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Miércoles de Ceniza – 2017 Joel 2,12-18 / Salmo 50 / 2 Corintios 5, 20 - 6, 2 / Mateo 6, 1-6.16-18 Oración inicial Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén. † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18) Sobre la práctica de las obras buenas 1 “Cuídense de hacer obras buenas en público solamente para que los vean; de lo contrario no serán recompensados por su Padre del cielo”. Respecto a la limosna 2 “Cuando des limosna no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los alabe la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. 3 Cuando tú hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4 de ese modo tu limosna quedará escondida, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. Respecto a la oración 5 “Cuando ustedes oren no hagan como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. 6 Cuando tú vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. Respecto al ayuno 16 “Cuando ustedes ayunen no pongan cara triste como los hipócritas, que desfiguran la cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. 17 Cuando tú ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, 18 de modo que tu ayuno no lo vean los demás, sino tu Padre, que está escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. CLAVES para la LECTURA - Nos encontramos en el marco sagrado del Sermón de la Montaña. Jesús es el Nuevo Moisés, el Maestro, que enseña a sus discípulos el estilo de vida que requiere la nueva realidad. Una hermosa página, con paralelismos y antítesis muy expresivos. Y el “nuevo estilo de vida”, partiendo de una clave, luego se va a dirigir en tres direcciones de la persona: relación para con Dios, para con el prójimo y para consigo mismo. - “Cuidad de no practicar vuestra justicia...” (así, literalmente, en el v.1): Jesús pide a sus discípulos una justicia superior a la de los escribas y fariseos (Mt 5,20) aun cuando las prácticas exteriores sean las mismas; reclama la vigilancia sobre las intenciones que nos mueven a actuar. Tras el enunciado introductorio siguen las tres típicas “obras buenas”, en las que se indica, en concreto, en qué consiste la justicia nueva: la limosna (6,2-4), la oración (6,5-15) y el ayuno (6,16-18). - Dos elementos se repiten como un estribillo a lo largo de toda la perícopa: “recompensa” (o más literalmente salario: vv.2.5.16) y “tu Padre que ve en lo escondido” (vv.16.18). Nos enseñan que la piedad es una gran ganancia si no se fija en el aplauso de los hombres ni busca satisfacer la vanidad, sino que busca la complacencia del Padre en una relación íntima y personal y si el salario esperado no es de este mundo ni del tiempo presente, sino para la comunión eterna con Dios, que será nuestra recompensa. De lo contrario, al practicar la justicia nos haríamos “hypokritoí”, que significa “comediantes” y, también, en el uso judaico del término “impíos”. CLAVES para la VIDA - El Maestro, el nuevo Maestro, en esa proclamación de las claves fundamentales de ese nuevo estilo de creyente del Reino, comienza no tanto proponiendo prácticas nuevas y distintas de las anteriores, sino que nos propone escrutar en las intenciones, en el corazón, porque es ahí donde cambia sustancialmente todo el sentido y significado de las “obras buenas”, de los ritos y expresiones externas. La “nueva justicia” nace en el corazón.

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Miércoles de Ceniza – 2017 Joel 2,12-18 / Salmo 50 / 2 Corintios 5, 20 - 6, 2 / Mateo 6, 1-6.16-18

Oración inicial Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18)

Sobre la práctica de las obras buenas 1 “Cuídense de hacer obras buenas en público solamente para que los vean; de lo contrario no serán recompensados por su Padre del cielo”. Respecto a la limosna 2 “Cuando des limosna no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los alabe la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. 3 Cuando tú hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4 de ese modo tu limosna quedará escondida, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. Respecto a la oración 5 “Cuando ustedes oren no hagan como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. 6 Cuando tú vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”. Respecto al ayuno 16 “Cuando ustedes ayunen no pongan cara triste como los hipócritas, que desfiguran la cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. 17 Cuando tú ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, 18 de modo que tu ayuno no lo vean los demás, sino tu Padre, que está escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará”.

