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Libros Rodríguez Carrillo 07 de enero de 2003 – 23 de noviembre de 2003

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Libros

Rodríguez Carrillo

07 de enero de 2003 – 23 de noviembre de 2003

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Ansichten eines Clowns 1

Desde la calle divisé los ojos del insaciable.Capté los gestos de su grave aprobaciónCuando el ordenado departía alegrementeRespecto de su renuncia como bandera del ejemplo.

Intuí el poder del alma del payasoConvertida en remolino divisadoAcercándose con furia, aunque con inocenciaEn un dolor que parecía no tener intención de cielo.

Atisbé el dinero, la forma de la monedaSu oscura y clara manera de girarDándole al poseedor lo que no tieneY tomando del mismo lo que hubiera podido ser.

Pero no son más que detallesDentelladas de una flaca fieraEn la carne magra de una flaca presaEn un tiempo en el que las luces fueron eléctricas.

Lo cierto es que también alcancé el caféQue desde la boca que anhelaba otros labiosRebosó en el espacio que no lo necesitabaPara dar con las zapatillas antes que con el suelo.

Vi la nada, y en la nada el algo.Y de lo que estaba haciendo de míLogré partir una parte – sin medidas –Y sin prisa fui asumiendo una desesperación.

A la propuesta le sobrevendría su contestaciónPor hacerse estructura, cada orden sería sometida a pruebaY así y entonces habría y sobreviviría cierto valorQue por no aferrarse a nada sería tabla y sostén.

El billete de primera, y el de segundaEl humano manual de los gestos fallidosY la estoica bravura del que se sobreponeA un tiempo que siempre fue el mismo, y que no existe.

Fue en Alemania, y fue en carneAunque muchos lo entendieronFueron pocos los que lo comprendieronPero entonces se trataba de eso, de al menos decirloPorque vivirlo no alcanzaba.

1 Heinrich Boll. 1963

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Kamen no kokuhaku 2

Tan grande el cariño y el deseoQue habrías de seguir su rumboAceptando que tus hombros rocenLo mismo que el de los que has elegido.

Pero nadie es igual, sea condena o absolución.Determinadas notas sólo para ciertos oídos sonLa estructura de algún ser humano, un lienzo recreadoLa extrema espiral de cada una de las situaciones

No podrían ser captadas con idéntica precisiónPor los ojos del que entrega y por los del que tomaY aunque sea la razón la que disponga intentarloEs cierto que la pasión pueda vencer, pues toda verdad es apasionada.

Mirando de lejos, desde otros años – que son puertos –Lo que había parecido una rendición incondicionalDeja lucir sus aristas ciertas que, aunque noble, de traición son al fin,La que contra uno mismo se acomete, vencido por los afectos.

Y es así - cuando tras aceptar la invitación se presenta Tiempo -Que en lo más íntimo la mentira que fuera entendidaNo alcanza a ser aceptada, por no poder cubrir al almaY entonces la rebelión gana fuerzas en la hoguera.

Embiste con torpeza la inteligenciaQuiere abrirse camino y destrucción son sus modosY a su paso impetuoso, marcado por el desengañoRasga la maleza, como rasga el corazón más cercano.

El inocente, habiendo percibido que ya no lo esSiente la pérdida, y porque fuera noble su intenciónNo puede tolerar el pensamiento de una derrotaY entonces desespera pues el arrepentimiento lo golpea.

Comprende que nadie está a salvoVisualiza la diestra y la siniestraY no puede más que detenerseLa partida lo aguarda, como un trago.

2 Yukio Mishima. 1949

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Islands in the stream 3

No siento culpa, no puedoPor el sol de La HabanaY la misma vieja calleQue al mismo viejo bar me llevaba

Donde había logrado un cuadroQue ojos no muy expertosEncontrarían bueno, y hasta belloHasta que la costumbre les fuera obligando a la indiferencia.

Pero soy culpable de intentos ajenosPor ejemplo, de algunas horas en la marAsistiendo la joven tensión de unos brazosIntentando, sin experiencia, traer a la superficie a un tiburón

De una u otra caminata sobre senderosDonde la arena se mezcla con los piesComo las palabras con la vida y la memoriaSoy culpable de haber vivido cosas así.

En cuanto a la muerte del prisioneroQué otra cosa pudo haber sucedido?En la realidad son otros los nerviosEn realidad, son fuertes los impulsos.

Y logrado el cariño, el sinceroNo siempre es entendidoSe quiere más de lo apreciadoY no se está seguro de ser comprendido...

Las últimas horas son ruidosasPara que el final sea aún más silenciosoUno quiere que el otro vivaY parece que al otro pudiera o importarle.

Parece que las montañas son azulesQue los motores ganan velocidadQue viene el tiempo de explicacionesY que alguien dejará de estar alrededor.

11.01.03

3 Ernest Heminway. 1972

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La guerra del fin del mundo 4

Íbamos bajo el solTras haber estipulado la persecuciónHabía una que portaba ajena lecheY el del alambre alrededor.

Por mi parte, apartadoCerca del final fijé mi atenciónEn aquel periodista miopeCuyo terror fue impedido, con una pregunta.

Y la opción desesperante, antes que desesperadaPues había que estar en CanudosHabía que ser parte, quizá por primera vezDe algo, de alguien, de lo que los intelectuales llamarían inefable.

Las razones, como la historiaCon nobleza la cederíamos a los otrosLos siempre insatisfechos, los condenadosLos que hasta para orinar necesitan de una explicación.

De todos modos el final no nos perteneceLa victoria – perra que puede ser cruel –Sería de algún modo logradaY de algún modo, en algo, vendida.

El triunfo sería despuésForjado en ignorancia y feEn el vuelo de arcángelesEn el polvo de una caminata infinita.

En un bolsillo, en uno solo, entoncesLa policía, el ejército, la búsqueda pobreLa hacienda pulcra, las cabezas del ganadoY la sorpresa de que el orden puede ser trastornado.

Se marca la distancia del que ha hechoCon el que debe decidir respecto de lo hechoLo que juzga el juez es el actoDel cual no ha tenido parte nunca, nunca.

Son tres alternativas, no dosY la cuarta sería la nadaDe no ser por lo mejorLa anciana que le sonríe al fin del mundo.

12.01.03

4 Mario Vargas Llosa. 1981

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Manhattan Transfer 5

La calle es de agua, y es el marEn cuyo fondo están las casasQue tienen ventanas - breves o extensas -Desde las cuales no puede verse el cielo.

La mujer dibuja su espectáculo frente al espejoEn su mente proyecta algo parecido a lo que veEl momento, así, comprende a tres mujeresLo necesario para el anuncio de un divorcio en París.

Y está el muy exquisito bienestarQue no es producto de soportarlo todoUna niñez, una juventud, y una adultezSino el resultado de haberlo intentado todo.

Tras el arresto de tres italianosDos hombres alcanzan a mirarse el rostroSube una intención de diálogo, baja el alcoholPero es tarde, es tarde para comunicar ya nada.

Giraban las puertas de la ciudadY con ellas una vida se negaba a girarLos horarios y las luces del ritmoNo alcanzaron nunca a ser deseables, apestaban.

Los trenes transportaron a bípedos uniformadosQue cantaban sin saber o sabiendo que irían a morirSi fue cierto o no, no hay manera de saberloLo cierto es lo otro, lo que va quedando de las flores que portaron.

Y aún así, nadie busca el infiernoNinguna niña quiere, de grande llegar a ser putaNo hay quien se imponga la miseria como destinoEn el deseo del fracaso no hay quien haya encontrado lo sublime.

Más o menos a la mitad de la historiaSe descubre lo que ya todos fueron conociendoQue quien conoce todo aprende a no confesarloComo si fingiendo ignorancia se recuperase la ingenuidad del ignorante.

De todos modos, puede que no me importeQue simplemente vaya diciendo, hablando de míQue nadie nunca habrá de conocermeComo nunca llegué a conocer a nadie.

14.01.03

5 John Dos Passos.

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L’cume des jours 6

Formula juicios por deleiteComo estira un músculo el atletaSin la finalidad de hacer uso de lo que hacePorque puede hacerlo, nada más,Amando a mujeres hermosas, Nueva Orleáns y Duke Ellington.

Después del frío habría que escribirSopesando las enfermedades pasadasY todas aquellas que siempre están por llegarPartiendo desde la intuición hasta lo concretoDe una cura casi imposible, porque la misma mata.

Y al metal, al darle calor, le daba vidaY más que darla, se la iba cediendoPues a pesar del oro había el grisY por salvar una cabellera doradaDescubría, al final, que era su imagen lo que salvaba.

Sin embargo – siempre un sin embargo destruye el pasado –Como podía intentaba lograr un exterminio imposibleEn ello le iba el esfuerzo y lo que le quedaba de razónLa idea estaba fija, pero no alcanzaba realizarlaY no sangraba el corazón por el intento, sino por su sufrimiento.

Tras el que sería su último escapeConfesó el roedor que ya no lo soportabaY más allá de valentía o cobardía- juicios tan pobres ante tal decisión -encontró en el suicidio una opción.

Y para ello tuvo que pedir ayuda.

Sería arrebato o inspiraciónEl texto nos permite imaginarloPero nos veda el poder concluirloNos niega la certezaAbriéndonos los ojos, sin piedad, a lo posible.

Accede a que fueron días de espumaY que lo que hubo, aunque era todo, no fue suficienteNi siquiera se piensa en algún responsable humano o divinoEn otro presenció la fragilidad para un sentimiento intensoTuvo el cansancio verdadero, el que conoce todo aquelQue a su tanto querer no le halla un puerto justo.

15.01.03

6 Boris Vian.

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Dejemos hablar al viento 7

Imposible sería creerlo verdaderamentePero bastaba con intentarlo, con fingirloAquellos afectos, humores definidosLa sonrisa que no entiende, la confundida amistad.

Hombres, mujeres, y sus inservibles catálogosLa desesperante colección de la misma necedadCatapultada una y otra vez hasta el infinito más mediatoDesde millones de cuerpos infinitesimalmente diferentes.

Porque cuando la fe es admitida en una menteAl parecer la destroza, borrando toda carcajadaFijándole al ceño a permanecer fruncidoA los sentidos, obnubilados, más nerviosos que atentos.

Lo falso de un orden repetido y jamás comprendidoLa suma de partes que no pueden señalar la posibilidad del todoLas miles de páginas escritas, las millones de horas laboralesTodo más horrible que la compañía de los desesperanzadosDonde ya nada es simple imagen, dónde todo está confesamente errado.

Con el cuerpo y la mente por poco ya adultosHabría que retroceder muchos años y desde ahí intentar algoPero aunque se lograse esgrimir algún intento de uñas sobre mi pielComo una fatalidad fallaría la constancia, donde resisto con sencillez.

Lo que hubo sucedido, si realmente sucedióPodría juzgarse, no sería la historia de la capilla sixtinaPero lo peor es el ocurrir de ahoraY lo más intenso es que en ello no hay novedad.

Y la ola, por pensada, quizá no llegue a ser pintadaSimplemente existirá para cumplir su cometido imaginadoY el mundo entero padezca su propia desaparición instantáneaY no quede más que nada, como siempre.

A mi puerta nadie llamó a pedir una opiniónNo soy yo quien siempre piensa en la camaNo hablo del amor, no hablo de los génerosTrato de aceptar al mundo y de que me importeY puedo sufrirlo, doscientas millones de veces.

Pero si hay algo que todavía me cuesta es lo siguienteQue un pobre tipo bien intencionado me hable de mí.

22.02.03

7 Juan Carlos Onetti.

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Nexus 8

Vi que vio a la mujer y que la deseóQue en toda la noche no volvió a mirarlaQue no arriesgo un paso o una palabra hacia ellaY de esto lo vi quejarse el resto de su vida.

Vi que la semilla soporta la presión de la tierraPero que una vez que logra germinarImponiéndose el crecimiento, logra el solY lo que era uniforme lo destruye con la verdad de su altura.

Entre tanto, en nada más que un entretantoCon los ojos claros y con los sentidos abiertosCapté lo inmenso, y también el movimientoVi el destino de incontables seres.

No pude verme arrodillado, lo intenté.No alcancé a llorar por una mujer perdidaNo llegué a sufrir por un intento fallidoMi caso es que no quería a nadie, o eso decían.

Me dieron la vida, nada másSe cansaron de decirme, de mil maneras que hay másPero no me mostraron nada más, y pretendieron que esté satisfechoCon todo aquello que, sospecho, a ninguno de ellos satisfizo nunca.

Pero logré una imagen que no todosLa de un carpintero haciendo una iglesia, sin madera.

Y al menos me tenía a mí, a mis piernasA mi mente estruendosa, sabiendo horasApto para la crítica mudaCapaz del cuerpo y sus consecuencias.

Y lo cierto de que a nadie pido que cambie en nadaDe mí me burlo como nadie puede hacerloY me hallo libre de burlarme del que quieraSimplemente, muy simplemente, Aunque lo quiero todo, no pido nada, no exijo nada.

Siento que hay error en flaquearSiento que no hay que despreciarPero es cuando piden que cuesta másY sé algo más, que es secreto, y que trata de mí.

22.01.03

8 Henry Miller.

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Rayuela 9

Wu wei, pero un no hacer violentoDonde el estallido no lo genere un vocabloUnos pasos en la noche, alguna cita extraviadaSino el fracaso de las expectativas de los que no nos conocen.

Vale la idea del sillón, comprado con sudor y mentirasPara desde allí mirar como los demás muerenVale el velador que provee de la luzCon la que se leerán las desgracias ajenas.

Y mi cariño más sinceroQue aunque lo grite y lo escribaJamás podría ser aceptadoComo no se acepta en otro el error propio.

Muerta en el Sena, ahogadaMagia y alfombras de hotelesLa vocalista en la noche de desastreLas copas rotas en la cena inaugural del alma.

Tengo momentos increíblesY lo que me pesa es saberlosY lo que agobia es saber su antes y despuésEl paisaje desértico en el que nació y murió alguna flor.

Sencillamente del tiempo en el espacioY convertirlos y amalgamarlosLa posible discusión y su posible silencioEl llanto del bebé que habrá de morir.

Tiene que llover y hay que volverTodo debe de ser definitivo para que nada lo seaDebe la depresión aguardar en el picaporte de la puertaLos años deben ser pocos, y todo resentimiento ampliamente absorbido.

Entonces quizáLa carrera que mira no el paralíticoSino aquella en la que corren los paralíticos y mira el atletaSintiendo los propios músculos enteros y firmesViviendo la soledad de no tener ningún competidorLo imposible de ser diferente y de todos modos serloY pensarlo de un modo que obliga a vivirloAceptando la posibilidad de que pudiera no ser asíPues todos dicen que así no esMientras el tiempo, las cosas, los nombresUna falta que pudiendo no estar, está.

9 Julio Cortázar.

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The devils of Loudun 10

La forma se denomina políticaY en ella hay variables de origen y destinoEl natural gesto por el que se capta el ajeno afectoDonde uno es el que razona para que los demásEntregados a ese afecto, terminen también entregando sus monedas.

Conocer va valiendo un poco menosCuando en lugar de liberar obligaComo cuando recorrida ya la llanuraY poseyendo en la mente sus accidentesSe llega al pie de la montaña, siendo natural, entonces, el tener que escalarla.

Abismos reales señalan las metáforasMuchas veces el enyesado lee al que sin padecerlas Escribió mucho y tanto sobre el romperse y quebrarsePero desde el cuerpo y la razón, algunos alcanzanA diferenciar intuyendo un orden, para muchos oculto.

Variables de algún tiempo atrásEn las circunstancias que hicieron posible la ReformaDonde la nobleza terrenal habilitaba títulos para la celesteUn clero débil, de dónde tantos sacarían en claro que la carne es débilY la Sociedad de Jesús contrapesando con la dureza del ejemplo.

El otro valor, el de la lealtad, se señalaExige fuerza y constancia, es decir, casi todoSon muchas las veces en las que ni la inteligencia bastaPara mover una piedra bien cimentada, y así como cuestaEn los demás cuesta más verse caminando bajo el vuelo de los pocos.

Pero toda altura define su posible abismoToda puerta inevitablemente habrá de tener sus peligrosTodo peldaño, mientras no sea el último, impone sus riesgosY hasta para los ya impedidos de bajezas muy brutasTodavía existe la tentación de usar las armas por sólo saber hacerlo.

Y pudiera ser que no existiesen, finalmente, tantos secretosQue aunque haya sido tan intensa esa tan alta intenciónNunca hubiese dejado de ser tan solo eso, y nada másQue aunque con esfuerzo se haya logrado captar a alguienNo deje de ser sencillo para todos captar a quien los capta.

26.01.03

10 Aldous Huxley.

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Cien años de soledad 11

Desde el primer trazoEstuvo oculta la condenaLos detalles fueron muchos

- hasta hicieron la trama –

Era el viajero, quizá caminante,El que sabía de los hilosY otro más que descifraba los pergaminosEn un afuera del tiempo totalmente posible.

Lo normal de una desesperaciónLa de una batalla eterna, y perdidaNi siquiera el blanco, menos su posibilidadImposible el negro, ni valdría el mencionarlo.

Y allí, en la ausenciaA mitad de un gris logrado con maestríaLa precisa imagen de un telón que no subeSino que cae, contrariamente a lo acostumbrado.

Referiría a Platón el novicioAlguien siempre referiría a cualquieraPero para alcanzar que en lo gigante no está lo enormeHay que primero lograrlo, se note o no.

Es así que de la negación pudiera surgir la aceptaciónQue de las aristas dispuestas inapelablementeSe acceda al impulso y al acto de atravesarlo todoHaciendo de toda fantasía una hierba a masticar.

Al final, que sólo sugiere ser un principioQueda el haber vivido, o creído vivir, un alientoQue deprime y exprime las cosas vanasPorque fueron señaladas, nombradas, y así, aptas para el olvido.

Nos deja el despuésCon la vida entre las manosO entre la piernasO entre el resto de los que nos queda por imaginar

Cuando cada camino lleno de polvoCuando cada lágrima que logra un puebloCuando cada grito que da un convencidoCuando todo queda por delante.

26.01.03

11 Gabriel García Márquez

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Point Counter Point 12

Hay algo que al lograrloImplica la muerte del que lo lograLo bueno, lo justoEl exceso mismo de todos los excesos.

Cercenándose, privándose, negándose, renunciandoArrancando una parte de síCantarlo tratando de elevarlo en cantoComo un aliento ilimitado por la atmósferaA pesar de que casi todos prefieran la rosa roja.

Y la esencia del que yerra, por haberlo intentadoY la esencia de la escoria, por haber sido alimentoY la esencia de una estupidez, por tratar de no serlaLos golpes solos que la inteligencia se inflige a sí misma.

Estaba Dios, cuando había músicaEran hombres quienes la lograbanPero cuando dejaban de tocarDibujaban lo terrible de estar despiertos.

Entonces lo que a uno le duele lo ocultaY aunque tienta con peso la fraternidadMás prohíbe la posibilidad de vergüenzaDe exponer lo que siendo sacro para unoNo será comprendido por nadie.

A la hora de juzgar, cuando los perfumes lo permitenEl de pensamiento correcto y sus accionesEl de acciones incorrectas y sus pensamientosEl histérico entretenimiento de analizarAl que no es el puro y exacto reflejo de su más íntimo ser.

Se deja suponer que vivir es construir, en la intemperieQue la tormenta es igual para el que quiere casa o castilloQue la diferencia está en los brazos y en la mente que los guíaQue el público no cuenta, si la obra es lo que importaQue si se está solo es por habitar un lugar donde no cabe la muchedumbre.

Al principio no sería bromaAl final, su posibilidad sería aceptadaA ver si la mente, como el corazónLogran expandirse como pretendieronDejando o no una estela de fuego.

26.01.03

12 Aldous Huxley.

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Gabriela, cravo e canela 13

Lo del cuerpo es sencilloSencillo de entenderloCuesta arriba es compartirloEl compartir sin discriminar.

La humedad de las carnesEl poderoso deseo de poseerEl dolor de lo no tenidoLos sueños, todos, desvelados.

Hay que dejarla pasarPermitir que viva sus siestasSaber que es libre y no libertaQue la derrota es posible y cierta

Seguir amándola, quizá con menos juventudPero con más valorRozar saber que viene de DiosQue en su sencillez también habita un anhelo infinito.

Y hallar los caminos del futuroA balazos y a trampas abiertasBajo el escrutinio del brillante sol mudoEn medio del calor en el que pocos actúanEn la horas donde los sentimientos son pocos, pero intensos.

Mejor no tocarla, mejor dejarse llevar por ellaSaberse roca que besará su ola, quizá sólo una vezAguardar, como se pueda, con esa esperanzaProhibirse intentar cazar al aire.

Que la otra muchacha, más delicada y más bellaPor parir habrá de terminar con el vientre hinchadoPor cosas de la casa dejará los afeitesPor obediencia a su marido, dejará sus más fantásticos anhelos.

En el amor de selvaDonde no hay dueñosNi posesionesDonde se funden el clavo y la canelaEn la más exacta situación del milagroCon el sabor de lo únicoTerriblemente irrepetible.

26.01.03

13 Jorge Amado.

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Mémoires d’Hadrien 14

Tan grande es la herida del amorQue sólo el amor puede cerrarlaY duele más cuando hay edadCuando la belleza tiene un tiempo.

