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    REFORMISMOOREVOLUCIN

    MARXISMOYSOCIALISMODELSIGLOXXI

    (RESPUESTAAHEINZDIETERICH)

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    REFORMISMOOREVOLUCINMARXISMOYSOCIALISMODELSIGLOXXI

    (RESPUESTAAHEINZDIETERICH)

    ALANWOODS

    LAPRESENTEEDICINFUEPOSIBLEGRACIASALACOLABORACINDELAFUNDACINFEDERICOENGELS

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    ALANWOODSREFORMISMOOREVOLUCIN

    MARXISMOYSOCIALISMODELSIGLOXXI(RESPUESTAAHEINZDIETERICH)

    MAYO, 2008.

    IMPRENTADEMRIDA, C.A.FUNDACINFEDERICOENGELS

    DISEODEPORTADA:ALEJANDROBRICEO

    [email protected]

    DIAGRAMACIN:LUISRUIZ

    [email protected]

    CORRECCINDETEXTOS:NSTORGUERRERO

    IMPRESIN:IMMECA /IMPRENTADEMRIDA, C.A.

    MRIDAEDO. MRIDA

    DPOSITOLEGAL:ISBN:

    IMPRESOENLAREPBLICABOLIVARIANADEVENEZUELA

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    A los obreros y campesinos de Venezuela,los autnticos protagonistas

    de la Revolucin Bolivariana y de este libro.

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    AGRADECIMIENTOS

    A lo largo de los ltimos meses he recibido mucho estmulo de bas-tante gente que tena inters en ver este libro impreso. Esto supusouna gran ayuda para m, ya que en ms de una ocasin me he arre-

    pentido de haber empezado esta tarea. Espero que el resultado naljustique el trabajo con el que tanta gente ha contribuido.

    Deseo dar gracias a todos aquellos que, con su esmerado trabajo hanhecho posible la aparicin de este libro. En primer lugar, mis graciasa Mick Brooks por su inestimable ayuda con la seccin sobre econo-ma y la correccin de pruebas, a Harry Whittacker, Jordi Martorell yFred Weston por su correccin de pruebas y sus valiosas sugerencias.Debo agradecer a Harry Nielsen, Luke Wilson y Alex Grant por susobservaciones tan acertadas del captulo sobre ciencia.

    Como decidimos publicar este libro simultneamente en lengua in-glesa y castellana, tambin me gustara agradecer a Juana Cobo y aPablo Roldn por su excelente traduccin al espaol. Una mencinespecial vaya a Miguel Fernndez, cuyos considerables conocimien-tos literarios me fueron de una gran ayuda para perfeccionar y pulirel texto nal tanto en ingls como en espaol.

    Por encima de todo, mis gracias ms sinceras a mi camarada y com-paera Ana Muoz por su inestimable ayuda y nimo, y por su in-mensa paciencia en la ltima etapa de correccin de pruebas, que fuesuciente para poner a prueba la paciencia de un santo.

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    CONTENIDO

    PRLOGOFERNANDOBUENABADDOMNGUEZ

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    PRLOGODELAUTOR23

    I LOQUEDIETERICHNOSPROMETE29

    II FILOSOFAYCIENCIA

    61III DIETERICHYELMATERIALISMOHISTRICO

    117

    IV HISTORIAYECONOMAPOLTICA159

    V DELSOCIALISMOCIENTFICOALSOCIALISMOUTPICO201

    VI UNESBOZODEECONOMAMARXISTA223

    VII LAECONOMADELSOCIALISMODELSIGLOXXI271

    VIII SOCIALISMOOESTALINISMO? (ERAVII ANTES)335

    IX ELFUTURODELAREVOLUCINCUBANA383

    X NACIONALISMOOINTERNACIONALISMO?445

    XI ELESTADOYLAREVOLUCIN471

    XII LAREVOLUCINVENEZOLANA

    521

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    PRLOGO

    FERNANDOBUENABADDOMNGUEZ

    La lucha de clases no se detiene en las puertas de los cuarteles,de las iglesias... ni de las burocracias.

    UNLIBROCOMOHERRAMIENTADELUCHA

    Tenemos mucho para aprender con esta obra. He aqu un trabajocientco necesario para el combate de las ideas que, apoyado en unmtodo riguroso, ensaya su puntera crtica, claridad terica, nimotransformador y advertencias sistemticas, contra todo reformismo.

    Trabajos como ste no son fciles de conseguir. Se requiere expe-riencia rica en la lucha poltica y se requiere disciplina conceptual.He aqu, tambin en este libro, una contribucin magnica al artede debatir, desde luego, pero mucho ms que eso... he aqu un tra-

    bajo profundo que desmonta, denuncia y corrige toda falacia ideadapor el capitalismo para sepultar al marxismo bajo las lpidas saliv-ceas de algunos intelectuales burgueses barnizados con prestigios.

    Aqu la crtica es motor de la conciencia... y el debate tambin.En contra de aquellos que admiran y cultivan el debate slo como

    una suerte de torneo de silogismos para halagar a ciertos squitos,en contra tambin de todo goce lenguaraz que se agota en el gustopor las formas oratorias, en contra del regodeo academicista que seauto-complace con la invocacin de santorales burocrticos en el

    mercado de los halagos... en contra de todo eso y a favor de mostrarel debate como herramienta de lucha revolucionaria, Alan Woods

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    despliega pacientemente, meticulosamente, con nimo envidiable yhumor nsimo, el mtodo correcto para desmontar falacias. Esesto un homenaje, nada indirecto, a Ted Grant?1Yo no lo dudo.

    He aqu un libro que entiende el uso razonado del debate con unlenguaje transparente capaz de sincerar el origen y el objetivo desus argumentos. Combate de ideas y accin cuya integridad y rigor,incluso cuando cita a su interlocutor, expresa su responsabilidad re-

    volucionaria. Se trata de una lucha cientca con anlisis plenos depropuestas claricadoras al enjuiciar, sin cansancio, al reformismo yal capitalismo. Veamos por qu.

    El Socialismo cientco, por el que luchan genuinamente muchospueblos a estas horas, no es un almacn amorfo donde podemos

    amontonar o revolver armnicamente- reconciliatoriamente-aquellasilusiones burguesas donde todos somos hermanitos de la amnesia,capaces de amarnos como iguales olvidando la justicia social. Elsocialismo no es coartada humanista para la desmemoria, la lenti-tud, la indiferencia y la negacin de la lucha de clases. El Socialismocientco, que se puede entender incluso como una forma nueva delmejor amor humano en plena construccin, es el resultado histricomotorizado por la lucha de clases de los trabajadores hacia su eman-cipacin, es un proceso permanente de la liberacin humana que,con el ritmo de los pueblos, se enfrenta contra todas las cadenasque nos esclavizan y explotan para alcanzar la liberacin dialcticade todas las capacidades, esta vez potenciadas con todas sus fuerzaspropias y mejores. Triunfo de la humanidad conciente y libre, al n,del capitalismo.

    Este debate que Alan Woods esgrime es, entre otras muchas co-sas, una contribucin armada con ideas dispuesta a estudiar lnea porlnea cualquier armacin que tienda a confundir a los trabajadores

    en la lucha por su emancipacin. Tal es una de sus razones de ser:contribuir a frenar y eso es parte de una lucha mundial el acechode los reformistas y los socialdemcratas esmerados en desmora-lizar, retardar, adormecer y derrotar a la Revolucin Socialista y lasideas de Carlos Marx. Aunque se disfracen de progres.

    Este trabajo, bien se ve, ha exigido de su autor mucha ms pa-ciencia y resistencia de la que l mismo conesa. Uno de sus valo-res principales radica en demostrar, sin cansancio, hasta qu punto

    1 http://www.tedgrant.org/espanol/woods/ted-grant-marxismo.htm

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    la demagogia reformista es capaz de manosear cualquier cosa parainyectar confusin y parlisis a las masas incluso al costo de inven-tar todas las mentiras y tergiversaciones histricas que a su antojose presenten como tiles a sus tareas contrarrevolucionarias. Lneapor lnea Alan Woods ha desmenuzado, en este libro, las tesis no-

    vedosas que el reformismo oferta a diestra y siniestra para, ahora,disfrazado de redentor, descarrilar al Socialismo del Siglo XXImetindole confusiones de todo tipo. Pretenden los reformistas ysus cmplices burcratas suplantar la fuerza revolucionaria de lostrabajadores, confundirla y llevarla al redil de la mansedumbre mscriminal. As lo han hecho siempre. Abundan los ejemplos.

    ELRECHAZOALASBUROCRACIASYALREFORMISMOESUNCLAMORPOPULAR

    Hay pases en los que un debate como este es imposible. Los re-formistas se cubren las espaldas, se ayudan entre s y crean camarillasburocratizadas en los gobiernos, las universidades, los sindicatos...los reformistas se blindan con baos mutuos de prestigio lustradocon ttulos universitarios y con nombramientosplenipotenciarios. Losreformistas van por el mundo ufanos de impunidad, se dicen ge-nios unos a otros, cada cual inventa un hilo negro para bordar sunombre en la historia como grandes redentores de la humanidad,mientras consiguen sueldos, becas, ayudas y premios. Ritual odiosodel individualismo. Su misin principal es frenar el desarrollo de laRevolucin Socialista no slo en el siglo XXI y para eso ponen alservicio del capitalismo todo su talento de cachorros perversos. Elamo les da palmaditas de dinero y de fama. Por eso es tan importan-te oponer, a los reformistas y sus burcratas, debate y combate.

    El debate en las manos de un revolucionario debe servir, entreotras tareas, como un organizador de ideas y un movilizador de ac-ciones concretas. De nada sirve el lucimiento personal, el desplantede sabihondos. De nada sirve la palabrera altisonante ni la payasadade trampear al interlocutor con canalladas aparentemente lgicas oefectistas. Lo que vale es el triunfo de la razn, de la verdad y del in-ters revolucionario de los trabajadores para terminar con el poderexplotador de los banqueros, los mass mediagolpistas, las iglesias do-

    mesticadoras de rebeldas, las fuerzas represivas armadas con odio asus pueblos, los terratenientes, los especuladores, el burocratismo, elsectarismo... el capitalismo todo.

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    Hace falta impulsar la Batalla de las Ideas dndole un lugar pre-ponderante a la herramienta del debate cientco que sea capaz deelevar el nivel de la conciencia de los revolucionarios haciendo visi-bles las trampas que el capitalismo nos tiende para hacerse invisibletras la palabrera de ciertos intelectuales y ciertos lderes movilizadospor su desconanza y odio hacia la revolucin socialista. Hasta hoy,salvo excepciones magncas, no se han publicado debates sucien-tes con respuestas estructuradas, hombro con hombro, al serviciode la lucha revolucionaria y socialista. Y este trabajo de Alan Woodsse ofrece como una contribucin, no la nica.

