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POLICÍA NACIONAL DIRECCIÓN NACIONAL DE ESCUELAS ESCUELA DE POSTGRADOS DE POLICÍA “MIGUEL ANTONIO LLERAS PIZARRO“ Teoría General de la Ciencia de Policía CURSO DE ASCENSO “SUBTENIENTE“

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POLICÍA NACIONALDIRECCIÓN NACIONAL DE ESCUELASESCUELA DE POSTGRADOS DE POLICÍA“MIGUEL ANTONIO LLERAS PIZARRO“

Teoría General de la Ciencia de Policía

CURSO DE ASCENSO “SUBTENIENTE“

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CURSO DE ASCENSO “SUBTENIENTE“Teoría General de la Ciencia de Policía

AUTORESJairo Enrique Suárez Álvarez

BOGOTÁ, D.C.Agosto de 2011

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PresentaciónEste Módulo se propone describir los principales avances sobre la nueva cien-cia de policía en Europa y Estados Unidos, y en algunos países de América Lati-na.1 Si bien puede ser discutible si algunas de las producciones teóricas que a continuación se mencionan pertenecen o no al estatus de “científicas”, lo cierto es que, más allá de los debates epistemológicos respecto a qué tipo de co-nocimiento es o no científico, la nueva ciencia policial se encuentra en pleno proceso de configuración y de desarrollo en distintos lugares del mundo.

En este sentido se advierte, que los criterios para seleccionar los autores y las publicaciones alrededor de la nueva ciencia de policía en el siglo pasado y el actual, son: primero, alusión explícita y relación directa con la ciencia de po-licía en cuanto a perspectivas teóricas, enfoques metodológicos, líneas de investigación, entre otros aspectos; y segundo, relación directa de estudios policiales que aportan al avance del conocimiento científico policial.2

Otra aclaración importante, es reiterar que en el presente trabajo se llama “nue-va ciencia de policía” a aquella ciencia policial identificada con el Estado de derecho propio de los modernos sistemas democráticos. Al contrario, se de-nomina “antigua ciencia de policía” aquella perteneciente al Estado absolutista o monárquico de los siglos XVII y XVIII.

1 El avance de esta investigación no incluye aún los posibles avances existentes sobre ciencia de

policía en otras regiones del mundo como Asia, África y Australia. La intención es hacer referen-

cia de los aportes teóricos y enfoques metodológicos que poseen relación directa y explícita con

el conocimiento policial y la ciencia de policía.

2 Por estas razones es posible que el lector halle omisiones de otros autores y referencias biblio-

gráficas no incluidas en este estado

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TABLA DE CONTENIDO

3 Presentación

8 1. La ciencia de policía en Europa y Estados Unidos8 1.1 La Escuela Europea de Policía CEPOL10 Concepto de “ciencia policial” en Europa10 1.2 España: Revista Ciencia policial – EUROPOL12 Ciencia policial y policía científica en España13 Creación de la Comisaría General de Policía Científica en 200914 1.3 Inglaterra: Banton, Dubber, M. D. Valverde, Mariana14 1.4 Estados Unidos: Bayley David

18 2. La ciencia de policía en América Latina18 2.1. Origen de la ciencia de policía en el mundo español y Latinoamericano19 2.1.1 Conquista, colonia e independencias hispanoamericanas y ciencia de policía21 2.1.2. De la antigua a la nueva ciencia policial en Latinoamérica21 2.1.3 Los estudios sobre policía en Latinoamérica23 2.2 Los estudios explícitos sobre ciencia de policía en América Latina24 2.2.1. La ciencia de policía en Argentina: Enrique Fentanes27 2.2.2 La ciencia de policía en Colombia: Fabio Arturo Londoño Cárdenas28 2.2.3. La ciencia policial desde la administración pública: México, Omar Guerrero29 2.2.4. La ciencia de policía en Perú: Guillermo Hinostroza

31 Bibliografía

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1. La ciencia de policía en Europa y Estados UnidosHistóricamente la ciencia de policía ha tenido mayor tradición en países como Alemania, Francia y España. Pero hacia el año 2007, un acucioso equipo de investigadores reunidos bajo la tutela de la Escuela Europea de Policía (European Police College) –CEPOL-, representa un notable y ambi-cioso proyecto interdisciplinario para aproximar e introducir al conocimiento de las perspectivas de la nueva ciencia. Por otra parte, en Estados Unidos el trabajo de David Bayley, entre otros, cuenta con el reconocimiento en el marco de los intereses del campo académico y gubernamental en asun-tos de conocimiento policial. Existen múltiples, variadas y numerosas referencias bibliográficas sobre la policía como institución, y estudios sociológicos sobre su actuación en el seno de las sociedades modernas y postmodernas, pero es muy escasa la literatura con relación directa a la nueva ciencia policial. No obstante, las siguientes son algunas fuentes.

1.1 La Escuela Europea de Policía CEPOLEl informe de CEPOL de abril del año 2007 es una de las revisiones más completa y explícita sobre ciencia policial recientemente conocida en esa región.1 Aunque existen otras producciones pre-cedentes ya mencionadas, la relevancia de CEPOL consiste en ofrecer una visión amplia de la pers-pectiva Europea, la cual incluye puntos de convergencia científica, como formación, investigación y educación policiales. Dicho Informe contiene seis capítulos que logran sustentar la forma en que desde Europa se concibe la ciencia policial: 1) Historia de la ciencia policial 2) Principales temas y tendencias de la ciencia policial 3) Ciencia policial una aproximación desde la filosofía de la ciencia 4) De la ciencia policial hacia la ciencia de la actividad policial 5) Ciencia policial, formación policial y entrenamiento policial 6) Enfoque europeo de la ciencia policial.

No obstante, es oportuno aclarar dos términos trabajados a lo largo del citado informe. El primero, “police”, se refiere a la institución pública (o instituciones) conocida como “la policía”, la cual a pesar de ciertas diferencias, es común en todas las sociedades europeas. La policía es luego un cuerpo público responsable de una serie tareas y deberes pero no limitados para el control social me-diante la prevención y detección del crimen y el desorden. A diferencia, “policing” -policiamien-to2- es un concepto muy amplio aplicado al mantenimiento del orden y la seguridad a través de la prevención y detección del crimen, pero incluyendo diferentes agencias, tanto del sector público como del sector privado (CEPOL 2007: 118). A partir de esta diferencia y correlación, la perspectiva

1 CEPOL 2007 “Perspectives of Police Science in Europe” Final Report. www. cepol.net. En este apartado solamente se re-

saltan algunas ideas consideradas importantes para entender el concepto “Police science” y su perspectiva general. Para

mayor profundidad se remite al lector a consultar esta referencia.

2 Dada la no existencia de una palabra castellana que traduzca este término del inglés, se utiliza el neologismo “policia-

miento” para entender su significado como “proceso de la actividad policial, y la actividad policial como proceso”. Tudela

utiliza el término “policing” o policiamiento para referirse a los “modelos o paradigmas de la actuación policial” (Tudela,

Patricio 2008: 14).

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europea plantea una oscilación entre la ciencia policial y la ciencia del policiamiento, situación que implica además: búsqueda de equilibrio entre policía y policiamiento; economía del policiamiento; inclusión del sector privado y la comunidad como encargados del policiamiento; el Estado como encargado del policiamiento en cooperación con el sector privado; y finalmente, la necesidad de comprender la condición de multilateralidad del policiamiento (139). Este último aspecto se puede interpretar también como aquellas redes de trabajo entre diversos actores sociales para la coproducción de la seguridad y la prevención del crimen.

En el capítulo 1 uno se presenta una historia de la “ciencia policial” según la perspectiva europea, gro-so modo así: en el siglo XV su significado original fue coincidente al de gobierno o administración, y se utilizó de forma muy amplia en el contexto del mantenimiento del orden y el de prevención de delitos civiles; luego, en el siglo XVIII la “Police Science” (Polizeiwissenschaft) era la ciencia del Go-bierno en el sentido similar de la “administración pública” o con relación a la cameralística, esto es, la administración de diversos asuntos del Estado; después, en el siglo XIX, la ciencia policial llegó a ser una disciplina académica en algunas naciones europeas, y fue de cierto modo, asociada a términos como “ciencia política” y “ciencias militares”; y finalmente, durante el siglo XX comenzó a desaparecer el sentido gubernamental de la ciencia policial, reemplazado en su lugar por un significado ligado a la criminología y a la criminalística (CEPOL 2007, 25 - 65).

Entre los principales temas y tendencias el Informe plantea los siguientes: policía y policiamien-to, políticas y policiamiento, roles y funciones de policía, estrategias y estilos de policiamiento, or-ganizaciones policiales y gerencia, cultura policial, responsabilidad policial, integridad y corrupción, métodos de evaluación de policiamiento y prevención del crimen, tipos específicos de crimen y policiamiento, y, el futuro del policiamiento en la postmodernidad y la sociedad globalizada. En esencia, la tendencia marcada es ser una ciencia con un conocimiento basado en la actividad, tanto de la policía pública, como las demás agencias privadas y comunidad.

