ART DECO O RESONANCIAS FORMALES DELA MODERNIDAD EN EL CEMENTERIO

DE LA PAZ

Por Juan Francisco Bedregal Villanueva

Vosotros que posáis la planta altivos,entrad aquí, por el dolor cubiertos.Que nunca la algazara de los vivos,ha de turbar la calma de los muertos.

Felix Reyes Ortiz

Reza así un epitafio en nuestro cementerio, que menos mal no se ha perdido como muchas ideas y piezas maravillosas que se encuentran en constante proceso de transformación y pérdida, una mirada sensible y acuciosa, recorre las cornisas de los nichos, se detiene en el contrastante color de las kantutas y pierde la evocación al canto de los pájaros, más allá de la cadencia que reina en la polis de los muertos, podemos constatar, que el arte ha sido una de las manifestaciones del dolor, el arte ha dado al hombre la expresión más idónea y satisfactoria de expresar la necesidad de la inmortalidad, así todas las cosas sublimes del hombre, entre ellas la muerte, han sido enunciadas por las formas, los colores, las proporciones y eso que se llama arquitectura funeraria.

Es más parece que el arte es la única posibilidad de vencer el devenir de lo finito, el hombre en su anhelo de permanecer ha obligado a la materia ha expresar el sinsabor de la muerte y desafiar su inminencia.

Los intentos han recorrido todos los estilos y estos han estado siempre acordes al tiempo histórico, es por eso que tan pronto tenemos agujas de mármol de Carrara, ángeles en posición de contemplación, frontones que nos hablan de la ilustración y clasicismo decimononos, y es que el cementerio es latente testimonio del quehacer de los vivos y de sus ideas, es también un insobornable testimonio de las corrientes dominantes del pensamiento y sus formas de expresión.

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El nuestro tiene además la forma propia de nuestra ciudad, la principal colina está coronada por el mausoleo de los Colorados de Bolivia, si entráramos por la puerta de abajo, ascenderíamos por una senda de coníferas al testimonio de valentía de los soldados paceños que defendieron el litoral boliviano, el torreón octogonal nos remite al rollo y la picota virreinales con franco sabor muzárabe, en los buenos tiempos estaban escoltados por los fusiles, esos viejos “malinger” alemanes que sirvieron en los campos del Alto de la Alianza para repeler la ignominia, eran el testimonio de la bravura, y estaban allí como en la voz de mando “¡armar pabellones!”, esperando la hora del combate, tendidos al futuro incierto y a la esperanza o venganza. (la actual gestión municipal los hizo desaparecer).

A un lado en la hondonada el pabellón de los soldados del Acre de Emilio Villanueva, custodiados por Don Maximiliano Paredes, el héroe de la defensa de la Amazonia y la riqueza del caucho, el Héroe de Rioshiño, centinela y mártir del regimiento Independencia, así al recorrer el Cementerio recordamos nuestra historia, transitamos también el heroísmo, la lírica, el civismo, por eso el campo santo es más que santo, en el viven las pasiones y las batallas inconclusas, son hitos que señalan los rumbos del futuro, el cementerio es un palimpsesto que debemos aprender descifrar.

En los principios del siglos XX, pero particularmente en la época de la postguerra del chaco el Art Deco se impuso en las calles era el lenguaje de la modernidad, los aires del reformismo encontraron en éste estilo la forma de expresar los vientos del dinamismo propios de la industria, dos nombres son sin duda fundamentales de éste estilo en el Cementerio general, Don Hugo Almaráz y Don Mario del Carpio, éste último es autor de la basílica del Cementerio, siguiendo formalmente la tipología del románico, supo forjar un sagrario que nos permite identificarnos con el tiempo de las formas orgánicas una esbelta resonancia de la modernidad con un cimborio ligero y una torre truncada, ambas siguiendo los ritmos del arco, sin embargo el ábside y la altura del cuerpo central nos exporta a los aires góticos.