Ya no está conmigo mi joven diosEl carnal regalo que logró mi sonrisaYa se han fugado las horas de la tibia alegríaQue era posible con mis brazos extendidos

Quedan, como una condena agridulceBuscar aún alguna que otra respuestaYa en el reflejo que proyecta el espejo en la menteEn los viejos pergaminos que rayaron los doctosY en lo que queda de la gente que todavía me rodea.

Como ya no son posibles los otros juegos, las otras batallasDonde era tan sencillo perder y reírPues jugadores y contendientes eran sólo dosY la derrota siempre implicaba la victoria de quien se amaba

Persisten con su fuerza los otros legadosEl intento de la vivencia de aquellas tierrasQue sólo alcanzan a pisar los héroesQue lo son por su continuidad en el esfuerzo

De vivirlo todo, tanto, que vencido queda el temor a la muerteQue se vuelve menos dura la amenaza de la vejezCasi comprensible la incurable enfermedadY, por los dioses, soportable el amor que no halla reciprocidad

Y el rostro que se porta puede mirar de frentePor y a pesar de sus arrugas, la amistad traicionada o despreciadaY la terrible realidad de que los sueños no puedan realizarsePorque al final de cuentas, no somos más que humanos.

Perdonadme pues mis excesosQue no sea suficiente el escándaloQue mi aliento es largoY en mi disculpa tan sólo hay sinceridad.

Mis instantes se marchanEn la soledad hallo comprensiónY por último, volviendo un tanto en míTan sólo pido, mirando al frente, una última ojeada a lo que transité.

24.02.03

14 Marguerite Yourcenar

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In Coold Blood 15

Ha trabajado ocho horas, quizás diezEn casa lo esperan, en verdad lo esperanLa cena estará caliente, los niños ansiososY ya antes de cruzar la puerta sonreirá.

Despertará a sus hijos con ternuraSentirá impaciencia y regocijoCuando pidan por unos minutos másMientras se enredan entre las sábanas.

Y en cuotas pagarán la casa y el autoLa educación de los críosEl seguro socialLa alegría constante, en cuotas la pagarán.

Y esa alegría que puedo ver me enfermaPorque condenado a lo difícil no tolero lo sencilloY escapa a la posibilidad de mi pielAceptar que así sean felices.

Llevo en mí el resentimientoDe poder ver lo que ellos no pueden siquiera sospecharY tanta es mi fuerza, tanta mi erudiciónQue hasta hallo placer en marcarles la vida, con lo que sé.

Yo mismo, al dañarlos, me hago dañoY aunque puedo definir la bondadNo puedo realizarla, no puedo lograrlaMe siento ofendido, por no ser igual.

Aunque hable de una rocaNo puedo ser unaY aunque vivo en soledadDel mundo no puedo escapar.

La gente es demasiadoContra todos no podréCreo que la paz estará al destruirmeY sé que sólo yo podré hacerlo, al desmoronarlos.

Cualquier animal herido ataca al que quiere ayudarloLa solución, lo sé, en mí estáPero no puedo aceptarloNo he conocido el cariño, y el resentimiento me vence.

24.02.03

15 Truman Capote

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The Wild Palms 16

Había imágenes que lograrHabían sido enseñadas como realesPero no había sido enseñado el precioParecía el príncipe condenado a encontrarse con la princesa.

Pero por los caminos de la vida, había sido,Las casualidades no eran más que literaturaCada cual de algo carecía, y algo anhelabaNi bastaba el caballo, ni bastaba el vestido.

Tempranera o tardía fue la decepciónNo bastaba con pretender, con quererLa inocencia perdía contra la purezaUn único par de brazos y un único lecho no alcanzaban.

Valientes los que lo aceptaronValientes los que al verlo huyeronY a su modo audaces, aquellos pocosQue por las sombras desconocieron al sol.

La traición de Bruto, y la de CalígulaY la de todos los días, humana y mediocreLa inconformidad que halla su escapeEl tullido, lastimero, que logra sus muletas.

Más no había honor, aunque quizá famaY por supuesto, el peligro del escándaloPero, y aquí lo bueno, nada, nada másSalvo que el día que viene, todos saben, apesta más que el anterior.

Lo capta el esteta, elegido, cuando mira a sus hijosLo dice el poeta, mientras contiene sus sangrantes heridasLo calla el idealista por reflejarlo en los ojosLo viven los actores, del otro lado del cortinado.

Mas son otros los que protagonizan el sufrimientoUna cierta raza que ha sabido besar la humildadEn tanto ha sabido no contener su sonrisaPor haber comprendido la distancia entre repartir y compartir.

Lo demás, mezcla y confusiónEl caos o el orden exacto del universoLas horas que son vividasPor quienes aceptaron ser educadosEn lugar de educarse.

25.02.03

16 William Faulkner

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La nausée 17

Queridos hermanos, basurasHumildemente les pido perdónPor no ser como ustedes, idiotas.

Dramática multitud, huyendo del hastíoEncerrada en salas en donde quieren el escapeAmotinadas en la extrema realidad de las masasDe las que he sido vilipendiado, con ácido placer.

Solo, en soledad, lograré también la unicidadMediante la realización de una crítica personal ferozLograré también absolver tanto a mi serComo a mis más preciados objetos, entre ellos la nada.

Tendré que juzgarlos, a todos, y acaso a cada cualY lo que de ellos diga quedará impresoY habrán de leerme, y reirán o se mortificaránY más de uno habrá de compadecerme, logrando la lástima.

Todo esto lo supe siempre, siempre, siempreY es que aceptando el absurdo, no tengo rivalCada enemigo no es más que humoMateria condenada a un final de vida útil.

Aunque mis ropas son de proletarioHe vestido las del guerrero que enfrenta batallas filosóficasBraceé en su tiempo en los ríos y mares de la historiaEstuve, por decirlo, en más sitios que en ninguno.

De lo que se acostumbra llamar amor y su actoDesistí de la depresión de su continuidadOpté por el recuerdo en la memoriaDonde todo es como uno decide que siga siendo.

Quizá un día nos encontremos, hermanito míoY entonces puedas liberar tu gran lista de exigenciasVe sabiendo que yo no huiría, y que todo te lo daríaPara disfrutar después de pedirte pagues el precio.

Pero si esto no ocurriera, seguiré siendo yo tu hermanitoDisfrutando con la intensidad que me fue permitidaDel mundo que viste y del que creíste entreverComo si uno de los dos, alguna vez, hubiese en verdad existido.

01.03.03

17 Jean-Paul Sartre

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La vida breve 18

Habiendo captado la sencilla complicaciónDe que cada final daba paso a un nuevo inicioHabía asumido también la tremenda importanciaQue tendrían en el pasado de alguien algunos actosY que la verdad, a pesar de todo, era que no me importaba.

Ya que ocurre esto que es la vida, ni más ni menosY que en sí misma pareciera no tener cosas horriblesPara que lo horrible sea justamente que existan y dejen de existirLos besos, los hijos, los padres, los murales de mármolEl libro escrito que se vende y se confiesa nunca será entendido.

Y ocurre el amor que no tiene comprensiónQue debe siempre, para seguir siéndolo, ser ignorantePara ir evitando así la desilusión, día tras díaPuesto que cuando se trata del otro, cualquiera fueseY mejor si es el enamorado, no hay tiempo para ocuparse de uno.

Los misterios, así, debían seguir así, no conocidosNo el nombre de Dios, ni su rostroLos misterios simples, como la historia sexual de quien está enfrenteEl día más feliz, el día más triste, todas aquellas pequeñas cosasQue por no saberlas tornan a lo que nos rodea en algo interesante.

El equilibrio estaría ahí, en no cruzar la línea de la ignoranciaYa que una vez que lo hagamos no habría marcha atrásY entonces nos sería exigida, para poder continuarLa puesta en marcha, el funcionamiento de la voluntadDirigida con toda intención rumbo al logro del olvido.

Si así podemos alcanzar el milagro jamás prometidoY llegamos entonces a respirar la felicidadJusto a la mitad de nuestras vidas, no tan mediocresTendremos entonces que darle la bienvenida a esa otra variableQue es el tiempo, el reloj que en cada cual marca las horas de la dicha.

Mas ya entrenados en el libro de nuestras vidasDe tanta grasa, tanto alcohol y tanta representaciónNos iría siendo sencillo un enfrentamiento maduro con el miedoLa última prueba de que todavía nos queda un algo de juventudUn espacio de nubes negras antes que el sol lo arrase todo.

01.03.03

18 Juan Carlos Onetti

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The Honorary Consul 19

Tenía un tiempo la prosaY su tiempo tenía la poesíaY el juego era la no medidaLa no vivencia de los extremos.

El que lo capta a la primeraEs el primero en vivir lo que quedaCon la irrisoria esperanza de que alguna vezAlguien también logrará captar lo que ya él había captado.

Con el tiempo, si la suerte – que tampoco existe – lo asisteAprenderá también que es imposibleQue si alguien alguna vez viera lo mismo que élSin duda otra significado le daría, mayor o menor, pero siempre diferente.

Quizás, entonces, le atribuya al milagroEl acto por el cual lo semejante salva lo imposible de lo idénticoSin condenar la física, apreciaría lo espiritualPero se mentiría, y, si lo hiciera, más tarde habría de suicidarse, es sabido.

La fuerza superior debiera ser la propiaMás allá de la chipa de las barrigas vacíasLa historia de todos los niños pobres del mundoY la del dinero invertido en velas y vino para un rito desvirtuado.

Más que el llanto bajo la capilla sixtinaTambién el cosquilleo de cierto placer traumáticoQue sienten los que abrazan la realidad de sentir dolorCuando lo que ven, es lo que hay, sabiendo que pudiera ser diferente.

Vidas enteras de sacrificio detrás de los librosVidas enteras detrás de metrallas y puñalesVidas enteras sentados bajo las palmerasVidas enteras peregrinando con un mismo mensajeY la desesperante certeza de que todo eso sólo valdría como ejemploPara que el día de mañana, si es que Dios lo llegase a permitirSe tratase de nuevo de un sólo acto, de un sólo gestoComo el de morder una manzana, o ser izado en una cruzPara el cual uno estaría preparado, con furia y vacíos en la sangreCon la carga de nihilismo necesaria para saber que tampoco sería suficienteEntendiendo al fin el gran ridículo de la existenciaPagando el precio por el cual cualquier demonio nos temeríaPorque no hay peor persona que aquella que ama a DiosSin olvidar ningún detalle de las miserias que ha permitidoSabiéndose limitada, imaginándose continuamente poderosaEsperando el momento de destruir su propia vida por el Dios que ama de verdadSi entender, comprender, ni expresar, que el mundo pudiera no ser lo que ve.

19 Graham Greene

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Eva Luna 20

Puede que alguna vez, anciano o noPor una gracia, o un gran esfuerzoLlegue a comprender que tengo una madreQue esté más allá de las maternidades individuales

Más por de pronto, desde mis 31 añosDonde orgullo y vanidad se van cansandoPara dejarle, poco a poco, paso a la humildadCuando le escribo a mamá, le llamo mamá, sintiendo que no hay otro modo

Y cuando pienso en DiosTratando de abarcar la historia más próxima y la más futuraNo dejo de entrever los días de JosuéLa muerte de los primogénitos El sonido del paso entre las copas de los árboles

Marcado por una situación pasadaDesde la cual aunque existe la coronaNo tiene tanta consistencia el tronoAunque sí su ubicación, como la risa y la sonrisa.

El paso de las desgracias y las dichasY el suceso de la memoria a mitad de un tiempoLa mujer de Lot, las continuas advertencias previasLa premura y la insistencia, diferente de la persistencia

Como si el imperativo fuese a mirar hacia el frenteY si acaso uno cayera en la tentación de mirar atrásPudiera salvarse si no sólo mirara lo bueno de los logrosSino también lo malo y triste de los equívocos.

De todos modos, ninguna confesión alcanzaríaEl juego siempre sería personal, privadoPara que la descripción de cada experienciaNo fuese más que un consejo, positivo o negativo

Que podría aceptarse, cuando no comprenderse, y viceversaDemostrando a cada instante, a cada instanteQue desde que la muerte tiene una formaNo es más que manifestación de la posibilidad de decidirSi sola vendrá, o acompañada de invitación habrá de acaecer.

Mas, entonces, también el mensaje de seguirEntre formas y fondosValorando las limitaciones, que no deberían limitar los sueñosEn medio de la lucha que debiera implicar alegría, más allá de su resultado.

20 Isabel Allende.

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Bomarzo 21

Quizás ustedes sepan, aspirantes a juecesQue un cojo no puede entrar al templo, tampoco un ciegoQuizá conozcan la ley, humana y divinaQue a los defectuosos nos aparta.

Pesa el estigma, a uno lo vuelve cruelPorque cuánto más privados estamos de la bellezaMás somos sensibles a ellaY pesa más cuando apreciamos lo que los demás no valoran.

Y así como el poeta pudiera decirQue las aves cantan, porque son las que vuelanAsí nosotros podemos verLo hermoso de una espalda recta, de un rostro bello.

Sin embargo nos rechazanSólo el morbo nos nombraY habituados al rechazoEn los hombres ya no vemos a nuestros semejantes.

Entre monstruos buscamos compañíaAunque no lo somos, intentamos serloLa fealdad dicen es nuestra realidadY no nos queda más que en la fealdad buscar lo que buscan todosUn poco de compañía.

Como dije, nos volvimos crueles:

A la mujer en ese entonces más pretendidaSe le pagó las necesarias monedasPara comprar unos instantesEn los que probaría mi virilidad

El temor fue más, mucho másPues no hay cosa peor que algo feo frente algo belloY que belleza y fealdad, vivas, conozcan que lo sonLe dupliqué la paga como precio del silencioMas, qué impediría traicionar a un error de la naturaleza?

A la fama de mi horrible formaSe sumó la de mi impotenciaNuevas burlas se adhirieron a las antiguasPara que el llanto no alcance al consueloPara que la venganza pueda, quizá, hasta ser motivoDe un día más, un año más, o todas las centurias.

Sucedió que el tiempo transcurrióY que la limitación me fue benigna

21 Manuel Mújica Láinez.

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Pues así como lo feo termina por ser olvidadoLa belleza que decae sigue siendo novedad.

Volvió por la misma circunstancia, por dineroLos años habían pasado, por su rostro, por todo su cuerpoNo dudé, como no duda nunca quien sabe tiene la verdadY le señalé sin miramientos que la distancia se había acortadoY no porque yo fuera un poco más bello que aquella otra vez.

01.03.03

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La romane 22

Con ese modo que tiene cada edadDe llenarse de precisos atributosComo si cada idea, cada pensamientoProvinieran tan sólo de la edad

Valores virginales para el hombre y la mujerEn la historia de las víctimas del sexo opuestoAunque no en la historia de los victimariosPorque es el que agrede el que más ha sido estudiado

Las causas de las otras situacionesHan sido decididas provenientes de naturaY nada más, haciendo de la ignoranciaTan sólo el espejo de inocencia

Expuesta la ternura, como una ciudad a los bárbarosHabría que tomarla desconociendo qué hacer con ellaQuemarla y pasarla por cuchilloPara después pasarla también al olvido.

Por la cantidad que fijan las imágenesPara que dos hectáreas de malezaHagan el significado de una amapolaY un rebaño de ovejas le den brillo a los colmillos del lobo.

Bastaría con querer algo para que sea cuestión de tiempoPues ninguna cima en realidad puede serlo siempreMás temprano o mucho más tarde, el deseo venceY cuando golpea la decepción casi siempre se quiebran las rodillas.

En la desesperanza, sin embargo, una vez logradaSe halla el principio de un cambio fino y brutalPor el que se accede a un poder antes ignoradoA una seguridad quizás nunca imaginada

No hay tormenta que asusteNo hay futuro que pueda turbarLas gentes no es más que gentesY todo puede ser sin doler

Porque es una fuerza tristeQue se instala dentroY por estar hecha de derrotasNo puede ser derrotada.

22 Alberto Moravia.

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Orlando 23

Por el contrario que en la CienciaHabía primero una lucha cruelEntre todo lo manifestadoY su descripción por medio de palabras.

Las amistades posibles de ese tiempoEntre pasos de Bertrand y EliotDejando que la locura fluya siempreEn otros países, otros territorios.

Porque de cuando en vez se llega a ese puntoEn el que ya todo se vuelve insoportablePorque todo tiene palabra y cada palabraLo va envolviendo todo, incluso la nada

Tras tanta lucha, respirando después de haber jadeadoEl objetivo no es más que no tener otra compañíaQue no se la de la selva, o quizá una ciudadLlena de gentes que no saben o no quieren hablar

Puesto que el corazón no se ha rotoSino que la mente ha destrozado sus barrerasY al hacerlo ha quedado lastimada, heridaPero aun con ganas de seguir abandonándose

A pesar de los pesares más ajenosPor virtud y por vicio de incomuniónDe tanto haber destapado ollas de vidrioDonde hervían cabezas de perros traicioneros

La noche y el amanecerEn que habíamos cambiado de sexoDe nombre y de historiaRepitiendo ya por siempre el mismo circulo

Apuñalando sapos en las mañanasRobando barcos y mensajesDesplegando las velas en lo socialHallando en el cuerpo el motivo de los amantes

Presintiendo con rara nitidezQue al final de cuentasEl tiempo se nos está yendoY mucho más se dirá.

23 Virginia Woolf

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El paso del Yabebirí 24

No siempre, por tantas variablesNo siempre terminan las excepcionesPor subvaluar la regla, de tal modoQue le vencedor es más que un héroe.

En el esfuerzo de soportar la heridaY en la caída cierta, muy ciertaEl ensueño, real, de una posibilidadAquello que no entrevisto sucede.

La fatiga, el agotamiento, la fiebreLa muerte misma tan próximaQue sólo la proximidad de la amistadPudiera, quizá, alejarla.

Se despliegan las intencionesY con ellas, su intensidadY en ellas su inteligenciaY con ellas la perseverancia.

De qué lado está Dios?No es la pregunta correctaEn un escenario que ha sido dispuestoPor quien no está del lado de nadie, o del de todos.

Lo peor no es lo que está por venirO lo que pudiera imaginarse habría de llegarLo peor ocurreY uno está vivo para captarlo.

Mueren las rayas, mueren desgarradasLa lucha no es por los hombresEs por uno Es por el hombre.

Lo que todos saben es que no podrá durar muchoCada cual, cada cual ha determinado su flaquezaY cada cual, su grandezaCada cual, su esencia.

No quedará tan grabada en la memoriaEl resultado final de tan cruenta batallaPero si hay algo que en el corazón quedaEs la respuesta de las rayas: ni nunca!

03.03.03

24 Horacio Quiroga.

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The Spire 25

Dos más dos es cuatroPero sigue la inteligenciaBuscando saborearAquella definición del unoY así, sin pudor, hablar con los pilares.

Suelen los hombres señalarQue las mujeres buscan por buscarY que así, por conocer el sabor de una manzanaO el de una banana, logran casi sin quererDesnudar ciertas estupideces de lo cotidiano, a veces.

Para evitar estos y otros pensamientos similaresEl hombre blasfema, hace rimas, o se castigaComo se ha privado de procrear, otras cosas se permiteY si ha dejado de beber, en otras cosas incluso creeEn un par de palos, en el pecado del mundo, y en el trabajo.

Sin embargo, basta que alguien aparezcaPara que cada cual lo mida y lo juzgueY halle sin esfuerzo que bastaría con tener másY si es posible, mucho, mucho más Para poder, sin temor, prescindir de tener que escucharlo.

Es que todo resultado implica un procesoY hay quienes no lo notan nuncaComo hay quienes lo diferencian siempreY así como cada palabra de cada poemaImplica a quien enseñó - y el modo en que lo hizo - la primera letra

También va implicando al receptor finalY a todas las cosas que hicieron que lo seaPara que sea cierta la teoría de las infinitas espiralesPartiendo desde un único punto inicialSumando dos más dos, para intuir, con temor, al uno.

Así queda claro que mejor es no excederseVivir como se pueda, o sobrevivirSin el superhombre y sin su antónimoAunque con la riqueza, si ya no vivida,De la riqueza de haber conocido de algún modo la locura.

05.03.03

25 William Golding.

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Säntliche Erzählungen 26

Muchos lo sintieron fantásticoPero nada más exacto y racional Que lo que la fantasía alcanzaQue hasta la palabra quimera en el diccionario está.

Vi que los que estuvieron al ladoAunque no siempre cuando era a perder imagenEvitaron demostrar creer en lo que yo creíPara que si ocurriera el extravíoNo sea a mí que tengan que hacer el reclamo.

Vi que muchos en sus casas tenían ventanasY vi que cuando miraban desde ellasNo podían ver que lo que mirabanNo era más que su no poder estar solos.

Me trabajando de díaY estudiando de noche.

Vi claramente la incomprensiónY el espectáculo del incomprendidoCuando a declarar se lo llamaY para declarar se lo instruye, se lo entrena.

Vi que no hay ya lo que huboY que aunque yo lo dijeseY aunque ya nadie lo negaraTodos vivimos casi sin aceptarlo.

Vi cuando el docto buscaba iluminarseCuando el enfermo buscaba su curaCuando el orfebre buscaba realizar el arteY vi al obrero hacer su tarea, desoyendo quejas.

Vi al alacrán, vi lo que eraSabiendo que nadie le dibujaría cariciasQue nadie lo tomaría por mascotaY que en el ordenamiento del mundo, era un alacrán.

Vi un juicio, muy personalEn el cual alguien era más, y alguien menosY que uno de los dos, obvio es cualTemía porque el otro muera después de él.

06.03.03

26 Franz. Kafka

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El juguete rabioso 27

Pero qué maravilla hermosa!Qué perfección de presidenteQué sublunar ese historiadorQué garantías la de aquel “pensador”Y estos niños con guardapolvoQué espejo sublime de sus madres!

