… no sabe el grado de neurosis que ha llegado a anidar dentro de mi cabeza, el odio profundo que se incuba en mi corazón desde entonces. Imagínense: la niña Slovana… ah pero claro; lamento no haberme presentado desde un inicio; que desatenta he sido: Slovana es mi nombre, así me pusieron mis padres que venían huyendo del dictador de un país ubicado en la Europa Oriental. Cuando llegamos a México, escapábamos de la miseria, de la desigualdad económica, de la violencia y los abusos de poder. Era un pueblo horrible… gracias a nuestra buena fortuna que vinimos a parar a este país, donde no se presenta ninguno de estos vicios… aquí todo es progreso y justicia… Señora… ¡no veo motivo para reírse! ¿Acaso desconfía de la capacidad intelectual de sus políticos?En fin, que no vine a hablar de la Historia; sino de mi  pequeña tragedia personal: La niña Slovana cumple tres años. Apenas tiene edad suficiente para comprender lo que recién le ha dicho la abuela; que los cumpleaños son días muy particulares donde nuestros papás nos compran pasteles jugosos, y nuestros amigos vienen a jugar con nosotros a una fiesta bonita, para traernos regalos; una reunión donde primos y amigos entonan una hermosa melodía para celebrar que tenemos un año más de vida. La niña Slovana se pone feliz: sabe que su cumpleaños se festeja esta semana, para ser exactos, la noche del 24 de diciembre. A los tres años, por supuesto, no tiene un recuerdo inmediato de la Nocheabuena del año anterior. Slovana prepara su mejor ropita para ese día; solicita que le hagan trencitas, usando unos moños amarillos; hasta le pide a su mamá que le compre una vestidito rosa, para celebrar. Pero, ¿qué sucede? Llega la Nochebuena; en lugar de un pastel jugoso, lleno de velitas, papá llega a casa con un rechoncho cerdito horneado; un animalito recostado sobre una cama de lechugas y aceitunas, humillado con una manzana rojísima entre su boca muerta. Pobre cerdito, ¿qué crimen podía haber cometido el cachorro para que se le tratara de esta forma? Entonces pensé: ¿qué clase de pastel es éste? ¿Soy integrante de una familia  caníbal, o qué?... Enseguida entra el tío Trotskov, disfrazado de San Nicolás. Viene excesivamente ebrio, y enseña una panza asquerosa en medio de su disfraz (la panza era lo único que lo asemejaba a Santa Claus). Entra dando trompicones y se va de bruces sobre las cenizas de la bisabuela Natasha, desperdigándolas por todo el lugar. Luego se pone a recoger ceniza por ceniza, para guardarla en la cajita; una vez que junta todas las cenizas, extiende la cajita y me la acerca. ¡Feliz navidad, pequeña Slovana! ¡Te traje este presente!, me dice el muy cabrón. Y me rocía las cenizas de la bisabuela sobre la cabeza. ¡Está nevando!!Nieve de los cárpatos!...!Merry Christmas gringas, sin Perestroika ni muro de Berlín!...me dice el desgraciado panzón. Y luego, un par de primos se le acercan y se ponen a bailar el kasashov, ¿cómo dicen ustedes?, ah sí, desmadrando las matrushkas de la abuela con sus pataleos.Para qué quejarme, dirán ustedes: era una fiesta completa; hubo un pastel… de carne, un obsequio sobre mi cabeza,  y cantos celebratorios. Claro que después tíos y primos acabaron en una guerra a botellazos de vodka, y a los niños nos mandaron a dormir de inmediato. Como supondrán, estuve inmensamente triste durante esa noche, no porque hayan echado a perder la Nochebuena, sino porque con tanto ajetreo ninguno de esos zánganos se acordó de felicitarme por mi cumpleaños. Hasta a la abuela le pasó desapercibido, por salir a buscar a la más joven de mis tías, que se fugó esa misma noche con un estudiante de ciencias políticas de una comuna cercana.

Ahora que soy grande, entiendo su preocupación: su destino al lado de un politólogo estaría no sólo predestinado a la miseria, sino a soportar día a día sus interminables peroratas de lo mal que estaba el mundo, y las mejores soluciones para enmendar el juego siniestro entre un neoliberalismo sociópata, y un socialismo tan caduco como los restos de Stanlin. Pero entonces yo era muy pequeña y no entendía nada. Sólo podía sentir un dolor inmenso en mi pequeña alma; un vacío interminable porque nadie se había acercado para darme un abrazo de cumpleaños… Me dije a mi misma que los siguientes cumpleaños no podían ser peores…pero lo fueron. A partir de ese recuerdo cada año las Nochebuenas con mi familia eran más insoportables; las borracheras enormes y los desmadres…excesivos. Y ninguno de esos malditos años, mi familia recordó mi cumpleaños, ni siquiera por accidente. Así cumplí cuatro, ocho, diecisiete, veintiséis…ochenta y tres….bueno, tal vez estoy exagerando… murieron el abuelo y el tío Lenin. Mis padres se divorciaron. La prima Kumikova, quien había sido una famosa tenista hace veinticinco años, ahora estaba gorda como una piñata mexicana, y no precisamente rellena de colación. Corrieron los días hasta llegar al día de ayer. Nadie se acordó jamás. Dirán que jamás es una palabra demasiado absoluta para utilizarse. Pues bien: les reafirmo, que nunca nadie jamás ninguno alguno uno solo una sola en absoluto jamás de los jamases, recordaron mi cumpleaños. ¡Desgraciados! Y mi interior se fue desbordando; primero en un mar de llanto y tristeza; luego en una lluvia de reproches y amenazas, y al final en un recalcitrante y amargo odio contra todo lo navideño, sobre todo lo navideño americano: odiaba a Micky Mouse, con sus orejas de fenómeno y su carita tierna, cuando entonaba desafinado sus villancicos insulsos con el retrasado mental de Goofy. No soportaba los árboles navideños; esos pinos de plástico, más falsos que el Antiguo Testamento, a los que intentaban dotar de un gramo de vida con un miserable olor a bosque impregnado de químicos. ¿Santa Claus? Ni pensarlo. Cada vez que lo veía me parecía estar viendo a Rasputín encubierto bajo los principios capitalistas de la temporada. Además, yo siempre le he visto a Santa Claus cara de pederasta. Yo no sé cómo pueden permitir que los niños se retraten con tan espantoso personaje; yo no le encargaría un hijo, si lo tuviera, ni por cinco minutos. Mi odio hacia lo norteamericano vino en aumento… Me acuerdo que un día estábamos viendo la televisión en Navidad y a alguien se le ocurrió comentar que George Bush tenía raíces judías. No sé de dónde sacaron la idea; creo que fue del tío Trotskov, que era un asno por naturaleza, que seguro oyó un chisme en alguna cantina de la Colonia Guerrero, y lo tomó por una verdad irrebatible. El caso es que estaba toda la familia alegando si Bush era judío, o norteamericano. Entonces Slovana, tan antiyanqui como siempre, se para en medio del cuarto y sentencia: Bush no es judío, ni norteamericano: es culero. Y todos me dieron la razón. Es el único día que mi rencor fue bien recibido por los demás.Las piñatas en las posadas me traumaron; cada ocasión que rompíamos una y me lanzaba sobre los dulces, resbalaba al pisar alguna mandarina aguada, y me sangraban las manos al caer de lleno sobre las astillas de la olla de barro. Claro que en víspera de Nochebuena lo usé como penitencia, una especie de autoflagelación para ascender mi preocupación a grado de rito. Iba a las posadas y me arrojaba sobre la piñata sólo para sangrarme las manos, y olvidar mediante el dolor físico mi terrible amargura existencial…

