50 aniversario de la revolucion cubana (ujs)

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Folleto de la UJS 2009, juventud del PO, sobre la Revolución Cubana.

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  • 5 0 A A I V I U S A I U O L \A
  • CUBA

    Cuba: La reuolUGin que se sobrepuso a sus errores (l ^ Parte)

    E! 25 de noviembre de 1956 el yate Granma zaip de Mxico hacia Cuba. Transportaba 82 hombres totalmente convencidos de la tarea que iban a emprender: derrocar al dictador Batista. Se haban entrenado durante meses y muchos de ellos tenan experiencia en acciones militares. Formaban el movimiento 26 de julio y su lder. Fidel Castro, era muy conocido en Cuba por su actividad revolucionaria. La expedicin era el segundo intento de Fidel por tumbar ai dictador. Venia luchando por este objetivo desde que Batista tom el control de! gobierno a travs de un golpe militar en marzo de 1953.

    Lecciones tielMoncaa

    El golpe de Batista haba frustrado el previsible triunfo electoral del principal partido de oposicin (Ortodoxos), una escisin del oficialismo (Autnticos), al que denunciaba por la sistemtica malversacin de los recursos del Estado. La camarilla de Batista estaba asociada a fuertes grupos capitalistas yanquis, los cuales haban convertido a La Habana en un centro de inversin inmobiliario y turstico. Tambin contaba con el apoyo de los terratenientes azucareros, que esperaban de Batista mano dura contra los sindicatos.

    El Partido "Ortodoxo" qued paralizado por e' golpe. Solamente la rama juvenil de la organizacin reaccion. Fidel Castro, candidato ortodoxo, se lanz entonces a una gran tarea de !^ denuncia y agitacin. Recurri a los Tribunales oara reclamar un pronunciamiento judicial *^ contra el golpe militar. Para los jueces sometidos al nuevo rgimen rechazaron el recurso y Fidel adopt sin vacilar un nuevo camino: la accin armada.

    En muy pocos meses reuni a un grupo de jvenes, compraron armas y prepararon el asalto ^ al Moneada, el principal cuartel de la zona de Santiago, ba.stin poltico de la oposicin. Fidel no ^ consult ni comunic al partido su decisin. Pensaba (jue la captura del Moneada, iba a ^ "encender la l lama" de una sublevacin general. El ejemplo de una accin resonante -pensaba-bastara para resquebrajar al rgimen y despertar la conciencia de lucha de toda la poblacin. ~ El nico programa del operativo era la cada de Batista y la entrega del gobierno al partido ^ Ortodoxo. ^

    En la noche de carnaval del 26 de julio, 134 hombres partieron hacia Moneada. La mitad del grupo se extravi y no particip del ataque. El resto cometi varios errores y no pudo sorprender S a los mil soldados del cuartel. Luego de una hora de lucha, los atacantes se replegaron. El saldo ~ fue terrible. La dictadura desat una represin feroz. Fueron torturados, y asesinados casi todos ^ los militantes detenidos. Slo 32 escaparon de la oleada de terror inicial y llegaron vivos al juicio. Entre ellos, Fidel fue sometido, a un Tribunal especial. Asumi personalmente su defensa y la convirti en un acontecimiento poltico que conmovi a toda la isla. El alegato de Castro ^ (que fue editado con el ttulo La Historia me abso/ver) era una violenta denuncia de la tirana y ^ una detallada descripcin de la opresin nacional y social de Cuba. El fracaso del Moneada no lo haba abatido. Al contrario, proclamaba pblicamente su propsito de retomar la lucha y C radicalizar su programa. Del puro "moralismo ortodoxo" empezaba a evolucionar hacia una si plataforma antiimperialista. vi

    Ruptura con los Ortotioxos C se

    Los jueces de Batista sentenciaron a Castro a 15 aos de reclusin en ia isla de los Pinos. Toda la dirigencia poltica cubana repudi a Fidel. Los autnticos y las diversas fracciones O ortodoxas gozaban de un exilio dorado en Miami y se proponan negociar un acuerdo poltico

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  • con Batista. Por eso rechazaron la accin del Moneada. El estalinismo -Partido Socialista Popular (PSP)-, que haba participado con varios ministros en un gobierno anterior de Batista, segua paso a paso la estrategia de los partidos burgueses. Critic el ataque al cuartel por "golpista y gangsteril": seal que "asustaba" a las masas y perturbaba la "constitucin de un frente nacional contra la tirana". Segn se puede ver no seal las limitaciones de la accin terrorista sino que la critic por la derecha.

    El aislamiento de Fidel de los grandes aparatos polticos contrastaba con su enorme popularidad entre la juventud. Castro se haba convertido en una figura poltica de primer orden y hasta los ministros de Batista lo visitaban para intentar una negociacin poltica.

    En la prisin se produjo una natural maduracin poltica "sin movimiento de masas no puede haber revolucin" le escribi a uno de sus seguidores "Necesitamos 100.000 militantes entre la juventud, 1 0 0 . 0 0 0 entre los obreros, 100.000 entre las mujeres". Se preocupaba pot el nmero de ediciones de La historia me absolver y por la continuidad de la propaganda revolucionaria. La evolucin poltica de las masas comenzaba a entrar entre sus preocupaciones fundamentales.

    A fines del "54 Batista anunci elecciones. Los autnticos, las fracciones ortodoxas y el PSP se prendieron a la convocatoria y anunciaron su participacin. A ltimo momento se retiraron, pero Batista se haba asegurado el xito de su maniobra. El servilismo de todos los partidos ^ volvi a ponerse de relieve unos meses ms tarde cuando el dictador convoc a un dilogo ^ cvico", que fue aceptada por ortodoxos y autnticos. En mayo del '55 Fidel Castro fue 5 amnistiado Y sali en libertad. Su grupo haba crecido notablemente con la incorporacin en ^ masa de una fraccin juvenil nacionalista de Santiago, liderada por Frank Pais. Fidel fund en ^ ese momento el movimiento 26 de Julio, nombr a Pais responsable de la organizacin en ^ Cuba y se fue a Mxico para preparar una nueva accin militar contra Batista. ^

    Al llegar a Mxico Fidel rompi definitivamente con los ortodoxos. "Son unos cobardes", actan con "mala fe", realizan "intrigas de incapaces", declar. Despus del "dilogo" con Batista. Fidel haba resuelto deslindar campos. Estaba construyendo una organizacin de J combate y su filiacin formal a los conciliadores ortodoxos era un factor de confusin. En marzo del '56 envi su renuncia al partido. E! 26 de Julio no deba servir .para encubrir las maniobras politiqueras de los ortodoxos. Su finalidad no era "presionar" a Batista para que fijara un cronograma electoral (es decir que no propugnaba la "transicin democrtica") sino que buscaba et derrocamiento de la dictadura. ?

    faaevopian ^

    En Mxico Castro prepar !a invasin. Actu casi en la clandestinidad para sortear el hostigamiento de la polica mexicana y cubana. Hubo incluso un intento fracasado de ^ asesinarlo. Ninguna fraccin autntica u ortodoxa quiso participar en el operativo, ni tampoco ?^ contribuir a su financiamiento. Ei estalinismo rechazo de plano la invasin. Para los lderes del PSP "no era el momento" de una ofensiva. Argumentaban que la dictadura estaba slida y que las masas no responderan a una convocatoria de lucha abierta contra el tirano. Pero desde ^ fines del "55 los trabajadores azucareros estaban movilizados, haban logrado concluir una ^ exitosa huelga general y Balista enfrentaba varias conspiraciones de camarillas militares rivales. El movimiento estudiantil estaba particularmente activo. En este sector, actuaba el "Directorio Revolucionario", la nica agrupacin que decidi sumarse al proyecto castrista. Era una organizacin de origen catlico, independiente de los partidos y su lder, Echevarra, suscribi con Fidel un "pacto de accin" en Mxico. C

    Castro organiz la invasin como un detonante de la sublevacin general que deba comenzar en Santiago de Cuba. Se lanzara una amplia accin coordinada, sustentada en el trabajo preparatorio e insurreccional de! 26 de Julio en Santiago. La finalidad ya no era entregar el > poder a los ortodoxos (como en Moneada) sino tomarlo. El programa ya no exiga "honestidad" ^ a los gobernantes, y contena planteamientos antiimperialistas y de transformacin agraria. ^

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  • La organizacin de Frank Pais estaba aiconzanciD un rpido desarrollo, por eso Fidel resolvi apresurar el ataque. El 25 de noviembre se emba carn los 82 hombres en el Granma. Veinte de ellos haban participado en Moneada. El yate iba scorecargado y se cometieron errores de navegacin. El arribo se produjo dos das mas tarde de lo previsto en un lugar equivocado. En Santiago la lucha haba comenzado de acuerdo al ulan original. Varios centenares de milicianos tomaron los edificios pblicos Y controlaron la ciudad durante dos das. En regiones cercanas el movimiento fue acompaado por una huelga general de 24 horas. El grueso de los combatientes se retiraron en orden. El desembarco, en cambio, fue un fracaso. Encallaron en un pantano y fueron emboscados por el ejrcito. Una parte del grupo se entreg, otros fueron fusiiados. y el resto se dispers en la Sierra. Cuando Fidel logr reagruparlos. varias semanas despus, quedaban 19 sobrevivientes. Les dirigi la palabra con la misma conviccin de triunfo que tenia al iniciar la empresa revolucionaria. Ei 26 de julio, prometa, iba a aplastar a la dictaduia a la cabeza de un alzamiento popular.

  • Cuha: La reuolucin que se sorcpuso a sus errores (2 parte)

    Pocas semanas despus del fracaso del desembarco de! yate Granma en Cuba. Fidel Castro reagrup en la Sierra Maestra a los 19 sobrevivientes de la accin. Durante ms de un ao la guerrilla en el monte se mantuvo inactiva, deambulando por la zona, aislada de la masa campesina. En la cercana ciudad de Santiago, en cambio, se viva un cl ima de efervescencia poltica y de gran actividad revolucionaria de las masas. Manifestaciones y huelgas masivas eran sucesos tan cotidianos como las bombas y atentados contra los personeros del rgimen.

    En Santiago, el 26 de Julio se haba convertido en una organizacin popular y su dirigente, Frank Pais. en una personalidad poltica reconocida. Desde la ciudad se garantizaba la subsistencia de la guerrilla en la Sierra. Enviaban dinero, armas y vveres al grupo de .--'idel y reclutaban la totalidad de los militantes. En la Habana tambin creca la agitacin revolucionaria, a medida que la dictadura se tornaba cada vez ms insoportable para el grueso de la poblacin. El 26 de Julio comenz a propagandizar la huelga general, pero su concrecin fue el resultado repentino de un hecho no previsto: el asesinato a los 23 aos de Frank Pais. Durante cinco das la ciudad qued paralizada y una manifestacin sin precedentes coron el funeral de! revolucionario. En La Habana tambin pararon los bancarios y los transportistas. Fue una verdadera sublevacin popular que revelaba la creciente madurez de la situacin revolucionaria en toda la isla.