En cuanto al capítulo 5, se plantea que la ciencia policial sirve tanto a la educación policial como a la formación policial, dado que la primera está dirigida a los oficiales de más experiencia y a aque-llos que se quieren promocionar a rangos superiores. El contenido (temas de formación policial), la metodología (métodos de investigación y de solución de problemas), y el desarrollo intelectual (pensamiento crítico) son partes de la conexión entre educación policial y la ciencia policial. No obs-tante, la incorporación de los resultados de ésta ciencia a la práctica policial constituye el gran reto para el futuro. En este sentido, para el enfoque europeo, la ciencia policial tiene por objeto aportar el conocimiento que necesitan los gestores de la policía para ejecutar sus tareas. Así mismo, ofrece el conocimiento que precisan las sociedades democráticas para controlar la práctica policial, y tomar parte en los procesos de la actividad policial. Según CEPOL, el aspecto más importante del enfo-que europeo de la ciencia policial es la comparación de las estructuras, las filosofías policiales, los procedimientos operativos y de los estudios sobre las actuaciones en casos particulares. El fin de la comparación dentro del ámbito de la actividad policial, es el de obtener información respecto de los factores similares que se den en el extranjero, el de comparar el desarrollo de los propios y los ajenos y fortalecer la comunicación entre los expertos internacionales (CEPOL 2007: 7).

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Concepto de “ciencia policial” en Europa

La actual perspectiva europea sostiene que, “Police Science” -ciencia policial o ciencia de policía-, “es el estudio científico de la policía como una institución, y de la acción policial o policiamiento3 (policing) como un proceso. Como una disciplina, combina métodos y asuntos de otras disciplinas cercanas dentro del campo del policiamiento. Esto incluye todo aquello que la policía hace, y todos los aspectos externos que tienen un impacto en el policiamiento y el orden público” (CEPOL 2007, 23 – 24 y 110). Para esta Escuela es claro que la ciencia policial es una ciencia aplicada y sigue las pers-pectivas comparativas y las normas metodológicas de las otras ciencias. La metodología incluye dos vías: vista desde abajo, está cercana a la metodología de las ciencias sociales; vista desde la realidad de la actividad policial, genera métodos acordes con los problemas.

La ciencia policial no constituye, sin embargo, ningún sistema de creencias metodológicas que se aplica a problemas. Al contrario, primero aparecen los problemas y aquellas cuestiones gene-radas por la investigación y después, en una segunda fase, se selecciona y se desarrolla el enfoque metodológico que sea de más utilidad (CEPOL 2007: 7).

Desde el punto de vista de la filosofía de la ciencia (epistemología), el enfoque europeo sostiene que la “Police Science” implica varias cuestiones: primero, se trata de un concepto complejo de un campo de conocimiento aún no reconocido por otras disciplinas; segundo, implica controversias sobre su naturaleza, objeto de estudio, tipo de conocimiento, el sujeto de esta ciencia, y la metodología; tercero, dado que la ciencia policial es el estudio científico de la policía como institución y como proceso de policiamiento, su cuerpo de conocimiento está determinado por un creciente número de componentes principalmente estructurado por tres ejes: uno social, otro organizacional y uno indi-vidual, cuya variedad de disciplinas científicas son conocidas (sociología, psicología, antropología, derecho, criminología, medicina forense…); cuarto, la ciencia policial y sus implicaciones prácticas en el policiamiento tienen como interés común descubrir qué, por qué y cómo ciertos fenómenos y eventos suceden; y en quinto lugar, entre las cuestiones centrales que buscan delimitar la ciencia policial están: predecir escenarios, partir de una perspectiva holística, y desarrollarse entre la encru-cijada de la educación, el entrenamiento, el mejoramiento institucional y la innovación policiales (CEPOL 2007: 140, 116 - 117).

1.2 España: Revista Ciencia policial – EUROPOLEspaña no entra en la discusión respecto a si el ente policía es o no objeto de la ciencia, o si la policía implica un saber científico. Simplemente continúa la tradición y transita de la antigua hacia la nueva ciencia policial. Este hecho se demuestra en su amplia producción de estudios e investigaciones en

3 Dada la no existencia de una palabra castellana adecuada que traduzca este término, se utiliza el neologismo “policia-

miento” para indicar acción policial o el significado dinámico de la actividad y de la actuación permanente de la policía

como proceso amplio.

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cuyo centro se ubica el ente policía. Esta interesante labor la registra la Revista Ciencia policial, una publicación técnica de carácter bimensual con detallados y minuciosos estudios sobre temas de interés policial. Desde 1987 la Revista Técnica del Cuerpo Nacional de Policía de España denominada “Ciencia policial” ha marcado la pauta en el campo de los estudios e investigaciones policiales. Su amplia y regular producción la ubica como la principal y única revista en castellano explícitamente sobre ciencia de policía. También ella es miembro de la Red ELEMENT de EUROPOL. Para hacer un bosquejo de su filosofía y contextualización, a continuación se transcribe la presentación del Institu-to de Estudios de policía que la edita.

“A lo largo de las últimas décadas, las sociedades democráticas se han visto enfrentadas a una serie de desafíos estructurales que están contribuyendo a transformar a muy diferentes niveles las relacio-nes que mantienen los ciudadanos con los Estados, así como el papel tradicional que éstos últimos desempeñaban. Los formatos clásicos de estructuras estatales recelosas de la pérdida de poder polí-tico y dispuestas a ejercer su omnímoda influencia con el objetivo de mantener su presencia, han ido dejando paso a otros formatos en los que la ciudadanía está adquiriendo conciencia de su papel en la gestión de su propio desarrollo y persecución de intereses. Sin embargo, las transformaciones globales son tan profundas, que de forma paralela se están registrando otras dinámicas locales y planetarias que se caracterizan por la incertidumbre que introducen en nuestros escenarios actuales. Elementos novedosos como la globalización económica, el empleo intensivo de las nuevas tecno-logías de la comunicación y el conocimiento o las migraciones masivas, entre otros, están sentando las bases para el surgimiento de nuevas oportunidades de progreso y de desarrollo humano, pero también contribuyen a crear condiciones propicias para la emergencia de dramáticos desequilibrios económicos, sociales y políticos que se traducen en pobreza, guerras y deterioro ecológico de nues-tro entorno, para manifestarse finalmente a través del terrorismo, la delincuencia organizada o el incremento generalizado de la inseguridad”.

“Es precisamente en este nuevo contexto en el que actúa la actual policía de las sociedades demo-cráticas. Constituyen fuerzas de seguridad que han superado la exclusiva defensa de los intereses políticos de los Estados clásicos a través del mantenimiento del orden público como función prefe-rente, para comprometerse en un proceso de reconversión que ha de situarla en vanguardia de una nueva concepción del servicio público mediante el desarrollo y la profundización en concep-tos como son la seguridad ciudadana. Esta nu eva realidad global adquiere un particular significa-do cuando hablamos de España puesto que en nuestra sociedad la transformación ha sido doble. Al proceso de transformación planetaria es necesario añadirle la derivada unos años antes de un cambio político que ya había obligado a los ciudadanos y a la Administración a realizar un esfuerzo suplementario de adaptación al nuevo contexto. Las fuerzas de seguridad afrontaron la necesidad de introducir cambios no sin dificultades ante la falta de un modelo y de medios para acometer una transformación estructural tan necesaria en aquellos momentos. La paulatina adaptación ha sido consecuencia de la esforzada voluntad de los propios policías y de su capacidad para adaptarse a los nuevos contextos. En la actualidad n os enfrentamos a nuevos retos que han de ser profundamente conocidos y abordados, tanto en lo que se refiere a la propia articulación de la estructura de seguri-dad interior como en lo que hace referencia a los nuevos riesgos y amenazas por todos conocidos”.

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“Los nuevos procesos y riesgos asociados a las sociedades complejas, así como la eficaz gestión de la seguridad pública, exigen un conocimiento profundo de los escenarios del presente y de futuro. La toma de decisiones ha de realizarse en función de la toma en consideración de muy numerosos factores cuya importancia fluctúa en función de condicionantes coyunturales y estructurales cuyo impacto también varía. Esta realidad exige un conocimiento teórico que permita visualizar los pro-blemas y analizarlos con el fin de aportar soluciones globales o parciales. Para ello es necesaria la existencia de este Instituto que tiene la voluntad inequívoca de constituir un ámbito de referencia en el abordaje de todas aquellas cuestiones que afectan a la seguridad interior y que, sin duda, condicionará el devenir de la sociedad española del futuro. La voluntad del Instituto en esta etapa es la de realizar un considerable esfuerzo en el ámbito de la investigación en aquellas materias que afectan a la seguridad interior, conformando de esta manera unos instrumentos de apoyo para el desarrollo y fomento de aquellas disciplinas vinculadas a lo que se denomina Ciencia Policial.