CLAVES para la LECTURA - Nos encontramos en el marco sagrado del Sermón de la Montaña. Jesús es el Nuevo Moisés, el Maestro, que enseña a sus discípulos el estilo de vida que requiere la nueva realidad. Una hermosa página, con paralelismos y antítesis muy expresivos. Y el “nuevo estilo de vida”, partiendo de una clave, luego se va a dirigir en tres direcciones de la persona: relación para con Dios, para con el prójimo y para consigo mismo. - “Cuidad de no practicar vuestra justicia...” (así, literalmente, en el v.1): Jesús pide a sus discípulos una justicia superior a la de los escribas y fariseos (Mt 5,20) aun cuando las prácticas exteriores sean las mismas; reclama la vigilancia sobre las intenciones que nos mueven a actuar. Tras el enunciado introductorio siguen las tres típicas “obras buenas”, en las que se indica, en concreto, en qué consiste la justicia nueva: la limosna (6,2-4), la oración (6,5-15) y el ayuno (6,16-18). - Dos elementos se repiten como un estribillo a lo largo de toda la perícopa: “recompensa” (o más literalmente salario: vv.2.5.16) y “tu Padre que ve en lo escondido” (vv.16.18). Nos enseñan que la piedad es una gran ganancia si no se fija en el aplauso de los hombres ni busca satisfacer la vanidad, sino que busca la complacencia del Padre en una relación íntima y personal y si el salario esperado no es de este mundo ni del tiempo presente, sino para la comunión eterna con Dios, que será nuestra recompensa. De lo contrario, al practicar la justicia nos haríamos “hypokritoí”, que significa “comediantes” y, también, en el uso judaico del término “impíos”.

CLAVES para la VIDA - El Maestro, el nuevo Maestro, en esa proclamación de las claves fundamentales de ese nuevo estilo de creyente del Reino, comienza no tanto proponiendo prácticas nuevas y distintas de las anteriores, sino que nos propone escrutar en las intenciones, en el corazón, porque es ahí donde cambia sustancialmente todo el sentido y significado de las “obras buenas”, de los ritos y expresiones externas. La “nueva justicia” nace en el corazón.

- Y es que el punto de mira es el Padre con quien se establece una relación nueva y completamente basada en el amor filial. Y el Padre es buen pagador (“recompensa”). De ahí que la propuesta es ser agradable al Padre, a la búsqueda de su voluntad y de su querer. Ahí se encuentra el objetivo. Toda una inmensa tarea para este tiempo en que iniciamos el camino hacia el ENCUENTRO, en la plenitud de la vida nueva del Resucitado, identificándonos con Él, con su estilo, con su proyecto, con su “clase”: en la entrega para dar vida a cuantos se encuentran con Él. Éste es el camino cuaresmal que se propone; es mucho más que los “actos externos”.

ORACIÓN para ESTE DÍA “Señor, haz que cada día lea, escuche, medite y ore con tu Palabra, para que mi vida sea más profunda y auténtica, como Tú mismo lo deseas, y en este comienzo de la Cuaresma me lo estás pidiendo por medio de Jesús, tu Hijo amado, a quien deseas que yo le siga gozosamente”.

1. El tiempo litúrgico de Cuaresma ha perdido, entre la gran mayoría de la gente, la significación religiosa y sagrada que, durante siglos, ha tenido en los países de tradición cristiana. Es una consecuencia más del hecho cultural de la "secularización". Esto, que llamamos "secularización", es uno de los cambios más importantes que se han producido, en los países más desarrollados, en los últimos tiempos. Una de las manifestaciones más claras de la "secularización" consiste en que se difumina, y termina por desaparecer, la distinción y la separación entre "lo sagrado" y "lo profano. Antiguamente, la Cuaresma era, para los cristianos, algo parecido a lo que es el Ramadán para los musulmanes. Era un tiempo (del miércoles de ceniza hasta la Semana Santa) de rezos y mortificaciones. Porque se pensaba que así nos hacíamos mejores personas y nos acercábamos a Dios.