    Derrotar al reformismo no es un problema irresoluble pero espreciso identicar a qu intereses sirve. No es un problema de -

    losofa poltica abstracta, no es un problema terminolgico o te-rico, es un problema poltico de lo ms importante y concreto. Elreformismo adiestrado para subordinarse al control del capitalismoy a favor del saqueo y la explotacin, debe ser derrotado contun-dentemente incluidos sus burcratas desde las ocinas, los talleres,las fbricas, las iglesias, las escuelas, los cerebros, las ideas y los sue-os porque muchas de las ideas del reformismo se han inoculadoa los pueblos durante mucho tiempo para consolidar una mentali-dad contrarrevolucionaria letal que funge como verdad suprema delos oligarcas.

    Este debate impulsado por Alan Woods y la Corriente MarxistaInternacional, la Campaa Manos Fuera de Venezuela y la Funda-cin Federico Engels tiene por inters mayor desmadejar la maraade falacias en cada una de las ideas pretendidamente novedosascon que algunos intelectuales listos se creen capaces de disolverentre pases mgicos la lucha de clases y sus desafos inmedia-tos. Este debate es una herramienta de lucha para la organizacin

    y la transformacin socialista sin intermediarios ni interpretes asa-lariados por la burguesa. Este debate se propone contribuir con lomejor de la lucha obrera mundial, a reconocer las amenazas y losestragos que el reformismo ha causado desde hace mucho tiempo.Contribuye a demostrar que se trata de una lucha aeja ya iniciadapor los clsicos del marxismo y el movimiento obrero mundial quehan denunciado al reformismo y lo han combatido sin tregua. Ade-ms este libro ofrece con toda claridad propuestas concretas para

    actualizar el combate. Nada menos.

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    ESTEDEBATENOESUNPLEITO PERSONAL

    Debate no implica pleito entre personas, aqu el pleito verda-dero es contra el capitalismo y todos sus disfraces. Otro valor deeste libro es que supera con creces cualquier alusin personal.Ms temprano que tarde uno se da cuenta de que poco o relativa-mente importa que un reformista se llame Heinz o se llame Isaas.Que en este trabajo se aluda a una persona es, a poco andar, slouna estrategia para una lucha de envergadura mayor. Detrs, arriba,adentro... de esa persona adalid del reformismo que escribe, habla ypropaga sus tesis a destajo, hay un movimiento contrarrevoluciona-rio empeado en ganar adeptos gracias a mil circunstancias incluso

    la de la ignorancia... incluso la de abuso de la buena voluntad de lostrabajadores. No importa cmo se llamen los individuos o las or-ganizaciones reformistas, su peligro es inminente y la necesidad dedenunciarlos y combatirlos es ineludible.

    Este debate emprendido por Alan Woods se esfuerza en contri-buir a que la clase trabajadora disponga de una herramienta ms parano se dejarse engaar por ninguna forma del reformismo burgus,se empea en advertir que mientras el capitalismo quede intacto,detrs de cualquier ddiva, los obreros estn bajo amenaza y tiendena perder fuerza. De lo que realmente se trata es que el movimientoobrero se desembarace, con sus fuerzas propias, de cualquier estra-tagema que se invente para engaarlo.

    Debe quedar claro a lo largo de esta lectura que el propsito decada lnea es contribuir a consolidar la lucha socialista de los traba-jadores ayudados con ideas claras y denuncias profundas, no slopara contemplar las calamidades del reformismo sino para organi-zarse ecazmente en su combate contra el capitalismo, transformar

    al mundo. Una forma, y no la nica, es desarrollar la discusin sobrelas consecuencias perversas del reformismo no slo para conocer suhistoria maligna o esas ideas pretendidamente novedosas de suscachorros, sino para impedir su permanencia. Los problemas polti-cos, cientcos o de direccin revolucionaria no se dirimen y resuel-

    ven con adjetivos dirigidos a las personas. Lo til verdaderamentees conocer las argucias del enemigo para combatir y transformarcon precisin todo aquello que distorsione la lucha del movimiento

    obrero. Conocer con precisin toda amenaza, todo espejismo, todoengao y aplicar mtodos revolucionarios.

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    ATACARELMALDESDELARAZ

    Es este libro muy radical? Algunos dirn especialmente al-gunos reformistas que este libro es muy radical, y efectivamentelo es porque se propone combatir, desde sus races burguesas y ca-pitalistas ms hondas, las acechanzas y calamidades del reformismoy la burocracia. Eso le duele mucho a las oligarquas porque la na-turaleza y especialidad del reformismo es hacer la vista gorda a lahora de tocar el fondo de los problemas para resolverlos denitiva-mente y entonces ellos hacen uso de los adjetivos ms extravagantesy tramposos que incluyen las injurias personales, las calumnias y elasesinato. Habr que hacer un da la lista de los luchadores sociales

    criminalizados y victimados, agredidos por los reformismos ms di-versos en aras de defender a la burguesa de esos radicales queproponen cambios extremistas. Para las oligarquas, y sus defen-sores, todo es extremismo y todo es excesivo cuando lo quequieren es el quietismo, la mansedumbre, los cambios lentos, lentosy largos, largos... cuando a lo que se dedican es a inventar cualquiercosa incluso intelectuales para liberar al capitalismo de toda inquie-tud. Y muchos cobran caro por eso.

    El hambre en el mundo y la especulacin con los alimentos, laexplotacin desalmada de los obreros y los campesinos, la represincontra los trabajadores, la falta de viviendas dignas, el saqueo de losrecursos y riquezas naturales y la degradacin de los ecosistemas...obra del capitalismo deben ser resueltos desde la raz cualquier so-lucin de supercie, reformista, es insuciente. Suena a engao. Mi-llones de personas en el mundo viven a estas horas los estragos dela barbarie. Podemos pedirles que esperen?

    ELREFORMISMOESCAMALENICO

    El reformismo es camalenico y se escurre por todas partes.Anda por el mundo sembrando confusiones y anda por el mundoponiendo en las mesas de su vaso vaco. Los reformismos, entreotras cosas, se hacen pasar por revolucionarios o se hacen pasarpor progresistas, su papel consiste en frenar todo avance y adue-rselo para negociar con l a favor de sus sectas. El reformismo

    siempre se interpone como interprete o traductor del sentirde los pueblos, se dedica a bloquear toda organizacin y moviliza-

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    ciones que no logra controlar para sus nes de secta. Eso es partede la expresin de uno de los enemigos ms perversos de la clasetrabajadora.

    El reformismo, de no pocas elites, cuenta con empleados del go-bierno, desarrolla ya tareas administrativas y organizacionales. Ad-ministran violencia a favor de los intereses y la acumulacin de lapropiedad privada. Se hacen pasar por demcratas pero se tratade elites de control para perpetuarse en el poder, de un partido, deuna asamblea, de una organizacin social cualquiera si sta lesreporta benecios de algn tipo, claro. Esas lites reformistas sonuna de sus expresiones ms odiosas del capitalismo, se reagrupan,como fuerza contrarrevolucionaria, entre las capas dirigentes para

    gozar de todos los bienes posibles, mientras los pueblos viven en lamiseria y ven postergados sus urgencias. Si no son los trabajadoresquienes asuman el control del Estado con un programa revolucio-nario y hacia la desaparicin de las elites burocrticas, no slo no seproducirn los cambios necesarios sino que el reformismo se encar-gara de postergarlos hasta derrotarlos.

    Desconfan de los pueblos, los creen incapaces de tomar las rien-das de su vida, dicen que son atrasados y que aun, en los trabajado-res, no hay madurez para la revolucin. Ellos se abrogan el dere-cho de dictaminar cundo llegar tal madurez y mientras inventanpaliativos. Escondern con saliva de genios los triunfos de los pue-blos que, incluso contra esos intelectuales, han sabido dar pasos re-

    volucionarios excepcionales. Para los reformistas nada es mejor quehacernos creer que la revolucin son ellos y sus ideas brillantesdel cambio ilusorio para que nada cambie en lo concreto, acom-paados y bendecidos por la misma vieja burocracia, la corrupcininmaculada, los capitalistas intocables, los terratenientes haciendo

    de las suyas con los campesinos y el sabotaje de alimentos... la mis-ma polica, los mismos jueces, los mismos lideres traidores.

    La diferencia entre el reformismo burgus y la lucha por ciertasreformas coyunturales, impulsadas por los trabajadores, radica enque la clase trabajadora no suea con dejar intocable al capitalismo.Quienes creen que el mundo se transforma slo con reformas su-perciales, de maquillaje, deben ser combatidos o corregidos de lamanera ms seria, ellos los reformistas, los que pregonan un cam-

    bio sin cambios de fondo, expresan la manera en que la burguesaengaa a los obreros, a los campesinos, a todos los trabajadores que

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    no dejarn de ser esclavos asalariados por ms reformas o mejo-ras que se inventen mientras subsista el dominio del capital.

    Alan Woods desnuda tal pnico agazapado en la palabrera delreformismo, realiza una labor penetrante sin perder una sola opor-tunidad de denunciar. Toda reforma burguesa, adems de efmera,es tarde o temprano una manera de engaar a los trabajadores. Borracon el codo lo que escribe con la mano. Terminan en la nada y sue-len servir para contentara los obreros slo por un rato, para dividirlos,pelearlos entre s y de esa manera garantizar la esclavitud asalariadade los trabajadores. Incluso en sus casos ms sincerosel reformismoes un instrumento de la burguesa para corromper para sembrar im-potencia, para hacer invisible a los trabajadores su fuerza verdadera

    para transformar al mundo desde sus races. La experiencia de todoslos pases demuestra que todo reformismo es tarde o temprano unaburla a los pueblos. El ascenso de los obreros produce pnico en susexplotadores.

    Este libro contiene, tambin, muchas referencias detalladas so-bre la realidad actual de Venezuela y eso es de un valor inobjetableaunque hay que decir que mucho de lo que aqu se reere al procesorevolucionario hacia el socialismo en Venezuela, y que esta amena-zado permanentemente con intoxicaciones contrarrevolucionariasde todo tipo, vale tambin para muchos otros procesos que en estosmomentos despiertan con energa -no sin amenazas- hacia una ver-dadera democracia socialista. Amenazados incluso desde adentro.Este libro de Alan Woods tiene la cualidad de aludir a un caso espe-cco que reeja una totalidad ante la que es preciso elevar el nivelde la conciencia y elevar el nivel del debate.