Se preguntarán que pasó después. Lo evidente. La niña Slovana se fue llenando de odio, hasta transformarse en el Ángel de la Venganza. Esperé paciente durante muchos años. Aunque durante la espera, hubo momentos en que intente dejar atrás mi rencor, andando de trotamundos. Viaje a la vieja Europa para encontrarme con mis orígenes. Me pareció doblemente fría: en clima y en hospitalidad. Además, las chapas rojas y redondas de mis compatriotas, y sus ojos pequeñitos me producían una risa incontrolable, que no me permitía mantener una conversación duradera con nadie. Les veía cara de playmovil. Me los imaginaba encaramados a las velas del barco pirata, u operando pacientes dentro de un quirófano de juguete. Como antítesis, demostrando mi rebeldía, se me ocurrió viajar a los Estados Unidos para comparar el estilo de vida; tuve que salir corriendo porque me parecía que en cualquier momento un violento xenofóbico medio nazi me podía quemar con leña verde, o que un negro impresionante de más de dos metros, y bien dotado, pudiera abusar de mi; lo peor, por supuesto, era lo del negro, pues corría el riesgo de que me pudiera gustar. Norteamérica, en cambio, no me gustó. La gente era gorda, y no comía…tragaba, ¡devoraba! enormes salchichas y hamburguesas con desesperación, sin masticar, arrojando fuera de sus bocas repugnantes trozos de carne y chorros de mostaza. Digamos que fue una experiencia embutida y espeluznante. Me olvidé de viajar. Aún con ello, mi vida pudo haber sido otra. Tuve algunos novios formales, y algunos otros express con los que hubo grandes recuerdos; pero todas las relaciones terminaban mal porque en el fondo yo sabía que debía estar preparada para el momento. Andaba con ellos de enero a noviembre, y luego, cuando se acercaba el último mes del año, los mandaba a la…Siberia lejana, desterrados de mi corazón. No me culpen, tenía que cumplir mi meta. Además, todos, en algún momento, me recordaban al tío Trostkov o a mi padre, por brutos e insensibles. Y a los que tenían algunos kilitos de más, les veía la cara  del marranito con todo y manzana en la boca. Era aterrador. Consciente del punto crítico al que había llegado mi vida por culpa de mis traumas de infancia, decidí que no podía dejar pasar por alto mi ira. La señal sería el año que volvieran a cocinar cerdito. Para su buena o mala fortuna, durante años no se decidieron a cocinar al lechón. Hasta se daban el lujo de inventar platillos los muy cobardes. Yo creo que presentían un atentado casero. Así vi desfilar año con año, pavos rellenos de picadillo, de jamón, de pavo, de jamón de pavo, de picadillo de jamón de pavo…carne sobre carne, una cosa asquerosa; también vi suculentos budines, gelatinas, pasteles (que obviamente no venían acompañados de velitas para celebrar); y de vez en vez romeritos con mole; bacalao, caviar, y otros tantos platillos que no hacían más que acrecentar mi ansiedad. Pero el cerdito no llegaba.Hasta que ayer, precisamente ayer, mi paciencia se vio recompensada. Lo vi entrar a la  casa, radiante. Sus carnes rosadas y jugosas se estremecían al paso del tío Trostkov, que lo traía en brazos sobre una cama de lechuga y aceitunas. De pronto sentí que el cerdito se elevaba con dos poderosas alas, magnífico, como un serafín que ascendía a los aires, volaba por encima de la cabeza de mis parientes; llegaba a mi, para llenar mi mejilla con suculentos besos amorosos y trompudos, y con voz angelical me susurraba: Dios, en su infinita gracia, te ha concedido el momento. Es hora…Oink, oink.Toda la rabia contenida se desbordó. De inmediato me dirigí a mi recámara, y saqué del cajón de mi buró, un viejo disfraz de Santa Claus, tan desaliñado, que me dejaba al descubierto la panza. Debajo de la cama, extraje un pastel enorme y jugoso, al que le había colocado cerca de treinta y dos o treinta y tres velitas…

hasta yo perdí la cuenta del número exacto del cumpleaños que festejaba. Luego, de entre la funda de la almohada saqué una botella de vodka pirata que guardaba celosamente, y me la bebí en tres tragos. Si una botella de vodka produce efectos espantosos, imagínense lo que puede hacer un vodka pirata.Salí a la sala de la casa dispuesta a todo. Cuando llegué a donde estaba el tío Trostkov; éste se me quedó mirando con la boca abierta (tal era la imagen y la peste que yo despedía). No pude soportar su cara de estúpido y le apliqué un puñetazo en pleno rostro; que le hizo brotar de la nariz, un borbotón de sangre más rojo que un gorro navideño. Todos se quedaron atónitos. Me miraban como si se hallaran ante la visita de los Reyes Magos. Tomé las figuras del nacimiento y una por una, me las tallé entre las axilas, de manera muy gráfica; otras tantas, me las pasé por partes pudendas que no quiero siquiera mencionar, y se las fui arrojando una a una a los sobrinos que venían de visita desde las lejanas tierras: a éste pequeño le zumbaba en la oreja, a aquél casi le saco el ojo con el San José, al otro casi le provoco un derrame cerebral con el pesebre. ¡Tomen, tomen su navidad, cabrones!, les grité de forma un poco violenta. Luego me vendé los ojos, de manera tramposa, pues había una rendija por la que alcanzaba a ver, y perseguí al abuelo Romanov, que está enfermo de artritis, por todos los rincones de la sala, al grito de ¡Dale, dale, dale…dale al socialismo; rómpele la madre…al capitalismo!...En honor  a la verdad debo decir que el tío Romanov se portó valiente; ágil esquivo dos o tres golpes que intentaban alcanzarlo; y los palos que sí atiné a propinarle, los recibió sin ninguna queja, sin ninguna mala palabra de su parte, como un valiente cosaco. Bueno, el tío Romanov es mudo, ¡pero eso no hace menos evidente su heroísmo!...Al final, el número estelar. Amenazante, ante el alboroto de los concurrentes, me acerqué al árbol navideño, a ese símbolo plástico de nuestra destrucción ambiental, de nuestro planeticidio…lo rocié con el chorro de vodka pirata que me quedaba….y ¡fiiuuuuu! Estallaron los fuegos artificiales. Ardía el árbol como la ciudad de Belén, el día de la furia de Herodes. Ardía como Godoma y Somorra, o como Sodoma y Gomorra, o como se llamen. Corrí entre los presentes, escapando a sus intentos vanos de atraparme; empuñando un terrible y regordete pastel me encaminé hasta la abuela, sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar. La abuela temblaba como un ratoncito, allí, sentada en su silla de ruedas, cubiertas sus piernitas con una colcha ucraniana. Lento, como en una pesadilla para ella, y en un sueño inimaginable y placentero para mí, me acerqué, mientras me cantaba yo misma el Happy Birthday to you, para no desentonar con lo gabacho; luego apagué las velas silenciosamente, y entonces, como en cámara lenta, en esa noche mágica y especial…le zambullí el pastel a la abuela en pleno rostro, retorciéndoselo numerosamente, adentrándole el chantilly entre las fosas nasales ¡Feliz navidad…jo, jo, jo, bola de mugrosos!, dije enloquecida…¡les apuesto lo que quieran a que este cumpleaños de Solvana no lo van a olvidar nunca, hijos de puta!

            (Slovana hace una pausa; saca de el bolsillo de su abrigo un rey mago

sin cabeza, y lo contempla ensimismada)

Así quedó mi familia después del incidente, como un Rey Mago descabezado, como un nacimiento sin sus bueyes y sin burros…bueno, bueyes y burros teníamos bastantes en la familia, pero no navideños. Por supuesto, me echaron de la casa. Formaron un juicio sumario y me desterraron. Para mi fue mucho mejor eso que estar encerrada de por vida en ese campo de concentración; tanto olvido me tenía harta… ¿Qué va a pasar en un futuro próximo? ¿Me recibirá mi familia de vuelta, arrepentida por tanto dolor que me infligió ignorando mis aniversarios, y sobre todo, avergonzada por haberme echado de la casa? ¿Me molerán a palos si vuelvo, e invadirán mi recámara con sus estupideces, como cuando los aliados invadieron Checoslovaquia? ¿Cesará este frío iceberg infinito de la incomunicación familiar?¿Ya le habrán extraído, de las fosas nasales, el chantilly a la abuela?¿Lloraran todos al árbol de Navidad incendiado, como Pepe el Toro le lloro a su “Torito”? Son preguntas que cada minuto vienen a mi cabeza…y que me tienen sin cuidado. Con la cajita que le robé a la abuela, que guardaba bajo las duelas de su recámara, y con el reloj de oro macizo del tío Trostkov, pienso darme la gran vida. Lo que pase en esa casa, me tiene sin cuidado. Como me tienen sin cuidado la Perestroika, el Neoliberalismo, o esa fotografía del actual presidente, que a mí se me hace que sí es judío…Por lo pronto, ya me compré un pastelito de cumpleaños, medianito, algo humilde, para no pecar de gula en un día tan católico como éste. Ahora (saca unas velitas, las coloca con paciencia y las enciende), procedo a llenar mi vida de luz (entra bajo música de villancicos); y en compañía de ese grupo de niños que canta de manera angelical en la casa vecina, a donde sé que por fortuna nunca seré invitada, me procuro a mi, como debí haberlo hecho desde mi aniversario número tres.¡Damas y caballeros, con ustedes: el cumpleaños de Slovana! (Slovana canta melodiosa)… ¡Happy birthday to me! ¡Happy birthday to me! ¡Aunque me cague el estilo gringo, Slovana…happy birthday to me! (Slovana sopla y apaga las velas del pastel)

(Oscuro total. Entra música de villancicos versión cumbia)Fin

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ESLÓGANES:"PAPA NOEL ES UN EJEMPLO: LA NAVIDAD ENGORDA"

"PARA TENER UN AÑO ESTELAR, NO HACE FALTA REGALAR"

"HAGAMOS UNA NAVIDAD DIFERENTE"

"SI QUIERES DISFRUTAR, MALGASTAR... LLAMA A TU AMIGO BALTASAR"

"NAVIDAD: CONSUMIR PREFERENTEMENTE ANTES DEL 6 DE ENERO"

"NAVIDAD CERO EN EL MUNDO ENTERO"

"MENOS ESTUDIAR Y MAS DESCANSAR"

"STOP CONSUMISMO"

"NAVIDAD TRISTE, EL OLENTZERO NO EXISTE"

"NAVIDAD Y CONSUMO NO SON SINÓNIMOS"

"EN NAVIDAD MUCHO TURRÓN Y CONSUMO EN ACCIÓN"

"PENSAR EN LOS DEMÁS NO HACE DAÑO, AUNQUE SEA NAVIDAD”

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SANTUTXU -6

LUCHO ROSSELL -7

PAMPERO -8NACIÓ EN BELÉN?