Asimismo, consideramos que las publicaciones periódicas elaboradas por el Instituto, que constitu-yen referentes de larga y apreciada tradición y que han ido consolidándose a lo largo de los últimos años, deben continuar desarrollando su apreciable labor. Siguiendo esta línea, confiamos también en que nuestra base de datos de publicaciones y artículos, sea en el futuro una fuente de informa-ción ineludible sobre materias policiales y de seguridad interior en el mundo hispano gracias al acce-so facilitado a través de Internet. Todo este esfuerzo redundará en un mejor conocimiento de nuestra Policía, así como de los escenarios en los que tienen que intervenir, lo que sin duda permitirá velar más eficazmente por la seguridad de todos, contribuyendo asimismo a elevar los niveles de calidad de vida en nuestro país”.4

Ciencia policial y policía científica en España

La ciencia policial y la policía científica son niveles diferentes de conocimiento, pero se relacionan en aspectos importantes y afines. Por una parte, en España se comparte el concepto de ciencia policial de CEPOL, es decir, se entiende como el estudio científico de la policía como institución y de la acti-vidad policial (policiamiento) como proceso. Por otra, la policía científica es aquel cuerpo técnico de científicos que realizan investigación criminal especialmente.

El objetivo de la Policía Científica es la criminalista a través de la técnica policial; o dicho de otro modo, la investigación técnico policial del delito, con el objeto de conseguir la prueba inculpatoria. La policía científica tiene como funciones el estudio, investigación y desarrollo de técnicas científico-policiales dirigidas a la investigación del delito y a la identificación del delincuente.5 La aplicación a 4 Fuente: http://www.policia.es/iep/bienvenida.htm?reload_coolmenus.

5 Desde cheques falsos, entradas de fútbol, recibos, o cartas manuscritas, hasta pelos humanos o de animales, restos de

sangre o de semen; pasando por un amplio abanico de pruebas inculpatorias. Estos son los “elementos” que a diario han

de analizar en Policía Científica, para concluir un dictamen y enviarlo a los compañeros de Policía Judicial o directamente

al Juzgado solicitante. Desde ese momento dicho asunto se termina en este departamento policial, hasta el momento del

juicio oral, en que tal vez el Juez requiera la ratificación pericial del informe aportado con anterioridad a este acto

jurídico procesal. Fuente: http://www.cartujo.org/pag(a25).htm. En lo sucesivo se transcribe las ideas centrales sobre la

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la investigación policial, con método racional, de los conocimientos de la antropología, la biología, la química, la física, la psicología, la medicina legal y la sociología es lo que desarrolla la Policía Cien-tífica. Es decir, es una ciencia multidisciplinar, pero que dispone de métodos y criterios propios, pro-cedimientos y una doctrina específica. Desde este punto de vista, la policía científica sería una rama de la ciencia policial, cuyo objeto es más amplio y universal.

La policía científica es en consecuencia, una actividad policial específica y totalmente práctica den-tro del amplio campo de la ciencia policial. Cotidianamente, dicho policiamiento es así: los policías que trabajan en los cometidos científicos, por lo general, casi nunca se ven cara a cara con los delin-cuentes motivo de su estudio; ni siquiera saben quiénes son. Lo suyo son las pequeñas muestras y/o los rastros casi invisibles dejados por los que están al otro lado de la raya de la ley. El cometido de estos funcionarios de policía es, sin moverse de sus mesas de laboratorio u otras dependencias policiales anexas, sacar dichos indicios criminalísticas a la luz y aportarlos a quienes llevan la investi-gación de los casos, a “pie de obra”.

Sin embargo con su trabajo, estos hombres y mujeres de Policía Científica tienen suficiente para descubrir y describir las circunstancias en que se produjo un hecho con tanta (a veces incluso con más) claridad que si hubieran estado allí. Su trabajo no está en la calle, ni suelen conocer jamás el rostro de la persona inculpada. Desde sus tranquilas mesas llenas de instrumentos de alta tecnolo-gía, 24 horas al día y siete días a la semana, se limitan a determinar lo que ven y cómo lo han visto.

Creación de la Comisaría General de Policía Científica en 2009

El 22 de febrero de 2009 (fecha del segundo centenario del nacimiento de Charles Darwin) el gobier-no español inauguró el postmoderno edificio sede de la Comisaría General de Policía Científica. Con un presupuesto de veintisiete millones de Euros (Revista Policía No. 220 Febrero 2009), el proyecto es una muestra de la voluntad política a favor del desarrollo del conocimiento científico policial. Hasta fechas relativamente recientes, sólo existía el Gabinete Central de Identificación. Pero el área de Policía Científica ha sido fortalecida muchísimo en los últimos años, dotándosele de una importante ampliación de medios técnicos y humanos; lo que refleja la importancia que han ido adquiriendo las técnicas científicas aplicadas en la investigación policial. Pero no siempre fue así.

La Policía ha ido cambiado su manera de hacer las cosas, adaptándose en cada momento, a las exigencias del ordenamiento jurídico vigente. Actualmente se está trabajando en la Policía española de manera que la demostración de los hechos sea más irrefutable y objetiva cada vez, desdeñando antiguas prácticas de otros tiempos, donde se tenía más en cuenta por el estamento judicial lo que el policía opinaba de lo que había observado, teniéndose esto hoy que demostrar técnicamente ante los tribunales, por medio de informes periciales, análisis, etc. En definitiva, actualmente es ne-cesaria una certeza total6, expresa el artículo.

policía científica de España con base en esta fuente.

6 Fuente: http://www.cartujo.org/pag(a25).htm

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El trabajo de la Policía Científica, tiene su equivalencia en el Cuerpo de la Guardia Civil, en su Servicio de Policía Judicial, dedicándose a lo mismo, con semejantes exigencias y normas de actuación, aun-que su volumen de trabajo sea más aliviado, ya que el Cuerpo Nacional de Policía soporta e investiga nada menos que el 83% del total de la actividad delincuencial que se genera en España; que se pro-duce precisamente, en su ámbito urbano de competencias. La base sobre la que se trabaja en esta área policial podría definirse así: todo tipo de acción o intervención humana en un objeto o en otra persona deja rastros. Y esos rastros pueden ser encontrados e identificados. Con la ayuda de la tecno-logía, que no deja de avanzar cada vez más rápidamente, y con el uso combinado de viejas y nuevas técnicas criminalísticas (ADN, balística, huellas dúctiles, PCR), la policía combate eficazmente el crimen, especialmente los casos “insolucionables”.7 En resumen, la policía científica en España es un campo específico de la investigación criminal, que sin duda, aporta al desarrollo del conocimiento de la ciencia policial en su proceso de conformación.8

1.3 Inglaterra: Banton, Dubber, M. D. Valverde, MarianaEn octubre de 2006 se publicó en la Universidad de Stanford un libro titulado “The New Police Scien-ce: The Police Power In Domestic and International Governance”. Sus autores, Markus Dirk Dubber y Mariana Valverde. Este trabajo reúne una serie de ensayos sobre el concepto de policía desde sus límites de aplicación con la criminología hacia los estudios policiales. Insiste en la importancia del análisis social del derecho, la regulación y el gobierno desde el punto de vista del poder de policía (pólice power). La paz, el orden y el buen gobierno suponen la fórmula para el bienestar público. Sin embargo, la doctrina legal del poder de policía de los estados liberales requiere ser estudiada desde la “Nueva ciencia policial”, dado que ésta examina dicho poder como una tecnología básica del go-bierno moderno y su naturaleza más allá de los ámbitos locales y en el contexto global.

De otra parte, y de modo más indirecto pero que contribuye al conocimiento policial, el libro de Michael Banton “The policeman in the community” publicado en el año 1964, es una referencia inte-resante desde la perspectiva del análisis sociológico y la investigación comparada de la policía, en cuanto: la actividad policial, las condiciones de trabajo, y la cultura profesional de las fuerzas policia-les. El estudio compara el perfil del policía inglés respecto al policía norteamericano, sus creencias y valores que inciden en el conocimiento para enfrentar el crimen y resolver problemas sociales.

1.4 Estados Unidos: Bayley DavidEn Estados Unidos la ciencia policial no ha tenido un desarrollo explícito como en Europa. De hecho existe en éste país abundante literatura sobre la policía, pero desde el punto de vista de la descrip-

7 Fuente: http://www.cartujo.org/pag(a25).htm

8 Francisco del Barrio Romero ([email protected] ) es miembro del Grupo CEPOL y se remite al lector a su obra

más relacionada con ciencia policial.