    El presidente Hugo Chvez declar una guerra contra la buro-cracia que debe entenderse incluso contra el reformismo. Deni al

    burocratismo como contra-revolucin burocrtica capaz de derrotar ala revolucin venezolana. l sabe que el reformismo es una espe-cie de colesterol de las instituciones. Que las instituciones guber-namentales deberan ser dirigidas por la clase obrera. El presidenteha dicho cosas como: Burocracia y corrupcin son la frmula venenosaque se tiene por dentro es la cuarta repblica y hay que dar una batallaa muerte porque eso puede acabar con lo mejor de los sueos revolucionarios.Pide el presidente al mundo entero, romper con la mentalidad buro-

    crtica, con una cultura de la dilacin, el manoseo y la especulacincon las necesidades de los pueblos. Pide erradicar una cultura del

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    sindicalerismo, los grupos que enquistados en el gobierno se hanacostumbrado a vivir con privilegios; pide enfrentar el desvo de losrecursos y el descorazonamiento de la sociedad victimada por bur-cratas indolentes, inecientes y cancergenos. Esta claro?

    Es de importancia suprema solidarizar activamente con accionesdirectas tras declaratoria y convocatoria de guerra a la burocracialanzada por el presidente Hugo Chvez. Se trata de una convoca-toria que propone avanzar hasta la mdula misma de una frmulacriminal que ha sido cncer en las entraas mismas de toda revo-lucin. Se trata de una convocatoria cuya especicidad, relativa algobierno venezolano, cobra resonancias extraordinarias si se mira laimportancia de semejante guerra en el contexto latinoamericano y

    en el seno mismo de la cultura, hbitos y costumbres cotidianos delos pueblos. Ahora es necesario establecer los mecanismos, tcticasy estrategias concretas para semejante guerra cuya primera virtudes su separacin de toda moraleja, de todo moralismo, para ins-cribirse de inmediato como proceso socialista contra todo lo queempantana y traiciona la voluntad social sus necesidades, recursosy luchas.

    Aquel que se inltra en el gobierno para cuidar sus intereses per-sonales o de secta, para frena el avance de la revolucin que es latoma del poder en manos de los trabajadores, debe ser expulsado deinmediato. Eso es un clamor popular que se extiende cada da ms.Si alguien pretende convertirse o se ha convertido en punta de unapirmide privilegiada y dominante, incapaz resolver las demandasde los pueblos, incapaz de generar trabajo productivo, que de de-dica slo dar ordenes selectivamente, a dar rdenes caprichosas eindividualistas, que se dedica a favorecer a sus amigos o cmplicesy se dedica a castigar a quienes no le son funcionales gozando

    para su bienestar de los impuestos que el pueblo paga si alguienya se propuso dominar a las masas trabajadoras para que guardensilencio u obediencia a favor del podero de una secta si alguienya se dedica a derrochar en gastos para s y su familia, sus amigosy cmplices mientras se olvida y margina las urgencias de los obre-ros, campesinos, indgenas si alguien llmese como de llame- sehace cmplice del uso de las fuerzas represivas para salvaguardar laspropiedades de las clases privilegiadas si ese alguien se apropia

    de manera enmascarada del producto del trabajo ajeno es precisodenunciarlo y combatirlo desde abajo, dirigir una guerra social con-

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    tra todos l y todos ellos, contra esa clase burocrtica, reformista,socialdemcrata... de disfrace de lo que se disfrace. Incluso si sedisfraza de roja... rojita, en cualquier parte del mundo.

    Con este libro Alan Woods se ha dado a la tarea cientca de ex-plicar detalladamente qu es, qu hace, cmo se inltra el reformis-mo en las mejores luchas socialistas y cmo se le combate. Se tratade un libro necesario y urgente que ayudar, sin duda, a perfeccionarnuestras ideas para poner a salvo nuestras mejores luchas hacia elsocialismo. Ayudar sin dudas a liberarnos de un parsito pertinazy muy resistente que insiste en deformar nuestros mejores avances.No aceptemos las frmulas mgicas de los gerentes del capitalismoporque no hay otra manera de que la revolucin se torne irreversible

    ms que expropiando a los terratenientes, banqueros y capitalistas,organizando las bases y mtodos de la economa socialista planica-da bajo control y administracin democrtica de la clase obrera.

    Con este trabajo podemos, de verdad, aprender mucho. Abra-zamos este libro con una bienvenida feliz gracias a su oportunidad,compromiso y valor como herramienta de lucha en plena Batalla delas Ideas y hacia el triunfo del socialismo. Se trata de una contribu-cin rica en principios generales, rica en historia, rica en matices, ricaen ideas... con humor y sencillez para nuestra labor de hoy que, entreotras cosas, exige una muy clara y decidida lucha para a derrotar alreformismo camalenico. Combatirlo, palmo a palmo, incluso entodas sus, como dicen ellos, muy novedosas modalidades. Manosa la obra.

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    ALANWOODS/ PRLOGO

    PRLOGODELAUTOR

    La publicacin de la presente obra requiere alguna explicacin.Muchos amigos me han preguntado por qu estaba dedicando tantotiempo a responder a un hombre cuyos libros son ledos por un

    pblico limitado, mayormente en universidades de Amrica Latina,y que generalmente no estn disponibles en ingls. He de contestarque fui persuadido por las constantes peticiones de mis amigos deCuba y Venezuela, quienes, despus de varios aos, estaban ya har-tos de las pretensiones tericas de Heinz Dieterich y me urgan aque le respondiera.

    Hace ya algunos aos que Heinz Dieterich viene armando enuna ruidosa campaa que ha inventado el socialismo del sigloXXI. Esto ha encontrado algn eco entre ciertos crculos de la iz-

    quierda en Venezuela y en algn otro pas. Como todos sabemos, enVenezuela est teniendo lugar un debate importante sobre la natura-leza del socialismo, inspirado por las declaraciones de Hugo Chveza favor de ste.

    Esto es enormemente importante, no slo para Venezuela, sinopara el movimiento obrero internacional en su conjunto. Despusdel hundimiento de la Unin Sovitica, hay un fermento de discu-sin dentro de la izquierda a escala mundial. El ignominioso fracaso

    del estalinismo y la contraofensiva ideolgica sin precedentes de laburguesa en contra del socialismo ha llevado a algunos a la conclu-sin de que las viejas ideas del marxismo (el socialismo cientco)ya no son vlidas, y que es necesario inventar algo nuevo y original.Esto es justamente lo que Dieterich arma haber logrado.

    Durante la campaa del referndum de diciembre de 2007 sobrela reforma constitucional, el nombre de Heinz Dieterich empez,de repente, a adquirir una mayor importancia. Se opuso a la refor-ma y defendi pblicamente al general Baduel, anterior Ministro deDefensa, que se pas a la oposicin e hizo campaa por el NO en

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    el referndum. Despus, Dieterich dijo que apoyaba el S como unmal menor.

    Cmo es posible que alguien que ha cultivado una imagen dehombre leal a Chvez y a la revolucin bolivariana pudiera compor-tarse de esa manera? Todo esto conmocion a muchos que, dentrode la izquierda, haban aceptado sin crtica las audaces pretensionesdel profesor Dieterich. A m, despus de haber ledo cuidadosamen-te sus artculos y sus libros durante meses, no me sorprendi enabsoluto.

    No es una casualidad que en un momento decisivo Heinz Die-terich tomara una postura claramente en contra del avance de la re-

    volucin hacia el socialismo. Es la conclusin lgica e inevitable a la

    que conducen todas sus teoras y su peculiar versin del socialismodel siglo XXI un tipo de socialismo que nada tiene que ver con elsocialismo, como veremos ms adelante.

    DELANTI-DHRINGALANTI-DIETERICH

    Para preparar mi respuesta, decid releer el famosoAnti-Dhring,de Engels, en el que ste responde a los argumentos de un hombreque, hace ms de un siglo, armaba haber desarrollado una teoranueva y original del socialismo, que dejara las ideas de Marx (y detodos los dems) obsoletas. Encontr que la similitud entre Dhringy Dieterich era increble. No slo en sus ideas, sino inclusive en laforma de expresarlas.

    Las primeras palabras del prlogo al Anti-Dhringson: El pre-sente trabajo no es en modo alguno fruto de ningn irresistible im-

    pulso interior. Al contrario. Como Engels, yo no tena deseo algunode escribir el presente libro. Acept a regaadientes por considerarlo

    una distraccin inoportuna en relacin a otras tareas ms impor-tantes. Pens, inocentemente, que podra lidiar con ello de formarpida. Pero estaba equivocado. Cuanto ms me adentraba en esaespesa jungla de prosa enmaraada e ideas enrevesadas, ms clarome pareca que sera imposible ofrecer una respuesta breve. Cuantoms escriba, ms pensaba en las palabras de Engels en el prlogodelAnti-Dhring:

    A pesar de todo ello pas un ao antes de que me decidiera, des-cuidando otros trabajos, a hincar el diente en esa amarga manzana.

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    ALANWOODS/ PRLOGO

    Pues era una manzana que haba que comerse del todo si se daba elprimer bocado. Y la manzana no era slo amarga, sino tambin muyvoluminosa. La nueva teora socialista se presentaba como ltimofruto prctico de un nuevo sistema losco. Haba, pues, que estu-

    diarla en la conexin de ese sistema y, por tanto, haba que estudiarel sistema mismo. Haba que seguir al seor Dhring por un extensoterritorio en el que trata de todas las cosas posibles y de algunasms. (Federico Engels.Anti-Dhring. Barcelona. Editorial Grijalbo.1977. p. 3)

    Los escritos de Heinz Dieterich son una manzana an ms amar-ga y voluminosa que la que el viejo Engels hubo de tragarse. Como

    Herr Dhring, Heinz Dieterich escribe sobre muchas cosas dife-rentes y, como todo lo mezcla, tuve, por obligacin, que seguirleen sus piruetas, giros y vueltas. Parece ser incapaz de escribir sobreeconoma poltica sin meter por medio la historia de la losofa, ode las perspectivas de la revolucin boliviana sin especular sobre lanaturaleza del universo.

    La intencin del presente libro es, pues, doble: responder a lasideas de Heinz Dieterich y explicar tan claramente como sea posiblelas ideas clsicas del marxismo, que en todo contradicen a las deDieterich. Soy consciente de que este hecho puede no facilitar sulectura. Hay algunas citas muy largas, algunas del camarada Dieteri-ch y otras de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.