Qué preciosa certeza la de los cubiertosDispuestos con eufonía sobre la mesaQué rara precisión exquisitaLas reglas tan bien dispuestasPor quienes, siendo pulcro ejemploExigen de otros los que a sí mismo se exigieron!

Entre maricones y cornudas Nada puede resultar más belloQue verlos a todos, reunidosEn un mismo hediondo mundoDentro del cual nosotros somos el ascoEl motivo de la burla más exactaDonde la ironía procaz no tiene cabida.

Sucede y ocurreQue transitamos sin miedo, mire ustedQue el miércoles de ceniza nos comemos una vaca enteraQue bebemos hasta decir pavadasY alcoholizados, no paramos hasta lograr las bragasDe las que soportan nuestro aliento, para tener lo que llevamos dentro.

Por sabernos inútiles, de todoY decirlo, defenderlo y exponerlo, con vergüenzaCon la hombría de explayarnos sobre los límites que nos duelenCon una montaña de resentimiento que es nada frente a nuestra tristezaPorque al menos aceptamos sin reparo la trampa que nos hace diferentesAún cuando nuestra inacción nos hace idénticos a todos los que aquí respiran.

Epa! Qué es lo que oigo, lo que alcanzo a escuchar?Acaso una queja?Barbaridad! Es que alguien confiesa lo que es su vida?Por todos los ateos, los cristianos se quejan!Acaso no les enseñaron que está prohibido mirar atrás?Pero por Cristo, hasta cuándo tendrás que soportarlos?

Al menos nuestra vanidad tiene consueloPorque si morimos y nadie nos recuerda, mejorYa que si quien nos recuerda alguien, ALGUIENQué fracaso, qué derrota con finalEsto de vivir lo que vivimos

27 Roberto Arlt.

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Para que otro fracasado nos recuerde!

Bendito el inocente, con todos sus íconosEl perdón para el ignorante- mientras no existan grietas en la estructura -Que la memoria no es tanto como el ejemploDada la imaginación, y la desesperanzaImpuesta el hambre, la muerte, y todas las miserias.

Dado que estamos, es mejor esquivarnos.

06.03.03

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Die Blechtrommel 28

Sé que hay niños que temen a la oscuridadQue van realizando su niñez de acuerdo a los patronesTemiendo lo que todos temen, buscando abrigoAllí donde todos han de buscarlo, lo séY sé que hay niños que captan, con precisiónQue lo bello que ven no habrá de durar.

De una manera quizá un tanto finaEntonces, las cosas no podían ir más lejos de lo que eranSin resentimiento, sin rencor, con simpleza brutalPerdí, naturalmente, el sabor de la vidaY por inteligencia y sensibilidad decidí continuarSobre la base de aferrarme a algún objeto, digamos perceptible.

Así generada esta distancia, habría que notarla y no esquivarlaPues cada niño suele ser el depósito de intenciones de sus adultosComo cada “miembro” de la sociedad, para serlo a cabalidadDebe al menos cumplir con las exigencias mínimas de lo establecidoCreer en lo que todos creen, decir lo que todos dicenVivir, en fin, como los demás han estado viviendo las últimas décadas.

Sin embargo, no es de niños lograr el equilibrioResolver encrucijadas de dos o más caminosY entonces, el niño, se vuelve jugadorJugador puro, aunque no inocenteReal y certero, pequeño aunque amplioCapaz de destruir las bases mismas del juego.

Me tocó una humanidad simbolista En donde toda magia no era más que trucosEn donde todo mago nunca había sido un reyY donde en un objeto, o en muchos de ellosSe pretendía aprisionar lo que no podía ser aprisionadoY donde el aire era difícil de respirar para los que lo notaban.

Logrado el filo primero, uno de los más cruelesResulta claro que es preciso usarlo para sobrevivirY el paso siguiente, siguiendo en atención la observaciónNo es más que captar el revés de las cosas dejadas pasarEl jamás violento que logra suicidarse, las explosionesLas últimas consecuencias de una olla humana que calló, por años, su insatisfacción.

Quien conoce, puede callar lo que conoce, lo séPero si lo hace, ocultaría la realidad de su luchaEsa que se da dentro del que intenta vencer su conocimientoEn donde un solo descuido haría que la vanidad le venza.

28 Günter Grass.

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Breakfast at Tiffany’s 29

Las viviendas eran simples, y frágilesIncierto lo que contenían, cierto lo que liberaríanIncluso arriba ya respiraban los testigosY abajo esperaban, jugando, los testigos.

Escribo, pobre de mí, algún cuentoAlguna historia de sal, alguna de pimientaLo festejan las luciérnagas, las más aptas

Las ciegas de ojos a mi depresión.

En momentos de tribulación, o de gran tribulaciónSe buscaban a los amigos (en las agendas)Pero ya cada cual iba sabiendo un poco de golpeQue nada de eso tendría sentido, y menos aún algún resultado.

Y en lo que escribo, por imaginación o simple plagioLa locura logra torcerle el pecho entero a la lógicaY bajo la intensa luz de una sospecha dolorosísima

Se puede entrever que todavía alguien cree en lo que no se puede creer.

Después de atisbar los cambios que ocurriríanPor haber presenciado que ocurrieron cambiosSe pretendía, pasado el tiempo, conservar de algún modoLo que se había sido en ese momento en el que nada cambiaba.

En cada página, se acepte o no, se erige una distanciaUna para el que lee, otra para el que repite, otra para nadie

Y aunque no siempre tengan espacio y tiempoLo cierto es que van siendo sabidas, al menos intuidas.

Pero merced a tanto, tanto polvoHabían logrado algún silencioDonde los modos de las expresionesSólo encajaban en medio del silencio.

De modo que es posible volver a repetir lo dichoDe un modo similar, y hasta quizá distintoAquel acto de fusión por el que entregando

Se posee aquello que queremos por tomarnos.

Pero a veces algún cristal se hacía trizasSin querer, sin esperarlo, la presión vencíaY un buen día, o una mala noche, alguna siestaTerminaban por tratar a los demás, como los demás los trataban.

11.03.03

29 Truman Capote.

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Die Betrogene 30

Sea por Baco, o por lo que quede de tu culturaNadie habría de indicarte con clara vozQue la diminuta y precisa comedia que exponesNo es otra cosa que alcohol anulando defensas.

Yo recuerdo ese tiempo en el que tus piesLe ofrecían a la vida la más rápida carreraCada paso era brutal, intrépida aventuraQue sólo a veces lograba detenciónCuando de pronto dabas cuentaDel anciano que andar no podía ya.

Era entonces que parabasIntentando calmar a tu corazónRespirando aún las ansiasDe ir por más, por mucho másPero el peso de lo que veíasHacías que ocultes lo que sentías.

Y recuerdo el otro tiempoCuando por ver lo que no podías ya- Y que en sus instantes pudiste -No lograste entregarte a la alegríaDe admirar lo que ya no poseíasY que entonces de otro era suyo.

Era entonces que callabas las palabrasRecurriendo a tus viejos añosLo que tenías no podía ser compartidoLo que tenías enfrente era lo perdidoEl algo te dolía, y sin embargo te alegrabaPero tal como antes, no esculpiste sinceridad.

En mi adolescencia los vi a todosAcobardados de lo que sentíanA punto tal no sólo de callarloSino de creer que había valentíaY quizá, si se les permitiese, maestríaEn llamar inefable a lo que entonces vivían.

De todo ello qué ha quedado?Lo callaron, no lo expresaron nuncaLo que hicieron no fue entonces lo que quisieronY en esta contradicción, así realizadaQuién podría reflejar felicidad?

12.03.03

30 Thomas Mann

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Narziss und Golmund 31

Por una idea que no resulta tangibleHasta que logra convertirse en idealY que por ello termina implicando los actosQue hacen de la rutina, de lo cotidianoUna prueba de juego de guerra y de afectosDe vez en cuando había un momentoEn el que para no caer un tiempo despuésSe hacía la confesión de que había algo másDentro del cuerpo donde laboraba el alma.

Dado el mundo, era notableA la repetición de los hechosSe le sumaba la obligación de repetirlosDe manera que la novedad no era lo nuevoSino lo ya establecido impreso en papelComo conjunto de reglas a obedecerComo si fuera posible prohibir respirarComo si fuese posible tener que aceptarQue lo que uno tiene – mujer, gobierno, nacionalidad –No es menos de lo que a cada cual debe bastar, por siempre.

El secreto susurro de las consecuenciasEl peso que soporta el que sabe de lo que careceLa fuerza que lleva el que ignora sus incapacidadesEl poder del que conoce de lo que está obligadoLa impotencia del que no conoce sus flaquezasAmbos en el mismo camino, en un mismo tránsitoUnidos por el – dicen inmaterial – lazo de la amistad.

Ese algo más que iba más allá de las reglasPues, habría que comprenderloLo cierto y estipulado, lo reglamentadoNo eran más que cosas de hombres entre los hombresPara lo otro, para lo que iba más allá de los hombresNo serían suficiente lo que a cualquier hombre bastaríaLa hora de los saltos, la hora de la noche oscura del almaDonde se está solo, a pesar de que el hombre es un ser gregario.

Así la fruta y el arteEl lector y el escritorCada cual con sus articulacionesLa madre y el padreNegar a uno y aceptar al otroO la extrema, la muy extremaDecisión, por los altos tenida por absurdaDe intentar tenerlos a los dosEn un único y fulgurante abrazo.

31 Hermann Hesse.

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El coronel no tiene quien le escriba 32

La cama sería la mismaLas mismas estacionesLas mismas horasLos mismos flagelos.

Las apuestas más altasY los hijos que no tuvieronBajo la misma bóveda celesteA una misma altura sobre el mar.

La mesa comúnEl baño compartidoUna sola puerta para entrar y salirUn mismo techo envejeciendo.

Al tiempo el atardecerAl tiempo el albaLa cantidad de comidaY la fisura de los sueños diferentes.

Cuarenta años leyendo la BibliaSin leerlaCuarenta años conviviendoSin común unión.

Por esa magia de las aceptacionesLos ríos que se cortan solosLos espacios jamás conquistadosEn lo irrepetible de cada cual.

El conocimiento que aparece brutalEl carácter del entendimientoQue en su primera hora capta que no puede compartirY que al comprenderlo se expande.

Por los hechos de una mañana o una nocheSin haberlo pretendidoQuizá buscando exactamente otra realidadOtra esencia, un poco menos imposible.

Pero sucede que quien está enfrenteNo es lo que somosY vemos que ni siquiera nos conocemosY lo que está enfrente, enfrente, enfrente...

14.03.03

32 Gabriel García Márquez.

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El plan infinito 33

Yo sé que me juzgaránY que habrán de encontrarme culpable

Por esto, a veces, sólo a veces, siento temorPero recuerdo sus rostros, y las monedas que pagaron

Y hallo el consuelo de que al menos yo les vendíLo que los demás no pudieron obsequiarles.

No tenía novioNo tendría hijosNo habría de “procrear”No sería lo que se esperabaSería lo que se aceptaba.

Y mis actos, mis omisiones, mis pensamientos purosTanta fuerza conllevaban, tanta realización lograban

Que para seguir a mi lado debía ceder todos sus espaciosIr siendo sombra, yendo al lado, aunque no a la par

Y así fue que realizó lo fantástico de generar gratitud.

Descubrió que no era lo que parecíaSu ser, como el de casi todosNo estaba listo para una decepciónLo que le pareció sorprendente se volvió insípidoY por no comprender que la belleza no está fuera, sino dentro,Sucumbió en ese denso mar de la infelicidad.

Y de todos modos, seguía siendo el mismoAlgo diferente pero siempre semejante

Los altos y bajos de cualquiera, horas solas y horas compartidasAlgún cambio de nombre, algún nuevo accidente en el paisaje

Para que después todo vaya siendo casi lo mismoPero al menos por captarlo todo podía ser tremendamente diferente, siempre.

Y dado que era de otro lugarLe ganó terreno a lo que eraY hallando la otra cara del desprecioHalló el orgullo de no quebrarseComo quien asume golpes sin cortarse.

Y era así, un tanto afable, un tanto amableCon una manera de apaciguar cualquier tormentaO de crear la más grande de ellasCon la habilidad de ofrecer la sensación de permanenciaPor no haberme detenido jamás en ningún lugar.

Y si llegaba a faltarSe sentía que algo faltaba.

33 Isabel Allende.

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Aquí vivieron 34

Un poco, tan poco como un detalleY comenzaba el territorio de los musgos

Luego del cual estaba la breve orillaQue alcanzábamos para seguir por tierra.

Sabiendo que querrían saber las palabras que séPara decirlas al vivir los momentos que yoY así asentar la justa expresión de lo que sientenPero desconociendo que saber no implica que otro sepa.

Y cuando mirábamos a quienesMiraban a quienes estaban al borde

Y nos era dado presenciar el respeto que sentíanNos quedábamos pensando, en medio de nuestra soledad.

Algo le decía que no era como esperabaPero todo – entendiendo como “todo” lo que la rodeaba -Le gritaba que era lo mejor, y entonces fue comprensibleQue desoyera a la voz que quiso señalarle esa realidad.

Y en esa raza que los demás capitulaban de razaVimos alguna vez una persistencia

En estar presente a cada síntoma de la caídaQue le ocurría a esa otra raza por la que había sido dominada.

Entendió que un secretoNo lo es por el silencio con el que se lo conservaSino por la sordera del no puede acceder al mismoY entonces comprendió que la soledad puede ser un precio.

Gritaban desde la costa, hacían señasComo un militar desde su caballito

Mientras los demás luchaban contra el absurdoPero no pisaban el agua, el militar no descendía del caballito.

Su cuerpo, magroNo invitaba a imaginarAquellos estallidos y sudoresQue con referencia al lecho, otros cuerpos refieren.

Buscaban lo perfecto, no la perfecciónPor eso corregían y corregíanSintiendo el peso del tiempo

Como el de todas las cosas que tienen final.

No era más que resentimientoQue quería decir que lo era.

34 Manuel Mújica Láinez.

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A Streetcar Named Desire 35

Globos de colores cuando nacióTorta de colores en el cumpleañosFrituras y confites por años y añosMarcando el jolgorio de una vivencia- antes que la trama del vivir de lo héroes -Para que la caja de madera se resistaY el destino corporal sea el de las llamasNo por tratarse de un holocaustoY tampoco de basura, por cosas así,De la física práctica de las muertes.

Las veces en las que pudiste con una botellaFrente a las veces que una sola de ellas

Una y otra vez pudo contigo.

La intención era intensaLos actos eran débilesY a la hora del recuentoQué cifra habría de darEl número de los que lo captaron?

Merced a las palabrasQue lleva su tiempo aprenderlas

Que más tiempo lleva usarlasY mucho más usarlas con habilidadPara descorrer la idea del silencio

Que por la creencia de que las palabras son necesariasSe haga real aquella situación de que su ausencia

Más que unión tiene que señalar el límite preciso a algo.

Bastaba con extender las manosY tener la paciencia más ciertaLa que se registra en los relojesHasta que se producía el regresoY entonces era posible, de nuevoTener a su ser de este ladoDonde nada era magníficoA pesar de que todo quería serloY que no sería magnífico jamásPorque nunca nadie haría lo necesarioPara lograrlo.

Y cosas asíY el telón

Las luces, la calleY no creer que se trataba de alguien.

35 Tennessee Willimas.

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La Condition Humaine 36

Intensidad, la vida medida por intensidadesDe manera que toda regla y toda ley

Hagan de la intensidad de vivirSegún la obediencia o la no observanciaDe aquello estipulado como verdadero

Por quien quiera que sea.

Sin demasiadas profundidadesSe daba una sonrisa íntimaCuando de cuando en vezLe tocaba hacer posibleQue lo ignorado por un doctoDeje de serlo, merced a sus palabras.

Nada más que Sócrates, desde el prismaPues el ideal, que había partido de una idea

Comenzaba a desplegar su basto paisajeVolviendo al primero de los pasos, que dicen el más difícil

Poco más que una torpeza, menos o más deliberadaComo quien descubre que los preceptos no son diez.

Dibujó su muerte con una metáforaY en cada palabra volcó su esenciaComo quien sirve un vino preciadoCapaz no sólo de satisfacer a quien lo bebieraSino también de esperar hasta por eternidades enterasA que llegue aquél que sepa apreciarlo.

Y entonces llegaba ese difícil puntoEn el que la inteligencia pedía cuentas

Porque así como se reconocía la intuiciónTambién era preciso reconocerle su existenciaA esa parte de la lógica que explica los saltos

Como cuando se escribe que no se puede escribir.

Libre de las ataduras de los afectosLe sería posible prever sus actosDe manera que lograr captar su esenciaNo sea más que un preciso resultadoDe haber observado el posible destinoDe tal o cual exacto inicio del observado.

Y también hubo aquel negativo orgullo - Para muchos muy oscuro -Que se siente no por lo que uno esSino por todo aquello que no se es.

36 André Malraux.

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Die Aufzeichnungen des Malte Lurids Brigge 37

En una camilla llegaba un heridoEn otra llevaban a quien había fallecidoEn su mundo los parientesEn el suyo los que juraron por HipócratesTodos bajo la denominación de gente que quiere vivir.

Como una montaña demasiado accidentadaComo un mar demasiado profundoComo un abismo demasiado terribleComo un cielo demasiado altoComo un infierno demasiado profundoAsí de distante el sentimiento que quería vivir.

Y la precisa distancia de la comprensiónY el tiempo exacto para el entendimientoY las circunstancias que hacen posible la aceptaciónPara que se haga visible “el otro”Y aceptar, entender, y comprenderQue si somos aceptados, entendidos y comprendidosHa sido “el otro” el que lo ha hechoY quizás, sin desear haberlo hecho.

El anillo, el poemaLa pintura o la esculturaGenerados por alguienEn un contexto de genteDe manera que al ser el receptorSe quiera exponerloComo si se tratase de aquella lámparaQue hay que ponerla en alto.

Y presenciar a concienciaDe que lo común, en tanto reacciónNo exigiría uniónPues no era más que repeticiónEn un punto en el que no hacerloPodría, y de seguro lo haría, significarSeparación, justamente de todo aquelloA lo que no se podría estar unido jamás.

Y una hoja cuyo filo pudiera ser insoportableA menos que la inteligencia y la fe estén fundidasQue cortando el aire más difícil de respirarSonríe mirando al frente mientras susurraQue mientras todo lo vivo no lo deseeNo habrá regreso.

37 Reiner María Rilke.

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Aguafuertes porteñas 38

Revisaríamos lo íntimoY en lo íntimo hallaríamos el futuroAl poeta lo miraríamos en perspectivaY crucificaríamos a quienes lo admirasenY al ver los cambiosA cualquier escuela le daríamos la razónNos encontraríamos con los celosLos bajos, los que sienten los hombres por una mujerY en la soledad del despertarHabríamos de sentirnos bienY en otra piel, haga lo que hagaTerminaríamos hallando alguna enseñanzaY captaríamos, sagazmenteA quienes manifiestan la fe que no tienenY escucharíamos los juiciosDe quienes querrían ser como somosY jugaríamos a la metáfora y a lo tangible

Desistiríamos de la felicidadEn cuanto estudiarla, antes que vivirlaY tanto al ciego como al tuertoLe expondríamos la ventura del leprosoAl de medalla de plata, la historia del paralíticoY detectaríamos, sin esfuerzoAl desgraciado que por notar que notamos que lo esInstantáneamente deja de sentirse desagraciado – quizás –

BuscaríamosDécadas despuésSiglos despuésTiempo despuésSaltando todo el tiempoSalvando escollosBatallandoGuerreandoArremetiendoAvanzando y retrocediendoQuedándonos quietos o moviéndonosCon honestidadCon esa formaDe ser difícilPor ser sencilloQueriendo pocoQue lo es todo

38 Roberto Arlt.

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El otoño del patriarca 39

Y a mitad de la mañanaEl tiempo se rompió en trozosAl igual que el espacio conocidoY ningún trozo de tiempo coincidía con su trozo de espacio.

Por ignorancia o sabiduríaIniciaban lo que no tendría continuidad

Aunque era seguro que tendría finalUn final que entonces no podía ser importante.

Y le fue posible divisarCon ese tono cruel que tiene la realidadEl rostro dominado en todo su ser por ese sentimientoEl del que habiendo atravesado la infelicidadSe sumerge – para no volver a salir – en la tristeza del mundo.

Como el tuerto que se rodea de ciegosComo el obeso que se rodea de obesos mayores

Así se juntaban en rondas donde los demás eran peoresPara abandonarse en el oscuro placer de tomar nota presencial

De que no eran como aquellos en cuyo centro estaban.

Y sintió la treguaY supo que no la había ganadoQue no la había logradoSino que su propia edadLe había terminado por imponerY no tuvo a quién decírselo.

Faltaba valentía, coraje, arrojoY como no había, quedaba la vivencia de los intentos

Aquellos que no tenían otro objeto que postergar un contextoEn donde el único móvil era el temor a la otra búsqueda

Aquella en donde la verdad no se niegaSino que simplemente se enseña es inasequible.

También sonrió, y sintió alegríaPero dijo que era felicidadComo el vecino cercano y el vecino lejanoY con esa obediencia pudieron obtenerEl permiso de creer por uno larga serie de instantesQue acaso no todo era inútil, como en realidad era.