    La huelga general puso de relieve que las masas explotadas eran las verdaderas protagonistas de la lucha contra Batista. Su accin insurgente iba a aplastar al tirano y no el terrorismo individual, ensayado primero en Moneada, ni las acciones fulgurantes del tipo de! desembarco del Granma. En estas circunstancias el 26 de Julio se opuso a participar en el ataque putchista y semi-suicida que lanz el "Directorio Revolucionario" contra el Palacio Presidencial, y que termin en una completa masacre de militantes.

    La irrupcin producida con la huelga general de Santiago se tradujo en un rpido fortalecimiento de la guerrilla urbana y rural. A fines del 57, el grupo de Fidel logr enfrentar con xito lo primera batalla seria con ei ejrcito en Uvero. La tctica guerrillera consista en ataques sorpresivos a las pequeas guarniciones. Las deserciones en c! ejrcito aumentaban ios efectivos del movimiento insurgente y se mont una radio en la Sierra. El grupo dej de ser solo una rama del 26 de Julio para ir transformndose paulatinamente en un ejrcito rebelde. Se dividi en nuevos frentes al mando de Ral Castro, el "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos.

    En la ciudad, el 26 de Julio ampliaba su base de reclutamiento entre el estudiantado y fue ganando la simpata de la clase media acomodada. Forj una rama (la "Resistencia Cvica") que recaudaba importantes sumas de dinero entre este sector social. Tambin se vincul a grupos de la oficialidad disidente y particip en un fracasado motn naval en Cienfuegos.

    Dentro del 26 de Julio aparecieron las primeras fisuras entre los dirigentes del "llano" (Pazos. Ray) y de la Sierra (Fidel. Ral. Guevara). Los primeros provenan en general de grupos nacionalistas catlicos y conservaban sus prejuicios anticomunistas y sus conexiones con los partidos burgueses tradicionales. Los segundos crecan entre crculos ms plebeyos, evolucionaban hacia la izquierda y haban incorporado cuadros internacionalistas de la envergadura del "Che". En el Monte no se bloqueaba la radicalizacin poltica de los nuevos militantes, mientras que en la ciudad la animosidad hacia el socialismo no cesaba. En pleno desarrollo de la guerra, maduraba dentro del 26 de Julio un futuro choque poltico.

    la "Junta e Mlami"

    El rgimen de Batista se descompona a toda velocidad. Soportaba conspiraciones militares y los yanquis lo presionaban para que convocara a elecciones, desconfiando de su capacidad para preservar el Estado. Empezaron las negociaciones entre la oposicin burguesa y se form en Miami una "Junta" democratizante para concertar una salida poltica con e! dictador. Los representantes del 26 de Julio del "llano" junto al "Directorio Revolucionario" avalaron a ia

  • "Junta". El programa poltico del 26 de Julio planteaba la reinstauracin de la Constitucin de 1940 y la convocatoria a elecciones libres bajo un gobierno provisional presidido por Urrutia. un ex-juez de la dictadura que habla roto con Batista al calor de la disgregacin poltica de la tirana. Era un planteo democrtico muy limitado. Pero Fidel Castro desautorizo el 'compromiso suscripto por los hombres del "llano" y denunci a la "Junta de Miami" por su postura conciliadora y pacifista. Tambin rechaz otro plan de conciliacin, propuesto por la Iglesia, aunque consider la posibilidad de una tregua si Batista retiraba las tropas de ia Sierra.

    El 26 de Julio preparaba una nueva huelga general, pero esta vez incluida La Habana. Se organizaron comits de luchas provinciales y municipales. Se constituyeron frentes de trabajadores y estudiantes. Por primera vez se c-;ncert con el estalinismo (PSP) una actividad comn. La huelga comenz en abril de! 58. pero no tuvo xito. La accin fue prematura y, ademj, la sabotearon tanto el PSP como el ala ms conservadora del 26 de Julio, puesto que ambos eran favorables a la salida electoral negociada en Miami. El fracaso de la huelga general coincidi con un nuevo fortalecimiento de la guerrilla rural. La Sierra se convirti en el centro dirigente indiscutido de todo el movimiento revolucionario. Batista intent una desesperada contraofensiva. Reuni 17 batallones y arremeti contra la Sierra, pero solo pudo avanzar durante 25 das

    Despus, las emboscadas guerrilleras, Ni espantosa moral de sus tropas y la hostilidad de los campesinos, transformaron el ataque en una desiandada. El ejrcito comenzaba a derrumbarse. La afluencia de trabajadores, campesinos y soldados hacia la guerrilla se iba convirtiendo en un fenmeno masivo. A mediados del 58, la dictadura tena los das contados.

    // "Pacto ae Caracas"

    En agosto, la columna de Fidel rode Santiago y la de! "Che" avanz hacia el oeste. Los ^ dirigentes del PSP intentaron colgarse de la exitosa gueirilla. pero el 26 de Julio no acept su )^ presencia en el movimiento. En diciembre, la cfvumna del "Che" cort la isla en dos, captur Santa Clara e inici la marcha hacia La Habana. En el norte, la confraternizacin de las tropas deshaca al ejrcito y los bombardeos de la aviacin no daban resultado alguno.

    Durante toda esta etapa, el 26 de Julio no adopt ninguna medida de transformacin social. En las regiones conquistadas se tomaban solo medidas administrativas para garantizar la continuidad de la produccin rural. La aplicacin del programa agrario que planteaba el ^ movimiento castrista estaba prevista para despus de la cada de Batista y se limitaba a una redistribucin de las tierras no cultivadas y a !a conversin de los pequeos granjeros en ^ propietarios indemnizando a los latifundistas.

    La conmccin revolucionaria que sacuda a la isla haba convertido a la "Junta" burguesa de , Miami en un fantasma. Las masas ocupaban las ciudaaes y los campos, y solo reconocan la ?^ autoridad poltica del 26 de Julio. Privados de todo sustento social, ios partidos patronales ^ abrieron unr negociacin con Fidel de la que sali el "f'acto de Caracas". Los viejos polticos 5; autnticos y ortodoxos aceptaban pronunciarse por una "estrategia comn para derrotar a la ^ dictadura por medio de la insurreccin armada" y convalidaban la irreversible jefatura de -3 Castro sobre el nuevo ejrcito. ^

    Pero el pacto colocaba a dos hombres de co-.fianza de la clase capitalista a la cabeza del futuro gobierno: el ex-juez Urrutia y a Mir Cardona. Un compromiso establecido de esta forma era harto precario y era indudable que los partid :5 burgueses se disponan a utilizarlo, mientras c paralelamente, intentaban armar un golpe militar. 5

    El primer ensayo de golpe lo dio un enviado de la embajada yanqui, el general Cantillo, que fue a la Sierra a negociar con el 26 de Julio cuando el triunfo guerrillero era inminente. Cantillo > prometi derrocar a Batista para favorecer el triunfo guerrillero, pero bajo cuerda organiz la ^ huida del dictador y su squito, y comprometi a varios burgueses en la estructuraci6n de un "gobierno de transicin". Fue una maniobra desesperada que precipit la intervencin final y ^ definitoria de millones de cubanos en e! aniquilamiento de la dictadura. Siguiendo una t

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  • convocatoria de Castro, una huelga general paraliz todo el pas. El movimiento de masas de las ciudades y el ejrcito rebelde de la Sierra confluan en una accin comn. En medio del paro total, otro intento gol pista, esta vez del general Barqun, se hundi en pocas horas. La columna del "Che" captur La Habana el 1 " de enero de 1959 y' la de Fidel ingres en Santiago. Las multitudes rodeaban a los guerrilleros y se iniciaba otra etapa de lucha poltica dentro de! 26 de Julio que definira el rumbo de ia revolucin.

    Besmamelamiento e la ictaura. crisis en el 26

    Una semana demor Fidel en llegar desde Santiago a La Habana. La lenta marcha permita una intervencin generalizada de las masas, que iban desmantelando todo el estado dictatorial. Se ocupaban edificios pblicos, comisaras. Tribunales. Los funcionarios batistianos eran destituidos, los torturadores detenidos, mientras jueces gobernadores y militares huan hacia Miami.

    El nuevo gobierno naca plagado de contradicciones. Sus principales dirigentes eran representantes del gran capital, pero se sostena en una milicia popular que haba liquidado el ejrcito burgus. Se propona restaurar el rgimen constitucional, pero los partidos patronales haban quedado reducidos a la nada ante el crecimiento explosivo del 26 de Julio. Ei gobierno no propugnaba cambios sociales significativos, pero la masa de trabajadores y campesinos estaba armada y habla desarrollado una accin histrica sin precedentes. Se anunciaba el mantenimiento de todos los compromisos con el imperialismo, pero los yanquis desconfiaban y se disponan a preparar un complot contrarrevolucionario.'

    El mecanismo de la revolucin permanente comenzar a funcionar con total nitidez. Para enfrentar los complots de "gusanos" y garantizar las conquistas antidiciatoriales. el castrismo avanzar ms all de su programa democrtico Inicial hacia la expropiacin del capital y la constitucin de un Estado Obrero.

    Cado Batista, la revolucin fue asediada por la burguesa y el imperialismo y se vio empujada hacia un vertiginoso proceso de radicalizacin poltica. Este fenmeno va a sacudir al 26 de Julio hasta desintegrarlo como movimiento poltico pequeo-burgus. Las viejas tensiones entre el "l lano" y la Sierra van a adoptar una nueva dimensin y la mayoritaria fraccin ^ derechista se unir a los diversas conspiraciones que preparar la CIA con los burgueses cubanos exiliados en Miami .

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  • 16-19deabnl de 1961 Playa Girn se convierte en tumba del imperialismo y la revolucin

    cubana se proclama socialista Prensa Obrera 33, .'7.04. 98

    Eran las 6 de la maana del 15 de abril de 1961. cuando se pona en marcha el operativo montado por la CIA para invadir Cuba. En esa madrugada, dos aviones norteamericanos bombardeaban el cuartel general del ejrcito cubano, en tanto otros seis lo hacan contra los campos de aviacin, con el objetivo de destruir en el suelo a la pequea fuerza area revolucionaria. Los aparatos haban partido de Nicaragua, de donde tambin haba zarpado doce hrras antes la flota invasora. Los pilotos de los aviones eran norteamericanos, por mar venan dos mit mercenarios asesorados por funcionarios de la CIA. Otros 200 estaban tratando de desembarcar en ese momento en las playas de Oriente, como una maniobra de distraccin del verdadero lugar elegido para el desembarco principal.