    Si este libro es, por consiguiente, ms bien largo, el lector siemprepodr consolarse al pensar que el universo, por el que el camaradaDieterich se pasea con tan envidiable facilidad, es mucho mayor. Es-peremos que algn da alguien le explique a Heinz Dieterich que labrevedad es el alma del ingenio. Pero hasta que ese da llegue, no

    tendremos ms alternativa que responderle punto por punto, pginapor pgina, galaxia por galaxia, milenio por milenio.En el presente libro he intentado examinar las extravagantes ar-

    maciones del camarada Dieterich, para determinar hasta qu puntostas son vlidas. Es realmente verdad que ha descubierto un con-cepto del socialismo enteramente nuevo y original? Si fuera cierto,esto tendra implicaciones muy serias para los socialistas de todo elmundo. Tendramos que reevaluar todas las ideas bsicas del marxis-

    mo y crear un conjunto de ideas y principios enteramente nuevo.Como autor de este trabajo, tengo el deber de dejar claro al lector

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    desde qu posicin me dispongo a realizar mi tarea. Escribo comoalguien que durante toda su vida ha defendido el marxismo. Consi-dero que las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky son ahora tancorrectas y pertinentes como siempre lo han sido. De hecho, sonahora ms necesarias y relevantes que en cualquier otro momento.Naturalmente, si alguien puede convencerme de que posee un cuer-po de ideas superiores al marxismo que hacen de l algo obsoleto,estoy dispuesto a cambiar de opinin. Sin embargo, durante casi 50aos he estudiado cuidadosamente no slo todas las obras de losgrandes escritores marxistas, sino tambin las de un buen nmerode sus crticos. Despus de haber escuchado muchos argumentosde gente que armaba ofrecer una alternativa, no he odo nada que

    pudiera compararse ni remotamente con la profundidad y riquezadel marxismo. Est an por aparecer un cuerpo de ideas que seacerque mnimamente a las alturas del marxismo para desplazarlocomo herramienta cientca para comprender el mundo en el que

    vivimos.La enorme superioridad del mtodo marxista puede apreciarse

    enEl Maniesto Comunista, el documento fundacional del socialismocientco. Escrito en 1848 por dos jvenes revolucionarios, este tex-to es el libro ms moderno que hoy se pueda leer. De hecho, es msrelevante hoy que cuando fue escrito. Aqu tenemos una descripciny un anlisis perfectos del mundo, no como era entonces, sino tal ycomo es ahora. De cuntos libros escritos hace ms de 150 aosse puede decir lo mismo? sta es una respuesta decisiva para todosaquellos que argumentan que las ideas marxistas son ideas viejas,sin relevancia para el mundo en el que vivimos!

    IDEASNUEVAS?

    En relacin a las ideas nuevas y originales del siglo XXI dirslo lo siguiente: a pesar del ruido y la fanfarria, entre toda la vastaproduccin literaria de los Dieterichs de este mundo, hasta el dade hoy, no he ledo una sola idea que sea genuinamente nueva. Heencontrado muchas nociones viejas y anticuadas que han sido resca-tadas del vertedero de la historia, ideas no cientcas y utpicas quefueron respondidas hace mucho tiempo por Marx, Engels y Lenin,

    ideas que pertenecen a la prehistoria del movimiento obrero. Estasideas viejas y desgastadas del socialismo utpico y premarxista han

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    ALANWOODS/ PRLOGO

    sido desempolvadas y presentadas como el socialismo del siglo XXI.An as, algunas almas cndidas lo han tomado en serio.

    Toda esta charlatanera sobre ideas enteramente nuevas y ori-ginales resulta supercialmente atractiva. Despus de todo, quinno preferira un bonito coche nuevo o un ordenador ltimo modeloen lugar del modelo del ao pasado? Pero en realidad, la analogaes falsa y contradice nuestra experiencia. Lo nuevo no es necesa-riamente mejor en todos los casos, tampoco algo por ser viejo esnecesariamente malo. Un coche o un ordenador nuevo que no fun-cionen son peores que unos viejos que s lo hagan. La rueda esuna invencin bastante vieja, pero despus de miles de aos siguefuncionando bastante bien. Qu deberamos pensar de alguien que

    nos pide que abandonemos la rueda (porque es vieja) y busquemosuna rueda del siglo XXI? Qu tipo de rueda sera sta? Triangular,quizs cuadrada? Sea cual fuera la forma que tomara, estamos con-

    vencidos de que no nos llevara un solo paso ms lejos.Por nuestra parte, no creemos que haya necesidad alguna de

    reinventar el socialismo, de la misma manera que no necesitamosreinventar la rueda. Por supuesto, ser necesario introducir esta oaquella modicacin, pero lo extraordinario es los pocos ajustes quetenemos que hacer a las ideas elaboradas por Marx y Engels en elsiglo XIX, y desarrolladas y enriquecidas por Lenin y Trotsky en elsiglo XX. Quizs tengamos que cambiar algo aqu o all, pero enlo fundamental, las ideas bsicas mantienen todo su vigor y actua-lidad. Por supuesto, est muy bien debatir las ideas del socialismo,y nosotros participaremos en este debate con el mayor de los entu-siasmos. Lo que no est tan bien es que Heinz Dieterich y otros seapropien el derecho a monopolizar cualquier interpretacin sobreel socialismo en el siglo XXI. Y lo que es an peor, como veremos

    ms adelante, es que esta interpretacin del socialismo resulte serexactamente lo mismo que el capitalismo.

    Heinz Dieterich se presenta en la arena internacional como unamigo de la revolucin bolivariana. Esto es un punto a su favor.La revolucin bolivariana necesita de todos los amigos que puedaconseguir. Dios sabe que tiene enemigos ms que sucientes! Perohay amigos y amigos. En la Biblia, el infortunado Job tena razonespara lamentar el consuelo ofrecido por sus amigos en los momentos

    de mayor necesidad. No tenemos ninguna duda de que los revolu-cionarios de Venezuela tendran mayores razones para lamentarse si

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    aceptasen como buena moneda los consejos generosamente ofreci-dos por amigos como Dieterich. Este tipo de amistad nos trae a lamente el viejo dicho:

    Dios me libre de los amigos, que de los enemigos me librar yo.

    Londres, 1 de mayo de 2008

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    I

    LOQUEDIETERICHNOSPROMETE

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    CHVEZYDIETERICH: DOSCONCEPTOSDIFERENTESDELSOCIALISMO

    En la primera dcada del siglo XXI, la humanidad se encuentraen una encrucijada. Por una parte, los avances de la ciencia, la tec-nologa y la industria abren el camino a un futuro deslumbrante deprosperidad, bienestar social y avance cultural sin lmites. Por otra, lapropia existencia de la raza humana se ve amenazada por la devasta-cin del planeta en nombre de los benecios. Millones de personas

    viven en la pobreza al borde de la inanicin. En un pas tras otroaparecen elementos de barbarie. El futuro del planeta est amenaza-do por la degradacin ecolgica global.

    La cada de la Unin Sovitica dio luz verde a una ofensiva ideo-lgica sin precedentes contra las ideas del socialismo. El colapsode las economas planicadas bajo control burocrtico del Este sepresent como la prueba denitiva del fracaso del comunismo y,por supuesto, de las ideas de Marx. Los defensores del capitalismo

    vieron en la cada de la Unin Sovitica la demostracin de que susistema era el nico posible. Soaron con un Nuevo Orden Mundialbasado en la paz y la prosperidad. Se imaginaron que el actual auge

    econmico temporal signicaba no slo un retorno a los das desu juventud sino tambin a la abolicin de todas las crisis, algo queni siquiera merece ser considerado como un pensamiento serio. Escomo el pattico autoengao de una persona decrpita que se niegaa mirarse al espejo.

    Estas ilusiones se hicieron aicos rpidamente. Hoy no quedapiedra sobre piedra de los sueos de la burguesa. Por todas par-tes vemos el despertar de las masas que buscan una salida. Se estabriendo un nuevo periodo. Existe un cuestionamiento creciente delcapitalismo y un inters cada vez mayor por las ideas del socialismo

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    y del marxismo. En el prximo periodo, cientos de miles y millonesde personas buscarn ansiosamente las ideas que hoy se discuten enpequeos grupos. Ya lo estamos presenciando en Amrica Latina,donde la tendencia revolucionaria ha ido ms all que en ningunaotra parte. La revolucin venezolana es la respuesta nal a todosaquellos cobardes y apstatas que dijeron que la revolucin y el so-cialismo ya no estaban en el orden del da.

    A Lenin le gustaba mucho el proverbio ruso que dice que la vidaensea. En una revolucin la gente aprende muy deprisa. Esto escierto en el caso de las masas, pero tambin de sus dirigentes. Sinduda, Hugo Chvez ha aprendido mucho de su experiencia de larevolucin y tambin ha sacado conclusiones importantes. No es

    casualidad que Hugo Chvez haya abierto un debate sobre las ideasdel socialismo. La revolucin bolivariana ha avanzado rpidamentey est yendo ms all de los lmites del capitalismo y desaandola propiedad privada. La vieja sociedad est muriendo y la nuevasociedad lucha por nacer. Y lo que ha sucedido hoy en Venezuela,maana suceder en Gran Bretaa, en Rusia, en China y en los pro-pios EEUU.

    Las declaraciones de Hugo Chvez a favor del socialismo hanabierto un debate muy serio en Venezuela donde las ideas del socia-lismo y del marxismo se discuten con entusiasmo en cada fbrica,en cada pueblo, en cada parada de autobs y en cada mercado. Nose trata del tpico debate acadmico de los crculos intelectuales delas universidades. Las masas tienen una actitud seria hacia las ideas,porque de lo que se trata no es de una tesis doctoral, sino de unacuestin de vida o muerte. Lo que esto signica es que el socialismoha salido del estudio del acadmico y ha entrado a la luz del da.

    Desde el punto de vista del marxismo este es un acontecimiento

    de extrema importancia. El marxismo es una losofa que lleva a laaccin y que es impensable sin accin. En palabras de Marx: Loslsofos no han hecho ms que interpretar de diversos modos elmundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Pero no todo elmundo est contento con esto. Al da siguiente, un autntico ejrcitode escribas de izquierdas sali corriendo a corregir al presiden-te: S, por supuesto, estamos a favor del socialismo, dicen. Pero,cuidado! lo que queremos es slo socialismo del siglo XXI! La gran

    ventaja de esta expresin es que nadie sabe lo que signica. Es unabotella vaca que cada uno puede llenar con el contenido que quiera.

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    Cuando hablamos de socialismo del siglo XXI, en primer lugar te-nemos que establecer:de qu tipo de socialismo estamos hablando?

    LOQUENOSOFRECEDIETERICH

    Heinz Dieterich es un profesor alemn que se describe a s mis-mo como economista cientco y socilogo. Ha sido profesor dela Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico desde 1977 yes uno de esos acadmicos que estn ansiosos por contarnos lo queChvez realmente quiere decir, como si el Presidente no fuera capaz dehablar por s mismo.

    Hace muchos aos Heinz escribi libros defendiendo el marxis-

    mo. Pero ahora ha rechazado ya todas esas alocadas ideas revolucio-narias y dice haber inventado algo totalmente nuevo y original, quel denomina socialismo del siglo XXI (o el Nuevo Proyecto His-trico). Sobre ste y otros temas ha publicado numerosos libros.Si la calidad de su produccin literaria fuera del mismo calibre quela cantidad, la humanidad tendra motivos para regocijarse. As que,despus de considerables dudas, se me convenci para que exami-nara estas teoras nuevas y originales que prometen nada ms y nadamenos que la completa liberacin de la humanidad en un mundo depaz y abundancia.