26.03.03

39 Gabriel García Márquez.

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La vorágine 40

Fue una confusión- Una confusión es un resultado, no?- Eso es obvio, lo dulce está en describir el proceso que lo hace posible

O hasta quizá un vano intentoQue bien pudiera ser la aceptación de un fracasoPuesto que en una sola personaNo es posible volcar aquello que ni siquiera se tieneQue todavía se está buscando, como un palacio escondidoCuando no se trata de otra cosa que de una semillaQue se lleva dentro y que necesita, para crecerDe luces diferentes a las del sol cotidianoDe oscuridades distintas de las que la luna aclara en las noches.

Y entonces recordaste la idea de libertadY sentiste que sería posible liberarteMerced a una prisión de celda de cemento y hierroY pretendiendo una formalidad extremaExtraviaste la visión de que vivías unaDejándote llevar por la idea del movimientoQue se constituye en el anhelo de los engrilladosEn lugar de enfrentar el movimiento mismoY hallar en él, o bien cadenas, o bien absurdosNo le temías al espejo, le temías a mirar al fondo sin excluir las formas.

Y a veces sucedía que el más memoriosoNo era recordado por nadie.

Casi vencido, o quizás ya derrotadoTe aferraste criminalmente al pensamientoQue hurga horriblemente en el pasado más ciertoQue devuelve escenas, unas reales, otras pretendidasDonde había seres que acaso eran ese palacio escondidoY comenzaste a flagearte con la realidad de tus renunciasY te atreviste a juzgar de que hubiera sido posibleCon un alguien, o con algún otro alguienY te dijiste que hubo un tiempo en el que te queríanQue esos que te querían estaban cercaY que algo de felicidad ya se generabaCuando pensaban, o les permitías pensarQue acaso podrían ser esa fuenteQue podría alguna vez saciar tu sed.

Después fue pensar en morir.

26.03.03

40 José Eustaquio Rivera.

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Number one 41

El asco por la miseriaLa costumbre por la desgraciaUna sutil simplicidad de juiciosMerced a la cual ellos distaban de uno.

Hasta que la muerte, violentaTambién arreciaba tus cercaníasNo para resucitar tus cobardíasSino para despertar en ti eso que no sabías

Que los débiles eran eso, débilesY que parte de tu fortalezaConsistía en valorar la ajenaPor saber apreciar sus temores.

Cedió a la tristeza, y como fuera inocenteNo la pudo advertir

Percibió que otros dolores se calmabanMerced a ese que sentía por una especie de compasión de sí mismo.

La reglamentaria cuota de imaginaciónDonde no hay otro secreto que el de divisarQue lo que existe pudiera no serlo todoPuesto que dado el fondo, único, la forma no tendría límites.

Y al tiempo la teoría problematizanteDado que entrenada la mente a percibir erroresNo siempre estaría capacitada, en igual dimensiónA captar las soluciones, con todo lo horrible que esto implica.

Una tristeza notableApta para la metáfora

Y para las explicacionesUna tristeza humana

Quizá horrible para el loboQuizá tonta para el tigre

Pero enorme para el hombrePara el hombre que la había negado

Merced a su resentimientoA su rencor, a su odio

A su propia limitación al amorPor exuberancia de sus cosas a reclamar.

31.03.03

41 John Dos Passos

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Ardiente paciencia 42

Y con oscura claridadEntendió la pérdida del sentidoY que además de este hecho en síTambién sucedería, inexorablementeLa repetición de los mismos hechosTodos los días, todos, todos los días.

Un nombreQue alcanzaEl centroY que puesto ahí, por ello mismoVa saliéndose de toda formaHasta llenar el contextoEnriqueciéndolo todo de tal modoQue de la comedia pudiera saltar al drama.

Y pudo concluirQue si había velocidadMayor se alcanzaba yendo hacia abajoQue intentando ir hacia arribaY que a ello contribuía el propio pesoDe manera que a mayor grandezaSi a esta grandeza pudiese atribuírsele un pesoMás rápido sería el descenso, si llegase a ocurrir.

Pero en la madurezY en la voz que con ella se adquiereLas unidades de medida van desapareciendoAsí como van despareciendo las posibilidadesDe ir ya hacia ningún sitioDe manera que ya no tiene sentido medir nada.

VioQue un día moriríaPero no alcanzó a comprenderloY aunque sintió ese agudo aguijónQue envenena la sangre de tal modoQue el comprender se vuelve un deseoNo lo intentóSería demasiadoY había vividoSin demasiados demasiadoY fue por esoQue vioQue iba a morir.

02.04.03

42 Antonio Skármeta.

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The Acts of King Arthur and his Noble Knights 43

Almorzar todos los díasCenar todos los díasTodos los días comerY un día dejar de hacerloY entonces el rostro en el espejoY así los demás rostrosY así el primer pasoComo una hora másO un paso másUn cigarrillo menosUna copa másO un vaso menosLa línea dibujada por otrosLa que seguimos por horasHasta que por algo, por alguienDecidimos no hacerlo.

Y antes de la auroraLa oración.

Ya que el amor estoYa que el amor aquelloPero dado el contexto En el que no se lo conoceAunque sí todos sus predicadosAunque también sin saberlosPor lo menos no todos.

Admirada la montaña, habría que borrarlaErigida la torre, habría que echarla abajo

Esculpido el mármol, demolerloPintado el cuadro, destruirloTal el libreto que no siguióEl mundo cruel, malignoAl que hay que contestar

Contra el que hay que luchar y vencerPor sentimientos de resentimiento y venganza

Tal el libreto que no siguió.

De todos modosDe todos los modos posiblesTan sólo seguirPues nada había que no sea intento.

02.04.03

43 John Steinbeck.

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Il Giuoco delle parti 44

Nada iría a cambiarNadie cambiaríaY en el nadie uno mismoCon toda la precisión y fuerzaBorrando así toda posibilidadDe mañanas, de nochesDe inviernos y primaverasDonde todo pudiese ser diferentePara no perdonarse absolutamente nadaY entonces no tener que perdonar a nadieComo simple mecanismo de defensa.

Vivos los demás, que tienen una vidaEn cuyos actos detenemos la miradaPare terminar viendo que también vivimosComo una repetición de lo que miramosY de ese modo, también ir viviendo.

Dado el suceso de los actosComo espectáculo de nombres propiosO como manifestación de la naturalezaPor lo que acabamos de hacer o noGenerando la filosa distanciaDe cargar o atribuir predicadosDe acuerdo a la posición del sujeto.

Es infelizPorque vive.

Bracear muy hondoNegar la menteY afirmar la intuiciónNegar el cuerpoY afirmar el ayunoLas contradiccionesLa lucha de opuestosLas sencillas y muy dolorosas batallasMerced a las cualesQuizá alguien, sólo alguienLlegue a comprender con claridadQue nadie es ni será igual a nadieY que no hay error en elloNi aciertoQue es así, y que juzgue quien se atrevaA ver cómo acaba.

02.04.03

44 Luigi Pirandello.

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Cuando entonces 45

Una pequeña larva que gana el aireUn pequeño brote que atraviesa la tierraEl aguijón temibleLa promesa del águila bajo la bóveda celestePara concebir la posibilidad de todoComo grosería altaneraComo sublevación libertariaComo lo que sea y esperado de cualquieraMenos del protagonista, que tiene que ser mujer.

Y marca que el origen difiere del tránsitoDonde el lujo es logrado por el metal sedientoY dice que el aroma de las heces de su principioTodavía pueden percibirse a pesar de sus afeitesComo si la labor del campo fuese alguna vez inferiorA la que dicen se desarrolla en las urbesComo si cada cual, al final de cuentasNo venía a ser expulsado del vientre que lo contuvoPara terminar pudriéndose bajo la tierraO esparciéndose como los restos de un ave que muere libre.

Para el poema acabado, o quizá el libro enteroQue costare lo que costare alguna vez sería terminadoPara quizás el triunfo que en lo efímero de su esenciaUna y otra vez desembocaría en el fracasoEn ese gran fracaso del tiempoA menos que su percepción suceda en un antesDe manera que cuando ocurra, con todos sus detallesNo constituya nada más que algo que también ya se sabíaComo las letras que se escribieron, o que se forjaronComo algún título, algún amor del alcantarillaAlguna rosa robada, o alguna mirada conquistada.

Y entonces también pudiera conocerseQue en un punto del mapa de las vidas ajenasTodo se reduciría a un simple el mapa, como el propioCon sus accidentes, bondades, maldades,Todos los adjetivos y todos los sustantivosAhora ya señalando que nada va importando yaQue a su hora llega el cálido aliento del fracasoMás allá de las drogas, de cualquier entusiasmoAunque todavía sea posible, por generableUn par de jarras más, para acuchillar a la noche.

12.04.03

45 Juan Carlos Onetti

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Justine 46

En su asfixia más pasionalProvocada por cada uno de sus seresEncontramos la razón que nos movíaY que siendo de ella la pretendimos nuestraComo si al hacerlo esencialmente pudiéramos ser ellaParte sustancial de ella, sabiendo que estábamos equivocados.

Ni demasiadas decepcionesNi extremados placeres yaPor las simples torpezas del cuerpoEn un oriente que lo ha rebasadoPor lo inhóspito del aire calienteDonde el verano arde sin ninguna metáforaDonde todo extranjero con sólo llegar turbaComo un recién nacido entre un grupo de adolescentes.

Tendrían que intentarlo ustedes, por un error míoComo lo he intentado yo todo este cúmulo de tiempoEl dolor continuo, pero perfeccionado más allá de la histeriaDonde la espalda flagelada, ya marcada precisamente por surcosDeviene en sitio difícil de repetir con exactitud y en esa dificultadEn esa casi imposible tarea de volver con certeza al mismo lugarHallar el motivo de un arte que aunque antiguo pudiera ser todavía nuevo.

Por ella concebían lo que de otro modo no aceptarían nuncaQue el mundo sólo es perfecto para los idiotas y para los sabiosQue para el resto no es más que un laberinto de sufrimientosEn donde asumirlo como tal es imposible para quien habla de felicidadUna felicidad causada por el amor, el amor que por ella sentíanY que con su fuerza los arrastraba por el polvo de las callesPor el filoso frío de las noches de fiesta y huidasDonde cada cual jugaba a darse el lujo de seguir fingiendo deliberadamenteQue un momento de reposo era un descansoQue una alegría, acaso esa felicidad que, sin ironía, no era recíproca.

FrugalPoco en todoSalvo en la concienciaEl cadáver todavía sabiendo su derrotaEl corazón que todavía palpitaEn las noticiasEntre los griegosManzana y coñacLas tardes solasLas pobladasLas que se pasaCon uno mismo.

46 Lawrence Durrel.

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Yo el Supremo 47

De los libros a la cabezaPara que todo sea registradoY se constituya en materia de temorPues sabe, y lo que sabe es aterrador.Perdido el que recuerda y liberto el que olvidaSeparados ambos por la daga de la imaginaciónQue no sólo muta el futuro, sino también el pasadoPor hallar en los hechos movimientos, y en estosUno único que no cesa y que por ello no avanza.

El hombre y su lenguaje habladoQue lo asemeja a cualquier reptilA todo árbol y toda piedraHasta que logra generarse unoQue partiendo del aprendidoLlega al inventado, a su medida y esencia

Porque transcurren los hechosY cada cual, para vivir su propio calendarioTendrá que ir viviendo su día, sus horasAl final del cual, la silenciosa muerteEl camastro compartido con otro serEl embotamiento simple del sueñoLas certeras consecuencias del cansancioO simplemente un romántico desveloMientras yo enfrento el desprendimientoLa mirada y la vista más allá de los espejosDonde mi cuerpo no basta para pensar en élDonde no hay ni testigos, ni jueces, ni causaDonde se oculta la verdad y me es posible hallarlaAntes del mañana donde todos juegan a estar despiertosA estar vivos y a buscar otras cosas, sencillas o durasPero que no son sinceras ni imposibles, ni siquiera supremas.

Será de día, o será de nocheHabrá luz, o habrá oscuridadPero será, y será cuando usted mueraHay un después que lo espera al morirSu geografía no es muy exactaHay una para cada cualY no es cielo, ni es infiernoTodo es ahí lo que no se ha hecho aquí

... Y no se sabe cuándo ocurrirá

12.04.03

47 Augusto Roa Bastos.

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El amor en los tiempos del cólera 48

Terminado estaba el techoBajo el cual transcurrían los sucesos familiaresTerminado el asfaltoPor el que transitaban los urbanosTerminada estaba la siembraY por ello asustaba que pudiera ser posible volver a arar.

Ella y yo en esa vez contra el mundoContra lo establecido de cada una de las formasEn esa vez que había durado demasiado pocoElla y yo día a día con los platos que limpiar

Con las borracheras y las faltas de puntualidadPara aprender día a día, miseria a miseria

Que el mundo entero es nada frente a uno sólo de sus díasCuando estos se hacen miles.

Y aunque se había marchadoPuesto que se había muertoNo se había llevado consigoSus ropas, sus escritos, sus detallesComo una manera de seguir arrojándonosTrozo a trozo, la podredumbre de la memoriaQue por estar en una mente torpe y vivaLe obliga a reconocer que más difícil que vivirTambién va siendo morir del todo.

Ella leyendo del amor sabiendo que era mentiraBuscándolo en mí, que jamás había oído hablar de él

No porque yo supiera donde quedaba su estaciónSino porque simplemente no temía enfrentar nada

Porque hasta sentía dicha en alguna escaramuza de puñosPorque la pólvora y los puños eran mi sino

Porque yo sabía pisar la tierra en donde ella creía estaba ese sentimiento.

Descubrió el velo puerilY halló su sangre envenenada de nostalgiaRetrocedió a los primeros pasos de su menteY vio un puerto, y una despedida horribleSe concibió en el extravío de un devenirQue le daba lo que después le arrebataríaPara que lo que le quede no sea más que recuerdosY todavía un resto de fuerzas para comprenderloY un algo de imaginación para vencerlo todo.

12.04.03

48 Gabriel García Márquez.

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Das Glasperlenspiel 49

Una nota era un númeroUna cifra con sus polosCon su propio tiempo sujeto a mediciónY para cada nota una sílabaQue sumadas hacían la fraseY cada sílaba algunas letrasCada una con su númeroY para cada número un significado.

Del otro lado del puenteEn el otro extremo de las filas de ataque

La punta de la lanzaEl peso de ser guía

Como consecuencia de comprender una misiónLa duda y el titubeo, que nadie destierraSalvo uno mismo, en absoluta soledad

Pues lo demás es construcción que busca luzUna luz que debe ser alcanzada para ser transmitida

De la que no hablan con certeza las que la desconocen.

Desde dentro un orden cerradoEn el cual, visto desde lejosIba marcado por un egoísmo profundo- necesitado de la felicidad ajena para ser feliz -Tropezando con piedras que ni siquiera miraba- las sentía como parte del camino -Más lejos de toda prisión de encargos- pues era el encargado de su conciencia -

Conteniendo impulsos adquiría más fuerzaY al extremo de lo establecido le exponía el autoimpuesto

Por atravesarse atravesaba, y con ello alterabaLa escala premeditada, las rutas antiguas

Con una carga propia de testarudez fecundaCapaz de insertar en una piedra la fertilidad misma.

Para los resultadosPara las consecuenciasPara el acto finalPara todo lo que devieneDe las luchas ferocesDe las batallas atrocesDe las guerras del almaQue una vez lanzadaSólo la libertad la detiene.

15.04.03

49 Herman Hesse.

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La peste 50

De tanta violencia, de tantaCaptar y sentir el no actoDe tanta velocidad, su ausenciaDe tanto saturamiento, la completa soledad.

Una pobreza, en cualquiera de sus acepcionesPor la que nada había más que transitar el aire

De un modo, o de otro, o de otro másSin siquiera sospechar que hay algo más que vivir así.

La hoja de papel, o el monitorY el testigo que va sabiendo que lo esQue siente la presión del testimonio que debeQue se arroja a la obra por lo que ha visto se vivió.

Un aislamiento general que permitía uno particularEl modo de la lluvia, el del día soleado y el de la noche de luna

Por el que todo iba siendo posible de aceptarDe manera que al final de una copa todo pudiera resultar normal.

Parado en la bulliciosa esquinaYa el semáforo, ya el policía de tránsitoHabilitándole y negándole el avancePara que como sea, no avanzase, para saber el tiempo.

Tal concepción del sujeto, tal internalizaciónQue no habría adjetivo que pudiera lograr su mutación

De un modo en el que todo seguiría siendo lo que esMerced a una fatal prescindencia de lo que se diga que es.

La – al menos hasta hoy – vigenciaDe la distancia entre el abrigo y el botónDel que fija su ser en la cantidad o en la calidadPara que diez mil muertos duelan más que uno solo de ellos.

Y ese modo del estado que tantos habían escrito de estallidosQue muchos habían creído bullicioso y expansivoQue demasiados habían establecido de mil formas

Y que al final iba siendo vivido sin siquiera llamar la atención de nadie.

Por un error común- El de no imaginarlo todo -creyó que por lo que era, y por lo que eranciertas cosas no le podían ocurrir, ciertas cosas no les podían ocurrir.

15.04.03

50 Albert Camus.

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Rayuela 51

No, no hace falta tocarteNo es necesario hojearteNombrarte solo pesaConocerte agobia.

Que a mis manos le cuestenLlegar al picaporte para salir a la calleQue a mis pies le duelanTener que cruzar a nado mental la noche.

La borracha y el sexoLa vocalista y sus lamentosEl fracaso de la vida enteraLa mujer que sentimos, ahogada.

El llanto insistente del frágil niño en la madrugadaLas aves en las alfombras, en muchas alfombrasLos diseños de las tizas en el asfalto bajo la posible lluviaLas fotos horribles en la billetera.

Ese autor que nunca conocimosY que fuimos nosotrosEsa vida que dijimosY que al hacerlo vivimos.

El juego en donde el cielo era posibleQue era más que las horas, hora a horaQue se jugaba viajandoSin estadías, con precisión, pero sin un orden fijo.

Y el afecto perdidoJamás escondidoLa copa de la tristezaServida por monedas que apenas alcanzan.

La edad de la lecturaY la de la desenvolturaPor admitir tus dagasRasgando mis ilusiones.

En la cruel sospecha de saberteY de imaginar, solo imaginar, comprenderteComo fuegos de que refieren incendiosQue alcanzan a quemar, sin devastar, para forjar.

15.04.03

51 Julio Cortázar.

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Answered Prayers 52

A la mujer le gusta que sea escritorPero apenas llega a lo que escribeAl escritor le gusta ser leído en voz altaPero su lectora, su esposa, nada más tiene, y lo sabe.

En ese punto en el que lo demás importa un pitoY que por decirlo uno pueda ser asesinadoSabiendo que de ello sólo se extraería gratitudPues en ese punto es lo asqueroso de los demás lo que dentro se lleva.

Principiantes de monstruosQue gustan de la carne, mas no de la caceríaDe las certezas, mas no de la verdadDe la confesión, mas no de la sinceridadMi sentencia es esta: os conozco.

El juego del presente y del pasadoNiñitos de pecho, púberes del desencantoQue no habéis sido enseñadosEn que en el aborrecimiento instalado no existe pasado brillante.

Y el palacio de los pútridosDonde no hay nada que hacerMás que lo que realmente se quiereBuscar el abismo tarde a tardeEn un mar tan infecto que no cabe la mediocridadDonde el festival es de la negaciónY por ser todos derrotadosNi siquiera hay posibilidad de triunfosSin artilugios, sin siquiera un telónA mansalva de la hediondezMadre nuestra de nuestras inexigenciasDonde el precio es el hurtoDonde para pagar hay que hurtarPorque el precio es alto, ya que es la vidaPor lo que tomar la ajena valeYa que la propia va en rojoY mientras más cae otroMenos hondo estamosY más pie da a seguir buscando fondoQue siempre hay alguien más arribaY siempre hay nada más abajoMientras afuera lo nieganMientras afuera juegan a no saberQue llevan un infierno apestoso en el corazón.

15.04.03

52 Truman Capote.

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La plaça del diamant 53

Decía, de mí decíaQue era mucho lo que queríaQue era extremo lo que pretendíaSin saber, sin conocer siquieraQue mi drama era desconocer mi finalidad

Pude verlo en un instante que parecía el últimoDesprendiéndose de los posibles suspiros y rezosPerdiéndose de a poco, agitada y desesperadamenteEntre las cosas que seguían siendo rodeadas por la vidaMientras él la iba perdiendo, extraviando, olvidando

Cambié el horizonte por el sueloY escuché que en mi cabeza había una ordenQue exigía apretar ese instante hasta echarloComo un trapo lleno de sangre todavía calienteQue de otro modo permanecería por siempre

Me sostenía por el marPor el movimiento de los coloresQue yendo y viniendo no llegaban nuncaQue por no detenerse parecían no dejar de partirHaciendo que por la visión pueda olvidarme de mí

Y escuché la voz de una anciana relatandoQue toda la catástrofe que estaba sucediendoYa ella lo había previsto desde un tiempo atrásComo si por haberle encontrado una explicaciónEso que estaba ocurriendo perdiese toda dimensión

Caminé entonces por entre la genteSintiendo el aliento de mis hijosY el llamado de las otras cosasY decidí seguir sintiendo, y desoír el llamadoY tuve que hacer que sea sencillo

Teníamos hambre, dormíamos tempranoYo tentaba lograr el olvidoPues vivíamos la tristeza de la miseriaY ya sabía que no lo podría contar a nadiePorque no podía permitirme sueños

Siendo mujer, de carne puraDeje de serlo, sin odio y sin rabiaPara seguir siéndolo.