    La invasin a Cuba venia siendo planeada exactamente con un ao de anticipacin. Es cierto que desde los primeros meses de la Revolucin hubieron bombardeos intermitentes contra ciudades y caaverales, que partan de Miami. Por esta fecha, ya la CIA haba comenzado con ^ sus "planes contingentes" para una invasin. Pero fue en marzo de 1960 que el presidente Eisenhower dio el "okey". En Miami se montaron centros de reclutamiento, donde se 55 inscribieron miles de gusanos {los antiguos "contras"). En Guatemala se instal una base de ^ entrenamiento; la otra lo hizo en la escuela antiguerrillera del ejrcito norteamericano en Panam. Pasado cierto tiempo el campo de Guatemala se transfiri a Nicaragua. En la ^ campaa electoral norteamericana de septien'ibre-noviembre del "60, los dos candidatos, 5 Kennedy y Nixon, rivalizaban en los planteos de acabar cc>n la revolucin cubana. Pero el liberal ^ de la futura "Alianza para el Progreso" era el ms agresivo. Ms tarde, cuando fuera informado ^ de los planes de invasin, se declar "asombrado por su magnitud y osada". No era para 5, menos: la brigada invasora tendra a su disposicin un armamento superior al de los cubanos y I sera permanentemente protegida desde el aire. El plan del imperialismo contemplaba la instalacin de una cabeza de puente en Playa Girn, er el sur de Cuba, donde procuraran instalar un gobierno provisional, cuyo reconocimiento autorizara a los Estados Unidos a apoyar una invasin en mayor escala. Con esa finalidad ta CIA habla formado un Frente Revolucionario Democrtico, al que tuvo virtualmente preso, durante todo el desarrollo de los combates. La brigada invasora era por dems interesante: sus miembros, pertenecientes a familias capitalistas expropiadas, representaban el equivalente a 400.000 hectreas de tierra' 10.000 casas; 70 fbricas; 5 minas; dos bancos y diez ingenios azucareros. Pero adems contaba en sus filas con varios asesinos convictos, que deban encargarse de la eliminacin de dirigentes revolucionarios.

    Las caractersticas de la reaccin del gobierno revolucionario son muy relevantes. Sin vacilacin golpea a la contrarrevolucin interna. El comandante Ameijeiras, hombre de la primera hora de la revolucin, dirige el arresto d 20.000 potenciales aliados de la invasin. En esta fase y en las posteriores, se detendr a 2.500 agentes probados de la CIA. Al da siguiente, Fidel Castro rene a una multitud, en una concentracin de homenaje a las vctimas del bombardeo, en la que llama al armamento masivo y donde proclama por primera vez. de un modo pblico, el carcter socialista de la revolucin cubana. Segn un historiador norteamericano, estas medidas fueron "un golpe catastrfico... para la operacin". En qu consista esta operacin?

    Ei lugar del desembarco tom por sorpresa al gobierno, pues se supona que tendra lugar en las cercanas de las regiones montaosas. La zona elegida, en cambio, estaba ms prxima a La Habana y a la provincia de Matanzas. Tena como caracterstica singular que estaba rodeada por inmensas cinagas, de modo que si los invasores conseguan instalarse en las tres nicas carreteras que comunicaban con el Interior, lograban .;on ello bloquear la aproximacin de cualquier fuerza leal. En la medianoche entre el 16 y e! 17 de abril, la brigada invasora se rene con una flota de barcos y lanchas de suministros, entre los que se incluyen municiones.

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  • morteros y tanques. Apoyados por paracaidistas, los invasores estaban formidablemente pertrechados para posesionarse de las tres carreteras.

    El gobierno cubano responde, no atacando a los grupos que iban desembarcando, sino bombardeando a la flota que se encuentra a algunos kilmetros de ta costa. Por otro lado, enva batallones de las milicias a enfrentar a los mercenarios por carretera. La ultra reducida aviacin cubana hace estragos en la flota, y corta de esa manera los suministros no desembarcados y la posibilidad de retirada a los invasores. Hacia las diez de la maana las milicias entran en combate con los paracaidistas y los desembarcados, sufriendo enormes prdidas a causa de la falta de proteccin area debido ai bombardeo de la flota. El armamento de los gusanos tena una potencia de artillera superior a la de las milicias. Entretanto, en el interior se toman mayores medidas contra los potenciales aliados de la contrarrevoluci6n, deteniendo a unas 70.000 personas ms que en los das precedentes. Ms tarde, el 80 % de todos los detenidos ser liberado.

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    En la madrugada del 18/4 se producen nuevos combates en las carreteras. Informado de los golpes sufridos por las lanchas y barcos de suministro, la CIA ordena una incursin area, que fracasa por razones climticas. El ataque de las tropas cubanas se profundiza en el curso de la tarde. Dos aviones 826 norteamericanos son derribados; otros 20.000 milicianos rodean a los invasores atravesando las cinagas. Todava en la maana del 19, los gusanos contaban con una potencia de fuego superior a la de los milicianos, por eso la infantera de estos deba avanzar con mucha tenacidad por las carreteras. Pero la batalla est ganada. En Estados Unidos se renuncia a un apoyo areo directo a los mercenarios, por estimar inciertos los beneficios e incalculables los riesgos internacionales. Se toman 1180 prisioneros, muchos de los cuales van a ser presentados en un debate libre por la televisin. Es que a las 16.30 horas del 19/4. la revolucin cubana aplastaba la invasin norteamericana.

    1 imperialismo, motor e la reuolucin

    La victoria de la revolucin cubana contra la invasin se apoy en tres grandes factores. El fundamental, por supuesto, fue el completo aislamiento social de la contrarrevolucin en el pas. Este hecho no era para darlo por descontado, esto porque la revolucin estaba pasando por una seria crisis como consecuencia del desabastecimiento, de la persistencia de la desocupacin y por sobre todo, del descontento creado por la burocratizacion creciente, del aparato del Estado, por obra del popamiento de ste por el estalinismo. Este copamiento estalinista ya era objeto de choques a travs de lo que se resolvi en llamar el "sectarismo", y que habra de culminar un ao despus en la expulsin del secretario general del PC. Anbal Escalante, y del embajador sovitico. Kudryatsev (que, segn Fidel Castro, conspiraba ms que el ex embajador yanqui Bonsal). Playa Girn fue, como factor de tremendo impulso revolucionario, un hecho decisivo para derrotar el copamiento estalinista del perodo 1959-62.

    Es indudable que la profunda movilizacin popular contra ei imperialismo yanqui tena que ver, entonces, con la completa compenetracin de las masas con las grande^ conquistas revolucionarias: la reforma agraria, la expropiacin del Imperialismo y de la oligarqua cubana, y la formacin de las milicias, que llegaron a contar con ms de un milln de hombres. Los observadores de la poca se asombraban por la extraordinaria radicalidad de la revolucin cubana, que marchaba por un proceso de transformaciones permanentes a pesar de encontrarse a 90 millas de Estados Unidos y a pesar de que su direccin poltica era heterognea y manifiestamente no proletaria.

    El imperialismo fue el gran motor de la revolucin. Desde la rebaja de los alquileres, la intervencin en algunos pulpos de servicios pblicos y la reforma agraria, el imperialismo y la burguesa cubana no dejaron de hostilizarla implacablemente. Se revelaba que una revolucin nacional, no tena, ni poda tener, por base social a los poseedores sino a los desposedos. > Ninguna de las medidas mencionadas era socialista, y hasta eran poco profundas desde un ^ ngulo democrtico. Pero los imperialistas no queran admitir por ejemplo, la vieja reivindicacin nacionalista de que los caaverales fueran independientes de los ingenios, y de ^ propiedad cubana. Tampoco aceptaban la indemnizacin por expropiacin de tierras, en bonos l t

  • a una tasa de inters superior a la internacional. La defensa de los objetivos elementales de la revolucin, exigan su profundizacin.

    Es a travs de esta dialctica, que se dio innumerables veces en la historia, que la revolucin va saltando etapas. El corte de la cuota azucarera cubana por Estados Unidos y la negativa de las empresas petroleras yanquis a retinar el crudo importado de la URSS, van a determinar la mayor confiscacin de capital de toda la historia mundial, relativa a ta poblacin y riqueza del pas, como ocurrir en 1960. La presencia del Imperialismo acelera la revolucin, al revs de lo que sostena el estalinismo cubano en 1930 cuando afirmaba que esa presencia la inhiba hasta despus de ia victoria de la revolucin mundial.

    La accin del imperialismo mundial explica que una direccin poltica heterognea, que no sale del movimiento histrico propio de la clase oorera. se divida, se rompa, entre en crisis y se radicalice hasta impulsar la expropiacin ir-isma del capital. Esto no quiere de ninguna manera decir que las clases poseedoras o semi-poseedoras puedan sustituir a la clase obrera en la direccin de la revolucin social. Lo que quiere decir es que. en determinadas condiciones, direcciones populares no obreras de caracters*icas especiales pueden desplazarse en sus posiciones polticas hasta poner en prctica medidas propias de una revolucin socialista.

    Pero la victoria de Playa Girn se debi tambin a otros dos grandes factores: el acierto de la poltica de la direccin cubana frente a la invasin, al golpear consecuentemente, tanto sobre los invasores como en el plano interno, fue uno. El otro factor decisivo fueron las milicias populares (distintas al ejrcito rebelde), porque ellas fueron las que soportaron la fase crucial de la rplica revolucionaria, el avance por las carreteras. La victoria de Playa Girn fue la obra de estos milicianos, la expresin ms concentrada de la conciencia revolucionaria de los explotados cubanos. Ellos fueron el verdadero termmetro, en el que se midi la revolucin en aqullos das. *:

    I

    Despus tfe Playa Girn

    Como ya dijimos, el 16 de abril, Fidel Castro proclam el carcter socialista de la revolucin cubana, y la controversia sobre este hecho an no ha terminado. Entre los historiadores acadmicos parece existir una coincidencia en que lo ^tie se propuso Fidel Castro con esa ^ declaracin, fue compiometer a la URSS en la proteccin militar del Estado cubano. La tesis ^ merece muchos reparos, pues lo primero que provoc esa declaracin fue su rechazo por los ^ partidos comunistas, que venan sosteniendo el carcter democrtico-burgus de la revolucin ^ cubana, y hasta el silencio hostil de la burocracia rusa. Despus de Playa Girn se fue ^ agravando el enfrentamiento con la vieja gurala estalinista, como ya lo relatamos. El Che ^ Guevara jug un papel de vanguardia en esta lucha, esto porque fue el nico que interpret que ^ la victoria de Playa Girn era un golpe al manejo burocrtico del perodo anterior (lleg a decir que los "Comits de Defensa se fueron convirtiendo en ta madriguera del oportunismo", . Conferencias en el IVl. de! Interior). De otro lado, en octubre de 1962 se producir la "crisis de ? -los cohetes" entre Kennedy y Kruschov. oportunidad en que ste se batir en retirada y ^ prometer limitar el armamento que se entregue a Cuba, en cambio de una garanta verbal norteamericana de que no atacar a la isla. Si Fidel Castro pens que con esa declaracin ^ consegua la inviolabilidad del territorio cubano, el bombardeo contra Vietnam del Norte a partir de 1965, por parte de Estados Unidos, debi disuadirlo, y esto explica por qu atac tan duramente al gobierno ruso por no entregar aviones a Vietnam. 2

    Ms all de todo esto, sin embargo, la declaracin socialista de Fidel Castro tiene el enorme S valor de definir el contenido de la revolucin nacional en Amrica Latina, quebrando de este c modo cuarenta aos de menchevismo-estalinisa en Amrica Latina. Es cierto que decir que la ^ revolucin es socialista no basta para definir una estrategia exacta de la revolucin, pues sta requiere un programa que traduzca las peculiaridades nacionales del pas y seale el camino ^ que deber llevar a la ciase obrera a transformarse en direccin de los oprimidos. Pero sin la > definicin clara de la revolucin socialista, es decir de una revolucin que se transforma en su desarrollo en direccin hacia la completa abolicin de las clases y de las fronteras nacionales, ^ se va hacia la impasse y, eventualmente, a actuar en funcin de intereses extraos y hostiles a ^ los explotados y a la revolucin nacional.