2. El evangelio de hoy nos presenta tres actos religiosos importantes: a) La limosna (relación con los demás), b) La oración (relación con Dios), c) El ayuno (relación consigo mismo). Pues bien, Jesús dice que estas tres cosas se deben hacer de forma que nadie se entere de que somos personas religiosas. Por eso, Jesús insiste en que todo eso se haga "en secreto", ocultamente (én krýptô), o sea de forma que nadie lo vea ni lo note. Porque Dios -el Dios que se nos da a conocer en Jesús- "solamente ve lo oculto", lo que no se advierte y, por tanto, pasa inadvertido. De manera que, cuanto más inadvertido, más lo ve Dios y más se fija Dios en lo que haces.

3. Por supuesto, aquí se nos recomienda la humildad y la consiguiente fuga de toda forma de ostentación o vanidad infantil. Pero aquí nos enseña Jesús algo mucho más fuerte, más importante. Jesús no quiere que se note nuestra religiosidad, sino nuestra honradez, nuestra honestidad, nuestra generosidad. Dicho de otra manera y con más claridad: Jesús quiere una religiosidad "laica" y "secular". Una religión que se manifiesta, no en actos religiosos de ostentación, sino en comportamientos honestos, honrados, misericordiosos y de extrema bondad. Incluyendo en esos actos, también la oración, el recurso a Dios, la fe en Dios. Pero que todo eso se note, no en tus exhibiciones religiosas, sino en tu integridad ética.

José María Castillo - La religión de Jesús Ciclo A – Comentario al Evangelio diario – 2016-2017

Querido amigo/a: Tenemos 40 días. Hoy comienza la Cuaresma. Somos invitados a vivir un tiempo precioso de renovación y

crecimiento personal y comunitario. Un año más iniciamos un itinerario, un entrenamiento, un proceso que quiere llevarnos a la meta de la Pascua. Y particularmente, este año el Papa Francisco nos invita a vivirlo en tres claves: 1ª el otro es un don. 2ª El pecado nos ciega. 3ª La Palabra es un don. Sólo recojo algunas afirmaciones del mensaje del Papa, centrado este año en la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, que nos pueden ayudar a enfocar este tiempo que hoy comenzamos:

• Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido.

• Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación.

• La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano.

• Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor "que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador" nos muestra el camino a seguir.

Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. El evangelio nos recuerda hoy que cuando hagamos limosna, ayunemos o recemos, que sea con autenticidad, no para cumplir. Por lo tanto hoy es un buen día para preguntarme cuando me impongan la ceniza sobre mi cabeza: Señor, ¿qué ayuno necesito? ¿Cuáles son las obesidades que me hacen pesado y torpe a la luz del Espíritu? ¿De qué me tengo que vaciar para que tú puedas entrar más en mí? ¿Qué limosna puedo dar? ¿A quién? ¿Qué parte de mí no acabo de entregar a los demás? ¿En qué aspectos de mi persona puedo ser más generoso y oblativo? ¿Qué oración puedo hacer? ¿Cómo intimar más contigo en lo secreto de mi habitación?

Todas estas preguntas y prácticas cuaresmales nos invitan a crecer en el amor, a estar más cerca de Dios para vivir dentro de cuarenta días su Pascua, su paso por nuestra vida. ¡Ánimo! Es una aventura preciosa que merece la pena vivir. Déjate sorprender por Dios en este tiempo de búsqueda y preparación. De todo corazón, ¡feliz Cuaresma!

Vuestro hermano en la fe. Juan Lozano, cmf

Ø ¿Cuál es el punto del texto que más te ha llamado la atención o que te ha gustado más? Ø ¿Cómo entender la advertencia inicial hecha por Jesús? Ø ¿Qué critica y qué enseña Jesús sobre la limosna? Haz un resumen para ti Ø ¿Qué critica y qué enseña Jesús sobre la oración? Haz un resumen para ti Ø ¿Qué critica y qué enseña Jesús sobre el ayuno? Haz un resumen para ti

“Cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara” (Mt 6,17)

Los caminos que regala el Espíritu son gratuitos y aparecen con un cierto aire de anonimato.

Nacen en lo escondido. Pero todos perciben su perfume. Limpia tus gestos con la verdad,

deja que el aire fresco del Espíritu purifique tus actitudes. No pretendas ser más ni menos de lo que eres.

Asómbrate de estar con Quien te ama.

Saber que Tú nos miras, nos basta. Libéranos, Señor, de la búsqueda del aplauso.