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ción sobre el comportamiento de los policías en las calles, la violencia y la delincuencia en general. En este sentido, solamente se puede mencionar el libro “Policía para el futuro” (Police for the Future) de David Bayley9 publicado en 1994 en Nueva York. La tesis central de este trabajo consiste en afir-mar que la policía no previene ni puede prevenir la delincuencia.

Bayley aporta al conocimiento científico policial en la medida que proporciona una evaluación sistemática del desempeño de la institución policial en su conjunto. Para ello, confronta la institu-ción policial respecto a la prevención de la delincuencia. Su estudio tuvo como fundamento una exhaustiva investigación de observación y de análisis de variables y factores comparables entre cinco países - Australia, Canadá, Gran Bretaña, Japón y los Estados Unidos. En el contexto de es-tas sociedades democráticas modernas, Bayley se pregunta si las organizaciones policiales utilizan eficazmente sus recursos para prevenir la delincuencia. Analiza los obstáculos de la prevención del delito, y describe las opciones que tienen las sociedades modernas con respecto a la creación de fuerzas de policía verdaderamente efectivas.

Por ejemplo, respecto a la llamada policía de proximidad (o policía comunitaria), señala que esta estrategia no es simplemente un cambio de táctica, sino un cambio muy importante en las exigen-cias de la policía. La policía comunitaria, afirma, representa una renegociación del contrato social entre la policía y la sociedad. Por esta razón, la prevención exitosa del delito justifica y obliga a la policía a recoger información sobre todos los aspectos de la vida de la comunidad, no sólo sobre las circunstancias que rodean los crímenes específicos.

Quizás Bayley no signifique mucho para la nueva ciencia policía, pero el cuestionamiento sobre la promesa oficial de reducir la delincuencia y mejorar la seguridad pública, son constantes delconocimiento policial.

9 Bayley, David H. (1994) “Police for the Future”. Nueva York: Oxford University Press. Bayley fue decano y profesor de la

Escuela de Justicia Penal en la Universidad Estatal de Nueva York, muy reconocido por su crítica al estudiar el papel de la

policía en una sociedad democrática. Escribió desde el punto de vista de haber trabajado y estudiado la policía en cinco

países: Australia, Gran Bretaña, Canadá, Japón y los Estados Unidos.

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2. La ciencia de policía en América LatinaLa nueva ciencia policial es quizás la enmienda histórica respecto al sentido equívoco del ente poli-cía.1 Las desviaciones que haya tenido lo policial, tanto en el antiguo Estado absolutista, como en el moderno “Estado liberal”, son ejemplo de aquello negativo que no debe ser y que se puede evitar, a través de un nuevo conocimiento científico comprometido con los principios y los valores de las sociedades democráticas respetuosas de la dignidad humana. Con esta afirmación se hace alusión a por lo menos tres ideas que es necesario aclarar, con el fin de comprender mejor la forma en que lle-gó a la América hispánica la denominada “ciencia de la policía” en su versión clásica o antigua, hasta convertirse en la “nueva ciencia policial”. Estas ideas se refieren: uno, al origen de la ciencia de policía en el mundo español; dos, la conquista, colonia e independencia hispanoamericanas y la ciencia de policía; y tres, el cambio de la antigua a la nueva ciencia policial en Latinoamérica.

2.1. Origen de la ciencia de policía en el mundo español y LatinoamericanoSi bien la antigua ciencia de la policía tuvo su máximo desarrollo en la Alemania del siglo XVIII con el cameralismo (Dithmar, Sonnelfels, Justi…), en Francia y España hubo otros desarrollos que luego se difundieron casi imperceptiblemente en la América hispánica. De los países europeos, es evidente la influencia directa de la obra de Delamare (Tratado de policía - 1705) y Turquet de Mayerne (Mo-narquía aristodemocrática – 1617) en los autores españoles. Según Omar Guerrero, los principales autores y obras españolas de policía fueron: Francisco Romá y Rossell “Las señales de la felicidad de España y medios de hacerlas eficaces” (1768); Manuel Nicolás Marín “Discurso sobre la policía” (1792); Valentín de Foronda “Cartas sobre la policía” (1792); Tomás de Valeriola “Idea general de policía: tra-tado de policía2” (1798 – 1805); y Fermin Abella con el “Manual de policía urbana (1877). Y agrega el autor citado, que el primer libro español sobre policía no es peninsular sino novohispano: “Tratado de varios ramos de policía” escrito por el mexicano Hipólito Villaroel en 1787 (Guerrero, Omar 1986: 194).

De alguna manera, Alemania y Francia tuvieron influencia recíproca sobre la ciencia de policía3, y

1 Sentido equívoco del “ente policía” significa, aquella visión de lo policial en sentido negativo o peyorativo, como cuerpo

represivo, autoritario, con abuso de poder o arbitrario, que comete actos fuera de la naturaleza legal que le había sido

encargada. Por ejemplo, la policía secreta Nazi, o la policía Stalinista, o los atropellos de algunas dictaduras militares en

Latinoamérica. En palabras más sencillas, los errores y horrores cometidos por algunos cuerpos policiales en ciertos luga-

res del mundo y bajo circunstancias históricas específicas, son cuestiones que no deben desviar el sentido de propender por

un nuevo conocimiento científico policial a favor de los intereses generales de las sociedades contemporáneas, en el marco

del Estado de derecho.

2 “Delamare fue traducido al castellano, pero sin darse el crédito. El plagio lo hizo según Jordana de Pozas el español Tomás

Valeriola (Guerrero, Omar 1986: 202).

3 Por ejemplo, Von Justi menciona a Nicolás Delamare: “…ellos tienen (otros autores sobre policía), es verdad, libros que

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este último país influye en España. Luego, la herencia de España y su ciencia policial en Hispanoamé-rica se revierten sobre el nuevo mundo y se diluye en los procesos de conquista y colonia casi como un eslabón perdido a través del tiempo.

2.1.1 Conquista, colonia e independencias hispanoamericanas y ciencia de policía

Según una crítica investigación sobre los orígenes del derecho administrativo colombiano hecha por Miguel Alejandro Malagón, “… la policía fue, en su primera acepción, el método utilizado para imponer a los aborígenes americanos el estilo de vida europeo. Esta forma de control se transformó a finales del siglo XVIII en lo que hoy conocemos –dice el autor- como civilización” (Malagón Pinzón, M. 2007: 301). Adicionalmente sostiene Malagón, que la relación entre policía y civilización en el siglo XIX fue una forma de implantar las instituciones de las misiones, las reducciones y los pueblos indios (2007: 301). En otras palabras, “vivir en policía” significó para el derecho administrativo colombiano el proceso de “civilización de indígenas”, fenómeno atribuido a la Iglesia Católica, el cual pudo efec-tuarse también en otros países latinoamericanos. En este sentido, es posible afirmar que la llegada de la antigua ciencia de policía al mundo hispanoamericano se produjo -consciente o inconsciente-mente- por dos vías: una política y otra religiosa.

En primer lugar, desde el punto de vista político, el truculento proceso de descubrimiento, conquista, colonia e independencia de la mayoría de los países latinoamericanos tuvo intensas orientacio-nes ideológicas. Al respecto, solamente cabe resaltar como referencia una de ellas: el pensamiento liberal, especialmente en el siglo XIX, dada su trascendencia para la evolución de la ciencia de policía en esta región. Para ello es oportuno citar a un eminente historiador quien sostiene, que “la historia del pensamiento político occidental ha girado en los dos últimos siglos4 alrededor de la concepción liberal del Estado. El liberalismo ha sido una de las fuerzas creadoras del Estado moderno, con todo lo que éste pueda tener de positivo o negativo desde el punto de vista social, y ya sea para supe-rarlo, complementarlo o sustituirlo, en torno suyo se ha movido y se mueve todavía la teoría política de los pueblos europeos y americanos (…). La concepción liberal del Estado fue tan dominante en el siglo diecinueve XIX, que casi podríamos decir que fue la única existente…” (Jaramillo Uribe, Jaime 2001: Prefacio). Esta condición ideológica implica entonces, que la idea de policía (como civilización) inherente a la formación de los Estados criollos en Hispanoamérica, de alguna manera fue importada e instaurada durante el tránsito de la colonia hacia la independencia y la formación de la república. No es posible luego, comprender la naturaleza y la función de las instituciones latinoamericanas sin la fuerte influencia del liberalismo.5 Sin embargo, se aclara que la antigua ciencia de la policía del

tienen su mérito, pero yo no hago caso sino del Tratado de policía de la Mare, que tiene cantidad de cosas útiles, excepto que

le falta trabazón…” (Justi, Juan Enrique Gottlob (1784) 1996: 17).

4 El citado autor redactó su Prefacio en el año de 1956, por tanto, los dos siglos precedentes a los que alude se cuentan

desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XX.