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  • Tambin se ha interpretado la declaracin de Castro como un paso ms en el camino ya empeado hacia la completa fusin del castrismo con el partido estalinista de Cuba. Pero esta declaracin la bloque. Los estalinistas fueron opositores, desde 1959, a la profundizacin de la reforma agraria, y en 1960 se llegaron a alarmar por las confiscaciones en masa de la propiedad capitalista. Pretendan mantener la revolucin en el lmite democrtico-nacional. Fueron un factor de freno de la revolucin, de su burocratizacion y, a partir de aqu, responsables de sus mayores crisis hasta ese momento.

    La desintegracin del movimiento poltico castrista (ML 26) era un hecho inevitable a partir de la profundizacin de la revolucin. Heredero del partido pequeo-burgus nacionalista de la revolucin cubana de 1930, perdi toda posibilidad de jugar un papel propio y homogneo con la radicalizacin de la revolucin. Este hecho creaba la posibilidad natural de que los representantes polticos ideales de la pequea burguesa democrtica se fusionaran con un partido revolucionario de la clase obrera. El nico problema era que ste no exista.

    A pesar del enorme desprestigio del PSP cubano, que colabor con Batista (en cuyo gobierno tuvo ministros) en la dcada del '40, y que se opuso violentamente a la guerrilla, el castrismo recurri a su apoyo ante la crisis del movimiento 26 de Julio. De aqu nacer un proceso de burocratizacion particular {primero en los sindicatos, que pierden su autonoma a principios de 1960). Esto ser una fuente de enormes crisis: la ya relatada de 1962, el juicio a Escalante en 1969 y la gran controversia con los PP.CC. desde 1965 a 1970. Los "pro-hombres" del estalinismo fracasarn en el intento de copar hegemnicamente el Estado y el gobierno; para seguir en las riendas del poder se vern obligados a llegar a un compromiso con Fidel Castro y a seguirlo y adaptarse a l en diversas ocasiones. Cuba ser uno de los teatros donde se verificar que el monoiitismo estalinista y su control absoluto de las organizaciones obreras y antiimperialistas, es una cosa del pasado. La subordinacin de la revolucin cubana a la poltica internacional de la burocracia rusa, a partir de 1968-70, es un compromiso inestable, que est condicionado a la marcha de la revolucin mundial.

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  • Anexo En nefensadelaOLAS

    Poltico Obrera 23. 4.'2.1967

    El significado poltico fundamental de la OLAS y su programa consiste en representar la nica alternativa internacional de carcter revolucionario existente en la actual situacin mundial. Su agitacin a favor de la revolucin socialista internacional latinoamericana, su solidaridad efectiva con la lucha popular ya emprendida su exigencia y agitacin a favor de la ayuda militar ms vasta para el triunfo de la revolucin vietnamita como centro insustituible de la poltica de los Estados Obreros, todo esto constituye la esencia misma de una poltica internacional revolucionaria en la presente situacin de la lucha de clases mundial. La solidaridad poltica de Poltica Obrera con este planteo y nuestra lucha, pnipaganda y agitacin a favor de la construccin del partido obrero revolucionario en Amrica Latina responde por entero a la poltica de desarrollar, impulsar y profundizar la estrategia revolucionaria que la OLAS hoy representa.

    Porque la OLAS representa una alternativa de este tipo es que no solo ha concitado la ms fiera represin imperialista sino tambin el ataque poltico de la burocracia sovitica y sus seguidores. Ya durante el desarrollo de la primera conferencia de la OLAS ei diario Pravda evit informar ampliamente sobre ella y sobre la lucha poltica e ideolgica que se libraba, pero por el contrario public partes significativas de un artculo del dirigente mximo del stalinismo chileno. Corvaln. contra los planteos fundamentales de la OLAS.

    Ahora, hace ms de un mes Pravda publica un yrtculo del stalinista argentino Rodolfo Ghioldi que desarrolla nuevamente los ataques a la OLAS, aunque no la nombre especficamente. Esta evidente campaa poltica de Pravda contra la OLAS es sealada en un artculo editorial por el semanario de la gran burguesa inglesa The Economist (15/11/1967), que caracteriza as: "el !^ Kremlin pretende ahora que Fidel Castro se doblegue a su poltica de coexistencia pacfica", Hay que agregar que la campaa de Pravda constituye una indicacin abierta para el llamado ^ comunismo internacional pro sovitico se alinee en la misma posicin. (^

    The Economist seala que la poltica de la burocracia sovitica se orienta a imponer su ms completa hegemona sobre los partidos comunistas, incluido ei cubano, por medio del llamado ^ a una conferencia mundial que fije la orientacin y obligue a acatarla. Concretamente, un grupo ^ de 18 partidos comunistas ha resuelto organizar para febrero de 1968 un encuentro que ^ prepare esa conferencia. Lo significativo es que dentro de este grupo de 18 partidos, no figura el de Cuba, el que sin embargo, haba sido participante de la conferencia de 19 partidos de ^ marzo de 1965 (poca. Montevideo 9/12/1967). ^

    Es evidente que la campaa de Pravda contra la de la OLAS y la del partido comunista r> sovitico a favor de la conferencia internacional, tienen como objetivo fundamental ^ contraponerlo abiertamente al curso de la primera conferencia de la OLAS, y a la justa y ^ revolucionaria denuncia de la delacin y el reformismo de los partidos comunistas de varios > pases de Amrica Latina por parte de Fidel Castro. Para mayor prueba ah estn los recientes S acuerdo entre los contrarrevolucionarios partidos comunistas de Argentina y Brasil, que de hecho llaman a una conferencia latinoamericana de PPCC para oponerse a la OLAS, y el ^ acuerdo entre el partido comunista de Venezuela y el de Ecuador que se pronunciaron por lo ^ mismo (poca 9/12/1967). The Economist saca la siguiente conclusin, reveladora de que el imperialismo no se engaa (Lenin siempre recomendaba por este motivo seguir los juicios del C imperialismo): "Mosc, por lo visto, ha optado porque sus representantes en Amrica Latina (los PPCC) coexistan con esos gobiernos (latinoamericanos) aprovechando la "brecha ^ democrtica"... Para Cuba, que est convencida por la experiencia del pasado de que el ^ aprovechamiento de la "brecha democrtica" no conducir a nada, la actitud sovitica no > tendra ms explicacin que la de que la URSS haya decidido olvidarse de sus objetivos Se marxistas-leninistas en Latinoamrica, en aras de sus propios intereses comerciales y polticos Ser esta la razn por la que no se le permiti hablar, frente a las delegaciones del Q

  • comunismo mundial, al representante cubano en las fiestas del cincuentenario?". Est bien claro hacia donde seala el 'peligro" revolucionario el propio imperialismo.

    La OLAS y el estalinismo internacional pro sovitico siguen cursos polticos contrapuestos. De la revolucin la primera, el de la contrarrevolucin el segundo. Por esto es no solo inevitable que se profundicen sus antagonismos polticos sino tambin que este antagonismo se traslade dentro de las propias filas de los revolucionarios y de los contrarrevolucionarios. La OLAS ir depurando sus filas como lo revela todo el periodo entre la constitucin de la OLAS y su primera conferencia. En los partidos comunistas se producirn fraccionamientos como ya ocurre en Brasil y Argentina, y como lo revela la plena identificacin de! PC dominicano con el programa de la 01_AS. La posicin de este partido refleja la madurez de su pas para el frente revolucionario de las fuerzas de la OLAS y la iniciacin de la lucha guerrillera.

    El desarrollo del antagonismo irreconciliable entre la OLAS y las vanantes reformistas, sean stalinistas o nacionalistas, se va a reflejar inevitablemente en el seno mismo de la vanguardia obrera y campesina del continente, es decir, los obreros ms conscientes del peronismo argentino, del MNR y PRIN boliviano, del stalinismo chileno, uruguayo y venezolano, etc. Por esto es fundamental tener conciencia de este proceso y concretarlo en el agrupamiento marxista y revolucionario de estos obreros, en partido obrero revolucionario.

    te El foco, es decir, el desarrollo unilateral de la lucha guerrillera y al margen de la agitacin ^

    revolucionara y organizacin de las masas, deja la iniciativa poltica de este decisivo terreno del reagrupamiento de la vanguardia en manos de los mismos que hay que combatir y que son ^ la correa de transmisin de la burocracia conservadora de los Estados Obreros. ^

    I La orientacin revolucionaria en que se inscribe la OLAS debe ser tomada por los obreros de !s

    vanguardia. Hay que alinearse internacionalmente con la alternativa revolucionaria de la OLAS 5 y trabajar positiva y clasistamente por la construccin del partido obrero revolucionario, que es *^ lo que llevar esa alternativa a la victoria. Poltica Obrera ha creado hasta cierto punto las ^ bases mediante su diferenciacin y lucha ideolgica contra el burocratismo, el reformismo y el J centrismo. para desplegar en este terreno la ms amplia iniciativa poltica y revolucionaria.

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  • CnE (ilJEVAllA El alejamiento del Che y la cuestin de los exiliados

    Poltica Obrera 5. 10. i . 1966

    El objetivo de este artculo es dejar sentada una definicin de principios sobre algunas actitudes de ta direccin revolucionaria cubana, en particular el alejamiento del Che Guevara y el acueido para la salida de los exiliados.

    El alejamiento del Che Guevara no puede ser presentado como una cuestin que no tiene que ver con el desarrollo poltico de la revolucin cubana, sus contradicciones y las luchas polticas e ideolgicas a que esto da lugar; como si el alejamiento del Che fuera una decisin personal desligada de la evolucin de la revolucin y de la actividad poltica del conjunto de la direccin, revolucionaria. Lejos est de nuestra parte pensar peyorativamente de las discrepancias polticas y la lucha ideolgica como aparente expresin de debilidad. Muy por el contrario, demuestra la vitalidad de los organismos revolucionarios y su sensibilidad ante los complejos problemas del desarrollo interior e internacional de la revolucin.

    La cuestin de pnncipios que queremos reivindicar en este problema es la de la democracia obrera y revolucionario en el Estado Obrero. Siguiendo la experiencia histrica del bolcheviquismo consideramos que la democracia para las distintas tendencias revolucionarias del Estado Obrero est subordinada a consideraciones ms altas como la emergencia de peligros muy serios para la integridad del Estado. As Lenin y Trotsky suprimieron transitoriamente las fracciones en el seno del bolcheviquismo ruso. Pero al hacerlo explicaron a la vanguardia obrera la suprema necesidad que lo justificaba, plantearon su carcter transitorio y garantizaron el funcionamiento peridico de ios congresos partidarios.

    La no discusin pblica de las posiciones del Che y. por lo menos de la significacin poltica de su alejamiento lo consideramos un atentado a la democracia obrera que la revolucin cubana debe desarrollar. Impulsando esta democracia es como se garantiza la vitalidad de la direccin cubana frente a las presiones nacionales e internacionales que buscan una adaptacin conservadora del Estado Obrero cubano a la poltica general de status-quo. coexistencia y congelamiento de la revolucin internacional de la burocracia estalinista sovitica. Y no podemos olvidar que esta actitud de afirmar la democracia revolucionaria internacionalmente fue ia que llev adelante Fidel Castro al negarse a aceptar la inspeccin norteamericana en Cuba pactada por Mikoyan-Kennedy durante la crisis del Caribe dando Fidel Castro as una leccin imborrable y extraordinaria a ia vanguardia revolucionaria de todo el mundo!