28.04.03

53 Mercè Rodoreda.

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La casa de los espíritus 54

En el primer momento de mi muerteTodavía sintiéndolo tan cercaEn ese alivio de presenciar, de algún modoQue si había sido arado, había encontrado tierra

En el primer momento de su muerteApreciando con claridad lo burdo de toda reglaPor comprender que el tiempo siempre era pocoCuando a uno le ocurre la desgracia de querer demasiado

Y ese punto en el que no caben los opuestosEn tanto que se trata de dos semejantesY que siéndolo, sintiendo semejantes deseosFrente a frente, uno de los dos lo logra, en tanto el otro no

Porque ya aquí resultaría evidenteQue llevaba la marca de las clases socialesEn donde la distancia moral radica justamenteNo en lo que se posee sino en la proporción que se gasta

Como en aquella ocasión en la que lo entendidoEra nada frente a todo lo dichoAunque no importaba, pues el tono era firmeY el sonido pesaba más que el significado de la palabra

Todo siguiendo y marcando el rumboSeguido y vivido hasta el último detalleHasta lograr la visión certeraPor la que a veces se acierta a creer en una compañía

Todo descontinuando y destrozando planesNo esperado y no imaginado en ningún detalleHasta comprender la visión certeraPor la que a veces se acierta a descreer de toda felicidad

Y la horca misma, el extraño patíbuloCuya atracción era de lo más intensaPues bastaba subir las escalerillasY sujetarse la cuerda al cuelloPara que todo lo que hubiera de ocurrirFuera entrevisto sin ningún esfuerzoCon el único inconveniente de que al hacerloLa cuerda se tensaba y el instante se quebrabaLlevándose consigo a quien lo portaba.

29.04.03

54 Isabel Allende.

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Other voices, other Rooms 55

Estancado en una edadSin posibilidad ni de retornoNi de saltos, aunque teniendo que vivirFue siendo cause de un río que se desvía

Obsesionado por una idea dolorosaQue jamás pudo comprobar en realidadAunque creyendo en ella como una fatalidadFue desviando el cause del río que ignoró

Dejando correr donde había detenciónY deteniendo donde había movimientoLo fue desviando todo hacia lo hondoComo si una situación no fueran todas

Pintando cielos de un púrpura filosoInfiernos de un rosa ampliamente suaveMontañas y laderas fundidas en un arroyoTodo lo fue desviando hacia una altura que desconocía

Ninguno de los cuatro lo supo bienAunque conocían una parte del esquemaLos demás les otorgaron el silencio, o la condenaAlguna vez el premio, pero sobre todo, una lástima callada

Pues como lo cierto era el absurdo del presenteY lo que se tenía era todo, absolutamente todoMenos, quizá, el vigor de ir por el caminoA cuyo final nadie sabe exactamente qué es lo que hay

Quedaba ese consuelo tan relamidoDe pretender asumir el final del que hablaban- Como si alguna vez hubieran estado ahí -Los que vestidos, ya de blanco, ya de negro

Llevaban, a su modo, el rojo dentroRemarcando que si algo habrían aprendidoEra que lo único que sacia el hambre del pobreY lo único que hace digerible las horas del rico

Era esa pobrísima promesa de un despuésCualquiera sean los ritos que implicasePues si había algo verdaderamente insoportableEra ese ir viviendo sin tener idea alguna de para qué

05.05.03

55 Truman Capote

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La casa 56

Cierto que en unos el captar lo que otros noEl gesto por el cual se levanta una piedraO aquel por el que se mira por el rabillo del ojoY de entre estos que van cruzando las líneasSólo algunos, además, con el poder transmitirlosY de entre los demás, de entre todos los demásSólo algunos, sin ser contados, capaces de recepcionar

Como cierta la imagen y todo su poderíoCosa heredada, aprendida o inventadaQue hace que el corazón diga, ya no lo que sienteSino aquello que otro corazón espera escucharPara la traición más íntima, la más oscura siembraPor la que el ámbito va anulando el brillo del centroUn centro que por otro desconocido va desdibujándose

Y no fueron mentiras ciertos niveles de abstracciónEn los que no había más que un gesto de cerrar la puertaPara que no llegue a los oídos el sonido de ese bullicioQue no provenía de las referencias de la propia vidaSino de otras, de historias que lejanas o cercanasIban siendo definitivamente otras, desconocidas tal vezPero con esa capacidad de arrancarle el protagonismo a todos

Para que llegue el tiempo, los momentosEn que todo va por ir mirando una imagenJunto a la cual pudiera referirse el propio pasadoComo si una fotografía, puesta al lado de una luzPudiera también, de algún modo, iluminarSabiéndolo imposible, pero no confesándolo jamásPorque todavía quedaban horas que transitar

Y esa extraña conjunciónEn la que la erudición por no ser tantaPudiera livianamente perder sonrienteMerced a la cálida aceptación de lo desconocidoQue va permitiendo el cese de la lucha de lo importanteHabilitando el resquicio por el que se filtra lo que se sienteTodavía con las fuerzas para desestimar una batalla innecesaria

06.05.03

56 Manuel Mujica Láinez.

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El trueno entre las hojas 57

Sin decirlo con la vozComo si cada palabraFuese sospechosa de algún crimenComo si el silencio lo llevasen dentro

Y el hachazo de lo cotidianoLe partió el pecho en dos

Hermanándolo con los oprimidosTrocando en compasión su odio hacia los poderosos

Sabiéndole a cada uno sus historias, su pasadoLe fue pesando el estar ahí donde pudiera ser sabido

Y como jugando, les borró a cada uno su esenciaDejándoles sólo el nombre, como si no nombrasen nada

Al ver que no había másLa desapasionada suspensión de otro intentoComo si siempre fuese claro lo que acabaTodo aquello que habiendo estado ya no está

57 Augusto Roa Bastos

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La alfombra roja58

58 Martha Lynch

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Pilote de guerre 59

Entrenado para la derechaY también para la izquierdaTropecé con el punto, con ese centroPor cuya realidad la instrucción pierdeQuedándome no otra cosa, ninguna otra cosaQue beberme de lleno la plenitud del absurdo

Sin el valor de seguir el impulso brutalDe hablarle a las piedras o a los árbolesPorque hablarle a alguien tenía tanto sentidoComo lanzar una red para atrapar una paredDado que la comunicación misma se había quebradoPuesto que no había mensaje posible de ser entendido

Todo por el hecho de que habíamos apostado a la mañanaA esa mañana que todos creíamos entonces dominarQue de tanto verla todos los días de nuestras vidas- lo que entonces eran nuestras vidas -No pudimos sospechar la posibilidad de que no existieraY que terminó por inexistir, para que el fracaso nos arrasara

Y entonces, al menos, el tiempoPorque en el tiempo y por el tiempoPuede uno despojarse de lo que ha sidoY aferrarse a lo que ha pretendido serLlevándolo todo a ese plano mentalEn el que las cosas pueden seguir pasando

Para esos pocos pasos másTratando de andar sin compañíaPara intentar comprenderLa insólita realidad de que todo caminoYa aquí, o más allá, termina acabándoseDespués de toda una vida andándolo

Y asíEl principio anudado a su finalLa voz al silencioEl color a su ausenciaLos ojos a su objetoLa nada al todo

20.05.03

59 Antoine de Saint-Exupéry

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Travels with my Aunt 60

No, no te dije cuándo nos veríamosNo por no saber cuándo lo haríamosNi por saber que nunca depende de nosotrosNada más por el recuerdo y su presiónEl de aquel tiempo en el que la cita era obligación

Dada la regla, lo sé, incita su trasgresiónCumplida la trasgresión se inicia la congojaPaso a paso hasta la tristezaPor el tobogán que lleva a la desesperaciónQue sienten todos los que necesitan ser perdonadosSi no por alguien, al menos por ese Dios en que creen

Quizá en estos detalles mis yerros, o mis aciertosDejando un tanto de lado el ámbito de mis triunfosEn donde todo se trata de cosas por hacer, y hacerlasUna y otra vez, con lo cual se accede al metal temporalY a esa envidia que tiende a perdurar un tanto másEn tanto no es lo que tengo, sino el modo en que hago

Por ese haber vivido sin demasiados viajesSin hacer parte de mi historia extremas geografíasSino más bien muy intensos paisajes carnalesDado que en la extensa brevedad de mis añosEntre un cuerpo de mujer y un país opté por el cuerpoQue incluía un alma, un espíritu, un algo inexplicable

Como si el tiempo se redujera a las accionesA la experiencia, a los sitios en donde el cuerpo estuvoY no en todo lo que se pudiera lograr aprenderPuesto que la sabiduría apenas depende de cada cualEn tanto el conocimiento siempre culmina en la misma premisaQue concluye que todo es breve y que lo breve ya ha pasado

También con el sentido de las pertenenciasEl trabajo de un mes y el asalto el día de pagoEsas circunstancias que caben bajo el manto de las posibilidadesPara las cuales, para gente normal, como yo y como todosDicen hace bien tener encima unos cuantos polos transitadosAunque sea unos gestos, o un par de días sin dormir

Sobre todo para que cuando lleguen las fechasY tengan que ser asistidas en cuerpo y menteNo se desborde la lengua de tantos fallos cometidosNi de tantas nubes habladas y jamás tocadas

21.05.03

60 Grahan Greene

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Los siete locos 61

El privilegio de una mente agudaFinalmente, puede no sea míoPuede que no tenga imaginaciónY cierto es que mi instrucción es pobre

Pero a diferencia de los demás, yo sientoNi una sola ecuación podría llegar a resolverA ningún conflicto podría hallarle soluciónPero siento, siento intensamente, y lo que siento es desdicha

Los evangelios, me dijeronEl Pentateuco, me dijeronCosas muy altas, cosas muy bajasY yo, sintiendo mi desdicha, necesitando plata

Pero a pesar de todo, y todo es pesarYo tengo algo que ya nadie tieneMás allá de mi indecible crueldadDe este odio amargo y marchito

Tengo la fuerza de no matarmeDe saber que si estoy un martesEs porque soporté un lunesY aunque todas mis penas

No se cansan de recorrermeDesde el fondo de mi miseriaAprendí el gran secretoDe entender la palabra mañana

Y ese sueño de la alegríaY el hermetismo que me sabenY una desesperación calladaY un respirar apretado

Para no poder ceder nuncaA todo aquello que se leeY que al leer resulta hermosoPero que al vivirlo resulta detestable

Porque lo cierto se escribePero la verdad noY aunque nadie escriba de míTambién a mí me incluye la verdad

23.05.03

61 Roberto Arlt

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Marta Riquelme – Examen sin conciencia 62

Pudo mi mente percibir, sin premuraQue Oiceladni vencido por la hidropesíaSe arrojó al mar en el que murió ahogadoComo también se ahogaron todos su sueños

Y establecí claramente el punto crucial de mis celos- Que siempre prescindieron de aquel sentimientoQue cada cual se gasta sus buenas horas en nombrarloY que cada cual va viviendo sin tener idea de su esencia -

Nacidos, todos, sin importarme la sicologíaDe lo que puede enfermarme una alegría ajenaPorque lo insoportable era que alguien, cualquiera seaPudiera llegar a reír, como si eso fuese posible

Y me afirmaba que tanta pasión desatadaNo podría, finalmente, atribuírsemePuesto que yo exigía la renuncia, la abstenciónPara así poder liberar la manifestación de lo que sentíaSin tener entonces que cargar con la pena de provocarlo

***

Le susurré algo al oídoLa frase inconclusaQue señala el futuroPara salvar el presenteEl gesto sutilEl acto que define al actorY que ubica al aprendizLa distancia que la calle le señalaAl que no tiene rastros de polvoPuesto que mis ilusiones se perdieronY todavía era posible disimularloMerced a una humillación mayorQue se daría, pero no en ese momentoEn el cual yo era en su mente lo que no eraY era lo que tenía, o lo que me quedabaAntes del momento en el que sea descubiertoY ese pequeño trozo de escenario que me elevabaTermine por enviarme a miles de metros más abajoCuando los actores vuelven a sus camerinosY los protagonistas vuelvan a las calles ciertasPara olvidarme, en el mejor de los casosPara recordarme con burlas, en el peor.

23.05.03

62 Ezequiel Martínez Estrada

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King Jesús 63

A mitad del granizoHaciéndole cantar al techo de zincEntreví que mañana o pasado habría solComo días atrás, antes de tanta lluvia

A mitad de las eleccionesRecordé las primeras votacionesLos pocos ciudadanos vestidos de ocasiónAl tiempo de los miles de nativos mirando el horizonte

Al momento del partoQue fue por cesárea y en un hospitalImaginé no sólo el primer beso de la madreSino también la morgue del mismo hospital

A mitad de los artículos del tratado secretoRecordé el expansionismo y la no participaciónLa presión de las formas que mutan alrededorY las que habiendo transitado por décadas no quieren partir

A mitad de la carrera- que siempre parece ganada o perdida -Recordé su final, imposiblementeE imaginé su principio, más imposiblemente aun

Y al momento de las sieteEl seis y también el ochoComo la noche y el díaComo el otoño y la primavera

Para la última consecuenciaDe la primera de las causasEnrevesado de tiempoDescascarándome de momentos

Olvidado de mitadesDe tanto tránsitoDe tanta esperaY tanta cosa realizada

Hasta ir a lo lejosAl menos de mente y corazónEn un principioDonde no había muerte

26.05.03

63 Robert Graves

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Der Prozess 64

Tengo treinta y un añosSé que laboraste sesenta en esa piezaSé tu esfuerzo para lograrlaSé las palabras que empleoY lo que me ofreces, no lo quiero

Nunca nada me fue muy pesadoEn lo peor sólo creí cuando sucedióNingún futuro me mereció demasiadas precaucionesSalvo cuando las amenazas se volvieron realesPara llegar a este momento en el que saboreo el arrepentimiento

Hablando de cosas que no conozcoCon una seguridad que lo reflejaPara que al menos pueda ser notadoQue como yo hay mucho más que muchosY que en lo que diga también pueda aprenderse

Teniendo en mis manos el extraño poderDe decidir la realización de un empeoramientoSintiendo que en ello pudiera estar el centroDe un espacio que convergiendo con un actuarPresionan de tal modo que todo lo vuelven situación a resolver

Tratándote con tal abandonoPor completo insospechadoDesde un punto de vistaY desde otro, con tal prescindenciaQue no queriéndolo te presionaba a una reacción, lo sé

Porque yo mismo me iba obligando a saberEvitándome así la fatiga de la dudaEse campo horrible donde tantos pierdenSi no lo que tienen, que a veces no es poco,Puede que lo que quieren, que siempre es mucho

Para desembocar en este medioEn el que mis difíciles artimañas no sirvenDonde me queda el entenderloAunque no el aceptarlo, sintiendo, gravementeQue ya aquí, ceder al cansancio simplemente sería peor.

29.05.03

64 Franz Kafka

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Don Segundo Sombra

Pensaba, y en mi pensar había sentirEn esa parte de la belleza que tiene cabidaEn el gesto, fugaz o continuo, doloroso o noDe esa forma de desprendimiento que llaman el irse

Pues era lo viejo, asumido en tanto repeticiónLo que me iba golpeando calladamente el corazónPues todavía no había asumido que era adentroDonde cada amanecer podía y debía ser, cada vez, el más hermoso

En sus momentos, cada vezTambién le tuve fe a no pensarPorque le adivinaba sus extravíosComo alguien que acariciando, nunca carga en sus brazos a un gato

Y cuando me fui por primera vezY pude cruzar la primera de las fronterasRodeado de soledad y envuelto de naturalezaEn mi poquedad, saboreando libertad, viví la risa

Probé que tenía cuerpoY el cuerpo me probó su realidadBebí el frío y nadé en cansancioSin mirarlas, pude ver mis manos tras la labor intensa

Y dadas las formas que no conocía entoncesSin temor las fui intentandoCon la tranquilidad de saber que si acaso no lo lograraLo que en gracia me faltase, lo ganaría en resuelta voluntad

También me tocó la noche, el breve despuésDonde un gran dejo de conciencia me absorbióCon el silencio por delante, ofrecidoQue aceptado, recibido, me emocionó de grandeza

Y fui sabiendo, sin orgullo, y sin miedoQue lo que tenía era voluntadAlgunas que otras herramientasY hasta a veces un alguien entero que me llorara

Aprendí del andar en el difícil sendero de la resistenciaY la humildad de vivir lo ocurrido sin protestasAprendí que lo que se cree siempre gana al querer repentinoA desconfiar de todo aquello que intensifica sin ser intensoY a confiar en el tranco fraterno de los que me acompañan.

03.06.03

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La chute 65

De tanto escudriñar en tantoY hallar en todo harta complicaciónLe sobrevino la memoria de lo simpleDe las especies en las que la intenciónNo va más allá del cumplimiento del instinto

En la forma, pudo ver a sus defensoresY en el fondo, se vio con mayor justezaY aunque acabó por desprestigiar a algunosSin dejar de señalar nunca sus ocultamientosTambién se fue midiendo, en la medida de sus modos

Alguna vez le dijeron de los lados- hoy podríamos hablar de grados -Y le explicaron la ventaja de estarse ahíEn la vereda de los irreprochablesDonde no existe el peligro de verse en falta

Como suele ocurrir, en cambioDel otro lado del asfalto mentalDonde algunos pocos hasta llegan al crimenPor haberse encontrado capaces de todoY, sin embargo, sin haber hecho nada.

Conociendo ya los títulos de las emocionesLa amplia gama de rótulos a los afectosCaptó también los filos de la amistadEl tiempo medido en horas de acuerdoLas noches en que salvo uno, todo sobra

Y halló que al ocuparse de los demásEra de sí que se ocupabaY como tomara conciencia de elloMás sencillo le resultaba cada vezPues a sí mismo se alimentaba, y no padecía remordimientos

Pero el arduo triunfoY la muy notable victoriaNo fueron las que pretendióLe sobrevino el ocasoLa sorpresa de su humanidad

Pues aunque la muerte es unaLos achaques son muchosY como su conciencia no los aliviaTan solo resta tentar sabiduríaFruto un tanto alto para un alguien desgastado.

65 Albert Camus.

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To the Lighthouse 66

De algún modo, oculto, extrañoYa sabía yo lo que habría de esperarmeY en la alegría de un juego simple en mi infanciaLe dejaba entrar a una tristeza de una separación futuraComo si un momento de luz no pudiera escapar de uno de oscuridad

Sometiendo mi mente a una cosaPodía figurarme que la sometía a otraComo quien encerrado en una celdaDa con la ida de que el mundo es una celdaLogrando que duela menos lo que vivía hora a hora

Habiendo encontrado la hora le fui fielFijándole a un espacio y su tiempoMi propia realidad física mentalEncontrando en ello más que escapeUn modo de conexión hacia el infinito

Fue una vez que di con la nocheRecorriendo sus pasos previosAcompañándola hasta el finalUna y otra vez, por demasiadas vecesHasta comprender que siempre hubo una anterior

Hasta que conocí la muerte ajenaY fui entonces palpando el después sin su antesSintiendo lo que no es sencillo de describirY al tiempo, esa cuota de reposo que dan las palabrasCuando dejando su papel de espadas, pueden consolar

Teniendo siempre al marY el juego de espejeo de ciertas mañanasEn las que cualquiera hablaría de confundirCuando en realidad querrían decir fundirEl cielo con el agua, el final con las olas que rozan mis pies

Quizá por haber estado cuando termina el inviernoCuando todo está llegandoY en ese llegar no hay mirar a los costadosPorque lo que viene parece bastarsePorque entre lo que parece y en realidad esCasi todos sienten no hay distancias.

10.06.03

66 Virginia Woolf

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The Aspern Papers 67

Como llovieron ataquesNi siquiera una defensaNi una mínima, nadaTan sólo el silencioEl nene hábil que habitó entre sofistasCon la mano siempre lista para los doctos

- por si una bofetada les devolvía el color a sus mejillas –

En Venecia y su otra caraEse rostro que no se percibe estando de pasoSino tan sólo merced a una estadíaMediante la cual se percibe el aire y el humoEl papel mojado, la tristeza de las formasLa miseria, en fin, del mísero motivo de vivirEsa poquedad que casi llega a la precisión absoluta de la nada

Cuando dijo que debía arrojarmePara que yo le señalase el tema del momentoY así desnude que ella hablaba con el corazón ardiendoEn tanto yo, con los jueguitos baratos de mi erudiciónTentaba disfrazar que también mi corazón tenía su posturaUna que estaba quebrada, lastimosamente heridaComo un atleta que de pronto es absorbido por el miedo

La vez en que nos percatamos, todos al tiempoDe que en ella algo señalaba que aun siguiendo las reglasNo las cumplía todas, incluso quizá, en el fondo ningunaY que en ello radicaba su particular atracciónPues, entre lobos, nada más tentador que una loba vestida de ovejaSin el tormento preciso del después, en el que más de uno perderíaEn esa tierra densa que aguarda tras el fervor primario, esa que se llama decepción

No como el otro, el más lejano, el atemporalQue sin despreciar, aunque desestimándoloPor hallarse en un contexto lo vencióPor un acto constante de confianzaQue le privó de las dependencias que a nosotros nos agobiabanPermitiéndole hallar leyes valederas tanto aquí, como más allá de aquíProveyéndole de esa gracia que suelen poseer los que escaparon al temorPor esa libertad que experimentan los que en sinceridad sientenY por no imponerse límites lo expresan con soltura y claridadComo si fuese sencillo el poder decirlo todo.