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Don Hugo Almaráz, arquitecto y artista expresará en los principales mausoleos el dinamismo de la época, los mausoleos de los dos caudillos más importantes de la paceñidad Don Bautista Saavedra y el Gral. José Manuel Pando, ambos son mani f iestos abiertos y generosos, esculpidos en granito, los altorrelieves hablan de las cualidades de los hombres y de su época, en ellos se representan los procesos de modernización que impuso el liberalismo, en la lápida de José Manuel Pando están separadas las acciones militares y las cualidades del hombre de estado, en ambas prima el empuje de la máquina, hora el cañón en la defensa de la patria, hora el compás y teodolito que abrirá, en las selvas del norte, surcos y caminos de progreso, en una concepción futurista e ideológica, se separa del altorrelieve la figura del caudillo, del “tata Pando”, en una escultura que recoge la fortaleza del bulto, emerge una cabeza redonda y la

Acapìta aparte merece la obra de Doña Marina Núnez del Prado, escultora renombrada a nivel internacional, ella fué junto a un grupo de intelectuales y docentes de vanguardia, quienes le dieron la inspiración estética a la obra pedagógica de Elizardo Pérez y Avelino Siñani, en Warisata, su obra abstracta recoge el espíritu nacional coorresponde al periodo del Chaco que estudiamos, aunque no puede afiliarse como Decó, sino más bien indigenismo abstracto

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Gregorio Reynolds

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fina barbilla ayuda a la concentración de la mirada, la carpa, capote, gabán o gabardina tiene una forma poética cuelga por la derecha con gravedad pétrea y apunta enhiesta por la izquierda ganado en expresión de nobleza, la ondulación entre el hombro y la pierna es una extensión de la mano y ésta la expresión del cerebro, de la mirada, su autoridad es el peso de su paso a su s o m b r a c o n s o l i d a territorios, abre caminos y pone andar ferrocarriles. No existe otro monumento en nuestra ínclita del héroe y caudillo de la paceñidad a quien debemos la Sede.

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En la losa de Bautista Saavedra la

alegoría es más compacta, en el marco

diamantino cuatro figuras protagonizan

la marcha, encabeza un obrero que lleva

el mástil de la bandera, en forma

horizontal cual lanza que va al combate,

el blasón se infla y se proyecta hacia atrás

cuadrando a los tres personajes que van

en la misma dirección y gesto: es la

fuerza, la derecha poderosa del segundo

empuña un libro: es la razón, por la

vestimenta deducimos que también se

trata de un trabajador industrial, los dos

personajes que vienen a la zaga son

trabajadores del agro, ambos empuñan los

azadones en las izquierdas, en tanto que sus

ponchos flamean como alas también tendidas al

viento, sus semblantes altivos están coronados por

lluchus estilizados, el aspecto general es de estilo

Art Deco, con el inconfundible zigzag y

ondulaciones.

En la revista Planificación y arquitectura Nro. 1 de

1943, que sacaba la Escuela de Arquitectura a la

cabeza de Don Emilio Villanueva se muestra una

foto del mural y dice “no hablemos del

monumento funerario (que no tiene nada de

funerario) a Bautista Saavedra, sino de sus detalles

escultóricos obra del distinguido artista D.

Hugo Almaráz. Se trata de una concepción

clara y armoniosa tanto en el altorrelieve

como en las figuras. El escultor expresa en

fo rma ev iden te y v igo rosa , s in

ambigüedades, la idea que lo ha inspirado ,

ha querido significar la obra del caudillo en

su aspecto social encaminada a levantar a

su pueblo por la redención del trabajo y de

la fe en la patria, y ha conseguido esto con

la expresión plástica de sus imágenes.”

En este mismo estilo encontramos otras

varias piezas aisladas, las mas notables se

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encuentran cerca del mausoleo de Germán Busch son dos figuras de bulto que se encuentran vecinas, el primero dedicado al poeta Rodolfo Costas E., un aeda que lleva en la derecha una lira, el cuerpo horizontal conmueve por la caída de la cabeza en actitud monacal, inerte la cabeza expresa el equilibrio entre la vida y la muerte, sutil el paso de la abarca franciscana, avanza hacia la eternidad y la mano izquierda cae inerte como la muerte.