    No slo la envergadura y significacin poltica del compaero Guevara ratifican el carcter ^ poltico de su alejamiento sino tambin su manifiesto enrolamiento en toda una tendencia de ^ la revolucin cubana y colonial partidaria de !a extensin internacional de la revolucin. ^ fundamentalmente por medio de guerrillas, del internacionalismo proletario y de la lucha contra la desigualdad en el proceso del Estado Obrero en transicin. Cmo puede |^ escamotearse la significacin poltica del alejamiiento de Guevara y la definicin poltica que este alejamiento signific para el conjunto de la direccin revolucionaria cubana! I

    Internacionalmente. e! mtodo de alejamiento de Guevara confunde a los obreros de vanguardia. Una enseanza fundamental de Lenin y Trotsky es que son admisibles todas las ^ maniobras, todas las tcticas y todos los cambios de frente, a condicin de que se explique a la ^ vanguardia y se discuta con ella las razones. No son los retrocesos polticos los que debilitan la * lucha revolucionaria sino llevar esos retrocesos al plano iie la conciencia, prostituyndola. Y as ^ como Fidel hizo intervenir de hecho a la vanguardia al denunciar pblicamente lo de la \T,

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  • inspeccin de los cohetes, asimismo ia apertura de una discusin pblica sobre las diferencias polticas y como zanjarlas hubiera hecho intervenir a la vanguardia y la hubiera fortalecido; esta es la significacin de principios de nuestra posicin y la aplicamos ai conjunto de la direccin cubana, incluido el Che.

    El PRT (ex Palabra Obrera) en "La Verdad" nmero 14 no ha podido dejar de volcar su habitual cuota de oportunismo y de ratificar su congnita actitud centrista al analizar esta cuestin. Escamotea totalmente la cuestin de principios al sealar que el alejamiento del Che revela que "las discrepancias entre los dirigentes de la revolucin cubana... (se) resuelve como mejor conviene a la revolucin...". Pero, dnde est explicado que separar a un dirigente revolucionario sin discutir la significacin poltica de esto es como mejor conviene a la revolucin? Lo que hay que definir es, a la luz de los principios del marxismo revolucionario, como hay que resolver estas cuestiones ante una vanguardia obrera que madura y quiere madurar para enfrentar la agresin imperialista y la coexistencia burocrtica. Es un oportunismo del peor calibre afirmar que "la revolucin cubana no se deshace del Che con un pasaporte al destierro y a la prisin sino como corresponde (!). con un paso libre (como en la A.F.A. no?) a la militancia antiimperialista como ciudadano de la revolucin mundial". Y esto es doblemente una canallada porque no sio repudia el significado de a democracia revolucionaria sino que ni siquiera la direccin cubana que alej sin discusin pblica al Che, ha elevado este mtodo a la categora de principios como hace el PRT al decir "como corresponde". Pero despus de hacer la apologa a este mtodo para "resolver discrepancias" dice que s i la renuncia del Che se debe a estas discrepancias es una pena no haberlas discutido; pero termina afirmando que si estas discrepancias hubieran existido (ojo que todo haba comenzado con que era un buen mtodo para resolver las discrepancias, por lo tanto existan) la direccin cubana habra aceptado el procedimiento de la discusin pblica. Este grupo poltico est hecho a la medida del escamoteo. Ia confusin y la burla! Nuestra posicin es una autntica posicin de defensa incondicional del Estado Obrero porque ayuda a la vanguardia a distinguir las conquistas fundamentales de ese Estado de los mtodos oportunistas de sus direcciones, lo que la arma para combinar la defensa de la propiedad estatal y la lucha por la democracia proletaria!

    Una significacin de principios simiiar tiene nuestra posicin respecto JI la decisin de la direccin castrista de facilitar la salida de exiliados. Desde un punto de vista estrictamente objetivo el problema de los exiliados pone de relieve la dificultad de la revolucin para neutralizar a estos sectores contra-revolucionarios. Esto expresa la presin contra-revolucionaria del imperialismo yanqui, su hostigamiento y agresin; la necesidad de la revolucin cubana de resolver su desarrollo interior en el marco de la revolucin latinoamericana y mundial y la inexistencia en Cuba de los rganos de poder obrero que permitan extender al mximo la influencia de las capas sociales revolucionarias. A la luz de esto es evidente que exportar exiliados no es un mtodo que resuelva los problemas -la resolucin histrica de las tareas democrticas y socialistas no tiene nada que ver con este mtodo y no prestigia ei ascendiente histrico del socialismo como mtodo de produccin y de vida, es decir, como sistema de organizacin social . Sin embargo, no formuladlos, ni tienen sentido hacerlo, una oposicin de principios a esto. El Estado Obrero tiene todo el derecho de tomar esta medida si entiende que afloja las presiones contrarrevolucionarias internas y que este aflojamiento vale la pena ser pagado con un recurso tan poco ortodoxo como facilitar ia salida de exiliados. A lo que hacemos una objecin de principios es a no haber planteado claramente a la vanguardia obrera los fundamentos de la medida. El imperialismo ha tratado de desprestigiar al socialismo ante las masas latinoamericanas en esta cuestin mostrando una supuesta "incapacidad del poder obrero". La vanguardia del continente y el mundo necesita ser armada para combatir esta ofensiva ideolgica del imperialismo; necesita ser educada e n el principio de la revolucin mundial y no en la exportacin de exiliados. Por esto era fundamental explicarle esta medida, su supuesta necesidad y su significado como recurso tctico.

    Este problema se realza ms por el hecho del avance que el estalinismo ha hecho en Cuba y ^ que contribuye a suponer que esta poltica del fidelismo responde a la presin burocrtica ^ sovitica de llegar a un acuerdo con ios yanquis. Consideramos que el alejamiento del Che; la

  • designacin de Isidro Malmierca -estalinista de la vieja guardia y director de la polica de seguridad cuando la reorganizacin de Escalante, expulsado por Fidel- en la direccin del Granma. rgano del partido: la concesin al estalinismo que significa ponerle al Partido nico el nombre de Partido Comunista; y el acuerdo con los partidos comunistas latinoamericanos que se expres, entre otros, en la designacin de las delegaciones a la conferencia tricontinental: todo esto refleja esa presin de la burocracia sovitica. Y por esto doblemente se justificaba que el fidelismo reivindicar la extensin de la revolucin y de la democracia obrera como mtodo fundamental para resolver la construccin del socialismo en Cuba!

    Al tomar estas posiciones ratificamos la lucha consecuente del leninismo-trotskismo por la defensa incondicional de los Estados Obreros, del internacionalismo revolucionario y por la extensin y profundizacin de la democracia obrera.

  • Defender las guerrillas bolivianas Poiifica Obrera M . /97

    En Solivia se lia abierto un muy importante frente de lucha revolucionario contra la dictadura militar pro-yanqui de Barrientes. En el Sudeste de este pas hermano una fuerza guerrillera, que todos los diarios coinciden en su importancia, se bate contra el brazo armado de la gran reaccin y ei imperialismo: nos referimos al ejrcito reorganizado por Paz-Estensoro-Barrientos y sostenido, financiado y equipado por el Pentgono norteamericano.

    La apertura del frente guerrillero ha concitado la represin de toda la jaura capitalista del continente, encabezada por los yanquis y la dictadura de nuestro pas. El enviado del diario Crnica ha documentado con fotos la asistencia militar argentina y norteamericana, y todos los diarios han publicado abiertamente el rol. la actividad y el control que ejerce la misin militar yanqui en Solivia.

    Como pueblo explotado y latinoamericano, el pueblo argentino tiene el deber de defender la lucha armada guerrillera de Solivia. No sio hay que combatir el papel de gendarmera contrarrevolucionario de la dictadura militar de Ongana, no solo hay que combatir la injerencia ^ yanqui sino tambin defender a la guerrilla boliviana frente al enemigo contra el que combate, 5 es decir contra la dictadura pro-yanqui de Barrientes. ; i j

    l3 Ta etica Guerriliera e lucha 5

    Tanto por nuestro afn, politicamente justificado, de participar con posiciones propias en ia experiencia revolucionaria mundial y fundamentalmente latinoamericana como asimismo por ^ nuestro gran inters en aprender y avanzar con estas experiencias, creemos imprescindible 5 ; definirnos respecto a la tctica misma de esta lucha, es decir a su justeza o no, de la guerrilla !?! boliviana. Por este motivo queremos adelantar una serie de puntos de vista a p e s f , y con la limitacin de carecer -por completo- de informacin clara y fidedigna, y por desconocer los fundamentos tericos con que los revolucionarios que estn en la selva han justificado el ^ camino de lucha que estn siguiendo -y la poltica concreta con que la acompaan. ^

    Hemos sealado en el pasado que no compartimos el punto de vista de los tericos del "foco" ^ guerrillero respecto a la fatalidad y justeza de este mtodo y de esta concepcin. Ms todava, pensamos que an donde la tctica guerrillera es justa no puede ser encarada unilateralmente, ^ es decir sin una poltica concreta respecto al movimiento de masas y en particular a las masas proletarias. Viene al caso recordar un importante concepto del revolucionario peruano Ruga ^ Blanco referido ai movimiento de masas de los campesinos sin tierra de su pas: "Un gran ^ nmero de campesinos estn dispuestos a dar sus vidas, pero no a abandonar la tierra de la - .^ que viven. Aprueban la consigna Tierra o Muerte... De cien campesinos preparados para luchar, ^ 99 estn dispuestos a la formacin de milicias, slo uno a la guerrilla... Lo digo por la M experiencia." S

    Este juicio es muy importante. Los foquistas han hecho del foco guerrillero una cosa mstica, capaz de por s de reanimar en las masas y unificar polticamente a la vanguardia "* revolucionaria. Esto no slo no se ha dado en ningn lado sino que, incluso, ha sido J acompaado de las formas ms tradicionales de oportunismo. Esto es lo que Fidel Castro denuncia de hecho y sin decirlo concretamente, en su importante discurso del 13 de marzo respecto al PC y a la guerrilla venezolana. (Este discurso ser analizado en el prximo nmero). S

    la situacin le movimiento e masas en Boliuia

    Para ubicarnos frente a la guerrilla debemos contestar a esta pregunta decisiva: cul es ia situacin de las masas bolivianas -mineras y campesinas- y cul es la situacin de los cuadros ^ de vanguardia de estas masas? Si no contestamos a esta pregunta quedar sin respuesta la ^ duda fundamental, la guerrilla, dispersa o no a ia vanguardia revolucionaria de su trabajo de ^ cohesin y diferenciacin revolucionaria de las inasas? Distrae energas o no?