El censo romano en PalestinaJesús conoció del censo realizado en el tiempo en que él nació. El censo fue un instrumento de control que empleó Roma en sus dominios. El realizado en Israel, según Lucas, fue ordenado por Publio Sulpicio Quirino, legado de Roma en la provincia de Siria. El censo comprendía dos etapas: el registro y la recaudación. La primera etapa consistía en levantar un inventario o catastro de personas y propiedades en todo el país. En la segunda etapa, se asig­naban a cada persona los impuestos correspondientes y se comenzaba a cobrarlos. La segunda etapa, la que algunos investigadores llaman simplemente “censo”, parece haber tenido lugar hacia el año 6 des­pués de nacer Jesús. Según estos datos, el nacimiento de Jesús habría ocurrido durante la primera etapa, la del registro. Aquel censo consagró formalmente la sumisión del pueblo de Israel al imperio romano. A partir del censo, Palestina fue una provincia de Roma. Al escribir su evangelio, Lucas se interesó particularmente por este hecho histórico y político, ya que los viajes de una región a otra que el censo provocó en todo el país, justificaban el traslado de José y María a Belén y le permitían este recurso literario-teológico para su narración. 

Jesús, “el de Nazaret”Sólo Lucas y Mateo hacen nacer a Jesús en Belén. Ni Marcos ni Juan lo afirman, ni siquiera incluyen un solo relato de la infancia de Jesús en sus evangelios. Y siempre se refieren a él como Jesús “de Nazaret”, dando a entender de esta forma que había nacido allí, ya que en un tiempo en que no existían los apellidos era costumbre expresar así la identidad originaria de las personas. Hay otros ejemplos en el Nuevo Testamento: Saulo de Tarso (Hechos, 9,1), José de Arimatea (Marcos 15,43), Lázaro de Betania (Juan 11,1). El primer evangelio en ser escrito, el de Marcos, se refiere explícitamente a Nazaret como la “tierra natal” de Jesús (Marcos 6,1). Jesús mismo afirma que Nazaret es “su tierra” (Marcos 6,4).

Para todos, Jesús era “el Nazareno”, otra forma de decir que había nacido en Nazaret.

El linaje de DavidHaciendo nacer a Jesús en Belén, la ciudad de David, el rey más amado de los israelitas, Lucas quería establecer entre él y el gran rey de Israel una relación no sólo simbólica, sino además familiar. Lucas y Mateo quisieron presentar a Jesús como heredero del linaje de David. Y Mateo, que escribía para comunidades de origen judío, eligió Belén para presentar a Jesús como el Mesías esperado. Situando en Belén su nacimiento, demostraba que en Jesús se cumplía la profecía de Miqueas (Miqueas 5,1-3). Los evangelistas hacían teología a partir de la historia. Y también hacían “historia” a partir de la teología que les interesaba compartir con las comunidades para las que escribieron.

Belén, “donde nació Occidente”Belén era una ciudad importante cuando Jesús nació. Está situada a unos 10 kilómetros al sur de Jerusalén. Hoy es una ciudad perteneciente a la Autoridad Palestina, en donde conviven cristianos y musulmanes. En la ciudad destaca la Basílica de la Natividad, construida hace 1,500 años y todavía en pie. Es uno de los templos cristianos más antiguos del mundo.Aunque Jesús no nació en Belén, el nombre de esta ciudad estará vinculado para siempre a él y a lo que Jesús ha representado para la cultura de toda la Humanidad. En las celebraciones del año 2000 lo expresaba hermosamente el afiche conmemorativo que elaboró la Autoridad Palestina: Belén: donde nació Occidente.

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PAMPERO -8NACIÓ EN BELÉN?

El censo romano en PalestinaJesús conoció del censo realizado en el tiempo en que él nació. El censo fue un instrumento de control que empleó Roma en sus dominios. El realizado en Israel, según Lucas, fue ordenado por Publio Sulpicio Quirino, legado de Roma en la provincia de Siria. El censo comprendía dos etapas: el registro y la recaudación. La primera etapa consistía en levantar un inventario o catastro de personas y propiedades en todo el país. En la segunda etapa, se asig­naban a cada persona los impuestos correspondientes y se comenzaba a cobrarlos. La segunda etapa, la que algunos investigadores llaman simplemente “censo”, parece haber tenido lugar hacia el año 6 des­pués de nacer Jesús. Según estos datos, el nacimiento de Jesús habría ocurrido durante la primera etapa, la del registro. Aquel censo consagró formalmente la sumisión del pueblo de Israel al imperio romano. A partir del censo, Palestina fue una provincia de Roma. Al escribir su evangelio, Lucas se interesó particularmente por este hecho histórico y político, ya que los viajes de una región a otra que el censo provocó en todo el país, justificaban el traslado de José y María a Belén y le permitían este recurso literario-teológico para su narración. 

Jesús, “el de Nazaret”Sólo Lucas y Mateo hacen nacer a Jesús en Belén. Ni Marcos ni Juan lo afirman, ni siquiera incluyen un solo relato de la infancia de Jesús en sus evangelios. Y siempre se refieren a él como Jesús “de Nazaret”, dando a entender de esta forma que había nacido allí, ya que en un tiempo en que no existían los apellidos era costumbre expresar así la identidad originaria de las personas. Hay otros ejemplos en el Nuevo Testamento: Saulo de Tarso (Hechos, 9,1), José de Arimatea (Marcos 15,43), Lázaro de Betania (Juan 11,1). El primer evangelio en ser escrito, el de Marcos, se refiere explícitamente a Nazaret como la “tierra natal” de Jesús (Marcos 6,1). Jesús mismo afirma que Nazaret es “su tierra” (Marcos 6,4).

Para todos, Jesús era “el Nazareno”, otra forma de decir que había nacido en Nazaret.

El linaje de DavidHaciendo nacer a Jesús en Belén, la ciudad de David, el rey más amado de los israelitas, Lucas quería establecer entre él y el gran rey de Israel una relación no sólo simbólica, sino además familiar. Lucas y Mateo quisieron presentar a Jesús como heredero del linaje de David. Y Mateo, que escribía para comunidades de origen judío, eligió Belén para presentar a Jesús como el Mesías esperado. Situando en Belén su nacimiento, demostraba que en Jesús se cumplía la profecía de Miqueas (Miqueas 5,1-3). Los evangelistas hacían teología a partir de la historia. Y también hacían “historia” a partir de la teología que les interesaba compartir con las comunidades para las que escribieron.

Belén, “donde nació Occidente”Belén era una ciudad importante cuando Jesús nació. Está situada a unos 10 kilómetros al sur de Jerusalén. Hoy es una ciudad perteneciente a la Autoridad Palestina, en donde conviven cristianos y musulmanes. En la ciudad destaca la Basílica de la Natividad, construida hace 1,500 años y todavía en pie. Es uno de los templos cristianos más antiguos del mundo.Aunque Jesús no nació en Belén, el nombre de esta ciudad estará vinculado para siempre a él y a lo que Jesús ha representado para la cultura de toda la Humanidad. En las celebraciones del año 2000 lo expresaba hermosamente el afiche conmemorativo que elaboró la Autoridad Palestina: Belén: donde nació Occidente.

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PAMPERO -8NACIÓ EN BELÉN?