25.06.03

67 Henry James.

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Soy paciente 68

El tiempo fácil, de la compañíaPara la potencia de las fuerzasHaciendo de un viaje el modoEn el que espacio y tiempo se definen

Un atrás, por ejemplo cuando estaba cercaUn ahora, en el que no está disponibleY el mismo nombre propio de este y aquel ladoPero con uno de los cuerpos que no es el mismo

También la humildad más perezosaLa del vivaracho no muy inteligenteQue hace que cuando una mujer se agacheLe mire el culo y las marcas de la bombacha

Aunque esté hablando del poder de alguna sectaDe las terribles consecuencias de una reforma agrariaPorque bueno, también de eso se trataDe ir buscándole salidas al tedio del dolor mundano

Pues, en todo caso, y mucho más profundamenteLas cartas han sido distribuidas de tal formaQue resulta más sencillo confiar en los defectuososPues los no tullidos, no suelen guardar fidelidad a su condición

Y aunque entre uno y otro bandoVan haciendo menos aburridos los díasTambién es cierto que el precio empieza a subirPues la duda no tarda en mordisquear cuando hay opuestos

Presentándose sobre todo a la hora de los orígenesCuando, a veces uno se pregunta si alguna falla en la estructura físicaEs sencillamente una falla físicaY no el pago de alguna antigua deuda ancestral

Porque llega un momento en el que lo normalLo que todo el mundo entiende como normalComo morir y padecer una consecuencia exacta respecto de una causaNo puede menos que arrojarnos a una intranquilidad muy alta

Pero nada de esto importa muchoPorque cantamos en grupoY así, unidos, cada uno desde su horrible lejaníaLogramos espantar todo principio de pensamiento negativo.

14.07.03

68 Ana María Shua

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Los lanzallamas 69

Algunos le llaman empatíaOtros, el arte de simularY no es más que ponerse en otro lugarComo si alguien que no es uno mismoFuese un lugar, eso que llaman, si se quiereConvergencia de espacio, tiempo... y materia

Y así, y entonces, y por tanto, y por esoHablo de mí, de todos, de muchos, o de nadieY esto se conoce ya, incluso algunos ya lo sabenCuando digo, por ejemplo, que Maquiavelo me sonríePor esta inteligencia mía, y sólo mía - pues yo la inventé –Que no sólo sabe que para mentir se precisa memoriaSino también, que toda memoria sólo es útil cuando implica paciencia

Pues, como lea que hay que devolver la mejillaLa devuelvo, sin problemas, porque sé que no habré de morirY, como lea de 70 veces 7, multiplico y aceptoY de este modo, de este preciso modo, habilito la esperaPara que cada situación sea una cuña abriendo surcos en mi menteDe manera que al final de un círculo no solo sepa de donde vendrá el golpeSino cuál será la postura del cuerpo que lo dio, luego de darloY aguardo... y aguardas... y aguardan... todos jodidos por la venganza...

Después la penaLas posibilidades de los bípedosSu examen, vistos solosY comprendidos en compañíaSus tan tristes fracasosSus aún más tristes logrosSus deprimentes campos de acciónQue algunos luminosos llaman infinitosComo si tuvieran acceso a comprender lo que dicen

Y lo que queda de la pielSin entrar en dendritas y axonesSolo en lo que queda de la pielCapaz de sentir a otraO a ninguna másTan cierto como lo que se considera certezaY que no basta, porque sabePorque horriblemente sabe que lo que quedaEs que la sustancia de no poder hacer nada másE incluso más, que dado que no se ha hecho nadaVa siendo excluido todo aquello que no seaLa aceptación de no poder hacer ya nada.29.07.03

69 Roberto Artl.

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El coronel no tiene quien le escriba 70

A la orilla del fuego, en el aguardeLa mirada se le cayó sobre el objetoY de mirarle sin verle, observando siempre,Por un instante dio con el espejo brutalQue le mostró impúdico y sin temorLas vergüenzas de sus carnes íntimasEl nefasto territorio de los nidos más horriblesY como nuevamente no encontrara escapeSe dejó lamer por el consuelo de que ya lo había soportadoNegándose, al tiempo, a recriminarse justamente por esa repetición.

Ya de los dos habían hecho, cada cual a su modo,Dos costras que ninguna llaga podía lacerarCuando él le enseñó a manera de espectáculoUna de las manifestaciones de la miseriaPara que ella no le ceda siquiera una miradaLogrando con ello tirar tanto de los polos que eranQue a ambos le resultaba suficiente por su tensiónPara mantener en secreto la íntima sensación De que al final, por algún milagro o maldiciónTerminarían encontrándose en la cúspide del odio reprimido.

Mas, como quiera que sea, como fuera que fueseA la hora pesada y caliente de la medición del dolorPodría decirse que él, por cierta ingenuidad entendida como feFue quién más se dio de bruces, decepción tras decepciónDado que ella, habiendo ya recorrido el largo riel de la resignaciónSe limitaba nada más que a presenciar la segura decadenciaDe cada uno de los gestos, de cada uno de los intentos vanosComo esperando el fatídico momento en el que por una definiciónTerminase todo, y el viejo acabase por fin, de comprenderlo todoY entonces le otorgue el magnífico – aunque patético - trofeo del reconocimiento.

Pero del otro lado de la vereda también el otro planoQue hace que el brillo de una estrella sea tal en tanto su observadorQue la medida, respecto del que da y toma la tallaQue las abismales diferencias, de quienes las cruzanQue lo terrible, respecto de los que lo vivenEn la realidad de unas manos rumiadas y vueltas a rumiar por los añosEn el alrededor de unas certezas cotidianas imposibles de soportarDe no ser por la fuerza de una tozudez que al límite de la locuraTermina abriéndose camino en tortuoso fango del desamparoHasta convertirse en puente inalcanzable para ninguna debilidad.

09.09.2003

70 Gabriel García Márquez

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El señor presidente 71

Con brazos y piernas, como uno másEntero, desde fuera, en lo borrosoSi un silencio absoluto pudiera protegerloOcultarlo de la condición que lleva dentro del cráneoDonde es que se desarrolla el pequeño daño inmensoQue lo lleva al grito, a veces, sin sentido posiblePara la risa breve de los curtidos por la pobrezaY, acaso, para la playa pena de los de clase media

Y la otra, perdida en una concienzuda gulaBocado a bocado, trago a trago de comidaComo un saco hecho de una piel cuya elasticidad se pruebaCada uno de los días frente al otro, también corroído adentroQue por demorarse uno que otro instante más en dormirPresenciaba a cada noche ese terrible espectáculo de su otra mitadAbsurda, irrisoria, suya y así, semejante a su vidaQue la iba viviendo manchándola de maldiciones masculladas

Entonces quería apretar el paso, pero algo me lo impedíaY en cada esquina que se hacía imposible de cruzarMe llegaban desde una distancia imprecisa, como de nubesLa cadencia sangrante de melodías lujuriosasQue referían siempre a caídas y camas sucias y calientesMientras pasaba el día sin poder mover uno sólo de mis piesSujeto por esa sensación de asco y al tiempo de tentaciónQue terminaba por tensarme el cuello haciéndome despertar en lugares oscuros

Y el que jamás fue primero, y que nunca podría ser el ultimoVino también a expresar lo que en el fondo tampoco sabía- Arrastrando consigo su historia de mirar el cielo con alas cortadasCon los detalles de su familia y su casa metidos en los bolsillosApretujándose a un lado de sus huevos mojados de sudor -Tratando de decir aquello que había mirado ocurrirSabiendo íntimamente, sin saber cómo es que lo sabíaQue de todos modos, como fuese, ya estaba jodido desde el día que nació

Fue entre los sueños no contados que apareció así la barcaPrecedida de un aroma a naufragio desoladoDe un dolor de espejo y figuras indescriptiblesComo buscando sin confesar a quién venía a buscarObedeciendo una sentencia que fue en su tiempo súplicaLa manera que tienen ciertos deseos, intensos y ocultosDe llegar a concretarse en la magia de la locura de un espíritu que se quiebra.

13.09.03

71 Miguel Ángel Asturias.

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L’ âge de la discrétion. Monologue. La femme rompue. 72

Le veía partir, quizá siempreY era como que no se ibaPor esa certeza de su regresoEn ese entonces en el que creía, tantoComo si no fuese posible que no volviera

Había esa situación en mi almaQue era difícil de contenerUna alegría sencilla y violentaComo un animal salvaje y libreQue uno ignora por completo cómo aquietarlo

Y al final de los trazos que decidíEn eso que tanto se entiende por culminaciónComprendí entre el hielo y una calidez perrunaLa terrible verdad que la imaginación había estado ocultandoEl cambio irreversible, la concreción de lo irretornable

Los primeros reflejos me mostraron lo que fuiPorque ya no tenía presente, menos aún futuroCada instante era un instante que se me iba sin haberlo vividoAmpliando casi escandalosamente mi distancia con los demásCon lo demás, con todo, que parecía firme en su no decadencia

Un poco la ventaja de la suma de añosComo el consuelo de la variedad ante la calidadAsí me defendía, en silencio, bajo las piedrasDiciéndome que mi historia, al final, no era breveComo si unas cuantas aventuras alguna vez pudieran ser suficientes

Traté de contagiarme de la otra edadIntenté proyección, intenté absorciónEnsayé mentirme, sin confesármeloY a veces, creyéndolo, no sentía el tiempoLograba una risa, algún momento sin pensar

Fue tratar de evitar los desgarramientosIr poniéndole compresas razonables a todoY a la investigación audaz le sobrevino una gris observaciónMe fui separando de mis cosas, poco a pocoY al perder así posibilidad de pesares, también lo hice con lo opuesto

16.09.03

72 Simone de Beauvoir

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La vida breve 73

Ella fingía un dolorLos motivos no cuentanElla fingía un dolorComo yo era hombre, simplemente lo noté

Me costó hacerloY sobre todo, volver a hacerloPero lo hice, porque soy hombrePorque los hombres tienen cosas que hacer

Fui mintiendo, cotidianamenteElla fingía, yo mentíaNo éramos entonces aptos para la verdadHacíamos la vida viviéndola lamentablemente

Yo me daba cuenta un poco más que ellaTenía a más gente alrededor que ella Y me pesaba un poco más, lo sentía un poco másPorque a pesar de todo yo no era feliz en el engaño

No se lo decía a ella, ella tampoco me decíaSe lo dejaba ver a otros, yo lo expresaba a extrañosY a veces, sospecho, sospechábamos el uno del otroY era cruel, y era nauseabundo, y eran nuestros días

Sin embargo, yo no fingía, andaba sin posesEvitaba las distracciones, asumía lo que pasabaY aunque sin embargo me dejaba llevar por mis mentirasYa sabía que iba jugando contra mí, todo el tiempo

Pero también los destellos, los regalos de luzQue duelen porque no tienen continuidadQue lastiman tanto porque vienen y se vanNo como nuestras farsas, perseverantes por lo discontinuo de esos destellos

Mas, por encima de la inmundiciaEl conocimiento salvaY la constancia da sus frutosY es posible ganar una esquinaY es certero arrastrar los piesY es cierta la felicidadY es cierto que la vida se va.

05.10.03

73 Juan Carlos Onetti.

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Der Erwâhlte 74

I

Conocía, es sabido que conocíaY en conocer, más que dolor, había dichaPero lo que sentía era también una especie de orgulloSin un motivo despectivo, aunque sí excluyentePor ese punto de la prescindencia de tener de qué enorgullecerseAunque sea cierto el ver a los otros, el compararlosY ver en sus acciones, en sus omisiones, en sus esfuerzosMuchas veces, tan sólo el intentar ser lo que ya eranPero que no lo sabían, porque no eran capaces de tener una pruebaY una prueba de estar vivo y ser alguien muchas veces lo es todo

II

Me advirtieron, a tiempo, de ciertas ventajasQue lo que yo era hacía que sintieran lo que antes no sentíanY al señalarme estas cosas, me indicaron el pedido de mi estadíaPero un hombre no es nada más que un hombreAlgo mágico y algo burdo, algo visible para quien lo quieraAlgo ignorado para quien no se ha buscadoY yo, aunque real, era parte de una mentiraUna mentira que me arrasaba las emocionesY que volvía imposible la detención de mis pasosPor esa sed que obliga a la marcha a todo aquelQue ha vivido el destrozo de todo aquello en lo que había creído

III

Tuve el enfrentamiento, y el hábil era yoPero no era mía la necesidad de vencerEl otro tenía de respaldo la fuerza que da el poder peder lo tenidoYo tenía la ligereza de carecer qué perderLo que entonces pesó fue las intencionesLas finalidades que cada cual perseguíaLa simpleza de las formas que casi se confunden con el fondoY alrededor la posibilidad de víctimas, la realidad de la injusticiaY era el poder hacer algo, aunque no importase, aunque no moviese lo íntimo

IV

Y vi su intención de volverlo a intentarY sentí que sintió que si no había sido como queríaAunque hubiese sido lo que queríaHabía algo que le hacía intentarlo de nuevoY también presentí que en alguna parte me reflejaba09.10.03

74 Thomas Mann.

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La Cantatrice Chauve 75

Era cierto, era demasiado ciertoEl número de la edad de los vivosNo era noticia como el del de la edad de los muertosPero los números era eso, sólo eso, eso y mucho másEran números! Los mismos que utilizó Aristóteles en su poesía

Ese que no era de aquí, que no era del sitioQue vino de cualquier lugar para quién sabe quéY que logró un algo del cual era poseedorUn algo que le era permitido tener como suyoPero que no le era permitido intentar conservar bajo situaciones extremasPorque no era de aquí, nada más

También iba por el poder de compraCreo que un cuchillo, y un país enteroUn punto de vista geométrico, poligonalY también circular, aunque no abarcadorA manera de una rueda que gira y giraMaravillosamente, eternamente, alrededor de su propio vacío

El acto de pensar y el de no hacerloLos entredichos, los extremosLa lucha por el cocimientoLos esfuerzos por su exposiciónEse gastado deseo de reconocimientoY ese siempre joven sentimiento de incomprensión

Pues acaso, no es en el compartir lo lleno?

A veces, no pocasMás allá del querer dar del poseedor de algoNo está también el límite de las fuerzas del receptor?No desprecia al fuerte el débil?No es más que la zorra y las uvas?

Allí, enfrenteSujeto de admiración u odioEl conocimiento y quien lo tieneEl drama del que mira lo que no conoceLa sensación del que conoce que no conoceY su reacción inmediata, escrita, verbalizada

Lo simple del agua, los destellosLa magia en la que cualquiera creeSin buscarle explicaciones, porque el mago, calladoNo dice que lo es, sino que calla, atribuye… yo lo sé.

75 Eugène Ionesco.

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Polvo y Espanto 76

Cómo sea que vaya a ser tu funeralLo cierto es que vas a morir, irremediablementeY en este mientras tanto que te toca transitarAcaso con implica un gigantesco absurdoTener o perder lo que jamás ha sido de nadiePuesto que nadie jamás podrá conservar nada?

Mejor ensayar, más temprano que tardeCierta indulgente cortesía con las palabrasQue dado que la lengua nos condenaBien vale cierto esfuerzo en ajustarlaEncontrarle un modo a las tardes y a las mañanasHasta esa lograr esa urbanidad transparente, de ameba

Cosas así, mientras la parca va rondando los jardinesDejando señales casi imperceptibles entre las cosasEn alguna ventana, en algún doblez de alguna alfombraEn los detalles ínfimos que continuamente se burlan de las tragediasCosas así, extrayendo de la distancia antes que el enojo y el resentimientoMás bien esa cuota de soledad necesaria para asumir que ya no se estará

Así también es posible huir y escapar de las largas sombras de los juiciosDe aquellas emociones surgidas de la contraposición de conceptosQue estipulan, cada cual sujeto a su contexto, la telaraña de locurasLa difícil red que atrapa a todos los bípedos indefensosQue desprovistos de alas con las cuales lograr una mínima elevaciónTranscurren en términos de superioridad o inferior, como si esto existiera

De todos modos, tampoco tiene sentido este actoPor el cual vas imaginando a quién me dirijoO sobre la base de qué dispongo el discurrir de cada líneaNi domestico, ni me dejo domesticar, he optado por la prisiónEs posible doblegar a las fieras, a los libresPara los prisioneros de la presión, qué cadenas le podrías fabricar?

Ve de nuevo, que también es posible esquivar al grisGuarda un lugar para aquellos a los que no has influenciadoHay aprecio en la estatura, pero no siempre valoraciónY en lo que te queda de tiempo ya todo valeYa la rosa, el roble y cualquier basuralPorque, en el plano correspondiente Dios perdonaráPero antes, es sabido, Cronos no tendrá piedad

20.10.03

76 Abelardo Arias.

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Answered Prayers 77

El humo, la conversación, los avancesY cada gesto que va sellando la lejaníaHaciendo, trama sencilla, de esos momentosLos que más definen la soledad de cada cual

Y la promesa, la más perra de todasLa del tierno engaño, la cándida derrotaQue ya no llegaría, pues deja de venir con los añosComo ocurre con la regla con algunas mujeres

Lo que hay es eso, ese espacio y ese tiempoCon las voces que están pero que no asistenCon nuestro cuerpo en medio de los demásCon los demás en medio de la nada misma

Esa nada evitada socialmenteY que se masculla hasta en la duchaEsa que los más débiles, por torpeza o simple incapacidadNo llegan a entender que existe hasta que es demasiado tardeY entonces, para bien de ellos, descubren la literatura o el sexo bajo presión

Lo digo porque sé, porque he estado ahíDe referencias no respiroBien lo saben quienes ignoroBien lo ignoran quienes domino

El devenir de agua, garabateando explicacionesQue alguien lee mientras otro alguien escuchaLa brisa que le burla a las rendijas del edificioComo algunos mosquitos que llegan hasta un décimo piso

Lejos del pútrido candor del encierro de otros añosEn el tiempo de la promiscuidad y un doliente arrepentimientoEn ese espantoso campo donde lo mejor era sentirse de tal modo culpableQue había dicha en acurrucarse y prometerse y prometer no volver a caer

En ese antes de la primera madrugada de todas las de cada unoLa más exacta de todas, la que sobreviene de tanto esperarla sin saberloEn la que se comprende que la vida es así, como lo dijeron y como no lo dijeronEn medio del magnífico silencio que se logra merced a una silenciosa compañía

Dura tan poco como un recuerdoMarca tan indeleblemente como todo lo intangibleY se aprisiona, como se aprisiona el vientoAlgunos de ustedes puede que sepa de qué fue que habló.

21.10.03

77 Truman Capote.

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Of Mice And Men 78

I

Los rasgos del rostro, precisosNo indicaban otra cosa, nuncaQue no sea la imprecisión de su edadA la manera de esas cosas tan bien terminadasQue es imposible dilucidar el tiempo en que fueron acabadas

Como un espejo y una fuente transparenteFrente a la cual no quedaba más que ser actorSujeto bajo la lupa de un investigador profundo que, Harto sapiente de las aristas de muchos secretosSobre todo de aquellos cuya historia se entierran en el corazón,Prefiere el silencio que expresa, antes que la palabra que confunde

II

En todo caso no podría acusárseme de falsoLo que quería tenía un precio, nada másNo era mucho, como no eran muchas mis pretensionesSoñaba bajo, pero a gran velocidadEste era mi pecado, saber lo que quería

Y, como todo imán, atraía limaduras de hierroLes molestaba, ni ellos sabían bien por quéPero yo lo sabía bien, no es un gran misterioTodo lo contrario, una gran poquedad, mi gran poquedadPero tranquila y satisfecha, cierta y perdurable como mi vidaAjena al íntimo desengaño de metas no alcanzadasA la envidia de los demás, o a la burla del alrededor

III

Al final tenía que cerrar las puertas de maderaAsumir la muy escasa luz y enfrentar la lecturaY luego, con el cansancio, también enfrentar las dudasLos ahogos que no se dicen, que no pueden comentarsePorque, simplemente no hay con quién

Todas las noches, toda la vidaEntre la locura y el límite del agotamientoAl borde de un abismo al que se teme saltarCon los pies sobre una tierra en la que se odia vivirTodas las noches, toda la vida

22.10.03

78 John Steinbeck

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Las lanzas coloradas 79

Todavía faltaba mucho para que llegasePero ya me veían llegar, y sentían presión

Entre tanto, ella y él, macho y hembra de la especie humanaUna especie siempre en extinción, desde que fuera creadaY el otro, que se distinguía, como se distingue una abeja de las moscasCerrando un infinito en el cual estaba implicado lo inexplicable

También la desdentada, la de muelas cariadas – lo adivino de mi parte –Que por andar entre planos que no eran muy conocidosDespertaba en el común el temor que se ensancha entre los ignorantesAunque nadie lo dijera, aunque nadie lo confesara queriendo hacerlo

Después fue más intenso.

Entreví un contexto que se expandía a lo largo de todo el tiempoCon diversas formas y múltiples modos de lo mismoAproximaciones y alejamientos entre modelos a imitar y a serEjemplos, ideales, definiciones diversas que se eran o no se eranPara que todo vaya constituyéndose en bandos, simples, radicalesPara que vivir sea acercarse o alejarse de lo que sea, pero nada más que eso

Sentí que los que llegaron antes, y que vivieron los otros estilosTendían a sentir que todo estaba más bien perdido, cuando no entregadoY supe, y me guardé de decirlo, que si sentían el peso de lo feo que alcanzaban a mirarDeberían de estar agradecidos de no vivir la otra podredumbre humanaLa que siembra el deseo de seguir existiendo en medio de lo que no vale la pena vivirPorque si su alrededor hubiese llegado a ser bonito, no sufrirían al saber que iban a morir?