  • A pesar de nuestra indigencia en materia de informacin creemos que el movimiento de masas bolivianas est aplastado y la vanguardia extraordinariamente reprimida y castigada. El proletariado minero -el nico con verdadera tradicin revolucionaria en Amrica Latina- est sufriendo mediante una represin descomunal las consecuencias de la derrota de mayo de 1965. fecha de la masacre de Barrientes contra el movimiento obrero. A su vez. las masas campesinas, el gran combustible de abril de 1952. se encuentran mayormente paralizadas y un sector de ellas, semiprivilegiada en las condiciones de Solivia, entregada al gobierno.

    Todo esto es fruto de doce aos de gobierno pequeo burgus nacionalista usurpador de la insurreccin obrero campesina de 1952. En estos doce aos este gobierno reorganiz al ejrcito destruido por la insurreccin replanteando la posibilidad de luchar por el poder al imperialismo yanqui, en forma directa. Pero esto tambin es fruto fundamental del entreguismo de ia burocracia sindical que dirigiendo a una clase obrera armada en milicias y con el ejrcito proimperialista destruido, capitul ante la simblica salida burguesa nacionaL Esto ha sido el lechinismo y todos los apndices de ste.

    En estas condiciones nosotros creemos que la guerrilla abre otro frente -y muy importante- de lucha, desparrama la actividad represiva del ejrcito, tensa el rol aplastante de la dictadura sobre todas las clases del pas y ayuda, de este modo, a aliviar las condiciones represivas sobre la vanguardia minera, ayudando as a su reorganizacin.

    Sin embargo, esta apreciacin nuestra del rol objetivo de la guerrilla no significa que ella sea de por s suficiente, sino que justamente su valor reside en la va que ayuda a abrir para que se reagrupe la vanguardia revolucionaria y minera y esto significa "la importancia decisiva que tiene la existencia o no de una estrategia para las masas proletarias y campesinas, y la existencia o no de un claro programa proletario y antiimperialista que gue los pasos polticos de la nueva etapa que se ha abierto. En ltima instancia, si ia lucha armada carece de poltica marxista revolucionaria rectora, en lugar de ser la forma concentrada de la lucha de clase proletaria ser, en realidad, su forma primitiva emprica.

    De todos modos, la .guerrilla se ubica en un curso objetivo que, creemos est justificado. No sabemos si los propios revolucionarlos del Altiplano han formulado programticamente la cuestin de este modo. Defender la guerrilla boliviana supone luchar por la profundizacin del curso que objetivamente aquella impulsa.

    laBictaura e Barrientos

    Barrientes se sostiene con el ejrcito profesional y con la imprescindible ayuda yanqui. Carece de toda base social e histrica para gobernar en forma estable. La presencia represiva norteameric^^na, argentina y brasilea le resulta fundamental. La lucha revolucionaria de Bolivia es extendida internacionalmente por la reaccin, lo que refuerza el planteo en favor de la extensin latinoamericana del apoyo revolucionario.

    La intervencin extranjera quiere suplir la incapacidad del ejrcito boliviano para enfrentar la guerrilla y mantener al mismo tiempo, su grado de represin actual sobre toda la poblacin en particular la minera. Esto exige la acentuacin del carcter latinoamericano de la lucha revolucionara para aplastar las "ayudas" reaccionarias. La revolucin consecuentemente socialista no solo debe rematarse en el plano latinoamericano sino que en este plano tambin hay que tratar de solidarizarla durante la lucha previa. Y aqu juega el rol fundamental la elaboracin del programa marxista revolucionaria para Amrica Latina como base para la unificacin de fuerzas. (Volveremos sobre esto en el prximo nmero con motivo de la prxima conferencia de la OLAS).

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  • Viva el Che Guevara Poltica Obrera 2, 2.} 1.1967

    Denunciamos a grito vivo ia repugnancia y el asco que nos producen los homenajes al Che Guevara desparramados por todo el mundo por los reformistas y burcratas de todo pelaje. La misin de toda esta escoria es hacer pasar bajo la forma de homenaje al Che la idea de la muerte de la revolucin y de la lucha armada. Quienes esto hacen escupen sobre el cadver del revolucionario muerto y se forjan una muy idiota y breve ilusin. Se les "olvida" lo fundamental: la descomposicin sin remedio del capitalismo y la necesidad de las masas explotadas de abrirse paso son inmensamente ms fuertes que los contrastes revolucionarios. El capitalismo golpeado por la revolucin, en Rusia, en China. Cuba. etc. no se ha levantado ms; los revolucionarios nos hemos levantado una y mil veces hasta triunfar.

    Es urgente que todo el movimiento revolucionario de Amrica latina se aboque a discutir el balance poltico que deja hasta el momento la experiencia guerrillera boliviana, para encarar lo ms rpida y conscientemente posible la reorganizacin de la lucha revolucionaria y guerrillera en el Altiplano. La direccin de la OLAS debe tomar la iniciativa y preparar la discusin poltica sobre este asunto con el ms amplio criterio estratgico posible; la cuestin no puede ni debe reducirse a un inventario de deficiencias tcnicas. La muerte del Che exige que hagamos este balance a fondo porque su muerte nos abruma con un deber irrenunciable: llevar la revolucin permanente (socialista) en Amrica Latina hasta el fin.

    Los golpes del imperialismo no han desplazado, a nuestro juicio, la perspectiva de un renacimiento del movimiento guerrillero en el camino de la revolucin boliviana. Esto lo Indica la adhesin de la vanguardia minera a la actividad guerrillera de estos ltimos seis meses; adhesin que no cae del aire sino que es ia expresin de la extraordinaria tradicin revolucionaria del proletariado boliviano y su necesidad de enfrentar la represin armada del ejrcito. Lo que est desplazado, como lo entendimos hace seis meses, es la perspectiva de una tctica guerrillera que no pise firme en la tarea de construir el partido revolucionario, es decir, de reagrupar a la vanguardia minera y de atraer a la vanguardia de los campesinos mas pobres y explotados. Esto significa establecer el programa de la revolucin agraria en Bolivia en esta etapa y de organizar la agitacin poltica sistemtica en este tvirreno. toda vez que la pasividad del campesinado pobre y la hostilidad anti-proletario del "rico" es lo que sostiene al rgimen pro-Imperialista gobernante.

    Ninguna tctica poltica opera en un vaco sino que lo acceden un terreno histrico concreto. Esto lo prob la guerrilla cuando desde sus mismos comienzos, polarizo la situacin poltica nacional y ocup el vaco de la crisis de las fuerzas polticas de izquierda y el Lechinismo. resultante de la masacre de mayo de 1965. La guerrilla pudo jugar este rol polarizador porque recoga con su lucha ia crisis revolucionaria del capitalismo colonial boliviano, la inestabilidad poltica de la seudo burguesa gobernante y la predisposicin revolucionaria del proletariado minero, esta predisposicin se volvi a reflejar en los choques en las minas a mediados de este ao. Pero la guerrilla de por si, como mtodo unilateral, como foco, no poda resolver el otro aspecto del terreno histrico concreto de Bolivia que es la crisis de la vanguardia minera producida con el triunfo de Barrientos. la falta de orientacin para la compleja situacin campesina y la ausencia de una actividad organizada correspondiente dentro del campesinado ms explotado. Nosotros creemos que la crisis de la vanguardia minera y de la los partidos que se basan en ella se reflej en lo que result ser la vacilante base de reclutamiento para la guerrilla, expresin de la ausencia de un partido de masas fogueado (segn los diarios Fidel Castro atac el comportamiento de varios de tos detenidos ante el ejrcito) y se reflej en la vinculacin con el aparato del partido comunista pro-sovitico, que segn muchas informaciones no estuvo a la altura del compromiso poltico que asumi -para decir lo menos. En otras palabras, no puede haber sucedneo, sustituto, a la construccin de un partido de ^ clase revolucionario consciente. ^

    La sustitucin de un anlisis poltico claro de la guerrilla, que nosotros solo podemos insinuar, ^ mediante los actos de homenaje al Che (que apoyamos sin reservas) es un vulgar oportunismo ft

  • para captar la enorme simpata de las masas hacia el Che. el Castrismo y ia Revolucin Cubana. La dimensin histrica del Che consiste en que fue junto con la direccin castrista el constructor original del pasaje a la revolucin socialista, al Estado Obrero en Amrica Latina. El Che resolvi en Cuba la misin histrica de nuestra generacin revolucionaria: hacer la revolucin permanente, destruir todos ios obstculos que se le anteponen a la lucha revolucionaria, hacer de cada triunfo el peldao del prximo avance, sin interrupcin, sin socialismo en un solo pas, por la extensin de la revolucin a Amrica Latina y el mundo. Por esto el Castrismo es la corriente que mas ha atrado a las fuerzas revolucionarias que nacen en cualquier lugar del globo. Y para hacer esto e! Che. Fidel Castro, etc. no solo tuvieron que enfrentar la reaccin armada del imperialismo sino lo que creemos ms grave esa coraza burocrtica mundial que es el llamado movimiento comunista internacional. El empirismo de la direccin castrista, del cual el foquismo es la ms relevante expresin, es la manifestacin de este fenmeno de crisis de direccin del proletariado mundial.

    El Che es el hombre que se ha levantado por encima de todas las limitaciones para entroncar con ei empuje espontneo de la revolucin. Hizo trizas con las miserias de clases y personales. Pero no es casual que slo nosotros los revolucionarios socialistas tengamos gente de la dimensin personal y humana del Che Guevara; los burgueses no pueden mostrar a nadie. Es notable que ningn comentario sobre su muerte de la prensa burguesa y reformista haya reparado en esto. Si lo hubiera hecho habra comprendido por qu el Che muerto sigue vivo ^ mientras que toda la bazofia reformista viviente est redondamente muerta.

    Con el Che no ha muerto solo un combatiente. Ha muerto un lder galvanizador, centralizador, ^ orientador de los sentimientos y necesidades socialistas de las masas, en particular las cubanas. Es un precio muy grande el que ha pagado la revolucin latinoamericana en su ^ estrategia foquista. Los estalinistas lo valoran as. Saben del obstculo insuperable que Fidel y ?3 ei Che constituyen contra la coexistencia pacifica. Saben que son las murallas a travs de las que las masas se oponen a retroceder y quieren seguir avanzando. Pero estaba en toda la concepcin de! Che el subestimar su rol orientador desde la tribuna del primer Estado Obrero de Amrica Latina y sobreestimar la necesidad de intervenir en la primera fila en los campos de batalla.

    El Che no muti simplemente en combate con el imperialismo. Fue asesinado. El imperialismo no poda aguantar un juicio pblico contra l. Todos los cimientos del capitalismo no daban para resistir la conmocin de un juicio contra la conducta del Che. El imperialismo saba que sus propios crmenes iban a ser los juzgados ante la presencia imponente y colosal del Che, porque el Che ya est reivindicado por las masas y la historia. Por esto lo mataron a sangre fra despus de haberlo herido en e! campo de batalla. Para el imperialismo el Che era un preso imposible.

    E! balance de la vida de este revolucionario glorioso, consecuente como muy pocos en la historia de la humanidad, es un llamado ferviente a que florezcan sobre su cuerpo muerto millones de combatientes como l. Como lo seal en su ltimo trabajo escrito "toda nuestra accin es un llamado a la guerra contra el imperialismo yanqui... Donde quiera que nos sorprenda la muerte que sea bienvenida si nuestro llamado a la guerra ha llegado a una oreja receptiva y otra se tienda para tomar nuestras armas, y otro hombre se prepara para cantar el triste canto del tableteo de las ametralladoras y nuevos llamados a la guerra y por la victoria".