El censo romano en PalestinaJesús conoció del censo realizado en el tiempo en que él nació. El censo fue un instrumento de control que empleó Roma en sus dominios. El realizado en Israel, según Lucas, fue ordenado por Publio Sulpicio Quirino, legado de Roma en la provincia de Siria. El censo comprendía dos etapas: el registro y la recaudación. La primera etapa consistía en levantar un inventario o catastro de personas y propiedades en todo el país. En la segunda etapa, se asig­naban a cada persona los impuestos correspondientes y se comenzaba a cobrarlos. La segunda etapa, la que algunos investigadores llaman simplemente “censo”, parece haber tenido lugar hacia el año 6 des­pués de nacer Jesús. Según estos datos, el nacimiento de Jesús habría ocurrido durante la primera etapa, la del registro. Aquel censo consagró formalmente la sumisión del pueblo de Israel al imperio romano. A partir del censo, Palestina fue una provincia de Roma. Al escribir su evangelio, Lucas se interesó particularmente por este hecho histórico y político, ya que los viajes de una región a otra que el censo provocó en todo el país, justificaban el traslado de José y María a Belén y le permitían este recurso literario-teológico para su narración. 

Jesús, “el de Nazaret”Sólo Lucas y Mateo hacen nacer a Jesús en Belén. Ni Marcos ni Juan lo afirman, ni siquiera incluyen un solo relato de la infancia de Jesús en sus evangelios. Y siempre se refieren a él como Jesús “de Nazaret”, dando a entender de esta forma que había nacido allí, ya que en un tiempo en que no existían los apellidos era costumbre expresar así la identidad originaria de las personas. Hay otros ejemplos en el Nuevo Testamento: Saulo de Tarso (Hechos, 9,1), José de Arimatea (Marcos 15,43), Lázaro de Betania (Juan 11,1). El primer evangelio en ser escrito, el de Marcos, se refiere explícitamente a Nazaret como la “tierra natal” de Jesús (Marcos 6,1). Jesús mismo afirma que Nazaret es “su tierra” (Marcos 6,4).

Para todos, Jesús era “el Nazareno”, otra forma de decir que había nacido en Nazaret.

El linaje de DavidHaciendo nacer a Jesús en Belén, la ciudad de David, el rey más amado de los israelitas, Lucas quería establecer entre él y el gran rey de Israel una relación no sólo simbólica, sino además familiar. Lucas y Mateo quisieron presentar a Jesús como heredero del linaje de David. Y Mateo, que escribía para comunidades de origen judío, eligió Belén para presentar a Jesús como el Mesías esperado. Situando en Belén su nacimiento, demostraba que en Jesús se cumplía la profecía de Miqueas (Miqueas 5,1-3). Los evangelistas hacían teología a partir de la historia. Y también hacían “historia” a partir de la teología que les interesaba compartir con las comunidades para las que escribieron.

Belén, “donde nació Occidente”Belén era una ciudad importante cuando Jesús nació. Está situada a unos 10 kilómetros al sur de Jerusalén. Hoy es una ciudad perteneciente a la Autoridad Palestina, en donde conviven cristianos y musulmanes. En la ciudad destaca la Basílica de la Natividad, construida hace 1,500 años y todavía en pie. Es uno de los templos cristianos más antiguos del mundo.Aunque Jesús no nació en Belén, el nombre de esta ciudad estará vinculado para siempre a él y a lo que Jesús ha representado para la cultura de toda la Humanidad. En las celebraciones del año 2000 lo expresaba hermosamente el afiche conmemorativo que elaboró la Autoridad Palestina: Belén: donde nació Occidente.

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RAN KIRLIAN -9

BELENES ALTERNATIVOS

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ARMABLANCA-10

ANTINAVIDAD

Llega la Navidad!!!Esas fiestas durante las cuales nos creemos mejores personas, simplemente por el hecho de dar a los otros lo que, durante el resto del año les negamos. Esas fiestas del consumo que eran, antaño, simplemente días "entrañables" y "familiares" ...pero que ahora (encima) sirven de excusa para incrementar el volumen de compraventa de artículos fútiles. Esas fiestas en las que intercambiamos regalitos una vez al año, para intentar olvidar nuestra infelicidad. Pero ni siquiera son regalos que nos salen "de corazón"... NO... salen de la tele! Regalamos artículos convencionales que nos venden los publicitarios por encargo de las multinacionales. Regalamos productos inútiles, corbatas que nunca nadie se pondrá, juguetes sexistas hechos de plástico contaminante y que acabarán tirados en la basura...

Papa Noël y Sus Majestades los Reyes Magos son responsables de la explotación de miles de obreros que trabajan en condiciones infrahumanas, en factorías de países del tercer Mundo, tejiendo corbatas horteras y ensamblando muñecas que mean y marines yankies de escala 1:10. Y también son responsables de la destrucción de los bosques, de la contaminación de los ríos... de todos los recursos naturales que se esquilman y dilapidan para que en Occidente, cada año, tengamos Navidad. Para que cada año, nos pongamos la careta de buenas personas, hagamos nuestras "buenas obras", y recarguemos las pilas de nuestra conciencia hasta el año siguiente. Y sobre todo, para que cada año, la cartera de los poderosos engorde un poco más, para que su año económico se cierre con números más redondos. El regalo de verdad se lo hacemos a carlos slim (entre otros)... a todas las macro-empresas que viven de poner etiquetas navideñas a sus productos de consumo. La navidad es la fiesta del CONSUMISMO. Nada más, nada menos.

Esto es, en esencia, la navidad... cabe preguntarse. ¿Qué clase de cultura es capaz de celebrar así el nacimiento de su presunto Dios? Si es verdad que el niño Jesús está ahí arriba, o en una de las cuatro esquinitas de mi cama... o donde sea... y si era tan jipi como se dice, se tiene que estar retorciendo de dolor, así que estará alegre de que nosotros ahora queramos CARGARNOS LA NAVIDAD!

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Ventura -11

ARMABLANCA-10

ANTINAVIDAD

Llega la Navidad!!!Esas fiestas durante las cuales nos creemos mejores personas, simplemente por el hecho de dar a los otros lo que, durante el resto del año les negamos. Esas fiestas del consumo que eran, antaño, simplemente días "entrañables" y "familiares" ...pero que ahora (encima) sirven de excusa para incrementar el volumen de compraventa de artículos fútiles. Esas fiestas en las que intercambiamos regalitos una vez al año, para intentar olvidar nuestra infelicidad. Pero ni siquiera son regalos que nos salen "de corazón"... NO... salen de la tele! Regalamos artículos convencionales que nos venden los publicitarios por encargo de las multinacionales. Regalamos productos inútiles, corbatas que nunca nadie se pondrá, juguetes sexistas hechos de plástico contaminante y que acabarán tirados en la basura...

Papa Noël y Sus Majestades los Reyes Magos son responsables de la explotación de miles de obreros que trabajan en condiciones infrahumanas, en factorías de países del tercer Mundo, tejiendo corbatas horteras y ensamblando muñecas que mean y marines yankies de escala 1:10. Y también son responsables de la destrucción de los bosques, de la contaminación de los ríos... de todos los recursos naturales que se esquilman y dilapidan para que en Occidente, cada año, tengamos Navidad. Para que cada año, nos pongamos la careta de buenas personas, hagamos nuestras "buenas obras", y recarguemos las pilas de nuestra conciencia hasta el año siguiente. Y sobre todo, para que cada año, la cartera de los poderosos engorde un poco más, para que su año económico se cierre con números más redondos. El regalo de verdad se lo hacemos a carlos slim (entre otros)... a todas las macro-empresas que viven de poner etiquetas navideñas a sus productos de consumo. La navidad es la fiesta del CONSUMISMO. Nada más, nada menos.

Esto es, en esencia, la navidad... cabe preguntarse. ¿Qué clase de cultura es capaz de celebrar así el nacimiento de su presunto Dios? Si es verdad que el niño Jesús está ahí arriba, o en una de las cuatro esquinitas de mi cama... o donde sea... y si era tan jipi como se dice, se tiene que estar retorciendo de dolor, así que estará alegre de que nosotros ahora queramos CARGARNOS LA NAVIDAD!

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MIGUEL HERNÁNDEZ -12

LOS REYES QUE NO LLEGAN

Por el cinco de enero,cada enero ponía

mi calzado cabreroa la ventana fría.

Y encontraban los días,que derriban las puertas,

mis abarcas vacías,mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:siempre tuve regatos,

siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,

y del pie a la cabezapasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,para el seis, yo quería

que fuera el mundo enterouna juguetería.

Y al andar la alboradaremoviendo las huertas,mis abarcas sin nada,mis abarcas desiertas.

Page 32: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Ningún rey coronadotuvo pie, tuvo ganapara ver el calzado

de mi pobre ventana.

Toda la gente de trono,toda gente de botasse rió con encono

de mis abarcas rotas.Rabié de llanto, hastacubrir de sal mi piel,

por un mundo de pastay un mundo de miel.