    Por una extraa coincidencia, si uno cree lo que Dieterich escribeen sus libros, lo que Chvez realmente quiere decir coincide exacta-mente con lo que Dieterich entiende por socialismo del siglo XXI.Esto es bastante lgico, ya que segn Heinz ste es el nico tipo desocialismo que es posible o deseable, y cualquiera que lo cuestioneest destinado a ser arrojado a la oscuridad exterior donde slo hayllantos y lamentos y rechinar de dientes. En una entrevista publicada

    en el peridico alemn de izquierdas Junge Welt(17/01/06), Diete-rich nos informa: Yo tambin aport la idea de un socialismo delsiglo XXI, junto con algunas otras cosas en las que mis modestasaportaciones tericas probablemente pueden ayudar positivamentea apoyar el proceso.

    Esta humildad nos impresiona sobremanera. Las modestasaportaciones tericas de Heinz probablemente pueden ayudara apoyar el proceso. l ha aportado la idea de un socialismo

    del siglo XXI, es decir, l, y no Chvez, lo ha inventado (junto aalgunas otras cosas). Y por lo tanto, l, y no Chvez o cualquier otra

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    persona, tiene el derecho divino a decirnos qu es. Nos complaceramucho si alguien pudiera explicarnos en un lenguaje sencillo cmoser la futura sociedad socialista. Nos complacera incluso ms sipudieran explicarnos cmo derrocar el capitalismo con el mnimocoste y esfuerzo. Heinz Dieterich nos promete todo esto y ms. Porlo tanto, consideramos que es nuestro deber seguirle en este gran

    viaje de descubrimiento, con la esperanza de encontrar, no slo unaolla llena de oro, como la que se supone que nos espera al nal delarco iris, sino el secreto de la felicidad humana, la justicia y la igual-dad. Esto sera maravilloso, si fuera verdad.

    DIETERICHYDHRING

    Los socialistas revolucionarios estamos acostumbrados a los ata-ques furiosos contra el socialismo y el comunismo, no slo los de losdefensores declarados del capitalismo y el imperialismo, sino tam-bin por parte de los reformistas (tanto de los de derechas comode los de izquierdas), y tambin por parte de los supuestos inte-lectuales radicales pequeo burgueses, algunos de los cuales tienenganas de luchar contra el capitalismo, pero no tienen la menor ideade cmo hacerlo. Estas tendencias reformistas antirrevoluciona-rias siempre han existido. Marx y Engels ya las combatieron en

    El Maniesto Comunista, en la seccin sobre el socialismo pequeoburgus.

    Ms tarde, ambos encabezaron una feroz lucha ideolgica contralos Katheder Sozialistenen Alemania los listos profesores universi-tarios que pretendan ponerse a la cabeza del movimiento obrero ydiluir sus ideas marxistas revolucionarias. Tales tendencias siemprehan jugado el papel ms pernicioso en el movimiento obrero. En-

    gels escribi un libro entero, elAnti-Dhring, para rebatir las ideas deEugene Dhring, un ejemplo tpico de los Katheder Sozialisten.

    Despus de un trabajo de demolicin de tal calibre uno pen-sara que ya se haba dicho la ltima palabra, pero no. Las ideasque deende Heinz Dieterich son la ltima expresin del mismofenmeno que representaban Dhring y los Katheder Sozialisten, delos cuales Heinz Dieterich es el sucesor en lnea directa. Dhring se

    vanagloriaba de haber descubierto un tipo de socialismo totalmente

    nuevo y original, que dejaba a Marx sin ningn tipo de relevancia.De la misma manera, Dieterich argumenta que su teora nueva y

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    original del socialismo del siglo XXI supera al marxismo y todolo que le ha precedido.

    La moda actual de buscar nuevas ideas que supuestamente supe-ran a las viejas ideas desacreditadas del marxismo, no es en abso-luto accidental. La clase obrera no vive aislada de las dems clasesy puede caer bajo la inuencia de clases e ideologas ajenas. Esto esparticularmente cierto en periodos de reaccin, despus de impor-tantes derrotas histricas, cuando los trabajadores temporalmentecaen en la inactividad. Entonces los elementos pequeo burgueses(que, al igual que los pobres, siempre estn con nosotros), salen a lasupercie, marginando a los obreros a codazo limpio. La voz de lostrabajadores queda ahogada por el coro de la gente inteligente que

    ha perdido la voluntad de luchar y estn ansiosos por persuadir a losobreros de que la revolucin slo trae lgrimas y desilusiones.Si ya de por si es malo tener que estar constantemente respon-

    diendo a las mentiras y distorsiones de la burguesa, ahora hay ungran nmero de ex-comunistas, que han abandonado abiertamen-te el marxismo y se han pasado al campo de la burguesa. Muchos deellos atacan abiertamente las ideas que tan fervientemente defendie-ron en el pasado. Otros siguen hablando del marxismo, pero, al igualque Bernstein y Kautsky, quieren revisarlo, introducir algunaspequeas modicaciones, para actualizarlo. Al igual que cual-quier otra ciencia, el marxismo admite modicaciones y cambios.El marxismo debe tener en cuenta todos los cambios en la situacinobjetiva, de lo contrario no sera un mtodo cientco sino un dog-ma sin vida. Pero la dialctica nos muestra cmo una cierta cantidadde pequeos cambios puede transformar una cosa en su contraria.

    Lo cierto es que los revisionistas no quieren actualizar el marxis-mo, sino diluirlo y liquidar todo su contenido revolucionario. Este

    tipo de gente est moviendo cielos y tierra para levantar una barreraentre las masas y el marxismo, alegando que el marxismo est desfa-sado y que necesitamos crear un sistema de ideas nuevo y comple-tamente novedoso que, nos aseguran, ser el autntico socialismodel siglo XXI. Sin embargo, cuando lo examinamos detenidamente,

    vemos que este tipo de ideas ni es nuevo ni es socialista, sino simple-mente un refrito de los viejos intentos utpicos de los reformistasde crear un capitalismo con rostro humano.

    La nica intencin de este ruidoso coro es desviar la atencin dela juventud, causar la mxima confusin y actuar de barrera para im-pedir que la nueva generacin tenga acceso a las ideas del marxismo.

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    Es slo el reejo de la campaa de la burguesa contra el socialismoy el comunismo, pero es mucho ms peligrosa y daina, porque esuna campaa que se lleva a cabo bajo una falsa bandera. Sus defen-sores se oponen radicalmente al socialismo y a la revolucin, perono se atreven a admitirlo probablemente ni siquiera a s mismos(hasta qu punto se creen realmente las tonteras que escriben esalgo que slo un psiclogo experto podra determinar). Disfrazansu reaccionario mensaje antisocialista y antirrevolucionario con unadensa capa de fraseologa de izquierdas y radical que hace ms difcilque la gente lo identique.

    Lejos de ser nuevo y original, ste es el mtodo de los utpicos,cada uno de los cuales invent un plan particular para la salvacin de

    la humanidad y estaba rmemente convencido de que la nica raznpor la que la humanidad continuaba sufriendo era porque todavano haba tenido acceso a esos planes. Para los utpicos, la lucha declases no exista. Ellos se dirigan a burgueses ilustrados con peticio-nes para que aplicaran sus planes utpicos. El papel revolucionariode la clase obrera no entraba en sus cabezas, de la misma maneraque no entra en los planes reformistas del camarada Dieterich.

    A pesar de sus ideas fantsticas, los viejos utpicos eran pensa-dores brillantes y originales, que hicieron una gran contribucin aldesarrollo de las ideas del socialismo. Ellos escriban en los alboresdel capitalismo, cuando la industria se limitaba prcticamente a unsolo pas Inglaterra y el proletariado todava estaba en su infancia,por lo tanto era natural que no se basaran en la clase obrera. PeroHeinz Dieterich no tiene esa excusa. En la primera dcada del si-glo XXI, el desarrollo del capitalismo ha creado una poderosa claseobrera en todos los pases. Hoy en da, no se enciende una bombilla,no gira una rueda, ni suena un telfono sin el permiso de la clase

    obrera. Ignorar este poder colosal y tratar de hacer retroceder elreloj dos siglos, descartando el mtodo cientco del marxismo porlos planes fantsticos y la retrica sentimental de los utpicos, esa esuna posicin completamente retrgrada y reaccionaria.

    El mtodo del camarada Dieterich tiene ms en comn con elracionalismo del siglo XVIII que con la dialctica marxista. El ra-cionalismo en vsperas de la revolucin francesa era una fuerza re-

    volucionaria. Pero el racionalismo en la etapa de decadencia senil del

    capitalismo, cuando se dirige contra el materialismo dialctico, slopuede jugar un papel negativo. Es cierto que Dieterich todava habla

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    de marxismo y dialctica, pero su marxismo ha sido despojado detoda su esencia revolucionaria, extirpado de su base clasista y delmtodo cientco del materialismo dialctico. En otras palabras, noes marxismo en absoluto.

    De manera consciente o inconsciente, Heinz Dieterich est dan-do justicacin terica a todo esto. Bajo la falsa bandera del socialis-mo del siglo XXI, est realizando una estridente campaa contra elsocialismo y la revolucin socialista. Est introduciendo confusinen las mentes de los cuadros del movimiento bolivariano que nohan tenido el tiempo suciente o la oportunidad de familiarizarsedirectamente con las ideas del marxismo. Acaso es consciente desu papel? Esta pregunta no la puedo responder y, en cualquier caso,

    no tiene la menor importancia. El camino hacia el inerno siempreha estado empedrado de buenas intenciones.

    ELMTODODEDIETERICH

    El ltimo trabajo de Dieterich sobre el tema es Hugo Chvez y elsocialismo del siglo XXI. Este trabajo hace una serie de armacionesambiciosas. Nos ofrece una teora totalmente nueva del socialismoque va ms all de la mera crtica al capitalismo global o a las in-terpretaciones histricas (hermenuticas) de lo que Marx y Leninrealmente queran decir. (Dieterich. Hugo Chvez y el Socialismo delSiglo XXI, p. xvii.)

    Dieterich empieza con el loable objetivo de explicar su objetivo,ya que la psicologa bsica nos ensea que si no podemos denirel objetivo que pretendemos alcanzar, tampoco vamos a entenderbien, si las tendencias de la realidad y los tiempos favorecen el xitode nuestros empeos o si van en la direccin contraria. (Ibd.) S,

    eso es absolutamente cierto. Si nos jamos el objetivo de viajar ha-cia el oeste, puede ser til observar que nuestros pies no nos estnllevando hacia el este. Esto es uno de los resultados de un estudioprofundo de la psicologa bsica, que tambin nos ensea que sidecidimos ir hacia arriba, debemos a toda costa evitar la tentacinde ir hacia abajo. Pero, continuemos con la denicin de nuestroobjetivo.