    VIVA EL CHE

    5;

  • La izquierda y la guerrilla del Che Prenso Obrero 202, !9S7

    La guerrilla del Che en el sudeste boliviano dio lugar a una delimitacin de posiciones del conjunto de la izquierda. En PO de la semana pasada sealamos el papel del PC de Bolivia. cuya direccin se comprometi en el apoyo a la guerrilla, para luego sabotearla y aun reprimir a sus afiliados que queran unirse al movimiento, e incluso desmantelar las redes de apoyo en las ciudades.

    Todo esto fue denunciado por el propio Che en su diario, por Fidel Castro en su introduccin al diario y por los propios sobrevivientes del intento (el Inti Peredo en un manifiesto de julio de 1968 denuncia al PCB por haber "aislado a la guerrilla, por negarle colaboracin y realizar propaganda anti guerrillera en el seno de su militancia").

    La conducta del estalinismo boliviano responda a una poltica ms general. En 1967 el Partido Comunista de Venezuela rompa con la guerrilla de su pas y expulsaba ai jefe guerrillero Douglas Bravo del PCV, lo que dio lugar a una violenta crtica de Fidel Castro. A principios del '68, la guerrilla guatemalteca (FAR) rompa, por su parte, con el PGT (comunismo guatemalteco) y denunciaba que "mientras ei PGT pone las ideas, las FAR ponen los muertos".

    El PC argentino era, como es de imaginar, la avanzada en la denuncia del "castrismo aventurero". Rodolfo Ghioldi escribi para ello incluso un folleto, "No puede haber una revolucin en la revolucin" (es decir, no puede haber planteos revolucionarios fuera del estalinismo!), en el cual se atacaba duramente las posiciones castristas.

    Ghioldi sostena la tesis estalinista de que "un frente obrero y popular y otras posibles formas de colaboracin poltica de distintos partidos y organizaciones sociales puede agrupar a la mayora del pueblo y conquistar el poder sin guerra civil", y sealaba que "la alianza obrero-campesina puede sobreponerse a las vacilaciones de la burguesa nacional y dominarlas en el seno del frente nacional". Al mismo tiempo, a fines del '67, una fraccin de la FJC rompa con el PC (posteriormente formara el PCP). El PC la acusaba de "responder a directivas de elementos aventureros que en la OLAS plantearon crear vanguardias revolucionarias negando el papel dirigente de los PPCC", en obvia referencia al Che y a Fidel que llevaban adelante en ese periodo una confrontaci6n con el aparato estalinista (incluso en la propia Cuba, con el segundo ataque a la micro fraccin de Escalante, viejo dirigente estalinista cubano).

    Hacia fines del 67, la Pravda llevaba adelante una virulenta campaa contra la OLAS {organizacin latinoamericana promovida por ei castrismo), publicando artculos de Ghioldi. El PCA impuls hacia febrero de! '68 una reunin de 18 PPCC latinoamericanos prra preparar una conferencia, de la cual estuvo excluido el PC cubano.

    Secretarato Unificatio

    Durante ese periodo existan en Bolivia dos POR, dirigidos respectivamente por Guillermo Lora y por Gonzlez Moscoso, este ltimo ligado al secretariado unificado de la IV, dirigido por Mande! y Maitan. Este secretariado unificado y su seccin boliviana llevaron una lnea de apoyo incondicional y aun de disolucin organizativa en el movimiento guerrillero y el foquismo.

    E! POR (GM), en una declaracin de mayo de 1967, afirma que los guerrilleros son "los hijos ms decididos y valientes del pueblo boliviano" y que "la causa de las guerrillas es la causa de todo el pueblo boliviano"; que "las guerrillas, que constituyen la expresin armada del pueblo, triunfarn", y que "los objetivos que buscan las guerrillas son claros y no requieren ninguna explicacin especial.. . buscan poner trmino al rgimen caracterizado por la injusticia social, la ausencia de libertades y garantas democrticas y la opresin imperialista de la nacin". Rematando esta caracterizacin se sealaba que "hoy da las guerrillas estn surgiendo como direccin de la nacin oprimida por el imperialismo, como los representantes ms autnticos de las masas y sus necesidades".

  • Despus de !a derrota del Che. ei POR (GM) se disuelve en el ELN que trataba de reorganizar el Inti Peredo, sobreviviente de ancahuaz. Este segundo intento, que se lleva adelante en Teoponte, cerca de La Paz. entre julio y octubre de 1970. fue un terrible fracaso. En el nterin, las condiciones polticas de Bolivia se haban modificado. El presidente Barrientos haba muerto misteriosamente en un accidente de aviacin y lo haba sucedido en septiembre de 1969 Ovando (comandante en jefe y corresponsable del asesinato del Che), que inici una tibia apertura nacionalista y permiti la reorganizacin del movimiento obrero y popular (un fenmeno simiiar estaba ocurriendo en Per, donde los comandantes que aplastaron a la guerrilla dieron lugar al gobierno nacionalista de Velazco Alvarado).

    En octubre de 1970, a raz de un golpe derechista, estalla una huelga general y un levantamiento popular del que nacer la Asamblea Popular. Los foquistas del ELN y del SU, aislados en Teoponte. quedaron completamente marginados del proceso poltico de ese perodo.

    El morenismo argentino se llamaba en ese entonces PRT. En su congreso de 1967 denunci la tarea de construir un partido obrero como una utopa y plante "integrarse en los brazos armados de la OLAS". Moreno sostena que la "revolucin latinoamericana actual, en curso, ha cambiado lo que es inmediato y lo que es ms lejano. Ahora, con la crisis del rgimen patronal, un aumento de salarios importante o frenar la desocupacin o los echados de una fbrica puede ser lo ms difcil, lo ms alejado y lo que antes era un sueo, la toma del poder por una guerra revolucionaria de los trabajadores puede pasar a ser lo ms Inmediato. Dicho aqu y ahora parece una locura, pero si pensamos en ta situacin de Guatemala, Venezuela, Colombia o Bolivia vemos que esa es la realidad inmediata, la posibilidad ms prxima" (La Verdad, 6/11/67). Esto fue planteado casi un mes despus de la derrota del Che.

    A principios de 1968 el PRT sufre una escisin. La mayora se agrupa detrs de El Combatiente y dar lugar al ERP. El morenismo, que sigue editando el peridico La Verdad, mantiene le! orientacin foquista, pero para... Bolivia ("gran acierto -del Che en elegir ese pas"). Sobre esa base recomendaba la disolucin en el ELN boliviano. En Bolivia "la dinmica organizativa de clase del poder se concreta en: Todo el poder al ELN boliviano..." (N. Moreno. Estrategia N ' 7, septiembre de 1968). Y en La Verdad, del 16/9/68 se sostena que "la nica respuesta cierta y correcta es la del Inti y el POR boliviano (se refiere a Gonzlez Moscoso). el ^ partido trotskista hermano de Bolivia, que plantean utilizar las contradicciones y la crisis del ^ rgimen para reiniciar la lucha armada, la lucha guerrillera como nica forma de enfrentar al ^ rgimen en todas sus variantes". ^

    Todava en agosto de 1970 (10 meses despus del golpe de Ovando y del cambio completo R de las condiciones polticas de Bolivia) el morenismo sostena que "el resurgimiento de la ^ guerrilla encabezada por el Chato Peredo (se refiere a Teoponte) es una nueva manifestacin ^ 2 de la continuidad del ascenso revolucionario en Bolivia". S

    Ei POR (GuHlcrmo lora]

    En un folleto escrito a fines de 1967. Lora hace el balance de la guerrilla del Che ^ (Revalorizacin del mtodo de las guerrillas, incluido en Revolucin y foquismo. Ed. El Yunque). Aunque Lora crtica a la guerrilla en su .pretensin de imponerse en forma ultimatista sobre los ^ partidos bolivianos, y en especial de ignorar y evitar toda relacin con el POR. sealando que "ese sectarismo suicida no poda menos que debilitar al movimiento guerrillero" (p. 159), Lora S sostiene que "los guerrilleros han dado una soberbia leccin al pueblo boliviano... se ha c demostrado objetivamente cmo se puede destrozar al ejrcito gorila y la enseanza fructificar porque cae en terreno abonado" (p. 144), Pero esta afirmacin se hace incluso despus del asesinato del Che y de la dispersin de los sobrevivientes...

    Lora propone que "dadas las actuales condiciones de! pas, las guerrillas deberan ser parte ^ del frente de izquierdas y estar polticamente subordinados a l" (p. 161-162). Y tambin de que "lo ideal sera que las guerrillas bolivianas sean organizadas por la labor conjunta y ^

  • coordinada de los partidos y tendencias revolucionarias que, de una u otra forma, expresan los intereses y pensamientos de las masas" (p. 159-160).

    La conclusin de este razonamiento es que "Si se pusiesen en pie mil guerrilleros lodo el aparato represivo quedara automticamente reducido a la impotencia. . . habra sido suficiente la apertura de otros frentes y el apoyo militante de las masas de las ciudades y de los centros de trabajo para cambiar radicalmente la situacin poltica y precipitar la derrota del ejrcito" (p.l67). Lora deja inconfundiblemente claro que el eje de! proceso poltico boliviano deba pasar por la guerrilla.

    Poltica Obrera

    En 1967, "Poltica Obrera" (PO) no tenia contacto con las corrientes de la izquierda boliviana y hasta se percibe que las informaciones que maneja en su prensa son indirectas o de segunda mano. Bajo el ttulo de "Defender las guerrillas bolivianas", PO N" 14, del 26/4/67, sealaba que el deber era "defender a la guerrilla boliviana frente al enemigo contra ei que combate, la dictadura pro yanqui de Barrientos" y llamaba a "combatir el pape! de gendarme contrarrevolucionario de ia dictadura militar de Ongana" (que junto a los yanquis asista al ejrcito boliviano). PO sealaba el reflujo de las masas bolivianas luego de las masacres mineras ("El proletariado minero est sufriendo mediante una represin descomunal las consecuencias de la derrota de mayo de 1965, fecha del golpe de Barrientos contra el movimiento obrero") para juzgar a la guerrilla como una lucha de retaguardia en relacin al proletariado. Con el ejrcito ocupando las minas, la guerrilla "desparrama la actividad represiva del ejrcito... y ayuda, de ese modo, aliviar las condiciones represivas sobre la vanguardia minera..."

    I

    s

    Esta defensa iba acompaada de una clara delimitacin poltica "del foco guerrillero... capaz ^ de por s de reanimar a las masas y unificar polticamente a la vanguardia revolucionaria", ^ afirmando (N" 21 , 2/11/67) que "no puede haber sustituto a la construccin de un partido de clase revolucionario consecuente". Criticaba ia pretensin de que "la re-organizacin ooitica de las fuerzas revolucionarias bolivianas iba a ser el subproducto de la lucha armada pura" (PO N 34, 5/8/68) o de que servira para "imponer alianzas compulsivas" a los PPCC latinoamericanos y revolucionarizarlos (PO N" 20, 89/67), En el balance de la derrota de! Che, PO denuncia al "aparato del partido comunista pro-sovitico que segn muchas informaciones no estuvo a la altura del compromiso poltico que asumi -para decir lo menos" (PO N 21,2/11/67).