Por el cinco de enero,de la majada mía

mi calzado cabreroa la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradashallaban en sus puertas

mis abarcas heladas,mis abarcas desiertas.

Page 33: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

PATRICIA DAMIANO -13A CONTRANAVIDAD

Hace un instante, sólo una fracción de la historia mendiga; sólo un

segundo hace que ha muerto el salvador.

Todos supimos que no existía. Pero hubo uno, 

y lo he perdido.

Podría escribir como un samurai esta noche, cuando ha partido de

mí una barca sin rumbo.

La espada junto al lecho.

La cruz que mi cabello de nuez oculta.

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JULIO SERRANO -14

Page 35: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

BEGOÑA LEONARDO -15

SUS CRISMAS!!!

Crismas rotas duras de pelarpensamientos que sangran

Crismas rapadasque aúllan hambrientas

que aúllan con sol...

No saben que no es buenotanto frío al raso.

Pero mira cómo huelenpero mira cómo tosen

pero mira cómo tiritan...Pero mira como bebenlos buenos hombres

que se quedan en la callepostrados, colocados, amoratados...

Pero mira cómo se perfumanpero mira cómo sueñan

pero mira cómo se acomodanpero mira como

derro-cham-cham-pán...

Pero mira cómo beben los cristianosque sujetan la bandejaque pasean los visones

los astracanes peleteados/despellejados-Con sus CHRISTMAS MERRY

con sus finas postalesen oro cava

en rojo Navidad.

Page 36: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

VELPISTER -16

FELICES CHISMAS

Ahora que estamos en estas fiestas tan entrañables, tan riquiñas y adorables,ahora que pasamos todos por aquí, aunque no queramos, aunque no podamos,

ahora vamos a dejar de contar mentiras.No mientas, no te mientas. No lo hagas en esta ocasión.

Te mientes siempre:las fiestas no te gustan,

no vas a dejar de fumar, como mucho cambiarás de marca,no dejarás de beber whisky malo,

no serás mejor persona,no serás feliz como no lo has sido nunca,no te tocará, no te ha tocado, la lotería.

No te gustará jamás tu trabajo,seguirás detestando a tus compañeros que no te entienden,

no dejarás de intentar explicarte, no podrás evitarlo,no te gustan las reuniones familiares,

los chistes de siempre,la pesadez de estómago,

la borrachera fuera de lugar,los chismes, los malos recuerdos, las discusiones,

la falta de cariño,la innecesaria pregunta de por qué todos los años lo mismo, para qué.

Los reproches.Cuando tu hijo te diga papá, papaíto,

¿a que los reyes sólo les traen regalos a los niños buenos?No le mientas,

no,no lo hagas.

Dile la verdad:no nené,

sólo les traen regalos a los niños ricos.Que vaya aprendiendo,

de esta manera comprenderá por qué los reyespasan por el chino antes de dejar los regalos en su casa

y no por el Corte Inglés.Todo esto lo pensarás,

seguramente,

Page 37: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

mientras te tragas una botella de tinto venenosoque venía en la cesta de navidad de tu empresa,

la única diferencia con el que bebes a diarioes que este viene en vidrio,

y lo bebes no con mayor placer,pero con la misma avidez.

La cesta miserablede tu miserable empresa

que no dudaríaun segundo

en mandarte al paro,que te recuerda,

sin embargo,que es navidad,

que te da un sueldo miserable y hace que tu vida,un año más,

sea también un poquitomás miserable.

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LUCA MENDIETA -17

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Alland Macdonald -18

Page 40: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

LÍBERA DURI -19

SOPAS DE SOBRE

Mi estómago no distingue de fiestassiempre tiene hambre

la sangre que brota de mis heridas

no sabe de canciones

de turrones

de esperanza...

Mi estómago no sabe de delicatessen

se detiene ante escaparates de manzanas

de sardinas.

Cuando no era pobre

comía ternera

comía pocas sopas de sobre

ahora de sobras

manjares que el del chino

mezcla en el tupperware algunos domingos,

con un poco de agua de la fuente

me apaño bien.

Un chico que he conocido tiene una

resistencia que se mete en cualquier líquido,

como no tenemos enchufe

el dice, que piensa que está caliente y se quema

Page 41: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

-cosas de la imaginación, le digo.

No soy religiosa

pero tengo que hacerme la católica un rato

porque el día 25 si te pones en la cola de San Juan

todos los que salen de misa dan algo

el año pasado me dieron dos euros

y con otros dos que tenía ahorrados

alquilé un portal calentito

a uno

que dicen que es de fuera

y que se está forrando.

He hablado con él

que sigue con el negocio,

por si el día 5 me hace un hueco...

Creo que los Reyes Magos vendrán si saben que hay calefacción.

Page 42: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

LEONEL LICEA -20

★Esta

es la fiestadel desposeído.

Del inquieto vagabundoque se arrastra en el estiércol

★ para pescar ★la miel en los ángulos

de mercados nuevos. Allíse quedan los desechos, lo moderno

★ decaído, lo snob ★inconveniente y políticamente

correcto, que declara paz al mundo,con la huelga de hambre general del entero

★★ continente. ★★Esta es la fiesta

de la mentira. La fiestadel engaño, del embargo

decretado ad ínterim por el gobierno★ barbudo y sus ★heredes pendejos.

La fiesta de las bocasmuertas, de los culos

desnutridos, de las gargantas★ dormidas ★

y de losmuertossinceros.

Page 43: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

OCTAVIO MONTIEL -21Obra AntiNavideña: "El Caca Jueces"

La Justicia anda de farradanzando con la maldad

su fiesta de navidadcelebrada a la bizarra.Zapatea sobre la barraen lujuriosa inmundiciay, aberrado, la acariciael violador embriagado.

Se desnuda en el tabladoexcitada la Justicia.

Muy grosera en la impudiciase menea de cachondez

entregada a cualquier juezque la aborde con sevicia.

Page 44: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Es un baile con franquiciaproveniente del infierno;

música del quinto cuernoque le toca Satanás

y ella se mueve al compásdel maligno desgobierno.

Llegan ebrios al avernomás demonios desatados,inmorales consumados,rayadores de cuaderno.Y Belcebú sempiterno,

da vueltas en su tridente,sudado de lava hirviente y tamboreando su paila.

Miren cómo el diablo bailacon la Justicia obediente.

Es la danza intermitentedonde marchan los delitos,el baile de los mal...bichos

en taberna maloliente.Y llega oportunamenteataviada de sandeces

y agradeciendo las vecesque su bicho iconoclasta

le ordena : “Dancemos, plasta,nuestro ballet Cacajueces”

Page 45: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

JOAQUÍN SABINA -22

A BELÉN PASTORES

No me trago el espíritu navideño,

vomito si me endosan un villancico,

el niño grande es viejo, bobo y pequeño

y el ángel de la guarda se mete un pico.

La nieve es de garrafa y la nochebuena

mala para las putas y los camellos.

La estrella de Belén… menuda faena

para los palestinos con alzacuellos.

Los mejores deseos y el alma negra,

la ternura peor que el mejor pecado,

qué espanto el arbolito y el matasuegras,

la zambomba, el turrón, la nuera, el cuñado.

Y el Gordo que tampoco toca este año

y el niño que te mete un dedo en el ojo.

Para comer las uvas del desengaño

mejor solo en la trena como el pantojo.

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JUAN KALVELLIDO -23

Page 47: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Desconocido -24

LA NAVIDAD ES UNA MIERDA, RECICLE ALGO

Como dice el cantautor catalán Serrat en una de sus canciones: "Nunca es triste la verad, lo que no tiene es remedio". Por eso quiero decir lo que dije y aclarar que no me impulsa a decirlo mi poca predisposición personal hacia esta celebración tan forzada y comercialoide sino la simple constatación un hecho. Sepan ustedes que si normalmente generamos entre medio kilo y un kilo de basura de media por persona y día en estas fechas la cantidad se triplica. Montones de residuos se amontonan indiscriminadamente junto a los contenedores rebosantes: miles de botellas, más envoltorios de plástico que nunca, kilos de papel de regalo, centenares de cajas y cestas, los más diversos y contaminantes materiales sin clasificar van a la basura. Al tiempo el consumo inútil de energía eléctrica crece y crece con el gasto que representan las iluminaciones navideñas en casas, comercios y calles. Kilovatios a la mierda. Mientras medio mundo pasa hambre grandes cantidades de comida serán desperdiciadas por la tendencia a comprar y cocinar más de lo que podemos comer. Musgo y acebo serán arrancados de los bosques y miles de árboles de vivero o naturales se talarán para ser abandonados después en cualquier esquina de la gran ciudad. Algunos ayuntamientos habilitan puntos de recogida con la pretendida finalidad de replantarlos. He visto con mis propios ojos como varios arbolitos se secaban en el punto que se dispuso en mi calle y un buen día el basurero los recogió y los tiró... a la mierda. Como casi todas las buenas intenciones que nacen con el Año Nuevo y mueren poco antes de que acabe el día de Reyes. En fin... si alguien quiere acusarme de pesimismo puede hacerlo. No me importa siempre y cuando estas Navidades recicle algo: aunque sea un triste papel de polvorón. Gracias.