    No tan rpido, grita el camarada Dieterich, que est decidido a

    mostrarnos lo difcil que es denir nuestros objetivos, por no hablarde alcanzarlos. Contina:

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    Sin la orientacin de objetivos concretos y especcos toda praxishumana es difusa y tiende a desanimarse o perder el rumbo ante losobstculos que aparezcan sobre la marcha. (Ibd., p. 4)

    Si no me marco objetivos concretos y especcos cuando melevanto de la cama por la maana, como por ejemplo quitarme el pi-jama y vestirme, lavarme la cara y cepillarme los dientes, y ponermelos zapatos, asegurndome que me he anudado los cordones, puedeser que nunca consiga salir por la puerta de la casa. Lapraxis humanaser difusay puede tender a desanimarmeyperder el rumbodebido a losobstculos que aparezcan sobre la marcha al salir de mi casa y em-

    pezar mis actividades diarias.Si quiero permanecer con vida no es una mala idea acordarme derespirar. S, todo esto es perfectamente cierto, y ms o menos evi-dente para la mayora de los hombres y de las mujeres, que no nece-sitan que un profesor universitario se lo explique. Pero este profesortiene un cierto don para armar lo que es obvioy lo exhibe con entu-siasmo en todos sus escritos. Muestra su erudicin usando las pala-bras y expresiones ms complejas, como hermenuticas, amn deuna abundancia de palabras alemanas y latinas, que nos hace sentirque estamos aprendiendo algo nuevo y muy profundo.

    Aprendemos a andar andando, se nos informa (algo que nosabamos antes). Pero slo podemos andar ecazmente si estamosorientados por una brjula. (Ibd.) La brjula que necesitamos parapoder andar en la direccin correcta no es otra que las teoras deHeinz Dieterich. As pues, brjula en mano, nos disponemos an-siosamente a seguir un placentero e instructivo paseo guiado quenos llevar a muchos sitios antes de llegar, sanos y salvos, a la tierra

    prometida del socialismo del siglo XXI.El camarada Dieterich ahora describe no slo su objetivo sino

    tambin su mtodo. ste combina el poderoso mtodo del razona-miento cientco con los de la solidaridad y la convivencia pacca social.(Ibd. El subrayado es mo.) Para empezar, observemos que este ob-jetivo podra ser aceptado en principio por cualquier socialdemcra-ta, reformista, pastor o burgus lantrpico. En segundo lugar, noes nuevo ni original. Es tpico de los sueos e ilusiones sentimenta-

    les de los socialistas utpicos y burgueses a los que ya Marx y Engelsrespondieron hace mucho tiempo enEl Maniesto Comunista.

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    Que todos los hombres y mujeres deberan vivir juntos en paz yarmona es el deseo ferviente de prcticamente todo el mundo; quelos seres humanos deberan vivir segn el principio de solidaridad espor lo menos tan viejo como el Nuevo Testamento (en realidad mu-cho ms viejo). Deberamos amarnos los unos a los otros y deberahaber paz en lugar de guerra. Amn! Pero ya en el Antiguo Testa-mento (Jeremas, 6:14) tenemos una respuesta adecuada a todos loslisteos sentimentalistas que dicen Paz, paz, yNo hay paz.

    Se nos invita a llegar a la conclusin de que todas las guerras,terrorismo, hambre, explotacin y opresin son el resultado de unpequeo malentendido. Todo lo que necesitamos es informar a laraza humana de que todos debemos vivir en paz, armona y solida-

    ridad, y que esto se puede conseguir siguiendo unas cuantas suge-rencias sencillas que el camarada Dieterich ha inventado y que ahoraofrece a la raza humana en el cmodo formato de un libro de tapasblandas de poco ms de 200 pginas. En este no volumen, comohemos dicho, Heinz Dieterich escribe sobre todas las cosas bajo elsol y algunas otras tambin. Cul es el objetivo de todo esto? Laintencin es llenar al lector inocente de un sentimiento de admira-cin y sobrecogimiento. Nos recuerda las palabras del poeta inglsdel siglo XVIII Oliver Goldsmith que, en La Aldea Desierta, describecmo los campesinos ignorantes escuchan maravillados al maestrode la aldea:

    Tambin en la argumentacin, el maestro talento tena,Pues, an vencido, argumentar poda;Las palabras largas y eruditas y de sonido atronadorMaravillaban a los rsticos congregados a su alrededor ;Y seguan asombrados, y la admiracin creca,

    De que una cabeza tan pequea pudiera contener tanta sabidura.

    Sera bueno saber qu es lo que el camarada Dieterich realmentequiere decir. Esto no es siempre fcil, ya que utiliza un vocabulariodesconocido para otros mortales. Los libros de Heinz Dieterich sontan oscuros porque en ellos la confusin se aade a la confusin, ypara disimular toda esta confusin, recurre a un lenguaje desconcer-tante e incomprensible, que se supone que debe crear la impresin de

    una profundidad de pensamiento que sobrepasa la comprensin.Los escritos de Marx y Engels son tan claros porque tienen un

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    mensaje socialista claro. Marx y Engels escribieron en un lenguajemaravillosamente simple porque estaban escribiendo para los obre-ros, y cualquier obrero de inteligencia media puede entender susescritos. Esto no es una casualidad. Un buen escritor es aquel quesabe cmo convertir ideas complejas en simples, mientras que unmal escritor slo sabe cmo convertir ideas simples en complicadas.

    A Heinz Dieterich se le puede acusar de muchas cosas, pero nadiele podra acusar de ser un buen escritor. El motivo por el que estoslibros son tan difciles de leer no es porque tengan un contenidoprofundo, sino justamente por lo contrario. Aqu, la falta absolutade contenido se ve generosamente compensada por una riqueza delenguaje complicado, vocabulario poco claro y un autntico labe-

    rinto de enredada sintaxis. Sobre este tipo de cosas el viejo Hegelcoment en una ocasin: De la misma manera que hay una anchuraque est vaca, tambin hay una profundidad que est vaca. Estaspalabras expresan todo lo que es necesario decir sobre el tema.

    CMOHEINZINTERPRETA ACHVEZ

    Despus de hacer algunas referencias elogiosas a Chvez, Diete-rich se ha colocado a s mismo y a sus teoras rmemente en elcentro del escenario. Heinz no pierde tiempo en presentar su pri-mera lista, que se saca del bolsillo con la misma habilidad que unama de casa se saca la lista de la compra en el mercado. Se nos in-forma que la evolucin humana se puede reducir a tres complejasdimensiones estratgicas. Por qu tres y no treinta y tres? No losabemos. Por qu el camarada Dieterich excluye de su estrategiacompleja la gentica, la economa, la religin, la losofa, la polticay otras dimensiones de la evolucin humana? Es un completo mis-

    terio. Es una armacin arbitraria, como todas las dems armacio-nes arbitrarias que llenan este libro.

    Uno se da cuenta rpidamente de que Heinz est obsesionadocon las iniciales. Empezamos con elNPH (Nuevo Proyecto Histrico),en oposicin al viejo PH.Despus conocemos los SDC (SistemasDinmicos Complejos)y sus primos, los SDCH (Sistemas Dinmicos Com-

    plejos Humanos)o SAH (Sistemas Adaptivos Humanos), seguidos por elBRP (Bloque Regional de Poder), elEG (Estado Global), el CPNR (Ca-

    pitalismo Proteccionista Nacional Regional), las CTN (Corporaciones TransNacionales), los CIPC (Complejos de Investigacin-Produccin-Comercializa-

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    cin)[ste me gusta especialmente!], los ZD (Zonas de Direccin) ymuchos, muchos ms.

    Este mtodo, como el lenguaje incomprensible que habitualmen-te utiliza, sirve para confundir al lector hasta el punto que ste olvidade qu est escribiendo el camarada Dieterich. Al mismo tiempo, in-tenta dar a ideas ininteligibles la falsa apariencia de autoridad y rigorcientco. De pronto las ideas ms alocadas parecen tan respetablescomo UNICEF, H

    2O, o e=mc2. Todo lo que nos falta son lasAAA

    (Aberraciones Abstrusas y Abstractas)y las TIA (Tonteras de IntelectualesAcadmicos). Pero permitamos al camarada Dieterich continuar consu labor de interpretacin:

    Lo que el Presidente Hugo Chvez y los marginados de la humani-dad buscan y necesitan, no es una nueva crtica (negacin) a la malarealidad creada por el capital, sino la alternativa viable de una nuevacivilizacin ms humana, es decir una alternativa antisistmica y anti-capitalista. (http://rebelion.org/docs/55395.pdf)

    Llegados a este punto, el camarada Dieterich se coloca en el lu-gar que ha aspirado a ocupar desde el principio: el de intrpreteocial de los pensamientos ms recnditos del presidente Chvez.Debido a que, al parecer, el Presidente no es capaz de expresar suspensamientos de manera sucientemente clara, Heinz, muy gentil-mente, ofrece sus servicios para explicar estos pensamientos a todala humanidad. No vemos por qu el presidente Chvez necesite unintrprete. Pero nada de esto importa a Heinz que, como veremos,frecuentemente interpreta las ideas del Presidente de una maneraque las contradice directamente.

    Antes de que consideremos la embrollada interpretacin social-

    demcrata reformistade Dieterich, admiremos una vez ms la bellezade su estilo literario. Qu signica una alternativa antisistmicay anticapitalista? La palabra antisistmica (como tantas otras dellenguaje catedrtico de Dieterich) no aparece en el Diccionario de laReal Academia Espaola. Si tiene algn sentido, es ste: en contra detodos los sistemas en general. Pero ya que slo se puede reemplazar unsistema por otro (esperemos que mejor), por lo menos en el planetatierra, la caracterizacin de Heinz de su alternativa viable de unanueva civilizacin ms humana, nos deja desconcertados. Eviden-

    temente, no es Hugo Chvez sino Heinz Dieterich quien necesitaurgentemente un intrprete.

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    Si con esto quiere decir que el socialismo (que por lo que sabe-mos, es la nica alternativa viable de una nueva civilizacin ms hu-mana) slo se puede conseguir mediante la abolicin revolucionariadel sistemacapitalista, entonces debera de decirlo claramente. Sinembargo, Heinz preere tejer una interminable telaraa de confu-sin con frases ambiguas en lugar de decir claramente que la nicaalternativa ante la humanidad es socialismo o barbarie. El motivo deesta ambigedad quedar ms claro a medida que avancemos conpaso rme por esta masa de palabras, cortando la prosa espesa e im-penetrable del camarada Dieterich, comparado con lo cual, abrirsecamino entre la espesa y rica vegetacin de una selva tropical es unjuego de nios.