    En sntesis, para PO al "movimiento guerrillero del Che haba que defenderlo como a una huelga lanzada equivocadamente", pues "frente al enfrentamiento entre una fracci6n armada del pueblo explotado y otra fraccin armada de los explotadores los marxistas revolucionarios trotskistas sostenemos y apoyamos a los primeros buscando superar las debilidades que nos impiden organizar esta lucha vinculndola efectivamente al terreno ms consciente y consecuente de la lucha de clases: la que se manifiesta en la actividad del proletariado como vanguardia del proceso de la revolucin permanente" (PO N" 20, 8/9/67).

    1 ^

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  • El Segundo Asesinato del Che Guevara Osvaldo CoggioiQ en Prensa Obrera 552. 997

    Se puede aceptar o no la definicin de Jean Paul Sartre: el Che fue el mayor ser humano del siglo XX. En cualquier hiptesis, est ms cerca de la verdad que de la canonizacin del Che Guevara, su transformacin en 'mito', coincidente con el 'descubrimiento' de sus restos mortales, y con el trigsimo aniversario de su asesinato por el imperialismo americano y el ejrcito boliviano.

    Alejados de la historia, la persona y su programa pasan a ser parte de la mitologa, o sea. a situarse en un crculo intangible para el comn de los mortales. En el caso dei Che se lo convierte en un smbolo admirable, pero convenientemente muerto, de los 'Zocos anos 60' , de sus aspiraciones utpicas e ingenuas, algo as como un Jimi Hendrix del marxismo, compartiendo con ste una especie de vocacin suicida debido a sus propios excesos.

    En esa lnea, Rogelio Garca Lupo constata perplejo: "El tiempo torn madura la figura del Che hasta convertirla en el smbolo de una generacin, pero tambin cobr su precio. El Che, que representa ms que todo a la generacin de los aos 60, es aceptado tambin por sus enemigos, desde los ideolgicos hasta quienes lo combatieron, lo acorralaron y terminaron por darle muerte"

    "Darle muerte" es la pdica y, ahora oficial, designacin de lo que no fue sino un asesinato a sangre fra, cuyos responsables personales por ejemplo, el actual presidente boliviano, general Hugo Banzer Surez. o el ex mayor Gary Prado Salmn, diputado por el 'Movimiento de ia Izquierda Revolucionaria' o institucionales los organismos de 'inteligencia' (?) de los EE.UU. estn perfectamente vivos e impunes, gozando hasta de una cierta celebridad por su 'accin' (matar con una ametralladora a un hombre herido y desarmado), Como afirma Andrs Roldan; "Aquellos que en 1967 , con el apoyo y bajo el comando de la CIA y el Pentgono, >; persiguieron implacablemente, hasta exterminarla, a !a pequea y aislada columna guerrillera con fuerzas cien veces superiores, hoy quieren aparecer como adversarios caballerescos de una justa medieval" 2.

    La palma de oro de la idiotez es para un cierto Srook Larmer. quien desde las columnas de la ultra reaccionaria Newsweek de julio, despus de enumerar las razones que convirtieron a Guevara en apto para todo tipo de 'marketing', resume: "Parece representar en este mundo consumista, un ideal de pureza, el paradigma del hombre honesto, desprendido y en busca de perfeccionar su personalidad. Adems de eso, muri joven, a los 39 aos, era bonito y quedaba muy bien co-; la boina del Ejrcito!".

    Pero esa 'pureza'e consumo individual o hasta religiosa (uno de sus bigrafos recientes. Jen Lee Anderson, afirma que "la conversin del Che a la poltica se da con la iluminacin de un santo, claro que un santo decidido a acabar con quien se atravesase en su camino" ^ es convenientemente disociada de las ideas polticas del Che, que otro bigrafo, el mejicano Jorge Castaeda, describe como irreales para aquel momento, y anacrnicas hoy: "Guevara est totalmente disociado del significado de la accin y del discurso poltico, de los cambios sociales y de la iconografa actual; pero los tiempos que evoca forman parte de la memoria que el mundo cultiva por tiempos mejores, aunque stos nunca lleguen"

    Si todo esto fuera verdad, cabe preguntarse por qu Guevara fue cruelmente asesinado con la intervencin de la CIA, que envi un agente ejecutor, el cubano 'gusano' Flix Rodrguez, hasta hace poco 'en actividad', sindicado como la conexin hondurena de Oliver North en el

    ' Rogelio Garca Lupo, "Un s mbolo que madur con el tiempo", CLirin, Buenos Aires, 13/ 7. ' Andrs Roldan. "Che Guevara", Frens. Obrera 548, Buenos Aires, 17/7. O ' Jon Lee Anderson, Che Guevarn. Una biogrnth, Sao Paulo, Objetiva, 1997. I5 * Jorge Castaeda, E! Che an guarda enigmas. Clarn. Buenos Aires. 3/1/96.

  • escndalo '/rn-contras'. Por qu no fue simplemente apresado, usado como smbolo del fracaso de la 'subversin comunista' y hasta utilizado por la dictadura boliviana como rehn y elemento de chantaje contra Cuba, ofreciendo un cambio del hombre derrotado por presos cubanos contrarrevolucionarios, del mismo modo que Pinochet us la prisin del dirigente del PC chileno, Luis Corvaln. para canjearlo en un golpe de propaganda, por la libertad del disidente (anti) sovitico Vladimir Bukovski. El propio Castaeda consigue establecer la participacin total de la CIA en la persecucin y asesinato planeados de Guevara, a travs de testimonios de sus ms altos 'dignatarios' (con los cuales Castaeda parece gozar de facilidades de trnsito slo comparables a las que posee con la izquierda latinoamericana) ^ .

    En su momento, el periodista Ciro Bianchi Ross especul sobre las causas de ia cobarda asesina: "Conducirlo a La Paz sera una locura. Someterlo a juicio resultara contraproducente, porque delante de un tribuna! no tardara en convertirse de acusado en acusador. Encarcelarlo sin un proceso judicial tampoco sera aconsejable, pues la opinin mundial intercedera en su favor. No obstante, mantenerlo vivo constituira un peligro para los gobiernos boliviano y de los pases vecinos. Por lo tanto deben asesinarlo". ^

    Esto es slo parte de la verdad. Ei asesinato del Che Guevara (y el de Fidel Castro) haban sido decididos /nst/tuc/ona/mente como objetivos de Estado por los EE.UU., desde que la revolucin cubana se encamin por et camino del antiimperialismo consecuente y del socialismo. El bien informado periodista Tad Szulc afirma: "En 1961, poco despus del fracaso de la invasin de Baha de los Cochinos, en Cuba, por una brigada de exiliados cubanos patrocinados por los EE.UU., el presidente John F. Kennedy ley el manual del Che Guevara sobre la guerra de guerrillas. El paso siguiente fue ordenar al ejrcito de los EE.UU. que abriese una escuela de contra-insurgencia en Fort Bragg, Carolina del Norte". ^

    Jorge Castaeda, C!ie Guevara. Una vida en Rojo, Sao Paulo, Compaa de las Letras, 1997. " Apud- Alejandro Torres Rivera, "Che. ei combatiente", Pensamienco Crtico n" 84. San Juan de Puerto Rico, 10/96.

    Folha de Sao Paulo. 4/5 ^ Robn Blackburn, m The-Guardum. 15''6.

    Nada es ms grotesco que describir ta muerte de Guevara como ei justo precio por sus 'errores foquistas', o como la de alguien que 'muri' vctima de sus propios mtodos. No ^ obstante, ese es el camino que recorren los bigrafos Anderson y Castaeda, los cusles, bajo el pretexto de la 'objetividad histrica', describen al Che como "idealista" pero, al mismo tiempo, ^ "implacable y despiadado". E! propio Tad Szulc lo pinta como "una mezcla de Trotsky, Robespierre y... Torquemada". Pero el asesinato de Guevara no es comparable con la ^ responsabilidad que le cupo por la muerte de diversos agentes de la rep'esin y torturadores de ^ la dictadura de Fulgencio Batista, en Cuba. El Che reclam para s las principales ^ responsabilidades, al tiempo que era contrario a cualquier forma de venganza. "Despus de la fuga de Batista, Guevara se convirti en comandante de La Cabana, el principal fuerte de La ^ Habana, y presidi el juzgamiento de varios capangas del dictador, 5 5 de los cuales fueron ejecutados. Guevara trat de cerciorarse de que esos hombres fueran realmente culpables de 3 !as brutalidades por las que eran acusados. Sus procedimientos judiciales, por ms ^ rudimentarios que fuesen, impidieron el linchamiento que, de otra forma, habra bido general. v Para e! Che, desmantelar la vieja mquina militar era condicin indispensable para realizar la ^ revolucin social". ^ ^

    La crtica al foquismo no puede hacerle ninguna concesin a su caricatura burguesa-imperialista-democratizante. Para Guevara, el factor revolucionario esencial no era la 'voluntad ~ iluminada' de un puado de hombres armados, sino la propia revolucin cubana, a la que vea ^ como inicio de la revolucin latinoamericana, lo que era obje/vamene correcto, como lo comprobaron los procesos revolucionarios de los aos 60 y 70 en Santo Domingo, Bolivia, El Salvador, Nicaragua (para no hablar de las fantsticas insurgencias obreras de la Argentina, Chile, Uruguay, Per). Revolucin que defendi por medio de su propia fuerza interna, contra el 2 aislamiento al que pretenda confinarla el 'gran acuerdo mundial' EEUU-URSS, que presidi la 5 (mal) llamada 'guerra fra', puesto en evidencia en la 'crisis de los misiles' de 1962, cuando vi afirm: "Todos conocen el verdadero peligro de la Revolucin Cubana. Los pases ms ^ dependientes y, consecuentemente, ms cnicos, hablan del peligro de la subversin cubana y

    2(i

  • tienen razn. El mayor temor al peligro de la Revolucin Cubana est en su ejemplo, en su divulgacin revolucionaria, en que el gobierno ha podido percibir el poder de este pueblo, dirigido por un lder de influencia mundial, elevado a alturas pocas veces vistas en la historia".

    "Es el ejemplo atemorizador de un pueblo que est dispuesto a inmolarse atmicamente, para que sus cenizas sirvan de amalgama a las sociedades nuevas, y que, cuando se llega, sin consultarlo, a un acuerdo por el cual se retiran los misiles atmicos, ese pueblo no suspira de alivio, no da gracias por la tregua, sino que sale a las calles para hacer or su voz propia y nica; hacer sentir su posicin combatiente, propia y nica, y su fuerte decisin de lucha, as como fue contra todos los peligros y contra la misma amenaza atmica del imperial ismo yanqui".

    En la condena sin apelaciones de la guerrilla, que es slo un mtodo de lucha, se esconde la tentativa de eliminar a la voluntad humana como un factor consciente capaz de transformar la realidad. Pero ms que los errores tericos del foquismo (que fueron teorizados ms por Regs Debray que por l mismo