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Lucho del Puerto -25

Qué decirQué quieres que te diga

yo aquí

con la nada misma desparramando equivocaciónde espacio

y digo aquí pero también allá cuando

me crece el desierto de la melancolíacuando te pienso y te hundo en el recuerdo

se me caen los bastones y se me pierden los zapatosya no puedo bailar no apto para reír se me cae el pensamiento

sobre tu presencia estado ausente estado roto

pero no se por quésigo invocándote

no sé si para despedirme oarrancarte los ojos

Así, como una ultima palabrapara que me escuches para que me oigas

y te retumbe el corazón y así te me salgas de la cabezacon tus maletas y cualquier otro artilugio

Mi última palabraen un eco imperecedero

en un temblor a ras de todo tu cuerpoa flor de piel

terriblemente cerca de tus labios

un beso y un adiósque por mas que sueño no puedo decírtelo en la cara

Page 49: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Sabes,hoy es navidad

la primera sin tu mutilado árbol de navidadrepleto de lunas y promesas compartidas

He brindado por tiy por tus momentos a noche descubiertaTe juro que no derrame lágrima alguna

aunque hayansangrado mis labios de rabia y dolor

Que quieres que te diga? No me lloro.

me derriba el tiempo me drena la nostalgiame resquebraja el sol me marchita el espejo

Pero no me lloro.

Pero si te escriboporque escribirte es sentirte liviana cerca

es decirte boca a boca lo que me retuerce la viscerala vena que se desangra en ese muro invisible y total

y dejarte claro que lo imposible es justamente lo que aún nos atalo que nos sobra o lo que nos falta para liberarnos de ese infinito lisérgico

pero olvidalono es cuestión de palabras

Qué decir, entonces?

Si, por una de esas, estas leyendo estosólo te pido una última cosa:

Deja de parir en mi corazón cada noche.

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LUISA NAVARRETE -26

ALISTANDOtres latas de atún y pan

de arroz un paquete o dosuno de azúcar quizás

dos lágrimas de verdadson siete moraos hoyun diente pa pegar ya

a granel las palmas son

pa qué mas?

al diablo le gusta la navidad.

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MARTÍN WONG -27CARTEL DE NAVIDAD

Los rayos del mediodía calentaban furiosamente la acera de la calle Arica, mientras un hombre y un niño planeaban grandes cosas para el futuro:

- Grabáte bien en esa cabecita de pollo: Casi todos ven en la Navidad una ocasión para holgazanear. Se la pasan rompiéndose el lomo como burros el resto del año para descansar junto a su familia durante las fiestas de diciembre. En cambio algunos, como yo, ven en la Navidad una oportunidad para hacer negocios. Mira a tu alrededor: en ninguna época del año se consume tanto como en ésta. Casi todos tiran el dinero comprando tonterías. Tú y yo vamos a recoger y dar un buen uso a ese dinero.En ese momento, un conductor se acercó a retirar su moto. El hombre que hablaba le pasó por encima un trapo limpio y cogió los cincuenta céntimos que le alcanzaban. - Así es muchacho. Vamos a ser ricos.- ¿Pero cómo tío? ¿Cómo vamos a ser ricos?-preguntó el niño.

El hombre rebuscó en su bolsa de tela deshilachada y sacó medio pliego de cartulina con unas letras bien dibujadas que decían:

SI EL 1% DE LO QUE GASTÓ EN SUS COMPRAS SE LO DIERA A LOS POBRES, NO TENDRÍAMOS QUE MENDIGAR EN NAVIDAD.

-¿Qué significa eso, tío?-Significa que vamos a conmover a muchísima gente. Ahora, dobla el cartel y vamos caminando por la Próspero. Tenemos que encontrar una tienda llena de consumidores compulsivos.- ¿Y las motos, tío?- Saben cuidarse solas.

Anduvieron pesadamente, observando establecimientos de todo tipo. El niño iba más lento, mirando extasiado la variedad de juguetes que desfilaban ante su carita sucia. Ahora que iban a ser ricos, pensó, podía pedirle a su tío que le regalase la colección de los Power Rangers Fuerza Salvaje. Se había portado bien y hacía tiempo que no robaba nada. No se lo negaría.

Page 52: ABOMINABLE/VOMITIVA NAVIDAD

Mientras tanto el hombre miraba y remiraba. Había tantas personas en la calle que quiso empezar trabajar ahí mismo, pero luego se dio cuenta de que la gente andaba con demasiada prisa como para leer su cartel. Tenía que esperar a la salida de alguna tienda. Llegaron por fin a la puerta de un supermercado. Habían muchas cajas registradoras, cada una con una cola interminable; gente gritando para hacerse escuchar; luces navideñas en todo el interior, y de fondo, una canción de José Luis Perales. El hombre sonrió.

- ¿Ves lo que yo veo, muchacho?-Sí tío... ¡Chocolates!

-Oportunidades, hijo. En unos minutos, parte del dinero de estos ricachos estará en nuestros bolsillos. Y lo más gracioso es que no tendremos que robárselo. Ellos mismos nos lo entregarán. Bien, párate ahí mientras te cuelgo el cartel.

El niño se puso en posición de firmes viendo cómo su tío le amarraba al cuello la soguilla que sostenía la cartulina. Ahora que lo tenía cerca, podía ver las profundas líneas que le surcaban el rostro ennegrecido y grasoso. El cabello largo y entrecano le resbalaba por toda la frente; y los ojos, que rara vez se detenía a mirar, parecían perdidos en algún sueño lejano. La vejez y la pobreza le habían castigado tenazmente.

- Cuando empecemos, estarás aquí y yo estaré por allá vendiendo los caramelos - dijo el hombre -Si no me compran a mí, colaborarán contigo. Como sea ganamos igual. Ahora, es necesario que finjamos no conocernos para que todo sea más real. ¿De acuerdo?- ¿Significa que no podremos hablarnos?- Así es.-¿Y si quiero ir al baño?- Me haces una señal y entras a la tienda. Ahora dime: ¿Donde está tu latita?- La metiste en la bolsa, tío.- Ah! Es cierto - dijo mientras la buscaba-. Toma. Nos vemos en una hora.La gente entraba y salía sin parar pero muy pocos se detenían a mirar el cartel, y los que lo hacían simplemente sonreían y continuaban su camino. Otros se quedaban un momento reflexionando, pero al final también se marchaban. Una niña como de su edad se acercó y le mostró sus pulseras luminosas. Estaba tan limpia y bien vestida, que se creía sin derecho a tocar nada de ella con sus manos sucias.

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Ella le invitó la bolsa de piqueos que venía comiendo y él cogió unos cuantos rápidamente. De pronto su madre se acercó gritando:- ¡Andrea! ¿Qué haces?...no comas eso...si ya le metió la mano...ven - dijo inclinándose y cogiéndola de las muñecas- regálale, que en la casa te compro otro.La señora cogió la bolsa, se la dio al niño y corrieron hacia la moto que las aguardaba.Al poco tiempo salió otra señora con dos pequeños cargando paquetes inmensos. Mientras abordaba el motocarro, distraídamente se puso a leer el cartel; luego miró al niño, sonrió con ternura y se acercó a poner un sol en la latita. - Gracias señora. Feliz Navidad - dijo el niño sonriendo.

Cuando se marchó pensó que vieja más tacaña. Eso no era ni el uno por ciento de tantísimo paquete. Miró a su tío y éste le mostró los pulgares en alto; se encogió de hombros y continuó mirando a los clientes. En la caja, un señor alto y delgado abrió su cartera y sacó muchos billetes. Jamás había visto tanto dinero junto. La cajera le sonreía, el muchacho que embolsaba la mercadería también, pero él debía estar triste porque no les devolvió la sonrisa. Mas bien se molestó por la lentitud del muchacho, tomó los paquetes y se retiró. Mientras miraba la calle tratando de acordarse dónde había parqueado su auto, se fijó también en el cartel.En ese momento, un vigilante se acercó y apartó al niño de la vereda. Buscó a su tío, pero éste ya estaba del otro lado de la calle, indicándole con señas que lo obedeciera.