    Cuando se ataca a una sepia, sta lanza a chorros una nube detinta. Nuestro Heinz lanza a chorros una cantidad de tinta sucientecomo para llenar varias veces el Mar Caribe. Cree que cuando es-temos rodeados de una cantidad suciente de esta sustancia negra,nos perderemos en la oscuridad y no podremos detectar el con-tenido real de su argumento, que es ste:que en el siglo XXI esimposible llevar a cabo una revolucin socialista y que, por lo tanto,todo hombre, mujer y sepia sensatos, tienen que reconciliarse con elcapitalismo y la propiedad privada lo mejor que puedan.

    Tenemos curiosidad por ver cmo Heinz Dieterich pretendecompatibilizar este mensaje con el marxismo y el socialismo. Por lotanto, debemos armarnos de paciencia y hacer un esfuerzo decididopor comprender su signicado, a pesar de todos los obstculos queHeinz coloca en nuestro camino. Despus de todo, un libro quepromete tanto debe merecer el pequeo esfuerzo que se haga porleerlo. Y al nal, esperamos con expectacin que nos ilumine acercadel carcter de esta teora maravillosa y original del socialismo, la so-

    ciedad humana, la historia, la cultura, la economa poltica, la cienciay la tica que el camarada Dieterich nos promete.

    DIETERICHYLALUCHADECLASES

    Publicar este libro con el ttulo El Socialismo del Siglo XXI, a pocoms de una dcada de la cada del muro de Berln, no es, por lo tanto,un acto utpico o de nostalgia. No hay frivolidad ni utopismo ni falta

    de memoria histrica en su creacin. Son los propios tiempos de laevolucin social que marcan su aparicin. (Dieterich, El Socialismodel Siglo XXI, p 25.)

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    Con estas palabras portentosas, el autor anuncia la publicacinde su libro. Nos asegura que su trabajo no es ni utpico ni frvo-lo, sino el producto inevitable de la historia. Varios miles de aosdespus de que Moiss bajara del Monte Sina con sus tablas depiedra bajo el brazo, el camarada Dieterich nos entrega su libro que,nos asegura, est destinado a jugar precisamente ese mismo papelpara los ciudadanos del siglo XXI. Nos promete mucho: la reorgani-zacin del mundo sobre la base de la paz, la justicia y la democraciaparticipativa. En pocas palabras, ha descubierto la frmula mgicaque la pobre y sufrida humanidad ha estado esperando 10.000 aos.

    Veremos cunto cumple.

    Abrumado por la angustia existencial y cotidiana de su reproduccinprecaria, sin trascendencia espiritual ms all del consumismo trivia-lizador, el enajenado sujeto no puede remediar su situacin dentro dela sociedad burguesa, sino solo en un tipo de convivencia cualitativa-mente diferente [!], como es la democracia participativa. (Ibd.)

    Como corresponde a un Moiss del socialismo del siglo XXI,Heinz Dieterich adopta una pose proftica utilizando un lenguajeque hara estremecer incluso a Jean-Paul Sartre. Aqu dejamos atrsel mundo de la poltica y entramos en el delirio idealista pseudo-psi-coanaltico del existencialismo. En lugar de la lucha de clases pro-letaria, aqu tenemos el temor y temblor de un Kierkegaard, enotras palabras, la ansiedad del pequeo burgus que siente cmo elmundo tiembla bajo sus pies y no sabe a dnde agarrarse para noperder el equilibrio.

    En lugar del materialismo histrico de Carlos Marx, tenemos unaregresin sin sentido al sujeto enajenado de Hegel. En el terreno

    de la economa poltica Dieterich trata de llevarnos de vuelta a lasdoctrinas anticuadas y premarxistas de los socialistas utpicos. Dela misma manera, en el terreno de la losofa trata de llevarnos de

    vuelta al mundo misticado del idealismo hegeliano. La diferencia esque en los escritos de Hegel, la terminologa idealista y oscura sirvepara esconder una gran profundidad y riqueza de contenido, mien-tras que en los escritos de Dieterich, el oscuro modo de expresinsirve para encubrir una completa ausencia de contenido.

    En todos sus escritos no hay ni un solo tomo de contenidorevolucionario de clase. No es por casualidad que el camarada Die-

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    terich evita hacer ninguna declaracin clara sobre el programa so-cialista. En lugar de eso, se reere a los objetivos de la paz, demo-cracia real y justicia social.(Ibd., p. 24.) Estos objetivos loables loscomparten el Papa de Roma, los cuqueros, la Sociedad Protectorade Animales y Plantas, el Consejo de Seguridad de la ONU, todoslos vegetarianos y las ancianitas de familias respetables. La clase do-minante ni siquiera levantara una ceja ante semejante programa.

    El camarada Dieterich nunca se aproxima a la lucha de clasesdesde un punto de vista marxista. En el documento Socialismo del Si-

    glo XXI en Preguntas y Respuestas, publicado en www.rebelion.org dice:Y porqu las clases sociales luchan?. Y responde: La respuestaes que las clases sociales, por ejemplo, obreros, trabajadores, campe-

    sinos, profesionales, pequeos y grandes empresarios, luchan por lariqueza social, es decir, el plusproducto o excedente econmico quegenera la sociedad. Lamentablemente, esta lucha es comparable auna lucha en una jaura de perros por una presa que no alcanza paratodos. Los ms fuertes se quedan con la presa y marginan o excluyena los dems.

    Hablar de la lucha de clases como una lucha de perros nos dicemucho del punto de vista del autor. No es el punto de vista del mar-xismo, sino el de un pequeo burgus sentimental que se lamentadel hecho de que ricos y pobres no puedan vivir juntos en paz yarmona, en lugar de luchar entre ellos como animales. En vezde llegar a un acuerdo amistoso para compartir la presa, los msfuertes se quedan con la presa y marginan o excluyen a los dems.La respuesta es obvia: los ms fuertes deben compartir con los msdbiles en nombre de la justicia social: el len debe yacer con el cor-dero. Pero este sermn ya lo conocemos!

    Todos estos amaos y alborotos, simplemente, irritan al lector,

    que se ve obligado a vadear por pginas y ms pginas de palabreraabstracta, con la vana esperanza de encontrar alguna idea coherenteal nal. Heinz nos informa que en el pasado los partidos obrerosconguraron su proyecto histrico tambin en torno a cuatro ele-mentos constitutivos: la economa no-mercantil, basada en el valorde uso; la democracia real participativa; el Estado democrtico y elsujeto racional-tico autodeterminado. (Dieterich,El Socialismo delSiglo XXI, p. 24.)

    A pesar de lo que dice, uno buscar en vano en los programasde todos los partidos obreros del mundo y no encontrar tales pro-

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    fundidades, que son totalmente caractersticas de la versin de Die-terich del socialismo del siglo XXI. En todos sus libros y artculosDieterich se reere constantemente a las mayoras, un trminomisterioso que nunca dene, de manera que nadie sabe lo que sig-nica realmente. Este trmino no slo carece de contenido concre-to de clase, sino que tambin desafa las leyes de la lgica formal.

    Aunque s es posible hablar de minoras en plural, por denicin nopuede haber ms que una mayora, no dos. A lo sumo, uno podrahablar de la mayora (explotada) de la humanidad, en oposicin a laminora de explotadores.

    Este ejemplo nos muestra cmo, adems de entender comple-tamente la cosmologa relativista, nuestro Heinz tambin tiene un

    conocimiento profundo de las matemticas. Tomemos el ejemplode un crculo dividido en dos sectores. El sector mayoritario mspequeo posible (en nmeros enteros) sera uno de 181 grados. Estees el sector A-B. Aadamos otro sector mayoritario C-D, que seatambin de 181 grados. Ahora tenemos un crculo de 362 grados,que por lo menos en el planeta Tierra, es matemticamente imposi-ble. Pero en el socialismo del siglo XXI, como veremos enseguida,todo es posible.

    MARIPOSASYGUSANOS

    Con orido sonido de trompetas, el camarada Dieterich anunciaahora su propsito, nada ms y nada menos que de crear unateora cientca-tica-esttica de la transformacin social postcapi-talista en el siglo XXI. (Hugo Chvez y el Socialismo del Siglo XXI,http://rebelion.org/docs/55395.pdf)

    Esto es realmente excelente. Tendremos una teora enteramente

    nueva y original, que no slo ser la llave que abrir todas las puer-tas en las esferas cientca, tica y esttica (es decir, en casi todoslos mbitos), sino que tambin sentar las bases para la transfor-macin social postcapitalista en el siglo XXI. Esta extraordinarianueva teora ha sido elaborada porque la nueva civilizacin de lademocracia participativa ser cualitativamente diferente al capitalis-mo actual, de hecho, tan diferente como, por ejemplo, una mariposade un gusano. (Ibd.)

    En caso de que alguien no sepa la diferencia entre una mariposay un gusano, el camarada Dieterich comienza inmediatamente a ilus-

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    trarnos en este asunto: Pese a que la mariposa y el gusano compar-ten un mismo genoma (nacen de las mismas races), evolucionanhacia sistemas de vida cualitativamente diferentes. (Ibd.)

    Habindonos revelado esta importante verdad, nuestro eruditoamigo procede a explicar (en caso de que no lo supiramos) en quconsisten estas formas de vida cualitativamente diferentes: Mien-tras uno se arrastra por la tierra, el otro vuela por los aires. (Ibd.)

    El lector no puede sino sentir admiracin ante una reexin tanoriginal, que nos informa de que los gusanos se arrastran por el sue-lo, mientras que las mariposas tienden a volar. Tal profundidad depensamiento es tpica de esas nuevas y originales ideas de la Escueladel Socialismo del Siglo XXI. Y en caso de que nos preguntemos

    qu tiene todo esto que ver con la materia bajo escrutinio, nuestroamigo Heinz da inmediatamente descanso a nuestras inquietas al-mas. Es decir, de los mismos orgenes pueden evolucionar sistemasde vida totalmente diferentes. Y este es el caso del capitalismo y dela democracia participativa. (Ibd.)

    De hecho, no slo los gusanos comparten el mismo genoma conlas mariposas, tambin lo hace Heinz Dieterich y, hasta cierto pun-to, todos los organismos vivos. Sin embargo, esto no signica queHeinz puede convertirse en mariposa, por mucho que lo intente.

    Tampoco es posible que el socialismo (o la democracia participa-tiva) evolucione de una democracia burguesa formal. La analogaes completamente incorrecta y engaosa. Como es habitual en susescritos, todo aparece desesperadamente mezclado. Como una co-lorida mariposa que revolotea de or en or, sin posarse jams enninguna de ellas, nuestro Heinz revolotea de una idea a otra, sinofrecernos jams una posicin o unos principios claramente de-nidos. Toma una o dos frases de Marx, aade un poco de Keynes,

    echa al azar una cita de Montesquieu, rebusca entre las sobras deScrates, Platn y Hobbes y, nalmente, se aleja aleteando en direc-cin a las tierras del postmodernismo. En simple castellano a estose le llama eclecticismo.