5 En el caso colombiano, con Antonio Nariño y Camilo Torres, directamente influenciados por las ideas de la ilustración

francesa y por el pensamiento de los próceres de la emancipación de las colonias inglesas de América del Norte,

la ilustración neogranadina adquiere una dimensión política. La publicación de los Derechos del hombre y su defensa por

parte de Nariño y el Memorial de agravios de Camilo Torres en víspera de la independencia, representan dos piezas claves

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Estado absolutista nada tenía que ver con el liberalismo, pero ésta corriente ideológica fue la que dio inicio a la “nueva ciencia policial” a partir de la segunda mitad del siglo XIX, entendida como ciencia de la administración pública.

En segundo lugar, desde el punto de vista religioso, habría dos opciones: una, poner en cuestión la tesis de Malagón, esto es, negar que “el proceso de civilización de indígenas es derivado de la ciencia de la policía”, y otra, defenderla. Respeto a la primera postura, cabría preguntar hasta qué punto las comunidades religiosas de Dominicos, Franciscanos y Jesuítas que llegaron de España al nuevo continente desde el siglo dieciséis XVI hasta el XIX, traían incorporadas la concepción de “policía” de los antiguos griegos y romanos, las ideas de policía de Delamare y Mayerne, o si conocían la doctrina de la ciencia de policía en la versión alemana. Y si tales comunidades hubieran tenido conocimiento de aquella ciencia de policía, ¿hubieran suplantado ésta ciencia por las enseñanzas religiosas orde-nadas por el Papa a través de los Reyes Católicos?

De otra parte, si se opta por la segunda postura, es muy probable que el proceso de evangelización, entendido como esencia espiritual de la colonización en la América india, implicara dentro de los principios del catolicismo, una serie de valores como: el respeto a la ley humana y Divina, la obediencia a la autoridad, la sumisión a un orden superior, y el respeto y el amor al prójimo, elementos fundamentales para el establecimiento de un orden en la tierra y hacer posible la convi-vencia y la coexistencia entre los humanos. Es decir, la idea de civilización está allí latente, y de este modo, “vivir en policía” sería equivalente a vivir civilizadamente con respeto a las leyes o reglas que define una comunidad para mantener un orden interno. También es necesario reconocer, que hubo destacadas figuras intelectuales de la Iglesia Católica que lucharon contra la esclavitud de los indios y negros en las tierras dominadas por España, y profesaron el humanismo cristiano, visión que inspiraba las ideas de justicia y paz. Y todo ese gran aporte se hizo desde el cultivo del cono-cimiento, bien haya sido primigeniamente desde la teología, el derecho y las ciencias naturales.6

Finalmente, quizás el lector se preguntará ¿qué relación tienen estos datos con la ciencia de policía en la región? La respuesta es simple: la formación de los Estados en América Latina, el papel de la Iglesia y la permanente influencia del pensamiento europeo a través de la filosofía y el derecho, fue-ron los ejes de la administración pública de las nuevas naciones, saber éste que antes se denomina-ba “ciencia del Estado” o “ciencia de la policía”.

del pensamiento político ilustrado (Marquínez Argote, Germán 1988: 157 en La Filosofía en Colombia: Historia de las Ideas,

Editorial el Búho, Bogotá - Colombia)

6 Es interesante y muy importante reconocer el mérito de las comunidades religiosas en cuanto al desarrollo del conoci-

miento científico y académico en la América hispánica durante los siglos XVI y XVII. La relación entre Iglesia y educación fue

total, puesfueron las órdenes religiosas las primeras en fundar universidades siguiendo el modelo de Salamanca, univer-

sidad por aquella época en decadencia (siglo XVII). Para el caso colombiano, durante el siglo XVII funcionaron en Santa Fe

dos universidades de derecho pontificio y real, la Tomista y la Javeriana, con otros colegios mayores como el del Rosario,

San Bartolomé y San Buenaventura (Zabalza Iriarte, Joaquín 1988: 115, en “La Filosofía en Colombia: historia de las ideas”

Editorial el Búho, Bogotá - Colombia).

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En Colombia, por ejemplo, la evolución del derecho con inspiración de la filosofía utilitarista de Jere-my Bentham fue determinante en la educación de inicios del siglo XIX y la posterior configuración de las constituciones políticas.7

2.1.2. De la antigua a la nueva ciencia policial en Latinoamérica

Hasta el momento no se ha escrito oficialmente la historia de la ciencia de policía en América latina. Sólo se puede decir que aún existen vacíos teóricos e incluso conceptuales sobre su significado y sus implicaciones en la vida de las sociedades modernas de la región. No obstante a esta situación, es viable sostener las siguientes afirmaciones. En primer lugar, Latinoamérica más allá de su his-toria precolombina, es también producto y parte del mundo occidental. Esto quiere decir, que sus filosofías, tradiciones, instituciones y demás valores culturales constituyen un contexto diverso pero a la vez con ciertos rasgos comunes (idioma, religión, política…).

En segundo lugar, la formación de las repúblicas latinas trajo consigo de Europa las doctrinas del derecho administrativo y los conocimientos de la administración pública, los cuales son herencia de la antigua ciencia de la policía originaria del Estado absolutista, y son la transición hacia la nueva ciencia policial del Estado de derecho. Estas ideas generales son la apertura al siglo veinte XX y pro-yectan los desarrollos del anterior objeto de estudio.

En el caso latinoamericano, la nueva ciencia de policía es casi imperceptible, incluso desconocida. En cambio, la literatura que se difunde sobre policía (y la policía) de esta región, tiene que ver más con estudios en cuanto al comportamiento de los cuerpos policiales y su relación con las condiciones sociales y políticas contra la inseguridad y el conflicto. Con este énfasis, abundan estudios de caso, ensayos e investigaciones respecto a reforma policial, policía y sociedad, seguridad ciudadana, vio-lencia y criminalidad, entre otros temas. Es decir, existe en cierta forma, un interés de diversos cen-tros de investigación y una preocupación desde la comunidad académica, por investigar a la policía y los Estados a los cuales ellas pertenecen, pero no estudios expresamente sobre “ciencia policial en América latina”.

Sin embargo, es importante mencionar algunos de los principales trabajos que tienen una relación indirecta con ella desde el punto de vista del contexto regional y las dinámicas de producción de conocimiento sobre el ente policía.

2.1.3 Los estudios sobre policía en Latinoamérica

Vale iniciar con una interesante compilación titulada “Policía y sociedad democrática” realizada por José María Rico y editada por Alianza de Madrid en 1983. Este mismo autor y Luis Salas publicaron en 1988 “Seguridad ciudadana y policía” (Editorial Tecnos, Madrid), estudios de corte sociológico-políticos, cuya línea y perspectiva se planteó posteriormente en un difundido análisis compara-tivo denominado “Seguridad ciudadana en América Latina”, publicado en el año 2003 por Siglo XXI 7 Este tema se aborda en la ciencia de policía en Colombia.

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México.Pero quizás uno de los trabajos de mayor crítica sobre el ente policía fue y ha sido “Justicia en la calle: ensayos sobre la policía en América Latina” 1996, compilado por Peter Waldmann y auspiciado por fundaciones alemanas y de la región.

Sin pretender simplificar los quince ensayos que componen esta publicación, algunas ideas gene-rales y críticas que se plantean allí son las siguientes: primero, la policía, entendida como institución del Estado, se ha convertido en objeto de interés investigativo desde el punto de vista político y científico (Waldmann); segundo, en casi ningún país latinoamericano se ha concretado, en rigor, la separación institucional entre el ejército y la policía (Aguila, Maldonado, Gamarra, Barrios), mezcla ésta de funciones que genera equívocos respecto a “enemigo externo”, “enemigo social” y produce un policiamiento de los cuerpos militares y militarización de las policías; tercero, la debilidad estructural de los Estados latinoamericanos ha mostrado una tendencia hacia el abuso de poder (Gabaldón), y para ello, algunos gobiernos han utilizado sus instituciones policiales; cuarto, exis-te una subcultura en muchas policías de la región manifestada en arbitrariedades, discriminación, corrupción, y abuso de poder, motivos por los cuales, la policía goza de baja estima social (J. Maier, Riedmann, Mansilla, Huggins, Haritos-Fatouros, Mingardi); Quinto, comparativamente, la policía en Europa posee una función específica minuciosamente delimitada, como es, salvaguardar la seguri-dad y el orden públicos y perseguir a los delincuentes, y cuenta con los medios suficientes para esta labor, en cambio, la policía latinoamericana tiene tareas más difusas y no claramente demarcadas (M. Riekenberg). Y en sexto lugar, todo parece indicar, que las deficiencias jurídicas, éticas, organi-zativas, educativas y técnico-operativas, entre otras, de las instituciones policiales de América Latina, demandan un proceso de reforma de tipo estructural, aunque en grados e intensidades diferentes según cada país. Es de esta forma, que el conjunto de ensayos compilado en “Justicia en la calle” expresa su intención de aproximarse al “perfil real de la policía latinoamericana” (Waldmann, Peter 1996: 27).