- Retírate chibolo. No queremos vagos por aquí - le dijo mientras agitaba la palma de la mano derecha hacia arriba. El niño se plantó y le gritó furioso:- No soy un vago. Estoy trabajando, señor.- Ja ja ja. ¿Trabajando? No me hagas reír. Vender frunas es trabajar, cuidar motos es trabajar, cantar en los micros es trabajar. Tú hace rato que estas parado aquí con ese cartelito simplón mirando a cada cliente, quién sabe para qué. Ya retírate - le dijo mientras agitaba los brazos .

El niño se puso rojo de cólera. Ya estaba cansado de que lo tomen por ladrón, pero no sabía qué contestar. ¿Acaso no estaba trabajando? Eso le había dicho su tío. El vigilante lo retiró violentamente de la acera.

- Hijo de puta, cabrón. ¡Ojalá te quedes pobre! - le gritó mientras lo empujaba.

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El vigilante le sonrió con desprecio y volvió a su puesto. El niño quería llorar de rabia. Caminó por la acera maldiciendo a todo el mundo. Iba a buscar a su tío, pero una voz le detuvo. Venía desde uno de los autos estacionados. El niño se acercó y reconoció al señor alto y delgado que se había fijado en él poco antes de que el guachimán lo echara.- ¿Siempre tienes una boquita tan sucia? - le dijo mientras sonreía.No le contestó nada.- Bien. Te daré una buena limosna si me respondes una cosa: ¿quién te escribió el cartel?El niño miró con curiosidad el rostro enjuto del hombre que le hablaba. Sus pómulos eran tan pronunciados que aparentaba tener la piel de un animal disecado. El escaso bigote que le recorría el labio superior parecía borrarse cada vez que sonreía, y su aliento despedía un olor a menta.- Mi tío - respondió. - Ah! ¿Y donde está tu tío?- No lo sé. Iba a buscarlo.- ¿A qué se dedica?- Ya son muchas preguntas, señor.- Eres muy listo - dijo mientras colocaba una moneda de cinco soles en la lata. El niño miró fijamente al tipo. Esta vez ya no le parecía tan antipático.- No sé a qué se dedica, pero es muy sabio. Sabe cómo hacerse rico. También vende caramelos en los micros y cuenta muchos chistes.- Ah! Pues mira: mañana, víspera de Navidad puedes venir a mi casa a cenar. Habrá mucho panetón, chocolate y golosinas. Puedes traer a todos tus amigos, incluso a tu tío. Aquí está mi dirección - dijo mientras le alcanzaba una tarjeta-. ¿Te espero entonces?El niño levantó los ojos y miró al extraño con lástima.- ¿Sabe qué señor? - dijo - es usted muy amable, pero no tengo amigos; sólo tengo a mi tío, y vamos a estar muy ocupados mañana comiendo mucho panetón y chocolate. Recibimos invitaciones de todas partes de gente quiere aliviar su conciencia regalando comida una vez al año. He estado allí: unas señoras buenas te sientan a una mesa grande, te dan un tazón de chocolate y un pedazo de panetón con mantequilla. Casi nunca puedo acabarlo todo. Algunas te dan un regalo, yo recibí por ejemplo un juego de ludo en cartulina. Estaba muy bonito. Lo malo es cuando te regalan juguetes usados. Sabe, el año pasado recibí un Superman, pero le faltaba una pierna y tenía la cara negra y mordida; digame: ¿cómo puedo jugar con un Superman cojo y desfigurado? Se lo regalé a mi primo Marcelo; como sólo tiene un año, no creo que le importe tener un super héroe inválido. Todos parecen ser muy buenos en Navidad. Pero mi tío me dijo que no nos hacen un favor a nosotros, sino a ellos mismos. Al principio no entendí lo que quería decir con eso, pero a los tres días, él se enfermó de úlceras gravemente y no sabíamos cómo llevarlo al hospital; corrí a la casa de aquellas señoras que tan bondadosamente me habían llenado de tajadas de panetón y chocolate y les imploré que me prestaran tres soles para poder llevar a mi tío al Hospital Regional.

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Me miraron con fastidio, me dijeron que la campaña se había acabado, que venga el próximo año y que deje de estar molestando. Luego, me cerraron la puerta. Entonces, entendí lo que mi tío quería decir. La Navidad había terminado. Felizmente don Lucho, el compadre de mi tío, pasaba por ahí con su triciclo y pudimos llevarlo a tiempo al hospital. El doctor le dijo que si tardábamos un poco más, era alma del otro mundo. Por eso señor, no voy a poder cumplir con usted mañana. ¿En realidad quiere ayudarnos? Si quiere ayudarnos, dénos trabajo. Sé cultivar, puedo hacer mandados, puedo tener limpia una casa y hasta ayudo a mi tío a barrer las calles de noche. Él también sabe trabajar: conoce de jardinería, ha sido albañil y carpintero, pero también sabe mucho de la vida, y lo que siempre me dice es que por más pobre que uno sea, no debe perder la dignidad. ¿Entonces, señor, qué dice? ¿Va a ayudarnos de veras?El señor alto y delgado había oído con indignación y sorpresa cada palabra del niño, y aún se encontraba asimilando cada frase cuando le encajó esa última pregunta. Se quedó en silencio un momento. Luego respondió:- ¿Cómo te atreves, mocoso insolente, a morder la mano que te ayuda? Si los ayudo es por que me nace hacerlo y no porque quiera ganarme el cielo. ¿Sabes cuantos niños como tú no van a tener ni siquiera un pan reseco para llevarse a la boca mañana? ¿Sabes cuantos niños como tú se morirían por tener un juguete esta Navidad, aunque sea un supercojo?- Si usted sabe cuántos son -dijo con pesar el niño- déselo a ellos. Lo necesitan más que yo.El hombre alto y delgado le miró con ira y desprecio. - Tan pequeño y tan arrogante. Así no se progresa, muchacho.

Dicho esto, le arrancó la tarjeta de las manos y partió velozmente en su auto. Quizá sospechando una reacción parecida, el niño escondió su latita. Al mirar al frente, vio a su tío que se acercaba agitando los brazos.- ¿Con quién hablabas? - le dijo al llegar hasta él.- Con un señor que me dio cinco soles de limosna y quería conocerte.- Así ¿por qué?- Por el cartel.- Ah! El cartel. Sabes hijo, he estado pensando y...me parece que mejor dejamos eso del cartel. Creo que no nos ha ayudado en nada.- Como quieras, tío.El hombre sonrió y revolvió con las manos el cabello del niño.- Ya se nos ocurrirá algo- le dijo-. Dios aprieta pero no mata.- Tío ¿nosotros vagamos?- ¿Pero quién te ha dicho semejante cosa?- El guachimán que me botó de la vereda de la tienda. Me dijo que era un mendigo y que los mendigos no trabajaban.- Qué sabe ese hijo de puta. No le hagas caso. ¿Sabes porqué ya no hay mendigos en esta ciudad? Por la competencia. Cuando eran pocos, no tenían otra cosa que pedir limosna y asunto arreglado.

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La gente se conmovía sólo con verlos allí, humillados, rogando por unos centavos. Pero de pronto, a alguien se le ocurrió hacer algo más aparte de pedir limosna: comenzó a cantar; luego otro, por no quedarse atrás, empezó a tocar la quena o la zampoña mientras mendigaba. Finalmente, a alguien se le ocurrió vender caramelos. Lo que no se dan cuenta es que siguen siendo mendigos, porque ruegan, imploran y se humillan para que les compren. Dicen “no he venido con las manos vacías, sino que te traigo este producto golosinario” “prefiero trabajar que estar mendigando o robando en una esquina” “ayúdame a salir adelante” yo les llamo mendigos empresarios. Eso ha ocasionado que la gente se vuelva más insensible con los mendigos puros. Cuando alguien sube al micro solamente a pedir limosna, la gente murmura: ¿y éste que se cree? ¿Viene y quiere que le den plata sin hacer nada? ¡Qué tal raza! Y no le dan ni un céntimo. Por eso ya no quedan mendigos verdaderos en esta ciudad; y por eso el guardián te expulsó de allí, porque no estabas portándote como un mendigo empresario, sino como un mendigo puro, y eso hoy es intolerable. Pero de todas maneras ya no volverás a colgarte ese cartel.- ¿Porque estoy mendigando?- No hijo. Mendigar no tiene nada de malo. Pero el cartel es demasiado sincero y la verdad puede ser ofensiva entre tanta vanidad. Lo escribí para que comprendieran que se puede hacer mucho con muy poco, pero la mayoría no quiere saber nada de ayudar verdaderamente. Solo quiere que un pobre les sonría y les diga ¡Muchas gracias! ¡Es usted tan buena persona! mientras le arrojan un hueso. Así, ellos duermen tranquilos pensando que han ayudado a la humanidad. ¡Y hay que ver cómo se comportan en las chocolatadas! Parecen dioses repartiendo dones. El mundo es injusto, hijo. Como no podemos cambiar el sistema, pensé que podíamos cambiar a las personas. Por eso hice el cartel; pero me equivoqué. Ven - dijo mientras se incorporaba -. Recuerda que la señora Margarita te ha invitado a la chocolatada de su cuadra y ya se hace tarde.