La segunda dedicada al capitán Rafael Suárez es un ángel mutilado o con brazos que son alas, las características del Art Decó, emergen de costillas orgánicas, el zigzag y la ondulación contribuyen al gesto, la masa en ascenso prescinde de extremidades superiores y la cabeza se eleva en tesitura extrema. Las alas de este singular ángel no tienen la forma orgánica de las aves, éstas parecen ser más bien las replegadas alas de un aeroplano, más afín a un insecto, no se pueden tampoco distinguir las extremidades inferiores, es sólo una, pero el gesto abstracto recoge el 159

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momento en que el salto se convertirá en vuelo, el torso es por demás impresionante, tanto por las costillas, como por el pecho que parece estar presionado por el viento invernal de la muerte. Y con humildad levanta a los cielos la cabeza, cuello cabeza y pelo resumen la dirección del vuelo y el rostro indígena muestra la piel áspera del astronauta pétreo. A diferencia del arte clásico, el Art Deco, no persigue la belleza en la perfección figurativa, sino en la idea, en el gesto, en la actitud.

Pareciera que al fin el hombre ha logrado inmortalizar el momento del sacrificio como un cenit. Esta es también una obra cumbre de Almaráz, arquitecto poco conocido y poco reconocido, así como el Cristo de Don Flavio Machicado y la bellísima dama de la cruz

2007, el presente trabajo fue presentado en el 8vo Encuentro de gestión y valoración de Cementerios Patrimoniales en Santiago de Chile y Valparaiso,2 de noviembre de 2007

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El Cristpo Manco en la tumba de Don Flavio Machicado

Mausoleo de la Familia Soligno, en un depurado estilo Decó

EL CEMENTERIO DE ORUROEl cementerio de Oruro, también tiene mucha importancia en esto de los imaginarios urbanos y su arqueología, ya que revela que no se trata de un fenómeno exclusivamente paceño, sino que durante el período liberal, se intentó crear una identidad nacional basada en la perdida de Litoral y en la defensa de los intereses bolivianos sobre la zona de la Amazonia, dos guerras que marcaron profundamente en la conciencia de la nación, en el periodo liberal

No olvidemos que Oruro, fue la primera ciudad que tuvo un crecimiento basado en la economía del estaño, fué la ciudad que tuvo el primer Ferrocarril desde 1886 tuvo uno de los primeros tranvías de país, su población en 15 años se triplicó y fue el centro industrial, principalmente minero. En las fotografias que tenemos vemos los

mausoleos de los héroes del pacífico y el mausoleo de los Héroes del Acre, éste último recoge el mismo concepto utilizado en la ciudad de La Paz, con un enrejado realizado con las armas que acompañaron a los combatientes que defendieron la integridad nacional, con lo que se demuestra que los cementerios tienen una importancia fundamental para conocer las ciudades, son una prolongación de ellas, Oruro fue además un centro obrero donde se iniciaron las luchas de los trabajadores, allí se fundó la COB, la Federación de Mineros y partidos de izquierda como el PIR y el POR.

Mausoleo de la Sociedad de Socorros Mutuos del Panteón Laico, Foto C.B.V.

Rejas del Mausoleo de los Héroes del Acre, respetopor el patrimonio, Foto C.B.V.

Puerta de ingreso principal del Cementerio de la ciudad de Oruro, foto CBV

161Los fusiles del Acre

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Puerta de ingreso del Cementerio de la Sociedad Croata de Socorros mútuos de Carmen Bedregal

Puerta de ingreso del Panteón Laico, Foto C.B.V.Puerta de ingreso del Cementerio israelita de la ciudad de Oruro. (clausurado), Foto C.B.V.

Mausoleo de la Familia Ferrari, con un hermoso ángel de mármol, foto, Carmen Bedregal V.

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Mausoleo de los Heroes del Acre, Cementerio de Oruro, Foto C.B.V.

Mausoleo de los Heroes del Chaco, Cementerio de Oruro, Foto C.B.V.

Vista de una Avenida del Cementerio de Oruro, Foto C.B.V.

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