Simultáneo al anterior estudio, hacia 1999 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL dio a conocer un trabajo titulado “Seguridad ciudadana y violencia en América Latina: diag-nóstico y políticas en los años noventa”, autoras Arriagada, Irma y Lorena Godoy. Aunque no figura como un análisis expreso sobre la policía, si aborda aspectos de su función y desempeño en la región.

De otra parte, entre la diversidad de investigaciones sobre la policía en Latinoamérica se hallan las siguientes, cuyos títulos muestran una relativa tendencia “reformista” de las instituciones policiales:

En el año 2001 Hugo Frühling publica “La reforma policial y el proceso de democratización en Amé-rica Latina” (Santiago de Chile, Centro de Estudios para el Desarrollo), luego en 2003 “Policía comu-nitaria y reforma policial en América latina: ¿cuál es el impacto?, en la Serie Documentos del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile; y en 2006 “El desafío de la reforma policial en América Latina” Sin duda, uno de los debates centrales planteados por este autor es la cuestión sobre los modelos policiales y su dimensión socio-política.

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Camacho Guizado, Alvaro (1993) “La reforma de la policía” (Revista Análisis Político No. 19 IEPRI, Colombia); Guerrero Peralta, Oscar (2003) “La policía en el Estado de derecho Latinoamericano: el caso Colombia”; Chevigny, Paul (2002) “Definiendo el rol de la policía en América latina”; Domín-guez, Andrés (1998) “El Estado democrático de derecho y el poder de policía”; Goldstein, Herman (1998) “La nueva orientación policial: confrontando su complejidad”; Quintana, Juan Ramón (2003) “Policía y democracia en Bolivia: una política institucional pendiente”; Gómez, Juan Luis (2003) “Esta-do democrático y modelo policial”, y con Richard Vogler (2003) “La policía en los Estados de derecho latinoamericanos”; Dammert, Lucía (2005) “Reforma policial en América Latina” (Revista Quórum, Universidad de Alcalá, España); Bailey, John y Dammert (2005) “Reforma policial y participación mili-tar en el combate a la delincuencia: análisis y desafíos para América Latina” (Revista Fuerzas Armadas y Sociedad No. 19, Chile).

Y con una extensa producción, Tudela, Patricio ha publicado entre los años 2007 y 2008 “Sociedad y policía: desarrollo y retos de la función policial en las democracias latinoamericanas”, y “Paradigmas policiales orientados a la comunidad en América Latina: entre realismo mágico y gestión de conocimiento”.

2.2 Los estudios explícitos sobre ciencia de policía en América LatinaLa perspectiva latinoamericana de la ciencia policial no es una expectativa intelectual de exclusivi-dad académica. Por el contrario, no han sido solamente las instituciones policiales a través de sus academias o escuelas de formación las interesadas en el desarrollo de la ciencia de policía, sino tam-bién algunos investigadores universitarios externos a ellas, pero identificados con la importancia de su auge.

A diferencia de todas las demás ciencias sociales, la ciencia de policía es quizás aquella que debe explicitar abiertamente su concepción ética sobre la vida y el tipo de mundo que pretende en sus fines últimos. A diferencia de otros científicos sociales que deben disimular su inclinación ideológica, o parecer “neutros” u “objetivos” ante ciertos fenómenos deplorables de la realidad humana, la perso-nalidad del científico policial, sin despreciar éstos criterios epistemológicos, orienta con nitidez su rumbo metodológico y afina coherentemente sus estrategias de conocimiento, porque sabe bien hacia dónde va, cuál es el fin y el sentido de su trabajo sistemático: contribuir a la convivencia.

Es difícil, luego, negar cierto espíritu humanista y futurista que inspira el apetito cognitivo y la bús-queda de ciencia en el ámbito policial. La motivación institucional de vislumbrar y desarrollar siste-mas de pensamiento que faciliten la implementación de formas de hacer mejor las cosas, pero sobre todo, de hacerlas no sólo con método, sino con razón, sentido, anticipación y prospectiva, incitan la conciencia plural de esfuerzos para el caso de esta región del planeta y sus relaciones con el resto del mundo.

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La anterior insinuación axiológica permite entonces, comprender por qué en países como Argentina, Colombia, México y Perú, la llamada ciencia de policía aparece como interés explícito y como expre-sión consciente sobre la trascendencia que la tríada conocimiento, policía y sociedad implica para el aumento de la calidad de vida y el desarrollo humano.

2.2.1. La ciencia de policía en Argentina: Enrique Fentanes

Enrique Fentanes representa la labor pionera de la ciencia de policía en Suramérica. Su importancia radica, entre otras razones, en ser el primer autor latinoamericano que se atreve a escribir y publicar en 1972 un “Tratado de ciencia de la policía”.8 Desafortunadamente, sólo dejó como legado el Tomo I, titulado “Introducción Dogmática General”, Primera Parte. Póstumamente en 1979 fue publicado su“Compendio de Ciencia de la Policía”, como homenaje a su obra inconclusa, la cual es un preceden-te significativo sobre una interesante visión latinoamericana de la nueva ciencia policial en el siglo veinte. Es más, la obra de Fentanes aún es virginal, pues hasta el momento no se registran estudios sobre la densidad de sus planteamientos, a excepción de su seguidor colombiano el general Fabio Arturo Londoño Cárdenas, quien en sus libros refleja la juiciosa lectura del autor.9

Sin pretender una síntesis de la obra de Fentanes, a continuación se extraen y describen su concepto de ciencia de la policía, su objeto y método, y algunas implicaciones teórico-prácticas de dichos planteamientos.

• Concepto de ciencia de la policía según Fentanes

Para este autor “la Ciencia de la policía tiene por objeto el estudio sistemático y metódico de la Policía como Institución y como estructura. En términos programáticos, se propone el conocimiento de la esencia institucional y estructural de la Policía, su origen, evolución, componentes funcionales y orgánicos, relaciones y fines”10 (Fentanes 1972: 15 – 16). Para concebir y sustentar el concepto de ciencia, el autor bebe de fuentes clásicas como Aristóteles, Kant “Principios metafísicos de la ciencia natural”, Herbert Spencer, Eduard Spranger, Georges Bordeau, Wundt y Dilthey, entre las principales. De modo especial, para fundamentar la naturaleza “institucional” de la policía, Fentanes aplica la teoría de la institución de Maurice Hauriou.11 Sin más complicaciones ni adentrarse en debates epis-temológicos, Fentanes adopta un concepto sencillo de ciencia, como aquella noción clásica según la cual, ciencia es aquel conocimiento que implica un “sistema”, posee un “objeto” definido, y cuenta con un “método” para el logro de sus fines.

8 Fentanes, Enrique (1972) “Tratado de ciencia de la policía” Tomo I Introducción Dogmática General. Editorial Policial -

Policía Federal Argentina, Buenos Aires.

9 En la segunda parte de este trabajo “La ciencia de policía en Colombia” se amplía la influencia de Fentanes en la obra de

Londoño Cárdenas.

10 Se transcribe fielmente al texto original, en el cual las letras iniciales de Ciencia y Policía aparecen en mayúscula.

11 Hauriou, Maurice (1929) “Compendio de derecho constitucional” - Paris.

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Es en este sentido que al plantear los principios epistemológicos afirma: “La denominación de Cien-cia que hemos dado a nuestra disciplina, implica la afirmación de que el estudio de la Policía, tal como le encaramos en este Tratado, asume la calidad de conocimiento científico. Este se distingue, ante todo, por ser un conocimiento sistemático. La ciencia es un sistema de conocimientos. Nues-tro estudio cumple, por consiguiente, la primera condición del saber científico: el sistema. Pero ello no basta. Pueden estudiarse muchas cosas sistemáticamente, sin que el que-hacer asuma categoría científica” (Fentanes 1972: 13 -14).

Entre tanto, las características que le otorga a la ciencia de la policía son: “ciencia unitaria” en el sen-tido que su objeto –la Policía- es universal, y de concepción “holológica”, porque dicho objeto es enfocado en una totalidad. “De tal modo que concurren a integrarla, contribuciones de disciplinas jurídicas, políticas, históricas, psicológicas sociales, filosóficas, en cuanto sea necesario para in-vestigar y exponer los distintos componentes y elementos estructurales de un objeto tan complejo” (Fentanes 1972: 17).