Caminaron de regreso por toda la Próspero hasta la calle José Gálvez, donde muchos niños hacían cola delante de los regalos. El panetón y el chocolate se habían terminado. El hombre cogió su escoba y empezó a barrer desde el extremo de la calle. El niño se plantó en la fila.

Al recibir su regalo, vio que era un ludo en cartulina con las figuras de los Power Rangers Fuerza Salvaje. Suspiró profundamente, miró a la amable vecina y le dijo:- ¡Gracias, señora! ¡Es usted tan buena persona!

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ADAO ITURRUSGARAI -28

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SEBENSUÍ A. SÁNCHEZ -29

BEBIÉNDONOS EL ALMA DE CRISTO Y

VOMITANDOMONEDAD

Cuando llueve en Navidad es sin duda la sangre de los pobresCelebramos la crucifixión de Cristo…bebiendo y comiendo como cerdosLa navidad es una procesión continua del alma para los que viven en el fuegoLa época en que mueren más vagabundos en las callesLimpie su alma ofreciendo 50 cts. ¿Alguien sabe lo que o por qué lo hace corriendo con sus bolsas en las manos?Y la Iglesia del Vaticano predicando paz y piedad desde tronos bañados en oroYo no soy, Yo compro….Todos venden su alma en navidad.

Plaga de langostas en las cenas burguesas navideñasAl final son ellos los satánicos con su Dios dineroY esta fiesta es triste, va contra nosotros, los paganos.

Al final acabaré borracho, si puedo permitírmelo, para no oír su algarabíaEs lo mismo el nacimiento de Jesús que un partido de fútbolEl mismo ruido, las mismas palabras vacías…Y regalamos siempre lo mismo como siempre repetimos los mismos erroresY es que el otro no conoce al otro.

Endeudados daremos nuestro regalo innecesarioSi se presentaran Los Espíritus Navideños…..que se presenten….Jesús históricamente se comprobó que nació en veranoNada tiene sentido, como cambiar la hora no por los solsticios Sino por la economía…

Y se piensa ¿Para qué darle dinero a un pobre si lo quiere para alcohol y drogas?Quedaos en la calle para ver que droga os puede mitigar el frío y el dolor….

Nos comemos la carne de Cristo creando el Caos Cósmico y aceleramos el Apocalipsis“Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres” Gandhi

Cortamos árboles que no repoblamos y acaban en la basura….

“Mi alma borracha de cerveza es más triste que todos los árboles de navidad muertos del mundo” Ch. Bukowski

“Sangre de perro sobre los árboles artificiales de navidad (...) Porque en nuestra sangre siempre es Navidad (...) Navidad navega en nuestras venas” Javier Corcobado

Negra Navidad para los que la vivimos y Blanca nieve en nuestras siete lágrimasLas campanadas son lentos latidos en nuestros corazones en un mundo que no se sabe si empieza o acaba…

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Cuando llueve en Navidad es sin duda la sangre de los pobresCelebramos la crucifixión de Cristo…bebiendo y comiendo como cerdosLa navidad es una procesión continua del alma para los que viven en el fuegoLa época en que mueren más vagabundos en las callesLimpie su alma ofreciendo 50 cts. ¿Alguien sabe lo que o por qué lo hace corriendo con sus bolsas en las manos?Y la Iglesia del Vaticano predicando paz y piedad desde tronos bañados en oroYo no soy, Yo compro….Todos venden su alma en navidad.

Plaga de langostas en las cenas burguesas navideñasAl final son ellos los satánicos con su Dios dineroY esta fiesta es triste, va contra nosotros, los paganos.

Al final acabaré borracho, si puedo permitírmelo, para no oír su algarabíaEs lo mismo el nacimiento de Jesús que un partido de fútbolEl mismo ruido, las mismas palabras vacías…Y regalamos siempre lo mismo como siempre repetimos los mismos erroresY es que el otro no conoce al otro.

Endeudados daremos nuestro regalo innecesarioSi se presentaran Los Espíritus Navideños…..que se presenten….Jesús históricamente se comprobó que nació en veranoNada tiene sentido, como cambiar la hora no por los solsticios Sino por la economía…

Y se piensa ¿Para qué darle dinero a un pobre si lo quiere para alcohol y drogas?Quedaos en la calle para ver que droga os puede mitigar el frío y el dolor….

Nos comemos la carne de Cristo creando el Caos Cósmico y aceleramos el Apocalipsis“Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres” Gandhi

Cortamos árboles que no repoblamos y acaban en la basura….

“Mi alma borracha de cerveza es más triste que todos los árboles de navidad muertos del mundo” Ch. Bukowski

“Sangre de perro sobre los árboles artificiales de navidad (...) Porque en nuestra sangre siempre es Navidad (...) Navidad navega en nuestras venas” Javier Corcobado

Negra Navidad para los que la vivimos y Blanca nieve en nuestras siete lágrimasLas campanadas son lentos latidos en nuestros corazones en un mundo que no se sabe si empieza o acaba…

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JAVIER ROYO -30

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MARCE JIMENA -31CONTRAVILLANCICO REMIX

-Ande, ande, ande, la marimonera, Ande, ande, ande la hemos liado buena-

Ya esta aquíya llegó

la estúpida Navidad que con su hipocresía

todo lo cubre ya.

Mientras el resto del añoNo existe amor,

Ni paz,Ni solidaridad

Y jodernos unos a otrosEs el pan de cada día.

A Belén pastores,Al centro comercialDebemos marchar…

Arre borriquito, arre burro arreArre borriquito que se te hace tarde…

Tira y compra,Tira y compra,

Tira y compra…

Y come,Zampa,Come,Zampa

Mientras al otro lado del globo -y no tan lejos ya-Mueren de hambre

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Aunque sea Navidad,Y sus luces cegadoras

No son estridentes adornos callejerosSi no bombas o disparos

O números rojos.

No existe amor,Ni paz,

Ni solidaridad.Don Dinero es el primero

Incluso hablando de amistad.

No pretendo blasfemarNi hacer demagogia,

Ni remover conciencias ajenas,Con la propia es suficienteBastará ser consecuente…

-Ande, ande, ande, la marimonera,Ande, ande, ande la hemos liado buena-

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Douglas Wright -32 Reyes magos españoles

Son lindos, pero todo el mundo se da cuenta de que no son los verdaderos.

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JORGE M. MOLINERO -33

AL MENOS QUEDAN LOS REGALOS

Melchor, con un ojo morado

por traer carbón a un niño malo (riesgos de ser rey)

Han robado al niño del belén

en la plaza mayor. El buey no sabe

nada y el burro tiene coartada.

En el Mercadona atronan los villancicos.

Veinte grados en Navidad, el calor de las

luces o que este año cae en octubre, fun, fun,fun.

Nos hemos comido los polvorones del toro antes de

Nochebuena. Al menos quedan los regalos. Toma este,

lo hicieron niños indios esclavos; estos días, que me invade

el espíritu navideño, ayudo a sacarles de los vertederos.

Apadrina un Nike, colabora con Adidas. Hazte una foto con

Papá Noel a la puerta del Corte Inglés. Mamá, este señor me ha dado

caramelos, ¿tienen Droga? No hijo no, él es de fiar. Una pena,

podía venderlos para financiar mi play.

La última nochebuena que senté a un pobre a mi mesa, mató a mis

hijas, sodomizó a mi mujer. Sobre tu odio, edificaré mi iglesia -dijo- soy

carpintero, haré bancos donde rezarás a un Dios cruel.

Aquí, la lista de cosas que no necesito, no hay tope para gastar.

El próximo año, huevos fritos con patatas, lo mejor que hay, no se hable más.

Y hasta por las orejas salen las sobras de cordero lechal. ¿El besugo? Carísimo

pero era bueno, ahí no nos podemos quejar. Los quince entrantes, sabrosos

a más no poder, he traído fiambreras para comer mañana lo que sobró ayer.

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Desde esta Plaza toca despedirse,

Ojalá lo hayáis pasado bien,

la realidad que nos han mostrado

como habréis podido comprobar no

está exenta de esa pizca de

humor que llevan de la mano

todos los dramas.

SED BUENOS,

PERO NO TANTO COMO

PARA IR

AL CIELO,

JAJAJAJA...

Ahora atentos!!!!

que Juan Kalvellido cierra a lo grande

Diciembre 2011

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