Me fue dado entonces conocer una tristeza que lacera.

El ir así, viviendo así, al lado de lo que no es vivir, que es la muerteLe pareció a alguien a tal punto atractivo que terminó cautivándoleComo si el desprecio hacia lo que el contexto defiende como apreciableFuera, al final de cuentas, un adorno que aunque nadie quiere pagar por llevarloCualquiera intenta estar bajo las alas de quien lo porta

Y por último, la sonrisa en la boca que creemos no merece sonreírAsí como el llanto en el rostro de quien no creemos merezca llorarPara descubrir que no se trata, y que no se tratará jamás más que de un juicio propioTan alto y tan justo como el que pudiera provenir de uno más de entre los demás

22.10.03

79 Arturo Uslar-Pietri

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L´Espoir 80

En eso también radicaba la grandeza del hambreEn ir devorando, casi gratuitamente, y con eficaciaCualquier idea que no sea la del hambre mismaA tal punto que el robar, matar, engañar ni siquiera valen consideración

Uno marchaba todo el tiempoSin saber bien porqué

Pero sintiendo cada paso sobre las calles rotasCada noche y cada detención que se grababan en las pupilas

Había la tarea, una misión, un hacerQue si no temor, despertaba respetoAunque íntimamente se sospechaba que no valía muchoPero la imagen contaba para posponer la risa hasta la hora en la que nadie miraba

Se había internalizado la violencia, puraLa que abre paso a una situación, la que impone un cambio

Porque, lo cruelmente cierto es que otros modos habían falladoHabía quedado atrás en ese ámbito de las intenciones sin cuerpo

Pero no hay que confundirse, la dificultad siempre sobraAl final de cuentas, se exponía lo poco que se tenía, la vidaUna vida de la cual todos tenían referencia de que fue, alguna vez, un regaloAlgo que se había recibido de un lugar apenas explicable, pero que existía

Y se había logrado un descreimiento,Se había concretado la pérdida de esa cuota de absoluto

Que muchos conservan incluso hasta recién extraviada la juventudA pesar de que los hechos, entonces, no eran más que consecuencias de esa cuota perdida

En el medio de la locura, también ciertos intentos del arteY las inevitables reminiscencias, el horrible recuerdo del pasadoUna anécdota de infancia, algún gesto, cosas así de cuando las cosas eran mejoresNo por que lo fueran, sino porque entonces faltaba inteligencia para sentir el absurdo

Había bandos, en principio dos, diametralmente diferenciadosPero ninguno de ellos era homogéneo, se componían de gentes diferentes

Cada una de las cuales afirmaba, cada vez que podía, que buscaba lo mismoQue lo que su bando quería era lo que él quería, y era mentira, y era verdad

Pero se pretendía, y se hacía cosas respecto de esa pretensiónHabía un gigante, una estructura, una historiaLa muerte era el destino obligado, y el cambio, quizás imposiblePero se pretendía, y se hacía cosas respecto de esa pretensión.

23.10.03

80 André Malraux

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El simún 81

Él fumaba, en silencio, lejanoAcomodado al espacio y al tiempoAnulándolos en tanto se anulabaAtravesándolos en tanto se volvía enrevesado

Yo miraba el alrededor, por unos minutosY volvía a mirarlo, de cuando en vezY seguía ahí, siempre ahí, inmóvilComo una pintura dentro de otra pintura

Una hora, dos, tres y cuatroLa noche, la noche enteraY a comenzar de nuevoSin pasos que dar que no sean inútiles

Sin remedio, sin cura ni enfermedadEl sonido del agua, el color del paisajeGolpes tras golpes de la lluvia también casi inmóvilHasta que lo gris se volvía negro cuando de nuevo llegaba la noche

El roce de los límites, la tierra peligrosa de la menteEn la que la repetición, la continuidadVan arando en los pensamientos el surco de una posible irrealidadCediéndole paso a una duda terrible sobre todas las cosas

Mientras él ahí, sin siquiera asistirSólo estando hasta parecer perdurarComo si no fuese testigo de lo que le estaba ocurriendoComo si lo que estaba ocurriendo acabaría con él pero sin que le importe

Fue entonces, días después, muchos días despuésQue comencé a admirarloA beber del silencioA hacerme sordo de la riente queja del agua

Y continué despreciándolo intensamenteBuscándole ranuras de salvaje debilidadComo si por lograrlo algo iba a cambiarComo si por hacerlo todo iba a dejar de ser lo que era

Extenuado comencé a beberBebimos los dosHablamos, él me habloMe contó lo poco que yo era.

23.10.03

81 Horacio Quiroga.

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Muerte de un viajante 82

De una ciudad a otra, pero sin andarPorque lo novedoso movíaPero no lo nuevo, que no existíaY encima de todo la crueldad del tiempo tentando la asfixia

Los que vienen, que ya han llegadoQue están ahí, expectantes, ávidos de cielos altosPero sin fuerzas ni ideas para subir algún peñascoCon las piernas flacas tan sólo para subir una escalera que desprecian

La venta sin comercioLa construcción de una casa que no resulta en hogarLa vivencia del sinsentido de un esfuerzo sin finalidadEl instinto que reemplaza la emoción, lo establecido superando la Ley

Hora tras hora las consecuenciasLa cabeza que termina siendo bajadaEl dolor adentro, el de la impotenciaPara que los gestos terminen envenenados de resentimiento

Carencia de intensidad, de extremosQue hace del robo algo imposiblePero que habilita al hurtoQue desconoce el amor, pero alega cariño

Palabras, en un discurso siempre tan pobreQue termina siendo arrasado por el minuto siguienteDe hechos breves y concisos que la memoria olvidaPues sólo recuerda lo que a fuerza de constancia ha aprendido a sentir

El desapego y la dependencia al tiempoLa inutilidad y los sueños proyectados en otroSin posibilidad de rebelión ni de acatamientoLa inocencia truncada sin posibilidad de acceder a una pureza redentora

El simple final tras una trabajosa vidaLa vanidad que danza su baile de locuraEn ese momento en el que una posta erradaEs dejada en manos de una tristeza que ni siquiera alcanza al dolor

Después de haber llovido consejos, conceptosDespués del tránsito andado como se creyó poderCon una visión del camino cegada por lentes equívocosDespués de todo, después de nada, al final de un viaje

30.10.03

82 Muerte de un viajante.

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La bahía del silencio 83

Mis gestos que con exactitud se ajustabanMás que a lo hecho, a lo que había sido deshechoOcultaban de algún modo el abismo de secretos gravesEscenas grises que por mi rostro desprendían su pasada existencia

Viví el ostracismo a plena luz del díaSin sedantes ni compresasA conciencia del juicio que no provenía de míRespiré las consecuencias de haber intentado encontrarme

Mientras tanto, en lo que quedaba de la estructura socialAlguien lo notaría, alguien lo diríaNo había más que grupos en medio de otros gruposSe carecía por completo de ningún estandarte humano

Sin embargo, si yo me daba cuenta de elloSi era capaz, al fin, de detectar con crudeza el vacío de lo establecidoEra porque yo había buscado allí lo que pretendíaY porque uno sólo detecta la ausencia de lo que en verdad quiere

De todos modos contenía una ventajaLa de no considerarme demasiadoLa de no tenerme ni fijarme como protagonista de nadaNi mucho menos como testigo, a lo sumo, como un asistente gris

Si me hubiese sentido, si me hubiese puesto en el centroSería capaz de sentir empatíaUna herida ajena sería una posible herida míaEl triunfo de un extraño podría ser un triunfo mío

Yo había llegado a la simpleza de ser sin expectativasCapaz de ver la dimensión de cualquier carenciaPadeciendo una buena serie de ellasPero sin sentirlo demasiado, sin que nada me afecte demasiado

Y así como no me fue entonces posible accederAl tumultuoso río de intensos placeresTampoco caí en la tentación del suicidioO en el de los gestos desesperados por salvar lo insalvable

De todos modos, también una especie de riquezaAlgo así como una realidad concebida que aligera el equipajeY que consiste, en esencia, en aceptar a cualquieraPues asumirse tiene como inmediata consecuencia el asumir a todosTodos igualmente diferentes, todos igualmente diferentes.

03.11.03

83 Eduardo Mallea.

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Tres golpes de timbal 84

El límite de los límitesLa verdadera puerta con llave imposibleAl final del tiempo, venciéndoloLa muerte, la última detención

Dados los sentidos, la estadíaEl deseo, la inhóspita permanenciaEl un poco más, la otra oportunidadEl querer volverlo a intentar

Quiere el uno ir a vencer lo imposibleSi acaso lo logra podrá ser deidadSi acaso lo alcanza será inalcanzablePero carece de una pregunta que no se ha formulado

Lo que es está dispuesto de tal modo que será de serA esto se resiste, quiere másPero quiere más por lo que esSi lo lograse, no sabe de qué va

Su andar, lo que come, lo que duermeTodo aquello que hace no sería asíIgnora cómo sería, a ello no llega ni a imaginarQuiere lo otro, pero siendo de aquí, estando aquí

La risa profunda, el cristal de la alegríaPerturban su tránsito insistentementeLe duele y le pesa hasta el furorPorque le abren a la tristeza y a la pena igual de profundas

Hiere de rabia, por poder hacerloY porque su potencia no alcanza para másSi sospechase compasión sentiría pánicoYa apenas soporta lo que no puede ser

Y de todos modos, aún a pesar de la violenciaQuedó sujeto por sí mismoY aunque mucho apretó las cuerdasNo pudo detener el paso de los momentos

Y aunque se impuso, no pudo imponerse del todoY aunque calló su llanto y tentó curar sus heridasNo pudo evitar la caravana de sonidos No logró evitar que todo siga siendo transitorio ni entregarse a ello.

03.11.03

84 Daniel Moyano.

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Kleine Freuden 85

El plazo de vencimiento, la hora de la partidaCon la carga de todas las señales posiblesLa torpeza en los pasos, la vista fatigadaEl pelo blanco y los dedos más nudosos

El conocimiento adquirido tras tantos añosEs suficiente, por una vez, para aceptarlo todoY allí donde un impulso pretende rebeldíaHay una razón más fuerte que le impone quietud

Sin embargo, en lo íntimo, más allá del cuerpoHay una parte que todavía da batallaHay una parte que ha cruzado cientos de vientosQue ha sabido atravesar más de mil embates

Y es esa parte, que más divertida aún que antesToma las armas que en un tiempo ni sabía existíanY con destreza las esgrime contra la dura ley naturalSabiendo que no podrá contra ella, lo intenta igual

No porque guarde la esperanza de que acaso lo logreNo por el convencimiento de que efectivamente lo haráY sobre todo, no porque tenga - por alguna razón - que hacerloSimplemente porque así se está bien, porque todavía hay fuerzas para hacerlo

Después de todo la otra lucha es la crucialLa más dura en tanto que quizá la más injustaLa que siente el que puede caminarCuando ve a los niños que recién nacidos ni siquiera saben de qué se trata

La otra lucha, sin duda es la más crucialLa que ha vivido la rebelión y la pólvoraLa que ha sentido en el cuerpo las consecuenciasDe una o dos ideas capaces de envolverlo todo en un sentido

Y que no se ha desentendido jamás del alrededorAquella que asumiendo lo cotidiano de los díasQue transitando el odio, el rencor y el resentimientoHa podido también acceder, de tanto intentarlo, a otros planos

Desde los cuales sin haber restado nadaSino habiéndolo sumado todo se hace posible la comprensiónUna tal que hace posible la mirada y todavía algún gesto adicionalComo si todo, finalmente, se tratase de dar ayudaA cualquiera para quien el tránsito no resulta tan gratificante como pudiera

03.11.03

85 Hermann Hesse.

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Fuegia 86

Para algunos, y no pocosEl mundo entero fue formado por una de ellasPara otros, dado que son pocos los que pueden hacerloSignifica la posibilidad de una impureza extrema

Nosotros las inventábamos sin mayores complicacionesSin una escuela literariaSin restricciones de reglas rigurosasSimplemente ceñidos a los momentos que vivíamos

El agua que va trepando por la arenaY e vaivén de la canoa sobre las olasEn el simple tiempo de la charla todo podía ser habladoPorque la invención simplemente facilitaba lo que queríamos decir

En medio de su fe, a contragolpeSin esperarlo, porque de eso se trataba en esencia

Le rajaba en medio de lo profundo de sus intencionesLa no oculta historia de los que intentándolo cayeron

De aquellos que “abrazaron la fe” pero con brazos raquíticos

Y también la dulzura de cierta ignoranciaCuando se desconoce, por ejemploQue lo que se come lo cazó alguien que murió al hacerloComo cuando se lee algo agradableSin saber que fue escrito por alguien que fue quemado

Merced a lo que había convivido andaba en la dudaPues así como se sabía por alguna definición superior

No desconocía que podría ser objeto de burlasSe cuidaba de demostrarlo, pero temía que fuese así

Sucedían también los presagiosEl canto de algún pájaro desde lo lejosEl color que tomaba la tarde sin avisoTodo se volvía sospecha y tendía a pesar

En la prisión del camino lamentó no poder abstraerseNo tenía respiro, no podía tenerloLo que miraba era todo lo que ver

No había nada más, y lo que había era un puro tránsito sobre el agua

Era lanzarse sin seguridad algunaPero lanzarse y proteger la alegría de lograr las otras manosCon una especie de enfado hacia algoComo si cierto enojo pudiera tapar la cuota de vanidad de haberlo logrado03.11.03

86 Eduardo Belgrano Rawson.

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Ariel 87

Generaciones enteras, miles de personasPara que la cantidad gane al juicioY decir que no hay nada más sea tan contundenteTan sólo porque lo que se dice se escucha en un solo salón

También la edad, el estigma de los años con sus achaquesPara que la resignación se vista con el ropaje de la aceptaciónJustificando quizá lo injustificable de lo inalcanzable del fin de IngenierosA quemarropa, sin embargo, con liviana dureza, imponiendo valoración

El sostén, final y claramente expuestoNo podría tratarse de un pilar solitarioTendría que ser mezcla, cimiento, polvoCada mano de cada obrero, cada gesto en la construcción

No podría reducirse, no le sería permitidoAl sometimiento de una condición de ignoranciaDonde cediendo a la presión de lo casi imposibleSe termine desestimando aquello que a la primera no puede ser entendido

Habría que entonces involucrarseComo se involucra una boca en otra cuando el deseo es intensoSin temor al contagio de ninguna enfermedadHabría que sumar pieles antes que ir eliminándolas

Y dado el caso, el extremo casoHabría que buscar el otro protagonismoEse que no radica en el papel principalEn la voz cantante que dirige el canto

Sino también en la principal acción del testigoQue puede así registrar lo que los otros no puedenQue puede guardar lo que otros no sabríanY que sabrá transmitir cuando el tiempo lo disponga

La intensidad, por una vez permitida, dada cierta purezaSerá dada quizá por la violencia emocional del contrastePor esa vanidad que siente el que lo intenta todoCuando capta la vivencia de quienes no lo intentan nada

Como sea, también el desapego en lo íntimoAllí, en ese borde que cada cual decide dónde quedaCuando se puede o no justificarCuando cada cual decide hacerlo o noMirándose el corazón sin dejar de mirar el de los demás

03.11.03

87 José Enrique Rodó.

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Helena 88

Jugó con la libertad, o más bien, con su ideaY buscando el concepto, la duda fue simpleElemental juego donde la mente primaPor la que bastaría con uno sólo para referir a los demásY entre ellos, fue evidente, no había libres

Se manifestó la posesión, de alguna formaComo dejando entrever el lazo entre lo tenido su grado de prisiónY se ofreció la concesión, casi al tiempo, de un deseoY a pesar de que en el aire revoloteaba la decisiónEl manifestar de pleno la posibilidad de optar no fue logrado

También habló el de las vestidurasY de su discurso algo quería, pugnaba por ser oído

Había una distancia entre lo dicho y lo hechoPero no era el momento de señalarlas

Nunca es el momento de acallar a quien nos ofrece salidas

Le tocó, a su turno, al que imaginaExhibió alguna posibilidad, nada más

- Qué más puede hacer la imaginación? -Y más allá de lo tangible, como en esos casos suele suceder

Se expresó de montañas, y abismos, sin estar en ninguno de ellos

Hasta que cayó, anunciadamenteCedió a la posibilidad, más que a la realidadPrescindió de corroboraciones, no porque no necesitara de ellasSino porque las mismas llevarían tiempo, si acaso fuesen posiblesY era tiempo lo que le faltaba, la vida se le acababa, había llegado el cansancio

Lo mágico, lo grande, lo inconmensurable fue el detalleLa rueda, el círculo, los pergaminos escritosQue de nombre propio en nombre propio

Con alguna décima o alguna centésima de más, o de menosFue siempre, siempre, como diciendo lo mismo, desde lejos

Y a manera de cierta diademaDe extraña calma y de lejanía describible

La otra doncella, la bella, la hermosaQué existía nadie sabía bien porqué, aunque todos la sentían

Y que tendría lugar, como todo, a su tiempo

El tiempo, esa variable que con la edad parece dudosaPorque todo se vuelve cierto, certeramente cierto

04.11.03

88 Evelyn Waugh.

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Juan de Mairena 89

El número que cuentaY que entonces pesaAsumiendo palabraFuera y dentro de los hechos

El que acusa, y el que defiendeModernos intermediariosQue hasta de pronto se atrevenA un “haced como yo”

El grupo, lo total, lo globalLa suma frente a lo indivisibleLa suma de voluntadesFrente a una sola

Porque la vez se viste de encantoY el que vocifera y señalaEsa vez, también caePues, aunque individuo, no los reconoce tales

El que defiende a un hombreY el que defiende a un grupo de ellosComo la idea frente al acto de pensarComo si Hitler y Giordano fuesen lo mismo

Por poder hacerloO por querer hacerloNada más, a veces nada másComo resultado de millones de explicaciones

Como de un párrafo expandir y contraerA manera de sujeción o de trampolínJuego de ruleta donde apuesta la percepciónA ver si era por ahí, o si no podría ser nunca por ahí

Sobre la base de que la intención es otraDistinta en mucho a toda intenciónNi el deseo de matar el deseoNi la intención de llevarlo al extremo

Una suave prescindenciaAlgo escandalosa, pero algo comúnComo decirlo sin hablarloEn el humo suave de los no polarizados

05.11.03

89 Antonio Machado.

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Wuthering Heights 90

La medida de la razón midiendo la de la locuraEl estallido de una edad, de un tiempo, de un momentoPara el furor de la vivencia de la oposiciónLa negación, el alto muro de la insatisfacción repentina

Sobre la base de los hombres, de las mujeres, de los seresLa decisión de una lejanía brutal, indómitaCon diez mil corazas protegiendo el origen de la decisiónQue si no fuese precisamente el grosor del escudo lo que define el de la piel

Captando la diferencia entre el alrededor de cementoY el que transcurre entre las estaciones en el campoPero sentenciando a cada tipo de transeúnte con igual decisiónComo si roto el trayecto de la flecha no quedase más que ser el propio centro

Se supo que había aquel que había tomado el LibroPara su beneficio, que a veces, y no pocas

Implicaba implacable el perjuicio ajenoMarcando la distancia del resultado de un resentimiento

Con el de una inteligencia por lo menos mediana

La venganza en la previa de su caminoEn el antes de su concreción cuya consecuencia se ignoraAunque lo que se sepa es la calma que produce el pensarlaEn el abismo de las intenciones más intensas

También posible, de tan así, caídas sórdidasComo si en lo dentro la convicción de pode lograr algo imposible

Por la circunstancia de no poder lograrlo aúnDisculpe, sin riesgo de consecuencia, el herirse la frente contra el muro

En la otra conciencia, en la menos explicableCon la compañía - en esos momentos imperceptible - de la almohadaLos profundos cambios que se gestan de a pocoPor la insistencia de lo que no siendo claro sin embargo se capta

Y en algún momento el planteo de la utilidadDe la finalidad, estrella difícil que a veces pierde y otras ilumina

Dependiendo del grado de terror que pudiera despertarLa extraña probabilidad de que la forma misma sea también el fondo

De que el cuerpo sea el cuerpo, y que la muerte, sea eso, la muerte

Puede, indoloramente puede, y esto es casi fatalQue la hoguera no siempre se apague de un sólo golpeSino que vaya extinguiéndose tan gradual y precisamenteQue ella misma no se resienta al presenciar su propia extinción06.07.03

90 Emily Brontë

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El ángel en la sombra 91

La señal de la distinción, la muecaLos gestos propios hablando de la propia valíaTratados, como si fuesen papel roto por la lluviaPero permisibles si fuesen en nombre de otra ideaDe alguna que supere la del nombre y el apellidoQue fuese la patria, el país, la bandera, esas cosas

Y dada las consecuencias el indagar sus principiosDesde planos más complejos examinar los más simplesPara ver en el traficante de drogas a sólo un negociadorHasta comprender que lo que hay no es más diferente de lo que se esSalvo por alguna cuota de intensidad, de fondo y de formaPero que converge en las aristas, como la idea de luz cualquiera fuese su fuente

En las esquinas sociales, desde ahí, estando desde ahíComo testigo de que está siendo testificadoEl aire que se desprende y que facilita el juicio ajenoCierto protagonismo que los espectadores perciben sin entenderY que el protagonista lo sabe bien, lo sabe muy bienPues no es más que otra cosa que el rostro dignoDel que los mira diciendo: son de los que no pueden

Golpeaba también la tranquilidad casi inefableComo si todo lo que ocurría fuese explicable con exactitudCada momento y cada gesto, cada ropa y cada cubiertoTodo reducido a una pequeñez que ni siquiera llegaba a ofenderPues todo abundaba en explicación, y la explicación era sordaTodo, a pesar de todas las intenciones, no era más que polvo

Por no contar con muros qué tocarPor esa falta de calidez que brinda la comprensiónPor tan sólo contar con un fuego que no calienta sino que quemaDe tras pies que implican, y de volverse a levantarDel paso del tiempo y de lo firme de cierta vislumbrada realidadEl pensamiento de la muerte, al fin, como rozando cierta dulzura

Y al final de la resistencia la intuiciónSin concreciones, sin exactitudes enmarcablesLa idea y su sospechosa vivenciaLas alas rotas rozando negrurasLa concepción de una antesala terribleY la visión de un camino arduo hacia la nada

06.11.03

91 Leopoldo Lugones.

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The call of Cthulhu 92

El fuego disociado del calorLa luna y los planetasTodas las energíasTodas las fuerzasTodo lo complicadoTodo sin conexiónAfortunadamente

Hasta que sea lograda la conexiónY entonces para cada palabra haya un númeroY cada número sea fundido con una palabraY de la fusión sea extraído el poder de la comprensiónY el poder de desencadenar o recibir fuerzas

Antes, el ahora de ignoranciaCuando no todos, o casi ningún suceso tiene explicaciónCuando el agua cae del cielo sin que se sepa porquéCuando el sol aparece por levante todos los díasCuando la gente nace y termina muriéndose

El terror no venía de la soledad pretendidaSino de la posibilidad confirmada de lo contrario

La extrema inquietud no surgía de ser únicosSino precisamente como consecuencia de no serlo

Como si de pronto fuese posible que un perroO una paloma, o quizás un oso o una culebra

También posean no sólo la capacidad de raciocinioSino también la de expresarlo con sonoridad humana

Y el estar ahí, cerca, para presenciarloComprobando la terrible maravilla no ya de lo dichoSino de que esos seres, al igual que ciertos humanosLleven dentro la posibilidad de invocar a una deidad

Los antiguos tiempos habrían de volverLos ciclos, los más extensos, se repetiríanVolverían las costumbres que algunos llaman primitivasY el orden volvería a ser perdido, entregado al fracaso

Mientras tanto el sueño de aquellosY el sueño de los que creen estar despiertosHasta que aquellas criaturas despierten abruptamenteY lo que quede entonces sea, una vez más, iniciarlo todo de nuevo

08.11.03

92 H. P. Lovecraft

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Importante of living 93

Por cada vacuna millones de balasPor cada mil llamadas de amantesCada tanto una sola que nombra muertePor la invención de una misma raza

Salirse o adentrarse, entre penumbrasAceptarlo o denunciarlo, entre luces clarasO hasta simplemente hallar la muy difícil atalayaDesde la cual, una vez lograda, es posible la contemplación

Los actos brutales que ocurren tras una pantallaEl origen de cada una de sus motivacionesY la presencia certera de una idea que envuelveQue roza una alta razón y se entrega a la ternura de una locuraO viceversa, quién sabe?