No obstante, más adelante adiciona la siguiente afirmación: “La Ciencia de la Policía no abarca todas las disciplinas y técnicas policiales. Es unitaria por su objeto y en cuanto a su objeto. Pero no incluye en su seno todas las materias en las cuales aparece la Policía actuando en dominios generales o es-pecíficos del Derecho o de la Técnica. Esas materias, sin embargo, no son plenamente autonómicas. No pueden trabajar con concepciones propias acerca de la Institución policial, su naturaleza, función y relaciones. Tampoco con categorías, conceptos y principios de doméstica construcción, que por lo común, resultan ambiguos, insuficientes, dispares y muchas veces antagónicos” (Fentanes 1972: 21).

A lo que teme Fentanes, en cierto modo, es a la arbitrariedad que pueda tener cada disciplina de querer interpretar a su modo y parcialmente qué es la policía, cuál es su esencia, etc. En particular, advierte sobre el riesgo que el derecho positivo (o el positivismo jurídico) muy afín al conocimiento científico policial desde su autonomía disciplinaria absorba un objeto tan complejo, un objeto de la cultura como la Policía.

• El objeto de la ciencia de policía

Como sostiene Fentanes, el objeto de la ciencia de policía es “la Policía como Institución y como estructura”. Y agrega: “La Policía es un objeto que existe en el mundo de la Cultura.12 Cultura es todo lo creado o cultivado por el hombre según fines valorados. La disciplina destinada a estudiar la Policía es una ciencia de la cultura. Por ende, es una ciencia de hechos y normas de la cultura, históri-ca, finalista y valorativa” (Fentanes 1972: 16). Páginas adelante reitera y enfatiza la naturaleza y objeto de la ciencia de policía: “Una disciplina de esta naturaleza es una ciencia de hechos y normas de la

12 Fentanes alude a la clasificación de las ciencias hecha por Dilthey “ciencias del espíritu y ciencias de la naturaleza”;

también se refiere a Wundt en cuanto a la denominación “ciencias sociales, ciencias humanas o ciencias del hombre”, pero

sobre todo, acoge la noción del filósofo alemán Ernest Cassirer “Las ciencias de la cultura” (F.C.E. México-Buenos Aires,

1951).

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cultura, histórica, finalista y valorativa. Su objeto es un objeto cultural, y, por ende, real, histórico y axiológico” (Fentanes1972: 46). Esta concepción ontológica de la policía (su ser, esencia y existencia) conlleva un alto grado de complejidad para su análisis, y la necesidad de propender por un método coherente a su naturaleza.Esta es la siguiente idea. • El método cultural de la ciencia de policía: teoría de los análisis

El conocimiento científico se caracteriza por su objeto y por su método, y este último está determina-do por el primero, dice Fentanes. Por “método” entiende “el conjunto de reglas para el proceso cognoscitivo, el cual debe atenerse al objeto de la ciencia.13 Cuando el objeto es complejo, como nuestro caso –dice- resultará forzosamente necesaria la aplicación de un complejo metodológico. Deberemos utilizar todos aquellos métodos que se adecúen a los distintos puntos de mira hacia el objeto. El objeto determina, pues, los métodos. De conformidad con este principio, y como el primer punto de mira, en esta parte de la Dogmática, el método enfoca a la Policía como Institución, es decir, el punto de partida de la metodología es el contenido del concepto de Institución” (Fentanes 1972: 39 – 40). Sin embargo, para este autor, una ciencia de la cultura es una ciencia de hechos y normas de la cultura, histórica, finalista y valorativa. En consecuencia, forzosamente sus métodos deben satisfacer las exigencias cognoscitivas en todos y cada uno de esos enfoques del contenido.

Y dado que la policía es un objeto que existe en el mundo de la cultura, el método de la ciencia po-licial será un método cultural. Al respecto, Fentanes muy sintonizado con las cuestiones epistemo-lógicas de la época adhiere la tesis según la cual el pensamiento científico contemporáneo sostiene que “el pluralismo de métodos es norma aceptada para todas aquellas ciencias cuyo objeto deba ser enfocado desde distintos puntos de vista (…) y este en síntesis, es el método cultural (…). El méto-do cultural, -dice Fentanes- como cualquier otro, implica un proceso cognoscitivo, es decir, una serie progresiva de procedimientos y técnicas, que pueden ordenarse en etapas o fases. En un or-den aparentemente lógico, la primera fase sería la investigación, o sea, la observación y descripción de los hechos y normas que se refieren al contenido de la disciplina. Sin embargo, la investigación no puede realizarse sino dentro de un cuadro sistemático, categorial y conceptual. No se puede buscar sin saber lo que se busca y para qué se busca. Es necesaria entonces una guía, una orientación (Fen-tanes 1972: 44 – 45).

Finalmente para explicar las fases del proceso cognoscitivo del método cultural, Fentanes expone la teoría de los análisis o teoría de las fases analíticas. Al respecto sostiene: “El método cultural propio de una ciencia de la cultura versa, a nuestro parecer, sobre las siguientes fases:

• Análisis de la realidad cultural• Análisis histórico• Análisis normativo (o específicamente jurídico, sin olvidar que éste es una especie de lo norma-

tivo)

13 Fentanes acude a Georges Bordeau (1964) “Método de la ciencia política” Editorial Depalma, Buenos Aires.

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• Análisis finalista (en el orden a los fines propios de la ciencia)• Análisis valorativo (o axiológico en el orden pleno de los valores)

Aclara también que adopta el término “análisis” para significar cada fase, que a veces conforma, a su vez, un complejo de métodos específicos, técnicas y procedimientos. Es decir, el método cultural de la ciencia de policía implica dentro de sí, otros métodos, según cada tipo de análisis, y no de forma lineal o no necesariamente en el orden que se plantea anteriormente. Y es un método “sincrético”, esto es, un método que concilia diferentes órdenes (cultural, histórico, jurídico, axiológico…) para lograr el análisis científico del objeto.

2.2.2 La ciencia de policía en Colombia: Fabio Arturo Londoño Cárdenas

Seguidor de Fentanes, el Brigadier General Fabio Arturo Londoño Cárdenas -en uso de buen retiro- dedicado a la incansable actividad académica, de investigación y de reflexión permanente sobre las cuestiones policiales, representa la figura visible de la ciencia policial en este país desde la perspec-tiva del derecho de policía. Entre las tesis que sustenta en sus libros, se encuentra la siguiente: “la teorética policial es de naturaleza jurídica y se desarrolla en el ámbito público o abierto al público, y nada hay más importante para una sociedad que lo sucedido en tales espacios. Y basta, para justifi-carlo, el observar el entorno colombiano y todo cuanto viene afectando la paz que anhelan los hom-bres y que en el país, como un gran infortunio, no se disfruta cabalmente” (Londoño 2006: 27-28).

Al respecto, es oportuno resaltar dos ideas. La primera, Londoño anuncia anticipadamente que el ente policía es objeto de una ciencia jurídica, es decir, la ciencia policial ha de tener una fuerte fundamentación desde la disciplina del derecho público moderno, y dentro de éste, una base en el derecho de policía. Desde este punto de vista, para Londoño es inconcebible edificar la ciencia policial sin derecho, o al menos, sin contar con los principios universales que las ciencias jurídicas han aportado en su evolución: respeto a la dignidad humana y declaraciones universales afines… derechos humanos, derecho internacional humanitario, entre otros.

La segunda idea, consiste en el señalamiento de Londoño con relación al contexto muy particular de Colombia: la relación entre conocimiento científico policial y conflicto armado. De este modo, la alusión a la “paz anhelada”, es el reclamo al descuido histórico de una herramienta “vital para la coexistencia social”: el derecho de policía. ¿Por qué “descuido”? El General exalta la obra de dos eminentes jurisconsultos: Miguel Lleras Pizarro autor de “Derecho de policía: ensayo de una teoría general” (1943), y Roberto Pineda Castillo autor de “La policía: doctrina, historia y legislación” (1950). Si se observan los años de publicación, no es casualidad, sino causalidad, porque en aquellas décadas, en el país se fraguaban los odios partidistas y se cultivaban embriones de violencia que a lo largo de sesenta años perfilaron una policía única en el mundo.14

14 El ente policía padeció una ambigüedad: con el Decreto 1814 del 13 de junio de 1953, bajo el mandato del General

Gustavo Rojas Pinilla, la Policía Nacional fue incluida dentro de las Fuerzas Armadas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea) y

como parte del Ministerio de Guerra. En la actualidad pertenece al Ministerio de Defensa Nacional. No obstante, más allá

de este simple dato histórico, la Policía colombiana es quizás la única del mundo, que más situaciones críticas ha tenido

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El esfuerzo intelectual de dichos autores pasó casi inadvertido en tiempos claves para haber evitado el deterioro de la convivencia. No se trata de especular, que el planteamiento de la ciencia jurídico policial fuera en aquel entonces la panacea para curar los males del naciente conflicto, sino más bien, quizás por ceguera del fanatismo partidista de los años 40 y 50, faltó una visión política contunden-te, basada en la ciencia de administrar con sabiduría los asuntos públicos. Faltó, quizás, ciencia de policía, ciencia en el arte de gobernar para la paz, y no gobierno para la absurda guerra interna de una nación. Si se amplía la anterior interpretación, es factible afirmar, que Londoño invita a construir de fondo una ciencia de paz, una ciencia cuyo fin primordial sea la convivencia, esto es, la ciencia de policía.15