    Engels, en su polmica con Dhring (antepasado espiritual deDieterich), se refera a los escritos de aquel como a una sopa bobade eclecticismo. Pero, comparados con los libros de Dieterich, losescritos de Dhring eran una mina de oro de sabidura. El eclecticis-

    mo siempre ha sido popular en las universidades, y nunca ms queen estos momentos. El nivel de la vida intelectual en la actualidad

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    es incluso ms pobre de lo que lo fue en el pasado al menos en lasciencias sociales. La mayora de la losofa burguesa moderna nomerece siquiera la pena ser leda. El sinsentido posmodernista (queha dejado su marca indeleble en el pensamiento de Dieterich) reejala desesperacin de los intelectuales burgueses en el periodo de de-cadencia senil del capitalismo.

    Con la mayor de las desganas, estamos obligados a seguir a estamariposa a lo largo de su azaroso revoloteo, esperando paciente-mente a que alguna idea coherente se desprenda de ella. Al nal,nuestra paciencia es recompensada. Finalmente, nuestra mariposase posa en lo que parece ser un pensamiento concreto: Pero, si elanimal da el salto cualitativo por medio de su predeterminacin bio-

    lgica, qu es lo que generar el nuevo estado social en la humani-dad? [sic] La respuesta es evidente: [de veras?] la praxis conscientedel ser humano. Tal como el gusano desarrolla en su ciclo de vida lascondiciones objetivas para el despegue de la mariposa, la sociedadcapitalista genera las condiciones objetivas para el despegue de lasociedad humana hacia el socialismo de la nueva Era. (Ibd.)

    No es siempre fcil interpretar los pensamientos de Heinz Die-terich, muy a menudo ni l mismo parece entenderlos. Pero haga-mos un intento de traducir este idioma de mariposas a un lenguajeinteligible. Lo que parece que intenta decir es simplemente esto: elcapitalismo est plagado de contradicciones internas y, por tanto,crea las condiciones objetivas para su derrocamiento. Dicho de estaforma, es inmediatamente comprensible y correcto. Pero acaso esrealmente nuevo y original? Ya veremos.

    LOQUEDIETERICHREPRESENTA

    En una entrevista con Cristina Marcano, publicada en Rebelinel 2de Enero de 2007 con el ttuloEn Venezuela se han creado las condiciones

    para construir el Socialismo del Siglo XXI, Dieterich fue preguntado si lhaba inventado el concepto de Socialismo del Siglo XXI.Con suhabitual modestia, respondi: S. Lo elabor a partir de 1996. Fuepublicado junto con la teora correspondiente en forma de libro,a partir del 2000 en Mxico, Ecuador, Argentina, Centroamrica,Brasil, Venezuela y, fuera de Amrica Latina, en Espaa, Alemania,

    la Repblica Popular de China, Rusia y Turqua. Desde el 2001 hasido asimilado en todo el mundo. Presidentes como Hugo Chvez y

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    Rafael Correa lo utilizan constantemente, al igual que movimientosobreros, campesinos, intelectuales y partidos polticos.

    Ahora bien, con todo el respeto debido a Heinz, hay ms deuna persona en el mundo que deende el socialismo, no slo comoconcepto sino como una proposicin prctica y una necesidad parala raza humana. Y, ya que durante los ltimos aos todos hemosestado viviendo en el siglo XXI, hay ms de una o dos personas queson socialistas del siglo XXI. stos no requirieron la ayuda de HeinzDieterich para inventarlo. Pero, con o sin nuestro permiso, l lo hainventado de todas maneras. Qu es exactamente lo que ha inven-tado? As contina: Junto con la teora del socialismo del siglo XXIavanc la teora de la transicin latinoamericana que se plasm en

    conceptos clave como el Bloque Regional de Poder (BRP), tambinya de uso generalizado en Amrica Latina. En cambio, el conceptoBloque Regional de Poder Popular (BRPP) fue propuesto por unamigo venezolano, Douglas Prez, en una reunin de trabajo hacetres meses. (Ibd.)

    Que este concepto fuera discutido en una reunin de trabajoes altamente apropiado, ya que, como veremos, todos los conceptosde Heinz Dieterich tienen un carcter exclusivamente burgus y nodesafan al capitalismo en sentido, forma o modo alguno.Cuando sele pide que explique brevemente en qu consiste este nuevo socialis-mo, Heinz dice: Dicho en una frase: [Un socialismo en el] que lasmayoras tengan el mayor grado de decisin histricamente posibleen las instituciones econmicas, polticas, culturales y militares, querigen su vida. (Ibd.)

    Esta es una intencin loable. Pero preguntmonos en qu con-siste este mayor grado de decisin histricamente posible. En unrgimen burgus formalmente democrtico, se permite a los ciuda-

    danos que participen en el proceso de toma de decisiones poniendouna cruz sobre un trozo de papel cada cuatro o cinco aos. Perolas decisiones reales no se toman en un parlamento burgus o enun gabinete ministerial, sino en las juntas directivas de los grandesbancos y monopolios, que ejercen un poder absoluto sobre la vidaeconmica de la nacin. A menos que este poder sea roto, todo loque sea hablar de poder de decisin es slo un parloteo vaco.

    Propone el modelo de Dieterich alguna medida para romper el

    poder de los terratenientes, banqueros y capitalistas? No, no lo hace.Cuando se le pregunta qu paso decisivo debera tomar el presidente

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    Chvez, primero nos dice enfticamente qu es lo que no deberahacer: no debera tocar la propiedad privada. No es la estatizacin ge-neralizada de la propiedad privada, porque no resuelve el problemaciberntico del mercado. No lo hizo en el pasado y no lo hara hoy.El socialismo hoy da es esencialmente un problema de complejidadinformtica. (Ibd.)

    Ms tarde volveremos sobre la idea de que el socialismo es esen-cialmente un problema de complejidad informtica y el proble-ma ciberntico del mercado. Por el momento, tomaremos nota delhecho de que el inventor del socialismo del siglo XXI se opone a lanacionalizacin de la propiedad de la oligarqua(la inclusin del trminogeneralizada no es ms que una hoja de parra para ocultar este

    hecho). Hasta ahora hemos aprendido qu es lo que Chvez no de-bera hacer. Pero qu es lo que debera estar haciendo? Permitamosa Heinz expresarse en su propia jerga:

    De ah, que el paso trascendental consiste en establecer una conta-bilidad socialista (valor) al lado de la contabilidad capitalista (precio),en el Estado, en PDVSA-CVG, y en las cooperativas, a n de cons-truir un circuito econmico productivo y de circulacin paralelo alde la economa de mercado capitalista. La economa de las entidadesestatales y sociales puede desplazarse paso a paso hacia la economade valor y ganndole terreno al circuito de reproduccin capitalista,hasta desplazarlo en el futuro. Dado que las escalas de valorizacinpor precios, valores y tambin volmenes, son comensurables, nohay rupturas en los intercambios econmicos que podran causarleun problema poltico al gobierno. En todo esto juegan un papel im-portante el Estado y las mayoras, pero ambas estn hoy da mayori-tariamente con el proyecto del Presidente. (Ibd.)

    En primer lugar, es realmente cierto que el Estado en Venezuelaest mayoritariamente con el Presidente? Chvez ha manifestadoen numerosas ocasiones que se enfrenta a la oposicin sistemticay al sabotaje de la burocracia que ocupa lugares clave dentro delEstado. Se ha referido a sta como la burocracia contrarrevolucionariaque sobrevive de la IV Repblica y tambin una nueva burocracia

    gente que viste camisetas rojas y que se declara chavista, pero

    que son, de hecho, la Quinta Columna de la contrarrevolucin. Porqu el camarada Dieterich no menciona esto? Por qu ignora este

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    hecho, que es conocido no slo por el presidente Chvez, sino portodo obrero y campesino venezolano? Acaso no puede ver lo quees evidente? O no lo ve, en cuyo caso est completamente ciego, o lo

    ve pero preere no mencionarlo, minimizarlo y tratar de ocultarlo.El primer caso indicara estupidez extrema y frivolidad. El segundosera un crimen contra la revolucin.

    Cualquier persona que piense con claridad sabe que el problemadel poder del Estado es el problema central de la revolucin, y tam-bin que este problema no ha sido resuelto todava. La RevolucinBolivariana nunca triunfar a menos que se arme con una buena es-coba para barrer toda la basura, la corrupcin y el arribismo, todoslos nidos de la contrarrevolucin que han encontrado refugio en el

    Estado y estn royendo las entraas de la revolucin y socavndoladesde dentro. Esto signica una lucha feroz contra la burocracia y lacontrarrevolucin, que se resistir con todos los medios a su alcan-ce. Esto slo se podr lograr con la movilizacin revolucionaria delas masas. El Estado jams se purgar a s mismo.

    La historia muestra que las fuerzas del viejo orden social se resis-tirn al cambio y que esta resistencia debe ser superada por mediosrevolucionarios. Qu dice el camarada Dieterich sobre todo esto?La gran revolucin propuesta por Heinz Dieterich, elpaso trascenden-tal, es una cuestin de contabilidad. Es una revolucin que podemosllevar a cabo sin quitarnos las zapatillas de andar por casa. Es el tipode revolucin que ni rompe ventanas, ni ofende ni causa problemasa nadie. No perturba el sistema nervioso de nadie, ni causa lcerasppticas. Puede realizarse durante la noche, para no perturbar el sue-o de los ciudadanos respetables. Resumiendo, es el tipo de revolu-cin con la que toda persona en sus cabales suea. Uno se preguntapor qu nadie ha pensado en ello antes!

    Por qu tal revolucin no ha de molestar a nadie? Por la senci-lla razn de que no supone cambio alguno en absoluto, es sencillamenteuna continuacin del statu quo. De lo que estamos hablando es de unaeconoma mixta: la tpica idea de reformistas y socialdemcratas.

    Aqu, por una vez, Heinz es excepcionalmente franco e inequvoco:La economa de las entidades estatales y sociales puede desplazarsepaso a paso hacia la economa de valor y ganndole terreno al circui-to de reproduccin capitalista, hasta desplazarlo en el futuro. (Ver:

    En Venezuela se han creado condiciones para construir el Socialismo del SigloXXI, en Rebelin, 2/1/07.) Esta idea no es nueva. Ha sido lanzada

  • 5/28/2018 60216 Alan Woods- Reformismo o Revoluci%C3%B3n

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    una y otra vez por todo reformista y revisionista desde Bernstein.La idea es que el sector estatal coexista con el sector privado y, lenta,gradual y paccamente, el primero desplace al segundo, hasta quenalmente, el capitalismo desaparezca sin que nadie se d cuenta.

    Todo reformista ha soado con ir paso a paso hacia el socialis-mo, con una transformacin social pacca, sin choques, sacudidaso disgustos, al igual que todo vegetariano suea con un mundo en e