El registro de los datos, al fin, como simple registro de datosEl cúmulo de cifras, de nombres, de fechas

Como simple cuaderno de anotaciones vanasEn tanto que la emoción, los afectos, acomodados a otra esfera

De manera de distancia, de puente y pasillo afelpadoPor el que se transita una vez precisada la metaUna vez determinado el alcance de la voluntad

Mecha que por sí misma arde y busca estallar en calma

Entonces el maduro placer de satisfacciones purasLa nobleza de los instantes por haberlos vivido noblemente

El cómodo reposo de quien fatigó el cuerpo en la labor bien intencionadaEl sueño tranquilo y la conversación cálida, y acaso, algún silencio compañero

Después de mucho, y antes del finalEl reflejo, la irradiaciónQue ya fue escrito en el LibroLos resultados, si se quiere

Ya en el rostro, cualquiera sea su constituciónYa en las letras que cada cual deja caer o clava en el papelY en el intercambio de una entidad a otra de la misma especieMarcando diferencias, es cierto, pero sólo para terminar envolviéndolas

De un modo de ir haciendoEn esta vida y en este mundoEntre los demás y con algo de apartamientoCon la valentía simple de visualizar abismos y alturas

09.11.03

93 Lin Yutang.

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Los árboles mueren de pie 94

La cruz en la frenteY en frente la protestaY en ese juego de fuegoEl discurso que hace el curso

El nombre común, tan comúnPero que termina siendo un nombre propioEl detalle crucial de la distinciónPese a la abundancia aún de la repetición del mismoComo si la trascendencia de la esencia superase su repetición

Cuando cruzó el umbral materialSi cuidar de sembrar alguna protección

Como si nada ni nadie pudiese alcanzarlaPoniendo en evidencia que estaba más allá del miedo

La abnegación, principalmente, pero con otro ropajeCon una vestidura que rebasaba toda formalidadQue acribillaba sin ningún miramiento cualquier formalidadUna abnegación que alcanzaba los límites de la belleza

Obviamente, claramente, y obstinadamenteEl toque de locura imprescindible a los ojos ajenosY en ello hasta cierta dicha, hasta cierto entusiasmoPorque no podría importar la causa, no podría importarSi la consecuencia iba más allá de esa causa, fuese ella la mencionada sin razón

Las expectativas, del otro lado del mostradorLa variable tan grande para todos los pequeños

Que normalmente terminan de bruces contra el muellePor haber creído que el sol se detendría o retrocedería como en otros tiempos

Y también del otro lado del mostrador la sorpresaY la clara sentencia de la fortaleza necesaria para ciertas cositas

Porque, ya todos lo sabemos, cada cual va estando más preparado para lo trágicoQue para la consecución de alguna alegría feroz, incluso aterradora

Lo tremendo de una decepción que raja bien adentroY que por ello mismo, más allá de la posibilidad de juicio de una mentiraMás brillante y más lejos y más alto deja la voluntad del ejemploPor esa sospecha, quizá, de que cuentan mucho los que vienen

09.11.03

94 Alejandro Casona.

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Algunas veces, no siempreLa emoción de aquella ley íntimaQue a los grandes obligan a devolverTodo aquello de bueno que recibieronY a olvidar todo aquello que de malo padecieron

Antes, después, o durante de lo hecho al respectoLa compasión por los que de algún modoO han caído, o ni siquiera han podido andarSopesando, tras ardua y detallada observaciónAquellas veces en las que se fue beneficiario de tal compasión

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Decameron 95

Puede que vayan a pedirte algo graveAlgo profundo, enorme, abisalY que puedas, entonces, darlo o noDado que seas capaz de hacerlo, o noY no será otra cosa que la quizá recibiste, en su tiempo

Algo así como un deber que no tiene vozAlgo así como un reclamo sin manifestación aparenteEl pedido de abrir una puerta Que pudiera haberte sido abiertaMarcando el grado de peso de lo recibido

Con ganas el consueloCon furia la compasiónPulpa dulce y ardienteLa mano tendida, el pecho anchoLos hombros ávidos de quehaceres que sostener

El otro sentimiento, confundido de deseoCuando motivo y medio, cuando medio y origenLa finalidad y los recursos, como metáfora o ley

Bajo el sometimiento de la limitación suprema, el tiempoLa visión que marca una vida, que remarca segunderos

Ahí cuando lo que podía hacer que distancias fueran nadaHacen después, de cada metro una travesía

De cada acción un gesto, de cada mirada una inspecciónY de cada palabra una entrega que implica al receptor

Como una orden cuyo cumplidor se desconoce

En la presencia de todos estos hechosDe la miseria y la riqueza

De la fidelidad recompensadaY de la sospecha castigada

A través, también, de nombres que hacen suyo historias

Iba por jugarse, un tanto, o todoEl más especial de los cariñosEl más humano de los afectosQue sin querer dañar puede dañarQue pudiendo dañar se abstiene de hacerlo

En el pecho de las historiasEn el relato y en el resguardoSin dejar de ser por tanto querer hacerSiendo por esa impotencia de hacerloLimitación y libertad, en una escala

13.11.03

95 Giovanni Boccacio. Decameron.

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Bratia Karamázovy 96

Ese centro del universo adentroY la sospecha de que así esY a falta del conocimiento de los puentesSaltos y caídas en el intento brutalDe cruzar esa distancia íntimaQue resulta en distancia con todo lo demásCon todos los demás

Así, dada la altura del proyectoQueda señalada la de los otrosLa fama del que no busca famaLo que irradia quien busca rayosLa consecuencia de buscar y ser visto buscandoEl precio de no ser lo buscadoLa realidad de que pudiera ser que nadie sea lo buscadoPese a la imposición histórica de que siempre es alguien lo buscado

Entonces los cuidados de la formaComo si todo fuese un misterioY la conciencia de la propia valíaPartiendo de que los precios caenDe que no hay monedas que alcancenAunque todas ellas algo valgan siempreComo asumiendo la consistencia de las nubesPara poder navegar firme sobre ellasLlevando como motor una gigantesca piedra de renuncias

La teoría de los extremos en algún puntoAllí donde la entrega es la entrega y no su imagen

Donde el dar es darse, donde darse es ofrecerseY entonces exigir una respuesta confiando en una promesa

Con la inteligencia necesaria para explicar caídasY con la fe necesaria para aceptar cualquiera de ellas

Con la voluntad, en fin, dispuesta a ser sometida a prueba

En el pecho los demásEn la última hora de la nocheAl momento de las precesCuando todo peso otorga liviandadAhí cuando cede la conciencia a la fatigaDespués de haber captado la carenciaPor haber mirado dentro de los huesosEn una renuncia de espera llamada sueñoLa única postergación que pudiera admitir

15.11.03

96 Fiódor M. Dostoievski

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Ana Karénina 97

La consecuencia de causar el dañoEn lo íntimo de quien de tal modo viveQue ello es una reincidenciaO una completa novedadMarcando en la repetición la íntima herida

Refirió la edad tomándola como caminoDesde la amplia carretera de la infancia

Hasta el camino que va cerrándoseEn la complicación de alegría y angustia

Como determinante simple y altoLa carencia de toda enfermedadY la inocencia a la hora del juicioLa conciencia, al fin, de algún modo tranquila

Llegaría el momento del ordenDonde las piezas van encajando

Cuando los astros van convergiendoY se hace sencilla la visualización del objetivo

Entonces, a pesar de contratiemposDe obstáculos de toda forma y calor

También adentro lo necesario para intentarloAcaso suficiente para llegar a lograrlo

El tiempo de cuentasSeñalando el último instanteEn el que es posible y permitidoMirar el atrás para rever el error

Para la confesión de ese estado del almaEn el que pesa lo hechoDonde se reconoce que la ofensa fue con uno primeroY con otro después pudiéndose así volver a empezar

En un final, merced al cansancioDesestimar el indagar lo que dentro de otro ocurre

Como asumiendo que no tendría casoComo si hallar o descubrir cosas ocultas

No llevarían necesariamente a nadaPues desde fuera no siempre se muta el adentro

La esencia que cada cual conllevaPara diluirla o expandirla

16.11.03

97 Lev Toltói.

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El criticón 98

Sobre la mesa dispuesta sobre la terrazaSobre la mesa dispuesta sobre la siestaSobre la breve mesa dispuesta desde el asiento posteriorA 5.000 metros de alturaFue me que comenzó a acompañarme

Diciéndome cosas que ya sabíaMostrándome otras que no me había planteadoCoincidiendo a veces, no coincidiendo otrasA veces comprendiéndolo completamenteA veces, y no pocas, teniendo que aceptarLo que era como realidad pero que podía no llegar a ser o continuar

Me dijo, por ejemplo, de la ignorancia al nacerY de aquel conocimiento que ocurre antes de morirSin mencionarme los niños que mueren apenas nacidosNi aquella ley que prescinde de unir indefectiblementeA la edad con la sabiduría

También mencionó la palabra y con ella el tiempoSeñalándome la presencia de quienes conversanY la compañía de aquellos que escribieronVenciéndole de algún modo a la consabida limitaciónDe espacio y tiempo, la más humana de las limitaciones

Me susurró de una pena terrible, inicialY pinceló con grande destreza la nocheEl recurso del sueño como invitación al olvidoLa tierra fiera, el campo fértil, el escenario comúnLas horas altas en donde la presión cede sólo a la fatiga

Algo así fue el inicio del viaje que me fue mostrandoAl que accedía cada cierto tiempo, de cuando en vezA través de construcciones que entonces ya no se usabanCuando de algún modo conservaba todavía un resto de juventudQue me hacía posible investigar el último alcance de cada símbolo

Lleno de aventuras, marcadas por la distanciaEl recorrido fue paciente y harto difícilPero culminado con las alforjas llenas de pasos Con la mente llena de sabores transitadosComo si en realidad se haya estado en cada uno de los pasajes

Y a una crisis le siguió otraY a esta le seguirá otra, y quizá otra másHasta que el ataúd no sea más que una naveHasta que una nave, no sea más que el ataúd

98 Baltasar Gracián.

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16.11.03

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Madame Bovary 99

Un río y dos embarcaciones que se encuentranUna de ellas enamorándose de la otra, en ese mismo ríoY tras el destello la corriente que sigue existiendoPara hacer notar todas y cada una de las diferenciasHaciendo imposible que sigan juntasSeñalando aún más la distancia si una pretende seguir a la otra

Parecía otro mundo, y muchos así lo describieronY habrán de seguir describiéndolo de ese modo

Pero no fue ni será mas que una parte del mismoComo cada libro es parte de todos los libros

Pero la taberna le ganó los gustos por referirle al placerY como le faltara claridad para separar trasgresión de libertad

Persistió con intensidad hasta los límites del abandono

Tendido sobre la cama por incontable tiempo elevó su quejaEl cuerpo le pedía cuentas y al cuerpo tentaba acallarlo con alcohol

Y aunque sabía que ningún reclamo por sí podría cambiar su estadoEnfrentaba los sudores y los temblores de la fiebre alta a gritos solitarios

Hasta que el galeno se hizo presente sin que pudiera contar con elloPara el espectáculo del niño ante la repentina presencia de un adulto

Decidió entonces flagelarse emocionalmenteImponerse lo que no tenía sentido se impongaComo descubriendo el otro extremo de la monedaEn ese punto en donde por propia voluntad se portan pesadas cadenasPara que cuando llegue la hora en la que nadie miraPoder librarse de ellas y tentar un golpe al vacío midiendo las fuerzas

Como aceptara el presente, finalmente, tras hacer la cuesta arribaEl nuevo peso de la conciencia le obligó a desprenderse de la memoriaSin proponérselo con toda intención, sino más bien como un resultado

Fue fijando menos los instantes, reteniendo menos los recuerdosY fue dando los primeros pasos en un espacio que sintió nuevo

Perdonándose, aprendió a perdonar a quienes le ofrecían consuelo

De golpe y sin aviso de ningún tipo le arrasó la tristezaCayó de bruces adentro de lo dentro suyo

Buscó una salida, imaginó un escape, supuso una distracciónPero encontró que no había posibilidades

Que cada gesto tentando lograr una huida, sea el que fueseNo sería más que una prueba de que estaba de que había caído en prisión

23.11.03

99 Gustave Flaubert

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Justine ou les malheurs de la vertu 100

La intención, al menos la intenciónImplicaba el principio vital de alturaLa meta última de todo tránsitoA la que llegar implicaría un modoUn modo que no había sido establecidoSalvo como ideas que si no negando algunas situacionesAl menos eran expresadas como desconociéndolas

La correntada, entonces, debía de ser reconocidaDebía de ser considerada sin postergacionesY a la hora de hacerlo, cada cual con su propio relojHabría que después tomar la única decisión de todasEl seguirla, el dejarse arrastrar por ella por el resto del tiempoU oponérsele por lo que quedare de alientoY con lo que las fuerzas así lo permitiesen

La fisura del planteamiento parte y acaba en la poquedadUn solo hombre visto desde la humanidad enteraLa escala de valoraciones desde ese punto simétrico de vistaSin considerar a la humanidad desde un solo hombreInteligente juego por el cual, dada la trama, la complicada tramaPudiera cada cual considerarse, haga lo que haga, sienta lo que sientaPor siempre nada más que un actor secundario, cuando no un eterno espectador

En la apertura el bien, y el mal, y con estos la justiciaSeñalando con precisión la dificultad de lo oscuroLo siempre complicado de las cosas ocultasY velando, al tiempo, aquella posibilidad de misericordiaEl otro lado del filo que siempre acompaña al golpeAprovechándose quizá del contexto general de una épocaEn la que con un destello bastaba para una distracción de la concentración

Sin embargo, en la carrera de apuntar esto y aquelloPor la simple conciencia y como resultado del entrenamientoSe hace sencillo en cada situación hallar su opuestoSu complemento y su suplemento sin descuidar el alrededorY entonces, dado el final, se fijan los ojos en su principioY se examina las manos del asesino, todavía manchadas de sangreVisualizando qué manchas tenían cuando atravesó la infancia

Lo demás, justificaciones todas casi sin erroresPero siempre remarcando los extremosLas consecuencias inmediatas, los resultados inmediatosQue el después pudiera no existir, y todo está lleno de presenteHundir o elevar, y lo que cuesta cada intento según su direcciónLa destrucción o la construcción, la velocidad de respuesta como guíaFuera del exasperante ámbito al que sólo con paciencia se atisba.

23.11.03

100 Marqués de Sade.

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Índice de Libros

Ansichten eines Clowns.................................................................................................3Kamen no kokuhaku.......................................................................................................4Islands in the stream.......................................................................................................5La guerra del fin del mundo...........................................................................................6Manhattan Transfer........................................................................................................7L’cume des jours............................................................................................................8Dejemos hablar al viento ...............................................................................................9Nexus............................................................................................................................10Rayuela.........................................................................................................................11The devils of Loudun...................................................................................................12Cien años de soledad....................................................................................................13Point Counter Point......................................................................................................14Gabriela, cravo e canela...............................................................................................15Mémoires d’Hadrien....................................................................................................16In Coold Blood.............................................................................................................17The Wild Palms............................................................................................................18La nausée......................................................................................................................19La vida breve................................................................................................................20The Honorary Consul...................................................................................................21Eva Luna......................................................................................................................22Bomarzo ......................................................................................................................23La romane.....................................................................................................................25Orlando.........................................................................................................................26El paso del Yabebirí.....................................................................................................27The Spire......................................................................................................................28Säntliche Erzählungen..................................................................................................29El juguete rabioso.........................................................................................................30Die Blechtrommel........................................................................................................32Breakfast at Tiffany’s...................................................................................................33Die Betrogene...............................................................................................................34Narziss und Golmund...................................................................................................35El coronel no tiene quien le escriba..............................................................................36El plan infinito..............................................................................................................37Aquí vivieron................................................................................................................38A Streetcar Named Desire............................................................................................39La Condition Humaine.................................................................................................40Die Aufzeichnungen des Malte Lurids Brigge.............................................................41Aguafuertes porteñas....................................................................................................42El otoño del patriarca...................................................................................................43La vorágine...................................................................................................................44Number one..................................................................................................................45Ardiente paciencia........................................................................................................46The Acts of King Arthur and his Noble Knights.........................................................47Il Giuoco delle parti......................................................................................................48Cuando entonces..........................................................................................................49Justine...........................................................................................................................50Yo el Supremo..............................................................................................................51El amor en los tiempos del cólera................................................................................52

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Das Glasperlenspiel......................................................................................................53La peste........................................................................................................................54Rayuela.........................................................................................................................55Answered Prayers.........................................................................................................56La plaça del diamant....................................................................................................57La casa de los espíritus.................................................................................................58Other voices, other Rooms...........................................................................................59La casa..........................................................................................................................60El trueno entre las hojas...............................................................................................61Pilote de guerre.............................................................................................................63Travels with my Aunt...................................................................................................64Los siete locos..............................................................................................................65Marta Riquelme – Examen sin conciencia...................................................................66King Jesús....................................................................................................................67Der Prozess...................................................................................................................68Don Segundo Sombra...................................................................................................69La chute........................................................................................................................70To the Lighthouse.........................................................................................................71The Aspern Papers.......................................................................................................72Soy paciente.................................................................................................................73Los lanzallamas............................................................................................................74El coronel no tiene quien le escriba..............................................................................75El señor presidente.......................................................................................................76L’ âge de la discrétion. Monologue. La femme rompue..............................................77La vida breve................................................................................................................78Der Erwâhlte................................................................................................................79La Cantatrice Chauve...................................................................................................80Polvo y Espanto............................................................................................................81Answered Prayers.........................................................................................................82Of Mice And Men........................................................................................................83Las lanzas coloradas.....................................................................................................84L´Espoir........................................................................................................................85El simún........................................................................................................................86Muerte de un viajante...................................................................................................87La bahía del silencio.....................................................................................................88Tres golpes de timbal...................................................................................................89Kleine Freuden.............................................................................................................90Fuegia...........................................................................................................................91Ariel..............................................................................................................................92Helena...........................................................................................................................93Juan de Mairena...........................................................................................................94Wuthering Heights.......................................................................................................95El ángel en la sombra...................................................................................................96The call of Cthulhu.......................................................................................................97Importante of living......................................................................................................98Los árboles mueren de pie............................................................................................99Decameron.................................................................................................................101Bratia Karamázovy.....................................................................................................102Ana Karénina..............................................................................................................103El criticón...................................................................................................................104

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Madame Bovary.........................................................................................................106Justine ou les malheurs de la vertu.............................................................................107