2.2.3. La ciencia policial desde la administración pública: México, Omar Guerrero

La obra de Omar Guerrero representa para América Latina la perspectiva crítica de la ciencia policial desde la administración pública. Entre sus valiosos aportes, dos ideas inseparables articulan su círcu-lo de argumentación para comprender qué fue y cómo puede ser el desarrollo de dicha ciencia: conocimiento y poder. En cuanto a la primera, Guerrero demuestra con detalle el origen que tiene la moderna administración pública en el seno del Cameralismo, exactamente, en la antigua ciencia de la policía (Polizeiwissenschaft). De este modo, la administración pública se plantea como sinónimo de conocimiento sobre el funcionamiento del Estado y la forma como éste se concibe técnicamente en acción. En cuanto a la segunda idea, la antigua ciencia de la policía deja como legado un nuevo arte de gobernar, una ciencia del poder, una ciencia del Estado, una ciencia política, con la capacidad de instrumentalizar el ejercicio de gobierno mediante una estructuración e implementa-ción racional de reglamentos, procedimientos, técnicas y tecnologías al servicio del quien lo ostente.

Quedo claro, que aquello conocido como “administración pública” es herencia directa de la antiguaciencia policial procedente del Estado absolutista de los siglos XVII y XVIII, y que tal saber es quizás el eslabón perdido de las ciencias sociales. Desde este punto de vista, para el interés de la nueva ciencia policial situada en el ámbito de las instituciones de policía del siglo veintiuno XXI, el entendi-miento respecto a la relación entre conocimiento y poder, o, ciencia y política, es esencial. En efecto, la expectativa que las sociedades demandan de los cuerpos policiales y del ente policía en general, depende inevitablemente, del acuerdo entre gobernantes y gobernados: de un lado, del conocimiento que tengan las personas sobre el poder político, y de otro, del poder que implica dicho conocimiento.

Entre las obras más destacadas de Guerrero se hallan: Teoría administrativa de la ciencia política (1976), La administración pública del Estado capitalista (1979), El proceso histórico de la acción gu-bernamental (1982), Introducción a la administración pública (1984), Las ciencias de la administra-ción en el Estado absolutista (1986), Los cultivadores mexicanos de la ciencia de la policía en el siglo

que enfrentar y resolver. Las características geográficas, la diversidad cultural y la complejidad de problemas sociales, la

convierten en experta y poseedora de un amplio conocimiento policial.

15 En el Capítulo IV punto 10 de este trabajo (Perspectivas de la ciencia policial en Colombia) se amplía la visión de Londo-

ño Cárdenas.

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XVIII (1986), y Estudio introductorio a Elementos generales de policía (1996). En estas tres últimas publicaciones, el autor explícitamente expone la concepción que se tuvo sobre la ciencia de la poli-cía en Alemania con el Cameralismo, en Francia y España.

Muy probablemente inspirado por Michel Foucault,16 Guerrero acuña el tema del poder como base de la administración de los asuntos públicos, y llama la atención indirectamente sobre una noción muy en boga: el concepto de políticas públicas. La criticada “razón de Estado” apoyada en la tecno-logía del poder, en cierta medida conduce a la necesidad que tienen los estados modernos de instaurar, fortalecer, o, en algunos casos, recuperar su legitimidad ante la sociedad, y para ello, la acción gubernamental visible o publicitada (política pública), surte un efecto práctico sobre los gobernados. La combinación de las lógicas técnica (administración) y política (poder) son en suma, antecedentes claves de la ciencia policial para el mundo del siglo XXI.

2.2.4. La ciencia de policía en Perú: Guillermo Hinostroza

En el año 2005 la Policía Nacional del Perú mediante acto administrativo publicó un libro titula-do “Fundamentos de Doctrina y Ciencia policial”. Su autor, Guillermo Hinostroza Rodríguez, general retirado y profesor de la Escuela Superior de Policía. Se trata de un texto concebido oficialmente como “un aporte epistemológico al estudio e investigación para formular, desarrollar, consolidar y difundir la doctrina y ciencia policial”. Este fin institucional lo define como un texto cátedra para la formación del cuerpo de policía del Perú.

La perspectiva peruana sostiene que “Ciencia policial es el conjunto de conocimientos ordenados en forma metodológica y sistémica, que el policía trata de analizar e investigar científicamente los hechos que conoce para encontrar la verdad y lograr su finalidad teleológica de dar seguridad y tranquilidad en la convivencia social de la comunidad” (Hinostroza G. 2005: 222). En otros términos, “la ciencia policial es ciencia fáctica, vale decir, aplicativa o pragmática, porque se refiere a hechos y se orienta a la consecución de la verdad. –Y continúa- Nuestra disciplina como ciencia, es socio-técnica por razón de su propia naturaleza, cuyo estudio corresponde también a la filosofía policial, que analiza la razón, causa y origen de la función policial que cumple la Policía Nacional al servicio de la comunidad” (222). De lo anterior se infiere, que la ciencia policial tiene como objeto de estudio los hechos propios de la función policial, y su método es la investigación desde la realidad social cuyo fin es el servicio a la comunidad.

“La justificación (del anterior concepto) radica esencialmente en que el quehacer policial se refiere a hechos que se conocen en el servicio policial, pero, estos mismos hechos son también las carac-terísticas de las ciencias fácticas, por lo tanto, las ciencias policiales son ciencias fácticas. Por esta razón nuestra doctrina policial –se afirma- se sustenta en su propia naturaleza, en la función policial y en los fines constitucionales como de su Ley Orgánica y no en fundamentos diferentes a su propia

16 Según Armando Suárez, Omar Guerrero comenzó a ocuparse del tema (administración – poder) estimulado por un artí-

culo de Michel Foucault titulado “El origen de la tecnología del poder y la razón de Estado” (Ver presentación de Las ciencias

de la administración en el Estado absolutista (1986: 20), Fontamara, México D.F.)

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UNIDAD 02

realidad. Es evidente que el Estado delega a la Policía Nacional la facultad de brindar protección y seguridad a través de la función policial. La función policial cuando se materializa como servicio es objetiva y real, coherente con su finalidad teleológica; ella existe dentro de la sociedad y procura la convivencia armónica de los hombres para que exista orden, paz y desarrollo socio económico” (223).

Como fundamentos de la ciencia policial, Hinostroza plantea que “la verdadera estructura de la cien-cia policial radica en su propia naturaleza, en sus normas, principios y valores, finalidad constitucio-nal, derechos humanos, cultura organizacional, trayectoria histórica, costumbres y tradiciones (…). Bien dicen los analistas de doctrina policial que en materia de Policía todo gira a través de la función policial, que por su carácter social y humanista que realiza y de los fines que persigue al servicio de la sociedad está llamada a lograr una destacada proyección científica en el ámbito social” (223).

En cuanto al método, el texto no expone directamente una forma en que se desarrolle la ciencia policial. De este modo el libro pregunta y responde: “¿Cómo estudiar la ciencia policial? El estudio e investigación de la ciencia policial se encuentra en un proceso de formulación y desarrollo con planteamientos conceptuales que se irán madurando en la medida que los estudiantes tomen conciencia del rol que nos compete como investigadores científicos de nuestra realidad policial y de lo que la sociedad requiera de su policía para su seguridad y protección” (224). Finalmente, la contraposición que el autor hace entre “ciencia policial” y “ciencias policiales especí-ficas” la absuelve del siguiente modo: “Hemos expresado que la ciencia policial se sustenta básica-mente en la función policial como doctrina fundamental de nuestro quehacer. Ella emerge de nues-tra propia realidad en forma objetiva y veraz. En este sentido la Policía como actividad profesional es una sola, tiene unidad, es dogmática, pragmática y holológica. De otra parte, la profesión policial para su mejor desempeño al servicio de la sociedad fragmenta o desdobla sus actividades en funciones específicas, llamadas especialidades las que a su vez tienen sus propios principios y nor-mas que orientan su accionar. Estas especialidades hacen que la doctrina policial sea más dinámica y objetiva (…) y se integran a la ciencia policial y por eso se dice que existen ciencias policiales espe-cializadas o específicas. Para todo policía primero su doctrina y después su especialidad. Dentro de las diferentes especialidades están (225):

• Orden y seguridad• Criminalística• Investigación criminal• Administración policial• Inteligencia policial

El libro de Hinostroza está dividido en dos partes y enumera catorce capítulos a través de los cuales desarrolla las ideas antes mencionadas.

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